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"Así es el discurso, Mafalda" . Estrategias discursivas de la historieta Mafalda

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Academic year: 2017

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“ASÍ ES EL DI SCURSO, MAFALDA”. ESTRATEGI AS DI SCURSI VAS DE LA HI STORI ETA MAFALDA

María Juliet a Cat á Universidad Nacional de La Plat a ( Argent ina) yosoyj uli@ciudad.com

Resum en

El inform e de invest igación plant ea que, “ norm alm ent e” se m ira a la clase m edia com o una clase hom ogénea. La m irada de Mafalda es ot ra. Es capaz de dividirla por sus caract eríst icas. Const ruye a la clase m edia com o algo het erogéneo.

Dent ro de un m ism o grupo social, Mafalda ha det ect ado a la clase m edia repart ida en diferent es sect ores, represent ado por cada personaj e, provocando las cont raposiciones ideológicas y la generacional, que se describen a lo largo del t rabaj o.

I nt roducción

Pocas hist oriet as, relat os, narrat ivas de cualquier t ipo, han podido det ect ar, de la form a que Mafalda lo hace, a “ un paisaj e de la sociedad argent ina” . Su m anera, el m odo único de expresarse com o ciudadana de la “ clase m edia” , es lo que int ent a abarcar est e t rabaj o en su desarrollo.

Y quizás, esa part icularidad que present a Mafalda en su discurso se debe a que no m uest ra a la “ clase m edia argent ina” com o un sect or hom ogéneo, sino que inst aura una serie de confront aciones que son las generacionales y la de los dist int os cont rapunt os ideológicos en un m om ent o det erm inado de la sociedad. Es la divergencia dent ro de una m ism a clase social.

De est a m anera, se est ablece com o obj et ivo de t rabaj o analizar el discurso de la hist oriet a a t ravés del análisis de las est rat egias discursivas, la m odalidad que ést as present an para producir sent ido, y m ediant e las cuales se const ruyeron las práct icas cot idianas de una época. El corpus de est e est udio se divide en dos part es. La prim era se refiere a las t iras publicadas de m arzo a diciem bre de 1965 en los diarios El Mundo de Buenos Aires y Córdoba de Córdoba. La segunda part e se com pone de las t iras publicadas durant e 1972 y 1973 en el sem anario Siet e Días I lust rados de Buenos Aires.

1 - Const rucción de lo cot idiano

Dos m odos de const ruir lo cot idiano

El prim er punt o para t rat ar es la cot idianeidad const ruida en el m undo de Mafalda. Las cuest iones que el t ext o de la hist oriet a enuncia ( t om ando las t iras del obj et o de est udio, Mafalda de 1965) abarcan las problem át icas sociales argent inas que regían en el m om ent o de publicación de la obra: la inj ust icia, la guerra, las arm as nucleares, el racism o, la dem ocracia, j unt o a preocupaciones infant iles expresadas en las relaciones de am ist ad ent re los personaj es, la referencia a la sopa, et c.

La cot idianeidad puede ser observada desde dist int os niveles. En la hist oriet a Mafalda “ lo cot idiano” a nivel “ universal” son los t em as habit uales que at ravesaban a la “ sociedad ent era” : La guerra de Viet nam , la avent ura espacial, la superpoblación, los m ilit ares, la polít ica, et c. En cam bio “ lo cot idiano” a nivel “ subj et ivo” , es decir, a lo que es usual en el ent orno int erior de su ser: el envej ecim ient o, la t ernura, el porvenir, la conciencia, su fam ilia, t ener TV, et c.

Cabe aclarar que, cuando se habla de “ universal” se hace referencia a los t em as que el discurso de la hist oriet a const ruye com o “ colect ivos” de esa sociedad de dibuj o. El discurso lleva la bandera de una Mafalda defensora de la paz y la hum anidad, t em as con una dosis de “ universalidad” que dej a vislum brar lo que Mafalda quiere que así sea. Es un m odo de hacer “ su m undo” , present ándolo “ generalm ent e nat uralizado” , de int erés para t oda la “ población” .

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m ediocridad) , y sin em bargo, el discurso t om a el m ecanism o j ust o para que “ inquiet udes” de est e t ipo, queden “ pegadas” a lo que “ es” el personaj e m ás que a una cuest ión de int erés general, por part e de esa sociedad en la que vive la niña de cabellos negros.

Es para dest acar que Mafalda es dueña de una habilidad que hace posible que est as clasificaciones se ent rem ezclen en el discurso de la hist oriet a, ya que la niña t iene la capacidad de m irar al m ism o t iem po con un t elescopio com o con un m icroscopio, y así ver la pequeñez del cosm os y la grandeza que encierra una sem illa. Mira con oj os especiales cosas part iculares y de esa form a, la avent ura cósm ica puede convert irla en su proyect o de vida, m ient ras a una m osca la t ransform a en una visión de la hum anidad.

La diferenciación en dos niveles surge de la observación de la aut ora de est e t rabaj o a part ir de la indagación de las t iras de la época, donde sobresale la diferenciación ent re los t em as “ de la sociedad” y “ los propios al ser” , const ruyendo una cot idianeidad que se “ desplaza” sobre la vida de los personaj es, cosas que suceden y at raviesan el m undillo de Mafalda, produciendo en los prot agonist as de las t iras diferent es reacciones. Es decir que, el discurso present a algunos “ sucesos” que ocurrían en nuest ro país y eran llevados al plano de la hist oriet a. Se observa lo sim ilar de los hechos cot idianos de la sociedad y los de los personaj es, cuyo discurso parecía est ar at ent o a la Argent ina de 1965.

¿Por qué decim os est o ?... Veam os los punt os principales

En Mafalda de 1965 la " cot idianeidad" at ravesaba a los personaj es, poniendo de m anifiest o " sucesos" que ellos vivían, y a part ir de allí, los personaj es crit icaban la sit uación present ando facet as de su personalidad, dando a conocer caract eríst icas de su " esencia" , de su " ser" . Aquí " lo cot idiano" m ost raba la reacción de los personaj es ant e " hechos" que sucedían en aquellos años, o vivencias fam iliares.

Mient ras que durant e 1972 y 1973, pareciera que son ellos, los personaj es, quienes ya m ost rando explícit am ent e las caract eríst icas de las personalidades, at ravesaban a la " cot idianidad" , dándole el valor, la crít ica o la opinión que cada uno exprese, respect o a su m odo de enfocarla ( puede ser según desde cada sect or social que cada uno de ellos represent an) . Así es que " la cot idianidad" aparece at ravesada en prim er plano por las relaciones personales ent re los personaj es. En est a et apa las personalidades del elenco de Mafalda ponen de m anifiest o " lo cot idiano" y lo crit ican ( lo defienden o se oponen) según las posiciones que ocupan en la t ira. Puede afirm arse que se observan las const rucciones de ident idades bien definidas. Es decir, a qué sect or social represent a cada personaj e dent ro de la “ clase m edia” a la que pert enecen.

Los asunt os cot idianos: la ficción de sucesos

Universalidad de hechos: caract ericem os los t em as que at ravesaban a la sociedad de hist oriet a, durant e 1965. - El país: desde una viñet a, la niña que lleva el nom bre de la hist oriet a se preocupa por t ener que irse a ot ro país cuando t erm ine el Jardín de I nfant es, y apuest a a que hast a las “ vacas” se iban al ext ranj ero.

“ No es cosa de chicos” , pensaría cualquier j oven de los años 60. Es que sin duda una noche ha m arcado a un sect or de los argent inos: la noche de los bast ones largos, ocurrida en 1966, cuando se produj o una “ fuga” de cient íficos y universit arios que em igraron de Argent ina en busca de oport unidades.

Ent endam os que en aquellos años, est aban de pleno auge las t eorías desarrollist as, prom ovidas por académ icos nort eam ericanos, donde se hablaba de dos dim ensiones que cat egorizaban la m asa cont inent al: los países desarrollados y los subdesarrollados, caract erizados cada uno por la sit uación económ ica, social y cult ural pert inent e, diferenciados por los avances de los m ás adelant ados, com o los t errit orios anglosaj ones. Mafalda nos sorprende: ella t am bién habla de est a t eoría: “ los países m ás desarrollados son los que est án en la part e superior del globo t erráqueo y los m enos desarrollados son los que est án en la part e de abaj o” . La niña de cabellos negros opt a por un m odo int erpret at ivo y elabora su propia m et áfora acerca del t em a: el m ot ivo de vivir “ cabeza - abaj o” es lo que hace que no seam os un país próspero, “ porque las ideas se nos caen” .

Ya en las t iras de los 70, sólo una vez se m enciona algo acerca de la ubicación de Argent ina en el m undo. Pero a finales de 1972 y principios del 73, los niños de la hist oriet a no m encionan “ t ener que irse a est udiar al ext ranj ero” . Es casi lógico, lo cot idiano había cam biado y las inquiet udes de Mafalda huían hacia adelant e.

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padre que no t ener est e aparat o era ser “ est úpido” .

Decim os est o porque en 1972 ya no se expresa el deseo de t ener un t elevisor en casa, sino que se apunt a de lleno a la “ m ala program ación” del m om ent o. Cuando Mafalda pasa por al lado del t elevisor dice: " que asco de program a" y después se da cuent a que est á desenchufado y agrega: " disculpá, es la cost um bre" .

Parece que la pant alla había cam biado, ya no iba de la m ano del éxit o. En la década del 70, las finanzas en la TV argent ina ya no eran t an florecient es. Pero no se fundan en aquel decaim ient o las declaraciones de Mafalda frent e a la program ación: se ha vist o que en t iras que corresponden a 1972 y 1973 dice: “ que asco de program a” y m enciones sim ilares. Pareciera que la niña, ya nos va m ost rando vest igios que hacen a su personalidad.

- La avent ura espacial: ahora podem os viaj ar por el espacio. Y por el t iem po. Es que en los años 60 los ciudadanos se vieron conm ovidos por sucesos inesperados com o las novedades de t ecnificación y el descubrim ient o de nuevos horizont es. Precisam ent e, en 1965 un soviét ico fue el prim ero en flot ar en el espacio; dos m eses m ás t arde lo hizo un nort eam ericano.

El “ ot ro m undo” no dej aba de ser part e de lo cot idiano. Mafalda lo explicó en las t iras de esa época. La niña se invent a un “ t raj e espacial” , con una caj a y un sifón, y habla de ser part e de una “ nueva generación t ecnificada, m ient ras que su padre ha quedado cat egorizado com o “ una viej a generación desprest igiada” .

- Los conflict os int ernacionales, preocupación de Mafalda: era lo cot idiano. Era una guerra. Era Viet nam . A part ir de 1964, se desencadenó la escalada bélica. Desde Est ados Unidos se enviaron al Sudest e asiát ico m ás de dos m illones y m edio de soldados, desencadenando bom bardeos m asivos sobre Viet nam del Nort e.

Aquellos años se t eñían del “ t error” al com unism o. Frent e a la m uert e de la m adre del Che Guevara, se habló públicam ent e y por prim era vez, del paradero de Guevara, sobre el que em pezaron a realizarse diversos t ipos de conj et uras: algunos decían que la Revolución Cubana había elim inado al ala izquierda, encarnada por el Che; ot ros declaraban que Guevara t enía la int ención de ext ender lo vivido en Cuba hacia ot ros países. Mafalda sabía de est o, porque escuchaba radio frecuent em ent e. Los conflict os en el ám bit o m undial est aban repart idos com o baraj a de naipes. El Papa y las Naciones Unidas hacían pet iciones de arm onía. Pero Mafalda no se conform aba sólo con eso. Ella quería cont ribuir, así fue que la niña t am bién hizo un llam ado a la paz, t ot al est aba segura de t ener “ el m ism o poder de convicción que el Vat icano y la UN” .

Hast a aquí quien aparece con inquiet udes frent e a los conflict os int ernacionales y diferencias ideológicas es la niña prot agonist a de la hist oriet a. Pero, ot ras viñet as, nos enseñan que las diferencias de ideas exist ían no sólo ent re países sino ent re el grupo de am igos de Mafalda. Un ej em plo de est o lo son Felipe y Manolit o, quizás cada uno desde su personalidad ha defendido su post ura, específicam ent e con el t em a: el dinero vs. la cult ura. Felipe no podía creer que se im prim a m ás dinero que libros, y pensó que lo correct o debería ser al revés. Manolit o le dij o que sus ideas eran “ peligrosas” y lo t rat ó de “ ext rem ist a” .

Subj et ividad de hechos: caract ericem os los hechos principales referent es a Mafalda “ en el int erior de su ser” , que const ruyeron lo cot idiano en las relaciones m ás ínt im as del personaj e, durant e 1965.

- relaciones am ist osas: Mafalda es am iga de Felipe, Manolit o y Susanit a. Juega con ellos y t am bién se plant ean inquiet udes. Pero no t odo es arm onía: a veces se pelean y discut en, cuest ión t am bién que los hace conocerse, por ej em plo Mafalda se da cuent a que la “ verdad desilusiona a la gent e” cuando le dice a su am igo Felipe que su cara parece un zapat o, o a Manolit o que sus cabellos parecen un cepillo. En la et apa que sirve de com paración, Mafalda sigue t eniendo a sus am igos de ant es, sum ándose, Libert ad, Miguelit o y Guille, t eniendo, com o en la prim era et apa m ás afinidad con unos que con ot ros.

Pero a pesar de las diferencias, es con sus am igos con quienes la niña prot agonist a com part e frecuent em ent e su t iem po, y com o t odo infant e, lo hace m ayorm ent e j ugando.

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com ent ado las discusiones que t iene con su m am á en varias oport unidades.

- Sopafobia: si hay algo que Mafalda odia en su vida es la sopa. Por nuest ra sociedad y t al vez por ot ras ha corrido una suert e de creencia que est ablece que hay que t om ar sopa para crecer. Ciert o o no, los padres de la niña que encabeza la hist oriet a han im plem ent ado est e alim ent o para el crecim ient o de la pequeña. Teniendo en cuent a est a post ura una vez Mafalda ha pensado en “ la t ranquilidad que exist iría si Marx no hubiese t om ado la sopa” . Y no t ardó en reflexionar que “ la sopa es a la niñez lo que el com unism o a la dem ocracia” .

Pero su odio hacia est a ingest a es t ant o que una vez t iró el diccionario a la basura porque ést e no definía a la sopa com o “ una asquerosidad” .

No sólo ella se disgust a con est e alim ent o. En ot ra ocasión se consideró, por part e de los personaj es niños, el vocablo “ sopa” com o m ala palabra.

En 1973 se siguen conservando est as caract eríst icas.

Aparece con la sopa, una m et áfora que se m ant iene a lo largo de los años en la hist oriet a: el rechazo de los personaj es niños hacia el m undo adult o, hacia la im posición de los m ayores que t ienen la “ obligación” de paut arles un m odo de vida. Es la confront ación generacional que se repit e m ás frecuent em ent e que ot ras, apareciendo com o una const ant e, un leit m ot iv en t oda Mafalda com o hist oriet a.

- Tener hij os: m uchas nenas, casi t odas, han j ugado de pequeñas a ser m adres. El j uego de la m am á es un ent ret enim ient o “ clásico” de las niñas. Quizás por el hecho de ser m uj eres, desde cort a edad, las nenas t ienen ese inst int o de j ugar al fut uro m eciendo bebés en sus brazos. Así es Susanit a, la am iga de Mafalda, quien t iene com o única m et a en la vida ser m adre; y con ese pensam ient o, la prot agonist a de la hist oriet a no ha t ardado en reflexionar: “ est a nena m e hace sent ir viej a” .

Pero “ el t ener hij os” cuando sean m uj eres, se acom paña de la idea de “ casam ient o” . Ese es el anhelo de Susanit a, aunque Mafalda piensa que esa m et a es t ener un “ escalafón” m ás que una vida, porque la m uj er, según la chiquit a de pelo negro, debe no sólo ser m adre sino t am bién cont ribuir al progreso.

En las t iras de los años 70, Susanit a no ha cam biado su sueño. Tiene bien claro desde el principio de la hist oriet a que t ener hij it os es su única am bición, m ient ras que Mafalda sigue defendiendo esa post ura que t enía en los 60. El t iem po pasó, pero las chicas no cam biaron de ideas.

- El porvenir: quien no se ha preocupado alguna vez por el fut uro, y quién siendo pequeño no ha t enido decidida su profesión. Los personaj es de la hist oriet a t am bién piensan en qué será de ellos cuando los años pasen.

Com o se m encionó ant eriorm ent e Susanit a sueña con ser m adre, y que su hij o t enga un t ít ulo. No piensa seguir ninguna carrera, cuest ión que enoj a m ucho a Mafalda.

Mient ras las niñas discut en sus opiniones, los varones han decidido su fut uro: Felipe piensa que será ingeniero y Manolit o quiere ser un em presario ( ref. 153) .

En cuant o a Mafalda no t iene claro qué quiere ser cuando sea grande, y es un t em a que la inquiet a, ya que si bien no ha decidido a qué se dedicará, sí t iene bien claro que no quiere “ ser m ediocre” com o lo es su m am á por no com plet ar sus est udios. Por est e m ot ivo será que, det alladam ent e ha planeado un porvenir sobre el suelo de su casa, para no olvidarse de cada cosa que t iene pensada hacer. ¿I nst ruirse ? ¡Seguro! : ha m encionado que en ese plano se encuent ra un viaj e de est udios a Japón.

Pasados los años, en 1973, Mafalda sigue preocupada por " ser alguien" , y sigue viendo a su m am á com o " m ediocre" porque sólo lim pia la casa.

Las novedades de los últ im os t iem pos

Sobre el 72, la t em át ica que se encuadra en las viñet as no será la m ism a. Se m odifican los hábit os que no const ruían el m undo de los 60. Est as part icularidades de t em as corresponden al paso del t iem po com o m ot or del cam bio de lo cot idiano. Los nuevos elem ent os que aport a el discurso: la escuela, prot ección, edad, m uj er t rabaj adora.

Por ot ra part e, a m odo de conclusión, se det ect a que la hist oriet a m encionaba t em as que t ranscurrieron durant e 1965, t ales com o la avent ura espacial y la guerra de Viet nam . Pero cabe aclarar que lo que el discurso est ablece com o “ cot idiano” en las t iras, no lo era t al vez para una sociedad det erm inada. Mafalda t om a sucesos y los narra. Const ruye una cot idianeidad que es la que el discurso represent a, y que se desenvuelve sólo a t ravés de las viñet as.

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ej em plo de est o lo const it uye la om isión de hechos deport ivos: en 1965 el rugby argent ino salió vencedor y nacieron “ Los Pum as” . Sí se m enciona el aj edrez, aunque relacionado con lo “ polít ico” m ás que con el j uego en sí, ya que las piezas del t ablero se int erpret an por ej em plo, t om ando a los “ peones” com o obreros.

En cuant o a la m úsica sólo se hace referencia a Los Beat les, excluyendo del discurso a los Rollings St ones, por quienes t am bién se desvivían m iles de j óvenes.

Lo m ism o ocurre con las t iras de 1972 y 1973. No se habla explícit am ent e de deport es, apenas se ve al padre de Mafalda escuchando un part ido de fút bol, o a Felipe soñando con hacer un gol. A su vez ( incluso en la prim era época com o ya se m encionó) , aparece el aj edrez, pero ya no relacionado con lo “ polít ico” sino que, los personaj es “ se ent ret ienen” solam ent e, m ient ras que en el m undo Bobby Fisher derrot aba a Spakky y se consagraba cam peón m undial de est e j uego.

2 - Suj et os que dan risa

Ciert as m aneras de lo cot idiano en Mafalda:

No podem os dej ar de lado el concept o de hum or si est am os hablando de la hist oriet a “ Mafalda” .

Dent ro del cam po gráfico, se ut ilizará la definición de “ hum or gráfico” realizada por Oscar St eim berg en Sobre algunos t em as y problem as del análisis del hum or gráfico, para ello el aut or se ha rem ont ado a Freud t om ando t res definiciones al respect o:

- El chist e descarga su agresión cont ra un t ercero

- El hum or t iene un com prom iso del suj et o en su propia hum orada.

- Lo cóm ico im plica una aposición de sent idos divergent es.

En el hum or gráfico es necesario que del product o hum oríst ico surj a una im agen de aut or, que a la vez represent e y sea represent ado por el segm ent o - suj et o del dram a visual.

La “ personalidad” de cada uno, a part ir de la const rucción de ident idades, cont ribuye al m odo de enunciación que t om a la hist oriet a.

Recursos para t ener en cuent a

Para ent ender cóm o se art iculan est os personaj es con el HUMOR, lo CóMI CO o el CHI STE, debem os t ener en cuent a la m anera en que el discurso los hace m overse, dent ro de la t ram a cot idiana.

En principio direm os que los personaj es de las t iras son una especie de enunciadores que nos m uest ran det erm inadas sit uaciones, m anifest ando la propia “ t ragedia cot idiana” : “ a m í t am bién m e pasa eso” ; “ a m i am igo le ocurre eso” ; “ alguna vez act ué de esa form a” , et c. Vem os por lo t ant o, una posible exist encia de “ dest inat ario” , que es para quien fue dirigida la hist oriet a. Sin t ener el conocim ient o de que est e “ Lect or” ( exist a o no) es para quien se elabora el product o, ya que no se produce “ algo hacia la nada” , sino que se “ perfila una “ idea” de aquel que “ recibirá” la hist oriet a, en est e caso. Tener en cuent a a est e “ Lect or” sirve al est udio com o ayuda de análisis, para est ablecer ese “ com part ir” la t ragedia de la que hablam os, ent re ese “ dest inat ario supuest o” y la hist oriet a. Com o decíam os, est os enunciadores que nos cuent an lo que les pasó, y de hecho lo que t am bién m e pasó a m í, o a m i herm ano o que quizás m e pueda llegar a pasar, porque suelo t ener esa reacción que t iene el personaj e, en fin, est as personit as en blanco y negro nos est án m ost rando su propia “ cat ást rofe” . Est o es lo que llam am os hum or, com o lo hizo Freud. Est án sacando a la luz las debilidades propias, el sufrim ient o del yo.

En el caso de nuest ro est udio se ha profundizado en los act ant es: suj et o, obj et o, oponent e y ayudant e, que son los m ás det ect ables en la hist oriet a Mafalda, y los considerados suficient es para est e análisis en part icular, donde nos referim os a las operaciones ha ut ilizado el discurso com o unas de sus est rat egias: el uso del hum or y el chist e, que cont am os ant eriorm ent e.

Teniendo en cuent a los aspect os que caract erizan a cada personaj e, se puede conocer el “ m odo act ancial” que ej ercen dent ro de la hist oriet a, det ect ando no sólo quiénes son, cóm o son, sino t am bién por qué luchan, frent e a quién/ qué y de qué ayuda se valen.

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inst ancias de producción discursiva del hum or gráfico, basadas precisam ent e en la necesidad de const ruir fuerzas divergent es que se cont raponen: en el caso del chist e, la agresión sobre un t ercero, y en el hum or, la puest a en escena de la propia t ragedia.

Se adviert e la ausencia de lo cóm ico. Casualm ent e en la com icidad no hace falt a la graficación de fuerzas sociales discrepant es, sino que se basa m ás que nada en recursos int ernos del propio lenguaj e.

Hum or ent re viñet as

Desde la prim era época ( 1965) hast a la últ im a ( 1972 y 1973) el hum or de la hist oriet a se caract erizó por m ost rar la cat ást rofe de reconocer, por part e de los personaj es, la “ sit uación caót ica” del país, at ravesando los planos polít icos, económ icos y sociales, que siguieron hast a la últ im a fase de las t iras.

Se observa t am bién, la const ant e que perm anece a lo largo de los años, t om ando el m ecanism o del hum or: las diferencias generacionales present an su propia hum orada: la incapacidad de adapt arse un niño a un adult o o viceversa. Desde dist int os personaj es, vem os que a t ravés de los años, se m ant iene est e m ecanism o const ruyendo, m ediant e el act o del hum or, las t ragedias propias, basadas en los pensam ient os y com port am ient os, de dos generaciones que gozan de pocas coincidencias.

Un t ant o con Chist e

Tom ando ot ras sit uaciones que nos m uest ran los personaj es de la hist oriet a, podem os ver cóm o se ut iliza ot ro recurso en el discurso analizado: el chist e.

La narración en boca de los personaj es hace que lo irrisorio est é deposit ado sobre un t ercero.

En el chist e se encuent ra involucrado un “ ot ro” con quien se ej erce ciert a com plicidad, con quien se deben com part ir “ los m ism os códigos” para que result e el m ecanism o. Est e “ ot ro” puede ser un m ism o personaj e de la hist oriet a o un “ Lect or” del que no sabrem os de su exist encia, pero que com part e esa agresión hacia un t ercero, para que se cum pla lo que form a est a operación. Nace est o de las dist inciones “ ideológicas dent ro de un m ism o “ sect or social” , donde a part ir del act o del chist e, cada uno m anifiest a la perm anencia en un “ lugar” social que no es el de ot ro, t ant o en la prim era et apa com o en la últ im a.

El ej em plo m ás det ect able surge con el " conservadurism o" que encarna Susanit a y la " brut alidad" de Manolit o, poniendo en m archa est e recurso.

Pero exist e una diferencia. Así es el caso de Manolit o. Allí el chist e se const it uye con la agresión hacia un t ercero ( Manolit o) y quienes se encargan de deposit ar esa agresión en él, son los personaj es, sus am iguit os.

En cam bio, las t iras de Susanit a, present an dos enunciat arios, que son: por un lado Mafalda; y por ot ro, ella m ism a en " com plicidad" con un " Lect or" com o figura t ext ual no real. Est am os en presencia del chist e, porque aquí “ nos da gracia” un t ercero ( Susanit a) , y es Mafalda quien im plant a el parám et ro ideológico, el punt o de vist a, j unt o al " Lect or" ( com o figura t ext ual posible, no real) que com part e est e parám et ro, respect o del cual, la sit uación de Susanit a ( la ideología que encarna) result a risible.

3 - ¿Quién es Mafalda ?

Ant eriorm ent e vim os el m odo en que el m ot or act ancial ut ilizaba el m ecanism o de present ar a cada personaj e, diferenciándolos unos de ot ros, com o así t am bién la corroboración de los dist int os cont rapunt os ( ideológicos y generacionales) a t ravés de las operaciones de hum or y chist e.

A part ir de est as diferencias, vem os que se inst auran las “ posiciones” que se cont raponen unas con ot ras, dist int as ideologías que convivieron en un m undo de hist oriet a, en un m om ent o dado de la sociedad, de una sociedad, esa que vem os a t ravés de las viñet as.

Mafalda pert enece a la clase m edia argent ina de los años 60 - 70. ¿Qué ent endem os por clase m edia en “ Mafalda” ? ... Podem os decir que a ninguno de los personaj es de la hist oriet a le falt an recursos para vivir ni son de fam ilia adinerada. Est án en el m edio.

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A part ir de est as caract eríst icas generales de la clase m edia que present a el discurso de la hist oriet a Mafalda, se observan los est ereot ipos que se van const ruyen: si bien las fam ilias de los personaj es com part en singularidades, no t odas son iguales, sino que conform an un " sist em a" en el sent ido Saussureano: un repert orio finit o de elem ent os que se definen por oposición: cada uno es por lo que los ot ros no son, com o ocurre con los fonem as en la lengua. En Mafalda t odas las fam ilias int egrarían un conj unt o de la clase m edia de los años 60/ 70, conform ado por diferent es m osaicos que unidos const it uyendo a est e “ grupo” .

A cont inuación se present an las caract eríst icas de cada fam ilia, de los personaj es en part icular, para así com prender y " arm ar" el " t odo" a part ir de est as " part es" :

Podem os sint et izar que se present an caract eríst icas det alladas que “ agrupan” desde dist int as perspect ivas los m odos de vida de los personaj es de est a “ clase m edia” . Por ej em plo, hast a el m om ent o, podem os advert ir, a part ir de lo descript o, la exist encia de fam ilias que salen con m ás frecuencia en las t iras con buena relación " padres-hij os" : La de Susanit a, Mafalda, Libert ad y Felipe aparecen frecuent em ent e en relación con los ot ros personaj es ( Miguelit o, Manolit o) , que son los que hablan de los cast igos que reciben. La dist inción m ás not able es que se ven los padres de los personaj es que no son cast igados, que t ienen buena relación ent re padres- hij os.

Los que t ienen una relación " est rict a" con sus progenit ores, hablan de ellos, de los cast igos y t am bién “ se asom an” alguna vez, pero no en función de " hogar" : la m adre de Miguelit o est á lim piando, el padre de Manolit o at endiendo su negocio. En cam bio los de los “ niños” con " buena relación" se los observa frecuent em ent e dent ro de sus casas: las m adres en el rol de am as de casa, y los padres volviendo del t rabaj o.

Se adviert e una dist inción en los padres que t ienen " buena relación" con sus hij os y los que no, no sólo por los diálogos de los “ pequeños” sino por el m odo de “ m overse” dent ro de sus hogares, y la frecuencia con que ocupan las t iras de las hist oriet as, t ant o en la prim era et apa de Mafalda com o en la últ im a.

Los sect ores sociales de un gran sect or

- Mafalda est á en el m edio de las dos clases sociales m ás m arcadas ( baj a y alt a) . Pert enece a esa m asa de gent e “ con dinam ism o” , en la lucha del querer ser m ás. Es el sect or de la sociedad que se encuent ra en perm anent e m ovim ient o. No se t rat a de un “ com bat e de grupos” , sino que es una brega en cont ra de esas fracciones de la m ism a clase m edia. Est o se ve a t ravés de las inquiet udes que t iene, el inconform ism o, las crít icas, pidiendo un cam bio frent e a las inj ust icias polít icas y sociales que le preocupan. No confía en la generación adult a, y sí t iene fe en la suya. Es una especie de " denuncia perm anent e" ( ej em plo frent e al gobierno) . Es el sect or social de la " aut ocrít ica" persist ent e. No acept a el conform ism o. No es ingenuo y est á preparado para el cam bio, para el crecim ient o. A part ir de est as caract eríst icas, de la griet a que se est ablece dent ro de un m ism o sect or, es est e “ grupo” que se “ ríe” del ot ro cercano ( el gallego, la chusm a, la m uj er que sólo desea t ener hij os com o m et a en la vida, et c.) . Y a la vez, de sí m ism o: el proyect o pret encioso pero inconcluso de salvar la hum anidad t oda.

- Felipe: represent a el sect or social que no se conform a con los sucesos que ocurren pero que, pese a eso, no lo expresa t ant o com o Mafalda. Es decir, Felipe com part e los pensam ient os y preocupaciones que t iene Mafalda, pero es reservado en cuant o a soluciones que puedan proponerse.

Represent a un sect or social dent ro de la " clase m edia" , que t iene espírit u de lucha pero allí se queda. Parece ser m ás fuert e la “ pelea” por inconform ism o de la personalidad ant es que por los conflict os del país. Com prende t odo lo que sucede en el “ m undo” , pero las preocupaciones que t ienen prioridad son las “ personales” : t im idez, falt a de volunt ad, y ciert as facet as inocent es. Represent a un sect or social que m ant iene sueños, que present a debilidades y que ent iende lo com plicado de los cam bios. Puede que Felipe com plem ent e en un aspect o al sect or de Mafalda, ya que m uest ra aquello que ella no es ( débil, inocent e) , y ponga de m anifiest o un sect or que t iene m iedo al cam bio, a crecer, que no est á " const it uido" fuert em ent e en cuant o a la personalidad.

- Susanit a: el m undo “ ordenado” es lo im port ant e, no int eresa si es inj ust o. Dent ro de la " clase m edia" Susanit a represent a el sect or social am ant e del sist em a burgués y las " buenas cost um bres" . Un sect or conform e con lo que vive, acept a la inj ust icia que Mafalda no soport a. Planifican el fut uro dent ro del país, confían en él, am ando “ los sím bolos” : el casam ient o, el rol de la m uj er com o am a de casa, et c.

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- Manolit o: represent a, dent ro de la " clase m edia" , al sect or social inm igrant e que reside en la “ Argent ina” de los años 60. Es un sect or social que se enfrent a con " argent inism os" que m ás de una vez caen en la discrim inación: son considerados poco int eligent es, brut os, una especie de pensam ient o que siem pre ocupó el “ im aginario social argent ino” : " el gallego brut o" y el " argent ino vivo" . Tam bién se observa, a t ravés de Manolit o, que suelen caer en la " aut o discrim inación" : él se sabe a sí m ism o com o " no capaz" ant e sus am igos.

Así m ism o Manolit o represent a al sect or burgués " com erciant e" , ya que pert enece a un grupo social que se m oviliza por int ereses sum am ent e económ icos, es decir, en pos de desarrollar la act ividad com ercial para obt ener ganancias.

- Los padres: represent an un sect or social " t ípico" de la " clase m edia argent ina" . Es decir, el padre t rabaj a en una oficina, es un em pleado, que cuent a el dinero para poder llegar a fin de m es. La m adre dej ó sus est udios para form ar una fam ilia. Es un sect or social pasivo. Se dice “ pasivo” en el sent ido que, a pesar de cuest ionar la sit uación del país y quej arse ant e el est ado económ ico, por ej em plo, esas inconform idades “ se quedan allí” , en la m era quej a, ya que no reaccionan com o Mafalda o Libert ad que varias veces piensan en “ cóm o solucionar los problem as” . No se t om a el t érm ino pasivo en el sent ido sociológico ( j ubilados, m enores) , sino que se apunt a a la pasividad ant e la “ lucha o deseo de lucha de un cam bio en la sociedad en la que viven” . Se t om a est e crit erio desde el com port am ient o que poseen: no m anifest ar t ant o su inconform ism o com o el sect or que represent a Mafalda, que sí exige un cam bio para la hum anidad. Quizás los padres de Mafalda represent en un sect or social com o " resignado" a lo que le t oca vivir acept an la sit uación, aquí se observa la diferencia generacional que se figura en est a hist oriet a, y que t iene relación con el enfrent am ient o que se da en el país.

¿Y los nuevos?

Com o t odos los personaj es de Mafalda, los personaj es que aparecen en las t iras de 1972 y 1973, que ant es no est aban, t am bién const ruyen est a " clase m edia argent ina" . Part icularm ent e, cada uno represent a un sect or:

- Miguelit o: represent a dent ro de la " clase m edia" , al sect or social que vive en " su m undo" . Es decir, poco le im port an los sucesos que ocurren en la sociedad, ya que est á m ás preocupado por su vida en part icular, que sólo lo inquiet a sus propias preocupaciones. Es un sect or social un t ant o egoíst a, ya que pocas veces m ira los conflict os que pasan a su alrededor. Se sient e im port ant e, convencido de est ar en lo ciert o con sus pensam ient os ( fant asm as) , por eso quizás m uchas veces, se m uest re m uy disconform e con sus padres o con reflexiones de sus am iguit os, pero eso no le quit a la " posit ividad" que expresa.

En sínt esis, represent a el sect or social de la " clase m edia" de los que viven en su " m undo int erior" y eso es lo único que realm ent e les im port a. Algunos los llam an poet as.

- Libert ad: represent a al sect or social que, dent ro de la " clase m edia" , se inquiet a por los sucesos que ocurren. Es una facción parecida a la de Mafalda, porque es crít ica y present a un deseo de cam bio. Pero se diferencia de est a, porque es bast ant e int olerant e con las opiniones diferent es, y en m uchas ocasiones pareciera que ninguna post ura le viene bien. Es un sect or social que est á a favor de las reivindicaciones sociales.

En sínt esis, represent a a una “ part e” que present a inconform ism o con lo que vive y con los ciudadanos que son " com plicados" , com o así t am bién es un sect or social que defiende la cult ura y las revoluciones. Una especie de arist ocracia de la sim pleza. Es lo com plicado de ser sim ple. Es la sabiduría t odavía no profanada por la int eligencia. - Guille: represent a dent ro de la clase m edia, al sect or social que es la hum anidad en est ado puro, en cualquier cosa. Es la pot encialidad del hum anism o. Com o sect or social es casi la " nada" , un poco m ás que el olvido.

Conclusiones

1 - A diferencia del m odo de ver la " cot idianidad" en Mafalda de 1965, en 1972/ 73 no se lleva a cabo la división de dos niveles ( com o el " universal" y el " subj et ivo" ) ya que, si bien siem pre las dos áreas est uvieron ent rem ezcladas, en est a últ im a et apa t odo pareciera desenvolverse en un m ism o plano.

Así es que en 1965 la " cot idianidad" at ravesaba a los personaj es, poniendo de m anifiest o " sucesos" que ellos vivían, y a part ir de allí, crit icaban la sit uación present ando facet as de su personalidad, dando a conocer caract eríst icas de su " esencia" , de su " ser" .

Aquí " lo cot idiano" m ost raba la reacción del elenco ant e " hechos" que sucedían en aquellos años, o vivencias fam iliares.

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caract eríst icas de las personalidades, at raviesan a la " cot idianidad" , dándole el valor, la crít ica o la opinión que cada uno exprese, respect o a su m odo de enfocarla según las “ posiciones” que ocupen en la t ira. En sínt esis, en 1965 lo cot idiano pasa por ent re los personaj es, m ient ras que en 1972/ 73, la const rucción de ident idades se observa bien definida, y son precisam ent e las personalidades las que “ ponen” un t em a en “ t ela de j uicio” .

Se “ nat uraliza” el discurso, volviéndose “ cot idiano” los t em as que la hist oriet a m uest ra. Por ej em plo, “ era nat ural” que “ t odos los ciudadanos se int eresen por la avent ura espacial” , sin em bargo, com o ocurre con los sucesos que se viven a diario, t al vez poca gent e se preocupaba por avances de ese t ipo. I gualm ent e, la cuest ión que aquí im pera es que el discurso de la hist oriet a Mafalda const ruye una cot idianeidad, y desde allí se m uest ra com o “ lo que sucedía” por esa “ nat uralización” que produce el discurso.

Perm anece en la hist oriet a la oposición padres- hij os. La observación m ás const ant e se m anifiest a m ediant e el rechazo a la sopa por part e de los niños. Est e t em a “ at raviesa” la cot idianeidad de los personaj es. Y no sólo lo represent ase a t ravés de ese elem ent o ( la sopa) , sino que puede det ect arse en t iras donde se habla de ot ros t em as.

Así se puede observar que el enfrent am ient o padres- hij os aparece “ por debaj o” m anifest ando la falt a de com pat ibilidad ent re am bos, el conflict o generacional, condición de producción hist órica.

2 - Podem os concluir en que las sit uaciones m encionadas en las t iras m uest ran las diferent es cat ást rofes de los personaj es de la hist oriet a en “ la vida cot idiana” de esa clase m edia en la que se m ueven, m ost rando el inconform ism o de la sociedad en la que “ viven” en algunos casos, las divergencias ideológicas en ot ros, que llevan a ese “ reírse” de la act it ud de algunos personaj es, y la const ant e que se refiere a la incapacidad de adapt arse de una generación a ot ra.

Est o ocurre en las t iras de 1965 com o en la de los años 70. Lo novedoso en 1972 y 1973 es la cat ást rofe present ada por el inconform ism o con la propia personalidad, que no se había vist o en la prim era época. Est o puede ser product o de ese cam bio de “ cont ar” lo cot idiano en la form a que habíam os hablado desde un principio. En 1972 y 1973 las personalidades se ven const ruidas, “ definidas” cada una de ellas con respect o a los prim eros años, donde los personaj es plant ean sus diferent es posiciones y las defienden not ablem ent e. Y debido a est o, no es casual que aparezca en est os últ im os años, la cat ást rofe de personalidades que ant es no era t an frecuent e. Así es que, a part ir de la elaboración de lo cot idiano en Mafalda, de la const rucción de las ident idades de los personaj es, se observaron las causas que se est ablecieron en t orno de uno de los recursos ut ilizados por el discurso: el hum or, m arcado por la m uest ra de la propia cat ást rofe y la aparent e salvación por el rasgo del ingenio.

La ot ra m it ad, aproxim adam ent e, de los casos exist ent es, art iculan el discurso con el m ecanism o de present ar casos const ruidos sobre la base de deposit ar agresión sobre un t ercero, ut ilizando así el recurso “ chist e” .

Tant o en 1965 com o en 1972 y 1973 exist en las dos form as de hacer posible el m ecanism o de chist e: el personaj e que se ríe de un t ercero j unt o a ot ros personaj es, o el personaj e que “ busca” la com plicidad de ese que est á afuera de la hist oriet a, el “ lect or m odelo” , con quien com part e lo “ risible” .

El em pleo de la com icidad, de “ lo cóm ico” , que im plica “ una aposición de sent idos divergent es” es un recurso no ut ilizado por el discurso de la hist oriet a.

3 - La form a de const it ución de fam ilias de los personaj es, form a uno de los m ecanism os que el discurso ut iliza para hacer conocer qué sect or social nos m uest ra Mafalda.

Es decir que, m ediant e, las relaciones padres- hij os se dist inguen bien quiénes t ienen una relación est rict a y quiénes una fluida, form ando est o un punt o que m uest ra la diversidad exist ent e, es decir, “ no t odos los padres son iguales” , “ no t odos los niños son cast igados” .

De la m ism a m anera, la inclusión de elem ent os nuevos, es ot ra de las form as que ut iliza el discurso para const ruir aquellas cosas que cuando nace la hist oriet a no se habían vist o. Con el paso del t iem po el discurso se sigue nut riendo de lo cot idiano represent ando nuevas facet as a t ravés de los últ im os personaj es, que progresivam ent e fueron apareciendo.

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argent ina” no lo serían por los det erm inados pensam ient os que circulan por el im aginario social.

Es decir: la hist oriet a Mafalda fue elaborada dent ro de una sociedad donde regían y rigen " pensam ient os m orales" que varias veces " señalan" lo " acept able" y lo " no acept able" . Sin em bargo, el m ecanism o que se ut iliza hace que los personaj es de la t ira acept en a la inversa de lo que quizás sería en algunos “ sect ores sociales” . Decim os est o, porque la “ sociedad” no es de una sola m anera, sino que present a variedad de pensam ient os y acciones dent ro de ella, pero, cabe dest acar que quizás se conciba una “ idea” m ás que ot ras, t eniendo en cuent a t am bién el espacio t em poral en el cual se produj o la hist oriet a. Est a “ inversión” puede const it uir cuest ionam ient os que en la hist oria aparecen perm anent em ent e hacia esas “ visiones t radicionales de la sociedad argent ina” de los años t ant o 60 com o 70.

La const rucción de las ident idades de los personaj es en la hist oriet a Mafalda const it uye una est rat egia que t om a el discurso, para elaborar el product o del que hablam os. Cada personaj e ha present ado det alles propios, diferenciándose cada uno por lo que no es, o por lo que es el ot ro. Así una vez int roducidos en la “ clase m edia” , conocim os a t ravés de los personaj es los diferent es sect ores sociales que se encuent ran dent ro del relat o que de est a se hace.

El discurso de est a hist oriet a usa el m ecanism o de las ident idades const ruidas con caract eríst icas propias, en pos de poder delim it ar un sect or social de ot ro, m oviéndose t odos j unt os dent ro de una m ism a clase: la clase m edia argent ina nut rida de diferent es sect ores sociales que vem os represent ados en la hist oriet a a t ravés de los personaj es.

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