EGON WOLFF
Antología
de obras
teatrales
FLORES
DE
PAPEL
FLORES DE PAPEL
Estreno: 13 de noviembre de
1970,
TeatroMunicipal
deLasCondes.Reparto:
EVA
(Carla
Cristi) ELMERLUZA(Jorge
Álvarez)
Dirección:
Personajes
El Merluza Eva
ESCENA PRIMERA
(Escenario:
Living
depequeño
departamento
suburbano,
arreglado
conesmero,con manofemenina, confortable,
íntimo.Dospuertas,
además deladeentrada,
unaal dormi torio,laotraalacocina. Unaventana.Enunajaula,
uncanario.Enalgún lugar,
un caballetecon unlienzo
amediopintar.
Caja
deóleos.En otro,figuras
hechas depaja:
peces, cabezas
deanimales diversos[burros,
cerdos,
gallos, etc.]
Laescenaestá vacía.Luego
entranEva y ElMerluza.
Eva, 40,bienvestida,
conmedidaelegancia.
El Merluza, 30, zarrapastroso,
sucio,despeinado,flaco, pálido.
Eva,que abre lapuerta,entraresueltamente.Vahacia lacocina.El
Merluza
queda
enlapuerta,
titubeandoentrar. Trae dosgrandes
bolsas depapel.
Tiritacontodoelcuerpo.
Miralahabitacióncontímidacuriosidad.)
Eva.-
(Volviendo
de lacocina.) Bueno,
pase.¡Pase!¡Déjelos
ahí,
enlacocina!(El
Merluza
entraconrespetuosa cautela,
sindejar
demirarlosobjetos. Deja
las bolsas en elsuelo,
en medio de lahabitación.)
¡Ahíno! En lacocina. Al lado delhorno,
por favor.(El
Merluza
hacecomole dicen. Vuelveasalirsinlas bolsas. Evaha entrado al dormitorio. Salepeinándose
con unaescobilla. Sacaunbilletede sucarterayselopasa.) Aquí
tiene,ygracias. (El Merluza
notomaelbilleteque lepasan.)
¡Tome!¿Nome va adecir quemetrajo
lospaquetespor nada?(El
Merluzalamirafijo.)
Bueno,entonces, muchasgracias.
Ha sidomuyama ble.(El Merluza
nolequita
lavista.)
Muy
amable. Noteníaporqué
hacerlo. Muchasgracias.
Merluza.-
(Con
vozimpersonal;
dolida.)
Preferiría quemedieraunatazadeté. Eva.-(Un
pocosorprendida.)
¿Té?Merluza.- Ustedtiene,¿noescierto?
Eva.- Claroque sí,pero... No
tengo
tiempo.
Voy
aprepararme elalmuerzoyluego
tendré quesalir.(Vuelve
aofrecerle
elbillete.)
Conestopuede
servirse unataza encualquier
parte.
En laesquina
hay
unafuente de soda. Merluza.-Cualquier
parte
noseríalomismo.Eva.-
(Interesada.)
Ah,¿no?¿Y porqué?
Merluza.- Noseríalomismo.
(Siempre
con sumiradafija
enella.)
Eva.-Bueno,pero... No
tengo
tiempo,
ya ledije.
Tome yvayase,
quetengo
que hacer.Merluza.-
Abajo
meestánesperando.
Eva.-¿Quién
loestáesperando?
Merluza.- ElMiguel
y ElPajarito.
Eva.- ¿Losdos quenosvenían
siguiendo?
(El Merluza asiente.)
¿Y?¿Qué quie
ren?¿Paraqué
loesperan?
EgonWolff
Merluza.-Para
"pincharme".
Eva.- Y
¿qué quiere
quelehaga
yo?
Demodoqueera esala razónde querer traermelospaquetes,
¿eh? Viniendoconmigo
nopodrían
cargarcontrausted,
¿eh?(Molesta.) Tome,
yno memolestemás.¡Tengo
que hacer! Merluza.- Vanamatarme.Eva.-Esoesasuntosuyo.Nomemolestemás,le
digo. ¡Vayase!
Merluza.- Nuncacreíque fueratandura. Notienecara. Eva.-Bueno,
seequivocó,
entonces.Merluza.- Desde quela vi,elaño
pasado, pintando
esasfloresenelJardín
Botánico, pensé
queeradistinta.(Pausa.)
Eva.-
¿Jardín
Botánico?¿Ustedmevioallí?Merluza.- Estaba detrás de la
jaula
de losloros,
pintando
unasmatasde lau relés.(Siempre
mirándolafijo.)
Teníapuesto
unsombrero depaja clara,
con unacintaverde... Yunpañuelo
con unasvistasde Venecia.Eva.-
¡Vaya!
¿Esunbuenobservador,
eh? Merluza.-(Baja
lavista.)
Observo ciertascosas.Eva.-De modoquesuoferta de llevarme los
paquetes... (Turbada.)
¿Qué
medijo
quequería?
Apuesto
quenohacomidohoy
día.Merluza.-Unataza
de
té.Eva.-¿No
quiere mejor
unplato
desopa?
Merluza.-Loquequiera
darme.Eva.-
Tengo
unasopa de anoche. ¿Se la caliento? Merluza.-Como ustedquiera.
Eva.-
Bien;
siéntese,mientrasyotrabajo.
(Entra
enlacocina.Se oyecómoseafana
conlas ollas. ElMerluza,
entanto,queda parado
dondeestá.Nose mueve.Eva vuelveasalirdespués
deunrato.)
I'erosiéntese.No vaaestarparado,
ahí,
todo el día.Merluza.- Noconestaropa.
Eva.-Nocreoquealos muebles les
importe. (El
Merluzasaca unperiódico
dealgún
bolsillo y lo desdoblacuidadosamente,
minuciosamente,y loponesobreunode los sillones. Sesientasobre él. Evaveelgesto
ysesonríe.Afirma
lapuerta
de la cocinaconunasillapara
quenocierreypoder
hablaratravésdeella. Desde lacocina.)
¿Vamucho alJardín
Botánico?Merluza.-Aveces. Eva.- ¿Averlas flores?
Merluza.- No. A darlesmaníalosmonos.
Eva.-¿Legustanlosmonos?
(El Merluza
seencoge dehombros.)
Yo losencuentro sucios,groseros. ¡No losresisto!Verlos, ahí,
sacándoselospiojos,
¡antetodo el mundo!Merluza.- Hacen lo que
pueden.
Eva.-Y ¿tienetiempo
paraeso? Merluza.- ¿Paraqué?
Eva.- ¿Ir alJardín?
Merluza.- Me lasarreglo.
Flores depapel
mesapara
poder
mantenerseenposición.
Lepreocupa
queEvalovea en eseestado. Vuelvesuespalda
hacialapuertadélacocinayaprieta
susbrazosentrelaspiernas.
Eva havisto,sinembargo.
Finalmentelogra
dominarlos.)
Y¿cómolevaahí,
en elSupermercado?
Clientela,
¿encuentra?Merluza.-
Siempre hay alguien
que lepesanlospaquetes. (Eva
sale de lacocina con un
plato
servido
consopa
yserviciopara
él ypara
ella.Pone todo sobrele mesita.ElMerluza
selevantaenelacto.)
Eva.- Noestámuy
caliente,
pero supuse que legustaría
más así.¡Siéntese! Merluza.- Estamuybien,
así.Eva.- ¡Sírvase!
(El Merluza
tomaelplato
ycomienzaacucharear depie.)
Pero,
¡siéntese,hombre,
porDios!(Retorna
alacocinay vuelveasalircon un huevo duro yuntomateyun vasodeleche.Lospone
sobrelamesa.)
Nome voyaservir siustedsigue
ahí,
depie.
Merluza.- Es bastante... consideración la suya de convidarmeconesto,para quemetomela confianza desentarme
junto
austed... Dondeno me corresponde.
Eva.-
(Francamente.)
¿Ysiyo ledigo
queno meimporta?
Merluza.- Creí que lo decía por parecer... natural.
(Se sienta.)
Noestábien abusar de la confianza.(Indicando
elplato
deEva.)
¿Es por la "línea"? Eva.-(Ríe.) Ah,
¡sí! ¡Porla "línea" ¡Sinofuera por esto,estaríacomo unglobo!
Tengo
unatendencia terribleaengordar.
Comounpan yengordo
unkilo. Merluza.- Esunalástima.Eva.- Sí. Yunamolestia.
Merluza.-
(Cuchareando.)
Esjusto
alrevésdel Mario. Eva.- ¿Yquién
esel Mario?Merluza.- Un
amigo.
Cadavezquecome unpanenflaquece
medio kilo. Ya estáenlos huesos. Deporfiado
leviene.Losdoctores le dicen quecoma más,peroesporfiado.
(La
miraalosojos,
conmiradainexpresiva, concentrada.)
No debería hacereso.Eva.-¿
Qué
cosa?Merluza.- Comertanpoco. No le vayaahacer mal. Nosevayaamorir. Eva.- Ysipasara,¿a
quién
leimporta?
Merluza.-
(Baja
lacara.)
Amímeimporta.
(Siguen
comiendo un instanteensilencio,
cadaunopendiente
desuplato.
ElMerluza cucharea,
peronolequita
losojos
deencima.Después
deunrato, Evaselevantanerviosamente.)
Eva.-
(Media
enrisa.)
De modo que en eso mataeltiempo,
¿eh? ¿En iral Botánicoa ver como unasolteronamatasutiempo,
pintando
laurelesen flor?(Va
hacia lacocina.Vuelveconsalyservilleta.)
Porque
eslo que leparezco, ¿noescierto? ¿Una solterona quematasu
tiempo?
(El Merluza
la mira; noresponde.)
Aver,¡diga! ¿Qué
creequesoy?
Merluza.- Una
mujer.
Eva.-No,¡no!Loque
digo
es:¿solteraocasada? Merluza.- Casada.Eva.- Aver,
¿por qué?
Merluza.- Por lamaneracomo cruzalas
piernas.
Eva.-
(Ríe.)
¡Qué
divertido! ¿Y porqué?
¿Cómocruzanlaspiernas
lassolteras?EgonWolff
Merluza.-
(Inexpresivo.)
Nolascruzan.Eva.-
(Ríe nerviosamente.)
¡Qué
divertidoesusted!Diga... ¿Siempre
miratanfijo
alagente?
(El Merluza
baja
inmediatamente la mirada. Evaenternecida;
estimulada.) Bueno,
acertó.Soy
casada. ¿No le preocupaeso?¿Que,
derepente,
entremimarido ymeencuentre,aquí,
conusted?Merluza.-
(Por
lobajo.)
¿Qué podría pensar?
Eva.-(Coqueta.)
¿Y porqué?
Merluza.- Nosediviertaacostade la
pobreza.
(Momento
deembarazo.AElMerluza
lesobrevieneotroaccesodetemblores,
queapenas
logra reprimir.)
Eva.-(No
sabequé hacer.) Coma,
hombre. No ha comido nada.(El Merluza
haceun
gesto
que noimporta.)
El trago, ¿eh?(Pausa.)
¿Necesitaun trago para calmareso?(El Merluza
haceungesto
vago. Evavahacialacocinayvuelvecon un vaso convino,que ElMerluza
le arrebata y bebe ávidamente. Esoterminapor
calmarle.) Casi,
¿eh?Merluza.- ¿Casi
qué?
Eva.- Bueno...Casi. No
quise
ofenderlo. Nomeestaba divirtiendoacostasuya;esquemeparecetan...
bueno,
tan raro,que ustedmerecuerde,
entre tantas otras.Hay
otragentequepinta
enelJardín.
Elviejo
del sombrero de diablo fuerteazul,
porejemplo.
¿Lo havisto?El quellega
con supisito
de mimbre. Aveces con unperro;otras sinél.(Ríe.)
Undíaseenojó conmigo
por la formacomo usolostonosverdes. Casimegritó
queno eraacadémico. Nuncasupe
qué quería
decircon eso.Daba vueltas alrededormío,agitando
su bastón.Creíqueme ibaabotarelcaballete.(Durante
todoelmonólogo,
El Merluzaestácomodoblado sobresímismo.)
¿Le duelealgo?
Merluza.- No.
Eva.-
Y,
entonces,¿qué
lepasa?
Merluza.-
Después
del"baile",
siempre
se meencoge elestómago.
Eva.-Tengo
calmantes.¿Quiere?
Merluza.-
No, gracias.
Eva.- Y¿tieneque beber?
(El
Merluzalamira.)
Digo...
¿Esto de los tembloresle vieneporeso,no escierto?(No
hay
respuesta.
Momentoembarazoso.
Evavahacia lacocina.) Bueno, mejor
seapura porqueluego
tengo
que salir. Abro la tiendaalas dos.
(ElMerluza
reanudaellentocuchareo. Evaretornacondosduraznospelados.
PoneunoanteElMerluza.
Come elsuyo.)
Estos duraznosnotienenel saborde antes.Noséqué
les hacen ahora. Recuerdo cuandoniña.íbamos
conpapá
y mamáa unaquinta
cercadelrío,donde,
porunprecio insignificante,
nosdejaban
entraral huertoallenamosconduraznosy frutillas.Loquefuéramos capacesde echarnos alestómago.
¡Esos duraznossíqueteníansabor!Hoy,
exportan
losmejores
ynosdejan
la basura. Recuerdo quemientraspapá
y mamásesentabana comeralrededor de lasmesasque habíanpuestobajo
unosárboles,
Alfredo y yo... Alfredoesmihermano...Ños
íbamosajugar
aun granero que habíacerca.Amontamossobre la enfardadora. ¡Mi hermano Alfredo! Tema verdadera obsesión por los hechos heroicos. Recuerdoque enarbolabaunpañuelo
amodo de estandarte yjugábamos
alatomadel berFlores depapel
Merluza.- Si ustedmeecha
afuera,
elMiguel
y elPajarito
me van amatar. Eva.- Y¿qué
quiere
quehaga?
¿Dejarlo aquí?
Merluza.- Meestán
esperando
ala vuelta de laesquina,
detrás de la Farma cia.(Eva
vahacia laventanaymira,levantandoapenas
lacortina.)
Eva.- ¡Ahíestán! ¡Estánmirandohaciaacá!
(Se
vuelve haciaél.)
Bueno,¿y qué
hacemos? ¡Nopuedo dejarlo
aquí! (Haciéndose
fuerte.)
Tengo
queir ala tiendaluego,
ya ledije.
(El Merluza
explota
súbitamenteen unborboteoagitado
depalabras.
Eltonoesmonocorde,
lastimero,
casiunaletanía. Alfinal,
caebajo
un nuevo accesodetemblores.)
Merluza.- ¡El
Pajarito
üeneungancho
decarnicerobajo
elvestón!¡Tieneungancho
decarniceroymeha estadoesperando,
todalamañana, parama tarme!Todo porque anoche legané
unospesosjugando
alos dados¡y
él dice que le hicetrampas!
¡Y noesverdad! Noesverdad,
porqueselosgané
limpiamente. Llegó
hasta lacasadelajulia
abuscarmeestamañana, pero yo lo alcancéa ver comoseescondía detrás delhorno,
y mevine arrancando porel río. ¡Toda lamañanaestuve escondido detrás de los matorrales de laCurtiembre,
hasta quemefui alsupermercado,
ysino espor
usted,
memata!¡Me mata! Sino espor usted que meesconde,
¡me mata! Sino espor usted quemeesconde,
memuero,y¡yo
noquiero
mo rir! ¡Noquiero
morir!¡Noquiero
morir!Eva.-
Ya,
¡estábien! ¡Estábien! ¡Cálmese! Nadie leva ahacer nada.(No
sabequé hacer.)
¿Puedoavisaralapolicía,
siquiere,
para quedetengan
a esos hombres?(El Merluza
sacudela cabezaenseñaldenegativa.)
Ah,
sí,esverdad. Elcódigo
dehonor,
¿eh? Ustedesno sedenuncian.(El
Merluzaestáencogido
sobresí mismo. Tirita. Trasconsiderarunratolasituación.)
Tendré queence rrarloaquí
dentro.(El Merluza
lamira.)
Porque
ustedcomprende,
¿no?No loconozco.Además de lachapa hay,
porfuera,
uncandado. Tendré que encerrarloaquí dentro,
hasta que vuelva.Merluza.-
Comprendo.
Eva.- Cerraré también las demás
piezas.
Tendrá que esperarme,aquí.
Merluza.- Más quelógico.
Eva.-Ahítiene revistas.El diariode
hoy...
Merluza.- Gracias.
(Sonríe por primera
vezcon susonrisaamplia,
abierta,
queno dicenada.)
Es como sitodo hubiese estado como...preparado.
Como...dispuesto.
Losdiarios,digo,
y lasrevistas.Nosepuede pedir
más,en ver dad. Lo demás seríasercomo...malagradecido,
digo
yo.(Eva
retira losplatos.
Va hacia el baño yluego
circulapeinándose.
ElMerluza
come unpoco
de durazno.Luego
selevantayvahacialajaula
delcanario.)
Bonito elpajarito.
¿Cómosellama?Eva.-
Pepito.
Merluza.-
Pepito,
¿eh?(Le
hacefiestas.)
Ps,
ps, ps, ps.(Le
dadurazno.)
Tegusta,
¿eh?Ps,
ps, ps, ps. ¿Tegusta
comerfrutillitasbajo
losárboles, eh,
glotoncito?
(Le
da otropedazo.) Aquí,
toma.Esoes.(Eva
cierra lapuerta
delbaño. ElMerluza
queda
solo.)
Tienesbuenastragaderas,
¿eh,
mariconcito?(Su
vozeaadquiriendo
untonode.dureza.)
¿Sabías que yo soy el malvadocapitán
ytúelglorioso
corsario?¿No lo sabíaspelotudo?
(Sacude
lajaula.)
¿No lo sabías?EgonWolff
¿Qué
yo soy el malvadocapitán
ytúelglorioso
corsario,pájaro
maricón?(Con
vozherida.)
Tendré queencerrarteaquí dentro,
porquenoteconozco,¡pájaro hijo
deputa!
¡Tendréqueponerte
candado!(Eva
sale delbaño,
lista parasalir.)
Ps,
ps,ps, ps.¡Canarito!(Eva
prende
laradio.)
Eva.- Le
dejaré
esto.Siquiere,
cambia.Merluza.-Gracias.
(Eva
vahacialapuerta.)
¡Señora! Eva.-(Se
vuelve.)
¿Sí?Merluza.-Yosabía. Las milvecesque la hevisto,yo sabía que ustederalo
que dicensus
ojos
quees.Eva.-Vuelvoalasseis.
(Indica
lacocina.)
Siquiere
servirsealgo... (Sale.
Afuera
seoyeel ruidodel
cerrojo
yla cadenadel candado.ElMerluza
sacude lajaula.)
Merluza.-Come duraznitos.¡Come,
mierda! ¡Corsario maricón!(Está
sacudiendo la
jaula
cuandocaeeltelón.)
ESCENA SEGUNDA
(Esa
tardealasseispasado.
ElMerluza
estáhaciendounacestadepapel,
abase detirasdepapel
de diariosdoblados. De lalámpara
cuelga
unavedepapel,
unaespecie
degaviota,
enelsuelo,
unmontónde diariosdispersos,
desordenados;
entreellos,
derodillas,
ElMerluza.
Laradiotocaunbailable.Afuera
seoyen losfrenosde unautoyunapuerta
decoche quesecierra.ElMerluza
acudealaventanaaatisbar traslacortina.Luego
vuelveasuquehacer.
Se oye la llaveenla cerradura ylacadena delcandado yentraEva. Traeunabolsadepapel,
delaque sobresaleuncuellodebotella.)
Eva.-
(Nerviosa;
pareciendo
casual.)
¿Ve? Lasseisytresminutos.¡Niunomás,niuno menos!(Cierra
lapuerta.
Seencuentraconelave.jcY
esto?¿Qué
es?¿Usted lo hizo? Merluza.-Nadie ha entradoaquí.
Eva.-
¡Qué preciosa!
Es todounartista,¿sabe?¿Qué
es?¿Unagaviota?
Merluza.-¿Ustedcreequees?Eva.- Sí claro. ¡Una
gaviota!
¡Espreciosa!
Merluza.-Entonces,
es.Eva.-
(Por
lacesta.)
¿Yeso?¿Unacesta?(El Merluza asiente.)
¡Preciosatambién! ¿Dóndeaprendió
esearte?Merluza.- Es para usted. Eva.-
¿Qué
cosa?¿Lacesta? Merluza.- Todo.Eva.-
¡Oh,
gracias!
Merluza.-
Siempre
quenole moleste... Eva.-No,
¿cómome va amolestar?Merluza.- Los
diarios,
digo... Que
tenga
todos losdiarios,
así,todosdisper
sos,todosdesordenados.
(Se pone
aordenar los diariosapresuradamente.
Los doblaconcuidado.)
Eva.-
No,
no meimporta.
Mejor
usotienen asíqueguardados
enunaalacena.Floresdepapel
Merluza.- Por ahí.
Trabajé
untiempo
paraunfulano quetrabajaba
elmim bre. Peroera untorpe.
Sólo sabía hacer sillas. Tambiénséhacerflores. Eva.- ¿Flores?Merluza.- Camelias.
Eva.-
(Desde
lacocina.) Pero,
¡por
Dios! Y losplatos, ¿quién
los lavó?(El
Merluza
noresponde.
Evasaledelacocina.)
Noteníaporqué
hacerlo.(El Merluza
seencoge de
hombros.) ¿Apuesto
que elpiso
también lofregó?
Noestabatan brillante cuandomefui.Merluza.- Habíauntarrodecera,por
ahí,
ypensé
quenole vendría maluna manitode brillo.Eva.-Nomeatrevoaentraral dormitorio.
¿Quizás
qué
encuentre? Merluza.-Nada,
pues. ¿Cómo voyapasarahí,
sinpermiso?
(Eva
vuelvealacocinay regresacon unsalame yquesoy
algunos
paquetesdecigarrillos.)
Eva.-Hablando deatenciones,no creaque yomeolvidéde usted.Penséque las nochessonfrías y que"un
estómago
llenoeselmejor amigo".
Un poco de mortadela. Un poco depaté.
Y queso.Gruyere. Muy
rico.Recomenda doespecialmente
por la dueña de latienda,
queesamiga
mía.(El Merluza
apenasmiralo que
Eva
levamostrando.Haterminado dereunirlos diariosen un atado bien doblado yva apartir
hacia lacocinaconellos,
perosetopaconEva yseproduce
unbrevejuego
decuerposqueseobstruye
elpaso.)
¿Dóndeva? Merluza.-(Por
losdiarios.)
Lossaqué
de lacocina.Eva.-
Deje.
Noimporta.
Merluza.- Seva a vertodo desordenado.
Eva.-
(Un poco
impaciente.)
Noimporta,
ledigo.
(Sonríe.)
Déjelos
por ahí.(Siem
pre
con unasonrisa breve ynerviosaque leespeculiar,
casicomoriendopara sí.)
Cuandoentréalatienda,
lo hicetancomocaballodesbocado,
conla idea decomprarle
esto, quese meolvidócompletamente
inventarunadisculpa,
porque lapregunta
teníaquevenir,yvino."¿Paraquién
compra todo esto,querida?
¿Nome va adecir queestodo para usted?"Enuncomienzono supequé
decir. Tartamudeéunpar decosastontasyfinalmente,
cuando ya mefaltaba el resuello(Ríe.)
se meocurriódecir¡que
eranparaunpicnic!
Unpicnic
con unosamigos, imagínese.
¡Yohaciendounpicnic!
(El Merluza,
de rodillasenelsuelo,
dobla yplancha
los atados de diariosconprolija
atención.)
Porquesilecuentola
verdad...
¿Quién
mehubieracreído,
noleparece?
Merluza.- Nadie.Eva.- Esoeslo que
pensé
también.Merluza.- Enestos casos
siempre
seofrece sólounplato
de sopa caliente. Eso(Por
lossalames.)
noseleocurre anadie. Noesnecesario.Eva.-
(Ríe nerviosamente.)
¿A ustedlegusta?
Merluza.-¿Qué?
Eva.- ¿Elsalame? ¿El
queso?
Merluza.-Usted
pregunta siempre
doscosas alavez;nuncasécuál respon derprimero.
Eva.-
(Confundida.)
¿El salame? Merluza.- Me revuelve elestómago.
Eva.-¿No legusta?
EgonWolff
Merluza.- Noeseso.Debeserdondemi
estómago
noestáacostumbrado. Dondeunole da sólosopascon arrozycosasasí,sepone melindre. Una vezlas
monjitas
del Convento del Carmen medieroncarne asadaconcallampas;
estuvevomitandodos días.Eva.-Debí haber
pensado
eneso;nodebícomprarlo.
Merluza.-
(La
mirapor
primera
vez,con esamirada muypropia
enel,
quenodicenada.)
Cómaselocon susamigos
enelpicnic.
Eva.-
¿Qué amigos?
Notengo amigos.
Merluza.- Maloparausted.
(Reanuda
sutrabajo.)
Eva.-
(Vivaz.) Bueno,
creoque debocomenzar apreparar la comida.(Va
hacia lacocina.)
Esoesmivida. Comer ycomer.Comidaenlamañana;comidaa
mediodía;
¡comidaenla noche! Avecesllego
apensar que la vidaessólo eso: unagran comidapermanente,
conunaque otrapausa entremedio para elaburrimiento,
yvamoscomiendootravez.Yalegría
también,
¡na turalmente! ¡Comounmuydelgado
espolvoreo
deazúcarenpolvo
sobre todo elconjunto!
(Mientras
hablaha ido delacocinaaldormitorio,
poniéndose
y sacándoseunchalecodelana,
poniéndose
y sacándoseunaspantuflas;
abriendoy cerrandoclosets, siempre
conlamiradaimperturbable
de ElMerluza
sobreella.)
Qué
tonteríahaceuna, ¿no?¡Abrir ycerrarclosets! ¡Poner ysacarseropa!
Siuna sumaralas horas quepierde
eneldía,
haciendocosassinasunto.(Va
hacia lacocina,dondesela oyefuncionar
conlas ollas. Caeun vaso.Ruido de vidrio quesequiebra.)
¡Ay,
qué torpe
estoy!
¡Qué
mepasahoy
día!(Sale
dela cocinaenvolviéndosesupañuelo
alrededordel dedo lastimado. Va hacia el dormitorio.)
¡Mecorté!¡No pasaundía quenotenga
querecurriralbotiquín!
Merluza.-(Se
levanta.)
¿Laayudo?
Eva.-
(Desde
eldormitorio.) No,
¡deje
nomás! Yaestoy acostumbrada,
ya ledigo. ¡Tengo
los dedos llenos de cicatrices! ¡Los litros de sangre que heperdido!
¡Ni que lo hicieraapropósito!
(Sale
deldormitorio.)
¿Perocómova una ahacerunacosaasíapropósito,
noleparece?
(Le pasa
unatijera.)
Corteaquí,
¿quiere?
(El
Merluzacortala gasacondestreza.)
Merluza.-
Yodo,
¿tiene?Eva.- Sí.
(Va
haciael dormitorio yretornacon unabotellita deyodo,
que ElMerluza
emplea
conagilidad
ydestreza.Letiñelaherida,
lecoloca lagasa ylaafirma
conesparadrapo.
Eva observasusmovimientos.ElMerluza
ostensiblementeevitatodo contactofísico
conella. Larehuye
condelicada cautela.Eva,
encambio,
nomuestrala misma reticencia.Másbien,
curiosasimpatía
antelatimidez
deél.Cuandotermina, ElMerluza
comienzaatemblar denuevo.Se sienta.Aprieta
susbrazos
entrelas rodi llas.Evavahacialacocinay vuelvecon un vasodevino,queElMerluza
bebeconavidez.
Secalma.)
¿Mejor?
(El Merluza
asiente.Semirael dedovendado.)
Mejor
no
pudo quedar.
¿Dóndeaprendió
ahaceresto tanbien? Merluza.- Por ahí.Eva.- Parece que ha
aprendido
de todounpoco"por
ahí"",
¿eh? Loúnicoque noparece haberaprendido
es ahablar.¿Siempre
estanparcopara hablar? Merluza.- Dondevivonohay
muchointeréspor escuchar.Flores depapel
Eva.- ¿Cómo dice?
Merluza.-El chaleco y las
pantuflas.
Eva.-
¡Ah,
eso!No, estoy
muy bienasí. Merluza.- Ustedselos ibaaponer.Eva.-
Sí,
peroestoy
muy bien. Merluza.-Pero,
selos ibaaponer.Eva.-
Sí,
pero ahora yano.(Ríe nerviosamente.)
Yno memire así.Nomemiretanto,Diosmío,
¿qué
hombretanmirón!¿Siempre
miraasí?¡Dígame! (El
Merluza
baja
lamirada.)
Es capaz deponerla
a unatotalmente...(Hace
ungesto.
Va hacia lacocina.)
Aver,¡pero
yoquiero
oíresecuento!¡Aver,díga
me!¿Dónde
aprendió
a usartanbienesas manossuyas?
En elmanejo
degasas y
esparadrapos, ¿digo?
(Desde
lacocina.)
¡Dalaimpresión
quetiene gran familiaridadconellos!Merluza.-
Aprendí
con unsargentoenfermero. Eva.- ¿Estuvoenelejército?
Merluza.-Enel
hospital.
Eva.- ¿Enfermo?Merluza.-
Algo
asícomo eso.Eva.- ¿Cómo
qué?
¿Qué
tuvo?Merluza.- No
puedo
hablarasí.(Eva
sale de lacocina.)
Nopuedo
hablarasí,conustedenlacocinay yo,
aquí, gritando.
Nopuedo
hablarsinoleveola cara alaotrapersona. Ustedperdone,
no,perocreoqueno seda usted suficiente... reposo.Eva.-
(Con
picada
curiosidad.)
¿Y porqué
diceeso?Merluza.-
Porque
estásiempre
yendo
deacáparaallá,
de arribaabajo,
moviendocosas,cambiandocosasde
lugar,
sin asuntoaparente.
Desde que entróaquí,
nohaparado
demoverse.¿Hamirado,
porejemplo,
lacestaque
estoy
haciendo?Eva.- Lamiré,sí.
Merluza.-No,pero... Mirarla... ¿Realmente? Eva.-
Sí,
lamiré,ya ledije.
Merluza.- ¿Pensarenella? Eva.- Bueno...
Merluza.- ¿Le
gusta?
Eva.- Sí. Megusta,ya ledije.
Merluza.-¿Porqué?
Eva.- Essólounacesta,¿no?Merluza.- Esmásqueeso.
(Momento
deembarazo.)
Eva.- Tienerazón,
perdóneme.
(Desolada.)
Ya ledije:
soyunamáquina.
Creoqueespor la clase de vida quetengoque llevar.
Merluza.-Podría enseñarlecómo
hago
lasflores,
porejemplo...
Flores depapel.
Eva.-
(Más
interesadade lonecesario.) Ah,
aver,¡enséñeme!(Se
encuclillajunto
aél.)
Merluza.-
(Toma
unahoja
dediario.)
Ustedtomaunahoja
dediario,
así,y la dobla desde laesquina,
¿ve?Así.(La hace.)
Yno esunahoja
depapel
corriente,comoustedverá.Setomauna carade la
hoja
quetenga
muchoEgonWolff
impreso
enletras,
o unagranfotografía,
ogran cantidad defotografías
sin letraalguna,
¿ve?Comoésta.Para que la flortengaalgún
sentido.Alguna
continuidad.Alguna
belleza...(Mientras
trabaja
yhabla,
algo
se vatransfigu
randoenél.Algo
que loposee
yabsorbe.)
Paraalgunos
elpapel
de diariosessimplemente
eso;unatiradepapel
despreciable
que sólosirvepara envol vercarne,tapar
agujeros
otaponar
maletas. Perono es eso.Los quepien
sanasí,claroestá,estánmarcados yunolosreconoceporotrassuperficia
lidades. Elpapel
de diarios tieneunmundo de cosasque decir.Toma
las formasqueunoquiere
darle. Sepliega
sumisamente.Sedeja
manejar
sin resistencias.Ocupa
pocolugar
enelbolsillo,
yesel fielcompañero
delasnoches deinvierno...
Acompaña...
Tranquilamente...
Calladamente... Siempre
listo,
estáahí,
paracualquier
uso...(La
flor
estálista.)
Yestá...Unacamelia,
¿ve?(Se
lapone
aEvaa unlado de lasien.)
Paraadornaralas bellas. Eva.-¿Quién
esusted?Merluza.- Tambiénséhacer claveles ycrisantemos,peroesoyaes cosa un
pocomás
difícil,
porquehay
quetenertijeras,
ytijeras
no es una cosaque
aunole
permiten
tenercorrientemente... Menosaún enlas noches de inviernojunto
al río...(Su
excitaciónva enaumento.)
¡También séhacer pe cesymariposas
depapel!
Peroeso esmuchomásdifícilaun,porquecuan dounolostienehechos,
¡nadie losquiere!
¡Porque
los peces todo el mundo los deseaenbonitas peceras iluminadas! ¡Y lasmariposas,
todo el mundo lasdesea,
ensartadasencajitas
de caoba! Pero hechas desuciopapel
dediario,
quesólosirveparataponar maletas,
¡no!Nadiequiere
sucias mari posas depapel,
suciasdecarne,ensartadasencajas
de caoba iluminadas. Ni nadiequiere
ensuciarselassienesensartándosesuciasflores de suciopapel.
(Termina acezando.)
¡Almenos,eslo que dicen losburgueses... Que
sonlos arbitros de la modaentodo... Inclusoenlamaneradetrabajar...
elpapel...
de diario!(Breve
pausa.)
Eva.-
¿Quién
esusted?Merluza.- Me llaman El Merluza. Eva.-
Digo,
¿sunombre?Merluza.- Nosé.El nombreunolova
perdiendo
porahí,
por las
calles,
caído enalguna
grieta.
Eva.- Pero
algún
nombre debetener.Nopuedo
llamarle "Merluza". Merluza.-(Con
caraimpávida.)
¿Porqué
no?Eva.- Bueno...
Porque...
Merluza.-
(Con
lamismaimpavidez.) ¿Porque
esnombre delhampa?
Eva.- Noes unnombrecristianos.Merluza.- Y ustedno esdel
hampa.
Eva.-
(Con
ciertodesafío.)
No,
nolo soy,siquiere
decirloasí.Entremisamigos
nosllamamosconnombrescristiano.Merluza.- ¿Creí queme
dijo
quenotenía
amigos?
Eva.- Esuna manerade decir.Merluza.- Debeser,entonces,queentre nosotros,queno somos
amigos,
nosFlores depapel
Eva.- Esoes
mejor.
Lo llamaréRoberto,
entonces.Merluza.-Beto... Eva.- ¿Beto?
Merluza.- Y cabrón. Cabrónantesde comer;
Beto,
después.
Yoteníados madres.Una,
antesdecomer,laotradespués
de.Eva.- ¿Murió?
Merluza.-
Algo
asícomo eso.(Eva
selevanta yconexagerada
vivacidadvahaciaunmueble ysaca una
tijera
ysela
pasa.)
Eva.- ¡Bueno!
Aquí
noestamosaorillas delrío:¡tenemostijera!
¡Muéstremecómohacesuscrisantemos! ¿Le
importa
que yo,mientrastanto,teja?
Leprometí
unchalecoa unaempleada
demitienda.Merluza.- Essu casa.
(Eva
seinstalacon untejido
quetraedel dormitorio. Sesientajunto
aél,
amirarloquehace,
enactitud deunapersonaquesesienteagusto,
quequiere
demostrarinterés.)
Eva.-¿Aver?Merluza.-
(Se levanta.)
Creo queeshora de queparta.Eva.-
(No
habíapensado
enello.)
¡Oh, sí,claro! Pero¿esoshombres?¿Nocreequeaúncorre
peligro?
(Eva
selevanta yvahacialaventana.)
iAhíestántoda vía!¡Losiguen
esperando!
Merluza.-Y,
¿qué
cree?¿Qué
estánjugando?
Eva.-
Pero,
¿qué quieren?
¡Ustednoha hecho másqueganarle
unpar depesosalos dados!
¿Qué
noestápermitido,
entreustedes, ganar?
Merluza.- Está
permitido,
perosepaga.Eva.- No
entiendo,
¿cómopueden
sertanvengativos?
Merluza.- Dever alosperroscomo se
pelean
por lacarne.Eva.- Demaneraque,encuantosale del
edificio,
loasaltan,
¿eh? Merluza.- Sin que lestiriteelpulso.
Eva.-No
puedo
permitir
que lehagan
eso.Merluza.- ¿Leenseñocómo
hago
crisantemosdepapel?
Eva.- Ustedse
queda
aquí,
hasta queesoshombresdesaparezcan.
(El Merluza
comienzaa
tijeretear
elpapel.
Lo vahaciendoconfuror
creciente,contenido alcomienzo.)
Merluza.- Setomauna
hoja
depapel
ysetijeretea
desde laspuntas.
¿Ve? Se le daunoscorteslargos,
alolargo
de las líneas deimprenta,
¿ve?Hasta formartirasdepapel,
lomásfinasposible,
lomásfiludas. Hasta que toda lahoja
depapel
que,originalmente,
eraundiario,
noparezcamásqueungran
pedazo
depapel
hechotíras.¡Cómosiunperro hubiera hecho presade él! ¡Ouncernícalo! ¡O
cualquier
animal rabioso! ¡Cómo cuandoenlos microbusesalguien
pasaunagilette
alolargo
de losasientos,ydeja
ahísu marcadeestupor
yde rabia! ¡Ocomocuandoenelhospital
elsargento enfermeroponetintura deyodo
enlaespalda
hechatirasalatigazos!
Eva.- Beto...
(El Merluza
lamira.)
¿heimporta
que lo llame... Beto?(El Merluza
la
sigue
mirandoconojos
quenoexpresan nada.)
¿Leparecebiendormiraquí?
¿Estanoche? ¿Enesesillón? Le
presto
mantas...Amíno meimporta.
Merluza.- Pero ustedme
trajo
quesoy salame para quemefuera. Eva.-Yano,Beto. Nopuede
irse así.EgonWolff
Merluza.- Sime
quedo,
¿tendré que...bañarme,
naturalmente? Eva.-¿Le hedichoeso?(El
Merluzaríey le busca larisaenlacara aEva.)
Merluza.-
(Riendo.) ¡No,
no,perodígalo!
"¡Seríamejor
quesebañara,Beto!". Eva.- Yale he dicho:amímeda lomismo.Merluza.-
(Siempre
riendo.) ¡No,
no! ¡No le da lo mismo! A ver,dígalo.
¡Confiéselo!¡Quiero
oír cómolo dice! "Seríamejor
quesebañara, Beto,
porque así,conesaropa,esamugre... ¿Mmh?". ¿Aver? Eva.-
Bueno,
si insiste."Seríamejor
quesebañara,
Beto".Merluza.-
(Serio súbitamente.) Pero,
yonopuedo
usar subaño.¿Cómose mepudo
ocurrirunacosaasí? Eva.-¡Úselo!
¿Lehe dicho queno?Merluza.-
No,
naturalmente queno.Enverdad,
nome loha dicho.¡Qué
ideas lasmías!¿Cómomelo ibaadecir?(Súbitamente.)
¿Leenseñocómohago
crisantemosdepapel?
Eva.-Yamemostró.
Merluza.-
(Siempre
sinquitarle
losojos
deencima.)
Pero ustednomiró. Eva.-(Protesta.)
Símiré...Merluza.- ¡No!Ustedno
quitó
losojos
deencimadeesetejido.
Eva.-
Bueno,
enséñeme.(El
Merluza
toma otrahoja
depapely
sepone
acortarladeigual
manera comoanteriormente.)
Merluza.-Setomauna
hoja
depapel
ysetijeretea
desde laspuntas,
¿ve? Se le daunoscortes
largos,
alolargo
de las líneas deimprenta,
hasta formartirasdepapel,
lo más finasposible...
lomásfiludas...Hastaquetodalahoja
depapel,
queoriginariamente
era undiario...Noparezcamásqueungranpedazo
depapel
hecho tiras!¡Cómosiunperro hubiese hechopresade él!... ¡Ouncerní calo!...¡Ocualquier
animal rabioso!(Su
vozsehapuesto
tensa.Laspalabras
salenapretadas
desuboca.)
Como cuandoenlosmicrobusesalguien
pasaunagilette...
ESCENA TERCERA
(El
díasiguiente,
muy demañana.ElMerluzayasehalevantado.Sevequesehabañado y
peinado.
Suropaestádoblada sobreunasilla.Junto
aella,
suszapatos.
Se hapuesto
unabata deEva,que evidentemente lequeda
cortay estrecha. Sedesplaza
por
la habitación haciendoaseo con unescobillónyunpaño
de sacudir. Corre lascortinas. Pasaunpaño
alos muebles. Desdelacocinaseoye el ruido deunatetera.Tarareaunacanción mientrasbarre. Entraelsolaraudales. Yanoestánlas
figuras
depaja.
En cambiocuelgan
ahora delasparedes
y de hilos tendidos demuro amuroalgunas
flores
de
papel,
yalgunas
mariposas.
Después
deunrato.)
Eva.-
(Desde
eldormitorio.)
¡Buenosdías!Merluza.-¡Buenos días! Eva.-¿Cómo durmió? Merluza.-
¡Imposible mejor!
Eva.- ¿Levantadotantemprano?
Flores depapel
Eva.-
¿Qué
estáhaciendo? Merluza.-¡Unpoco deaseo!Eva.—
Pero, ¿por
qué?...
(Se
abre lapuerta
del dormitorio que obviamente ha estado cerradaconllave. SaleEva,
enbata,
peinándose.)
No teníaporqué
hacerlo...(Ve
lafacha
deElMerluzay
nopuede
reprimir
unaexpresión de
divertidoestupor.)
Merluza.-(Por
labata.)
Estabaenel baño. ¿No lemolesta,
supongo?
Eva.-No,
no.¿Porqué
meibaamolestar?Merluza.- Laespumadel
jabón
estabatanaromáticaquese medebe haber idoalacabeza;
nosupe lo que hacía.Hoy
enlamañana,amanecíconestopuesto...
Eva.- Está muy bien.Merluza.- Yentoncesme
dije:
"Merluza,
hay
que haceralgo
útil,
hoy
día". Miré afuera yvilas flores de losaromosy las bellasgolondrinas
dándose caza entornoala cabeza delgeneral,
ymedije:
"¡Merluza,
hay
que haceralgo
útil!".(Ríe
con surisacaracterística;conrisaque le llena toda lacara,pero
quenodicenada.)
¡Enunamañanaasí,hastaalasratasdelríolesgustaría
salir vestidas deencaje!
¿Cómo le gustan los huevos?Eva.- ¿Huevos?
Merluza.-
Sí,
huevos. ¿Cómo legustan?
Eva.-Pero,
Beto,no...Merluza.- ¿Fritoso ala
copa?
Eva.-(Gratamente
resignada.)
A la copa.Merluza.-¡Acerté! Ya estánhirviendo...¿Nole molesta
supongo?
Eva.-¿Qué
cosa?Merluza.-
¿Que haya
tomado loshuevos,
así,sin autorización? Eva.- ¿Porqué
meibaamolestar?Merluza.-
Ayer
medijo
lomismo. Eva.-¿Qué
ledije?
Merluza.- "Por
qué
meibaamolestar". Curiosocómouno serepite
continuamente,¿no?
(Mientras
habla ha estadoarreglando
su camaimprovisada.Jun
talasmantas.Lasdoblacuidadosamente. Evaentraalbaño.)
Yoteníaunamigo,
por allá porunaserraderoenelSur,dondeestuve
trabajando
untiempo.
Tambiénteníaunamuletilla:"Soy
inocente", decíacontinuamente.A la hora delevantarse;
a la hora deldesayuno;
durante la faena. Persistentemente. Eracomo unaobsesión queteníay que lo martirizaba:"Soy
inocente"."Soy
inocente". ¡Nos sacabaatodos dequicio!
Undía lo agarramos entrevarios y locolgamos
de lospies,
para que nosiguiera
hablando.¡Inútil! Aúnasícolgado
seguía:
"¡Soy
inocente!""¡Soy
inocen te!" ¡Nunca nadie supo dequé
erainocente!Simplemente,
elpobre
infeliz creíaqueerainocentedealgo
yesole daba fuerza paraseguir
viviendo. Curiosas lasmuletillas,
¿no? ¡Parecentansinsentido,
aveces!(Eva
saledel baño,peinada,
poniéndose
uncintillo.)
Eva.-
Despertó
locuazestamañana,¿eh?Anochenoestaba así. Meencanta verloasí.(El Merluza
seencoge de hombros. Levanta laalfombra.
Barre.)
Merluza.- Ya la
dije:
losaromos enflor.(Eva
lomira.)
Eva.- Lomismosu cara.Tieneotracarahoy
día.EgonWolff
Merluza.-
(Sonríe
feliz.)
Elbaño...(Eva
vequenoestánlasfiguras
depaja.)
Eva.- ¿Ymisfiguras?
Merluza..- ¿Mmh?
Eva.- ¿Mis
figuras
depaja?
¿La cabeza de burro? ¿Elgallo?
Merluza.- Las puseahí,
en unmueble de lacocina. Eva.-(Sorprendida.)
Y¿por qué?
Merluza.- Creíqueeso
(por
lasflores.)
severíamejor.
Eva.- ¡Oh... sí!Merluza.-
(Rápidamente.)
¿No lemolesta,
supongo?
(Ambos,
encoro.)
Ambos.-No,
¿por
qué
meibaamolestar?".(El Merluza
ríe.Evaríedespués.)
Eva.-De todosmodos,
unodeestosdías los ibaaquitar
deahí;
nohizomásque ahorrarme el
trabajo.
Merluza.-¿Porqué?
¿No legustaban?
Eva.- ¡Horribles!Merluza.- ¿Por
qué?
Yonolos encontraba nada de feos. Eva..— ¿Y porqué
lossacó,entonces?Merluza..—
Porque
creíqueeso severíamejor.
¿Nocree? Eva.-¡Oh!,
sí...Merluza..— Ustednodebe
despreciar
supropio
trabajo. Porque...
Usted mis maloshizo,
¿noesasí?Eva.- Enunmomentode ofuscación.
Merluza.-Malo quese
exija
tanto.(Da
unsalto hacia lacocina.)
¡Esos huevos!¡Yadebenestarbuenos!
(Desde
lacocina.)
¡Entreparéntesis!
Alcanaritolepuse
alpiste.
¿Está bien así?Eva.-
(Va
hacia lajaula, juguetea
conelcanario.) Sí,
¡muy
bien!Merluza.- Le ibaaponer pan
remojado,
peromerecordéatiempo
quees unpajarito
de dormitorio. ¡La costumbrede
alimentar losgorriones!
Eva.- ¡Beto!Merluza.-
(Siempre
desdelacocina.)
¿Sí? Eva.- ¡Anoche oíunasvoces!Merluza.- ¿Voces?
Eva.- ¡Discusiones! Me
pareció
queveníandesde elpasillo. ¿Oyó
ustedalgo?
Merluza.- ¿Discusiones? ¡No!Eva.- ¡Como de
gente
que discutía acaloradamente! Merluza.- ¡Dormícomo unleño! ¡Nopude
oírnada!Eva..—
Qué
raro.Después
oícomo unapuerta
quesecerraba deunportazo.
Deben haber sido los vecinos. Unos italianosquetrabajan
en uncabaret. Aveces
llegan
enmedio de lanoche,
¡conamigos!
Se olvidan queéstees un edificio degente...
Merluza.- ¡Recatada! Eva..— ¿Cómo dice?
Merluza.- ¡Recatada! ¡De
gente
recatada!Eva.-
Bueno,
sí...¡Algo
así!¡Ustedsiempre
meroba laspalabras
de la boca! Merluza.- ¡Gente quenosabe vivir! Yosiempre
lodigo.
¡DeberíaniravivirFloresdepapel
tetera,
lechera,
mantequillera,
servilletas,
al estilolimpio
ynítido deun hotel decategoría.
Sobreelbrazo
sehadobladounpaño
blancoamodo deservilleta.Depo
sitatodocongran
destreza
y
elegancia.)
Eva.-
(Sorprendida.)
¿Nome va adecir que tambiéntrabajó
en unhotel? Merluza.-(Muy eficiente,
con unareverencia.)
Comment ditesvousmadame?(Eva
ríe.ElMerluza
serio.)
Prejérez
vousle beurre saléou sanssel,
madame?(Eva
ríe de buenagana.)
Eva.-
¿Quién
esusted,
Beto? ¿De dóndesacóeso?¡Ustedesmúltiple!
¡Realmente
múltiple!
Merluza.-
(Siempre
serio.)
Se hace lo quesepuede.
(Ambos
comenloshuevos.)
Eva.-¿Trabajó
en unhotel? ¿Verdaderamente?Merluza.- Mmh. Eva.- De... ¿Mozo?
Merluza.-
(Con
labocallena.)
De ladrón.(Eva ríe.)
Cierto. Eraunhotel decatego
ría;poresotuvequeentrarpor la
puerta
trasera; para quenomevieraelpúblico,
ustedcomprende,
¿no?(Eva
comprende.)
Me contraté de lavador. Lavador devajilla.
Enverdadno era unverdaderocontrato.Solamenteunpalmotazo
enlaespalda
deltipo
gordete
quecorríaconlacocina.Untipo
quesedaba
importancia,
(finita.)
"Bueno,
estúpido,
¡andaapararte
detrás deesoslavatorios,
a versisabes lavarunplato!"...
Medijo
quemedabancienpesospor
plato
lavado... Peroera untramposo...
Nomeadvirtió quemedescontaríalos que
quebraba...
En la tarde cuando fuiacobrar,
le debía dos mil... Eva.- ¿Ustedaél?Merluza.- Yoaél. Eva.- ¿Y el francés?
Merluza.-
¿Qué hay
coneso? Eva.- ¿Dóndeaprendió?
¿Ah?Merluza.-Tuveque
quedarme
seisdías para pagar la deuda. En verdadnollegué
apagarla
nunca,porque día quepasaba,
mideuda iba creciendo. Ustedcomprende,
¿noesverdad? (Eva
comprende.)
A lasemana medicuentaqueasínoandaba el
negocio.
Fue cuando decidí robarunamáquina
decalcular,
yapreté...
Eva.- Meparece
justo.
Merluza.- ¿Le
parece?
A ellosno.Eva.-
Pero,
¿y
elfrancés,
dóndeaprendió?
¿En elhotel?... ¿Enotrohotel? Merluza.- Pintando las incubadoras deuntipo
enSan Andrés.Eva.- ¿Era francés?
Merluza.-
No,
yugoslavo...
¿Sabe queséhacer siluetasconlasmanos? Eva.-¿Siluetas?Merluza.-
(Cucharea
elfondo
de lacopa.)
Perros... Zorros...Eva.- Aver.
(El Merluza
va a correrlascortinas.Enciendelalámpara
demesa.Paraunarevistasobresus
hojas. Proyecta
unasilueta sobreella.)
Merluza.- ¿Ve?...¿Qué
ve?Eva.-
(Vivaz.)
¡Unperro!
Merluza.- Y¿ahora? Eva.-¡Unconejo!
Egon Wolff
Merluza.- ¿Y esto?
Eva.- ¡Un ciervo!A ver,
¡déjeme
haceramí!(Ensaya.)
No. Noresulta.¿Cómosehace?
Merluza.- El índice arriba. El
pulgar
así...Eva.-
(Le
adelantasusmanos.) ¡Muéstreme
usted!(El Merluza
titubeaentomarle lasmanos.)
¡Vamos!Merluza.-
(Tomando
sus manos concuidado.)
Así.No,
¡asíno! Estededo estirado. Eva.- ¡Unciervo!(Entusiasmada.)
¡Aver, otro!(El Merluza
estájunto
aella.Leretienelasmanos. Se
produce
unabreveparalización
embarazosa
enque,
por
un breveinstante,semiranalacara.Finalmente ElMerluza,
confundido,
vahacia laventanay descorrelascortinas.
Apaga
lalámpara.)
Eva.-
Beto,
notieneporqué
sertan...tímidoconmigo. (Ríe.)
Nomelo voyacomer, ¿no?
(Agitada.) Después
detodo,
habiendopasado,
aquí,
la nochejuntos,
nosda derechoaciertafamiliaridad,
¿nocree?Merluza.- No
juegue conmigo,
por favor.Eva.-Pero, Beto,esridículo. No porque ustedme roza una mano.Amíno me
importa.
Merluza.- Uno debe saberconservarla distancia. Eva.-
¿Qué
distancia?Merluza.-
(Muestra
labata.)
Es porque ustedme ve enesto, ybañado,
que olvida. Eva.-¿Qué
he olvidado?(El Merluza
muestrasuropa.)
Nosearidículo. ¿Le hedemostrado queeso me
importa?
Merluza.- Es quenopuede
ser. Eva.-Siinsiste.Merluza.- Tendré queirmeahoramismo.
Eva.- Yonole
estoy
diciendo quesevaya.(ElMerluza
selevanta ysealeja
de ella. Leda laespalda.)
Merluza.-
(Con
sospecha.)
¿Paraqué?
Eva.- ¿Para
qué,
qué?
Merluza.-¿Para
qué quiere
quemequede?
Eva.- Yonole he dicho quese
quede.
Sólo le he dichoquenotieneporqué
irse. Merluza.-(Lamentándose.)
¿Qué culpa
tiene uno,digo yo?
Eva.-
Pero,
Beto...Merluza.-
¿Qué culpa
tieneunode haber nacidocomonació?¡Yonolepedí
amimadre quemediera la vida donde lo hizo!
(Eva
selevanta.)
Eva.-Pero, Beto,
¡por
Dios!Merluza.-
Soy
unhombresimple, ¡pero
tengo
miorgullo!
Eva.-Claro que lotiene.
¿Quién
seloniega? (Se
acerca aél. Asusespaldas.)
Beto,
yonosoy lamujer
que ustedve.
Soy
unapobre mujer
llenadenece sidaddecariño.Talvez nolo parezca,¡porque
se me vetan...decidida,
tan...realizada!
(Sonríe.)
Pero ustedve:pinto sola,
laurelesenflor,
unsába do por latarde,
enelJardín
Botánico. ¿No le pareceeso...sospechoso?
Merluza.-Voy
anecesitarpantalones
nuevos.Simequedo
aquí
untiempo
Flores depapel
Eva.- No había
pensado
en eso.Merluza.-
(Siempre
sinmirarla.)
Peroahora lopiensa,
¿noesverdad? Eva.- Bueno...Talvez...Merluza.-
(Su
tonocambia,
vuelvesuforma
de hablaransiosa,intensa.)
Porque
si, derepente,
alguien
entraaquí. Si,
derepente,
alguna
amistad suyaentraaquí,
¿qué
explicaciones
podríamos
darle? Sime veaquí,
conestopuesto
(Por
labata.)
o con eso(Por
suspantalones.)
y sentadoen unodesus
sillones,
comoPedro porsu casa.Podría pensar que soyunpordiosero
dejunto
al ríoque usted harecogido
porlástima,
paraevitarque elpobre
diabloestire laspatas
antesque Dios loordene,
dándolealguna
cosa...Una sopa calienteo unsalame... Noseríamuycorrecto,¿nocree?Másbientriste,¿nole
parece?
Unasituación tristeeirremediable,
queniustedniyopodríamos
resistirdurante muchotiempo,
¿no cree?Porque
da elcasoquetantoustedcomoyo, sabríamos... Y¿cómo
podríamos
evitarlo?¿Que
tantoustedcomoyo
supiéramos
latristerealidad? Estableceríaentre nosotrosunasituación demiseriamoral,
que difícilmentepodríamos...
disimular,
¿no cree? Eva.- Y ustedcreequecon unpardepantalones
nuevos¿esocambiaría? Merluza.- Podríamosjugar
unpocoa eso: aengañarnos,
¿no leparece?
Eva.-Usted tendrá que superaresa
obsesión,
Beto. He notado que lo hace sufrir.(El Merluza gira
ahora sobresí mismo. Unaamplia
sonrisailuminasurostro.)
Merluza.- Pantalones azulescon una
rayita
blanca. Unarayita
blanca porcentímetro,ni más nimenos.Esosson conlos que
siempre
he soñado. Eva.- Buscaremosalgo
a sugusto.
Merluza.-
(Como
unniñofeliz.)
¿Usted lo hará? ¿En verdad? ¿Ustedmismavaairde tiendaen
tienda,
buscando lo que lepido?
Eva.- ¿Y por
qué
no?(El Merluza
letomalasmanosy la hacegirar.)
Merluza.- ¡Ustedesunángel!
¡Unángel!
¡Unángel!
Eva.-
¡Ay,
peroBeto,
porDios!(Se
detienen.Ahogada.)
Lo quequería
decirleesque loencuentroinútil. ¡Realmente inútil. Beto! Yono me
fijo
en esas cosas. Merluza.-(Riendo; divertido; socarrón.) Sí,
¡sísefija!
Eva.-No,realmenteno.
Merluza.-
(La
reprende
con undedo.)
Sí,¡sefija!
¡Sefija!
Eva.- ¿Por
qué
lo dice?¿Porqué
seríe?(El
Merluzaríecomosi estuvieracontandouncuentomuy
gracioso
yalgo
embarazoso.)
Merluza.-
¡Ayer,
cuandollegó
enlatarde,
latrajo
unaamiga
enauto y usted nolaquiso
hacerpasar!
Eva.-
(Niega
efusivamente.)
No...Merluza.-
¡Sí,
si!Yovi cómoella hacía ademanescomoqueriendo
acompa ñarlaarriba,
pero usted ledecía,
conseñastambién,
que estababien,
quenohacía
falta,
oalgo
así.Eradivertido, divertidísimo,
observarcómousted ideaba... discurría aceleradamente...casidesesperadamente, alguna expli
cación.(Siempre
ahogado
porlarisa.)
Moviendosusbrazos,
así.Eva.-
¡No,
no!No fue poreso...Merluza.-