• No se han encontrado resultados

El texto y la lectura: metamorfosis actuales y venideras

In document Sociedades del Conocimiento UNESCO (página 66-68)

Los textos escritos distan mucho de haber desapare- cido con el uso de la pantalla. En efecto, una gran parte de lo que se visualiza en ésta es de índole textual. En

cambio, el desarrollo del hipertexto y la combinación cada vez más frecuente del texto con otros elementos (imágenes, sonidos, etc.) provocan una evolución de lo escrito que modifica el propio acto de leer, así como las formas de escritura, ya sea literaria o científica.

En el texto se da una tensión fundamental: por una parte, es un objeto de lenguaje dotado de una duración y una sucesión reglamentada y lineal de palabras, en función de la sintaxis de la lengua. Por otra parte, desde el punto de vista puramente visual, el texto puede en parte no ajustarse a la forma lineal y aprovechar los recursos del espacio para crear otros tipos de significación mediante la composición, la jerarquía tipográfica y los colores. La tensión entre estas dos dimensiones de la cognición –el espacio y el tiempo– se ha hecho más palpable a medida que el individuo contemporáneo se ha ido liberando de la autoridad –tanto religiosa y política como de la que emana del texto– para tratar de abarcar de un vistazo los únicos elementos de información que le interesan. Por eso, la lectura no es una actividad inmutable, sino que depende a la vez de los soportes utilizados para los textos, de los tipos de textos que se ofrecen al lector y de las formas en que se concibe y enseña en una sociedad determinada. El texto presentado en un papiro u organizado en un libro no suscita la misma reacción, por ejemplo la aparición en el siglo I del codex –cuaderno formado por hojas unidas entre sí– facilitó la anotación y apropiación activa del texto. La estructura en hojas propició la aparición de la paginación y de diversas innovaciones inherentes a ésta: separación de las palabras, puntuación, párrafos, apartados, división en capítulos e índice. El texto, que antes se concebía de forma exclusivamente lineal, se estructuró cada vez más en secciones jerarquizadas y diferenciadas entre sí, esto es, se hizo “tabular”. De esta manera, se favoreció la apropiación personal del texto y la lectura silenciosa. Esta individualización de la lectura se acentuó más con la generalización de la imprenta y la aparición de una lectura no ya intensiva, sino extensiva, que se convirtió en la norma con el auge de la prensa diaria en el siglo XIX y de las revistas en el siglo XX.

Una nueva era de la relación con el texto empezó con el desarrollo de Internet y de los nuevos

formatos de difusión de los textos, cuando la pantalla se convirtió en un nuevo soporte frecuentemente utilizado. Este movimiento migratorio de los textos y las actividades de lectura hacia la pantalla podría tener una serie de consecuencias sobre la índole del texto, cuyos nuevos atributos –ubicuidad, fluidez, interacti- vidad, reseña integral y fragmentación– se han hecho cada vez más indispensables para los lectores de hoy. Con la ubicuidad, que hace de todo texto depo- sitado en un servidor un objeto instantáneamente accesible desde cualquier parte, estamos presenciando un movimiento de descontextualización e interpene- tración de las culturas de proporciones inimaginables hace veinte años. La fluidez consiste en que el docu- mento digital se puede modificar con suma facilidad y se presta muy bien a operaciones de corrección, copia, reproducción en serie, distribución, publicación visual y comentario en los foros de discusión.

La ubicuidad va de par con la interactividad,que convierte al texto en una especie de espacio virtual susceptible de exploración en los que figuran clips sonoros o visuales e hiperenlaces que abren ventanas de información suplementarias. El ordenador confiere al texto una nueva dimensión: la capacidad para esta- blecer una interacción con un usuario, estimulando en éste una actitud de lectura activa y centrada en un objetivo específico. El principio supremo que estructura este tipo de texto ya no es el codex, sino la base de datos, gracias a la cual el usuario puede visualizar, una tras otra, todas las informaciones perte- necientes al tema que le interesa exclusivamente, lo cual puede ser muy eficaz en materia de aprendizaje. A este respecto, cabe señalar que la transferencia a bases de datos de las colecciones bibliográficas tradi- cionales más importantes constituye una perspectiva especialmente prometedora.8

La reseña integral permite incorporar los docu- mentos escritos a una gigantesca base de datos en la que los motores de búsqueda pueden encontrar rápidamente las páginas, textos o datos deseados. La eficacia de este sistema de pregunta-respuesta tiende a transformar la experiencia de la lectura en una búsqueda activa. Por eso, la lectura ya no se vive como una actividad de impregnación y reflexión lenta como era en el pasado.

La fragmentación del texto digital nos remite a un cambio aún más fundamental que se refiere al futuro del texto y, en general, de la cultura. En efecto, la leve incomodidad que provoca la lectura en pantalla tiende a hacer que la operación de leer se efectúe bajo el signo de la febrilidad y del zapeo. El resultado es una pérdida considerable de los elementos de referencia habituales, sobre todo en la ventana del programa de navegación: la memoria visual de un pasaje en un libro ya no puede desempeñar su función con el sistema de la barra de visualización o “ascensor”. Este elemento de referencia, que es útil para textos cortos, resulta dema- siado aproximativo para artículos de fondo y es muy insuficiente para una lectura continua efectuada en varias sesiones, por ejemplo la de una novela. ¿Podría peligrar el futuro de este género literario si el texto digital se generalizase?

In document Sociedades del Conocimiento UNESCO (página 66-68)

Outline

Documento similar