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Relaciones sino - japonesas y su influencia en el conflicto por las Islas Senkaku/Diaoyu

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ANEXO 1

Carta de Presentación Directora de la Carrera

Bogotá, agosto de 2015

Señores

BIBLIOTECA GENERAL

Pontificia Universidad Javeriana

Ciudad

Respetados Señores,

Me permito presentar el trabajo de grado titulado RELACIONES SINO-JAPONESAS Y SU INFLUENCIA EN EL CONFLICTO POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU, elaborado por la estudiante Samaryt Janeth Villarreal Moreno, identificada con la Cédula de Extranjería No. 428632, para que se incluya en el catálogo de consulta.

Cordialmente,

Martha Márquez

(2)

ANEXO 2

CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES (Licencia de uso)

Bogotá, D.C., 10 de agosto de 2015 Señores

Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J. Pontificia Universidad Javeriana Cuidad

Los suscritos:

Samaryt Janeth Villarreal Moreno , con C.E. No 428632

, con C.C. No , con C.C. No

En mí (nuestra) calidad de autor (es) exclusivo (s) de la obra titulada:

RELACIONES SINO-JAPONESAS Y SU INFLUENCIA EN EL CONFLICTO POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU

(por favor señale con una “x” las opciones que apliquen) Tesis doctoral Trabajo de grado X Premio o distinción: Si No X cual:

presentado y aprobado en el año 2015 , por medio del presente escrito autorizo (autorizamos) a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi (nuestra) obra las atribuciones que se indican a continuación, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida será facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseñanza y la investigación.

En consecuencia, las atribuciones de usos temporales y parciales que por virtud de la presente licencia se autorizan a la Pontificia Universidad Javeriana, a los usuarios de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J., así como a los usuarios de las redes, bases de datos y demás sitios web con los que la Universidad tenga perfeccionado un convenio, son:

AUTORIZO (AUTORIZAMOS) SI NO

1. La conservación de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y trabajos

de grado de la Biblioteca. X

(3)

AUTORIZO (AUTORIZAMOS) SI NO

5. La inclusión en bases de datos y en sitios web sean éstos onerosos o gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrán las mismas facultades que las aquí concedidas con las mismas limitaciones y condiciones

X

6. La inclusión en la Biblioteca Digital PUJ (Sólo para la totalidad de las Tesis Doctorales y de Maestría y para aquellos trabajos de grado que hayan sido laureados o tengan mención de honor.)

X

De acuerdo con la naturaleza del uso concedido, la presente licencia parcial se otorga a título gratuito por el máximo tiempo legal colombiano, con el propósito de que en dicho lapso mi (nuestra) obra sea explotada en las condiciones aquí estipuladas y para los fines indicados, respetando siempre la titularidad de los derechos patrimoniales y morales correspondientes, de acuerdo con los usos honrados, de manera proporcional y justificada a la finalidad perseguida, sin ánimo de lucro ni de comercialización.

De manera complementaria, garantizo (garantizamos) en mi (nuestra) calidad de estudiante (s) y por ende autor (es) exclusivo (s), que la Tesis o Trabajo de Grado en cuestión, es producto de mi (nuestra) plena autoría, de mi (nuestro) esfuerzo personal intelectual, como consecuencia de mi (nuestra) creación original particular y, por tanto, soy (somos) el (los) único (s) titular (es) de la misma. Además, aseguro (aseguramos) que no contiene citas, ni transcripciones de otras obras protegidas, por fuera de los límites autorizados por la ley, según los usos honrados, y en proporción a los fines previstos; ni tampoco contempla declaraciones difamatorias contra terceros; respetando el derecho a la imagen, intimidad, buen nombre y demás derechos constitucionales. Adicionalmente, manifiesto (manifestamos) que no se incluyeron expresiones contrarias al orden público ni a las buenas costumbres. En consecuencia, la responsabilidad directa en la elaboración, presentación, investigación y, en general, contenidos de la Tesis o Trabajo de Grado es de mí (nuestro) competencia exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad a la Pontifica Universidad Javeriana por tales aspectos.

Sin perjuicio de los usos y atribuciones otorgadas en virtud de este documento, continuaré (continuaremos) conservando los correspondientes derechos patrimoniales sin modificación o restricción alguna, puesto que de acuerdo con la legislación colombiana aplicable, el presente es un acuerdo jurídico que en ningún caso conlleva la enajenación de los derechos patrimoniales derivados del régimen del Derecho de Autor.

De conformidad con lo establecido en el artículo 30 de la Ley 23 de 1982 y el artículo 11 de la Decisión Andina 351 de 1993, “Los derechos morales sobre el trabajo son propiedad de los autores”,

los cuales son irrenunciables, imprescriptibles, inembargables e inalienables. En consecuencia, la Pontificia Universidad Javeriana está en la obligación de RESPETARLOS Y HACERLOS RESPETAR, para lo cual tomará las medidas correspondientes para garantizar su observancia.

NOTA: Información Confidencial:

Esta Tesis o Trabajo de Grado contiene información privilegiada, estratégica, secreta, confidencial y demás similar, o hace parte de una investigación que se adelanta y cuyos

resultados finales no se han publicado. Si No x

(4)

NOMBRE COMPLETO No. del documento de identidad FIRMA

FACULTAD: Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales

(5)

ANEXO 3

BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J.

DESCRIPCIÓN DE LA TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO FORMULARIO

TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS DOCTORAL O TRABAJO DE GRADO

RELACIONES SINO-JAPONESAS Y SU INFLUENCIA EN EL CONFLICTO POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU

SUBTÍTULO, SI LO TIENE

AUTOR O AUTORES

Apellidos Completos Nombres Completos

Villarreal Moreno Samaryt Janeth

DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO

Apellidos Completos Nombres Completos

Herrera Chaves Benjamín

FACULTAD

Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales PROGRAMA ACADÉMICO

Tipo de programa ( seleccione con “x” )

Pregrado Especialización Maestría Doctorado X

Nombre del programa académico Maestría en Relaciones Internacionales

Nombres y apellidos del director del programa académico Martha Márquez

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE:

Magister en Relaciones Internacionales

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CIUDAD AÑO DE PRESENTACIÓN DE LA

TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO NÚMERO DE PÁGINAS

Bogotá 2015 70

TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con “x” )

Dibujos Pinturas Tablas, gráficos y diagramas Planos Mapas Fotografías Partituras 4

SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedará solamente en formato PDF.

MATERIAL ACOMPAÑANTE

TIPO DURACIÓN (minutos) CANTIDAD FORMATO

CD DVD Otro ¿Cuál? Vídeo

Audio Multimedia Producción electrónica Otro Cuál?

DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS

Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo biblioteca@javeriana.edu.co, donde se les orientará).

ESPAÑOL INGLÉS

Senkaku/Diaoyu Senkaku/Diaoyu

Ascenso de China Rise of China

Relaciones Sino-Japonesas Sino-Japanese Relations

Expansionismo Expansionism

Geopolítica Geopolitics

RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS

(7)

Este trabajo analiza las relaciones entre China y Japón en particular, la política de China hacia las islas Senkaku/Diaoyu desde final de la Segunda Guerra Mundial. Responde cómo la identidad nacional ha sido un tema relevante en las relaciones bilaterales entre China y Japón. Los resultados de esta investigación muestran que los Estados son actores sociales y que la política exterior no puede reducirse únicamente a la búsqueda de intereses materiales. Al hacer hincapié en el concepto de identidad, esta tesis contribuye a la perspectiva constructivista en las relaciones internacionales así como a la producción académica existente sobre las disputas territoriales y las relaciones entre China y Japón.

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RELACIONES SINO-JAPONESAS Y SU INFLUENCIA EN EL CONFLICTO POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU

SAMARYT VILLARREAL

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES

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RELACIONES SINO-JAPONESAS Y SU INFLUENCIA EN EL CONFLICTO POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU

SAMARYT VILLARREAL.

TRABAJO PRESENTADO PARA OBTENER EL TITULO DE MAESTRIA EN RELACIONES INTERNACIONALES.

ASESOR DE TESIS: BENJAMIN HERRERA CHAVES

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES

(11)
[image:11.612.110.558.103.560.2]

TABLA DE CONTENIDO

1 INTRODUCCION ... 6

1.1 ANTECEDENTES ... 6

1.2 OBJETIVOS ... 9

1.2.1 OBJETIVO GENERAL ... 9

1.2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS ... 9

1.3 METODOLOGÍA ... 9

1.4 HIPOTESIS ... 10

1.5 MARCO TEORICO ... 10

1.6 MARCO CONCEPTUAL ... 13

1.6.1 IDENTIDAD ... 13

1.6.2 CONFLICTO ... 15

1.6.3 DERECHO DEL MAR ... 16

1.6.4 SOBERANÍA ... 16

1.6.5 GEOPOLÍTICA ... 17

1.6.6 INTERDEPENDENCIA ECONÓMICA ... 17

1.6.7 EQUILIBRIO DE PODER ... 18

1.7 CONCLUSIÓN ... 18

2 ANTECEDENTES HISTORICOS ... 19

2.1 LAS GUERRAS DEL OPIO: 1839-1860: EL PRIMER GOLPE A LA AUTO-CONFIANZA DE CHINA... 20

2.2 LAS GUERRAS ENTRE CHINA Y JAPÓN: 1894-1945: LA HORA MÁS OSCURA EN LA HISTORIA DE LAS RELACIONES SINO-JAPONESAS. ... 21

2.3 DISPUTA POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU. ... 24

3 SITUACIÓN LEGAL DEL CONFLICTO ... 32

3.1 POSICIÓN OFICIAL DE JAPÓN. ... 32

3.2 POSICIÓN OFICIAL DE CHINA. ... 33

3.3 POSICIÓN OFICIAL DE ESTADOS UNIDOS. ... 35

4 FACTORES POLÍTICOS INVOLUCRADOS EN LA DISPUTA POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU. ... 40

4.1 MIRADA DESDE JAPÓN – EE.UU. ... 42

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4.3 ASEAN ... 47

4.4 PRESERVAR RELACIONES COMERCIALES ... 48

4.5 ¿QUÉ POSIBILIDADES HAY DE UN CONFLICTO MILITAR? ... 50

5 FACTORES ECONÓMICOS INVOLUCRADOS EN LA DISPUTA POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU. ... 50

5.1 EL VALOR DE LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU. ... 50

5.1.1 VALOR ECONÓMICO ... 51

5.1.2 VALOR ESTRATÉGICO ... 52

6 CONCLUSIONES ... 555 6.1 RECONCILIACIÓN ... 56

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AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer sinceramente a aquellas personas que compartieron sus conocimientos conmigo para hacer posible la conclusión de esta tesis. Primero que todo quiero dedicarle este avance en mi vida profesional a Dios Todopoderoso por darme las virtudes y la fortaleza necesaria para salir siempre adelante pese a las dificultades, por colocarme en el mejor camino, iluminando cada paso de mi vida. Por darnos vida y salud a todos los seres que amo. Por eso te pido que me bendigas como profesional.

A mi Papá: Jesús Alberto, aunque estés en el cielo sé que siempre me acompañas y que estás feliz porque tu niña cumplió una meta más, eres mi angelito, te extraño y siempre te amaré. A mi Mamá: María Auxiliadora por ser mi fortaleza y por darme todo ese amor y cariño desde la distancia, te amo. Son ustedes quienes verdaderamente son los dueños de este título, sin su apoyo no lo habría logrado, mil gracias por ser para mí un ejemplo de trabajo, esfuerzo y dedicación.

A mi esposo: Juan, te agradezco fielmente por todas las atenciones, detalles y palabras de aliento cuando más las necesitaba, gracias por acompañarme y ser mi apoyo en todo momento, por ayudarme, porque tú también eres parte de este logro. Eres mi presente y mi futuro. Gracias mi amor, Te amo.

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INTRODUCCION

1.1 ANTECEDENTES

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China se halla en una época de constante expansión económica, política y militar. Territorialmente, China está expandiéndose en dos frentes: hacia la denominada "primera cadena de islas" en el Pacífico occidental, y hacia el Mar del Sur de China, región abundante en recursos petrolíferos y pesqueros y una de las más importantes rutas obligadas del transporte marítimo mundial.

China y Japón, que son la segunda y tercera economías más grandes del planeta, se han visto inmersos en relaciones diplomáticas cada vez más tensas. Japón, una potencia pacífica desde el fin de la segunda guerra mundial, se ha visto involucrada en un ambiente creciente hostil, propiciado por las tácticas expansionistas de China, que busca afianzar su hegemonía regional, para afianzar su influencia global.

La renuencia japonesa de reconocer las atrocidades cometidas en territorio chino durante la segunda guerra mundial, sumado a tensiones territoriales recientes han exacerbado los ánimos nacionalistas en ambos países. Adicionalmente, Japón, con una vasta industria de alta tecnología, se ha visto afectado por las restricciones que China ha impuesto sobre la exportación de “tierras raras”, un grupo de elementos químicos fundamentales para la fabricación de componentes electrónicos, hecho que Japón ha calificado de embargo económico. Para completar el escenario, Japón, que ha sido la potencia de la región durante varias décadas, ha sido relegado ante el crecimiento de China.

(16)

hicieron públicas pruebas relativas a la existencia de reservas de petróleo. Adicionalmente, el territorio está cerca de importantes rutas de navegación y ricas zonas de pesca.

Japón argumenta que registró las islas en el siglo 19 y sobre la base que eran

terra nullius (tierras de nadie); Posteriormente, China reconoció la soberanía japonesa sobre las islas hasta la década de 1970. La República Popular China sostiene que las pruebas documentales previas a la primera guerra sino-japonesa indican la posesión de las islas por parte de China y que el territorio, tomado irregularmente por Japón, debe ser devuelto así como el resto de las conquistas territoriales del Imperio de Japón fueron devueltas en 1945.

Aunque Estados Unidos no tiene una posición oficial sobre los méritos de las reclamaciones de soberanía de las partes, las islas están incluidas en el Tratado de Cooperación Mutua y Seguridad entre Estados Unidos y Japón, firmado entre ambos países tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, que implicaría que una defensa de las islas del Japón requeriría la participación militar de Estados Unidos.

En septiembre de 2012, el gobierno japonés compró tres de las islas en disputa de un propietario privado, lo que provocó protestas a gran escala en China. A principios de febrero de 2013, la situación ha sido considerada como la más grave en la historia reciente de las relaciones entre China y Japón, en términos del riesgo de conflicto militar que conlleva.

(17)

1.2 OBJETIVOS

1.2.1 OBJETIVO GENERAL

Explicar cómo la identidad nacional, de la mano con los antecedentes históricos de China y Japón, determinan la naturaleza de su conflicto sobre las islas Senkaku/Diaoyu, y con qué alternativas cuentan estos países para resolver sus conflictos.

1.2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Identificar las condiciones en que China y Japón pueden desarrollar una voluntad política para solucionar los conflictos marítimos del sudeste asiático.

• Explorar cómo China y Japón se mueven entre la confrontación y la cooperación y la forma en que sus tensiones territoriales influyen en las demás facetas de su mutua interacción.

1.3 METODOLOGÍA

(18)

y la restructuración del marco conceptual, permitiendo así la interpretación de los resultados y legitimación de los argumentos.

1.4 HIPOTESIS

La actual disputa entre China y Japón obedece a una dinámica histórica que ha configurado la identidad nacional de ambos países, que a pesar de estar estrechamente vinculados histórica, cultural y económicamente, se han convertido en rivales regionales, y ha convertido la disputa sobre las islas Senkaku/Diaoyu en un punto de fricción en la que confluyen no sólo una necesidad china de reivindicación histórica, así como un entramado de intereses económicos y geopolíticos.

1.5 MARCO TEORICO

El presente trabajo se basa en el debate sobre el concepto de identidad y su importancia para el estudio de las relaciones internacionales y la política exterior. Igualmente, se explicará cómo diferentes teorías de las relaciones internacionales se utilizan en el análisis de las relaciones entre China y Japón y su disputa por las islas Senkaku/Diaoyu. Finalmente, se abordarán otros conceptos que, a pesar de ser de menor peso teórico, resultan de gran importancia para este estudio.

(19)

cooperación es un reto debido la permanente preocupación de conceder demasiados beneficios a las otras partes, a expensas del poder relativo del propio Estado.

En oposición al Realismo, el enfoque Liberal proporciona una visión más optimista de la política internacional y argumenta que son posibles las relaciones pacíficas entre los Estados. Aunque comparte muchas de las preocupaciones de los realistas, los liberales, sin embargo, sostienen que incluso en las condiciones de anarquía los Estados prefieren buscar la cooperación económica en lugar de la competencia. El comercio internacional mitiga el conflicto interestatal, de la misma forma en que la interdependencia económica desalienta a los Estados a hacer la guerra unos contra otros. En segundo lugar, las instituciones internacionales pueden influir en el comportamiento de los Estados y promover la cooperación mediante la reducción de los costos transaccionales (Burchill 2005: 56). La mejora de las condiciones económicas de China terminará por alentar a aquellas fuerzas al interior del gobierno que propenden por integrar al país al sistema internacional, así como promover relaciones pacíficas con los países vecinos.

El problema de la identidad ha sido reducido dentro del neorrealismo y el neoliberalismo a una variable dependiente que carece de valor analítico a la hora de analizar el comportamiento de un Estado, y la tendencia racionalista de estos enfoques le cierra la puerta a una comprensión más rica de la política internacional (Hall, 1999: 27). Como consecuencia de ello, numerosas cuestiones sociales y económicas distintas del conflicto interestatal o la cooperación económica son simplemente ignoradas en los estudios de las Relaciones Internacionales.

(20)

particularmente en cómo los actores, a través de sus acciones, le dan forma al mundo en que viven (Onuf 1989, Wendt 1999).

Existen tres enunciados clave del constructivismo que lo hacen una alternativa teórica válida: en primer lugar, la política mundial es guiada por ideas intersubjetivas; en segundo lugar, los intereses e identidades estatales no son constantes sino susceptibles al cambio; y, por último, las estructuras y los agentes se constituyen y determinan mutuamente (Copeland 2000). El constructivismo de la década de 1990 ganó prominencia principalmente a través de la crítica a las relaciones internacionales ortodoxas, de la mano con las nociones realistas de interés y seguridad. El ejemplo más conocido de dichas críticas lo brinda Alexander Wendt, quien afirma que la anarquía es lo que los Estados hacen de ella (Wendt, 1992). Los constructivistas adelantaron un programa de investigación original que dio lugar a avances significativos en la compresión de la naturaleza y el significado de la anarquía, las identidades y los intereses de los Estados, así como la naturaleza del cambio en la política mundial (Hopf, 1998). Estudiosos constructivistas acogieron variables culturales anteriormente marginadas en la disciplina, tales como ideas, comunidades epistémicas, cultura estratégica, y estructuras normativas (Klotz y Lynch 2007).

(21)

1.6 MARCO CONCEPTUAL

1.6.1 IDENTIDAD

Si el giro constructivista en las Relaciones Internacionales dio lugar a una nueva agenda de investigación, entonces la identidad es, sin duda, su expresión más exitosa. Si bien éste concepto fue desarrollado originalmente en la psicología y la sociología, fue recogido por los estudiosos de las relaciones internacionales que buscaban alternativas al vocabulario racionalista-realista (Berenskoetter, 2010). Mientras que muchos de los fenómenos que ahora se asocian con la identidad fueron discutidos por la primera generación de estudiosos de las relaciones internacionales, como Carr, Deutsch, y Morgenthau, la identidad se desvaneció en la oscuridad durante la Guerra Fría y fue marginada de la disciplina entonces dominada por las teorías de Waltz sobre la Política Internacional. Sin embargo, las explicaciones de corte constructivista de la política internacional recuperaron su valor tras el fin de la Guerra Fría, y en particular tras la aparición de nuevos conflictos, como el de Yugoslavia, que dejó en claro que la acción del Estado no siempre podía reducirse a la acción racional o la maximización del poder. La perspectiva de la identidad se aplicó para dar cuenta de la intervención de Suecia en la Guerra de los Treinta Años (Ringmar, 1996), la reacción de Estados Unidos en la crisis de los mísiles cubanos (Weldes, 1996), o la elección de Japón para enviar tropas a Irak tras la invasión estadounidense en 2003 (Catalinac, 2007).

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anecdótica a la hora de analizar las relaciones entre China y Japón. El constructivismo con su énfasis en la constitución mutua de los agentes, puede dar cuenta de la compleja relación entre la identidad nacional profundamente arraigada en la memoria histórica, la definición de los intereses del Estado y la acción del Estado. Por otra parte, a través del concepto de identidad podemos superar las dificultades que encuentran otras teorías basadas exclusivamente en la experiencia occidental para el estudio de Asia (Kang, 2003). Al hacer hincapié en este tipo de contingencias, el constructivismo en contraposición con otros enfoques racionalistas puede ilustrar el futuro de China con mayor efectividad que realismo y otros modelos liberales (Legro, 2007). Por lo tanto, la identidad parece poder dar cuenta de la forma histórica en que las representaciones y percepciones de las relaciones sino-japonesas influyen en cómo China define y ejecuta su política hacia Japón y las islas Senkaku/Diaoyu.

Una vez que el concepto de identidad se hizo más prominente en el estudio de las Relaciones Internacionales, se usó por estudiosos que operaban en diferentes niveles de análisis. A pesar de un crecimiento constante del cuerpo de conocimiento alrededor de la identidad desde finales del siglo XX, no ha habido un consenso sobre la manera de entender el concepto analítico; la identidad se utiliza libremente y ha permanecido como un concepto eminentemente vago y poco estudiado. Incluso entre sus simpatizantes se lamentó la falta de una rigurosa atención analítica hacia el concepto en sí mismo (Berenskoetter 2010: 3595). La ambigüedad conceptual de la identidad invitó a que los escépticos cuestionaran su utilidad analítica (Brubaker y Cooper 2000: 1) y la falta de claridad en su construcción teórica.

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descripción metafórica de la identidad, como un proceso en constante transformación o como una relación en lugar de ser una mera descripción estática (Dittmer y Kim 1993). Jepperson, por su parte, la definió como uno de varios factores culturales al interior de un Estado que determinan el carácter del mismo como actor. Sin ser una característica que emana de la estructura del Estado, la identidad es la base de los intereses del Estado y sólo se manifiesta través de la interacción del actor Estatal con otros actores (Jepperson et al 1996: 56).

En política exterior una identidad toma la forma de un conjunto predominante de ideas e imágenes acerca de lo qué es un Estado, cómo son otros Estados y cómo deberían ser, y sobre cómo conducir relaciones con otros Estados. En el interior del Estado, la identidad se refiere a la lengua, la etnia y la religión junto con las tradiciones y la memoria colectiva, que permiten que una nación se mantenga relativamente estable en el tiempo, y se entiende a veces como la identidad nacional. La identidad estatal puede verse como un conjunto de representaciones ampliamente aceptadas de las creencias culturales y sociales de un país sobre su propia orientación en el área de política internacional, que se manifiesta por la retórica de la política oficial, la academia y la cultura popular (Morris 2012: 137).

Como una medida de la fuerza de ésta identidad, las personas acuden a la defensa de la identidad colectiva que ven como como un elemento fundamental y constitutivo de su ser, cuando sienten que dicha identidad se ve amenazada. En el ámbito internacional, un Estado actuaría de una manera que sea consistente con su identidad.

1.6.2 CONFLICTO

(24)

desenlace si no se consigue alcanzar un consenso entre ambas partes, algo difícil dada la tensión y malestar alimentados por el creciente nacionalismo, tanto chino como japonés, que pone en peligro el entendimiento al impedir la cooperación, que sería el antónimo del conflicto dentro del campo de la teoría en las Relaciones Internacionales (Barbé 2008).

1.6.3 DERECHO DEL MAR

Este se encuentra regido por la Convención de las Naciones Unidas para el Derecho del Mar (firmada en 1982). En ella se establece la legislación sobre el espacio oceánico y su empleo en todas sus dimensiones: “navegación, sobrevuelo, exploración y explotación de recursos, conservación y contaminación, pesca y tráfico marítimo” (Treves, 2008). Según la Ley del Derecho del Mar, se establece una legislación particular para los Estados archipelágicos como es el caso de Japón. En estos, la Zona Económica Exclusiva es de 100 millas náuticas en vez de las 200 tradicionales, si tenemos en cuenta que la línea de base (tal y

como se recoge en el art. 47 de la Convención), se mide de distinta manera para

los Estados archipelágicos, esto trae más controversia al conflicto a analizar.

1.6.4 SOBERANÍA

(25)

1.6.5 GEOPOLÍTICA

Según la definición del estadounidense Alfred Mahan: “la Geopolítica es la relación que existe entre el poder y su distribución dentro de una determinada área de influencia” (Mahan, 1918). Otra alternativa sería ver la Geopolítica como una expresión de las relaciones conflictivas entre grandes potencias y las que aspiran a serlo a través del control del territorio, los recursos y las posiciones geográficas importantes tales como puertos, canales, sistemas fluviales, y otras fuentes de riqueza e influencia (Pastor 2005:19). En definitiva, si asumimos que la Geopolítica abarca todo lo relacionado con la rivalidad entre Estados por el control fáctico o influencia sobre determinadas áreas y espacios, la zona en disputa posee un enorme valor geopolítico, puesto que está en juego controlar los enormes yacimientos de gas y petróleo que hay en sus inmediaciones. Además, las islas se encuentran en una zona de vital importancia para el comercio mundial. Todo ello hace que el conflicto también tome un matiz geoestratégico (Valencia, 2010:79), puesto a que puede afectar la seguridad de Japón, ya sea damnificándola o fortaleciéndola dependiendo de si dichos enclaves acaban en manos chinas o no.

1.6.6 INTERDEPENDENCIA ECONÓMICA

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1.6.7 EQUILIBRIO DE PODER

La teoría del equilibrio de poder es la idea de que la seguridad nacional es mayor cuando las capacidades militares están distribuidas de modo que ningún Estado es lo suficientemente fuerte para dominar a todos los demás. Si un Estado se hace comparativamente más fuerte a otros, la teoría predice que va a aprovechar su fuerza y atacará a sus vecinos más débiles proporcionando así un incentivo para que las partes amenazadas se unan en una coalición defensiva. No obstante, en el caso estudiado es deseable llegar al equilibrio de poder, ya que un sistema de equilibrio de poder facilitaría la estabilidad en la región, dado que la agresión se vuelve poco atractiva en un entorno en el cual el equilibrio de poder predomina entre dos coaliciones rivales. (Calduch 1987:138-139).

1.7 CONCLUSIÓN

(27)

2 ANTECEDENTES HISTORICOS

Desde el fin de la Guerra Fría, la era moderna de la historia China ha estado presente en la agenda cotidiana del país, sobre todo en el ámbito de la educación y en la cultura popular (Callahan 2004, 2009, Wang 2012). La narrativa histórica gira en torno a cómo China superó una era de humillación y derrota, restaurando su dignidad y poder ancestrales (Kaufman 2010).

El Siglo de la Humillación se refiere a los 100 años posteriores a la Primera Guerra del Opio en 1839, cuando China perdió su posición de poder predominante en Asia hasta su establecimiento como la República Popular de China (RPC) en 1949. Los eventos clave durante este largo período fueron las dos guerras del opio cuando China fue derrotada y obligada a otorgar concesiones a las potencias imperialistas occidentales y dos guerras sino-japonesas cuando partes de China fueron invadidas y sometidas a una brutal ocupación. El Siglo de la Humillación sirve como una piedra de toque histórico para las aspiraciones de China y sigue afectando hoy las relaciones exteriores de este país (Kaufmann, 2010: 26).

(28)

2.1 LAS GUERRAS DEL OPIO: 1839-1860: EL PRIMER GOLPE A LA AUTO-CONFIANZA DE CHINA.

El término “Guerras del Opio” se refiere a las guerras de 1839-1842 y 1856-1860, que fueron consecuencia de una disputa comercial y diplomática entre China y el Reino Unido. La Primera Guerra del Opio fue un desastre para China. Las fuerzas británicas derrotaron al ejército imperial chino en una serie de batallas terrestres y navales y dio lugar a una serie de concesiones a Gran Bretaña, también conocidas como “los tratados desiguales", tales como la reanudación del comercio de opio, la apertura de nuevos tratados sobre puertos y la cesión de la isla de Hong Kong (Lowell, 2011).

La Segunda Guerra del Opio en 1856-1860 se estableció cuando la dinastía Qing rechazó las demandas de las potencias imperialistas occidentales. En 1857 las fuerzas anglo-francesas tomaron Guangzhou y después de una batalla naval decisiva, los británicos capturaron ciudades estratégicas de la costa incluyendo Shanghai. En 1860, Beijing fue ocupada durante un mes y los ejércitos occidentales destruyeron el palacio de Yuanmingyuan, que era la sede del gobierno imperial chino y uno de sus más importantes repositorios culturales. Su destrucción fue sinónimo de la humillación que esa nación enfrentó tras caer ante Occidente (Ringmar, 2011). La Segunda Guerra del Opio concluyó con la Convención de Pekín, donde China se vio obligada a pagar indemnizaciones, legalizar el comercio del opio y ceder Kowloon a Gran Bretaña. En ambas guerras, China fue derrotada debido a su capacidad militar inferior. La infantería y la marina occidentales eran tecnológicamente más avanzadas y derrotaron al numéricamente superior ejército chino.

(29)

Occidente China era el país más poderoso e influyente de la región, estatus que perdió tras la Guerra del Opio y que redujo al país a un territorio semicolonial, dividido en esferas de influencia extranjera.

Tras las Guerras del Opio y el colapso de su autoimagen, China enfrentó una crisis que la condujo a reexaminar su identidad. Los chinos experimentaron una transición gradual hacia un sistema de gobierno moderno, las relaciones sociales previamente aceptadas comenzaron a erosionarse y fueron suplantadas por nuevas ideas. China emprendió iniciativas de modernización económica y militar, asumiendo de paso una nueva identidad. El encuentro con el Occidente obligó a los chinos a aceptar nociones occidentales, como identidad, estado, soberanía, ciudadanía y nación. Por lo tanto, la búsqueda de una nueva identidad nacional fue impulsada por el deseo de hacer de China un Estado fuerte y poderoso.

2.2 LAS GUERRAS ENTRE CHINA Y JAPÓN: 1894-1945: LA HORA MÁS OSCURA EN LA HISTORIA DE LAS RELACIONES SINO-JAPONESAS.

(30)

Al comenzar el siglo XIX, Japón no tenía ningún tipo de relaciones con Occidente y su poder económico y político no estaba centralizado bajo la figura del emperador, quien era un figura decorativa en un entorno político en el que señores feudales acaparaban el control territorial de un país dividido y sin la capacidad de coordinar iniciativas nacionales con efectividad alguna.

A fines de la década de 1850 y principios de 1860 parecía que Japón estaba en camino de seguir los pasos de China, dividida por esferas de influencia de las agresivas potencias occidentales. Sin embargo una serie de rápidas transformaciones en Japón produjeron un resultado muy diferente.

Antes de 1868, el shogun, poderoso jefe militar que ejercía hereditariamente el mando y asistido por guerreros de la nobleza conocidos como samuráis, ostentaba el poder ejecutivo y controlaba la administración del país. Las funciones del emperador, en cambio, eran principalmente religiosas.

Después de las concesiones del shogun a las naciones occidentales, el sentimiento xenófobo dio origen a una revuelta de los samuráis en 1867 y a la restauración del emperador como cabeza legítima del gobierno. El nuevo Emperador, quien dio el nombre de Meiji (Gobierno Iluminado) a su dinastía, condujo a Japón a un proceso de transformación nacional que se conoció a partir de entonces como la Restauración Meiji (Strickberger, 2014).

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El éxito de Japón, se hizo particularmente notable durante la Primera Guerra Sino-Japonesa (1894-1895). Este conflicto surgió de una disputa por la influencia en la península coreana. Tradicionalmente, Corea era parte del sistema tributario de China reducida a un estado semi-colonial. Sin embargo, el expansionismo japonés tenía por objetivo dominar Corea. Japón comenzó activamente a inmiscuirse en los asuntos de Corea durante el siglo XIX. La competencia entre China y Japón por el dominio sobre Corea culminó en la Primera Guerra Sino-Japonesa. Tras un breve período de lucha, Japón expulsó a las fuerzas chinas de Corea. La primera guerra sino-japonesa concluyó con el Tratado de Shimonoseki, el cual obligó a China a reconocer la independencia de Corea, ceder Taiwán y abrir los puertos a Japón. En nombre de China, el tratado fue firmado por Li Hongzhang, un prominente estadista del Imperio Qing; su nombre entró en la historia como símbolo de debilidad y ha sido descrito como traidor en la moderna historiografía oficial china.

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Durante la ocupación de Nankíng (entonces capital de la República de China), el ejército japonés cometió numerosas atrocidades, como la violación, el saqueo, el incendio y la ejecución de prisioneros de guerra y civiles. Aunque las ejecuciones comenzaron con el pretexto de eliminar los soldados chinos disfrazados de civiles, se afirma que un gran número de hombres inocentes fueron intencionalmente identificados como combatientes enemigos y ejecutados. Un gran número de mujeres y niños también fueron violados y asesinados. La masacre que fue perpetrada por el ejército japonés llevo a la muerte a más de 250.000 civiles tras la captura de Nanking en Septiembre de 1937 (Rose, 1998: 15). En general, la guerra dejó profundas secuelas físicas y psicológicas en China, el país sufrió una gran devastación y, posiblemente, alrededor de 20 millones de víctimas, que lo hace uno de los conflictos más devastadores de la historia (Anderson, 2011).

La Guerra del Opio y las Guerras Sino-Japonesas tuvieron un impacto decisivo en la evolución de la China moderna y su identidad. La derrota en la Guerra del Opio inició procesos transformadores monumentales que finalmente condujeron a la abolición del imperio chino y al establecimiento de la República de China. China abrazó las nociones occidentales de Nación y Estado y comenzó su transformación a un sistema de gobierno moderno. La importancia de las Guerras Sino-Japonesas definió fundamentalmente las relaciones de China con Japón. Como resultado de las atrocidades cometidas en China, Japón se convirtió en el motivo por el cual China comenzó a definir su identidad y conducta modernas. Incluso después de casi 70 años, perdura una intensa sensación de amargura del pueblo chino hacia Japón.

2.3 DISPUTA POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU.

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territorio de Okinawa a ser devuelto al dominio japonés. La Declaración Conjunta desató una protesta por miles de estudiantes chinos (taiwaneses) en los Estados Unidos durante varios meses, sus principales preocupaciones fueron expresadas en una carta abierta al Presidente de Estados Unidos y al Congreso (The New

York Times, 1971:E7). Simultáneamente, la Declaración Conjunta Estados Unidos - Japón planteó desafíos para los chinos y las autoridades de Taiwán. En julio de 1970, el gobierno japonés en base a la Declaración Conjunta entre Estados Unidos y Japón, notificó a Taiwán, que la explotación de petróleo frente a las islas Diaoyu/Senkaku no era válida. Dos meses más tarde, Taiwán colocó la bandera de la República de China en las islas. En diciembre de 1970, la República Popular de China intervinó en el conflicto y declaró formalmente que las islas Diaoyu y Taiwán eran parte de su territorio y que no sería tolerada la explotación de la zona por países extranjeros (Tao Cheng, 1948: 248-60).

A pesar de la controversia, en abril de 1971, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado en el que el Presidente Nixon y el Primer Ministro japonés Sato Eisaku, habían llegado a un acuerdo por el cual Estados Unidos accedería a devolver a Japón las islas de Okinawa y Ryukyu, situadas desde 1945 bajo administración norteamericana. En junio de 1971, se firmó el acuerdo entre Japón y los Estados Unidos de América en materia de las islas Ryukyu y las Islas Daito, con las islas Senkaku/Diaoyu. Al principio, el gobierno de Estados Unidos apoyó la demanda japonesa, sin embargo, debido a que el gobierno de EE.UU. quería mejorar las relaciones con la República Popular China, luego tomó una postura neutral sobre la disputa (Jean-Marc Blanchard, 2000: 95-123).

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China y Japón a ser entre la República Popular China y Japón. Si bien no se encontró ninguna solución, se evitó con éxito que la crisis se convirtiera en un conflicto debido a una pasiva política estadounidense y al acercamiento entre China y Japón.

Desde la reversión de Okinawa a la soberanía japonesa en 1972, el gobierno de Japón ha enviado sus fuerzas navales, llamadas Fuerzas de Seguridad Marítima, para expulsar los pescadores chinos de esta zona. La disputa se convirtió en otra crisis en 1978 cuando China y Japón negociaron un tratado formal (Tretiak, 1978: 1235-49).

La disputa de las islas Senkaku/Diaoyu se convirtió en un tema preocupante en el contexto de las negociaciones. Un grupo de políticos del Partido Liberal Democrático (PLD) en Japón promovió el conflicto en la Dieta Nacional (asamblea) en un intento de poner fin a las negociaciones, exigieron que el tema sobre el control de las islas debía ser resuelto primero. El derechista grupo político japonés Nihon Seinensha (Federación de Jóvenes Japoneses) erigió un faro en la Isla Diaoyu en un intento de legitimar la demanda territorial de Japón sobre las islas. Este suceso fomentó fuertes protestas de las comunidades chinas de todo el mundo. Como respuesta, los chinos enviaron una flotilla de barcos de pesca para rodear las islas. Después de una semana, los barcos chinos se retiraron y se reanudaron las negociaciones. En octubre de 1978, cuando se firmó el Tratado de Paz y Amistad entre China y Japón en Pekín, Deng Xiaoping, entonces viceprimer ministro de China, declaró que ambos gobiernos habían acordado solucionar sus disputas por medios pacíficos y se abstendrían de emplear la fuerza o la amenaza.

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próxima generación será sin duda más sabia. Ellos van a encontrar una solución aceptable para todos”. (Deng Xiaoping, 1989: 171-72).

La crisis resurgió en 1990 cuando el gobierno japonés decidió permitir a Nihon

Seinensha (日本青年社, Federación de Jovénes Japoneses) reinstalar un faro en

las islas en 1978. Los taiwaneses enviaron dos barcos de pesca llenos de atletas destinados a plantar una antorcha olímpica en las islas. Se les impidió el desembarco por los guardacostas japoneses y las Fuerzas Marítimas de Autodefensa (MSDF). Este incidente provocó manifestaciones antijaponesas en Taiwán y Hong Kong con la destrucción de banderas y productos japoneses. La República Popular China entró en la disputa indicando que las islas eran territorio chino y que los japoneses no deberían interferir. Tras la injerencia de la República Popular China, la parte japonesa pidió dejar de lado el incidente (Dows and Saunders, 1999).

No obstante, la situación no mejoró sustancialmente. Las tensiones resurgieron de forma intermitente a lo largo de la década de 1990. En 1992, China afirmó su reclamación aprobando la Ley sobre el Mar y la Zona Territorial Contigua, que especifica explícitamente que las islas Diaoyu son territorio de China. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón hizo una fuerte protesta:

“No hay duda de que Senkaku Shoto son territorio únicamente japonés, tanto histórico como desde el punto de vista del derecho internacional, y nuestro país realmente controla estas islas con eficacia. La presente ley china es muy lamentable y exigimos su corrección” (Linus Hagstrom, 2005).

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islote del norte y solicitando que el gobierno lo reconociera. Aunque este faro fue destruido por un huracán, el grupo pronto construyó otro faro el 9 septiembre de 1996 (Schofield, 1996). Una vez más, las comunidades chinas, especialmente las de Hong Kong y Taiwán, hicieron protestas aún mayores contra los japoneses. A nivel nacional se llamó a "Defender el Movimiento Diaoyu" (Baodiao Yundong) en todo el país. Los chinos de Taiwán y Hong Kong se dirigieron a las islas para contrarrestar las acciones de los jóvenes japoneses. Un activista de Hong Kong murió cerca de las islas el 26 de septiembre, cuando trató de nadar desde los barcos de protesta a un islote. El 07 de octubre de 1996 manifestantes llegaron a la Isla Diaoyu/Uotsuri y levantaron las banderas de la República Popular China y la República de China, que fueron retiradas más tarde por los japoneses (Washington Post, 1996).

Desde entonces, se han reportado varias instancias de agresión entre grupos derechistas japoneses y manifestantes chinos respecto a la soberanía de las islas. En 1997, un legislador japonés llegó a una de las islas y el gobierno de la República Popular China denunció que esto representaba un acto ilegal y una "grave violación de la soberanía del territorio de China" (Wei Su, 2005). Japón, a cambio, reiteró su "posición fundamental", en la cual declaró que el gobierno no estaba detrás de este tipo de actividades. En septiembre de 1998, los manifestantes chinos desembarcaron en la Isla Diaoyu después de enfrentarse con la Guardia Costera de Japón y el buque "Baodiao Hao" (Defensa Diaoyu) fue hundido.

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activistas de derecha, y evitara que incidentes similares volvieran a ocurrir" (Smith, 2004). Japón respondió con el argumento de que las islas son parte de su territorio. En junio de 2003, otro intento de desembarco por manifestantes chinos con un pequeño barco pesquero fue bloqueado por los guardacostas japoneses.

En enero de 2004, dos barcos de pesca chinos en aguas cercanas a las islas en disputa Senkaku/Diaoyu fueron atacados por lanchas patrulleras japonesas de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa (MSDF). En marzo de 2004, siete activistas de China continental desembarcaron en las islas. Cerca de 10 horas después del desembarco, los manifestantes chinos fueron sacados de las islas y detenidos por los guardacostas japoneses. Mientras que el desembarco llevó a Japón a presentar una protesta oficial ante China, Beijing expresó preocupación y críticas sobre los arrestos. El 23 de abril de 2004, un miembro de un grupo derechista japonés embistió un autobús en el Consulado chino en Osaka, en el oeste de Japón, para protestar por las alegaciones de China. Esto estimuló una fuerte protesta por parte del gobierno y el pueblo chino (China daily, 2005).

El 9 de febrero de 2005, El gobierno de Japón anunció el levantamiento de un faro en la más grande de las islas Senkaku. La acción realizada por Tokio llevó al Ministerio de Relaciones Exteriores chino a llamar al movimiento de Japón como "una grave provocación y violación de la soberanía territorial de China”.

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A mediados de enero de 2005, Japan Petroleum Exploration Co. y Teikoku Oil Co. comenzaron conversaciones con el gobierno japonés sobre planes de explotar el gas natural en el Mar de China Oriental, cerca de áreas reclamadas por Japón y China. El 13 de abril de 2005, Japón anunció su decisión de operar un proyecto para la perforación de pozos de petróleo y gas natural en las aguas del Mar Oriental de China. La acción de Japón constituye una provocación grave a los intereses de China. China ha presentado una protesta a la parte japonesa y se reserva el derecho para una reacción adicional (Qin Gang, 2005).

Desde entonces, se han producido múltiples incidentes que han generado una gran inestabilidad en la zona. Estos, a medida que ha transcurrido el tiempo, han sido cada vez más tensos como lo reflejan los acontecimientos acaecidos en colisaibarco y 2012. El más notorio de ellos se dio cuando varias de las islas, que eran propiedad privada de empresarios japoneses, fueron nacionalizadas por el Gobierno de Japón para impedir que las adquiriera Shintaro Ishihara exgobernador de Tokio y reconocido ultranacionalista, acción que posiblemente habría agravado aún más la situación (López y Vidal 2006:195). Tal compra supuso un gran malestar para el régimen de Pekín, y, además, provocó una gran ola de manifestaciones populares motivadas por el creciente sentimiento

anti-japonés.

En noviembre de 2013, China declaró unilateralmente una Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) que incluye a las Senkaku/Diaoyu. Dicha declaración, aunque no conlleva la soberanía sobre esa zona, ha supuesto una escalada de tensión en las relaciones bilaterales, así́ como en la seguridad y estabilidad en la región.

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países, y se opondrán a cualquier acción que busque arrebatar las islas a Tokio, según un comunicado conjunto. "Los ministros reafirmaron que las islas Senkaku son territorios bajo la administración de Japón y por lo tanto están cubiertos por los compromisos bajo el Artículo 5 del Tratado de Cooperación y Seguridad Mutuos de EEUU y Japón". Los ministros de Defensa de Japón y EEUU se reunieron en Washington y anunciaron una serie de cambios en la doctrina de defensa japonesa, sumados a la reafirmación de EEUU de su compromiso hacia la defensa de Japón (Sputnik News, 2015).

Estos son los primeros cambios a las reglas que rigen la cooperación en defensa entre EEUU y Japón en 18 años y deberán ser aprobadas próximamente en el Parlamento japonés. Entre los otros cambios está un rol mucho mayor de Japón en la defensa antimísiles, detección de minas e inspección de navíos, ante lo que ambos Gobiernos calificaron de una actitud china más agresiva. Otro cambio importante es que Japón podrá desplegar sus fuerzas en regiones lejanas para brindar apoyo logístico a las operaciones estadounidenses alrededor del globo. Esto contrasta con el rol actual de las fuerzas de defensa japonesas que se limitan a proteger el territorio nacional. La constitución nipona prohíbe ataques preventivos y todas las acciones ofensivas quedarán a cargo de EEUU.

Japón y China no pueden acordar la delimitación de las zonas exclusivas económicas en la región de las islas Diaoyu (Senkaku). Japón insiste en la aprobación de la línea divisoria en medio de la zona de aguas mientras que China sugiere que la línea quede más cerca de la costa japonesa.

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Según Tokio, las pretensiones de China, así como de Taiwán, sobre el archipiélago, de seis kilómetros de superficie, se deben sobre todo a que en los años 1970 se descubrieron allí vastas reservas de hidrocarburos (Sputnik News, 2015).

3 SITUACIÓN LEGAL DEL CONFLICTO

La disputa ganó la atención internacional en 1968 tras un informe de la ONU que indicó la existencia de recursos de petróleo y gas bajo las islas (UN report, 1968).

3.1 POSICIÓN OFICIAL DE JAPÓN.

De acuerdo a la posición oficial del gobierno japonés, las islas fueron incorporadas por primera vez a Japón durante la Primera Guerra Sino-Japonesa en 1895. Después de los estudios realizados desde la década de 1880, Japón llegó a la conclusión de que las islas no habían sido habitadas y no mostraron ningún signo de control chino. Por lo tanto, Japón afirma que estas islas eran "terra nullius" (tierra de nadie). A raíz de una decisión del Gabinete el 14 de enero de 1895, Japón construyó un faro para incorporar formalmente las islas Senkaku al territorio de Japón de conformidad con el derecho internacional (Embajada de Japón -comunicado de prensa, 2013). Tras la victoria de Japón en el conflicto, las islas permanecieron bajo control indiscutible de Japón hasta la década de 1940 cuando Japón firmó su derrota al final de la Segunda Guerra Mundial y EE.UU. se hizo cargo de todos los derechos administrativos de las islas.

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Desde entonces, las islas están de nuevo bajo la administración japonesa y, por lo que el gobierno japonés concluye, no existe ninguna disputa territorial que deba ser resuelta. Japón alega el hecho de que China (y Taiwán), sólo comenzaron reclamando el derecho de propiedad sobre las islas Senkaku/Diaoyu después de que se informó sobre las reservas de petróleo y gas que se encontraban en las islas en 1968 lo cual no da credibilidad a sus reclamos (Embajada de Japón – comunicado de prensa, 2013). Declaraciones diplomáticas en la reunión de la Cumbre Japón - China entre el primer ministro japonés Kakuei Tanaka y el primer ministro chino Zhou Enlai el 27 de septiembre de 1972 muestran lo que el primer ministro Tanaka preguntó, "¿Cuál es su punto de vista sobre las islas Senkaku?" el primer ministro Zhou respondió: "Esto se convirtió en un problema debido a la existencia de recursos como el petróleo y gas. Si no existieran estos recursos, ni Taiwán ni los Estados Unidos harían de esto un problema" (Lee, 2002).

A pesar de ceder las islas después de la Segunda Guerra Mundial a los EE.UU., fueron devueltas en 1971 a Japón en virtud del Acuerdo de Reversión de Okinawa y se han mantenido, desde entonces, bajo la autoridad de Japón. Por lo tanto, Japón no reconoce oficialmente la existencia de una disputa territorial.

3.2 POSICIÓN OFICIAL DE CHINA.

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de perder la guerra, China tuvo que firmar el Tratado de Shimonoseki en 1895 cediendo "la isla de Formosa” (Taiwán), que podría decirse que incluía las islas Senkaku (Tratado de Shimonoseki , 1985).

La posición china señala que después de la Segunda Guerra Mundial, el Tratado de Shimonoseki fue reemplazado por el tratado de San Francisco en 1951 (Tratado de Paz con Japón), en virtud del cual Japón devolvería Taiwan/Formosa y todas las islas que pertenecen a la misma (Tratado de San Francisco, 1951). De este modo, las islas debían haber sido devueltas legalmente a China.

EE.UU. se hizo cargo de los derechos administrativos en 1951 y China no se manifestó en contra hasta 1970, cuando EE.UU. abandonó su papel administrativo. El gobierno chino atribuye su incapacidad para reclamar oficialmente las islas en 1945 tras la derrota de Japón como producto de compleja guerra civil china en la que el partido nacionalista chino (KMT) se trasladó a Taiwán en 1949 (Shaw, 2012). A pesar de no reclamar las islas durante las décadas de 1950 y 1960, las reclamaciones formales fueron anunciadas en 1971, cuando EE.UU. se preparaba para poner fin a su administración (Chiu, 1999).

En conclusión, la descripción de las reclamaciones de Japón y China muestra que la situación legal es poco clara. Como las islas Senkaku/Diaoyu no están directamente mencionadas en los tratados posteriores a la guerra y no se define qué islas caen bajo el término "todas las islas pertenecientes a Formosa (Taiwán)” en el Tratado de Shimonoseki de 1895, es difícil juzgar si pertenecían a China o Japón. Además, la cuestión de hasta qué punto en la historia un Estado puede reclamar un territorio que le perteneció en algún momento anterior, sigue siendo discutible, con la guerra sino-japonesa que ocurrió hace más de un siglo.

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territoriales por parte de los Estados. Sin embargo, lo que limita el tiempo de cuán atrás se admitirán reclamaciones es problemático, e inevitablemente favorecería a un lado u otro. Por lo tanto, la situación legal es un punto muerto en el que ninguna de las partes quiere moverse de su posición inicial, con un Japón que no reconoce oficialmente la existencia de una disputa. Después de esto, se hace evidente que es poco probable que exista una solución basada en el derecho internacional. Además, las soluciones diplomáticas o acercamientos de colaboración parecen ser muy difíciles, dado que Japón niega la existencia de la disputa territorial.

Dada la situación, se podría decir que el conflicto está estancado, ya que no hay solución a la vista. Sin embargo, este no es el caso, ya que el conflicto ha llegado al clímax varias veces en las últimas cuatro décadas. Describiendo la historia y reivindicaciones legales en la disputa sobre las Islas Senkaku/Diaoyu y las dificultades que vienen junto con ellas, es necesario echar un vistazo más de cerca a la política exterior de las partes con el fin de obtener una comprensión de cómo puede ser útil para explicar la naturaleza prolongada de este conflicto aparentemente estancado.

3.3 POSICIÓN OFICIAL DE ESTADOS UNIDOS.

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Posteriormente, el Tratado de Reversión de Okinawa entre los Estados Unidos y Japón el 17 de junio de 1971 incluyó una disposición para la devolución a Japón de "todas y cada una de las facultades de administración, legislación y jurisdicción" sobre las islas Ryukyu y Daito. El artículo I del Tratado de Reversión de Okinawa define el término "las islas Ryukyu y las islas Daito" como "todos los territorios con sus aguas territoriales con respecto a los cuales el derecho a ejercer cualquier facultad de administración, legislación y jurisdicción fue acordado por los Estados Unidos de América en virtud del artículo 3 del Tratado de Paz con Japón..." (Mayin, 2013) Procurando que las islas Senkaku/Diaoyu fueran incluidas en el Artículo 3, en 1971 los Estados Unidos resolvieron finalmente la cuestión de la administración japonesa sobre las islas, reconocida en el Tratado de Reversión de Okinawa, la cual tuvo que ser ratificada por el senado de los EE.UU.

La posición oficial de Estados Unidos ha descansado en tres pilares: "(1) neutralidad estricta; (2) un fuerte apoyo a la solución pacífica; y (3) una disposición limitada para verse pública o activamente involucrado en las disputas o en su resolución (Don keyser, 2013). Sin embargo, Washington ha evaluado algunos de estos principios, en primer lugar porque la implicación general de Estados Unidos en la región Asia-Pacífico es ahora más abierta y visible como parte de la política de la administración Obama. En segundo lugar, los cambios sutiles se han producido en parte como una reacción de un aliado de Japón en vista de una presencia china más contundente en la zona. Finalmente, el gobierno de Estados Unidos parece haber llegado a la conclusión de que la inacción envía el mensaje equivocado a China, generando una conducta agresiva por parte de esta Nación.

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están bajo la administración de Japón y se oponen a cualquier acción unilateral que trate de debilitar la administración japonesa..." (Mayin, 2013) Adicionalmente y con el fin de buscar reducir las tensiones, el gobierno estadounidense ha reiterado que el diálogo es la mejor forma de conducir las relaciones entre China y Japón en torno al tema de las islas.

China, por su parte, ha reconocido que la relación bilateral con los Estados Unidos es la más importante en la región, por lo tanto, los esfuerzos para mantener diálogos de alto nivel sobre varias cuestiones, entre ellas las discusiones territoriales entre China y sus vecinos, es de suma importancia. En cuanto a Japón, sin embargo, la respuesta de China ha sido particularmente fuerte. Pekín promulgó las directrices para la administración del mar territorial de las islas el 10 de septiembre de 2012 y posteriormente publicó una lista de coordenadas geográficas (Drifte, 2012). Pekín ha comenzado desde el otoño de 2012 a implementar actividades de vigilancia marítima y la implementación de la Ley de pesca en la cual patrullas chinas deben circular en proximidad de las islas.

Aunque Estados Unidos posee grandes vínculos e intereses económicos con

China, por ahora mantiene un incondicional apoyo a Japón ante este conflicto. No

en vano, lo incluye dentro del Tratado de Seguridad de 1960 firmado por ambos países. Sin embargo, esta postura se puede ver mermada por el increíble ascenso chino, así́ como por una nueva lectura de las relaciones entre Japón y Estados Unidos, dadas las transformaciones de la política exterior y de seguridad japonesas. Actualmente EEUU ha demostrado con hechos y palabras su apoyo a

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pues el artículo 5 obliga a EEUU a defender a Japón ante cualquier ataque exterior:

"Cada Estado reconoce que un ataque armado contra una de las partes en los territorios bajo la administración de Japón podría ser peligroso para su propia paz y seguridad y declara que actuaría para cumplir con el riesgo común, de conformidad con sus disposiciones y procesos constitucionales" (MOFA).

No obstante su postura de apoyo a Japón, Washington no está impedido de invitar a que Tokio no ejecute acciones que supongan una escalada en las tensiones con China. Washington desea mantener una relación estrecha y fluida con Pekín. No en vano, todavía persiste con la idea de “orientar” a China hacia la plena aceptación en el actual orden internacional. Aun tratando de mantener una posición equidistante en el conflicto, EEUU mantiene su advertencia a China de que defenderá a Japón ante un hipotético conflicto armado. De este modo, EEUU se erige como el garante de la paz en Asia oriental, por lo que justifica su presencia en la zona.

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El Ministro de Relaciones Exteriores Kishida dejó claro que la "reinterpretación" de la Constitución de Japón anunciada en 2014 por el gabinete del Primer Ministro Shinzo Abe, le permitiría a Japón aliarse a EEUU en una guerra en contra de China (u otros). Pero Abe prefirió no presentar el tema ante la Dieta (parlamento) sino hasta el próximo año, por no tener la certeza de que se aprobara (incluso muchos de su propio partido no quieren deshacerse de la Constitución pacifista de Japón posterior a la guerra). La reinterpretación requiere de cambios legislativos que están muy lejos de ser aprobados (RT News, 2015). El secretario de Estado John Kerry reconoció este potencial desarrollo al afirmar que "Hoy presenciamos el establecimiento de la capacidad de Japón de defender no solo su propio territorio sino también el de Estados Unidos y de otros aliados si fuera necesario" (RT News, 2015). Pareciera que la aprobación por parte de EEUU es más importante que los propios procedimientos constitucionales de Japón.

En noviembre de 2013, el Departamento de la Defensa de Estados Unidos reafirmó su reconocimiento de que las Islas Senkaku son territorio japonés y caen bajo el Tratado de Cooperación y Seguridad Mutua de EEUU y Japón (U.S. Department of Defense, 2013). Esto contradice totalmente la posición oficial de EEUU de que no tomaría partido en las disputas territoriales. En 2014 el Presidente Obama afirmó que él consideraba que las islas en disputa caían bajo el paraguas nuclear de Estados Unidos, pero alegó que se debía a que las islas en disputa eran gobernadas por Japón, no porque él tomara partido en el tema de la soberanía. Sin embargo, y pese a otras afirmaciones del Secretario de Estado, la postura oficial revelada por el Departamento de Defensa se ha constituido en una flagrante provocación para China.

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estratégico. Estos sucesos constituyen una amenaza militar directa para China en el contexto de una posible reformulación de la doctrina de defensa estadounidense en Asia, combinada con la nueva aproximación estratégica formulada por el Pentágono en los últimos años (LaRouchePAC, 2015).

4 FACTORES POLÍTICOS INVOLUCRADOS EN LA DISPUTA POR LAS ISLAS SENKAKU/DIAOYU.

La disputa entre China y Japón se ha visto reflejada en la política interna de ambos países, donde el público se ha inclinado a favor de una política exterior asertiva y tendiente a defender los intereses territoriales de sus respectivos Estados. Esta es una alternativa peligrosa para ambos países (Hughes, 2008: 266).

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frente a las nuevas circunstancias y sin mayores quiebras ni rupturas (Rios 2013, 162).

Adicionalmente, en la disputa entran en juego factores históricos y hegemónicos. En la disputa entre China y Japón por las islas Senkaku no se puede hablar solamente de unas rocas, pues el conflicto tiene sus raíces históricas en las repetidas agresiones Japonesas que China sufrió entre 1895 y 1945. Adicionalmente, en la disputa se está jugando la futura configuración del poder en la región Asia - Pacífico, con dos países compitiendo por el liderazgo.

Las tensiones de China con Japón también han revivido el nacionalismo en Taiwán y alrededor de estas reivindicaciones se observa una tímida oposición independentista al Kuomintang (KMT), nucleada alrededor del llamado "Movimiento en Defensa de las Diaoyu". Igualmente, la última escalada del conflicto derivada de la compra por parte de Japón de las islas, ha generado expresiones de acercamiento entre ciudadanos de Taiwán y de China, que se han manifestado con sus respectivas banderas en diferentes ciudades de Estados Unidos, Asia y Europa en torno a reivindicaciones de un carácter nacionalista capaz de superar las viejas diferencias políticas. Los medios de comunicación demócratas en Hong Kong se sumaron a las reivindicaciones de los medios oficialistas que demandaban medidas enérgicas. El tema se ha convertido en un asunto de política interna. Por parte de Japón, se utiliza para favorecer determinadas dinámicas electorales, y en China, para opacar otras tensiones (Ríos 2013, 142).

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ASEAN y el establecimiento de una amplia presencia militar en la región. China ha interpretado estas acciones como medidas para contener sus aspiraciones, y en respuesta ha acelerado el fortalecimiento de su aparato militar y asumiendo una posición más agresiva frente a sus vecinos, conformando así un escenario regional de rivalidad y tensión (Valencia 2010: 79-82).

El profesor de la Universidad Renmin de China, Shi Yinhong, advierte la estrategia de Japón de acercarse a los países del sudeste asiático y conquistarlos como aliados en contra de China, considerado su adversario regional, y de paso frenar su expansión económica. “Ahora es completamente obvio que Japón está utilizando la disputa de soberanía para obstruir el dinamismo del proceso de desarrollo de China". Asimismo, subraya que las relaciones de China con EE.UU. no serán buenas hasta que las de China y Japón sigan en crisis (Russia Times, 2014).

Si bien las naciones del sudeste asiático no quieren verse forzadas a elegir entre China y Estados Unidos, en la práctica se impone esta realidad. “En efecto, la creciente competición militar entre Estados Unidos y China es un fenómeno concomitante con una lucha política por ganarse los “corazones y las mentes” de los asiáticos”. En esta competencia político militar entre las dos potencias, China ha logrado dividir a los países de la zona y ganar el apoyo de miembros de la ASEAN como Camboya, Laos y Myanmar, mientras Vietnam se inclina hacia los Estados Unidos (Valencia, 2010).

4.1 MIRADA DESDE JAPÓN – EE.UU.

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tensiones pese a no tener la seguridad de que China coopere en el desescalamiento del conflicto, considerando sus recientes actividades alrededor de las islas (McDevitt, 2014 100-110).

Para algunos especialistas, la República Popular China persigue una estrategia denominada “anti-acceso”, a través de la cual buscaría extender su soberanía no sólo a través de la presencia territorial, sino desplegando sistemas de armamento capaces de disuadir a terceros de aproximarse a las islas o a sus inmediaciones. Según dichos especialistas, este es el motivo por el que China continental reclama gran parte del espacio marino en el Mar de China Oriental, en el Mar de China Meridional y en el Mar Amarillo. Sus intenciones son llevar a cabo la vigilancia en dichos mares bloqueando, a su vez, cualquier actividad por parte de otros Estados.

El Gobierno Japonés busca acercarse a sus vecinos del Sudeste Asiático y fortalecer la alianza defensiva con los Estados Unidos. De hecho, el primer viaje oficial del premier japonés, Shinzo Abe, luego de asumir sus funciones en diciembre de 2012, consistió en una gira hacia el Sudeste Asiático con el fin de estrechar lazos comerciales con sus aliados regionales para contener el ascenso chino. En su segundo viaje oficial, en febrero de 2013, Abe visitó los EE.UU. para ratificar la alianza defensiva entre ambos Estados.

Estados Unidos por su parte, como actor externo íntimamente relacionado en el conflicto China – Japón, se encuentra en una verdadera encrucijada entre sus intereses geopolíticos y económicos en la región.

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continuará aconsejando moderación entre los contendientes (McDevitt, 2014 100-110).

Estados Unidos tiene la necesidad y la oportunidad de facilitar una reducción en la probabilidad de una confrontación directa entre las partes y cualquier tensión relacionada, y la meta debería ser estimular a los países en cuestión para que regulen las operaciones de sus agencias marítimas a través de la adopción de mecanismos para evitar conflictos y medidas institucionalizadas para reducir los riesgos.

La política exterior dirigida al este de Asia conducida desde la primera administración del presidente Obama refleja un cambio de las orientaciones económicas y estratégicas de EE.UU. El Pacífico entró a suplantar al Atlántico y esta redefinición de los intereses norteamericanos responde a la lógica de la economía global: Tras varios años en crisis, Europa no resulta tan atractiva como Asia, que está experimentando un contundente ascenso económico, con cientos de millones de personas entrando a la clase media, situación que aporta un atractivo incuestionable.

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4.2 LA REDEFINICIÓN DE LA ALIANZA MILITAR ENTRE ESTADOS UNIDOS Y JAPÓN.

Desde la desintegración de la URSS en 1991, Japón y Estados Unidos han estrechado aún más los lazos de defensa que les unían (Domenach, 2005:201). A pesar de que el Tratado de Seguridad de 1960 iba encaminado a la contención del comunismo y a la defensa del Archipiélago ante la influencia soviética. EE.UU. continua siendo el país más importante para la diplomacia japonesa, si se toma en cuenta la cierta remilitarización de Asia oriental, debido a la posible amenaza china y al largo problema norcoreano (López y Vidal 2007:16). Además, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha sido consciente de la necesidad de mantener dicha alianza para salvaguardar su presencia y, por tanto, sus intereses en la zona. La propia administración Obama considera a Japón como la piedra angular de su política de seguridad de Asia oriental (Hughes, 2009:144).

Para Japón, Estados Unidos juega un papel crucial al proporcionarle un manto defensivo que le ha permitido mantener su soberanía y su seguridad (López y Vidal 2010a:118-119). Al mismo tiempo, Estados Unidos prefiere establecer una estrecha relación bilateral con Japón (Cossa, 2006). De este modo, Estados Unidos aboga por la continuidad del vínculo estrecho que mantiene con Japón, así́

como su coexistencia con otras relaciones especiales como la que posee con Corea del Sur, e incluso con un hipotético nexo futuro que pudiera entablar con China (López y Vidal 2010c:94).

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