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Todo por un sueño

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Academic year: 2018

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Todo por un sueño

Mordisqueaba un bolígrafo mientras mantenía los ojos en la pantalla del ordenador. Miraba de vez en cuando varios papeles que tenía a un costado de la mesa y tachaba lo que no le gustaba. Leía, releía y volvía a leer lo que había escrito y cada vez que lo hacía menos le gustaba lo que aquellas palabras formaban en una hoja de papel. Siempre había sido demasiado meticulosa cuando de su trabajo se trataba y por esa misma razón llevaba ya demasiado tiempo editando y reescribiendo aquel artículo

Su jefe debía estar de los nervios, se suponía que debía haber mandado el mail hacía ya media hora y aún estaba modificando algunas cosas. Pero quería que todo estuviera perfecto, dado que sería su último artículo en el periódico que había sido su segunda casa desde que terminara la carrera, quiso que todo fuera perfecto. Tras varios años allí, quizás ese artículo en particular era el que más nerviosa le tenía

Su vida había cambiado diametralmente hacía a penas un mes y medio, cuando le ofrecieron aquel puesto que siempre había estado esperando. Ser corresponsal de uno de los informativos con más audiencia del país era todo por lo que había estado luchando desde hacía bastante tiempo

Se incorporaba en dos semanas y su primer destino era Holanda, donde las elecciones terminaban y ella sería la encargada de hacer la cobertura de las mismas. Pero antes de eso, antes de comenzar con su nueva vida, debía terminar con la otra y para ello, quería firmar el mejor artículo que había firmado nunca para el periódico que la vio crecer como periodista

La puerta del piso se abrió, escuchó como alguien dejaba una mochila en el suelo y se iba directamente a la cocina, tomando un botellín de agua bebía casi la totalidad de su contenido para salir después al salón y sentarse frente a ella flexionando sus piernas

-: Creí que debías haber mandado eso hace casi una hora (dijo señalando la cantidad de

cosas que tenía frente a ella)

-: Y debí haberlo hecho (contestó sin mirarla) solo que no termina de convencerme -: Tú siempre tan autocrítica (le quitó importancia) anda, déjame leerlo

-: Nop (contestó dándole un golpe suave en el brazo cuando intentó coger uno de los

documentos) cuando esté acabado

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-: No me pongas esa cara. No voy a dejar que lo leas (afirmó) y ve a darte una ducha

(dijo mirándola de reojo) me desconcentras

-: Jum (rió entre dientes) ¿me vas a decir ahora que la razón por la que no puedes

terminar ese artículo soy yo?

-: No (contestó dejándolo todo y acomodándose sobre el sofá) eres tú y lo buena que

estás

-: Siempre igual (sonrió) no hay quien pueda contigo

-: Tú puedes conmigo (afirmó con un tono seductor) y en todos los sentidos si

quisieras...

-: Una lástima que no me vayan las tías... (dijo chasqueando los dientes)

-: Eso es porque aun no lo has probado, cariño (contestó acercándose peligrosamente a

ella) si lo hicieras no pensarías de esa manera (siguió a escasos centímetros de sus labios) estás muy sexy desde ésta posición (dijo mirando alternativamente su canalillo y su boca)

-: Uhm... (sonrió con malicia, haciendo una pausa y mirando ella también sus labios)

tengo que ir a comprar condones... (comentó tras unos segundos, sonriendo abiertamente después)

-: ¿Condones? (preguntó moviéndose y alejándose de ella)

-: Luís viene ésta noche... ¿no te lo había comentado? (preguntó con malicia) -: Eres una perra (dijo ya riendo abiertamente)

-: Perra estaré esta noche (contestó mordiéndose el labio)

-: ¡Eso! (elevó la voz mientras veía como desaparecía por la puerta del salón en

dirección al baño) reprime tus instintos lésbicos con una buena po...

-: Che, che (la cortó sacando la cabeza por la puerta) recuerda que eres toda una señorita

periodista con trabajo nuevo y que tiene que mantener una imagen de seriedad (reía) así que no termines esa frase, o tendré que ponerla en tu currículo sin que te des cuenta

-: ¡Ve a la ducha! (dijo ya riendo ella también, viendo como por fin desaparecía)

estamos locas (murmuró volviendo al artículo)

Era increíble vivir con ella, llevaban haciéndolo desde la universidad y desde el primer día que se conocieron sintieron una conexión especial entre ellas, ese tipo de conexiones que solo sientes con quien sabes que se convertirá en alguien fundamental en tu vida, en una amiga para toda la vida. Esa persona con quien puedes ser tú sin limitaciones, con quien puedes hablar y bromear sin tapujos... La iba a echar de menos, el tiempo que estuviera fuera de casa, y a partir de ese momento sería bastante más que lo que había sido hasta ahora, la iba a echar terriblemente de menos...

En el sofá, se mantenía con la cabeza gacha, las manos sobre la cabeza y el agobio colonizando cada poro de su piel. No iba a ser fácil, de hecho ya estaba siendo

terriblemente difícil, pero aquello tenía que terminar, no podían seguir de ese modo, no cuando tenía otras preocupaciones mil veces más importantes en la mente...

Escuchó el timbre y se levantó. Con pasos lentos anduvo hacia la puerta, no miró, sabía perfectamente de quien se trataba y cuando abrió sus ojos se encontraron con los suyos viendo en ellos el desconcierto y algo de temor, supo que iba a hacerle daño

-: Pasa (dijo abriendo para que entrara, cosa que hizo al instante, intentando robarle un

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-: Vaya... (soltó a modo de decepción y vio como esquivaba su mirada) supongo que

puedo imaginarme el por qué de tanta urgencia...

-: Tenemos que hablar (contestó evitando responder a su comentario, no quería una

confrontación, no quería acabar peor de lo que sabía que iban a acabar)

-: Tú dirás (dijo sentándose en el sofá y esperando a que hablara)

-: Pues...verás... esto no es fácil... pero... (no sabía como decirle aquello, pese a ser

consciente de que debía hacerlo de una manera directa) esto no va bien...

-: ¿Qué es lo que no va bien? (contestó con toda la intención, no iba a ponérselo fácil,

muy por el contrario, pretendía ponérselo lo más difícil que pudiera)

-: Lo nuestro... no va bien... (afirmó) creo que... tal vez deberíamos... -: ¿Por qué no va bien? (preguntó cortando sus palabras)

-: No me hagas esto (se lamentó sabiendo lo que pretendía)

-: ¿¡Qué es lo que estoy haciendo!? (espetó) solo quiero saber qué es lo que según tú no

va bien (continuó) quiero saber porqué quieres dejarlo...

-: Sabes tan bien como yo que no estamos bien (volvió a lo mismo) yo... yo ahora tengo

mil cosas en la cabeza, tengo muchas cosas en las que pensar y... estar contigo...me... me desconcentra...

-: ¡Ja! ¡Menuda gilipollez! (contestó)

-: No es ninguna gilipollez... (siguió diciendo) llevamos mucho tiempo que no hacemos

más que discutir, no hacemos otra cosa que no sea eso...

-: Dejaríamos de hacerlo si dejaras de esconderme (atacó) la culpa es tuya (elevó la

vista clavándola en sus ojos) sí, no me mires así... si pusieras de tu parte todo sería más fácil

-: Sabías perfectamente donde te metías (contestó con seriedad) así que no me vengas

ahora con éstas

-: ¿Entonces qué? ¿Se acabó? ¿Así sin más? ¿Sin importarte lo que yo sienta o deje de

sentir? (preguntó con rabia)

-: Sin más, no (contestó) te aseguro que lo he pensado mucho y esto... ya no da más de

sí (seguía diciendo) lo siento... de verdad que lo siento pero no podemos seguir así... yo ahora necesito tranquilidad y contigo todo son broncas... todo es demasiado...

demasiado difícil

-: Todas las relaciones son difíciles, la nuestra quizás un poco más que el resto, pero...

(afirmó relajando un poco el tono, no quería que acabara ahí... no podía acabar ahí) podemos... podemos volver a intentarlo... podemos...

-: No (cortó) lo siento... (dijo bajando la mirada) no es por ti... es por...

-: Cállate ¿quieres? (interrumpió) porque ese es el tópico más grande del universo... “no

es por ti, es por mí” (imitó su voz) ¿¡En serio!? (no podía creerse que argumentara aquella estupidez)

-: Lo siento...

-: Y más que lo vas a sentir (dijo levantándose con rabia, sin querer cruzarse con su

mirada)

-: Espera...No te vayas así... (intentó que parara)

-: ¿A qué cojones quieres que espere? (rugió) ¿Qué más quieres decirme? ¿No lo has

dicho todo ya? Pues ya está... ¡que te aproveche!

-: Podríamos ser amig...

-: Ni se te ocurra decirlo (levantó la mano derecha en señal de advertencia) ni se te

ocurra

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acabar de otra manera, no cuando todo se había convertido en un sin fin de reproches absurdos, cuando todo lo que hacía estaba mal. No podía acabar bien si cada vez que se veían terminaban con una bronca peor que la anterior, dejando un sentimiento de vacío y malestar en su corazón. Era lo mejor que podía hacer, terminar con esa relación que no hacía más que hacerles daño

Suspiró, se levantó, intentó no pensar más en ello pese a que sabía que no se le iría de la cabeza en días. Tomó su bolsa de deporte y salió de casa. Necesitaba evadirse de la única forma que sabía hacerlo

Se desesperaba una y otra vez al ver la de errores que estaba cometiendo. No daba una a derechas y todo era por lo mismo, por aquella ruptura que sabía necesaria pero que tanto estaba descentrándola

Desde su posición una mujer alta la miraba y fruncía el ceño, algo le pasaba y creía saber qué era, aún así no dijo nada, no se metería en su vida, ese no era su estilo, siempre y cuando lograra concentrarse en lo que habían ido a hacer allí

-: ¡Joder! (protestó una vez más al ver un nuevo fallo)

-: Tienes que relajarte un poco (le sugirió la chica desde el otro lado) así no vas a lograr

nada

-: Lo sé... solo necesito concentrarme (afirmó) tengo la cabeza en otra parte

-: Hagamos un descanso (vio como la miraba con los ojos entrecerrados, un descanso

seguramente era lo que menos quería hacer) hazme caso (insistió) te vendrá bien

-: Genial (protestó, dejando lo que estaba haciendo, andando hacia uno de los bancos de

los laterales y tomando un sorbo de una botella que tenía guardada) perdona... (se disculpó) tú no tienes la culpa

-: No pasa nada (afirmó de nuevo) ¿Qué ha pasado? (la miró un segundo) -: He dejado a Rosa (le soltó viendo como abría los ojos por la sorpresa) -: Creí que os iba bien (afirmó, vio como suspiraba)

-: No nos iba nada bien (contestó bebiendo otro trago) es más... no tenía sentido seguir

con ella... yo necesito calma y tranquilidad, con ella era imposible de un tiempo a ésta parte

-: Vuestra relación siempre ha sido un tira y afloja (le dijo como si no le estuviera

diciendo nada nuevo)

-: Ya... pero... ahora necesito concentrarme y eso iba a ser imposible con ella

-: Dime la verdad (le pidió) no me vengas con éstas tonterías porque sabes que no es

cierto, puedes concentrarte y centrarte perfectamente con ella a tu lado

-: Está bien (bajó la cabeza) no la quiero... no puedo seguir con ella porque no la

quiero... y si seguía a su lado terminaría haciéndole mucho más daño... no estoy enamorada de ella...

-: Entonces sí que ha sido mejor dejarla (le dio la razón)

-: No quería hacerle daño... (se lamentaba) es una chica estupenda y se merece algo

mejor a lo que yo puedo darle...

-: Estará bien (intentó animar) no te preocupes por eso ahora

-: Es fácil decirlo (continuó) pero no puedo evitar preocuparme por ella

-: Tú siempre tan buena (dijo sonriendo y quitándole un mechón de pelo de la cara)

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-: Ya... esto... ¿Continuamos? (dijo levantándose y alejándose de ella)

-: Claro (contestó levantándose también, tras unos segundos en los que sintió su

rechazo... una vez más) ¡vamos! (instó a que comenzara)

Volvió al trabajo, intentando hacerlo mejor que antes, pensando en lo único que tenía que pensar en esos momentos. Evitando que las imágenes de Rosa volvieran a su cabeza y queriendo hacer bien su trabajo. En pocos días tenía que estar al 100%, comenzando así, la carrera hacia su objetivo. Ser la número Uno

Locutor: Y conectamos ahora con nuestra corresponsal en Holanda donde las

elecciones electorales se están sucediendo sin incidentes, ¿No es así? (dijo el presentador hablando directamente a la cámara)

-: Así es (apareció ella en pantalla, intentando mantener la calma pero sintiendo los

nervios “de su estreno” en televisión) la jornada electoral está siendo muy tranquila, tal como se esperaba los Holandeses están llegando a sus respectivos colegios electorales sin incidencias (ella desaparecía de pantalla se emitía un video según hablaba)

sorprendentemente hay un aumento del porcentaje de votos

Locutor: ¿Qué dicen los primeros sondeos? (preguntó el presentador de informativos

volviendo al imagen a ella)

-: Pues, los primeros sondeos, recordemos que aún no son de todo fiables puesto que

aún no han comenzado a escrutarse los votos, aún así, la sensación es de tranquilidad por parte del partido gobernante quien está convencido de volver a seguir elegido

Locutor: Bien, muchas gracias y volveremos contigo más tarde (siguió diciendo) Cámara: Estamos fuera (le dijo el cámara bajando el aparato, ella suspiró y sonrió

nerviosa) has estado muy bien (le dio ánimo su compañera)

-: ¿Seguro? ¿No se me ha notado muy nerviosa? (quiso saber) Cámara: Para nada (afirmó dándole ánimos) has estado perfecta -: Gracias... (se sentía realmente bien, era como estar volando)

Cámara: Vamos a comer algo, nos lo hemos ganado (dijo guardando todas sus cosas en

la furgoneta) luego tenemos que prepararnos para la emisión de ésta noche

-: Sí, vamos (contestó con alegría)

Locutor: Y vamos ahora con los deportes (seguía el presentador) Gonzalo, buenas

tardes (le dio paso a otro presentador)

Gonzalo: Buenas tardes, ya está todo preparado para el comienzo de la copa Fed Cup

de tenis, allí, nuestra corresponsal Ángela ha pasado un rato con algunas de las tenistas españolas

Ángela: Así es Gonzalo (aparecía en pantalla la periodista) todo preparado para el

comienzo de éste torneo y todo apunta a las tenistas inglesas como favoritas para revalidar el título, aún así, nuestras tenistas se encuentran muy motivadas y con muchas ganas de hacer las cosas bien (aparecían en pantalla imágenes de varias tenistas

enlazadas con las pistas en las que se celebraría el torneo) hemos podido hablar un rato con Claudia Castillo, tenista de la selección española. Éstas han sido sus palabras

Claudia: Estamos muy motivadas y con muchas ganas (decía la tenista a las puertas del

hotel) este año tenemos la certeza de poder hacer mucho más, vamos a dejarnos la piel en la pista y esperemos tener algo de suerte y poder llevar la copa a casa

Ángela: Pues esperemos que así sea (la imagen volvía de nuevo a la periodista) todo

preparado y listo para el comienzo de la competición

Gonzalo: Muchas gracias, Ángela y mucha suerte a nuestras tenistas (afirmó)

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En el hotel de concentración de Vancouver, la selección española de tenis femenino se preparaba para el comienzo de aquel torneo. Intentaban relajarse para que los nervios no las traicionaran. Ella llevaba ya bastante tiempo visionando los partidos de su primera contrincante, cuando la puerta de la sala de visionado se abrió dejando paso a otra de las tenistas

Claudia: Deberías tomarte un descanso (le dijo sentándose a su lado)

-: Intento encontrar algún punto débil (dijo sin apartar la mirada de la pantalla) Claudia: Las dejadas le resultan difícil (contestó dejando clara la experiencia que le

daba la veteranía) pero tienes que intentar sorprenderla, si te adivina el movimiento te machacará...

-: Gracias (dijo mirándola un segundo)

Claudia: Tranquila (le acarició el hombro) y tómate un descanso. Vamos a ir a dar una

vuelta por aquí, a intentar calmarnos...

-: En seguida voy (contestó, mirando de nuevo la pantalla. Claudia desapareció y ella

suspiró mientras seguía estudiando los movimientos de aquella tenista)

-: Según fuentes policiales, se han detectado varios disturbios en el centro de la ciudad

por parte de simpatizantes del partido perdedor (decía mirando a la cámara, sosteniendo una libreta que dejaba fuera del plano) aunque no se han registrado daños personales sí ha habido algún daño material que tiñe de gris éste día de fiesta. Como ya hemos dicho el partido gobernante vuelve a ganar las elecciones. El presidente ya ha hablado dando las gracias a la población y los distintos presidentes de los demás partidos ya le han hecho llegar sus felicitaciones

Locutor: ¿Sabemos cuando será la primera comparecencia delante de los medios?

(preguntó el presentador de informativo desde el plató

-: Está previsto que lo haga a lo largo de la tarde, aún no sabemos la hora exacta

Locutor: Bien pues, estaremos esperando (afirmó terminando con la conexión) y vamos

ahora con los deportes, Gonzalo, creo que la Fed Cup ya ha comenzado ¿No es así?

Gonzalo: Así es, ha comenzado hace exactamente dos horas, con el primer partido de

nuestras tenistas (decía una vez la cámara lo enfocó) la sorpresa de éste año es la tenista que en éstos momentos está jugando su primer partido. Pese a que nadie tenía muchas esperanzas puestas en ella (en la pantalla salían imágenes del partido que se estaba celebrando) podemos ver y disfrutar de su juego, gana 2 sets a 1, 6-1; 6-4; 5-7 en el cuarto set empata a 3 juegos (mientras hablaba seguían sucediéndose imágenes del partido, donde se veía como la tenista rompía el saque de su contrincante con un golpe en paralelo que dejaba clavaba en el suelo a la rusa) vemos como con ese golpe paralelo se pone en cabeza 40-15, a un solo golpe de volver a romper su servicio (volvía la imagen al presentador) todo un descubrimiento ésta tenista que damos por seguro, nos dará muchas alegrías en éste deporte

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Ya en el hotel de concentración junto a todas sus compañeras, su entrenadora y varias personalidades de la federación española, celebraban su primer triunfo antes de volver al trabajo

Claudia: Buen partido (decía felicitándola) -: Me diste buenos consejos (afirmó)

Claudia: Sí, pero eras tú la que estaba en la pista (contestó) -: Estaba bastante nerviosa, la verdad (declaró)

Claudia: Esther, has estado genial (dijo apretándole el hombro) es lógico que estuvieras

nerviosa en tu debut, pero has hecho un partido perfecto

E: Uff... Tengo un subidón (decía casi dando saltos de alegría) -: Disculpar (dijo la entrenadora llegando a su lado)

E: Ey, Sonia, no estés tan seria (decía contenta) ¡hemos ganado!

Sonia: Has ganado (apuntó) y no estoy seria, de hecho venía a decirte que deberíamos

celebrarlo (dijo acercándose a ella con un toque insinuante)

E: Claro (afirmó) me encantaría celebrarlo con todos (dijo pegándola un nuevo corte y

dejándola allí, para volver con el resto del equipo)

Sonia: Genial (murmuró para sus adentros, volviendo la vista hacia su cuerpo y

mirándola desde la lejanía... ¡como le gustaba! ¡Y qué poco caso le hacía!)

Días después entró en casa con los auriculares puesto, la música sonando y arrastrando la maleta. Tenía ganas de darse un buen baño, relajarse y acostarse un rato. Habían sido unos días intensos pero absolutamente geniales, había pasado el mejor tiempo de su carrera en tierras Holandesas siendo corresponsal, había nacido para aquello, para ser una gran periodista

La puerta del salón estaba cerrada, en otro momento le habría extrañado, pero ese día, tal vez por cansancio no le prestó atención. Mientras apagaba su ipod abrió la puerta y entró

M: ¡Joder! (dijo dándose rápidamente la vuelta) ¿¡Es que no tenéis una cama!?

(exclamó tapándose los ojos)

Ana: Ho... hola Maca (decía Ana desde el sofá mientras saltaba de las rodillas de su

chico y se tapaba con algo) Que... qué pronto has llegado ¿no? (seguía nerviosa) creí que llegabas mañana

M: Pues he llegado hoy... pero aún así... podríais usar tu cama (contestó sin darse la

vuelta) Hola Luís

Luís: Sí... eh... hola, Maca (decía el chico poniéndose en pie muy avergonzado y

tapándose con un cojín, lo primero que tenía a mano)

Ana: Bu... bueno, nosotros nos vamos... (lo empujaba hacia su habitación)

M: Llevaos ese cojín también (señaló el susodicho una vez se dio la vuelta) podéis

tirarlo, no quiero volver a verlo

Ana: Sí, sí, tranquila (seguía diciendo roja como un tomate) ¿Has tenido buen vuelo?

(preguntó asomando la cabeza por el marco de la puerta)

M: Desaparece, Ana (intentando aguantar una sonrisa)

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Fue a la cocina y se preparó un café, sus planes de relajación, baño con espuma y soledad en casa se habían ido al traste nada más entrar ¡Y de qué manera! Mientras esperaba a que la cafetera terminara su trabajo, escuchó pasos a su espalda. Sonrió, sabía que Ana volvería tras el bochornoso momento

M: Espero que estés vestida, Ana, porque no sé si podré contenerme si te veo desnuda

una vez más (bromeó)

Ana: Perdona lo de antes, Maca (decía visiblemente avergonzada, ya con algo de ropa

puesta) de verdad que pensé que no llegabas hoy... estábamos viendo una peli y bueno... ya sabes...

M: Ya, ya (contestó quitándole importancia al asunto) os entró el calentón y no

pudisteis llegar a la cama...

Ana: Mira que eres bruta (se sentó al otro lado de la mesa mientras Maca se servía el

café y se sentaba justo al otro lado)

M: ¿Y donde está el semental? (dijo con una cómica sonrisa) Ana: Se está vistiendo... muerto de vergüenza al igual que yo...

M: Tampoco es tan grave... una anécdota más que contar (elevó los hombros) además,

que a mí me habéis alegrado el día... he podido verte en todo tu esplendor (seguía con malicia) y he de decir que Luís tiene mucha suerte... te mueves muy, pero que muy bien (terminó de decir enronqueciendo la voz)

Ana: No sabía que existía en ti ésta vena voyeur (sonrió)

M: Es otro de mis secretos ocultos (bebió de su taza sin dejar de mirarla) esos que

estaría encantada de enseñarte...

Ana: Anda... dejémonos de tonterías y cuéntame como ha ido todo (dijo ya terminando

con la broma) te vi en la tele, estabas guapísima

M: Gracias (contestó también dejando a un lado ya la broma) lo cierto es que estoy que

no me lo creo Ana, todo es genial... tengo un equipo estupendo y todos me ayudan bastante

Ana: ¿Y como es que estás aquí ya? (quiso saber)

M: Pues primero porque en Holanda ya no teníamos nada más que contar y porque

además... nos llamó mi jefe, otra corresponsal se ha puesto enferma o se va a dar de baja o no sé qué y tengo que sustituirla

Ana: Tú siempre igual, te enteras de las cosas que da gusto (afirmó)

M: Ya... pero no es culpa mía ¿eh? Que mi jeje se explica fatal también (contestó) así

que nada, luego supongo que hablaré con él y ya me dirá qué ha pasado y donde me voy...

Luís: Hola (dijo Luís entrando en la cocina) que... yo me voy a ir... tengo unas cosas

que hacer

Ana: Vale, cariño (dijo dándole un beso en los labios) llámame luego Luís: Sí (contestó) hasta luego (se despidió de Maca sin mirarla)

M: Hasta luego (contestó con una sonrisa) ¡Y acuérdate de llevarte el cojín! Ana: ¡Pero déjalo! (protestó) ¿no ves que ni siquiera puede mirarte a la cara? M: Jajajaja (rió) en fin... voy a darme una ducha

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pero que demostró, con su talento al jugar que se convertiría en una de las grandes tenistas españolas

Llegó a casa terriblemente cansada, pero inmensamente satisfecha con su trabajo. Ganar la Copa Federación era algo que la llenaba de ilusión y alegría. Había pasado mucho tiempo preparándose para ese torneo y ganarlo había sido uno de los mejores momentos de su vida. Pese a que todo lo que vino después era demasiado agotador para ella no podía hacer más que sonreír como no había podido dejar de hacerlo y cumplir con sus obligaciones. Rueda de prensa, comida con autoridades, atender a periodistas que la seguían pero sobre todo, lo mejor había sido callar las bocas de aquellos que habían puesto en tela de juicio su participación en el torneo. Y ahora que llegaba a casa se sentía demasiado cansada...

Tomó una ducha relajante y se tumbó en la cama. Cinco días libres le daban la libertad de hacer lo que le diera la gana, había pensado en hacer un pequeño viaje, pero no le apetecía hacerlo sola. Suspiró, sopesó la posibilidad de llamar a Rosa e intentar arreglar las cosas con ella pero desechó la idea al instante, no le parecía ni moral ni coherente volver a ilusionarla con algo que no llegaría a ninguna parte. Era mejor así, aunque sintiera que no tenía nadie con quien disfrutar de su triunfo

A media tarde, cuando el sol ya se escondía despertó algo más descansada. Se levantó y se preparó algo de comer, se sentó frente al televisor y acomodándose en el sofá se dispuso a ver las noticias

La primera imagen que vio fue la de ella misma levantando la copa junto a sus compañeras, sonrió, emocionada, ilusionada e incluso sintió que una lágrima caía por sus mejillas, se molestó cuando el telediario pasaba a otro deporte, concretamente el fútbol y pensó que no entendía porqué siempre le daban prioridad al “deporte Rey” y no prestaban más de cinco minutos a los triunfos de otras disciplinas

Cambió de canal, buscando algo diferente y dos canales después quedó algo

impresionada por una periodista, una corresponsal que le pareció preciosa. Ni siquiera escuchaba de lo que hablaba pero sabía que no la había visto en ningún telediario antes, le gustó, era guapísima, con unos ojos marrones y profundos y un pelo largo y sedoso, un cuerpo de escándalo y un tono de voz que muy posiblemente derretiría a cualquiera que la escuchara

Se sentía como hipnotizada por aquella voz, por aquella mirada y por los pequeños movimientos que hacía mientras hablaba y cuando la conexión terminó se quedó con ganas de verla más tiempo

El teléfono sonó, se levantó y se acercó despacio, miró la pantalla y sonrió mientras descolgaba y volvía a sentarse en el sofá

E: Hola, mamá (saludó a su madre con cariño)

En: Hola, hija (decía bastante emocionada) ay, hija que no he podido hablar contigo... E: Tranquila, mamá (sonreía) venga, no pasa nada

En: Estoy muy orgullosa de ti, cariño (dijo logrando que a Esther se le saltaran las

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E: Gracias mami (contestó limpiándose las lágrimas)

En: ¿Vas a venir a casa hija? (quiso saber) todos queremos verte y tu tía quiere

prepararte una fiesta

E: Tengo cinco días solo mamá, luego tengo que volver a entrenar, pero supongo que

podré ir aunque sean dos días...

En: Claro cariño (sonrió) así te veo hija, que tengo muchas ganas de darte un abrazo...

que sabes que a mi edad ya lo de viajar no me viene bien...

E: No digas eso, mamá, que tú estás estupenda (afirmó) mañana no creo que pueda pero

pasado mañana me tienes allí

En: Vale cariño (afirmó) E: ¿Lucas está allí? (preguntó)

En: Llega mañana (contestó) me dijo que él también está muy orgulloso y que está

deseando darte un buen abrazo

E: Y yo a él... (se emocionaba)

En: Bueno, hija, no te entretengo más que seguro que estás cansada y quieres acostarte

(dijo su madre conociéndola) te quiero cariño

E: Y yo a ti mami (contestó con voz tomada) hasta luego En: Adiós...

Mientras tanto, Maca llegaba a casa dejando las cosas de malas maneras sobre la mesa, Ana, desde su posición la miraba y sabía que tenía un enfado de narices. Apagó el televisor y esperó a que dijera algo, cuando vio que no abría la boca fue ella quien preguntó

Ana: ¿Qué te pasa?

M: Que mi jefe está loco, eso es lo que pasa (decía malhumorada) se le han cruzado los

cables y se ha vuelto loco

Ana: A ver, Maca, siéntate y cuéntame qué pasa (pidió tomando su mano y haciendo

que se sentara)

M: ¿Recuerdas que te dije que una de las corresponsales se iba a dar de baja? (Ana

asintió) resulta que va a dar a luz y claro, la baja de maternidad y todas esas cosas (continuó) pues resulta que su puesto me lo dan a mí

Ana: Bueno, genial ¿no? (intentó animar) quiere decir que cuentan contigo y es muy

difícil teniendo en cuenta el poco tiempo que llevas allí

M: Pues no, Ana, de genial no tiene nada (contestó) ésta chica es corresponsal de

deportes y yo no tengo ni idea de deportes... vamos que me sacas de lo básico y no tengo ni puta idea

Ana: Venga, seguro que no es tan malo, todo es cuestión de documentarse (intentó

animar) ¿qué tienes que hacer?

M: Tengo que cubrir los próximos torneos de tenis (continuó) ¡De tenis!

Ana: ¡Pero si eso es fácil! (Maca la miró con una ceja alzada) en serio, es un deporte

muy sencillo

M: ¡Ja! Pues será para ti, doña lista (contestó crispada) porque yo no tengo ni idea Ana: Venga ya, ¿Me vas a decir que nunca has visto un partido de tenis?

M: Claro que lo he visto (contestó) pero muy por encima, no tengo ni idea de nada, casi

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Narvartilova” y no tengo ni idea de lo que es un “Gran Slam” (terminó de decir llevándose las manos a la cabeza)

Ana: Umm (se levantó para ir a la cocina y coger un par de cervezas) El Ace es cuando

se marca un punto directamente desde el servicio sin que el oponente toque la bola, es uno de los saques más rápidos del tenista que tiene el servicio en ese juego (decía abriendo los botellines desde la cocina, Maca la miró sorprendida) Martina Navratilova, no Narvartilova, (apuntó corrigiéndola) fue ocho veces campeona de Wimblendom, dos en el 78 y 79 y luego desde el 82 hasta el 87 (volvía al salón dándole una de las cervezas y bebiendo ella) Y un Gran Slam son los cuatro torneos mayores; El abierto de

Australia, Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos (terminó de decir ante la estupefacta mirada de Maca)

M: ¿Y tú como sabes todo esto? (preguntó)

Ana: Estuve en un equipo de tenis de adolescente (Maca volvió a sorprenderse) ¿No te

lo había dicho?

M: No tenía ni idea (afirmó)

Ana: Pues era bastante buena (continuó) pero me lesioné y tuve que dejarlo... aún

conservo algunas amigas en el mundillo...

M: Vas a tener que ayudarme Ana (le pidió) vas a tener que ayudarme (repitió viendo

como a su amiga se le dibujaba una sonrisa en el rostro)

UN MES DESPUÉS

-: Y vamos ahora con nuestra corresponsal Macarena Fernández que acaba de ver como

una vez más y para sorpresa de todos, la tenista Esther García gana la copa de España de tenis (decía el presentador) adelante, Maca

M: Pues así es, una vez más, Esther García ha vuelto a sorprender a todos imponiéndose

por 6-4; 5-7 y 6-2 a la anterior ganadora de la copa de España, Claudia Castillo. Un nuevo triunfo para una tenista de la que poco se sabía hacía a penas un mes pero que se ha convertido en una de las grandes promesas de nuestro país (decía mirando a cámara mientras se intercalaban imágenes del partido ya finalizado) Un nuevo triunfo antes del comienzo del Gran Slam, recordemos que quedan un par de torneos más antes de partir a Australia

-: ¿Sabemos como se encuentra la tenista? (preguntó el presentador)

M: Pues como viene siendo costumbre, sabemos que está contenta y descansando, no ha

querido hacer declaraciones y no ha asistido a la rueda de prensa, lo ha hecho su

entrenadora y nos ha comunicado que García se encuentra bien, contenta y con ganas de ir al siguiente torneo...

Apagó el televisor con frustración, era la cuarta vez que volvía a ver el reportaje que se había encargado de grabar y cada vez que lo veía se sentía más frustrada, para ella, el no poder arrancarle un par de palabras a la protagonista de la noticia era casi como una derrota en su trabajo. No llegaba a entender como alguien que estaba ganando tantas cosas no tenía ni una sola palabra para sus seguidores. Para más INRI, su jefe no dejaba de atosigarla pidiéndole que hiciera lo posible por conseguir una entrevista con la tenista, cosa que cada vez se convertía en una tarea bastante complicada

M: Tan solo serán un par de preguntas (insistía al teléfono) incluso puede pactarlas ella

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Sonia: Lo lamento pero la señorita García no hará ninguna declaración para ningún

medio de comunicación (contestó Sonia)

M: Pero... tan solo serán...

Sonia: Que tenga un buen día (terminó de decir antes de colgar el teléfono)

M: ¡Será imbécil! (protestó soltando el aparato y dejándose caer en el sofá) estúpida

entrenadora...

E: ¿Quién era? (preguntó Esther saliendo de vestuarios a la pista)

Sonia: Una periodista (contestó guardando el móvil) quería hacerte una entrevista E: Qué pesados... (protestó ella también) solo para que me dejaran en paz debería

concederles alguna

Sonia: No me parece buena idea (continuó diciendo Sonia) es mejor no involucrarse

con la prensa, Esther, así la presión será menor

E: Sí, quizás tengas razón (contestó sacando su raqueta) empecemos anda Sonia: Cuando quieras (sonrió de lado)

Mientras tanto, en el piso de la periodista, Maca colgaba de nuevo el móvil y protestaba una vez más, su jefe acababa de llamarla otra vez presionándola para que consiguiera como fuera aquella entrevista. Por lo visto, sería todo un bombazo para la cadena conseguir las primeras declaraciones públicas de la tenista... pero no había forma de lograrlo...

M: Idiota creída (murmuraba) a ésta se le ha debido subir la fama a la cabeza y se cree

superior a todos...

Ana: ¿Qué relatas? (preguntó Ana saliendo de su habitación) M: Nada... tonterías (dijo intentando quitarle importancia)

Ana: No será tanta tontería si no dejas de protestar y llamar de todo a alguien

M: La tal García... que se debe creer superior al resto de los mortales (contestó) intento

hacerle una entrevista y siempre es una negativa tras otra... llevo dos semanas intentándolo y no hay manera

Ana: Ya... hay deportistas que nunca conceden entrevistas, Maca, y es bastante

respetable... para ellos es mejor así

M: Muy bien, pero es que a mí me puede buscar un problema en el trabajo si no consigo

alguna declaración por su parte...

Ana: Cada uno tiene sus manías... y ella, bueno esa es la suya...

M: Pues vaya gilipollez de manía (seguía protestando) no le pido que me de una Master

Class de tenis, simplemente que me diga al menos, como se siente...

Ana: ¿Y por qué no hablas con Claudia Castillo? (preguntó) ella sí que hace

declaraciones

M: Se lo dije a mi jefe, pero no, este también es un poco capullo y solo quiere una

entrevista con García

Ana: Pues parece que lo tienes complicado (se fue a la cocina a por algo de beber) M: Lo sé, y es una putada enorme... seguro que mi jefe no estará nada contento (quedó

un segundo pensando y abrió los ojos como platos) ¿Y si me despide? (dijo con algo de miedo)

Ana: ¿Cómo te va a despedir? (preguntó ahora ella volviendo a su lado) ¿por no

conseguir una entrevista te va a despedir? No seas tonta Maca

M: Te lo digo en serio (decía medio asustada) con lo pesado que está es capaz de

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Ana: Está bien (dijo Ana mirándola con una ceja alzada, su amiga parecía realmente

preocupada y demasiado agobiada) levanta, que nos vamos (dijo poniéndose en pie, fue a su cuarto y segundos después apareció de nuevo agarrando una bolsa de deportes)

M: ¿Dónde vamos? (quiso saber)

Ana: A salvarte el culo (contestó llegando a la puerta) Vas a deberme una muy grande,

te lo advierto (dijo antes de salir, dejando sorprendida a Maca que sin pensarlo salió tras ella)

En la pista, Esther entrenaba su saque bajo la atenta mirada de su entrenadora que a esas alturas le hacía pocas correcciones, la tenista había mejorado muchísimo su servicio y ella la miraba con un orgullo especial en sus ojos

E: Quizás le tenga que dar más velocidad al saque ¿no te parece? (decía llegando hasta

el banquillo para tomar un botellín de agua)

Sonia: Está perfecto, pero sí que puedes darle más potencia, te será más fácil después

hacer un buen ace (le contestó viendo vaciaba el contenido de la botella)

E: Entonces creo que seguiremos un poco más con el servicio y luego pasamos a otra

cosa si te parece bien

Sonia: Sinceramente (dijo con una sonrisa) todo lo que tú hagas me parece bien (aduló,

Esther desvió la mirada) eres una gran tenista

E: Será mejor que siga (contestó volviendo a la pista)

Sonia: Iré a por más agua (anunció levantándose y saliendo de allí con algo de

decepción)

E: Vale (contestó sin mirarla, cogiendo varios tubos de bolas y colocándolos en la línea

límite al otro lado de la pista para volver después a su posición)

Miró el primer bote, en la esquina inferior derecha de la pista, fijó la mirada en él mientras hacía rebotar la bola sobre el suelo. Inspiró con profundidad y elevó la pelota para asestarle un buen golpe con la raqueta dándole el ángulo y la dirección adecuada. El tubo de bolas cayó rodando al suelo

Ana: 20 Euros a que no les das a los cinco que te faltan (escuchó que alguien decía tras

ella)

E: Te doy 40 si eres capaz de no fallar tú (contestó con una sonrisa torcida en los labios

aún sin darse la vuelta)

Ana: Eso está hecho (dijo Ana, saltando a la pista, dejando a Maca en un segundo plano

a un lado de las gradas y sacando su raqueta) aparta segundona (soltó chistosa) y aprende lo que es un buen servicio

E: Todo suyo (contestó sin dejar de sonreír haciéndole una graciosa reverencia)

En la misma posición que había ocupado antes Esther, Ana se dispuso a golpear la bola con una trayectoria perfecta y una velocidad increíble chocando contra el segundo bote de pelotas, casi aplastándolo

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Desde su lugar, Maca las miraba más bien alucinada por lo que ocurría en aquella pista, no solo parecían conocerse sino que además destilaban complicidad. Miraba como Ana sacaba una y otra vez haciendo rodar uno a uno los tubos de las pelotas y se quedaba más alucinada aún, cuando su amiga le dijo que había sido muy buena en tenis nunca imaginó hasta qué punto

Ana: ¡Ja! (dijo pegando un pequeño saltito cuando dio en la diana con el último saque)

me debes cuarenta euros

E: Antes dame un abrazo, loca (contestó acercándose a ella para abrazarse con cariño,

ese que se tienen dos personas que se quieren y que hace tiempo que no se ven) ¿Qué haces aquí?

Ana: Venir a verte (contestó separándose de ella) es la única manera de dar contigo,

señorita importante

E: No tan importante (dijo un poco avergonzada)

Ana: Venga ya, Esther, te has convertido en toda una triunfadora tenista ¡Claro que eres

importante!

E: Simplemente estoy teniendo una buena racha, nada más (decía modesta) Ana: Como quieras (volvió a abrazarla con cariño) ¿Qué tal estás?

E: Bien, muy bien, la verdad (contestó ella, alejándose un poco y yendo las dos hacia el

banquillo) disfrutando de todo esto y entrenando mucho, como puedes ver

Ana: Te vi en la Copa Federación (comentó) estuviste genial

E: Gracias (contestó con una sonrisa avergonzada) ¿y tú? ¿Qué estás haciendo?

Ana: Pues lo de siempre (dijo elevando los hombros) Sabes que yo no cambio... sigo en

el mismo trabajo, con el mismo novio...

E: Jumm... así que aún sigues con el tío ese que hizo que dejaras a mi hermano... Ana: El no hizo que dejara a tu hermano (se defendió) de hecho, fue tu hermano quien

me dejó a mí

E: Y fue la cagada más grande de su vida... (apuntó)

Ana: A decir verdad, fue un poco cosa de los dos (continuó diciendo) solo que Lucas

fue el que dio el paso...

E: Ya...pero fue un fastidio para mí... aunque siempre serás mi cuñada (decía con un

intenso cariño)

Ana: Y tú la mía, peque (contestó con el mismo cariño)

Desde la grada, Maca continuaba mirando y escuchando algunos trozos de la conversación, escuchó el nombre de Lucas y lo asoció a aquel chico con el que Ana había estado años atrás, antes de conocerse ellas y del que alguna vez le había hablado, pero jamás imaginó que se trataría del hermano de aquella tenista creída y soberbia que se negaba a concederle una entrevista

Ana: ¿Tienes para mucho aquí? (preguntó de nuevo Ana) E: Un par de horas aún (contestó)

Ana: Entonces podemos cenar juntas ¿no? (quiso saber)

E: Me encantaría (afirmó y fue entonces cuando miró hacia la grada descubriendo a una

Maca que las miraba con curiosidad, frunció el ceño, su cara le sonaba pero no era capaz de recordar de qué) ¿Y ella?

Ana: Ah, ella, espera (dijo levantándose y haciéndole gestos a Maca para que bajara, la

periodista, algo cohibida lo hizo y se presentó frente a la tenista con cara de circunstancia)

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Ana: Esther, ella es Maca, mi compañera de piso (presentó) Maca, ella es Esther,

antigua amiga y cuñada

E: Encantada (saludó con dos besos)

M: Igualmente (contestó devolviéndole el saludo sintiendo la mirada de Esther clavada

en ella)

E: Perdona (se disculpó por mirarla tan descaradamente) es que me suena tu cara un

montón y no sé de qué

Ana: Sí, bueno (dijo rascándose un poco la cabeza) seguro que la habrás visto en la tele

o algo... Maca es periodista

E: ¿Periodista? (preguntó mirando alternativamente a una y otra, Ana asentía con la

cabeza y Maca dibujaba una sonrisa de circunstancia...)

Sonia: ¿Quiénes periodista? (inquirió Sonia con un tono seco y frío llegando hasta

ellas)

M: Soy Macarena Wilson (dijo mirando a Esther y a Sonia intermitentemente)

periodista deportiva, he estado intentando...

Sonia: Lo siento pero no pueden estar aquí (la cortó con hastío) así que si nos disculpan

estamos trabajando

M: Lo comprendo (asintió con la cabeza y volvió la mirada a Esther) solo quería hablar

con usted un segundo (le dijo a la tenista)

E: Ya... verás es que ahora mismo...

Sonia: Señoritas (las cortó una vez más) les ruego que se retiren, éste es un

entrenamiento a puerta cerrada, no me gustaría que su presencia descentrara a mi tenista y mucho menos ver como una “periodista deportiva” (dijo con desdén mirándola de arriba abajo) saca a la luz todas nuestras estrategias de juego

M: ¿Pero qué estrategias de juego? (soltó un poco fuera de sí por la manera de hablar de

aquella estúpida entrenadora) si lo único que tiene que hacer es darle a la pelotita con una raqueta... ¿qué me está contando de estrategias ni qué ocho cuartos?

Ana: Ehh... Maca no creo que... (intervino Ana intentando que no metiera más la pata) Sonia: ¿Y dice usted que es periodista deportiva? (la cortó una vez más Sonia) pues

déjeme decirle que deja mucho que desear si considera que el tenis tan solo es “darle a una pelotita con una raqueta” (dijo imitando la voz de Maca)

M: Mire... señorita...

Ana: Maca (la cortó, viendo como se envalentonaba con aquella mujer) será mejor que

nos vayamos (le dijo) Esther, hablamos luego ¿si? Y lo siento

E: Sí, claro (contestó) luego hablamos (dijo sin apartar la mirada de la periodista) Sonia: Adiós

Ana: Sí, adiós (contestó con una mirada reprobadora)

Teniendo que arrastrar a Maca del brazo salieron de la pista ante la mirada enfurecida de Sonia y la media sonrisa de Esther, no sabía porqué, pero toda aquella escena le había parecido algo cómica. Las miraba alejarse y no pudo evitar echarle un vistazo al culo de la periodista, ahora que ya recordaba de qué la conocía le parecía más guapa en persona que en la tele

Sonia: Sigamos, Esther (dijo dándole un codazo con bastante mala leche) E: Auu (se quejó) que bruta ¡joder!

Sonia: A ver si así estás a lo que estamos (le recriminó) voy a volver a colocar los

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M: Estúpida, engreída, tocapelotas, gilipollas (rezaba Maca llegando hasta el coche)

anda que menuda idea que has tenido guapa (le recriminaba a su amiga) ¡Ja! Será imbécil la tía... “estrategias de juego” Eso se lo ha sacado de la manga seguro

Ana: Pues no, Maca, no se lo ha sacado de la manga (contestó algo seria) existen

estrategias, Maca como en todos los deportes y cada uno es muy celoso de dar a conocer su juego antes de los partidos... tengo que darle la razón a la entrenadora...

M: Genial... (murmuró cruzándose de brazos) ¿y tú por qué nunca me has contado que

conocías a la tal Esther García? (preguntó cambiando de tema)

Ana: Alguna vez de lo comenté, te he hablado mil veces de mi cuñada... M: ¡Coño! Pero no me dijiste que era una supertenista (protestó de nuevo)

Ana: Tampoco preguntaste (sonrió, porque ver así a Maca le parecía bastante gracioso,

se ponía como una niña pequeña enrabietada cuando se enfadaba)

M: “Tampoco preguntaste” (imitó) ya te vale, Ana, ya te vale...

Ana: Va, no te pongas así (sonrió) piensa que esta noche tendrás la oportunidad de

conocerla y con un poco de suerte mañana tendrás confirmada la entrevista...

M: ¿Esta noche? (dijo descolocada) Ana: Claro, en la cena (afirmó)

M: Ni de coña... yo no voy (se negó) bastante ridículo he hecho ya hoy... (terminó de

decir cruzada de brazos y mirando al frente)

Mientras, en la pista, Sonia gritaba desesperada y cabreada, mientras Esther, sin saber qué era lo que le pasaba había pasado de hacer un espléndido ejercicio a un nefasto entrenamiento. No había acertado con ninguno de sus saques, a todos les faltaba dirección y velocidad y una vez que habían pasado a otra cosa, tan solo conseguía devolver tres de cada diez golpes que daba su entrenadora

Sonia: ¿¡Pero se puede saber que cojones te pasa ahora!? (preguntó cabreada, por

aquella visita inesperada, por la mirada nada disimulada que Esther le había echado a Maca cuando se marchaba y por ver, como de buenas a primeras, su flamante tenista parecía un pato mareado)

E: No lo sé (decía ella también un tanto descolocada) estoy cansada... no termino de

concentrarme (y la imagen del trasero de Maca danzando de un lado a otro mientras se alejaba de la pista volvió de nuevo a golpearla en el momento en que Sonia le lanzaba una nueva pelota) ¡Joder! (protestó cuando la vio pasar sin darle tiempo a reaccionar)

Sonia: ¡Pero quieres estar atenta, hostias! (gritó de nuevo)

E: Perdona, perdona (se excusó de una vez más) venga... ya estoy concentrada...

Pero ni mucho menos lo estaba y viendo que poco podrían hacer por aquel día, Sonia, bastante cabreada terminó con el entrenamiento. Esther fue a los vestuarios intentando saber qué era lo que le había ocurrido en la pista, pues era bastante raro lo que le había pasado ese día... de hecho, jamás le había sucedido algo parecido...

Cruzada de brazos Ana no dejaba de mirar con incredulidad a Maca; no era normal que actuara de esa manera, sentada en el sofá de brazos cruzados y mirando la televisión apagada

Ana: No seas cría (le dijo) llevas queriendo hablar con ella no sé ya el tiempo y ahora

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M: No me echo atrás (contestó) es que no voy a ir a esa cena, habéis quedado vosotras

dos, yo no pinto nada y menos después de lo de esta tarde... (terminó de decir)

Ana: A ti se te ha ido la olla, en serio (seguía diciendo algo indignada) Maca que es tu

oportunidad perfecta

M: Me da igual (dijo) no voy a ir a esa cena Ana: Sí que vas a ir y se acabó la tontería M: No, no voy a ir y déjame en paz Ana: Vas a ir (ordenó)

M: No (contestó categórica) Ana: Que sí

M: Que no y punto (afirmó) es mi última palabra

M: No puedo creer que me hayas hecho venir (se quejaba entrando en el restaurante tras

una Ana que no dejaba de sonreí)

Ana: Tú calla y pórtate bien (decía mirando a las mesas) verás que es muy simpática y

seguro que te concede esa entrevista

M: No sé qué hago aquí de verdad (seguía rezando)

Ana: Allí está, vamos (tiró de ella para llegar junto a la mesa de Esther) hola peque E: Hola (saludó con alegría y levantándose de la silla) ya creí que cenaría sola (se quejó

por la tardanza)

M: Ha sido culpa mía, lo siento (habló tras Ana)

E: Ah, hola (se sorprendió de verla ahí, pues había creído que cenaría solo con Ana) Ana: Maca estaba muy aburrida en casa y le dije que podía venir con nosotras (soltó

ante la sorpresa de la periodista) espero que no te importe

E: No, claro que no (sonrió) ¿Nos sentamos? (dijo señalando la mesa)

Durante un buen rato de la cena, la conversación se centró en Ana y Esther, hacía tiempo que no se veían y querían contarse mil cosas. Maca las miraba viendo como la complicidad que ya había visto entre ellas en la pista aumentaba con el paso del tiempo. Ambas reían recordando alguna anécdota y se mostraban abiertamente el cariño que se tenían

La periodista en un segundo plano y bastante callada se concentraba en su comida preguntándose una y otra vez qué era lo que hacía allí. Ana intentaba meterla de alguna manera en la charla, pero no sabía que decir ante cosas que no conocía

E: ¿Así que periodista deportiva? (preguntó a Maca pillándola desprevenida) M: Sí... bueno, lo de deportiva ha sido un poco de rebote, pero... creo que le estoy

pillando el truco a esto... (contestó)

E: Sí... se ve, se ve (murmuró con una sonrisa evocando aquella disputa con su

entrenadora)

M: Vale, tal vez estoy un poco verde en esto (declaró un tanto avergonzada) pero estoy

aprendiendo... y bueno, tampoco es que hasta ahora haya tenido una gran ayuda...

Ana: Gracias por la parte que me toca (protestó Ana)

M: No es por ti (corrió a decir) sino que... digamos que no me han ayudado mucho

dentro del tenis...

E: Ya veo (afirmó) perdona a Sonia, es un poco maniática en cuanto a entrenamientos

se refiere

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Ana: Su jefe le ha pedido que consiga una entrevista (soltó Ana y la periodista la miró

con recriminación, ella elevó los hombros) ¿qué? Si no lo digo yo, terminamos de cenar y no sacas el tema

M: Estaba esperando el momento (protestó ella)

E: Una entrevista (dijo escondiendo una sonrisa por aquella “riña” entre amigas) ¿A

mí?

M: Es la idea, sí (contestó)

E: Ya... (miró a Ana) entonces, esta cena es una encerrona para que le conceda una

entrevista...

Ana: Tampoco eso (se defendió) también tenía ganas de verte

E: Entiendo (bajó la mirada y volvió a elevarla segundos después) me vas a perdonar,

Maca, pero yo no doy entrevistas

M: Lo sé, pero... (“de perdidos al río” pensó) creo que sería algo bueno para “lavar tu

imagen”

E: ¿Lavar mi imagen? (preguntó sorprendiéndose por aquel comentario) ¿Es que tengo

mala imagen?

M: Eh... bueno... a decir verdad... no es que tengas una buena imagen entre los

periodistas... (dijo un tanto avergonzada por la mirada que le acababa de echar Esther) digamos que todos piensan que...

E: ¿Qué? (instó para que continuara cruzándose de brazos)

M: Muchos creen que eres una estirada y que se te está subiendo a la cabeza el triunfo...

(terminó de decir, cerrando los ojos pensando que había metido la pata)

E: ¿Eso piensan? (no podía creerlo, ella nunca había pretendido ir de diva) M: Bueno... algunos piensan eso...

E: Ya (decía seria) que yo nunca de entrevistas, que no me guste salir en los medios y

que sea una persona bastante tímida no quiere decir que sea una estirada ni mucho menos (terminó de decir algo enfadada)

M: Ya pero... no sé (dijo moviendo la cabeza) sinceramente, si concedieras una

entrevista a algún medio... podrías dejar ver que no eres lo que piensan

Ana: Yo creo que Maca tiene razón (le echó un capote) sería bueno para ti un poco de

publicidad

E: Pero es que a mí no me gustan esas cosas... me da mucha vergüenza...

Ana: Lo sé, peque, pero hay veces que te tienes que guardar tu vergüenza y hacer algún

tipo de “sacrificio” (siguió Ana) además... seguro que tus seguidores estarían encantados de verte fuera de las pistas

M: Si quieres tú pondrías las condiciones (intervino Maca) incluso puedes decirme qué

preguntas quieres que se te hagan, así eres tú la que llevarás la voz cantante

E: Está bien, está bien (claudicó Esther, pues en una cosa tenían razón, el hecho de no

dar entrevistas a ningún tipo de medio, hacía de su imagen una mucho más lejana al público y daba la impresión de creerse superior) lo haré... (terminó de decir ante la sonrisa de Ana y la alegría de Maca)

Habían quedado al día siguiente, tras los entrenamientos de Esther para hacer una primera planificación de la entrevista. Maca bastante nerviosa había preparado unas primeras preguntas que quería que la tenista revisara y diera su visto bueno. En una cafetería de las afueras, esperaba mientras repasaba los papeles que tenía sobre la mesa

E: Hola (saludó con una sonrisa algo tímida) siento el retraso, el entrenamiento se ha

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M: Tranquila (se levantó para saludarla) no pasa nada, siéntate

Lo hizo y el camarero llegó para tomarles nota, una vez pidieron y el chico se marchó, quedaron un tanto cortadas una delante de la otra. Maca respiró con profundidad y Esther, sonrió para sus adentros

M: Está bien (dijo para sí misma) mira (elevó un poco más la voz para que Esther la

oyera) éstas son mas o menos las primeras preguntas que se me han ocurrido... habría que pulirlo todo mucho más pero... de ayer a hoy es lo que me ha venido a la cabeza

E: Ajá (decía ojeando los papeles) son bastante generales

M: Sí, bueno, me dijiste que eras vergonzosa y no quiero que estés tensa (contestó)

como ves hay dos temas algo definidos en la entrevista (decía señalando sobre el papel) éstas preguntas se basan sobre todo en tu trayectoria profesional, en tu futuro como tenista, ¿ves? La típica pregunta de “¿Alguna vez pensaste en llegar donde has llegado en el mundo del tenis?” (leyó una de las preguntas) o “¿Cuál es tu meta en éste

deporte?” (leyó otra más) son bastante generales (explicó, mirándola un segundo y viendo que Esther la miraba a ella, no se había dado cuenta de la cercanía hasta ese momento. Sonrió levemente y por instinto) Ejem... luego tenemos otro tipo de preguntas algo más... íntimas diría yo...

E: Intimas (repitió, clavando la mirada en ella un segundo para volver al papel) “¿Qué

piensa mi novio de mi éxito?” (leyó con sorpresa aquella pregunta) ¿en serio? (preguntó)

M: Bueno... supongo que la gente querrá saber qué opina tu entorno... (dijo elevando

los hombros)

E: ¿Tú te has documentado sobre mí, antes de escribir esto? (preguntó mostrándole los

papeles)

M: Ya te he dicho que he tenido poco tiempo para preparar el primer borrador, además

tampoco es que haya demasiada información sobre tu vida... por eso esta entrevista ¿no? (decía algo avergonzada y sintiéndose de pronto una estúpida... nunca antes le había pasado algo parecido, claro que se documentaba sobre todo lo que escribía, como Ana decía, era demasiado estricta y milimétrica en su trabajo...)

E: Se nota, se nota (sonrió levemente al ver su rostro) no tengo novio (contestó) y no

creo que ésta pregunta sea demasiado importante...

M: Ya... Bueno siempre podemos cambiar “novio” por “familia” (sugirió) E: Obviamente quedaría mejor (afirmó)

M: Pues hecho, entonces tenemos que quitar la siguiente pregunta, puesto que con otras

palabras pregunta más o menos lo mismo, sobre tus allegados (dijo tachando la siguiente pregunta)

Durante un buen rato más, estuvieron hablando sobre la entrevista, revisando punto por punto cada pregunta. Esther cada vez se sentía más cómoda y confiada con aquella periodista y Maca por su parte, se encontraba cada segundo más a gusto con ella, descubriendo que aquella careta de mujer fría y prepotente no era más que eso; una careta

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Sin darse a penas cuenta pasaron a hablar de otros temas que distaban mucho de lo que las había llevado allí. Hablaron de temas banales, de cosas superficiales pero que las llevó bastante lejos al tema de conversación inicial

M: Pues fue en la universidad, yo buscaba piso y ella alquilaba una habitación, así

que... empezamos a vivir juntas y hasta ahora (le contaba con tranquilidad)

E: Es una mujer excelente (afirmaba) y una mejor amiga

M: Sí que lo es (contestaba ella) además siempre está cuando la necesitas... a mí me ha

ayudado mucho en muchos aspectos de mi vida, pese a que sé que a veces soy demasiado pesada con ella

E: ¿Pesada? (preguntó curiosa)

M: Sí, bueno (dijo un tanto avergonzada) digamos que me paso con las bromas que le

gasto...

E: Ya... aunque dudo mucho que Ana se quede parada... seguro que te las devuelve... M: Y con ganas (corroboró) hay muchas veces que la que se queda sin habla soy yo

cuando pretendo dejarla a ella sin palabras (reía)

E: Típico de Ana (afirmaba) siempre tiene algo por donde salir...

M: Y conmigo más, te lo aseguro, que hay veces que no sé si darle una torta o comerle

la boca directamente (soltó sin tan siquiera darse cuenta de lo que decía) menos mal que sabemos de qué pie cojeamos cada una. Pero al principio era horrible, en serio (seguía diciendo sin prestar atención a la mirada sorprendida de Esther) había veces que no sabía si se me estaba insinuando o simplemente estaba de coña, pero no veas como me dejaba a mí después... más de una ducha fría me he dado por alguno de sus

comentarios...

E: ¿Eres... eres lesbiana? (preguntó y Maca al fin se dio cuenta de lo que había dicho) M: Eeehh... sí (afirmó) ¿Es un problema? (quiso saber, pues no sabía hasta qué punto

aquello podría influir en su “relación laboral”)

E: No... (bebió de su taza) claro que no... (terminó de decir. Maca la miró un tanto

extrañada por aquella reacción, tal vez no fue nada del otro mundo pero no le terminaba de cuadrar su mirada esquiva...)

Por décima vez aquella mañana, Ana tenía que volver a “soportar” las peticiones de Maca quien histérica ante la inminente entrevista no dejaba de “acosarla” con varios preguntas algo más íntimas de la vida de Esther; ahora sabía porqué no le había dicho nada sobre que conocía a la tenista, porque intuía que algo como aquello pasaría y no le gustaba nada que la “usara” como “fuente” para su entrevista

M: Va, Ana ¿Qué te cuesta? (siguió Maca una vez más, mientras la seguía hasta la

cocina) tampoco te pido nada del otro mundo...

Ana: Me estás pidiendo que te cuente cosas que ella no te ha dicho y que no creo que le

guste que lo haga (contestó una vez más) además, que eso es jugar con ventaja por tu parte Maca

M: ¿Pero qué ventaja? (seguía ella incrédula ante lo que escuchaba) no te estoy

pidiendo que me cuentes intimidades, solo que me digas algo para hacer más cordial la entrevista... (tomó los papeles) fíjate, se ve a la legua que está preparada (siguió) solo quiero que parezca algo más natural... que su reacción y mis preguntas sean más naturales y no tan estudiadas...

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M: Venga Ana (insistía ella) aunque sea por todas las noches que me has hecho

ponerme unos cascos y la música a toda voz por no escuchar tus gemidos (soltó pícara)

Ana: ¿¡Qué!? (alucinó con aquella salida) eso es mentira...

M: ¡Ja! (contestó y al verla salir de la cocina visiblemente ruborizada, la siguió con una

sonrisa en los labios) oh... sí... sí... así, Luís, sigue... sigue (fingía gemidos imitando a Ana) más... más Luís, más... ohhh... sí, sí... ahhh...

Ana: ¡Vale! (gritó avergonzada y Maca tuvo que contener una carcajada) ¡joder,

siempre te sales con la tuya! (protestó) hazle un test... (dijo finalmente)

M: ¿Cómo un test?

Ana: Pues eso... un test (siguió algo alterada aún por la broma de su amiga) o un

cuestionario... ya sabes esas tonterías de “¿playa o piscina? ¿Amanecer o atardecer? ¿Tinto o blanco? ¿Sexo con amor o sin amor? ¿Carne o pescado?” ese tipo de test... (decía algo airada) sé que le gustaban, al menos leía esas tonterías en las revistas...

M: ¿Me estás diciendo en serio que le pregunte si le gusta la carne o el pescado?

(preguntó dándole un doble sentido a la pregunta que Ana captó y le cambió la cara...)

Ana: ¡Pero no en ese sentido! (soltó al darse cuenta de su bocaza) he dicho preguntas

por decir...

M: Vale, vale (elevó las manos en señal de inocencia) así que un test (decía pensando

en ello)

Ana: Sí, y ahora a ver si me dejas un ratito tranquila (dijo yendo a su habitación) que

menuda perra tienes con Esther...

M: ¡Es trabajo! (dijo antes de que desapareciera) Ana: ¡Por supuesto! (oyó que contestaba)

M: Ohh Luís (pinchó de nuevo muerta de risa) sigue Luís... sigue... ¡Serás bruta! (dijo

al sentir el golpe de un almohadón contra su cara)

Ana: Pues cállate ya (decía también con una sonrisa) no creo que quieras que yo

también me ponga a imitar tus gemiditos doña “orgasmos”...

M: ¿Quieres oírlos de nuevo? (preguntó con tono sugerente, ese que siempre ponía

cuando bromeaba con ella) mira que hace tiempo que ando en sequía... y seguro que lo nuestro sería apoteósico... (elevó varias veces las cejas graciosamente)

Ana: No me durarías ni un asalto, guapa (dijo en el mismo tono que había usado Maca

y ambas soltaron una carcajada) Anda, ponte tú a lo tuyo que al final llegarás tarde... (terminó de decir ahora sí, saliendo de su campo de visión)

Por la tarde y ya en las pistas de tenis, Maca y su cámara preparaban todo lo necesario para aquella entrevista. Se situaron a un costado de la pista enfocando el lugar donde se sentaría Esther y de fondo el campo de juego, estaban revisando la iluminación y el sonido cuando escucharon pasos a su espalda

Sonia: ¿Se puede saber que coño significa esto? (preguntó Sonia con el rostro serio y

llegando hasta ellos con grandes zancadas)

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Sonia: ¿Otra vez usted? (preguntó ya frente a ella) creo que le dejé bien claro que no

puede estar aquí

M: Lo siento, señorita, pero no es una visita de cortesía (contestó con tranquilidad) Sonia: ¿Entonces qué hacen aquí? (miró al cámara) ¿y qué significa todo esto? ¿No

pensaran en serio que les voy a dejar grabar?

M: No le va a quedar más remedio (dijo cruzándose de brazos) tenemos concertada una

entrevista con la señorita García

Sonia: ¿Cómo dice? (preguntó perpleja) ¿¡Y quien lo ha autorizado!?

M: La propia Esther García, por supuesto (contestó con absoluta calma, lo que hacía

que el cabreo de la entrenador aumentara) así que por favor, si nos deja trabajar... está usted obstaculizando el plano (dijo haciéndole un gesto para que se echara a un lado)

Sonia: Ni piensen que voy a dejarles grabar aquí (continuó)

M: Creo que eso no está en sus manos (le dio la espalda para hablar con su compañero) Sonia: ¿Ah no? (se cruzó de brazos, aguantándose las ganas de pegar un grito) ¿Acaso

han reservado la pista? (les preguntó)

M: ¿Es que había que reservar la pista? (le preguntó en un murmullo a su compañero

quien se encogió de hombros)

Sonia: ¿Han solicitado permiso al director del Club para grabar en sus instalaciones?

(siguió preguntando sin pausa)

M: Mira, señorita (se encaró con ella harta de tanta estupidez)

E: ¿Hay algún problema? (escucharon que decía Esther quien llegaba en ese momento

ataviada con ropa deportiva y una bolsa de deportes cargada al hombro)

M: Buenas tardes (saludó relajando el tono de su voz) creo que su entrenadora tiene

ciertas “reservas” ante esta entrevista

E: ¿Sonia? (la miró esperando explicaciones, viendo el rostro tenso de su entrenadora) Sonia: Ven (se apartó) tenemos que hablar (dijo tomándola del brazo y llevándola al

otro lado de la cancha. Maca las miró con gesto contrariado)

E: ¿Me sueltas? (preguntó cuando ya estaban lo bastante separadas de la periodista)

gracias (dijo una vez la entrenadora la soltó)

Sonia: ¿Qué significa esto Esther? (preguntó directa) Dijimos que nada de entrevistas E: Lo dijiste tú (contestó) y sinceramente, creo que va siendo hora de que la gente me

conozca un poco más...

Sonia: La gente conoce lo que tiene que conocer (rebatió) que es tu juego, punto

E: No creo que eso sea lo único que la gente debería conocer, todos piensan que soy una

engreída y una estúpida, es hora de cambiar esa imagen (continuó diciendo usando palabras similares a las que en su momento usó Maca)

Sonia: La única imagen que debería importarte es la que das cuando juegas (siguió en

sus trece)

E: A ver, Sonia, eres mi entrenadora, pero no mi representante (volvió a decir con

seriedad) así que no tienes voz ni voto en esta entrevista (terminó de decir e

involuntariamente volvió la vista hacia Maca quien hablaba con su cámara comentando algo mientras leían un papel. Sonrió)

Sonia: ¿Qué pasa? (se percató de aquella mirada) ¿te la quieres tirar? ¿Es eso?

E: ¿Perdona? (preguntó sorprendida por aquella pregunta y volviendo la mirada hacia

ella con rapidez) ¿Qué acabas de decir? (preguntó mucho más seria)

Sonia: Lo que has oído (dijo sin achantarse) ¿O qué? ¿No es por eso esta estúpida

entrevista? ¿No es porque quieres follártela?

E: No te permito que me hables así (afirmó con la voz enrojecida) que sea la última vez

(23)

Sonia: Es decir, que tengo razón (afirmó sin cambiar su gesto adusto) es increíble que

hagas esta estupidez por un polvo (seguía diciendo)

E: Mira Sonia (dijo tomándola del brazo, con una gravedad que asustaba) te lo vuelvo a

repetir, tú eres mi entrenadora, solo mi entrenadora, lo que yo haga o deje de hacer con mi vida no es tu problema ¿entendido? (preguntó sin soltarla) y que te entre en la cabeza (siguió) que nos hayamos acostado un par de veces, no te da derecho a meterte en mi vida de ésta manera... (finalizó sin cambiar en ningún momento el tono rudo que había utilizado. Sonia la miró con rabia en los ojos, se soltó de ella y salió de allí con pasos rápidos)

Esther suspiró, miró en la dirección en la que la entrenadora había salido y cerró los ojos; tal vez se había pasado un poco, pero Sonia tampoco se había quedado atrás y le había sacado de sus casillas con sus preguntas impertinentes. Volvió de nuevo la vista hacia Maca y recibiendo una sonrisa por parte de la periodista caminó hacia allí

M: ¿Pasa algo? (preguntó al ver su rostro)

E: Ehh... no (miró atrás un segundo) nada que no se solucione luego...

M: Vale pues... cuando quieras empezamos (dijo señalando al cámara que ya estaba

preparado) esto... ¿No habrá ningún problema porque estemos rodando aquí? (quiso saber recordando una de las preguntas de Sonia) quiero decir, no hemos hablado con nadie y...

E: No te preocupes (se adelantó a contestar) yo ya me he encargado de todo, podemos

hacer la entrevista con total libertad

M: Bien (afirmó) mira, él es Álvaro (le presentó, el chico se acercó y le dio dos besos)

hemos pensado que sería bueno sacar un plano tuyo con la pista de fondo, así que (señaló la silla que había tras ella) siéntate ahí y cuando estés lista empezamos

E: Vale (dijo un poco nerviosa, Álvaro se acercó para ponerle un micro)

Álvaro: Cuando el piloto esté en rojo estaré grabando (le anunció) tú no te preocupes, y

no hace falta que estés todo el tiempo mirando la cámara, eso suele crear más nervios aún (le comentó con amabilidad) vale, ahora cuando yo te diga di algo para saber que el sonido va bien ¿si?

E: S... sí (contestó, cada vez más nerviosa) ¿qué digo? (preguntó enrojeciendo) M: Lo que quieras (sonrió al verla de ese modo) tu nombre o cualquier cosa

E: Vale... Me... me llamo Esther (dijo agachando un poco la cabeza para hablarle al

micro)

Álvaro: Se escucha perfectamente (afirmó Álvaro) pero no hace falta que te agaches

¿vale?

E: Perdón (se disculpó) parezco tonta...

M: No, tranquila - le quitó importancia - es normal... (volvió a sonreírle para darle

confianza y miró un segundo sus papeles, ordenando el listado de preguntas - cuando tú digas comenzamos...

Álvaro: Yo estoy listo (les dijo) cuando queráis...

E: Bien... vamos allá (contestó respirando profundamente)

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