E
l
N
iño
en
el
P
lata
El Niño es uno de los fenómenos más notables de la naturaleza, resultante de
la interacción entre el océano y la atmósfera, y sus efectos se manifiestan en
el sistema climático global con significativos impactos en los ecosistemas y
en la sociedad. Su nombre se debe originariamente a los pescadores peruanos que
ya en el siglo XIX observaban que las aguas frías de la Corriente de Humboldt se
calentaban periódicamente frente a la costa del Ecuador y norte del Perú,
afectando sus capturas. Como esto ocurría hacia las fiestas navideñas lo
denominaron, en alusión a Jesucristo, la
Corriente del Niño,
término popular con
que aún hoy se lo designa aunque no corresponda a la condición de corriente
marina. El fenómeno tiene dramáticas repercusiones en la cuenca del Plata, y se
manifiesta principalmente en las inundaciones que periódicamente afectan a la
Mesopotamia argentina.
El Niño es un fenómeno
El Niño es un fenómeno de
interacción entre la atmósfera y el
océano Pacífico tropical y consiste en
un aumento de la temperatura de la
superficie del mar que afecta al
sistema climático global. Esta
anomalía se manifiesta a intervalos
de entre tres y siete años. Según el
Scientific Committee on Oceanic
Research (SCOR), se define El Niño
cuando aparecen aguas
[image:1.568.35.363.458.631.2]anormalmente cálidas frente a la
Fig.1. Anomalías de las precipitaciones durante El Niño en el verano austral. En los años El Niño,
cuando el área de lluvias que generalmente está centrada sobre Indonesia y el extremo occidental del
Pacífico migra hacia el este hacia el Pacífico central, el flujo atmosférico es afectado causando
inestabilidades climáticas sobre muchas regiones del planeta. En el mapa puede notarse la
distribución de zonas húmedas (H) en el Pacífico central ecuatorial, en la costa del Pacífico
ecuatorial, en la región del Golfo de México y en la Cuenca del Plata, áreas de sequía (S) en el
nordeste de Brasil, sudeste de África y una amplia región de Oceanía, así como regiones
inusualmente cálidas (C) para el invierno boreal en el nordeste y noroeste de América del Norte y en
el este de Asia (Fuente: NOAA,
El Niño Theme Page,
18/04/00).
costa del Pacífico ecuatorial, con
temperaturas superficiales
persistentes durante por lo menos
cuatro meses y anomalías que varían
generalmente entre 1 eC y 6 2C.
Sir Gilbert Walker, director
general de los observatorios de la
India, ya había notado, en las
primeras décadas del siglo' XX, que
los cambios de la presión
atmosférica en América del Sur y
en la región indo-australiana
ocurrían en sentido opuesto y
denominó a este fenómeno la
Oscilación del Sur.
Varias décadas
después, el meteorólogo noruego J.
Bjerknes reconoció en 1969 las
interacciones entre la atmósfera y el
océano y vinculó la Oscilación
Austral con El Niño. La
combinación resultó en la
denominación de ENSO (El Niño
and the Southern Oscillation) para
el ciclo completo (Arntz & Farbach,
1996).
La fase positiva de la oscilación,
E l Niño,
cuyo mecanismo precursor
es aún desconocido, cambia el
patrón de circulación del océano y
produce modificaciones en la
circulación atmosférica global,
MUSEO, vol. 3,NS 14- 71
causando un d esp lazam ien to d e las reg io n es d e p recip ita cio n es tropicales (F ig. 1). El fe n ó m e n o co n d u ce a sequías extrem as en In don esia, A u stralia, cen tro d e A m é r ic a d el N o rte , n o rte d e l B rasil, oeste y sudeste d e A fric a . P o r o tra parte, se p ro d u ce n lluvias
torren ciales en el sur d e los Estados U n id os, Perú, Ecuador, sur d el Brasil, P aragu ay y n ord este d e la A rg en tin a , adem ás d e procesos erosivos en las costas d el P a cífic o , en tre otros efectos d e sig n ifica tiva repercu sión social y e c o n ó m ica (T a b la I), a tal pu n to q u e d esd e hace un tiem p o existen fo ro s d e
orga n izacion es eco n óm ica s y fin a n ciera s in volu cra d os en su tratam ien to.
Existe, tam bién , una fase n egativa, co n aguas m ás frías qu e lo n orm al, qu e altern a co n la anterior, d en o m in a d a com ú n m en te
La Niña,
y una fase in te rm e d ia en tre am bas. En el presen te relato, sin em b a rgo , nos ocu p a rem os d e la m a n ifestación p ositiva d e la o scilación ,El Niño.
El Niño
ysus efectos en el Plata
El sistem a flu v ia l d el Plata abarca las cuencas d e los ríos Paran á-Paragu ay y U ru gu a y (F ig. 2) y es u n o d e los d ie z m ayores d el m u n d o tanto p o r su área d e d ren a je c o m o p o r su descarga d e sedim en tos. Se caracteriza p o r fe n ó m e n o s h id ro -m e te o ro ló g ic o s ep is ó d ic o s (pu lsátiles), cuya m a n ifesta ció n ex trem a son las in u n dacion es, q u e ocasion an sig n ifica tivo s im p actos sob re la p o b la ció n . Estos ex trem o s h íd rico s se p ro d u ce n p o r c o n e x ió na tm o sférica a lgu n os m eses después o du ran te el a ñ o sigu ien te a la m a n ifesta ció n d e El N iñ o en el P a cífic o . D os in tegran tes d el g r u p o d e sir G . W alker, R. M ossm an en 1924 y E. Bliss en 1928,
re la cio n a ro n la O scila ció n A u stral co n las llu vias en el sur d el Brasil, Paragu ay y n o rte d e la A rg en tin a , a p a rtir d e los n iveles d el río Paran á en R o sa rio (e n D ep etris
et al.,
1996).P ero pasaron varias décadas para q u e la vin cu la ció n en tre El N iñ o y las g ra n d e s in u n d acion es a d q u iriera un g r a d o d e certeza y a cep ta ció n so b re bases ob serva cion a les (R a m a g e, 1986; A n d e rs e n
et al.,
1993). Si b ien n o tod os los excesos h íd rico s son atribu ibles a El N iñ o , ya q u e existen patron es clim áticos loca les o vin cu la d os a p rocesos del A tlá n tic o S u d occid en tal, o p rocesos a lea torios aún n o b ien co n o cid o s, tanto en esta cu en ca c o m o en la d el río U ru g u a y se en cu en trann u m erosos casos asociados d irecta m en te co n este fe n ó m e n o .
Es n ota b le el h ech o d e q u e la estación d e p recip ita cio n es asociadas a El N iñ o en el n ord este a rg en tin o está en fase co n su ciclo anual d e p recip ita cio n es, causando im p orta n tes m o d ific a c io n e s en el fu n cio n a m ien to h id ro ló g ic o y g e o q u ím ic o d e l río Paran á (D ep e tris
[image:2.568.76.477.375.720.2]et al.,
1996). E ntre las in u n dacion es m ás im p orta n tes registradas se p u ed e n m e n cio n a r las d e 1905, 1912, 1931, 1965/66, 1982/83,Tabla I. Efectos del ENSO 1982-1983.
(The New York Times,
2 de agosto de 1983.)
Localización
Efecto
Impactos sociales
Costos
(millones de US$)
Estados Unidos (Estados
Tormentas,
montañosos y del Pacífico)
erosión costera
45 víctimas
1100
Estados Unidos (Estados
del Golfo)
Inundaciones
50 víctimas
1100
Hawaii
Huracanes
Una víctima
230
NE de los Estados Unidos
Tormentas
66 víctimas
N/d*
Cuba
Inundaciones
15 víctimas
170
México y América Central
Sequía
n/d*
600
Ecuador - norte del Perú
Inundaciones,
erosión costera
600 víctimas
650
Sur del Perú - oeste
de Bolivia
Sequía
n/d*
240
Este del Paraguay, sur
Inundaciones
170 víctimas,
del Brasil, norte de
la Argentina
600 000 evacuados
3000
Bolivia
Inundaciones
50 víctimas,
26 000 sin vivienda
300
Tahití
Huracanes
Una víctima
50
Australia
Sequía, incendios
71 víctimas,
8000 sin vivienda
2500
Indonesia
Sequía
340 víctimas
500
Filipinas
Sequía
n/d*
450
Sur de China
Precipitaciones
intensas
600 víctimas
600
Sur de la India, Sri Lanka
Sequía
n/d*
150
Medio Oriente (Líbano)
Frío, nieve
65 víctimas
50
Sudeste de África
Sequía
Enfermedades,
hambruna
1000
Península Ibérica,
norte de África
Sequía
n/d*
200
Europa Occidental
Inundaciones
25 víctimas
200
* no determinado
Fig. 2. Mapa de las Misiones de la Compañía de Jesús, como marco geográfico para la región
del Plata (realizado por el Padre José Quiroga en 1749 e impreso en Roma en 1753).
1992 y 1998. Todas éstas registraron caudales m e d io s anuales d e más d e 20.000 m 3/s en la ciu dad de C orrien tes, sobre el río Paraná, au nqu e d eb e señalarse qu e en 1983 la citada lo ca lid a d registró más d e 50.000 m 3/s (F ig. 3). L o s registros d e otras loca lid a d es d e los ríos Paraná, Paraguay y U ru gu a y m uestran co m p o rta m ien to s sim ilares, aunque d e m e n o r m agn itu d.
El e p is o d io 1982/1983 fu e el más im p orta n te d el siglo X X , en especial p o r la p ro lo n g a d a p erm a n en cia d e caudales ex trem ad am en te altos. D u ran te esta pu lsación, las aguas ocu p a ro n casi la tota lid a d d e la p la n icie alu vial d el Paran á y la zon a deltaica fu e in u n dada totalm en te en una sección d e unos 50 km d e ancho (D e Fran cesco
et al.,
en prensa). El total d e áreas inundadas en las p rovin cia s d e la M esop o ta m ia , in clu yen d o el río U ru gu a y y ex cep tu a n d o a la p ro vin cia d e B u en os A ires, fu e d e más d e 3 m illo n es d e hectáreas, con p érdidas valuadas en US$ 1800 m illo n es (B ergm a n , 1994).El Niño en los tiempos históricos
H ay un cú m u lo d e referen cias a fe n ó m e n o s E N S O en el Perú, desde 1541 hasta 1983 (Q u in n
et al.,
1987; E n field , 1989). Ellas están basadas en evid en cia s h istóricas y en m uchas ocasion es se re fie re n a destru ccion es d e p o b la cio n es a causa d e intensas p recip ita cio n es, flu jo s d e b a rro yescom bros, y otros fen ó m en o s su p erficiales.
E stablecida la te leco n ex ió n del
P a c ífic o con la p o rc ió n con tin en tal d el A tlá n tico S u d occiden tal, es ra zo n a b le atribu ir m uchas d e las in u n dacion es al fe n ó m e n o El N iñ o .
T a l c o m o o cu rre en otras culturas, los gu aran íes tam bién tenían su creen cia en el d ilu v io universal, c o n o c id a c o m o la
leyenda de Tamandaré.
U n a versión
p reva lecien te re fie re in term in ables y continuas lluvias a causa d e las cuales las aguas cu b riero n la tierra. U n a pareja salvada, o p ortu n a m en te avisada, será respon sable d e re p o b la r la raza (C astelli, 1995).
El registro d el P a c ífic o n o tien e un co rrela to h istórico d o cu m en ta l para el Plata, au nqu e algu n os ep is o d io s d e in u n d a ció n p o d ría n in terp retarse en térm in o s
d e fo rza m ien to clim á tico a so cia d o a El N iñ o .
El añ o 1543 p o d ría h a b er sido un añ o
El Niño,
tal c o m o se d esp ren d e d el relato d e U ld e r ic o S ch m ied el a co m p a ñ a n d o la e x p e d ic ió n d e A lv a r N ú ñ e z C a b eza d e Vaca al Paragu ay en 1544, d o n d e en cu en tra la p ro vin cia inundada. Sin em b a rgo , los registros h istóricos para el Perú, a p a rtir d e la lleg a d a d e los españ oles, señalan un N iñ o fu erte en 1541, d em a sia d oan ticip ad o p a ra o ca sion a r efectos en el Plata tres años después, y el sigu ien te o c u rrió en 1552 (Q u in n
[image:3.568.213.532.33.416.2]et al.,
1987). D e b e n otarse, en fa vo r d e la in te rp reta c ió n d e la cró n ica d e S ch m iedel, q u e algu n as d e lasreferen cias históricas an teriores a 1800 tien en m e n o r c o n fia b ilid a d , p o r lo qu e ciertos ep iso d io s p u ed en estar m al fech ados u om itid o s.
El traslado d e la ciu dad d e Santa Fe desde su lu ga r fu n d a cio n a l (1573-
1651), unas
“quince leguas más al sur”,
d eb e h ab er o b e d e c id o , en tre otras causas, a los frecu en tes desb ord es d el río S aladillo. C u a n d o ocu rría n las crecien tes anuales, y co n más ra zó n las ex tra ord in aria s“cada tres o
cinco años
”, las co m u n ica cion es co n el resto d el país se in terru m p ía n totalm en te du ran te m eses (C astelli, 1995). En el lapso qu e va desd e su p rim e ra fu n d a ció n hasta 1660, cu ando se c o m p le tó el traslado, h u bo en el P a c ífic o o ch oep isod io s El N iñ o fu ertes y u n o m uy fu erte en 1578 (Q u in n
et al.,
1987). V arios d e ello s p u ed e n h ab er causado in u n dacion es en el lito ra l paranense.En los tiem p os d e la C o m p a ñ ía d e Jesús (p rin cip io s d el siglo X V I I hasta su exp u lsión en 1767) m ás d e una d ecen a d e
Niños
intensos y p o r lo m en os u n o m uy fu erte, en 1728, fu ero n registrados en el Perú, p o r lo qu e cabe su p o n er qu e varios d e estos ep isod io s d eb en h ab er p ro vo ca d o excesos h íd rico s d e m a g n itu d en la p ro vin cia jesu íticaParacuaria.
En épocas p osteriores, en el V irre in a to y .hasta más allá d e m ed ia d os d el sigloX IX , los datos d el P a c ífic o en tre 1775 y 1871 registran siete ep iso d io s E N S O fu ertes y dos m uy fu ertes, en 1791 y 1828 (Q u in n
et al.,
1987).Las patogen ias in trod u cidas p o r los eu ro p eo s (
e.g.,
la v iru e la ) qu e d iezm a ro n a los pu eb los nativos habrían o c u rrid o , según los registros h istóricos, en años n o coin cid en tes con los d e El N iñ o . P o r lo m en os tres fu eron rep ortad as p o r los jesu itas en la regió n d e las m ision es en 1718,1734 y 1765, en el p rim e ro d e los casos con 50.000 fatalidades (C rosby,
1986). Sin em b a rgo , n o h ab ría qu e descartar la p o sib le ex a cerb ación d e tales ep id em ia s p o r factores
clim áticos qu e p o d ría n estar relacion ados con la O scila ció n A u stral en a lgu n a d e sus fases extrem as (in u n d a ció n o sequía).
L os relatos y crón icas d e via jeros entre los siglos X V I y X I X (P e d ro M á rtir d e A n g le ria , Luis R am írez, F élix d e A zara, W illia m M cC an n , A lc id e s D 'O r b ig n y , en tre m uchos o tros) p o r lo g e n era l d escrib en la
fo rm a d e v id a d e los nativos, o los p rob lem a s p o lítico s y eco n ó m ico s, ex p erien cias bélicas y en algu n os casos los rasgos y recursos d e la n atu raleza (c o n referen cias com u n es a la g ra n d io s id a d d el Paran á), m as n o prestan usu alm en te a ten ción a las co n d icio n es clim áticas y
m en o s aún a los extrem os, tal vez p o rq u e en sus visitas n o
e x p erim en ta ro n tales ep isod io s, ya q u e éstos n o h abrían pasado in ad vertid o s p a ra tan avezados o b serva d ores.
U n ex a m en m in u cio so d e los in fo rm es d e viajeros, d e los cabildos y d e los archivos y c o rresp o n d en cia d e jesu itas y fran ciscan os p o d ría a p o rta r datos valiosos p a ra la c o rre la c ió n d e los ep is o d io s clim áticos d el Plata con los d el P a cífico .
En tiem p os más recientes, A n d erse n
et al.
(1993) relacion an las crecientes extraordin arias del n ordeste a rgen tin o con el fen ó m en o El N iñ o , a p a rtir d e un registro h istórico qu e se in icia en 1877 (T a b la II).El Niño en el tiempo geológico
N o existen evid en cias sob re el
arranque
d el m eca n ism o d e la O scila ció n A u stral El N iñ o . Sin em b a rgo , es p o sib le pen sar qu e p a ra q u e éste se in icia ra eran n ecesarias co n d icio n es d een cu en tro en tre masas d e agu a fría y cálida fren te a la costa o ccid en ta l sudam ericana. L a a p ertu ra del pasaje D rake y la exp a n sión del casqu ete d e h ie lo an tàrtico tien en qu e h ab er sido d eterm in an tes en la crea ció n d e tales co n d icion es. Estas h abrían sido establecidas hacia el M io c e n o ta rd ío y P lio c e n o , p o r lo m en o s hace unos o c h o a cin co m illo n es d e años (A r tn z
8c
Farbach, 1996).L a activid a d d e El N iñ o se re c o n o c e p o r lo m en os d esd e el H o lo c e n o m e d io
(ca.
6000 añ os) o quizás d esd e el P leisto cen o , según registros fó siles d el Perú y C h ile, qu e in clu yen fau na d e m olu scos p ro ven ien te d e aguas m ás cálidas (G u zm á net al.,
1998). El h ech o d e qu e existan evid en cia s d e la activid a d d e El N iñ o en el H o lo c e n o d el P a c ífic o o rien ta l su dam erican o, hace su p o n er qu e laTabla II. Episodios El Niño e inundaciones en
la cuenca de los ríos Paraná/Paraguay.
(Basado en Andersen
etal.,
1993.)
Año de episodios
ENSO
• Año de inundaciones
extraordinarias
1877
1878
1904
1905
1911
1912
1913
1913
1918
1919
1923
1923
1925
1926
1930
1931
1932
1932
1939
1939
1951
1951
1953
1954
1957
1957
1963
1963
1965
1965/66
1972
1974
1976
1977
1982
1983
1986
1987
1991
1992
1997
1998
teleconexión con la porción
continental y oceánica del Atlántico
Sudoccidental debe haberse
manifestado en la escala geológica.
El Niño y la evolución de los
sistemas ribereños
S egú n C a b rera & D aw son (194 4) hace m ás d e cien años (re fe rid o s a la a ctu alid ad )
“la ribera argentina del
Plata debió estar cubierta por una densa
selva marginal que posiblemente se
extendió hasta el Partido de Magdalena
o tal vez más allá, interrumpiéndose
quizás al hacerse saladas las aguas del
río. Hoy la mayor parte de esta galería
ha sido destruida y suplantada por
montes de álamos y sauces cultivados,
por frutales... Sólo quedan de ella en la
actualidad dos porciones, una en la
estancia Herrera Vegas frente a la
estación Hudson, y otra de mayor
extensión y más pura en Punta Lara,
dentro de la estancia de don Leonardo
Pereyra Iraola”.
L a in flu e n c ia d e diversos factores, en tre ello s la acción hum ana, ha o ca sio n a d o una severa restricció n d e la selva m a rgin al, lo qu e co n d u ciría a su g ra d u a l ex tin ció n (D a sca n ioet al.,
1994). T a m b ié n existe un sector d e b osq u e su btropical en la Isla M a rtín G arcía (F ig. 4).
D e las esp eciesiarbóreas qu e
[image:4.568.376.535.63.326.2]"...
Cam inam os hasta llegara los indios paresis, semejantes, en lengua
y otras cosas, a los xarayes, y anduvim os continuam ente ocho días, de
día y de noche, con el agua hasta las rodillas, y a veces hasta la cintura,
sin poder salir de ella... Proseguim os nuestro viaje siete días más, p o r el
agua, que estaba tan caliente com o si hubiera estado al fuego, y nos
veíam os precisados a bebería p o r no tener otra. Pudiera pensar alguno
que era de río, pero entonces eran tan continuas las lluvias, que com o la
provincia era tan llana, la habían inundado, y el daño que nos hizo, lo
sentim os después...A los nueve días, entre diez y once, llegam os a un
pueblo de la nación urtuesa, y entram os en él a las doce. Fuim os en casa
del cacique: había entonces entre los indios una cruel peste, ocasionada
p o r el hambre, porque los dos años antes la langosta había destruido
tanto el grano y todos los frutos, que casi no les dejó qué com er”
(Ulderico
Schmiedel, ¿1564?, Cap. XXXVII).
constituyen la selva marginal de
Punta Lara, la mayor parte son
originarias del extremo nordeste de la
República Argentina y de las regiones
austro-orientales del Brasil. Su
llegada hasta la ribera argentina del
Plata debe atribuirse a la corriente de
los ríos
“capaz de transportar a través de
largas distancias frutos, semillas e
incluso porciones vegetativas de especies
tropicales”
(Cabrera & Dawson, 1944).
A la luz de los conocimientos
actuales, la pulsación asociada a El
Niño sería, entonces, el factor
primario en la colonización de la
selva marginal, una vez establecidas
condiciones de agua dulce,
probablemente hace unos 2000 años
(Schnack
et al.,
1999), al
producirse un descenso del nivel
del mar que había alcanzado su
máxima elevación (postglacial)
hace aproximadamente 6000 años.
Las ondas de tormenta
(sudestadas), de procedencia
sudatlántica, son un factor
complementario y clave en la
evolución de la planicie costera, en
particular por su papel en el
desarrollo del albardón costerò
sobre el que se asienta la selva
marginai.
P o stscrip tu m