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El Ecuador en la constituyente de 1896.

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LEY SOCIAL

E n medio de la arm o n ía y coordinación del u n i­ verso en sus evoluciones s o rp re n d e n te s hay una ley que se encadena m aravillosam ente con nu estro propio ser v fija el destino de los pueblos: es la m a r ­ cha de la h u m a n id a d en sus diversas edades.

Si el insecto, la planta, el h o m b re, las naciones, tienen todos su vida m arcada por épocas: á los hi­ jos del nuevo m u n d o nos toca, conocer esa ley,

fijar la m irada en el vasto espejo d o n d e siglo tras siglo se ha retratado el género h u m a n o : la historia del viejo continente.

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A s tarté legitimaba los crím e n e s y vicios. U n a iiiu

-c h e d u m b r e h am b rien ta, venal, diezm ada p o r la g u e ­ rra > pro stern ad a o los pies del tirano, tal fué el c a ­ rá cter de la edad antigua. E ste c a rá c te r fué tan m a r ­ cado que, en Ja m ism a R o m a, cuna de la civiliza­ ción, se veia en aquella época s ac arse á la m u je r á los m erc ad o s públicos en subasta, lo m ism o q u e al hijo y al esclavo; bastaba para el divorcio un necio capricho del esposo; y un pueblo dotado de inteli­ gencia y corazón se regocijaba en el g ran circo con las escenas san g rie n ta s de los g lad iad o re s, v ien d o d esp e d azarse las e n tra ñ a s de sus sem ejan tes en lu­ cha con las bestias feroces. Tal era R o m a en a q u e ­ lla época; esa ciudad eterna en la que m a s tarde d e ­ bía in s p ira rs e el L i b e r t a d o r de A m é ric a , por en to n ce s inventaba suplicios para ver de hito en hito cóm o se agoniza, como se escapa la vida c u a n d o los h o m ­ b re s se llam an esclavos.

E r a el siglo V; en siervos ó villanos, cap aces si­ quiera de algunos derechos, se L o c a ro n los q u e a n ­ tes eran esclavos; los q u e no habían sido, a s c e n ­ dieron á feudatarios, y si pagaban tributo á los R e ­ yes en tra b an al goce ele m u c h a s p rero g ativ as. E sta fué la E d ad Media.

D escentralizada la au to rid ad , los señ o re s e r a n q u ie ­ nes ejercían presión sobre el pueblo, y la Iglesia quien supo ap ro v e c h a r de esa s e r v id u m b r e para b a ­ tir al enem igo que había relajado sus lazos de unión. El poderío de la Iglesia a r ra n c ó por e n t o n ­ ces d esd e las ca ta c u m b a s de sus m á rtire s y se e n ­ tronizó en el p oder tem poral.

E s a Iglesia m ansa y h u m ild e q u e abría s u s asilos á n o m b re de J e s u c r is to para que a sc e n d ie se el e s ­ clavo hasta el pontificado; esa iglesia que era la d e ­ positaría de las ciencias; esa iglesia p ro p a g a n d ista de la caridad, lanzóse á las g u e r r a s e n c a r n iz a d a s de Religión, por las cuales se pueden c o n ta r los diez siglos de aquella edad.

M uerte, to rtu ra, degüellos, asolación y ru in a s v eía­ se p o r do quiera; los m o n u m e n to s de esa época e s ­ tán c o n stru id o s con c rá n e o s h u m a n o s , las e n t r a ñ a s de los cadáveres son s u s bajos relieves, las in s ­ cripciones tienen color de sangre.

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p a g a b an sus enseñanzas; cuando el m u n d o absorto

abría sus brazos y su corazón y su alma, y se sa­ tu rab a con la esperanza, el consuelo y las d u lzu ­ ras que sabe d e r r a m a r sobre los hom bres la doc­ trina de C risto, nadie habría podido cre e r que se convirtiese ei¡ desolación la más santa de las e n ­ s e ñ a n z a s

Ya lo habían dicho los príncipes paganos (pie el Reino de C risto, espiritual únicam ente, en su ori­ gen, cu an d o conquistase m illares de prosélitos, se trocaría en reino temporal y sus sacerdotes aposta­ tarían. Esta fue la razón dé las [»¡m eras persecu ­ ciones del cristianism o, lo cual empezó á c u m ­ plirse en la E d ad Media.

E n la E d a d Media

principió de los

sacerdotes católicos: enseñaron al h om bre á a r r o d i ­

llarse en su presencia; e n se ñ áro n le á d esp re ciar la dignidad y b esa r la mano de los verdugos; e n s e ñ á ­ ronle á h arta rse de agua bendita, indulgencias y ro­ sarios en cambio de dinero, enseñáronle á p o strar­ se ante los tiranos tiue sostenían, á no m b re de la autoridad divina de los reves; no contentos con las prim icias, e n se ñ á ro n le á pagar la décim a parte de frutos de la tierra; enseñáronle á que sus ojos no viesen ni sus oídos oyesen; en señ áro n les á no p e n s a r sino como ellos pensasen; eseñáronle á odiar al padre y al h erm a n o sino adoraban al sacerdote; e n ­ seb á ro n le m u ch as otras cosas, tendentes todas á con­ vertirse éllos en reyes y nosotros en esclavos. E n

la casa del sacerdote brillaban ya los esp len d o res del fausto y el lujo desm edido; en !a cabaña del la­ briego principiaba á sentirse la m endicidad y el frío.

L o s M inistros de Cristo habían d e l i n q u i d o ? . . . . El que predicaba pobreza y d esp ren d im ien to corría desalado en pos cíe riquezas; el que predicaba h u ­ m ildad hallábase henchido de ambición y soberbia; el que predicaba la paz se convertía en g u e r r e r r o y e n s a n g re n ta b a sus plantas á costa del pueblo, de ese pueblo á quien lo habían vuelto á la esclavitud.

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volvióle las e s p a l d a s al ap ó s ta ta y b u s c o en su p r o ­

pio seno i]uien le salvase. L a s cien c ia s y las arte s debían d e p u r a r todo lo malo de aquella época, d e ­ bían la n z a r el grito de

E

xelci

para esa h indecisa y bam boleante.

Al p e n e tra r los tu rco s en C o n s ta n tin o p la ya no e m p re n d ie ro n los pueblos en n u e v a s c r u z a d a s , p o r ­ que la am bición había p erv ertid o al s ac erd o cio , y n atu ral era que aquellos perd iesen la confianza q u e en

éstos tenían.

P e r d id a la confianza, a n e g a d o s en s a n g re , a lz a ro n los ojos al cielo y brilló la a u r o ra del siglo X V : con L u i s X I en F r a n c ia , E n r i q u e V I en I n g l a ­ terra, F e r n a n d o é Isabel en E s p a ñ a , J u a n II en P o r t u g a l , F e d e ric o III y M ax im ilian o en A l e m a ­ nia, agonizó el p o d e r de los ca b a lle ro s feudales y la prepotencia eclesiástica.

S e d e s c u b r e la im p re n ta y la A m é r ic a ; á la lí­ nea recta re e m p la z a n la ojiva grieg a y la cu rv a r o m a n a ; á los m o n to n e s de p ie d r a s de los m o n u ­ m en to s an tig u o s, la B asílica de S. P e d r o , el L o u - b re , las T u llecías, los palacios de Blois, d e F o n - taneblau

y de C h a m b o r d ; a s o m a n la e s c u ltu r a de

J u a n Goujón y de G e r m á n P iló n , la m ú s ic a se­ vera de P a le s tr in a , la p in tu ra de B alael, V in c i, Miguel A n g el y T ician o ; b rillan en Ita lia los A rios- tos, en F r a n c ia los M arot, R a v e la is, M o n ta ig n e y P ith o u , los c ic e ro n ia n o s en A l e m a n i a , y el polaco O o p é rn ic o fija el sol y señala á la tie rra su puesto en el u n iv erso . Con todos estos e le m e n to s se in i­ ció la revolución en las artes y ciencias: es que había so n ad o p a ra el m u n d o la h o ra del r e n a c i­ m iento.

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globo, los ec o s lejanos de D esearles y L oke q ue

habían e n g e n d ra d o la revolución del 89, llegaron hasta M ontesquieu, propagandista de la libertad in­ glesa, y R o u s s e a u de la soberanía nacional ¿y co­ mo podía e s p ir a r ese siglo sin que el pueblo fra n ­ cés, en rep resen tació n del m undo, en to n a se el h im ­ no de la libertad? Al través de h o rro ro s o s de­ güellos y c r u e n ta s j o r n a d a s se asen taro n las bases de la república y la igualdad de los h o m b re s . ¿ Q u é efecto podían c a u s a r las coaliciones de los Reyes, cu an d o los franceses g rita b a n á las d e m á s

naciones:

no os llevaremos

hierro

(a llama

sino es la libertad? L a libertad, la ig u ald ad , la

íra te rn id a d son los d ere c h o s s u p re m o s que ha c o n ­ quistado la civilización.

II

Robre h u m an id ad ! triste es el ca m in o q u e tiene de Fecorrer en las d iv ersas épocas que h e m o s a p u n ­ tado á g ra n d e s rasgos. L a infancia del m u n d o ó sean los tiem pos an tig u o s llevan el sello de la esclavitud; la E d a d Media el del feudalism o ó G o b ie rn o de los S e ñ o re s, con la p re p o n d e ra n c ia del Clero: los tiempos m o d e rn o s , el de los p rincipios re p u b lic a n o s y los d ere c h o s del h o m b re . E s ta s tres faces son

la

ley inquebrantable d é l a h u m a n id a d y así com o no

se puede saltar en un m o m e n to dado hasta la c u m ­ bre, tam poco se puede p e r m a n e c e r estacionario: la actividad de los seres e m a n a de Dios, es el santo d esignio de la P ro v id en cia.

A p liq u e m o s la le y á n u estra patria.

N u e s tro estado social, mal q u e nos pese, ha p er­ m anecido ligado á los c a racteres de la E d a d Media: h em o s im itado la legislación euro p ea, para dejarla escrita; h em o s q u e m a d o incienso en los altares del caballero feudal sacrificando el bien público; e s c u ­ c h a m o s aun los gritos del fanatism o en todas partes, h em o s e sc arn ec id o la justicia y profanado su s a n tu a ­ rio. U n p u ñ a d o de oro bastaba para e n c u b r i r l a in i­ q u id ad .

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c on tin u a r en la d o m in a c ió n de una a risto c ra c ia p r e ­

p o n d e ra n te en cada p rovincia, de un c le ric a lism o am bicioso, en p oder ae la injusticia y el fraude, y el t e rr o r y el cadalso? P o d í a m o s q u e r e r la c o n t i n u a ­ ción dé la E d a d M edia ecu a to ria n a ?

L e y de la h u m a n i d a d , liemos d icho, es el p e r ­ feccionam iento social: el paso de la rev o lu c ió n francesa en el 89, es el q u e va á d a r el E c u a d o r d e s ­ pués de un siglo, a g r u p a d o s los p u eb lo s en to rn o del in m a c u la d o pabellón liberal. L a ig u a ld a d y f r a ­ te rn id a d de los g r a n d e s con los p e q u e ñ o s , el i m p e ­ rio de la ju sticia, los d e r e c h o s del h o m b r e , será el ideal q u e p e rsig a m o s en adelante.

E s en vano q u e vociferen y g riten todavía los c o n s e rv a d o re s y h ayan e n c e n d id o la tea de la r e ­ volución á las p u e rta s de la C o n s titu y e n te . S e r i a en vano que re stab leciesen la in q u is ic ió n para los liberales á q u ie n e s llam an , p o rq u e á t r a ­ vés de to rtu ra s y suplicios llegó el c o n tin e n te e u ­ ropeo á la meta de sus a s p ira c io n e s . N o p u ed e s e r estéril la s a n g re liberal: ha llegado la hora de a lc a n z a r el triunfo

L a s soc e d a d e s m a r c h a n á su p e r fe c c io n a m ie n ­ to al través de todos los o b s tá c u lo s im a g in a b le s ; el E c u a d o r es una so cied ad y culta: las m a s a s h an p rin cip iad o á c o m p r e n d e r s u s d e r e c h o s , á de- fer.der su d ig n id a d ; m a rc a d a está ya la h o ra en el reloj del tiem po para q u e s a lg a m o s d e la E d a d M edia y e n tr e m o s á los tie m p o s m o d e r n o s .

L a s ú ltim a s j o r n a d a s , si bien nos han sido do- lorosas, p o d em o s lla m a r la s

toma de la Bastilla

en el Ecuador. S u b a m o s á la g alería y g rite m o s:

¡abajo la p re p o n d e ra n c ia a risto crátic a! ¡A bajo el fa­ natismo! A r r i b a la R ep ú b lica! S e n t e m o s sí s ó lid a ­ m ente sus bases; e s tu d ie m o s d e t e n i d a m e n t e el o ri­ gen de n u e s t r a s revoluciones; lijemos n u e s tro e s ­ tado social; e lim in e m o s el e le m e n to c o r ru p to r.

El p a rtid o c o n s e r v a d o r no c o m b a te hoy po r la d o ctrin a sino p o r la a m b ició n : no es posible p r e ­ s u m i r q u e en el siglo X I X haya p e rso n a sen sata q u e recitase la d ec la ració n de los d e r e c h o s del h o m b r e

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p r e s i ón de la voluntad general; la delegación del

p o d e r legislativo y representativo renovados á m e ­ n u d o , legal y lib rem en te elegidos, s ie m p re existen­ tes, a c tu a lm en te re unidos é inviolables.

« L a resp o n sa b ilid ad de los m in is tro s .

« L a libertad personal, y por g aran tía , la p u b li­ cidad del p ro ced im ien to , confrontación y juicio, a n ­ terio rid ad y g ra d u a c ió n de las penas.

« L a libertad del p en sam ien to , por la palabra, esc ritu ra ó im p re n ta , salvo la represión de los ab u so s

« T o le ra n c ia religiosa.

«La a u to rid a d de asociaciones políticas, salvo la vigilancia m u n icip al.

« L a libertad de locom oción, tanto in te rio r com o exterior.

« L a libertad de p ropiedad, co m ercio é in d u s tria . «L a expropiación po r causa de utilidad p ú b li­ ca, m ediante ju s ta in d e m n iz a c ió n .

«El voto previo, la igualdad perso n al, la m o r a ­ lidad, justicia y m o d era ció n del im p u esto .

«El establecim iento de una con tab ilid ad reg u lar, el ah o rro en los gastos, la econom ía en los sala­

rios, la abolición de la acu m u lac ió n de em p leo s y beneficios sim ples.

«L a ad m isib ilid ad de todos los c iu d a d a n o s á l o s em pleos civiles, eclesiásticos y m ilitares.

«La s u b o rd in a c ió n de las tropas á la au to rid a d civil.

«L a resistencia á la opresión.»

¿Cuál es el p iin e ip io r|ue pu ed en c o m b a tir en el cam po de la sana d isc u sió n ? C uál es el p r i n ­ cipio an ticristiano, ya que esta es la farsa con q u e e n g a ñ a n á los pueblos, para p recipitarles al sacrificio?

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8

c omo la predicó á s u s d isc íp u lo s. El titu lad o p a r­

tido c o n s e rv a d o r p o r a p o y a rse en el C le r o so stien e el fanatism o religioso, pero ha e s ta m p a d o ya en n u e stra s c o n stitu c io n e s y có digos la m a y o ría de los p rin c ip io s liberales; y el p a r tid o liberal no viene á c o m b a tir la R eligión de C ris to , sino ese fanatism o, p o jq u e es el tro n o s o b re el q u e se ha ase n ta d o el p o a e r de tantos d ésp o tas q u e h an si­ do la ré m o ra del p ro g re s o , el p artid o lib e ra l tie ­ ne q u e in s t it u i r la h o n ra d e z a d m in is tr a tiv a y d a r ­ les la voz de atrá s á los ca b a lle ro s feudales.

El partid o liberal viene á c o m b a tir p o r la d e­ m o cracia y la causa de la R e p ú b lic a , m a s como no está p re p a ra d o n u e s tro esta d o social,

g u a r d é m o n o s d e e n g e n d r a r a n a r q u í a , rev o lu ció n y m u erte.

S o ld a d o s de la libertad, adelante! E s t u d i e m o s sí n u e s tro s p ro b le m a s sociales en el te rre n o p ráctico y sin utopías. E s t e es el h u m i ld e c o n t i n g e n t e q u e os d e d ic a m o s con n u e s tra p lu m a .

BASE PARA LA CONSTITUCIÓN

A n te s de a b o r d a r n i n g u n a de las g r a n d e s cu e stio ­ n e s políticas y r e m o v e r las olas de ese m a r a g i­ tado po r c o n tra rio s vientos q u e lla m a m o s le g is­ lación e c u a to ria n a , in v o c a m o s la aten c ió n de los H H . co n v e n c io n a lis ta s hacia la base del edificio q ue se va á levantar: esta base es n e c e s a rio sea d e g ra n ito para q u e él se ostente con a rr o g a n c ia an te los siglos futuros.

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la d o s y t r a i c i ones, asesinatos y c r ím e n e s sin cuenta,

de las p asadas ad m in istracio n es y actual revolución te­ nem os el derecho de relegarlos á las lilas de los p re­ sidiarios.

In sistim o s en llam ar la atención de los H H . co n ­ vencionales so b re este punto trascendental:

Go­

bierno es para el pueblo

y no el pueblo para el Go­

bierno: el legislador está obligado á e s tu d ia r las ne

ce sid a d es de los pueblos y no á s u j e t a r á los pueblos al ca p rich o de sus ideas. Él estado social del E c u a ­ dor, debe pues, se rv ir de punto de p a r tid a para h a ­ cer obra patriótica, y levantar el edincio de la re g e ­ neración sobre c o lu m n a s de oro.

Salta á la vista, po r otra parte, la necesidad de un punto de partida para el buen éxito de una legis­ latura lia r ada á h a c e r un s i n n ú m e r o de re fo rm as é innovaciones en las pern ic io sa s y c o r ro m p id a s instituciones a n te rio re s S in u n punto cén trico á d o n d e converjan las irra d ia c io n e s a e tantos c e re b ro s sería im posible d a r un paso adelante, y el s a n tu a r io de las leyes lo v eríam o s convertido en cátedra de filosofía, qu izas filosofía elevada, severa, m a g e s tu o - sa, pero estéril p a r a l a dicha de los pueblos. Ya h e ­ m os visto m u c h a s veces s a c a r de la C o n v en ció n ó sea del laberinto de los filósofos, una copia viciosa de alguna constitución a m e ric a n a ó europea. H a g a ­ m o s p o rq u e la actual no sea estéril, no sea idealis­ ta p u ra m e n te , sino aplicable al estado social e c u a to ­ riano.

P o r otra parte la falta de u n id a d en las d iscu- ciones e n g e n d ra un sistema ecléctico y de c o n tra ­ diciones que más tard e se convierte en red in e s tri- cable para los d iversos ra m o s del orden legislativo ad m in istra tiv o y judicial.

U n sabio legislador se presenta por allí im p o n en te y erguido, a r r u g a d o el s em b lan te, los h o m b ro s le­ vantados; m irad le, e s c u ch ad le m ejor lo q u e dice con tono m agistral: N e w - Y o r k es una d é las n a ­ ciones m ás ilu s tra d a s y no tiene pié de fuerza; en A le m a n ia todos los hab itan tes son defensores de la N a c ió n , F ra n c ia no concede m onopolio á n in g ú n fa­ b rican te; luego en el E c u a d o r no debe existir fuerza a r m a d a , no debe co n c e d e rse m onopolio á n in g ú n fa­ b ricante, etc.

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h a c en todo aquello, luego el E c u a d o r para p re c ia rs e

de culto y libre d eb e h a c e r lo m ism o . L a c o n s e c u e n ­ cia es lógica: sólo falta q u e hngais q u e N e w - \ o r k , F r a n c ia y A le m a n ia se identifiquen con el E c u a d o r ; sólo falta q u e á los ec u a to ria n o s los c o n s a g r é is al trabajo com o los y an k e es, de m odo q u e no pien sen en revoluciones, sólo falta que le e n s e ñ é is á todo c iu d a d a n o á d e f e n d e r su voto y á la a u to r id a d c o n s ­ tituida, co n v irtién d o lo en v eteran o co m o en A l e m a ­ nia, sólo falta q u e traigáis al E c u a d o r la afluencia de fab rican tes q u e tiene F r a n c i a p a ra q u e el m o n o ­ polio surja de la com petencia y no de los priv ileg io s q u e se conceden en N a c io n e s in cip ien tes p ara le v a n ­ tar las in d u s tria s . E s t u d i e m o s , pues, el pueblo y no séa m o s u to p ista s los liberales.

L a b o n d a d relativa de las leyes es tal q u e lo b u e n o para los ingleses p u ed e s e r m alo para los iiustriacos y pésim o para los e c u a to ria n o s . El ca ­ rácter, la e d u c ació n , el clim a, la posición to p o ­ gráfica y mil o tra s co n d ic io n e s q u e estu d ia la s o ­ ciología hacen necesaria la d iv e rs id a d leg is la ­ tiva. T e n e m o s para n u e s tro concepto q u e h a s t a la tiranía es b u t n a para ciertos p u eb lo s ap á tico s é in d iferen tes; sirve para d e s p e r t a r la re a c c ió n , la conciencia de los d e r e c h o s u ltra ja d o s, la cólera su b lim e del esclavo q u e ro m p e las c a d e n a s y v u e l­ ve p o r la sa g ra d a libertad.

Si la A m é r ic a no h u b ie ra sido victima d e la ferocidad de los realistas, no h u b ie ra s u r g id o la in d e p e n d e n c ia ; si el E c u a d o r no h u b ie ra g e m id o p o r 15 añ o s bajo el yugo o m in o so de un J u a n J o s é F’lores, si no h u b ie ra tenido su cuello in c lin a d o bajo el jiacha del v e rd u g o d u r a n te la d o m in a c ió n de G a rc ía M o ren o , si' no h u b ie ra p re se n c ia d o los r o ­ bos y m a ta n z a s de F l o r e s y C a a m a ñ o y visto u l ­ trajada la insignia s a c r o s a n ta de la p a t r i a , no h a ­ bría d e s p e rta d o de su letargo, no h ab ría sa c u d id o la m elena aira d o y ru g ie n te , com o el león de las selvas, para im p o n e r s e com o Rey. N o s é a m o s id ea­ listas, no s é a m o s im ita d o r e s de leg islacio n es ex­ tra n je ra s . S é a m o s po r hoy

ecuatorianos.

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— 11

se va á l e g i s l a r y

su manera actual de ser 6 sil

estado social.

L l am a m o s esp ecialm ente la atención

sobre esle último punto, p o rq u e sobre él se ba­ san las diferencias co n siiiu cio n ales de los diversos pueblos

«M uchos p reten d en , dice un sabio político a m e ­ ricano, d e s c a rta rs e de las viejas instituciones y c o s tu m b re s como se m uda de vestido. A u n la m o ­ da no hace sino a lte ra r los accidentes del vestido

sin o p e r a r un cam bio radical que solo viene á c o n s u m a r s e con el tra n s c u rs o de los siglos.»

C o n tin ú a el m ism o autor: « P a ra q u e un sistem a político m erezca lla m a rs e la constitución del país á que se aplica, es in d is p e n s a b le ¡jiie a r ra ig u e en los esp íritu s y en las c o s tu m b re s ; q u e in s p ire a m o r á los ciu d ad a n o s; q u e se defienda po r estos com o su propiedad y a m p a r o y que en s u m a llegue si identificarse con la idea de la patria. L o s re g la ­ m en to s efím ero s que cada revolución dicta al día siguiente de su triunfo en la A m é r ic a h isp a n a , só­ lo expresan el deseo de los q u e han venido al poder.» E sto últim o es una v erd ad m u y conocida de n u e stro s co m p atrio tas, es la razón p o rq u e lle­ vam os tantas co n stitu cio n es y no nos c o n s titu im o s

hasta ahora \por lo m ism o es n ecesario q u e en esta ocasión nos desp o jem o s hasta cierto punto del

espíritu de partido para tra b a ja r por la r e g e n e r a ­ ción y el e n g ra n d e c im ie n to de la patria. L a P a tria so m o s todos los ciu d a d a n o s, liberales y c o n s e r v a ­ dores; legislad liara ledos sin o p rim ir, sin h o stili­ z a r á los caídos y veréis la tran sfo rm ació n m a r a ­ villosa q n e se opera en un corto lapso de tiempo. L a doctrina liberal atrae por si sola, las prácticas de u n G o b ie rn o h o n ra d o seducen y sólo los cie­ gos ó los so rd o s que no qu iera n ver ni o ir p e r­ m an ec erán alejados del pabellón liberal; pero si hacem os de m odo q u e los o p rim id o s de a y e r nos c o n v irtam o s en o p re so re s de hoy, no h a b r e m o s hecho sino c a m b ia r de esc en ario y de perso n ajes y trai­ c io n a r n uestro p ro g ra m a de fra te rn id a d , ue libertad y de tolerancia. E s ta s son p re cisam en te las a r m a s con q u e ten em o s que lu c h a r y vencer, en c a m ­ bio de la pólvora y el plomo con q u e nos han c o m ­ batido los o s c u ra n tis ta s po r tantos años.

(13)

1-2

el tr i unfo del partid o liberal no puede s u r g i r del

cañón ni de las bayonetas: el triunfo del p artid o li­ beral d e p e n d e de un m odo absoluto de la C o n s t i t u ­ ción q u e se va á dictar. L eg íslese sin pasión de p a r ­ tido y q u e d a rá afianzada la paz de la R e p ú b lic a .

G ra n parte del pueblo p e r m a n e c e re h acio á la d o c ­ trina liberal: sus apóstoles y corifeos le lian e n s e ñ a ­ do á c re e r q u e los lib erales son e n e m ig o s e n c a r n i ­ zados de la Religión de C risto . P o r m ás q u e nos e s ­ forcem os en todos los tonos á m a n ife s ta rle s q u e so ­ lam en te a s p ira m o s á lim ita r al clero político, en la esfera de su sa g ra d a m isión, n in g u n o de esto s c r e ­ yentes a fe rra d o s llegará al co n v e n c im ie n to . N e c e ­ sitam o s a r r a n c a r le s las viejas p re o c u p a c io n e s de q u e son víctimas: pero esta es o b ra de a lg u n o s añ o s, y m ie n tra s tanto es n ecesario dev o lv erles la t r a n q u i ­ lidad m ed ian te u n a política co n c iliad o ra y sabia.

E s un axiom a político q u e la m e jo r legislación es la q u e tiene contento al pueblo; el co n ten to del p u eblo nace de la a r m o n ía de las leyes con s u s a s ­ p irac io n e s y ten d en c ia s. L e g is la d pues, c o n s u l t a n d o no la vo lu n tad del partido ú n ic a m e n te , sino no la v o ­ lu n tad gen e ral del pueblo s o b e ra n o y te n d r e m o s paz. D ictad la constitución de R i o - N e g r o , d e s c e n tr a liz a d el p o d er en un pueblo q u e no está p r e p a r a d o para , éllo y te n d r e m o s n u ev a s re v o lu c io n e s.

¿ E n to n c e s q u é h a b ría g a n a d o la re v o lu c ió n , n o s dirán los utopistas?

L a revolución del 5 de J u n i o ha g a n a d o la d o m i n a ­ ción del partido liberal en el E c u a d o r . L a i m p l a n ­ tación de la d o c trin a no es o b ra actual sino del p o r ­ venir: los p u eb lo s no p u e d e n t r a n s f o r m a r s e de a y e r á hoy. L a s tra n s ic io n e s violentas son im p o s ib le s á no se r q u e se d e p o r ta s e á m edio E c u a a o r , á no s e r q u e se s u s p e n d ie s e la g u illo tin a so b re m illo n e s de ca b ezas, com o lo hiciera en otro tiem po la r e v o ­ lución de F ra n c ia .

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visto son patriotas y re p u b lica n o s, llam ados á e n t r o ­

n izar la ho n rad ez ad m inistrativa. No nos han faltado le>es sino m ag istrad o s h onorables, l in g ru p o de tiranuelos escupieron sobre el E c u a d o r en unión de sus ca m arillas, y era necesario la venida del héroe legendario de quien no podem os d u d a r los que h e ­ mos leído las páginas de ab negación y sacrificio que le han valido los laureles con que sera el R e g e n e ­

ra d o r de n u estra patria.

N o se crea tam poco que in c u r r im o s en el e r r o r de

q u e r e r que se deje

in

statu la legislación ecua­

toriana. A b o g a m o s p o r la conciliación de los partidos,

pero no por la transigencia en asuntos capitales que q u iere n d e c ir

triunfo en lo futuro. P o n e r m edios

de co n seguirlo, sin a h o n d a r ab ism o s, sin i n q u i e t a r l o s

á n im o s es la tarea de la C o n stitu y e n te .

E sta es la razón por que en la ’ h u m ild e esfera de n u estra s facultades vam o s á tra ta r en seguida de los puntos que c o n s id e ra m o s de m a y o r im p o rtan cia en la actualidad.

RELIGION

C u ál será la conducta de la C o n s titu y e n te en esta m ateria? l i é aquí el g ran pro b lem a q u e tiene p en­ dientes los ánim os.

T ó m e s e en cuenta r la diferencia en tre el ral, consiste en que e católica v el seg u n d o

ue para las m asas p opulares ja rtid o c o n s e rv a d o r y el libe- p rim e ro sostiene la Religión a persigue. T al es la creencia de m uchos d esg ra ciad o s pueblos para q u ie n e s es in ­ falible la voz del sacerdote. S a c e rd o te s católico-po­ líticos, son los que e n g a ñ a n al pueblo, con el obje­ to de m a n te n e r latentes sus am b ic io n e s y poderío en la República, con el objeto de m a n te n e r á sus víctim as d isp u estas al sacrificio, com o acaba de s u ­ ceder.

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14

P a r tid o l i b e r a l es ene m ig o del cato licism o y p e r s e ­

g u id o r del sacerdote? N in g u n o ; bien lo sabernos; p e ­ ro no te n d ría n quien c irc u n d e su e s ta n d a r te si no g r i ­ tasen com o g ritan ¡Viva la R e l i g i ó n ! ...

giónl

R

eligión

! L o s diez siglos de la E d a d M edia están e m p a p a d o s con s a n g r e y los te ó c ra ta s del E c u a d o r , ciegos á la luz de la civilización, p r e te n ­ den todavía s o s te n e r las g u e r r a s re lig io sas, c u a n d o todos los pueblos han cedido este as u n to a! c a m p o de la conciencia in d iv id u a l.

U n o de los c á n o n e s fu n d a m e n ta le s del p r o g r a m a liberal

es el respeto profundo de todas las creencias

religiosas. L a R eligión del E c u a d o r es la católica,

tiene q u e se r resp etad a en c o n se c u e n c ia ¿ p o r q u é , p u e s , el em p e ñ o del sac erd o cio en h a c e r c r e e r á los p u eblos q u e los lib erales atacan la R e l i g i ó n ? ...

Infam ia! L e v a n ta n en seg u id a la voz de rebelión co n tra la p a tria , em p ieza n s u s m a q u in a c io n e s te n e ­ b ro sa s, se les s o r p r e n d e con las a r m a s en la m a n o ; al e m p r e n d e r la p ersecución contra ellos del m is m o m o d o q u e se haría con c u a lq u i e r otro r e v o lu c io n a ­ rio, se p re se n ta n al pueblo com o m á r t i r e s y c o n fir­ m an sus pred icacio n es, d ic ie n d o le s : ¡lié aquí q u e n o s d e s tie rra n v nos p ersig u e n : los m u s u l m a n e s están á la puerta d é l a ciu d ad sa g ra d a , c o r re d á su defensa! E l pueblo acude en efecto y m u e re y c o r re la s a n g r e d e s ú s v en a s a r r a s t r a n d o deso lació n , e s p a n to , lá g r i­ m as, borla ndad.

E l partido liberal es el lla m a d o á r e g e n e r a r la ja tria , su p ro g ra m a es el único d ig n o .d e la especie l u m a n a . H a g a m o s p o rq u e caiga la venda q u e cu - )re los ojos del p u eblo d e s g ra c ia d o y h a b r e m o s

lecho obra patriótica.

J u z g u e m o s , pues, el a s u n to R eligión a la luz de la ciencia, y e m ita m o s n u e s tro co n cep to re sp e cto al E c u a d o r en la C o n s titu y e n te .

L a R eligión es la s u p r e m a n ec esid ad de la esp e cie h u m a n a : el s e r cre a d o re c o n o c e u n a potencia c r e a d o ­ ra; el s e r inteligente a d m ir a el c o n c ie rto u n iv e r s a l y se inclina re v eren te. E s a potencia c r e a d o r a , ese O r d e n a d o r del U n iv e r so , se llam a Dios. El a teísm o no existe.

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15

q u é la R e lig ión es neceridad su p re m a de los pueblos.

T o d a s las naciones, todos los sabios, se han ocu p ad o de la Religión desde el origen del m u n d o . D e la religión nacen los elevados sen tim ien to s y las g r a n ­ des virtudes.

C u á l, pues, debe se r la religión que ahrazem os? Dicen los u ltra m o n ta n o s q u e todo h o m b re esta obligado á b u s c a r la religión v e rd a d e ra , q u e es la católica, apostólica, ro m a n a . E s to es el colm o del fa­ natism o religioso; la religión de cada h o m b re d e p e n ­ de del lu g a r d o nde nace, de los padres q u e nos educan: la religión se a p r e n d e en la p rim e ra infan- oia, c u a n d o no es posible ni reflexionar, y m á s tarde, cu an d o se entra en la edad juv en il, c u a n d o se e m ­ pieza á lu c h a r con las necesid ad es de la vida, ap e ­ n as u n o por diez mil de los h a b ita n te s del globo, está en co n d icio n es de c o n tra e rs e á re v isa r todas las religiones á título de b u s c a r la v e r d a d e ra , ¿ y cóm o van á lan za rse á esta clase de in d ag ac io n e s, cu a n d o el m a h o m e ta n o cree en su religión con la m is m a certeza q u e el católico en la suya? E s ta d o c trin a revela ceguedad absoluta de la vida práctica: m ie n ­ tras d u r e el m u n d o , la religión del h o m b r e será la de sus p adres, p u d ié n d o s e h a lla r sólo po r excepción unos pocos q u e c a m b ie n sus c re e n c ia s en los p u e­ blos civilizados.

N o q u e r e m o s p e n e tr a r en la u n i d a d de o rigen de todas las re ligiones, s e ñ a la n d o com o fondo c o m ú n que les caracteriza, el d erech o n atu ra l: «reverencia al S e ñ o r tu Dios: am a á tu prójim o, h o n ra á tus pa­ dres, no mates, no robes, no a d u lte re s,» viene i m p r e ­ so en el alm a del h o m b re , con c a ra c te re s re p la n d e - cientes y con la magostad del S in a y , d esd e q u e e x i s - tió en el P a ra ís o hasta n u e s tro s días. Si se e n c u e n ­ tra en la a n tig ü ed ad relig io n es q u e d iv in iz aro n los vicios, es p o rq u e todo en el m u n d o es susceptible de c o r ru p c ió n , y las p asiones h u m a n a s se lanzan hasta p ro fa n a r el s a n tu a rio de la d iv in id a d .

P o r evitar asu n to s d o g m ático s, so la m e n te p lan tea­ m os el siguiente p ro b lem a social.

Si es imposible la u n id a d religiosa del m u n d o , cuál debe ser nuestra c o n d u c ta en presencia del ex­ tran jero q u e viene á d o m ic ilia rs e en el E c u a d o r y que porfesa u n a religión distin ta de la nuestra?

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16

m o ral. S u p ó n g a s e q u e m u c h o s católicos e m i g r á r a ­ m o s al g ra n im p erio o to m a n o po r ra z o n e s de c o m e r ­ cio, de in d u s tria , p o r m e jo ra r la su e rte d e n u e s t r a fa­ milia, p o r u n m otivo c u a lq u ie ra ¿no s e ría g r a n d e n u e s tra a d m ira c ió n p o r ese pueblo si no s p e r m itie r a e r ig ir u n altar con el sím bolo s a g ra d o del c r is t i a n i s ­ mo? no se m o s tr a r ía n n o b le s, p e r m itie n d o q u e a d o ­ re m o s al crucificado? no sería un m odelo de c a r id a d el c o n c e d e rn o s un sep u lcro para los q u e ca y esen de los n u e s tro s ? A h! no hr.y d u d a , le l la m a r ía m o s n a ­ ción culta y g e n e ro sa ¿ P o r q u é, pues, no q u e r e m o s e n r o la r con las d e m á s n ac io n e s co m o g e n e r o s o s y c u l t o s ?

¿ P o r q u é no d a m o s al ex tra n je ro lo q u e q u e r e m o s para nosotros? L a relig ió n c r is tia n a es a m o r y c a r i ­ dad y nos e n s e ñ a á v er en todos los h o m b r e s de la tierra á n u e s tro s h e r m a n o s . P o d e m o s e s p l i e a r el e sc lu siv ism o religioso en aq u e llo s tie m p o s en q u e el a is la m ie n to d é l o s p u eb lo s lo p e r m itía ; pero, en el siglo q u e c r u z a m o s , en q u e la g r a n familia h u m a n a viene e s tr e c h á n d o s e cada día en b ra z o s de la loco­ m o to ra y el v apor, n o s p are c e a b s u r d a la i n t o le r a n ­ cia re lig io sa.

H a s ta a q u í la d o c trin a . V e a m o s a h o r a , hasta q u é p u n to es aplicab le al E c u a d o r , d a d o su estad o tc t u a l .

S e ría c o n v e n ie n te la to le ra n c ia de cultos? N o po­ d e m o s d u d a r lo , p e ro j u z g a m o s q u e no d eb e s e r d e ­ c la ra d a en un a rtíc u lo de la c o n s titu c ió n . E n la a c tu a lid a d la p o b lació n e c u a to r ia n a es toda católica y sólo u n o s pocos p ro te s ta n te s existen en la costa. L a in m ig r a c ió n de e x tr a n je r o s s e g u irá en p ro g re s ió n c re c ie n te , y la ley inflexible del tiem po i m p o n d r á al E c u a d o r , de h ec h o , la to leran c ia de cu lto s. Tal d e ­ clarato ria no h aría otra c o s a q u e d e s p e r t a r l a reacción del fan atism o sin tr a e r n i n g ú n bien p rá ctic o p a r a la R e p ú b lic a co m o c o n s e c u e n c ia de d ic h a ley.

¿D eb e s u b s i s ti r el a rtic u lo c o n s titu c io n a l q u e d eclara la R eligión católica co m o ese lu siv a del Estiulo? T a m ­ poco, p o rq u e no tiene objeto. N o s a b e m o s el fin que se han p ro p u e sto los le g is la d o re s con el e te rn o m a r ­

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17

Si todo el E c u a d o r es católico, con esa ley ó sin

ello, seguirá siendo lo mis no. \ T i he Irj i su R eli­ gión por d a r gusto a co n g reso s ni P re s id e dos ¿ P n a u ­ tos y cuáles han dejado de ser católicos porque Al­ fa ro está en el poder? ;.Qué afán tiene la Tgb’-sia en b u s c a r apoyo de G obiernos débiles asi

las

del infierno no prevalecerán contra éll ',» como lo

tiene ofrecido el m ism o Dios? Será que d u dan de la

prom esa del A ltísim o?

¿

em p eñ o tienen de es- c lu ir religiones falsas, si la falsedad v el e r r o r lle­

van derrota en su propio seno? ¿Quién le da, por fin, al E sta d o el d e rech o de legislar sobre n u e stra conciencia im p o n ié n d o n o s como ley tales ó cuales cultos?

El eselusivism ó religioso no es sino el resago de antiguas c o rru p telas eclesiásticas, que lian e n s e ñ a d o á o d ia r al h e rm a n o que no profesa n uestra religión, sin otra m ira que la do m in ació n tem poral del m u n d o .

Lo natural

g lógico nos parece que

C onstitu­

yente, no estampa en la nuera carta

,

n i el anhelado eselusivismó religioso de los ultra­

montanos, ni la ansiada tolerancia de cu1 tos del par­

tido libre.

Re f l e x i ó x e s e b i e n s o b r e e s t e p u n­

t o! ____

Al ab sten e rse la C o n v e n c ió n de legislar en m ate­ ria religiosa, tiene perfecto derech o para c o m p eler á la Iglesia ecu ato rian a á a b s te n e rs e de la pul tica. S u stitu y ase el c o n sa b id o artícu lo de R eligión de n u e s tra s c o n stitu cio n es p o r e s te otro: « Co n c é d e s e

AMPLIA LIBERTAD AL CLERO CATOLICO PARA LA PRO­ PAGACIÓN DE LA DOCTFUNA CRISTIANA, Y PROHIBESELE TOMAR PARTE EN LA POLÍTICA DEL ECUADOR Á TITULO RELIGIOSO

Ú

OTRO CUALQC1EBA.

E

l FOMENTO DE ES­

TUDIOS TEOLOGICOS Y EL ALTO CLERO SERÁN SOS­ TENIDOS POR EL TESORO NACIONAL, EN ATENCIÓN Á SER CATÓLICA LA MAYORÍA ECUATORIANA.» E sto es lo m ás que pu ed e h a c e r l a C o n s titu y e n te y se habrá dado un g ra n paso en la sen d a del p r o ­ greso, s a c u d ié n d o n o s de a n tig u a s teocracias.

Con el hecho sólo, de no s o s te n e r el ese lu siv ism ó religioso, y g u a r d a r silencio p ro fu n d o en esta m a ­ teria, se pueden m odificar todas las leyes u l t r a m o n ­ ta n a s ligadas con el articu lo fu n d a m e n ta l en refe­

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- 1 8

P on g á m o n o s en g u a r d ia c o n tra las a m b i c i o n e s

del clero político, y esto se rá bastante.

NUEVO SISTEMA DE ELECCIONES

N in g ú n asu n to está ligado m a s e s t r e c h a m e n t e con el re p u b lic a n is m o práctico, q u e la elección p o p u la r

L a so b eran ía de las d e m o c r a c ia s tiene un día solem ne, c o n s a g r a d o p o r ia ciencia y s a n c io n a d o p o r la civilización, liara el ejercicio d e s u s d e r e ­ chos: el día d e elecciones.

E s te es el día único en rpie el p u eblo se o s t e n ­ ta com o d u e ñ o de su a lb e d río , y delega s u s facul­ tad es á los h o m b r e s (pie han m e re c id o el titulo de probos, in telig en tes y h o n ra d o s . P o r lo m is m o q u e ignora las ciencias sociales, busca h o m b r e s ilu s ­ tr e s y de confianza, para q u e le r e p r e s e n te n en el m u n ic ip io , en las c á m a r a s legislativas, en el G o b i e r ­ no. T ie n e n la fuerza del n ú m e r o y se im p o n e la m ay o ría para g o b e r n a r s e com o le plazca.

É s ta es la bella teoría de las re p ú b lic a s . V e a m o s lo (pie pasa e n tre n osotros.

A s c ie n d e al solio el p artid o c o n s e r v a d o r : llega el día de elecciones v re su ltan electos s o la m e n te c o n s e rv a d o re s y am igos del G o b ie r n o . S u b e al po­ d e r el p a itid o liberal y re su lta n electos s o l a m e n t e lib erales y a m ig o s <le¡ G o b ie r n o . A q u é o b e d e c e este m arav illo so re su ltad o ?

¿S erá q u e el pueblo c o n s e r v a d o r de a y e r se h i­ zo liberal boy d 'a , para volver á t r a n s f o r m a r s e m a ­ ñ a n a , sig u ien d o los c a p ric h o s del triu n fo y de las r e v o l u c i o n e s ... ?

P o b r e E c u a d o r! si no licué ni base d e R e p ú b lic a m e n o s podrá a lc a n z a r á c o n ta r s e e n tr e los p u eb lo s lib res.

Al p rt do liberal q u e an h e la p o r el p r o g r e s o d e la patria, á la C o n s titu y e n te liberal d e 1896, to­ ca e s tu d ia r e s to s a s u n t o s de g ra n tra s c e n d e n c ia .

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19

el voto d e un liberal privándole de los derechos de

ciu d ad a n ía ; si el G obierno liberal ha de hac er lo m ism o con los co n se rv ad o re s, no te n d re m o s en la R ep ú b lica sino dos b an d e rías y no dos partidos políticos; dos co n tendientes feroces, p rontos á devo­ r a rs e , in d ig n o s de la civilización y la cultura del siglo.

T e r m in a d a la lucha san g rie n ta de los partidos sobre los ca m p o s de batalla, toca á los dos tr a b a ­ j a r po r la conciliación de la familia ec u a to ria n a .

Legalizado el G o bierno, queda á los contendientes el cam po de la idea y de la razón, m e d ia n te la cátedra, la tribuna, la p re n sa , la legítima re p re s e n ­ tación en los co n g reso s y el G o b iern o . M ie n tra s los dos partidos no dep o n g a n su in tra n s ig e n c ia , m ie n tra s sean o p re so res e! uno del otro, m ie n tr a s no profesen p rácticam en te los p rin cip io s re p u b li­ canos, no te n d re m o s sino una serie de re v o lu c io ­ nes.

C a n s a d o s estam os de las farsas electorales: su historia llena de esc án d alo s y c r ím e n e s . M u c h a s veces h em o s visto al pueblo pensativo y m e la n c ó ­ lico re n u n c ia r al sa g ra d o d erech o de la soberanía por no s u frir una evidente d e rro ta . M u c h a s veces le h em o s visto recostado lá n g u id a m e n te en los b r a z o s de una profunda indiferencia: indiferencia para el vulgo, para los h o m b re s políticos y p e n s a d o re s , en los brazos de la reacción y el furor: la apatía p o p u ­ lar no era sino la ferm en tació n latente de la ira re p u b lica n a, que había de esta lla r con s a n g re á b o r ­ botones, con victim as y e x te rm in io .

Q u é hem os hecho m ie n tra s tanto para d e s t e ­ r r a r estos males? d e c la m a m o s co n tra los G o b i e r ­ nos, contra los c írc u lo s o ligarcas, co n tra la a m b i­ ción y co rruptela de los h o m b re s y nos c r u z a m o s de, brazos, esp e ra n d o q u e las c a u s a s d esa p a re z c a n por sí m is m a s , com o si la h u m a n i d a d no h u b ie re de s e g u ir pagando el trib u to de m is e ria s y d e b ilid a ­ d es in h e re n te s á su natu raleza.

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20

vo s is tema de elecciones, capaz de a c e r c a r n o s al

ideal republicano.

E ste ¿•ran paso de los lib erales del 96, se rá la m anifestación e s p lé n d id a de q u e no a s p ira n á la do m in ació n csclusiva, de q u e su ru ta no es la de m e z q u in a s a m b ic io n e s , de q u e m ilitan com o sol­ d ados de la civilización sin otro e n s u e ñ o q u e el triunfo de los p rin c ip io s y la d o c trin a de los p u e ­ blos libres.

N a d ie ignora q u e los dos g r a n d e s electo res de la R epública han sido s ie m p r e el P r e s i d e n t e y el O b isp o M etro p o litan o . El p rim e ro con las a u t o r i ­ d ad e s políticas y el se g u n d o con los c u r a s , lian he­ cho ilusoria la libertad electoral. C u a n d o un c u ra le a n u n c ia al hijo del pueblo el castigo del cielo ó la a u to rid a d política una plaza de so ld a d o , las p a ­ peletas se firm an y van d e r e c h o á las u r n a s , en n o m b r e de la so b era n ía p o p u la r, de la lib e rta d irre s- tricta de q u e gozan los c i u d a d a n o s , á n o m b r e dé la co n stitu ció n . V otan e n s e g u i d a los c u a rte le s , cada so ldado po r diez, si es necesario : c o rre al fin la s a n g re del pueblo por las calles si vacila el t r i u n ­ fo, y se en to n a el h im n o nacional y se a tru e n a con vítores y a c la m a c io n e s el esp acio , para a h o g a r la in d ig n ació n y el ru g id o feroz de los p a trio ta s . . . . V iva la libertad electoral! V ivan los elegidos! V i ­ va el pueblo s o b era n o ! V iva la leligión! S o n los

s a r c a s m o s con u n e se ha in s u lta d o s ie m p r e á esta p atria d e s g ra c ia d a y m o r i b u n d a .

hlincinesepues,

al clero de la

la intervención

¡ivecla o indirecta de

dades,

en elecciones; elim ínese el voto de los cuar­

teles;

to

d

o

,

bajo penas severas ó

pu-chendo sec

denunciados por cualquier ciuda

y esta sera

la primera parle de la grande

eleccionaria; y no nos vengan con el viejo sofis­

ma de <|ue no es posible p riv a r al s a c e rd o te y al m ilita r de los d e r e c h o s de c i u d a d a n 'a : el ab u s o es n ec esario c o r ta rlo d o n d e se le e n c u e n t r a ; al p u e ­ blo victim a, es n e c e sa rio l i b r a i l e de la tira n ta y de la teocracia. T o d o lo b u en o es lícito y p o s i­

ble.

(22)

21

E l clero tiene igualm ente sn au to rid ad m o n á rq u ic a , y la a u to rid a d e m a n a d a de

L

íos no se puede dcsobe- deeer. L a voz del clero, la voz de los cuarteles, no es otra <|ue la del A rzobispo y el P re s id e n te , y si Jas listas han de salir de m anos de los altos poderes, no vem os la necesidad de convocar al pueblo para ha­ cerle r e p r e s e n ta r ridículos sainetes.

P e ro no es esto lodo: la s e g u n d a fiarte de la re­ form a eleccionaria es la m ás grave: esta es la que re q u ie re

un nuevo sistema de elecciones.

L a am bición á la P resid en c ia es la causa m ás fre- c u e n t e d e las revoluciones, y si á esto se agrega que el pueblo elector adolece todavía de ignorancia oí) su m a y o r parte, resulta que no c o n c u r r e á las m esas electorales, u n a s veces, y otras lleva la consigna de votar por la lista de los

caballero

feudales, que

existen hasta en las últim as aldeas, Al d a r su voto, no siquiera saben para q u é sirve ni el efecto q ue produce. Si pudiésem os d e s t e r r a r el voto directo y universal, á punto estaría m o s de o p ta r p o r tal m ed id a; pero ya que esto es im posible, p o rq u e im p o sib le es volver á la patria potestad un hijo e m a n c ip a d o , ha m en ester dictarse una ley q u e obligue á c o n c u r r i r á lo se le c to re s, que rechace la am bición á la p resid en cia y que aleje de los señ o re s feudales el in te ré s perso- . nal é inm ediato por q u e luchan con tanto calor.

H é a q u i el proyecto de ley q u e podría s e rv ir para tal objeto á modo de* bosquejo. De este modo las elecciones populares serían so lam en te base para las p o s te rio re s y m an ifestac ió n explícita de la so b era n ía p o p u la r.

«Art. 1

P

C o n v ó case al pueblo e c u a to ria n o para elecciones, el d í a ... m e s . . , ... y a ñ o ...bajo la m ulla de 20 á 100 s u c re s fiara el c iu d a d a n o q u e no co n c u rrie se .

« A rt. 2® G a ran tízase al pueblo la no intervención del clero ni de las au to rid a d e s políticas y m ilitares, en virtud de las leyes d ictad as fiara el caso.

« A rt

3?. C ada cantón de la República elegirá su s

d eleg ad o s cantonales en la p roporción de uno por cada mil habitantes.

«A rt, 4 ?.L os d eleg ad o s ca n to n a le s electos se r e u n ir á n en la cabecera de la provincia respectiva,

(23)

legisla-—

22

tivas, en )a p ro p o r c i ón d e c u a t r o ñ o r c a d a mil h a b i ­

t ante s , sin d i s t in ci ón d e c l a s e s ni d e c o l o r e s p o l í ti c o s .

« A r t . 5 3 Ei c a t á l o g o c o r r e s p ond i en te á c a d a

p r o v inci a s e r a r emi t i d o al p r ime r c on g re s o q u e se

r e ún a , á fin d e q u e se les c a l ifiq u e c omo t a l e s á a q u e ­

llos q u e me r e c i e r en y se e l imine á los q u e no t o r i a ­

men te f u e s en ine p t o s ó t en g a n c a u s a legal q u e los

in cap a ci t e p a r a r e p r e s en t a n ^ d e la p a t r i a .

« A r t . 6 3 E l Con g re s o d e c l a r a r á n u l a s las e l e c ­

c i one s de la p r o v in ci a en q ue h u b i e s en in te r v eni d o

d i re c ta ó ind i r c c t mi ente , las a u t o r i d a d e s p o l í t i c a s ,

e c l e s i á s t i c a s ó milit-.res, y m a nd a r á p r a c t i c a r o t r a s

n ue v a s , p r e v i o el c a s t i g o d e los in fra c to r e s .

« A l t . 7?. T o d o s los a ñ o s en igual fe ch a se p r o ­

c e d e r á á e l e c c i one s en igual f o rm a , pe r o s o l amen te

la r a e l e g i r los r e em p la zo s d e los q u e el c on g re s o h u -

ri e r e e l imin ad o p o r ine p t o s , d e los q u e h u b i e r en fa-

lecido y d e los q u e se h u b i e r en in h a bi l i t a d o p o r

c r ímene s p e r p e t r a d o s ú o t r o mo t iv o legal.

« Ar t . 8 ® Pa r a e l e g i r d i p u t a d o s y s e n a d o r e s d e l a Re p ú b l i c a s e c o n v o c a r a a l p u e b l o c a d a

DOS AÑOS A LAS CAPITALES DE PROVINCIA; SE DE­ POSITARA A SU PRESENCIA, EN UNA ANFORA, LOS

NOMBRES DE TODAS LAS PERSONAS QUE FIGUREN EN EL CATALOGO Y SE PROCEDERA A SORTEARLOS EN EL NUMERO QUE CORRESPONDE ACTUALMENTE A CADA UNA DE ELLAS. TODO CIUDADANO TENDRA DERECHO A LA REVISION DE LAS ANFORAS Y PAPELETAS, Y LA CO­ MISION QUE SE ENCARGUE DEL SORTEO SERA LA CORPORACION MUNICIPAL.

« A r t . I ® E s t a s mi sm a s pe r s on a s no t a b l e s d e los

c a t á l o g o s s e r án en las p ro v in ci a s los úni c o s e l e c t o r e s ,

c u and o l l e g u e la é p o c a d e e l e g i r al E je c u t i v o , el c u a l

r e s i d i r á en u n a J u n t a d e M ini s t r o s s o l amen te . E l P re -

s i d en te a c t u a l d u r a r á p o r c u a t r o a ñ o s en su d e s t ino . »

A b r i g amo s la ín tim a conv i c c i ón d e q u e si l l e g a r a á

r e a l i z a r s e e s te p r o y e c t o c on toda la p u r e z a y b u en a fe

d e q u e e s c a p a z el a c tu a l M a g i s t r a d o d e la R e p ú b l i c a ,

q u e d a r í a r e s u e l t o el p r o b l em a d e la c on ci l i a c i ón d e

los p a r t i d o s y t end r í amo s un a paz d u r a d e r a .

¿ C u á l d e los p a r t i d o s p o d r í a q u e j a r s e d e la f o rm a ­

ción de los c a t á l o g o s , si e s t a b an a le j a d a s la in fluen ci a

p o lític a , e c l e s i á s t i c a y mi l i t a r , v e r i f i c ánd o s e p o r la

l i b r e \ e x p on tá n c a v o l un tad d e los p u e b l o s ?

(24)

\

ción (íe s en ad o r e s y d i p u t a d o s , ya que. r e a l i z ánd o s e

p o r s o rt e o , t end r í an que f i g u r a r en ella h om b re s de

t o d o m atiz p o lí li e o y no p a r t i d a r i s t a s d e s i gn ad o s p o r

la a g r u p a e i ón re inante ?

¿ C u á l d e los p a r t i d o s p o d r í a q u e j a r s e d e la elee-

ción mini s t e r i a l ó sea del Ejecu tiv o si e s tab a c ond a d o

á to d o s los h om b re s i l u s t r e s de la R e p ú b lic a ?

L o s úni c o s q u e p u e d en o p one r s e á este p roye cto

son los q u e se p re c i an de l i b e ra le s ó c on se r v a d o r e s ,

sin se r an te s r e p u b l i c ano s ; los p a r t i d a r i s t a s ciegos

y los am bi c i o s o s .

L a l a rg a t r ami t a c i ón para la fo rm aci ón de los c a t á ­

lo g o s s c i í a un a g ara n tía para el p u e b lo . La ind e p en ­

d en ci a d e lodo g éne r o de a u t o r i d a d e s s e r í a o tra g a ­

r an tía . L a activ id ad d e s p l e g a d a p o r t o d a s las c l a s e s

s o c i a l e s en asu n to tan grav e y t r a s c end en ta l, se ría

o tr a g a r an tía La falta de inte r é s p e r s on al in me d i a t o ,

en beneficio de s u g e t o s d e t e rmin ad o s , s e r í a o tra g a ­

r an tía . To d a s e s t a s g a r an tía s j u n t a s , sino d i e s en un

re s u l t a d o perfecto, q u e es im po s ib l e en pue b l o s c omo

el n ue s t r o , no s h a b r í an ace r c a d o s i q u i e r a al ideal

r e p u b l i c ano .

N e c e s a r i o es q u e no s c onv en z a mo s de la ne c e ­

s i d a d d e c e d e r un tanto el p a r t i d a r i smo en bene ­

ficio de la R e p ú b l i c a . De e s t a s c on ce c i o u e s m u tu a s

s u rgi r á la paz q u e tanto an he l amo s los p a t r i o t a s

v e r d a d e r o s , y s u b i r emo s in sen si b l emen te p o r el c a ­

mino de las l i b e r t a d e s p ú b lic a s .

I d e a l i smo , p u r o i d e a l i smo es el de a q u e ll o s q u e

p r e t end en lle g a r á la c um b re p o r as a lto . L a s v i e ­

j a s t r a d i c i one s s em b r ad a s p o r el t i em po h an me ­

ne s t e r q u e el mi smo tiem po las d e s t r u y a . P a r a h a ­

c e rlo con las a r m a s se ne c e s i t an a u n a l a r g a d omi ­

nación d e t e r r o r y de s an g re .

S u b i r p o r un a pend i en te s u av e p e r o s e g u r a , es

mil vec es p r e f e r i b l e á d e s en c ad en a r tem pe s t a d e s y

c o s e c h a r d e s en g a ño s . El e j em plo de C h i t e es d i gno

d e imi t a r s e : su a s c en so lia sido lento, p e r o cierto ,

en b ra zo s de la paz.

L a d o c t r in a liberal tiene q u e im pone r s e p o r sí

mi sm a en el E c u ad o r . L a s b u en a s d o c t r in a s tri un ­

fan po r la s u b l imi d a d d e s u s p r inci p i o s . In s t r u y a ­

se ai p u e b l o , c on s tr u y a n se f e r r o c a r r i l e s al In te r i o r y

n t nf n

(25)

24

PENA DE MUERTE

N o v a m os á d is c u tir lo in mor a l d e esta pen a p ara

los d elitos políti c os. Los axi o m as del p a rti d o li b eral

no se d isc u ten .

E n toda lucha polític a , el v en ce d or es el q ue sos ­

tiene la luiena c a u sa , el v en ci d o la c ri m in a l . E l j u z ­

g ad o que falla es un con se j o d e ene m i g os : conse jo de g u er r a q ue casi si e mp re trae f irm ad a la sen ten ­

cia con an ti c ip aci ón y no ne c esita o ir el p ro c eso . A

la in m u ta b le j usti c i a se le pone á los pies del éxito de un co m b ate , ¡l l a s t a d ónd e nos ha a l c a n z ad o la

b arb ari e !

N o v a m os pues, á d is c u tir esta pen a sino en el

ca m po d e los ci í m enes atro c es, p ara los c u a les está

au n reserv a d a por le g istas con notad os .

De d ónd e nace el d ere cho d él a a u tori d a d p ara i m ­

poner la pena al q ue c o m ete un c ri m en ó d elito? T al es el p ri m er p u n to que salta á la vista.

El ori g en del d ere cho penal es el ind i v i d u al:

c u a nd o nos ro b an , por e j e mp lo , tendr í a mos d ere ­ cho á la d e v oluci ón d e las cosas lo b a d as , p ara rep a ­

r a r el d a ñ o ; pero esto no b as ta ría , porq ue el o f end i d o

y la so c i e d a d q ue d ar í a n te m erosos d e i g u ales a ten ­

tad os, y para a le j ar esta i n q u h t u d te n d r í a m o s dere-

c h o d e c o r r e g ir al c r im in a l, p r o c u r a n d o m e jo r a r su condición para lo ven id ero ; p o r fin la c o rre c c ió n d e ­

(26)

25

-ne m os á la vista un p arri c i d a ó un asesino ; se le m an ­ da á f usilar y cae el telón. — ¿Q ui én le dió al le­ g is lad or la facultad de ord en a r su m uerte ? Si la so ­ b era n ía del pueblo es el ori g en óe la so b eranía re ­

presentativ a ; si el d ere cho de ésta, no pue d e tra s p a ­

s a r los li m ites del d ere cho ind i v i d u al ¿qui én le fa­ culta a m a ta r a sus se m e j antes? «No m atará s,» le

ha d i cho i »ios ai ho m bre con la voz elo c u ente de la

N a tu r a le z a ; «no m atará s,» le d i e e el ho m bre á su re ­

p resen ta n te en la le g islatura; éste rra n s g ri d e las ó r ­

d enes «le sus rep resen tad os , \ haci énd ose ind i gno de

la confianza de los pue blos dieta la pena d e m u erte . ¡ T e m blad le g islad ores por la s a n g re d er r a m ad a

so bre v u estra s cabe z as en los patíbulos! J ue c es , v er ­ d u g os. te m blad de c o mp li c aros en los c r ímenes q ue

se perpetran á no m bre de la Kepúblic a y por a u to ­

ri d a d de la ley! La eterna justicia es in m u ta b le y los

so f ism as d e los ho m bres no b astarán á ju sti f i c aros

ante L)ios.

L a s v í cti m as h u m a n a s en d esag rav i o de los d i oses era propio de pue blos salvajes. L a s v i cti m as h u m a ­

nas en d es a g r .v i o de los ho m bres , no sólo p rue b a

salv a j ismo sino f ero cid ad .

| D e f en sores de la pena de m u erte : p re c i a os de sal* vajes y feroces! Desp u é s de m e d i o siglo os mira rá la civilización con el hor ror con q ue nosotros mir a ­

mos ahora á los pue blos antropófagos!

¿ Por q u é le rep u g n a al pu Ido el c u adro d e un

ajusti c i a d o á qui en le d espe d a z an las en t r a b a s con

u na d esc arg a de fusilería?

Infeliz! agoniza d esd e la v íspera, estand o repleto de vida; le notifican con la sentenci a c u and o D ios le está d i c i end o

que se convierta y viva;

le visten con túni c a en s a n g ren tad a y le ar r a s t r a n al co mp á s de m úsi c as y p re g ones. A tónita la m ultitud le c on te m ­

pla al lle g ar á las a r a s del sacrificio, inerme , m a ­

ni atad o . P ín ta se an si e d a d y pav or en todos los se m ­ blantes; al silencio p ro f und o y so m brío s u ce d e la d eton aci ón de una d esc a rg a , lueg o el es t r uend o de otra; el ú lti m o g e m i d o del mori b und o se aho g a con el lamen to p rolongad o del pueblo . P o bre p ue blo ! ...

ro mpe á c a m in a r sin d ile c c i ón , p re ñ a d os d lágri ­ m as los ojos, d e v ora nd o a m ar g u r a el corazón. ¿ Por

(27)

-d o el espe ctácu lo c on la n a tu r a le z a : la n a tu r a lé zd h u ­

m a n a lia p ror r u m pi d o en sollo z os con min a nd o la in ju sti c i a d e los ho m bres !

¿C uál es la mor a li d a d d e la pena d e m u er te ? D ond e está la rep a r a ci ón del a ten tad o ? D ónd e la co ­

r re c c i ón del d elin c uen te ? S u m u er te nin g ú n bien re ­

porta á la v i cti m a del a sesino ó p a r ri c i d a , ni á la fa­

milia d e la v i cti m a ; nin g ú n bien á la so c i e d a d , ni n ­

gún bien á la ju s tic ia . E n c e r r a d l o en un p re sid io , h acedle d e v o r a r el r e m o r d i m i e n t o d u r a n t e diez, q u in c e , veinte años; d e s p u é s d e ese tiem po d ev o l­ vedlo á la so c ie d a d , devolvedlo á su fam ilia, y v ereis un c iu d a d a n o , acaso, m á s v irtu o s o q u e los d e m á s , un p a d re y un e sp o so , acaso, m á s tiern o q u e lo s otro s.

Un miembro

gangrenado es necesario

dice la escuela c o n s e r v a n tis ta . ¡M ise ra b le sofisma! Q u i é n e s ha d ic h o q u e se d e b e a m p u t a r un m i e m b r o , sin a g o t a r p r i m e r o lo s r e c u r s o s p a r a c o n s e r v a r le ? Y os lla m á is c o n s e rv a d o re s ? ¿ Q u ié n os ha d ic h o q u e la e n m i e n d a d e un c r im i n a l es im p o sib le? N o veis q u e la trib u la c ió n y la d e s g ra c ia son c o n s e je ro s s a ­ b io s q u e allí se están s i e m p r e h a b la n d o al oído, h a ­ b la n d o á la c o n c ie n c ia , h a b la n d o al c o razó n ?

N o se diga (pie sirv e p ara el e s c a rm ie n to : la e s ta ­ dística no d e m u e s t r a la d i s m in u c ió n d e la c r i m i n a ­ lidad con la pena d e m u e r te . M u v al c o n l r a ii o , a u ­ m en ta, y esto se explica con facilidad: el q u e ha co ­ m e tid o un a s e sin a to y sab e q u e m o r ir á á m a n o s de los ju e c e s , lu c h a e n c a r n i z a d a m e n t e p o r s a lv a r s e , lu ­ cha co n d e s e s p e ra c ió n : al testigo necesita m a ta rlo , al a c u s a d o r necesita m a ta rlo , al a lg u ac il q u e lo toma necesita m a ta rlo , y se m u ltip lic a n los c i í m e n e s y se lanza p o r fin al v an d alaje, p e r d id o e n t r e m o n t a ñ a s y d e s fila d e ro s , h i ñ e n d o , s i e m p r e h u y e n d o , b u s c a n d o m a lh e c h o r e s para j u n t a r s e y h . r m a r u n a p a n d illa in ­ atacable, a g u e r r i d a para la defen sa.

La certeza de la

p

en

a

,

sin ser la de

duce efectos mucho más saludables E n los países en

d o n d e no q u e d a i m p u n e n in g ú n c r im i n a l , a rro ja la estad ística ven tajas in c a lc u la b le s. ¿ C u á n d o será q u e e n tr e n o so tro s no q u e d e n im p u n e s los c r ím e n e s de los ricos, l o s e r i m e n e s d c los a ris tó c r a ta s ?

(28)

27

épo c a en q ue la civilización nos en se ñ e á d espre c i ar'

á los eri inin alcs, a no es t re ch a r su m ano , á ne g ar­ les el s alud o , y en ton ces la v irtud se pase ará con

a r ro g an ci a cu el band o «le los b uenos, y en ton ces no

ne c esita re m os ni «le presi d i os. El c ri m en es para

nosotros la lepra de la Biblia, si h u y é r a mos d e su

contacto , no and aría la moral de capa caíd a . M i entras esto s u ce d a , s u p ri m a m os al menos la pena «le m u erte .

¿ Y q u é d ire m os «le los li b erales «pie a c usa n al

Go b i er no por no h a ber e mp le a d o la pena de m u erte

f

iara los re os políticos? G r a nd es c ri m in a les son , nó

lav d u d a , bis «pie a c a b an «le h a cer a r m a s con tra la

Rep ú b li c a sin causa justif ic a ble ; pero allí esta la Pe ­

niten ci aría , allí está la confiscación, allí están otras

me d i d as «le rep resi ón enérgi c a ; el mismo honor del d es ti er ro d e b e apen as reserv ar se para los políti c os de gra n talla, y esto en la época de tran si c i ón «pie cr u ­

zamos. Si e mp le a m os la pena de m u erte , si in c u r ri ­ m os en to d as las m ald a d es del parti d o terrorista ¿cuá­

les son las a r m a s d e c o m b ate del partid o liberal?

El parti d o liberal necesita i mponerse por las id e as,

por los prin cipi os, por la d o etr.n a , no por las bayo ­

netas ni el patíbulo . El patíbulo y las b ayonetas son

mon u men tos d e aren a «pie los d es h a ce el h u r a c á n :

testig o de ello, el parti d o Iri un ta n te ¿los co m b ati en ­ tes d e la tiranía han de c onv ertir e en tiranos? ¿qué

h a b ría g a n ad o en ton ces la Repúbli c a ?

S e ñ ores Le g is l ad ores del 96, bor r ad pues, para

si e mp re «h* n ues tros cód i g os la pena «le m u erte .

C as ti g ar no es v engar: la d esolación «le la familia, d e la víi tima no se repara con la d esolación d e otra

familia; un c ri m en no p ue d e c as ti g arse con oli o cri ­ m en .

U n p roscrito fra n cés m uerto en Jer sey hiz o p ro ­

r r u m pir á V íc tor I l u go en las si g u i en tes frases:

« Nosotros rep ud i a m os la vieja é inepta ley del

T a li ón . Co m o la mon a r q u í a , el T ali ón form a parte del pasad o ; nosotros rep ud i a m os el pasad o . L a pe­

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