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Problemáticas en las relaciones de pareja de mujeres solteras que acuden a consulta psicológica y su correspondencia con el nivel de diferenciación del sí mismo y la dinámica relacional con la familia de origen

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Academic year: 2017

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CARTA DE AUTORIZACIÓN DE LA AUTORA (Licencia de uso)

Bogotá, D.C., Agosto 09 de 2013

Señores

Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J.

Pontificia Universidad Javeriana

Cuidad

La suscrita:

Diana Marisol Salamanca Joya , con C.C. No: 46.456.396

En mi calidad de autora exclusiva de la obra titulada:

“Problemáticas en las relaciones de pareja de mujeres solteras que acuden a consulta psicológica y su correspondencia con el nivel de diferenciación del sí mismo y la

dinámica relacional con la familia de origen”

Tesis doctoral Trabajo de grado X Premio o distinción: Si No x

cual: ---

presentado y aprobado en el año 2013 , por medio del presente escrito autorizo

a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi (nuestra) obra las atribuciones que se indican a continuación, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida será facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseñanza y la investigación.

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AUTORIZO (AUTORIZAMOS) SI NO 1. La conservación de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y trabajos

de grado de la Biblioteca. X

2. La consulta física o electrónica según corresponda X

3. La reproducción por cualquier formato conocido o por conocer X 4. La comunicación pública por cualquier procedimiento o medio físico o

electrónico, así como su puesta a disposición en Internet

X

5. La inclusión en bases de datos y en sitios web sean éstos onerosos o gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrán las mismas facultades que las aquí concedidas con las mismas limitaciones y condiciones

X

6. La inclusión en la Biblioteca Digital PUJ (Sólo para la totalidad de las Tesis Doctorales y de Maestría y para aquellos trabajos de grado que hayan sido laureados o tengan mención de honor.)

X

De acuerdo con la naturaleza del uso concedido, la presente licencia parcial se otorga a título gratuito por el máximo tiempo legal colombiano, con el propósito de que en dicho lapso mi (nuestra) obra sea explotada en las condiciones aquí estipuladas y para los fines indicados, respetando siempre la titularidad de los derechos patrimoniales y morales correspondientes, de acuerdo con los usos honrados, de manera proporcional y justificada a la finalidad perseguida, sin ánimo de lucro ni de comercialización.

De manera complementaria, garantizo (garantizamos) en mi (nuestra) calidad de estudiante (s) y por ende autor (es) exclusivo (s), que la Tesis o Trabajo de Grado en cuestión, es producto de mi (nuestra) plena autoría, de mi (nuestro) esfuerzo personal intelectual, como consecuencia de mi (nuestra) creación original particular y, por tanto, soy (somos) el (los) único (s) titular (es) de la misma. Además, aseguro (aseguramos) que no contiene citas, ni transcripciones de otras obras protegidas, por fuera de los límites autorizados por la ley, según los usos honrados, y en proporción a los fines previstos; ni tampoco contempla declaraciones difamatorias contra terceros; respetando el derecho a la imagen, intimidad, buen nombre y demás derechos constitucionales. Adicionalmente, manifiesto (manifestamos) que no se incluyeron expresiones contrarias al orden público ni a las buenas costumbres. En consecuencia, la responsabilidad directa en la elaboración, presentación, investigación y, en general, contenidos de la Tesis o Trabajo de Grado es de mí (nuestro) competencia exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad a la Pontifica Universidad Javeriana por tales aspectos.

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De conformidad con lo establecido en el artículo 30 de la Ley 23 de 1982 y el artículo 11 de la Decisión Andina 351 de 1993, “Los derechos morales sobre el trabajo son propiedad de los autores”, los cuales son irrenunciables, imprescriptibles, inembargables e inalienables. En consecuencia, la Pontificia Universidad Javeriana está en la obligación de RESPETARLOS Y HACERLOS RESPETAR, para lo cual tomará las medidas correspondientes para garantizar su observancia.

NOTA: Información Confidencial:

Esta Tesis o Trabajo de Grado contiene información privilegiada, estratégica, secreta, confidencial y demás similar, o hace parte de una investigación que se adelanta y cuyos

resultados finales no se han publicado. Si No X

En caso afirmativo expresamente indicaré (indicaremos), en carta adjunta, tal situación con el fin de que se mantenga la restricción de acceso.

NOMBRE COMPLETO No. del documento de

identidad FIRMA

Diana Marisol Salamanca Joya 46.456.396

FACULTAD: Psicología

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BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J. DESCRIPCIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO

FORMULARIO

TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS O TRABAJO DE GRADO

Problemáticas en las relaciones de pareja de mujeres solteras que acuden a consulta psicológica y su correspondencia con el nivel de diferenciación del sí mismo y la dinámica

relacional con la familia de origen”

SUBTÍTULO, SI LO TIENE ---

AUTOR O AUTORES

Apellidos Completos Nombres Completos

Salamanca Joya Diana Marisol

DIRECTOR (ES) TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO

Apellidos Completos Nombres Completos

Medina Álvarez Argelia

FACULTAD

Psicología

PROGRAMA ACADÉMICO Tipo de programa ( seleccione con “x” )

Pregrado Especialización Maestría Doctorado

x

Nombre del programa académico

Maestría en Psicología Clínica

Nombres y apellidos del director del programa académico

Hugo Alberto Escobar Melo

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE:

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PREMIO O DISTINCIÓN(En caso de ser LAUREADAS o tener una mención especial): ---

CIUDAD AÑO DE PRESENTACIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO

NÚMERO DE PÁGINAS

Bogotá 2013 144

TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con “x” )

Dibujos Pinturas Tablas, gráficos y

diagramas Planos Mapas Fotografías Partituras

- - - -

SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedará solamente en formato PDF.

---

MATERIAL ACOMPAÑANTE

TIPO DURACIÓN

(minutos) CANTIDAD

FORMATO

CD DVD Otro ¿Cuál?

Vídeo - - - - -

Audio - - - - -

Multimedia - - - - -

Producción

electrónica - - - - -

Otro Cuál?

- - - - -

DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS

Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo biblioteca@javeriana.edu.co, donde se les orientará).

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Diferenciación del sí mismo Differentiation of self

Familia de Origen Family of Origin

Relaciones de Pareja Family Relationships

Soltería Singleness

RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS (Máximo 250 palabras - 1530 caracteres)

Resumen

Esta investigación buscó comprender las correspondencias existentes entre las problemáticas en las relaciones de pareja de mujeres solteras que acuden a consulta psicológica y el nivel de diferenciación del sí mismo y la dinámica relacional con la familia de origen. A partir de la intervención terapéutica de corte sistémico con tres mujeres solteras y sin hijos, utilizando la metodología de análisis de narrativas, fue posible identificar las principales relaciones entre estas tres variables y corroborar la influencia del proceso de diferenciación de la familia de origen en el establecimiento y mantenimiento de las relaciones de pareja.

Los resultados de la investigación evidencian bajos niveles de diferenciación en las mujeres participantes asociados a un rol de centralidad y cuidado desempeñado por ellas dentro de sus familias de origen, el cual replican en sus relaciones de pareja en las cuales tienden al sobreinvolucramiento, por lo que desarrollan relaciones dependientes en las que satisfacen las necesidades de sus parejas pero no las propias, lo cual genera a largo plazo una significativa insatisfacción con la relación.

Abstract

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three variables and corroborate the influence of the differentiation process family origin for the establishment and maintenance of relationships.

The research results show low levels of differentiation in the female participants associated with a central role played by them and care within their families of origin, which replicate in their relationships in which tend to over involvement, so develop relations dependents in meeting the needs of their partners but not themselves, which creates a significant long-term relationship dissatisfaction.

NOMBRE COMPLETO No. del documento de

identidad FIRMA

Diana Marisol Salamanca Joya 46.456.396

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PROBLEMÁTICAS EN LAS RELACIONES DE PAREJA DE MUJERES SOLTERAS QUE ACUDEN A CONSULTA PSICOLÓGICA Y SU CORRESPONDENCIA CON EL NIVEL DE DIFERENCIACIÓN DEL SÍ MISMO Y LA DINÁMICA RELACIONAL

CON LA FAMILIA DE ORIGEN.

Trabajo de Grado Para optar al título de

Magíster en Psicología Clínica – Énfasis Sistémico

Diana Marisol Salamanca Joya

Dirigido por: Argelia Medina Álvarez

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Psicología

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[image:10.612.72.485.115.444.2]

Tabla de Contenido

Introducción...13

Fundamentación Bibliográfica...22

Objetivos...52

Objetivo General...52

Objetivos Específicos...52

1. Método...53

1.1. Tipo de investigación...53

1.2. Diseño...55

1.3. Participantes………....56

1.4. Fuentes de recolección y análisis de la información………....59

1.5. Procedimiento……….62

1.6. Aspectos éticos...63

2. Resultados...64

3. Discusión...122

4. Conclusiones...138

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PROBLEMÁTICAS EN LAS RELACIONES DE PAREJA DE MUJERES SOLTERAS QUE ACUDEN A CONSULTA PSICOLÓGICA Y SU CORRESPONDENCIA CON EL NIVEL DE DIFERENCIACIÓN DEL SÍ MISMO Y LA DINÁMICA RELACIONAL

CON LA FAMILIA DE ORIGEN.

Resumen

Esta investigación buscó comprender las correspondencias existentes entre las problemáticas en las relaciones de pareja de mujeres solteras que acuden a consulta psicológica y el nivel de diferenciación del sí mismo y la dinámica relacional con la familia de origen. A partir de la intervención terapéutica de corte sistémico con tres mujeres solteras y sin hijos, utilizando la metodología de análisis de narrativas, fue posible identificar las principales relaciones entre estas tres variables y corroborar la influencia del proceso de diferenciación de la familia de origen en el establecimiento y mantenimiento de las relaciones de pareja. Los resultados de la investigación evidencian bajos niveles de diferenciación en las mujeres participantes asociados a un rol de centralidad y cuidado desempeñado por ellas dentro de sus familias de origen, el cual replican en sus relaciones de pareja en las cuales tienden al sobreinvolucramiento, por lo que desarrollan relaciones dependientes en las que satisfacen las necesidades de sus parejas pero no las propias, lo cual genera a largo plazo una significativa insatisfacción con la relación.

Palabras Clave: Diferenciación del sí mismo, Familia de Origen, Relaciones de Pareja, Soltería

Abstract

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involvement, so develop relations dependents in meeting the needs of their partners but not themselves, which creates a significant long-term relationship dissatisfaction

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Introducción

Dentro de las sociedades occidentales los patrones de formación de pareja han experimentado muchos cambios en los últimos años, destacándose principalmente: la expansión de las uniones consensuales y de los nacimientos fuera del matrimonio, el incremento de las rupturas matrimoniales y la diversificación de las modalidades de estructuración familiar, el aumento de la soltería, retraso en el matrimonio y la postergación de la tenencia del primer hijo. (García, 2011)

A principios del siglo XX, las mujeres tenían como perspectiva vivir en el seno de la familia, las solteras con las familias de origen y las casadas con las de procreación, reducidas al ámbito privado, pero desde los años 60s se inició un cambio que implicó el ingreso masivo de las mujeres al mercado laboral tanto de las solteras como de las casadas con y sin hijos. Estos cambios que la mujer ha sufrido en los últimos cincuenta años han tocado la estructura familiar, el mercado laboral y las expectativas matrimoniales a nivel mundial, teniendo como resultado fenómenos como los divorcios, las separaciones y la soltería.

Dice Barragán (2003) que hacia 1980, las solas se enunciaban como un nuevo status social, al que el mercado de consumo había menospreciado y omitido, debido a que se consideraban una minoría y además subvertían el imaginario tradicional de rol adjudicado a la mujer como esposa y mamá, pero en realidad ahí estaban las jóvenes retardando su ingreso al matrimonio, treintañeras renuentes a cumplir su destino de ser esposas y madres, mujeres que han tomado el control de su vida y para quienes un compromiso matrimonial o de pareja no existe como una prioridad para hacer valer su existencia dentro de la sociedad.

Ello da cuenta, de los grandes cambios que ha sufrido el rol de la mujer desde la mitad del siglo XX hasta la actualidad, en la cual reclama autonomía y nuevos espacios de reconocimiento social, apartándose del modelo tradicional desde el cual la mujer ha sido preparada para ser madre, esposa y ama de casa, dependiendo siempre de un hombre; primero del padre, luego del esposo y finalmente del hijo.

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divorcio, la libertad sexual y el control de la fecundidad; son manifestaciones del acceso de las mujeres a la disposición de sí mismas en diversos ámbitos de su existencia.

Como lo anota Thomas (1997) ha sido un proceso de reconstrucción de identidades a partir de nuevos marcadores que alteran los antiguos estereotipos de lo femenino, dejando de lado el ser “objeto de”, cuya existencia es definida por los otros, para empezar a construirse como sujeto desde la afirmación, en un proceso en el que las mujeres están aprendiendo a estructurar nuevos espacios tanto sociales como subjetivos y a tener proyectos de vida que les permitan salir del cerco de los roles construidos alrededor de la maternidad y el matrimonio.

De acuerdo con el Censo realizado en 2005 en Colombia, el 41,3% de las mujeres encuestadas se declararon solteras, el 22,0% casadas, el 20, 2% no casadas pero con dos años o más con pareja, el 6,2 separadas o divorciadas y el 6,3% viudas. Mientras que en el área urbana el 42,4% se declaran solteras, en el área rural solo lo hace el 37,3%, lo cual da cuenta de la diferencia de esta condición entre los estratos de la población, siendo más elevada en los medios y altos que en los bajos, además de evidenciarse una diferencia entre regiones. Esta circunstancia que puede estar asociada con factores de tipo cultural y de tipo económico, se refleja en la brecha en escolaridad existente entre las mujeres en el área urbana y el área rural, ya que mientras que en el área urbana el 8,8 % de las mujeres cuenta con educación profesional, solo el 0,9 % de las mujeres en el área rural cuenta con estudios profesionales.

De igual manera, en la ENDS (Encuesta Nacional de Demografía y Salud) realizada en 2005, el 32.9% de las mujeres encuestadas se declaran solteras, el 21.8% casadas, el 29.7% unidas, el 14.6 % divorciadas/separadas y el 1.0% viudas. En cuanto al nivel de educación se observa un aumento sostenido en el nivel profesional, ya que el 20% de las mujeres tiene educación superior en el 2005, en comparación con el 15% registrado en el 2000 y el 10% registrado en 1995. Las mujeres de la zona urbana muestran en promedio 5 años más de estudio que las de las zonas rurales y las mujeres más pobres tienen 6.5 años menos de educación que las de los estratos más ricos.

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la realización de actividad laboral remunerada fuera del hogar entre la zona urbana y la zona rural, ya que en el área urbana el 29,2% declara haber trabajado la semana anterior al censo y el 30,1% haberse dedicado a oficios del hogar, mientras que en área rural solo el 11,6% declara haber trabajado la semana anterior al censo y el 49,8% haberse dedicado a oficios del hogar.

Estos cambios están asociados también a descensos en la tasa de fecundidad, los cuales se observan de acuerdo con el Censo, ya que mientras que en el 2000 esta tasa fue de 2, 6 hijos por mujer, en el 2005 se redujo a 2,4 hijos por mujer, registrándose de nuevo diferencias entre la zona urbana y la rural, siendo de 2,1 en la zona urbana y de 3,4 en la rural. Con excepción del grupo de menores de 20 años, especialmente pertenecientes a sectores bajos, las mujeres de 25 a 39 años continúan la tendencia hacia la disminución de la fecundidad.

Estas cifras evidencian una condición de soltería en aumento, que se refleja en una significativa proporción de mujeres solteras frente a las mujeres casadas, en unión permanente, separadas/divorciadas y viudas, acompañada de la reducción de la maternidad, así como también de niveles más altos de escolaridad entre las mujeres a medida que han avanzado los años y el aumento en el desarrollo de actividades remuneradas fuera del hogar por parte de ellas; siendo relevante anotar que existen diferencias considerables en estos indicadores según área geográfica y estrato socioeconómico.

A su vez, en el Estudio Nacional de Salud Mental realizado en Colombia en el 2003, al observar la variable del estado civil en su relación con el padecimiento de trastornos psicológicos, se encuentra que en cualquier trastorno principal la mayor prevalencia fue en personas separadas o viudas con un 45,3%, seguidas por las solteras con un 36%. En los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad las prevalencias más bajas se encontraron en personas casadas o en unión libre con 15, 1% y 18, 5% respectivamente. Para trastorno depresivo menor el 2, 7% era soltero, el 2,8 separado o viudo y el 1,3% casado, en el trastorno bipolar 1 con manía el porcentaje de los solteros es el más alto, así como también el porcentaje más alto en fobia social es el de los solteros con 6,1%, seguidos por lo separados con 5,3% y finalmente los casados con 4, 5%.

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separada y viuda, lo cual llama la atención sobre la importancia de investigar y lograr mayor conocimiento acerca de los elementos individuales, familiares y contextuales que favorecen esta alta incidencia del malestar psicológico dentro de este grupo de la población y para el caso de esta investigación específicamente en quienes son mujeres solteras.

De acuerdo con Barragán (2003) la soltería femenina es uno de los fenómenos sociales menos estudiados en la actualidad, lo cual en la revisión bibliográfica realizada para documentar esta investigación se confirma, dado que aunque hay diversidad de estudios sobre género, estos no hacen énfasis en la condición de soltería en particular, encontrándose la mayoría de ellos orientados a la discusión de temáticas como la violencia intrafamiliar, la cuestión del género en el marco del conflicto armado, la evolución de la participación de la mujer en el mercado laboral, la feminización de la pobreza y los derechos sexuales y reproductivos; lo cual da cuenta de la escasez de investigación sobre el tema puntual de la soltería en las mujeres, a pesar de ser un fenómeno en aumento como ya se ha expuesto.

Dentro de la terapia sistémica solo Walters, Carter, Papp, & Silverstein (1991) han abordado la problemática de la mujer sola y de la mujer soltera específicamente, considerando principalmente dentro de las ventajas de la soltería, la independencia y la libertad en la toma de decisiones, pero también los riesgos asociados a ella, en la medida en que no contar con un compañero con el cual compartir su vida social y sexual, puede ser embarazoso en sociedades en las que la vida social se organiza principalmente en parejas, razón por la cual muchas mujeres solas dedican su vida a encontrar el “príncipe azul” y hacia los treinta años esta búsqueda se vuelve obsesiva ya que se pueden sentir como personas incompletas si no tienen un hombre al lado.

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Villareal (2008) en cambio, sostiene que no existe un solo tipo de soltería sino que cada mujer la experimenta según su historia de vida, por lo cual habría mujeres para las que efectivamente la soltería es una opción de vida y en esa medida la ven como una oportunidad para poner sus necesidades en primer término y tomar decisiones independientes, para otras mujeres es una respuesta al cuestionamiento del estilo de vida asignado de ser madres o ser objetos sexuales y finalmente habría mujeres que viven su soltería a la expectativa del encuentro con la persona ideal para contraer matrimonio, considerando que la identidad personal y la autorrealización no pueden provenir de otras fuentes que no sean el matrimonio y la maternidad. En estos últimos casos manifiestan Walters et al. (1991) es común que en algún momento de sus vidas estas mujeres lleguen a culparse por su soltería, viéndose a sí mismas desde un lugar de fracaso, por lo que es importante ampliar el nivel de observación y comprender que su condición de soltería no es resultado de aspectos individuales negativos necesariamente, sino que pudo ser una situación determinada entre otros aspectos, por el excesivo sobreinvolucramiento con sus familias de origen.

Al respecto, Villareal (2008) anota que las mujeres solteras con las que realizó su investigación, destacan y algunas hasta reclaman, la responsabilidad de sus familias de origen al construir esa circunstancia, ya que todas encuentran una relación directa entre la condición de soltería y el papel jugado por ellas desde jóvenes en sus familias de origen, en tanto les correspondió atender y cuidar a sus padres, lo que fue independientemente del tamaño de su núcleo familiar y del grado educativo de las mujeres.

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a la excesiva fusión emocional entre ellos como resultado de la dificultad para regular la tensión y la cercanía y la distancia entre las partes del sistema.

Este proceso, a su vez tiene una importancia capital en el establecimiento y mantenimiento de las relaciones de pareja ya que de acuerdo con Bowen (1989) se selecciona la pareja con un nivel de diferenciación semejante y por otro parte el modelo de distanciamiento o fusión emocional vivido en la familia de origen, puede repetirse en las relaciones futuras en las que el grado de compromiso emocional sea muy elevado, de allí que la constitución de las relaciones de pareja estará mejor hecha cuando ambos individuos hayan completado sus tareas de reestructuración de las relaciones con la familia de origen, ya que en términos de los procesos de individuación y diferenciación, solo cuando los miembros de la pareja hayan aprendido más de sí mismos, al reconocer sus propios caracteres, estarán preparados para desarrollar una identidad como pareja, así como también para alcanzar formas efectivas de comunicación y resolución de problemas y para establecer un patrón mutuo de relación con sus familias, amigos y ámbitos de trabajo (Castrillón, 2008)

Diversas investigaciones dan cuenta de la importancia de esta relación, entre otras: Skowron, Friedlander (1998) encontraron que a mayores niveles de diferenciación hay mayor satisfacción marital en la medida en que como lo anotaba Bowen (1991) un cónyuge poco diferenciado reacciona de manera reactiva y se desconecta emocionalmente ante situaciones estresantes lo que genera baja satisfacción marital; Lawson, Brossart (2001) en su investigación sobre la transmisión de los procesos familiares intergeneracionales a través de tres generaciones, encontraron que el predictor más fuerte de la influencia generacional es el de la relación participante/padres hacia la relación participantes/cónyuge en cuanto a la fusión/individuación con el cónyuge, ya que el aumento de la individuación en relación con los padres hizo la mayor contribución al aumento de la individuación del cónyuge y para las mujeres específicamente, la capacidad de interactuar de una manera íntima e individual con los padres hizo la mayor contribución a la creciente individuación conyugal, por lo que el proceso de renegociación de la frontera jerárquica con los padres (menor intimidación) incide en una mayor individuación conyugal de parte de las mujeres.

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Diferenciación del Yo (DSI), encontraron que la mayor regulación del yo, definido en la DIS como la habilidad de tomar la posición del yo y de reaccionar de manera racional y no reactiva, se vio correlacionada con una gran autoridad personal, intimidad generacional y poca fusión intergeneracional en el PAFS; a estas investigaciones se suman otras que dan cuenta de que puede ser más común encontrar bajos niveles de diferenciación en las mujeres, al respecto manifiesta Ortíz (2005) que la exigencia sociocultural de ser cuidadoras a la mujeres, favorece el mayor compromiso de ellas con la familia de origen y ese mayor compromiso es directamente proporcional al nivel de diferenciación logrado, en tanto que a mayor compromiso, mayor indiferenciación; y Skowron; Friedlander (1998) encontraron que la reactividad emocional, la cual es indicador de baja diferenciación, es mayor en las mujeres que en los hombres.

Lo expuesto deja la inquietud acerca de la manera en la que las relaciones con la familia de origen pueden o no influir en la condición de soltería de la mujer y en el establecimiento de sus relaciones de pareja y si la condición de soltería guarda una relación con el proceso de individuación y de formación de autonomía que realizan las mujeres, esto es si por un lado como dice Barragán (2003) la condición de soltería refleja un cambio de actitud de la mujer ante la relación de pareja, la búsqueda de la individuación y la autonomía personal o si por el contrario sería muestra de una dificultad para diferenciarse de su familia de origen y constituir nuevos compromisos y relaciones de intimidad con otros externos a su familia nuclear.

Esto se refuerza a partir de lo postulado por Walters et al. (1991); quienes en su práctica clínica han observado que las mujeres solteras en terapia suelen presentar problemas relacionados con la pérdida de autoestima, depresión, ansiedad y dificultades laborales, todo lo cual se ve mantenido como producto de los valores que aprendieron a edades tempranas acerca del amor y de las relaciones de pareja, por lo que es común que lleven a consulta como problema su relación con un hombre y que suelan pensar que tienen algún defecto personal y que por ello no han podido iniciar y mantener una relación satisfactoria.

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problemática de la mujer soltera particularmente, de manera que se pueda dar cuenta de manera más detallada de sus cursos vitales, sus opciones de vida y las encrucijadas en las que se ven por cuenta del contexto socio cultural que por un lado favorece el ingreso de la mujer a nuevos territorios que le otorgan mayor autonomía, pero por el otro mantiene creencias de género aún altamente lesivas para ellas.

Esto resulta socialmente relevante dados los efectos que tiene en la dinámica demográfica el fenómeno de la soltería, así como también por su relación con las transformaciones relacionadas con el proceso de transición a la adultez y la postergación de parte de los adultos jóvenes de la iniciación de la vida en pareja. Este último elemento resulta de importancia para la disciplina psicológica y para la psicología clínica sistémica en la medida en que aborda un tema central dentro de las transiciones de ciclo vital individual y familiar, el cual se relaciona de manera significativa con posibles desarrollos de alteraciones en el funcionamiento individual y familiar.

De igual manera, se busca ampliar desde la psicología clínica, la comprensión de un fenómeno social que es de interés por su aumento y que ha sido vagamente abordado desde el ámbito clínico y el cual tiene relevancia partiendo de la relación que se observa entre el estado civil de soltería y el padecimiento de trastornos psicológicos como lo indica el Estudio Nacional de Salud Mental (2003), resulta relevante desde la psicología clínica realizar una investigación que se acerque a la comprensión de la relación entre estas variables, en esta investigación particularmente a través de la mejor comprensión del proceso de diferenciación del sí mismo en la medida en que se ha comprobado que mayores niveles de diferenciación se asocian con un mayor bienestar psicológico y con mayor satisfacción en la relación de pareja, siendo pertinente además realizarlo con mujeres solteras dado que las investigaciones realizadas al respecto no han discriminado sus resultados de acuerdo con el estado civil y de este en su relación con la variable del género.

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Para dar respuesta a esta inquietud, en esta investigación se contó con la participación de 3 mujeres, mayores de 30 años, solteras y sin hijos, quienes acudieron a consulta psicológica en la IPS Consultores en Psicología de la Pontificia Universidad Javeriana, con motivos de consulta referidos a dificultades en sus relaciones de pareja. Previo consentimiento de las participantes, las sesiones de psicoterapia realizadas con cada una de ellas, fueron grabadas y rigurosamente transcritas, siendo posteriormente examinadas a partir de un análisis de narrativas de tipo categorial.

Los principales alcances de esta investigación se centran en el logro de un mayor conocimiento a cerca de los cambios en las expectativas sobre las relaciones de pareja en las mujeres solteras, a la vez que una mejor comprensión de sus dilemas al establecer dichas relaciones. De igual modo fue posible determinar características del funcionamiento de las familias de origen de las mujeres solteras que favorecen los bajos niveles de diferenciación mostrados por ellas, así como también formas de interacción que se presentan en la relación con la familia y se replican en la relación de pareja.

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Fundamentación Bibliográfica

A continuación se presenta la perspectiva epistemológica y teórica dentro de la cual se enmarca este proyecto de investigación-intervención, por lo cual se parte de la comprensión de lo que significa la adhesión y desarrollo del proyecto en el marco de una epistemología recursiva, cibernética o también llamada ecosistémica, la cual pone el acento en las interrelaciones, la complejidad y el contexto.

A partir de este paradigma, se posibilita el desplazamiento del foco de atención del individuo a la familia, comprendida como un sistema abierto y relacional que supera a sus miembros y los articula entre sí, con una organización y dimensiones particulares (Minuchín, 1991; Olson, 1983), siendo así escenario de encuentro entre necesidades individuales e instancias sociales, lo que da cuenta de una de sus funciones más importantes que es lograr su mantenimiento como unidad al tiempo que favorece el proceso de diferenciación e individuación de cada uno de sus miembros.

Para comprender dicho proceso de diferenciación se expondrá principalmente la teoría propuesta por Bowen (1991) sobre la diferenciación del sí mismo dentro de la familia de origen y algunos aportes de otros autores como Boszormenyi-Nagy (2001) quien desarrolla un modelo de comprensión del funcionamiento familiar alrededor del concepto de las lealtades al interior de la familia y las cuestiones de subvención y de endeudamiento, algunos planteamientos de Andolfi (1985) y aportes teóricos realizados por Whitaker (1992) sobre el tema especialmente en su relación con las relaciones de pareja, así como también de Framo (1992) sobre los procesos de proyección e introyección parental; elementos los cuales brindan información para comprender la forma en que los modelos familiares son trasmitidos de generación en generación y como por esta vía se produce una influencia en el proceso de diferenciación del individuo.

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origen y el proceso de diferenciación de ella con la condición de soltería y las dificultades de pareja por las que consultan las participantes de la investigación.

Para comenzar, hay que considerar que el ser humano vive en grupos y eso es inherente a su condición humana. Tal vez el grupo más importante del que llegue a hacer parte es el grupo familiar, por ser el sistema primario y el más poderoso al que pertenece una persona. De acuerdo con Hernández (2009) citando a Collins (1987) la familia es un sistema natural y evolutivo, al cual le corresponde: garantizar el adecuado funcionamiento biológico de los individuos, la reproducción de ellos/as, su adecuada socialización, proveer y distribuir los bienes y servicios, mantener el orden del grupo en relación con el sistema social más amplio del que hace parte y favorecer la definición de la motivación para preservar la supervivencia de sus miembros y del grupo.

“Es un sistema en la medida en que está constituida por una red de relaciones, es natural

porque responde a necesidades biológicas y psicológicas inherentes a la supervivencia humana y tiene características propias por cuanto no hay otra instancia social que haya podido

reemplazarla en la satisfacción de las necesidades psicoafectivas tempranas del ser humano”

(Hernández, 2009; p.p: 26-27)

En este mismo sentido, Minuchin (1982) considera la familia como un sistema natural y sociocultural abierto, en transformación ya que opera dentro de contextos sociales más amplios, muestra un desarrollo a través de etapas que exigen su reestructuración y se adapta a las circunstancias cambiantes manteniendo una continuidad y permitiendo a la vez el crecimiento psicosocial de sus miembros.

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Siguiendo a Hernández (2009), una definición completa de la familia incluye por lo menos tres perspectivas: una estructural relativa a los aspectos de composición, jerarquía, límites, roles y subsistemas; otra funcional relacionada con patrones y fenómenos de la interacción; y otra evolutiva que da cuenta de su necesidad de flexibilidad para adaptarse a los cambios externos e internos, adquiriendo cada vez mayores niveles de complejidad.

Desde una perspectiva estructural se encuentran los planteamientos de Minuchin (1981) para quien al interior de la familia se elaboran pautas de interacción, que constituyen la

estructura familiar, la cual rige el funcionamiento de sus miembros, definiendo sus conductas y

facilitando su interacción recíproca. El concepto de estructura hace referencia al conjunto de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. Por ser la familia un sistema que funciona a partir de interacciones, aquellas que se repiten establecen pautas interaccionales con respecto a: de qué manera, con quién y cómo relacionarse. Su reiteración en el tiempo, las va convirtiendo en reglas, que regulan la conducta de los miembros de la familia y sirven para evaluarla. Estas reglas se mantienen gracias a valores socioculturales sobre la organización familiar, así como también por los valores construidos por cada familia, que se configuran a lo largo de los años de convivencia y que dependen de las expectativas mutuas de sus miembros (Minuchin, 1982)

Los límites son un elemento fundamental dentro de la comprensión de la estructura

familiar. Hacen referencia a las reglas que definen quienes participan en un subsistema y de qué manera participan. Su función es proteger la diferenciación del sistema, en tanto permiten que cada subsistema cumpla con sus funciones específicas sin permitir la interferencia de otros subsistemas. Para que el funcionamiento familiar sea adecuado los límites deben ser claros, lo que implica que no haya interferencias indebidas pero que a la vez permitan el contacto entre los miembros. Cuando la permeabilidad de los límites es excesiva puede perder su identidad e integridad y cuando es escasa el sistema se cierra y se aísla (Minuchin, 1982)

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el cual refuerza unos u otros aspectos del funcionamiento individual, el que a su vez influye en las condiciones contextuales y sobre las personas con las que interactúa (Minuchín, 1981)

El subsistema conyugal o holón conyugal es el conformado por los adultos que se unen con la intención de constituir pareja y familia. Cada uno viene con un conjunto de valores propio que ha de ser conciliado con el paso del tiempo. Cada cónyuge debe resignar parte de sus preferencias y ceder para acomodarse mutuamente, sin sentir que el otro lo ha vencido. En su interior se puede fomentar el aprendizaje y el crecimiento, constituyéndose como una plataforma de apoyo para el trato con el entorno extrafamiliar, pero si en su interior las reglas son tan rígidas que nos les permiten asimilar sus experiencias fuera de la pareja, pueden quedar atados a reglas inadecuadas que los empobrecerán y no les permitirán su crecimiento. Este subsistema es fundamental para el desarrollo de los hijos ya que ofrece un modelo para el establecimiento de relaciones íntimas, de expresar amor, solidarizarse y afrontar conflictos, por lo que comúnmente una disfunción en el repercutirá en toda la familia. (Minuchín, 1981)

El subsistema parental o holón parental, incluye el cumplimiento de las funciones de crianza y socialización de los hijos. Requiere límites que permitan el acceso del niño a ambos padres y al tiempo que lo excluya de las relaciones conyugales e implica que los padres se adapten a las sucesivas demandas en el curso del desarrollo de los hijos, cumpliendo en cada etapa del ciclo vital de los hijos funciones específicas. El subsistema fraterno o holón fraterno, es el conformado por los hermanos y se constituye en el primer grupo de iguales en que participa el individuo, por lo que dentro de él numerosos juegos de afecto, rivalidad, celos y cooperación se gestan, siendo necesario preservarlo de la interferencia adulta para que los hijos puedan ejercer su derecho a la privacidad, tener sus propios intereses y disponer de la libertad de cometer errores en su exploración del mundo (Minuchin, 1982)

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desarrollo, el cual trascurre en etapas que siguen una progresión de complejidad creciente (Minuchin, 1981)

Al considerar a la familia como unidad de evolución, surge entonces el interés por los aspectos normativos de su ciclo de vida, el cual de acuerdo con Carter y McGoldrick (1980) citados por Hernández (1989) es el principal contexto y determinante del desarrollo de los miembros individuales de las familias, ya que de acuerdo a cada fase, los miembros desempeñarán determinadas tareas, las cuales se van redefiniendo en el transcurso del tiempo.

Olson, D (1983) citado por Hernández (1989), estableció 7 estadios, a saber: Parejas jóvenes sin hijos, parejas con hijos en edad preescolar, parejas con hijos en edad escolar, familias con hijos adolescentes, familias en disolución (hijo mayor de más de 19 años), familias nido vacío y familias de jubilados. Estas 7 etapas suelen ser sintetizadas en 4 etapas organizadas en torno al crecimiento de los hijos, las cuales son: la formación de pareja, la familia con hijos pequeños o en edad escolar, la familia con hijos adolescentes y la familia con hijos adultos (Minuchín, 1981; Hernández., 2009)

La etapa inicial, que es la de conformación de la pareja, requiere del establecimiento de pautas de interacción que forman la estructura del holón conyugal, deben negociarse las fronteras que regularán su relación con las familias de origen, el mundo del trabajo, los amigos y otros contextos, de tal manera que se mantengan los intercambios con estos a la vez que se favorezca el crecimiento de una relación íntima de pareja, para ello es fundamental el establecimiento de pautas viables para expresar y resolver los conflictos que pueden surgir al comienzo de la unión, ya que en general deben ser modificadas las reglas que antes eran satisfactorias para cada individuo separadamente, de manera que se cede un poco de individualidad pero se gane en pertenencia al nuevo sistema (Minuchín, S. 1981)

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crece deben establecerse controles que le den espacio para explorar y crecer pero que a la vez garanticen su seguridad y el ejercicio de la autoridad parental. Si nace otro hijo, de nuevo habrá que establecer nuevas pautas, desarrollando un funcionamiento más complejo que incluya al holón de los hermanos (Minuchín, 1981)

La familia con hijos adolescentes enfrenta cambios al iniciar el contacto con el sistema escolar, lo que requiere de nuevo la definición de otras pautas para cumplir con las exigencias de la experiencia escolar. Cuando el hijo/a crece es necesario dar espacio para que se reserve ciertas experiencias pero que a la vez se mantenga el contacto con los padres. A la vez se inicia un intercambio más significativo con el grupo de pares y los temas de autonomía y control se tienen que renegociar. En este momento es posible que también los padres reingresen a la vida de sus propios padres para compensar la muerte de alguno de los dos o por cuestiones de enfermedad y vejez. En este estadio inicia el proceso de separación lo cual tiene resonancia en toda la familia, por ejem: un hijo menor que ante la ida de su hermana mayor a la universidad de repente se encuentra más involucrado con sus padres y bajo una supervisión más estricta.

Finalmente, la familia con hijos/as adultos jóvenes se enfrenta a la creación de compromisos propios por parte de estos, una carrera, amigos y finalmente un cónyuge. Ello implica un reencuentro de la pareja originaria y una reorganización en torno a cómo se han de relacionar padres e hijos ahora como adultos (Minuchín, 1981)

De acuerdo con Hernández. A (2009), es importante comprender que el paso de una etapa a otra en el nivel familiar está siempre asociado a modificaciones en la satisfacción de las necesidades de supervivencia y de crecimiento, las que se relacionan con la evolución de la necesidad de apego emocional de sus miembros para lo cual la estructura familiar está al servicio.

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vida; por otro lado la fuerza de la unión hace que el sujeto se una a las metas, objetivos y forma de pensar del grupo al que pertenece, en este caso, la familia.

Acorde con lo anterior, Minuchín (1981) afirma que la familia necesita de una estructura viable para desempeñar sus tareas esenciales que son apoyar la individuación al tiempo que se proporciona un sentimiento de pertenencia. En concordancia con esto, Andolfi (1985) afirma que la familia debe permitir su desarrollo como conjunto al tiempo que asegura la diferenciación de sus miembros.

Desde la terapia familiar sistémica se han realizado elaboraciones conceptuales y procedimientos terapéuticos que abordan el proceso de diferenciación del individuo dentro del sistema familiar, teniendo en cuenta la importancia de la red de relaciones intergeneracionales que conforma la familia y por ende incluyendo como elemento fundamental dentro de la teoría y la intervención a la familia de origen.

Bowen (1991) comprende a la familia como una combinación de sistemas emocionales y relacionales. Lo emocional se refiere a la fuerza que motiva al sistema y lo relacional al modo como se expresa, es decir la comunicación, la interacción y otras modalidades de relación. Por sistema afectivo comprende Bowen (1991) un puente que está en contacto con partes del sistema emocional y con otras del sistema intelectivo, lo cual surge de la distinción que establece entre, los sentimientos, que tienen que ver con la conciencia subjetiva y las opiniones, que atañen a la lógica y al razonamiento del sistema intelectivo.

Dentro de la teoría familiar formulada por Bowen (1991) el concepto fundamental es el

de masa indiferenciada del yo de la familia, el cual se trata de una identidad emocional

aglutinada que existe en diferentes grados de intensidad en todas las familias y que estaría compuesta por el conjunto fusionado de egos de los miembros individuales con unos límites de ego comunes, encontrándose algunos egos completamente fusionados con la masa de ego familiar y otros menos.

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grande en el que los padres estaban tan implicados como las madres, que era fluido y cambiante y que podía extenderse hasta afectar a toda la unidad familiar central e incluso a personas que

no fueran parientes” (p.p:108)

Este proceso emocional que circula dentro de la familia con modos precisos de respuesta emocional, se caracteriza porque las relaciones familiares se alternan entre una excesiva proximidad y un excesivo distanciamiento. En momentos de proximidad un miembro de la familia puede conocer los pensamientos, fantasías y sentimientos de otro miembro de la familia y en los momentos de distanciamiento los miembros emocionalmente fusionados se separan y uno de ellos puede reproducir la fusión con un tercer miembro del sistema o con alguien ajeno al medio familiar con igual compromiso emocional (Bowen, 1989)

Con respecto a estos ciclos de proximidad-distanciamiento al interior de la familia, la ansiedad cobra una gran importancia dado que actúa como reguladora del grado de cercanía y de distancia emocional entre los miembros, en la medida en que cuando viven demasiada distancia emocional experimentan ansiedad por temor al abandono y al rechazo, pero cuando experimentan excesiva cercanía la ansiedad también se eleva por los sentimientos de pérdida de autonomía e independencia.

Fuera de esta función reguladora, la ansiedad también es el mecanismo de transmisión intergeneracional de los patrones familiares tanto funcionales como disfuncionales. En las familias más funcionales existe una tolerancia amplia a las variaciones de la cercanía y la distancia y por ello son necesarios bajos niveles de ansiedad, en contraste las familias menos funcionales que toleran menos variaciones por lo cual se provocan mayores niveles de ansiedad (Ibáñez & Vargas, 2006)

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En tal sentido, el concepto de diferenciación del sí mismo se relaciona con el grado en que el individuo se va desvinculando progresivamente de la fusión inicial con los otros miembros del sistema familiar, moviéndose hacía su propia autonomía, por lo que hace referencia a la relación emocional que el individuo establece con sus íntimos, es decir, con padres, hermanos, pareja, hijos y amigos e implica que el sujeto puede distinguir entre sus emociones y sus pensamientos, además de comportarse más como persona que como parte del grupo familiar (Bowen, M. 1991).

De acuerdo con Ibáñez et al. (2006) la definición de diferenciación, incluye tanto aspectos intrapsíquicos como interpersonales. A nivel intrapsíquico la diferenciación se refiere a la habilidad de distinguir entre pensamientos y emociones y escoger si lo intelectivo o lo emocional será lo que guiará el comportamiento. A nivel interpersonal se refiere a la habilidad para experimentar intimidad con independencia en la relación con los demás. En resumen, la diferenciación se refiere a la capacidad de tener un pensamiento autónomo y conseguir un sentido del yo claro y coherente en el contexto de las relaciones emocionales con las personas significativas, de manera que se pueda experimentar tanto intimidad como independencia en la relación con los demás.

Cuando los límites de la relación proximidad- lejanía son amplios y la familia es tolerante a dichos cambios, el resultado es un sujeto diferenciado, mientras que por el contrario cuando los límites son estrechos el resultado es un grado bajo de diferenciación, con ello se enfatiza en la habilidad de afrontar en forma adaptativa el estrés y la ansiedad, por lo que a mayor nivel de diferenciación más recursos psicológicos se tienen disponibles para afrontar las situaciones que producen ansiedad (Ibáñez et al, 2006)

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De esta manera, el triangulo es la base de todo sistema emocional y sigue pautas de relación que se repiten en periodos de estrés y de calma. En presencia de calma dos componentes del triángulo con un fuerte compromiso emocional forman una alianza emocional placentera pero en situaciones de tensión involucran a un tercero en el conflicto y si la tensión aumenta más personas se verán envueltas, ya que los circuitos emocionales se fijan en una serie de triángulos emocionales interdependientes (Bowen, 1989)

Minuchín (1991) dentro del abordaje estructural de la familia identificó formas de relación inadecuadas, a las que llamó patologías de alianzas, las cuales se caracterizan por un patrón de desviación del conflicto y por la creación de coaliciones intergeneracionales permanentes. De igual manera, al hacer referencia al concepto de los límites dentro del sistema familiar, estableció un continuo que permite entender también este proceso de proximidad y distancia en las relaciones, el cual se va de los límites difusos a los límites muy rígidos, los que se corresponden con estilos transaccionales de aglutinamiento o de desligamiento respectivamente.

De ello resulta que las disfunciones familiares pueden adoptar la forma de límites porosos en donde prima la proximidad excesiva y la intrusión en la esfera de cada miembro del sistema o por otra parte de la existencia de límites rígidos caracterizados por una proximidad escasa, en la que priman los valores individuales sobre los del grupo familiar existiendo poco contacto entre las personas y los subsistemas. Ambos tipos de relación provocan problemas familiares frente a cambios intra o extra al sistema que requieren de procesos de adaptación, bien por presiones internas originadas de la evolución de los propios miembros y subsistemas o de la presión exterior originada en las exigencias para acomodarse a las demandas del entorno social que influyen sobre los miembros de la familia (Ochoa, 1995)

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A partir de ello establece una escala de diferenciación del sí mismo que va de 0 a 100. Las personas que se ubican entre 0 y 25 son quienes poseen un grado de fusión de ego más intenso y por lo tanto la diferenciación del sí mismo es más pequeña. Viven en un mundo de sentimientos, dependen de lo que los demás sienten acerca de ellos, gran parte de su energía vital está dedicada a mantener el sistema de relaciones en que se hallan inmersos (amando, siendo amados, reaccionando contra el fracaso en la consecución de amor), no son capaces de diferenciar entre el sistema sentimental y el sistema intelectual.

Las decisiones más importantes de la vida las toman de acuerdo a lo que sienten como correcto o cómodo, son incapaces de utilizar el yo diferenciado “yo creo, yo soy, yo hago, yo no hago” en sus relaciones con los demás, su empleo del yo está limitado al narcisista “yo quiero, me duele”. En la adultez son apéndices dependientes de las masas de ego de sus padres y en el curso de sus vidas tratan de encontrar otros vínculos de dependencia de los cuales puedan tomar prestada la fuerza necesaria para funcionar, algunos pueden mantener un sistema de vínculos de dependencia funcionando sin síntomas, pero pueden verse fácilmente afectados por desequilibrios emocionales y disfunciones que pueden ser permanentes (Bowen, 1989)

Las personas que se sitúan entre 25 y 50 son las que poseen fusiones de ego menos intensas así como un sí mismo pobremente definido o bien una capacidad incipiente para diferenciar el sí mismo. Son personas sentimentales, sensibles a toda armonía o disonancia emocional que se refiera a ellos, los sentimientos se elevan ante la alabanza o aprobación o se derrumban por la desaprobación, el éxito laboral es determinado por la aprobación de sus superiores o por el sistema de relaciones más que por el valor inherente al trabajo, son conscientes de las opiniones y creencias del sistema intelectual, pero el sí mismo incipiente esta tan fusionado con los sentimientos que se expresa en forma de autoritarismo, sumisión o de oposicionismo, tienen personalidades que careciendo de creencias y convicciones propias se adaptan enseguida a la ideología predominante. Estos individuos tienen un pseudo sí mismo, ya que es cambiante y es negociable en el sistema de relaciones según la emoción que prevalece (Bowen, 1991)

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presión hacia la conformidad es fuerte y bajo estrés es probable que tomen decisiones basados en sentimientos para no generar malestar en los demás al defender su convicción, eludiendo expresar opiniones que puedan hacerles quedar marginados y así alterar su equilibrio emocional, sin embargo emplean más su energía en actividades dirigidas a objetivos y reservan menos para conservar el equilibrio del sistema emocional, bajo suficiente estrés pueden desarrollar síntomas físicos o emocionales pero de rápida recuperación (Bowen, 1991)

Las personas ubicadas entre 75 y 100 son escasas al considerar la escala completa, ya que es imposible que una persona posea todas las características que se asignaría al valor 100. Dentro de este grupo describe a personas entre 80 a 90, quienes gozarían de las características de una persona diferenciada, es decir, se trata de individuos con principios, orientados a objetivos, se empiezan a independizar de sus padres en la infancia, están seguros de sus creencias y convicciones pero sin ser dogmáticos ni de ideas fijas, son capaces de escuchar y evaluar el punto de vista ajeno, están seguros de que su comportamiento no ha de verse afectado ni por la alabanza ni por la crítica de los demás, son capaces de respetar el sí mismo de otra persona sin juzgarla ni involucrarse emocionalmente en el intento de modificar su curso de vida. Están libres para moverse por cualquier sistema de relaciones y participar en intensas relaciones sin que surja una necesidad del otro que pueda perjudicar el funcionamiento, se hallan libres de suavizar los límites del ego a fin de disfrutar el placer de derivado de compartir los sí mismo y saben que pueden desligarse y emprender un comportamiento dirigido a voluntad (Bowen, 1989)

Bowen (1989) manifiesta que “cuanto más baja es la diferenciación, más se responsabiliza a los demás de su sí mismo o de su felicidad, más intensas son las fusiones de ego y más drásticos son los mecanismos como la distancia emocional, el aislamiento, el conflicto, la

violencia y la enfermedad física a fin de controlar la emoción de excesiva intimidad” (p 164)

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principalmente su relación con su familia de origen o relaciones actuales (de pareja, con hijos, amigos). Generaron reactivos para ejemplificar la diferenciación del yo, los cuales reflejaban por una parte la capacidad de distinguir y equilibrar pensamientos y emociones y la capacidad de intimar con autonomía en las relaciones con sus seres queridos o conocidos. En estos reactivos identificaron cuatro factores o subescalas: reactividad emocional, posición del Yo, desconexión

emocional y fusión con otros.

La reactividad emocional hace referencia a el grado en que una persona responde antes

estímulos ambientales, si responde emocionalmente, si no es firme en sus emociones y si es muy sensible a estímulos ambientales o emocionales, la posición del yo se refiere a la clara definición de sentido de sí mismo y la capacidad de seguir las convicciones aún estando presionados a hacer otra cosa, la desconexión emocional refleja los sentimientos de amenaza por la excesiva sensación de intimidad y vulnerabilidad en las relaciones con los demás, haciendo referencia a temores, y conductas de defensa como sobrefuncionamiento, distanciamiento o negación y la

fusión con otros indica el sobreinvolucramiento con otros incluyendo la triangulación y la

identificación con los padres. Este inventario ha sido hasta el momento el más utilizado en investigaciones sobre la diferenciación y en la presente investigación se tomaran las 4 subescalas que lo componen con su definición cualitativa para dar cuenta del nivel de diferenciación de las participantes del estudio, por ello era importante puntualizarlo.

Andolfi, Angelo, Mengui & Nocolo (1985) argumentan que la exigencia de diferenciación, entendida como la necesidad de expresión del sí mismo de cada quien, se integra con el requerimiento de cohesión y de mantenimiento de la unidad del grupo familiar en el tiempo, de manera que se hace posible que el individuo con la seguridad de pertenecer a un grupo suficientemente cohesionado, se diferencie poco a poco en su sí mismo individual, proceso en el cual se volverá cada vez menos esencial para su sistema familiar de origen, hasta que al fin se separe de este y pueda constituir con funciones diferentes un sistema nuevo.

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distintos y con personas diversas, sin perder por eso el sentido de continuidad personal. Lacapacidad de trasladarse de un lugar a otro, de participar, de separarse, de pertenecer a subsistemas diversos y desempeñar funciones distintas a las que otros cumplen, así como realizar funciones nuevas, es lo que da la posibilidad de experimentar aspectos más diferenciados del sí mismo, lo cual enfrenta a la familia con fases de inestabilidad en las que es necesario generar nuevos equilibrios funcionales que se alcanzarán al lograr una mayor tolerancia frente a la diversidad de sus miembros (Andolfí et al, 1985)

Cuando esta evolución no se puede producir, se debe a que las reglas que gobiernan el sistema familiar impiden la individuación o la autonomía de sus miembros, ya que les resulta imposible modificar las funciones de los miembros con el paso del tiempo, lo que determina que las personas coexistan solo en el nivel de las funciones, constriñéndolas a vivir solamente en función de los demás. En esa situación de acuerdo con Andolfí et al (1985) los miembros difícilmente afirman y reconocen su propia identidad y la de los demás, estando siempre forzados a ser como el sistema lo impone, por lo que si los procesos de diferenciación se tienen que hacer dentro de un sistema en el que preexisten expectativas muy específicas sobre las funciones de cada miembro, su individuación se verá obstaculizada, al producirse una progresiva alienación en la función asignada, lo cual disminuirá la posibilidad del sujeto de diferenciarse en los campos en que las demandas son conflictivas o muy desequilibradas.

De ello se tiene que la función adquiere una connotación negativa cuando su asignación es rígida e irreversible o cuando entra en contradicción con la función biológica o acorde al ciclo vital de sus miembros, ejem: la función paterna que se le asigna al hijo y no al padre. Esto determina una alienación progresiva del individuo más involucrado, a expensas del desarrollo de su sí mismo y de su espacio personal. La falta de confines interpersonales claros deriva en la imposibilidad de participar libremente en relaciones de intimidad o de separación, por lo que la única posibilidad de coexistencia pareciera ser la injerencia en el espacio personal ajeno y la simultánea pérdida del propio (Andolfí et al, 1985)

Dicen Andolfí et al (1985) que “en estas condiciones el peligro es que el otro constituya su propia autonomía antes de que uno esté en condiciones de establecer la propia, por lo que la

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nadie se defina con nitidez, ya que se le viviría como un acto de independencia y por lo tanto de

traición” (p.21). En las familias en las que los cambios de relación se perciben como amenazadores, se introduce la rigidez en los esquemas de interacción y en las funciones desempeñadas por cada miembro, a expensas de informaciones nuevas y diferenciadas, así como también de poner en acto soluciones nuevas que den cabida a la experimentación y el aprendizaje.

Como complemento a lo anterior, Boszormenyi Nagy & Spark (2001) afirman que al interior del sistema familiar existe una trama de lealtades multipersonales, que se refieren a la existencia de expectativas estructuradas del grupo en relación con las cuales todos los miembros adquieren un compromiso, por lo cual para ser un miembro leal del grupo, sus miembros han de interiorizar sus expectativas y asumir una serie de comportamientos para cumplir con los mandatos interiorizados.

La incapacidad para cumplir las obligaciones genera sentimientos de culpa que constituyen fuerzas secundarias de regulación de la homeostasis del sistema. “Mientras que la estructuración de la lealtad está determinada por la historia del grupo, la justicia del orden humano y sus mitos, el alcance de las obligaciones de cada individuo y la forma de cumplirlos están codeterminados por el complejo emocional de cada miembro y por la posición que por sus méritos ocupa en el sistema multipersonal, el cual presupone la continua contabilización de

hechos dentro de un marco de reciprocidad o de jerarquía de obligaciones” (Boszormenyi Nagy & Spark, 2001, p.55)

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En este sistema, la individuación se percibe como balanceada frente a las obligaciones de lealtad del sujeto hacia la familia de origen, pudiéndose definir y medir en función de la capacidad para saldar viejos y nuevos compromisos de lealtad. En términos relacionales abarca la capacidad para establecer nuevos equilibrios entre compromisos verticales y horizontales, más que el abandono de los primeros. En algunos sistemas familiares cualquier movimiento hacia la autonomía constituye una deslealtad y de forma inversa una incapacidad para desarrollar autonomía puede ser deplorada en forma abierta pero valorada de forma encubierta como prueba de un compromiso de lealtad con la familia de origen (Boszormenyi Nagy et al, 2001)

En este sentido, aún en personas que se han distanciado de su familia de origen, se puede observar como siguen manteniendo con ella un impasse de lealtad no resuelta, ya que en un nivel relacional profundo la separación física puede favorecer un desplazamiento contraautónomo interior neutralizador en la contabilización del balance de méritos en el sistema de lealtad de la familia. Por lo tanto, la separación puede inducir sentimientos de culpa en quien la realiza y la culpa es el mayor de los obstáculos para el éxito de la emancipación, por lo cual el examen de forma abierta de las posibles formas de resolución de las propias obligaciones conduce a una mayor independencia que la prematura huida para evitar hacer frente a las cuentas pendientes, ya que para Boszormenyi Nagy et al (2001) la huida es un método para evitar hacer el balance de las obligaciones al interior de la familia, que se manifiesta en el establecimiento de unas reglas de juego bajo las cuales las obligaciones personales se tornan obscuras e indiscernibles.

En consonancia con lo dicho, Bowen (1989) considera que cuanto más abrupto y definido es el corte emocional (distancia emocional) con los padres, por lo regular mediante el uso de la distancia física, más previsible es que se repita el mismo modelo en las relaciones futuras cuando la tensión aumente, ya que recurrirán a realizar un corte emocional para recuperar el sí mismo. Mientras que quienes logran la distancia emocional mediante mecanismos internos y no alejándose de la familia de origen, estarán más expuestos a que en momentos de tensión emocional desarrollen enfermedades físicas o emocionales.

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cuestión significativa, resistiendo de manera conjunta todo cambio o crecimiento emocional de cualquiera de sus miembros, evitando la resolución de las obligaciones de lealtad.

Diversas formas de estancamiento relacional dan cuenta de lo anterior como lo son: el fracaso manifiesto, el fracaso sexual, la incapacidad de compromiso con alguien en una relación íntima, la lealtad conyugal a expensas de la deslealtad vertical y la realización material individual como punto de referencia para la organización familiar. De igual manera, otras pautas de interacción que parecen desequilibradas pueden equilibrar de forma indirecta las lealtades, como la lealtad basada en actos aparentemente negativos, el sacrificio del desarrollo social como acto de devoción, la lealtad escindida es decir rechazar a una persona y mostrarse devoto de otra, manipular una retribución desplazada (Boszormenyi Nagy et al, 2001)

Para Boszormenyi Nagy et al (2001) la constitución de pareja provoca enfrentamientos entre los dos sistemas de lealtad de las familias de origen, de cada miembro de la pareja con su familia y hacia la pareja, lo cual hace que mucha gente evite el compromiso matrimonial, se muestre muy perturbada a la hora de formalizar el compromiso, recurra a medidas defensivas de autosacrificio para salvar éticamente el conflicto o que rompa con la unión de pareja.

Esto apunta en el mismo sentido a lo afirmado por Ackerman (1978) para quien los desórdenes de la relación marital no pueden ser comprendidos en un vacio social, ya que es importante comprender la influencia de los antiguos grupos familiares de cada uno de los miembros de la pareja y su situación común como pareja, por lo que la adaptación conyugal deber ser contemplada dentro de esa red más amplia de relaciones que refleja los vínculos de identidad de cada miembro de la pareja con su respectiva familia de origen y con la comunidad más amplia. En igual sentido, Satir citada por Castrillón (2008) planteaba el funcionamiento y la experiencia del individuo en términos de cómo se relacionaba con el contexto y el papel que desempeñaban las personas en sus relaciones más próximas, como los factores que contribuían a la formación del autoestima y a la manera en que los sujetos se relacionan dentro de la pareja.

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diferenciación, solo cuando los miembros de la pareja hayan aprendido más de sí mismos, al reconocer sus propios caracteres, estarán preparados para desarrollar una identidad como pareja, así como también para alcanzar formas efectivas de comunicación y resolución de problemas y para establecer un patrón mutuo de relación con sus familias, amigos y ámbitos de trabajo. En tal medida, la pareja entenderá que su relación se orienta a proveerse mutuamente un espacio para el crecimiento personal, por lo que plantea Ackerman (1978) uno de los objetivos de la terapia en casos de desórdenes en la relación de pareja es promover el crecimiento de la relación y de cada uno de los miembros de la pareja como individuo.

Acevedo. V & col (2007) citando a Kramer. P (1998) apunta que en las parejas con bajo nivel de diferenciación como seres únicos y diversos respecto a sus familias de origen, la fusión es tan grande que comparten habilidades y dificultades de forma tan confusa que dificulta el reconocimiento de los dos, el otro se vuelve un apéndice del sí mismo y debido a ello la comunicación, el manejo de la ansiedad, la resolución conjunta de problemas y la mutualidad se convierten en dificultades de complicada solución.

En tal sentido, de acuerdo con Whitaker (1992) el proceso del matrimonio es un proceso dialectico que oscila también dentro del continuo vaivén entre individuación y pertenencia, y en el cual a veces la fuerza del equipo es tan satisfactoria e inductora que aparece la tentación de abandonar la individuación y desarrollar una adopción bilateral en la que cada parte está dispuesta a ser padre o madre de la otra a cambio del privilegio de ser hija. Por lo que la base para el éxito de esta dialéctica es haber vivido una previa pertenencia e individuación respecto de la familia de origen, de manera que cualquier distorsión en ese proceso con la familia de origen, representa un modelo para la distorsión del matrimonio.

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