• No se han encontrado resultados

Psicoanálisis y los métodos de la ciencia

In document Teorías de la personalidad (página 56-61)

Los experimentos de Silverman Cognición inconsciente

Resumen

C A P Í T U L O

2

Sigmund Freud nació en 1856 dentro de una familia judía en la predominantemente católica ciudad de Freiberg, Mo- ravia (entonces parte del imperio austrohúngaro pero ahora parte de la República Checa). A la edad de cuatro años su familia se mudó a Viena, que siguió siendo su hogar casi hasta su muerte.

Freud fue uno de diez hijos, incluidos los dos medios hermanos del primer matrimonio de su padre. Su papá se volvió a casar a la edad de 40 años y su joven esposa dio a luz a ocho niños. Sigmund fue el mayor y, por lo que se sa- be, el favorito de su madre. Ella esperaba que él fuera gran- dioso, le daba la única lámpara de aceite de la casa y no permitía que su hermana lo molestara con el piano, mien- tras él estaba estudiando. Su papá, un comerciante en lana, no muy exitoso, fue una figura de autoridad y rígida dentro de la familia

Freud estudió medicina en la Universidad de Viena; se especializó en neurología. Intentó ser catedrático y publicó cinco estudios de investigación a la edad de 26 años. A la luz de lo que se- ría más tarde su teoría, conocida por su énfasis sobre el sexo, una interesante nota histórica di- ce que en unos apuntes de su investigación neurológica informó el descubrimiento de las gónadas de una anguila. Estudió las propiedades anestésicas de la cocaína; casi perdió la fama por poco margen, pues un colega había publicado en esta área antes que él. De manera realis- ta, sin embargo, la medicina académica no pagaba bien y la discriminación en contra de los ju- díos hacía improbable que él lograra tan alta posición como la que deseaba. Por tanto, Freud tomó el consejo de un profesor, se dedicó a la práctica privada como neurólogo clínico y pron- to pudo casarse con su prometida de cuatro años atrás, Martha Bernays. La unión produjo seis niños, incluida su hija Ana, quien siguió los pasos de su padre como psicoanalista.

En su práctica, Freud vio una variedad de pacientes psiquiátricos, incluidos muchos diagnos- ticados como histéricos, un trastorno psicológico que produce síntomas físicos sin daño físico corporal. Durante su larga carrera, Freud desarrolló nuevas formas de pensar acerca de estos trastornos, formulando así la teoría del psicoanálisis. Su reputación rebasó los confines de Vie- na. Fue bien recibido en Estados Unidos, en especial después de su serie de conferencias en la Universidad de Clark, Massachusetts, en 1909. Su teoría fue controvertida debido a su énfasis sobre la sexualidad infantil. Fue también criticada como una ciencia judía, porque trataba trastor- nos psiquiátricos que entonces se pensaba afectaban en particular a los judíos. Sin lugar a dudas, el antisemitismo de su sociedad influyó en gran medida en Freud y sus pacientes (H. P. Blum, 1994). Los nazis quemaron los trabajos de Freud y de otros en 1933, como parte de sus ataques en contra de los intelectuales judíos (incluido Einstein), y en repetidas ocasiones atacaron su ca- sa en Viena en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. La salud de Freud estaba de- cayendo en este tiempo; tenía cáncer en la boca, agravado por su adicción a los puros. Finalmente, en 1938 huyó de Viena, a la edad de 82 años, y se fue a Londres, donde murió en 1939.

32

Capítulo 2 FREUD: El psicoanálisis clásico

Bi o g r a f í a d e S i g m u n d F r e u d

La interpretación psicoanalítica de la biografía empezó con los propios estudios de Sig- mund Freud sobre Leonardo da Vinci (1910/1957), Woodrow Wilson (Freud y Bullitt, 1966) y Moisés (S. Freud, 1939/1955; Elms, 1988b). La psicobiografía psicoanalítica sigue siendo popu- lar (Baron y Pletsch, 1985; Bergmann, 1973; Meyer, 1987; Thomas y Baas, 1993). Una de las ra- zones de que la teoría psicoanalítica haya sido tan atractiva para los psicobiógrafos es que tiene en cuenta minuciosamente los pormenores de la vida de un individuo. Otras dos personas muy distintas que pueden ser entendidas desde esta perspectiva son la artista Georgia O’Keeffe y el dic- tador Adolfo Hitler.

Georgia O‘Keeffe

33

Bi o g r a f í a s i l u s t r a t i v a s

Georgia O’Keeffe fue quizá la artista femenina mejor conocida del siglo XX. Es ampliamente aclamada por sus “femeninas” pinturas al óleo de flores gigantes y de huesos de animales blanqueados por el sol. Muchos han interpretado sus pinturas como símbolos freudia- nos de los genitales masculino y femenino (R. Robinson, 1989). ¿Es ésta una interpretación introspectiva o un psicoanálisis vuelto salvaje?

O’Keeffe nació en 1887, en una familia de inmi- grantes húngaros e irlandeses en Sun Prairie, Wiscon- sin, donde creció en una gran granja de leche con un hermano mayor y cinco más chicos (Lisle, 1980). A la edad de 12 años declaró su ambición de ser artista. Ya una individualista en su infancia, por lo regular se vestía de un negro sombrío y simple, ignorando la moda de entonces. Estudió en el Art Institute de Chicago, Art Students League de Nueva York y en la Universidad de Virginia. Aunque trabajó por un tiempo como artista comercial y como maestra de arte, en la mayor parte de su vida adulta O’Keeffe vivió su sueño, mantenién- dose a sí misma como artista al vender sus pinturas, las cuales alcanzaron precios altos.

Su trabajo fue exhibido por primera vez en una ga- lería de arte de Nueva York por Alfred Stieglitz, un fotógrafo que se hacía amigo de artistas estadouni- denses prometedores. Aunque 23 años mayor que O’Keeffe y casado, se convirtió en su amante y, des- pués de divorciarse, en su marido. El matrimonio alimen- tó las carreras de ambos. Stieglitz alentó la carrera de ella y administró los aspectos del negocio. Ella, a cam- bio, posó para algunas de sus mejores fotografías co- nocidas. A pesar de su indiscutido amor por Stieglitz, O’Keeffe mantuvo su nombre de soltera y, al cumplir

los 40, dejó a Stieglitz durante varios meses cada año para pintar en Nuevo México, donde se sentía más en casa que en Nueva York. Cuando su marido murió, se mudó a Nuevo México.

¿Cómo llegó esta mujer a convertirse en una artista con tal individualidad y creatividad? ¿Su elección por los temas (colinas de Nuevo México, flores y huesos) tienen algún significado psicológico? En términos más generales, ¿cuál es la relación entre la personalidad y el arte? Éstas son algunas de las preguntas que pudié- ramos hacerle a la teoría psicoanalítica.

34

Capítulo 2 FREUD: El psicoanálisis clásico

Adolfo Hitler fue probablemente el tirano más infame del siglo XX, quizás de todos los tiempos. Este dictador carismático fue responsable de la muerte de millo- nes de judíos y de otros prisioneros en los campos de exterminio de la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Los orígenes de Hitler no prometían la grandeza. Nació en 1889 en Austria, cerca de la frontera ale- mana, hijo de un oficial de aduanas y de su segunda esposa. El padre de Hitler, que era hijo ilegítimo, estuvo en posibilidad de casarse con su madre solamente des- pués de recibir una dispensa del Papa, ya que eran primos segundos (a través de la adopción, no por san- gre). Su madre fue sobreprotectora debido, en parte, a que sus otros hijos habían muerto de enfermedad en la niñez.

Hitler resistió los esfuerzos de su padre para que si- guiera sus pasos como oficial del gobierno. Él aspira- ba a ser un artista, pero no tenía talento. A pesar de que su familia necesitaba dinero, no trabajó, aun des- pués de que su padre muriera. En su lugar, engañó a su familia y amigos haciéndoles creer que asistía a una escuela de arte en Viena, al no confesarles que había reprobado el examen de admisión. Leía de manera in- dependiente y actuaba el papel de un estudiante, fan- taseando sobre una masiva renovación arquitectónica de las ciudades de Alemania. Cuando se le acabó el dinero, se volvió vagabundo, ganándose su magra existencia como “artista”, vendiendo tarjetas postales y pequeñas pinturas.

Adolfo Hitler se mudó a Alemania, evitó ser recluta- do por el ejército austríaco y adoptó a Alemania como su país natal. Sirvió en el ejército bávaro en la Primera Guerra Mundial. Se involucró en la política durante el periodo del descontento siguiente a la derrota de Ale- mania en la guerra y soñaba con la restauración de la gloria alemana. Cumplió condena carcelaria por sus ac- tividades en contra del gobierno. Su elección como canciller de Alemania en 1933 llevó a una rápida in-

vasión de los países vecinos en Europa; las hostilida- des se intensificaron hasta convertirse en la Segunda Guerra Mundial. Lejos de restaurar la gloria alemana, el resultado de las ambiciones de Hitler fue la destruc- ción de las ciudades de Europa y el exterminio de mi- llones de judíos y otros prisioneros en los campos de concentración. Finalmente, Hitler, su amante, Eva Braun, y algunos de sus estrechos colaboradores se suicida- ron en vista de la derrota en mayo de 1945.

¿Cómo se convirtió Hitler en líder despótico de un im- perio asesino? ¿El genocidio en contra de los judíos re- fleja su psicopatología personal o fue simplemente una cuestión de estrategia política? ¿Su ascenso al poder re- fleja algún principio general entre la personalidad y su liderazgo político? Éstas son algunas de las preguntas que su biografía sugiere a la teoría psicoanalítica.

Probablemente ninguna teoría de la personalidad ha sido tan ampliamente conocida o tan con- troversial como la propuesta por Sigmund Freud. Freud comparó su teoría con las ideas de Co- pérnico, quien sostenía que los humanos no viven en el centro del universo, y de Darwin, quien desechó la idea de que los humanos fuesen una especie creada por separado. La humanidad fue aún más humillada por la aseveración de Freud (1925/1958, p. 5) que dice que la razón no go- bierna el comportamiento. Él propuso que las fuerzas psicológicas inconscientes afectan en forma poderosa al pensamiento humano y al comportamiento. Estas fuerzas se originan en las emocio- nes de la niñez y continúan su influencia durante toda la vida. Freud representó a los humanos como seres movidos por sus impulsos que “en sí mismos no son buenos ni malos” (p. 213), pe- ro que tienen ambas clases de efectos. Estas fuerzas alimentan los logros positivos de la cultura pero también llevan a la guerra, al crimen, a la enfermedad mental y a otras miserias. La teoría psicoanalítica ha transformado nuestro entendimiento del sexo y de la agresión y ha llevado a la gente de la era posfreudiana a nunca confiar en realidad en su experiencia consciente.

I

NTRODUCCIÓN

: U

N RESUMEN DE LA TEORÍA DE

F

REUD

La teoría de Freud tiene implicaciones para las principales preguntas teóricas, tal como se pre- sentan en la tabla 2.1.

Introducción: Un resumen de la teoría de Freud

35

El p s i c o a n á l i s i s c l á s i c o

Diferencias individuales La gente difiere en sus mecanismos de defensa del yo, los cua- les controlan la expresión de las fuerzas primitivas en la perso- nalidad.

Adaptación y ajuste La salud mental involucra la capacidad de amar y de trabajar. El psicoanálisis proporciona un método para superar el conflicto psicológico inconsciente.

Procesos cognoscitivos No se puede confiar en la experiencia consciente con frecuencia debido a las distorsiones producidas por los mecanismos de de- fensa inconscientes.

Sociedad Todas las sociedades tratan con los conflictos humanos universa-

les y llevan a la represión de los deseos individuales. La religión tradicional es puesta a prueba como un mecanismo de defensa compartido.

Influencias biológicas La motivación sexual es la base de la personalidad. Las diferen- cias en la herencia pueden influir en el nivel del impulso sexual (libido) y en los fenómenos tales como la homosexualidad. Desarrollo del niño La experiencia en los primeros años es crítica para la formación

de la personalidad. Los conflictos psicosexuales orales, anales y fálicos (edípicos) son centrales.

Desarrollo del adulto La personalidad adulta cambia muy poco.

Introducción a la teoría de Freud

E

L INCONSCIENTE

Cuando se le pregunta a la gente por qué hizo algo, por lo regular puede contestar sin mucha dificultad. ¿Por qué decidió leer este capítulo? ¿Por qué decidió estudiar psicología? Aunque, co- mo mucha gente, usted pudiera pensar que conoce las respuestas a estas preguntas y a muchas otras, Freud sugirió que los determinantes más importantes del comportamiento no están dispo- nibles para nuestro pensamiento consciente. Si esto es cierto para las decisiones rutinarias de la vida, es todavía más cierto para los trastornos psicológicos, tales como los que motivan a la gen- te a buscar ayuda profesional.

In document Teorías de la personalidad (página 56-61)