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POR JOSÉ LUIS BALCÁRCEL
SOMOZA, UN
·PERSONÁJE
EN
BUSCA DE
NOVELA
A Jorge Ruthnelíi, con búsq uedasaue recorren vericuetos semeiantes.
haciendo- , seconseguirá abarcarlo más y mejor en todas sus relaciones.
" En'cambio,'1~ literatura, sobre todo en lo que tiene q ueverla
novel
ística,
se quedó cortarespecto Somozu,el
tiran o,el dictador quesuperóen todoa deél, En-poesíaexisten alusiones y referencias a lodos losdem ás,murió, fue ajusticiado,sin que la~
Sornoza, yhast ala expresividad políticade su tira-: narra tiva pudiera abarca rlo , sujetá ndo lo com o neidad ydictadureid ad.Y
laque recogiósu deter-concepto .Somoza'm urió sin novela. Ola novela minabilidad cual esperpento .dejó moriraSomoza sin aprehenderrnuchaspecu- Pero lanovela:lodejó fuera .Noalca nzó recabar liarid adessuyas. Somozafue más allá de loqueen
-y a recrear su conjunto car acterístico ,que CÓmo
ur
uno
logia
ydictadurología tenía previsto la lite--párti
c
ularidad
contribuyera a determinarloenin-rutura narrat iva. ' ,
,tensió n y en exten sión ,como el tir anoy,dictador Hay conjuntos de elementos y característi cas , 'que
r
ealy
efectivam entefue.Apartir del concepto quear
ticulan el
contexto y el personajeene
structu-
\
Sornoza l
a'categori a.Iiterar ia
del dictador necesit a ra s, no como término medio, o promedio,'sino ' . restructurar su tipicidad.. " ,cornosín tesis quese vuelvemodélicadel
personaje
.:
,
/
Tod~ la
novelístic adel tirano desdeValle Inclán Loque en.cstética ,so bre tod.oen lae~t~tica
del~e~-.
:
,hasta.Qflrc:ia 'Márq uez,pasand~
por Asturias ;Car-' Iis mo ,s~Ilcn,ecomo categoría ?e lotIplC~-la tipi- ,'pentiei-;R 6aBastos ySergioRamírez,trabajócon 1.:1~lad. !.:sIC, !gua l .q ue las.d~m~scategonas no.a~- ,unacategorí
ade
lo'típico que fueviolenta ment e nutclo cstaclO na n o,.Ladll1aml~~es lacar~ctenstI~;; , de'sbor'~ada por Somoza III,el segundoajusticia-, 1.:;1~I U~demues
tra
la~ncorporaclonnecesan~de pe- do. Por sup uesto,ya:
queel primerode ladinastía, ycu
liaridu
dc
s
gene ra liza das que recrean el tipo.. , , ensefajusticiado,:,mediantejustici
a
popular;qu e-Todala novela,olanovelística,sinembargo,re-',', .1"daba cabálm éntécontenidoen laabstra cció n mo-'\
ulló i
nsufi ci
ente
.
al menoshasta hoy. Con lo cual délicadereferencia.Corno todoslosdem ás:losE s-seIr
us
t
r
ó
an te la feracidad delque maltratóáNi- ' t r a da Cabrera, los Rodríguez de Francia, losRo-curug
ua
ylod oloque tuvo asualcance. Incluida la sas, los Gómez, tosGarcía
Moreno, losDía
z,
los 'l
u cru
r
uru,
natu ra lmen te. ' " Ubico, losC
arías.Jos
Bat ist a,losTrujillo
,
rosOu-" t
I
t ' . 'it
valier,los-RojasPinilla
;
los PérezJim
énez, i
nclui-
.
'óo es
run
gun
apo rl
e a I~dedon.a,sino
pura,rel.e- 'dos los Stróessn ú : ' ' ,racl n.so stener que a rea I a siemprees mas nca "' 1' •.•.
ti
'
tque
elconce pto. Por lo demás,trat
ándose
dese-
'
. '
,
El p.~n~teaml~nto ,en cues.10 0.es asu~ o q~e-en
. 16 . I d " ' li nada tIene que ver con la cahdad expresiva mcon1I111/'a .SOCIO
gi
camente
o e ncotiene
otra exp1- . ' , . , . ' ' ,•< ' la
deterrninabilidad'
de,I
tirano",enla.que
ellase sus-C'ICl lJn, . . tenta, en las novelas: Tirano Banderas,
El
otoñoHay concep tos ,y conce~tos: Los de la teonase .del patriarca.El'señorpresidente.El recurso del
mé-arn.l;1I1 de elemento s expllc~tlvos, reproductor~s 'todo. Yo el suprem o,'¿Te dio miedo la sangre?
raclllna.lcs.
y
,
el~ su caso, posibles de tr~~sformall- Ápa rte de que en ésavertiente ha quedado cancela-da~ I?ract lca. En.cuen to ~ r~c~>nstrucc~o~ men,tal .da.cu alquierdiscusión. O lo que viene.a serlo mis-:: llhJ~tl\'adelarealid ad s~significadoes~l1lco.Solo mo,'todasson.decalidadindiscutible.Lo impor-\':trla bl~en tantolasvariantes quead q uiereI~pr~- tante es que así resulte ya no solamente para los piurca~ldad.Por.esose trata de conceptosuruserru-
criticose historiadores, profesores.y comentado-1.:0\:unlvoc.os.Mlcntra~quelosde laI!t~raturaylos res,sinoparaelcomúnde loslectores, cuyocírculo de lasdemásartes,seg ~ nsusc~ractenstIca.s,no son .cada vez se ensancha más. Todo pesimismo alres-puramc~te reconst~ucclOnes,sl.noreferenciasreales pecto es meraposici ón.elitizante:Como la,de los convertid asen realid adesrefenda~. Po~lot~~to,se 'profesores>qpetienen como tema predilecto el co- . Irala deconce p tosapoy a d os en la irnagmacion yen ... mentariosobreel·bajo nivel;supuestamente cada.
lara llla~ia .sin dejar deser, en loque lest~ca,concep-,": vez mayo r'conforme. pasan las generaciones de .
ros queinc luye n larazoncomo pensamiento ,como aIlÍrrlnos.' . ,' . . '
ab
s
tracci
ó
n
y elab~ración, en t~nt? co~juntos ~s- , ' ,-Se tratade reconocer que el tirano,eldictador de,Ir.uctu rales. suscep tlbIesdeampha diver~l~ad,deslg-. .':lanovela,hasta'hoy,'no alcanza'caraclerísticas que niñeadosdeterminados. Conceptospohsemlcos ' secorrespondan completamente -en lo que COI:Il-, Lo que parecería digresión lleva a dejar claro pletamente quiere decirenl~ n~rrativa-c~nlas'de que en cua nto a descripciones y expli caciones.teó"', Somoza,Lo que tampoco s!gl1lfica que el tIrano de ricas,ya de la politología, o de la sociología-a la ,I~:novelahayaquedadoatras,~omo.n:er.orecu~rdo mejo r aún de la psicología -, los conceptos, la ca- . literario histórico, deunarealidad tI.ral1lcao dicta-racteriza ci ón ylas categoríasabarcan el caso yel torial:ya: cancelada.No, de esos tIranos quedan
f
en
ó
meno
Somoza.Sujeto que practicó la política, aún. T o da vía se dan. S:sig~endando. So moza III, la masacre,el robo, la depredación,elcrimenyla sin'em bargo,fue de cunod~ferente.,Lo cual no des-oste n tac ió n .Ellos existen, propiamente,desde mu-. ,carta'q ue llegue a trascen?er en algun futur? pe .rso-cho atrás,y en la medida en que se le sigaestudiaIl~ naje literario:Para segUIr aterrando, ~n terml.~?s do -terrible e ingrata tarea, necesaria de seguirla ' literarios, después de muerto, como vIenehaclen-51
.JoséLúisBalcárcel(Guatem ala, (932),Iilósof9.ensayista .pro-,
fesor de la Facultad defiloso fía yletr asde laUNAM,publica en
variasrevistas y sup lemen'tos deMéxico'yAmérica Latin a .Este
año, esjura do delPre~ io'Casade las América s en la ra ma de
dolo en la realidad, con la ola represiva que así
de-sató en
.el
Paraguay y países limítrofes
.
Elemento
también, por cierto, de recuperación y
transforma-bilidad litera
ria.
A otra forma estructural lite
raria
corresponden
textos sobre el tir
ano,
como el
Ecce Peric/es,de
Rafael Arévalo Martínez, y
El autócrata,de Carlos
Wyld Ospina. Ambos necesarios e indispensables
para saber de y conocer
a
Manuel Estrada
Cabre-ra
,
el mismo que encarnó en la novela de Miguel
Angel Asturias. Desarrollados los dos de manera
estilísticamente'
magnifica
,
en ellos se hace una
re-lación articulada de conceptos unisémicos y
pol
isé-micos co
nstituyentes
del ensayo novelado
,
descrip-tivode situaciones sociales y políticas
,
y de la
per-sonalidad del dictador, a través de sus
comporta-mientos y reacciones
,
y del medio social
correspon-diente
.
En aproxim
ada
estructurac
ión
a ellos se
si-túa
el te
xto
de Pedro Joaquín Chamarra, todaví
a
i
nsuficientemente conocido
:
Los Somoza, estirpesangrienta.
Los t
iranos
y dict
adores
de la novela han estado
v
inculados
en su e
xpresión
a las rémoras e incide
n-cias feudaloides del desarrollo económico
,
social y
polít
ico
de La
tinoamérica.
No obstante que ello
s
mismos en la realidad tuvieron que ver con los
pro-c
esos i
niciales del c
apitalismo,
desde sus
comien-zos dependiente. Bastar
ía
mencionar el caso de
So-moza L
.
La novela misma de Sergio Ramírez,
¿Te dio
miedo la sangre?,
tiene en
el hombre,expresión del
t
irano,
un s
ignificad o consti
tuido por s
ignos
que
arrastran el
fa
ntas ma de S
omoza
1
;
los cuales, por
cierto, en momento
s s
e
injer
tan
co
n
a
lgunos que
man
ifiestan a
ristas de
s
us
d
e
sc
endientes
reales,
in-corporado
s
l
iterar ia mente
.
C
onno
t
ació
n que con
-jug
a
el peso de la
dic
tadura
q
ue
pe
rmanentemente
c
argab a
la
v
ida de
N
icaragua
.
Somo
za
IIl, en
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resa
f
ormas de ser
der
ivada s, co
rrespond
i
ente
s
a relacio
nes que se
dan en el
ca
pitalis mo
mon
opólico
d
e E
stado, por
pequeño que
f
uera
s
u p
aís. Ca
pita li
s
mo
monopóli-ca de E
stado a
dministracion u
niper
s
onal.
Un
iver-sal
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lo
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mpartida
s
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am
ente por una
es-cas
a,
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cida, b
urguesía
de
s
ervicios
, por su
ori-gen
.
Burocrática ,como
tambiéns
e
le denomina.
Tal pare
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que l
a f
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el
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y
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:
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Es
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Y
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biera sido elabo
rada en la
cor-t
e,
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ristocracia r
ival
.
y
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en pleno
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y lu
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l
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urguesía.
pugnante
co
n
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olutismo
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eudal, p
ara cu
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or su si
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So-mo
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. Las parado
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En sus pabes
.
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.
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rocxpor tudorcs
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De sus países a
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refugi
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asta s
u muerte en
Nueva Orlc
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nos mue
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la metrópoli,
otro
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exmet rópol is.01ros m
ús
de diferentes
m
aneras,
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elpropio lugar de su des
tronami ento.
Todo
s,
n
atur almente. despué
s
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el sa
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ydel de
spojo.
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vastación
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n Su
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III
s
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q
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con lod
o
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ue pudo de
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icaragu a, y
l
o co
ntro laba
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do t
amb ién,
hasta el
triunfo de l
a
Re
volución
.
C
uando
Ni
caragua era,
como ahora Par
agua y.
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rande,
nacio-nal. Pero
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vez y co
n lo
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nver-sionista en lo
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dos
y en o
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Fue, realmente
.
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ansnacional. Co
n
i
nversiones de
diferente índole
e
n tod
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troa rné rica. en
Espa-ñ
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ia, e
n
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enezuela.
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aragua y.
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ua ntiosas i
n
v
ersio nes
n
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as
lo llev
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r
i
nfl uyente
e
n l
os cí
rculos
go-bernantes de los Estado
s U
nidos
.
No
era
simple-mente un cap
italista
dep
endiente,
s
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no un capital
is-ta de
y
en la metrópol
i,
que
viv
ía
go
bernando en
Nicaragu
a
.
J
• f,/ • •t,r
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,(','11111) cvplic.rr de tlt ra manera que Howard
Ilup,ho 'e hubicru tra xla d a do en avión hospital
h.I,LI,\ b na¡,:u;l.ensucamaport ülilde enfermo
in-cur.ihlc.con todoyfrasco sde suero, al décimopiso
del Ilolcl lntcrconu ncn ra l. convertidoen hospital ~ h.rrdencgo ci.uu cs,pa ra tratarcon susocio,elel
drct.ulor. voh rc inversio nes lransnacionalcs!
So rno z«. Iuc,hastasu muerte, portador de
inver-Slllllcsrcd u uahlcsen lametrópoli.Al Paraguay
lle-\'l')III queel pro pio Stro essner, beneficiarioprior i-tariodel contra bando. no in tentó; elculti vo del
al-~odón , man ifestaciónclásica de formas
capitalis-LIS en lo sproce so sagrícolas.
A ntcs, cuandoejercíala dictadura, dio muestras
dedecidir po líticamente no sólo ensu pobre país,
sino en los dem ásde Cen tro a mérica. Cuando su
socio Ara na Osar io se man ifestaba indeciso para
realizar elfra ude elect oralque consumara el hecho
de hacer goberna nte a Kjcll Laugerud -era tan
in-signifi can te elnúmerode votosque pudieron
pre-pararle a éste - , Som oza JII viaj ó a Guatemala
par a impo nerlo ,asegu ra n d o el buen desarrollo de sus negoc ios.Todoesopodía hacerlo con base en
la hcgc rnon ia económica suya mantenida en los
paisesdel área.Hoyse comienzan a saber datos so-bre la cantida d de tierra que tenía en Guatemala. '{a an tes se sabía de susinvers iones en la infraes-truc tu ra turística.
53
Por eso el chiste guatemalteco -pueblo aquel que no pierde el buen humor en medio de la trage-dia permanente que vive,entonces aún más agra-vada-, de que al producirse el"terremotoy notifi-carle telefónicamente Arana a Somoza que se ha-bía caído media Guatemala, éste le preguntara si la suya o la de él.
Hay pues, una serie de características y peculia-ridades que de Somoza podrían recoger la tirano-logía y la dictad urotirano-logía literarias en materia de novelística, para incorporarlas y asimilarlas en el personaje correspondiente a las diversas formas expresivas del desarrollo capitalista en sus noveda-des de nuestros días.La tiranología y la dictadura-logía son a estos días lo que la demonodictadura-logía fue a los suyos. Esta se extinguió. Pasó a convertirlas en ser histórico pasado, cuando el interés por lo tras-cendente cedió su lugar a los fenómenos y desarro-llos del mundo terreno. Cuando se desarrolló ple-namente el capitalismo y el hombre se percató de su papel como eje de la producción, adquiriendo conciencia de ello.
Con aquella desapareció el interés por los más de los estudiosde lo trascendente. Mientrasla evo-lución que se desarrolla hoy en Latinoamérica con-duce a extinguirse a tiranos y dicatadores, la tira-nología y la dictad urología tienen que continuar abstrayendo las características deaquellos para
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de éste no le imp resio na mucho a la historia de
nuestr os confines. pues basta asocia rlos con
Per-sia, los orígenes de lahumanidad , las leyendas y las
satrapías , par a identifica rlo conel oro y las piedras
preciosas.Per oSomozapertenece al subdesarrollo
de nuestra s pobrezas sob ra ntes de lo que deja el
imperia lismo de la fro ntera lat inoamericana.
Despu ésde muerto Somoza111 todavía acumuló
elemento par alanarrat iva .Por lascircunstancias
que impuso la Revolución , respecto al propio
Pa-ragu ayentabl ó co nt ras tes; recordemosal dictador
Gaspar Rodríguezde Fra ncia. Muerto éste nadie
se atrevió siqui era a ver pa ar el co rtejo fúnebre,
pensandoqueera una tram padeltiranopara
atis-bar quiénpodía alegrar ede u desaparición. A la
muert edeSom oza un puebloentero, elsuyo
pro-pio, fe tejó el uce o abiertamente. en todas las
ca-lle ,en tod o elpaí.
Portodo,po r ufort una queera cuestión propia
deleyend a ,cua ndo fuellevadoaenterrar a los E
s-tad o Unido', la a enciu noticio as al hablar de
que ibaen una caj platead tradu jeron:de plata.
Al de ir que la novelanoha aprehendido al
tira-no omozu IIIy creadoal per onaje que pueda
co-rre ponderle, deb ntener e en cuent dos s
ituacio-nes.
é
rmin
de un lterm tivu que puedeconju-gar e o no. ad que e conciba mecánicamente
tiene que ver conla re'Iidad rica ycontrad ictoria .
to quiere de ir que no iempre, necesariamente,
tienen que pro d ucir e I ca o no.
Pudiera uceder, ¡porqu no!que la novela tras
la queanda en buca detra ender e literariamente
elfanta Ola de Somoza nunca llegue a escribirse.
Pudiera erque i. opor que exi tansituacionesy
hech o hallan forzo . e inexorab lementesu
corres-po nd ienteno vela - enmucho ca os, afortun
ada-mente - . oporqueh yano velita tienenque
de-cidi r e por la ituacione y por los hechos que a
mucho no acucian. Alcaboque aellos en lo
par-ticular pueden atormen t rlo o encantarlosotros,
par a u genera lización y trascend encia. Los art
is-tas -ahl está n lo narradores- tienen un doble
pio mental r pecto del nuestro, que es sencillo.
Imaginat ivo-racional, posible y capaz de
concre-tar seen lanuevaydist inta realidad que es la obra
de arte, el de aquellos.
En la realid ady contexto latinoamericano,a ese
propósito , existen au encias novelísticas frente a
constantestemáticas . No existepropiamente la
no-velade la luchaarmada, de la guerrilla, la cual
lle-gó a generalizarseen el Continente como acción
patriótica necesaria, yhoy vuelve a manifestarse,
sobre todo en El Salvador yen Guatemala,
des-pués del triunfo nicarag üenceq!Je p'or esa vía
de-rrumbó al dictador determinante del personaje
desnovelizado, anovelado, o sin novela
sencilla-mente,Somoza 111. En-cambio,se dio, y mucha fue'
muy buena,la novela deI¿lviolencia, en Colombia.
Fenómeno social distinto, por supuesto, aunque
con sejemanzas.
/
_
_---
o
_
_
tensificar y extensificarSUSconceptos ycategorí a .
Hasta que la revolución latinoamericana eex
tien-da a los extremos de volverlos ser hi tór icopa ado.
Las diferenciasde comportamientoentrelo d
ic-tadoresde la tradición yel dictad or de la in
nova-ción -que por lovisto tambiénen la ingratitudy
en labarbarie existennovedade s.en loque lo
eco-nomistasysociólogosllamanmodernización . co
n-cepto que no quiere decir otra cosaque de arrollo
conforme al capitalismo-.dan lugar a reaccione
también diferentes.Cualquierade losdictad ore o
sus descendientes familiareso burocrát icoshante
-nido lances amorosos con colegialas del últimoaño
del Bachillerato o de la Normal. o con profesoras
de escuela primaria,enganchadas por algún
fun-cionario calificado, que precisamente entre sus
cualidades más destacadas figuraban lasfunciones
de esa clase de engarces. Mientras que Somoza111.
o elChiguín,se lanzaron, entre susaccio nes de
ni-vel y alcancestransnacionales a laconquistade d
a-mas con la especificidad de Miss. Comosucedió
con una Miss Paraguay,con experienciasenel
cer-tamen'de Miss Universo .Destronando así galanes
que contaban con la protección y,por lo mismo
te-nían influencias cerca del dictadortradicional. Ensu
caso, con el practicantede contrabando;modesto, y
por lo que demuestra la historia,de menores ínfulas:
Stroessner ante Somoza.
Somoza atesoró tanta fortuna como el Sha.La
~
! ''l .
.. I "
r-;
,
,'.,
:
~.
)
'1 'Ni siquiera Guatemala, en donde el movimiento guerrillero alcanzó durante los sesentas los mayo-res ascensos de la lucha armada latinoamericana, y actualmente se manifiesta en linderos triunfan-tes, se ha producido la novela de la guerrilla. No obstante las posibilidades que podrían suponerse por los serios e importantes antecedentes y tradi-ción novelística suyos. Con todo y la paradoja que se repite en otros países, de contar con pocos nove-listas -tras el largo intervalo que sigue a José Mi-lla, Carlos Wyld Ospina, Miguel Angel Asturias, Flavio Herrera, Mario Monteforte Toledo, Rafael Arévalo Martínez, de alguna manera, y luego un inmenso salto temporal hasta Marco Antonio Flo-res y Arturo Arias hoy.
En cambio, y por sabido se tiene que los mismos condicionantes pueden empujar en sentido contra-rio cuando operan situaciones determinadas. Gua-temala resultó ser caldo de cultivo para una novela de la contraguerrilla. De una novela antiguerrilla es mejor decir: la de Flores, Los compañeros. Con
denotaciones y connotaciones que llegan más allá, o que forman parte de lo mismo. Personifica al 1um pen en el guerrillero y lecuelga a éste las miserias, la apatía,la holganza, forzadas, la falta de principios de aquel, como elemento que por anticipado lo insta-lan en la derrota.Además de ser profundamente
an-ticubana, lo cual significa antisocialista, quiere de-cir. por tanto. como se constata claramente en estos días. posición instrumental coadyuvante a propiciar la justificación y el asentamiento de movilizaciones del imperialismo norteamericano.
Más claro aún aparece todo ello cuando a través de la lectura se van decodificando los que dejan de ser simples signos de delación. Los cuales de que-darse en eso no pasarían de revelar mera ingenui-dad, tratándose de hechos y sucesos ya transcurri-dos. Sin embargo, adquiere significado delatorio
.en tanto que transcurridos, precisamente.
A propósito de delaciones, Somoza 111 decidió conservar. hasta después. los archivos de la inteli-gencia, como dejados en el abandono, para que el mundo entero se percatara de que uno de los máxi-mos dirigentes del supuesto partido comunista ni-caragüense. encargado de los asuntos obrero~,un tal