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Entre la reivindicación y la concertación Historia de la violencia contra sindicalistas bananeros en Urabá

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ENTRE LA REIVINDICACIÓN Y LA CONCERTACIÓN.

HISTORIA DE LA VIOLENCIA CONTRA SINDICALISTAS

BANANEROS EN URABÁ

LEONARDO PARRA ROJAS

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

DEPARTAMENTO DE HISTORIA

CARRERA DE HISTORIA

(2)

2

LEONARDO PARRA ROJAS

Trabajo de grado presentado como requisito parcial para optar por

título de Historiador

Director:

ALVARO OVIEDO

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

DEPARTAMENTO DE HISTORIA

CARRERA DE HISTORIA

(3)

3

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN………

3

CAPITULO I

SINDICALISMO EN URABÁ Y EL COMIENZO DEL

EXTERMINIO

……….

1.1 El nacimiento de la organización

obrera……….

18

1.2

La consolidación de los sindicatos………..

21

1.3

Las victorias……….

25

1.4

La unificación: Sintrainagro………...

27

1.5

Sintrainagro: Sindicato Clasista………

30

CAPITULO II

LA INTOLERANCIA

………..

32

2.1

1992: Inicia el desgaste de intrainagro……….

33

2.2 Lucha entre i

zquierdas………

35

CAPITULO III

LA EXPULSION

………..

42

3.1 Masacre La Chinita

………..

42

3.2 La crisis de 1994

………..

45

3.3 Estrategias del Plan Retorno

………..

47

3.4 Alianzas Oscuras

………..

50

(4)

4

CAPITULO IV

SINTRAINAGRO. EL NUEVO SINDICALISMO

………

...

63

4.1 La perspectiva de paz en Urabá

………

63

4.2 El nuevo Sintrainagro

………..

65

4.3 Asesinatos y producción

……….

69

4.4 Condiciones del trabajador bananero 1999

……….

72

CONCLUSIONES

………

...

75

BIBLIOGRAFÍA

...

………

78

ANEXOS

………...

...

88

Anexo 1

.………..

88

Anexo 2

.………..

89

Anexo 3

.………..

90

Anexo 4

.………..

91

Anexo 5

.………..

92

(5)

5 Introducción

La violencia contra sindicalistas1 no es un proceso nuevo en la historia de Colombia, esta se puede remontar a la matanza de las bananeras en 1928, que marcó un hito en la historia de la violencia contra los trabajadores organizados. En la década del noventa con la aplicación de políticas económicas2, los sindicalistas colombianos enfrentaron el periodo más duro de su existencia, ya que estas medidas afectaron directamente su cohesión, estabilidad y supervivencia en el mundo laboral.

Paralelo a esto, el sindicalismo comenzó a enfrentarse a una ola creciente de asesinatos. Entre 1991 y el año 2000, fueron asesinados 1.513 sindicalistas en Colombia,

convirtiendo al país en el Estado más peligroso para ellos en el mundo3. La zona más afectada por esta dinámica fue el departamento de Antioquia,

específicamente el Eje Bananero en Urabá4, teniendo como víctima central los integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria, Sintrainagro5. Este ha sido el caso más representativo de la violencia contra sindicalistas en el país en los años noventa, ya que el 70% de los asesinados pertenecía a esta organización6.

Sin embargo, solamente captó la atención de todos los medios masivos de comunicación –nacionales e internacionales- de las agendas de los políticos y de los gobiernos de turno

1 Se va a entender a lo largo de la investigación el término

violencia contra sindicalistas, como todo acto que atente contra la libertad y el libre desenvolvimiento de los trabajadores afiliados a un sindicato. Entre los cuales se pueden mencionar las amenazas, las desapariciones, los desplazamientos, los despidos, la violencia de género, los homicidios, entre otros.

2 La privatización, la reducción del tamaño del Estado, la apertura a los mercados internacionales y la flexibilización del mercado laboral, fueron algunas de las estrategias aconsejadas por el Consenso de Washington, el cual fue un conjunto de políticas sugeridas por organismos financieros internacionales, como las mejores estrategias para el crecimiento económico de los países de Suramérica.

3 Escuela Nacional Sindical.

2515 o esa siniestra facilidad para olvidar 21 años de asesinatos de sindicalistas en Colombia. 1986 – 2006. En Cuadernos de Derechos Humanos No. 19. Medellín, Ediciones Escuela nacional Sindical. 2007, p. 69.

4 El Eje Bananero antioqueño está compuesto por los municipios de Apartadó, Carepa, Turbo, Chigorodó, Turbo, Mutatá, Necoclí, y San Pedro de Urabá (Ver Anexos 1 y 2)

5 El nacimiento de este sindicato se remonta a 1989 cuando surgió de la unión del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Banano, Sintrabanano, y el sindicato de Trabajadores de la Agroindustria del Banano, Sintagro. Ver William Ramírez Tobón, URABÁ. Los inciertos confines de una crisis. Bogotá, Planeta, 1997, p. 39-41. Y Carlos Miguel Ortiz. Urabá, pulsiones de vida y desafíos de muerte. Medellín, La Carreta Social, 2007, p. 91-103.

6 Celis Ospina, Juan Carlos.

Sindicato y Territorios. Medellín. Escuela Nacional Sindical. 2004, p. 111. Y Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos. Estado del arte sobre la medición de la

(6)

6 -especialmente de Colombia y Estados Unidos- cuando en el mes de mayo del 2007 líderes demócratas del país de norte advirtieron que apoyarían tratados de libre comercio con Perú y con Panamá, pero no con Colombia, debido a que este país no cumplía con una serie de condiciones, afirmando que “… Colombia, con sus niveles de violencia, ataques contra el sindicalismo y los derechos humanos, presentaba condiciones para

oponerse.”7

Esto hizo que esta problemática se convirtiera en uno de los principales procesos que ayudaron a congelar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.8 Fue aquí, cuando este problema pasó a ser un punto central en la agenda de las relaciones de Colombia y el coloso del Norte. El gobierno por su parte aseguró en su momento, y aun lo hace, que la violencia contra este grupo social había disminuido desde el inicio de la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, y que las estadísticas de los noventa eran resultado del conflicto interno colombiano. Lo que gran mayoría de sindicalistas niega, sosteniendo que la violencia de la cual son víctimas es el resultado de un exterminio sistemático desde la década del ochenta.9

En febrero del 2009 en una audiencia del Congreso de Estados Unidos en el Comité de Educación y Trabajo presidido por el demócrata George Miller, se entrevistaron varias personas que eran protagonistas de esta problemática, las cuales fueron: la hija de un líder sindical asesinado, un juez retirado que había sido responsable de juicios sobre esta temática, el director de la Escuela Nacional Sindical10 y una defensora de derechos humanos. De sus declaraciones no salió muy bien librado el gobierno colombiano, pero su embajadora dejo en claro al final de la audiencia que el gobierno si había tenido avances,

7

“Violencia contra sindicalismo y parapolítica tienen cada día más embolatado el TLC con E.U.”, El

Tiempo, 21 de mayo del 2007.

8 “Violencia contra sindicalismo y parapolítica tienen cada día más embolatado el TLC con E.U.”, El Tiempo, 21 de mayo del 2007.

9

El primer documento realizado, específicamente, sobre exterminio de sindicalistas, fue una denuncia del Senador Gustavo Osorio que realiza en el Congreso. La cual se compone de una relación de dirigentes y afiliados de base de la CUT asesinados, desaparecidos o heridos a partir del 18 de agosto de 1986 hasta agosto de 1988. En este listado se consigna el nombre, la fecha y el lugar de los eventos, posibles autores y en algunos casos la narración de los hechos. Este listado se encuentra en los Anales del Congreso del jueves 29 de septiembre de 1988 y en Oviedo Hernández, Álvaro. Sindicalismo y Memoria. Construyendo unidad entre el exterminio y la cooptación. Historia de vida de Gustavo Osorio. Bogotá, Ediciones Izquierda Viva. 2011. 10

La Escuela Nacional Sindical (ENS) es una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo “la

(7)

7 resaltando el cambio del sistema judicial y la creación de unidades especializadas de la fiscalía11.

Para la época en la Revista Semana se podía leer sobre la posición del presidente Obama al respecto,

“Las amenazas y la violencia que sufren los sindicalistas colombianos han sido

razones por las cuales el Congreso de Estados Unidos, de mayoría demócrata, ha

expresado sus reservas frente al TLC. El presidente Barack Obama también comparte

esas reservas, según dijo el miércoles en la Casa Blanca su secretario de prensa

Robert Gibbs.”12

Teniendo en cuenta este contexto, donde el gobierno de Uribe resaltó la tarea que realizó desde su llegada al poder en el 2002, especialmente refiriéndose a las políticas de protección que le han brindado a los líderes sindicales13 y a sus avances en materia de la justicia14, se puede observar que estas disposiciones; si bien han nutrido soluciones para resolver problemas inmediatos, se han olvidado de analizar y esclarecer, los eventos pasados, es decir la violencia contra sindicalistas en las décadas anteriores. El pasar por alto los hechos ocurridos en el pasado lleva a conclusiones erróneas15, porque analizan

11“Violencia contra sindicalismo puso a debatir a la Cámara de E.U.”, Revista Semana, 13 de febrero del 2009.

12“Violencia contra sindicalismo puso a debatir a la Cámara de E.U.”, Revista Semana, 13 de febrero del 2009.

13Para ver un diagnóstico sobre estas medidas ver, Centro de Investigaciones y Proyectos

Especiales. Evaluación de las políticas de prevención y protección a líderes sindicales y trabajadores sindicalizados del Estado colombiano. (Formato pdf) Disponible en http://pnud.org.co/

14 Par ver un diagnóstico sobre estas medidas ver, Centro de Estudios de Derecho y Justicia

(DeJusticia). Proyecto acerca de la violencia contra trabajadores sindicalizados. Evaluación de la judicialización de delitos contra trabajadores sindicalizados. Bogotá. Septiembre 2010. (Formato pdf) Disponible en http://pnud.org.co/

15 Como es el caso del artículo realizado en el 2009 por los economistas Daniel Mejía y María José

(8)

8 proceso históricos de manera fragmentada, lo que da como resultado análisis superfluos e inexactos.

Fue por eso, que solo hasta hace tres años los académicos iniciaron la investigación de este tema de manera más atenta. La mayoría de trabajos se han caracterizado por ser globales, tratando de abarcar varios sindicatos en distintas zonas del país, en marcos temporales extensos, llegando a conclusiones muy generales y perdiendo de vista las particularidades del problema.

Por esta razón es que la presente investigación quiere contribuir a llenar este vacío, el cual se centra en analizar la violencia contra sindicalistas de Sintrainagro de 1992 al 1999, buscando demostrar que la violencia fue un proceso que coaccionó al sindicato, haciéndolo transformar de un sindicato de clase en un sindicato patronal.

Estado del Arte

Al revisar la historiografía existente de Urabá, se puede encontrar una cantidad considerable de textos, donde uno de los temas comunes son las plantaciones de banano y todo el conjunto de procesos que las rodean. Sin embargo, la producción de trabajos que tengan como uno de los ejes principales la violación contra los derechos humanos, y específicamente los asesinatos contra sindicalistas, es bastante escasa.

El conjunto de trabajos revisados se pueden dividir en cuatro grupos, que a su vez marcan cuatro tendencias. La primera, contiene en su mayoría, los trabajos realizados entre finales de la década del ochenta y principios del noventa, caracterizados por tener como principal objetivo la denuncia de la realidad padecida en Urabá con respecto a los

(9)

9 derechos humanos, y en el cual el tema de asesinatos a sindicalistas de Sintrainagro no es el central16.

Dentro de estos trabajos se encuentran el informe del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo17

, el informe sobre los homicidios de activistas de las organizaciones Unión Patriótica (UP) y Esperanza, Paz y Libertad (EPL), presentado al gobierno nacional por el Defensor del Pueblo18 y el trabajo de la Comisión Andina de Juristas sobre Urabá19, que a diferencia de los dos anteriores, analiza los actores inmersos en el conflicto, exponiendo las respuestas comunitarias de la sociedad civil y del Estado ante los hechos de violencia.

A estos trabajos se le adiciona el de la Escuela Nacional Sindical (ENS), quién es el primer autor que realiza un texto específico sobre la violencia letal ejercida contra los sindicalistas, titulado “Cuaderno de Derechos Humanos No. 5. Porque valemos más en su cuenta que en su ternura. Los derechos humanos de los trabajadores colombianos en

1997”, en donde se expone por medio de las estadísticas de los asesinatos de sindicalistas de 1991 a 1997, la grave situación que padecen los sindicatos a nivel gremial y regional, resaltando la causa de este fenómeno como la debilidad del Estado al enfrentar la situación de violencia vivida por el país.

Como se puede observar hasta aquí los trabajos carecen de complejidad y estudios profundos; esto se debe a la falta de bases de datos especializadas para la época20, al difícil acceso a las fuentes primarias y la presencia de procesos que no brindaban la seguridad para realizar una investigación de esta índole.

16 El primer artículo académico que trabaja el tema de violencia contra sindicalistas, con un análisis profundo, es el de Ana María Bejarano. “La violencia regional y susprotagonistas: el caso de Urabá”, Análisis Político,

N. 4, mayo – agosto., p. 54 – 67.1988.

17 Liga Colombiana por los Derechos y la Liberación de los Pueblos. El camino de la niebla la desaparición forzada en Colombia y su impunidad. Bogotá, Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo - Liga Colombiana por los Derechos y la Liberación de los Pueblos. 1988.

18 Defensoría del Pueblo.

Informe del defensor del pueblo para el gobierno, el congreso y el procurador general de la nación. Estudio de casos de homicidio de miembros de la Unión Patriótica y Esperanza Paz y Libertad. Bogotá, Jurídicas Gustavo Ibáñez Ltda. 1992.

19 Comisión Andina de Juristas / Seccional Colombia.

Informes regionales de derechos humanos: Urabá. Bogotá, Comisión Andina de Juristas. 1994.

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10 En la segunda mitad de la década del noventa comienzan a ser editados otro tipo de trabajos, siendo la historia y la ciencia política los ejes articuladores, con análisis más elaborados. Estas investigaciones conforman una segunda tendencia caracterizada por enmarcar la violencia en contra de sindicalistas en el conflicto entre guerrillas, paramilitares y Fuerzas Armadas. Hay que aclarar que la violencia hacia los trabajadores no es el eje principal de estos análisis, por el contrario representa un aparte más de un proceso extenso que en este caso sería el conflicto armado y los actores del mismo.

Aquí se resalta el libro de Mauricio Romero, “Paramilitares y Autodefensas, 1982 – 2003”, donde expone cómo fue el surgimiento y consolidación de los paramilitares y las autodefensas entre 1982 y 2003, el cual tiene a Urabá como telón de fondo. La gran hipótesis del autor es que como consecuencia de las reformas de la constituyente de 1991, se aliaron la clase política, elites regionales (entre otros) y grupos irregulares para obstaculizar los avances democráticos en zonas determinadas. Uno de los puntos más importantes del libro es que demuestra que la violencia contra sindicalistas afiliados a Sintrainagro fue uno de los procesos emblemáticos en este proceso.

William Ramírez Tobón con el texto “URABÁ. Los inciertos confines de una crisis”, expone un análisis histórico regional de los actores, de la territorialización privada, de la degeneración de la guerra y del creciente proceso de ilegitimidad del Estado, en el conflicto de Urabá. La propuesta del autor es que este conflicto es consecuencia de las visiones particulares de los diferentes actores en disputa (ejército, guerrilla, paramilitares y empresarios) sobre los problemas de la región y su estrategia para resolverlos. Una de las grandes fortalezas de esta investigación, es el desarrollo histórico regional de cada uno de los actores y de los problemas.

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11 Todo esto lo desarrolla teniendo como base las estadísticas de violación de derechos humanos del CINEP.

El libro compilado por Mauricio Romero, “Parapolítica. La ruta de la expansión paramilitar

y los acuerdos políticos”, analiza las relaciones existentes entre los cambios electorales que se produjeron en el mapa político colombiano y las rutas de expansión del paramilitarismo, desde 1998 hasta el 2003. El capítulo titulado “La ruta de la expansión

paramilitar y la transformación política en Antioquia” elaborado por Claudia López, afirma que desde 1997 se observa el surgimiento de nuevos partidos con excelentes resultados electorales, lo que confirma la hipótesis de la existencia de una tendencia en la cual los grandes cambios electorales se presentaron en pueblos o municipios pequeños con presencia y dominio territorial paramilitar. La gran fortaleza del libro es que estudia el fenómeno teniendo presente un análisis geográfico exhaustivo, brindando excelentes elementos para realizar historia local. Este estudio proporciona información esencial sobre las diferentes redes que rodean un fenómeno como la violencia contra sindical en Antioquia.

Por otro lado, Magda Beatriz López realiza el artículo titulado “Puerto Wilches: sindicatos

y actores políticos armados, 1996 2002”, un estudio de caso, apoyándose en testimonios de los protagonistas muestra que unos de los objetivos principales de los actores políticos-armados (guerrillas y paramilitares) es tener la capacidad de manejar las organizaciones sociales, en este caso los sindicatos, por cualquier vía, ya sea pacífica o violenta, para tener una influencia. Haciendo que con el tiempo los sindicalistas tengan que tomar un conjunto de decisiones buscando únicamente su supervivencia, sin importar que en muchas ocasiones actúan en contra de su bienestar.

(12)

12 Siguiendo el orden de las tendencias inicialmente propuestas, aparece una tercera, que a diferencia de las dos anteriores se aleja de la explicación en la cual las muertes de sindicalistas son el resultado del conflicto entre los actores armados. Analizando el problema como una consecuencia de la implantación de un modelo económico específico –el neoliberal-, la situación del mercado internacional del banano y las presiones ejercidas por empresarios y multinacionales.

Es así que el libro de Aviva Chomsky, “ Linked labor histories: New England, Colombia,

and the making of a global working class”, plantea al modelo económico de globalización como uno de los procesos precursores de la erosión de los sindicatos y conquistas laborales de los mismos, específicamente con la llegada de inversión extranjera a la zona de Urabá. Este trabajo se aparta de los estudios anteriores cuando al explicar el exterminio de sindicalistas afirma que este tipo de represión es resultado de los éxitos de movimientos populares, en este caso los sindicatos. Donde las alianzas entre políticos, grupos paramilitares, miembros de las Fuerzas Armadas, empresarios y multinacionales han jugado un papel fundamental para contribuir al exterminio.

Muy por la línea del trabajo anterior y antes que Chomsky, Ana María Bejarano escribe el texto, “La violencia regional y sus protagonistas: el caso de Urabá” partiendo del supuesto de que Urabá es una economía de enclave, analiza el conflicto en Urabá a finales de los ochenta. Bejarano entonces muestra que la violencia ejercida hacia sindicalistas no es resultado del conflicto interno, sino del enfrentamiento entre empresarios y obreros, quienes luchan por los beneficios económicos, todo esto como efecto de este sistema económico, en palabras de Bejarano “por elcapitalismo salvaje”. Cabe resaltar dos puntos importantes de este trabajo y que van a servir para el desarrollo de esta investigación, el primero, es la existencia de estructuras paramilitares para la época, apoyadas por empresarios y hacendados. El segundo, es la importancia de tener presente que, “Esta

primera ola de represión y persecución sindical no debe dejarse de lado en la explicación

de la posterior radicalización de los obreros de la zona bananera.”21

Finalmente, la cuarta tendencia la compone un conjunto de investigaciones que surgen a principios del siglo XXI. Esta se distancia de las anteriores en cuanto al tema, puesto que

(13)

13 el centro de la investigación es la violencia contra sindicalistas. Aunque coincide en varias de sus metodologías y algunos planteamientos, como dividir el análisis por medio de periodos tomando como base las diferentes olas de violencia y partiendo de estos establecer reflexiones. Esto lleva a concluir que la violencia contra sindicalistas no es un evento al azar sino un proceso más complejo dependiente de la fuerza tomada por el sindicato a nivel regional, los diferentes resultados electorales y las relaciones de grupos al margen de la ley con el Estado. Mostrando que estas relaciones son establecidas para ejecutar una estrategia sistemática, con objetivos claros, para el exterminio los obreros sindicalizados.

La Escuela Nacional Sindical, edita en el 2007 otro trabajo titulado “2.515 o esa siniestra facilidad para olvidar. 21 años de asesinatos de sindicalistas en Colombia”, este realiza un análisis de las diferentes estrategias y los presuntos autores de los homicidios cometidos contra sindicalistas en Colombia, desde 1991 hasta el 2006. El grupo de investigadores afirma que esta violencia no es el resultado de una coyuntura o del conflicto interno, sino de una violencia sistemática a lo largo del tiempo. Lo más relevante del libro, es que analiza las diferentes estrategias utilizadas, los sectores económicos al cual pertenecen las víctimas y los presuntos autores materiales de los hechos, en la zona y periodo a estudiar.

En el 2011 surge el trabajo de los investigadores dirigidos por Guillermo Correa y Juan Diego González, también editado y apoyado por la Escuela Nacional Sindical, titulado “Tirándole libros a las balas. Memoria de la violencia antisindical contra educadores de ADIDA 1978 – 2008”22, el cual analiza la violencia de los miembros de la Asociación de Institutores de Antioquia a lo largo de 30 años. Hay que resaltar que es el primer trabajo de este tema sobre un sindicato en una región específica, mostrando que para entender más sobre la violación de derechos humanos contra trabajadores sindicalizados, es necesario abordar la historia regional y así de manera más completa el contexto que la rodea.

Ya para finalizar este paneo, en el 2012 sale a la luz pública los trabajos de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI) y el Centro de Investigación y Educación Popular

22 Guillermo Correa y Juan Diego González,

(14)

14 (CINEP)23. Los dos trabajos analizan la temática desde diferentes puntos de vista, el primero desde el conflicto armado y el segundo desde las movilizaciones sociales, además, abordan las respectivas investigaciones haciendo estudios de caso de los sindicatos más afectados a lo largo del territorio nacional, donde Sintrainagro es un caso común entre los dos. El CNAI al abordar el tema de Sintrainagro presenta que las muertes de los sindicalistas como una disputa territorial entre las FARC y los paramilitares, buscando ejercer un control social y político por medio del sindicato. Por otra parte, el CINEP muestra como la violencia contra los miembros de Sintrainagro, tiene como principal resultado la disminución de las movilizaciones sociales (huelgas, paros y marchas) y esto produce el cambio de tendencia del sindicato, de uno combativo a uno patronal.

Opciones conceptuales

Para abordar el tema de esta investigación se utilizaron varios conceptos, por lo cual es esencial explicar qué tipo de orientación se le dio a cada uno.

Por convenciones colectivas y pactos colectivos de trabajose va entender:

23 Centro de Investigación y Educación Popular / Programa por la Paz (CINEP).

(15)

15 “…acuerdos a los que llegan los patronos y trabajadores en lo referente a las

condiciones en que han de desenvolverse las relaciones de trabajo durante su

vigencia. Si la parte de los trabajadores está constituida por uno o varios sindicatos o

federaciones sindicales, el acuerdo se denomina convención. Si los trabajadores no

están sindicalizados, el acuerdo se denomina pacto”24

Otra categoría fundamental es la de sindicato, la cual se va entender como una

organización de masas, que se crea para defenderse como obreros, tiene el objetivo de enfrentase contra los patronos, por “reivindicaciones inmediatas”. Esto sale a la luz en la sociedad cuando se crea la necesidad de pedir mejores condiciones laborales, como mejoraras salariales, la no explotación por parte de los patronos y la exigencia del derecho al trabajo. Asumiendo las reglas del sistema capitalista, pero sugiriendo la modificación de varias de las mismas25.

El término sindicato clasista semaneja como la organización sindical queestá abierta a

integrar a todos los componentes de la clase, sin discriminaciones de orden político, de procedencia geográfica, de creencias religiosas, de etnia o de género26.

Sindicato patronal hace referencia al sindicato que se caracteriza por estar de acuerdo

con el ideario político y la orientación específica de los patronos, por ofrecer componendas y ventajas personales sobre los intereses generales de clase, por “prohijar sindicatos “serios y responsables”, o en otras palabras, aherrojados por una concepción

puramente reivindicativa y estrecha, vacíos de toda noción del futuro histórico de la clase

obrera y de espaldas a sus conatos de liberación.”27

Por conflicto interno colombiano, se entiende la disputa resultante del choque bélico entre guerrillas, grupos irregulares de derecha, narcotraficantes, agrupaciones terroristas y las fuerzas militares por la disputa de poderes locales y control de territorios estratégicos. Que surge a mediados de la década del ochenta teniendo como telón de fondo regiones en las que hace presencia las diferentes guerrillas.

24

Escobar, Carlos. El sindicalismo…, pag.253.

25 Caicedo, Edgar. Historia de las Luchas Sindicales en Colombia. Bogotá, Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS), 1982, pag. 7.

26 Oviedo Hernández, Álvaro.

Sindicalismo colombiano. Iglesia e ideario católico 1945 – 1957. Quito, Universidad Andina Simón Bolívar – Corporación Editora Nacional, 2009, pag. 16.

(16)

16 Delimitación espacial y temporal

Urabá es una región ubicada en el noroccidente de Colombia, la mayoría de su territorio está localizado en el departamento de Antioquia y el restante en el departamento del Chocó. Como una consecuencia de la heterogeneidad de sus características sociales, económicas, culturales y políticas, se da la división en cinco subregiones, las cuales están conformadas por 14 municipios (Ver Anexo 1)

La región norte está compuesta por Arboletes, San Juan de Urabá, San Pedro de Urabá Necoclí y Norte de Turbo. La del Eje Bananero por Apartadó, Carepa y sur de Turbo. La del sur por Chigorodó y Mutatá. La del Atrato por Ríosucio, Vigía del Fuerte y Murindó. Y la del Darién Chocuano por Ungía y Acandí28 (Ver Anexo 2).

Si bien es muy importante al analizar el tema de la violencia contra los trabajadores de banano, tener en cuenta toda la zona del Urabá, y no solamente el eje bananero, debido a que hay un grupo de procesos que son transversales a lo largo del territorio como la colonización, la construcción de la carretera al mar y la falta de presencia estatal, entre otros, en la presente investigación se va a tener como referencia espacial los municipios que conforman el eje bananero, Apartadó, Carepa, Turbo y Chigorodó, La selección se realizó básicamente porque son los municipios donde están ubicadas la mayoría de fincas bananeras, porque son los lugares donde se presentan la mayoría de sindicalistas asesinados y porque 12.500 trabajadores de 15.500, que están afiliados a Sintrainagro están afiliados a las cuatro subdirectivas, Turbo, Apartadó, Carepa y Chigorodó29.

Por otra parte el trabajo abarca la violencia contra sindicalistas bananeros desde la década del sesenta hasta 1999. En una primera etapa de la investigación se planteó analizar la violencia contra sindicalistas bananeros en las década del noventa, pero en el trasegar del oficio investigativo se halló que el exterminio de trabajadores en Urabá era un fenómeno anterior, por esa razón se decidió comenzar este análisis desde la década del

28 Citado en Suárez, Andrés Fernando.

Identidades políticas y extermino recíproco. Masacres y guerra en Urabá. Medellín, La Carreta Editores, 2007, pag. 49, del Censo Nacional de Población realizado por el DANE en el año 1993. Se puede ver un mapa detallado en el Anexo 1 y 2.

29 Datos del censo sindical de la ENS. Citado en Celis Ospina, Juan Carlos.

(17)

17 sesenta hasta 1999. Hay que aclarar que por cuestiones metodológicas y del interés de llenar un vacío historiográfico preciso, el periodo fuerte de investigación abarca de 1992 hasta 1999.

Fuentes

En este trabajo se utilizaron varias fuentes primarias. Una de las más importantes y que sirvió como punto de partida de la investigación fue la construcción de una base de datos que recolecta información proveniente de la Escuela Nacional Sindical, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, El Semanario Voz Proletaria y el Comité Permanente por los Derechos Humanos (CPDH), más un conjunto amplio de noticias del periódico El Tiempo y la Revista Semana. Además se realizó una búsqueda de prensa en los siguientes periódicos: El Espectador, El Colombiano, El Tiempo, Revista Semana, El Siglo y el Semanario Voz. También se consultaron revistas institucionales como la Revista Augura, Cultura y Trabajo, y Coyuntura Bananera. Otras fuentes consultadas fueron las páginas Web de la Escuela Nacional Sindical, La Organización Internacional para el Trabajo y Verdad Abierta.

Orden de exposición

El exterminio de trabajadores bananeros afiliados a Sintrainagro en Urabá es un proceso histórico sumamente complejo por la gran cantidad y heterogeneidad de los factores que lo rodean. Teniendo en cuenta lo anterior, esta investigación se divide en cuatro capítulos que tiene como eje articulador las olas de violencia ejercidas sobre los sindicalistas. El primero, describe el surgimiento, la consolidación y el fortalecimiento, teniendo como protagonistas a trabajadores no sindicalizados, a los integrantes de Sintagro, Sintrababano y Sindejornaleros, y presenta el nacimiento de Sintrainagro.

(18)

18 CAPÍTULO I

SINDICALISMO EN URABÁ Y EL COMIENZO DEL EXTERMINIO

“El obrero ya no es, entonces, el portador exclusivo de una nostalgia de pequeños propietarios

rurales o de campesinos parcelarios sino el representante de una nueva identidad colectiva afirmada, paso a paso, por la agroindustria dentro de la cual labora, por los empresarios de los

cuales depende, por las instituciones públicas que lo regulan y por la familia que debe proteger”30

1.1 El nacimiento de la organización obrera

Para abordar la historia del sindicalismo en Urabá hay que remontarse a la década del sesenta con la creación del Sindicato de Trabajadores del Banano, Sintrabanano, en 1964. Este fue liderado por dirigentes sindicales de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CSTC), provenientes de las huestes del Partido Comunista (PC). No se había consolidado, cuando sus integrantes ya se veían hostigados de diferentes maneras, por ejemplo con el encarcelamiento sin justa causa y el asesinato de algunos de sus miembros31.

Este tipo de situaciones produjeron por lo menos en los primeros años su inestabilidad como sindicato, cohesionándose sólo hasta 1968. Luego de ello, vivió una segunda etapa que duro hasta 1984 marcada por la obtención de triunfos valiosos, los cuales tenía como telón de fondo, el inexistente apoyo del Ministerio de Trabajo, y varias maniobras que ejecutaron los patronos para obstaculizar el libre ejercicio del sindicalismo, como fueron:

“chantajes, seducciones divisionistas, intimidaciones, encarcelamientos y hasta atentados

personales en algunos casos.”32

Un ejemplo de lo anterior, fueron los hechos acaecidos con el trabajador y representante del sindicato, el señor Armando Pabón en la finca “Revancha Galofre” en 1979. Pabón presentó un pliego de peticiones y como respuesta a ello el propietario de la finca le ofreció $50.000 con la condición de que retirara el pliego y firmara el pacto colectivo, el trabajador se rehusó y cinco días después apareció muerto. Al día siguiente y como forma de protesta ante el hecho, sus compañeros cesaron actividades, lo cual generó la

30 Tobón Ramírez, William. URABÁ.

Los inciertos confines de una crisis. Bogotá, Planeta, 1997, pag. 54. 31 Los líderes pertenecían a la Federación e Trabajadores de Antioquia Fedeta. Tomado de Martin, Gerard. Desarrollo económico, sindicalismo y proceso de paz en Urabá. Tesis de Maestría. Universidad de los Andes, Facultad de Administración. Agosto de 1986, pag. 42-43

(19)

19 militarización de la finca forzando así a los trabajadores a retomar sus labores. Tres días después se detuvo durante 12 horas a un integrante del sindicato de nombre Nelson Campo, acusado de ser el responsable de los hechos conflictivos ocurridos en la finca33.

Sin embargo, Sintrabanano no sería la única iniciativa, ya que tres años después de su creación se fundó legalmente el Sindicato de Jornaleros, Sindejornaleros, por trabajadores de una mina de oro, cuya particularidad fue la pertenencia de su junta directiva al Movimiento Obrero Independiente Revolucionario (MOIR). Después del cierre de la mina, cayó en decadencia la agrupación, y fue hasta 1978 que se reactivó, realizando proselitismo político en fincas bananeras, donde se le adicionaron varios trabajadores.

Para la década de los ochenta, esta organización había logrado firmar varias convenciones colectivas, pero fue hasta 1982 al presentar tres convenciones colectivas pertenecientes a las fincas “El palmar” y “Rancho Amalai” que se notó nuevamente la mano oscura. En esta ocasión, los dirigentes sindicalistas se dejaron comprar los pliegos por 5 millones de pesos34.

Por otra parte, en la década del setenta apareció el Sindicato de Trabajadores del Agro, Sintagro (1972). Cuatro años después al presentar su primer pliego de peticiones en la empresa Coldensa, se militarizó la finca y el presidente del sindicato, Carlos Durango y el fiscal Toribio Gutiérrez fueron desterrados de la región. Esto hizo que el sindicato quedara paralizado, hasta que en 1979 se reactivó presentando otro pliego de peticiones, razón por la cual la empresa despidió a todos los miembros de la junta directiva.

Después en 1983, algunos miembros del sindicato comenzaron a visitar diferentes fincas y lograron presentar otro pliego de peticiones en la región. En este caso, la empresa volvió a repetir la medida tomada anteriormente, pero esta vez despidiendo a la totalidad de los miembros del sindicato. Como si esto fuera poco, la represión fue más allá; como se observa en el caso de Luis Alfonso González, quien fue sacado de su casa el 13 de junio de 1983 y tres días después apareció muerto con signos de tortura en Chigorodó35.

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20 Gerard Martin afirma que el sindicalismo en este periodo no se pudo cohesionar y fortalecer por varias razones, entre las cuales se puede nombrar, el traslado a las actividades más fuertes, el despido y la negación del trabajo a los trabajadores sindicalizados, la no deducción de las cuotas periódicas para el sindicato, y la presencia del Estado por medio de estamentos militares y no por el Ministerio de Trabajo36.

A esto hay que adicionarle que en Urabá no se aplicaba el código sustantivo del trabajo, sino algo conocido como el código bananero, donde se supervisaba a los trabajadores con perros y capataces con pistola y machete al cinto. Aunque parezca extraño esta situación se presentó en la década del setenta e inicios de la década del ochenta y fue conocida a nivel nacional. En una de las editoriales del periódico EL Tiempo en 1977 se podía leer,

“… la miseria de los trabajadores se ve agravada por la represión que han desatado los patronos contra todos los intentos de organización. En pocas regiones del país se

han presentado una persecución sindical comparable a la de Urabá. Sindicato es una

palabra prohibida en Urabá”37

También es imprescindible mencionar que desde sus inicios estos sindicatos comenzaron a ser influenciados por otros actores que los ayudaron a organizarse y en varios momentos aseguraron su seguridad física, es así como Sintagro fue influenciado por el Partido Comunista de Colombia Marxista Leninista (PCC-ML) y el Ejército Popular de Liberación (EPL) desde 1976. Y a Sintrababano lo respaldó el Partido Comunista Colombiano (PCC)38 y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Hay

36 Martin, Gerard. Desarrollo económico …, pag. 52

37 El Tiempo, Calderón, 1977. Citado en Martin, Gerard. Desarrollo económico …, pag.52

38 Hacia el año 1965, se da la ruptura interna del partido comunista como resultado de una división de la izquierda colombiana, en términos de Andrés Fernando Suarez. Es entonces cuando oficialmente se crea el Partido Comunista Marxista Leninista durante el desarrollo del X Congreso del Partido Comunista. Esta división, no solo es motivada por aspectos internos propios de la situación del país y en particular de la zona de Urabá, sino también está fuertemente relacionada con la división a nivel internacional del partido comunista, el cual tenía dos líneas fuertes; el partido comunista pro chino y el partido comunista pro soviético. Ello es fundamental en tanto condiciona de igual manera el comportamiento de dicho partido en Colombia. Teniendo en cuenta el contexto tanto nacional como internacional, surge la línea PC ML con el EPL como su brazo armado surgido en 1967, quedando el partido comunista con las FARC.

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21 que aclarar que el apoyo de las guerrillas comenzó a notarse en Urabá a finales de los setenta39. Una década después de la organización de Sintrabanano.

1.2 La consolidación de los sindicatos

Es en 1984 que cambia el panorama sindical, pasando de un 18% de trabajadores sindicalizados a un 85% en 198740. En este periodo hubo una serie de conflictos a nivel laboral significativos, ya que el apoyo de las guerrillas y las malas condiciones a nivel laboral habían brindado el ambiente propicio para que los trabajadores se revelaran.

Para Ortiz, los trabajadores bananeros lo primero que vencieron fue el miedo ya que contaban con el apoyo armado de las guerrillas41. Sin embargo, esto no hacía que los asesinatos y las amenazas contra trabajadores y dirigentes sindicales cesaran, por el contrario, la situación empeoró pues con el apoyo de las agrupaciones irregulares, la violencia se transformó en un proceso de doble vía. Los asesinatos que sufrían los trabajadores desataban una replica hacia los capataces y administradores de las fincas, pues los dueños se habían ido de la región por la inminente amenaza.

Ello tuvo tres consecuencias claras. La primera fue el éxito de los sindicatos a nivel de las peticiones, la cohesión, y la ampliación en el índice de afiliados. Como lo muestra las convenciones colectivas, un logro sin precedentes, pues en 1983 se habían firmado dos convenciones, en 1984 trece, ascendiendo a 113 en 1985.

Hay que resaltar que los pliegos de estas peticiones se caracterizaban por tener como objetivos aumentar los salarios, desarrollar la infraestructura (vivienda, hospitales, posición frente a las invasiones promovidas por la ANUC durante los 60 y los 70 son apoyadas por el PC ML distanciándose del PCC. Todo ello llevó no solo a que se dividiera el partido comunista como tal, también la guerrilla de las FARC, surgiendo focos pro comunista marxista leninista como se dio en el frente V en 1977 encabezada esta disidencia por Bernardo Gutiérrez uniéndose finalmente al EPL. Tomado de Suárez, Andrés Fernando, Identidades políticas exterminio recíproco. Masacres y guerra en Urabá 1991-2001, La Carreta Editores, Medellín. 2007, pp. 99-100.

39 Citado en Ortiz, Carlos Miguel.

Urabá, pulsiones de vida y desafíos de muerte. Medellín, La Carreta Social, 2007, pag. 98. Y Citado de Uribe, María Teresa. Urabá: ¿región o territorio? Medellín, Corpourabá y Universidad de Antioquia, 1992.

40 Fue tomado de Fernando Botero H. Urabá

: colonización, violencia y crisis del Estado, Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, 1990, pag. 169. Citado en Celis Ospina. Juan Carlos. Sindicato y Territorios. Medellín. Escuela Nacional Sindical. 2004.

41 Ortiz, Carlos Miguel.

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22 servicios públicos y los casinos), implantar auxilios sindicales, establecer la educación para los niños, instaurar auxilios de muerte, seguro de vida y asegurar la dotación para el trabajo. Como se puede apreciar ninguna de las peticiones tiene un contenido subersivo.

Es importante realizar una pausa y comparar estos requerimientos con la lista de peticiones de los trabajadores bananeros en Magdalena en 1928, previo a irse a la huelga. En esta ocasión las demandas se centraron en buscar: un seguro colectivo de trabajo, la reparación por accidentes de trabajo, la construcción de habitaciones higiénicas, la implantación del descanso dominical remunerado, el aumento en 50% de los jornales, la supresión de comisariatos, la cesación de préstamos por medio de vales, el pago semanal, la abolición del sistema de contratistas y un mejor servicio hospitalario42.

Es paradójico observar que “cincuenta años” después no se hayan solucionado por lo menos el 90% de las necesidades de los trabajadores bananeros. Fue finalmente “…en

1987 que se logró un pliego unificado que cubría al 85% de los trabajadores de la zona”43, el cual tenía el grueso de estas peticiones.

La segunda consecuencia se centró sobre la pugna violenta entre las guerrillas de las FARC y el EPL por el territorio y control sobre Sintagro y Sintrabanano. Esto llevó a una guerra sin cuartel entre ellas, dejándole cientos de muertes a la región. Cuando se sufría un asesinato en un sindicato, tiempo después el otro era víctima. Hay que mencionar que las guerrillas veían a los sindicatos como instrumentos que les proporcionaban una base social y política, al permitirles tener un lazo directo con las poblaciones. Además, en varias ocasiones líderes sindicales tuvieron enfrentamientos con guerrilleros del EPL, al no estar de acuerdo con el supuesto derecho que tenía el grupo armado de consignar la propuesta de una cuota para la guerrilla en los pliegos laborales de las fincas44.

Finalmente y como tercera consecuencia, se dio la conformación y apoyo de grupos paramilitares por empresarios, ganaderos y propietarios particulares, que tenían como fin enfrentar la situación que se vivía en Urabá. En entrevistas realizadas a varios

42LeGrand, Catherine 1989, “El conflicto de las bananeras”, En: Álvaro Tirado Mejía (ed.), Nueva Historia de Colombia, t. 3, Bogotá, Planeta Colombiana, pag., 202.

43 Centro de Investigación y educación Popular / Programa por la Paz (CINEP).

Incidencia de la violencia contra trabajadores sindicalizados y evolución de su protesta. Bogotá. Septiembre 15 de 2010. (Formato pdf) Disponible http://www.pnud.org.co/sitio.shtml

44 Ortiz, Carlos Miguel. Urabá,

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23 empresarios por la Revista Semana a finales de los ochenta, se sustenta esta posición asegurando ser víctimas del comunismo, mostrando el riesgo de perder el patrimonio de toda una vida pues fueron ellos los primeros colonos en llegar, argumentando que estaban cansados de pagar vacunas, que el Ministerio de Trabajo les había obligado a firmar pactos ilegales y recalcando la obligación de recuperar la soberanía, aclarando que esta no se encontraba ligada a sus propiedades, sino a la región de Urabá.45 A lo que uno de los empresarios añadía,

”… la prioridad para los propietarios es lo que llaman la "recuperación" de las

tierras. Expresión que ahora es utilizada en la derecha, con la misma convicción con la que la utilizaron en el pasado los invasores de izquierda. Lo que está sucediendo en Urabá, es ni más ni menos una contrarrevolución. El sentimiento generalizado es el de "basta ya". Y si la cosa tiene que ser definida a bala, "a bala será".46

El objetivo del respaldo social y económico que recibieron los grupos paramilitares, por un lado, era obstaculizar los logros alcanzados por los trabajadores, es así como en varias ocasiones asesinaron líderes sindicales en plena negociación47. Y por el otro, tenían que defenderse del acoso de las guerrillas, materializado en vacunas, secuestros y asesinatos de administradores de fincas. Para Mario Agudelo ex militante del PCC-ML48, el propósito de estas agrupaciones no era obtener un control sobre un territorio específico, sino atacar directamente a la población, a los líderes sindicales y políticos de tendencia de izquierda, para poder erosionar sus organizaciones, teniendo como consecuencia la disminución de su capacidad de movilización49.

45“La contrarrevolución de Urabá”, Revista Semana, 13 de junio de 1989. 46“La contrarrevolución de Urabá”, Revista Semana, 13 de junio de 1989.

47“Por ejemplo, el 16 de febrero de 1987, mientras se discutía un pliego laboral unificado, tres afiliados a Sintagro fueron asesinados, supuestamente por paramilitares. Entre el 1º y el 5 de julio, en plena negociación del petitorio, fueron muertos otros cuatro miembros de Sintrabanano: Raúl Higuita, José Abraham González, Juan Esteban Hernández y el negociador del pliego, Narciso Mosquera, –los dos últimos fueron acribillados cuando iban al entierro de José Abraham. En respuesta, los trabajadores de noventa fincas bananeras de Urabá se lanzaron al paro. El 29 de septiembre del mismo año fueron ultimados Alberto Angulo, presidente de Sintrabanano y concejal de la UP en Apartadó, y Luis Ademar González, integrante de la comisión negociadora del mismo sindicato.” Citado de Centro de Investigación y educación Popular / Programa por la Paz (CINEP). Incidencia de la violencia contra trabajadores sindicalizados…, pag. 124.

48 Mario Agudelo fue miembro del Comité Central del PCC-ML, ex diputado de la Asamblea de Antioquia, ex alcalde de Apartadó y ex presidente de Esperanza, Paz y Libertad.

49 Entrevista a Mario Agudelo, citada en Suárez, Andrés Fernando.

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24 Aviva Chomsky analizando la situación afirma,

“El éxito provocó la violenta represión contra el movimiento obrero y sus representantes políticos, llevado a cabo por grupos paramilitares con la complicidad

frecuente de militares y con el presumible apoyado del poder económico de

propietarios de plantaciones y de grandes ganaderos.”50

La violencia imperante dio como resultado, según la base de datos del Cinep, el asesinato de 154 sindicalistas, 3 heridos en atentados, 97 desaparecidos y 7 torturados51, víctimas en su mayoría atribuidas a los paramilitares, todo ello entre los años 1984 y 1990. Por ello, el gobierno decidió intervenir y convocar en 1987 una comisión tripartita integrada por los representantes de Sintagro y Sintrabanano, Augura y representantes del gobierno departamental y nacional. Concluyendo con su rechazo a la violencia contra empresarios y trabajadores, y a su vez declarándose como interlocutores de manera mutua.

Sin embargo en junio de 1988 se podía leer en la Revista Semana, el desenlace real de la comisión,

“La Comisión Tripartita logró algunos avances en materia de seguridad social, laboral y de

vivienda, pero poco a poco fue perdiendo su importancia debido fundamentalmente a que las

entidades encargadas de "aportar" no cumplieron con su palabra. Cuando se produjo el

cambio de gobierno y el proceso de paz toma otro rumbo, la Comisión Especial, el nuevo

nombre que se le dio, prácticamente se murió. Como también comenzaron a aparecer

muertos varios de sus integrantes, a pesar de que el tema en el que más se insistió, fue

precisamente el del "derecho a la vida".52

Paralelamente, se creó la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en 1986. Los papeles que cumplieron estos dos actores fueron muy significativos; gracias a la coordinadora se pudo disminuir en un margen importante el ambiente de hostilidad entre las FARC y el EPL, por ende mermó la cantidad de sindicalistas muertos en la región víctimas de estas guerrillas. Por otra parte, la CUT fue

50 Párrafo traducido por el autor extraido de Chomsky, Aviva.

Linked labor histories: New England, Colombia, and the making of a global working class. Durham, Duke UniversityPress, 2008, pag. 148.

51 Centro de Investigación y educación Popular / Programa por la Paz (CINEP).

Incidencia de la violencia contra trabajadores sindicalizados…, pag.121.

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25 la cristalización de una larga lucha por cohesionar el sindicalismo colombiano, donde se unieron trabajadores de todas las vertientes: liberales, conservadores, comunistas, cristianos; como una clara iniciativa de clase, era claro que uno de sus pilares era la afinidad que sentían por el conjunto de necesidades sociales y económicas, lo cual condujo a propugnar por un sindicalismo reivindicativo53.

A raíz de los continuos enfrentamientos y de la violencia que se vivía en Urabá, el gobierno también instaló una jefatura militar en 1988 y pretendía además carnetizar a todos los trabajadores. Como respuesta a ello, el EPL y las FARC idearon un paro laboral en 1988, acompañado por los sindicatos. Jornada que de ninguna manera fue pacífica, pues se caracterizó por la destrucción de puentes, los choques contra las fuerzas armadas y la destrucción de bienes raíces de quienes los sindicalistas señalaban como autores intelectuales de varias estrategias en contra del libre ejercicio del sindicalismo, “la

guerra sucia”54 .

Por consiguiente el Ministerio de Trabajo suspendió la personería jurídica de Sintagro y Sintrabanano. Por los desmanes anteriores y los fuertes golpes militares que realizaban las Fuerzas Armadas y los paramilitares al sindicalismo de Urabá; el PCC, el PC-ML y el ELN llegaron a un acuerdo político para unir fuerzas y fusionaron Sintagro, Sintrabanano y Sindejornaleros en abril de 1989, en el Sindicato Nacional de trabajadores de la Industria del Banano, Sintrainagro.

1.3 Las victorias

Antes de seguir con la historia de Sintrainagro, es esencial exponer un balance de los logros obtenidos por el sindicalismo en Urabá, ya que estos fueron los pilares con los cuales los trabajadores bananeros afrontaron la década del noventa.

53 Hay que resaltar que una de las consecuencias de esta iniciativa de los trabajadores fue la intensificación del exterminio sindical, sobre todo en sectores clasistas. Para profundizar en este tema ver Oviedo Hernández, Álvaro. Sindicalismo y Memoria. Construyendo unidad entre el exterminio y la cooptación. Historia de vida de Gustavo Osorio. Bogotá, Ediciones Izquierda Viva. 2011, pag. 65 – 83.

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26 Para comenzar hay que resaltar las 36 invasiones a territorios que se efectuaron entre 1984 y 1986, donde el empuje de los trabajadores bananeros y el apoyo de miembros del EPL siempre fueron protagonistas. En el mismo periodo hubo 49 acciones sindicales, representadas en “la realización de huelgas y paros insertos dentro la presentación de pliegos de peticiones y la realización de negociaciones para la firma de las primeras

convenciones colectivas”55 .

Por otro lado, entre 1987 y 1990 se llevaron a cabo 84 acciones sindicales efectuadas entre el vencimiento de las convenciones colectivas vigentes y el inicio de la negociación para la firma de las nuevas convenciones. A esto hay que añadirle que los motivos por los cuales se movilizaron los trabajadores se ampliaron. Surgieron paros, huelgas y marchas por los actos represivos de la fuerza pública -realizados como consecuencia del establecimiento de la jefatura militar y la carnetización- y por los asesinatos selectivos a políticos de izquierda y líderes sindicales56.

Las movilizaciones también trajeron otro hecho remarcable que cambió las relaciones entre los trabajadores, quienes al reunirse de forma periódica tuvieron la oportunidad de compartir sus experiencias laborales, acumulando capital social. De esta forma se fueron identificando nuevas necesidades y abusos, adquiriendo capacidad de negociación, para que las movilizaciones y las convenciones fueran más sólidas. Con respecto a esto Suarez concluye,

“Esta característica tiene la particularidad de que marca con mayor profundidad las

huellas de la movilización social sobre la configuración de vínculos, redes sociales,

experiencias compartidas y expectativas comunes que van materializando las

identidades políticas y revirtiendo la fragmentación social”57

Para finalizar, es necesario resaltar la consolidación de la identidad política de los obreros bananeros, construida y afianzada por la combinación de triunfos anteriormente descritos, con el objetivo de contribuir en gran parte a que candidatos de la Unión Patriótica llegaran a la mayoría de los puestos de las asambleas de los municipios de Carepa, Turbo, Apartadó y Chigorodó (ver anexo 3), un fenómeno político sin precedentes en la historia

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27 del país. Y finalmente, para mostrar una dosis gigante de valentía al materializar sus objetivos teniendo de telón de fondo una guerra sin cuartel, donde ellos, los trabajadores bananeros, se encontraron en medio del fuego cruzado de las guerrillas, los paramilitares y las Fuerzas Armadas.58

1.4 La unificación: Sintrainagro

Ya con Sintrainagro conformado, las peticiones no se realizaron de forma separada por fincas, sino que se realizó un conjunto de peticiones por industria. En 1991 se agruparon en “un solo pliego a 186 fincas bananeras representativas de 13.761 hectáreas y de más de 14.000 trabajadores”.59

Después de que los trabajadores y los empresarios del banano reconocieron mutuamente que querían ayudarse, los empresarios se dieron cuenta que este tipo de clima aumentaba la productividad y los obreros no querían realizar huelgas, se aprobaron 229 convenciones colectivas de trabajo diferentes, aumentando la productividad bananera un 30% y las exportaciones un 15% aproximadamente.60

Paralelamente, se comenzaron a gestar conversaciones entre el gobierno nacional y el EPL con el fin de dejar atrás la lucha armada, las cuales culminaron en marzo de 1991 con la entrega de las armas de este grupo, y con la formación del movimiento político Esperanza, Paz y Libertad. Sin embargo, quedó activa una disidencia del EPL no desmovilizada comandada por Francisco Caraballo. Poco tiempo después, para 1992 ya se conocían denuncias de los ase de por lo menos 60 desmovilizados de Esperanza, Paz y Libertad.

Para entender el movimiento político Esperanza Paz y Libertad es necesario remontarse a finales de los ochenta cuando las dos fuerzas más representativas de la izquierda en Urabá, se coalicionan. En el nivel de la lucha social, se fusionaron Sintagro y Sintrabanano, para crear a Sintrainagro. Y en el nivel de la lucha armada, llegaron a una tregua las FARC y el EPL, todo para afrontar las embestidas de los paramilitares, la

58 Suárez, Andrés Fernando. Identidades políticas y extermino recíproco…, pag. 216 217. 59 Tobón Ramírez, William. URABÁ…, pag. 57.

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28 guerra sucia ejecutada por fuerzas oscuras provenientes del Estado y la arremetida de las Fuerzas Armadas.

Es aquí donde la mayoría de los miembros del EPL, que representaban el ala moderada, reflexionaron sobre la estrategia de la lucha armada, llegando a la conclusión de su inoperancia. Esto debido a la cruenta violencia a la cual estaba siendo sometida la población sindical y campesina que vivía en los territorios donde esta agrupación guerrillera prevalecía. También se veía con preocupación la fuga de capitales de los empresarios bananeros de Urabá a Costa Rica, proyectando un horizonte desolador para el territorio del Eje Bananero. Conduciendo a la gestación de acercamientos entre el gobierno nacional y el EPL para que estos dejaran la lucha armada.

El periodo que sigue fue de relativa calma, lo que Suárez, define como un espacio estratégico61 de los diferentes actores armados, los cuales estaban reacomodándose a las configuraciones internacionales causadas por la caída del Muro de Berlín, el establecimiento de la Constituyente de 1991, la implantación de la apertura económica y los diferentes acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y los grupos irregulares.

No obstante la marea baja no duró mucho, ya que desilusionados por el incumplimiento del gobierno a propósito de las promesas realizadas, varios ex combatientes del EPL dejaron la vida civil y se unieron a la disidencia liderada por Caraballo. La mayoría eran mandos medios que no vieron cumplidas sus expectativas con respecto a su rango, a diferencia de los guerrilleros con alto rango que se convirtieron en líderes políticos de Esperanza, Paz y Libertad.

Mientras tanto las FARC se encontraban en una espera estratégica. Por un lado, aspiraba a que la disidencia del EPL lograra ganar en la competencia con los esperanzados el control social de las zonas que dominaba antes de su división. Además, sabían que el año siguiente eran las elecciones, obligándolos a mantener la calma militarmente pues la persistencia del predominio de la UP estaba en juego. Y finalmente, su perspectiva era otra pues estaba en diálogos de paz con el gobierno de César Gaviria en Caracas (Venezuela) y Traxcala (México) desde abril de 1991.

(29)

29 Por el lado del sindicato, se formuló un pliego de peticiones en el mes de agosto de 1991 que cubría 225 fincas influenciando a más de 13.000 trabajadores. Este se caracterizaba por plasmar demandas como la educación, vivienda, salud, recreación y deporte, que deberían ser resueltas por el Estado y no por los empresarios. Hay que resaltar que la negociación duró hasta diciembre, pues en este mes se tenía que dar la discusión del mecanismo de aumento salarial para el siguiente año. La propuesta del Sindicato fue fijar el aumento tres puntos porcentuales por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC). A lo cual los empresarios, representados por AUGURA, dijeron que se aumentaba solamente el 24%62.

Ya para el 30 de noviembre se había llegado a un acuerdo, donde se firmó la convención colectiva de trabajo, acordando un punto medio, en donde el salario aumentaría según el IPC. Aunque las dos partes cedieron, hubo un aire de victoria en el gremio de los trabajadores, ya que la oferta de los empresarios era bastante leonina, no tenía en cuenta la inflación, a diferencia de la propuesta de los trabajadores. La inflación registrada para 1991, de acuerdo con el DANE, fue del 30%63, es decir si se hubiera aumentado solamente el 24% el salario de los obreros hubiera estado 6 puntos por debajo, haciendo que su sueldo hubiera perdido en buena parte su capacidad adquisitiva.

Sin embargo para llegar a este acuerdo no fue fácil, los trabajadores y lo empresarios discutieron por más de dos meses. En ese tire y afloje los trabajadores habían tomado la decisión de ir a la huelga y solamente faltaba confirmarla en las asambleas municipales que se llevaron a cabo en Apartadó, Turbo, Chigorodó y Carepa, y después en la asamblea nacional de delegados, donde sería ratificada.64 Además se debe resaltar que durante el transcurso de la negociación “fueron asesinados cinco sindicalistas, mientras

un negociador-Leovigildo Velásquez- fue detenido arbitrariamente por la Dijin (División de Investigación de la Policía Judicial).”65

Pero “la relativa” calma de este año se rompió cuando el 10 de diciembre hubo un paro cívico, organizado por el PC, de 48 horas en todo el Eje Bananero. Los empresarios

62 “Sindicatos bananeros de Urabá aprueban huelga”, El Tiempo, 30 de octubre de 1991.

63 Datos obtenidos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística. Disponibles en http://www.dane.gov.co/index.php?option=com_content&view=article&id=103&Itemid=76

64“Sindicatos bananeros de Urabá aprueban huelga”, El Tiempo, 30 de octubre de 1991. 65 Centro de Investigación y educación Popular / Programa por la Paz (CINEP).

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30 declararon una pérdida de más de dos millones de dólares en cajas de la fruta porque ninguno de los trabajadores de las más de 3.000 fincas fue a trabajar. Los empresarios acusaban al sindicato del paro, sin embargo este surgió por el desplazamiento del cual estaban siendo víctimas los pobladores de un municipio de Turbo por los combates entre las FARC y el ejército66. Si bien no todas estas personas eran obreros bananeros, se vio como sus compañeros de clase, los sindicalistas se identificaron con las necesidades de los demás miembros de la sociedad llegando al punto de parar labores con el fin de que el país supiera la situación de sus compañeros, clamando por una solución de las autoridades competentes. Es así que el trabajador bananero además de estar afiliado a un sindicato, también pertenece a una sociedad.

1.5 Sintrainagro: Sindicato Clasista

Hasta aquí Sintrainagro se había caracterizado por ser un sindicato de tipo clasista, esto se debía a la influencia ejercida por la CUT y la de sus líderes formados en el PCC y del PCC-ML, por esta razón muchos de los trabajadores se fueron afiliando o se volvieron simpatizantes de estos partidos o de otras agrupaciones políticas de izquierda (como la UP). Además de la permeabilidad que tuvo a las propuestas de las FARC y el EPL. Este se caracterizaba por ser un sindicalismo abierto a todos los integrantes de la clase, sin discriminaciones de orden político, de procedencia geográfica67, de creencias religiosas, de etnia o de género. Esta concepción permitió a los trabajadores bananeros vincularse a las luchas y construir una identidad desde esta perspectiva.

Para Edgar Caicedo, en el libro la Historia de las Luchas Sindicales en Colombia, los trabajadores se unen al sindicato para disputar “al empresario, a la clase burguesa, al poder estatal burgués” un conjunto de requisitos que les sean funcionales para poder enfrentarse contra el poder del capital y así “defender los salarios, el nivel de vida y proteger el derecho al trabajo y su dignidad social y humana”68

, algo que fue totalmente

66“Grandes pérdidas por paro bananero”, El Tiempo, 10 de diciembre de 1991.

67 La mayoría de los trabajadores bananeros provenían de otras partes del país en busca de oportunidades. Para profundizar el tema ver, Parsons, James. Urabá, salida de Antioquia al mar. Geografía e historias de su colonización. Bogotá, Banco de la República – El Ancora Editores, 1996. Y Ortiz, Carlos Miguel. Urabá, pulsiones de vida y desafíos de muerte. Medellín, La Carreta Social, 2007.

68 Caicedo, Edgar.

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31 evidente en Urabá la década anterior, con los puntos de los pliegos de peticiones que proponían los sindicatos.

Aquí los partidos políticos tienen una importancia vital, pues los trabajadores se adhieren a estas agrupaciones, poseen una ideología común, y ya no batallan por un conjunto de intereses inmediatos. Aquí militan para finalizar con la explotación, “contra el sistema

mismo que la hace posible, combatiendo a las instituciones burguesas para derribarlas y remplazarlas por otras proletarias, socialistas”69. Es por eso que gracias al apoyo sindical la izquierda tuvo triunfos inéditos en el Eje Bananero.

Se pudo observar que para los miembros de Sintrainagro no hay una división total entre estas dos organizaciones (partido y sindicato), pero tampoco se pueden ver como una misma organización de la clase obrera. Los fines y las estrategias que ejecutaron se complementaron a lo largo de su trasegar. Solamente este sindicato logró su independencia cuando todas sus acciones se dirigieron por una política proletaria.

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