Tema:
“LOS ROLES DE GENERO Y SU RELACION CON LA ORIENTACION ACADEMICA EN LOS ESTUDIANTES DE SEGUNDO AÑO DE BACHILLERATO DEL COLEGIO FISCOMICIONAL SAGRADO CORAZON DE LA CIUDAD DE ESMERALDAS, PROVINCIA DE ESMERALDAS” AÑO. 2010
Trabajo de Fin de Carrera, previo a la obtención del titulo de Licenciado en Psicología
AUTORES. ESPECIALIDAD:
JORGE NIEVES QUINTERO PSICOLOGIA
DIRECTOR DE PROYECTO: Dra. Alicia Costa A., Msc.
TUTOR DE TRABAJO DE FIN DE CARRERA: Lcdo. Jhon Espinoza. CENTRO UNIVERSITARIO ASOCIADO:
JORGE NIEVES QUINTERO
0800355364
AUTORIA
Las ideas y contenidos expuestos en el presente informe de investigación, son exclusiva responsabilidad de su autor.
f………
Nombre Jorge Nieves Quintero C.I. 0800355364
DEDICATORIA
A TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE ALGUNA VEZ
TOMARON DECISIONES DRÁSTICAS Y NEGATIVAS EN
CONTRA DE SUS VIDAS Y DE LA SOCIEDAD, Y A LA
CIENCIA QUE LES OFRECE UNA OPORTUNIDAD DE
AGRADECIMIENTO
A LA UNIVERSIDAD TECNICA PARTICULAR DE LOJA
(DISTANCIA) Y A TODOS MIS MAESTROS POR
HABERME
GRADUADO
EN
PERSEVERANCIA
Y
INDICE DE CONTENIDOS
Portada………...………....I
Certificación……….…II
Acta de cesión…….………...III
Autoría………...IV
Dedicatoria……….………..V
Agradecimiento…………..………..VI
Índice de Contenidos………VII
1. RESUMEN……….………1
2. INTRODUCCIÓN……….2
3. MARCO TEÓRICO……….3
4. METODOLOGÍA……….4
4.1. Descripción y antecedentes..………
4.2. Procedimiento………...
4.3. Resultados……….……
4.4. Discusión……….………..
4.5. Conclusiones……….………
4.6. Recomendaciones………..
5. PROPUESTA……….……….
6. BIBLIOGRAFÍA………..
El tema de esta investigación es; Los roles de género y su relación con la orientación
académica en los estudiantes del segundo año de bachillerato de los colegios mixtos
del país (Colegio Fiscomisional Sagrado Corazón de Esmeraldas)
Queríamos saber si las prácticas familiares y las prácticas educativas inciden o no
inciden en la orientación académica de varones y mujeres.
Realizamos la investigación partiendo de una muestra asignada de 20 alumnos y 20
alumnas, 6 profesores varones y 6 profesoras mujeres, 5 padres y 5 madres de
familia.
La investigación realizada fue de tipo analítica descriptiva, en donde aplicamos una
serie de técnicas, y reactivos desde, el DAT, encuestas, entrevistas talleres, que nos
permitan: Identificar prácticas educativas excluyentes y/o incluyentes en función de
género de los docentes y padres de familia de los estudiantes del segundo de
bachillerato de los colegios mixtos del país; Reconocer las aptitudes diferenciales y su
relación con los roles de género de los y las estudiantes de segundo año de los
colegios mixtos del país; Evaluar la interiorización de los roles de género y su relación
con la orientación académica en los estudiantes de segundo de bachillerato de los
colegios mixtos del país; Identificar los intereses profesionales de los y las estudiantes
del segundo año de bachillerato de los colegios mixtos del país; Elaborar una
propuesta de intervención sobre equidad de género y educación o equidad de género
y familia en los colegios investigados
También se encontró una variación muy importante en cuanto a las características de
género, las alumnas en su mayoría escogieron masculinidad, machismo, sin dejar de
ser sumisas y femeninas, lo cual nos demuestra que el carácter de estas alumnas ha
cambiado.
Todo esto nos permite concluir que la equidad de género en cuanto a la orientación
académica es un proceso en marcha en este colegio en los alumnos y alumnas del
El hombre y la mujer o mejor decimos lo masculino y lo femenino, por toda la historia
evolutiva de los seres humanos, se sabe que han desempeñado diferentes roles, en
los diferente espacios que les ha tocado compartir, desde lo privado a lo público, la
educación, las profesiones, los comportamiento, los pensamientos etc.
Estas diferencias de género en los diferentes roles a cumplir varones y mujeres se
mantiene en desmedro o perjuicio contra la mujer; Este es el motivo general de estudio
de esta investigación, específicamente queremos saber, como los roles de género
inciden en la orientación académica, es decir ¿Por qué una muer no tiene la misma
vocación que un varón o escoge una misma profesión que un varó?
LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS IBEROAMERICANOS (OEI) en su revista número
6 sobre la educación y género de diciembre de 1994 nos habla de la igualdad de
oportunidades educativa entre los sexos.
La OEI nos plantea en su informe unos puntos de reflexión sobre el tema que
propician el dialogo y la discusión y que al mismo tiempo sugieren objetivos,
proyectos y líneas de trabajo, sobre el tema.
UNICEF en su informe de estado mundial de la infancia del (2004) habla sobre la
igualdad y el acceso a una educación como derecho básico de todos los niños y niñas.
En nuestro país la FLACSO quizás sea la institución que más ha investigado el tema
de género desde diferentes ámbitos como son: político, étnico, urbano, laboral pero no
específicamente sobre género y educación o sobre género y orientación académica.
El mundo avanza en ciencia y tecnología, pero a su vez es cada vez más caótico y
desigual una de esas desigualdades que generan este caos es la desigualdad de
género.
Suponemos que estas desigualdades se promueven i generan desde las practicas
familiares y educativas, es por eso que el propósito de esta investigación es
determinar como estas prácticas familiares y docentes inciden en los roles de género y
Es un estudio descriptivo de género y orientación académica realizado por primera vez
en esta institución educativa (colegio sagrado corazón) en esta ciudad y en esta
provincia que se convertirá en un aporte importante para investigaciones posteriores.
La investigación se sustenta en la recolección de datos de una muestra aleatoria
asignada de 20 alumnos y 20 alumnas del segundo de bachillerato del colegio
Sagrado Corazón de Esmeraldas, se aplicaron reactivos para detectar las actitudes
diferenciales entre alumnos/as, se aplicar auto encuestas de género para detectar
inclinaciones masculinas, machistas, femeninas, sumisas, encuestas sobre intereses
vocacionales, para detectar orientaciones académicas profesionales en los alumnos
/as, también desarrollamos entrevistas a los docentes varones y mujeres, para
detectar practicas excluyentes e incluyentes y a padres de familias, para detectar
desigualdades en la socialización de los hijo e hijas.
Este trabajo se realizó en aproximadamente en 30 días en su proceso de preparación
de material, investigación de campo, organización de la información obtenida, y
Sexo y género, dos conceptos diferentes Ser distinto no significa ser desiguales.
Mujeres y hombres poseemos por naturaleza cuerpos y características físicas que nos
hacen diferentes dese que nacemos, sin embargo, tomando en cuenta esas
particularidades biológicas de nuestros cuerpos, socialmente se han establecido
funciones y roles distinto para ambos sexos.
Como resultado de la diferencia que se establece socialmente entre hombres y
mujeres, se generan condiciones de marginación, discriminación, y por lo tanto
desigualdad en todos los ámbitos, las cuales se manifiestan y afectan de manera
diferente a unos y a otras.
Debido a que ser distinto no significa ser desiguales, es importante reconocer la
diferencia entre el concepto de sexo y el de género, palabra muy utilizada en los
últimos años a la cual se le han dado interpretaciones erróneas pues se suele
relacionar únicamente con cuestiones de mujeres.
Deacuerdo con un manual sobre este tema elaborado por la Secretaría de Desarrollo
Social del Gobierno del Distrito Federal, desde el momento en que nacemos
dependiendo de si se es niña o niño empezamos a recibir un trato diferenciado por
parte de quienes nos rodean.
Además se nos inculcan valores y creencias que desde pequeños delimitaran los
atributos y las aspiraciones sociales que según nuestro sexo debemos tener; se nos
educa para comportarnos de cierta manera a partir de la diferencia sexual sin que esto
se relacione con las capacidades reales de los individuos.
Por ejemplo se promueve la destreza física, el liderazgo y la fuerza en los varones;
mientras que en las niñas se fomenta la dulzura y la pasividad.
Según la antropóloga Marta Lamas, el género es el conjunto de ideas sobre la
diferencia sexual que atribuye características femeninas y masculinas a cada sexo, a
sus actividades y conducta, y a las esferas de la vida, mientras que el sexo se refiere a
De esta forma, el sexo está determinado por las características genéticas, hormonales,
fisiológicas y funcionales que a los seres humanos nos diferencian biológicamente; y el
género es el conjunto de características sociales y culturales asignadas a las personas
en función de su sexo
Especialistas en el tema explican que a través de la cultura se transmiten las normas
y valores de una sociedad, cuya permanencia se logra mediante el proceso de
socialización y aprendizaje en las instituciones sociales como son la familia, la
escuela, la iglesia, el estado y los medios de comunicación.
Es decir este proceso de aprendizaje suele repetir las formas de pensar y de actuar lo
que finalmente también reproduce los valores negativos y las inequidades entre
hombres y mujeres
Las diferencias de género.
Una decisión, por más simple que sea, siempre será analizada desde distintas
perspectivas por un hombre y una mujer.
Pensamiento deductivo e inductivo.
Además de las diferencias en cuanto a la manera emocional o racional de tomar
decisiones, existen grandes diferencias en los modelos de pensamiento de mujeres y
varones. La mente femenina es altamente inductiva mientras que la masculina suele
ser deductiva. Mientras ellas perciben interesantes cuestiones en pequeñísimos
detalles ellos comienza sus pensamientos a partir de conceptos generales
previamente aprobados y aceptados como si fueran leyes de cumplimiento obligatorio
a través de la deducción lógica y secuencial llegan a pequeños detalles o
particularidades.
En cambio la mente femenina suelen iniciar sus pensamientos a partir de
observaciones de pequeños y casi insignificantes detalles. Ellos van de lo general a lo
particular, ellas de lo particular a lo general
El pensamiento femenino es mayormente divergente mientras que el masculino es
convergente, mientras ellas pueden repartir su atención entre seis o siete temas al
mismo tiempo, ellos prefieren terminar un asunto antes de pasar al próximo.
Esa mentalidad “multitareas” de la mujer permite aportar una gran dosis de creatividad
Los géneros y la comunicación
La mujer utiliza el lenguaje como una manera de generar relaciones y vínculos con
otras personas, el hombre habla solamente cuando tiene algo que decir.
Para la mente masculina el lenguaje es un modo de transmitir mensajes.
Para la mente femenina el lenguaje es un camino para generara contextos sociales,
relaciones y vínculos con otras personas
Posible origen de las diferencias mentales entre los géneros.
Las más modernas teorías basadas en la neurociencia, la antropología, la neurología y
la psicología se inclinan por un componente cerebral más que por un mental, Es decir,
las diferencias están en nuestro cerebro y existen en razón de una historia de casi
diez mil años.
Diez mil años de adaptación dieron como resultado las diferencias mentales que hoy
podemos observar en nuestra casa, en la oficina, en los gobiernos, en fin en toda la
sociedad.
Por genero se entiende una construcción simbólica que alude al conjunto de atributos
socioculturales asignados a las `personas a partir del sexo y que convierten la
diferencia sexual en desigualdad social.
La diferencia de género no es no es un rasgo biológico, sino una construcción mental y
sociocultural que se ha elaborado históricamente. Por lo tanto, género no es
equivalente a sexo; el primer término se refiere a una categoría sociológica y el
La importancia del concepto de género radica en hacer visible el supuesto ideológico
que equipara las diferencias biológicas con la adscripción a diferentes roles sociales.
El concepto nació precisamente para poner de manifiesto una relación desigual entre
los géneros (mujeres y hombres, entendidos como sujetos sociales no como seres
biológicos). Así surgieron los Estudios de Género que cuentan con una corta pero
intensa trayectoria como disciplina, y si bien se han centrado en el papel social que se
le ha también empiezan a centrarse en el estudio del papel de los hombres como
género.
Ciencia, Tecnología y género
Los estudios de Ciencia, Tecnología y Género constituyen un subconjunto de los
estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad y se ocupan de cuestiones muy diversas.
Principalmente, examinan las relaciones existentes o habidas entre las mujeres y las
ciencias y la tecnología
La ciencia y la tecnología son fundamentales en el desarrollo económico de los países.
Y sin embargo, y a pesar del creciente aumento de las mujeres en los estudios
científico-tecnológicos, su presencia profesional sigue estando muy por debajo de los
porcentajes previsibles. Los motivos para ello son muy diversos, pudiéndose
identificar, en primera instancia, de motivación, de exclusión social e institucional, e
incluso de identificación de lo científico y tecnológico con lo masculino.
Por este motivo, la mayoría de los países adoptaron el compromiso derivado de la
Conferencia de Beijín en 1995, reiterado en la Conferencia sobre ciencia de Budapest
(1999) de contemplar ala variable sexo como un paso previo para elaboración de un
diagnostico de la situación de las mujeres en el sistema de ciencia y tecnología. Del
mismo modo, y más recientemente, en la X Conferencia Iberoamericana de Educación
se hacía hincapié en la necesidad de abordar la educación desde la perspectiva de
género.
Todas las instituciones Iberoamericanas son conscientes de la importancia de la
ciencia y la tecnología para el desarrollo de los países y de que es necesario duplicar
el número de personas dedicadas a la investigación científico-tecnológica en este siglo
para relevar la situación de la mujer en la ciencia y la tecnología en 10 países de la
región. El diagnóstico y la situación, que la consolidación de esta información
presente, facilitará los elementos de información necesarios para definir un plan de
acción que permita mejorar la situación de la mujer en la región
18 de marzo de 2009
En el preámbulo de la ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad Efectiva
de Mujeres y Hombres, se hace mención al artículo 14 de la Constitución española en
el que se proclama el derecho a la igualdad y a la no discriminación por razón de sexo.
El CSIC no ha permanecido al margen de las demandas que la Sociedad española ha
venido reclamando con fuerza desde hace años. El problema de la baja presencia de
mujeres en las tareas científicas de la institución, que venía arrastrándose desde hacía
casi la creación del propio CSIC, hizo que la junta de Gobierno aprobara en 2002, la
Comisión de Mujeres y Ciencia con dos objetivos especialmente relevantes, estudiar
las posibles cusas que dificultan tanto el ingreso como la carrera de las mujeres y
proponer a la Presidencia posibles acciones destinadas a conseguir la igualdad entre
mujeres y hombres en el CSIC
CULTURA DE GÉNERO EN LAS ORGANIZACIONES ESCOLARES
Motivaciones y obstáculos de acceso de la mujer a los puestos de dirección Este nuevo siglo se abre con nuevas conquistas de igualdad para la mujer. En las
décadas precedentes se han reconocido los derechos de las mismas como parte de
los derechos humanos en la medida que se exige la no-discriminación por razones de
sexo. El principio de igualdad a nivel legal, ha generado importantes cambios en los
derechos de las mujeres y sus posibilidades al menos teóricas de acceder a las
diferentes esferas sociales
Pero las mujeres, como señalan diversas autoras, no ocupan o participan del núcleo
de poder, ya sea económico o político; y el acceso a los máximos niveles de
responsabilidad sigue estando llenos de obstáculos, e incluso vedado para ellas. No
obstante, a la vez que constatamos esta realidad, somos conscientes de que la
construcción de una democracia más plena y verdadera. Esta igualdad legal no será
real sin el apoyo explícito de políticas que desarrollen planes que garanticen o
favorezcan el acceso de la mujer a las diferentes áreas de poder en igualdad de
oportunidades
Nos hemos planteado la contradicción existente en los centros educativos, en los que
por un lado, hay un elevado número de profesoras que ejercen sus funciones en las
tareas docentes y, por otro lado, las estadísticas son tan persistentes en demostrar
que el número de mujeres en puestos directivos en centros educativos es mucho
menor de lo que correspondería en proporción a su presencia en esta profesión.
Esta situación supone que aunque en teoría o en las leyes hablemos de igualdad entre
hombres y mujeres, el modelo de educación que transmitimos en la práctica real en
nuestras organizaciones contribuye a desarrollar a una cultura, unas formas de hacer,
unas costumbres y unas prácticas implícitas contrarias a los planteamientos de la
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Y esto es importante porque lo
que las futuras generaciones de hombres y mujeres aprenden en la escuela, no es
solo lo que les transmitimos, sino también lo que ven y viven en la organización y el
funcionamiento de esas instituciones en las que pasan al menos 14 años de su vida.
Resultados
a. La mayoría de la investigación revisada referida al liderazgo educativo tiene
como referente habitual el modelo masculino de líder y de dirección. Solo
recientemente, y en casos puntuales, se tiene en cuenta una perspectiva de
género.
b. Las razones explicativas de la dificultad de acceso de las mujeres a puestos
directivos en organizaciones educativas tienen que ver con factores
externos-estructurales esencialmente. Los factores internos-personales no son
explicativos.
c. Existen una serie de aspectos positivos y motivantes para las mujer saque
acceden a cargos directivos:
I. La mayor autonomía que adquiere la familia y los hijos y las hijas al haber una
II. La mayor valoración que manifiestan los hijos es hijas hacia la labor profesional
que desarrolla su madre com directora, aunque inicialmente lo perciban como
una pérdida de atención.
III. El pasar a ser un modelo de coeducación en la práctica para los hijos e hijas, al
ver que el espacio público es un ámbito propio también de la mujer y no solo
del hombre.
IV. El convertirse en un referente de igualdad en el centro educativo, tanto para
alumnos como para alumnas, rompiendo el estereotipo de que son los
hombres los que dirigen.
V. El perder el miedo al poder, al observar que es capaz de desarrollar con
destreza y efectividad (incluso mayor que bastantes hombres) las tareas que
requiere el ejercicio de la dirección.
VI. El desmitificar es cargo como una función compleja, alejada de las habilidades
atribuidas tradicionalmente a las mujeres.
VII. Desarrolla en la mujer capacidades básicas asociadas al ejercicio de unas
función directiva (hablar en público, planificar, gestión de recursos humanos,
representación social, etc.) que las mujeres tienen menos oportunidades de
practicar porque ni suelen llegar a este nivel.
VIII. Mejora de su propio autoconcepto y autoestima, pues el ejercicio de esta
función ha reportado, a la mayoría de las mujeres que han participado en esta
investigación, la percepción de que la comunidad educativa tiene una
valoración extraordinariamente positiva de su labor como directora.
IX. Tener una visión de género en el ejercicio de la dirección para analizar,
interpretar y dar respuestas a muchas de las situaciones que se producen (por
ejemplo, potenciar que sean alumnas las que acceden a representantes en el
consejo escolar o en cargos). Esto permite el aprendizaje de mujeres jóvenes
dándoles espacios de participación y decisión real y se convierte en una red
de apoyo a otras mujeres para que accedan a cargos de dirección.
d. Se ha encontrado un estilo de liderazgo diferente en el ejercicio de las mujeres
como directoras, frente al estilo de los hombres directores. Coincide con la
CONCLUSIONES
Todos los factores explicativos que se han detectado están relacionados con
factores sociales y organizacionales externos ligados a las consecuencias
derivadas de la cultura patriarcal, sustentadora de relaciones de poder
asimétricas entre hombres y mujeres. La cultura organizativa en el mundo
educativo está dominada por valores androcéntricos excluyentes de lo
femenino, lo que provoca serias dificultades para que loas mujeres puedan
acceder a puestos directivos en las organizaciones educativas
La primera razón histórica, social y cultural que podemos dar de esta menor
proporción de mujeres que acceden a cargos directivos no tiene que ver
únicamente con el mundo de la educación, sino que es una constante social en
todos los campos profesionales actuales: la costumbre social que se convierte en norma a la que todos/todas nos sentimos inclinados a amoldarnos
para no destacar ni hacernos notar. El acceso a un cargo de responsabilidad
es valorado por su familia y amigos: hay un estímulo y reconocimiento inicial.
En el caso de las mujeres no es así. Se percibe como un abandono de otras
responsabilidades o como una “pérdida de tiempo” y como “meterse en
problemas” Hay menos apoyo emocional y práctico. Los argumentos y la
resistencia no son claramente explícitos y abiertos, sino que se reviste un
carácter más bien discreto y utiliza estrategias indirectas de desánimo,
resaltando los inconvenientes y aspectos negativos que puede tener. Es aquí
donde se constatan esas “normas estrictas”, esa presión a la conformidad que
funciona para que las mujeres puedan acceder al trabajo en la esfera pública.
Aceptar la incursión de la mujer en el terreno de lo público – el mundo laboral-
parece necesitar que este trabajo se asocie con componentes del mundo
femenino, con roles de género. Parece que las mujeres siempre están
Ligada a la anterior variable, están las influencias ideológicas que provocan
unas consecuencias psicológicas en la mujer de carácter negativo, en función
de lo que la sociedad espera de ellas como madres de familia, esposas……., lo cual tiende a generar angustia, ansiedad, por tener sentimientos de abandono
hacia la educación de sus hijos/as; ya que el papel adjudicado a la mujer ha
sido el de madre que no puede ser suplantado por otra figura de apego. En
este sentido, hemos encontrado que a nivel social, persiste una crítica bastante
extendida, o al menos una presión solapada, hacia las mujeres que anteponen
el éxito profesional al papel preponderante que se le ha asignado a la mujer
histórica y socialmente: la maternidad. El coste social es muy diferente par un
hombre que para una mujer. Que un hombre disminuya la atención a la familia
al tener un cargo de responsabilidad es comprensible, pero si lo haced una
mujer da “acusada” de “abandono familiar”
La segunda razón, asociada a la anterior, tiene que ver con la
compatibilización de las responsabilidades familiares con la vida laboral. Es curioso que sin embargo, para los hombres, a diferencia de las mujeres, la
formación y mantenimiento de una familia no supone ningún obstáculo en el
ejercicio de una labor profesional en un puesto de trabajo, ya que estos solo
se plantean una dedicación plena a esta última actividad, delegando en su
pareja toda la responsabilidad del cuidado del hogar y de los hijos. No se
verbaliza por parte de las mujeres como una imposición social, sino como una
elección libre que menoscaba por la necesidad de desarrollar el rol de
dirección.
Sin embargo, del total de directoras entrevistadas y encuestadas, más del 70%
de los casos tienen cargas familiares y, sin embargo, han decidido ocupar el
cargo de directora y organizarse par que sea compatible con su trabajo en
ámbito familiar. Por ello consideramos que no es la maternidad o las
responsabilidades familiares las barreras en el acceso a los cargos directivos,
estas tareas en condiciones de igualdad real, no solo el ayudar al otro o a la
otra, en este caso, si que supondrían un revulsivo para el acceso de las
mujeres a puestos de responsabilidad donde pudieran manifiesta y hacer
prácticos todos sus conocimientos, saberes y habilidades. El tener que
compaginar las tareas y responsabilidades familiares exigiría a los hombres
renunciar a una situación de privilegio y de explotación de sus compañeras. Y
esta no es una opción planteable para ellos, pues es una situación muy
cómoda, a la que no están dispuestos a renunciar por propia iniciativa. En
conclusión podemos afirmar que no es que las mujeres rehúyan los cargos
directivos, es que los hombres rehúyen las responsabilidades familiares
La tercera barrera tiene que ver con el predominio en el mundo educativo de
culturas organizativas de “orientación masculinas” caracterizadas por una clara autoridad jerárquica un alto grado de independencia y aislamiento entre
sus componentes, ciertos estilos de dirección autocráticos y una comunicación
de arriba hacia abajo. En estas culturas el concepto de dirección y liderazgo
tradicionalmente hay estado ligado a un enfoque jerárquico e individualista.
Hay una visión de que, particularmente en el nivel de escuela secundaria, el
director debe ser un hombre duro capaz de mantener control y ejercer
autoridad. La creencia de que los hombres deben ser los directores sugiere
que hay cierta clase de control y autoridad, basada en el poder sobre y el
miedo. El desarrollo de la teoría gerencial aplicada a los centros educativos y
el concepto de management, que se ha introducido en la gestión de los centros
escolares desde el mundo de la empresa han incrementado la posibilidad de
asociar conceptos como liderazgo administrativo y masculinidad y por
supuesto de liderazgo y jerarquía. La concepción de autoridad así entendida
tiene que ver más con el poder que con la educación.
La mayoría de las participantes en esta investigación “chocan” con la
concepción tradicional de lo que se entiende y espera que sea la dirección de
con los hombres que cuando las mujeres llegan no están convencidos de que
ese es su sitio. No se sienten identificadas con esa concepción del poder de la
cultura patriarcal que es el ejercicio del “poder sobre”, pues manifiestan estar
más acostumbradas a pensar en términos de “poder para” cambiar situaciones,
hacer proyectos, modificar realidades, buscar otras alternativa. Por eso hemos
visto que el cargo de dirección en los centros educativos sigue siendo un cargo
poco apetecible para las mujeres en general y para aquellos hombres que se
plantean un tipo de liderazgo compartido. El estilo de liderazgo femenino es un
estilo colaborativo, abierto, democrático, consensuador, de trabajo en equipo y
de compartir responsabilidades y trabajo. Frente a una visión del liderazgo
centrado el la figura unipersonal del líder que rechazan, algunas de las
entrevistadas proponen un liderazgo compartido entre la comunidad educativa,
más que buscar ser reconocida por los demás miembros del centro, lo que se
busca es que todas y todos se corresponsabilicen con llevar adelante el
proyecto educativo del centro, siendo la directora la primera en ello. Por eso la
mayoría de directoras entrevistadas valoran mucho todas las funciones que
tienen que ver con el liderazgo pedagógico y social, con las relaciones
adecuadas entre com pañeros, es decir trabajan para conseguir una
corresponsabilidad de todos los compañeros en las tareas, aunque reconocen
que es difícil.
Es esta una de las diferencias básicas en el acceso de las mujeres a los
puestos de dirección en las organizaciones educativas. Tienden a planteárselo
como un servicio a la comunidad educativa, como una aportación personal en el intento de mejorar la organización. Esa concepción de su vida laboral,
supone una visión de querer estar, no en la cumbre, sino en el centro de la
organización, sin embargo, los hombres que llegan a caragos de dirección
expresan que pretenden básicamente acceder a la cumbre de la organización y
que les sirve, en algunos casos para promocionar a otros. En muchos casos
expresan las entrevistada, los directores parece que tienen miedo a “perder el
los directores se halla vinculada con el desarrollo de una intensa racionalidad
basada en la competitividad, aprendida desde edades tempranas.
Una cuarta razón tiene que ver con las expectativas que tenemos sobre cómo van a ejercer el cargo de dirección los hombres y las mujeres, dando por
sentado que los hombres se ajustarán más al modelo de dirección que
esperamos de ellos. Se percibe en las entrevistas, la historia der vidas y los
grupos de discusión realizados que existen mejores expectativas sociales
respecto de los hombres en cargos de dirección, por el papel que a lo largo de
años y siglos han ejercido, llevando ellos el protagonismo de dirigir, la
autoridad. Se da por supuesto que las mujeres lo haríamos peor que los
hombres, pues ellos están más acostumbrados y entrenados tradicionalmente
para ejercer el poder .lo hemos constatado igualmente en los resultados
cuantitativos de esta investigación, en los que un 21% de las profesoras
encuestadas afirman explícitamente que, en igualdad de condiciones
profesionales la mujer es discriminada para acceder a un puesto de dirección
porque “se supone la valía superior del hombre”. Se parte del hecho de que por
ser mujer no estamos a la altura. El hombre se presupone que vale, en cambio
la mujer debe demostrarlo.
Las tres ventajas que se citan textualmente de los hombres son: “mayor
credibilidad por parte del profesorado y alumnado a los directores hombres”,
“mayor respeto e incluso más miedo al enfrentamiento directo con los hombres,
por lo que el profesorado se vuelve más cumplidor” y “parece que es más
capaz de imponer orden, a los ojos de los alumnos/as e incluso a veces de
profesores/as”. También afirman un 14% de las profesoras encuestadas que
otro de los motivos de la discriminación por razón de género para acceder a un
puesto de dirección por parte de las mujeres es que hay una mayor confianza
en la capacidad de toma de decisiones de los hombres” que “se considera que
las mujeres tienen inseguridad y miedo para asumir responsabilidades” y “que
Pero quizás una de las conclusiones más importantes de esta investigación en
que desde que la mujer accede a los puestos de dirección comprueba que se
ha hecho un mito sobre ellos, sus dificultades, responsabilidades……
Que lo que si lleva es tiempo que hay que dedicar y se pierde ese temor “al
poder” que existe en nuestra mente
La quinta razón la denominamos “redes invisibles” de los hombres. Hace referencia a aquellas estrategias sutiles, solapadas y, en muchos casos,
inconscientes, que sustentan al apoyo de los hombres hacia otros hombres
para que asciendan en la jerarquía del poder. Dos ejemplos de ello han
aparecido de forma recurrente en esta investigación: el estereotipo de “piensa
en dirección, piensa en un hombre” y los mecanismos de selección para el
acceso a la dirección.
En cuanto a los mecanismos de selección para el acceso a la dirección,
actualmente se exige una acreditación que es automática para quien haya
ejercido durante cuatro años o más algún cargo directivo, hecho que
lógicamente han ejercido un mayor número de hombres que de mujeres. Esto
supone una forma de discriminación indirecta.
No menos importante es la composición de las comisiones de acreditación,
formada en su mayoría por varones, los hombres piensan en hombres para la
dirección
Una sexta razón tiene que ver con los denominados rituales de exclusión. Uno de los ejemplos típicos de estos rituales de exclusión son las reuniones a
las que acuden las directoras convocadas por la Administración educativa. Las
mujeres entrevistadas indican que las reuniones de directores y directoras de
centros educativos eran orientadas hacia los hombres, de arriba hacia abajo y
habitualmente son reuniones para transmitir órdenes o normativas. El dialogo
en las reuniones también está dominado por el hombre, y esto provoca una
Aunque las directoras dicen que pueden hablar en las reuniones, pocas de
ellas lo hacen, según manifiestan. Se sienten alejadas de las discusiones y
decisiones y sienten que su aportación no es necesaria ni buscada
Otro de los rituales de exclusión más comunes son las ironías humorísticas,
“suaves” y sutiles que se emplean para dirigirse a las directoras, con un cierto
tono amable y condescendiente, casi paternalista: son un tipo de críticas que
las “corrigen” amablemente por ser demasiado suaves o escasamente
directivas, eso si, siempre en los tonos amigables y jocosos, pero que dejan
entrever ese asomo de ironía. Tonos que se reflejan también cuando se
presenta coloquialmente a la directora como “la jefa”, en contraste con el señor
director que se utiliza para referirse a un director.
Otra séptima razón es la falta de modelos de identificación de mujeres en el poder que lo ejerzan con características diferentes a las de los hombres y que
sean referentes para otras mujeres. El entrenamiento en tomar decisiones, en
organizar, hablar en público, el entrenamiento en decidir etc..., son
aprendizajes fundamentales para ejercer los puestos directivos, en los que
tradicionalmente se les ha formado mucho menos a las mujeres.
Esta falta de modelos de identificación, se constata también en el uso
tradicional del lenguaje. De hecho el propio lenguaje niega esa posibilidad de
identificación al no poder poner en femenino determinados cargos. Es
sorprendente que en la profesión educativa, donde el modelo imperante
debería ir por delante en cuanto a ruptura de diferencias o connotaciones
discriminatorias por genero, se siguen utilizando términos masculinos para
designar cargos aun cuando estén desempeñados por mujeres: jefe de
departamento, jefe de estudios, etc. incluso la utilización del término “lideresa”
sorprende y genera cierta “sonrisa condescendiente” entre los sectores más
progresistas, cuando no un franco rechazo y una oposición manifiesta y
Una octava razón podría considerarse en cuanto a la proporción de mujeres
que hay en puestos directivos en las organizaciones educativas hace
referencia a la convicción de que actualmente ya no hay discriminación en la sociedad en que vivimos por parte de buena parte de esa sociedad. Frente a
la persistente realidad de los datos estadísticos y cuantitativos del predominio
de los hombres sobre las mujeres en los cargos directivos dentro del mundo
educativo, la mayoría de las entrevistadas no perciben esta realidad. La
afirmación es constante y rotunda “nuestra profesión es muy igualitaria”, “no
hay discriminación”. Parece que el discurso teórico si ha penetrado en la
sociedad, pero no ha pasado a la realidad.
Es el doble discurso presente en el análisis de la realidad. Mientras el discurso
dominante formal en las organizaciones está basado en la neutralidad e
igualdad, la persistencia de asimetría en relación al género indica la
continuación o incluso el reforzamiento de la desigualdad de género en las
organizaciones en su funcionamiento cotidiano, en su cultura.
Estamos en una cultura tradicionalmente patriarcal que no nos permite pensar
en una sociedad en condiciones de igualdad. No hay experiencias, ni recientes,
ni tradiciones que nos muestre como sería una sociedad organizada
paritariamente. Y tendemos a negar las realidades que no se ajustan a las
concepciones que consideramos “que deben ser”. Está claro que acabamos
viendo lo que queremos ver. Los argumentos y razones que aducen tanto
directores como directoras confirman que esta tradición patriarcal impide la
conciencia sobre estas discriminaciones indirectas culturales, en las que nos
movemos hombres y mujeres. Es el peso de la cultura.
Esta situación nos lleva a concluir que la desigualdad y discriminación por
razón de género es la más oculta de todas, por que se vive como normalidad y
no se cuestiona la normalidad, lo cotidiano. Hemos constatado que la
invisibilidad e inconsciencia de la desigualdad pervive independientemente del
conciencia de la discriminación de género y lo explicitan se exponen a ser
rechazadas o ridiculizadas.
Niegan los datos arguyendo que en lo que ellos conocen la situación ya no es
esa, o los minimizan afirmando que esa distribución está cambiando y que es
una cuestión de tiempo. Por su parte, quienes constatan la presencia desigual
de varones y mujeres en estas posiciones, no sitúan las causas en el interior
del sistema educativo sino al margen de él ya sea responsabilizando de
manera genérica a la sociedad o, más en concreto, a la vida domestica-familiar
o a las propias mujeres. La mayoría de las respuestas que hemos obtenido
consideraban que casi todo es un problema de personalidad o de preparación,
tanto la menor presencia femenina en los órganos de gestión docente, como
los distintos estilos de gestión. La explicación busca la responsabilidad en las
propias víctimas, las mujeres, a quienes se les achaca que “no tienen
ambición”. Por lo que se genera el efecto de inversión buscando “culpabilizar a
la víctima” son las propias mujeres las que no quieren o no pueden ser
directoras. Se atribuye la discriminación a factores internos, a características
individuales de las personas. Estas explicaciones son la psicologización
individualista de los problemas. Y surge así la explicación basada en un bloque
de estereotipo de género denominado las “barreras internas”, desde la menor
ambición de las mujeres hasta la creencia de que no se comprometerán
plenamente con su trabajo o, el miedo al éxito
A pesar de ello, no podemos dejar de reseñar que las mujeres se sienten
mucho más criticadas y cuestionadas que los hombres en su tarea de
dirección. Porque la discriminación no solo es en el acceso, sino en el precio
que tienen que pagar las mujeres por destacar en un mundo masculino. En
este sentido, parece que las mujeres que llegan a cargos de responsabilidad se
sienten más observadas, sus fallos se les dan mayor relevancia y estos fallos
tienden a achacarse al hecho de ser mujeres o a alguna característica
tradicionalmente atribuida a la” condición femenina”. Hay que tener en cuenta
liderazgo en las organizaciones -apenas acabamos de acceder en los últimos
años- conlleva un cierto sentimiento de inseguridad y temor a desarrollarlo de
forma adecuada
Podemos concluir con una frase de una directora en la investigación:”en
general solo se acepta y valora el modelo masculino en los puestos directivos,
mientras que la forma habitual de las mujeres de ejercer el poder es visto como
un indicativo de debilidad e inseguridad. Pero los trabajos llevados a cabo
desde una perspectiva de género reconocen que las mujeres posiblemente
cuenten con habilidades comunicativas y sociales más adecuadas para las
exigencias de unas organizaciones participativas y democráticas
Por eso nos tenemos que preguntar de nuevo si otra educación no sería
posible si las mujeres ejercieran el poder en las organizaciones educativas
Si consideramos que las mujeres tienden a un tipo de liderazgo más
consensuador, ,más de colaboración, en el que se prioriza crear un clima de
entendimiento y participación, donde se fomenta la comunicación, el debate, el
diálogo y el trabajo en equipo, como es posible que haya tan pocas mujeres en
puestos de directivos por elección de sus compañeros y compañeras .¿O es
que lo que en el fondo se demanda en los centros educativos es un director
que mande, que imponga disciplina orden con autoridad personal que nos
permita permanecer cómodamente apoltronados sin tener que arriesgarnos a
implicarnos y tomar decisiones, criticando desde la retaguardia? La perspectiva
de género ha puesto en evidencia la necesidad de avanzar hacia una visión del
liderazgo compartid, y de las organizaciones educativas, en su conjunto, como
comunidades democráticas
Y en esta concepción de liderazgo si que parece que las mujeres tienen un
papel `protagonista no solo para desempeñarlo de una forma más oportuna
sino también par enseñara a los hombres como desarrollar un tipo de liderazgo
más colaborado, consensuador, dialogante y participativo. En nuestras manos
está el futuro de la educación y no podemos desaprovechar esa oportunidad.
El tema que nos compete, nos ubica en un escenario específico: el de las
asociaciones de maestras fiscales, para dar una visión del proceso social
complejo que subyace a la transformación del campo político en el Ecuador,
entre la institucionalización de la revolución liberal y la década de los 40. Se
enfoca en la formación interrelacionada del campo de la educación pública
liberal y de asociaciones femeninas de maestras que, a más de establecer
lenguajes especializados y métodos de enseñanza renovadores para jóvenes
de diversas clases sociales, forjan un modo de posicionarse ante la opinión
pública para expandir las fronteras de la participación política.
Este trabajo es una extensa y minuciosa revisión de fuentes históricas que
incluyen documentos institucionales relativos a la transformación de programas
educativos en el sistema estatal; publicaciones mediante las cuales las mujeres
liberales forjaron una posición política específica en el conjunto de la esfera
pública en expansión, correspondencia entre mujeres maestras quienes iban
definiendo compromisos profesionales, transformando sus identidades y
creando lazos de solidaridad
Constituye el eje de investigación, la ciudadanización femenina como un
proceso ligado a la constitución del campo de la educción pública, sobresalen
sus discusiones críticas frente a apropiaciones a-históricas de Foucault y de su
concepto de disciplina. Por tal razón Goetschel ofrece un análisis
pormenorizado de cómo las diversas técnicas que apuntaron a organizar el
cuerpo y el intelecto de las alumnas de los colegios públicos laicos
constituyeron instrumentos que cobraron sentido no frente al capitalismo como
entidad omnipresente sino frente a la competencia que existía entre dos
modelos altamente contrastante de sociedad y de soberanía que eran
impulsados por los grandes movimientos liberal y conservador. Es en el
antagonismo de un modelo organicista, centrado en la familia patriarcal como
eje de relaciones de género raza y clase que el intento de profesionalizar la
sentido. Sentido que denota la voluntad de transformación mostrada por las
maestras y las pupilas de los proyectos pedagógicos de la escuela nueva.
La autora analiza de manera particular como sujetos naturalizados como
subordinados al espacio domestico utilizan estos recursos para constituir
nuevas identidades vocacionales y para adscribirse a referentes de
pertenencia, más abstractos y menos personales que el padre o la familia,
así, la nación, la profesión, el género.
El género aparece como un eje de divisiones sociales fundamentales sobre las
que se construyen con un modo de dominación. Tan importante como la
división social patrones indios, Fue la división de género entre lo público y lo
domestico. Ambas divisiones se concibieron bajo unos códigos culturales
según los cuales las relaciones familiares entre patrones y conciertos, señores
y sirvientes, padres e hijas y esposos eran relaciones basadas en el afecto y la
división natural de roles. La acción social que interesa a la autora es la que
desafía este modo de dominación en tanto que promueve mediaciones
políticas al poder. Encuentra además procesos de ruptura del hábito
conservador y en ese sentido si la apropiación femenina del discurso liberal y
su radicalización. Halla espacios de socialización regidos por nuevas reglas y
objetivos, que ya no disputaban solo el control del aparato estatal, sino que
creaban una alternativa antagónica a las formas de sociabilidad tradicionales.
La cara oculta de la escuela
En la medida en que el alumnado procede de diferentes entornos de
socialización aporta a la clase algunas percepciones, actitudes, valores y
conductas basadas en nociones estereotipadas sobre los papeles de los
hombres y de las mujeres en la sociedad. Estas ideas prefijadas se manifiestan
en la relación que unas personas mantienen con las otras y, en el marco del
aula constituyen un aspecto importante del currículun oculto al transmitir y dar
Planteo que en los procesos socialización y construcción de los estereotipos de
género influyen los mecanismos por los que la escuela selecciona al alumnado
designando a cada uno un papel determinado en la vida. La familia y los
medios de comunicación desempeñan también un papel preponderante en
dichos procesos. Sin embargo, hay otro factor importante; este lo constituyen
los propios alumnos y alumnas.
Lo que quiero considerar es la importancia que tiene la cultura informal para la
socialización del género y analizar más ampliamente los efectos que aquella
puede ocasionar en las actitudes y respuestas escolares del alumnado
(William, A. Corsaro, 1989 en Elliot Turiel, 1989)
Los resultados de las diferentes investigaciones nos indican la fortaleza de los.
Efectos que la cultura informal ejerce en la juventud, sobre todo en parte del
alumnado adolescente. Sugieren que estos son uno de los principales
mecanismos sociales que no tienen lugar mediante el aprendizaje
ESTUDIOS DE GÉNERO EN EL ECUADOR
Luego de treinta años de haber sido acuñado como categoría de análisis social
en la academia anglosajona, el género es todavía un campo de saber en
construcción dentro de las Ciencias Sociales ecuatorianas.
Al igual que en muchos países latinoamericanos, en el Ecuador los estudios de
género se caracterizan por una débil institucionalización en los centros
académicos y una producción que proviene más bien de espacios extra
académicos. En la década de los ochenta surge la preocupación por abordar
las cuestiones de las mujeres con cierta especificidad, esta iniciativa es más
bien asumida por algunos centros y organizaciones no gubernamentales
vinculadas al trabajo por la defensa de los derechos de las mujeres, que
empiezan a ver la necesidad de con tara con un acervo de conocimientos
específicos que oriente su accionar. La temática es trabajada en los centros de
A partir de los noventas hace su a parición un conjunto de investigaciones
realizadas dentro y fuera del país, que aborda distintas dimensiones de las
relaciones de género
En el presente estudio se hace un recuento de la trayectoria de los estudios de
género en la década de los noventa, con el objeto de delimitar las
características de las principales fuentes de alimentan la construcción de este
campo de saber y las principales temáticas a las que se han dado prioridad en
las investigaciones realizadas en ese momento.
Los campos de producción de conocimiento sobre género en el Ecuador
A pesar de la diversidad de aproximaciones desde las cuales se ha abordado
las cuestiones de género en el país, se puede decir que un elemento en común
de toda la producción es precisamente que sus limitaciones y potencialidades
interpretativas están atravesadas implícita o explícitamente por estas tres
tensiones: interdisciplinariedad vs compartimentalización; discurso normativo y
analítico; universalismo y diferencia en el análisis de genero.
Las mujeres y las relaciones de género en el Ecuador, vistas desde la academia del norte.
Desde inicio de los años ochenta la Antropología ha sido la disciplina que ha
producido la mayor cantidad de trabajos sobre mujeres y relaciones de género.
Por una combinación entre el sesgo disciplinario, el estudio del “otro”,
entendido como lo indígena en el caso de Ecuador, y las “ventajas
comparativas” que ofrece el país en relación con el resto de América Latina me
refiero a su alta población indígena- ha sido el sujeto mujer rural y luego mujer
indígena el que más se ha estudiado en la academia norteamericana y
europea. Es decir el Ecuador se constituyó en un espacio de investigación de
las relaciones de género en tanto ofrecía la posibilidad de estudiarlas
dimensión de análisis que recupere elementos de las culturas indígenas y no
de la diversidad étnica del país.
La historia ha sido la segunda disciplina que ha construido un discurso de
género y etnicidad. Aquí también son las mujeres indígenas las que aparecen
como los sujetos privilegiados de análisis. Se trata de visibilizar su papel más
que el de otro actor social. A diferencia de otros países de América latina,
sobre los que se han producido estudios acerca de los tempranos movimientos
femeninos sufragistas, las mujeres intelectuales o el rol de las mujeres en la
vida colonial, las historiadora e historiadores norteamericanos no han puesto
su mirada en mujeres de clase media o alta confirmando así de alguna
manera, la tendencia del discurso metropolitano sobre el Ecuador, de
constituirnos en función de un “otro étnico” ajeno a occidente
Un tercer conjunto de trabajos de carácter más bien sociológico lo conforman
los estudios de Caroline Moser y Amy Lind, que desde distintas perspectivas
teóricas, han centrado sus investigaciones en mujeres de sectores populares
urbanos. El impacto del ajuste estructural en la vida de las mujeres pobres, la
reestructuración del Estado y las nuevas formas de participación política han
sido los temas de estudiados. Estos análisis se han enmarcado en los debates
acerca de la articulación de las cuestiones de género a los estudios sobre
desarrollo, los cambios globales de la economía y del Estado en América
latina. Estos temas han sido igualmente tratados por algunas investigadoras
ecuatorianas lo que les ha permitido cierta continuidad en la reflexión en cierta
forma, estas fueron las temáticas que se integraron con mayor fluidez a las
cuestiones planteada en el ámbito local.
La investigación aplicada sobre mujeres y género.
La situación de subordinación de las mujeres en la sociedad ecuatoriana ha
sido, en los últimos diez años, un propulsor de acción y de reflexión para la
acción en menor medida, de investigación sostenida. Es innegable que las
colocado nuevos debates y demandas en la esfera pública desde diversos
espacios, con distintos niveles de legitimidad. Sin embargo, estos procesos no
siempre han estado acompañados de reflexiones sostenidas por parte de las
Ciencias Sociales. De alguna manera la acción ha rebasado la reflexión. El
conocimiento y la investigación sobre ese proceso de irrupción de las
demandas de las mujeres es un fenómeno más reciente que se encuentra
todavía algunas limitaciones, derivadas de la tensión entre la necesidad de
visiibilización y legitimación hacia fuera y la .producción de investigaciones
críticas y autocríticas sobre el mismo proceso.
En las década de los ochenta y noventa, ONG y fundaciones dedicadas a
trabajar a favor de los derechos de las mujeres, con perspectivas feministas
más o menos acentuadas, produjeron varios estudios sobre la situación y
condición de las mujeres en diversos campos del desarrollo, los estudios
sociológicos y antropológicos sobre mujeres y relaciones de género producto
de este quehacer, han tenido generalmente un uso político o instrumental; se
convirtieron en parte integral de proyectos de intervención o legitimación
acciones y demandas políticas de los movimientos de mujeres hacia el Estado.
Se cuenta con numerosos diagnósticos, informes, memorias de talleres,
encuentros y paneles sobre diversos temas que constituyen importante matera
prima, en términos de información sobre determinados procesos sociales y
políticos y sobre la que ha significado la inserción de la categoría de género en
el trabajo de desarrollo en el país. Esta información no ha sido explotada y ha
constituido materia de poca reflexión por parte de la Sociología, de la
Antropología y las Ciencias Políticas en el país, a pesar de las numerosas
experiencias y dificultades detectadas en esos campos
Gracias a las experiencias acumuladas, sin embargo, ciertas cuestiones han
sido motivo de reflexiones más sostenida. Es el caso de la violencia
intrafamiliar, tema en torno al cual se concentran muchas de las acciones y que
han producido estudios desde distintas disciplinas. Si bien han sido las
perspectiva legal y de salud las que han predominad, la violencia domestica ha
constituido también el propulsor de las primeras investigaciones sociales que
en sus interpretaciones, en ese sentido, es también un termómetro para medir
los avances en la reflexión sobre las identidades de género. El camino
recorrido ha demostrado la necesidad de ir más allá de la denuncia y
visiibilización al análisis de la complejidad del fenómeno y su multicausalidad.
Las reflexiones han empezadlo a buscar explicaciones integrales que vinculen
la problemática con otras manifestaciones de exclusión.
Otro importante espacio de producción de información sobre relaciones de
género en el país lo constituyen las agencias internacionales. Se ha realizado
varios estudios en el marco de las agendas que han recibido prioridad por parte
de estos organismos en el ámbito regional, este es el caso sobre todo en el
área de desarrollo rural, temas como el de la seguridad alimentaria,
agroforestación y biodiversidad dominan la producción en el área de género y
desarrollo. La violencia familiar es también un asunto prioritario abordado
desde las agencias internacionales.
Es importante resaltar la estrecha relación entre los temas trabajados por las
investigadoras e investigadores locales y las agendas de desarrollo
internacional, lo cual contrasta con la escasa comunicación mantenida con la
comunidad académica internacional en los temas de género y desarrollo en y
sobre América latina. Un ejemplo es precisamente la ausencia de reflexión
entre la comunidad local de la articulación entre género y etnicidad en el
discurso del desarrollo, las mujeres indígenas son abordadas en tanto
representan uno de los segmentos poblacionales más pobres del país y por
tanto sujetos de intervención estatal o paraestatal. En ese sentido uno de los
retos más urgentes para la comunidad académica local lo constituye
precisamente encontrar el puente que articule la reflexión entre etnicidad,
desarrollo y género, que cualifique la relación entre pobreza, etnicidad y
género, que discutan la misma aplicación de los conceptos utilizados por el
discurso del desarrollo para la interpretación de las prácticas sociales de
No contamos con investigaciones que den cuenta de la dinámica del
movimiento, sus planteamientos, estrategias políticas y las identidades en
juego.
La línea trabajada se ha orientado más bien al tema de la participación de las
mujeres en la esfera pública desde la necesidad de crear un discurso dirigido a
fortalecer la memoria histórica del movimiento. Otra temática abordada es la de
la participación de las mujeres en las organizaciones barriales y comunitarias o
en los espacios políticos formales, a raíz de la aplicación de cuotas d
discriminación positiva en el sistema de elecciones.
El de las políticas públicas es un tema que comienza a recibir atención
fundamentalmente bajo el impulso del Consejo Nacional de Mujeres que ha
auspiciado investigaciones sobre diversas temáticas. En este esfuerzo se
enmarcan los trabajos sobre género y ruralidad y sobre inequidades en el
mercado laboral; el CONAMU, sobre temas de política sectoriales de género.
En suma, la investigación aplicada ha producido un caudal impresionante de
información sobre género y desarrollo, pobremente explotado por las Ciencias
Sociales. Las experiencias de desarrollo tanto rural como urbanas, de distintos
grupos de mujeres en el país presentes en informes, memorias –taller,
evaluaciones y muchos otros documentos, constituyen un material único para
emprender una reflexión sobre el desarrollo. En este caso, la dimensión de
género puede constituirse en una entrada muy fructífera para abordar
temáticas más generales de reestructuración del Estado y la economía o de la
relación entre lo local y lo global, entre otras. Puesto que las intervenciones
han privilegiado a ciertas tendencias sobre otras como son los casos de la
violencia intrafamiliar o las –políticas públicas, esto también ha significado
mayor producción de conocimientos desde las Ciencias Sociales. Es sin
embargo, un fenómeno de más bien reciente de reflexiones iniciales que data
Los estudios de género en las universidades ecuatorianas
A diferencia de otros países de América latina las escuelas de Ciencias
Humanas y Sociales en el país han sido espacios de escasa producción de
conocimientos sobre relaciones de género. Por un lado, prácticamente no
existen espacios institucionales dedicados a la investigación de género dentro
de las universidades, por otro los programas docentes en género son todavía
muy recientes.
Debo señalar sin embargo, que de manera individual, tanto en los ochenta
como en los noventas docentes y estudiantes de diversas universidades
realizaron investigaciones auspiciadas por el Consejo Nacional de
Universidades y Escuelas Politécnicas. La mayoría de estos trabajos
corresponden al campo de la historia de las mujeres
En definitiva, luego de examinar estos tres campos de producción una primera
interrogante que aparece es el carácter difuso y poco articulado que estos
tienen entre sí. Por un lado existe muy poco dialogo entre investigadoras e
investigadores nacionales y extranjeros, por otro las preguntas-eje que guían el
trabajo de cada uno de los campos al parecer son también distintas, por último
no existe una discusión académica de los resultados obtenidos que fortalezcan
el conocimiento sobre género. A manera de conclusión menciono algunos
elementos que pueden ofrecer explicaciones a estos desencuentros.
En primer lugar, estos se relacionan con el papel marginal de de los estudios
de género en el contexto de las Ciencias Sociales en el país. La recepción del
feminismo en el Ecuador se ha caracterizado por ser un proceso aislado y extra
académico, que presenta mayor interés para la acción que para la
investigación.
En efecto, mientras la discriminación de género se empieza a debatir en el
ámbito de la opinión pública y se logran cambios importantes en el terreno de
los derechos formales, la reflexión académica lucha por su legitimidad y por no
“gettoizarrsc” frente al resto de campos de estudio. En segundo lugar, el
convierte al feminismo en una retórica frágil que no parece interpelar estados
reales, al no constituirse en una herramienta conceptual- metodológica que
conduzca la interpretación hacia nuevos derroteros. En otras palabras el
género como categoría de análisis ha recorrido un camino más lento que su
contra parte militante.
Ello se plasma en una comunidad académica que se halla aún en proceso de
constitución y que se encuentra aun frágil. Sin embargo cabe resaltar que se
han dado pasos significativos, el surgimiento de los estudios de género en
algunos centros de educación superior que se constituyen en espacios de
referencia esenciales y pueden convertirse en lugares de encuentro y debate
entre estos tres campos de producción de conocimiento.
Por último se cuenta ya con una trayectoria de investigación en ciertos temas
que ha permitido avanzar en la formulación de nuevas preguntas y opciones de
análisis que deberán ser investigadas
Las investigaciones sobre mujer y relaciones de género
Dominación de género e identidad femenina: La relevancia de lo privado
He agrupado un conjunto de trabajos en torno a un primer impulso que ha
consistido en el rescate de la importancia del espacio doméstico, de las
relaciones interpersonales de la intimidad como lugar relevantes del análisis de
la desigualdad social y de género. El mundo de lo privado ha sido analizado
por una ladi, como el lugar donde se manifiesta la dominación de género y por
otro como un espacio cuya dinámica social es fundamental para entender la
formación de las identidades femeninas
Respecto a la dominación de género, ésta es entendida en la mayoría de
trabajos revisados como un sistema estructural cuyo origen tiene que ser
indagado en las construcciones simbólicas y en sus procesos de socialización
e internalización por parte de hombres y mujeres. Si bien este sistema de