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Descripción y comparación morfométrica, morfológica externa e histológica de la hoja nasal en Carollia brevicauda y C perspicillata (Chiroptera: Phyllostomidae)

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Academic year: 2020

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(1)DESCRIPCIÓN Y COMPARACIÓN MORFOMÉTRICA, MORFOLÓGICA EXTERNA E HISTOLÓGICA DE LA HOJA NASAL EN Carollia brevicauda y C. perspicillata (CHIROPTERA: PHYLLOSTOMIDAE). DANIEL STEVEN PRIETO CRISTANCHO. UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN PROYECTO CURRICULAR DE LICENCIATURA EN BIOLOGÍA BOGOTÁ D.C 2019. i.

(2) DESCRIPCIÓN Y COMPARACIÓN MORFOMÉTRICA, MORFOLÓGICA EXTERNA E HISTOLÓGICA DE LA HOJA NASAL EN Carollia brevicauda y C. perspicillata (CHIROPTERA: PHYLLOSTOMIDAE). DANIEL STEVEN PRIETO CRISTANCHO. Proyecto de grado realizado bajo la modalidad de Investigación – Innovación para optar al título de Licenciado en Biología. CARMEN HELENA MORENO DURAN MSc. en Ciencias Biológicas DIRECTORA. JULIAN YESSID ARIAS PINEDA MSc. en Ciencias Biológicas CODIRECTOR. UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN PROYECTO CURRICULAR DE LICENCIATURA EN BIOLOGÍA BOGOTÁ D.C 2019. ii.

(3) Nota de aceptación ________________________________ ________________________________ ________________________________. __________________________________ Presidente del Jurado. __________________________________ Jurado. __________________________________ Jurado. Enero 2019 iii.

(4) Dedicatoria En memoria de mi mami Beatriz y mi papi Virgilio, “la azucena y el roble”. Por ser quienes por primera vez abrieron las puertas de su hogar y me brindaron su apoyo. Su corazón lleno de bondad y su cálida bienvenida cada vez que les visitaba en busca de murciélagos, es la principal causa de culminar este proyecto. Los resultados que aquí se han obtenido, tan solo son los primeros frutos de una de las semillas plantadas por ellos en vida. Infinito amor a su memoria... Nos veremos en el Paraíso!!. iv.

(5) AGRADECIMIENTOS A mi familia, especialmente a mi mamá y hermano por su apoyo, interés y ayuda durante el desarrollo de esta investigación y durante mi formación académica como profesional, su guía fue incondicional para culminar cada uno de estos procesos. A mi mami Beatriz y mi papi Virgilio, mis abuelos, por ser los primeros en abrir las puertas de su hogar y con eso, el primer paso para la investigación con los murciélagos, el mejor grupo entre los mamíferos. A mis tíos, principalmente a Lucrecia Pulido e Israel Prieto, por abrirme las puertas de su hogar en Peñas Blancas y prestarme su ayuda en cada cosa en la que podían. Mil bendiciones para su vida y su matrimonio. A María Alejandra Castro, por ser la persona que con su constancia y perseverancia motivó desde un inicio el desarrollo de esta investigación, al punto de sumarse en el trabajo con los murciélagos e internarse en un mundo totalmente diferente al suyo. Y a mis amigos, Manuel Marín por su acompañamiento y apoyo en el trabajo en campo; y Brayan D. Aroca González, por su ayuda en la elaboración de los mapas. Al Grupo de Investigación en Neurociencias de la Universidad Distrital (GINUD), especialmente a MSc. Aleidy Cuervo y a su directora, Carmen Helena Moreno Duran, por su orientación y constantes recomendaciones en la elaboración en esta investigación, el uso del espacio y por su paciencia. Al profesor Julián Yesid Arias Pineda, por su orientación, conocimiento, tiempo y paciencia en el desarrollo de la investigación morfometría de la hoja nasal. A la MSc. Dennisse Ruelas, inicialmente por entablar una conversación muy agradable con un completo desconocido, por brindarme su ayuda sin interés alguno, por sus consejos y sus recomendaciones, por los conocimientos compartidos conmigo y por corroborar los especímenes que fueron usados en la presente investigación. A la doctora Lucia Botero, por aconsejarme en los protocolos de tinción histológica más relevantes, así como por disponer en varias ocasiones de su tiempo para resolver mis dudas y acompañarme en el procesamiento de las muestras para la histología. A la gloriosa Universidad Distrital Francisco José de Caldas y cada uno de las personas que conforman el PCLB, por permitirme formar como profesional en la investigación en ciencias y educación. ¡Pública la recibimos, pública la entregaremos!. v.

(6) TABLA DE CONTENIDO. Resumen 1.. Introducción .................................................................................................................. 14. 2.. Planteamiento del problema .......................................................................................... 16. 3.. Justificación ................................................................................................................... 17. 4.. Objetivos ....................................................................................................................... 19. 5.. 4.1.. Objetivo General .................................................................................................... 19. 4.2.. Objetivos Específicos ............................................................................................ 19. Marco Teorico ............................................................................................................... 20 5.1.. Orden Chiroptera (Blumenbach, 1779).................................................................. 20. 5.2.. Familia Phyllostomidae ......................................................................................... 20. 5.2.1.. Biología y Ecología de los Filostómidos ........................................................ 21. 5.2.2.. Sistemática y Filogenia de los Filostómidos .................................................. 22. 5.3.. Subfamilia Carolliinae ........................................................................................... 22. 5.3.1. 5.4.. Hoja Nasal .............................................................................................................. 26. 5.4.1. 6.. Género Carollia............................................................................................... 22. Ecolocalización y la Hoja nasal ...................................................................... 28. Metodología .................................................................................................................. 30 6.1.. Área de Estudio ...................................................................................................... 30. 6.1.1. 6.2.. Peñas Blancas, Cundinamarca ........................................................................ 30. Fase de Campo ....................................................................................................... 32. 6.2.1.. Captura ........................................................................................................... 32. 6.2.2.. Recolección de datos ...................................................................................... 33. 6.2.3.. Registro fotográfico ........................................................................................ 34. vi.

(7) 6.3.. 7.. Fase de Laboratorio ............................................................................................... 36. 6.3.1.. Procesamiento histológico .............................................................................. 36. 6.3.2.. Análisis Morfométrico .................................................................................... 36. Resultados y Discusión ................................................................................................. 38 7.1.. Análisis Morfométricos ......................................................................................... 38. 7.1.1.. Morfometría Geométrica ................................................................................ 38. 7.1.2.. Morfometría clásica ........................................................................................ 44. 7.1.3.. Análisis de Componentes Principales (ACP) ................................................. 46. 7.1.4.. Análisis de Función Discriminante (AFD) ..................................................... 50. 7.2.. Morfología externa e Histología de la Hoja Nasal................................................. 51. 7.2.1.. Descripción de la morfología externa ............................................................. 51. 7.2.2.. Descripción histológica de la hoja nasal de C. brevicauda y C. perspicillata ……………………………………………………………………………….53. 8.. Conclusiones ................................................................................................................. 69. 9.. Recomendaciones .......................................................................................................... 71. 10.. Bibliografía ................................................................................................................ 72. 11.. Participación Académica ........................................................................................... 83. 12.. Anexos ....................................................................................................................... 86. vii.

(8) LISTA DE FIGURAS Pág. Figura 1. Distribución geográfica de C. brevicauda y C. perspicillata.......…….………….. 23 Figura 2. Principales regiones de la hoja nasal de los filostómidos.………………………… 27 Figura 3. Variación morfológica de la hoja nasal entre algunos filostómidos.….…………..28 Figura 4. Mapa de localización de los municipios de Quipile y Anolaima en Cundinamarca…………………………………………………………………………………….…31 Figura 5. Sitios de muestreo con redes de niebla y jamas artesanales en la vereda Peñas Blancas en Quipile………………....…………………………………….……………………….…32 Figura 6. Medidas externas de la hoja nasal usadas como variables ………………...…..…..36 Figura 7. Registro fotográfico realizado a cada murciélago……………………………….….34 Figura 8. Prototipo 1.1: ……………………….……………..…………………………….………35 Figura 9. Semilandmarks usados en las principales regiones de la hoja nasal……………....37 Figura 10. Gráficas de deformación obtenidas del CP1 en MorphoJ para C. brevicauda……………………………………………………………………………………………38 Figura 11. Gráficas de deformación obtenidas del CP1 en MorphoJ para C. perspicillata……………………………………………………………………………………….....38 Figura 12. Gráfica de solapamiento.…………………………………………………….………..39 Figura 13. Relación de los dos primeros componentes principales (CP1 y CP2) del ACP realizado para la lanza. herradura y costilla.……………………………………………………40 Figura 14. Boxplot de las variables de forma de la hoja nasal en C. brevicauda y C. perspicillata.…………….……………………………………………………………………………43. viii.

(9) Figura 15. Boxplot de siete variables externas de la hoja nasal en C. brevicauda y C. perspicillata.…………….……………………………………………………………………………45 Figura 16. Análisis de Componentes Principales (APC) realizado en 7 variables externas de la hoja nasal para C. brevicauda y C. perspicillata………………………………………...……48 Figura 17. Análisis de Componentes Principales (APC) realizado en 7 variables externas y 3 variables de forma de la hoja nasal para C. brevicauda y C. perspicillata.……………...…48 Figura 18. Análisis de Función Discrimínate (AFD) realizado en 7 variables externas y 3 variables de la forma de la hoja nasal para C. brevicauda y C. perspicillata.………………..50 Figura 19. Macrofotografías de la hoja nasal de C. perspicillata………….……………….…52 Figura 20. Macrofotografías de la hoja nasal de C. brevicauda………….………………...…52 Figura 21. Pelo y folículo piloso de la hoja nasal………………………………………………..54 Figura 22. Paquetes de glándulas sebáceas asociadas por folículo piloso……………….….54 Figura 23. Corte longitudinal de la lanza de C. brevicauda y C. perspicillata…………....…55 Figura 24. Corte longitudinal de la hoja nasal de C. brevicauda (hembra). .……………..…57 Figura 25. Corte longitudinal y corte transversal de la hoja nasal de C. brevicauda (macho).................................................................................................................................58 Figura 26. Corte longitudinal y corte transversal de la hoja nasal de C. perspicillata..………………………………………………………………………………………...59 Figura 27. Zonas de reacción positiva para prueba inmunohistoquímica con S100……………………………………………..…………………………………………………….61 Figura 28. Fibras nerviosas marcadas por proteínas S100…….………………………………62 Figura 29. Músculo estriado esquelético……………………………………………….……...…62. ix.

(10) Figura 30. Fibras de músculo estriado envueltas por fibras nerviosas en dirección a la dermis..…………………………………………………………………… …………..…….……..…63 Figura 31. Cartílago hialino……………………………………………………………...……..…65 Figura 32. Distribución de los folículos de las vibrisas adyacentes a la hoja nasal, respecto a la herradura de Carollia…………………………………………………………………….……66 Figura 33. Corte longitudinal de los folículos pilosos pertenecientes a las vibrisas adyacentes de la hoja nasal………………………………………………………………………...67 Figura 34. Corte transversal de los folículos pilosos pertenecientes a las vibrisas adyacentes de la hoja nasal...…….………………………………………………………………….…………...67. x.

(11) LISTA DE TABLAS Pág. Tabla I. Coeficientes estandarizados y porcentaje de la varianza total explicada y acumulada del CP1, CP2 y CP3 del ACP hecho en las principales regiones de la hoja nasal de C. brevicauda y C. perspicillata.……………………………..……………………………..... 43 Tabla II. Medidas externas de 7 variables de la hoja nasa en C. brevicauda y C. perspicillata…………………………………………………..…………….…………..…. 48 Tabla III. Coeficientes de la función discriminante para 7 variables externas y 3 variables de forma de la hoja nasal en C. brevicauda y C. perspicillata…..……………………..…..52. xi.

(12) LISTA DE ANEXOS Anexo 1. Piezas principales de la herramienta fotográfica Prototipo 1.1. De izquierda a derecha: Urna, base y caja…………………………………..…………………..….……….86 Anexo 2. Charlas de sensibilización y educación ambiental con los niños de la Institución Educativa Departamental Agropecuario la Sierra, sede Peñas Blancas en Quipile, Cundinamarca………………………………………………………………………….………86 Anexo 3. Resultados de la clasificación de C. brevicauda y C. perspicillata en el análisis de función discriminante realizado en PAST 2.17c..…………………………………...………..88. xii.

(13) RESUMEN Carollia resalta por ser uno de los géneros más abundantes dentro de los Phyllostomidae (murciélagos de hoja nasal), caracterizado por su compleja historia taxonómica (basada principalmente en inconvenientes para la identificación de sus especies). Este estudio, evaluó las posibles variaciones morfométricas, morfológicas externas e histológicas de las principales regiones de la hoja nasal en C. brevicauda y C. perspicillata (Lanza, Herradura y Costilla); con el fin ser usadas como caracteres para la discriminación de estas dos especies. Un total de 10 variables morfométricas (GLN, LOS, BOS, LOH, BOH, BOR, INW, MhS, MhH y MhR) fueron evaluadas en 39 especímenes adultos (C. brevicauda=30, C. perspicillata=9) mediante la toma de registros fotográficos y la medición de las principales regiones de la hoja nasal; posteriormente, fueron consignados en tablas de contingencia y evaluados por medio de análisis estadísticos lineales (Kruskal-W) y análisis multivariados (APD y AFD). Tres hojas nasales por especie, fueron utilizadas para los análisis histológicos; siendo fijadas en formol al 10% y procesadas con técnicas histológicas de HyE, Tricromica de Masson e Inmunohistoquímica con S100. Los resultados de la morfometría indican que hay diferencias estadísticamente significativas en la forma de la lanza entre las especies, caso contrario de la herradura y la costilla; sin embargo, esta característica es poco apreciable a simple vista. De igual manera, se encontraron diferencias estadísticas en las 7 variables de la región nasal, siendo las variables relacionadas al ancho de la lanza, herradura y costilla las más significativas,. pero presentando todas,. una alta variación. intraespecífica.. Histológicamente, un importante número de glándulas sebáceas asociadas a los folículos pilosos, indican la importancia de mantener estables y funcionales las vellosidades encontradas a lo largo de toda la hoja nasal. Se observó una amplia variedad en la disposición muscular (especialmente en la herradura) y una serie de receptores táctiles, incluidas algunas fibras nerviosas distribuidas a través de todo el órgano (incluso asociadas a los folículos pilosos) y células de Merkel, demostrando las propiedades de movilidad coordinada y sensitivas de la hoja nasal; pudiendo estar asociadas a la retroalimentación en el vuelo y a los procesos de ecolocalización de los murciélagos. Estos resultados constituyen un aporte a los caracteres taxonómicos del grupo y a los estudios descriptivos en la morfología externa de la hoja nasal; así como el primer aporte en la descripción histológica de la hoja nasal de C. brevicauda y C. perspicillata. 13.

(14) 1. INTRODUCCIÓN La familia Phyllostomidae (Gray, 1825), comúnmente llamados murciélagos de hoja nasal, son un grupo representativo de los murciélagos del Nuevo Mundo, distribuidos desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de Argentina (Gardner, 2008; Witt et al., 2012; JiménezOrtega, 2013). Actualmente se reconocen más de 200 especies incluidas en 59 géneros y seis subfamilias, según lo planteado por Simmons (2005): Carolliinae (Miller, 1924), Desmodontinae (Wagner, 1840), Glossophaginae (Bonaparte, 1845), Lonchophyllinae (Griffiths, 1982), Phyllostominae (Gray, 1825) y Stenodermatinae (Gervais, 1856). La hoja nasal es un apéndice relativamente simple compuesto principalmente de dos partes: la herradura (pliegue de piel que rodea las narinas) y la lanza o lanceta (protuberancia que generalmente sobresale del hocico), estas estructuras presentan claras variaciones de forma y tamaño entre los representantes de las subfamilias (Arita, 1990; Hartley y Suthers, 1987; Wetterer et al., 2000; Witt et al., 2012). Unas de las principales funciones de la hoja nasal se relacionan a la emisión y dirección de las ondas en los procesos de ecolocalización (Möhres, 1953; Schnitzler y Grinnell, 1977; Fenton, 1984; Hartley y Suthers, 1987; Arita, 1990; Vanderelst et al., 2010). Arita (1990) mencionó que la morfología de la hoja nasal no presenta correlación frente al tamaño corporal del animal, sino depende de los hábitos ecológicos de forrajeo en la obtención de su alimento. Las investigaciones realizadas en la hoja nasal constan principalmente de estudios que vinculan este órgano con los procesos de ecolocalización (Fenton, 1984; Möhres, 1953; Schnitzler y Grinnell, 1977; Hartley y Suthers, 1987). Hartley y Suthers (1987) demostraron que la hoja nasal de Carollia perspicillata modula la emisión y dirección de las ondas, sugiriendo que la posición de las narinas y los elementos asociados a éstos, se relacionan con la variación de la frecuencia e intensidad de la onda producida durante el pulso, causando complejos patrones de interferencia en la dimensión horizontal; y el movimiento de la lanza direccionaría el sonido en la dimensión vertical. C. perspicillata hace parte de un complejo constituido de 8 especies reconocidas en la actualidad para el género Carollia (Gray, 1838). Este género ha presentado dificultad en la identificación de sus especies; siendo C. brevicauda y C. perspicillata (las especies más abundantes del género) un grupo con taxonomía confusa debido al traslape en sus 14.

(15) distribuciones geográficas y su variación morfológica, haciendo que los caracteres morfológicos convencionalmente propuestos para la identificación de estas especies sean inconsistentes e imprecisos, y ocasionando la identificación errónea de algunos individuos (Pine, 1972; Murillo-García, 2013; Chaves, 1985). Ruelas (2017) presenta un set de caracteres morfológicos que permiten discriminar a estas dos especies Zurc y Velazco (2010) con base en la revisión del holotipo y paratipo de C. colombiana sugirieron sea considerada como un sinónimo de C. brevicauda, demostrando así la taxonomía confusa presente en el grupo. De igual forma, mencionaron que no pudieron observar la hoja nasal de los ejemplares examinados debido al deterioro de este órgano, descartando así los caracteres morfológicos presentes en la hoja nasal para su posible uso taxonómico. Los estudios realizados en la morfología de la hoja nasal son relativamente pocos (Arita, 1990; Pedersen y Müller, 2013) más importante aún, hasta el momento no se tiene conocimiento de estudios histológicos que describan la composición tisular de la hoja nasal constituyendo una barrera al conocimiento de los quirópteros especialmente en los relacionados a la histología, un área menos trabajada en los mamíferos neotropicales (Stevenson et al, 2006). Por lo tanto, resulta de suma importancia realizar una descripción y comparación de la morfometría, morfología externa e histología de la hoja nasal en C. brevicauda y C. perspicillata; con el fin de contribuir a los estudios de distinción morfométrica entre estas dos especies y a los estudios descriptivos realizados en la hoja nasal.. 15.

(16) 2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA La hoja nasal es el carácter taxonómico representativo de los Phyllostomidae, exhibiendo diversidad de formas y tamaños entre los integrantes de esta familia. Algunos filostómidos presentan lanzas muy desarrolladas proyectándose incluso más allá de la cabeza (Lonchorhina) (Hernández-Camacho y Cadena-G, 1978), mientras otros presentan hojas nasales rudimentarias (Desmodus rotundus) (Wetterer et al., 2000). La diversidad morfológica de la hoja nasal resulta de la variación en el tamaño de la lanza y la variación en el tamaño de la herradura, indicando rasgos de adaptación en estos caracteres; y a su vez pudiendo estar relacionados con la ecología trófica del murciélago (Hartley y Suthers, 1987; Arita, 1990). En los Carolliinae, la hoja nasal presenta una lanza simple en comparación con otros filostómidos, incluyendo características primitivas para la herradura (Wetterer et al., 2000). Carollia resalta por ser un género con una historia taxonómica compleja, caracterizada principalmente por la dificultad en la identificación de sus especies; con C. brevicauda y C. perspicillata como las especies más polémica debido al traslape en sus distribuciones geográficas y su variación morfológica (Pine, 1972; Murillo-García, 2013; Chaves, 1985). Las características asociadas a la hoja nasal han sido utilizadas especialmente para la reconstrucción de las relaciones filogenética de los Phyllostomidae (Wetterer et al., 2000; Hurtado y Pacheco; 2014), pero no se ha implementado para la discriminación interespecífica de las especies pertenecientes a este género, llevándonos a la siguiente pregunta: ¿Existen diferencias significativas en la morfometría, morfología externa e histología de la hoja nasal de C. brevicauda con respecto a la de C. perspicillata?. 16.

(17) 3. JUSTIFICACIÓN El orden Chiroptera, es el segundo grupo más abundante y diverso de mamíferos del Neotrópico, superado únicamente por los roedores (Jiménez-Ortega, 2013). La familia Phyllostomidae se caracteriza por ser la más derivada de todo el orden, destacándose por presentar una considerable tasa de radiación adaptativa y por incluir diversas estrategias de alimentación (Hernández-Camacho y Cadena-G, 1978; Wetterer et al., 2000; Teeling et al., 2005). A pesar de que la hoja nasal de los filostómidos es un órgano vistoso, sus estudios morfológicos son escasos. Arita (1990), implementó la terminología de las diferentes regiones que componen la hoja nasal, aludiendo a la inexistencia de nombres generalizados para las diversas partes de la nariz de los filostómidos. De igual manera, estableció que la morfología de la hoja nasal presenta correlación frente a los hábitos alimenticios del murciélago, y no con el tamaño corporal del animal; que los complejos de herradura y lanza son caracteres que indican rasgos de adaptación para las diversas especies, siendo el tamaño de la lanza un carácter más variable y dependiente de la necesidad de los murciélagos en dirigir las señales de ecolocalización; y que la correlación entre la ecología trófica, la morfología de la hoja nasal y la capacidad de ecolocalización, probablemente está relacionada con el comportamiento de forrajeo y el hábitat. Por otro lado, hasta el momento no se tiene conocimiento de reportes de investigaciones histológicas en este órgano. Seguramente esto se deba a que los individuos que son objeto de estudio y que posteriormente serán sacrificados para ser preservados en alguna de las diferentes colecciones científicas necesitan conservar las mejores condiciones en sus estructuras morfológicas, evitando la extracción o mutilación de los diferentes órganos externos, entre éstos la hoja nasal. Cabe resaltar que este órgano es bastante susceptible a la pérdida de forma y tamaño en los individuos que son preservados, especialmente en colecciones en seco donde tiende a endurecerse, corrugarse y a aplastarse debido a los procesos de deshidratación; y en menor medida, en colecciones en líquido donde tiende a deshidratarse o endurecerse por acción de los productos utilizados para la preservación (Barreiro et al., 1994). La alteración anatómica de la hoja nasal, impide la utilización de los caracteres asociados a ésta en estudios 17.

(18) posteriores, principalmente en los estudios morfológicos y morfométricos (Zurc y Velasco, 2010). El desconocimiento de la morfología interna y la poca información disponible de la morfología externa de la hoja nasal en los murciélagos del Neotrópico, representa una barrera al conocimiento de este orden. Los datos obtenidos en este tipo de estudios podrían ser de interés a nivel taxonómico (aportando a la taxonomía confusa de C. brevicauda y C. perspicillata) e incluso en áreas investigativas trabajadas en menor proporción a nivel nacional en los murciélagos, como lo es la histología (Stevenson et al, 2006). El presente estudio se propone realizar una comparación en morfometría geométrica y clásica, así como una descripción y comparación de la morfología externa e interna de las principales regiones de la hoja nasal en dos especies del género Carollia (C. brevicauda y C. perspicillata) a fin de encontrar diferencias significativas que puedan discriminar a estas especies; contribuyendo a los estudios de distinción morfométrica entre C. brevicauda y C. perspicillata y a los estudios descriptivos realizados en la hoja nasal.. 18.

(19) 4. OBJETIVOS 4.1. Objetivo General. Describir y comparar la hoja nasal de C. brevicauda y C. perspicillata a nivel morfométrico, morfológico externo e histológico. 4.2. Objetivos Específicos. Realizar la descripción, identificación y medición de cada una de las regiones presentes en la hoja nasal. Establecer la composición histológica de la hoja nasal de C. brevicauda y C. perspicillata. Determinar si hay diferencias significativas en la morfometría, así como en la morfología externa e histología, de la hoja nasal en C. brevicauda y C. perspicillata.. 19.

(20) 5. MARCO TEORICO 5.1. Orden Chiroptera (Blumenbach, 1779) Los murciélagos, son el segundo grupo más abundante y diverso de mamíferos del Neotrópico, superado tan solo por los roedores (Rodentia) (Jiménez-Ortega, 2013). Siendo los únicos mamíferos con la excepcional capacidad de volar, los murciélagos desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas, estando relacionados con procesos como la polinización, el control natural de plagas de insectos, la dispersión de semillas y los procesos de sucesión vegetal en los bosques, entre otras tantas (Zárate et al, 2012). Simmons (2005), reconoce un aproximado de 1100 especies de quirópteros, distribuidos en dos subórdenes: Megachiroptera y Microchiroptera, éstos últimos caracterizados por emplear un sistema de orientación basado en la ecolocalización (producción de ultrasonidos emitidos por la boca o la nariz para la búsqueda y obtención del alimento) (Simmons, 2005; Hutson, 2001). En la actualidad se reconoce un aproximado de 302 especies de murciélagos para Sudamérica, distribuidas en 80 géneros y 9 familias; siendo los filostómidos los más abundantes con 175 especies (Simmons, 2005, Gardner, 2008; Solari et al., 2013, Díaz et al., 2016). Colombia cuenta con más de 200 especies de murciélagos, siendo el país sudamericano con la mayor diversidad de especies confirmadas (Díaz et al., 2016); sin embargo, la destrucción de su hábitat por la deforestación, la caza y el comercio ilegal, siguen siendo la principal amenaza en el declive poblacional de algunas de estas especies (Solari et al., 2013). 5.2. Familia Phyllostomidae Los Phyllostomidae (Gray, 1825), comúnmente llamados murciélagos de hoja nasal (órgano de carácter diagnóstico para la familia), son el grupo más abundante y diverso de quirópteros del Neotrópico (Gardner et al., 2008; Díaz et al., 2016; Simmons, 2005); pues, gracias a un creciente interés en las últimas décadas hacia los filostómidos, se ha aumentado el número de especies desde la publicación de la última lista taxonómica oficial de los mamíferos del mundo (Simmons, 2005), pasando de 159 especies reconocidas para ese entonces a más de 200 especies de filostómidos vivientes (ver Jiménez-Ortega, 2013). Colombia cuenta con un 20.

(21) total de 102 especies de filostómidos confirmadas (Díaz et al., 2016), un 50.74% del total de las especies vivientes de filostómidos para el mundo; y un 58.28% de las encontradas en territorio sudamericano (Jiménez-Ortega, 2013; Díaz et al., 2016). 5.2.1. Biología y Ecología de los Filostómidos Los filostómidos poseen una extensa distribución geográfica, encontrados desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de Argentina (Gardner, 2008; Witt et al., 2012; JiménezOrtega, 2013). Dentro de los filostómidos se encuentra una amplia diversidad de formas y tamaños, así como diversas adaptaciones tróficas, encontrando especies insectívoras, carnívoras, frugívoras, nectarívoras, granívoras, folívoras, omnívoras y hematófagas (Wetterer et al., 2000); lo que les confiere papeles ecológicos de gran importancia (Zárate et al, 2012). La alta diversidad trófica y morfológica que encierra a los filostómidos, les convierte en importantes generadores de nicho e importantes actores en la estabilidad y funcionamiento de los ecosistemas (Zárate et al, 2012). Murciélagos de gran porte como el Vampyrum spectrum, resultan ser controladores naturales de algunos vertebrados, debido a su papel como carnívoros (Silveira et al., 2011); filostómidos insectívoros traen consigo beneficios económicos e incluso de salud para el hombre, debido a que parte de su dieta se basa en insectos que representan plagas para algunos cultivos e insectos vectores de algunas enfermedades (Hutson, 2001; Zárate et al, 2012); las interacciones entre nectarívoros y las plantas que son visitadas por ellos en busca del recurso, les posiciona como agentes polinizadores nocturnos de gran efectividad (Torres-Flores, 2005); los murciélagos frugívoros constituyen los mamíferos con mayor eficacia en la dispersión de semillas debido a su habilidad en vuelo, labor de suma importancia para la regeneración natural de los bosques (Torres-Flores, 2005; Medellín y Gaona, 2010). Por otro lado, los murciélagos hematófagos (subfamilia Desmodontinae) han sido fuertemente estigmatizados y temidos, debido a su frecuente asociación con figuras demoniacas o malignas y a la transmisión desmedida de virus como la rabia; resultado del desconocimiento de los pobladores hacia los hábitos nocturnos y misteriosos de estos murciélagos (Cruz et al, 2007). Dicha situación, ha traído consigo el declive poblacional. 21.

(22) debido a la caza de estos murciélagos, así como la de los murciélagos en general, debido a la mala fama de los hematófagos (Solari et al., 2013). 5.2.2. Sistemática y Filogenia de los Filostómidos La clasificación de Phyllostomidae ha tenido una historia larga y controversial, encontrándose en un estado de transición durante los últimos siglos (Wetterer et al. 2000). Teeling et al. (2005), la ha descrito como el grupo más derivado dentro de los quirópteros, con una aparición de hace 40,99 m.a. En su mayoría, las subfamilias de filostómidos han sido reconocidas como grupos monofiléticos (Wetterer et al. 2000; Baker et al. 2003); con la mayoría de taxones que comparten cierto modo de alimentación, agrupados en clados (Wetterer et al. 2000). Actualmente la división de Phyllostomidae en subfamilias está por resolverse (Díaz et al., 2016). Varios autores han realizado aportes significativos que se resumen en el avance del conocimiento y el grado de resolución del grupo (Jiménez-Ortega, 2013), llegando al reconocimiento de hasta 11 subfamilias (Baker et al., 2003), el mayor número propuesto desde Koopman (1994) (8 para ese entonces). Debido a los desacuerdos en la relación de los filostómidos, se ha seguido la clasificación de Simmons (2005) por ser la más conocida (Díaz et al., 2016), acogiendo el uso de 6 subfamilias para el grupo: Carolliinae (Miller, 1924), Desmodontinae (Wagner, 1840), Glossophaginae (Bonaparte, 1845), Lonchophyllinae (Griffiths, 1982), Phyllostominae (Gray, 1825) y Stenodermatinae (Gervais, 1856). 5.3. Subfamilia Carolliinae Carolliinae, se caracterizada por ser una de las subfamilias más pequeñas, con tan solo 11 especies y 2 géneros (Carollia y Rhinophylla) (Díaz et al., 2016). En la clasificación propuesta por Baker et al. (2003), Rhinophylla deja de pertenecer a Carolliinae y pasa a ser parte de una nueva subfamilia denominada Rhinophyllinae, debido a que se sustenta que no es grupo hermano de Carollia, sin embargo, dichas consideraciones no serán tenidas en cuenta por las razones expuestas anteriormente. 5.3.1. Género Carollia Localizado desde el Centro de México hasta el sur de Brasil (McLellan y Koopman, 2008), Carollia es catalogado como uno de los grupos de mamíferos más abundantes y ampliamente 22.

(23) distribuidos en las zonas tropicales del continente americano (McLellan, 1984; Fleming, 1998). Dentro del grupo se distinguen especies descritas como generalistas y con una amplia adaptación a diferentes tipos de hábitats (Tirira, 2007), asociándose incluso a zonas constantemente intervenidas (Jiménez-Ortega, 2013). Dichas características le categorizan a la mayoría de sus especies, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), como especies en Preocupación Menor (LC); a excepción de C. benkeithi y C. monohernandezi, categorizadas como especies No Evaluadas (NE) (ver Jiménez-Ortega, 2013) (Figura 1).. Figura 1. Distribución geográfica de C. brevicauda (Izquierda) y C. perspicillata (Derecha). Fuente: tomados de la UICN diciembre 2018.. 5.3.1.1. Sistemática y Filogenia de Carollia Desde el descubrimiento de los filostómidos en 1758, realizado por el sueco Carlos Linnaeus con la descripción de C. perspicillata y Vampyrum spectrum, el conocimiento de la diversidad de este grupo ha avanzado significativamente, especialmente en el periodo comprendido por la primera década del siglo XXI donde se registraron 40 nuevas especies 23.

(24) de filostómidos para la ciencia (Jiménez-Ortega, 2013). En el caso de Carollia, hasta el 2001 se reportaban tan solo 4 especies; sin embargo, otras cuatro especies han sido descritas durante los últimos años (McLellan y Koopman, 2008). Constituido entonces por 8 especies reconocidas (C. perspicillata (Linnaeus, 1758), C. brevicauda (Schinz, 1821), C. castanea (Allen, 1890), C. subrufa (Hahn, 1905), C. sowelli (Baker, Solari y Hoffmann, 2002), C. manu (Pacheco, Solari y Velazco, 2004),. C.. monohernandezi (Muñoz, Cuartas-Calle y Gonzales, 2004), y C. benkeithi (Solari y Baker, 2006) y dos grupos candidatos dentro del complejo de C. castanea (Baker et al., 2003; Velazco, 2013; Solari y Martínez-Arias, 2014), la historia taxonómica de Carollia resalta por ser una de las más complejas, caracterizada principalmente por constantes determinaciones erróneas de algunos de los miembros de este grupo (Ruelas, 2017). Dentro del complejo, C. brevicauda y C. perspicillata son las especies más abundantes y ampliamente distribuidas en Sudamérica, exhibiendo traslape en sus distribuciones geográficas y su variación morfológica (McLellan y Koopman, 2008). Como consecuencia, los caracteres morfológicos convencionalmente propuestos para la identificación de estas especies resultan ser inconsistentes e imprecisos, ocasionando la identificación errónea de algunos individuos (Pine, 1972; Murillo-García, 2013; Chaves, 1985). Pine (1972), por medio de caracteres morfométricos y morfológicos, reconoce a C. brevicauda como una especie valida y diferente a C. perspicillata, C. castanea y C. subrufa (especies descritas hasta el momento). De igual manera, advierte de la posibilidad de que el género contara con nuevas especies adicionales a las ya descritas, debido a la variación de algunos especímenes en los caracteres evaluados. McLellan (1984), posteriormente evalúa por medio de análisis morfométricos las 4 especies de Carollia reconocidas por Pine (1972), logrando distinguir entre C. brevicauda y C. perspicillata. Concluyó que las especies analizadas presentaban diferencias en la morfología craneal de acuerdo a su variación geográfica; y que, los machos parecían presentar mayor tamaño que las hembras, asociándolo a dimorfismo sexual. Pine (1972) y McLellan (1984) advirtieron de la existencia de variación intraespecífica alta dentro de las especies de Carollia, dificultando la distinción entre algunas de estas (Ruelas, 2017).. 24.

(25) Para el 2004 se describe a C. colombiana (Cuartas et al., 2001), sin embargo, Zurc y Velazco (2010) agrupan a C. colombiana como sinónimo de C. brevicauda; debido a que el holotipo y el paratipo reportado para C. colombiana correspondían en realidad a C. brevicauda, demostrando la taxonomía confusa presente en el grupo. Los caracteres morfométricos y morfológicos evaluados correspondieron a medidas externas, craneales y mandibulares; sin embargo, los caracteres morfológicos y morfométricos presentes en la hoja nasal no fueron tenidos en cuenta debido al deterioro de este órgano en los ejemplares analizados, encontrándose aplastados según los autores. McLellan y Koopman (2008) por medio de caracteres morfológicos, hacen distinción de las especies de Carollia. Sin embargo, resulta aún complejo el reconocimiento de caracteres morfológicos concisos para algunas de las especies, debido a la subjetividad de los mismos, y a la dificultad de encontrar caracteres cuantitativos que sustenten la distinción de C. brevicauda y C. perspicillata (Vaca, 2015; Ruelas, 2017). Recientemente, por medio de análisis morfométricos y morfológicos, Ruelas (2017) hizo una rediagnosis para las especies C. brevicauda y C. perspicillata, encontrando que ambas especies se pueden diferenciar con la combinación de 28 caracteres discretos. Los siguientes caracteres se resaltan como los menos variables en la distinción de ambas especies: longitud del pelaje dorsal; longitud de la tibia; largo del rostro; curvatura de la frente; longitud del proceso pospatal; la forma, orientación y tamaño relativo del segundo premolar superior; el desarrollo del metastilo, protocono y posprotocrista de primer molar superior; la divergencia de las hileras maxilares y mandibulares; y la oclusión de segundo incisivo inferior por el canino. No obstante, a pesar que se menciona la hoja nasal en la descripción de las especies, ésta no fue evaluada de manera cuantitativa. De las especies descritas recientemente, tan solo C. sowelli y C. benkeithi se han basado en análisis moleculares y morfométricos (Baker et al., 2002; Solari y Baker, 2006; Vaca, 2015). 5.3.1.2. Importancia Ecológica Más del 80% de la vegetación presente en los bosques Neotropicales necesitan de grandes dispersores de semillas, siendo las aves y los murciélagos con hábitos frugívoros elementos cruciales para la dispersión de semillas a largas distancias (Barboza-Márquez y Aguirre, 2010). Las especies del género Carollia se reportan como especies frugívoras, sin embargo, 25.

(26) esta no es una condición netamente estricta, ya que también se alimentan de polen, flores y ocasionalmente de insectos (Salvador y Yurrita, 2005). Dichas características generalistas, les confiere a estos murciélagos un importante papel ecológico por su potencial capacidad de dispersión de semillas y su potencial capacidad como polinizador de bosques primarios y secundarios, ayudando al mantenimiento de la heterogeneidad vegetal (Barboza-Márquez y Aguirre, 2010). 5.4. Hoja Nasal El calificativo de “murciélagos de hoja nasal” que reciben los filostómidos, se debe precisamente a la presencia en sus rostros de dicho apéndice; sin embargo, este órgano no es exclusivo de este grupo. Los rostros de los Rhinopomatidae, Nycteridae, Rhinolophidae, Hipposideridae y Megadermatidae (murciélagos del viejo mundo) también cuentan con una hoja nasal, dando un aspecto extraño a estos murciélagos (Arita, 1990). La hoja nasal es un apéndice carnoso compuesto principalmente de dos partes: la “lanza o lanceta” (protuberancia carnosa que se eleva en el hocico desde la parte superior de las narinas) y la “herradura” (pliegue de piel que rodea las zonas laterales e inferiores de las narinas) (Arita, 1990; Wetterer et al., 2000) (Figura 2). Estas dos estructuras se encuentran fusionadas entre sí en la zona internostril (espacio entre las narinas) así como lateralmente; estando la lanza delimitada, de alguna manera, por los bordes laterales de la herradura (Wetterer et al., 2000). Originada entre las narinas y extendida hacia la parte distal de la lanza, se encuentra la “costilla” (Wetterer et al., 2000); pudiendo estar de manera ausente, presente-restringida a la parte proximal de la lanza o presente-extendida hasta la punta distal de la lanza, entre los diferentes miembros de los filostómidos (Wetterer et al., 2000). Para el caso de los Carolliinae, la costilla se encuentra restringida hacia la zona basal de la lanza; estando bien definida lateralmente pero no distalmente, perdiendo grosor y espesor a medida que se acerca a la punta de la lanza (Wetterer et al., 2000).. 26.

(27) Figura 2. Principales regiones de la hoja nasal de los filostómidos. Fuente: esquema de elaboración propia del autor, modificado de Arita (1990) con el particular enfoque a la hoja nasal presente en Carollia.. La hoja nasal, más allá de ser el carácter diagnóstico en la taxonomía de los filostómidos, presenta una amplia variabilidad morfológica entre los integrantes de esta familia (Figura 3) y se cree estar asociada a los procesos de ecolocalización (Hartley y Suthers, 1987; Arita, 1990). Más específicamente, a la hoja nasal se le atribuye las propiedades de modificar, modular y direccionar los pulsos ecolocalizadores (Hartley y Suthers, 1987; Brinkløv et al., 2010; Vanderelst et al., 2010). Arita (1990), usando variables lineales, evaluó las diferencias morfométricas entre las subfamilias de los Phyllostomidae, estableciendo que: la morfología de la hoja nasal presenta correlación frente a los hábitos alimenticios del murciélago, y no con el tamaño corporal del animal; que los complejos de herradura y lanza son caracteres que indican rasgos de adaptación para las diversas especies, siendo el tamaño de la lanza un carácter más variable y dependiente de la necesidad de los murciélagos en dirigir las señales de ecolocalización; y que la correlación entre la ecología trófica, la morfología de la hoja nasal y la capacidad de ecolocalización, probablemente está relacionada con el comportamiento de forrajeo y el hábitat del murciélago. 27.

(28) Figura 3. Variación morfológica de la hoja nasal entre algunos filostómidos: A) Carollia. B) Desmodus rotundus. C) Lonchorhina y D) Centurio senex. Fuente: esquema de elaboración propia del autor.. 5.4.1. Ecolocalización y la Hoja nasal Fenton (2013) define a la ecolocalización como un modo activo de orientación, donde el animal busca recopilar información de su entorno por medio del uso de los ecos, producto de los sonidos emitidos por dicho animal. En su mayoría, los murciélagos que utilizan la ecolocalización lo hacen utilizando señales producidas por la laringe, a excepción de uno pocos que usan clics de lengua (Rousettus: 28.

(29) Pteropodidae) (Fenton, 2013). Dichas señales concentran la mayor parte de su energía en frecuencias ultrasónicas (> 20 kHz); sin embargo, sus señales de ecolocalización varían en frecuencias que van desde los 8 kHz hasta más de 200 kHz (Fenton, 2013). La complejidad y sofisticación de la ecolocación en los murciélagos ha sido ampliamente estudiada, evidenciando la particularidad de los murciélagos para modificar y ajustar sus llamadas de acuerdo a como la situación lo amerite (Fenton, 2013; Brinkløv et al., 2010). En el caso de los murciélagos de producción laríngea, aunque no todas las llamadas realizadas son ultrasónicas, todas son emitidas de manera oral o de manera nasal, o incluso una combinación de ambas (Pedersen y Müller, 2013). Los Nycteridae, Rhinolophidae, Hipposideridae, Megadermatidae y Phyllostomidae son emisores nasales, es decir, cuentan con un sistema de navegación innovador evolutivamente (Fenton, 2013; Pedersen y Müller, 2013). La hoja nasal se posiciona entonces en un punto crucial para el sistema de ecolocalización, estando entre el medio acústico de emisión nasal (fosas nasales) y el medio acústico de campo libre (exterior), donde según Pedersen y Müller (2013): “podría actuar como una bocina acústica que emparejará gradualmente la alta impedancia acústica de las fosas nasales con la baja impedancia acústica del campo libre”. Las estructuras asociadas a la hoja nasal influyen frecuentemente en la configuración acústica de los pulsos emitidos nasalmente (Fenton, 2013). Hartley y Suthers (1987) demostraron que la lanza de C. perspicillata es responsable de dar direccionalidad a los pulsos de ecolocalización en la dirección vertical; mientras que la herradura y sus estructuras asociadas, junto a la posición de las narinas, pueden modular la frecuencia e intensidad del pulso, dirigiéndola en la dimensión horizontal (Arita, 1990; Fenton, 2013; Pedersen y Müller, 2013). Pedersen y Müller (2013) concluyen que las diferentes estructuras que componen la hoja nasal operan cerca la una de la otra para dar forma a la configuración acústica de las señales, pudiendo incluso presentar interacciones entre sus efectos acústicos.. 29.

(30) 6. METODOLOGÍA Para los análisis morfométricos, se capturó y examinó un total de 39 ejemplares (C. brevicauda=30 y C. perspicillata=9) durante los meses de junio y julio del 2018 en la vereda Peñas Blancas. Solo los individuos que fueron clasificados como adultos en el rango de edades propuesto por Pacheco y Patterson (1992) fueron utilizados en el análisis; tomando como principal carácter la osificación de las epífisis del 4to y 5to dedo. Los ejemplares fueron determinados usando las claves taxonómicas de Díaz et al. (2016) y posteriormente corroborados por la Msc. Dennisse Ruelas, especialista en murciélagos del genero Carollia. Cabe aclarar que de los 39 ejemplares capturados en la vereda Peñas Blancas y que posteriormente fueron utilizados en los análisis morfométricos de la hoja nasal, tan solo 3 fueron colectados para los análisis histológicos de la hoja nasal (3 individuos de C. brevicauda), los demás fueron liberados (36). Los 3 individuos de C. perspicillata requeridos para los análisis histológicos de la hoja nasal, fueron donados por los habitantes de la vereda Reventones en Anolaima, Cundinamarca (Figura 4). 6.1. Área de Estudio 6.1.1. Peñas Blancas, Cundinamarca Peñas Blancas es una vereda localizada a los 4° 44’ 50.662’’N y 74° 34’’ 39.91’’W dentro del municipio de Quipile en Cundinamarca. Quipile está ubicado a los 4° 44’ 52.56’’N y 74° 34’ 27.34’’W, posee un rango altitudinal de 2.012 m.s.n.m y una temperatura promedio de 20 °C.. 30.

(31) Figura 4. Mapa de localización de los municipios de Quipile y Anolaima en Cundinamarca. Símbolo rojo: localización de la vereda Peñas Blancas. Símbolo azul: localización de la vereda Reventones. Fuente: esquema de elaboración propia del autor.. En esta vereda se localizó el área de muestreo, en donde se capturó un total de 39 murciélagos pertenecientes a las especies C. brevicauda (n=30) y C. perspicillata (n=9), dispuestos para los posteriores análisis en morfometría, morfología externa e histología. El área de muestreo se caracterizó por ser un área rural con presencia de actividad agrícola, encontrando cultivos de plátano (Musa paradisiaca), café (Coffea), zucchini (Cucurbita pepo), maíz (Zea mays), lulo (Solanum quitoense) y yuca (Manihot esculenta), principalmente. Los cultivos a gran escala ocupan áreas significativas, sin embargo, el número de áreas poco intervenidas es de igual manera apreciable. Los recursos hídricos son un potencial característico de la vereda, por lo que se han llevado a cabo planes de 31.

(32) conservación de las áreas que abastecen dicho recurso, impulsados por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca CAR y la comunidad en los programas ESCA (Emprendimiento Social para la Conservación Ambiental). 6.2. Fase de Campo 6.2.1. Captura Para la captura se utilizaron 4 redes de niebla posicionadas en sitios considerados potencialmente valiosos para el paso de los murciélagos, cambiando las redes de posición dependiendo a la efectividad del muestreo aproximadamente cada dos días. Las redes fueron abiertas y visitadas periódicamente desde las 17:30 hasta las 00:00, aproximadamente 6 horas por noche. Otro método de captura fue por medio de jamas elaboradas artesanalmente, usadas ocasionalmente para la captura en refugios, como cuevas o grietas entre las rocas, edificaciones en abandono y plataneras (Figura 5).. Figura 5. Sitios de muestreo con redes de niebla y jamas artesanales en la vereda Peñas Blancas en Quipile, Cundinamarca.. 32.

(33) 6.2.2. Recolección de datos Consistió en la toma de las medidas externas de cada una de las regiones presentes en la parte frontal de la hoja nasal; tomadas con un calibrador digital SATA ST91511SC (±0.02 mm). En total se registraron siete mediciones: longitud total de la hoja nasal (GLN); longitud de la lanza (LOS); longitud de la herradura (LOH); ancho de la lanza (BOS); ancho de la herradura (BOH); ancho de la costilla (BOR) y ancho del internostril (INW) (Figura 6) (Arita,1990).. Figura 6. Medidas externas de la hoja nasal usadas como variables. GLN, longitud total de la hoja nasal; LOS, longitud de la lanza; LOH, longitud de la herradura; BOH, ancho de la herradura; BOS, ancho de la lanza; BOR, ancho de la costilla; y INW, ancho del internostril. Modificado de Arita (1990) y Díaz et al. (2016). Fuente: esquema de elaboración propia del autor.. Adicionalmente, a cada uno de los especímenes capturados se le tomó la longitud del antebrazo (AB), longitud de la tibia (LT) y longitud del pie (P); así como datos de fecha y hora de captura, sexo, peso y se hizo un registro fotográfico de la zona frontal de la hoja nasal con la ayuda de una “herramienta fotográfica” y una cámara Cannon PowerShot A1100IS.. 33.

(34) 6.2.3. Registro fotográfico Posterior a su correspondiente captura, medición y determinación, los murciélagos fueron dispuestos para el registro fotográfico. Dicho registro consistió en fotografías frontales y laterales del murciélago en general; y fotografías de la zona frontal de la hoja nasal (Figura 7).. Figura 7. Registro fotográfico realizado a cada murciélago: A) Lateral del cuerpo. B) Frontal del cuerpo. C) Antebrazo. D-E) Hoja nasal.. Para el registro fotográfico de la hoja nasal cada ejemplar fue inmovilizado con la ayuda de una banda elástica y se implementó el uso de una herramienta fotográfica -diseñada y puesta a prueba para desempeñarse en campo durante la presente investigación- con el fin de facilitar las condiciones necesarias para el posterior análisis morfo-geométrico. A la herramienta 34.

(35) fotográfica se le ha denominado “Prototipo 1.1” y se compone de tres piezas principales: “urna”, “base” y “caja” (Figura 8) (Anexo 1). Posterior a la recolección de los datos y la fotografía, los murciélagos fueron marcados con esmalte para uñas (cubriendo las uñas y las primeras falanges de las patas) y se liberaron próximos a la red en la que fueron colectados; excepto los 3 ejemplares usados en el análisis histológico (C. brevicauda=3), a quienes se les diseccionó las hojas nasales para posteriormente ser fijadas en formaldehido al 10%, haciendo un recambio pasadas las primeras 24 horas y preservando allí hasta su procesamiento histológico.. Figura 8. Prototipo 1.1: implementado en la toma de fotografías de la hoja nasal de C. brevicauda y C. perspicillata.. 35.

(36) 6.3. Fase de Laboratorio Las hojas nasales de los ejemplares usados para el estudio histológico (n=6) fueron extraídas de murciélagos donados por habitantes de la vereda Reventones (C. perspicillata= 3) y colectados de la vereda Peñas Blancas (C. brevicauda= 3), en el departamento de Cundinamarca. Los especímenes de Reventones son el producto de sacrificios hechos por los habitantes de dicha vereda debido al constante conflicto entre los pobladores y los murciélagos, originados principalmente del desconocimiento hacia la importancia de estos animales en el ecosistema y de mitos basados en el desconocimiento de sus hábitos nocturnos; debido a esto, se realizaron charlas de sensibilización con la comunidad (Anexo 2). 6.3.1. Procesamiento histológico Se realizaron cortes transversales y longitudinales de la hoja nasal y se utilizaron técnicas histológicas de Hematoxilina-Eosina (H&E), Tricromica de Masson e Inmunohistoquímicas con S100. Los micropreparados de Tricromica de Masson e inmunohistoquímica con S100 fueron elaborados en el laboratorio de patología de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá D.C); los micropreparados con H&E, fueron elaborados tanto en el laboratorio de patología de la Universidad Nacional como en el laboratorio de Neurociencias de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (GINUD). 6.3.2. Análisis Morfométrico Las variables de forma de la Lanza (MhS), Herradura (MhH) y Costilla (MhR) fueron obtenidas mediante un análisis de componentes principales (ACP) en MophoJ, aplicando inicialmente un Análisis Generalizado de Procrustes (AGP) (Toro et al., 2010). Se utilizó el CP1 del análisis de cada región como variable de la forma; y se empleó en un análisis Kruskal-W, con el fin de sustentar si hay o no diferencias significativas en la forma de la hoja nasal entre ambas especies. Para la obtención de las morfo-coordenadas se usaron semilandmarks en 2D abarcando la forma de la hoja nasal (17 Lanza, 17 Herradura y 11 Costilla), para ello se utilizó el programa ImageJ versión 1.51j (Figura 9).. 36.

(37) Figura 9. Semilandmarks usados en las principales regiones de la hoja nasal: A) Lanza. B) Herradura. y C) Costilla.. Se probó el supuesto de distribución normal con la prueba de Shapiro-Wilk (p<0,05), obteniendo resultados para datos no normales. Para evaluar cuáles variables diferían significativamente entre las especies, se realizó un análisis de varianza de una vía para cada variable (Kruskal-W), con un ajuste con la Prueba Bonferroni para evitar la sobreestimación en la importancia de los caracteres. No se estimó la posible variación entre sexos debido a la poca significancia que presenta este tipo de análisis a nivel genérico, evidenciado en investigaciones previas. Posteriormente se aplicó un análisis de componentes principales (ACP) a las variables externas de la hoja nasal; y otro sumando las variables de forma de la hoja nasal (MhS, MhH y MhR), con el fin identificar las principales tendencias de variación. Por último, se realizó un análisis de función discriminante (AFD) usando las todas las variables estudiadas, para así evidenciar las variables que permiten discriminar a las especies. Los multivariados y los análisis Kruskal-W se realizaron en PAST versión 2.17c.. 37.

(38) 7. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 7.1. Análisis Morfométricos 7.1.1. Morfometría Geométrica Las gráficas de deformación permiten evidenciar las zonas de mayor variación (Figuras 10 y 11): siendo la lanza de C. brevicauda más aguda hacia la punta y menos robusta, en comparación a la de C. perspicillata; en el caso de la herradura, la variación fue mínima apreciándose deformación en las zonas de mayor movilidad; y para la costilla, se apreció una deformación similar al de la lanza, aunque poco significativo en los análisis debido a que la costilla no alcanza la punta de la lanza en Carolliinae (Wetterer et al., 2000). Variación intraespecífica también fue observada, siendo más frecuente en la hoja nasal de C. brevicauda, pero conservando la particularidad de ser más aguda en la punta que en C. perspicillata.. Figura 10. Gráficas de deformación obtenidas del CP1 en MorphoJ para C. brevicauda: A) Lanza. B) Herradura. y C) Costilla. Las líneas punteadas indican variación intraespecífica.. Figura 11. Gráficas de deformación obtenidas del CP1 en MorphoJ para C. perspicillata: A) Lanza. B) Herradura. y C) Costilla. Las líneas punteadas indican variación intraespecífica.. 38.

(39) La gráfica de solapamiento permite evidenciar de manera más clara, como la mayor variación de la hoja nasal entre C. brevicauda y C. perspicillata se asocia a las zonas correspondientes a la lanza, y en menor medida a la herradura y la costilla (Figura 12).. Figura 12. Gráfica de solapamiento (obtenida a partir de las gráficas de deformación para cada especie). Fuente: esquema de elaboración propia del autor, producto de los datos obtenidos en MorphoJ.. El ACP sugirió la separación de C. brevicauda y C. perspicillata con la formación de dos grupos en el morfoespacio del análisis correspondiente a la lanza, caso contrario en el análisis de la herradura y la costilla, donde no se apreció separación de los grupos (Figura 13). Los tres primeros componentes del ACP de la lanza acumularon el 85,387% de la varianza total. El CP1 explicó el 56,387%, estando influenciado principalmente por el desplazamiento horizontal de los semilandmarks X6, X8, X10 y X12, asociados al inicio del 1/3 (X8 y X10) y al inicio del 2/3 de la lanza (X6 y X12). El CP2 explicó el 17,589% de la variación y estuvo influenciado principalmente por el desplazamiento vertical del semilandmark Y9 asociado al ápice de la lanza; y en el desplazamiento horizontal por X10 y X2, asociados al inicio del 1/3 (X10) y al final del 3/3 de la lanza (X2). El CP3 explicó el 11,412% de la variación, estando influenciado principalmente por el desplazamiento horizontal de X2 y X16, correspondientes al final del 3/3 de la lanza (Tabla I).. 39.

(40) Figura 13. Relación de los dos primeros componentes principales del ACP realizado en MorphoJ para la: A) Lanza. B) Herradura y C) Costilla en C. brevicauda (rombos verdes) y C. perspicillata (círculos azules).. 40.

(41) En el caso del ACP de la herradura, los tres primeros componentes acumularon el 72,660% de varianza total. El CP1 representó el 48,240%, influenciado principalmente por el desplazamiento horizontal de los semilandmarks X7, X8, X10 y X11, asociados a el inicio del borde inferior (X8 X10) y al final del 3/3 del borde lateral de la herradura (X7 y X11). El CP2 representó el 14,024% de la variación y estuvo influenciado principalmente por el desplazamiento horizontal de los semilandmarks X2 y X16 asociados al final del 3/3 de la lanza; y en el sentido vertical por los semilandmarks Y8 y Y10 asociados al inicio del borde inferior de la herradura. El CP3 representó el 10,396% de la variación y estuvo influenciado principalmente por el desplazamiento horizontal de los semilandmarks X8, X14 y X11 correspondientes al inicio del borde inferior de la herradura (X8) y al borde lateral de la herradura (X11 y X14) (Tabla I). Las áreas de mayor deformación en la herradura se relacionaron a los bordes laterales y al borde inferior de la herradura (Figura 10 y 11), zonas de gran movilidad según su composición muscular (ver análisis histológicos). Errores en el protocolo de fotografía en dicha estructura pueden vincularse con la mencionada deformación, debido a que la herradura fue más susceptible a la inmovilización de sus estructuras por la presencia de las narinas. En el ACP de la costilla, los tres primeros componentes acumularon el 77,310% de la varianza total. El CP1 explicó el 49,333% de la variación y estuvo influenciado principalmente por el desplazamiento vertical de los semilandmarks Y5, Y6 y Y7 correspondientes a la punta de la lanza, poco significativo en los análisis debido a que la costilla no alcanza la punta de la lanza en Carolliinae (Wetterer et al., 2000). El CP2 explicó el 16,669% de la variación y estuvo principalmente influenciado por el desplazamiento vertical de los semilandmarks Y1 y Y11 correspondientes a la región internostril (Arita, 1990); y por el desplazamiento horizontal de los semilandmarks X4 y X9 correspondientes a la zona basal de la costilla. El CP3 explicó el 11,308% de la varianza y estuvo principalmente influenciado por el desplazamiento vertical de los semilandmarks Y6 y Y11 correspondientes a la punta de la lanza (Y6) y la zona internostril (Y11); y por el desplazamiento horizontal de X8 correspondientes a la zona basal de la costilla (Tabla I).. 41.

(42) Tabla I. Coeficientes estandarizados (números en negrilla) y porcentaje de la varianza total explicada y acumulada del CP1, CP2 y CP3 del ACP hecho en las principales regiones de la hoja nasal de C. brevicauda y C. perspicillata. Variables. Lanza. Herradura. Costilla. CP1. CP2. CP3. CP1. CP2. CP3. CP1. CP2. CP3. 56,387. 17,589. 11,412. 48,240. 14,024. 10,396. 49,333. 16,669. 11,308. % varianza explicada % varianza acumulada X1. -0,000144. -0,130649. 0,103492. 0,016619. 0,125221. 0,02621. -0,235289. 0,025671. -0,054165. Y1. 0,191246. -0,067318. -0,197606. 0,06696. -0,138829. -0,217389. 0,099992. -0,336501. -0,297301. X2. 0,06902. -0,24526. 0,505079. 0,090469. 0,55396. 0,11286. -0,170851. -0,189942. 0,090755. Y2. 0,096068. -0,03027. 0,13058. -0,022624. -0,050968. 0,171973. -0,007378. -0,018718. 0,081481. X3. 0,072661. -0,229974. 0,115131. 0,214731. 0,190609. -0,172877. -0,164748. -0,311373. 0,098826. Y3. 0,085347. -0,040683. 0,073082. 0,008052. -0,107138. 0,176186. -0,135885. 0,100941. 0,163256. X4. 0,110351. -0,229978. -0,069045. 0,20545. -0,161618. -0,130887. -0,091804. -0,461153. 0,132126. Y4. 0,027155. -0,030924. 0,043455. -0,019441. -0,029848. 0,194071. -0,244413. 0,251691. 0,257793. X5. 0,21296. -0,194496. -0,132954. 0,071055. -0,019484. 0,043876. -0,217934. 0,009609. -0,065503. Y5. -0,018184. -0,031654. 0,02197. 0,062109. -0,124825. -0,176805. 0,461485. -0,024473. 0,035537. X6. 0,327619. -0,07346. -0,207204. -0,011838. -0,01130. 0,054966. -0,010708. 0,008588. 0,025631. Y6. -0,095749. -0,044151. 0,024689. -0,038589. 0,05843. 0,102441. -0,351491. 0,141256. -0,581889. X7. 0,272751. -0,006482. -0,09973. -0,236433. 0,018522. 0,136963. 0,174928. 0,033817. 0,114853. Y7. -0,164971. -0,043072. -0,068151. -0,064723. 0,158472. -0,000106. 0,414949. -0,066631. 0,194412. X8. 0,280486. 0,230143. 0,124569. -0,552964. 0,037289. -0,405815. 0,194193. 0,335052. -0,329487. Y8. -0,246072. 0,016986. -0,092538. -0,06488. 0,211161. -0,103766. -0,223048. 0,228525. 0,246644. X9. -0,024491. -0,024463. -0,007638. -0,001126. 0,014046. 0,035495. 0,210372. 0,337686. -0,201243. Y9. 0,267572. 0,627887. 0,193331. 0,151163. -0,015535. 0,045739. -0,112243. 0,099353. 0,177067. X10. -0,298325. -0,2553. -0,076964. 0,539107. -0,105233. 0,216519. 0,176571. 0,168737. 0,042707. Y10. -0,241904. 0,013042. -0,097996. -0,065962. 0,217876. -0,126646. -0,006304. -0,028015. 0,055242. X11. -0,237502. 0,035022. 0,057246. 0,292135. 0,07578. -0,349754. 0,13527. 0,043307. 0,145499. Y11. -0,168688. -0,044583. -0,073507. -0,064876. 0,159071. -0,075172. 0,104336. -0,347429. -0,332241. X12. -0,309327. 0,156115. 0,207409. 0,000137. 0,034013. -0,114927. Y12. -0,093874. -0,049588. -0,00713. -0,022931. 0,102401. 0,073577. X13. -0,201225. 0,212847. 0,166677. -0,114659. 0,057984. 0,046809. Y13. -0,024194. -0,047004. 0,012731. 0,069731. -0,087581. -0,217167. X14. -0,080274. 0,228329. 0,087302. -0,199769. 0,034864. 0,366064. Y14. 0,029552. -0,046585. 0,044529. -0,025546. -0,061807. 0,130648. X15. -0,065465. 0,220158. -0,18781. -0,191189. -0,238823. 0,19868. Y15. 0,078216. -0,055075. 0,074909. -0,008867. -0,119244. 0,112939. X16. -0,09353. 0,216846. -0,559949. -0,093431. -0,52517. -0,107768. Y16. 0,092966. -0,043994. 0,119647. -0,022873. -0,042329. 0,141784. X17. -0,035565. 0,090603. -0,025609. -0,028294. -0,08066. 0,043587. Y17. 0,185514. -0,083015. -0,201996. 0,063298. -0,129306. -0,232306. 85,387. 72,660. 42. 77,310.

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