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Objetivo Que los niños comprendan que al orar debemos buscar la respuesta de nuestro Padre Celestial y seguir Su consejo.

Preparación 1. Estudie, con oración, el relato histórico que se encuentra en

esta lección; Mormón 9:32 y Doctrina y Convenios 3:1–3, 7–10; 10:1–19, 30–32, 38–46. Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños los relatos de los acontecimientos históricos y de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, págs. VI–VIII, y “La enseñanza de los acontecimientos históricos y de las Escrituras”, págs. VIII–X.) 2. Lectura complementaria: Palabras de Mormón 1:3–7 y Doctrina y Convenios

3:4–6, 11–20; 10:20–29, 33–37.

3. Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.

4. Materiales necesarios:

a. Un ejemplar de Doctrina y Convenios para cada niño.

b. Un ejemplar del Libro de Mormón.

c. Los “Títulos del Libro de Mormón”, que se encuentran al final de la lección.

d. El mapa de la región de Nueva York y Ohio que se encuentra al final de la lección 1.

e. La lámina 5–13, Las planchas de oro.

Sugerencias para el desarrollo de

la lección Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.

Muestre la página “Títulos del Libro de Mormón” y pregunte a los niños si pueden leer las palabras o los caracteres que están escritos allí. Ayúdeles a identificar los diferentes idiomas.

Analicen los idiomas que se utilizan en el mundo y explique que la palabra traducir significa cambiar algo que se ha escrito o dicho de un idioma a otro.

Muestre la lámina de las planchas de oro y analicen la tarea que tenía José Smith de traducir la escritura poco común de las planchas. Pida a un niño que lea en voz alta Mormón 9:32.

• ¿En qué idioma estaban escritas las planchas de oro? (Egipcio reformado.) Explique que por lo general, los traductores deben conocer los dos idiomas con los que trabajan. Sin embargo, José Smith había recibido muy poca educación formal, por lo tanto, no podía hablar ni leer ningún otro idioma que no fuera el inglés. Los caracteres del egipcio reformado le resultaban completamente desconocidos y dependía por completo del Espíritu del Señor, no de su propio Actividad para

despertar el interés

Lección

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30

conocimiento, para traducir al inglés los caracteres que había grabados en las planchas.

Repase brevemente los problemas a los que José Smith se enfrentó después de recibir las planchas de oro del ángel Moroni y la ayuda que José recibió de Martin Harris (véase la lección 5).

Enseñe a los niños acerca de la pérdida de las 116 páginas del manuscrito traducido de las planchas de oro, tal como se describe en el siguiente relato histórico (haga referencia al mapa cuando sea el momento adecuado). Analicen las revelaciones relacionadas con este acontecimiento que se dieron a José Smith y se encuentran registradas en las secciones 3 y 10 de Doctrina y Convenios.

Una vez que José Smith y Emma se hubieron establecido en Harmony, Pennsylvania, José comenzó a traducir las planchas de oro. Al principio José Smith pasó mucho tiempo familiarizándose con las planchas y con el lenguaje en el que estaban escritas. A medida que estudiaba y oraba, el Urim y Tumim le ayudaban a comprender el significado de los caracteres. José se dio cuenta de que para traducir es necesario tener fe, trabajar mucho, ser digno, paciente y obediente.

Martin Harris fue a la casa de José Smith en Harmony para ayudar al profeta en su labor de traducir las planchas de oro, convirtiéndose en su escriba. A medida que José Smith leía en voz alta lo que estaba escrito en las planchas, Martin Harris escribía las palabras que José decía. Después de trabajar durante dos meses, José Smith había traducido la primera parte de las planchas. La traducción se encontraba escrita en 116 páginas de papel.

Martin Harris le preguntó a José Smith si le permitía llevar las 116 páginas ya traducidas a Palmyra, ya que su esposa y sus amigos lo habían criticado por abandonar su granja para ir ayudar a José Smith. Martin quería mostrarles las páginas traducidas para que finalmente creyeran que él estaba en verdad haciendo la obra del Señor.

José Smith le pidió al Señor que permitiera que Martin Harris llevara las páginas traducidas, pero el Señor le dijo que “no”. Martin Harris insistió en que José Smith orara por segunda vez para pedir permiso al Señor, y él así lo hizo y nuevamente la respuesta fue “no”. Martin le rogó a José Smith que preguntara al Señor una vez más. Éste quería complacer a Martin Harris, así que preguntó al Señor por tercera vez. Esta vez el Señor respondió que Martin Harris podía llevarse las planchas con la condición de que solamente se las mostrara a su esposa y a algunos miembros de su familia. Martin prometió que no se las mostraría a nadie más y se llevó las 116 páginas de la traducción a su casa en Palmyra.

Unos días después de la partida de Martin Harris, Emma Smith dio a luz a un niño que vivió apenas unas pocas horas. Emma se encontraba muy enferma y casi murió, por lo que José Smith pasó dos semanas al lado de Emma

ayudando a cuidarla. Cuando Emma mejoró, José comenzó a preocuparse por Martin Harris, ya que habían pasado tres semanas desde que había partido con las páginas de la traducción. Emma entonces alentó a José para que fuera a Palmyra a buscarlo.

José Smith fue a la casa de sus padres en Palmyra y mandó un mensaje a Martin Harris para que viniera a encontrarse con él. Cuando Martin llegó, se Acontecimientos

históricos y de las Escrituras

lamentó diciendo: “¡Oh, he perdido mi alma! ¡He perdido mi alma!”. José Smith se puso en pie de un salto diciendo

“—Martin, ¿ha perdido usted aquel manuscrito? ¿Ha quebrantado el juramento, acarreando condenación sobre mi cabeza así como sobre la suya?”

“—Sí, lo he perdido —respondió Harris—, ¡y no sé dónde está!

“—¡Oh, Dios mío! —dijo José, apretando los puños.— ¡Todo está perdido!

¡Todo perdido! ¿Qué haré? He pecado... fui yo quien provocó la ira de Dios. ¡Yo debía haber estado satisfecho con la primera respuesta que recibí del Señor cuando me dijo que no era prudente que perdiera de vista esos escritos!”

(Lucy Mack Smith, History of Joseph Smith, pág. 128; citado en Doctrina y Convenios, Manual para el alumno, Religión 324–325, pág. 9.)

José Smith y Martin Harris sufrieron mucho a causa de la pérdida de la traducción. José regresó a Harmony, donde oró para ser perdonado. El ángel Moroni se llevó las planchas de oro y el Urim y Tumim por un tiempo. Después, debido al sincero arrepentimiento de José Smith, el Señor lo perdonó y Moroni le devolvió las planchas y el Urim y Tumim. Durante esa época, José Smith recibió las revelaciones que se encuentran en las secciones 3 y 10 de Doctrina y Convenios.

Explique que el Señor le dijo a José Smith que Satanás había persuadido a unas personas malvadas para que se llevaran las páginas. Esas personas trataron de cambiar las palabras para que la gente no creyera en el Libro de Mormón (véase D. y C. 10:10–19). Se le dijo a José Smith que no volviera a traducir la primera parte de las planchas (D. y C.10:30–31). El Señor sabe todo, por lo tanto sabía que esto sucedería y por eso le había dado al profeta

Moroni, de la antigüedad, el mandamiento de escribir un relato semejante al que se encontraba en las 116 páginas en otra parte de las planchas de oro (véase Palabras de Mormón 1:3–7). José Smith tradujo esa porción en lugar de volver a traducir la que se había perdido (véase D. y C. 10:38–42). José Smith se dio cuenta de que ni Satanás ni las personas inicuas podrían destruir la obra de nuestro Padre Celestial (véase D. y C. 3:1; 10:43).

Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes con los niños en la clase hará que entiendan mejor las Escrituras.

• ¿Qué tenía que hacer José Smith para poder traducir? (Debía tener fe, orar, ser obediente y paciente.)

• ¿Cuántas veces le pidió José Smith al Señor que le permitiera a Martin Harris llevarse las páginas traducidas? ¿Qué le respondió el Señor las primeras dos veces? ¿Qué le dijo la tercera vez?

• ¿Por qué insistió Martin Harris para que José Smith pidiera permiso si ya le habían dicho que “no”? ¿Por qué José Smith temía al hombre más que a Dios? (D. y C. 3:7.) ¿Por qué algunas veces nos preocupa lo que pensarán otras personas si obedecemos los mandamientos de nuestro Padre

Celestial?

• ¿Qué piensan ustedes que José Smith aprendió de esta experiencia en lo que se refiere a aceptar la voluntad de nuestro Padre Celestial? ¿Por qué es Preguntas para

analizar y aplicar

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importante que oremos por lo que es mejor para nosotros en vez de orar por lo que queremos? ¿Por qué es importante aceptar las respuestas de nuestro Padre Celestial a nuestras oraciones?

• ¿Cómo se sintió José Smith por haber perdido las 116 páginas? ¿Qué le dijo el Señor que hiciera al respecto? (D. y C. 3:10.) ¿Por qué es el

arrepentimiento un principio tan maravilloso?

• ¿Qué se le dijo a José Smith que hiciera para arruinar el plan de quienes robaron las 116 páginas? (D. y C. 10:30–31; 38–42.) ¿Qué quiere decir “los propósitos de Dios no se pueden frustrar”? (D. y C. 3:1.)

• ¿Qué nos revela el Señor en Doctrina y Convenios 10:5 que nos ayudará a vencer la influencia de Satanás?

Actividades

complementarias En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:

1. Explique que, cuando oramos, debemos escuchar la respuesta de nuestro Padre Celestial y seguir Su consejo. La respuesta a las oraciones se puede recibir de muchas maneras, como por ejemplo, por medio del consejo de nuestros padres o líderes de la Iglesia, al leer las Escrituras o al escuchar una lección o un discurso en la Iglesia.

Nuestras oraciones sinceras son siempre contestadas, aunque no siempre de la manera que deseamos. Algunas veces la respuesta es “no” porque lo que pedimos no es lo mejor para nosotros. Otras veces la respuesta es “sí”, y recibimos un sentimiento cálido y de tranquilidad acerca de lo que vamos a hacer. Algunas veces la respuesta es “espera un poco”. Nuestras

oraciones son siempre contestadas de la forma y en el momento que nuestro Padre Celestial crea que son mejores para nosotros.

Si lo considera apropiado, relate a los niños alguna experiencia que haya tenido cuando la respuesta a su oración haya sido “no”. Pida a los niños que hablen de experiencias similares que hayan tenido.

2. Muestre la lámina Jesús ora en Getsemaní (Las bellas artes del Evangelio 227; 62175). Explique que Jesucristo es el ejemplo perfecto de aceptar plenamente la voluntad de nuestro Padre Celestial. Al fin de Su vida terrenal, Jesús sabía que había llegado el momento de sufrir la terrible agonía de expiar los pecados del mundo. Jesús fue al huerto de Getsemaní y postrándose, oró.

Pida a un niño que lea en voz alta, en Mateo 26:39, lo que Jesús dijo en Su oración: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”.

Explique que un ángel se apareció a Jesús para darle fortaleza espiritual (véase Lucas 22:43). Jesús aceptó la voluntad de nuestro Padre Celestial y expió nuestros pecados al sufrir en el jardín de Getsemaní y al dar Su vida en la cruz.

3. Escriba en la pizarra: “Cuando el Señor manda algo, hazlo”.

Explique que José Smith aprendió de los errores que cometió y de los problemas que tuvo que enfrentar. Aun cuando se sintió terriblemente

desesperado cuando se perdieron las 116 páginas de la traducción, aprendió la importancia de ser obediente, de arrepentirse y de aceptar la voluntad de nuestro Padre Celestial. Aprendió a escuchar los susurros del Espíritu y desarrolló una mayor habilidad para manejar el Urim y Tumim.

Unos años después, José Smith pudo decir: “Hice que esta fuera mi norma:

Cuando el Señor manda algo, hazlo” (History of the Church, 2:170).

Pida a los niños que escriban la frase en un trozo de papel para llevársela a su casa.

4. Explique que, a pesar de que Martin Harris perdió las 116 páginas de la traducción, se arrepintió y siguió haciendo contribuciones importantes para la Iglesia. No se le permitió ayudar más a José Smith en la traducción de las planchas, pero más adelante, vendió parte de su granja para ayudar a pagar el costo de la impresión del Libro de Mormón, fue uno de los tres testigos del Libro de Mormón y testificó de la veracidad del libro durante toda su vida. Muestre a los niños “El testimonio de los tres testigos” que se encuentra al principio del Libro de Mormón.

5. Pida a los niños que muestren las láminas correspondientes a las seis primeras lecciones de este manual y que relaten los acontecimientos que ellas representan.

Conclusión

Testimonio Exprese su agradecimiento por el profeta José Smith y por el esfuerzo que hizo para traducir el Libro de Mormón. Testifique que seremos bendecidos si

aceptamos la voluntad de nuestro Padre Celestial y hacemos lo que Él desea que hagamos.

Sugiera a los niños que estudien en casa Doctrina y Convenios 3:1–3 y 10:1–5 como repaso de esta lección.

Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella la

“Sugerencia de lectura” que tienen para estudiar en casa.

Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.

Sugerencias para que los niños hablen con la familia

Sugerencia de lectura

1. 7.

8.

3. 9.

4.

10.

5. 11.

6.

12.

2.

1.Ruso 4.Japonés

7.T ahitiano 10. Francés

2.Holandés 5.Alemán

8.Español 11. T ailandés

3.Navajo 6.Coreano

9.Chino 12. Inglés