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TEMAS DE APLICACIÓN PRÁCTICA

In document El Dominio de Si Mismo (página 76-91)

TEMA 1

Procedimiento para fortificar la atención.

1º Toma dos objetos similares, dos llaves por ejemplo; observa atentamente los detalles de cada una de ellas. Compáralas desde el punto de vista de peso, dimensiones, color, estructura, etc., de manera que puedas dar una explicación exacta de la imagen de cada una de ellas.

2º Dibuja de memoria cada uno de los objetos escogidos y observados. Nada refuerza tanto la atención como observar un objeto para dibujarlo de memoria.

3º Lee un trozo de cualquier libro erudito y repite después en voz alta todos los puntos esenciales contenidos en él.

4º Contempla analíticamente cualquier fisonomía; observa su simetría o asimetría y analiza las relaciones que pueda haber entre su altura y su anchura y entre sus tres partes: la superior, la media y la inferior. Observa las características del cabello, de los ojos, de la nariz, de las orejas, de la boca, los detalles del rostro. Observa todas las anomalías aparentes.

Nota. No leas todos los temas de un tirón. Conviene leer sólo uno cada día, practicar en él, sacar consecuencias, anotarlas y asimilarlo de esta manera para hacerlo propio.

TEMA 2

Doctrina de la moderación.

Ten bien presente siempre este principio: Para durar es preciso moderarse.

No abuses nunca de nada. Ten en cuenta que todo abuso produce un estrago, que te incapacita para de alguna manera durante un tiempo.

Aprende a interrumpir el placer en su plenitud, o sea antes de que te cause fatiga y deje, por tanto, de ser placer para ti.

Habrá momentos en la vida que habrá que excederse, abusando de uno mismo, de las energías propias. Pero sólo lo conseguirás sin demasiada fatiga si te has ejercitado antes por moderarte en todo.

Consérvate en forma tal que puedas decir en cualquier momento: Puedo abusar de todo sin perjudicarme; porque siempre he sido moderado en todo.

TEMA 3

No te librarás de las influencias exteriores sino en la medida que conquistes el dominio de ti

mismo.

Tú no puedes evitar que los fenómenos exteriores se produzcan o que actúen sobre ti, pero puedes convertirlos en un bien para ti. Puedes dominar tus reacciones y sacar partido de las nueva situación que te son inevitables.

Todo lo que te rodea es como un mar alborotado. Tú has de ser como un promontorio rocoso, que resiste los embates del mar y aparece en toda su soberanía en los momentos de calma, sin haber sufrido el menor derrumbamiento.

Tener que relacionarse con la gente es inevitable: aprovecha tales oportunidades, de manera que cada encuentro con los demás perfeccione tu manera de ser.

TEMA 4

Antes de pensar en consumir, conviene aprender a producir.

La vida es bella y está llena de riquezas. Pero no intentes gozarlas sin pagar antes tu precio, produciendo más riqueza. Si consumes sin producir te hartarás y la vida perderá todo el atractivo para ti.

Empieza por ser bueno contigo mismo y con los otros, si quieres que la vida sea buena contigo.

Quien crea más riqueza nunca se decepciona; el que únicamente las consume, sí. No empieces por la decepción. La lucha contra la decepción se cifra precisamente en esto: en no consumir antes de producir.

El error de la mayoría de los que se llaman incomprendidos es éste: que intentan ser felices antes haber hecho nada por adquirir la felicidad. Trata de hacer felices a los demás y participa alegremente de la parte de felicidad que te corresponde.

En todos los momentos, esfuérzate siempre por dominar tu tendencia natural a consumir antes de producir.

TEMA 5 El esfuerzo.

Introduce una llave en una cerradura mohosa. No girará. Fuérzala, y la romperás. Pon aceite en la cerradura antes de forzar la llave y ésta girará bien y la abrirás.

No malgastes nunca tu esfuerzo sin poner antes aceite en las cerraduras. O sea sin aplicar aquellos medios que convierten tu esfuerzo en una energía útil

Ejercita tu esfuerzo en cosas útiles. No pierdas el tiempo con cosas inútiles.

Aprende a sustituir siempre el esfuerzo inútil por un esfuerzo efectivo. El esfuerzo útil se convierte en un bien. El esfuerzo inútil sólo produce fatiga, lo cual es un mal.

TEMA 6

El deseo de aprobación es uno de tus enemigos más poderosos.

Muchos hombres sucumben por este deseo de aprobación. El bebedor que sólo quiere demostrar su resistencia a la bebida para lucirse ante un grupo de amigos, sucumbe desgraciadamente él mismo por el deseo de aprobación.

No te ha de importar que los demás no aprueben tu conducta por el momento. Sólo tú eres el árbitro de tu destino y tu propio juez y sólo tú has de aprobar tu conducta.

Los demás aprobarán en ti muchas tonterías, y después, cuando sufras las consecuencias, se reirán de ti.

No hagas nada sólo para conseguir la inmediata aprobación ajena. Ten siempre muy presentes tus fines personales y rehúsa hacer todo lo que de ellos te aparte. Elimina de ti el afán de lucirte en todo momento ante los demás. Ningún beneficio sacarás de este lucimiento ni ellos te lo pagarán, como no sea con un aplauso ocasional.

TEMA 7

El atractivo del placer inmediato. Este atractivo es uno de los azotes de la humanidad.

En cada momento el placer inmediato está en pugna abierta con la tenacidad, con la insistencia, con la continuidad y la perfección de la obra.

El mundo está lleno de solicitaciones tiernas y bellas que actúan sobre ti. Si sucumbes y te entregas a ellas, te hallarás después decepcionado y más atrasado en el camino del éxito que los otros que supieron resistir.

Has de vivir siempre alerta contra el placer inmediato. Piénsalo bien. Tú no vives para estas satisfacciones momentáneas, sino para la consecución de un fin más noble, más alto.

¿Cuál es tu primer placer inmediato por la mañana? Permanecer en la cama. ¿Y en la mesa? Comer más y abusar dé todo lo que recrea tu paladar. ¿Y cuando pasas por delante de un cine? Entrar y ver la película. ¿Y por la noche? Reunirte con tus amigos a cenar y a charlar hasta muy tarde.

¿Qué será de ti si sucumbes a diario a estos cuatro placeres, aparentemente tan inofensivos?

He aquí algunas de las satisfacciones inmediatas a las que has de resistir siempre que tengas ocasión:

Leer el final de un libro antes de haber leído todos los capítulos anteriores.

Contestar inmediatamente a una carta ofensiva, o molesta, en términos parecidos o de venganza.

Contestar a una injuria en el mismo tono. Interrumpir el trabajo.

Piensa siempre que el placer es muy distinto del gozo y la felicidad. El placer sólo deja un poco de insatisfacción, amargura y remordimiento.

Si te preguntan por qué haces una cosa, no digas: «Porque me da placer.» Mejor será que puedas decir: «Me daría más placer hacer otra, pero hago ésta, porque es un paso necesario para la consecución de mis fines.»

TEMA 8

El corazón tiene sus razones, que la razón no conoce

Esta fórmula de Pascal se repite muchas veces a tontas y a locas. Sin embargo encierra una verdad magnífica, que el hombre triunfador ha de tener siempre presente. Es tal vez uno de los pensamientos más grandes que hayan sido jamás enunciados. El deportes de riesgo, las carreras de autos, la aventura, los deseos de toda clase, pueden ser algo absurdo a los ojos tenemos razones para hacer tales cosas. Y si tenemos razón, es que existen otras razones distintas de la fría razón. Son las razones del corazón, que la razón no conoce.

Medita esto bien. Te ayudará a conseguir una rica personalidad que aumentará el valor humano de todos tus actos. No quisiera jamás que pensaras que sólo los hombres fríos, sometidos a la lógica y a la sensatez y a la razón, pueden triunfar. No es así. Los caminos del éxito discurren por campos floridos. Hay un cierto sentido poético de la vida, que apoya a las otras fuerzas que conducen al triunfo.

Un triunfador frío no es un triunfador feliz. Y tú tienes que estar convencido de que de los dos triunfos, el que obtengas sobre las cosas y el que obtengas sobre ti mismo en tu interior, que éste último ha de ser siempre el preferido.

TEMA 9

Escoge tu obra. Mide bien tus fuerzas. Toma lo que puedas soportar y deja el resto.

Nada sacarás de proponerte un trabajo superior a tus fuerzas.

No has de equivocarte al medir tus fuerzas. Esto no. Has de pensar que todos los hombres tenemos muchas posibilidades que no hemos ejercido jamás, que ni tan siquiera conocemos. Pero también es cierto que tenemos un límite. Y es muy importante para cada hombre saber poner su felicidad en su límite. Lo más difícil es «renunciar al resto».

La elección tiene siempre es difícil: renunciar a todo lo demás que no ha sido elegido.

Muchos hombres han fracasado, no por haber elegido mal, sino por no haber sabido renunciar honradamente a todo lo demás.

TEMA 10

Tu fin ha de ser la proyección de tu personalidad sobre la pantalla del porvenir.

Tu sombra ante ti ha de ser una imagen agrandada y simplificada de ti mismo.

Si consigues ver tu imagen convertida, delante de ti, en lo que ha de ser, tendrás mucha menos dificultad en fundirte con esa imagen.

En el colegio, cuando teníamos doce años, hablábamos a veces de lo que seríamos después en la vida. Sólo uno de nosotros parecía saberlo con exactitud. Quería ser médico y se expresaba así: «Nosotros, los médicos...» Los demás hemos conseguido algo, unos más y otros menos. Pero aquel niño que a los doce años ya tenía proyectada su imagen sobre el porvenir, mucho antes de los cuarenta era ya uno de los médicos más célebres de nuestro país.

TEMA 11

Se ambicioso. Pretende lo máximo posible. No conviertas la mediocridad en ideal.

Este tema no se contradice con el noveno. Allí se dice que no has de escoger jamás un camino que no puedas andar y que has de saber desprenderte de todos los lastres inútiles. Aquí se te dice que, escogido ya el camino, no has de ceder hasta haber alcanzado la cima.

Todos los caminos conducen a una cumbre. Pero la mayoría de los hombres se quedan en las laderas inmediatas, a más o menos altura, y muchos de ellos buscan un sitio cómodo y soleado en donde puedan establecerse y gozar de una fácil mediocridad. No son ambiciosos.

Pero el triunfador ha de ser ambicioso. Sólo el que se ha propuesto no parar hasta alcanzar la cumbre, puede poner los pies en ella. Los otros ya están descartados. Y estos hombres que pisan la cumbre son necesarios, porque son ellos los que hacen avanzar la humanidad.

Proponte ser uno de ellos. Tal vez no lo consigas. Pero piensa que si no te lo propones, no lo conseguirás jamás.

TEMA 12

No aspires a ser feliz, aspira a realizar tu obra. Esta distinción es muy importante. Se habla mucho de la felicidad como el fin principal de la vida del hombre. Sin embargo, para muchos no lo es, o, por lo menos, no es esta felicidad inmediata, conseguida a costa del sacrificio de las ambiciones y de la mera elección del camino más fácil.

Fue un gran personaje el que dijo esto. Consagraba toda su vida al trabajo, sin cesar y sin permitirse ninguna distracción. Y alguien le preguntó si, con aquel género de vida, era feliz. Y él contestó: Yo no aspiro a ser feliz; yo sólo aspiro a realizar mi obra.

Esta contestación resuelve de un golpe todas las dificultades de orden personal y sitúa, al que es capaz de darla honradamente, en el camino de la grandeza humana.

TEMA 13

No diluyas tu personalidad en cien pequeñas cosas inútiles. Cífralas en una sola cosa grande y

fuerte.

Dedicarse a una sola cosa, con exclusión de todo lo demás, es uno de los síntomas de la grandeza humana.

Observarás que mucha gente está diluyendo continuamente sus energías en múltiples atenciones sin valor, en saber un poco de todo, en estar al corriente en las materias más insignificantes, en intervenir en todas las conversaciones, en tener vela en todos los entierros y cuchara en todas las mesas. Estas gentes se convierten en una especie de comodines que sirven un poco para todo, pero que no sirven de veras para nada, ni resuelven jamás nada, ni consiguen jamás situarse en las cercanías de ninguna cumbre.

Su pecado consiste en no saber sacrificar los pequeños intereses y satisfacciones diarias a un solo interés grande y a una sola satisfacción final. Éstos nunca conseguirán emanciparse de la servidumbre de la hora, en honor a la más alta servidumbre de la vida.

TEMA 14

El pensamiento que no se resuelve en acción, no es un pensamiento completo.

Esta máxima es de Goethe. Es bueno leer las máximas de los grandes pensadores, que han sabido condensar en fórmulas claras el sentido confuso de las verdades humanas.

Pensar es fácil. Hacer es mucho más difícil. Hacer lo que se ha pensado es lo más difícil de todo.

Cuando los hombres se juntan para tomar una resolución, pierden mucho tiempo en conversaciones inútiles, que no añaden nada a la eficacia de la consulta. De igual manera, cuando el hombre se junta consigo mismo para tomar una resolución, se pierde en largos pensamientos que no son convertidos jamás en actos, y, por tanto, aquéllos carecen de esta condición de plenitud del pensamiento creador.

El pensamiento que no se convierte en acto, nunca es creador. Se le podría llamar divagador.

Se piensa siempre, pero no se hace siempre. La naturaleza es así. El hombre puede adoptar la inmovilidad, pero difícilmente puede detener el pensamiento. Lo único difícil es sólo pensar aquello que luego se ha de hacer y sólo pensar después en la manera de irlo haciendo bien.

Esta sumisión del pensamiento a la acción es una de las cualidades más características del hombre triunfador.

TEMA 15

Teoría de la tranquilidad mental.

Desprecia la fuerza muscular si quieres, pero no desprecies jamás la fuerza mental. El dominio de ti mismo es, en resumidas cuentas, el dominio de todo tu sistema nervioso.

¿Qué es la tranquilidad mental? Es sencillamente el bienestar del sistema nervioso. Goza de esa tranquilidad mental el que sabe hacer que sus nervios se sientan cómodos.

La tranquilidad mental no depende del ascensor, ni de la calefacción, ni de la profusión de almohadones, ni de la electricidad, ni del agua corriente. Depende únicamente de dos circunstancias: del silencio y de la penumbra.

El dominio de uno mismo se obtiene y fortalece más en el silencio y en la penumbra que en la casa más modernamente instalada. Acaso tú no puedas tener una casa con todos los adelantos de la vida moderna. Pero siempre podrás tener una cierta zona de silencio y de penumbra a tu alrededor. Has de luchar para obtener estas dos zonas, en las que puedas refugiarte un rato casi todos los días.

TEMA 16

Todos los hombres que han triunfado estuvieron de acuerdo en un punto: creyeron que las cosas

no obedecen a la casualidad, sino a una ley. Has de tener una idea clara de la influencia de la casualidad en tu vida. Piensa que:

1. La casualidad puede favorecerte algunas veces. Es cierto. Pero puede no favorecerte nunca. Por tanto, no has de esperar jamás nada de este factor.

2. La influencia favorable de la casualidad depende siempre de tu disposición en el momento de producirse el acontecimiento casual favorable. Por tanto, has de estar siempre bien dispuesto a aprovechar cualquier casualidad buena. Esta disposición es en sí superior a la casualidad.

3. No has de dejar nada confiado a la casualidad, que es una fuerza ciega, que tanto puede favorecerte como perjudicarte. Las cosas obedecen a leyes. Y la casualidad puede interrumpir algunas veces estas leyes. Pero tú te has de limitar a poner todos los medios para que las cosas se realicen, convencido siempre de que si lo haces sin error, las cosas, según la ley, se realizarán.

TEMA 17

El éxito no es menos normal que la tela tejida en un telar. Un hilo roto estropea todo el tejido de

una pieza. Una debilidad personal estropea el éxito de una vida.

Piensa que tu vida es un edificio construido de tal manera que cada nueva piedra se apoya en la que está debajo, y que si una piedra cualquiera es sustituida por otro material más débil, todo el edificio, a partir de aquel punto, se puede derrumbar.

Esto quiere decir que has de estar atento siempre a combatir las acometidas de tu debilidad. La debilidad, aunque parezca paradójico, es una fuerza tremenda. No sucumbas a ella jamás.

Lo peor de la debilidad es esto: que es como un hilo roto en el tejido de una tela y, por su culpa, todo el tejido se puede deshacer.

No basta, pues, el ser fuerte. Se ha de ser fuerte siempre. TEMA 18

La más prosaica ocupación contribuye a ejercitar la mente, a condición, claro está, de que la mente

tome en ella parte activa.

Has de educar tu mente de manera que tome siempre parte activa en todo aquello en lo que tú intervienes. No creas que es tarea fácil. Y si observas un poco tu manera de hacer, te darás cuenta de que son muchas las veces en que tú estás entregado a una actividad y tu mente está en otra parte, seguramente en la región indecisa de los sueños.

Observa a las otras personas cuando tú les hablas de aquello que les interesa. (Ya no te digo cuando les hablas de aquello que no les interesa.) Sus mentes no están tomando parte activa en la cosa. Y lo puedes comprobar fácilmente. Interrúmpete y pregúntales: ¿Qué té estaba diciendo? La mayoría no sabrán responder.

Es importante hacer que la mente tome siempre parte activa en todo. Si lo consigues, te situarás de lleno en la zona de los hombres eficaces. Y no creas que esta actitud te fatigará. Al contrario, es mucho más descansado y más cómodo tener la mente puesta en lo que estás haciendo que tenerla desconectada y vagando por caminos de ensueño.

Sólo es una cuestión de voluntad primero, y de costumbre después. TEMA 19

El hombre que prescinde de lo que no le interesa. ¡Qué muestra de energía, de fuerza, de seguridad da el hombre que sabe pasar por alto las cosas que no tienen importancia para él o que de nada le sirven para su fin!

Compáralo con ese otro hombre insignificante que finge un gran interés por lo que no le importa, y que pierde el tiempo introducido en

ambientes que no son los suyos y de los que no ha de sacar ningún provecho ni placer.

Estos hombres son como escritores que sólo saben ortografía. Podrán escribir páginas enteras sin ninguna falta, pero no dirán en ellas nada que valga la pena de ser leído.

Observa que el escritor genial suele pasar por alto la ortografía. ¿Por

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