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ANTÓN ARRUFAT
El amor breve
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Agora con la aurora se levanta miluz,agora coge en rico ñu do el hermoso cabello,agora el crudo
.pecho ciñe con oro, y la garganta.
Agora vuelta al cielo pura ysanta las manos y ojos bellos alza,y pudo dolerse.agora de mi mal agudo;
.agora incomparable tañe ycanta. Ansí digo,y del dulce error llevado, presente ante mis ojos la imagino,
y lleno de humildad y amor la adoro.
Mas luego vuelve en sí el engañado ánimo, y conociendo el desatino, la rienda suelta largamente al lloro.
FrayLuisde León
ESTRAMBOTE 1
SS!'S!!?!!,'S!!.:Luis de León ingresó en la orden de los agustinos a los dieci-siete años.Su obra poética original, muy breve, fue puesta cuando ya era fraile. Si en la adolescencia laica com-puso poemas, no los conservó en la madurez monacal. Reu-nida su poesía y su prosa en español -discurría en latín de cuestiones teológicas en gruesos volúmenes- abarca a lo sumo un tomo de quinientas páginas.Caso inusual en un s
i-glo de improvisación y despilfarro.Su prosa, tan admirable, ocupa el mayor espacio.En medio de la boga italianizante de labrar sonetos,sólo cinco escribió Fray Luis, todos de tema amoroso.La críticalos considera imperfectos. Para mí,
el que aquí se recoge es una pequeña gran obra. ¿Qué podría conocer del-amoreste fraile erudito, de vida ascética,desde muy joven apartado del mundo? Los temas de sus liras son la noche estrellada, la vida en retiro, la música, la armonía de las esferas.No obstante estos cinco sonetos permanecen como una incógnita. Lector de Petrarca, al igual que sus contemporáneos, quizá se propuso la imitación de los temas del amante de Laura. Si amó de veras,no lo sabemos. Tam-poco si "Agora con la aurora se levanta mi luz" es remedo o experiencia personal. Pero importa señalar lo agudo del do-lor amoroso, el conocimiento que dimana de estas catorce lí-neas y la convicción de su tono. En él encuentro, más que el
aire epigramáticodecasi todoslos sonetosde la época,una mansa fluencia. Laestructurarígida,irritada ,del soneto, se suaviza.Adquiereun tan toelcursodiáfanode la lira, forma.
métrica usual en FrayLuis.Alaidealizaciónpetrarquista,
donde el amor pareceno ocurrirensitio alguno y la
presen-cia física de la amada sedesvanece,este soneto traza un dise-ño preciso:el despertar cotidiano delaamada, sus hábitos, el rezo mañanero,el recogerseel peloy ceñirlo con rico nu-do. Los dos cuartetosproducen unaimpresión de verdadero encanto doméstico.Elama nte,en otrositio,asisteal desper-tar imaginario de la amada,la velevantarseen su casa con la aurora.Esta aurora se convierte en luzparaél: cuando ella se levanta amanece par a elama nte,para el amante desgra-ciado:el soneto es ejemplodel amor no correspondido. La mujer al levantarse ciñe de oro "el crudo pecho"yla gargan-.
tao El hermoso brillometálico imponedistancia,recubre.y endurece el cuerpo de la'amada.FrayLuistoca aquí un es-pecto habitual del amor en su tiempo:el amor como mal,
devuelve al amante ala realidad. Los dos cuartetos, con su
admira ble primerverso de amplio impulso y la inquietante
repetición del "agora", son más resplandecientes (y
mejo-res) que los tercetos.Noveo en ellos debilida d delautor,sino
evidencia del efectode la ilusión amorosa, engaño del ánimo
qu~se provoca elamante a sí mismo,pero que adquiere por
uninstantela fuerza de lo real,y puede infligir elmás agudo
dolor. Los tercetos nos parecen más apagados (y débiles)
porque reflejan la desilusión,la pérdida del deslu
mbramien-to que elamor creaba con su ficción.Si hay una distancia
fí-sica entre ambos -ella se levanta en otra casa, sinduda - ,
haytambién una distanciasentimental: es lamujerque ha
dicho que no. .
XII
"¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando
en la lucha de amorjuntos trabados
con lenguas, brazos, pies, y encadenados
cual vid que entreel jazmín se va enredando,
y que el vital alientoambos toma ndo
en nuestros labios, de chupar cansados,
en medioa tan to bien somos forzados
llorar ysuspirar de cuando en cua ndo?"
"Amor,mi Filis bella,que allá dentro
nuestras almas juntó,quiereensu fragua
los cuerpos ajunta r tamb ién tan fuerte
que no pudien do,como esponjael agua,
pasar del alma al dulce amado centro,
llora el velo mort al su avara suerte".
FranciscodeAldana
E
ST RAMBOTE 11
ee t ! S e t i S S f * ! S f ' !
Al contrario de FrayLuis,Fra ncisco de Aldana tuvo la a
fi-ción del soneto. Compuso,en su corta vida,cerca de c
in-cuenta. Soldado,murió en el campo de batalla, durante el
asalto frustrado a una fortalezaen Ma rruecos, en 1578, alos
cua ren ta y uno deedad. Susoneto XII ofrece,compa rado
coneldeFray Luis,un nuevo aspecto, quizá más hondo,i
n-.quieta n te o desesperado,de larelaciónamorosa. El amor no
correspondidoen Fray Luis, amor de una sola parte,es
des-dichado en su soledad. Pero en la página de Aldana los
amantes se halla n reunidos enel lecho,concluidaalparecer la
relación sexua l. Se inicia , entonces, la conversación entre
am bos. Dividido en dos partes esenciales -corresponde en
la estructura formal a cuartetos y tercetos-, la voz de la
mu-jer ocupalaprimera,y la segundaes la respuesta del hombre
a su interrogan te. Realista ysensual,Aldana yuxta poneel
dualismo cristianodel alma yel cuerpo.Se acercaa este
mis-terio de su época pero desde el cuerpo. Yael amor ha
junta-do las almase intenta ahora ajuntar en su fragua los c
uer-pos, en su fuego fundirlos en uno solo. Si en Fray Luisel
amor era incompleto y solitario, de una sola alma yun solo
cuerpo, aq uí únicamente los cuerpos, vibra ntes ytrab ados
con lengua,brazos y pies,lloran y suspiran, impedidos de
pasarse del alma al cuerpo.En este tratado deamor breve,
Aldana da un pasomás. Si la mujeresquiva en Fray Luis
hu-3
biera dicho que sí, y los dos amantes se hubieran
encontra-do,el acto, pese a la emociónyal placer, terminaríaen una
ausencia, es decir, en fracaso. Existe cierta filiación entre
este soneto, abiertamente sensual y sin vestigios de la subli-mación de lo erótico, habitual en la poesía amatoria de
tradi-ción petrarquista,yun momento memorable en De retum
na-tura,el gran poema materialista de Lucrecio. Dice el poeta
de la antigüedad romana,en prosaica traducción: "Venus
engaña a los amantes con simulacros,y nada puede despren- ~
der o guardar de sus cuerpos,aunque las manos indecisasy
mutuas los recorran. Los amantes se aprietan con ansiedad,
diente amoroso contra diente ,del todo en vano, ya que no
al-canzan a perderse en el otro ni a ser un mismo ser".La
rela-ción erótica comporta un fracaso: la posesión no es absoluta.
Aldana emplea un símil acertado, el del agua y la esponja.El
agua penetra la esponja,la esponja parece absorberla y
per-derse en ella. Pero en rigor permanece una diferencia
esen-cial entre ambos: la esponja sigue siendo esponja,y el agua,
agua.El soneto de Aldana es una pequeña demostración -y
en esto cumple con la tradición epigramática del soneto-,
ardiente y conseguida artísticamente,de la falacia de la
po-sesión. ¿Eres realmente mía?, podría Damón preguntarse
(o, a su vez,la hermosa Filispodría formular idéntica
cues-tión). Pero como la esponjayel agua,la persona es
-••
•
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,' 'SorJUlnl In.deI1Cruz
asunto amatorio -apartando losdel amor devoto,que no in-teresan ahora -, unido al conceptodel amor ciego, que en sí llevael germen desu propia destrucciónydesdicha, abunda una aguda sensación muy femenina: sentirse convertida en objeto del amado,sentirse usada,no amada librementecomo una persona.Tanto en esta preocupacióncomo en la solu-ción imaginativa que cierra el poema,encuentro un testimo-nio de la condicióndela mujeren su época.Es difícil distin-guir en su lírica la experiencia propia de la experiencia
li-bresca.Suele hablar de lo quehavivido, o de lo que ha com-prendido en la existenciaajena. Ignoramoshasta hoy si amó en realidad, y si fue amada.Peroen su poesíaamatoria,que la hizo famosa,destellaeltono de la autenticidad.¿Qué im-porta,en definitiva,eltipo deexperienciaque la produjo? Si en este soneto figuran,junto a lamagiaexpresiva y la factura que acusa el enriquecimientoacumulado durante siglos por la poesía española,las habituales cont raposiciones antitéti-cas ("la muertealegre", "el bien esquivo")de rigor en la tra-dición cristiana,su don de observación (o de introspección) permite a Sor Juana llevar el tema a una solución inespera-da. La ausencia del amant etiráni co, burlador de los lazos estrechos que elcuerpo de laamante le tiende (o tal vez,ya sombra fugitiva,puesesenigmá ticoelprimer cuarteto), será abolida por la imaginación. Asu escapatoria, la fantasía vengativaletiende un nuevolazo. Lab ra para él una prisión.
Es la posesión por el pensam ient o,porel sueño, por la me-moria. Esel recuerdoelqueborr a la huida del amante. El amor herido,ven gador ensutileza, intenta destruir (o tal vez lo consigue)la ausencia.La amante no quedará sola.Es
inú-Sor Juana Inés delaCTU~
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XXXI
ESTRAMBOTE III
!!!J!s**SS!!ss¿+se..
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'" ("'..,' ., -,,., :~asblasonar [10 puedes, satisfecho,
.:':,~"de que triunfa de mí tu tiranía:
'-, ( ""que aunque dejas burladoellazo estrecho
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; ~,.. .- .-'o"'\ . q'uetuforma-fantástica ceñía, .
:: , :' <'.po~o'iIllP~rta burlar brazos y pecho
.";.'\:<:si te labra prjsión mi fantasía..
': 1I~ ~\:.J I~ :~. • - - .'
ma. El amor trata -es uno de sus deseos acuciantes- de po-ner sitio a esta diferencia del otro. La unión total con la otra persona es imposible.. El amor, en este punto, es fracaso, pero fracaso renovado eternamente,Una y otra vez pone si
-tia al objeto deS\!amor. Unayotra vez, "llora el velo mortal su avara suerte"... ' -,
Finalmente, silapoesía de Francisco de Aldana no
alean-.zó, como tótalidad,la cumbre de los grandes poetas españo-les
dd
Síglo.deOro,y su obra es más modesta, menos vasta, de crudeza ruda, sin embargo alcanzó en este insigne soneto una de ias revelaciones de la relación amorosa de su tiempo.o , -Ya Baudelaire nos había advertido:no todo está en los
gran-de
s
poetas.' , o •.".' ,1... . . j' .v, I
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Detente sombra de mi bien esquivo,~~,,;>( ,:: :imagen del hechizo que más quiero,
:.i'';: ',' '\ I .-'bella ilusión por quien alegre muero,
;~~~.\ "",.,'_ :.dulceficéión por quien penosa vivo. • v, i.'
. " ,,', SiaíÍ[~án de tus gracias atractivo,
;'" " '",;;-: sirve mi pecho'de obediente acero,
.. .' _:,:,.:<' .'¿para qué me enamoras lisonjero
. ;,: '~si'has'de burlarme luego fugitivo?
" ••\0-. " •
Los dos sonetos anteriores, escritos por hombres, muestran -en parte la visión varonil. El fracaso de la posesión, en el de Aldarla, está explicado por el hombre.Es el amante filósofo quien resuelve la paradoja emocional planteadapor la mu-jer.Su voz cierra el poema, y ella nada dice. "Detente som-bra de mi bien esquivo", es osom-bra de mujer. Sin terciar en la controversia, ya bastante ociosa,de en qué consiste lo real-mente femeninó en la poesía o el arte, contrapuesto a lo mas-culino, parece evidente que Sor Juana da una respuesta,
tilqueelama doescape.El desengaño en Fray Luis,
a
la fala-cia del coito en Alda na,SorJuana Inés proporciona la pri
-sión de la fantasía.En ella ha de permanecer,aunquei
magi-nariamente, el amante fugitivo.Qué importa su huida siel
amor herido,med ia nte elsueñooelrecuerdo,lo conviert e en
presencia inmóvil. Solución propia de una sensibilidad f
e-menina,apartadadel mundo,encerradaenelclaust ro. E
vi-dencia además,en unsentido más amplio,de la situación so
-cial de la mujerenelsigloXVII,víctimade las prevenciones
que limitabansu conducta a la espera.Elamor busca ta
m-bién sin duda,buscaypropicia - SorJuana ha sidoper
spi-caz alexpresa rlo-e,estratagemas y goces secretos. Placer
es-condido y callado. Cárcel deamor.
A MI ESPOSA
Cuando en mis venasfér vidasardía
la fiera juventud,en mis canciones
el tormentoso afán de mis pasiones
con dolorosaslágrim as vertía.
Hoy a ti las ded ico, esposamía ,
cuando el amor, más libre de ilusiones,
inflama nuestrospuroscorazones,
y sereno yde pa z me luce I día.
Así perdido en turbu lmtos mar
mísero navegante alci.lo implor a,
cuan doleaq ueja la torm nta gra ve;
y del naufragio libre, n lo' altar
consagra fiela la d idad qu adora
las húmedasreliquias d su nav.
Josl Maria lleredia(.
ESTRA
MBOTE
IV
eet! S ¿ t 9 S e f* ! e i j ! !
Creo que por dos motivos"Ami esposa" esuna páginade
excepción.El primeroesfácil dedilucidar.JoséMaria He
re-dia escribió pocos sonetos, y éstees el únicovaledero. Real
-mente una creación. Como buen neoclá sico - Heredia lo
era, matizado de romanticismo- , no frec uent ó elsoneto.
Gustaba de la est rofa ampliayla rimainestable,conlas c
ua-les se avenía su dina mismo interior.El segundo motivo
po-dría expresarseasí:..A mi esposa"es excepcional porq ue es
un himno al amordichoso.Apenas este amor tiene histo ria
escrita.No hasido preocu pación de la poesía occidental.No
asíelamor mortal,elsufrienteyamenazado.Laligazónen
-treelamoryla muerte promueve en nosot rosprofundas
re-sonancias . Esta blece ya, de hecho,eléxito a primera vista
del poema. Renuncias y rupturas,exaltadas decepc iones,
neurastenias, sueños confusos,complacenciassecretas,
exal-taron más al líricoque elpuroplace rdelos senti dos o la paz
fecunda de la parej a.Drama,novela,música ha n sido
gene-ra dos también porelamormortal,la pasiónimposible,
per-seguida porla socieda d,sufriente y quejum brosa."Ami
es-posa" es todo locontrario.Peq ueña obra maestra porsu p
!=-ricia y factura,lo es además por la novedd desu asunto :la
pareja feliz. La pérdida de las ilusiones ha convertido al
5
•
amor en más libre y sosegado ("ysereno y de paz me luce el
día "). Extraña y curiosa exaltacióndel matrimon io,de'la
re-lación logradaentre un hombreyuna mujer. Breve,peroi
n-cisivoylaceranteen su dicha.Es cierto que tal felicidady
so-siego se han conseguido al fin del torbellino de la vida,de la
fierajuventud y lostormentosos afanes.Cierto,en suma, que
este amor es como un refugio."A mi esposa?'figura alfrente
de la edición de los poemas de Heredia, impresa en Toluca
en 1832.Esta disposicióndel soneto no debe perderse de
vis-ta.Despuésdeél,vienen todos los otrospoemas con su carga
de desamor,sueños frustrados de gloria y libertad para su
patriacolonizada,de destierro y melancolía,de luchas
polí-ticasydesán imo ,la presencia del mar,los deseosi
nsatisfe-chosylasislas de paz en la lejanía.Si es un sonetoobra del
cansancio,tal cansancio está persuadido por el amor tr
iun-fante. Heredia se ha casado en su exilio mexicano,y entre él
yJacoba Yáñez reina un amor maduro y sabio.En los
terce-tos finales, medianteuna comparación con la realidad histó- -,
rica o exterior ,Heredia logra el punto máximo de su
crea-ción:navegante perdidoen latormenta grave, libreal fin del
naufragio,consagra a su deidad -no de llamas,sino de
sere-nidad- "las húmedas reliquias de su nave'? La crítica ha
,
-••
hermoso,que el poeta escribiera, Virtudcuriosade loss
one-'tos:el últimoverso,siendoa veces tan misteriosocomo éste,
nos"conduce a la relectura.La luz del último verso aclaray
enriquecelos anteriores..(Ejercicio recomendable de lectura,
• fructlfero y generoso.) Pero es también, a partir de ese verso
deslumbrante,que debemos leer el resto de la obra heredia-na ... A mi esposa" es el pórtico de entrada. Los poemas res-tantes están a los pies de una deidad, deliciosamente hogare
-ña y tranquila.Si todo ha concluido ya,y Heredia estaba
en-.. .fermo y triste,próximo a la muerte,queda la poesía -posi--ble permaneneia-r como los húmedos fragmentos salvados
'del'naufragio.
,
.nota a piedepágina de su Historiade la poesíahispanoamerica.
na,Menéndez yPela yo destaca estareacciónnovedosa al
ob-servar la enérgica expresión del soneto, que refleja de un modo "no indigno del arte (para el polígrafo español exis-tían, porsupuesto, temas de valor artístico o carentes de él,
previosa lacreación), la calentura sensual de su tempera-mento africano".Si Plácido era ono un ardiente africano,
capaz de padecer típicas calenturasexclusivas de su raza,y
sus textos más ardorosos que los de un italiano o un chino,
me parece un falso problema indescifrable. Lo palpabley
real es la singularidad que seencue ntra en"Lo que yo
quie-ro". (Dejola atribución delorigen detal singularidad a los
especialistas en análisis sa nguíneos.) Ya ella me propongo atenerme.Can sado deesacándida hermosura, como la
nie-ve "deslumbrante y fría" (parece aq uí amar a una mujer
blanca, y no a Fela, mula ta que fue su esposa), harto se muestra de ofrecer amora quien no loquiere. Se niega al
asedio enfermizo.Sino podem oselegir a nuestros padres o nacer en un paísdeterminado,Plácido parece indicarnos la posibilidad de elegir entreunamoryotro.A la vez primitivo
ESTRAMBOTE V
Plácido
S i ' ! ! ! ! ! ! ! , ! ! ! . ! !
Amar no quiero como tú me amas,
sordaa losayes, insensible al ruego;
.quierode mirto adornar con ramas No encuentro en.ti la extrema simpatía
-'que. mi alma ardiente contemplar procura,
ni entre las sombras de la noche oscura, ni a la espléndida faz del claro día.
,
..
-:':.
LO QUE YO QUIERO
un corazón que me idolatre ciego, quiero besar a una deidad de llamas,
",quiero.abrazara una mujer de fuego.
'- _ 4'- " .
. ,' • 1'" Basta de amor:_si un tiempo te quería ya se acabó mi juvenil locura,
porque es,Celia, tu cándida hermosura como la nieve,deslumbrante y fría. ,~,
..
"
'.' ,
o" •
.
.'-I.
Al lloroen Fray Luispor la amada inclemente,a la sust
itu-ción imaginaria en Sor Juana,motivadapor el amante impo-sible, esta altiva página de Plácido representa un nuevo
acento, una reacción diversa. En los dos sonetos citados -podrían multiplicarse los ejemplos-,.se expresa el sufr
i-miento, respetuoso o suplicante) del amor irrealizado. La persona amada se aleja,negándose a participar de la pasión
que se le ofrece,y que ha generado.La mujer adorada y
dis-ta nte, de prendas sublimadas,el amante de hermosa apostu-ra, que escapa fugitivo. Hay en ellos -además- la obceca-ción en padecer con la derrota y la voluntad ofuscada del amante despechado en insistir,intentar unayotra vez el ase-.
dio. El amor de una sola parte,sin medias tintas, total, ilu-mina el fondo trágico de las relaciones humanas: descubrir la libertad de la persona amada. Libertad que el mismo
Como buen modernista, Regino E.Botirindió cultoa~asfor-'," ,:
mas métricas a las dificultades técnicas airosamenteresuel- " .
ras,con el ejemplo de sus propiospoemas y
a:bu
nd¡u~tesrefe7
>,;:,
reaciasen diversosprólogos y artículos,como elque dedicó,'•.:
alaná lisis de los metros empleados por la Avellaneda. D~-., '
.-rante el apogeo modernista, e!soneto recuperó su aritigu~ ,:'
esplendor. Intensamentecultivado por los poetasde,A~én-, '~
cay España, sevolvió al orden clásico,o se hicieronvana~·, '':,
tes ycombinaciones. Rasgo peculiar de esta época fue~o~-,'
ponerlocmdiversos metros,no sólo en endecasílabos, como.
era habitual desde BoscányGarcilaso .Regino K Boti com- '
pusogra n número de sonetos ,algunos realmente imperece-"
cleros.Su imaginación plásticaysu aliento breve,encontra..· ,",
ron en la forma delsoneto molde apropiado. En su libroini7 ~' :,
cia l,Arabescosmentales, 1913,"Nieve en campo de Il;lz'~~bre -,,
la sección titulada,muyal gusto de la escuela modernista, . Himnario Erótico.El poema está fechado el 30 de enero de,
1909.De concentrada blancura,estos catorce versos se alzan "
como corto himno erótico,pero de erotismo contemplativo. Másbienimpresionan como elegía al placer consumado. El
-hombre contemplaa la mujer,en-sumajestad de Afrodita" con la mirada fatigada yabsorto. Al modo en que Heredia :'
rea lizó la comparación enúA mi esposa", Regino K,Boti,
solitarioinvestigadordel verso modernista,deser:nboca.:e~:la\
corriente milenariade la tradición clásica;su comparación, un tanto enfática
y
fácil,entre el oleaje abatido y la mujer;r-' •desnuda en el lecho, "después del choque fecundantede-la
vida", está enlazada hasta porellógico así de la tradición
poética. " " ,
. Página objetiva,elpoeta es un representativo, gustabadé-'
cire!autor,est able ceunarelaciónentre el oleaje que,al
cho-car con el peñón -símbolofálico-,termina en encaje,yla,
mujer exánimeal fina ldelamor, también~omoencaje.,R~-'
'
.
yelaborado, el amor no sólo es un hecho biológico, sino,
asunto deelección,Al aspectotrá gico,oponeel poetael
rc;-chazo voluntarioso,contrarioenestoal sentimiento tradicio-nal en la poesíaamatoria de insp iraciónrenacentista.Sien Celia -personaje del soneto,nombrede tanta prosapia lite-raria como Filis o Amarilis-,no existeuna"extrema
simpa-tía",en el poeta por el contr ario alienta un alma ardientey
dispuesta a la pasión verdadera. Los versos están cruzados deimpa ciencia,se percibe la ma no que sealza para recha-zar.Ademán que denota salud espiri t ua lyfísica. El amante de Celia no se convertiráen adora dor esté ril de su frialdad, en adorador de su desdich a persona l, lamentándose por siempre de su pérdida.Simplemente,y como un desafio,se aparta. Va en buscadeuna nueva deida d, una deidad de lla-mas,una mujer de fuego.Subrayolapalabra "muj er", insó-lita en el vocabulari odela poesíapetrarq uista. No es donce-lla, pastora o virgen,es,sencillamente, mujer.
En este ademánimpaciente,Piñeyro encue ntra'un acento de franqueza pococom únenPlácido."Dejóesta vez salir
li-bremente lo que en sualma quedaba de africanoviolentoy
sensual". Tanto pa ra Enriqu e Piñeyro como para Men én-dez y Pelayo -quizá estaobserva cióndel critic ocuba no ori-ginó la del español- elamor unido alerotismo,a la sensuali-dad espontánea, es síntoma de primitivismo y africanfa.
(Permanencia del dualismocristiano del alma yelcuerp o,
'en el cual prevalece el alma como valorsup re mo.) El verso.
del soneto,deorigen garcilacian o-a Plácido selequedaban en el oído versos ajenos - ,..Sorda a los ayes,insensib le al ruego" ,que recu erdadeinmedi at olosdedicadosa Ga la tea, indifere nte al fuego del amante, comola nieve helad ay dura comoe!mármol,ofrece conesta doble lectura,con esta as o-ciación inesper a da,laclavede su diferen cia.Salido, en la~
gloga garcilaciana, se proponerecuperarasu amanteGa la -tea,quien desdeñaser señoradesualma , transforma r por el amor que padeceelmármol en fuego.En los versosdePl
áci-do se desvaloriza tal friald adfem enina.No se vierte n lágri-mas sin duelo. Se proponen amo r y mujer diferentes. No,
adornará su frent e marmórea co n los mirtos deltributo,si -no,lo que es a su vez significativo,sucora zón apasiona do.
NIEVE EN CAMPO DE LUZ
Como queda abatido eloleaje
despu és de haberse levant ad ocumb re
y lame del peñón la pesadumbre,
hacien do espuma lo que fue coraj e.
Así tú, tras elímpetu salvaje
del choq ue fecundante de la vida,
tiem blas con la frialdad de un ala herida
hasta desfall ecer como unencaj e.
Absorto le contemploentu desnuda
majesta d de Afrodita: impúber flanco,
vientre felino,dominante el pecho ,
~
'
"mien tra s se extingue en laxitud aguda
" ' la nieve viva de tu cuer po bla nco
, ' sobre la nieve exánime del lecho.
, Rt'g;nllE. Bot:
AlfonlinlStomi
ESTRAMBOTE. VI
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cordemos el soneto de Aldana:en él losama ntes están t oda-víaen el lecho,buscándose el uno al otro.Aquíel amantese
ha levant ado y contempla a la ama daen laxitud aguda, cas i
integradaa la blancura de las sábanas,nueva Afrodita d
es-nuda y.domést ica. Las blancurasse unen,parecendesin
te-grarse lasunas en las otras. Comoes habitual en la poesíade
la escuela ,yen lo queera maestro,la adjetivaciónrebuscada
resulta sorprendente en sus enlaces. Regino E.Botise arroja
sobre lasimágenes quele producen sus sentidos, ante todo el visual,con energía poco igualadayadivinación idiomática:
"nieve exánime", "vientre felino".Adjetivacióncasi ins
idio-sa,pero que'el tiempo ha convertido en caudal dela poesía.
"Nieve en campo de luz" es poema estático, sin sucesión temporal.La comparacióndel maryel peñón,dentro de su
estructura,es recuerdo inmóvil,hecho anterior.Modelo en el acierto y enel fracaso, su obra mejores expresión de un instante fijo, donde el tiempo pareceen suspens oy el espacio congelado.Muy sensible al color,a la gama de la real idad
objetiva,su pupila es la pupila diestrade un espía.En la poe-sía cubana, Boti ha escrito los más relampagueantes-de r
e-la,?pagueanteplasticidad- poemas cortos.
T~,
QUE NUNCA SERAs...
Sábado fueycapricho el besodado,
capricho de varón, audaz yfino,
masfue dulce el capricho masculino
a este mi corazón,lobezno alado.
No es que crea,no creo,siinclinado
sobre mis manos te sentí divino
yme embria gué, comprendo que este vino no es para mí,mas juego yrueda el dado...
Yosoy ya la mujer que vive alerta,
tú el tremendo varónquese despierta
yes un torrente que no se ensancha en río
ymásse encrespa mientras corre y poda. Ah, me resisto, mas me tienes toda, tú,que nunca serás del todo mío.
AfonsinaStomi
ESTRAMBOTE VII
Torturada porel "varón tremendo ", victorioso y domina-dor,Alfonsina Storni, criolla orgullosa,incorpora un tono acreysar cásticoa la poesía erótica femenina."T ú, que nu
n-ca serás...", recoge esanota origina lde sus versos quereside enelrencor.Realmente,¿rencor o lucidez?Quizáambas co-sas reunidas:el rencor,originadoporelva rón triunfante,es producto de su'lucidez. Alfonsina Storni rechaza y, a un tiempo, se siente atraída por el amor masculino. En cierta ocasióntra zó con perspica cia la causa: "Soy superioral tér
-mino medio de los hombres que me rodean, yfísicamente,
como mujer,soysu esclava,su molde,su arcilla".El rencor en ella tiene,por lo visto , una causa doble:su superioridad
intelectualy la idea que se forjó de la posesión física como una esclavitud. Estar orgullosa de su superioridad y verse obligada a inferiorizarseen la entrega sexual era un
tormen-to para ella. Lo llamaba "su drama" . La Avellaneda,
mu-chos añosantes,había expresado idéntico prob lema en los
versos de "Amoryorgullo" :la mujer sensiblee int eligente
víctima de la torpez a delhombre,yde su necesidad de ser
amadapor él. Pero este senti miento de inferiorida dfísicatan
inc isivoes peculiar de Alfonsina Storn i,yconvierte lob ioló-gico casi en un sino.La natu ral eza (y la socieda d) parecen otorgarle,justamente en el terr eno de su máximo int erésvi -tal - elamor al hombre-,elpapelpasivo de la conq uistada.
Suorgullole impideresign a rse a un papel que considerai
n-ferior. Pa ra ella,el hombre esdueño del mundo y la mujer simple manifestación de poderío,for ma de su dominio.En
"Tú,que nunca serás...", lamuj eresun capricho delvarón,
ydesliza la irontarvAuda z ylino".Enel momento de lae
n-trega, ha sentidoal varón -localifica con vocablo rel igioso-"divino", y se ha embria gad o... Mas sabeque ella es,en
cua ntomujer,caprichodelsába do, de día festivo.Entonces, eneltercetofina l,intenta resistir,yterminacum p liendo con
su cond ición fatal de molde,de arcilla, de esclava.Elverso
últi mo dej a escaparsu recóndito ylacerante resentimiento:
elva rón nunca será,comoella ha sido para élsin embargo,
del todo suyo. Establ ezco conel soneto de Sor Juana Inés
una filiación moment án ea:ambos son obra de mujer, en
am-bosel sentimiento de serusadaspor elvarón es agudo. Mas lo
que es tan sóloenelsonetodela monjaescapa toria ingen io-sa,o venganzaimaginaria que la resarcedela acción
imposi-ble,es en ést a entrega rencorosa ,ma lograda.La imagen de la mujerhumillad aporelhombre,sin queapenaséllo perc i-ba, es dem asiad o acuciante y desolada para la solución
fantasiosa.Suele la poesíade Alfonsina Sto rn i aparentar f a-cilidad, cursilería o romanticismo tard ío,pero sedebe ser cuidadosoen su lect ura:sus págin asofrecen inusitadasr
e-sistencias.Amargasydíscolas, esta scato rcelíneasdejanver,
de nuevo,el fra caso dela posesiónerótica, como enel soneto
de Aldana.Per o enel spañol,el almaena moradano
alcan-zaa fundiren unosolo loscuerposinaccesibles de la pareja, y la explicación de tal imposibi lidad,aunq ue la sensación
sea cruda y real , esmeta física.Aquísetrata de un imposible distin to, que no logra explica rse.La mujer derrotada es
po-seída, pero no puede poseer.Refir iéndoseal hombre en ge-neral , escribe Alfonsina Sto rn i una co nfidencia terrible y
fra nca:"No puedo ama rlo libr em ent e:haydem as iadoorgu
-llo en mí para someterme.Mefalt an medios físicos para
so-meterlo".Lacondición socia l dela mujer,elcont raste entre la igualdadformal y la poster gaciónefectiva,elmenosprecio
senti dodurante siglos comosino,un falso concep to de la de-bilid ad natural,la dependen ciadelvarón,impuesta por éste, y una posición social inferior, so n circ unstancias s
ingular-men te favorables para oscureceren la poetisa la
compren-sión del problema.La parcialidad de su posición oscurece un aspecto e ilumina,sin em bargo,el otro.Vemos con cla
ri-dada la víctimade las condicionesde su tiempoysu soc
ie-dad.Condiciones que ella transformacasi endeficienciaf
ísi-ca.Laposesión erótica estájuzga da desdeelpuntode vista
del varón.Si hay en los sonetos anteriores el culto de la ama-da o del amante, en éste existeelculto al falo.Confesión sin-gula r,pero que revela la influencia masculina en la
valora-ciónrealizadapor la mujer. Es claro que en todo acto erótico
la posesión es mutua, sin que prevalezca una parte sobre otra.Si su percepción del problema no estuviera maculada de resentimien to y valoración mítica, Alfonsina Storni hu-.