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ALTER MUNDUS

Trabajo por

Paula Irene Tejada Prada

Para el titulo de Maestra en Artes Visuales

con enfasis Plástico

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INDICE

PROLOGO

4

INTRODUCCIÓN

6

ALGO IMAGINARIO (un lugar)

8

CAPITULO I

11

UN PAISAJE SOBRE EL PAISAJE

12

CAPITULO II

18

EN EL OTRO LADO

19

CAPITULO III

22

ESTE NO ES MI PAISAJE IDEAL

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4 El arte nos da la posibilidad de escoger (a nuestro capricho) un lugar y un tiempo especifico para modificarlo, apropiarlo, asistirlo, resinificarlo o transformarlo . Esta posibilidad convierte al Tiempo en algo ambiguo, y entonces habríamos de entenderlo no como una cuestión lineal en donde un suceso ocurre después de otro, si no que podemos volver a revisar estos hechos y traerlos de vuelta para usarlos como analogías acerca del mundo contemporáneo.

La noción de paisaje es una preocupación personal que por medio de fantasías de muerte, destrucción y amor, empieza, durante mi proceso, a transformarse. La forma de materializar mis intereses por medio de la imagen romántica está en relación con la manera en la que la historia enlaza nuestros imaginarios. Formalmente no se parte de cero, se parte de lo que ya existe en la cotidianidad, en elementos que hicieron parte de una historia personal pero que se funden con la Historia que rodea a los objetos en sí mismos. La imagen romántica se convierte en una excusa para poder comunicar, apropiándome de ella para reconstruir a partir de mis preocupaciones.

Una forma de poder “registrar” estas intenciones más allá de la obra plástica, es mediante la presente elaboración teórica, la cual convierte al arte en testimonio. Por esta razón decidí abordar el texto como un complemento de las ideas que quiero comunicar, en donde la imagen se apoya en lo teórico en incluso en lo narrativo.

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5 Dividí el texto en dos partes, una serie de historias escritas en un lenguaje romántico que describen las piezas de la obra de una forma complementaria, añadiendo una narrativa personal, una elaboración plástica (desde el lenguaje. La otra parte se contrapone a esos epígrafes, describe la obra complementándola desde sus ideas e intenciones propias.

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6 “Es así como, a través de países, y lugares desconocidos, de hadas, unicornios, centauros y talismanes, se intentara un resarcimiento de la monotonía diaria, una superación de los límites impuestos por las jerarquías de la iglesia y la verificación de realidades que otorgan una visión más plena del universo.”1

ALTER MUNDUS es ese mundo alterno e individual que demoniza, transforma ideales y fantasías para encerrarlos, enmarcarlos, encapsularlos y capturarlos. Es en la concepción del paisaje donde se encuentra la alteridad y habitan las fantasías, y es en la manipulación de esa concepción donde me propongo replantearlas.

Monstruos, seres extraterrestres, mundos y bestias ideales, hacen parte del imaginario con el que el hombre medieval describía lo diferente y “exótico”; en consecuencia encuentro una relación directa con mi imaginario infantil. La televisión y sus cuentos de fantasías hacen parte de la creación de otros mundos ideales que también incuyen seres extraordinarios. Ciertas iconografías medievales transformadas con el tiempo, se volvieron personajes de historias y fábulas a las que se les atribuyen (incluso actualmente) cada vez más características fantásticas según las necesidades de su época.

Podría decirse que el imaginario que me crió pertenece a una generación alimentada por la televisión satelital, la cual nos abre esa ventana hacia el alter mundus: un mundo con otros idiomas y estéticas particulares, en

1 Hernando Cabarcas Antequera, Bestiario del Nuevo Reino de Granada, La imaginación animalistica medieval y la descripción literaria de la naturaleza americana, Colección Daniel Samper ortega, Colcultura,Santafé de Bogotá 1994, pg. 41

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7 donde se ven personajes igualmente mágicos y todo era posible, donde no existía la muerte y el amor perduraba para siempre.

Todos estos finales felices, fantásticos e irreales, donde la situación macabra de lo representado: tener patas de cabra, doble cabeza de jabalí, estar encerrado en una burbuja o habitar en un bosque muerto, se presenta extrañamente junto a un componente romántico que vuelve la situación imaginaria surreal. Se revela entonces un escenario factible a transformar para así recontextualizar al espectador, una ventana que nos lleva a un espacio ficticio y que nos lleva visualmente a otro momento y otro lugar.

Aquel otro que mira la imagen desde su imaginario atestigua una invención, otro tiempo. Dentro de cada escenario, seres mágicos se empiezan a mezclar con escenas románticas en donde acéfalos, unicornios, caimanes deformes, asnos salvajes y armadillos, se superponen con invenciones contemporáneas de espacios ideales. Lo anacrónico empieza a cobrar sentido cuando se ponen simultáneamente en el mismo espacio y lugar (el cuadro, la obra)

Este trabajo es una interpretación plástica y conceptual sobre la genealogía de los imaginarios visuales del mundo contemporáneo.

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8 La transición que hago desde los bestiarios del Medioevo hasta los de la televisión y los cuentos infantiles, surge directamente de eventos de mi historia personal, pues pertenezco a una generación alimentada con dibujos animados en su etapa de aprendizaje elemental. Programas de televisión como: The Wuzzles, The Carebares / Los Ositos Cariñositos, My Little Pony, My Little Mermaid, La Bella y La Bestia, Narnya 1…etc.,

personajes todos que vivían en diferentes mundos que el aparato me ofrecía la posibilidad de navegar al cambiar de canal. Esos animales metamorfoseados no los entendía como extraños o exóticos, sino que naturalmente se volvían parte de mi construcción de juegos y fantasías infantiles.

Revisando el pasado, se ve como esas ventanas (los televisores, los cuadros, las representaciones) pertenecen a una historia visual de la cultura occidental, y hacen parte de la construcción de ideales2 que

cambian su comportamiento en el tiempo. Actualmente no me interesa mostrar esas bestias metamorfoseadas como monstruos que nos advierten de aquel mundo pagano, menos católico, donde habita el pecado, si no que por el contrario me interesa ese otro mundo (esa otra posibilidad de la imaginación) en el que todo es armonioso y feliz.

1 Dibujos animados de animales que dentro de su taxonomía se podrían relacionar con esa misma morfología metamorfoseada, que nos remite a las descripciones de bestias del Medioevo, animales mitad oso mitad abeja, mitad reno mitad canguro, osos enanos, hombres mitad ave mitad hombre, mitad cabra mitad hombre, hombres enanos, mujeres con colas de pez. Hacen parte de la unión de dos tiempos, un pasado medieval y en presente televisivo. Relacionar con imágenes de iconografías.

2 Me reiero ideales en relación con esas caricaturas bestiales, los espacios en los que

habitaban y sus valores morales. Criaturas que se podían ya ver desde las mitologías y sus historias y que al igual que en el Medioevo con sus bestias, en donde también representaban valores éticos y morales religiosos que se convirtieron en el tiempo en el pilar de los ideales románticos.

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9 En la historia antigua, es donde están las bestialidades del mundo occidental, pero ahora esos imaginarios animalísticos están representados con rasgos caricaturescos y redondeados, que enternecen la monstruosidad. El mundo en el que viven es un ejemplo de perfección, consecuencia de lo romántico, ahora presente en la TV. Las primeras experiencias visuales de las que tengo memoria ocurrieron frente a esos mundos profundamente enraizados en ideales propios del romanticismo, donde el amor inevitablemente termina en muerte. En medio de estos imaginarios intento generar un lugar que no tiene lugar ni tiempo.

1

Relación entre las bestias medievales y los imaginarios culturales.

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Relación entre las bestias medievales y los imaginarios culturales.Imagen superior izquierda: La Bella y la Bestia, .Imagen inferior izquierda, Hommo Syluestris Pater ammorium qua draginta (Bestiario Medieval). Imagen inferior derecha: La Bella y la Bestia(seria de televison de los 80 ocurre en la ciudad de Nueva York).

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12 Alter es lo que “no soy yo”. Alter mundus, es, en la perspectiva de dos únicos mundos posibles, el nuestro y el de “los otros”, vale decir el contrario del nuestro” 1

Es mediante un paisaje sobre el paisaje la forma de poder trastornar ese ideal Romántico. No solo transformando ese paisaje previamente creado, también reconstruyendo otro a partir del previo.

Un acto tan sutil como el bordar puede ir alertando la representación de la naturaleza. Lentamente el hilo dibuja una nueva imagen, los árboles se queman, los meteoros abren huecos en la tierra, las figuras caricaturescas aparecen en el paisaje gracias a la línea que el hilo forma. La naturaleza de los objetos bordados en esas imágenes románticas provienen de un escenario que pertenece al imaginario animalistico medieval2 , donde son

las descripciones de lo diferente lo que se yuxtapone en otro escenario de historias contemporáneas de apocalipsis y de destrucción, donde se unen esas escenas que están en tiempos diferentes pero se presentan al unísono. No solo el hilo y el acto de bordar va cambiando el escenario, dentro de esta escena (que nos remite a un pasado) conviven eventos que implican una nueva narración. La llegada de naves extraterrestres de hilo plateado que empiezan a poblar ese paisaje con montañas de colores, lo van transformando a medida que la escena apocalíptica va sucediendo.

1 Kappler, Claude. Monstros, demonios y maravillas a ines de la Edad Media, Madrid,

Akal, 1986, pág. 58

2 Cabarcas Antequera, Hernando. Bestiario del Nuevo Reino de Granada, La imaginación animalistica medieval y la descripción literaria de la naturaleza americana, Colección Daniel Samper ortega, Colcultura,Santafé de Bogotá 1994

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13 Estos imaginarios se fueron arrastrando a través de la historia como una forma de poder explicar los terrores de la humanidad3 haciendo

parte de mundos ocultos, que harán parte integral de la cultura hasta llegar a la actualidad, en donde las bestias se convierten en personajes fantásticos de historias para niños. En donde lo monstruoso goza de la plena libertad de la fantasía.

Estos escenarios, mis puntos de partida, son una construcción romántica del paisaje europeo y americano. Estos escenarios son los que precisamente deseo quemar y transformar. Gracias a los procesos colonizadores y en su afán de querer apropiarse de este paisaje ideal, vemos como se genera un eco que refleja en nuestro entorno un querer modificar nuestro paisaje. Ellos juegan un papel importante en la forma de revelar nuestras fantasías: se desea estar en un lugar representado con nevados y cabañas estilo holandés que con el tiempo quedaron en nuestro imaginario cultural, el cual consciente o inconscientemente empieza a modificarse y a modificar nuestro entorno.

La representación del ideal romántico tuvo lugar especialmente en la literatura y la pintura. Era en la forma poética y en la representación de los espacios paisajísticos donde se mostraba el espíritu romántico, con mayor intensidad . Ese carácter del ideal romántico (de un mundo nacionalista, liberal, ilustrado4), se veía trasladado a la formalidad

del paisaje y en elementos de la naturaleza, importados a América en la colonización. Inevitablemente se volvieron elemento obligatorio de estudio en la educación de las Bellas Artes en América. Desde la comisión coreográfica de 1850, el paisajismo cobro mucha importancia dentro del academicismo, y se manifestaron las ideas románticas en los paisajistas colombianos: “la persecución del ideal en el que cada

3 IBIS

4 Estos son rasgos de la época, que la particularizaban como momento especíico en

la Historia.

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14 objeto nos sosiega con una idea de reposo y tranquilidad”5 . Fue una

idea europea de corte romántico la que desencadeno la creación del paisajismo en Colombia.

Actualmente podemos ver como esa actitud romántica se sigue representando en la imagen del paisaje, incluso dentro del contexto decorativo que se encuentra en el hogar. Es esa imagen que ha sido transformada por el tiempo, la que empieza a cargarse de otros contenidos diferentes a los del romanticismo, haciendo que la naturaleza del paisaje cambie sin abandonar del todo ese ideal romántico paradisiaco6.

No sólo en la pintura se ve ese fenómeno colonizador, también, como mencioné anteriormente está presente dentro de la forma como modificamos nuestro paisaje. Un ejemplo elocuente es el fenómeno paisajístico que rodea la represa del Neusa. En su construcción la represa no solo funcionaba como tal, sino que se convirtió en la materialización de las fantasías y el capricho de alguien7* que quiso (en su acceso

romántico eurocéntrico) importar una imagen de paisaje, plantó pinos

5 Buscar cita en santamaria y paisajismo en colombia

6 Esto hace parte de la conclusión de uno de los antecedentes que realice donde

decidí buscar paisajes por Bogotá, fui recolectando representaciones de paisaje que se encontraran en tiendas y casas. Al terminar los recorridos, eso paisajes fueron

clasiicados por los días de la semana, puestos en un archivador, en cada paisaje había

una nota que decía el lugar en el que había sido encontrado. Para escoger los sitios que iba a recorrer partí del mapa de Bogotá y seleccione todos aquellos barrios que tuvieran referencia desde su nombre a un paisaje o a algún elemento de la naturaleza, por ejemplo: Sierra Morena, Prado Veraniego, Colina Campestre, Las Orquídeas etc... Al llegar a los barrios recolecte las representaciones de paisajes que encontré, no paisajes del espacio real del barrio, si no paisajes ya representados. Todos estos

paisajes fueron registrados fotográicamente pues son objetos que ya pertenecen a un espacio especíico. Decidí archivar estos paisajes como un objeto de colección, y de

investigación, como registro o crónica de los recorridos de los lugares de Bogotá. Anexo

7 pg. 16 (ver al inal de capitulo)

7 Carola Correa Londoño, primera dama en el mandato de Rojas Pinilla)

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15 del Canadá en suelo tropical, destruyendo la flora nativa y transformando un paisaje natural en uno artificial que imita ese imaginario de paisaje foráneo. Así es como localizamos las ideas románticas de “espacio ideal” en nuestro suelo y nuestro presente, pues tenemos dentro del imaginario estos valores como un ideal de lo bello.

Como mencioné antes el acto de bordar sobre la imagen del paisaje se vuelve no solamente un acto de transformación. Su valor estético reposa en manifestaciones locales decorativas, como sucede con las imágenes que habitan nuestro hogar (refiriéndome específicamente a la imagen de paisaje), e incluso en el espacio mismo, en un lugar específico de la naturaleza, como sucede en el Neusa. Esta imagen apocalíptica bordada que va transformando el paisaje, es puesta devuelta en un marco; queda de nuevo en un plano decorativo, en donde el proceso de elaboración y el resultado final, son análogos.

Todo ese proceso transformativo y de transgresión de la imagen, la subvierte en medio de la delicadeza del gesto de penetrar la imagen con la aguja; finalmente, y ya alterado, vuelve a ser puesto en la pared, para que el acto pueda ser observado y cuestionado.

Estos monstruos que llegan a ese paisaje no solo son ocurrencias absurdas, si no que están ligados a cantidad de significados implícitos en ellos desde mi historia individual8, y desde la Historia Universal.

La recreación de esa fantasía se convierte en una analogía de lo que hemos hecho con nuestro entorno. Sin la intensión explícita de serlo, se convierte ineludiblemente en un acto político.

8 Me reiero a mi historia acerca de lo mencionado en “algo imaginario”.

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Nos queda la ruina de un paisaje, la belleza de su destrucción. El vidrio mantiene la fragilidad de su muerte sobre ese suelo plateado y envenenado. Después del caos llega lo estático y silencioso, donde se puede contemplar lo que quedó, la transparencia del vidrio y el reflejo del suelo crean un bosque infinito. Se trata de su destrucción-creación y su creación-transformación; es acerca de la ruina, de su muerte.

En el intento de destruir ese paisaje romántico en su majestuosidad, no solo se intenta crear caos y destrucción, por el contrario, se acude a lo creativo, a lo artificial. Se busca ese otro lado, el negativo de lo que sería la imagen de un paisaje en el esplendor de su primavera. Se parte del contrario para señalarlo, y destruir ese existencialismo poético que posee la actitud romántica y que va más allá de la imagen. Mi proceso me lleva a utilizar nuevamente las cualidades que ofrece el material, para de esta forma poder convertir lo inerte en algo bello. Al querer alejarme de esa actitud romántica y verla muerta, ella brilla, pues no hay nada más romántico, dramático, deslumbrante y fantasioso que la muerte.

Después de ese Apocalipsis llega el silencio.

¿Que sucedió entonces con ese paisaje perfecto en el que queríamos habitar? Podríamos encontrarlo más allá de la representación pictórica o bidimensional de un espacio. El paisaje está relacionado con nuestra cultura visual, y sin duda es una construcción cultural. Cada paisaje creado, cada paisaje artificial es desde luego una representación fantasmagórica de un lugar.

EN EL OTRO LADO

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20 Aunque un paisaje no es fiel reproducción de la naturaleza, la pintura

siempre será aceptada como una realidad enfrente de nosotros: “su habito natural de simbolizar su mirada tiene una intensidad particular, no ven las flores y los árboles como objetos deliciosos, sino también objetos de lo divino”1 . Al ver esa imagen estamos viciados por la

manera de mirar que el tiempo y la cultura nos han implantado, nos han habituado a que ahora nos sintamos alejados de las representaciones de la naturaleza.

Lo que queda en mi mente es lo contrario de lo que está representando, (no sé si en un afán de inconformismo con lo real, donde siempre intento ver el negativo de lo que está en frente mío). Después de haber caído meteoritos en la tierra y quemar el paisaje, quedan los árboles muertos, incinerados y sin hojas; todo ese paisaje americano paradisíaco quedó en ruinas, en un afán de quitarle esa aura majestuosa e histórica dada por los ideales europeos colonizadores que pretendían mostrar un escenario idílico. Es la muerte del aquel deseo ideal. Es sobre la imagen misma, sobre la representación de paisaje desde donde me interesa destruir. No es el paisaje real, ni la naturaleza en su materialidad lo que transformo, es en la redundancia de su imagen y su concepto, lo que nos ha quedado de ella lo que intento replantear.

“Hasta hace unos 50 años, las imágenes de la naturaleza eran clave del sentimiento en el arte. La naturaleza – sus ciclos de crecimiento y descomposición, sus reacciones ante el viento, el estado del tiempo, la luz,

el paso de las estaciones, su incesante renovación, su ínfima complejidad de formas y comportamientos en todos los niveles, desde la molécula, hasta la galaxia- proporcionaban las metáforas rectoras dentro de las cuales casi todas las relaciones del “yo” con el “otro”, podían examinar y

describir.” 2

1 Kenneth, Clark. El arte del paisaje, 1971, editorial seix barral s.a

2 Hugues, Robert, El Impacto de lo Nuevo, el arte en el siglo xx. Nueva Galaxia Guten -berg, 2000, pg 324

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21 Esta Naturaleza ya ha sido reemplazada por lo que Robert Hugues llamaría la “cultura de la congestión”, donde los estímulos de la ciudad, la comunicación, y también la historia misma es la que va cambiando al arte. Esta cultura se relaciona con la cultura de lo visual en general, que precisamente se contrapone a esa imagen de ese paisaje que se “contempla”.

Los elementos escultóricos se volvieron en objetos que pertenecen a nuestra cotidianidad, donde los valores estéticos son dados por un discurso generado a través de ideas que se le agregan a dicho objeto; es el discurso mismo acerca del objeto lo que se comunica con nosostros. Los conceptos del paisaje fueron trasladados a aspectos del arte contemporáneo como el Land Art (la relación directa del hombre con la naturaleza o con un espacio específico), en donde se empieza a ver desde su singularidad. Dentro de toda esa confusión histórica de vanguardias, modernidades y pre-modernidades, intento retomar esas representaciones pasadas, y agregarle valores actuales: lo que está al otro lado de la imagen. La muerte de la misma.

Replanteo la imagen de paisaje desde su tridimensionalidad, en donde, el vidrio no solo está atado en su materialidad proveniente de la tierra, sino que guarda una relación con lo decorativo (que hace parte de la nuestra cultura de la congestión). La transparencia y la memoria, donde de nuevo estas figuras de vidrio hacen parte de un momento en mi historia personal que me recuerda a los objetos que se encontraban en la casa de mi abuela: miniaturas de animales en vidrio dentro de un gabinete cerrado. Objetos que solo podía contemplar e imaginar, y que ahora me recuerdan a la fantasía de A Través Del Espejo en donde los objetos de lo cotidiano, al otro lado de ese espejo, poseen vida propia.

Es ese mismo mundo reflejado que Alicia ve tras un espejo que todo transforma, y todos los objetos de su casa son de alguna forma absurda diferentes. Es en ese otro mundo, en ese otro lado, donde los cuadros y los objetos cuentan otra historia.

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23 “Todas las pasiones terminan en tragedia, todo lo que es limitado

termina muriendo, toda poesía tiene algo de trágico.”

Novalis

El paisaje es donde la fantasía es posible. A partir de ésta construimos un escenario en donde todo puede ser, en donde situamos lo retorcido de la mente, los horrores que nos acosan y que dejamos salir por medio de imágenes de un ideal. No es una fantasía llena de alegría, si no una macabra y egoísta acentuada con un ineludible patetismo. Todos nuestros afectos de amor, dinero, muerte o tranquilidad, hacen que creamos que el mundo debería estar a nuestra merced, y que queramos construir esa imagen de isla perfecta, intocable e inalcanzable para poder materializarla y vivir en ella.

Encapsular y encerrar ese lugar es querer transformar aquella idea romántica, en un objeto que se puede conservar en el tiempo, convirtiéndola en la materialización de esa fantasía. Recrear un momento que pertenece a los deseos ocultos pareciera nada más que una fantasía, y son consecuencia de la realidad, mas que la realidad misma. Porque aquello que pensamos e idealizamos se convierte en aquello mismo que mueve nuestro actuar. El escenario de amor idílico, perfecto, que no solo está presente en la imagen, se traslada a nuestros deseos, en la que la resolución de esa historia de amor termina en la muerte de un amante. El final es la muerte, no el amor.

Es en lo que está afuera de nosotros y de nuestra cotidianidad donde podemos recrear las imágenes de nuestros deseos. Los dioramas y panoramas ilustraban lugares exóticos, lugares alejados del observador quien al hallarse enfrente de esos espacios artificiales, fueron quedando

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24 en un imaginario que posibilita una experiencia analoga a la real. “Por medio de la recreación panorámica de estos paisajes elementales y remotos, la ciudad podía, en cierto sentido, contener e incorporar la naturaleza dentro de un dominio metropolitano” 1En donde el arte y la

cultura se combinaban Y donde se intentaba introducir el campo en la ciudad “en donde los panoramas la ciudad se dilata hasta convertirse en paisaje” (Walter Benjamin) De aquí un paisaje que se empieza a poseer, donde el paisaje se empieza a convertir en un domino cultural, donde dentro de estas nuevas metrópolis se intenta “vender” como sucede actualmente, un paisaje, una idea de un lugar alejado de la ciudad, un lugar que los románticos empezaron a vender esa dicotomía entre lo rural y lo urbano, en donde es por fuera de esa ciudad , donde estaban esos ideales que no existían en la urbe.

Ya dentro de nuestra cotidianidad, nos vemos bombardeados por fenómenos publicitarios que promocionan lugares turísticos en comerciales, fotografías y telenovelas, en donde se refuerza ese ideal de paraíso perfecto como un lugar de escape donde se pueden cumplir las fantasías mas caprichosas. Que no solo se le debe a esa actitud romántica, donde el amor es una ideología. Lugares que se ponen en una bola de cristal en miniatura como souvenier, para volverlo un recuerdo de ese momento. La torre Eiffel, o la estatua de la libertad que ponemos en nuestro escritorio como signo de reconocimiento de haber conocido tal lugar, se convierten en formas de poseer un lugar.

Apropiarse de la forma ya establecida de objetos que son familiares en nuestra memoria, objetos que tienen un significado dentro de la cultura, para de esta forma cambiar su contenido: sus figuras por otras, y así generar una nueva lectura de eso que sucede allí adentro de la esfera de vidrio.

1 Eisenman,Stephen F. Historia critica del arte en el siglo XIX,ediciones Akal,Madrid,

2001,pg.126

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25 Es una historia de amor romántico, donde el escenario es ideal, y donde esta historia es un cuento que todos nos “comemos”, pero que aun así, es creíble en nuestra mente. Este cambia con la muerte de uno de los amantes, en donde se rompe la fantasía, de ese lugar idílico.

¿Pero qué sucede allí adentro? Más allá de la iconografía de un lugar paradisíaco y tranquilo, está ese muro de vidrio que altera lo uno de lo otro. La sirena no es solo la representación de alguien más que aparece a perturbar ese idilio, si no que representa eso que está afuera de ese mundo que no se ve, y que puede transformar ese paraíso en una pesadilla.

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