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El Sistema Braille Introducción al Sistema y enseñanza de la lectura y escritura a niñas y niños ciegos

Enseñanza y aprendizaje del español escrito como segunda lengua Lectura Formal del Texto como Estrategia Didáctica

4.2. Atención Educativa para alumnas y alumnos ciegos o con baja visión

4.2.1. El Sistema Braille Introducción al Sistema y enseñanza de la lectura y escritura a niñas y niños ciegos

La capacitación docente para la introducción al conocimiento y uso del Sistema Braille tiene dos finalidades: por un lado, pretende que los docentes reconozcan al Sistema Braille como una herramienta para la comunicación y para el acceso a los contenidos curriculares y, por otro lado, que se apropien de la metodología para la enseñanza de la lectura y la escritura en Braille.

En este proceso, se hace énfasis en la importancia de que los alumnos y las alumnas consoliden el esquema corporal, la motricidad fina, la ubicación espacial, la lateralidad y la senso-percepción, como elementos esenciales para su desarrollo integral y para su apropiación del Sistema Braille. Esto se logra a partir de la programación de actividades orientadas a la estimulación y discriminación táctil.

La enseñanza de la lecto-escritura a través del sistema Braille, se enmarca en el enfoque del Plan y los Programas de Estudio 2011 de la Educación Básica, específicamente en lo referente al campo de formación de Lenguaje y Comunicación, donde se destaca como finalidad el “Desarrollo de competencias comunicativas a partir del uso y estudio formal del lenguaje, [ya que] sólo así los estudiantes acceden a formas de pensamiento que les permiten construir conocimientos complejos”9.

Para lograr que los alumnos ciegos o con baja visión desarrollen las competencias de este campo de formación, se propone el uso y realización de una serie de estrategias específicas y de materiales entre los que destacan la regleta, el punzón, la máquina Perkins y el programa Jaws parlante para PC, entre otros, que favorecen el proceso de adquisición del Sistema Braille.

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El trayecto por el cual deberán de transitar los alumnos y alumnas para adquirir el conocimiento y dominio de este Sistema, inicia con la consolidación del esquema corporal, la ubicación espacial y la ejercitación de las sensopercepciones, para finalmente llegar a la lectura y escritura en Braille.

Un elemento fundamental para alcanzar estos aprendizajes, es el enfoque didáctico en el cual se sustenta la enseñanza del Braille. En este sentido, se reconoce y recupera el establecido en el Plan de Estudios 2011, por el cual se pone énfasis en las prácticas sociales del lenguaje, enfoque que fomenta el desarrollo de habilidades comunicativas tales como hablar, escuchar e interactuar mediante la comprensión, la interpretación y producción de diversos tipos de textos vinculados con la vida diaria.

La planeación e implementación de las actividades deben necesariamente considerar los conocimientos con los que cuentan los alumnos y las alumnas ciegos, de manera que sea posible definir experiencias de aprendizaje que permitan desarrollar, impulsar y potenciar sus habilidades. Es importante tener presente que todas las actividades que se realicen con el alumno ciego o la alumna ciega, deberán acompañarse de una descripción verbal lo más detallada posible, ya que ésta se constituye en un medio para ampliar la información que reciben del medio y para facilitar la manipulación del material y la subsecuente representación mental que hagan de cada acto realizado.

A continuación, se describen cada uno de los momentos recorridos por el alumnado en su camino al aprendizaje del Sistema Braille, a partir del establecimiento de un comparativo entre el proceso de desarrollo del niño o niña normo visual y el ciego, iniciando con los ejercicios de sensopercepción, continuando con la consolidación del esquema corporal y el signo generador, hasta llegar al uso de la regleta y el punzón. Los ejercicios de sensopercepción, representan un momento de trabajo imprescindible con el alumnado ciego toda vez que necesitan potenciar el uso de los sentidos como el tacto y el oído y consolidar su ubicación espacial y su motricidad tanto fina como gruesa.

En la etapa preescolar el alumno o alumna normo visual, inicia el proceso de lectoescritura realizando líneas curvas, rectas, diagonales. Estos ejercicios pueden ser dirigidos o voluntarios y se requiere de promover su realización tanto en el entorno familiar como en la escuela y en las aulas, por ejemplo, participan en actividades donde caminan, saltan o corren sobre líneas trazadas en el piso.

Estas actividades, les brindan información de su entorno y permiten que se desarrolle la psicomotricidad gruesa de forma vivencial. También se realizan trazos de figuras, letras o números, que siguen con la mano o con un dedo y que se van asociando a su nombre y a la cantidad de objetos que representan.

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En el caso de la niña ciega o el niño ciego, es totalmente necesario promover la realización de ejercicios y actividades que le brinden información táctil a partir de seguir líneas marcadas con carretilla o punteadas con punzón, que le den realce o textura a la hoja de papel. Este tipo de estimulación es fundamental para lograr que posteriormente se le facilite recuperar una mayor cantidad de información de su entorno, mediante el tacto. En primera instancia se propone iniciar con ejercicios

vivenciales donde el alumno o alumna realice desplazamientos en trayectos cortos, siguiendo un camino con bordes trazados previamente en el piso para posteriormente ir acotando los trazos al plano de una hoja.

En la consolidación del esquema corporal, el niño normo visual

adquiere mediante el sentido de la vista, conceptos como el tamaño, la ubicación, los colores y los trazos. Sus experiencias cotidianas le proveen de mucha información, incluida la información asociada con la escrita, ya que a través de anuncios, de las envolturas de los productos, los carteles, entre otros, se inician en el reconocimiento de las letras, los números y las formas. Una vez que inician su escolarización, estos aprendizajes se formalizan y se sistematizan.

En este mismo proceso, poco a poco van consolidando su lateralidad a partir de actividades que les implican identificar la mano con la que escriben, el lado por donde inicia la escritura, etc.

Paralelamente a la consolidación de su esquema corporal, con la niña o niño ciegos, se trabaja la asociación de seis puntos de su cuerpo con los correspondientes al cuadratín de escritura en Braille y asociado al esquema del signo generador.

Cada cuadratín está formado por seis puntos ubicados en dos columnas con tres puntos cada una. En este momento del trabajo, es importante que el alumno o la alumna identifique la ubicación de cada uno (arriba, medio, abajo y derecha, izquierda) y los asocie con su esquema corporal de manera que el punto 1 corresponde a su hombro derecho, el punto 2 a su hombro izquierdo, el punto 3 al lado derecho de la cadera y el punto 4 al lado izquierdo de la misma, el punto 5 corresponde a la rodilla derecha y el punto 6 a la rodilla izquierda.

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Esta asociación les permitirá iniciarse formalmente en la escritura del Sistema Braille. Una vez que identifican perfectamente estos puntos en su cuerpo, se irán realizando actividades en las cuales se reduce paulatinamente el tamaño del espacio en donde los representarán: primero en un cartón de huevo y posteriormente en el cuadratín.

Para llegar a la representación de los seis puntos en estos dos espacios, es necesario también que hayan consolidado el concepto de número para que puedan contar los puntos, realizar las combinaciones y representar las letras.

Cuando los alumnos y alumnas ya han identificado estos 6 puntos en su cuerpo, se inicia el trabajo con el signo generador, a través del uso de un cartón de huevo en donde ubican los espacios de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo, colocando pelotas pequeñas de unicel en cada espacio de acuerdo con la indicación que reciben. Este proceso favorece el conteo, la motricidad fina de rastreo, la prensión de objetos y el conocimiento de los espacios.

Huevera

Asociación de los puntos del cuadratín con el esquema corporal

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En esta fase de escritura informal del Braille, trabajar con este material permite que el alumnado identifique con facilidad cada punto en el cartón de huevo con un mínimo de errores al colocar las pelotas en cada espacio. Para complementar esta representación se sugiere utilizar al mismo tiempo un esquema de signo generador de menor tamaño como el cuadratín de madera.

Este momento de trabajo incluye también el picado en papel a partir de representar figuras libremente o de manera dirigida. Posteriormente, el picado se realiza en el cuadratín de madera. Con estas actividades se consolida la psicomotricidad fina tan necesaria para la escritura en Braille.

El momento adecuado para que el o la docente inicie al alumno o alumna en el uso de la regleta y el punzón se presenta cuando se observa que han desarrollado las habilidades motrices y de ubicación necesarias para el manejo del espacio. En esta fase del trabajo se retoman todos los conocimientos adquiridos con anterioridad para concretarlos en el conocimiento y uso de la regleta y el punzón.

Inicio del sistema Braille, apoyo de signo generador

Para la enseñanza del Sistema Braille, el alfabeto se divide en tres bloques o series con diez letras cada una. La primera de ellas contempla de la “a” a la “j”, la segunda, de la “k” a la “t” y la tercera de la “u” a la “z” (a la “ü” -letra u con diéresis-, a la “ñ” y a la “w” se les conoce como letras agregadas y no corresponden a ninguna serie).

A través de la representación en el cuadratín de madera se enseñan las letras de acuerdo con su serie o bloque correspondiente, en orden alfabético. Posteriormente se representan las letras agregadas.

Una vez que los niños y niñas ciegos dominan la representación del abecedario, se comienza con los signos ortográficos y se deja para el final el trabajo con los números y con algunos signos matemáticos como los de suma, resta, multiplicación y división (+, -, x y /) este último aspecto es conocido como Aritmografía.

Cada vez que se inicia la enseña de una serie de letras o números, se realizan ejercicios para su ejecución y apropiación ya que, evidentemente, la práctica constante del sistema Braille facilita su perfeccionamiento.

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4.2.2. Enseñanza del ábaco Kramer: accesibilidad en la adquisición del número y sus operaciones