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El miedo y la percepción ciudadana en las políticas públicas de seguridad ciudadana en Bogotá

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Academic year: 2017

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FORMULARIO DE DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO DE GRADO

TÍTULO TRABAJO DE GRADO: El miedo y la percepción ciudadana en las políticas públicas de seguridad ciudadana en Bogotá.

AUTOR

Apellidos Completos Nombres Completos

León Olarte María Eugenia

DIRECTOR DEL TRABAJO DE GRADO

Apellidos Completos Nombres Completos

Salazar Arbeláez Gustavo Adolfo

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: Politóloga FACULTAD: Ciencia Política y Relaciones Internacionales

PROGRAMA: Carrera _X_ Licenciatura ___ Especialización ____ Maestría ____ Doctorado ____

NOMBRE DEL PROGRAMA: Ciencia Política

NOMBRES Y APELLIDOS DEL DIRECTOR DEL PROGRAMA: Adriana Castro González.

CIUDAD: Bogotá.

AÑO DE PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE GRADO: 2008 NÚMERO DE PÁGINAS: 71

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SOFTWARE: PDF

MATERIAL ANEXO: Ninguno. PREMIO O DISTINCIÓN ( ) DESCRIPTORES:

ESPAÑOL INGLÉS

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RESUMEN DEL CONTENIDO

Frente a la necesidad de develar la importancia que tiene la medición de la percepción ciudadana de la seguridad en la elaboración de políticas públicas sobre el tema, concretamente en el caso bogotano, el presente documento precisa elementos útiles para tratar el tema del miedo y la percepción de la seguridad ciudadana con miras a complementar y mejorar las políticas públicas encargadas del tema.

El análisis realizado cuenta con tres módulos fundamentales: en el primero, tomando como base el planteamiento de Thomas Hobbes frente al tema del miedo y la percepción de la seguridad en la construcción de la sociedad, se desprende un abordaje teórico acerca de la importancia del miedo al crimen en el escenario urbano. En el segundo módulo, con miras a situar el tema de la ausencia de medición de la percepción de la seguridad ciudadana como elemento de política pública en Bogotá en las últimas administraciones de la ciudad, se revisa la manera en que el tema ha sido tratado. Finalmente, se realiza un analisis acerca de cómo se dan algunas tesis sobre el miedo al crimen para el caso Bogotá, el análisis está sustentado en la revisión de herramientas de medición elaboradas por diferentes organismos en el país

En síntesis, el análisis presenta diversos elementos que permiten mejorar las políticas públicas de seguridad ciudadana al tener en cuenta la opinión de los ciudadanos, principales receptores de las políticas públicas; por lo anterior, es el gobierno quien debe asumir como suya esta tarea.

ABSTRACT

Opposite to the need of to reveal the importance that has the measurement of the citizen perception of the safety in the elaboration of public policies on the topic, concretely in the Bogotá case, this document contain useful elements to treat the topic of the fear and the perception of the citizen safety with a view to complementing and to improve the public policies in charge of the topic.

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In synthesis, this analysis presents diverse elements that allow to improve the public policies of citizen safety, having in mind the opinion ofthe civil, principal recipients ofthe public policies, for lhe previous thing, is the government who must assume as yours this task.

María Euge . a León OJarte

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Bogotá. D.c.. \ larzo セ@ -de 2009

Sc-ñores

BIBLlO' EeA GENERAL PO\TIFICJA UN IVERSIDAD lA iBeriNセ|a@ Cuidad

Estimados Señores:

Marque con una X

Tesis doctoral

O

Trabajo de GradoG]

I a suscrita Maria Eugenia León Olane. con C.C. lO. 1023865137 de Bogotá. autor de la tesis doctoral y/o trabajo de grado titulado "EI miedo セ N@ la percepción ciudadana en las politiras públicas de seguridad ciudadana en Bogotá"' presentado y aprobado en el año 2008 como requisito para optar al título de Politóloga: autorizo a la Biblioteca General de la Universidad Javeriana para que con fines académicos. muestre al mundo la producción intelectual de la Universidad Javeriana, a traves de la visibilidad de su cOlllenido de la siguiente manera:

Los usuarios puedan consultar el contenido de este trabajo de grado en Biblos, en los sitios web que adminis¡ra la Universidad. en Bases de Datos, en ッセイッウ@ Catálogos y en otros sitios web, Redes y Sistemas de I"formación n<lcionales e internacionales "Open Acccss" y en las redes de información del país y del exterior. con las cuales tenga convenio la Universidad Javenana.

Pemlita la consulta. la reproducción. a los usuarios interesados en el contenido de este trabajo. para todos los usos que tengan finalidad académica. ya sea en fomato CD-ROM o digital desde Internet. Intranet. ctc .. y en general para cualquier formato conocido o por conocer.

Continúo conservando los correspondientes derechos sin modificación o restricción alguna; puesto que de acuerdo con la legislación colombiana aplicable. el presente es un acuerdo jurídico que en ningún caso conlle\'a la enajenación del derecho de autor y sus conexos.

dセ@ confonnidad con lo セAiᄀ。「ャ・」ゥ、ッ@ en el articulo 30 de la Ley 23 de 1982 y el artículo 11 de la Decisión ,-\ndina 351 de 1993, "Los derechos morales sobre el trabajo SOIl pmpiedad de lo.\" autores". los cuales son irrenunciables. imprcst:riptibles. inembargables e inalienables.

c.e Qo セSX V s@ I r de Bogotá

\ 0 1 A I\IPORT At\TE: El autor セ@ o autores certifican que conocen las derivadas jurídicas que se generan en aplicación de los principios del derecho de autor,

(6)

Bogotá, 30 de marzo de 2009

Señores

BIBLIOTECA GENERAL

Pontificia Universidad Javeriana Ciudad

Respetados Señores,

Me permito presentar el trabajo de grado titulado “El miedo y la percepción

ciudadana en las política públicas de seguridad ciudadana en Bogotá”,

elaborado por el estudiante de la Carrera de Ciencia Política María Eugenia León Olarte, identificado con la Cédula de Ciudadanía No. 1023865137 de Bogotá, para que se incluya en el catálogo de consulta.

Cordialmente,

(7)

EL MIEDO Y LA PERCEPCIÓN CIUDADANA EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE SEGURIDAD CIUDADANA EN BOGOTA

MARÍA EUGENIA LEÓN OLARTE

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA

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EL MIEDO Y LA PERCEPCIÓN CIUDADANA EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE SEGURIDAD CIUDADANA EN BOGOTA

MARÍA EUGENIA LEÓN OLARTE

Trabajo de grado para optar al título de politóloga

GUSTAVO ADOLFO SALAZAR ARBELÁEZ Magíster en Ciencia Política

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA

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“en el comienzo de la sociedad civil

está el miedo recíproco”

(10)

Para mi mami por ser siempre mi apoyo, para mi papi por todo el esfuerzo, y a Nata

(11)

AGRADECIMIENTOS

(12)

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ... 14

1.1. Objetivos ... 17

1.2 Marco conceptual: Miedo y percepción de la seguridad ... 17

1.3 Metodología ... 18

CAPÍTULO II. PERCEPCIÓN DE LA SEGURIDAD: ABORDAJE TEÓRICO ACERCA DEL MIEDO AL CRIMEN ... 21

2.1 El miedo como justificación del Estado: Una mirada desde Hobbes ... 21

2.1.1 Miedo en el escenario urbano: Anotaciones a propósito de la propuesta de Hobbes sobre el crimen y el miedo al crimen en el Estado de Naturaleza o de Guerra ... 27

2.2 Miedo y Miedo al Crimen: Definiciones ... 29

2.3 El Miedo al crimen como problema de las ciudades ... 30

2.3.1 Consecuencias y Respuestas frente al miedo ... 31

2.4 El miedo al crimen y la construcción de ambiente y ciudad. ... 34

CAPÍTULO III EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE SEGURIDAD CIUDADANA EN BOGOTÁ (1995-2007): INSTITUCIONES, GOBIERNO LOCAL, Y SITUACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA. ... 36

3.1 Concepto de seguridad ciudadana ... 36

3.2 Seguridad ciudadana: Presencia del tema a nivel nacional ... 37

3.3 Políticas públicas y panorama de la seguridad ciudadana en Bogotá ... 44

3.3.1 Nuevas perspectivas de ciudad, nuevo manejo al tema de la seguridad ciudadana en la capital: Mockus y Peñalosa, Bogotá 1995-2003. ... 44

3.3.2 Luis Eduardo Garzón: ¿Continuidad o ruptura en el tratamiento del tema de la seguridad ciudadana en Bogotá?... 49

CAPÍTULO IV PERCEPCIÓN DE LA SEGURIDAD EN BOGOTÁ ... 51

4.1 Herramientas para medir el miedo y la percepción de seguridad en Bogotá 51 4.1.1 Encuestas de victimización y percepción de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) ... 53

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4.1.3 Encuesta anual de criminalidad y victimización en las ciudades más grandes de Colombia (Fundación Seguridad y Democracia 2006 y 2007). .... 57 4.1.4 Estudio de victimización escolar (Observatorio de Violencia y Delincuencia y la Secretaría de Gobierno Distrital) y Encuesta de victimización de hogares (Secretaria de Gobierno, Subsecretaría de Asuntos para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana, y Sistema Unificado de Información de Violencia y Delincuencia de Bogotá (SUIVD)) ... 58 4.1.5 Territorios de miedo en Santafé de Bogotá: intento del Observatorio de Cultura Urbana para explicar el miedo en la ciudad de Bogotá ... 59 4.1.6 Algunos ejemplos de medición del temor y la percepción de seguridad en América Latina: Chile y Argentina ... 61 4.2 Miedo y percepción de la seguridad ciudadana en Bogotá: explicación a partir de tres teorías sobre el miedo al crimen. ... 63

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INTRODUCCIÓN

Ante la preocupación por la situación del crimen y el panorama de violencia urbana que afrontan diferentes ciudades en el mundo, el concepto de seguridad ciudadana se presenta como un tipo de protección circunscrito a las amenazas provenientes de actos violentos o criminales, y se ubica como un aspecto diferenciado y medular de la seguridad humana. Como resultado del encuadre de la seguridad ciudadana en el marco de la seguridad humana, las políticas de seguridad que tradicionalmente se centraban casi con exclusividad en la estabilidad estatal y la conservación del régimen, corren y amplían su foco de atención hacia el bienestar de las personas y los derechos humanos,

reposicionando a la ciudadanía como el principal objeto de la protección estatal”

(Riveros, 2006, p.7)

Ahora, el hecho de adoptar el concepto de seguridad ciudadana como condición de la seguridad humana, implica asumir que las políticas e intervenciones institucionales deben tender a prevenir y controlar las amenazas que provienen del delito y la violencia (p. 7). Así, la responsabilidad de prevención, control, sanción, y represión de la violencia y la delincuencia, recae entonces sobre el Estado, razón por la cual es un componente de las políticas públicas; sin embargo, las responsabilidades también recaen sobre la sociedad civil (p.11), ésta puede

entenderse como ”la esfera de relaciones sociales que no está regulada por el Estado” (Bobbio, 1989a, Cáp. 2), la cual puede participar tanto en elaboración de

la política como en el desempeño de la misma.

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atentan tanto contra la vida, como contra sus diferentes ámbitos, lo cual genera no solo un obstáculo en la lucha contra problemas como la pobreza, sino también efectos negativos sobre la gobernabilidad y el desarrollo humano (p. 6).

En este contexto, Colombia también ha venido implementado políticas al respecto, en lo que concierne específicamente al caso de Bogotá, diferentes autores coinciden en rescatar y resaltar los avances arrojados por las distintas políticas públicas de seguridad ciudadana implementadas desde 1995 en el distrito. Por ello, se responderán entre otros, a interrogantes como: ¿Es posible decir qué los resultados arrojados por las políticas y programas de seguridad ciudadana implementados en Bogotá entre 1995 y 2007 han permitido que los ciudadanos perciban la ciudad como más segura?, ¿Qué importancia ha tenido mirar la sensación de inseguridad de los ciudadanos, para la elaboración de las políticas públicas de seguridad ciudadana en Bogotá?, ¿Por qué es necesario revisar cómo se da la sensación de miedo en los bogotanos con miras a mejorar las políticas públicas de seguridad?

Si bien el análisis apunta a describir tanto el panorama actual como el desenvolvimiento de la seguridad ciudadana en Bogotá, al igual que el papel de las instituciones, el gobierno local y las políticas encargadas de garantizar una ciudad más segura; el análisis se centrará entonces en profundizar lo que atañe a la percepción del ciudadano frente a todo lo anterior, en la medida que no basta con brindar más seguridad, si no que además la ciudadanía debe sentirse más segura (Salazar, s.d). Es fundamental analizar la manera cómo en Bogotá se ha dado la medición de la percepción ciudadana, teniendo en cuenta que en Bogotá es muy reciente todavía el tratamiento al tema de las percepciones, a diferencia de

lugares del mundo donde hace más de dos décadas se tienen presente “el miedo

al crimen como problema más extendido que el crimen mismo” (Bannister, 2001,

(16)

La importancia de mirar la percepción de la seguridad y de las políticas de seguridad, se debe principalmente a que las propuestas de las diferentes políticas apuntan entre otras cosas, a que se genere confianza entre los ciudadanos, y el sentimiento colectivo de inseguridad vaya desapareciendo; ahora, para estudiar lo que concierne al miedo y la sensación de inseguridad, es necesario tener en cuenta cuestiones como: la definición de miedo, sus causas, consecuencias, y el papel de la ciudad en la creación del mismo.

Revisar este tema es importante en la medida que los sentimientos de la gente sobre el crimen tiene conexión directa y consecuencias sobre demás dimensiones de la vida social (Douglas 1992 citado en Bannister 2001, p.888). En este sentido, la calidad de vida de los ciudadanos puede ser afectada entonces en diferentes

ámbitos, primero, “los asuntos de miedo tienen impacto negativo sobre los

modelos de inversión en una ciudad, segundo, reduce el deseo de participar en asuntos sociales, y por último, las respuestas a estos asuntos, pueden generar mayor sensación de seguridad, pero también más desconfianza entre los

individuos” (p.808).

De otra parte, trabajar el tema de la percepción facilita el acercamiento a los relatos sobre el crimen, y con ellos, el conocimiento de los lugares considerados como peligrosos, estos relatos terminan sirviendo como herramienta de análisis del desempeño de las diferentes políticas de seguridad ciudadana, como de las autoridades encargadas de proveerla. Al respecto, es necesario “remontar las

conexiones entre las experiencias situadas del miedo y las transformaciones culturales y económicas más grandes de cultura y economía, que presentan un

lugar como seguro o dudoso para habitar” (Sporks, Girling, y Loader, 2001, p.886).

Poder diagnosticar si los miedos de la población tienen que ver con la realidad objetiva permitirá entonces, tomar mejores decisiones.

(17)

importante entonces detallar el enfoque de dichas respuestas en Bogotá, es decir, analizar si las respuestas han sido solo en términos de aumento de policías, de represión, o si por el contrario existen, primero, mecanismos de prevención donde la comunidad tiene un papel activo; y segundo, si las sensaciones de la ciudadanía hacia el crimen son tenidas en cuenta para la definición de dichas respuestas.

1.1. Objetivos

Analizar, examinar, y explicar cómo se ha dado la percepción de la ciudadanía bogotana en relación con el accionar del gobierno distrital en esta materia; de manera que se logre emitir un análisis acerca de: a) cómo se da el desenvolvimiento del miedo tanto en las políticas públicas como en el ámbito urbano, b) cómo las políticas y programas de seguridad ciudadana desarrollados en Bogotá por las administraciones Mockus, Peñalosa, y Garzón entre 1995 y 2007, han contribuido o no al avance de esta materia en la ciudad; al igual, y sobre todo, a moldear la percepción de la ciudadanía frente al tema; c) se analizará también: los enfoques de los diferentes programas para solucionar la problemática, revisando los aportes de los diferentes programas y políticas de seguridad ciudadana en la ciudad .

1.2 Marco conceptual: Miedo y percepción de la seguridad

Si bien es cierto que el desenvolvimiento de la seguridad ciudadana en Bogotá durante lo últimos años es tema importante a lo largo del trabajo, la principal categoría conceptual sobre la cual se fundamentará el análisis, es el miedo en relación directa con la percepción de la seguridad.

(18)

alusión al estado de naturaleza del hombre (donde aun no existe el Estado); Hobbes entiende que el miedo que habita en cada ciudadano, hace parte del hecho de considerar al otro como un agresor, lo cual indica que dicho miedo hace que los ciudadanos perciban como inseguro el ambiente y ansíen un organismo superior que garantice la seguridad (el Estado).

De otro lado, Manonni (citado en Murcia et al p.3) sostiene que “en determinadas

situaciones el hombre se ve enfrentado a estímulos o representaciones mentales que él siente como amenazas, y es justamente ese reconocimiento de un peligro real o imaginario el que determina en el individuo el sentimiento de miedo” (p.3).

Dicho reconocimiento de un peligro es lo que incide de manera directa en la percepción de seguridad; evidentemente, si un ciudadano no reconoce peligro en un ambiente, lo percibirá como seguro.

Por su parte, para el año 2001 Bannister y Fyfe (p.812) anotan que existen tres teorías desde las cuales puede entenderse el miedo al crimen, estas tres teorías son: el miedo como producto de la victimización, el miedo como producto de la avería en el control social, y finalmente, el miedo a partir de la manera en que la gente experimenta e interpreta el espacio urbano. A partir del análisis que realizan estos autores puede resaltarse entonces, que el miedo es definitivo en la manera como la gente percibe la seguridad; así, revisar la manera en que se presentan para el caso de Bogotá estas tres tesis, al igual que la propuesta teórica de Hobbes, puede permitir arrojar algunas conclusiones sobre como se da la percepción de seguridad en la ciudad, y cómo mejorarla.

1.3 Metodología

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en cuenta la manera en que las diferentes administraciones de la ciudad (1995-2007) han manejado el tema, intentando explicar en qué consisten los diferentes enfoques de dichas políticas y sus resultados. Finalmente se analiza si el miedo y la percepción de seguridad, son aspectos tenidos en cuenta en las políticas públicas encargadas del tema.

En este sentido, en el primer capítulo se presentará una breve introducción respecto al tema de la seguridad ciudadana en Bogotá, acompañada de un marco conceptual, en el cual se abordan algunos de los principales conceptos en los cuales es necesario tener claridad para entender el planteamiento general del análisis; se tendrá en cuenta además, una serie de supuestos teóricos al respecto.

Ya en el segundo capítulo: “Percepción de la seguridad: abordaje teórico acerca

del miedo al crimen”, se revisa a teóricos clásicos como Thomas Hobbes, que

permiten entender cuestiones definitivas para hablar de seguridad y miedo al crimen; a partir de ahí, se desarrolla por qué es importante el miedo y la percepción de la seguridad, teniendo en cuenta elementos como: el concepto de miedo, causas y consecuencias del miedo, la construcción de ciudad en relación con el miedo al crimen, y el papel de la comunidad.

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CAPÍTULO II. PERCEPCIÓN DE LA SEGURIDAD: ABORDAJE TEÓRICO ACERCA DEL MIEDO AL CRIMEN.

2.1 El miedo como justificación del Estado: Una mirada desde Hobbes.

En lo que atañe a la filosofía política, los aportes que el filósofo inglés Thomas Hobbes realizó en sus diferentes escritos pueden catalogarse como esenciales para el crecimiento de ésta; hasta el día de hoy, muchos de sus análisis siguen teniendo validez a la hora de revisar diferentes cuestiones relacionadas por ejemplo con: la seguridad, el miedo, la desconfianza entre los hombres, al igual que todo lo concerniente a la conformación del estado.

Ahora bien, es evidente entonces que para tocar el tema de la seguridad, como el de la percepción de la misma, Hobbes es un autor obligado, en la medida que la definición de Estado emitida por este autor se fundamenta sobre el concepto de miedo, concepto a partir del cual precisamente se evidencia la necesidad de profundizar en el tema de la seguridad y la percepción de la misma. De esta manera, para dar cuenta de la relación entre algunas de las ideas de Hobbes respecto al miedo como justificación del Estado, y la manera en que los ciudadanos pueden percibir o no a una ciudad como segura o insegura, a continuación se presentarán entre otras cosas, algunas precisiones que Hobbes (1999) realiza en el primer capítulo de su texto: El ciudadano, que se titula “estado de los hombres fuera de toda sociedad”, se abordará igualmente, algunas ideas

claves que autores como: Norberto Bobbio (1989b) y John Keane (1992) han emitido respecto a algunos de los planteamientos de Hobbes. La intención es evidenciar el significado e importancia de la propuesta teórica de Hobbes respecto al concepto de miedo, para luego relacionar dicha propuesta con el tema de la percepción de seguridad en el escenario urbano.

En primera instancia, es importante iniciar diciendo que en el capítulo 1 de El

Ciudadano, Hobbes sitúa la afirmación de que “en el comienzo de la sociedad civil

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revisar el planteamiento de Hobbes se hace evidente, en la medida que permite establecer la perspectiva que dicho autor tenía entre otras cosas, respecto a las causas del miedo. En relación con lo anterior, Hobbes anota en primer lugar, que existe igualdad natural entre los hombres, ésto, sumado a un escenario de recursos escasos, desemboca en la voluntad de agredirse mutuamente, provocando así el miedo entre los hombres, de modo que no pueden esperar seguridad ni proporcionársela a los demás, en un contexto donde nada obliga a no agredir al otro (p.17). En dicho estado de naturaleza, Hobbes precisa que existe voluntad agresiva por parte de todos los hombres, y que la causa más frecuente para dicho comportamiento, es que muchos apetecen a la vez la misma cosa que no se puede disfrutar en común, ni ser dividida; por lo anterior, se apela a la lucha como manera para que el más fuerte se quede con la cuestión que se quiere obtener.

A partir de dicho análisis, Hobbes evidencia de forma clara, la manera en que el miedo está presente en la vida de los ciudadanos cuando se encuentran en estado de naturaleza. Es ahí entonces, dónde el miedo no permite a los ciudadanos llevar su vida de manera tranquila, en la medida que no puede esperarse que en dichas condiciones los hombres logren conservarse de manera duradera, por lo cual, Hobbes va concluir diciendo que es un dictamen de la recta razón, buscar paz allí

donde apareciera alguna esperanza de conseguirla (p.21), es ahí, donde se apela

a la necesidad de crear un estado de seguridad.

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primera instancia a analizar todo lo que atañe a la naturaleza del hombre. Ahora bien, dicho estado de naturaleza del cual habla Hobbes, puede ser descrito a partir de dos condiciones, la primera es la igualdad de los hombres, y la segunda es la escasez de bienes; en este panorama, en el cual todos los ciudadanos tienen las mismas capacidades, y a su vez desean los mismos bienes que son escasos, la situación inevitablemente desemboca en una desconfianza recíproca, pues la condición de igualdad hace pensar a cada hombre que es necesario prepararse para un enfrentamiento si se quiere obtener el objetivo que también pretenden otros hombres iguales a él, generando que vea a los demás como competidores (p.44.).

Ahora, Bobbio encuentra que según Hobbes, lo que caracteriza principalmente a dicho estado donde abunda la inseguridad, es “la ausencia de un poder común”(p.37), es decir, la ausencia de un poder que atemorice a todos aquellos

que se encuentran en estado de guerra (de naturaleza); todos los hombres que se encuentran en estado de naturaleza viven en temor recíproco y constante de una muerte violenta (p.45), de manera que como solución a este problema, Hobbes sostiene que existe la necesidad de conformar ese poder, un Estado en cual por la existencia misma de éste, que implica seguridad, los hombres se liberen de la disposición natural que tienen hacia la guerra. En relación con lo anterior, podemos anotar entonces, que hoy en día, ante el temor al crimen y la percepción de un lugar como inseguro, los ciudadanos acuden entonces a realizar algo muy similar a lo planteado por Hobbes, y es el hecho de hacer un llamado para que se establezcan autoridades y reglas que obliguen a los ciudadanos no solo a no atentar contra los demás, sino también a saber convivir.

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Estado, el miedo es definitivo en la medida que no permite a los hombres llevar una vida tranquila, razón por la cual desean a toda costa salir de dicho estado. Así, hasta el día de hoy, los habitantes de las diferentes ciudades del mundo, temen a morir violentamente, razón por la cual la conformación de instituciones como la policía, al igual que el establecimiento de reglas y diferentes autoridades, es, a grandes rasgos, la materialización de la propuesta de Hobbes. Si la relación de la propuesta no es directamente con lo que atañe al establecimiento del estado como Hobbes lo concibió, es evidente que en la actualidad la esencia de dicha propuesta, que es la creación de un poder común que obligue a los ciudadanos a no agredirse para que puedan llevar su vida de manera tranquila, se da hoy en día en las diferentes ciudades del mundo.

Ahora, en relación con lo anotado arriba, el académico inglés Jhon Keane (1992), aborda a Hobbes partiendo de la definición del Estado de seguridad; si bien el análisis del concepto de miedo no es tan claro como en el texto de Bobbio, el autor anota varias cuestiones importantes para entender a Hobbes. Enuncia por ejemplo, la importancia del Estado para la preservación de la paz, así, la seguridad es entonces un elemento definitivo para mantener el orden. Keane explica que en el Estado de seguridad propuesto por Hobbes, el hecho de que los hombres renuncien para siempre a sus derechos es trascendental, la importancia de este hecho reside en que da cuenta de cómo el miedo que sienten los hombres hacia los demás, al ver su vida amenazada, puede empujarlos a renunciar a sus derechos como manera de preservar la vida. De esta manera, puede anotarse entonces, que si bien hoy en día los ciudadanos no renuncian a sus derechos por intentar preservar la seguridad y liberarse del miedo al crimen, si se delega a una institución determinada, el derecho de emplear la fuerza para velar por la seguridad de todos los ciudadanos.

(25)

Sánchez (1994) en su texto: “El concepto de Estado en Hobbes”, allí, se expone

también, como el miedo empuja a los hombres a establecer un Estado. A diferencia de Bobbio y Keane, en este escrito se explica que

La equidad, la justicia, y la gratitud no son leyes sino cualidades en el estado de naturaleza, y en tanto cualidades puede suceder que muchos hombres no las tengan en cuenta a la hora de actuar, esta situación amenaza con arrojar un panorama de inseguridad donde el miedo entonces hace un llamado para la creación del estado en tanto garante de que las anteriores se cumplan como leyes, y no sean tan solo cualidades (Sánchez, 1994, p.97).

Ahora, otra idea que presenta Sánchez en el mismo texto, citando a Jürgen Habermas (p.99), es que en Hobbes se puede presenciar un importante objetivo en la conformación del Estado que él plantea, y es precisamente tanto preservar la vida, como liberar a los hombres del miedo de modo que se garanticen las condiciones propicias para que los hombres generen su propio bienestar. En relación con lo anterior, debe decirse que la importancia de revisar el concepto de estado en Hobbes, radica precisamente en que vislumbra de forma clara la manera en que el miedo se constituye como impedimento para llevar una mejor calidad de vida, lo cual obliga por ende a los ciudadanos, a recurrir a un poder por encima de ellos para asegurar un panorama donde el miedo al crimen no exista, y se pueda lograr entonces un desarrollo pleno de todos los ciudadanos al percibir un alrededor seguro.

Finalmente, en “Los clásicos de la filosofía política” (Escobar et al.) un texto

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otros puede resultar pertinente y necesaria en determinados contextos. Una segunda idea vital de Hobbes que la autora rescata, es que el miedo a morir violentamente afecta de manera directa el devenir de la vida diaria de cualquier persona. Este miedo continuo “hace que no haya lugar por ejemplo para la industria, el comercio y el cultivo de la tierra, porque el futuro se presenta como inseguro; por ende, la vida en sociedad se hace imposible ante el temor de morir

violentamente” (p. 149).

Finalmente, a partir de todo lo anotado anteriormente, es posible concluir mirando las dos formas cómo Hobbes analiza el miedo. En primera instancia, se encuentra el temor a los demás, temor como ya se dijo, basado en la desconfianza hacia el otro debido a la disposición natural del hombre hacia la guerra; este miedo se

presenta entonces porque “ante la ausencia de un poder público que garantice la

seguridad, cada hombre utiliza sus propios medios ante la sensación de inseguridad(Carrillo, 2003, p.138). Lo importante respecto a dicho miedo, es que en últimas, empuja a los hombres a intentar conseguir la paz por el deseo de disfrutar de cosas que solo se dan con la seguridad que el Estado provea. Teniendo en cuenta lo dicho, se puede describir de forma clara, la relación entre la propuesta de Hobbes, y el tema de la percepción de seguridad; pues teniendo pleno conocimiento de cómo se origina el miedo en el estado de naturaleza del hombre, al igual que de la respuesta frente a esta situación, se puede entonces indagar respecto a si las herramientas (la policía, las políticas públicas etc..) creadas para impedir dicha sensación de miedo, están funcionando o no a la hora de evitar la sensación de inseguridad en cualquier ciudad.

(27)

punto también tiene validez en el devenir diario de cualquier ciudad de la actualidad, en la medida que el temor a una sanción, es lo que en algunas ocasiones ha impedido que un ciudadano atente contra la vida del otro.

En síntesis, se puede concluir a partir de lo descrito anteriormente, que el planteamiento de Hobbes respecto al establecimiento de una autoridad superior que garantice la seguridad, puede arrojar dos resultados respecto al tema de la percepción; en primera instancia, los ciudadanos pueden sentirse más seguros y confiados ante la presencia de reglas y autoridades; pero también, a pesar de lo anterior puede persistir no solo la desconfianza hacia los otros, sino también los enfrentamientos, pues el temor a las sanciones que imponga la autoridad garante de la seguridad puede resultar insuficiente.

2.1.1 Miedo en el escenario urbano: Anotaciones a propósito de la propuesta de Hobbes sobre el crimen y el miedo al crimen en el Estado de Naturaleza o de Guerra.

(28)

Así, actualmente las ciudades se ven enfrentadas a que cada día llegue más gente a buscar la vida en ellas, sin lugar a dudas, los recursos disponibles en dichas ciudades no siempre alcanzan, ante este panorama, abundan quienes por conseguir dichos recursos recurren a la agresión, situando en el otro, la sensación de miedo. Evidentemente, tal y como lo anotaba Hobbes, el miedo se da porque cada ciudadano toma conciencia de que puede ser agredido por otro que desee los bienes que él ya posee.

Ahora, así como en su momento el miedo fue una de las principales preocupaciones de Hobbes, actualmente también es una cuestión importante; el miedo no solo afecta la percepción de seguridad en cualquier ámbito, sino que además, mina la confianza hacia el otro, a partir de ahí, preocupa ver cómo dicha desconfianza, hace más difícil la vida en sociedad. El hecho que la confianza pueda verse afectada por el miedo hacia la actitud del otro, se posiciona como tema trascendental en el panorama del desarrollo de diferentes sociedades, en la medida que si esta confianza no se da, el resultado es el estancamiento de las relaciones sociales que se hacen necesarias para que cualquier sociedad avance.

De la mano de lo anterior, puede revisarse entonces cómo se da en el ámbito urbano la solución a dicha situación de miedo. Para Hobbes, el Estado era el remedio, ahora, si bien el Estado actualmente puede dirigir varias de sus funciones en este sentido, a partir de la existencia por ejemplo de la policía y el ejército, los ciudadanos aclaman diversas políticas que vayan más allá de ese elemento policivo, igual, el encargado de proveer seguridad y que los ciudadanos se sientan más seguros, es el Estado.

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2.2 Miedo y Miedo al Crimen: Definiciones

En primera instancia, resulta vital abordar de manera breve el concepto de miedo; en relación con éste, puede decirse en primera instancia, que es un estado

emocional, que se puede caracterizar como “un concepto bisagra (…), el cual

puede llegar a permear diferentes ámbitos y detalles de la vida interior de cualquier ciudadano (Ewald citado en Sporks, Girling y Loader, 2001, p.885). Ahora, respecto al miedo al crimen, es posible anotar numerosos y variados aspectos. Para empezar, a continuación se presentarán tres posiciones teóricas para elucidar que es el miedo al crimen.

En primer lugar se halla el miedo al crimen como producto de la victimización, Jon Bannister y Nick Fyfe (2001), sostienen que diferentes investigaciones muestran que dicha hipótesis es equivocada, en la medida que citan como ejemplo a los jóvenes, quienes suelen ser víctimas, más su actitud no es de miedo. De otra parte, este concepto puede entenderse además, como consecuencia de la avería en el control social, donde la gente considera que no cuenta con la habilidad para prevenir la victimización. En tercer lugar, se halla que el miedo al crimen se da a partir de las condiciones de la vida urbana, es decir, tiene profunda incidencia la manera en que la gente experimenta e interpreta el espacio urbano (p.812). Estas diferentes posiciones, sugieren entonces, que el fenómeno del miedo al crimen no puede ser abordado desde una sola óptica, sino que al contrario, debe intentar abordar y tener presentes diferentes ámbitos de la vida diaria de las ciudades.

Dentro de estos aspectos de la vida de la ciudad al cual debe prestarse atención para ampliar la definición de miedo al crimen, se encuentra el sentido de lugar que tienen los ciudadanos, en la medida que es sobre las narrativas del lugar del crimen, que se puede llevar a cabo la construcción del miedo a ciertos lugares (Sporks, Girling y Loader, 2001, p. 895). En relación con lo anterior, es evidente la dificultad que presenta hacer un análisis de la percepción de la seguridad a partir

de la oratoria de los ciudadanos respecto al crimen, porque si bien “la

(30)

circulación del conocimiento público sobre el crimen y el orden social en las

sociedades actuales” (p.887) también muchas veces dichos relatos pueden

tornarse densos, y sin una conexión directa con la situación de crimen del lugar

descrito. Al profundizar en el tema, se nota que “la sensación de miedo de la gente

no es tanto la delincuencia predadora como la violencia que puede ser asociada

con ello” (Body-Gendrot, 2001, p.919). En síntesis, más que el crimen en sí, es el

empleo de la violencia lo que alimenta el miedo al crimen.

2.3 El Miedo al crimen como problema de las ciudades

Si bien el miedo al crimen nunca ha estado ausente de la vida de los ciudadanos, solo hasta hace dos décadas se piensa como un problema relacionado de manera directa con la ciudad. La preocupación por el miedo al crimen como problema, se nutre de diferentes argumentos. El primero de ellos hace alusión a la manera en que dicho miedo afecta de manera negativa la participación de los ciudadanos en diferentes espacios públicos (Bannister y Fyfe, 2001, p.808); es evidente, que dicho miedo impide a los diferentes actores que lo padecen, tomar partido en espacios que se encuentran destinados para ello, generando así un panorama urbano menos abierto.

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Evidentemente, la manera en que se desenvuelven cada uno de los planos antes descritos, hace parte de la vida urbana, lo cual permite anotar de manera enfática, que el miedo al crimen es un problema que preocupa a ciudadanos, autoridades e instituciones. Lo que se trata entonces a continuación, es mirar por qué las diferentes lógicas y dinámicas de la ciudad, hacen del fenómeno del miedo al crimen, un problema de gran trascendencia.

2.3.1 Consecuencias y Respuestas frente al miedo

De otra parte, se puede apreciar que la existencia de esta sensación de miedo al crimen tiene consecuencias directas en: los ciudadanos que habitan las urbes, en los diferentes desarrollos y respuestas frente al crimen, como en la construcción de ciudad. Así, a continuación se revisarán algunos puntos en lo que atañe a las consecuencias para los ciudadanos, como en el desarrollo de los sistemas de vigilancia encargados de prevenir el crimen; se anotarán además, algunas de las respuestas que han adoptado diferentes países, como medio para enfrentar el miedo al crimen. La revisión sobre la importancia del miedo al crimen en la construcción de ciudad, se llevará a cabo de manera amplia en el próximo título.

En primera instancia, lo que se refiere a las consecuencias en los ciudadanos, se encuentra una fuerte presencia de desconfianza hacia los demás; cada vez más, la gente se comporta de manera hostil con los otros, al tener presente que en cualquier momento puede emplear la violencia en su contra. Además de lo anterior, dicho miedo choca de manera directa con la calidad de vida de los ciudadanos, en la medida que por ejemplo cuestiones de entretenimiento como las salidas al centro de la ciudad, o de tipo nocturno, se perciben como peligrosas, razón por la cual se abandonan.

De la mano de lo anterior, el miedo al crimen trajo consigo como consecuencia, el

“desarrollo de importantes dispositivos para la prevención del crimen, tales como:

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etc…”( Sporks, Girling y Loader, 2001, p.892); sin embargo, el uso de dichos dispositivos se presenta como una paradoja para quienes analizan el tema de la percepción de seguridad, pues si bien los ciudadanos pueden llegar a sentirse seguros por la presencia de los mismos, existen quienes aseguran que el costo es muy alto, en la medida que por ejemplo el empleo de cámaras, implica criminalizar a los demás, y también, exponer la intimidad en pro de la seguridad (p.893). Lo anterior da luces sobre las muestras evidentes de cómo el miedo al crimen tiene directos e importantes efectos en la vida diaria de los ciudadanos.

En síntesis, puede decirse que a partir de la exploración de las consecuencias sociales y personales de sentimientos de la gente sobre el crimen, al igual que de sus conexiones con otras dimensiones de la vida social, puede notarse que el crimen es algo que nos golpea la cabeza, para lo cual buscamos explicación y responsabilidad (Douglas citado en Sporks, Girling y Loader, 2001, p.889) ; de modo que se gasta mucho tiempo reflexionando sobre la presencia del miedo en la vida diaria, dejando de lado la realización de las opciones para mejorar la calidad de vida.

Ahora, “las respuestas frente al crimen, se constituyen dentro de culturas diferentes, al igual que dentro de localidades y estructuras de sentir diferente (…)

es por ello que resulta importante mirar ciertas sensibilidades, fuentes, apoyos y

efectos locales hacia el crimen”(p.895). A continuación, a partir de las experiencias

de Francia, Estados Unidos y el Reino Unido, se elucidarán algunos elementos para tener en cuenta a la hora de hablar de las respuestas frente al crimen. Dichas respuestas son: la prevención, la represión, y el punto medio entre éstas.

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cual generó que a grandes problemas se le asignarán soluciones menores (Body- Gendrot, 2001, p.921.). A partir de lo anotado anteriormente, es necesario resaltar que si bien la estrategia de prevención es importante tenerla en cuenta como respuesta al crimen, en la medida que respeta las libertades y derechos de los individuos, no debe focalizarse la respuesta al crimen solo en dicha estrategia, pues se puede dejar por fuera cuestiones importantes.

En segundo lugar, se encuentran las medidas represivas, como son las sanciones, dureza en el tratamiento de los delincuentes juveniles, más policía, más control público etc...; dicha estrategia ha sido aplicada por las autoridades de Estados

Unidos, sin presentar mayores resultados (p. 926). “Parece ser que en el mundo

político actual está consciente de las insuficiencias de las medidas represivas”

(p.926).

Finalmente, se encuentra el punto medio entre la prevención y la represión, que es el caso del Reino Unido, donde la política de seguridad urbana se mueve entre estrategias de prevención, ayuda policía-sociedad y la restauración del orden con la colaboración de la policía. De este caso cabe rescatar un punto clave, y es la estrategia creada por ellos que se denominó “restauración del orden por etapas”

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2.4 El miedo al crimen y la construcción de ambiente y ciudad.

En primera instancia, debe anotarse que la construcción de ciudad y diferentes ambientes, se encuentra desde hace varios años profundamente influenciada por el desenvolvimiento de la sensación de inseguridad y miedo al crimen; a continuación se abordará la manera como se ha dado dicha influencia a lo largo del siglo XX, y actualmente (sin que ello signifique que antes no se haya dado dicha influencia), de modo entonces que quede establecido que una de las consecuencias más importantes del miedo al crimen puede visualizarse en el desenvolvimiento de la construcción de cualquier ciudad.

Para empezar, debe anotarse que si bien en siglos pasados la construcción de ciudades se daba como herramienta para la protección contra invasores, en los últimos cien años, la ciudad tiende a asociarse con el peligro e inseguridad; dicha asociación se da entre otras cosas, por la densidad poblacional de las ciudades, la pobreza, y los diferentes tipos de violencia que se presentan en ellas. De modo que ante dicha situación, aparecen diversas soluciones arquitectónicas (Ellin, 2001, p.869)

De esta manera, con el paso de los años se observan diferentes tendencias en el urbanismo, los cambios en éstas corresponden de cierta manera al cambio en la sensación de inseguridad de los ciudadanos. Así, para inicios del siglo XX, puede

hablarse de “miedo moderno y urbanismo moderno”(p.869); de la mano del

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Para mediados del siglo XX, en plena segunda guerra mundial, se da una celebración de la segregación social a través de la construcción de numerosos edificios aislados, que evidencian el fracaso de la arquitectura moderna.

De esta manera, para 1960 se dio paso al “miedo posmoderno y al urbanismo

posmoderno” (p.872). Crece el factor de miedo, ante lo cual las sociedades

responden de diversas maneras: más intolerancia, nostalgia por volver a los

“valores tradicionales” presentes en la etapa moderna; ahora, “la marea creciente

de miedo transformó la mayoría de espacios públicos, pues se convirtieron en

espacios muy controlados” (p.874); lo anterior generó que las sociedades

abandonarán sus intenciones de participación en el escenario público, situación con incidencia directa en el desenvolvimiento de la democracia de cualquier sociedad.

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CAPÍTULO III – EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE SEGURIDAD CIUDADANA EN BOGOTÁ (1995-2007): INSTITUCIONES, GOBIERNO LOCAL,

Y SITUACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA.

3.1 Concepto de seguridad ciudadana

Este concepto puede ser entendido desde dos ópticas, la primera alude a la situación de bienestar que resulta de las medidas destinadas a proteger la población de los riesgos producidos por la ausencia o las malas condiciones de

equidad, justicia, libertad etc…, así, bienestar, gestión estatal y prevención son los

ejes de una política en este campo (Camacho, 1996, p.33); desde una segunda óptica, puede entenderse entonces como el resultado de la protección frente a delitos que afectan directamente a las personas, en este sentido se propende por el refuerzo de los aparatos judiciales, policiales y penitenciarios

En concordancia con lo anterior, y de acuerdo con la propuesta de Riveros (2006), la seguridad ciudadana puede ser entendida como “un tipo de protección circunscrito a las amenazas provenientes de actos violentos o criminales, y se ubica como un aspecto diferenciado y medular de la seguridad humana(p.7). Lo anterior entonces va de la mano con la propuesta de Camacho antes expuesta, pues la seguridad ciudadana se entiende más allá de la represión, prestando mayor atención a lo que atañe al bienestar de los ciudadanos. Ahora, decir que es un elemento clave para la seguridad humana, permite anotar a su vez que la seguridad ciudadana se constituye como definitiva en la calidad de vida de cualquier ciudadano, permitiendo o no su pleno desarrollo.

En relación con todo lo anotado anteriormente, Ángela Rivas comenta que “la seguridad ciudadana privilegia la prevención aunque no excluye acciones policivas de control. En ella la contención del crimen y la violencia es un aspecto

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3.2 Seguridad ciudadana: Presencia del tema a nivel nacional

Si bien, en Colombia algunos de los primeros abordajes sobre el tema de la violencia urbana se realizaron desde la década de los ochenta, el trato al tema de la seguridad ciudadana se dio hasta mediados de los noventa. Álvaro Guzmán y Álvaro Camacho pueden ser denominados pioneros tanto en el tema de la violencia urbana, como en el de la seguridad ciudadana en Colombia.

Guzmán aseguraba para 1993, que “la investigación social al respecto era exploratoria y precaria, tanto en los aspectos conceptuales como empíricos”

(p.12). En este sentido, dichos autores consideraban prioritario el análisis del fenómeno de la violencia urbana al igual que de la seguridad ciudadana como alternativa a ésta y al control de temas como la delincuencia común; se trataba entonces de plantear el tema de la seguridad ciudadana como definitivo en la calidad de vida y el bienestar del ciudadano (p.24).

De manera entonces que primero es necesario abordar tanto el concepto, como el contexto en el cual la violencia urbana en Colombia surge como tema importante para diferentes académicos; en concordancia con lo anterior, se presentará además qué entendían estos autores por seguridad ciudadana, al igual que cómo se dio el desarrollo del tema en la agenda del gobierno nacional a inicios de 1990, cuando el tema apenas se estaba posicionando como importante.

En primer lugar entonces, en lo que atañe al tema de la violencia urbana, se encuentra que para 1987 la Comisión de estudios sobre la violencia emite un informe que se titula: Colombia: Violencia y Democracia, en el cual se analiza el comportamiento de algunas modalidades de la violencia diferentes a la violencia política, que en conjunto generan un porcentaje mayor de víctimas, afectando a gran número de colombianos (Sánchez (coord.), 1987, p.4). En cuanto a la definición de violencia urbana, la Comisión sostiene que es una violencia más

social que política, (…) que abarca ámbitos propios de las relaciones

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de lo anterior, es posible anotar que ésta, es una violencia más difusa tanto en su gestación como en su forma de organización y objetivos, razón por la cual también su tratamiento no es negociable (a diferencia de la violencia política) (p.56).

Ahora, un aporte importante del estudio antes nombrado, reside en el hecho que posiciona el tema de las múltiples caras que tiene la violencia urbana, resaltando por ende, que resulta simplista no solo reducirla a cualquiera de sus facetas, sino también darle tratamiento a una sola de sus caras; el informe sugiere que se debía actuar sobre las causas de dicha violencia “incrementando la investigación judicial,

erradicando las organizaciones de justicia privada, con menos armamentismo y

menos ingestión de alcohol” (p.70). De la mano de lo anterior, el informe anota que

para esos días era notable no solo el incremento de la violencia urbana sino también la incidencia de la misma en la calidad de vida de las personas.

De otra parte, para 1990 autores como Camacho y Guzmán en su texto Colombia: Ciudad y violencia, se van a preocupar por indagar acerca de la naturaleza social de la violencia urbana de aquellos días, resaltando en primera instancia, que a la hora de estudiar dicha violencia no debe confundirse o igualarla con el delito. Ahora, si bien el fenómeno estudiado es la violencia urbana, los autores aclaran que aunque el espacio urbano es en el que se muestra con mayor plenitud, no

significa que sea el único espacio donde se presenta (…) ni que las ciudades por

sí mismas generen violencia (p.36).

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frustración y la conducta violenta (p.49). Camacho y Guzmán anotan entonces, que dicha visión tiene ciertas variaciones a la hora de aplicarla al contexto colombiano; de manera que se diría que la urbanización del país trajo consigo nuevos sectores con expectativas difíciles de llevar a cabo, razón por la cual se genera el escenario propicio para que se origine y cultive la violencia.

Sin embargo, la teoría anterior no resulta definitiva para la propuesta de los autores, al contrario, resaltan que las teorías de explicación de la violencia con base en la frustración de algunos sectores sociales, tienen fuertes críticas. Así, Camacho y Guzmán proponen que:

La violencia aparece como una alternativa tanto en las pugnas sobre el orden social, como en las relaciones sociales en diferentes esferas de la vida colectiva, y por lo tanto vincula a las partes que se encuentran a favor o en contra del orden establecido o el área particular

del conflicto (…) lo urbano no significa por si mismo más violencia. (p.50)

Por otra parte, los autores encuentran que “para la década de los ochenta, tenía cabida un panorama en el que sobresalía la instrumentalidad de la violencia

urbana” (p.26), es decir, se podía deducir que existían actores claramente

definidos, que recurrían a la violencia en la medida que estuvieran en juego sus intereses, evidenciando en muchos casos la violencia como una acción premeditada. De la mano de lo anterior, y teniendo en cuenta tanto los instrumentos con que se llevaba a cabo el acto violento, como la selectividad de

las victimas entre otros criterios, se desprende la idea que, “aunque se tienda a

percibir que el problema de seguridad se relaciona directamente con la

proliferación de pobres en la ciudad, dicha tesis no resulta del todo acertada”

(p.27).

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desconfianza desencadena una serie de sucesos que terminan por disminuir la democracia. La desconfianza genera ausencia de solidaridad, ausencia de participación en el ámbito de lo público, y de la mano de ésto, se va agotando la democracia.

Al respecto, John Sudarsky en su texto: “El Capital Social de Colombia”, aborda

de forma clara la manera en que fortalecer el Capital Social puede implicar confianza compartida, y de la mano de ésta, la obtención de diversos objetivos colectivos que solo se consiguen a través de la cohesión social. En este sentido, el Capital Social se presenta como una opción para acabar con el rompimiento de vínculos que implica la violencia (posible objetivo colectivo), de modo que la confianza en los demás permita tomar partido en el escenario público para resolver los problemas que aquejan a cierto grupo, lo cual de antemano actúa en pro del fortaleciendo la democracia como escenario propicio para el avance de la sociedad.

De lo que se trata entonces, es de combatir el temor hacia el otro a partir de trabajar en el hecho de considerar a los demás como merecedores de confianza. Ahora, la confianza que se genere de ahí, puede permitir que surja capital social, y

este, “lleva implícita la noción de fuertes externalidades positivas” (Sudarsky,

2000, p.7); de modo que tal y como se había anotado con anterioridad, con el fortalecimiento de la confianza, y la generación de Capital Social, como resultado solo es posible más participación y democracia, ya que acabar con la sensación de miedo permite sentir motivación para actuar en espacios de participación.

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Guzmán encuentra que la seguridad es algo que debe plantearse frente a la violencia, en este sentido, propone que el Estado moderno puede actuar sobre la seguridad ciudadana de dos maneras: primero, a través de políticas que se traducen en acciones en el orden económico y social, o bien utilizando la fuerza (p.24); de modo que sugiere la interacción de las dos formas para así fortalecer la seguridad ciudadana. No obstante, Guzmán dice que la seguridad ciudadana es igual un asunto de interés público en el que debe intervenir tanto la responsabilidad del Estado como de la ciudadanía.

En concordancia con lo anterior, para 1996 Álvaro Camacho profundiza sobre el concepto de seguridad ciudadana en un artículo publicado en el anuario social, político y económico de Colombia publicado por el IEPRI. Tal y como se había anotado con anterioridad, Camacho va a decir que existen varias acepciones del término: una primera acepción, hace énfasis en una situación de bienestar, que resulta de las medidas destinadas a proteger la población de los riesgos producidos por la ausencia o las malas condiciones de equidad, justicia, libertad

etc…, así, bienestar, gestión estatal y prevención son los ejes de una política en

este campo (p.32); una segunda acepción, sustenta entonces que la seguridad ciudadana resulta de la protección frente a delitos que afectan directamente a las personas, en este sentido se propende por la lucha contra la impunidad, el refuerzo de los aparatos judiciales, policiales y penitenciarios (p.33).Camacho sostiene que la tensión entre estas dos acepciones ha impregnado las políticas estatales en esta materia; en la medida que mientras los documentos oficiales buscan combinarlas, las gestiones han tendido a privilegiar la segunda (p.33).

Ahora Álvaro Camacho y Esperanza Camargo (1998) destacan que las respuestas estatales frente al tema distan mucho de ser una respuesta eficaz y congruente (p.340), pues no son políticas permanentes, y además para esos días era evidente la impotencia de las ciudades en su autonomía en lo que respecta a este campo. Ellos anotan que el primer intento frente al tema a nivel nacional se

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violencia”, estos autores destacan la importancia de esta estrategia, en la medida

que reconocen la tesis planteada por la Comisión de Estudios de la Violencia en 1987, acerca de la multiplicidad de las violencias (p.342). Se halla que ante la generalización de la violencia urbana, dicha estrategia va a propender por el fortalecimiento de las autoridades locales y regionales de seguridad, por el robustecimiento de la justicia y los mecanismos alternativos de tramitación de conflictos entre otras cuestiones (p. 343).

Una segunda estrategia frente al tema se encuentra en 1993, también en el

gobierno de César Gaviria, dicha estrategia se titulaba “Seguridad para la gente.

Segunda fase de la Estrategia nacional contra la violencia”, se pretendía ahora “forjar una verdadera política de seguridad ciudadana” (p.343); así, la

promulgación de la Ley 62 de 1993, se convirtió en una de las políticas de seguridad ciudadana más significativas en la medida que reformó la policía

nacional. No obstante, estos dos autores van a decir que “predominó en dichas

estrategias la convicción de que se trataba de proteger y fortalecer el Estado,

mientras la protección al ciudadano quedó relegada a un segundo plano” (p.344).

Ahora bien, ya para 1995 en la presidencia de Ernesto Samper, el gobierno lanza el Programa Presidencial para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana que constaba de cuatro estrategias; Camacho anota al respecto, que en tres de las cuatro estrategias, predominó el concepto de seguridad ciudadana en el que el fortalecimiento del estado y los aparatos de justicia constituyen el eje (Camacho, 1996, p.35), dejando de lado lo que concierne a las demandas de los ciudadanos

en esta materia. Haciendo un balance, Camacho va a decir que “las políticas de

seguridad ciudadana se mueven en la ambigüedad entre la concepción convivencial-preventiva y la punitiva-policial, donde predomina la segunda visión, impidiendo una verdadera política de seguridad ciudadana basada en la

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En relación con lo antes anotado respecto a la violencia urbana, Mauricio Rubio (1997) va a compartir la misma tesis de Camacho y Guzmán (1990), asegurando

que, “a partir de la evolución de la criminalidad y de la estructura espacial en

Colombia para esos días, no parece adecuarse entonces la idea arraigada en la criminología latinoamericana, que la pobreza, la inequidad, la falta de educación y de oportunidades son los factores determinantes del crimen (p.27).

Siguiendo con Mauricio Rubio, se encuentra que dicho autor, en su texto: “Crimen e impunidad” se preocupa por presentar algunos puntos clave a la hora de

acercarse y emitir análisis sobre la violencia; Rubio luego de revisar el trabajo realizado por la Comisión de estudios sobre la violencia en 1987, anota entre otras cosas, la necesidad que existe de formular explicaciones e hipótesis con suficiente respaldo empírico, de modo que los análisis no se limiten a presentar argumentos de tinte ideológico.

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3.3 Políticas públicas y panorama de la seguridad ciudadana en Bogotá

Este apartado se divide en dos, en primer lugar, se realiza una revisión sobre los principales enfoques y teorías que se han tenido en cuenta para la elaboración de las política de seguridad en Bogotá, a la vez se anota cuáles fueron algunos de los aportes que dejaron estas políticas públicas de seguridad ciudadana implementadas en las administraciones de Mockus y Peñalosa entre 1995 y 2003. En segunda instancia, se revisa la presencia y desempeño del tema en la administración de Luis Eduardo Garzón 2003-2007.

3.3.1 Nuevas perspectivas de ciudad, nuevo manejo al tema de la seguridad ciudadana en la capital: Mockus y Peñalosa, Bogotá 1995-2003.

En lo que atañe a los principales enfoques tenidos en cuenta para definir las políticas públicas de seguridad en Bogotá en las administraciones Mockus y Peñalosa; Fabio Sánchez, Silvia Espinosa y Ángela Rivas en su texto: ¿Garrote o Zanahoria?, realizan un importante análisis donde se explica la existencia de ciertas líneas de continuidad en algunas iniciativas y políticas de seguridad de dichas administraciones. Ahora, los cuatro enfoques a los cuales se hace referencia son: el primero, Zanahorias (carrots) o medidas de impacto en las condiciones económicas, el segundo, las medidas garrote (sticks); en tercer lugar, la teoría de la ventana rota; y por último, las medidas que los autores rescatan, se denominan zanahoria-garrote, pues combinan el enfoque preventivo con el uso de incentivos y sanciones (Sánchez, Espinosa y Rivas 2006, p.17). No obstante, a continuación se exploran solo los tres últimos enfoques.

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de los sistemas de comunicación, en el mejoramiento de la calidad del servicio de los Centros de Atención Inmediata (CAI), así como en programas tales como: Frentes Locales de Seguridad y Zonas Seguras(Sánchez, Espinosa y Rivas 2006, pp.18-19). Respecto a la justicia punitiva, la intención de la política se centró en mejorar las condiciones de cumplimiento de la penas.

De otra parte, las medidas zanahoria-garrote (p.20), que emplean formas alternativas para incidir en el comportamiento de los ciudadanos, se presentaron en las políticas de seguridad para Bogotá a través de programas sobre: cultura ciudadana, desarme, autorregulación y regulación interpersonal del consumo de alcohol; la intención era entonces acercar a los ciudadanos y las instituciones gubernamentales.

Por último, se encuentra la teoría de las “Ventanas Rotas”, dicha teoría comenta

que “un espacio público que se abandona y del cual se permite un deterioro inicial,

se convierte en un espacio propicio para que ocurran actividades ilícitas” (Martin y Ceballos, 2004, p.331), los programas en materia de seguridad orientados por esta teoría fueron: la recuperación del espacio público y de los entornos deteriorados, entre otros.

De otro lado, al mirar cuándo y como se posicionó el tema de la seguridad ciudadana en Bogotá, se encuentra que existen quienes aseguran que después del periodo de La Violencia, “el contexto se encontraba caracterizado por: la ausencia de una política pública coherente para promover la seguridad ciudadana, al igual que por la falta de definición clara de responsabilidades en los diferentes niveles de gobierno y las instituciones encargadas de velar por la garantía de este ámbito” (p.101). En este sentido, es evidente que a pesar del alto nivel en el que se encontraban los indicadores de seguridad1, los gobiernos del momento parecían no preocuparse por el fenómeno.

1 En relación con estos indicadores es importante tener presente que la mejora en éstos no necesariamente

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Así, teniendo claro el contexto anterior de finales de los setenta, los ochenta e inicios de los noventa, Martin y Ceballos en su texto: “Bogotá: anatomía de una

transformación. Políticas de seguridad ciudadana 1995-2003”, van a decir que la

llegada tanto de Mockus como de Peñalosa a la Alcaldía de Bogotá en el periodo 1995-2003, “muestra un mejoramiento significativo en los indicadores de seguridad en Bogotá, al igual que múltiples evidencias que permiten asegurar que la políticas locales implementadas por estas administraciones, de la mano de las estrategias desarrolladas a nivel nacional por esos días, le permitieron a Bogotá

afrontar el tema de manera integral”(p.124). Dichos autores aseguran que “la

excelencia en la gestión publica, al igual que la integralidad de las políticas y la prioridad otorgada al tema de la seguridad en las administraciones de Mockus y Peñalosa, resultaron relevantes para la sostenibilidad a largo plazo de las políticas de seguridad ciudadana” (p.37). Así, estas dos administraciones “concibieron el tema de la seguridad dentro de un todo programático, de modo que la seguridad ciudadana no podía ser entendida sin tener en cuenta los diversos ejes temáticos del plan de desarrollo(p.165).

De este modo se evidencia entonces la importancia que este tema ha tenido en la agenda del gobierno distrital, por ende, hablar de seguridad ciudadana en Bogotá es prioritario, en la medida que es necesario no solo describir lo esfuerzos realizados en las últimas administraciones, sino también revisar la importancia de dichos esfuerzos a la hora de mejorar este ámbito de la vida de la ciudad.

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nacional; razón por la cual revisar el comportamiento de las instituciones es fundamental a la hora de dar cuenta que sucede en materia de seguridad ciudadana en Bogotá.

De la mano de dichos autores (cáp.6), se puede anotar que existen varios aportes de estas administraciones (Mockus y Peñalosa) al progreso de la seguridad en Bogotá; uno de estos aportes fue la progresiva institucionalización del tema de la seguridad en el ámbito distrital con la creación de diferentes organismos.

Un primer aporte en este sentido fue la instauración de la subsecretaria de asuntos para la convivencia y la seguridad ciudadana, creada en 1996, dicho ente se constituye como factor esencial en los avances de la política pública de seguridad; de otro lado, también en 1996 se crea la Dirección de Seguridad, organismo que sirve de apoyo a la subsecretaria de asuntos para la convivencia y la seguridad ciudadana, a la vez que colabora con las alcaldías menores y la policía en las temáticas que requieran. Por otro lado, organismos como el Consejo de seguridad ampliado (2001-2003), los Consejos locales de seguridad (2000), al igual que instrumentos como el Sistema Unificado de Información de Violencia y Delincuencia de Bogotá (SUIVD), y el Plan maestro de equipamientos de seguridad ciudadana, defensa y justicia (2003), pueden citarse también como aportes significativos de estas administraciones a la institucionalización del tema en Bogotá. Es importante anotar, que el hecho de haber suscrito un crédito con el BID, permitió avances prácticos en el tema, es decir, los recursos del crédito, fueron destinados a partir de 1998, al trabajo con jóvenes, población de zonas marginales, entre otras cosas (Buvinic, M, 2000, p.43).

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