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N.º66/julio-agosto
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•RevistaT
ram[p]asdelaComunicaciónylaCultura
Necesidad de un punto de vista
generizado
Desdemediadosdelosochenta, conjuntamente a la recuperación de la democracia, algunas univer-sidades comenzaron a organizar seminariosoprogramasinterdisci-plinariosdeestudiosdegénerocon perspectivafeministaosinella.En- tonces,muchasacadémicaspartici-pamosactivamenteenlareformade las currículas, comprometiéndonos enlapromocióndeestanuevaárea de estudios. Muchas otras mujeres participaron también en debates tendientesalasreformasdenuestro Código Civil y Penal y, por último, delaConstituciónNacional,quese plasmóen1994.
Sin embargo, gracias a la pers- pectivaquebrindanlosaños,toda-víaconsideramosqueesnecesario reafirmar una vez más la perti-nenciadelamiradadegéneroyla importancia de encuentros como el que se realizó el año pasado en la Facultad de Periodismo y Co-municación Social, que tienden a consolidarlosavanceslogradosen el área. Esta reafirmación es fun-damental, en primer lugar, por-que la revisión de los estereotipos de género y sus consecuencias se abrenpasoenunadinámicaqueno sólo supone el descorrimiento de
porMaríaLuisaFemenías
MaríaLuisaFemenías mlfeme@yahoo.com.ar
DoctoraenFilosofía.ProfesoradeAntropología FilosóficadelDepartamentodeFilosofía,Facultad deHumanidadesyCienciasdelaEducación,Uni-versidadNacionaldeLaPlata.Profesoravisitante enuniversidadeslatinoamericanas.Fuevisiting scholar enBerkeley,ToulouseyBerlín.Publicónu-merososlibrosyartículossobrefilosofíadegénero yteoríafeministaenelpaísyenelexterior.
Consolidarlamiradaconperspectivadegénero
Resumen
Estebrevetrabajotratadeseñalaralgunasdelas contribucionesmásrelevantesdeunamiradacon concienciadegénero.Sibienesverdadquemucho sehaavanzadoalrespectoenlaúltimadécada, tambiénesciertoquetodavíasehacenecesario justificarsuimportanciayconsolidarloslogros obtenidosendiversoscampos,desdeellegalalde lavidacotidiana,enelampliomarcodelaglobali-zaciónylasreivindicacionesidentitarias.
Palabrasclave
Género-identidad–derechos-trabajo
Abstract
Thisbriefwritingworktriestopointoutsomeofthemore relevantcontributionsofapointofviewaboutthegender consciousness.Evenifitistruethatinthelastdecadeswe havehadadvancesaboutit,itisalsocorrectthatitisstill necessarytojustifyitsimportanceandconsolidatethe reachedachievementsindifferentfields,fromthelegal onestotheordinarywayoflife,inthewideframeofthe globalizationandtherecoveryofidentities.
Keywords
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losvelosdelainvisibilizaciónsino tambiéndelosfactoresestructura-les que inciden indirectamente en talesocultamientos.
Laconclusióndequelasituación es dinámica y, por tanto, al tiempo que muestra unas viejas inequi-dades, oscurece otras que pueden comenzar a generarse o ponerse lentamente en marcha, acentúa los cambios que en general se pro-ducen en la situación global/local y en la búsqueda de fundamentos sólidos para un feminismo trans-nacional. Como el problema de la globalización se tensa justamen-te con las fuerzas de localización identitarias,tambiéntemadelaquel encuentro, con graves consecuen-cias para las mujeres, es preciso mostrar la necesidad de tener en cuentaesteprocesoalosefectosde poder constituirnos aun a su pesar ensujetos-agente.Conclaridad,las líneasfundamentalesdelfeminismo másrecientehangiradoentornoal debateglobal-multicultural,sinex-cluir marcos medioambientales ni escenariospropiciosparaeldiálogo ylaconstruccióndelapaz.Eneste complejoescenario,laprimerapre- guntaquesurgeessiaunasíhayes-pacioparaconstituirnosenagentes decambio,encauzandolaproducti-vidaddeldeseo.Enesesentido,hay varios problemas potenciales queinterfierenendetrimentodelos avancesdelamiradafeministayde género.NancyFrasermencionatres comolosmásinminentesqueame-nazanlajusticiasocialglobal,dela que indirectamente las mujeres (y otros grupos postergados) se be-neficianaunqueseaprecariamente. Ubicaenprimerlugarelesencialis-mo o reificación de los colectivos culturales, con la consecuencia de queseesencializaalasmujeresyse
coagulan sus lugares como “natu-rales”, respondiendo a parámetros tradicionales de inferiorización. En segundolugar,señalalasustitución de la distribución por el recono-cimiento en términos identitarios, desplazándose o postergándose el problema económico en términos de clase. Por último, la manera en que los diferentes tipos de lucha desajustanlosprocesostransnacio-nales que intentan alcanzar justicia socialglobal,interfiriéndoseentresí ygenerandofuertesinestabilidades locales. Claramente, el objetivo es quetantoelparadigmadistributivo comoeldereconocimientoconver-janenlaexplicaciónladinámicade lasluchasdelosmovimientossocia- lesactuales.Alhacerlo,sedacabi-da a reivindicaciones justificables tantoentérminosdeigualdadsocial comodejusticiaeconómicaydere-conocimiento de las diferencias en términosdediversidadynodein-feriorizaciónominusvaloración.De estemodo,elconceptodegénerose tornaprincipiobásicocomprensivo de la estructuración de la econo-mía política en términos de divi-siónsexualdeltrabajo.Portanto,el modelo distingue entre un mundo remunerado productivo –cuyo perfil de género es mayormente masculino-yunmundo noremu-neradoreproductivo–cuyoperfil degéneroesfemenino-talcomolo denunciara C. Delphy en la década del setenta. Precisamente dado el carácterdelaposicióndegénero,es necesario desarticular tanto las in-justiciasredistributivascomolasde reconocimiento, que digitan –po-tenciadas–laeconomíasimbólica decirculacióndelossignificadosen el sentido anunciado por I. Young. Enconsecuencia,elniveldelosdis-cursosexplícitossobrelosderechos
alcanzados por las mujeres tiene que atravesarse por otras variables (etnia,opciónsexual,religión),pro-ductodelanuevasituaciónpolítica ysocial,afindeentrevernivelesmás profundosenlosquesetejendiná-micamente diversos mecanismos deexclusión.Sibiennoesahorael momento de extendernos en estas consideraciones, es preciso al me-nosapuntarlas.
Sobretodo,porquealolargodel SIGLOXX,losintentosdevisibilización deesteyotrostantosproblemasse vieron sistemáticamente interrum-pidos por reiteradas irrupciones al estado democrático de derecho. Estoimplicófuertesretrocesosres-pecto de la participación socio-políticademujeresyvarones,pero paralasmujeresimplicóademásla vueltaalasposicionesnaturalizadas delasquedesdeladécadadelse-sentaestabansaliendoyelolvidode su memoria histórica de las luchas iniciadasenelSIGLOXIX.Sinembargo, las últimas crisis económicas –que impusieron los dramáticos meca-nismos de exclusión, rompiendo violentamente con los estereotipos del padre proveedor y de la madre amadecasa–abrieronparalasmu- jeresunabrechacríticaqueespre-cisoahondar.
Si, por un lado, hubo que espe-rar largos años para reencontrarse nuevamenteconunafuertepresen-ciadelmovimientodemujeres,por otro, con el aditamento de un des-pliegueteóricoydeuncompromiso académico fortalecido, las posibili-dadesdeanálisiscríticoyconceptual sehanabiertoextensamente.Desde diferentessectoressebregaaúnpor revertireldiscursodisciplinadorque exaltólamisiónsacrificialde“LaMu- jer”,entendidaentérminosesencia-listas,centradaensusdeberesyen
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su vocación natural en el cuidado del hogar, de los hijos y de los dé-biles –siempre asimilada además a laminoríadeedadylaminusvalidez cuandonoalaexaltacióndedones naturalescasisobrehumanos–,nue-vosmodelossehanidoimponiendo pordiversascircunstanciasyesne-cesario prestarles atención, sobre todo convocando la mirada de las jóvenesparadetectarlaspotenciales nuevasformasdesexismo/racismoo exclusión.Silosmodostradicionales de la exclusión fueron la inferiori-zación o la exaltación de virtudes supra-humanasenundobledespla-zamientodelplanosimpleyllanode la igualdad, de los derechos, de los erroresydelosaciertos,actualmen-tenosencontramosfrenteanuevas intersecciones excluyentes, sobre todoencubiertasbajocriteriosétni-co-estéticossinhabersedesplazado aúnporcompletolaexigenciadela mujerideal.
Quizá por eso inscriptas en múl-tiples paradojas, con herramientas teóricas cada vez más elaboradas, podamosrevisaryrepensarnuestras experiencias,entérminosdelmovi-mientodemujeres,delaacademia, de las militantes, de las reivindica-cionesétnicas,etcétera.
¿Por qué, entonces, nuevamen-te la pregunta por la necesidad de unamiradadegénero?¿Nosehizo suficiente?Muchos/assepreguntan ¿quémásquierenlasmujeres?¿Qué másqueremos?
En principio, simplemente poder querermássinqueseconsiderein-adecuadooimpropiohacerlo;donde “más”nosóloseacuantitativamente más(entérminosdemáscentrose institutos; más leyes, más estudios, más investigaciones, más estadís-ticas, más controles a la violencia, etcétera)sinoademásyfundamen-talmente, un “más” (un “plus”) que remita a lo cualitativamente dife-rente. Un “más” cuantitativo puede
llevaralasaturación;un“más”cua-litativo, a un cambio de estructuras quefavorezcaoinsteaunmodode vinculación diferente del tejido so-cial, la cultura, el conocimiento, la política, no centrados paradigmá-ticamente en un modelo patriarcal, que entrampa a mujeres y varones: senecesitancambiosmásprofundos paraunaépocaquepresentadesa-fíoscompletamentenuevos.
Esciertoquemucho/ascreenque, en la medida en que se acumulan cuantitativamenteloscentros,lasle- yesylosderechos,etcétera,sepro-duciráuncambiocualitativo,porque indirectamenteestallarádesdeden-tro el modelo tradicional. Es cierto también, que basan su posición en unasuertedeecuaciónquepodría-mosresumirentérminosdequepor acumulacióncuantitativaseproduce un salto cualitativo, como sucede, porejemplo,conloscoloresoconlas medidas:pasamosdelcelestealazul, delosnovecientosnoventaynueve gramos al kilo, de una sociedad sin leyquecontemplelosDerechosHu-manosdelasmujeresaunasociedad conleyesquesílohagan,delaca-renciadecentrosalaeclosióndelos centros e instituto(...). Sin embargo, aunqueesmuyposiblequeestosea así y que efectivamente se produz-can en ciertos ámbitos importantes cambioscualitativosapartirdeacu-mulaciones cuantitativas, me atrevo igualmenteasostenerquenoessu-ficiente.Esmás,muyprobablemente por cooptación, por asimilación o poralgúnotromecanismoaestudiar, muchos“más”reviertensuvalorysu signo precisamente porque los re-clamos de reconocimiento lo son dentro,poryparaunsistemadado, quefinalmenteyapesardetodonos integra, generando contra-identi-dades imposibles de desmontar sin desmontarelmodeloquelasgenera: taleselpoderconfigurantedelsis-temapatriarcalconlaideologíaque
lo sostiene. El efecto de saturación –llamémosloasí–seencargadelres- to,resignificandoloslogrosygene-randonuevosdesafíos.Conestosólo quieroadvertirque,sindesconocer laimportanciadeloscambioscuali-tativosporacumulacióncuantitativa, igual resultan insuficientes para dar cuenta de transformaciones signi-ficativas que redunden en equidad radical y efectiva en principio para las mujeres, más aún en un mundo global.
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y viceversa. Desde aquella famosa advertenciadelosochenta,“ Equali-tyisnotenough”,muchasestudiosas hanadvertidoquelafácilvisibiliza-ción de algunas zonas de discrimi- naciónodecarencianodeberíaob-nubilarnos haciéndonos creer que yahemosresueltoelproblemaensu conjuntoy,portanto,quenoquedan zonasoscurasporrevisar.Concedi-dalaimportanciadelimperiodelas leyes(bienlosabemos),ydequeni suletranisufuerzasimbólicasean segregacionistas o discriminatorias, faltaaúnenfrentarmuchosdesafíos. Entre otros, los entrecruzamientos degénero,etniayclasesocial,que potencian e invisibilizan zonas de exclusión cuyos límites en buena medidadesconocemos.Aesenuevo desafío nos enfrentan la globaliza- ciónyelmulticulturalismo.Lasde-mandasfrecuentementeformuladas entérminosexcluyentes–olosocial o lo político; o la distribución o el reconocimiento– deben atenderse, enconsecuencia,entérminosinclu- yentes:ambosaspectossonnecesa-riosydebencomplementarse.
Lateoríadegéneroyelfeminis-moenlaArgentinasiguenteniendo una fuerte impronta que, aun en defensa de la igualdad universal, descuida ver y mostrar cómo las fuerzandepodersetensanenfun-cióndeotrasvariablesquegeneran exclusionesindeseadas.Comomu-chas veces se advierte, el “movi-miento de mujeres” y “las mujeres delossectorespopulares”sonotra cosaqueelfeminismo,términoque suelen rechazar y teoría que dicen desconocer.Efectivamentesonotra cosa,almenosporpertenenciade clase,portransversalizacióndegé-nero-etnia, por cultura(...). En con-secuencia,faltancanalessuficientes de comunicación y circulación de
la palabra y de las estrategias de acción conjunta; faltan análisis y propuestas respecto de los nece-sarios cambios de actitudes; faltan voces que hablen por sí mismas y sean audibles equifónicamente sin pater/maternalismos; falta pre-vención de la violencia simbólica, queocultaodesdibujalaviolencia moral,psicológicayfísica;faltaexa-minarlosmodosenqueoperanlas dobles lealtades y las prioridades; faltaprofundizarenteoríasquenos permitancomprendermejorciertas recurrencias;faltarelevarsupuestos que operan aún subrepticiamente; faltamuchoporhacer.Ysobretodo, falta confiar en que las mujeres, seandelsectorquefueren,puedan hacerse cargo de sí mismas como sujetos-agentesequipotentes.
Actualmente, a nivel mundial, se teme que la intersección del femi- nismoconlaetniaolaclaseresul-teendesmovilizaciónypérdidade objetivos.Esonodebedesalentar-nos: los nuevos enfoques y puntos departidacontribuyenalesclareci-mientodezonasantesconsideradas “libresdetensiones”sinserlo.Cree-mosqueesnecesariounconstante estadodealerta.Laspropiasmuje- resinsistimosaúninsuficientemen- teenquesecumplannuestrosde-rechos. Unas veces por ignorancia, muchasporcansancio,otrasporque aúnnohemosemprendidolaetapa de mirarnos y revisar críticamente nuestras propias actitudes, creen-cias, identificaciones,
comodida-des, autoestima o, simplemente, porquenopodemoscortarlasredes que nos entrampan real o concep-tualmenteamodelosdelosquenos creemos víctimas. Por todo esto y probablemente mucho más, sigue siendonecesariaunamiradadegé-neroconconcienciafeminista.
Demodoqueunapreguntaporla importanciadelamiradadegénero esmeramenteretórica:larespuesta esunarotundaafirmaciónpositiva. La discriminación de sexo-géne-rooperaalamaneradeuniceberg; vemos por encima de la superficie delaguasólosupunta:ciertasdis-criminacionespuntuales.Novemos completamenteladensatramaque lasgenera,lassolidaridadesquela sostienenylalegitiman.Ladiscrimi-nacióndesexo-géneroseprolonga más allá de lo que normalmen-teaparece:ungolpe,ungrito,una descalificación, un chiste son sólo episodios visibles cuya manifes-tación cotidiana se sostiene sobre bases muchísimo más profundas y complejas. En términos generales, lanaturalidad de ciertas situa-ciones nos hace perder de vista la fuerzahistóricadesuconstrucción. Nada en la naturaleza legitima un orden social discriminatorio, ad-virtióSimonedeBeauvoirhacecasi 60años.Sinembargo,nuestromirar naturalizadamenteelentornonos inhibe en muchos casos de cues-tionarlo; nuestros propios límites también. Ver que una situación es productodeunconjuntodefuerzas
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en tensión, es decir, que tiene una historia que puede ser explicada, modificada, interrumpida o rever-tidamuchasvecessebloqueaantes aundequepodamosformularnosel desafíoderevisarla.Poreso,cuanto menos,lateoríadegéneroesnece-sariaparadesnaturalizarelmodo en que habitualmentenos vemos enelmundoyelconjuntoderela-cionesyarticulacionessocialesque nosinvolucranavaronesyamujeres cotidianamente. Pero además, es necesariaparaquebuceemosenla construccióndelapropiaidentidad. Elsesgogénericonoeserrático, casual o azaroso. Por el contrario,
es coherente en el sentido de que siemprerecaedeunaciertamanera sobre el mismotipo de personas. Obedece a algunas pautas o pre-misas que se presuponen acrítica-mente o que conocemos mal. Sólo llegamos a descubrirlas gracias a una cierta incomodidad histórica respectodellugarnaturaldecada quienenelmundo.Ahora,comoel mundocambiayconéllassituacio-nes,losmodosdesesgarydeexcluir cambiantambién.Debemosenton- cesmantenernosenalerta,conmi-radadegénero.Encuentroscomoel de “Género y Comunicación” son un buen ejercicio en ese sentido;
iluminan zonas, entreven proble-mas, delimitan nuevas cuestiones. Esnecesariodescorrerelvelodela cegueradegéneroquemantiene enlaignoranciazonascompletasde problemasydesoluciones.