• No se han encontrado resultados

Trabajo, empleos, desempleos y economía alternativa

• Nos da miedo salirnos de la rueda. Estudias, luego trabajas, contraes una hipoteca (o varias: coche, casa), tie- nes una pareja (heterosexual, de tu edad, soltera...) para toda la vida, hijas... Nos han dado el guión ya escrito. Es- tamos acostumbradas a tomar pocas decisiones impor- tantes, y siempre dentro de un estrecho margen: qué estudiar (pero que tenga salida), de qué trabajar (entre lo que “el mercado” ofrece) y la marca de coche o móvil que tendrás (porque tendrás coche y móvil ¿no?).

No estamos acostumbradas a tener múltiples posibili- dades y tanto tiempo para organizar nosotras mismas, la falta de estructuras, no hacer lo “normal”, la inseguridad económica... La libertad tiene un precio y exponernos a ese vacío es necesario para que pueda aflorar lo nuevo.

• Y la presión social es grande. «¿Vas a dejar el trabajo? ¡¡¡¡estás loca!!!», nos dirán familiares y amigos cuando les contemos que ser abogada o contable está muy bien pero nos gustaría intentar lo de ser payaso o irnos un año de vo- luntaria a un orfanato de Guatemala. Pero si aún dudas si es una locura, pregunta a quien conozcas que haya hecho algo parecido, y verás como casi nadie se arrepiente.

• Liberarnos de lo que no nos sirve es el primer paso para que podamos empezar a pensar más claramente qué queremos hacer con nuestra vida y qué iniciativas podemos sacar adelante. ¿Nos atrevemos?

• La excedencia. Una pausa temporal puede ayudarte a evidenciar si realmente te apetece dejar un trabajo de- finitivamente, o a juntar valor para tomar la decisión.

• ¿Hay que cotizar? Vivir una temporada del paro, una beca o una ayuda social, mientras nos orientamos hacia actividades, que además de sustentarnos, nos realicen; o simplemente mientras descansamos y nos damos un año sabático es una opción muy saludable. Pero la “vagancia” y el “no hacer nada” están muy mal vistos por quienes “levantan el país”, que no se dan cuenta de que llenan su autoestima fabricando o vendiendo cosas muchas veces innecesarias o incluso nocivas (armas, publicidad, tonela- das de plásticos de usar y tirar, coches y más coches, y un

largo etc.), y que si se permitiesen estar en la playa to- mando el sol harían un gran favor al país al que presumen de levantar, que tendría un aire más limpio y unos habi- tantes más felices y relajados.

Si me llaman vago

(...) Si me llaman vago porque creo que el dinero es la za- nahoria que utilizan para tenernos tirando como borricos de la noria mientras nos damos coces para no quedarnos

paraos y sin zanahoria y dando mordiscos y abriéndonos paso

a codazos para correr detrás de ella y me gustaría no ser tan borrico (con perdón de los borricos), pues lo digo sin rode- os... lo soy.

(...) Si me llaman vago porque me gusta escribir, escuchar, hablar, leer, jugar, cantar, componer, hacer-ver teatro-cine, pintar, hacer el amor... y creo que queda muy poco tiempo para hacer estas cosas porque estamos todo el día traba- jando, estudiando o haciendo lo que sea para buscar traba- jo, ya es que no sé como decírselo... soy vago.

(...) Si me llaman vago porque creo que en una sociedad li- bertaria, sin burocracia, produciendo lo estrictamente ne- cesario y dejándonos de vaciar tiempo produciendo cantidad de armatostes estúpidos, y con el mogollón de peña que somos y lo que producen las máquinas, que para eso están, iban a sobrar horas por todos los sitios, pues mi- ren, soy vago ¿no lo voy a ser?

Me voy a la cama, ¿vienes?

Rafa (Bilbo).

Extractos de un texto publicado en el nº22 de la revista

Ekintza Zuzena nodo50.org/ekintza/articlephp3?id_article=146

• Trabajo y empleo. Cuando “no hacemos nada”, ha- cemos muchas cosas. ¿O quien cobra 1.200 € en la fábrica podría echar allí 8 o 10 horas si su mujer y su madre no limpiasen la casa, cocinasen, hiciesen la compra, cuida- sen a sus hijas etc.? ¿Cuánta gente cobra un pastón por trabajos inútiles o dañinos cuando valiosísimas labores –cuidado de ancianas o niñas, por ejemplo– se hacen gra- tuitamente como trabajo doméstico o voluntariado so- cial? No sólo “levanta el país” quien tiene un empleo, hay

mucho trabajo importante para el bienestar colectivo que no se paga ni da derecho a cobrar ni el paro, y que no está reconocido socialmente. En la línea de reconocer el valor social del trabajo oculto están reivindicaciones polí- ticas como el salario para las personas “amas de casa” o la “renta básica”.

• La Renta Básica Universal es una propuesta política basada en el derecho de toda persona a recibir unos in- gresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, al margen de su situación respecto al mercado laboral. Esta medida –económicamente viable si existiese voluntad política– podría permitir a cada persona elegir con mayor libertad a qué dedicar su energía productiva o creativa, hoy limitadas a los empleos que el mercado ofrece. sindo

minio.net/renta-basica

• Desobediencia sí. Leí en un artículo que las desobe- dientes de hace unos años luchaban por mejorar las con- diciones laborales, pero que ahora desobedece quien combina un bajo consumo con una hábil gestión de los re- cursos sociales (rentas por desempleo etc.), pues recupe- ra para sí su tiempo, que “el sistema” quiere que ocupe trabajando y consumiendo para servirle.

– En diversas localidades hay “oficinas de derechos sociales” impulsadas por plataformas contra la exclusión social que te ayudarán a conocer a qué ayudas sociales puedes acceder si no tienes ingresos:

Berri Otxoak (Barakaldo): nodo50.org/berri_otoxoak. En Bil- bao, Gasteiz y Galdakao: búscalas en nodo50.org/berri_otxoak/

ORIGEN%20OFICINA.htm. Más en el Estado español: canal solidario.org/web/ noticias/noticia/?id_noticia=9255

– guianavarra.org es una web que recopila recursos para formarnos, buscar empleo, desarrollar un negocio por cuenta propia, defender nuestros derechos laborales y subsistir cuando nos encontramos sin recursos.

– Textos interesantes sobre crítica al trabajo asalariado en: geocities.com/samizdata.geo/Abolicion.html, eu.musikazblai.com/

potato/la-clase-obrera (letra de la canción La clase obrera de

• Alternativas también. Vivir muy justo de pasta, aun- que puede ser liberador, también puede ser opresivo. Sobrevivir a base de prestaciones y trabajos que no nos gustan –aunque sean 4 horas al día o 6 meses al año– pue- de ser pobre y no realizarnos.

Necesitamos tomar la iniciativa y montar empresas para producir lo que queramos a nuestra manera, y apo- yar comprándoles a quienes lo hacen. Si no, sólo nos quedarán como opciones, para consumir y trabajar, De- cathlones, Carrefoures, McDonald’s...