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In document 00¿Sí (página 52-78)

secano que es su principal y más representativo pai.

saje agrario.

Estos regadíos ' alumbrados por motobombas, ca-nales y pozos se surten de las aguas de las fuen-tes y manantiales de la Hoya. Se ha excavado hasta alcanzar el nivel freático , situado a pocos metros -de la superficie.

El cultivo que está sustituyendo a los tradicionales de esta comarca (trigo, vid.y olivo),son -los frutales en las zonas más altas (perales y marv^-.

zanas) y el almendro en las próximas a la Koya ve-cina de Jijona (Tibí). ,

Principales tipos.

Dentro de los REGADÍOS.. se pueden distinguir -muchas divisiones entre los pequeños y grandes, en-tre los recientes y tradioionales. En esta zona se trata de pequeños regadíos tradicionales y ^actual-mente el regadío,que ha puesto en nroduccion grandes extensiones dedicadas a los frutales.

Fiar

Jal.-La marjal de Gnil.-„ fué desecada, bonificada y ganada para el cultivo en el siglo XVIII,, constitu-yéndose entonces en una de las más fértiles huertas

del Seino. Hoy en díc presenta-!"' la división en barí cas o pequeños bancales rectagulares destinados en su mayor parte a cultivos de huerto, hortalizas, -legumbres y leguminosas.

Estos bañes d encandufats se construyen con -la tierra extraída dB -las zanjas de drenaje que — los circundan y de la,s que cuando falta el riego -por capilaridad". se eleva agua con las motobombas.

Regadíos

interiores.-Estos regadíos tradicionales combinan

peque-fe

ñas plantaciones de prunacsaa y pomáceas, con banc_a les de cultivos herbáceos, en que rota gi trigo y •-•!!

el maíz con las hortalizas de uerana _ a veces aso-ciados con algo de arbolado. Se están multiplican-do . cada vez más los cuidamultiplican-dosas cultivos de inver-nadero. Estas huertas de los valles interiores, de los cursos altos y medios de los ríos representan -poca importancia comparados con los regadíos litara les explendidos^de otras comarcas alicantinas (Huer ta del Segura) y sin duda a esta diferenciación o orí tribuye," al hecho de tener inviernos más duros, ten dencia a la continentalización .X _a i o s 'fr^as'! El ca rácter de los suelos es distinto también y las tem-peratura s^ de forma que en estos regadíos interiores,

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el hombre está realizando una profunda labor con su trabajo, consiguiendo rendimientos dignos de elogio.

Campos

regados.-San los regadíos tradicionales donde faltan los recursos hídricos requeridos por los nuevos sistemas agrícolas, y que han mantenido su condición de cam-pos regados de manera que sus cosechas más extendidas se identifican con las del secano colindante, -con la sola diferencia de rendimientos unitarios ma-yores.

* Han dependido casi siempre; estos campos de la escorrentia de los rías-rambla o de las barrancos favorecidos por una topografía llana, un enorme de-sarrolla de las redes de distribución y por la esca-sa exigencia hídrica dB las producciones tradiciona-les, A ello hay que añadir, la propiedad del agua de cada propietario, distiibuidas en tandas par horas, y que se obtienen en algunos municipios por venta d_i refita (Onil y IFibi), donde no se usa la subasta de -agua, Ibi si que cuenta con este sistema. La enorme extensión dedicada- en otro tiempo a los cereales es ta siendo suplantada por el arbolado de frutales y -del almendro. De todas formas, aún es una de las cul tivos más característicos de la zona (cereales de r£

gadío).

Regadíos da turbias y

laderas.-Es este un sistema de riego característico de todo el Mediterráneo y concretamente del 5E penin-sular. Consiste en la captación para riego de los mantos pluviales y aguas de avenida. Ello se debe a la extrema áride2 y a la necesidad de aprovechar

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al máximo el agua de la lluvia. Es una práctica de honda raigambre y no exenta de originalidad en to dos nuestras campas del Levante.

El abancalamiento en terrazas en las laderas de las montanas es algo inherente al paisaje valeri ciano, a veces. . estas terrazas cuentan con "baque-ras y sangradores", can lo que el aprovechamiento de las reservas hídricas es aún mayor. Este siste-ma de graderías y escalones permite captar la escorrentía de las laderas e impide la perdida de -tierra por el arrastre y la erosión. „ en las espor_á dicas pero temidas trombas de agua e intensos agua ceros a los que es tan adicto el clima levantino.

Así los cultivos típicos del secano reciben -un suplemento de agua que mejora los rendimientos y da cierto margen de seguridad a las cosechas. Es te tipo de regadío alcanzó su máxima difusión en -el siglo XVIII y XIX a expensas de los "propios de samortizados".

En los cauces de los ríos-rambla encontramos

(estas terrazas an ssntido perpendicular a la corrienvte.separadas por caballones de tierra que las aguas -da aveni-da saltan arrastrándolo todo.

A proposito de este sistama de riegos con bal-sas, también Cauanilles nos da una prueba da sus ob-servaciones .an los viajes por la comarcatque pone de manifiesto la ccnstumbre da hacer estanques o prasas qua retuvieran las aguas para beneficiarse de alias, utilizándolas para ragar mediante un sistema de aca-quiasjasi dice de un vecino de ibi:

...whizo en la parta superior del barranco una prssa y desde ella,un canal de riego para conducir las aguas y regar lo mas alto de la heredad, qua ani^-- ' -velo con excavaciones y graderías,forzó si barranco a que corríase B H linea recta,levantando en las partas x<^.';

mas fuertas,malecones y abriendo en otras canales sub*";/;

terraneos; y tomo las correspondientes providencias para que sus campes se mejorasen,siempre parservandolas del daño que pudiesen causarlas furiosas a v e -nidas.Asi logro reducir a huertos .-tsrrsnos inútiles haciéndoles producir seis veces mas fruto qua

cuan-.25' do entraron en su poder..."

han mantenido a lo largo ds loa siglos,sstan sien da abandonadas,por la apertura da nuevos

horizon-tes da trabajo en los sectoras industriales y sn I-...-•-' los nucíaos urbanos importantes,Asi pues,solo se

mantiene la agricultura que producá beneficios -y no la marginal,como en estes casos.Observamos tarra zas abandonadas en montas y colinas,donda la vegetación natural,lo ha invadida todo,'y el monte ha recuperado lo que en otro tiempo fuá

-suyo.Los cultivos predominantes, sn esta tipo da -;J-~:;j_,-L.~;:

parcelas escalonadas -eran los propios del secano tradicional(caraales,vid,olivo,algarrobos,higue-ras y almendros)«A vacas-cultivo mixto de cereal y olivo,por ejemploto de vid y olivo,una cosecha al vuelo y otra al suslo,

Las únicas tarrazas que perduran son -aquellas donde la practica da la mecanización ss factible de realizarse,y su extensión ss ra-lativamente grande,de escasa pendiente y donde el cultivo se vea respaldado por las condiciones necesarias.

LOS

SECANOS*-Dentro del ámbito valenciano, la expansión de los secanos ha contado con normas legales que favo recian su arraigo. La multitud de masías y casas de labranza dispersas, resulta inseparable de un -fenómeno de sobrepoblación económica con la la-branza como ocupación principal. A parte da la pro sión demográfica y de la valoración de ciertas cor sachas con criterios de subsistencias, el desmonte masivo de superficies de rendimientos Ínfimos, la conquista del secano se ha realizada hasta media-dos del siglo actual, bajo formas de tenencia que reservaban a enfiteuta y aparceros la apartación del trabajo agrícola.

Desde Ids ¿¿g-"n cincuenta la creación d? otros pues-tos de trabajo, concretamente en la Hoya de Casta-lia- el auge creciente de la industria ha causado el retroceso de la aparcería y el encarecimiento -de los jornales ha -desembocado en la crisis -del — campo con dos salidas reconversión de las fincas agrícolas en fuertes y modernas unidades de produc ción ó el abandono de las tierras afectadas.

Dentro de los secanos distinguimos: Secanos -cerealistas .„ que ocupan los declives moderados de las zonas montañosas _ y que van siendo progresiva-mente desalojadas por los frutales o el almendro.

El cultivo "dominante es la cebada, seguido del trigo y avena (cereales de invierno), y entre los de -primavera el principal es el maíz. El centeno ha de jado de cultivarse. Los barbechos semillados paseen valor complementario. El sistema de cultivo más di-fundido es el de ano y vez,, aunque no se trata de una norma rígida y las superficies fluctúan mucho -según el tempero de la siembra.

Una gran parte de estos secanos cerealieolas -és-tan^ubidados' en¡ grandes fincas: procedentes de la privatización multisecular de propios y comunalesv"

y que han sido explotados hasta mitad de este siglo en régimen de aparcería a medias, donde el propieta rio mantenía un status claramente absentista. El — éxodo de los aparceros, cuya huella en el paisaje -rural"-, es la abundancia de casas de labor abandona-das-o semiderruidas, ha forzado el sistema de expío tación directa y con ella de la mecanización del — campo.

Viñados.-El extraordinario desarrollo de este cultivo, en nuestro suelo se debió en gran parte a la inva-sión filoxerica del viñedo francés a fines del siglo pasado. Nuestro mercado estuvo en auge hasta -que a principios de este sigla la crisis afectó a

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todos ds forma general. Lusgo tras replantar con -pie americana ; se consolidan las vides-^ en las coyunturas de los confictos mundiales y desbanca a la:^ cerealieultura como cosecha principal. Las -principales \ariedades cultivadas para vinificación san: Manastrell que goza de ser la privilegiada y la que cuenta con mayores extensiones, seguida de -mezclas, Garnacha, Flesseguera, Forcallat, Bobal y sin injertar. De los cuatro municipios el más vit-i-vinicaja es Castalia con 1443 ha.de vina monastrell

en 1970, siguiéndole en orden de importancia* Ibi, Onil y Tibi.

Secanos

arbolados.-La importancia del árbol en las tierras de se-cano es a lo largo de la historia. . una constante y sé fundamenta en la mayor resistencia a la aridez que tienen los árboles; por su poderoso sistema de -raices, son capaces de absorber el agua por poca e insuficiente que sea. En espacios llanos:- el culti-vo asociado de árboles y cereales satisface la vieja aspiración a la doble cosecha en suelo y vuelo.

Los secanos arbolados también muestran cambios en su fisonomía, el algarrobo está en franco retrace Ü O . El olivo.; en esta zana • ha disminuido su exten-l sión desde 1943 a hoy, concretamente en el municipio

de Onil, donds la "silueta del cuquello" . era muy apreciada y mantenía una buena posición en el merca -do provincial. Sin embargo . el olivo, aunque con me ñor extensión que antes, sigue siemdo un cultivo — principal de la "Foia" • por su resistencia al frió y sus escasas trabajos. Las higueras corren la mis ma suerte que sus compañeros los algarrobos y apa-recen dispersas por el campo, cuando no se arrancan.

En vivo contraste con estos legendarios árboles el almendro va ganando terreno en toda la provincia, llegando c, constituirse en símbolo de Alicante. La Haya de Castalia no es una excepción y sobre todo en Tibí, municipio mas favorecido climáticamente y -si más meridional de la Hoya, ocupan grandes banca-les. En las zonas más altas __ se han acondicionado especies de floración tardía.^ y por tanto con un -riesgo menor de heladas ; con lo que se han ensancha-do sus limites de cultivo.

Los frutales corren parejos con el almendro en"suerte. Progresivamente van ganando terrenos y -ocupan extensas zonas en los cuatro municipios. Las especies , más representativas son los manzanos y p_e rales. Se puede afirmar que por su cotización en el mercadu constituye una buena cosecha como fuente ds ingresos. Es por ello por lo que a pesar de ser una comarca netamente industrial, la agricultura que se

conserva desde antiguo _ se va transformando poco a poco-, integránriose en el marco moderno de produc-ción y mecanizaproduc-ción- can saciedades cooperativas,-donde los frutales disfrutan de un primer puesta, no por su extensión actual, que aún no ha podido alcanzar a la de otros cultivos tradicionales de -la zona, sino por sus rendimientos,

EL

ñQUTZ,Fuera de los regadíos y secanos aparece el -monte sn estrecho contacto con los aprovechamientos de él mismo y los agrarios. Ello nos ha llevado a incluirlo dentro de los paisajes rurales.

Los bosques de los señoría? valencianos, en -este caso del '.arques de Dosagues . quedaron reser-vados al disfrute de sus titulares con severas muí tas a los infractoras de la ley. En el siglo XVIII la práctica de nuevas roturaciones y la tala de árboles, hablan menguado mucha la extensión ocupa-da por el monte. Es por esto par lo que al desmor£

narse las patrimonios nobiliarios .quedaron como grandas propiedades ó en otros casas como bienes de propios, •

-La acción antrapica y ia sobrecarga pastoril han degradado el monte y abierto pasa a formacio-nes subseriales.

por fuentes documentales y por los vsstigios subsja riales de la "Quercus Ilex" .. han dado paso al mat£

rral de encinetes* coscoja y alguna encina aisla-da en medio del campo. Todo ello ha traído la coló nización de jaras y tomillares^ en sus antiguos te rritorios .que se resiembran con facilidad y prop_i cian la instalación del pino carrasco.

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Aprovechamientos del monte

La garriga aparte de proporcionar pasto pa-ra diversos ganados.- ofrecía gpa-ran cantidad de leña para el abastecimiento del pueblo y para usos in-dustriales, siendo esta -" el mejor combustible y más barato en otras épocas.

El fruto de las encinas, las bellotas.; etan -<

un elemento de primer orden en la alimentación del -ganado porcino, constituyendo la bast¡ de su engor-de. '

La práctica del carboneo, como tantas otras, -no as ahora más que un leja-no recuerdo, el procedi-miento era el misma- para el pina que para la en-cina. Casi siempre tenia lugar en la montana, ya — que allí se disponía de la materia prima en su lugar de origen. El procedimiento que se seguía era -construir una plazoleta de 5 a 6 m, de dia'metro, co-locándose la leña en medio y piedras alrededor for-mando una circunferencia , En el centro y donde se había puesto ía lena, se hacía chimenea y luego se — cubría todo con junquillo y tierra fina, sin dejar -resquicio. El encendido se prolongaba algo más de una semana, de 8 a 9 días. Durante este tiempo los carbone ros pernoctaban en barracas o chocas llamadas "cucos".

De la práctica del carboneo en nuestros montes.-.-hemos dejado constancia al hablar de la degradación

del bosque.

Qtro proceso de fabricación que se llevaba a cabo en nuestras montañas era la obtención de la cal.

Una de las formas más comunes de valorizar la leña baja que resulta de la operación de limpiar -los pinares, así como también de emplear la fagina que resulta al "escamondar" las ramas bajas de — los árboles para que el tronca crezca en longitud, era consumirla sn hornos de fabricar piedra cal ó sea cal viva. Aún se pueden observar entre los pi-nares algunas construcciones aisladas y abandona-das., en forma cilindrica que S R hunden unos metros en la tierra, casi siempre ubicados en pendiente.

Son los "forns de cale", que han funcionado can le ña y caliza, existentes en todas partes- como mate rias fundamentales. Se habla de esta industiia . c£

mo itinerante, ya que agotadas las reservas se — abandonaba y se abría otro-, en alguna otra parte.

En un horno de cal-.se iban disponiando por techos alternativos -,la leña-.en haces y la piedra caliza Z-.yi' seguía . -aumentándose a medida que avanzaba la

combustión, ya que ésta podía durar varios dias.

La operación más larga consistía en vaciar el horno anticipándose al periodo de lluvias otoñales que -podía perjudicar la producción. Esta actividad

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taba muy ligada a la anterior dsl carboneo y así la cal también la vendian los carboneros. El consumo de cal era muy grande, se utilizaba en mortero, —

trispol , enlucido y como desinfectante de las vi-viendas al menos una vez al año..__. cuando las medi-das higiénicas eran todavia rudimentarias y atrasa das.

Por último el espartizal; el aprovechamiento del esparto, albardín y atocha, ha sido una constari te en nuestras montes mediterráneos. De estas fi-bras vegetales, se hacían sogas, alpargatas, capa-zos y otros útiles agricolas. En el municipio de Ti bi habian muchas personas empleadas en la fabrica-ción de calzado de esparto, según cita Cavanilles.

El problema de si el esparto G S 6 no vegetación na-tural-- es algo discutido. Algunos autores, conside-ran que fué objeto de repoblación púnica. Otros — por el contrario, que se trata de una manifestación climácica vegetal de la comarca. Argumentos que lo sustentan, son por un lado , que en nuestra comarca se dan las condiciones óptimas para el desarrollo -ecológico de la planta, con régimen térmico tenden-te a la continentalldad y ascasa pluviosidad, y por otro lado las dificultades que presenta para culti-varlo.

Ante estos problemas nos inclinamos a pensar

que los cartagineses y romanos, lo que hicieron -sería limpiar el mente de otras matas qua lo menoscababan, llegando en ocasiones a quemar toda -la zona forestal y al cabo de 5 ó 6 anos, -la ato-cha volvía a crecer con mayor ímpetu que antes.

Hoy en día, nuestros montes na ofrecen casi 'ningún aprovechamiento.

Ea un estudio forestal del Pbnte Racl" il-í'lai^

mo_ qua hemos podida entresacar en la Jefatura de I.C.O.N.A. de Alicante- dice que los aprovechara i eri tos tienen escasa importancia por su valor ecanórrú co, puesto

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lanar por — su esc sa relevancia. Las especies que hay san en su ma-yor parte; perdices, conejos y liebres.

Las maderas tienen su principal aplicación en la fabricación de envases .para la exportación de ~

productos agrícolas. 3e utilizan también en la cons.

trucción de pequeños veleros y pesqueros que permi-ten el aprovechamiento de tablas procedentes de fu_s tes retorcidas tan usuales en este tipo de monte xe rofiticq,

En otras épocas de escasez las maderas iban -destinadas como material de construcción y para va-rios usos en carpintería. El mercado consumidor es toda la provincia, sobre todo Ibi y Alicante.

La mano de obra es difícil de conseguir para — los trabajos en el monte, siendo necesaria traer — obreros de otras zonas de la provincia e incluso de Murcia. Esta escasez de debe a los altos salarios ~ que se pagan en otros sectores industriales y aquí los sueldos son. muy bajos, el jornal de un peón era de 180'- ptas» (1966) y las cargar sociales aparte.

Los peones especializados como hacheras ó" tronzado-res g.abrab.an 250r- ptas.

A continuaeíón unos cuadros ponen de manifies-to este estudio.

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