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3. MARCO TEÓRICO DE LA CONSTRUCCIÓN E INTERVENCIÓN EDUCATIVA

3.8. Tipo de intervención: modelo de programas

3.8.2. Rasgos distintivos de la intervención sugerida

1. Relación directa e indirecta del orientador o psicopedagogo, aunque deben participar otros miembros como agentes activos del cambio y bienestar.

2. Acción dirigida a grupos amplios de personas, no obstante puede existir una intervención a pequeños grupos; o de forma individual, ya que se parte del derecho a la orientación. 3. Intervención programada de manera intencional, sistemática, contextualizada, destinada a

satisfacer las necesidades identificadas y detectadas.

4. Modelo que necesita la evaluación permanente y continua para la toma de decisiones, tanto en sus inicios como al final del programa.

Como lo mencionan Álvarez, et. al (2002), el modelo de programas se debe contemplar desde una perspectiva comprensiva de la acción psicopedagógica (investigación acción) lo que implica presentar integradamente los distintos aspectos de la intervención orientadora que son:

1. Conjugar los tres campos de la orientación: educativa, personal-social y profesional. 2. Contemplar los principios de prevención, desarrollo e intervención social en armonía con el

principio terapéutico.

3. Ofrecer una intervención orientadora que sistematice y coordine los diferentes modelos de intervención psicopedagógica.

4. Estructurar y sistematizar con la ayuda de otros agentes que participan en la intervención, las competencias, contenidos, métodos, recursos; como elementos de un vital de orientación integrados en el proyecto general donde nacen.

5. Aprovechar los recursos humanos, funcionales y tecnológicos que dispone la sociedad, para presentar una acción más acorde con las exigencias e intereses que la comunidad y

sociedad demanda.

6. Integrar activamente a los implicados para que identifiquen las metas a conseguir.

En definitiva, todos estos aspectos, características y rasgos distintivos, convierten al modelo de programas en un modelo de actuación muy ventajoso, pues nace de una acción contextualizada, de las necesidades concretas de una situación específica, se trata de una acción planificada,

sistematizada, racional y funcional, que se dirige a satisfacer necesidades específicas de personas, por lo que se considera un modelo global y totalizador que a través de su actuación mantiene contacto y relaciones con el entorno, ayuda al trabajo en equipo y que favorece la evaluación, para optimizar su intervención o acción orientadora.

No obstante, el modelo de programas también presenta algunos aspectos limitadores que se han experimentado en diferentes ámbitos en la fase de implementación del mismo:

• Existe poca concienciación para trabajar en colaboración y en equipo para planificar, diseñar y evaluar la acción psicopedagógica.

• No hay suficiente arraigo o costumbre para trabajar por programas comprensivos. • La formación y capacitación de todos los agentes que deben intervenir en la acción es

insuficiente.

• La estructura organizativa de los centros, servicios, instituciones y organismos, no es lo suficientemente flexible para poder trabajar por programas de forma eficaz.

• No se cuenta con los suficientes recursos humanos y materiales necesarios para poder intervenir por programas.

La investigadora considera que el modelo de programas integrados es la mejor alternativa para actuar en el contexto en el que se interviene.

Es recomendable considerar que al hablar de modelos de programas, se hace referencia a una modalidad de intervención que se caracteriza por ser secuencializada en una serie de fases o tareas que se inicia cuando el profesional de la intervención detecta las necesidades y piensa en un posible programa; tal y como se operó con la detección de las necesidades de la colonia La Alianza en el Municipio de Monterrey, Nuevo León, en donde se encontró como uno de los hallazgos más importantes de la investigación a partir de la información recibida que los lazos comunitarios son muy

débiles y falta confianza entre los vecinos quienes no tienen relaciones amistosas ni de trabajo entre ellos.

Esta afirmación se extiende a todas las edades y los jóvenes se reúnen casi exclusivamente para cometer actos de vandalismo, mientras que los niños permanecen junto con sus padres dentro de las casas ya que según palabras de los entrevistados falta servicio de vigilancia en las calles, por lo que se decidió actuar con programas de orientación en valores, actitudes y participación

comunitaria.

La intervención por programas se configura como un proceso formal de acción-reflexión, que se sistematiza gráficamente en las siguientes fases:

Figura 8. Fases del modelo de intervención sociocomunitaria

Es necesario que las instituciones, servicios, organizaciones y/o centros reúnan algunos requisitos mínimos para que obtener los resultados esperados:

1. Compromiso por parte del centro/institución y de los responsables de orientación para potenciar los programas dirigidos a todos los receptores.

2. Contemplar el proceso de intervención como una actividad más dentro de la tarea formativa, dotándole de un carácter procesual, evolutivo y comunitario.

3. Implicación y disponibilidad del tiempo del personal que va a aplicar el programa. 4. La presencia en el centro/institución o servicio de un especialista en orientación que

asesore, dinamice y dé soporte técnico, aportando los recursos necesarios para la planificación, ejecución y evaluación de los programas.

5. Determinación previa de un tiempo de intervención. 6. Contar con los recursos humanos y materiales suficientes.

7. Creación de canales de información dentro y fuera del centro/servicio/institución. 8. Consideración de un nuevo modelo de organizativo de orientación, explicitando las

funciones de los diferentes agentes implicados.

9. Evaluación del programa en todas sus fases y por parte de los diferentes agentes. Con el modelo de programas se pone de manifiesto una forma de actuación orientadora o psicopedagógica diferente a los enfoques terapéuticos, correctivos, asistenciales, palitativos e individuales ya que se enfoca a la prevención, desarrollo y acción social.

Intervenir por programas no se refiere exclusivamente a la realización de un conjunto de actividades aisladas con objetivos más o menos secuencializados; es una responsabilidad que requiere rigurosa planificación, diseño y evaluación de la acción o intervención a desarrollar con el compromiso de todos los implicados en el cual se adecuen los tiempos, espacios y recursos necesarios para orientar la acción.

Se considera que el modelo utilizado como herramienta de la investigación puede quedar sugerido como modelo general para la elaboración de proyectos similares.