Del mito personal a la escritura en
Don
Segundo Sombra de
Ricardo Güiraldes y
El
juguete rabioso
de Roberto Arlt
Erich Fisbach Université d’Angers
Se
ha insistido mucho en la importancia
del año 1926 en la literatura argentina, por ser el
año que marca un hito temático que simbolizan
Don Segundo Sombra
de Ricardo Güiraldes -
novela en la que el universo del gaucho deja de
ser un simple espacio narrativo para transformarse
en universo mítico
y
Ei juguete rabioso
de
Roberto Arlt - novela ésta en la que prácticamente
desaparece la Argentina tradicional, la pampa,
espacio literario recurrente hasta entonces, para
dejar lugar al espacio privilegiado por la narrativa
contemporánea, a saber el espacio urbano. Con
la coincidencia temporal de publicación de estas
dos novelas capitales de la narrativa argentina, el
relevo cobra significado tanto más simbólico
cuanto que los personajes que lo asumen
involuntariamente son dos adolescentes, Fabio
Cáceres en la novela de Ricardo Güiraldes, y
Silvio Astier en la de Roberto Arlt, es decir dos
individuos que viven esa etapa tradicionalmente
frágil e inestable, etapa de búsqueda, marcada
por el deseo de liberarse de la tutela familiar y de
afirmar su identidad.
adoptada por los dos autores, es decir el relato de
tipo autobiográfico en el que estos dos personajes
asumen desde las primeras frases de ambas
novelas el papel de narradores autodiegéticos.
Ahora bien, más allá de la dicotomía campo-
ciudad, se advierten elementos de diferenciación
formales, que ahondan esa noción de relevo
simbólico. Tal es el caso del marco histórico real
de ambas novelas, ya que si en una novela como
la de Ricardo Güiraldes no hay indicaciones muy
precisas que permitan situarla históricamente con
exactitud dentro de un contexto histórico - e
incluso se detectan ciertas ocultaciones del
narrador, como la de los ferrocarriles, que parecen
destinadas a crear un marco atemporal que
favorece desde luego la transformación mítica
del espacio es no obstante obvio que esta etapa
de la vida de Fabio Cáceres coincide con los
últimos años del siglo XIX. En cambio Silvio Astier,
cuya fecha de nacimiento editorial es la misma
que la de Fabio Cáceres, es un adolescente que
ha nacido con el siglo XX y cuya adolescencia
transcurre, pues, en los primeros años del siglo;
así lo dejan entrever las referencias a ciertos
episodios históricos reales como las alusiones a
Bonnot y Valet que sitúan los hechos narrados en
los años 1912-1913. De esta manera, queda claro
que Silvio Astier es cronológicamente más joven
que Fabio Cáceres, con lo cual el relevo entre los
dos personajes, amén de las características
propias de la adolescencia, parece justificarse
cronológicamente e incluso lógica y paralelamente
a la evolución misma de la sociedad Argentina.
(1) GúiraJdes, Ricardo; Don Segundo Sombra, Ed. Cátedra, N® 82, p. 285. (Todas las citas provendrán de esta edición. El subrayado es nuestro) Abreviado luego como DSS.
adolescentes, los motivos de su acción son muy
diferentes, porque el entorno que los rodea lo es.
Tal es así que cuando Fabio Cáceres abandona a
los catorce años su espacio de origen, a saber el
pueblo pampeano, para adentrarse en el campo, al
que considera como el único espacio de superación
posible, el principal obstáculo en su búsqueda será
él mismo. La pampa aparece, pues, como un espacio
implacable, que obliga al hombre - y más aún al
adolescente a ser humilde, y por elb a merecerb:
Por su bien, el resero tiene la vida demasiado cerca para poder perderse en cavilaciones de índole acobardadora. La necesidad de luchar continuamente, no le da tiempo para atardarse en derrotas; o sigue, o afloja del todo, cuando ya ni un poco de poder le queda para encarar la vida. Dejarse ablandar por una pasajera amargura, lo exponeatomarelgran trago de todo cimarrón que se acoquina: la muerte. Una medida grande de fe le es necesaria, en cada momento, y tiene que sacarla de adentro, cueste b que le cueste, porque la pampa es un callejón sin salida para el flojo. ( 1 )
De esta manera, en la novela de Güiraldes,
el protagonista no anhela otra cosa que la riqueza
interior, ya que la pampa es esencialmente un
espacio de desposeimiento, siendo esa riqueza
interior lo mejor que puede desear el hombre:
No hay querencia mejor que el lomo de sus caballos para un resero, ni cama más acomodadita que sus jergas y sus pellones. (DSS. p. 123)
Segundo Sombra,
empezando por la de Fabio
Cáceres con su doble función de personaje y
narrador, gira en torno a la ejemplaridad del
concepto al que aspiran y al que debe aspirar
todo hombre que desee superarse para merecer
el nombre de gaucho. De hecho el término
’gaucho" cobra el valor de un modelo; modelo de
conducta, modelo moral, algo así como una
referencia común, prácticamente indiscutida e
indiscutible, que dicta los comportamientos y
aparece como una consagración cuando se lo
alcanza, como lo hace Fabio en los últimos
capítulos de la novela:
- Ya has corrido mundo y te has hecho
hombre, mejor que hombre, gaucho. (DSS. p. 304)
Al gaucho que llevo en mí, sacramente, como la custodia lleva la hostia. (DSS. P. 67)
La escritura-ya que el narrador no esconde
su responsabilidad en la composición del relato,
al que califica de "líneas de alma sencilla"
{DSS.
p.311)- aparece de esta manera en
Don Segundo
Sombra
como el vehículo de demostración de
esta transformcación ejemplar, así como el
instrumento de reivindicación de un modelo sin
duda ideal o quizás idealizado, pero en todo caso
asumido.
lo que se explica por la distancia temporal que
media entre las dos funciones asumidas por Silvio)
no son modelos generados por el espacio mismo en
que se mueve el protagonista, como ello ocurre en
la novela de Güiraides, no son modelos ejemplares
de una filosofía de la vida, ni tampoco modelos
anónimos, sino que representan diferentes formas
de acceso a la celebridad, a la fama - amén de una
filosofía o de un ideal de vida -. De hecho, los cuatro
principales modelos de Silvio son verdaderos
Héroes, donde el cuarto, Rocambole, tan sólo lo es
desde un punto de vista literario, a pesar de lo cual,
ha ejercido una influencia tal, por lo menos a nivel
vocabulario, que el nombre pasó a integrar los
diccionarios. Estos cuatro héroes encarnan
verdaderos valores míticos, siendo la fama el
elemento común entre los cuatro, fama que Silvio
Astier sueña con alcanzar para librarse del miedo,
de la angustia que le produce el anonimato. Tales
son los pensamientos que torturan constantemente
como ello aparece después de que Silvio es
aceptado en la Escuela de Mecánica:
- No me importa no tener traje, ni plata, ni
nada - y casi con vergüenza me confesé Lo que yo quiero es ser admirado de los demás, elogiado de los demás. ¡ Qué me importa ser un perdulario! Eso no me importa... Pero esta vida mediocre ... Ser olvidado cuando muera, esto sí que es horrible. ¡ Ah, si mis inventos dieran resultado! Sin embargo, algún día me moriré, y los trenes seguirán caminando, y la gente irá al teatro como siempre, y yo estaré muerto, bien muerto... muerto para toda la vida.