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ICONOSI12 ~-- rrrll~~~ Revista de FLACSO-Eéuador
No 12. novié""~bre, ·2001 ISSN 13901249
Los artículos que se publican en la revista son de exclusiva re.sponsabilidad de sus autores, no reflejan necesariamente el pensamiento de ICONOS
Director de Flacso-Ecuador
Fernando Carrión
Consejo editorial
Felipe Burbano de Lara (Editor) Edison Hurtado (Co-editor) Franklin Ramírez Alicia Torres Mauro Cerbino Eduardo Kingman
Producción:
FLAC SO-Ecuador
Diseño e ilustraciones:
Antonio Mena
Impresión:
Edimpres S.A.
FLACSO-Ecuador · Ulpiano Páez N 19-26 y Av. Patria Teléfonos: 2232-029/ 030 /031 Fax: 2566-139
E-mail: fburb'ano@flacso.org.ec ehurtado@flacso.org.ec
--Indice
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"Cheque de civilizaciones".
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El CÍrculo vicioso
de
la transición:
de la democracia formal a la poliarquia
Pablo And rade A.33
Una democracia en busca de actores:
reflexiones sobre el proceso p
olitico
ecuatoriano
a partir de In transición
Fr
ancisco Sánchez Lópe
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4
7
La
crisis política en Colombia
P
edro Santana
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5
4
Re
construyendo
la democracia en Perú
:
crisis y transición en la caida de Fujimori
C
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"Hay que romper los paradigmas
que hemos construido"
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AP~nte\sob"
¡modernidad
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Más
allá
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a democracia dialógica.
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Las
fronteras
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la antropología
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de la resistencia afro
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ecuator
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Como insul
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al diabético
:
la selección de fútbol a la nación en el Ecuador de los noventa
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rontera
12
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Argentina
:
anatomía de una crisis
Juan Jacoba vetasco
126
La
convertibilidad en Argentina:
lecciones de una experiencia
AIfr
edo
Cetcaqno.
Sandra
M
anuelito y Daniel I
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telman
1
4'
Reseñas
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48
S
ugerencias
b
ibliográficas
15'
1~2.ICONOS
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Poesche
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Re
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"No qu
isimos
soltar el agua
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Form
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de re
sistencia
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fgena
y
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inuidad
étn
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en una
comun
idad
ecuatorian
a:
1960~1965
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La
aparición y oonsoJ id:ldón del movim i<'nm in-dígena como un aClor re<:unrme e indispensable
d.. la ts<;ena p<J1(lica n:lclona! es, sin duda, uno de [oshiros más remarcablesde la historia socialco
n-r
e
mpor.l nea
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el Ecuador
.
La
pr~ndar
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erada
de su¡ líderes e intelectuales en los m«iíos de
C<)-rnunicacién,
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nsiste
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mand~..o [as
sucesivas mesas de negociació n ron
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és mostrado po
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las fina
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y:l~ncias
de desarrollo po
r
la
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cuesdén indígen
a
",
son pane del paisaje habitual
y
cotidiano en estos tiempos de cambio de siglo. Se trata de una sitúa-dón tan "normal" que , cit rtarn cnte, oorremO$ el
riesgo de olvidar lo novedosa
y
rrascendenral quees si atendemos a las im plicaciones que com porta desde d punro de viS{;l de las rransformaciones acaecidas en
la
sociedad ecuaroriana en los últ i-mos cuarenta años. Y es que, en efecto, hace sólocuarro décadas hubiera resultado sencillamente
inimag inable co ncebir la sola e:tistencia de un movimiento indfgena como elactual; mucho mis pensar en la posibilidad de diputados indígenas y del resquebr:ljamiento definitivo de lo que, con mucho acierto, Andrts Guerrero definió en su día como las "formas venttllocuas de rep~ntación~. El libro de Ursula Poeschel-Renz nos ilumina un capitulo concreto y especifico, ya algo lejano en el tiem po , de ese proceso de afirmación étnica. Un capítulo que hace alusión a la manera en que afectaron, en un grupo quichua de
la
sierra -d delos salasacas-, las luchas agrarias de losaños sesen-ta
y
la resistencia birbaray
cruel opues{;l por un gamo nalismo impe nite nt e que no queda tesignar -se a aceprard signo de los tiempos: riem pos de re-formas, de esper:lnzasy
de siem bra de lo que sedala
cosecha posterior de los nuevos movimienrossociales. De este modo, el trabajo noS brinda la oportunidad de co nstatar cómo los procesos de car ácter general se articulan
y
se moldean a nivellocal
y
CÓmo,en última instancia , la historiasocial local conseieuye una excelente forma de aproxima-ción a los procesos de carie ter general. Pero vaya -mes por partes. Primero, presenundo so
mera-mente a 10li acto res prougonisras
y
,
segundo, reSU-miendo los aconteci m ientos analizados en No
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uisimos
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agu
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agonistas
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e
Tungurahu
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Los
salasacas de la provincia de Tungurahua for -man un colectivo indígena numeroso (de enrre8.000
y
10.000 individ uos) que, circundado de parroquias predominantemente mesrizas, ocupaun rerritorio ét nica mente homogéneo situado a tan sólo 14 kilómetros de la ciudad de Ambato
y
Tungurah u~, en
¿eao,
y a lo largo de una dtlaea-d~ evolución de cerca de un siglo, muchos mi
ni-fundi$t~ m~tizos han conseguido arreglársel~a base de
la
espedaliución como ~rtesanos orienta -.10$ básicamente ~I mercado nacional y del man -'e'limiento de las ~,tividad~ agrarias en un se-gundo plano. En eS<' marco u n dinámico , los se-lasacas hanencontrado merado ¡nra sus exceden-res agdcola.¡; (toma,e de árbol, capull), h~n <;<Inri -nuado m~n te nien do ~lgunas producr io nc:s de marcado carácter de ~utOCOn$UmO (mah, paratas, legumbres y frulas) y, en muchos<:aros, se han es -pecializadoco mo productoresde artesanías
"indl-genes" (básicamente t~pkes) que son ccmeeci
ah-zed as desde el propio centro p~rroqu i~l hasta pl a-zas un alejadas corno Oravalo o Quito.
Mis alli de la incidencia del entorno social y «onómia>, 10$salasacas presentan algunas pan icu-laridades en relación a los demás grupos quichuas
andinos. El mis remarcable ~ColSO S<'<1 el de
la
per-mane ncia de unos perfiles idenarancs muy m~ra
dos y diferenci~dos; perfilesque desn nsan sobre el mito ,onnin de! origen mitim~e de la etni~ _mu_ chos salasacascreen que proceden de grupos del al
-tiplano boliviano trasladados por
ellncaric
en e!si-g10
XV, tesis que l~ pennite reforzar su identidad tmica especffica-. y que sin duda tienen que ver ron e! abanico de e$trategiasd~plcgado para sobre-vivir COmO -indios libres" en un COntexto regional de mayorfa uo indigena.Los
u lasacas, cien:ame nte,nunca mantuvieron relacion~ precarias con los grandes :lSemamienro> aledaño>, sino que constitu-yeron comunidades independientes ,on una
auto-nomía considerablea>n tc$PCCto al régimen de h a-cienda. El hecho de organiurseen comunidades
Ii
-bres,sin e,nbargo, no les eximió de sufrir roda
cla-se de maltrato>, vejaciones y humillaciones por par -te de los mestizosde los poblados circundantes y de
los grandes propietario> vecinos, de quien es depen-dían para acceder al U50 de un recurso tan rr
ascen-dental en
el
medio:el
agua de riego.los acontecimientos
:
de la lucha por el agua
a la
afirmación étnica
El trabajo de
Urs
ula
Poeschel-Renz analiu preci -same nte de qut manera las luchas.le los salasacupor el agua y el largo
lirigio
manten ido por ellaCOntra la fuerz.a de un terrateniente -y que S<' s
al-dó con una masa"e
el
15 de ago$to de 196 2 en laque fueron asesinados trece comuneros- fueron
precisamente los hilO> que marcaron un ¡nrt
ea-guas en su proceso de reafirmacié n étnica, apor
-tando así un conjunto de elementos de juicio fu n-damentales para entenderen toda su complejidad
los veri<:uetos de la consolidación de! andamiaje
organiutivo en esa peculiar parroq uia serrana. Hasta
el
día de hoy - nos explica la autora- la a<:equia Sevillaes una .le lascinco ~neriasque per-miren llevar ~gua a Salasaa, beneficiando direc ta-mente a ocho de las dieciocho comunidades que
integran la parroq uia . Dicha acequia , que recibe ese nombre porque antaño atravesaba la hacienda
de la familia Sevilla Carrasco, tiene 24 kilómel ro$
de largo y fue construida y mantenida porlos p
ro-pio¡ comuneros quizá¡¡ desde el siglo XIX. EllOS gounan del usufrucec del agua a cambiodel pago de una renta ...n trabajo o en dinero-a la
susodi-cha familia . El confllcro se gestó a p~ rti r de la de
-ci~ióu, tom~da por parte de JO$ Sevilla Carrasco a principio> de los años cincuenta, de par<:elar y vender la hacienda a campesinos blanco-m~tiros
de las p~rroquias lindantes, excluyendo explíci
ta-mente a ,ualquier hipotttico <:omprador indígena y reservindose la propiedad de la a<:equia y, <:on ella, Jos ,orrespond ie ntes mecanismos de ext rac -ción de tcntas a 10$ salasacas ·benefi<:i~riO$- del riego. En virt ud de la uy de Aguas de 1960 , e
m-pero, ~as aguas debieron haber pasado a manos
del Eltado, garami:clndose asíel libre acceso a
ro-dos 10$ reg~ nteJ. Ame
el
reiterado incumplimi en-to de la disposición, los salasacas afectados, que desde 19 5 1 hablan inremado wuseguir la adjudi-cacióu legal de
la
acequia, decidieron en 1960 de-jar de pagar la renta anual.La
re$p"esla de la fa-mili~ Sevilla Carr~o fue
la
de d~viar e! agua pa-r¡l cederla a los campesinos de una población m
es-tiza
vecina, de<:isión que generó un levanta m iento indíge na en toda tcgla que, al ser bru ralm enre re144.
ICO
N
OS
primidc por la
policía,
dejóel
mencionado saldode trece muertos
y
dieciséis
heridos de difc ~nt" consideración. A partir de cnron<:cs,y
a
popdos
en todo mome nto por el sacerdoee local, lossala-sacas iniciaro n una intens.a am~ña de reivindi -a ción que los cond ujo huta d mismísimo Con
-greso Nacional - as¡ fue cómo por vea prime r:a, y
tras varios días de espera,
el
6 de septiembre de1962 un grupo de ¡n.llgenas fue recibido en el Cong reso- y que culminó con un:!. decepcionante smlcn" ia salomón ica:
la
concesiónd
el
50%
del
agua para Jos indigenas
y
del otro 50% para losmestizos aled años. A pesar de que
el
vered icto fuerecibido por lossalasacas
con
un cieno sabor a d e-trota,el
desarrollo del conflicto sirvió para quecambiaran sus estrategiasde resistencia étnica,
lo-grando asegurar su identidad co mo indlgen u a través del fortalccim ic:nto eom uniu rio.
De
aeu~rdo con la inv"st igación de UrsulaPow:hd -lknz,
fu",
a raíz d", esos suc~os - y, sinduda, ame la acudante necesidad de robustecer los m<'Cl.nismm internos de defensa treme a las
fr«u~ntes '" impunes incursiones de los cuat
re-ros- qu'"se abrió una nueva eu pa para los salasa
-cas en lo que a la configuración dd pod.",r y la au
-rcridad se refiere. Valgan como muesrra las si.
guientes n:fen:ncias cronológicas: ~n 1964 ~ fu
n-da el nuevo Cabildo de la Com unidad Salasaca Grande: y la Junta de Defensa. del Cam~,inado;
die1: años después, en 197 2, Salasa.ca es elevada de
comu nidad a parroquia, accediendo un ind ígena ademásal cargo de Teniente Político (d primero del país); finalmente en 1983 (con reccnccí-mi",mo jur ld ico a partir de 1985) nace la Unión de Indígenas Salasacas (UNISI, la organización de
~gundo grado local que va a asum ir "n adelante
d papel de representaci ón de la població n s.a
lasa-ca anee las institu ciones de desarrolle y qu~ rer
mi-nar:l. por afiliarse, con posceriondad, al Mo
vl-mi~ nto Indlgena
<l.
"
Tungu rahua (Rullaronllpac¡arun Tanracul) y, a través de éste a la CON AI E.
La
necesidad
de rescatar la memoria
La. propia aurora explicita, en
la
par te final<l.
",
la obra, que ~la =~raeión de los h«hos histéricosdesde la visi6n de los indígenas indica lacoexiste n-cia de onos objetivos adicional~s con la uus.a pri
-mordial por pn:~rvar su medio de vida y 'no so
l-rar el agua·~. No en vano la lucha por el liquido
elernenro mvo unas raíees culturales e idemirarias muy profu ndas; tan profundas que "1m objetivos
primord iab ~ eem raron en
la
defensa ramo dd agua como de su identidad culturar. Yesta últimano es una cuestión balad í, ya que, al igual qu~ en otras muchas parroq uias indíg~nas de los Andes,
"en Salasaca, la persistencia de los valores cu
ltura-1~5, el usode
la
lengua vernáculay la historiaenCQ-mún (...1, proporcionan a sus organi:r.acion~ la
fu"na neasaria para vencer
y
sobn:llevar las rup-tura:; , discontinuidades
y
conflictos internos".Es
muy remarcable en este sentido la profundi-dad analítica y la sutileza con la que Ursula roe
s-chel-Reru trabaja y reco nst ituye
la
memoria oralsalasaca, desgranando elcomplejo haz de procesos
y
circunstancias que confluyeron en la masacre dePachanlica. Un estud io de caso que sirv~ para
lla-mar nu"St ra a{~neió n, ad" m:l.s, sobr~ la ind is~nsa
bilidad de articular lo ~pedfieo con lo global y el
pasado con
el
presente. No es pasihle ~nlender lafortaleza actual del movim iento indígena - y con
esto vuelvo al inicio-- sin considerar tos vericuetos
de las formas de resistencia cultural irnpler
uenra-dos dla a día en las fam ilias, en las co mu nidades, en las parroquias, en las relaciones poliédricas con
los So:<;{on:s mesrizos y, por SUP U~s{O, ~n la lucha
cotid iana por
er
control de reCursoSqu", como latierra
y
el
agua, han sido, sony
so:r::l.n fundamenra-les desde la óptica de la reproducción social y c ul-ruralde los pueblos indígenas.