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Fundamentos para la definición de una política de investigación

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Academic year: 2017

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E D I T O R : I N S T I T U T O O T A V A L E Ñ O D E A N T R O P O L O G I A

C a s illa 1 0 -0 2 -1 4 7 8 O r n a lo - E c u a d o r

CONSEJO EDITORIAL:

Carlos Coba Andrade

José Echeverría Almeida

Patricio Guerra Guerra

Hernán Jaramillo Cisneros

Marcelo Valdospinos Rubio

M A R C E L O V A L D O S P I N O S R U B I O,

P r e s id e n t e

Edwin Narváez R .f Director General

Hernán Jaramillo Cisneros COORDI NADOR

I n stitu to O ta v a le ñ o d e A n t r o p o lo g ía 1 991

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L o s artícu los q u e p u b lic a e s ta r e v is t a s o n d e la e x c lu s iv a r e s p o n s a b ilid a d d e

s u s a u to r e s y n o tra d u cen n e c e s a r ia m e n t e e l p e n s a m ie n to .d e la. e n tid a d . S e s o li c it a

c a n je c o n p u b lic a c io n e s s im ila r es .

D ir e c c ió n : C a s illa P o sta l 1 0 -0 2 -1 4 7 8

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Contenido

P á g

P r e s e n t a c ió n ... . ... ... . 9

F u n d a m e n to s p ara la d e f in ic ió n

d e u n a p o lí t ic a d e in v e s t ig a c ió n Carlos A. Coba Andrade ... 1 1 'R e f le x io n e s s o b r e d o s a s p e c to s

d e la cu ltu ra p o p u la r Celso A. Lara Figueroa... . 2 1 E l s u eñ o d e v o la r Elizabeth Rohr . .. .... : . . . ., 2 7 A rte s a n ía e id en tid a d cu ltural:

u n a c u e s tió n d e h is to r ia ,

i d e o lo g í a y e l e c c i ó n Linda D ’ Am ico... ... .. 6 1 L a c e s t e r ía d e Im b ab u ra Hernán Jar amillo Cisneros .... 7 1 L a s g u a g u a s d e p a n e n S a n P ed ro Jaime Hernando Parra Rizo y

Claudia Afanador H ... .. 8 9 J u e g o s in fa n tile s d e tr a d ic ió n o ra l

e n e l área u rb ana d e O ta v a lo

Lola Cisneros de Coba y

C lara León Vinueza ... . .. 1 0 1 F o lk lo r e y e d u c a c ió n María Ramírez . .... .. .1 4 3 L a b o m b a e n la c u e n c a d e l C h o

ta-M ira: s in c r e tis m o o n u e v a r e a lid a d

E l s a n ju a n ito o s a n ju á n e n O ta v a lo

.V i d a in s t itu c io n a l

Julio Bueno ... . 1 7 1

Peter Banning ... .... ... 1 9 5

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C arlos A Iberio Coba A n d ra d e * *

F U N D A M E N T O S PA R A L A D E F IN IC IO N

D E ÚNA P O L IT IC A D E IN V E S T IG A C IO N *

P o n e n c i a p r e s e n ta d a e n e l

4 t o . C o n g r e s o d e I n v e s t ig a ­

c i ó n d e E tn o liter a tu ra , r e a li­

z a d o e n S a n Ju an d e P a s to ,

C o lo m b ia , d e l 2 6 d e feb re r o

al 2 d e m arzo d e 1 9 9 1 .

** D ir e cto r d e l D e p a rta m e n to d e

E tn o m u s ic o lo g ía y L itera tura

O ral d el I O A ,

1. In tro d u c c ió n

Dos peligros se presentan ac­ tualmente en ei proceso de la inves­ tigación de la sociedad de América; Latina. El primero, que tiene su ori­ gen en las tendencias norteam erica­ nas de la ciencia social, consiste eñ una excesiva particularizadón de ios tem as de estudio; e i segundo, qué encuentra su raíz en las deformacio­ nes dogm áticas del m arxism o, con­ siste en la sustitución de la objetivi­ dad c ien tífica p o r un discurso ideológico de dudosas proyeccio­ nes. En el prim er caso, lo que se gana en rigor analítico y en refina­ m iento m etodológico, se pierde en la com prensión global de los

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m enos; en el segundo caso, lo que se gana en buenas intenciones, se pierde en conocim ientos efectivos. Entre un cientificismo exagerado y una politización m al entendida, la ciencia social tiene todavía ante sí un cam ino inseguro que afecta en prim er lugar a su propio destino, y luego, al destino de las sociedades que esperan de ella el conocimiento orientador para los cambios que ne­ cesitan en forma ineludible.

El Instituto Otavaleño de A n­ tropología, cuya m isión radica ju s­ tam ente en investigar la sociedad desde el punto de vista de las cien­ cias antropológicas, considera que al iniciar su program a de trabajo de 1991, es conveniente determ inar en forma expresa su política de investi­ gaciones, puntualizando algunos principios de orden general.

2 . I n v e s t i g a c i ó n e i d e o l o g í a Lo prim ero que conviene re­ cordar es que no existe ni puede existir una ciencia social "inocente". Com o bien escribe Sánchez Vás- quez, "la doctrina de la neutralidad ideológica, ya sea en la forma clási­ ca de la ’ciencia libre de valores' o en la más reciente de la 'ciencia libre de ideologías', es una manifestación de la ideología burguesa ante la cual el científico social no puede ser in­ diferente" (Sánchez V.: 1975). O

sea que toda ciencia lleva en sí una carga ideológica, incluso aquella que se declara neutral: esa sola de­ claración ya la adscribe al ideal bur­ gués de la ciencia.

Evidentemente, esto no signifi­ ca que se puede reducir la ciencia social a la ideología, ni que se la puede reem plazar por un discurso m ás o m enos bien intencionado sobre el cambio. Por perogrullesco que sea, hay que recordar que la ciencia social, no por estar penetra­ da de ideología es m enos ciencia que la natural y, por lo m ism o, junto al m omento subjetivo que re­

presenta en ella la ideología, posee todos los caracteres propios del co­ nocimiento científico, el primero de los cuales es la objetividad, que no puede confundirse con una presunta e im posible "im parcialidad", sino que estriba en que los resultados teóricos de la investigación no son una sim ple producción del sujeto cognoscente, sino un objeto teórico que reproduce lo real com o objeto pensado. En otras palabras, dicha objetividad consiste en cierta rela­ ción entre el objeto teórico y el obje­ to real.

3 . I n v e s t i g a c i ó n p a r a e l c a m ­ b i o

Sobre la base de la anterior re­ flexión, es preciso concluir que la

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tarea de la investigación no puede prescindir de una decisión acerca de su destino. El Instituto Otavaleño de A ntropología ha adoptado ya esa decisión,.que se expresa en la po­ nencia que en su nom bre fue pre­ sentada en la Prim era Reunión de Antropología, celebrada en La Paz, en 1975.

E n dicho documento se expre­ sa que junto al fin propio de la cien­ cia, que es el conocim iento, existe en ella una finalidad externa que es el hom bre y la satisfacción de sus necesidades. Habida cuenta de ello, la investigación de la sociedad que se realiza en países como el nuestro, no puede proponerse sim plem ente el conocimiento de la sociedad y sus diversas estructuras, sino que debe estar orientada a fundam entar los procesos de cambio. Esto se revela tanto más necesario, cuanto la ideo­ logía desarrollista hoy en boga está distorsionando los verdaderos obje­ tivos sociales al presentam os el desarrollo económ ico com o una m eta deseada, el concepto de desa­ rrollo, tal como queda dicho en el docum ento antes aludido, es un concepto engañoso que no puede representar un objetivo social y tiene que ser reem plazado por el concepto de cambio.

E sto significa que, lejos de proponem os un estudio de tem as

parciales y restringidos (indudable­ mente válidos por sí mismos y reali­ zables en los países desarrollados), el Instituto Otavaleño de Antropolo­ gía quiere considerar en su conjunto la actual coyuntura de la sociedad ecuatoriana, no con el criterio que es propio de los entom ólogos, que llevaría a describir la "rareza" de ciertos comportamientos propios de las llamadas sociedades tradiciona­ les, sino con una perspectiva inte- gradora o totalizadora que perm ita entender en su m ás cabal significa­ do lo que representan los procesos y m ovim ientos sociales que confi­ guran nuestro presente histórico.

4 . I n v e s t i g a c i ó n m t e r d i s c i p l i -n a r i a

El objetivo general así descrito im pone la necesidad de llevar a cabo una investigación interdiscipli­ naria, la única que de verdad perm i­ ta una visión integradora. Por lo demás, ello va parejo al sentido de la ciencia contemporánea, que ya ha dejado atrás las tendecias hacia la especialización y la particularización que fueron impuestas al pensam ien­ to científico por el positivism o del siglo XIX.

La investigación interdiseipli- naria, sin em bargo, no tiene nada que ver con un eclecticismo también positivista. Supone, por el contra­

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rio, un cierto criterio unificador de teorías y m etodologías, el m ism o que, a juicio nuestro, puede ser al­ canzado desde el punto de vista de la A ntropología (D arcy Ribeiro: 1972). La flexibilidad que caracteri­ za a las ciencias antropológicas es factor determ inante en la función centralizadora que le hem os desig­ nado. .

5 . I n v e s t i g a c i ó n e x p e r i m e n t a l Puesto que el objeto más gene­ ral que se ha postulado radica en un conocim iento que debe ser útil para el cam bio social, que no puede ser concebido con un criterio localista sino que com prom ete a toda la so­ ciedad ecuatoriana -y quizá, hay que esperarlo a la sociedad latinoam eri­ cana, es preciso considerar que la investigación interdisciplinaria que realiza el Instituto Otavaleño de An­ tropología tiene un carácter experi­ mental, en el sentido que ella no so­ lamente se propone el conocimiento de realidades específicas,, sino que sirve además para someter a prueba ciertos principios, postulados y pro­ cedim ientos con el fin de elaborar m odelos teóricos y m etodológicos que sean susceptibles de uso y apli­ cación en otras regiones y por parte de otros organism os de investiga­ ción.

6 . P r o b l e m á t i c a a i n v e s t i g a r ­ s e

N uestra propuesta de investi­ gación, por su propia intención, en­ cuentra en los actuales conflictos de la sociedad ecuatoriana la problem á­ tica que define, condiciona y deter­ m ina los program as concretos que habrán de desarrollarse en el perío­ do venidero.

Desde el punto de vista de la Antropolgía, la cuestión indígena ha sido, desde hace varios lustros, considerada com o el problem a so­ cial por excelencia. Hoy, sin embar­ go, estam os ya en condiciones de com prender que el problem a no consiste en la existencia de lo que, tal vez im propiam ente se ha deno­ m inado "dos m undos superpues­ tos", es decir, el m undo del indíge­ na y el mundo del blanco, sino en el hecho de que sobre la base de las diferencias étnicas existe toda una diferenciación de clases antagónicas no reductibles a un esquema biparti­ to. Para entender en toda su com ­ plejidad la cuestión indígena, es preciso considerar que ella es el re­ sultado de un conjunto de relaciones que se operan en un ámbito mucho m ás extenso de lo que a prim era vista aparece, y que, en una pala­ bra, proviene de las condiciones es­ tructurales del colonialismo genera­ do p o r el su btem a c a p ita lista

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m undial. "La objetiva situación de inferioridad económ ica y social de los grupos aborígenes ecuatorianos, debe ser com prendida dentro de la intrincada tram a de relaciones que unen a estos núcleos de población dentro del m arco de la estructura productiva nacional e internacional. U na visión diacrònica parece ser idónea para log rar una prim era aproximación al problem a de las re­ laciones entre etnias dentro de la so­ ciedad ecuatoriana. De no ser así, caeríam os en la visión 'indigenista', en el sentido de que los problem as de los grupos aborígenes sé verían sin la suficiente conexión con el universo nacional e internacional" (J. Cueva: 1976). "El problem a in­ dígena se origina en las estructuras económicas del sistem a de produc­ ción. El aislamiento cultural y la in­ suficiente integración no son sino parte del síndrom e. No son causa, son consecuencia. Las relaciones interétnicas no son ni mucho menos independientes de las relaciones so­ ciales de clase. El engranaje de la historia va generando una lógica in­ terna de relaciones de clase en la que los contactos entre etnias signi­ fican parte de un proceso más gene­ ral..." (Id.).

En un contexto así definido, lo que caracteriza la coyuntura actual de nuestra sociedad es el proceso

llam ado de "m odernización", que consiste en general, en una serie de reajustes de la estructura económ i­ ca, social y política de la sociedad, con todas sus im plicaciones, y que percibe la readecuación del sistema a las nuevas circunstancias m undia­ les. Puesto que los llamados "países centrales" encuentran hoy m ás ven­ tajosa la exportación de capitales que la de productos industriales, en los "países periféricos" se está pro­ duciendo un proceso de industriali­ zación y de ampliación de las activi­ dades m ercantiles en un fenóm eno complejo que se conoce como "de- sarrollism o", el cual trae com o consecuencia la sustitución de los caracteres tradicionales por otros cuya estirpe hay que buscar en el sistema capitalista mundial.

Estos fenóm enos constituyen, en rigor, los más notables caracteres de la sociedad contem poránea en el Ecuador y configuran el ámbito más importante para las investigaciones sociales. Partiendo de ello, ya no es posible considerar, como antes se ha considerado, que la cuestión in­ dígena representa un problem a ais­ lado dentro de la sociedad nacional, sino un problem a integrado en el conjunto de procesos operados en ella, y no hacia adentro, sino inclu­ so en el contexto de sus relaciones con otra sociedad.

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Tal es la razón de que el Insti­ tuto de Antropología haya decidido investigar los fenómenos y los efec­ tos de dichos procesos de m oderni­ zación en la sociedad tradicional. El solo enunciado de este tem a revela sus complejas, articulaciones, e im ­ pone la necesidad de tratarlos con enfoques m ultidisciplinarios desa­ rrollando una m etodología suficien­ tem ente flexible para dar cabida, unos junto a otros, a fenómenos di­ versos en su naturaleza y en su ex­ presión.

7. P re c is io n e s m eto d o ló g ic a s

Sin entrar a detallar lo que se refiere a las técnicas o procedimien­ tos concretos que habrán de utilizar­ se en la investigación de esta pro­ blem ática (puesto que, com o es obvio, tales puntos deberán ser difi­ nidos con posterioridad, dentro de cada uno de los proyectos específi­ cos de investigación y tom ando en cuenta los caracteres particulares de cada caso) es conveniente expresar aquí, en lincam ientos generales, la concepción adoptada en relación al método.

Es necesario considerar de en­ trada que la realidad social se pre­ senta como una "complejidad hori­ z o n ta l", en fo rm a de g rupos diferenciados que están en posesión de técnicas y niveles de producción

determinados, en relación con la es­ tructura interna que tales técnicas y niveles determinan y que se vuelven sobre ellas para condicionarlas. Estos grupos humanos, aun los más particulares y lim itados, se encuen­ tran tam bién relacionados con los grandes conjuntos n acionales y m undiales, presentando en cada caso rasgos específicos que deben ser fijados, definidos y descritos,. Pero esta "com plejidad horizontal" se entrelaza, por así decir, con una "com plejidad vertical", que repre­ senta la evolución tem poral de los grupos hum anos, tanto com o la di­ versa edad que tienen sus com po­ n en tes. A m bas "com plejidades" reaccionan la una sobre la otra y determ inan en su interacción los m odos específicos de su conducta dentro de la totalidad.

Para entender esta sum a de complejidades (que de ningún modo es una suma aritmética), se hace ne­ cesario diferenciar en la investiga­ ción tres etapas o instantes: a) E l m o m e n t o d e s c r i p t i v o , que consiste en la obsevación de los fenóm enos, y que no es una observación pura y sim ple, sino que debe estar infor­ m ada por la experiencia y por una teoría general; b) E l m o m e n to a n a lí-t i c o - r e g r e s i v o , que consiste en el análisis de la realidad investigada, con un esfuerzo por fecharla exacta­ mente; y, c) E l m o m e n to k i s t ó r i c o

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g e n é tic o , que consiste en un esfuer­ zo por volver a encontrar el presen­ te, no ya con un criterio puram ente descriptivo, sino un presente com ­ prendido y explicado.

Este m étodo, que ha sido ex­ puesto por Lefebvre (H. Lefebvre:

1953) se m uestra, en general, váli­ do para los estudios antropológicos, y en particular, para los que han sido aquí expuestos.

8 . O r g a n i z a c i ó n d e l t r a b a j o A partir de este esquem a, po­ dría entonces esbozarse una organi­ zación general del trabajo, suscepti­ b le de to d o s lo s re a ju s te s aconsejados o impuestos por el pro­ pio desarrollo de la investigación.

Ante todo, cabe destacar que el actual programa de investigación no podrá proponerse en su conjunto la totalidad del proceso. A partir de una hipótesis de trabajo podrá desa­ rrollar acaso la primera fase de la in­ vestigación dejando las restantes para ulteriores programas.

Esto significa que la tarea del presente program a consiste, en ge­ neral, en a) R acionalizar las obser­ vaciones ya hechas sobre una área concreta, hasta hoy definida como á r e a d e in f l u e n c i a d e l 1 0 A ; y, b) Proceder a nuevas observaciones,

con acopio de datos suficientes que deberán ser com parados con el re­ sultado de las observaciones ante­ riormente sistematizadas.

Gomo es natural, esta observa­ ción debe cubrir diversos aspectos, y para ello el program a será organi­ zado de tal modo que diversos equi­ pos de investigación puedan cubrir la totalidad del universo a estudiar­ se.

9 . H i p ó t e s i s d e t r a b a j o

Dada la tendencia general de desarrollo de la sociedad ecuatoria­ na en la que acusan rasgos predom i­ nantes los procesos desarrollistas de industralización, se da un fenómeno de expansión y de consolidación del capitalism o, que produce alteracio­ nes profundas en la sociedad tradi­ cional, las m ism as que comienzan a producirse en su estructura econó­ m ica inciden luego en su estructura social, y se reflejan finalmente en su estructura ideológica. O portuna­ mente se introducirán en los progra­ m as específicos las definiciones operacionales necesarias, a fin de que los térm inos de esta hipótesis sean unívocamente entendidos.

1 0 . D i s t r i b u c i ó n d e l t r a b a j o A partir de esta hipótesis, será preciso investigar los siguientes

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pecios: tabulación de datos o informe y

fi-• nalm ente revertir los datos a la

so-a) Delimitación de la zona geo- ciedad poseedora de los mismos, cultural de competencia del 10A, es­

tableciendo lím ites de dispersión cultural de la zona, y. sus articula­ ciones con las zonas colindantes. Relación de los actuales grupos hu­ m anos con las pautas del pobla- miento en el pasado.

b) Estructura económ ica de la zona. Régim en de tenencia de la tie­ rra; producción artesanal e indus­ trial, comercialización, etc.

B IB LIO G R A FÍA c) Estructura social en la' zona:

com unidades, parcialidades, flujos iiiigratórios, organización fam iliar,

etc. ;

d) Estructura política de la zona: estructura de poder, relaciones con la adm inistración nacional, organi-, zaciones grem iales o sindicales, etc.

e) Estructura ideológica: ideas y creencias, tradiciones, religión y culto, arte popular y artesanías, m ú­ sica popular y folklórica, medios de comunicación, etc.

Sobre la base de las anteriores ideas, y en una serie consecutiva de discusiones, será preciso form ular los program as específicos de inves­ tigación, para luego dar paso a la

CISNEROS Andrade, PLutarco 1975 P rim e ra reu n ió n de A n­

tropología de los países del G rupo A ndino"; Ponen­ cia presentada por el Instituto Otavaleño de Antropología, Lá Paz, septiembre de 1975; en Revista Sarance No. 1. Institu­ to Otavaleño de Antropología; Otavalo; 45-66 pp.

CUEVA JARAMILLO, Juan

1976 "R elaciones in te rétn ic a s". Ensayo de acercamiento al caso ecuatoriano; en Revista Saran­ ce No. 2; Ed. Instituto Otava­ leño de Antropología; Otavalo;

16-21 pp.

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LEFEBVRE, Henry

1967 " Introducción a la crítica de la vida cotidiana y c rí­ tica de la vida cotidiana''; en: O bras de Henry Lefeb­ vre; Ed. Peña y Lillo, tomo I; Buenos Aires.

1972 La vida co tid ian a en el m undo m oderno; Ed. Alian­ za; Madrid.

RIBEIRO, Darcy

1971 F ronteras indígenas de la civilización; Ed. Siglo XXI; México.

SANCHEZ VILLARREAL, Jorge . 1984 "Andrés Gallardo un escritor criollista"; 127-228; Ateneo; Revista de Ciencia, Arte y Lite­ ratura, No. 449; Éd. Universi­ dad de Concepción; Chile.

Referencias

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Para ello, trabajaremos con una colección de cartas redactadas desde allí, impresa en Évora en 1598 y otros documentos jesuitas: el Sumario de las cosas de Japón (1583),

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