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Una voz contra los monopolios . CGT. El periódico de la CGT de los Argentinos

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Academic year: 2017

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Juan Alberto Bozza

Juan Alberto Bozza es profesor Adjunto de Historia dela Historiografía enla Facultad de Humanidades y Ciencias dela Educación (FaHCE) y profesor Adjunto de Historia Argentina Contemporánea enla Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS), ambas dela Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Esinvestigador en el proyecto Sociedad y política en Argentina (1955-1976):la nueva izquierda, entrela protesta social yla política revolucionaria, del Centro de Investigaciones Socio Históricas, FaHCE, UNLP. Resumen

El artículo presenta algunas delas experiencias de inves-tigación, contrainformación y crítica anticapitalista empren-didas por CGT, el periódico dela CGT delos Argentinos. La primera parte describe el período histórico en que apareció la central obrera y el modo en quela nueva conducción gremialintentó articular una resistencia multisectorial contra el régimen militar.

La segunda examinalas características del semanario: sus secciones más signifcativas, como espacios de expresión delas múltiples militancias que arribaron ala central obrera, y al equipo responsable de su producción, como ex-presión delos realineamientos que en el campointelectual y profesional confguraron ala nuevaizquierda.

Por último, el análisis selecciona una serie deindagaciones publicadas por el semanario. Entre ellas,la penetración del capital monopolista enla estructura productiva argent i-na, y sus nexos con personeros del gobierno militar; ylos métodos de cooptación delíderes sindicales por parte de agencias deinteligencia norteamericanas.

Abstract

The article presents some of the experiences of investigation, counterinformation and anticapitalist critique undertaken by CGT, the newspaper of the CGT of the Argentinians. The frst part describes the historical periodin which there appeared the working head ofce and the wayin which the new trade-union conduction tried to articulate a multisectorial resistance against the military regime.

The second one examines the characteristics of the weekly: his more signifcant sections, as spaces of expression of the multiple militancies that arrived at the working head ofce, and at the equipment responsiblefor his production, as expression of the realignments thatin theintellectual and professional feld theyformed to the newleft side. Finally, the analysis selects a series ofinvestigations published by the weekly. Between them, the penetration of the monopolistic capital the productive Argentine structure, and hislinks with personeros of the military government; and the methods of cooption of unionleaders on the part of North American agencies ofintelligence.

Palabras clave: CGT delos Argentinos – semanario CGT – contrainformación – capital monopolista Keywords:CGT of the Argentinians – weekly CGT – counterinformation – monopolistic capital

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Enlos años fnales dela década de 1960,la CGT delos Argentinos(CGTA) protagonizó un proceso de radicalización en sectores del movimiento obrero argentino que enfrentó ala dictadura militar pres i-dida por el general Juan Carlos Onganía. Su prog ra-ma, expresado el 1º de mayo de 1968, esbozó un proyecto alternativo que recusó ala conducción del sindicalismotradicional –lascorrientes vandorista y participacionista–,imputándolelos vicios del buro-cratismo, el oportunismo yla negación de prácticas democráticas enrelaciónconlas basescuya repre-sentación asumía. A su vez, impulsó la construcción de unfrente de resistencia multisectorial que delineó un programa de acción anticapitalista y una crítica r i-gurosa delaincidencia del capitalimperialista enlas estructurasindustriales y fnancieras dela Argentina. Su periódico CGT, dirigido por Rodolfo Walsh, trans -mitióla voluntad emancipadora de unsindicalismo deliberación. Concebido como espacio de atracción y convergencia de militantes sociales y políticos, el se-manario también se perfló como uninstrumento de contrainformación, contando conla participación de intelectuales, escritores,técnicos y artistascompro -metidos conlas transformaciones revolucionarias de la sociedad argentina.

H

ACIAU NN UEV OSINDICALISMO

La emergencia dela CGTAfue elresultado de experiencias derenovación y disputa en elcampo sindical durante el régimen militar dela autocal ifca-da Revolución Argentina. El proyecto de discipl ina-mientosocialinstaurado porlos militares anulólos canales dela participación política. Bajola advoca-ción de principios deracionalización y efciencia, el Plan de Estabilización y Desarrollo de Krieger Vasena provocó una confrontación con el mundo del traba-jo y con regiones económicas desfavorecidas delin -terior del país.1 La moderación dela CGTfrente ala

represión militarsobrelas organizacionessindicales abrió unacoyuntura derecusacionescontrala con-ducción vandorista por parte de agrupaciones de base y desindicatos de orientación combativa. La colaboración de dirigentes como Alonso, Vandor y Coria con el gobierno militar alentóla articulación y el reagrupamiento de corrientes sindicales que se def-nieron como antiburocráticas.

Una profunda brecha de disconformismo se abrió en varias organizaciones, sindicatoslocales oreg iona-les dela CGT. El descontento, diseminado en comisio -nes de base, en sindicatos recuperados o en corr ien-tes alternativas que militaban en suinterior, alcanzó dimensiones nacionales el 28 de marzo de 1968, con la aparición dela CGT delos Argentinos. Cuando el Congreso Normalizador dela CGT Amado Olmos el i-gió al gráfco Raimundo Ongaro como secretario ge-neral2los gremios querespondían al vandorismo, al

participacionismo y a otras pequeñas tendencias sa-télites se retiraron solicitando al Ministerio de Trabajo que desconocierala famante conducción dela CGT.3

La aparición dela CGTAinsinuabala afrmación de un nuevotipo desindicalismo:fogueado enla con-frontación, empeñado en un pactoideológico plura -lista, antiimperialista, propenso a una reconstrucción desdelas bases y promotor deiniciativas de amplia coordinación deluchas sociales y políticas. A poco an-dar, se convirtió en el principal espacio donde todos los activistascombativos desplegaronsu política de masas.4 Aunque no reunía alos sindicatos más pode

-rosos del país, sus militantesincidieron enlas grandes huelgas y movilizaciones de 1968(losingenios azu-careros,las automotrices de Córdoba,la destilería de YPF de Ensenada yla planta Electroclor de Capitán Bermúdez, en Santa Fe), además de aglutinar a sec-cionales representativas delos trabajadores del inte-rior del país.

Lacentral obrerafuncionócomo un espacio de convergencia de militantes del peronismo revo

lu-1 Tucumán sufrió los embates de la política económica militar y una oleada de huelgas y movilizaciones arrecióla provincia(Murmis, Sigal y Waisman, 1969).

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cionarioconsectores delaizquierdasindical y del movimiento estudiantil. La coordinación de acciones antiburocráticas amplió suinfuencia en núcleos m i-litantes delinterior del país queseintegraron asus flas:las delegaciones de Rosario, La Plata, Mar del Plata, Santa Fe, Paraná, Corrientes, Chaco, Tucumán, Salta, Córdoba, San Luis, Mendoza, Olavarría,Junín, Pergamino, Río Cuarto y Comodoro Rivadavia. La descentralización enla toma de decisiones yla jerar-quización del papel delas regionales contrastaba con laférrea centralización ejercida porlas dirigencias vandoristas rivales (Gordillo, 1996). El resultado más resonante que deparó esta construcciónfuelaincor -poración dela combativaregional Córdoba dela CGT. Ongaro y Agustín Tosco(fgura de gran predicamento enla central obrera cordobesa) personalizaron el eje del nuevo desafío sindical alternativo.

E

LPERIÓ DICO

CGT

L

AHERRA MIENTAYS USCREA D ORES

Los mentores de CGT, Raimundo Ongaro y Rodolfo Walsh, se conocieron en Madrid en febrero de 1968, invitados por Perón ante elinminente congreso nor -malizador dela CGT. Allí ellíder gráfco participó a Walsh delaidea de un periódico que expresarasu proyecto de renovación sindical. Al asumir como d i-rector, Walsh convocó al primer equipo encargado de organizarlo, en el que se contaban Horacio Verbitsky, Rogelio García Lupo y José M. Pasquini Durán. La inte-gración del staf de colaboradores era reveladora de las distintas experienciasintelectuales y profesionales que comenzaban a confgurar el mosaico dela nueva izquierda. Militantes ysimpatizantes del peronismo revolucionario, del nacionalismo deizquierda, del hu-manismo cristiano, de diversas expresiones del mar-xismo y delaizquierda del partido radical, aceptaron el convite de un proyecto que conjugabalos aportes dela crítica revolucionaria con una herramienta dir

i-gida hacia sectores militantes del movimiento obrero. En esta nómina fguraron: Silvia Rudni, Luís Guagnini, Lilia Ferreyra, Carlos Aznares, Susana Viau, Milton Roberts, Andrés Alsina, Roberto Jacoby, Pino Solanas, Octavio Getino, León Ferrari, Luís F. Noé, Ricardo Carpani, Miguel Briante, Francisco Urondo,Ignacio Ikonicof, Jorge Bernetti, Eduardo Jozami, Carlos Burgos, Mario Kestelboim, Hugo Rapoport, Lorenzo Amengual, Oscar Smoje, Beto Borro, Vicky y Patricia Walsh, entre otros.

CGT seimprimía en eltaller gráfco Cogtal, empre -sa enla que Ongaro había sido delegado, y que ante una amenaza de quiebra se había convertido en coo-perativa. Debió sortear gravesinconvenientes, entre ellos,lafragilidad desu existencia(sulegalidad no parecía unacircunstancia perdurable), procesos ju-dicialesincoados por fscales del régimen,la escasez de recursos ylas difcultades enla distribución delos ejemplares, especialmente de aquellos que no c ircu-laban através delossindicatos ylasregionales.5 En

gran parte, aquelcerco pudoser evadido debido al tesón yla calidad de sus redactores y ala militancia delas agrupaciones que tomaron a su cargola distr i-bución. Desde mayo de 1968, hasta su desaparición defnitiva a comienzos de 1970, se publicaron 55 nú-meros. Hasta fnes de 1968 sufrecuenciafue semanal, quincenal hasta agosto de 1969 y mensual en el pe-ríodo de mayor persecución, después del Cordobazo y del asesinato de Vandor. La censura y el bloqueo tra-dicionalista sobrela cultura noimpidieron a CGT acre -ditar una proeza gratifcante. A fnes de 1968 celebró la puesta en circulación de treinta y tres números, es decir, un millón de ejemplares.6

Impreso a seis columnas por página, solía acom -pañar sus notas con fotografías de militares, func io-narios civiles delrégimen y empresarios benefciados porlas políticas ofciales. Recibía, además,la co labo-ración deilustradores derenombre, entrelos que destacaban Ricardo Carpani, y otros que decidieron

5 Enlos primeros tiempos, fue el es-fuerzo personal de Walsh y Verbitsky lo que permitió la venta en los kios -cos dela Capital, Rosario, Córdoba y La Plata.

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preservar su anonimato. CGT tenía secciones estables como La semana política, a cargo de Verbitsky, y La semana gremial,redactada por Andrés Alsina. Uno de sus emprendimientos más originalesfuela organ i-zación de un sistema de corresponsales obreros que desde distintasregiones del país daban cuenta delos avatares dela confictividad gremial a partir dela ex-periencia directa de sus protagonistas.

La contratapa del periódico solía albergarinvest i-gaciones de gran aliento, donde el rigorinformativo, la exposiciónsistemática de argumentos ylacrítica mordaz, perflaron atributos compartidos porlos in-telectuales dela nueva izquierda. Tanto Walshcomo García Lupo publicaron allíindagaciones queluego fueronrecopiladas enlibros de granimpacto públi -co. El primero descifrólas claves ocultas del en frenta-miento entre burócratas del sindicalismo vandorista y militantes obreros de base en Avellaneda,conla muerte de algunos de estos últimos y de Rosendo García enla pizzería La Real. García Lupo, por su parte, esclarecióla trama de vinculaciones y negocios entre el capital monopolista y funcionarios del Onganiato, obra publicada en varias oportunidades enlas déca-das posteriores.7

L

OSDESAFÍ OSDELAOR G A NIZ A CI Ó N

El primer número de CGT apareció el 1º de mayo y tuvo el carácter de un manifesto.Instaba ala reor-ganización de la central obrera y a la conformación, sobre dicha baseinstitucional, de un movimiento de resistencia que además delos trabajadores convoca-ba alos sectores medios, pequeños empresarios, in-quilinos, estudiantes,técnicos,intelectuales, escr ito-res, artistas y a un conjunto de agrupaciones políticas empeñadas enlalucha antidictatorial.8 El periódico

era concebido como uninstrumento que debía ag lu-tinar a diversostipos de militantes y simpatizantes de la organización y propender ala difusión y alinter -cambio de experiencias delucha. No sólo registraba el

estado de situación delostrabajadores(la pérdida de derechos, cesantías,la prepotencia patronal, deman-das salariales y huelgas, etc.), sino queinscribíala tra-ma de ese mapa de reivindicaciones como emergen-tes delalógica del proyecto de acumulación mono-polista instrumentado por el régimen militar. Como expresiones de disímiles pero contiguos ámbitos de larealidad, aquellas prácticas deconfrontación po -dían emanar del campo gremial, político, económico, cultural, artístico, estudiantil, científcotecnológico, religioso, etc. En un plano más profundo de análisis, CGT interpretaba dichasiniciativas comorespuestas a contradiccionesinherentes a una sociedad capitalista signifcativamente penetrada por grupos deinterés imperialistas; característica estructural que varias notas del semanario revelaban en áreas tan diversas comola producción, el comercio,las fnanzas,las co-municaciones yla cultura.

Con proa hacialas experiencias combativas un ita-rias, CGT difundió ciertas formasincipientes de cons -trucción política. Alcalor delatarea de apoyo alos trabajadores petroleros de Ensenada,9 el 24 de octu

-bre de 1968 el semanario promovió un encuentro de activistas sindicales, estudiantiles y agrupaciones po-líticasradicalizadas. Elllamado apuntaba a horizontes ambiciosos,instando a construir un ejereagrupador que posibilitara la paulatinaformación del Movim ien-to Revolucionario que organice y encuadrelasluchas generales delostrabajadores y el pueblo.10 Frente

a dichacoyuntura, el periódico quizássobred imen-sionarala confanza enla proyección de este capital políticoimpugnador. Consideraba ala CGTA comola mayorfuerza organizadacontra el gobierno militar, estigmatizando ysubestimando al otroconjunto de gremios encorsetados bajo el aparato burocrático de la CGT de Azopardo, controlada por vandoristas y par -ticipacionistas.

La pluma de Walsh se adentraba en el desarrollo delo que podría considerarse el esbozo de unateoría

7 Se alude en el primer caso a ¿Quién mató a Rosendo?, de Rodolfo Walsh, y en el segundo a Mercenarios y mono-polios, de Rogelio García Lupo. 8 CGT. 1º de Mayo. Mensaje alos trabajadores y al pueblo argentino, CGT nº 1, 1 de mayo de 1968. 9 La huelga, originada porla dero-gación delajornada deseis horas, fue saboteada porla conducción na -cional del SUPE dirigida por Adolfo Cavalli.

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y un método de acción colectiva. Según sus artículos, la central obrera estaba en condiciones de expandir estrategiasinsurreccionales más amplias quelas re-vueltasfabriles. Consideraba quelasluchas popu la-res habíaningresado en una nueva etapa, caracter i-zada porla ampliación dela capacidad combativa de la población(trabajadores, estudiantes,inquilinos). Se requerían nuevosinstrumentos de confrontación contra elrégimen militar, ya que concentrando su ca-pacidad represivala dictadura podía derrotarlas pro-testas aisladas. No alcanzaba con ocupar una fábrica silos habitantes del barrio donde estaba emplazada se comportaban como espectadores pasivos; era im-prescindible coordinarlos confictossectoriales, es decir, concertarla acción de masas. El barrio,laregión, debíantransformarse enlos enclaves más efcaces de lalucha colectiva; sobre esa base territorial emerge -ríancuadros y organizadores del movimiento revo-lucionario.CGT confería al espacio sindical una gravi -tación preferencial parala unifcación delas energías contestatarias. Cada local sindical debía proyectarse como un eje articulador delas reivindicaciones mu l-tisectoriales de trabajadores, estudiantes,inte lectua-les,sacerdotes, pequeños comerciantes,inquilinos, militantes políticos.11

CGT exhortaba ala unifcación de esa masacrí -tica en un movimiento revolucionario orientado por un programa quefusionabala experiencia de un peronismo obrero resistente y el horizonte social is-ta abierto porlos movimientos deliberación nac io-nal y social de la posguerra. Las diversas militancias de sus activistas(agrupaciones obreras, corrientes estudiantiles, organizaciones revolucionarias pero-nistas radicalizadas y de la nueva izquierda, núcleos decristianos porlaliberación,intelectualescríticos, etc.), hacían delas páginas del periódico una cantera de estrategias quizás no decantadas en unasíntesis defnitiva, pero que demostraron una proyección v ir-tuosa enlos pasosiníciales dela central obrera y que

Ongaro condensó enla consigna unirse desde abajo, organizarse combatiendo. Enla urgencia porla cons-trucción de un bloque deresistencia multisectorial, el programa presentado en el númeroinaugural ama l-gamabasinreservastantolas víasinsurreccionales de masascomo unatácita aprobación alos grupos que desarrollaban distintas formas delucha armada. Aunque el semanario no realizó un balance explícito sobrelas perspectivas que ofrecían tales estrategias, parecía considerar ala sumatoria de estas vías como contribuciones necesarias para desestabilizar el or-den social custodiado porla dictadura.

Un espacio en el que solían proliferar militancias heterogéneas eracampo propicio para queseins i-nuaran desacuerdos entrelos editores de CGT ylas bases dela organización, entrelosintelectuales del equipo de dirección y algunoslectores del semanario. Aunque no seinstalaron como debates programáticos de perfles bien defnidos, ciertos disensos recogidos por el periódico expresaban opiniones encontradas y desacuerdos sobre el contenido yla orientación dela publicación. Algunas delas discusiones ventiladas por el semanario nacían dela profundidad yla complej i-dad delas cuestionesindagadas, temas que eran ex-presados con argumentaciones y conceptos de ardua comprensión paraloslectores del campo gremial.

CGT no sepultó el tono crispado con que se pre -sentaban estas desavenencias. En agosto de 1968los dirigentes dela central obrera reclamaron un mayor compromiso delas agrupaciones ylas organizac io-nes sindicales de base para distribuirlos ejemplares. Según Ricardo De Luca, el semanario estaba saliendo por el esfuerzo desinteresado de un equipo de per io-distas. El reclamo era perentorio:

Si no se difunde, dejará de salir. Sería unfracasorotundo parala CGT. Son contadaslas agrupaciones que retiran una cantidad fja de periódicos. Ytampoco están cumpliendolas propias organizaciones sindicales…

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En el marco de esta polémica, algunos activistas gremiales plantearon serias objeciones al semanario, específcamente al contenido de algunos temas y al tratamiento complejo y erudito dela producción in-telectual de redactores y colaboradores. Para ciertos militantes de base faltabala voz directa, sin interme-diarios, delostrabajadores.12 Aunque esta opinión de

disconformidad no se vio generalizada enlos núme-ros posteriores, y fue refutada porlaintervención de otros militantes dela CGTA, probablemente expresa-ra sentimientoslatentes, aunque no organizados, en otros sectores del campo gremial.

La apertura de CGT alas distintas vertientes dela contestación antidictatorialintegradas en el seno dela central obreralogró plasmarseconla publicación de secciones enlas que aquellas expresabaniniciativas de organización, esclarecimiento y difusión. Describiremos someramente algunas contribuciones elaboradas por la producción de aquellas comisiones, en especiallas que tuvieron un desarrollo más dinámico y una mayor presencia enlas páginas del semanario.13

La Comisión de Estudios Económicos hizo un aporte profesional para analizarla orientación ylas consecuencias dela política petrolera dela dictadura y dilucidarlas raíces dela confictividad obrera en el sector, en ocasión dela gran huelga petrolera, cen-trada enla Destilería de Ensenada, entre septiembre y noviembre de 1968. Profesionales y técnicos part i-ciparon de unacampaña de esclarecimiento en ac-tos, conferencias y documentos, acompañando alos huelguistas y aportandolossaberes desu práctica específca enlas Jornadas Nacionales en Defensa del Petróleo, organizadas porla CGTA el 15 de octubre de 1968. CGT instaba a quelosfrutos delasinvesti -gaciones económicas afanzaran y esclarecieranlos fundamentos que subyacían enlasluchas emprendi -das porlostrabajadores.14 Tambiénlasiniciativas ylos

actos dela Comisión de Artistas recibieron el apoyo sostenido del periódico. Susintegrantes provenían

de experiencias creativas delas vanguardias plásticas que recusabanlosfundamentos y circuitos de consa-gración del arte burgués, así comolas prácticas(el i-tismo,frivolidad, culto a excentricidadesinocuas, etc.) de modernasinstituciones protagonistas dela reno-vación estética yformal enlos añosrecientes(como el Instituto Di Tella). Articulados en el seno dela central obrera,los artistas uncíanlos programas de renova-ción estética alas vanguardias políticas, asociando su producción con el compromiso revolucionario de sectores militantes dela clase trabajadora y del mo-vimiento popular.

CGT registró y alentó variasintervenciones críticas y creativas delos artistas plásticos, algunos adheridos también al Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura(Fatrac). Se solidarizó conla movilización de varios artistas que el 16 dejulio de 1968 cuestionaron alas autoridades organizadoras del Premio Braque (la embajadafrancesa), por haber discriminadola obra de algunos participantes que se pronunciaron afavor delos movimientos estudiantiles y gremiales pro-tagonistas de las huelgas de mayo del 68 en París.15

El periódicotambién difundió una delasiniciativas mástrascendentes delos artistasidentifcadoscon la central obrera: el multifacético Tucumán Arde, desarrollado en noviembre de 1968 enloslocales de lainstitución de Rosario y de Buenos Aires. Setrató de un proyecto en el que artistas plásticos,fotógrafos, cineastas, periodistas y sociólogosretrataron, através de distintossoportes expresivos,lacríticasituación que atravesabala provincia norteña, a raíz del estan-camiento dela producción azucarera y delimpacto delas políticas racionalizadoras aplicadas porla d ic-tadura.16

En otrocampolindero, CGT promoviólarealiza -ción deinvestigacionescinematográfcas delrecién constituido grupo Cine Liberación, de Pino Solanas y Octavio Getino.17 Losllamados Cine/Informes dela

CGTA emprendieron unaincursión crítica sobre

cues-12 Para un activista delaindustria del hielo,los obreros no se veían re-fejados en el periódico: Todoslos enemigos del pueblo salen fotog ra-fados. No he visto unasolafoto de un obrero en overol. No he vistola opinión de un autentico obrero (…) La Agrupación del Hielolo va a ven-dercuandosea el diario delaclase obrera argentina, y no de un grupo deintelectuales que noconoce un corno delo que pasa enlas bases del movimiento obrero. CGT nº 15, 8 de agosto de 1968.

13Junto alacomisión de Estudios Económicos, de Acción Artística y decineastas, que difundieron regu-larmente sus proyectos, se encontra -banlas de Medicina Social, Prensa, Relaciones Políticas, entre otras. 14 Los economistas dela CGTA anal i-zaronlasleyes de hidrocarburos y de sociedades anónimas que permitían la penetración delcapital monopo -lista; asícomoloscontratos,conce -siones yla privatización de servicios y de empresas. CGT nº 24, 10 de oc -tubre de 1968.

15 CGT participó dela campaña por lalibertad delos artistas encarcela -dos a partir de aquella protesta. T ra-bajadores dela cultura, CGT nº 13, 25 dejulio de 1968.

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tiones históricas y experiencias deresistencia obrera y popular, comola huelga petrolera,la crítica situación social de Tucumán yla evocación del 17 de Octubre. Parala difusión de estos proyectos,la publicación alentóla construcción de mecanismos alternativos de contrainformación, utilizando espacios gremiales, universitarios, estudiantiles,culturalesindepend ien-tes y domicilios particulares.18

U

NI NSTR U MENT OPARALAC O NTRAI NF OR M ACI Ó N

Un tejido inescindible ligaba, según Walsh, a los medios masivos de comunicación con elsiste -ma de dominacióncapitalista. Aquellosconstituían (especialmentelaradio ylatelevisión) un circuito controlado por empresas dependientes de agencias imperialistas. Sufunción era manipularlain forma-ción y masifcarlacultura. Frente a este dispositivo, las aspiraciones propias delos trabajadores se veían constreñidas alterreno delfolleto ylos periódicos de pequeña tirada. CGT había nacido para abrir una brecha en el monopoliocomunicacional. Mediante la distribución por parte de decenas de agrupacio -nes militantes, elsemanariose estabaconvirtiendo, según Walsh, en el periódico político de mayorc ir-culación en el país. Comprometido con su misión de contrainformación, sus páginas brindaron detalladas indagaciones y denunciassobrela penetración ola infuencia de empresas,lobbies y agencias norteame -ricanas en sectores comolaindustria, el mundo sind i-cal y el aparatoinformativo.

M

O N OP OLI OSYTESTAFERR OS

CGT señalólas poderosasramifcaciones que el capital monopolista habíaconsolidado durantela gestión económica dela dictadura militar. Con esta califcación aludía a un conjunto de grandes empre-sas extranjeras que ejercían elliderazgo por su poten-cial fnanciero y su gravitación sobre distintas ramas

industriales, comerciales y fnancieras. Estastenían una participación creciente en el ranking de las c in-cuenta empresas de mayorfacturación y obtenían porcentajescada vez más altos en elingreso nac io-nal.19 En efecto, mientrasla participación delsalario

había decrecido en elreparto delingreso nacional, entre elcomienzo y el fn dela década de 1960se habíaincrementado el porcentaje correspondiente a lossectoresindustriales enlos que predominaba el capital trasnacional.20

García Lupo revelólas colusiones entre militares, gerentes ytecnoburócratas dela Revolución Argentina con directores delas empresastransnacionales. El ministro Krieger Vasena, gerente adocenado enlos grupostrasnacionalizados, cumplíalafunción del tes -taferro.21 Era director detres empresas mineras per

-tenecientes al holding norteamericano The National Lead, cuya expansióninternacional ylocal se aceitaba conla cooptación de funcionarios gubernamentales. Los mismoslazos unían al ministro de Defensa Emilio van Peborgh que era director de Sominar S.A., otra empresa minera norteamericana.

CGT analizólos vasos comunicantes utilizados por la estrategia fnanciera delos monopoliosimperialistas afncados enla Argentina y demostróla alianza fnan-ciera ylos convenios queligaban a The National Lead con el grupo químico norteamericano E.I. Du Pont de Nemours, propietaria dela empresalocal Ducilo S.A. La industria químicainstalada enla Argentina atravesaba el mismo proceso de concentración amparada por de-cisiones políticas delos funcionarios gubernamen ta-les, entre ellas, asegurarles posibilidades ventajosas parala obtención decréditos. Ducilosin duda gozó de este tipo de benefcios cuando su vicepresidente, el doctor Rodolfo Guido Martelli,fue designado pres i-dente del BancoIndustrial dela República Argentina y su gerente, Raúl Peyceré, como Secretario deIndustria dela Nación.22 En la segunda mitad de la década, el

mercado argentino era objeto de una pugna entre

18 Con este cineinforme –señalaba el secretario de Prensa dela orga-nización-, queremos quelleguen a todoslosrincones del país hechos quela prensa no refeja, para quelos trabajadores vayan comprendiendo los objetivos de sulucha. Es un mate -rial político de granimportancia para lasfuturas acciones del movimiento obrero con todoslos sectores que coinciden en el programa dela CGT. Discurso de Ricardo De Luca, CGT nº 37, 23 de enero de 1969.

19 En 1968, del total delasinvers io-nes del grancapital enla Argentina lastres cuartas partes eran propie -dad delos monopolios extranjeros.

CGT. 1º de Mayo. Mensaje a los tra-bajadores y al pueblo argentino, en CGT nº 1, 1 de mayo de 1968. 20 Según CGT,la participación del sa -lario en el ingreso nacional se había desmoronado del 60 al 40% entre el principio y el fn dela década. Los monopolios al poder, CGT nº 5, 30 de mayo de 1968.

21 Así lo defnió García Lupo (1988): Krieger Vasena no es un empre-sario, un creador deindustrias, un productor del campo, un explorador del subsuelo. Nada de eso. Krieger Vasena es uno delos dieztesta fe-rrosinternacionales mejorcotizados enlassociedades de negocios dela Argentina. Director de varias empre-sas, bancos y fnancieras, habíasido ministro de Economía del gobierno de Aramburu, en 1957; año en que Argentinaingresó al FMI, donde Kr ie-ger seríafuncionario.

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grandes empresas norteamericanas del sector. A me-diados de 1969, la Dow Chemical utilizó el dumping para deteriorarla situación de sus competidoras, oca-sionando unarearticulación delos grupos monopó-licos. Entre estos fgurabalainfuyente Duperial, que solicitó al gobierno medidas paraimpedir aquellas agresivas técnicas de venta. Como no hubo talinte r-vención, Duperial, su colateral Electroclor eIndustrias Koopers(también decapitales norteamericanos) co-ordinaronsu estrategiaconfgurándose un mercado cada vez más oligopolizado.

Lainvestigación de García Lupo hizo visibles otros vínculos anudados por elrégimen militar ylas em-presas monopólicas. El grupo Bunge y Bornlogró un encumbramiento enla política ofcial cuando uno de sus directivos, Cesar Bunge,fue designado ministro de hacienda.23 Grupostrasnacionales deltransporte

marítimo,comolacompañía Granville Ellie Conway, lograron notables ventajas, mediantelacooptación defuncionarios derango militar ycivil(como Costa Méndez), como empleados de subsidiarias dela em-presa matriz; acaparando el transporte en desmedro de ELMA.24 Laradiografíarealizada por García Lupo

transparentaba el poderosotráfco deinfuencias e jer-cido porlos grandes grupos enla cúpula del gobierno militar. Dio a publicidad que tres ministros del gab i-nete representaban directamente aquellosintereses; incluso conlos matices ideológicos quela prensa del establishmentle atribuía acada uno: el europeísta (van Peborgh), el pro norteamericano(Krieger) y el

nacionalista (Costa Méndez).

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ASA GENCIASIMPERIALISTASYELSINDICALISMO

:

LASPR UEBASDE LAC O OPT ACI Ó N

Una añeja obsesión dela política exterior norte-americana, acunada desdela guerrafría y el macart is-mo, buscaba neutralizarlas tendencias radicales yla infuencia comunista en el movimiento obrerolatino -americano.25 Tras este propósitose movilizaronfon

-dos y programas administrados por agencias guber-namentales, fundaciones, institutos y por líderes del sindicalismo conservador dela American Federation of Labour(AFL). Serafno Romualdi, el embajador volante dela AFL en América Latina, desarrolló una intensa actividad encursos deformación ycoopta -ción de dirigenteslatinoamericanos querechazaran al sindicalismo de confrontación de clase.

CGT descifróla urdimbrelocal de aquella estrate -gia. José M. Pasquini Durán señaló el fujo de cuan-tiosas subvenciones, provenientes de organizaciones internacionales ligadas a la CIA y de otras agencias, alíderes einstituciones delsindicalismo ant icomu-nista de América Latina y dela Argentina. Ese torren-te fnanciaba institutos decapacitación delíderes sindicales partidarios dela conciliación de clases y embanderados en el campo occidental durante la guerrafría. Pasquini Duránidentifcó alInstituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (IADSL)como el principal mecenas desindicalistas argentinos. Fundado en Washington en 1960, y apa-ñado porla AFL-CIO y porla Agencia para el Desa-rrolloInternacional(AID), era uncomplemento del programa de cooperación dela Alianza para el P ro-greso. Becas ycursos en EE.UU. atraían a dirigentes que admiraban el modelo de sindicalismo práctico dela AFL-CIO. Radicado en Buenos Aires en 1964, ya tenía para ese entonces un proselitismo consolidado en otros países dela región.

Pasquini examinóla amplitud delos programas delIADSL. Hastala mitad delos 60 había adiestrado a miles de sindicalistaslatinoamericanos, algunos de los cualesingresaban ala Escuela de Adiestramiento Laboral dela Universidad de Loyola, en Nueva Or-leáns. Sus actividades recibieron donaciones de más de sesenta grandes empresas norteamericanas, inte-resadas en difundir elconcepto de modernosind i-calismo democrático, y para contribuir al desarrollo y estabilidad de América Latina. Entrelas aportantes

f-23 El presidente de Bunge y Born, Mario Hirsch,fue designado conse-jero económico del presidente Juan Carlos Onganía. Los monopolios al poder, Op. cit.

24 Elrepresentante de YPF,capitán de navío Pantín,seincorporó alas empresas de Conway;lo mismo hizo el gerente de ELMA en Nueva York, capitán de navío López de Bertoda-no. Estos mismos personajes fueron socios de Conway en Field Argent i-na S.A.,juntocon el presidente de ELMA, Guillermo Rawson, y el canc i-ller Costa Méndez. Los monopolios al poder, Op. cit.

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gurabanla Fundación Rockefeller,laITT, W. Grace and Co, Standard Oil, Pan American World Airways, United Corporation, etc.; grupos transnacionales titulares de las mayoresinversiones en América Latina durante esta década.26

Las fundadas sospechas de CGT señalaban a los miembros dela cúpula delInstituto como agentes o colaboradores de la CIA.27 Según recordaba Pasqui

-ni Durán, el sindicalismolibre había apoyadolas in-tervenciones militares norteamericanas en América Latina y participado en el derrocamiento de algunos gobiernos delaregión. Alumnos delIADSL apro-baron, el 1 de abril de 1964, el putsch contraJoao Goulart en Brasil y colaboraron conlareorganización sindical dela dictadura de Castelo Branco. Un año después,loslíderes sindicales que pertenecían al mismoinstituto aprobaron, en coro conla AFL/CIO, laintervención norteamericana en Santo Domingo. Pasquini Durán recogíainformaciones provenientes de Estados Unidos que corroboraban las sospechas sobre espionaje, mencionandola participación de funcionarios norteamericanos delasucursal argen -tina delIADSL en asociaciones que recibían aportes monetarios dela CIA.28

CGT localizó episodios concretos delainjerencia de organizaciones imperialistas en elsindicalismo vernáculo. Existían pruebas dela cooptación, por parte deinstitucionescolaterales dela CIA, de dir i-gentes dela Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLYF); organización orientada por el peronista Juan José Taccone, una delas principales fguras dela Nueva Corriente de Opinión, es decir, del sindicalismo participacionista allegado ala d ictadu-ra militar del general Onganía.29 Según elrelato de

Pasquini Durán,los puentes dela colaboración eran disimulados medianteinstituciones sindicales supra-nacionales yfundaciones de estudioslaborales. El informe consignabalainvitación alíderes de FATLYF paraintegrarse, en octubre de 1968, a una entidad

sindical dirigida porlíderes norteamericanos conf-dentes dela CIA,laInternacional de Correos, Telég ra-fos y Teléfonos(ICTT);también miembro delIADSL. Lacúpula delICTTcomulgaba abiertamenteconla política exterior norteamericana, practicaba un acen-drado anticomunismo y salmodiabalas bondades dela libre empresa. La pesquisa de Pasquini Durán revelólosrolesintercambiables defuncionarios de esosinstitutos, una urdimbre derelaciones poli fun-cionales cultivadas enla atmósfera dela guerra fría. Wallace Legge ofciaba de representanteinteramer i-cano delICTT, William Doherty Jr. era el administrador delIADSL y Arturo Jáuregui era el secretario general dela Organización RegionalInteramericana del T ra-bajo (ORIT), también aliada del sindicalismo pro nor-teamericano.

Representantes de la FATLYF concurrieron al Congreso delaICTT,realizado en Santo Domingo, frmaron el proyecto de organización continental de unsindicalismo de colaboración de clase yfueron anftriones, en abril de 1969, de una nueva sesión in-teramericana del organismo. CGT asociabalainclina -ción pro norteamericana delaconducción nacional del sindicato conlas simpatías hacialas FF.AA y con el beneplácito que sus dirigentes ofrecieron al golpe militar que derribó a ArturoIllia.30

M

O N OP OLI OSENLAC O M U NICACI Ó N

Walsh conocíalas evidencias delinterés de agen-cias yfundaciones imperialistas porcontrolar o in-fuir enlos medios de comunicación social. Estaba al tanto dela existencia de programas dela CIA or ienta-dos hacia esas metas, tal comolo habían acreditado variasinvestigacionesrealizadas en Estados Unidos, reproducidas por publicaciones delaizquierdalat i-noamericana. La formación delíderes de opinión,la captación de estudiantes eintelectuales, el fnanc ia-miento del sindicalismo anticomunista, el sostén de institutos y publicaciones, yla voluntad deinfuir en

26 Según CGT, a fnes delos sesenta cerca de 80.000sindicalistas habían sido adiestrados porlos cursos del IADSL. La penetración enlos gre -mios, en CGT nº 43, 24 de abril de 1969.

27 El administrador y el tesorero del IADSL, William DohertyJr yJoseph Bairne,respectivamente, eran hom-bres dela Agencia. Segúnrefería el Washington Post: En círculos próxi -mos alIADSL, se dice que su prog ra-ma público es perjudicado porsus actividades secretas, que consisten en recogerinformación. La prensa norteamericana confrmaba múlt i-ples vinculaciones entre capacitación sindical y espionaje. La penetración enlos gremios, Op. cit.

28 Según un periodista del Wash ing-ton Post, la atención particular pres -tada por elIADSL alos asuntos del espionajele ha traído más enemigos que amigos entrelostrabajadores de América Latina. Denunciamosla pe-netración…, Op. cit.

29 Coria, Cavalli, Taccone y March eran asiduos interlocutores partic i-pacionistas del gobierno militar ins-talado en 1966. El Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba,liderado por Agustín Tosco,fue una seccional opo-sitora que enfrentóimplacablemente la orientación pro gubernamental de la FATLYF.

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la opinión públicalatinoamericanafueron parte de los objetivos de aquella y de otras agencias guberna -mentales norteamericanas.31

Walsh y sus colaboradoresindividualizaron a lgu-nos arietes de esta avanzadasobrelos mass media. Las agenciasinformativas norteamericanas eran mo-nopolios dela comunicación que transmitían valores y opiniones consubstanciados con el proyecto hem is-férico del Departamento de Estado. Asociated Press (AP) erala primera agencia del mundo,32 seguida por

su connacional United Press(UP). Elfenómeno mono-pólico estaba arraigado enla propia estructura comu-nicacional de EE.UU. Periódicos,revistas y otras publ i-caciones estaban bajo propiedad de auténticos ol igo-polios. Las principales revistas de circulación masiva (con edicionesinternacionales) pertenecían al grupo Morgan; entre ellas, Times, Life y Fortune. El mismo conglomerado sostuvo y proveyó dinero a fundac io-nes y remuneró a funcionarios dela política exterior norteamericana, además desurtir aformidables ca-nales de propaganda del mundolibre capitalista. En febrero de 1965, Fortune explicitaba con transparen -cia el funcionamiento delos medios deinformación norteamericanos enla era delimperialismo:

Estados Unidos ha participado enlacreación y el de-rrumbe de varios gobiernos desdela segunda guerra mun-dial. Enla actualidad,los embajadores dirigen más países de los que se admitiría en público. Por medio dela Agencia de Informaciones de Estados Unidoslos norteamericanostra -bajan, nosólo paraconquistar amigos,sinotambién para modelarlas mentalidadesindividuales y delos grupos de millones de personas paralos fnes delos Estados Unidos.

Según Walsh, el gobierno de EEUU ylos magna-tes delainformación concertabanlos objetivos ylos medios dela acción en el campo comunicacional. Su Agencia deInformaciones(USIA) disponía de un Servicio deInformaciones(USIS) que desarrollaba

ac-ciones en colaboración conla prensa,la radio,la te le-visión y el cine. Al mismo tiempo, coordinaba acc io-nes coninstitutos culturales enlos que participaban intelectuales y escritores, eimpulsaba diversos siste -mas de becas a estudiantes. Como una maquinaria de múltiples encastres, la Agencia utilizaba también un Servicio deInvestigación y Referencia, en cuyo seno funcionaba el Barómetro dela Opinión Pública Latinoamericana. Este señalaba, con cifras y porcen-tajes,las fuctuaciones delas tendencias políticas en cada país dela región einformaba regularmente ala Casa Blanca sobre sus resultados y conclusiones.

Walsh describía esas operaciones como un esp io-naje dela opinión pública. Usualmente,las acciones que emanaban de dichos organismosserealizaban bajolacobertura de empresas deinvestigación de mercado o defundaciones que fnanciabaninvest i-gaciones enlos países de América Latina. ElInstituto Norteamericano de Periodismo, dedicado ala forma-ción de profesionales delainvestigación, organizó va-rios seminarios en el subcontinente, fnanciados por la Fundación Ford y porla Fundación Rockefeller. Las grandesfundacionescolaboraban activamentecon las estrategias de comunicación y espionaje. El equi -po de Walshindividualizó a diplomáticos y políticos que patrocinaban esas actividades en nuestro país. El embajador norteamericano John D. Lodge, vinculado ala Banca Morgan, había admitido en el Congreso de los EE.UU. que el Instituto de Política Exterior, d i-rigido por él y dependiente dela Universidad de Pennsylvania, era fnanciado por el servicio de esp io-naje del Pentágono.33

CGT ponía bajolalupa otros engranajes del en -tramado comunicacional y del espionaje norteamer i-cano. Además delos canales ya mencionados,la USIS interactuaba con otras sedes ofciales del país del norte en nuestroterritorio, como el Servicio Cultural e Informativo,las bibliotecas Lincoln y Técnica, elIADSL y el Instituto Cultural Argentino Norteamericano

31 En 1964, elsenador W. Patman demostrólainfltración dela CIA en variasfundaciones einstitutos cu l-turales. Durante 1966, cinco notas del New York Times descifraron el laberinto de alianzas, cooptación y fachadas usadas porla CIA parala ac -cióncultural anticomunista. Un año después, el periodista Sol Stern de-nunció mayores dimensiones dela trama secreta enla revista Ramparts. La nota fue traducida por Marcha nº 1344, 1967. Véase, María Mudrovcic (1997) y Frances Stonor Saunders (2001).

32 AP vendía noticias a 15 mil me-dios detodo el mundo. ¿Quiénes pretenden manejarla opinión públ i-ca?, CGT nº 55,febrero de octubre de 1970(enla clandestinidad). 33 CGT recordaba el vínculo de ace -ro que unía, desde elsiglo XIX, ala dinastía Lodge con el grupo Morgan yconla políticaimperialista delos EE.UU. Henry Cabot Lodge, hermano deJohn,fue embajador en Saigón durante la intervención norteamer i-cana enIndochina. Su sobrino, Geor-ge, revistaba como agente dela CIA.

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(ICANA). El semanario tambiéniluminabalas acti -vidades decolaterales menossospechadas:los mo-nopolios norteamericanos teníaninjerencia enlas agencias de publicidad comercial. Sus directivos controlabanla Cámara Argentina de Anunciantes.34

La poderosa herramienta dela publicidad comercial ejercía suinfuencia fnanciando a publicaciones af-nesideológicamente y presionando a aquellas que lidiaban por su supervivencia. La masa de dinero que movíanlas pautas publicitarias era enorme y el se lec-to club de quienes másfacturaban estaba constituido por agencias fliales de monopolios norteamericanos, como Walter Thompson, Mc Cann Eriksson y Grande, o como Ricardo De Luca Tan, que dependían casi ínte-gramente dela cartera de transnacionales.35

CGT demostrabalaimportancia y elroltutelar que las agenciasinformativas norteamericanas(y euro -peas, en menor medida) ejercían sobrelos principales diarios de América Latina. El potencial era abrumador. AP y UP abastecían el 80 por ciento delainformación sobre América Latina alos periódicos de mayortirada dela región. El poder deinformación yla publicidad concentrados en aquellas agenciasinternacionales sin duda condicionabanlas orientaciones yla inde-pendencia delos principales medios decomun ica-ción de Latinoamérica.

E

PÍL O G O

Elsemanario CGT fueideadocomo herramienta para aglutinar a activistas disidentes del movimiento obrero, decididos a recuperarla central sindical para una práctica deconfrontacióncontrala autocracia militarimplantada en 1966. La publicación propiciaba la construcción de un sindicalismo pluralista, antibu -rocrático yrepresentativo delossectores gremiales delinterior del país, y consideraba a dicho proyecto sindical como un eje articulador de unfrente político y social paralalucha antidictatorial. El equipo de co

la-boradores convocado por Walshinsinuaba una expe-riencia de síntesis característica dela nuevaizquierda: la confuencia de tradiciones políticas emanadas del peronismorevolucionario, de varioscauces dela iz-quierda, del nacionalismo, del humanismo cristiano, etc., articulados a organizaciones combativas del mo-vimiento sindical.

La producción periodística militante de este co-lectivo aportó ala difusión y al esclarecimiento de dimensiones estratégicas delas estructuras de do-minación capitalista en nuestro país. El semanario no solo alentóla movilización social contralos sectores empresariales benefciados porla política económica militar, el capital monopolista, sino que sus indaga-cionescontribuyeron a descifrarla preponderancia delastramas monopolistas e imperialistas enla economía argentina, a denunciarlas estrategias de cooptación en el campo del sindicalismo tradicional por parte de agencias de aquella procedencia y a re-cusar el predomino de sus intereses en los aparatos de comunicación y cultura, señalando con precisión quirúrgica a sus agentes,lobbies y benefciarios.

CGT propendió a unifcar distintas vertientes dela protesta social contrala dictadura. Sus páginas con-vocaron a sectores medios –estudiantes, técnicos, profesionales,intelectuales, artistas, militantes cr is-tianos combativos–, ofreciendo un dispositivo orga-nizativo parala difusión de sus demandas específcas, en el marco de un programa de resistencia mult isec-torial enunciado por el primer número del semana-rio. La cohabitación en sus páginas de estas disímiles vertientes dela militancia no estuvo exenta de d iscre-pancias tácticas y, quizás, de horizontes estratégicos con proyecciones divergentes. Sin embargo, sobre-poniéndose a experienciasfallidas de nuestro pasado y durante un período (que sería cómodo y simplista califcar de efímero) esbozó una plataforma de en-cuentro entre organizaciones obreras, estudiantes e intelectuales que prefguraron el proceso de contes

-34 Los principales ejecutivos de re-laciones públicas de dichastransna -cionales dela comunicación y delos auspicios publicitarios eran el e le-mentoinfuyente enla Asociación A r-gentina de Relaciones Públicas y en el Círculo Argentino de Profesionales delas Relaciones Públicas. ¿Quiénes pretenden…?, Op.cit.

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tación y radicalización anunciado porlairrupción del Cordobazo, en mayo de 1969.

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Referencias

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