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LA UNIDAD MÍNIMA DE INTERACCIÓN EN EL TEXTO ESCRITO

Para describir la interacción en el texto escrito he propuesto anteriormente una unidad de análisis con el nombre de tríada, porque es una estructura que consiste en tres elementos. Estos elementos se llaman turnos y son de tres clases, el que inicia (I), el que sigue (S) y el que cierra (C). La tríada es una unidad semántica, porque tiene un contenido, un tópico, y es una unidad pragmática, porque tiene una función en el discurso. Comparte características con el intercambio utilizado para describir la conversación (Sinclair y Coulthard, 1975), pero se diferencian porque el intercambio describe una situación en el tiempo real, con hablantes reales, mientras que la tríada nos sirve para describir una interacción que puede darse y reactivarse en diferentes momentos en el tiempo, y en la que participa un escritor real y un lector real o imaginado (Coulthard, 1994).

Nótese la similitud entre un intercambio en el aula de clases y la primera tríada del texto que vamos a analizar:

Intercambio: (adaptado de Sinclair y Coulthard, 1975:80) Profesor: Iniciación (I):

¿Quién puede adivinar?, ¿una respuesta rápida? Alumno: Respuesta (R):

Cleopatra.

Profesor “Follow up” (F):

Cleopatra. ¡Muy bien! Ella fue la reina más famosa, ¿verdad? Cleopatra del Nilo.

Tríada: (Del periódico 2001, “Régimen militar en las cárceles”, Caracas, 23-12-1994)

¡Al fin! podría exclamarse al conocerse que el gobierno ha militarizado siete cárceles, que sería mejor siete antros del crimen, la drogadicción y la muerte.

Oración 2: Seguimiento (S)

Desde hace mucho tiempo el país contemplaba cómo unos centros concebidos para la reeducación de los delincuentes, o sitios para que cumplieran la pena, había devenido (sic) en lugares de los que únicamente salen informaciones referidas a crímenes colectivos, a motines, fugas en masa o consumo de drogas por encima de cualquier medida.

Oración 3: Cierre (C)

¿Cómo es posible-se preguntaba una población llena de estupor que se permita que estas cosas puedan producirse tan impunemente, ante los ojos de las autoridades, o será que con la complicidad de ellas?

En el intercambio, observamos que el profesor hace una pregunta instando a los alumnos a dar información sobre una pregunta implícita o anterior (¿Quién fue la reina más famosa de Egipto?). La respuesta ofrece la información requerida, y el follow up evalúa la respuesta del alumno. En este intercambio participan dos interlocutores, dos hablantes, pero se crea una estructura de tres partes, en la que la última parte tiene la doble función de cerrar el intercambio y de evaluar la información anterior. En este intercambio se puede detectar un tópico (reinas de Egipto/Cleopatra) y una función (negociar información).

En la tríada, notamos que la primera oración ortográfica (la que va desde una mayúscula a un signo de puntuación) constituye el equivalente a un turno iniciador. El periodista encargado de escribir este editorial inicia su interacción haciendo, por lo menos, dos cosas. Primero introduce un tópico en el discurso, y segundo, escoge una modalidad o postura y un modo (véase Bolívar, 1994b). También, con esta iniciación crea expectativas en el lector sobre lo que sigue en el discurso. En el caso del intercambio, la pregunta impone ciertas

restricciones pues se espera una respuesta. En la tríada, el autor del editorial ha decidido iniciar con el tópico de la militarización de las cárceles, suponiendo que ya el lector está enterado de la situación. Existe evidencia de ello pues la referencia al evento se encuentra en una cláusula subordinada (“que el gobierno ha militarizado siete cárceles”) y no en la principal (“podría exclamarse”) ya que ésta se dedica al comentario inicial sobre el suceso. El autor también escoge la modalidad. El uso del verbo modal “podría” indica que esta iniciación hace referencia a una situación hipotética, vale decir, el comentario se presenta como una actitud posible. También se selecciona un modo, el declarativo-exclamativo, el cual se identifica en las cláusulas principales de cada oración ortográfica. Esta observación nos permiter afirmar que la cláusula principal tiene en el plano interaccional un gran valor pues es la portadora del significado interpersonal (Halliday, 1985) y, por lo tanto, la que sirve de guía para detectar los cambios en el desarrollo del discurso. (El texto original y analizado puede verse en el apéndice).

La primera oración y turno en la tríada, con una exclamación y un comentario hipotético, crea expectativas en el lector en cuanto a la información sobre lo que viene a continuación en el editorial. De hecho, el turno seguidor responde a esta expectativa y agrega mayor información (las cárceles se habían convertido en centros de crimen, motines, fugas, drogas). El turno S explicita el tópico inicial y lo mantiene a través de las señales de cohesión léxica, la palabra “centros” en S se refiere a “cárceles” en I, “lugares” en S se refiere a “antros” en I, “drogas” en S nos lleva a “drogadicción” en I. De esta manera, vemos que el comentario inicial se tranforma en información adicional en el seguimiento que, a su vez crea todavía mayor expectativa pues ahora el lector espera otro tipo de información o una evaluación sobre esa situación. Al examinar el turno C, expresado en la oración número 3, nos encontramos con una

pregunta retórica, cuya función no es solicitar información sino evaluar la información en las oraciones anteriores y sugerir o implicar algún tipo de recomendación. En este cierre, el autor termina un pequeño ciclo comunicativo, una primera tríada cuya función es introducir la situación o el evento, y expresa su primera opinión sobre el tópico inicial. Las señales que proporcionan la evidencia de cierre se encuentran en “población” que nos lleva a “el país” en el turno S y a “conocerse” en I en la que está implícito que el conocedor es el país. También encontramos la señal “estas cosas” que nos recuerda todas las palabras usadas para referirse a lo que sucede en las cárceles, en I “antros”, “drogadicción”, “muertes”; en S “crímenes colectivos”, “motines”, “fugas en masa”, “consumo de drogas”. Al cerrar el tópico inicial con la pregunta retórica el autor está evaluando y, en este caso, lo hace con un mandato indirecto (Searle, 1972). La información implícita es que la situación en las cárceles venezolanas no debe seguir como está y que se debe castigar a los culpables.

Los cambios observables en el desarrollo del discurso en esta primera tríada se dan fundamentalmente en el plano de la interacción, o en el plano que tiene que ver con la relación entre los interlocutores, en este caso el que escribe y el que lee. Se sabe, por la información que encontramos en el periódico mismo, que este es un editorial escrito por un venezolano para lectores venezolanos que ya están enterados de que en Venezuela la situación de las cárceles es conocida como una de las peores del mundo. El autor presenta una secuencia de turnos integrada por comentario + información + comentario y nos da señales que permiten recordar el tópico. Este modo de leer el texto nos sirve para reforzar el planteamiento de que el tópico se crea y se mantiene en la interacción y que, por lo tanto, depende de los participantes en la interacción y no del texto mismo (véase Brown y Yule, 1983; Bolívar, 1994 b). Las señales léxicas que conectan a los turnos son evidencia de cómo se

mantiene el tópico o contenido, pero no son suficiente para indicarnos qué está pasando en el plano interactivo.

Como podría creerse que todas las tríadas consisten de tres turnos de una oración cada uno, se debe aclarar que no es el caso. Los turnos son de tres clases pues ocupan posiciones diferentes en la estructura, llevan diferentes tipos de información, y tienen funciones diferentes, pero pueden ocurrir en secuencias tales como ISISC, ISISISC, ISISISISC, e incluso más largas, según el tipo de textos y según si las convenciones sociales y los géneros discursivos exigen que el cierre evaluativo sea obligatorio o no. Por ejemplo, en el caso de los editoriales los turnos de tipo C son obligatorios pues la función del editorial, por convención, es ofrecer una opinión. En cambio, un reportaje de noticias no compromete al autor a dar una opinión explícita sobre los sucesos sino, preferiblemente, se le exige que presente una secuencia de los sucesos de manera general y más específica. Tampoco el turno de cierre es obligatorio en las tríadas organizativas o metadiscursivas (Bolívar, 1994 b) pues su función no es introducir un contenido sino organizar el discurso o dar señales al lector sobre el estado del discurso, como se hace cuando el que escribe dice, por ejemplo I: “Ahora pasaremos a analizar el problema”, S: “Lo haremos en dos secciones diferentes”.

La segunda tríada, de cinco turnos, en el editorial que nos sirve de ejemplo es la siguiente:

Iniciación, oración 4

Porque, y esa era una inquietud existente ¿quién proveía de drogas, de armas de toda clase a esos fascinerosos?

Seguimiento, oración 5

Lógicamente, la respuesta conducía a que todo se realizaba con el visto bueno de la vigilancia.

Iniciación, oración 6

Muchas veces por medio de nuestros editoriales solicitamos que la Guardia Nacional, responsable simplemente de la

vigilancia exterior de los establecimientos penales, recibiera el mandato, la posibilidad de cuidar por lo que acontecía adentro.

Seguimiento, oración 7

Pero nada, parecía que un manto protector o propulsor, protegía a los malandros, o les dejaba actuar a sus anchas.

Cierre, oración 8

La vida en las cárceles, amén del propio consumo de drogas, era un negocio en distinto aspectos.

Esta segunda tríada (ISISC) ofrece una secuencia integrada por Pregunta + Respuesta + Información + Comentario + Comentario final. Podemos decir que, mientras la primera tiene la función de introducir la situación, esta tríada completa tiene la función de desarrollar la situación y agregar nuevas evaluaciones. Los cambios en el plano interactivo son observables entre los turnos, de manera similar a lo que ocurre en la primera tríada. La iniciación en la oración 4 contiene la pregunta con la palabra interrogativa “quién”, la cual es respondida con “los encargados de la vigilancia” en el seguimiento de la oración 5. Luego, en el turno iniciador de la oración 6 hay un cambio al nosotros del periódico (“nuestros editoriales”) y al reporte de una acción en el pasado (“solicitamos”), la cual es seguida en el turno S de 7 con una evaluación en la que hay una negación (“Pero nada”) y un cambio de modalidad seguido de una metáfora (“parecía”, “manto protector”). El cierre en la oración 8 resume y comenta todo lo expresado, con un sustantivo general (“La vida” en las cárceles) y cierra el tópico y el ciclo que se inició en la oración 4. La señales que nos sirven para confirmarlo se encuentran en la oración 8, “consumo” y “negocio”, que nos llevan a la palabra “proveía” en la oración 4 (turno I). Podemos decir que la segunda tríada tiene como tópico principal el negocio de la droga en las cárceles venezolanas.

El editorial escogido como ejemplo continúa el desarrollo de la situación con una tríada adicional de tres turnos, en la

que se emite una opinión sobre la tríada anterior. Esto sucede comúnmente en los editoriales y pueden darse secuencias más largas de tríadas según el grado de complejidad de la evaluación que se esté negociando. Esta tercera tríada gira en torno a la acción misma de la militarización de las cárceles, expresando una opinión favorable a la acción del gobierno.

Iniciación, oración 9

Y había que salirle al paso a una situación que había alcanzado una connotación internacional.

Seguimiento, oración 10

Las noticias del exterior presentaban a Venezuela como el lugar de las cárceles más peligrosas, más deshumanizadas, más consumidoras de la droga.

Cierre, oración 11

Había que tomar medidas heroicas.

Aquí la secuencia es comentario + comentario + comentario, en la que se refuerza el comentario iniciador de la oración 9, con la repetición idéntica de “había que” en el cierre (11) y la reiteración por casi-sinonimia de “salirle al paso” (9) por “tomar medidas heroicas” (11).

El texto termina con dos nuevas tríadas de tres turnos, cuya función es ofrecer la recomendación que el lector espera de todo editorial de periódico. Primero, el que escribe sugiere la búsqueda de una solución definitiva y la aceleración de los procesos judiciales. Segundo, refuerza su opinión favorable a la medida de la militarización de las cárceles.

Iniciación, oración 12

Claro que la acción militar no es la solución definitiva. Seguimiento, oraciones 13 y 14

Al crecido número de internos, que hace insuficiente el número de penales existentes, nos encontramos con la lentitud del proceso judicial.

Seres que han cumplido sus penas que no merecen estar tanto tiempo entre rejas, están allí en forma hacinadas (sic),

convirtiéndose en verdaderos enemigos de la sociedad. Cierre, oración 15

Ese es un problema al que deberá dedicársele un estudio concienzudo y encontrar soluciones definitivas.

En esta tríada se observa también la repetición casi idéntica de palabras en la iniciación y en el cierre (“solución definitiva”, “soluciones definitivas”), lo cual refuerza nuestra lectura de esa parte del texto como un nuevo ciclo.

Iniciación, oración 16

Pero tenía que ponérsele freno a esa masacre de todos los días.

Seguimiento, oración 17

Un país civilizado no puede permitir semejante espectáculo que desdice demasiado de nuestra administración de justicia.

Cierre, oraciones 18 y 19

Por eso saludamos calurosamente la medida de militarizar las cárceles.

Hasta los propios reclusos podrán alguna vez, respirar tranquilos. (sic).

Esta última tríada del texto se inicia con un “Pero” que anuncia la conclusión y termina con un “Por eso” que refuerza la opinión del que escribe. La secuencia es también comentario + comentario + comentario, y los cambios se observan principalmente en los verbos de las cláusulas principales: “tenía que ponérsele...”, no puede permitir”, “saludamos”. La unidad temática se rescata a través de “freno” y “medida de militarizar las cárceles”, y luego entre “masacre”, “semejante espectáculo”, “respirar tranquilos”.

IMPLICACIONES

La lectura de este editorial siguiendo las señales de interacción que el mismo escritor nos va dando a medida que avanza en la construcción de su texto permite darnos cuenta de que el texto se construye en ciclos comunicativos de diferentes

tamaños: turnos de diferentes clases, que forman tríadas con diferentes funciones, y luego secuencias de tríadas que forman, a su vez, segmentos mayores del texto (llamados movimientos, véase Bolívar, 1994a y b). Podemos darnos cuenta de que sería mucho más difícil identificar los tópicos del texto si no pusiéramos atención a las acciones lingüísticas del que escribe. De hecho, las señales de cohesión que trazamos entre un turno y otro tienen sentido sólo porque interpretamos las señales que indican el inicio y el cierre de cada ciclo. Aunque también puede llegarse a entender el contenido de este texto mediante la interpretación de las macroproposiciones y las superestructuras (van Dijk, 1980), creo que la noción de turnos aplicada al texto escrito tiene la ventaja de que el que lee puede apelar también a sus esquemas sobre la estructura de la conversación y sobre la semántica de la cláusula en lo que respecta especialmente a los cambios de modo y modalidad, así como también en cuanto a las destrezas de anticipación léxica y predicción lingüística en general, que se aprenden en la conversación cotidiana. Ya se han realizado algunos estudios sobre las ventajas de este sistema tanto en la lectura como en el resumen de textos expositivos (García Calvo, 1995) y, aunque aparentemente es posible extender el análisis a varios tipos de textos, es necesario seguir investigando sobre la relación entre la conversación cotidiana, las características de los textos escritos, y la lectura como interacción entre el que escribe y el que lee. Estoy convencida de que si comprendemos mejor cómo se construyen los textos podremos entender mucho mejor los procesos de la lectura.

ANEXO I

2001, 23/1271994

Editorial

Régimen militar en las cárceles

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