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Por la patria

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Academic year: 2020

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(1)OR LAPATRIA n.

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(6) una beca para escribir..

(7) I. LA LUZ, LA LUZ, LA LUZ, LA LUZ DEL DIA.

(8)

(9) ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma ma am am am am am am am am am am am am am ame ame m e ame dame dame dame dame dame dame dame madame madame madame dona madona mama mama mama mama mama -llldllld ..-,: -,.-A * , , , ,.l-.,,.., -1 -1 -.,.l 1,. llliillld llliillla llliilllaLllu Cl U a L C l v GI1 Cl uiil bC ld LUlllClll v 61111411 a & . . .. 1.. --. a . .. +Am..+. . r. n-n". w a n aesarora la rumcunaa con su reniao peio rum0 y grmgo mienrras cimbrea su ambivalente figura. Caderas amplias de buena madre y mancha ese centimetro de raiz negra de mami mala, su pel0 grueso y tosco, no como arriba que es rubiecito: ondas y crespos de su infmita bondad. 3e rien. Se rien de su pelo que asoma entre 10s pelos que tiene abajo su machi, por no salir rucia le toca el tinto v amntan sus mechas v el ~ a l o I 1 k i e la maare con su ooca, per0 aespues se pone rnsre corn0 un.

(10) Ciinndn se revnlviernn vn nn mtaha MiPntn Ectaha. a1 acechn.. :Me. LUIIUSIUitU, LUilllllU G I l l p G L t : it U11 U l G l l IGJUS IUS itSGIILUIIIGIILUS q U G. resonaban como 10s ecos. Los sonidos se alargaban unos sobre otros.. unos avances, como si vmera la cancia aesae la cuna nasta voitearlo y el eco se trenz6 con m6s vigor aCn, como una pelea a cuchillo por el sonido del acero. De esa manera me parece poder asegurar que fue frente a frente a ellos que estaban de costado, mezclados. Y es esto, quizis, lo Cnico veridico y aun cuando fue en el momento del advenimiento, hub0 una afumacih, si, si, lo creo y aunque dar. la postura y el ruido me fom el costoso ir y venir. Iba y venia el remezh, per0 10.

(11) No, no era asi. No puedo describirlo, no me acuerdo con exactitud de cada una de las cosas, ni de las posturas, ni de 10s requiebros. Si, si, es mentira: estaba ahi entre 10s ruidos que subian, bajaban, se apagaban si, si.. iQuC hice? iquC dije? ipor qui la mama no puja? La chapucera de 10s menjunjes de toda especie: matico en las patas, yerbabuena en 10s senos, ventosa en la espalda, mostaza en la guata. A fin de cuentas el vino se arregla con agua: no veo el viaje y no puja la ingrata. Fue el malo, el mal, la tifia, la sed, el freno que estoy reseca y si se abre me hielo entera: “abre las piernas pa que me quepa el hueso y nuestros pelos se enreden en la maraiia arisca y tenaz”. Si puja avanza, se alarga el hueso que la golpea al monte duro de tierra afuera desdicha io es dicha? changa la nena, hinchada la lerda, asqueada la chanca. Ay del hueso, la midula, la cdpula, la c6pula que selecciona su mala sangre. Ay del hueso, del monte, del rio, bajo 10s pelos es piedra lo que detiene su entrada. Dame del tinto y del arreglado. Pisame el vino caliente. Madame dame que se me hielan las crenchas negras, dame la ronda que ni las deudas las pagan. Dame porque soy Coa, quiero decir ma ma antes que se me ponga la boca roja, mama del tinto y la borrachera se vuela. Con estos pelos que me le crecen hasta 10s hombros me embano: mamo y la boca se me abre en balde. No hay trago y la matona me pega, me empuja el vientre que se le hincha. Si es que le explota ahi mismito me voy de corte, me voy al fondo de la barriga pa que la vaca no le dC palos a su misma hinchazh. Ma ma ma me vir0 patas pa abajo y pido. 11.

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(13) LUb. vcu Laud VGL. lllab. segu1uu CII lab GulllubluIlGb que 1engu y. 1aa gculab. que se eleven y leviten a mi alrededor. Por eso cuando camino, miro hacia 10s lados y para arriba, por si acaso andan cuidando que nada me vaya a pasar. Nada mds. Nunca. No e s t h . Salvo en unos indicios que me salen. Por ejemplo, en una mesa veo a dna firnitas. nile PP. lea awmpian. n i i ~ hahlan. v n’pn rnn rnmnlirirlarl-. !. I f. gesto de 10s brazos abiertos en cruz. Despu6s me empiezan 10s dolores. Si, lo creo, que asi se gestan 10s dolores, por las ganas de abrazar que se interrumpen antes del doblez. Per0 no da como para hacirselas sola y en eso, bruscamente, me paraliza la presencia de ellos, el ruido si, la bulla de las conversaciones. Estoy de espalda, tranquila, sin pena y oigo un timbre de voz: mi padre, digo, que ha llegado a sorprendenne. Me levanto con mucho cuidado a buscar un espejo y estar mds presentable ante 61, para que no se decepcione ni sufra, per0 a mi vuelta ya ha desaparecido, ha sido cambiado por otro mucho mds tosco y enronquecido. Lo mismo, igual cosa pasa con ella. Me arriesgo. No me recompongo cuando 10s oigo. Me doy vuelta lento y pongo 10s ojos en la mesa que est6 detris y de nuevo estiin cambiados: 61 como si fuera ella y ella convertida en 61, es decir, no son. Me parece que tengo que pensar desde atrds, para ver si es verdad el cuento y me fueno la mente en 10s recuerdos que me pueda traer y. 13.

(14) algunas, llego al plural momento que compartimos 10s tres. No 6ram n c trec. C; ernnie~n9. PniirnarQr nn PP9h-r;-. niineg. xr rle n d a mp. multiple numero se extienae y me pongo a aismmuirio, IO que tampoco es seguro o certero. Por eso caigo y detengo el flujo de las posibilidades, de las voces, 10s perfiles, las amenazantes mesas en las que se instalan. Con todo esto, no alcanzo a enI t € mder si ellos me persiguen a mi' o soy yo la que no les doy paz, pc)b que fmalmente no fue sino, apenas, CI. n:m..-o+n*.n:n1 an l n uiia .;..r.+n iuitca U ICIUIIJLL~II~ILLG L I I ia I. .Inn. .a QLc. -An. IIUJ. annn-+rnrnnn. m.rn:Arrn. G I I U J I I L I L L ~ I I U J wiiiiuuJ.. n. i. n. UUG. con el tiempo y las cost permanentes visiones, pelro Primer0 me caliento biei luego, con las yemas de 10s aeaos mias, repaso el conromo ae ias sillas, las cubiertas de las mesas y con las manos abiertas voy palpando las paredes. Si mi cuerpo descansa en una silla, ahi, las piernas de mi padre me remecen, per0 mi madre, desde el otro lugar nos mira reprobando la confianza y entiendo que es muy mal pensada, muy corrupta y 61 tambih lo sabe y deja de mecerme como para que me retire. Me demoro, hago como que no percibo, burlando 10s ojos de mi ma mam mami, per0 las piernas de 61 se deslizan y yo me resbalo y estoy obligada a levantarme, a salir. Con ella lo hago s610 por cumplir. Me subo en ella, per0 desconforme, porque termino siempre adormecida en su falda, un poco atontada y apenas puedo abrir 10s ojos. Temo que, tomindome desprevenida quizis quC cometa conmigo, porque como madre es capaz de todo, siempre, por el car30 ilimitado que les demuestro. No es verdad. Mis dedos se han vuelto isperos por no poder distinguir una textura Clara, per0 me balance0 en las sillas, pulo las cubiertas de formalita. Limpio las paredes. Estoy segura que son ellos 10s que andan detris mio, me obligan a moverme incesante de un lugar a otro similar. Per0 el deseo es no verlos, no toparlos, no abrir 10s brazos ni que me toquen. Esquivar las miradas. Todavia no. Si. Habria que entrar en explicaciones,. 14. ~.

(15) acanzo a ver sus somwas que se proyecran en la parea; son euos. Sin ninguna duda que han venido tornados del brazo a vigilarme o a llevarme de vuelta. Per0 cuando concentro muy profundamente la vista, desviada a las camales figuras, veo siempre a dos vacilantes borrachos que se apoyan el uno en el otro: son, pienso, son ustedes, un par de veces he hablado y bajo la mirada con verguenza por haberme turbado en sus facciones que son distintas, absurdamente contrarias a las mias. De a poco he empezado a tratar de grabarme cada uno de mis rasgos en profundidad y a descomponeme en todas las caras posibles que pudieran haberme disefiado y en este esfuexzo sC con certeza total cuil cara les pertenece a cada uno, c6mo con el paso del tiempo pudieran alterarse y hacCrseme extraiias al pasarme cerca. Eso es verdad. Muy pr6ximos deben andar para percibirlos con tal nitidez. 0 es el olor que me dejan al estar un momento antes que yo llegue y yo voy siguihdolos con mi olfato desarrollado como 10s animales o 10s ciegos. Basta que entre y sC cu5l es la mesa que me corresponde: olfateo y ocupo la silla de mi madre y le hablo a 61 las cosas que ella le ha dicho. 0 'a la inversa, elijo a mi padre, el sitial que tenia y gesticulo a su modo, miro, pienso, largo de la misma manera. No me atrevo a tomar la tercera silla, ni puedo, sC lo que me diri'an. Una vez me pas6 y no me sali6 la voz, es decir, me sali6, per0 la de ellos: parte de una frase de mi madre y la otra mitad de mi padre. El olor, el olor es muy distinto en uno y otro, per0 si yo misma me huelo, el terror mio es que, ademis, hay otros en mi pie1 que no sC,. --. ^--I-^^. a-. a,. dL-d... -..-A-. IIU C U I I I U I C I I U U UC U U l l U C J U I Y C I I .. I . . _. I . . , .. , , . I * . . a-4%.:-. . ,..*1. ---:L:. iiUllUUC UUUllil U C l l f l l l il G U a l U U S I I J P. Para no seguir, bajo la cabeza, tiendo mi olfato y voy hasta el prbximo dintel que ya han traspasado y mi hombro fue paterno, totalmente masculino cuando sorteC la entrada con mi pie femenino, la planta de mi madre que me guiaba hasta donde ya el abandono. Lo mismo, igual que 10s vasos en donde ella ha puesto su boca en la. 15.

(16) mia y, ocasionalmente, hemos bebido juntas traspasadas de saliva. Jugando descuidadamente con la tierra, sentada en el suelo escarbando, he sentido como una rifaga que me aprisiona la mano. Alin con el brazo sepulto, intento dilucidar q u i h de 10s dos es. Per0 yo sC cuil es su origen y miro hacia la ventana de mi casa y veo sin asombro, sin ira, c6mo la cortina se mueve y diviso el ojo que me observa. Al cruzarnos cae ripidamente el pliegue y todo vuelve a estar en regla. 7--. "----. imposible contenerme, porque mi mano ya esti tocando el cement0 que me frena. *. .. Yero es veraaa que aguien, aguno ae euos na removiao la tierra, se han dado el esfuerzo para mi, porque la tierra es mia, como el n. f. .. . .. .. .. ... 4. frontis de la miserahle ventana en aue ammo.. Jugando de nuevo, juego a zafarme, mientras me miran levantar polvo como una tromba, porque a ellos nunca les ha gustado la mugre y verme entierrada, como sucia que soy, 10s arrastre hasta el desquicio y por linica vez en toda la vida me nombren, me vean, me toquen en el golpe. En fm,me paso la vida, me he pasado el tiempo sorteando 10s obsticulos tan simples y desbocados como el agua, el liquid0 en que me meten la cabeza para limpiarme. Eso me espera: el vCrtigo con la cabeza sumergida para sacarme la tierra, por un rat0 peligrosamente largo, arrastrada, llevada de 10s pelos sin misericordia alguna, por la pena que tenia, por el miedo y la emoci6n que me embargaban. Noche afuera, bar afuera, acordonado todo el barrio con sigilo sobre. 16.

(17) 10s cuerpos y asi mi ojo, una parte de 61 percibi6,los vi0 reptando por la oscuridad del erial, un poco antes que la mano tensada de Juan me retirara, un instante antes que empezara la primera pesca y la violenta espera sobre 10s bultos. No atinC a nada sin0 a nombrarlos. No, a gritarlos, sabiendo que se agravaba el peligro sobre mi, per0 es lo usual, es completamente normal en esos casos, si, lo creo, llamar a la mami, nombrar a su.

(18) Est6 oscuro &era y yo bailando: mientras ma's me muevo, mejor me rio y fuerte. Me tironean las piezas y quiero complacerlos a todos, porque yo bailo de todo, aprendi cuando se me iban solos 10s pies ante la miquina. Estamos celebrando y tomando mucho para ponernos contentos y oigo que me nombran para arriba y para abajo: soy el centro de la fiesta y del manoseo. Mi mami se aparece y se va, per0 se me figura que esti afuera tratando de escuchar lo que decimos. Yo no sC de d6nde sac6 esa costumbre cuando la madrecita de ella era mucho mis consentidora, no como mi mami que siempre anda pensando, buscando cosas. Yo le ordenC a ella que no bailara y tambiCn le avisC a 10s demis que se acababa la fiesta si alguno la sacaba al ruedo. No es por nada, per0 despuCs me comparan con ella suponiendo cosas desagradables; mi mami cuando baila empieza a hablar y a ofrecerse por un trago. No, quiero decir, ofrece trago y la amistad. No es que baile tampoco, es muy tiesa para moverse. Sigue las canciones con 10s labios y de a poco termina cantando a gritos. Yo no la he oido, per0 alguien me lo cont6 una vez riindose. M i r h dola no lo puedo creer, porque cada vez que se abre la puerta veo sus ojos clavados en el vas0 y en mi vientre pegado, frotado con el que me abraza. Si, ella, toma en serio un poco de diversi6n con que salgo favorecida. Continlio con el ritmo, aunque ya tengo el est6mago asqueado por el vino y 10s banales movimientos, per0 es que trato de evadir la oscuridad del afuera que me perturba. Par0 y me despego: mi madre est6 a mi espalda. Sus dedos recorren mi cohmna Sus dedos recorren mi columna y creo que me pide un baile. Si, es completamente seguro que quiere moverse conmigo ahora que las copas la animan. No me atrevo delante de la gente, per0 ella me ha.

(19) escogido y acepto su mano en mi cintura y 10s mios. Casi no puedo apoyarme en su siento verguenza cuando su pierna se mete no hagai eso, le digo, per0 es inctil, no hay cosa que la detenga. Ademis es zurda y por eso la sigo con mucha dificultad, con 10s pies que se me enredan, hecha yo, convertida en una bolsa en sus bra: Se 1 Si, p~dllUUbCUt; gG3lUb G A L l i l l l U S . C l l I ~ l G L t l I l a U l l C G C I plala. A 1111I l l a l l l G cita le suben el punto, la apuntan con 10s dedos, le puntean con ofertas sus partes y ella, con inmensa alegria, con sublime prestancia, echa la cabeza para atris de gusto. Les dice, les grita que no se mueve sin su hija, que por las dos es el precio. Yo esquivo la vista y concedo, cedo mi costo para no arruinar el tacho de la fiesta y que persista la ceremonia. No conocen a mi madre que es la opaca de la turba. Terrnina la canci6n y siguen desfachatando el local, sin dame parte en el asunto, como si yo no. Crece el consumo, el vino corre por las mesas, las palabras, 10s gemidos.

(20) Est6 la noche afuera del bar, per0 por mientras las luces nos iluminan, 10s fluorescentes nos protegen, largando una imagen ardiente a nosotras que nos apoyamos en la baranda, quiero decir, en el borde de la mesa que se bambolea ante las caricias de la hija a su mami y el fondo midn. An1. n ; c n niin m n ~. m. n. m. a1 ~ tr6vt;nn 7 ~. r a no aice mi mami y no le cuento que un n o m m ia aemanao y que la oferta por s u s piemas fue el precio m5s elevado que nunca haya escuchado por el cuero de una mujer. Tampoco le observo la cancelacih del consumo, cuando mi zurda acompaiiante se doblaba, se atracaba a m i con todas sus fuerzas y las ganas de bailar la hacian parecer una eslava bajo la luz que la resplandecia. Estuvimos, nos quedamos calladas. Al mucho rat0 la mirk - iTenis suefio? le dije. - Todavia no. No. Nunca, nunca mis la toco a usted. Oi con asombro esa frase suya, porque despuCs era Juan quien me dijo que mi padre me mandaba estar en la casa y que 61 se iba a quedar a festejar a mi mami. - iY sime demoro? - Anda, yo te la cuido. AI salir a lo oscuro me volteC Y Dor la rendiia de la merta vi a Juan.

(21) Mi madre recomb con 10s dedos mi columna. - LEn qu6 estis Coya? - Nada malo, un poco de baile apenas. Me hunde 10s dedos en la espalda hasta toparse con rnis huesos y desde alli me aprieta y entiendo si, que quiere ejercer conmigo su movimiento danzarin para que hagamos un niimero. Voy, camino hasta la miquina, busco la cancibn que me va a apropiar y meto la moneda: me dirijo a ella que me abre 10s brazos y el abrazo me cubre bsea, disparejamente frontal el choque con su frente y en la ciipula su pel0 rizado y el mio lacio se agarrotan, se entrecruzan en las orejas las palabras y las paredes se me vienen encima. En las vueltas se me da vueltas. Yo paso mis manos alrededor de su itamos hasta que el grito retumba: Sale la voz desde un reservado. No era un grito sin0 un gemido. Si, alguno del reservado yacia clamindome en su final. Despuis Juan me dijo lo de mi padre y sali a la calle comendo y no vi a nadie por el apuro de llegar luego a mi casa. Per0 cuando escuch6 al hombre enronquecido en el llamado, pens6 con rabia, tuve la imagen abierta de la mujer mojada, manchando semen mi propia Ggura hiimeda de baile, que volvia de desprestigio mi yacer ausente del reservado, o tal vez ninguna mujer, sin0 el que se jugueteaba a mi costa, tras la cortina rasgada el s6bdito. Cortesanamente reverencii a mi mami antes de la salida y la dej6 enclavada a Juan por el clamado de mi padre, si, con el mejor de 10s estilos mi madre le suplic6 al hombre que la escoltara. Fue, sin embargo, un episodio oscuro, confuso para mi y 10s nuestros. Todas mis amigas me animaron con las palmas y a cada una roc6 la copa Todas mis queridas secuaces amigas, militantes del vino, 21.

(22) cruzaron conmigo la mis profunda de las miradas de envidia a la trinidad de Dios, yo misma, mi madre y todas en mi, duplicadas hermanas. Esa noche de la tragedia, alguien acab6 en mi nombre y desde entonces respond0 dual y bilingiie si me nombran Coa y Coya.

(23) ius piiiiuquiiilius y ruIiuiiIi ei. imic;iit:. ia uurrac;iieri, ~iit:iit:auasUG. arriba a abajo las tripas. La madre urde junto a Juan su compensa y piensa en el gasto de Coya que deberi hacer por desventura. Si, si, ella imagina a Coya cortando por el erial las pocas yerbas que quedan. Marchita la madre se ve el rastrojo rastreando. No ve ni escucha cuando vomita, mas se maldice por su aspect0 volcanado que se le cae sobre la cara y el vuelco tras el orin. - Estoy vomitando, dice. Y Juan la mira y siente que es un truco para engarzar el momento. Dice la madre: - Me reviento si no me llevas. Manchado el boliche, me cubriri el v6mito del bochorno. - No, le contesta, eres de mala clase y aunque tiflas la mesa te quedaris al lado mio. Ahi viene un violento diilogo entre ellos, aunque la madre se aferra a la mesa. Suda. Impreca otra vez:. -. nosotras de farra o palabra cruzada contigo. Por desleal mi extravi0 se acomod6 en niuse,a. G.slub IIcIIJaIIIGIIcuJ yUUIGIun acogerla al cruzar el espacio del bar: "Me voy a caer al piso y me van a enjuiciar el retumbo,. 23.

(24) -;-+q,. parece el mismo infierno cada paso que iy al parir e1 vino”. fondo la 1rnira fijo y se da cuenta la madre -1 1 - 1 --=lcanza a distmguir ei cuiur uei paiu. -.--.L. Jil IIUIIIUIG 3G 111llQ bull. Se guiiian.. Juan..

(25) Ell l G a l l U a U. quclla. q U G 3G. luGl(u1. GII. aGEulua,. ~. U. G v. w1vlulau. por todas al reservado del bar. - Te queremos acompaliar, dijo Flora. - No, no voy a andar con ustedes, viyanse. Per0 se quedaron paradas al lado mio. ijo una cosa rara: ~1 papi te b e d en la boca. - LEn la bo, en la boa dices? - En la boca te dieo v Juan dice aue tu mami tambiCn.. uua. IVY.

(26) vierno. Lo invierto todo, Berta, y ahora lo unico que siento es un fmisimo agujetazo de amor y piedad..

(27) corri Coa y Coya por la d e , en la oscuridad, porque 10s moles estaban rotos y con algunas de mis pisadas estallaban 10s vidrios bajo mis pies. Me despend, me torci como boa el hambre que trasladaba de un lado para otro. Si, la mareadura pas6 y pas6 al sellado la madre y gentuza otra. Mordi, chupC yerbas que llevaba en trecho, hasta la ingratitud del cuerpo. Vera india las voces que auditivas rondaban en la cuerda el halo. Algo pardo se avecinaba como barro. No era india, no. Nunca nada de brujeria a mi, sin0 que parecia yo misma coincidente al tributo. AcortC y medi el tranco hasta mi pr6xima casa, cuando presenti el mbo, 10s disparos, 10s quejidos lejanos del escindalo. VisualicC como entre un marco la salida de 10s camiones, si, seis camiones en fila para la red, la redada que nos iba a tocar a nosotros: a mis amigas Eso er un seg --r-----. --. entrepierna con las dos manos para tenerme adentro: es mia, es s610 para m i la paria, decia, la parida no me gusta, no quiero partir sola de nuevo. Si, si, eso era todo en la farindula de la fiesta reina. En la sucesi6n de hitos pesquC el hilo de sangre que iba a correr, porque el general donaba a la tropa el brindis y haces de luz iban a iluminar el barrio: vi tambiCn detris el campo abierto el eriazo y a alguien que corria por alli herido, cruzando la mala hierba para llegar a mi casa y por su inestabilidad senti que tambiCn me caia. Me apoyC. En la pared puse la espalda y fui sombra. Bajo la cornisa un trozo de came inm6vil. Coa, Coya crud la calle y mirando tras la ventana iluminada, vi crecer como matico el duelo. 27.

(28) Transformada, cenC la puerta y el desorden se hizo pasado recuerdo cuando rompi todos 10s papeles, las fotos, las cartas, la montonera de cosas ardia en la fogata y miis a114 otra y otra en cada casa, en tndn el harrin. 2;. CF!. cahi'a mie mi nnrlre m i 7 a h a el n t n i n v oiie Inn.

(29) LIV. vu. yubu a u. uiuiu a-u-. LI-IU, U - I I U. uwa. V-Y.. vv. I I L U V I W. VVISIV. --A-. loca la madre el vistago: es el amor mio aue crece. se amanda sublevado, acosado, si en esta tier Si, mi, tanto que lo quise, se luciera en el barrio, el bar Andaba por 61 de rodillas, la farra nos. Don decia por mi, si, mi, don le antepuse al nombre y en don qued6 atracado a mio, a n o olia despuis de toda cosa linda y despiadado. Yo misma no supe, no aprendi nada a atracarme, arrimarme bien ante la noche. M i +-Am. LUUd. -pdld ..,. '1 .. )' Cl. .,. ... -... '1 -,.A, T A: A .., .A" en.. "e.11, A- ...la+, ..-n C l l l d U d . LF; U I UUll V llld3 U U C C3U 3 G l l U U G UIdLd. U l l d. cadena con el reloj me dio, qile la hei gastado en 10s eslavos, no, en 10s eslabones se fue piso a piso 1mi pasi6n. .. *- ut: --' 3- -__ --1--1--1___Esclava suya, corcel de sus piemas, SI, yo, JUKW su CaIJaqyUUTd, 61 jinetera al hombro. No, pistola cruzada en el pecho, mi amante del pecho vendado la bala. Te hei jurado todo o casi todo el pecado de mi. No, yo nunca le, jamis le dije, le dije todo lo que pude sentir, lo que pudo decir la Coya la cort6 conmigo. Lo cortaron tambi6n el labio. M i lo san6 cuando lleg6 sangrante, si, brillante, lindo, perfumado su sangre roja aindiada, porfiado para la gresca su boca roja como una niiia mi amado. Qui cosa quererlo tanto, todavia mis cuando lleg6 temblando en la noche, vendado asi a la que venga y la sangre en su pecho era el coraz6n dibujado en el frente. Que le tuve que s a w todalamancha, yo la Coya dicen, le tuvo que borrar la marca del coraz6n al riflero, al arquero, al hampa, al apa lo trasladi pa que se me diera la oportunidad de decirle, lindo, amado por mi, td, don, que tanto el pecho me penetraste. Sequ6. Limpii el labio crecido, hinchado por mi mano que tenia el trapo. No, fue con algodones, suavecito, beso y beso y mi boca se pus0 roja, toc6, mordi6 la colorada, como dos niiias fuimos. 29.

(30) Mi pecho oscuro, sangrante en m i su Cora C1 la sangre mia, la herida mia mam6. Ainc ni quise prevenirle el corte, el terrible taj boquete de la bala, 10s golpes. Me dai mis la Coya y yo mis de mas, mucho esfuer; coraz6n, mi pequeiio y riesgoso mfisculo rev&, siempre al revis de 10s cristianos conversos. Keventaaa la Doca suya y mi amado no me decia palabra una, noticia l'amante mio, solo, sin disputa o rival que lo tomara y levantara la sangre suya seca, secada en la boca. M i llor6. I la red, e Estuve grito de golpes, a gulpca IC YulLUon el don. LU I I S~ ~ W U U UCI lauu IIIN lo dieron: rejas entre nosotros, ante su labio y el mio, por eso mismo llor6 de pena y la Coya, yo, se acordaba cuando lleg6 a la mesa y sac6 su camisa, su prenda mostrando el pecho y yo deslicC la tira, despejada en vuelta y vuelta la carne abierta y saquC ahi mismo la prenda mia y torso a torso nosotros dos. Granate qued6 la Coya y 61 ni miraba 10s ojos: iqui estai? le dije, iquC estai? y no me la daba, no me queris la vista. Y afin eso, por demis. emuauC sanme en el alPod6n v desDu6s lo exmimi contra. rresaaos, yo naaa piaDra supe que aecn, mas que nmita nomtxe mio, al padre mio que se baj6 hasta mi pecho lang6indome la sangre suya misma. Yo estupor estaba y nada podia, nada grande a 61 que lo emplazara. Parada ante la mesa, sin la prenda de arriba, me traspasaba en rojo y me emborraba la visi6n la ligrima. Ay mio tli, le dije, iquiin fue el malo del corte, del boquete, del puiio? per0 abajo no pude, no entendi sonido que fue. Y mi mano en su pelo, mas despuis cuando la boca le viera, corri hasta el pafio, volvi al algod6n blanco para ser, para estar muy cerca suyo. Mis amado como yo ninguna. Reventada tambiCn de tormento y silencio de su versi6n. El me puso, me limpi6 el pecho con el dinero,. 30.

(31) 61 tambiCn se peg6 10s pliegos sobre la pie1 y ante cada despegada se movia la came porque lo tirC, esparci con rabia la plata sobre la mesa y me fui, me volquC enteta sobre la niel Suva con mi Pur0 Pelleio. sin nada que no fuer Lati de amba a aba estando descascarad no, mamC sangre poi Si, con la lengua mi; Yacia, me iba de asombro de taponearlo con mi pellejo y senti como cardo el cuero que detenia la sangre. L'amor se me iba mucho, I'cuerpo la n s a , la mujer, la vieja de todas las eras que mismo tli me dabas. Ahi le dije: Don, que nada ni la herida de 10s malos pasos se lo quiten, si, el don no se lo anebaten a usted, el suefio humano de la vanagloria suya, su noche y mi pecho infundo la madremia, tampoco nunca como usted y yo Coya, Coa, Boa, boca suya, tuya siendo. No dijo ay, cuando saquC la prenda mia, a tirones la blusa mia, tb, le dije, tli mio antes del tiempo en que te reprendan, te den en prenda, te prendan. Si, Coya yo, de ti siendo, siento mucho, mucho me pasa con usted asi. Mi boca se ponia en la de 61 y lo hinchado me enfebrecia y su pecho se peg6 primero, al pez6n mio primero hasta la punta en sangre. DespuCs, un ratito apenas sac6 vino y el impulso me dio bebiendo juntos la copa. Me tap6, tipese, me dijo, y yo de timidez llena, lama de todo lo de antes vine rara. Rara, mareada, mal impresionado qued6. Si, se va a llevar una imagen fea, como si siempre estuviera con, sin la prenda mia, usted va a pensar per0 ahora, con justa me va a golpear y no podia detener mi lengua. No paraba perd6n por mi, bajaba la cabeza: tanto que a usted le gusta la plata, el dinero a ti que te transporta iquC no ve ahora? p o te dai cuenta del pecho tuyo aportillado? iquC te hai tanta falta? DespuCs Coya lloraba y corria sobre las tablas buscando un tapbn, algo duro para taparlo. Mis vino le daba para el dolor, mis tomaba yo misma para no tentarme y dejarlo irse en sangre y asi acuoso y rerradnc. In9. n i n c rleianne c a r a r tndn tnrlitn In nile tenia niimtn. 11.

(32) Irme, llevarlo en mi a mi amado que tanto amaba esa noche en 1 noche aindiada me puse y volvi, restafii la sangre y lengua todz lami lama el pellejo. Los brazos mios apenas cruzaban, torcian 1 espalda. No dijo ay, cuando la boca sorbia, cuando la lengua lami la raya. T - -..Lfll1L-1-1 ---..- -.--,.IL d G U G I l l l l i i , ld UiLlii, el P U I l O CIlGlIIlii, Y O LCIlCl q U G V e l GSU, L G l l d que tocarlo y se iba si, al ver yo su cara supe la Coya que se me &a. Tanto bandido que hay en el bar, ni haiga paz para mi ahora, que yo tan desesperada y tensa que te quiero, me muero de ti por pena del cuero, de la salud suya, yo la Coya entera la noche en vela, solos 10s dos y mio, aunque herido y reventado ceAudo tambiCn lo quise: pagar la cuenta suya puedo yo, esconderlo hasta el olvido a ustC, llevarlo lejos hasta donde nadie milico sepa de suyo. Per0 usted mira mujer, cualquier forma la sigue, desde n 5 a igual he visto cargado t u s ojos y ahora tambiCn en la belleza suya me pierdo y aunque herido, mal presentado ante mis ojos parece idCntico al paso de siempre. Fue usted el que Coya me dijo, y ahora que parece tan niilita mia, muiieca mia el juego. Jugando a las cartas trampe6 plata seguro, por eso pasamos pobres, per0 nada rnis que usted en la pieza mia, no la madremia en la pieza, no sus partes. Nada de ella ahora. Nunca. LCierto? Le di esa noche yerba para 10s males, co, agiiita de boldo, palqui puse en el ardor, todas las plantas que sabia GII SUJ p U l l L d U d S . UlGI1 ~ U G se portaba que no decia frito cuando moli matico en el pecho, rezindole al santito yo me pas6 la noche con el pecho a la vista para ver el torso de ti dafiado. Si, si, yo rnis no podia, nunca rnis he llorado tanto. Asi tambidn estaba la cara mojada cuando pedi a ti, una vez, un poquito la mano en mi pecho, por una vez y sin pecado, un tantito no mis la boca en el pecho, una fugaz como si no fuera cierto, como si nunca papi mio fuera, como si no de ti hubiera dado 10s ojos afuera la luz. Papi mio, le dije, don es usted que enfermo aparece, olvide a la Coya, olvide todas las cosas que la muerte quizis lo alcanza, y yo antes que le doy vida, como t6 ahora amante mio, mufieca mia, niiiita. A----. 32. A,.-,..

(33) Lleg6, vino herido por el hampa y 10s guardias lo buscan, si, la noche es que lo trajo y yo tanto tiempo y pisadas escuchando, oyendo abrir mi puerta. Antes, mucho antes sofiaba este juego: que tb entrabas y a la fuerza, dime, dame, dame, de las mechas me doblabas.. 33.

(34)

(35) Muy nublado hablo: - Mami, todo este universo esti lleno de salteadores, por eso tengo que cuidarla, ponerle casa y tapiarla. Me asustC: - Y o no soy su mami, soy la Coya. Pas6 un buen rat0 y me pregunt6: - ;Cuintos aiios tengo? triste, que icuenta ya. Le echC un abrigo encima. - Seiiora, dijo despuCs, hoy no trabajo porque me voy al extranjero. Ya no tengo nada que hacer en este pais. En ese momento oi pasos, hi a buscar el arma de mi papi, per0 senti la voz de Juan como si tuviera la boca pegada a la puerta. 1 - Es mentira. esti acostado. desde aaui lo puedes ver.. Volvi a sentarme en la silla y de inmediato me habl6: - Mami, usted se esti poniendo vieja.. 37.

(36) Entonces empezaron 1 n nar6. levant6 m i. P.

(37) Y se le apareci6 en la ojera la madre, que como madre de madres venia a buscar sus restos. Tras la carroAa lleg6 preparada de duelo al luto. Lujo traia lana para su expansi6n materna. Cuervo el ala y fdete agudo rasante pet0 sobre el cuerpo. Mater se impone y pone la mano para lucir el oro, su aro dorado toca la came que se deshace y monta sobre su ojo la lign jQu6 codicia esta madre? Su lugar enlutado que la deja libre de su liga materna: se va para atris y ve sangre, la gota fdtra desde abajo y es niila-infantil largando sobre el suelo su placer menorreico. Entre el negro sonrie y llora en forma simulthea. Densando aue en ese estado se hace imDosible.. ivLa-iiia i i i a i i a ruya. ~ I L G J~. U. G iiaua.. L. a a. GJU. iiacIi.. iiatxa iiiauic.. N madre y pasari a ser contigo X en cuanto muerto, por eso me quejo de tu precocidad ail.No anciano. Resiste, di no a la muerte, deja la cama Yo al lado tuyo en esa cama me mamas jme oiste? mama. La madre 1 saca su mama colgante y el pez6n pone al puntudo hocico que se le cierra la gota. Esti estriada y vacia, el pez6n neutro. Se tapa, se cubre el ala entera, cuervo cede y atris se pone, en la otra fda. Antes de hacerlo l'unta la ligrima en el lagrimal:. 39.

(38) - Ay, dice, que es-. tampa mia perfecta. La madre 2 baja su ala, su serpentina decae y socarronamira a 10slados, mientras su discurso ora: - Mamastra mia tuvo su origen en su mam6 La zarca muerta al rev& I'asesinato. T6 no te mueves, no te mueres hoy dia porque es nefasto. Mal fecha esta para 10s duelos. La madre 2 echa saliva en su palma y se la pone al hijo en la cuenca .. -. j. 1. -. I Y U e S 11110, IIU 1~:L;UIIULC;U &lSLU,. IIU PCJILSXJ UII U C X J ell el I I I U ~ I L C J .. - Y o suelto (dijo la 3). - Y n tnmhihn tcnen fln 41. Tenm iina ciisa Iriiariiaiia.. -. nmnaracia nara. Y O tengo mejor (la 3 ) orra armira: una camre 5u granaora y plateada y que se yerga de una vez y apunte la balacera. Est6 cargadita de balas para ti que tan bien sabes manejarlas: ya pues, pesque el armita y 19 ~ 9 1 1 001 r h b n 9. Las cuervas les hacer caZ6n. Madre 4 va a la camd, ~ I I CI d 10s dedos alrededor del gatillo:. LL C I I U G. AUJ. UCUUJ UCI. IIIJU, AC UUUld. - Es muy ficil. dice, de la cama a su. el hijo es fama. La 3 le sac6 el arma de entre 10s dedos y volc6 sobre la camala 38:. 40.

(39) - Esta si que esti buena y con carga extra la cuido. Y o madre-madre soy y lo autorizo a la calle: busque, elija el punto del proyectil y se tira al piso a todo eslavo, piense, en tanto, que su mami lo avala, le pasa bala.. Una cuerva terrosa se interpuso. Era la madre 5: - Yo no quiero que muera en paz, por eso le traigo una lista de pecaditos: 1. Mir6 la espalda de su mami, la parte ba 2. Oje6 el pantal6n de su padre, 1- n - ~ m - l l n - 3. Ech6 el ojo a la cerradura, do -<..nsando en su mam lensando en su pal Mi, pecaditos le tengo bien guardados y lleg6 la A. 0. _..._. - - - __ - - - - - - - - - -- - - - - - -, - - , -una madre le voy a ordenar la sien y el destrozo. - Es verdad, es verdad seguro, indic6 la madre 6 que era alta y ; I. .~.. mnta blanca. - Luanao emre la boca para darle un besito me torci6 la cara. No hay perd6n. Si lo lave se ensuci6. Me acus6 tambiCn de una cosa que tenia con otro, con un lindo y jovencito vecino. Malo, malo. itonces muriera. -. a m a blanca debe concluir sus faltas, se diera tantas clavadas: seis o siete por lo menos. IU. SUY. W I I I ~ C I ~ Zuc UIIGIU,. GUGIIKI~. y. GUII 1111. 41.

(40)

(41) ---. ---- ,. --"=-- -- .----- 1-- --el barrio que lo cercaban, custodiaban que nadie saliera indemne de la redada. Estibamos presos por miquinas en movimiento. En ese tiempo forzaron la puerta a culatazos, y sin que mediara vacila--..-a-. rA-- r..-. ^-----. D--"D--,. Despu6s me arrastraron al afuera, donde el principio de la amanecida no escondia la suma de bultos atracados a las paredes, suplicando, doblindose ante las armas. Asi, de la misma manera, me tumbaron cabeza gacha, mientras mi mano sostenia el reloj que logr6 reneter casi sin conciencia. Los niiios llamaban a su mami y la bulla se hizo grande. Yo tambih insultaba mucho, con lo bajo que conocia para provocar mi propia herida. Eso me vali6 que me dieran duro en el suelo, per0 no pudieron callarme la boca, ni hacerrne olvidar malas palabras. En 10s sucesivos reagrupamientos pas6 de izquierda a derecha, de mujeres a hombres y a mujeres otra vez. Ahi fue que me encontrd n - - _ .__ _ 1.____ .-*-I - .I. -. . .__ .-?. I-. _ _ .. -...I-. - .I. -. i.

(42) erial, mientras el piquete nos apuntaba con las armas y el registro en el barrio continuaba casa por casa, buscando. - Nos van a robar todo, dijo una mujer a quien yo no conocia, p i nnp. van a r l p i a t lac r m a q nelarlac. - Contesta todo lo que te pregunten y tranquila, me dijo.. Le hice cas0 y pas6 la rueda. - iC6mo te llamai?, pregunt6. - Co, Coa, le dije. - No te entiendo, habla claro o te vai al otro lado. - Me llamo Coya seiior, le contest& n* Seria muni, resuiraria una raseaaa no asegurar que ~ u a nme sac0 de alli y junto conmigo partieron mis amigas, dejando atris la fila de trasnochados seres que empalidecian contra la luz. Pues bien, pen&, mientras caminaba a duras penas: se muri6 mi - - a ~ - i. .. ir. P. i. 3. 3. T. Pas6 el dia y la noche siguiente durmiendo a saltos, por el poco espacio, por 10s dolores y 10s recuerdos. TambiCn ahi escuch6 el. ias conversaciones: se organizaba la partida hacia otro barrio y las calles, 10s nombres que nombraban, no significaban ya para mi. ivie uejaruri suia en ra p i e ~ a ,peru se~iriaa ouo iaao. 44.

(43) Atosigada de voces, vi por el umbral la 1 Juan entr6 como 10s hgeles: azul, aurec - Ahora lo si, me dijo, fue una redadL -___._ =-, --- ,-. 1VlG L C I I U I U 1Q llldllU. y. GI1 b U l l l U l l C L d V 1 1111 l C l U J. y. -- --.. GI1 bUb UJUb C1 Cll&lllU. que me iba a despojar. Tendi6 la mano al aire. como hacihdome un eesto encima Dara quitarme el malestar. ( na y mirando hacia afut - Tu mami se h e con un esiavo y ru papa p m i o uerras. m o r a nos va a tocar a nosotros traba Avanzb hasta la cama y se sent6. - Fue muy malo lo que hiciste Coya, muy feo golpearte contra las paredes. No es posible, no es fie1 expresar lo que senti al oirlo, tan s610 el gesto j j. - No es mucha cosa, una rabieta tuva. Per0 inventa lo Que auieras. para m i esti bien. Todo bic. Y despuCs de eso se tendi6 a~ lado mio y me aiio que le nablara lo. Y como empujada por un impulso, mi mano tom6 su cara y su cara desapareci6 entre mis ligrimas y volvi6 nitida, cuando de costado lo mire fijo y 61 baj6 la vista. - Sicame la venda, le (lije. No, no me la saques, le pedi. SaquCame de mis haberes porqu e yo me voy y no vuelvo. Reparte entre mis +.-#. " .' -,.-#."-,... .-.-l,..*,." +,A".. .. amigas para que aparcllLCl1 31. uu uuc U ~ C L L ~C XI Q V Q ~ L U U ~ J v arrasen entre las comFiarsas. De sentirlo cerca el calor me profundiz6 y la pena revent6 como pus. .,._A. -I. I. "..A. I. I. -. 4. 45.

(44) Yo como viejo, largaba pus a la pieza y la intectaba de larvas que invernadoras se hundian por las paredes. Habitada de ancianos secos me torcia. Juan me remeci6: - SBcate las manos, deja las vendas tranquilas. - Es alguien de mi, le dije, es lo peor que tengo. Andrbgina, albina, me senti despielada y lisa entre las piernas. No.

(45)

(46) La mama no pudo retacarse cuando vi0 a zarquito yarcar por el barrio. El la olfate6 en el bar y en todas las partes en que se desenvolvia, alli estaba el zarco sonriendo, hundiendo la mano en el bolsillo, pagando y sacando fotografias a diestra y siniestra. Entreg6 la muestra en un dbum y ella se encontr6 demasiado gestera. - V h o n o s , dijo el zarco. - iY por quC me iba a ir contigo? - Este sitio no te sine, estis arriba del nivel. - i Y mi familia?, dijo ella. - No seria la primera vez, ni la iiltima. Sum6 mucho para convencerla. Ella como que se iba y no. Se fue porque 10s consejos se pusieron sobre las otras fc - No te lleves nada, yo te compro todo nuevo. Asi se alej6 dando un austero aviso y prometiendo noticias. - No, dijo Juan. Ocum6 de esta manera, mota: La madre que era bailarina y experta, se vi0 seducida por el zarco quien no le dio tregua hasta convencerla y apabullar a toda la familia al decide que ella era mis. Cedi6 ficil y parti6 sin problematizar el destino que estaba tomando. Dej6 la carta sobre la mesa y parc6. - Oye Coya, no es la primera vez que tu mami lo hace. Segfin la Berta el zarco le prometi6 viaje y cuando se aburra, vuelve. - Anota aue no vuelve. diio Coya. - Yo. anoto lo que quiera 1? Csta regresa, capaz aue va se est6 devolviendo. - Oye Juan, a m i tambiCn me gustan 10s esl: la piel. No, no me gustan, son resbalosos y cargados, ademis mi mami no se fue con el zarco. 48.

(47) - Para ahi, que a tu mami yo la conozco y la voluntad es lo que le sobra, la buena voluntad. - Mi mami cay6 en la redada. - Tu mami sali6 antes de la redada. Iba con tacones cimbrehdose, iba humillada por el zarquito que la mir6 de arriba abajo en el espacio limite del barrio. Estaban al borde de la verca y no valieron fotografias otras, ni tratos para tomar su verosimilitud. Similares y distantes: porte, rasgos, pelos diferenciados de madre no zarca, ni eslava, ni fotoghica. Por acaso, no calzaron las manos, no se tocaban 10s arreglines de ella, 10s desmanes de 61, ni modales. Exacto. El modo bastaba, porque ella m6s que bailarina era acr6bata y toleraba bien, con mucha astucia, el extraordinario gesto de fastar la tierra, sin trocar la cabeza atri. - Reconoce, dijo Juan. - No, no reconozco nada, b o - No seas desobediente Coya, - Mi mami hace dias que hizcl u11 u a u u m G 1 G 3 1 a V u . Y agreg6: - Antes de hacer trato con 61, trat6 c(.

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(50) El padre herido por la pena func6 en c6lera ante la reiterada forma de la madre de evadir su afecto. Se afeit6, se pus0 sus mejores prendas y escondi6 la fisura en zigzag que le producia el costurbn. Una envidia tambih al zarco, per0 eso lo hundi6 entre las costras para que apareciera la rabia y machaca. Se le hicieron hum0 las otras mujeres que con amplitud habia codiciado y la mis gastada y usual, es deck, la suya, apern6 nitida en el cerebro. Se burlaba de 61, lo impotenciaba a su intencibn, a la par que el barrio se reia, estremecidas las casas. Escribi6 la nota iracunda y errada. Sac6 m a del mueble, dio una mirada al desorden y desoy6 la orden de esperar, sentarse en la oscuridad y aguantar cada uno de 10s pensamientos corporales que lo remecian. - Es notable, dijo Juan, eres tan Clara para expresarte. Afirmate si de estas noticias. El padre propici6 las citas, contando la plata que esquilmaba al zarco, per0 la madre se pas6 de largo y larg6 al padre. - Basta de todo esto. Estaba yo hecha una bomba por la rabia y llegu6 como una Coa a la casa dispuesta a destrozarme para no irme tambi6n detris y pasar errante 10s siguientes dias. AI fin y al cabo, puedo pensar lo que quiero. Llama a mis amigas porque me empiezas a sobrar. - No quiero irme, dijo 61. - Si te quedas tendris que explicar algo. - ;Out5 cosa?.

(51) --------. ---a-. YV"--r..VI.."--r.. Y"I..U. Y. UVVUU. 1u. *1-..-1. J. Y"I.IV. "1. CVbLY,. quiere irse del pais, al extranjero, cruzar la frontera y salvarse en una patria mis iluminada. Irse sola, sin hombre ni mujer. Oirse nombrar. - Berta, jno te da rabia que Juan y Coya se encienen en la otra pieza?. Per0 el gusto de Berta es que Coya no. Nunca se le pasa por la mente, le miente y ni las granadas, ni artificio van a cambiarla. Es Coya la que busca el dermmbe, como una oruga es por lo bajo. Mis atris de la superficie su trompa arica y 61 es sarna que rasca, que viaja y viene trayendo datos, mientras afuera la ficha se llena fotogr6ficamente iniitil. Berta ha sido, como todos, fichada: parroquianos, taberneros y gente pasada a vino se agrupan acumulando un indestructible catilogo..

(52) - Anota que Juan es un sopl6n. Apenas termin6 de decirlo me di vuelta y me tap6 la ____ _ _ _ _sibana. No habia respuesta. No esperaba. Per0 una sombra se extendi6 sobre la pared y la divid en el entramado del g6nero; quizis me asalten las mismas ponendas, pend, y el aire me atraviese la espalda, cuando la sombra se abri6 como crisilida y colores explotaron y v6rtigo acaso. Emborrachada de luces me entramp6 en la red: audiblemente sola me extendia buscando, nombrando seres pioximos y pr6fugos. L6gico era que me profitaran y escudaran hasta el muro. Lo que se desencaden6 era la saiia y la compulsi6n. Convulsa, desarraigada, me veia errante por la pieza, clamando simultineo lo soez y la quejumbre: era una contralto que rompia su propio contrato de mantencih y era, a la par, una mujer que sorpresivamente envejecia. Como una sombra abierta y proyectada contra la pared, me inutilizaba. Construi desaforadamente un recuerdo: Tenia reloj en la muiieca: aros, Daratijas me envoivian, tapiada por un fulano que me 10s obsequi6 por nada. Por nada no, por cariiIo y respeto a mi qo servia, no alcanzaba m5s all6. 1a memoria mia y form6 otra cosa:. Pagu6 de contado, de co!s tado las deudas. Papeles que encerraban peligro para ellos. Junt6 plata y como premio me compr6 una joya genuinamente roja y loca con ella me exhibia y crecia la envidia de las otras mujeres. Doni. Pas6 el anillo al dedo meAiaue de mi padre en compromiso..

(53) Apenas un par ae veces, asusraaos, a oscuras, con el corazon alzaao y el riesgo que cundia al dia siguiente y a1 otro, hasta que la mercancia se iba con el trompa y la tropa febrilmente se dispersaba buscando. La madre. la sefiora mia. torcia la boca en mueca. mordiendo con. Aunque un poco si. NOS mcmos ae pequenos oqeros y iujos nacarados: 10s aparatos tiraban incesantes la mdsica. La habitaci6n era un gran reservado. Ahi guardibamos la reserva, el silencio de nuestra buena racha, mientras mi padre levantaba el vas0 y el vino lo ponia alegre y mencionaba nombres. fechas. con burla total la fiesta. Llegaban ocasionalmente las Revisando bien por bien, la mi! - Tanta cosa que hay aqui. Nlulu ii-uuoica ull algo oscuro, de luto mejor. Mi padre metia la mano en el bolsillo y le daba para la tela, para la otra zapatos y un poco mbs. Siempre timido ante ellas. Se elevaba de ira a la salida, porque de recibir un cariiio, un toque sutil, habria desaparecido hasta el liltimo apero que teniamos. Las parientas eran implacables, no, impecables en su conducta para lllcyllu. .. .. *. *. . . .. TWJCIUU,.

(54) Temian que en m i se dejara caer el desprestigio que las enlodara. Yo les daba, por eso, garantias y que recuerde. en ninmin otro momento he sido tan aplacada como ante - Un poco de vino para la caminata, decia la mas baja. El les servia y asi se demoraba la partida, cuando todos en la reuni6 n terminibamos con la boca negra y escasos de palabras. -* _ _ _ _ _ _ mian, por uirmo, a la caue, a la oscunaaa y 10s racones, el raconeo, se quedaba metido como garfio en mi cabeza y 10s seiiores mios se sobaban las sienes. DespuCs de la despedida, mi padre se acurrucaba como un niiio en la cama y mi madre se tendia como muiieca, per0 sin mirarse, sin tocarse tampoco y lo poco que me quedaba era tirar el pestillo de la puerta y salir a rutilar al bar la la huida. Las parientas tenian tino, miedo de andar por el barrio y el frio las consagraba. Esporidicas, convenian mediante mensajeros la informaci6n y el desgaste. TambiCn yo atendia a otros mensajeros: Juan, Flora, Berta, la Rucia. Administradores y encargos sustitutos - Tu papi me debe y i a c a , uiia - C6brale pues, le contest& - Te voy a comprar una cosa cuando me pague. Y se me pus0 al frente para tocarme: acerc6 la cara. Y la mano, el cuerpo mio evadi6, torci6 bruscamente su recorrido y fCrrea peguC mi boca en su oreja para hacer la recurrente pregunta, afirmaci6n mis bien. - Algo con colores vivos quiero que me pongas encima y s610 asi me vistas de pies a cabeza, per0 en secreto. - LA nadie le vas a mostrar las cosas? pagas y ninguno tiene derecho a disfrutarlas, le contest& n. 1 ,. ,l... 1. 11. 1. l l l v UlJU. .. 1. 3. 1. 1. L. ..,&. Estaba por eso pendiente de la paga que yo misma efectuaba cuando mi padre distribuia para ellos. Berta, Flora, la Rucia contaban p 56.

(55) Cova. me falta el saldo. aleg6 Berta. Y asi todos pasaban y repasaban las Inanos en 10s billetes, midiendo, restaiiando el trabajo del bar, la cu(Ita que les correspondia por el esruerzo que aespiegaban ill mantener 01 ~ o ~ ~ p r = n Eran ellos la hebra que hacia el juego 1legitimo, sin trampas. Entre todos, era Berta la mis cargada de ojos agudos y ojeras. En verdad era la mis soterrada en materia de gastos, dilapidaba dinero en juerga y en donde Juan entraba ya estaba, de antemano, pagado por ella Los mensajeros y serviles se alimentaban con la paga que yo circulaba de -. . . .. F. -. Y o io mlraDa no mas.. Io. no aecia naaa, porque tenia razon, cuanao. c. 1 Volviendo tan p u d o cada vez, que supe con certeza que el proyectil tenia una salida h i c a y letal. Las noticias coincidian con las caidas, las baias, " . 10s pretextos de 10s que se vali(anpara entrar al bamo la pesquisa. Pas6 con mniedo esa primera vez las listas: 1," l:"L.." , , 1," a:-.%,,:--.." 1,. a::. . :,*,,, '^^^. - Dile a Juan que las verifique, me mand6. - Es mejc olvide 1. habl6 U G S ~ ~ L I U , b d U l G l l U U VUG LUUU L U l l I d d Id I l l d S dlld V G I U L l U d U por su mente y que ya urdia la manera procaz de su respuesta. Ante eso no esper6 nada y me enrabi6 con mi madre que sumida en el bullicio del bar ofertaba sin disimulo su clase. El susto me consumia y veia penas por todas partes. Andaba como una sombra detris de mi padre, contando, midiendo el tiempo de su llegada y a l retornar volvia el pinico de estadia y con todo eso ya no podia quedarme en paz. Se amontonaban 10s naipes en el local, 10s. 57.

(56) dados daban fuerte la apuesta y entre las b a a s vi al primer sefiuelo que aparecia. Cambiamos miradas, Flora f i e quien marc6 la alarma: - Nadie lo conoce, dijo. Y nadie lo conocia en verdad. - Aqui no pasa nada, dijo mi papi. Per0 no era apostador ni nada. Pur0 mirar y entre tanta sonrisa y seRa, mi madre habl6 por primera vez de 10s zarcos y sus preferencias. Porque era un zarco el que se ubicaba en la mesa. Los parroquianos lo esquivaban desconfiando: - Este eslavo nos trae mala suerte, dijo Flora. Per0 nadie, ninguno de nosotros se atrevia a sacarlo, hacer presentt:. apenas. De la misma manera, 10s otros dos se presentaron aislados, sin p o r t a ninguna alegria, ni juerga, mis que el especticulo de su dudosa calafia; Flora se arregl6 para darles sin disimulo, sonrisas. Juan me vigilaba: - Es mejor que no vengas mis para aci, me dijo. - Es imposible, le contest& las cosas no funcionarian. - Entonces, deja de mirar y andar diciendo cosas de sobra. Le hice cas0 y 10s zarcos pasaron al mum y en el barro se me tensaron como columnas de madera roida. Per0 la madre mia tenia la cara distinta. Sutilmente elaboraba cada gesto de acercamiento. Ella sin trancas ni disimulos estaba cortando por el que tenia un traje vistoso y la vista merca. Lo arrastraba, lo llevaba fundido en su delirante pupila izquierda y oscura a tope.. 58.

(57) Una de las partes de la sombra me raj6 de espanto. Ya nada de eso perduraba, m6s que la pieza oscurecida y en ella mi cuerpo engrosado por 10s males: el color azul que yo veia, era mi propio cuero irregular y tosco que me engarfiaba. Me destapC. SaquC la cabeza para afuera y vi la rabia de Juan que se acercaba, se ,. -. YSLU. ayui. QL~WCCIUW. y w i c u yuiiw y. LbLia.. una y otra vez hasta que lo olvides. Abri6 la puerta y llam6 a la compailia. - Coya les va a decir, va a enmendar su Ya estaba cansada. No me importaba I. vbiv quibiu. iiuiruiia. qucl LV. uILGUluaU.. LbviLaa. vVL. GJu.

(58) I l U l Q ylGllDQ. Q I I I G I I U U U GI1. D U IIIQUIG.. IQl11UlGll yUlGlG U J b , Y b A U. 14. provincia y hacerse cargo de la tierra, cuidar Brboles, criar sus animales y olvidarse del barullo Flora est& como el tota recortada contra 10s cerros naaie poaria aarie iilcance aunque la buscaran. Que quiere irse, que quiere irse, que quiere irse, les ha dicho a una .sa, Coya. a 1111 b a d , Berta. - Rucia, vimonos de aqui, al pedazo dl Porque teme que Juan el sobrevivientt, I ~ UJ G V G IIQDCQ IQ C l d C Q J L l U l G por la pasi6n indtil de Coya. Por eso mismo sabe que Juan va a atacar y que, arrastrBndolas, las va a consumir y mira a Berta que empalidece y se tuerce en el espasmo de 10s celos. IUG. V U G I V U. de la venganza de Coya, que como reptadora cuenta, aprisiona el tiempo en que va a actuar y ahi si que el pais se va a quedar vacio y yerto. Flora Cree que s610 el barrio es el pais y que el resto del territorio son 10s Brboles, las hojas, el estero plricido que las va a ba?iar limpiindoles la pus. La Rucia est6 lista Dara entrar.. 60.

(59) -. D C I L ~ , i i a ~ i i t ~ i i tut: :. uira. VCL. y repite uaua suwsu. eii. iuiiiia iiicsu-. rada y lenta. Te lo pido como una Coa, te lo suplica Coya en re alidad. La otra no sabe de qui manera enfrentar la cuenta, hasta que por fin emite un par de sonidos: - Tu papi anduvo con mala suerte. Eso fue. Y cuando lo diio. sac6 a Juan de la pieza con i6bilo de iniciar la e. Juan se pasea mirando fijamente la puerta, recobrando poco a poco el color v siihitamente larga una carcaiada v al mismo tiemDo irmmDe. cierro! como gozarias si supieras que ia iieiia IU LICIIC UICII ~ J I C I I sado y podrido el cuero por 10s bichos. Per0 aprende, 6brete las orejas, fue la ida de ella, el zarco la quiso y a ti no, ni tu papi. Nunca vas a ser ni infma comparada. - Que te revienten 10s guardias por mentiroso, contest6 a gritos Coya. La Rucia la aplast6 contra la cama y le tap6 la boca: - Yo misma te voy a matar si sigues con este griterio. iQud no te das cuenta que todavia e s t h rondando 10s camiones? Ya Juan te lo dijo, se fueron y no hay mis. Juan que contin6a parado en el umbral: - Ven t6, le dice, vamos a arreglar un par de asuntos y ustedes salgan, pidrdanse en la calle por un rato. - Viiyanse, insiste.. 61.

(60) DespuCs de la salida tranca la puerta. Coya se ha levantado con dificultad y esti envuelta en la sibana Se acerca y se acurmca como un pijaro encima. El la toma del pel0 y sus labios se juntan, se frotan, se lamen con la saliva y las manos corren sacando, echando fuera 10s. "w-.. "UUU. J. X U. C I V l l Y I. U V V I I. IU. "rul.9. II.IYIICIUY. 1". UllllllU. I V Y. V l L Y V Y. abiertos en cruz. Se deja caer lento y toca la frente, las cejas, y le cierra 10s ojos a lengiietazos. - H a l o de una vez por todas. No te des tantas vueltas. /1--.-. -:ll-A-. *-. >I--. dad es que no te pasa nada. Parece ortarte. Pone su Doca some la ae eua para silenciarla, per0 sigue murmurando y revolcindose en movimientos continuos, mientras 61 intenta seguila, atraparla, sacarle esa carga de encima.

(61) - rorque no uenes naaa que poner. mirare, le aice, que no nay ~iaua. La aa vueiras. rroca aPajo su cara se enuerra conrra la m o n a a a y 61 se le pone encima y le habla, le explica despacito c6mo funcionan las cosas, c6mo deben recibir cariiio las coas. - Mi mufieca, le dice, mi triunfo que te toco y de a poco vas a sentir c6mo nos morimos cansados y olvida por quC se fue y no vuelve a este bamo y me dej6 a ti como regalo y tu misma madre se dio el tiempo para explicarme lo que te gustaba, la extraiia manera atado que te enseiiaron las contorsiones. Coya que se zafa y se rie y lo indica con el dedo. - No puedes. Con consejos tampoco vas a poder. Se me olvidaron las cosas que aprendi y lo W r n o es bastarme sola, bastarda sola sin bardo. No digai mis, que yo estaba mirando 10s ojos de la masacre y la pura pena me tiene contigo para sacarme el ansia de abajo, por bajo que sea, a1 lado tuyo que de tan tosco me sufro. - Coya ime queris?. Ella lo mira y sabe que esti listo para recomemar en otra postura, en otro intento y que se le va a ir encima por la fuerza, porque ya se estaba hinchando, tragando aire para actuar. Prolonga el tiempo. - iQuC me dijiste? - Si es que me queris. Dime, dime si, que un poco te pasa. - Si, le contesta. No, no puedo contigo que lo aneglaste todo para.

(62) La mano de 61 le toma un pecho y empieza a apretar con todas sus fuerzas y con la otra, la curva del pelo y sus piernas ceden, se abren, se ofertan con la humedad, con el dolor que siente por la rodilla que se le mete entre las piernas abriendo el hueco, dejando espacio, yendo despacio hacia el f Juan no deja de apretar ella tambiCn nime, iadea. le Rrita al tin, el tin se apresta al Mo de la. J. -. ___. _.. .. -. -. I. I. -. r-r-7. que cualquiera de ellos te montan. Cree, inventa otra vez el cuento que come sahgre, que estoy en sang Coya a f m a : - Si, si, sigue, dime que te mueres, no, que te mueves y p6nmelo encima si, arrastra hasta afuera el peso muerto, el atado infmito de dinero que le birlaste a mi papi. Me duele, me quieres, me temes un.

(63) La Rucia siente la falta de dinero. Cree que dentro de poco ya no van a tener ni siquiera un pan con quC alimentarse. Sabe, esti segura que el pais esti reventado y que es indtil la salida a otro barrio porque e s t h todas las esquinas bloqueadas.. Adn asi, supone que todavia pueden salvarse, salir con Coya esa noche y refugiarse en el erial para planificar alli el destino final de su camino. La Rucia sabe que si pasan la noche, si cruzan el eriazo, se libran. A Juan, Berta y Flora, no 10s considera capaces de vencer el cerco, para ella el mayor cerco es el propio Juan que es como una arafia sostenida por el impulso de las otras mujeres, hilando tramando la red para despojar a Coya y paralizarla. La Rucia, a diferencia de las demh habitantes, ha conservado la calma, posando impbvida para la foto que la sumerge en la ficha. De todas, la Rucia es la dnica que la tenia abierta, que en el pasado tenia adquirido el prontuario. No quiere irse lejos. Piensa que mbs le vale permanecer en terrenos conocidos y estar permanentemente moviCndose, yendo de un lado para otro con Coya, hasta que pase el riesgo o devenga el cataclismo total. La Rucia alcanza a vislumbrar que el pais no se puede borrar de un golpe, aunque quiera que el barrio desaparezca del mapa y que Juan y 10s otros clientes estallen encojidos como osamentas. La Rucia no para.. 65.

(64)

(65) no vaya a ser cosa que tf :quedes pegada aqui. No iba a pemitir que se fiiera, metiindome esas razones en la cabeza. a-- su -Tenia que poner frontera entre _ _ _ _ _ _ 10s _ _ _ dos. ---,tocar _ _ _ _ _madera. _ _ _ _ _ _ _echar sal espalda y todas las porquerias que las madres me habian enseiiado a l sell0 10s alfderes. Era la oportunidad antes que la bala saliera del caiio y me dejara exhime, sin recuerdos. Era prematura la hora, porque de una manera o de otra, 10s camiones y la versi6n infamante me habian reducido 7. -I. - r----. -7. --. --. d. ---. -. - - - - - - -_ - - _ -. -.. r-----. --. dolor, per0 no tenia la fuerza que esperaba. Era muy distinto, muy diferente a 61 que ni pudo el puRo largar por la verdad que tan mal acababa de expre Per0 llori. No por ese momento, por el a braba a la esquiva, la dolorosa agonia que ciones, gloriosa al ver que era mio, ixitegro en su nuiaa, en su pnvilegiada ida ahora que ya su cara estaba en una oscura y mala foto y no, pedndome en la espalda. Lo nombri. - Papi, le dije. - El hombre que tienes soy yo y dime Juan. Aprende, porque de ahora en adelante no voy a tener paz contigo, aunque tenga que arrastrarte como bulto por el barrio. Cuando dijo eso, not6 el grado de maldad en sus ojos y el odio tarnbien. Se fie. Esperi un poco y sali, dejando atrls el cuerpo muerto y la suma infinita de madres carniceras, no, hechiceras armadas para el triunfo. Sali direct0 al erial, derecho al eriazo donde estaban mis amigas y aunque estaba oscuro, percibi que nadie roncaba, que ninguno pegaba pestaila en el barrio. Las encontri arrimadas a la pandereta. La Rucia de inmediato se 6.

(66) LU~LIIUU me u1 VUClLd v1. quc m i i a vc~iiauciras, u mas u i ~ i yuc i riuia. acudia acompafiada por un h i m a y, sin pena, suavecito, enton6 una cancihn, la predilecta de 10s parroquianos del reservado de mi padre, In c a n c i h ksn cnn m e mi madre hahia destruido todos sus temores..

(67) 3. ESTACAS EN LAS ESQUINAS, ALAMBRADAS. 69.

(68) Nc 1. LOS enaes esraDan ya posesionaaos y sus rlguras eran percepuuies para el agudo ojo de la Rucia. 2. Cada casa tenia un punto fijo. 3. Los limites del barrio estaban cubiertos por refberzos provinciales. No habia salida posible, por eso Coya enfil6 hacia el bar, devuelta a l bar la trinchera. Nota Ante la cathtrofe muchos efectuaron el m h o repliegue por el despliegue de 10s adversarios. Nota Para el bar el barrio cort6..

(69)

(70) La madre y Coya pensando juntas la sangre que se trapea camino abajo en la tripa y en balde el vino la enjuaga. P a d el miedo, viene el suelio: - Estoy hablando contigo. Abre 10s ojos, que te despiertes te digo. Coya la remueve mientras la ebria empieza su parpadeo. - Explicame, hiblame de quC manera pari Se asombra y reniega: - No, me err6, quiero decir, partiste. - Pari a ti por lo bajo, por el hueco, dgu KWU, U I I ~C;UWUlJUbla..

(71) La zafa, la zafra, el zafarrancho es grande y la sangre viene en verteder0 al barrio. Por causa del miedo se abren 10s bares, :10s reservados, y se apersonan 10s fugitivos, 10s hambrientos, 10s apaciblles seres que beben. Entonces se larga en serio la primera gran borrachera. Es tinto el color negro que tienta la boca.. Es tinta. Su madre tambiCn se pliega: - AtiCntame que me muero, dia Fue, aticame, lo que dijo. En medio del farro del encuentro, Coya se embriaga en la embriaguez madura de su madre. " - Toma un poqi . * - iD6ndeandal - Otro poco, de -YV. - Contesta Len quC mal sitio andabas metida? - Ni preguntas, ni cuentas te voy a dar tampoco. cIlvll. -. 1. - 'l'apate pues, le contesta.. Est5 reahente goteando y el vestido se lo mete entre las piernas para parar la enfermedad. - iEstis en la fecha?, le pregunta Coya. - No, ni para cuando me pase eso. - iPor qui estis asi entonces? - Fue un mal parece.. 76.

(72) Coya empieza a reirse y la mira para abajo con desprecio y despuds se retracta ayudhdola con delicadeza y como un regal0 le pasa un pedacito, la orilla de su falda para absorberla. Se la onrime v la refriega hasta aue la Dunta de la falda se tiiie de roio. - Echame mis vino en la boca que yo no puedo, dice la madre.. Y se lo echa. - iQud h e eso? iUn cuchillazo, con cortaplumas? icon qui arma blanca te lo hicieron? - Nada de preguntas conmigo Coya, nada de insolencias tampoco.. Coya la mira, sonrie y toma. Sus ojos dan un paseo en bar que esti repleto, surcado de vasos y vidrios que se rompen a pedradas en la calle y adentro las botellas se destapan estalladas de corchos que se desmigan por el suelo. Per0 se vuelve. Se da vuelta e indaga el flujo de su mami que no para, porque la mano que lo contiene se pone roja, rosa a pedazos y en su mayor amplitud, rojiza. - Parece crimen. Como las criminales te ves con las manos coloreando, le dice Coya. Era el tinto que cundia manchando a la madre y oscureciendo la cara de Coya, tornhdolas a hablar a tropezones, confundidas en 10s colores oscuros: como una hematoma el vino. 77.

(73)

(74) I. U. -. C". ruvu,. , . & a. "5.. r"'b-'. rv-y---*u. 7-v. I -. - -------, --. . I. dice.. - QuC maldici6n la plata, quC maldici6n mis grande, dice la madre. - LPara que necesitas tanto dinero? Si es por pagar 10s tragos yo tengo un resto. - Es por irme, le avisa, es por avanzar un poquito. La mami saca las fotos y se quedan mirando, eligiendo el lugar con 10s ojos un poco nublados.. Coya las levanta hacia la luz de la vela. - Parece que son en colores, dice.. Y agrega: - Per0 son peladeros peor que e'stos.. - Para eso esti el erial, dice la madre que ya no mira. - jLas tom6 Cl?, le pregunta.. - Si,le contesta, ni para eso servia. Y repite con sonsonete: - No servia, ni 10s traguitos me daba, no pagaba. 79.

(75) Como las c6mplices, Coya asiente y sus manos fdetean el borde roto de la copa y el mismo borde erosionado se lo lleva hasta la boca y sus labios traspasan el vino a la boca de su mami que chupa, consume hasta la filtima gota rosada y mezclada de saliva. - Otra vez, dice su madre. Ahi el buche es rnis grande, el sorbo mis profundo y mis cilido. poco mas aaentro, una gota es aeteniaa por Coya que se sore la blusa buscando, encontrando y dando el dedo a su-madre para que la lama y se satisfaga. - Ahora me toca a mi, me toca darte el vinito, dice su madre. Y lo hace exactamente cum1 su violencia, dejando partic1 entra de largo por las ventanas - Se me cort6 la cosa, dice la madre, ahora si que empieza la diversi6n. Coya retira las fotos de encima de la mesa y completamente recta las va entregando a 10s habitudes del bar. Por un tiempo, todas las cabezas e s t h fijadas en las imigenes y despuds empieza a aflorar el desddn. - Paraesl Y sigui6 haoianao per0 con la voz tan oaja que no puaieron escucharlo. - Es igualito que aqui no mis. Hay dos casitas y el metal, convers6 otro. - Atado de borrachos que no saben __-_-_ ---,_-__ _._____. Los ebrios manosean las fotos, con las manos manchadas, borroneando las imigenes, dejando su digita11huella en cada una. Tomaron con desaire la oferta. M is bien con envidia. - Es que son unos envidiosos, dice Coya. - No agradecen 10s regalos (murmura la madre), no son capaces de tirar una corrida para este lado.. --. 80.

(76) Mis lejos, a una cuadra de distancia por lo menos, se sinti6 la segunda quebraz6n. Ahi 10s parroquianos, Coya, su mama' y todos se quedaron callados, pegando instintivamente la cabeza en la mesa, cuidando de no derramar el vino, de no desperdiciar nada de lo que tenian. Era del largo de una cuadra. -. -. I cuanuo Loya se irguio, se uio cuenra que e r a ias uirlmas en regresar a la pose normal, que su madre todavia continuaba hundida, y cuando la movi6, tenia 10s ojos cerrados, apretados, y su cara era una. pura crispacih. Le habl6 despac - Ya se termin6, le dijo para consolarla. - Estas cosas me dan suefio, el vino siempre me hace dormir. Per0 sup0 que su madre no tenia suefio, sin0 que el miedo no la dejaba abrir 10s ojos..

(77)

(78) Bestias multicolores que primaban a rojo oscuro el veneno y la zarpa. Animalitos reptando: - mami el alacrh. Per0 estaba consumida ya y arrasada a la vez. - Mami esconde la cola fduda puntuda que yazgo animica, hemofilica y escaldada. __ Me clavas. >a clavada alacrhica la volvia damnificada, sin casa ni celda. 3ra el afbera. A ras de suelo, en la tierra, salian de 10s hoyos y como una procesi6n sucumbian en lo humano que embatian. Sin armas que la protegieran, movian su garra: en el sobrante de la uiia, el veneno. Carecia de retaguardia, no tenia espacio, hueco, ni plantaci6n tras la cual evadirse. No se daba para ella el trigo. Coya tenia antojo y hambre del alacrh. Chup6 con ansias 10s dedos de su madre, sorbihdolos hasta la garganta, raspando el recomdo hcmedo de las ufias, rasgada por dentro en la irritacih colorada. Empujhdose 10s dedos de su madre hasta lo mis profundo: como sables y metilicos alfderes. como sondas. T n c rUlV oU r lVnO c lI-bVu amnc a n l g n s n r l n 19 bnrnia Y"0 uylrrrl-ru" 1- *Y"bUU.. Nn L.",. g nlgranrln UyIuYLUIu". 01 hamhro Y I IILUIIVI",. trQLAP-. gando siempre la carne filuda el camino. Violenta y voraz la arcada expulsb Per0 seca por dentro la tripa no arroj6 nada, sin0 las conwlsiones, todas sus ilusiones condensadas aflor6:. 83.

(79) - Tengo ansias de 10s dedos de mi papi, decia mecihdose. - Ilusi6n traigo de sus dedos en el borde de la uAa y el saqueo.. Llor6. A travCs de la vela se multiplicaban 10s muchos alacranes viriles y extenuados. Por encima de la mesa se movian subiendo, trepando 10s vasos y resbalant- '-- - - - - A - 2 -. ERAN OSCUROS, TRAIDORES. Afuera, las ruedas de 10s camiones buscaban el equilibrio y a hondazo limpio perforaban 10s vidrios, rompiendo con acertada punteria las filtirnas defensas, las postreras ofensas largadas en seco por 10s comandos. Percibi6. Coya fie capaz de percibir y recibir en su pupila la imagen de su padre volteado por la piedra, traspasado por el aguijonazo del alacrin, el vas0 roto clavado en el costado, el anna de su madre perforindole la boca Vi0 t a m b i h ' ' la hoguera la clemencia y la paz f m i aei uamo que se renaia con numerosas banderas. kor eso eua empujaua la cara paiaa ae su paare moraiao nacia el exterior, mis all6 del umbral para entregarlo difunto al general como regalo, abriendo por unas horas la tregua. limpiame para que se me olvide el estertor. Endscame en mi cavidad la pus. A su propia madre dormida le abria la boca que la ebria instintivamente recogia. 3uyuILu. 84. 1Q. 111UlUlUQ.. Lull 1Q lllQLlU llUIG, I I U G I L U 1Ub U G U U S. ut:. CIlUt:.

(80) 10s dientes. Frot6 su oreja contra la cara, la ispera pie1 que le impedia el ruido, aminoraba el estallido de las pedradas. Per0 no era suficiente. No concluia la versi6n. Sinti6 por est0 aversi6n y quiso evadirse al darse cuenta de modo concluyente que el asco y la arcada era a la figura inclinada asustada y en doma de su madre. - I G LGllgU d3LU ydld L U U U y 11U JC 111 P U C U U C U l l l ~ l C l l U G lG I U J U prolongado que mi padre te tuvo. Asco y ardo en saliva, mami jc6mo vamos a salir de aqui? est6 todo el frente, el costado y mis atris lleno de gente y el tiempo pasa y nada mis que unas pocas horas nos dieron. - No molestes, dijo la mac Y tampoco se moiesto un minuno en mlraria o tocaria. o decirle la informaci6n que requeria, decirle a l menos que la queria y que a pesar del dermmbe general, su mano iba a aferrarla, llevindola a campo abierto hacia la luz. - Si me dijeras eso, me muero de gusto. Per0 se b p i 6 la cara con la mano y sac6 el relumbre de la ligrima con que esperaba el desenlace. Intranquila, veia el desplazamiento opaco de 1'os parroquianos, 10s gestos indecisos, el temor objetivo que la contagiaban. Pensaban orginicamente en una salida posible y por eso las miraban, contando con ellas para todo. Coya, de una ojeada, vi0 que todos tenian ficha, que si 10s calzaban, las arrastrarian en la sospecha. Comprendi6 que era mejor no decir nada, no cruzar palabra con ellos. Pens6 de nuevo. Ya ni vi0 el alacrin. Y de pensar, la boca se le Hen6 de saliva y mir6 de inmediato a su madre y mis atris, en la filtima mesa hizo un gesto a sus amigas que la miraban con rencor, menos una que la miraba con pasi6n. No habia alcanzado a sortear la visi6n de la picadura. El agujetazo continuaba dejindole el efecto finico y abclico del hambre.. 85.

(81) delirio habia magnificado. Y ese deseo quedaba pendiente ahora que 10s vasos volvian nitidos y todo su cuerpo empezaba a concentrarse, a encogerse por la bulla del afuera que se avecinaba, esta vez hacia la izquierda contando 10s seis camiones que se detenian en una cuadra pr6xima y victima tambiCn del deterioro. Esper6. Cruz6 mirada con Berta antes de agacharse contra la mesa, cuidando de no rozar a su madre que ahora no iba a alcanzar a escuchar el cristalino tiro..

(82) con el primer0 que encuentro. No encuentro como comunicarme contigo y por eso acudo a las palabras por si pudieras soslayar el analfabeto y actuar de alguna manera y eficaz. Porque cuando hace todos 10s dias que no te veo, ya no te puedo disculpar de manera alguna, ni aunque te sangraran las rodillas, las narices y la boca de pedir perdbn a mi, yo me abriria de nuevo para mostrarte abajo lo tuaida m No me de r--T-=--e estnv. ----,---- oiiein T--J-- tndn ----, nnrniie. tP. hac nprdidn rncac y"'-"". I ,..._A. """YY. lindas aqui; el honor, el orgullo y el hibito que cada dia nos apunten, como si de nosotros, por nosotros no mis, estuviera de acabo el mundo. La maldad nuestra es ahora inconmensurable..

(83) A MI AMADA IDOLATRADA MADRE. 88. mami que 10s voy a matar y a ti al iiltimo como un favor, para que despuis ninguno pase y te diga, arrastrada, con la propiedad que ahora te llama la marejada de insanos. Yo me voy a entregar, despuis a la tropa y que ellos dispongan de m i y me pongan en el potro y otro de ellos me retire exhime. Perjuran all6 afuera y 10s insultos son lo peor que yo nunca haya escuchado, ni t6 siquiera que te sabes todas las palabras, has llegado tan.

(84) A LOS PELOS DE MI. ABNEGADA MADRE. mama de m i que se me sale la leche del pez6n y te cedo la punta para la sed. Chupa mi leche posparida y luego, cuando te llenes, te empiezas a bajar y a hundir en lo que tanto te gusta: te regal0 el abajo, te ahorro el atajo y con la lengua me vas lamiendo y yo desde arriba te miro mami, te estoy viendo de quC manera la lengua tuya se esgrime, me eleva, me calienta todo el cuerpecito el hueco. Claro que te apuras si,yasabes que 10s chilenitos morenos obedecen a 10s eslavos y reverencian la masacre, mami, la sangre que se vulcaniza el alquitrin del hampa en fin mamita tu lengua me llei. 89.

(85)

(86) - iquiCn vaga? - son - iquiCn esti detris (. guardias a h . - per0 mis atris de ellos iquien? - 10s hampones y 10s soplones, 10s dateros, monreros, escaperos y lanzas.. cantidad de armas que tienen y las cargas. No, no lo preguntes: hay una para cada uno y la sobra para 10s agbnicos el tiro de gracia; granadas tambiCn, tierra minada en las fronteras a 10s enemigos e invac n r m de nosotros y asi nadie, ninguno laterales; 10s morenos indios e )s mestizos, p o d r h nunca jamis 10s.. el mar es salado, helado. TambiCn es compatriota e ilustre en nuestra 3s un consejo, algo muy tierno.

(87) nos echan.... nos echan la culpa de todo, de cuanto pasa nos ponen de ejemplo el peligro; el otro dia borracha de chicha y pena me arremanguC la falda un salto el calzc5n y entonces el gu&dia me dijo: -iquC te traes? iquC me traigo?, pend, iquC? repiti6: - iquC me traes? ..* * Y movio la mano iil, c-m.o y yo Daje la m a a aesarmada a la orina que corn’a absorta a la manera de aountarme asi direct0 al frente, en todo mi central frente, como si yo he pur0 acurrucarm.e la necesidad fbera capaz de privarlo. - Per0 id6nde estabas t6 para asustarlo tanto? - en el bar Coya, estaba apenas al ladit0 afuera del bar. r?l -1 -.L-_--_ 3- - 1-*-.-1.* * 1;i rumor, ei ruuur que ruve cuanuo me io ago en runa VOICO la esrrella mia y la estalla. bmo saliste? - a la manera de 10s animales lo hice: boca, saliva, lengua y mucha infinita gratitud a mis propias habilidades. no sucedi6:. .. . 1. -_-^-. L. T-. - - E . - .. P. I. .. 1. AUDIENCIA Y PAZ A UNA NOTORIA MENTIRA CHILENA DE MI MADRE.. 92.

(88) BUSQUEMOS A LA MAMA MEJOR DEL MUNDO QUE ESTA EN ESTE PAIS.. la mia: cay6 parida del cielo por Uios Padre. parada en el suelo. No, No. Es la que yo tengo. y tuvo un atisbo leve social enfenna mantuvo a un guardia y le crecieron alas y me zamp6.. Jugamos un par de veces a quien mejor de las dos y el guardidn de mi madre me acompaiiaba en la nochecita y me contaba unas historias que ni te digc. hueno. basta..

(89) me despierto acezando y agotada por la picazbn, es sarna jsabes? y ladillas pegadas a 10s pelos las que me impulsan. Trato de imaginarme en 10s pasos que andas, en las cosas que comes. De todo. Y en estas imaginaciones me imagino que t15 me ves tal como estoy ahora, atrincherada con mi familia y que te gusto como antes, mucho antes que te acojonaran las muertes y salieras al oscuro diciendo, a la mala. aue al otro dia me ibas a sacar de aaui. Doraue el miedo v la.

(90) Vi una cosa buena, es decir, la vimos todos cuando el tercer espasmo, cuando la tercera locura. Era el amor que te tuve y entraba raudo hecho un celaje dintel adentro me miraba y me elegia entre tanta cortesana que penaba aguardando, si, a travCs de las nenas chilenas se abria paso y heria. El bar se prendi6, rut% y encall6 en contra mia, levantindome de sorpresa y vCrtigo. - voivis~e Y al asentir tii, senti que las paredc:S manchas, que 10s insectos, que 10s parasirus, ius arenrauus eran . . . . . asunto sm unportancia cuanao voivia el amor que te tuve y ya nada cosa ajena me podia enajenar. .... .. ... w *. .. u*vguv.. Se me Hen6 la cara de risa, me activ6 el cuerpo el gusto, me lati6 el coraz6n m6s de lo debido, me picaron las manos por tocarlo, me traspad de idbilo la envidia.

(91) -- -. --..----. --.--I--. 1 . -. r----- Y-". -I-..-.-..-. J. -. c"A"u). una piedra que habia recogido antes de la calle, una sobra de 10s camiones, una falla del hondazo. Os6 darme vuelta y vi la pena en su cara, tambien la ira y la decep-. r;nequeo. Me admire de lo bien que lo hacia, porque no habia hueco en mi cuerpo que su mano no indagara, aun cuando el cafi6n Dermanecia fijo en mi nuca, sin moverse. - No te muevas, me dijo. I UIUU. JU. plwla,. y. J~LU t;l W ~ U I U. G I I I ~ G L U U I W~UIIUU ~. IVlG U1U V U C I l i l , 111C UCJU bull ld CapcllU4. clpUyclU4 GI1 14 YCUGU y. G1 bQLIUII. en mi frente y todo el armamento baj6 por mi cara, por mi cuello,. 96.

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