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¿Por qué no les dijiste todo?

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Academic year: 2020

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SALVADOR CASIAÑE

DA ÁLVAREZ

¿POR QUÉ NO LES

DIJISTE TODO?

El alambretorcidode dospolos atraviesa lapared rompiendotab iquesdeconfitilloblanco, viniendo desd e fuera, sesigue por elángulo de hierro he-rru m brosoydescascar ad oquesirve deviga, com o afer rándose aél para no caer, luego a lamitad del techo de cartó n alquitranado e de cuelga medio metro .De ahícuelga un focoprendido e indiferen-te. Esde noche, su luz es opaca y grasosa por el co-cha mbre acumulado.

Desde que llegó, hace recuent o de todo una y otra vez, empezand o desd e quesus camaradas lo dej ar on en aquellacalle olitar ia del centro de la ciuda d.

Deeste recuento obtenia conc1usione propias, pero mañosa mente escamoteaba lo queno leera agra da ble,adhiriéndoseasi auna realida d tor cida. Luego, con una satisfacción fingida e eguia fan-tasea ndo hasta trasladarse muy adelante en el tiem poylosacontecimiento futuros,tod oen una atmósfera diferente.

uand o sin ningún contratiempo llegóado nde vivía ydespués de bajarse delcamión suburbano, una sensación deseguridad lo envolviópor com -pleto ylehizo ver haciaelfuturocon mucho opti-mismo ,al mismoque un vientosuave y fresco le acari ciaba el rostro caliente por la uglo mcr ución del autobús,Ahorasi, dc aquí no mcsacan-sc de-cía- confundi doentre llIÚS de un millónde 'ente: jóvenes,viejos, niños ymujeres ¿q uién puede en-contrarme'! ¡A mí precisamente !Ahora quesi usl fuera, consólo atravesarel pantcóncstoycn los ce-rrosy de allí menos, .la ro cstúque si al uicn de aquí supiera cuando menos algo, sería muy fácil atra par me:las grunaduspara elcaso de una retira -da,la Browning decatorce tiros con trcs cargado-res más y el dinero en el estuche dc laOlivetti, se-rían muchas pruebas en micontra,yaunque se de-terminó no llevar nada a la acción que pudiera identificar nos en caso de que alguno cayera, con

todo lo que tengo aquí cualquier medida deseguridad resulta ino-perante. Pero no, no hay que exagerar, la exageración es ma -la, no es posible siq uiera que sospechen lo del banco;toda vía ni la noticia dan y meno vana pcn ar que estuveahí oque ten -go la tercera parte del diner o con la tare a de hacer lo llegar hastaarriba. Porq uesóloésa es mi tarea: hacerlo llegar ha ta / arriba.

Al ir eacercando a lacasa y saluda ndo al paso a lo amigos de siempre, aquella sensació n aumenta ba llegand o al máximo alestar dentro, cerca de todos; ahísintió quealgomuyparecido aun caparazón invisiblelopr o-tegíacontra todo.

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Por ser la primera vez estuvo bien, se estudió todocondetalle:la llegada al luga r de la acción,la retirada,la vigilancia, las cajasy hasta la cantidad de gente que a esahora estaba ahí,depositandoo retirando alg una cantidad de dinero. Además to-dos hicimos lo necesario.

Lagranadas y lo demás ya lo tengo en unlugar seguro;hastaarribadel ropero. Los niños no lasa l-canzany mañ ana lasllevaréauno más segurot o-davía.

adienosesperaba cuando llegamos, ¡se vio! to -do estaban asustadísimos ynos obedecían en to-do, ¡cabro nes burgueses!

adavezque en susrecuentos amañados llegaba aesta parte,experimentabauna satisfacciónnunca antes entida ylo hacíarecordarese hecho nueva-menteante del siguiente recuento.

Todoel alam breestácubierto demoscas que seap i-ñan, tratan dodeestar cerca del calor que despideel foco graoo O. Una pasansobre lasotrastratandode quedar ha tadela nte,lomáscercaposible.

La cajera principal no sequería callarni tirarseal piso comolo derná ytuveque golpea rla enlacara porque gritaba mucho, como en una ataq ue de histeriayde plano le metí elpie ylatiré,al caer el vestidolequedóen la cintura ysus pantaletasajus -tadas entre la piernas delimitaba n con precisión un equilatero contrastando notoria mente conel color desu piel,en unaespecie de geometríasexual estremecedora.

Esto lo veo ahora,pero cuando estaba ahí nome lijaba en nada crnejante,pues toda la atenciónse pone en loque en esosmomentoshayque hacer. - ¡Agilclito, agilelito!iVenga queyase me 'stansao licndootra vez ! - dijocomo siquisiera llorarycon repugnancia uno de losniños.

Mipapá selevant ódela silla, junt o a la mesa,y dejandoel periódico que leía, acomodó el Delicado enlaorilla.

Volviendo bruscamente a larealida d ysin pen-sarlo all por labacinicaqueestababajoel lavade -rodecemento .

- ¡Elpérese allí,no sebaje,dejeque le traiganla bacinica! - dijo como sien verda d al bajarseme impidierair porella.

- iAver dejever cuántasse le saliero n 'ora a mi' -jo! - yempezóabuscarafanosamente sobre el col-chó n mancha do de orines secos que parecían cur-vasde nivelcon un paralelismo perfecto, haciendo aun lado lascobijas.

- ¡Utedes no se ríancabrones,que tambiénse lessalen pa'juer a ymás gra ndotas!

- ¡Mire, mirecomo sehacen agüelito! -decían losdemás niñosal ver que se retorcía n desespera-das,como sialguienleshubiera hechado salo li-mónencimayse revolcaranagónicas.

- i o,no las agarre,no seacochino! -le dijoal másgrande, hac iéndoloaunlado al mismo tiempo

alvado rCasta ñeda (Ma tamoros, 1946) haparticip adoen ta lle-res de na rrativayha sid o becario deIINBA- F ON APAS

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que las emp uj a ba con un pa pel de periódico par a hacerlas caerdentro de labacin ica que sostenía co n la otraman o.

Lapuerta seabrió depro nt o con unapat ad aque le dieron queb rándosele los vidrios al golpear con-tra la pared.Quiso cerrar se cuandoiba de regre so, peroyaestabandentro.Entraroncomo una jauría, gritando, y veían par atodos ladostrat ando de cu-brirtodoelespacio conla miradaal mismotiempo. -¡Note muevascabrón!No-te-muevas-p orque-te-mueres- d ij o unode ellos, ala vez queme pon ía la metrall eta en el pecho empujándome cont ra la pared.

-¡Ya sabemostod o !

- ¡D ó n de tienes el dinero! ¡El diner o cabrón! -decía y acompañ ab a cada fra se conelmismo em-pujón en elpecho.

-¡Ustedes - dijo a losque venía nconél- bus-quen en todaspar tes ybusquenbien.!

- ¡Ya sabem os que aq uí est á, hijo de la chinga -da, así que no tehagaspendej o !

-¡A ver ustedes qué sa ben - les dijo a losdos, que estaban, ella llorand o sin pod er se explicar nad a y élsorp rendido ,unoen cada rincón, ajenos por complet o alo que pasab a ymezclad os en ello.

- Nosotros no sabemos nada - d ij o mi madre desde su rincó n,con la cara desco m p uesta por el lIanto- mi'j onoha hech onad a ; ¿cn quélos ha per -judicado?él nose metecon nadi e.

Mi padre nodecía nad a yno sesiera porque en-tend ía lo que esta ba pasand o o porque de planono entendía nad a o entendía menosque ella;quizás un silenciopremeditad o.

Mi bocaestaba seca yama rga, la cabezacaliente y mucha sed, una sed que nunca antes ha bía sen ti-do, nisiq uieraen lasmarchasforzad as;lalengu a se me pegabaal palad a rylasen tía in útil,inservible, ajena,como un pedazo de algo que est orba ba ;las man os sudorosas; escuchaba los gritos yelllant o de todos al mismo tiempo en una marañaespantosade ruido s y movimientos entretejid os con el ladr idode los perrosque a rre-molinaban contra la pared en una defensiva por instinto. Ahor a se encont rabacomo aq ue-lla primera vez hace años.

Los int er rogato rios casi ter-minab an. Eso pensa ba porque ya lo habí a n dej ad o en paz y creía haberlos engañado al cui-darse de no mencio nar para nad alo pas ad o.

El sólo hecho de pensar que tenía que volver,no a la misma prisión sino a otr a, quepara el caso le resultab a lo mismo, le provocaba una sensacíó ndesco -nociday la cara y laesp a lda se le

encojíanpor unacon tr acció n i

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vol unta ria de la piel.

Loque nunca olvidó yrecordab auna yotra vez era aq uel recib im iento que le hicier o n alllegar.Y lo recordab a aun q ue no quisier a, como si lo aca ba-ra de vivir.

- ¡Echenrne a ese cabró n pa 'ca!

- iMe gusta esebizcoch ito y necesitouno ! - ¡A los guerrille ros me los cojo!

Inexpl icable al principio;pro nto llegó aentender que la cárcelesun lugarcomo cualquiera,si se vive fue ra de él,pero unmundoaparteestando dentro . Dosdimensiones en una mi rna, diferentese igua-les ala VCl. Rec urso legal para la humillación yel rebajam iento;una dimen sión casi ecret adondela sociedad se e conde paraexhibirsuverda dera fi 0-nomía.

En aquella prisión,elSeñor de losAfligido e nab a cubiert o de lae palda porun mant orojode terciope -lo , terminad o por todo el borde en e piguill a dorada quezi'za gue aba a intervalos cort e igua-les co mo uncho r ro delgad o de miel. LI figu ra hu -manaenaq uel rin cón,tiesa yvolumét rica,pint ad a decolo res quepretendíanconfundi rsee n losde 1I piel natural. Las ma nos ata das po r delante desde que fue hech o prisionero , sosteniendo una vara, corno bast ón de mando ,queno sesabia de que ár

-boloarbust oera. La expre sión deconfo rmis mo derrota. cuajad a e ina ltera ble. in 7.Ip u s y el tronco delcucrp ech ad o hacia adela n te. sen t id sobre algoindescr iptiblepor descon oc ido.La vela-dora asus piesen un envase de vidrio, ence nd ida siempre, con una llam a intcrmi nible que ten lam o que perpetuar encend iend o lu iguicn tc untes de que se upagura la anterio r, corno si dcjarl ue tino guir fueseparatodoslamuerte.

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paso del tiempo.Sus dimensione seran limi tada. Est ab a ruinosa,infecta y mal oliente.Fría por las madr ugad asy como un horn o a la mitad del día. La mugre haciéndo e fuerteen tod o losrinc ones, escond ida para quedar a salvo de la limp iezagene

-ral quehacíamos por la fuerza.1'o habí a cruj ías o

todasqueda ba nresumidasen una .

Por dentro,lascua tro paredesest ab an ocupa da

por celdasque e apretuj ab an una contraotra s.Por

fuera, un pasillo y una muralla . También había

unosespejos, queal quebrarl ospar ahacermucho',

adq uirían forma geo mé tricas plan as difíciles de

clasi ficar enla geometría conocida.Incrustadosen las paredeso colgando de ellaspare cían aguje ros l i-bertar ios através de los cua lessóloeraposible ver desde dentr o hacia dentro, en una ilusió n óptica frust ran te de libertad ;est a ba nsuciosyelazogu eles caía a pedazos,sin sabersipo rlahumed ad oporla acción prolo ngadadel tiemp o opor ambascosas.

1:1 piso adoquinad o con piedr a volcámca traída

de algún luzardesconocid o era como una pared

hor izontal que rompía co n lo convencio na l de las pa red es verticales que tienen que lucha rcont ra la

gravedad.l.o stended e r o sunprovrvudospara src m

-prcenlas hojasde laspuertasdecad acelda,ocu p a -das por ropa mal lavad ayraída:callones amurrllo -zos por cl orin quesiemp re 'otea apesarde losmo -vimientoscstrungul antcsylosjalon eshucurdelante con la mano para sacar IllH la fuer/a todo h)que tiene que salir de una ver, herru mb rososco rno Si

estuvierano.idudo spor losrcvniuo-,fecales.

/lo parece que todo se repitiera.l:slO ~ aquí ~ S111 embargo no se dóndeme tienen ,ypllr m:besfuerz os

que hago no logro ubicar este lu'aroLo único que consigo obtener es un croq u isment almal he-choy burdoque apareceydesap areceenmi mente confundiéndome nuistoda vía.

La celda tiene una ventan a hast a arri ba. en el lad o opuesto dela puerta. Fueradeella un pasillo siempre iluminad o con lampa -rasfluorescentes :lo cua l me i m-pide saber siesde día o de no

-che.

Has taelfond ode la prisión esta-ban los retretes sin puerta,dcsp i-diendo una mezcla acurn

u-lada deolores por las cvacuacio

-nes y la criolina sin diluir, que penetr a baporla narizcau ando dolore s de cabeza los prim ero día .

Lo' recipiente , que en ot ro

tiempos era n blanco , pare cía n mon truos insaciable con .us

enorm es fauce icrnpr e abi

er-ta .Só lo obrepue ras. in n

in-gún vínculo con la ba e. de ta l manera que cada vez que e t a-pabandebía nde monta r e.Para u arlo era nece ario acamo

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dar e bien haciendomovimíentos lateralesysem

i-circulares con juegosde cinturas que más bienp

are-cían movim iento coitales.Alsentarse enelloshabía que hacerlo sin descansar todo el cuerpo, exten -diendo losbrazo en cruz,colocar las palmasdelas mano sobre lasparedes crujientes de maderayre -pa rtir el peso del cuerpo en todos los puntosde apoyo.Parecíamos reyes crucificados en el trono.

- to provocaba una irritación por no quedar

unosatisfecho,ademásdelos comentarios dequi

e-nesveían;e o cabronesgritando siempre queiba uno a cagar;nidejab an hacerlo a gusto.

- "iA í, a ¡papacito acomódate!"

-" iA la hor adecagar todos los culos se abren. cabro nes!"

-"¿Te a udo?" - "¡Yae rtale !"

- " i 'i te vae tapa'quetelo limpies güey!"-al mismo tiemp o que e agarraban el miembro por encima delpa ntalónyempujaban hacia adelante.

Alsentarnosen lo retretes, los gusanos,seme -ja ntes alarroz de carado, rugosos ysernitranspa

-rentes, con movimientos contráctiles,salían dela

hasedela t11.:1,de esperados através de lasfractu

ras del piso , buscando re id uoslechososdecrioli

-na, yendo al encuentrodeloque debieran eludir. como.uicidIS.

Iacuestade lashor a ylo díastambién la heperdi -do otra vsu, a no se ni la hora ni el día. Sino rnc hubieradorm idollevaría lacuenta . Pero sinre -10J ni sol, en un silencio tan grande y refundido corno me tiene n estoscabronesesmuydifícil saber lashoras o eldía; 610e tandadespiertosiempre. Pero quién a zuantatanto.

I:naq uellacárcel nos asoleabamospor las mañanas corno reptiles somnolientos salidosde lasprofundi dudes de la tierra, despertando de un sueño

oscuro perdido enel tiernpo.Lapiel hongosaysu

-cia. 'ucstros icntre fríos ydiarreicos.Sinhablar

nos,reprimiendo con dificultad un odio que quería

escapa ryque debíamo satraganta rn os con él todos los días.

Ele.cape de la realida d porel camino del sueño pro fundo, prolongado, enajenanteypesado,siem

-pre termin aba bru camentealahora de la cuenta,

acumulando odio y frustración. Moviéndonos

corno de'conocidos en la aglomeración. Tacitu

r-no . Esperand o que cualq uiera nos provocaral' cuidándono de no provocaranadie. Un odiosus

pendido,engarrota doyflot ante.

La enfer medade carcelariasoriginadas porsi tuacione de in eguri dad;ambiguas y desesperan· tes.

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hijo que nace. Lasmacanasempuñadas,los fusiles

y las metralle tas concargadores curvo ;lastorr eta de concreto armad.o;el cand ad o , la celdade castigo para encarcelar masal pre o; las reja . las cadenas los pasad or es. La falta de dinero o los abogados defensores chupandohastael último centavo'el e s-t~dodeánimo de losjueces a la hora de la senten-era; los careosc?n la pol ici~. Eltrabajo que no e vende oelmateri aldetrabajo queno llega; el cate o general yso~presi~o ; losuniformes de losguardias y los guard ias mismo. Los pa peles escritos. La puntas. Los frijoles congorgojos. durosventeros' el atole blanc o de maíz sin azúcar. Los'gritosd~ alerta;losavento nesde los guardias;cl insult o' la cuenta ama ñanaytar? e.l~aluch a casi salvaje~or un pedaz? de celd.a. El miembro quecada día se atrofia mas.Lasmismascancionesde lo'quesi em-pre. cantan. La mata de mota escond ida quecrece peligr osa mente y pueden enco ntr ar. Las mismas conversacio nesgastadas.La ncgutiva para la visita

c?nyuga l;lainc~rtidum brede l enga ñode la quees -ta fuera. El radi o a tod o volumen. Elcomité ese pro-p resospolít icos quese ch inga desvergonz ad a -ll)Cfl,le nuest ro trabajo o lo que producimospara ayud ade nuestr asfam ilias.

~n la puertametálicahay letrerosgra bados."Me.

XICO68", "2 de Octubre";consignas) nomb resde person a s que seguramente estuvier on aquí. Hayunacama de fier royunodelosladosnuiscor -tos está incr ustad o en lapared .sus dosúnicaspat as desca nsansobre una base de fierro tamb ién. aga· rrad as con torn illosque penetra n enel piso atravc -sando la pequeñaplataforma , unidos con gra ndes costr asdesoldadu ra como tej idos degener ad osen el proceso decicatrización. orno si alguiense las fueraa llevar. o es alta. se levanta apenasmedio metro sobre el nivel delpiso , cubie rta con colcha s viejas. atestad asde.chinches que nomehandejad o dormir. Aunque niganas tiene uno esperando que

vuelvanen cualqui er momento.

Sabersiesde día o denocheo dónd e estoy, en realidad no me

preocup a tanto como saber lo

que vend rá. Cada vez que lo

pienso me duele el estó mago y sudo frío; luego la salida de lo

gasesque niyo mismo aguan to

por pestilentes y las gana de orinar a cada rat o.

Teníamoslosrostros ama rillen -tos y las uñas largas atascada

de mugre. Pantal ones y ca -misas descocidas. a prop ó ita .

de la entrepierna ylasmanga . bajolas axilas. par aquelo p

io-jos noanida ra n en esoslugares. Donde más se jun taban era en

loshuevos,dejando puntitosro

-jos cad aquenospicaban.Avece

chingab an másquelaschinches.

porq~e estos van a donde uno va.Flemas por too

doslados ydesca l~o~ . Moscas apret uja das alrede

-~o;.decada e cupuajo como i fuera ncami nantes

s.e I~ntos que de pronto encuentran un oa is E.nclma del lavabo, en~apared ,un espejodeal~mi­

ruodo ndena~asere~eJaclar ame nte .Distorciona

n-te ~e I.a.reah.~ad. SI pu?iera.verme la expre ión d~ I~.cara quien sabe cual sena. creo que nadie e

ha\ Ist.Ore~lmen.teen unespejoestand oen un e

sta-d.odemextsiencracomo éste.Y egurame nteloh

i-creronasíparano reflejarla verdado bienparaque

al quebrarlo no e pueda u arcomo arma.Han de

creer que voy a cortarme la vena

Lapuerta tiene un po tigo con barro tes v ertica-les uue. ., .se abree por fucra,por dande ealcanza a

nurar la cara la altura de lo ojos del que e a orna

a cad a ralo.Porq ue de -egur oesacon .igna le die.

ron,~a~,~que no le'ganela iniciat ivaen el u

ici-d.lO: SUICIdarme, cabrones. como 'i e o fuera tan

fácil. •

¡ o todosteníamosvistaconyu gal. pcstábamo a

esper masporlasemanacione sprecipit ada sen la o·

lcdud o de plan o delante de tod os , omo lo

dias despuésde lavisita,cuando me t cuba tullurlc

lasnalgasalZurdo.A este cua ndo hablab a ,le cscu

-rríasal ivatrunsp arcntc y pesada que se limp iaba

con el dedo índic e .pulgar dela ma n izq uierda. que luego se scc Iba en lupierna del paniulóndel mismolado.

- jEnl rcnlc que ya v'cmpczar! - zritu ba con tod olo que pod íael promot orde aquella espe ciede exhibición prim it iva.alar gand oluVOl.. prolon gan.

do los rritos co mosi estu viera anuncia ndo alruna pelea. os cala de la chingada .daban runas de

aga rra rlo delcue lloy sac udi rlocon fuerza par aque dejaradegrita rcomo lohacía.

- iEste contra éste ! 'rilabaen rncdi de losdo.a

la ver. que ponía su ruano izquierda en el hombro

de uno y la derecha en el delotro.

Luego giraba co n ellosdespacio, como .ide ver

-dad estuviera bre algún cuudrilatcr . De pué

iba y venia pa cando.e por la pequeña pista que formúbarno: lo preso' a cada lado cuidá ndo n s de no pisar la mar a que haciam o enelpi ocon

ja bó n a manera de tiza; al mi mo tiemp que g

ol-peaba lasma no para de perturelinteré de todo

por lasapuesta .

-jA ver quién a más. quién va rná! ¡Juega ,

juega !jHága n epa'Iláporquelo van a alpí ar!

Aquella vez le a eguréque lo que ap táram o

alZurdo ganaríamo nuevamente porquela metida

deldedonopod ía fallar.

Lo dos ecolocaban unoal iado del otrocomo si fueran do caballo enelpart idero, con entr

an-do e en lo queiban a hacer. Pedían ilencio ytoda

lasmirada econcen trabanen u miembro ere

-tos;alguno no cuidábamo de novérelo con in -i tencia.

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porcontagia rnos porigualen un frenesíeyaculat o-rio , salvajeyprimitivo.

Antesde dar la

v

oz

de arra nq ue, e procu rab ala mejor erecció n con la man oprop ia o conla ayuda de algún pa rt idar io .

Elcruce de lasapuest as no era para ver quién conseguíavenirseprimero oen mayorabun da ncia, sino par a verquiénlos aven tabamáslejos.

Los dos se quitab an hast a loszapato pues de

-cían que asíseexitaba n mejoralsen tir enlaplant a de lospieselcontactoconelpiso.

El ganador debía ser el que lograr a conten e rse durante mástiempo; además de poder regular la

salida presionandoyaflojando repentinamente en el mom entopreciso, ni antesnidesp ués.

Par aalcanzarunamayo r distanciaestabape rmi

-tidoque echaran haciaadelantelapelvis.siempre y

cuandono se pasaran de la rayadondecomen za b a

a medirseladistancia.

-¡O ra siya v'cmpczur ñcrus! jA la una ...a las

dos... ya lastres!- pa ra enton ces yahabían llc'a

-do ala mejorerecciónycom enzaban a tallar unsin

núm e ro de veces rhmica mcntc. co n una y otra

mano o conlas dos.si era posible.

Después cerra ban los Ojllspoco a poco unu

ri-núndoscestar encima de la mejor de lod as las

vie-jas.oquizás con laque siemprelohabíanhech o.

Al Zurdolo teníam os po r favor ito, porque casi siemp re rana ba.om:ís hien porque yo lohacia 'a

-nar.

Pa rándosesobre la puntadelospiesempujaban

pa ra adelant e embistiendo salvajemente - como

animalcs- contra un cuerpobien Iormudoeincx is-ten te.tal cornosilaespeciehum anahubiera ya per -dido la capaci da d del placersexual de la relación

directa.Mutantes.

La resp iración de los doserayadesesper ada y

ja-deante, confundidacon el griterío enloquecido de los pa rt idar iosde unoydeot ro que tambiénesta -ban yamunipulándosc entresl. nosyotrosenun man oseo entrecruzadopa ramayorsatisfacción,en

aq uelambientede enajen ación sexualprimitiva.

uan do la eyaculación estaba cerca.

comenza-ban a ala rgar el ritmode la resp iracióndefo rman

-dosetanto alcontraerel cue rpo .queadq uiría n una imagen monstruosa, corno dealguien que quisiera concentrartodala esencia desu eren algún punt o de la mitaddel cuerpo para arroja rla violen tamen-te al vació. ala nada.

El que siemprese venia primero era el derech o -aunque esa ocasión sus part idar iosaseguraba n que sí ganaríaporque era inca paz par a aguant arse. y aunque losdejaraescap arentresocasione. sie m-prealcanzab alamismadistan cia.

- ¡Dosmetros ytre rayitas,ñeros! ¡Dos metro sesenta; casi tres! - grita ba n como con olándo e

por lo que pudohaber alcanzad o si se hubierad

o-minad ounpoco más.

Los ayuda ntes delZurdo egu ía mo trabaja ndo para exitarloal máximo.Uno leacariciabala p

ier-16

nas peludas con muchadelicadeza, mientrasyo~e

palpaba las nalgas, al mismo tiempo que le decía

pausadamente - en contraposición violenta con

elgriterío- lo que le estabahaciendoal deshzarlas

manos portoda lasuperficie casiesférica.

Cuando las pierna s comenzaban a temblarleyse

encorvaba demasiado , le metíael dedo, en ese

pre-cisomoment o, presioná ndolelapróstata para que

laeyaculació n llegara máslejo s.

1que a cada rato se asoma por el postigo tiene

huellas de barrosen la carayunos ojillos de rata.

ada que lohacepare ceporun mo m e n t o queesél quien en verda d estáencerradoyno yo, pero no, no es así.

uando levanta lapuertecilla, sus ojos ratoniles

buscaninsti ntiva menteycon rapidez en toda lac

el-da comosi la viera por primeravez. Al cerciorarse

de que nome hecolgadonicortado las venas, sere -tirasin decirnuda.

Aquí e·túuno como animalenjaula d o , perocon

laposibilidad de aliralgúndía,lo que no pasa con

ellos;unotienemejor uerte. Los an im a le s de circo

olosdelzoológico estánjodidos po rq u e nuncasa

l-drán.Para e.tos no hay entencia determin ada de

1icmpo,niel do poruno,ni lastresquintas partes. o ha liberta d preparatoria, menos una salida

por secuestro , nidesi tirniento, nifianza o am

nis-tia.Luego . cua ndo dese perados seab a la n z a n

so-brc eldomadoro obre quien lesda la comidaahí mismo los matan y ilogra n escapa r, se orga niza unajauria humana para u persecució n y exterrni -nlO.

Desde mi celda e'cucho queelde los ojillosde

rataconversa o implementesaludaen otras celdas

a losque están dentro;seguro que eso s ya tienen

m:\stiempoque yo yleshan de haber sacado todo

loquesa ben. porq ue cua ndo unoafloj a o logra en-gaña rlos. lo dej an en paz.Claro que esto no dura

mucho yvuelven a la carga con más furia al darse

cuenta del engaño.

Oigovoce ha tael fondo del pasillo, luegopisa

-das rápida con untaconeo acelerad o que me hace

sudar de pronto las manos dejándome la boca

seca y ama rga. El ilencio se retira. ¿Vendrán por

mi'!

Yae tan frente a lapuertade mi celda. Pasa n

se-gundos que e eternizan deslizándose pesadamente,

como magma. e oye un manipuleo precipitadode

llavesque uben y bajan buscando la de esta puerta.

Me hagopreguntas que no tienen respuesta, supos

i-cionesyrecuerdosque me asalta n despiadadosl

le-gando de deleja en ladistanciadel tiempo ,desde

atrá•de tod as lasdirecciones dela vida. Todose

amo nto na yno puedo ordenar nada en ninguna di· ~ensión,yano haytiempoque alcance.jEstánaquí!

El pasado yelpresentequeda ncon fu nd id o s conel

futuroen una mara ña sin forma . La puerta seabre.

Intempest ivamenteapa recen tres de ellos,conse

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