• No se han encontrado resultados

Suave patria, revela ya tu verdadera historia

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2020

Share "Suave patria, revela ya tu verdadera historia"

Copied!
6
0
0

Texto completo

(1)

LUIS GONZÁLEZ

SUAVE PATRIA, REVELA

YA TU VERDADERA

HISTORIA

El amor propio de la nación mexicana

Alquelosintelectu ales denominan nacionalismomexicano , parece serla raíz de la historia nacional de México,o de su historiapatria,como se le dice en elin~eriorde las escuelasy loshogaresdesdeTijuana a Comitá nydelGolfo al Pacífico. Esde pensa r que sineseconj unto de sentimientos,actitudes ycreencias queconst ituyen el patriotismodoméstico no ten-dríamoshistori asde lanaciónmexicana con las ca racterísti-cas delasquetenem os.De aq uí que se mezclen en esta rel a-ción dehistoriaspatrias algunas noticiassobre los avatares delnacionalismo mexicano,cuyaexistenciase mide en cen-turias. Elprimeravatar,muyborroso ydiscutible,corre des-de el último terciodel siglo XVI al segundodel siglo XVIII. Unasegundaeta padelpa triotismoen cuestiónva del destie-rro delos jesuitasen 1767al robo demedio Méxicoen 1848. La tercera época engloba la segunda mitad del XIX Yeli ni-ciodelXX.Lapenúltim a,ladel nacionalisino re voluciona-rio, sedadeldiez al tostóndela centuriaactual,y la última la vivimosdesdelos años cincuent a.A cada uno de los avat a-res de nuestrointeréspatrio hacorrespondido una distinta hist oria nacional.

La tesisqueatribuye a Cortésla fundaciónde la naciona-lidad mexicana es menos errónea que la terca que atribuye ese arranq ue a Quetzalcoatl o a Tenoch.La ruptura de la conq uistaydelaevangelización no puede ser ignorada. Qui-zásel Imperio Tenochca merezca el nombre de nación, pero en todocaso se trata de una entidad interrumpida por las huestes de Cortés y los frailes de San Francisco. Lo único cierto esquesobre las ruinas de los imperios de tenochcas y purép echasseda principio a la hechurade una nueva nación desde el díasiguiente de la caída de Tenochtitlan yde Tzint-zu ntzan. Losconquistadores,algunos millares de soldados, burócratasymisioneros aportan,sin proponérselo,los silla-resque permitendecirle nación a un país:un territorio de buen asproporciones,una capitalen el centro del territorio, much asetnias que tienden a fundirse en una a través de un acelerado mestizaje , la lengua de Castilla que comienza a supla ntaralas cien hablas precortesianas,la religión católi-caque sesobrepone en un dos por tres a los cultos religiosos en honorde Huitzilopochtli y Curicaueri,el gobierno central presid ido por un virrey y una élite peculiar (ni española ni india), con tendencias separatistas (aunque sólo de a ratos) y con emociones patrióticas.

Losgrupos participantes en la construcción de la primiti-va nacionalidadneoespañola no albergaron preocupaciones nacion alistas.Los soldados sólo querían señorío, oro, fama y amazonas ;los misioneros, meter en el redil de la cristiandad a los indiosy ser los administradores de sus almas; los

agen-tesdel rey,ensancharle los límites y acrecentarle la hacienda a un monarcatrasnacional,al emperador Carlos I de Espa-ña y V de Alemania. Nadie pensaba entonces en la hechura depatrias.Ninguno se sentía artíficede una nación similar a las propias de españoles,ingleses o franceses;ninguno de los primitivos elementos formadores de la nación mexicana se supo, se sintió y quiso ser mexicano,o por lo menos algo dife-rente de España.La conciencia de lo propio vendrá medio si-. glo después.

No es de extrañar que la más antigua historiografía mexi-cana no tenga que ver con eso que llamamos historia nacio-nal aunque sea de tipo civil. Me refiero a las obras autobio-gráficas de los soldados de laconquista, que suelen ser de dos especies: las cartas de relación y las relaciones de méri-tosyservicios.Ambas salieron de gente deseosa de perpe-tuar su fama y de obtener señorío ymedro económico con susproezas militares; ambas se e-scribieron o se dictaron con el propósito de vender servicios al emperador. De las cartas, goza n de justa celebridad las dirigidas por Cortés al empera-dor Carlos V.Una de las relaciones de méritos, la Historia verdadera dela conquistade Nueva España,de Bernal Díaz del Castillo, se acostumbra proponerla como feliz arranque de la historia de México.

Con todo,las más antiguas actitudes de apego a la nacien-te nación comienzan a denacien-tectarseen los hijos de los conquis-tadores,en su mayoría criollos.Con frecuencia se cita como botones de muestra del incipiente nacionalismo el conato de rebelión de Martín Cortés y los hermanos Avila,una denun-cia de la Audiendenun-cia de México y un soneto contra los gachu-pines.El grito de la abortada rebelión criolla de 1566 fue: "Alcémonos con la tierra... puesnuestros padres la ganaron a su costa". En 1598,la Audiencia de México solicita la per-petuidad de las encomiendas con el fin de mantener sumisos a los criollos,pues según los oidores esa gente estabaapunto de aliarse con"mulatos, negros yotra gente perdida" y no muy simpatizante de los nacidos en España ,y deconsegui~ unidos desligar al reino dela NuevaEspaña de la metrópoli española.El soneto a que se aludiómuestra la inquina de los primeros mexicanos contrael español,a quien define como "un hombre tosco,sinningún auxilio"que llegaba "a nues-tro mexicano domicilio" a conseguir"estimación,gusto y haberes", o sea,a quitarles lo suyoa los hijos de conquista-dores.:

(2)

glorifican la fundación militar de la Nueva España, que le descubren una fisonomía epopéyica al brevísimo pasado de la patria criolla. Antonio de Saavedra Guzmán y Francisco de Terrazas escriben poemas épicos donde se exalta la ac-ción instituyente de la conquista. Por cuenta de los vástagos de la chusma conquistadora, Francisco Cervantes de Sala-zar compone suCrónica deNuevaEspaña.El criollo Juan Suá-rez de Peralta escribe, por su parte, un Tratado deld escubri-miento de las Indiasysu conquista.Pero ninguna de las obras mencionadas, ni tampoco la de Baltasar Dorantes de Ca-rranza, consiguen sobresalir de una frondosa historiografía que no se puso al servicio de la naciente nación,o más bien de un nacionalismo criollo todavía muy patarato y lleno de contradicciones. La historia criollista del siglo XVI es muy poco al lado de otras corrientes historiográficas.

En aquella centuria,la historiografía fue la labor intelec-tual más copiosa y de más subidos quilates en la Nueva Es-paña. Una parte notoriade esa tarea la constituyen las car-tas y las relaciones de la conquista.Sólo una mínima porción es producto del resentimiento" criollo.Otra parte fue hecha por los cronistas de Indias y los funcionarios del rey y estuvo al servicio de los intereses de la Corona.Las mejores tajadas de aquella formidable empresa intelectual, la gran mayoría de las obras históricas del siglo XVI neoespañol fueron

Historia al servicio de la Cristiandad,

no para servir al imperio sin ocaso, y menos para consolidar la nación hecha por los conquistadores Cortés, Guzmán y los Montejo, y aclamada como suya por los criollos. En la lu-cha entre la Corona, los frailes y los hijosde los conquistado-res por la posesión del pasado de la Nueva España,ganan los frailes. Estos, al revés de la gente de la conquista,no se con-tentan con la hechura de autopanegíricos, crónicas e infor-mes ni sólo refieren lo que hicieron,vieron y padecieron.Los frailes historiadores acopian, critican ein terp reta n fuentes históricas, van más allá de lo autobiográfito,.escriben histo-ria -aunque no histohisto-ria desinteresada.Todos buscan en el conocimiento del pasado el provecho para la evangelización presente y futura.

A poco dé la caída de Tenochtitlan, los apóstoles de la cristiandad, los del burdo sayal y la cruz en alto, movidos por el afán de combatir las idolatrías indígenas y de propo-ner a sus compatriotas y a los neófitos indios ejemplos de .vida cristiana,redactaron abundantísimas obras sobre la é-poca gentil de las sociedades indias, la desaparición de los antiguos señoríosy la vida humilde y apostólica de los frailes de la evangelización.Como es bien sabido,en el primer siglo .de México hubo numerosos historiadores franciscanos, do-minicos, agustinos y jesuitas autores de historias para apo-yar la cristianización al costo que fuera. A veces, para cum-plir con su propósito, se ven en la necesidad de ocultar he-chos y tejer mentiras piadosas. Francisco Ximénez, Andrés de Olmos, Toribio de Motolinía,Jerónimo de Alcalá, Barto-lomé de las Casas, Bernardino de Sahagún, Diego de Landa, Diego Durán,Agustín Dávila Padilla,Jerónimo de Mendie-ta,José de Acosta, Juan de Tovar, Pedro de Oroz y Juan de Torquemada fueron fieles servidores de la religión cristiana, capaces de encubrir verdades y hacer relaciones no exentas de embustes si con ello conseguían aumentar el número de cristianos y acrecer las virtudes de los fieles.

La escuela misionera alentó y vigiló la corriente historio-gráfica india,y los historiadores indios como Hernando Te-zozomoc, Diego Muñoz, Cristóbal del Castillo, el autor del Códice Xólotl, Pablo Nazareno, Alonso Vegerano no sólo

es-cri~iero~ historia~paraescla re ce r la grandezadedonde pro-veman,SInOtambiénparacon trib uiralastareasdelos evan-gelizadores. Lo mismo cabe decir,mutatismutandi,del glorifi-cadord~Tetzcoco, de don Fernando deAlvaIxtlixóchitl, y

d~Domingo de San Antón Muñón Chi ma lpain .Enellos cul-mina, para muchos, la historia india del sigloXVIau nq ue ambos escribieron en la prim er a mitad del XVII.

En el siglo XVII el criollismosigue haciendo delassuyas. No arma ninguna rebelión. Imita sin ningúnempacho la li-teratura y el arte barrocosde lamadrepatria,peronopuede tragar la índole española, el gobie rno yla presencia de los peninsulares en el domicilio de los criollos.Del resentim ien-to de esien-tos frente a los españoles ,Thom asGage escribea me-diados del siglo XVII queelod ioqueseprofesan losgac h u-pines y sus hijos "es tal queme atrevoadecir que nada pue-de contribuir tanto a la conquist adelaAmér ica (porlos in-gleses) como esta división,siendo fácilganaralos criollos y decidirlos a tomar partecontra susenemi gos,para rompe r el yugo,salir de la servidumbre (...)y vengar sedela manera rigurosa con que los trat an (... ) por elfavoryvalimiento de que siempre gozan los natural es de Espa ña. Ytanama rgo, tan duro es esto para los pobres criollos,quelesheoídodecir con frecuencia, que preferirían un príncipe cualquiera por soberano al señorío delos españo les".Y másamarga se vol-vía esa malquerenciaal nopodermanifestarse abie rtamen te por escrito. La hispanofobia delcr iollismo nose atreverá a mucho. Los hijos deespa ño les (criollosy mestizos)no osan levantar la voz frente a sus padres.Algunos escriben histo-ria, pero muyraravezlo hacen confinescriollistas opat rió-ticos. El primer nacionalism omexicanofue altam ente intro-vertido, miedoso ante los ab usos inq uisitoriales.

La historia sigue siendoenelsigloX VIIsosté ndela Igle-sia,no de la hostilidad criollacon tra Esp aña nidelosinte re-ses del Estado español. En tiempos delbar rocoseproduce n abundantes biografía sde santosydefrailesmuertosenolor de santidad;mucha srelacion esacerca del origenymilag ros de imágenes célebres ;muchísim ascrónicas de la vida co n-ventual, obra de Juan de Grijalva, Antonio de Rernesa l, Alonso de la Rea, Antonio Tello, Esteb an Card a, Alonso Franco,DiegoBasalenque,Fra nciscodeBurgoa,Agustín de Betancourt, Bernardo de Lizana,Balta sar Medi nayotros,y relatos de las conquistasespir itua lesllevadasa feliztérm ino entre gente nómadaypoco apacib ledelNorte,por And rés Pérez de Ribas, Eusebio Francisco Kino yJoséOrtega.

La única excepción a la reglapareceha bersidouncu rioso clérigo ex-jesuita,poeta aburrido,ma temático ilustre, histo-riador de antigüedades,geógrafo sed ent eyhombre impun-tual de quien escribió Ramón Iglesia queporamor asu pa-tria, por amor a México,Carl osde Sigüenza yGóngora es "el primero que escudriña (el pa sad onacional)en todossus aspectos, sin un propósito mision ero como loha bían hecho los religiosos dedicadosantes que él, alestud iode la s len-guas y costumbres de los indígena sporconside ra restos co-.nocimientos indispensables parala obradeevangeliza ción". José Rojas Garcidueñas añade:"Noes elTeatro de virtudesp o-líticasla primera obra en que semuestraelgranamorde Si-güenza por las cosas ytradicionesde su patria, pues ejem-plos de (ese amor) se encuen tran en la Pnmarera indianaylas Glorias de Querétaro,pero en el Arcotriunfalseponede relieve su afán de ensalzar lo mexicano.. ."Elsu nt uosoArco descu-bre una pasión por lo domést ico que "busca sólido arra igo en el pasado indígena".

En el siglo de las luces ydurante la s luchasdeind epen-dencia y de las logias,la histo ria vuelvea ocuparun sitio de.

(3)

privilegio en la república de lasletras.Crece el número de sus cultivadorespero va ría n pocosus metas y sus métodos.

Sigue el predom iniodelas historias de temas religiosos,de los cronistasdelasórdenes yde loshagiógrafos,de los libros para servirde guíaaloscristia nos, escritosporJuan Dom

in-go Arricivita,Ma tíasEscobar,José de Arlegui,Nicolás Or-nelas,Félix deEspinosa, Pablo Beaumont, los migueles Ve-negas ydel Bar coy los xa vieres AlegreyClavijero ,aunque éste,Marian o Echever ría, PedroJosé Márquez yAntonio de León y Gam aina uguran el discurso históricoque sucederá a la historiografía alservicio dela cristia ndad, que responde a

un nuevo tipo de naciona lismo, ademásde hispanófobo,l

i-bertario, extrovertido , indige nista.

El nacionalismo criollo dieciochesco ,por lo que mira al odiohacia lospeninsula res,fuelegad odelasdos centurias

anteriores. El indigenismo, que había sido un adorno de

buen gusto en la época bar roca,adq uiere dimensiones de

alta política en la segunda mitaddel siglo XVIII. La Historia

antiguadeMéxicode Fra nc isco XavierClavijeroes"una em

o-cionadaargume ntación destin ad a afundaren el indio la

na-cionalida d mexicana ". En Clavijero, como lo dice Luis V

i-lloro,la sculturas prehispánicas dejaron de ser negativas y

demoníacaspara convertirse en dignasde imitación.Ad

e-másde pro indio, aq uel amorpat riofue ufani sta. Los criollos

descubrieron derepentequesu paísera "el mejorpaísde to-dos cuan tocirc unda el Sol"y el más apropiado por el clima para el desenvolvimient o de las facult ad es humanas. Del hombre ylacultur a novohispa nassehicieron teorías no me-nos hiperbólicas.Sellegó ala creencia deque éste era el pue-blo elegido por Dios, el Israel de lostiempos modernos.

Aunquelaélite intelectualcriollase ufan abadel territorio de suAmé rica ,delas cualidadesdelosmexicanosy de! hori-zonteindígena,nopodía sentirsesatisfecha con el presente

desu patria.A finalesdel siglo XVIII yprincipios del XIX era fácil oír quelo obtenido porla NuevaEspa ñaesta ba muy

por debaj o deloposible,pueslohecho era apenas una ugu-rio del porvenir. Aquel nacionalismo optimista se fundó en supuestas posibilid ad esde México,queharían de éste"la nación máspoderosadelglobo" ,lapatria que obscurecería

tuirse conformea losideales dela RevoluciónFran cesa.Ya

sin depend encia, México,según sus ama ntes hijos,estaba destin ado "porsu ubicación,riqueza y feracidad",a"da r la leyalmundo todo". .

El nacionalismooptimista de la centu riadelaslucesy de la Revolución'de Independencia atizó la hechura de las obras clásicas de la historia nacional,comoson,en orden

cronológico, laHistoria antiguade México,de Francisco Xavier Clavijero , yloscuatrolibrosdelos evangelistas dela ind e-pendencia nacional: frayServando Teresa de Mier, quien puso las basespar adesahij am osde España; CarlosMari a de Bustam ant e,fundador del cultoa-loshéroesque nosdi e-ron patria;José María Luis Mora y Lorenzo de Zavala , apóstoles dela imparticióndela historianacional al público

cautivo de las escuelas.LaHistoria deMéxico,deLucas Ala -mán, ya noesfruto delnacionalismo hispanófoboy opt imis-tade laépoca de las luces;provienedeun nuevo amorala

patria, producto de laépoca delasluchas,ydela invasión

norteamerican a,deuna conciencia y unsentimiento n

acio-nalesnacidosdurante e! terremoto del48,secuela de lad

e-rrota infligida a México por los Estados Unidos.El desastre

de la pérdida de medio territorio nacionalprodujouna mu

-danza enorme en el amor propiode México. El optimismo na-cionalista,la creencia de ser una naciónpreferidapor Dios, poseedora del cuerno de la abundancia,archiculta ycon la fuerza necesaria para imponerse a las otras y dar la ley al mundo todo,se esfumó con las patadas recibidasdelvecino. A mediado sde! siglo XIX e!amor propio deMéxico ca m-bia de ruta.El hombre más lúcido de aquellahora,el insigne

Lucas Alamán ,llegaal extremo de gritar : "perdidos somos

sin remedio si laEuropa noviene prontoen nuestro auxilio". Laclaseculta de la nación cercena da llega a concluir que la socieda d no tenía elsuficientevigor para salvarse sino c

on-seguía padrinos adhoc ysi no se fort alecía e!amor alapatria entodos losgrupos constituyentesde lanación.La clase in-telectu al, aunq ue dividida en dos par tidos antagónicos,

coincide en que uno de losvigoriza ntes delnacionalismod e-bía ser una

(4)

beres,con muchapasióned ifica nteyobligatoria a través de

la educación pública. Conforme a la idea dela élite,losdel part ido conservador, por la misma época en quedotar onde

un himnonacional a México, escribieron historias naciona -lesparaniñosmediant elas plumasdeEpitaciode losRíos, José María Roa Bá rcena ,Tirso R.Córdoba yJosé Asee n-ción Reyes, ypara adultos,por obra de LucasAlam ány Ni-ceto de Zamacois.Enseguidahicieron otro tantolos próceres

liberales. Escriben historia nacional para niños o a doles-centes: Eufemio Mendoza,Angel Muñoz Orte ga , Ma nuel Payno,Longinos Banda,Felipe Buenros tro,Au relio Oviedo, Luis Pérez Verdía, Guillermo Prieto,Julio Zárate yJusto

Sierra, y para adultos,los numerosos autores dedos hi

sto-rias monumentales,la francamente liberal México a travésde

los siglosylaque quiso navegarcon bandera de conciliatoria, positivistayverídicaMéxico: su evoluciónsocial.Como lade los

conservadores, la historia escrita por los liberales se hizo,

pese a sus pretensiones de objetividad,con pocos datos segu-ros,con mucha pasión edificante, con el fin de amacizar la religión de la patria,un mexicanismotan firme como el cris-tianismo de la época española.

Tanto conservadores como liberales escribieronhistorias

de la nación mexicana,con poquísimo estudio y sin el prop

ó-sito de descubrir las raíces y el derroterode lavida nacional, ysí con la mira de infundir en la gente de México el fervor

patriótico que no tuvoen grado suficiente duran te la in

va-siónya nqui. Los conservadores estimaronqueelpatriotismo

se podría conseguir con la exaltación del pasado gachup ín al que se debían lengua,religión ycultura nacionales;con el encendido elogio de Hernán Cortés,Antonio de Mendoza,

Toribio Motolinía y otras figuras de laépoca hispánica, y Jo-sé María Morelos y Agustín de Iturbide por lo quemira a los

libertadores; con lainsistencia en laaparición dela Virgen

de Guadalupe,y con el relato de las conductas imperialistas

del país protestante y vecino.Los liberales intentaron encen-der el patriotismo de sus compatriotas con la idealización de las antiguas culturas indígenas; con los adjetivosde hipócri-tas, crueles, inmorales, rapaces, turbulentos y corruptos

aplicados a los españolesde la conquista y la colonia ;con alabanzas a Cuauhtémoc,Miguel Hidalgo,Vicente Guerr

e-ro,Benito Juárez;con vituperios a Hernán Cortés y Antonio López de Santa Anna, y con el repudio de toda invasión

como la norteamericana de 1846yla francesade 1862,yde

todo imperio al estilo de los de Iturbide yMaximiliano .Con la entronización del positivismo como doctrina oficial del Porfiriato, se sostuvo la tesis de que la historia no debía falsi-ficarse ni siquiera por patriotismo. Con muy pocasexcepc

io-nes,la práctica fue otra.Quite usted ajusto Sierra y verá có-mo en la enseñanza se mantuvieron vigentes las gra ndes mentiras de nuestra historia yI~desganafrente a lai nvesti-gación del pasado. Entonces, el propósito de descubrir la verdad histórica,el impulso de historiador objetivo sólo se dio en historiadores ocupados en el esclarecimientode suc

e-sos aislados;en ratas de archivo.La busca del purosaberse

recluye en la erudición de José Fernando Ramírez,Joaquín García lcazbalceta y Franciscodel Paso.Ciertamente Ma -nuel OrozcoY'Berra aspiróauna síntesis,a una historian

a-cional verdadera, de principio a fin y sin preocupaciones pragmáticas,pero no pudo concluirla.

El nacionalismo liberal cunde en porcionesconsiderables

del pueblo y así popularizado ent raa la eta pa dela re volu-ción dest ructiva.Enla nuevaetapaquedanosólo hi

spanófo-bo: se vuelve también antiyanqui. Añade a su indigenismo

otro par deismos :el agraristayel laborista. Tambiéncree

en la hist~ria atizadora de virt udes cívicas y sigue ofic

ial-mente ha;lendola apologíade Cuaut hémoc,Hidalgo,G

ue-rre~o, Juarez a.través de las plumas de Gregario Torres QUIntero,Lon ginos Cad ena,JesúsRomero Flores,Gui ller-mo Sherwell,Alfonso Toro y otros de la misma línea.Por otra parte,la Revolución tole ra la hechuradehistorias co n-servadoras donde circ ulancomo héroeslostenid osporvilla -nos en lashistoriaslibera les. Conform eal modelo conserva -dor es<:riben ~nrique Santibá ñez (muy discreto ), Agustín Anfossi, Joaqu InMár q uez Montie l, JesúsGarcíaGutiérrez, AlfonsoJu ncoyMa ria no Cueva s.LaRevolución tambiénle concede cancha a una nueva sect a cuyoshistoriadoresmás connota dos serán Hern án Villa lobos,Jorgede CastroCa

n-cio,Luis Chávez Orozco,Alfonso Teja Zabre y Rafael Ra

-mosPedrueza . Este, en La luchadeclases a traré,d,'lahistoriade Méxicoaseguraque su historia naciona lse proponeofrecer al

proleta ria do armasideológicas par a su luchacontralabu r

-guesía .

El sexenio del presidente Cárden as fue muy dado a las exaltaciones.En la primavera de 1938alcanza su mayor ni-vel el nacional ismo de la Revolución.Alreded ordel magno suceso de lanaciona lizacióndel pet róleoseproducen aca lo-rad as polémicas a propósitode la s visioneshistóricasde Mé -xicodelos reaccion a rios,losmarxistasylosindependi entes. Uno de éstos, el filósofo Sam uel Ra mos. suscita muchos odiosydefensas con su Perfi!de!hombre,1'la culturat'lI ,\/éxico.

José Vasconcelos da lugar a exp losionesmuy violentas con su Brevehistoria deMéxico.Alconcluir elgohirrnode Ca rde-nas,las escisiones entreestudiososdel pasado'Tanmuypro

-fundas. Elcalentamientoentre los contendie ntesyano pod ía ni debía subir.Dehecho,losdist int osyhostilesfervorespa -trióticos comenzar ona enfriarse en tiemposdI'los pres iden-tes Manuel Avila Ca macho yMiguelAlemán.Intervinieron en plan de enfriado res losintelectualesde Espari a rranste

-rradosa México,losmediosdecomunicació n masiva(rad io ytelevisión ),la política rosvclt iana dela buena vecindad,el

braceri smo, elmodusvivendient reobreros ypalronosque en

-cabeza Fidel Velázq uez,etcétera.

El nacionalismode losúltimos treint a ocua rentaañoses

muydiferen te alemotivodela épocarevolucionari a.Menos

la burguesía,cada vezmás apátrida , parti cipa de élelpue -bloraso ylas capasmedias.Nuncase vioantes un naciona

-lismotan popular,pero tampoco tansinaristas.Rafael Se -gavia lo lla marefrenado.Frederick Turnerlo ve como"un

arbitr ioporelque la sociedadmexicanaredu celos conflictos entre los grupos" .No cabeduda acerca desucarácter menos

xenófobo,desconfiadoe introvertido que el delosaños dela

Revolución.El nacionalismode ahora hapodidoexistir sin

odios vigor ososcontra lo extranj ero ysin animadversiónen -tre las clases componentesdela sociedad mexican a.Elnue -vo amor a lapatr ia es menosemot ivo y más racional.Prefie

-re la inteligencia del ser amado y no su loa,como se ve en

tantosestudios de Méxicoy lo mexicano emprendidos por

los filósofos Emilio Uranga, Luis Villoro y Leopoldo Zea; los sicólogosSan tiagoRamírez,Jorge Carrión,JorgeSegura MilIán, Aniceto Aramoni yJosé Gómez Robled a ;el sociólo -go José Iturriaga;los ensayistas Alfonso Reyes,Octavio Paz, LuisCernuda,Alberto Escalona , Robert Escarpit,Edua rdo

Luquín y César Garizur ieta.

El nuevonacionalismo haceposibley deseable un recue

n-to históricodela naciónque no sea ni simple ni edificante.

La posibilidad de historias menos endebles y más verídicas que las tradicionalesla establecen numerosos grupos dehis -toriadores que investigan puntos concretos de la trayectoria

20

(5)

Historia integral y verdadera de México,

desnuda de propósitos aleccionadores,sin actitudes beatas hacia loshéroes, comp ro metida sólo con la verdad y suscep-tible de servir de orienta ción en e! presenteyel futuro

próxi-0)0. Aunque todav ía quedan residuosde mal amor a

Méxi-mexican a.Me gusta recordarque la nueva corriente erudita, tria, sobre el quehaescrito don Edm undo O'Gorman . Co n-que ha contrib uidoa escla recer tantoslugares oscuros de la forme a la voluntad mayoritaria, se han hech o mucho s y

vida naciona l,nació en El Colegio de México, gracias a las muybuen os estu d ios demultitud deparcela sdela vida na

-serias investi gacionesdeJosé Gaos,Ramón Iglesia, José Mi- ciona l. También en respue sta a la demanda pública sehan randa y SilvioZavala y no menos de cien alumnos de ese intent adonotabl es síntes is de historia deMéxicoen losaños cuartet o. Por la ruta del instituto presidido por Alfonso Re- recient es.Algu nos de estosnovísimosesfuerzossóloaba rca n

yes, tomaron otras muchas casas de investigación: El Insti- un peri od odela vida nacional. Sirva n debotonesdemuest ra

tuto Nacional de Antropología e Historia,al que pertenecen ladiezvoluminosaHistoria modernadeMéxico,dirigiday

escri-don Wigberto Jiméne z Moreno y Enrique Florescano; e! ta engra n partepor don Dani elCosío Villegas,yHistoriade

Institutode Investi gaciones Históricas de la UNAM donde ·laRevolución Mexicanaquepublica El Colegiode Méxicoen suenan mucho los nombres de Edmundo O'Gorman, Mi- veint itrés volúme nes.

gue! León Portilla , Ignacio Rubio Mañé, Alfredo López Quizálaprecursoradelas modernas síntesis dela vida na-Austin,RobertoMorenode los Arcos, Alvaro Matute y no sé ciona l sea la aún muydebilucha BrevehistoriadeMéxico,de cuantosmás;el Seminariode Historia Moderna de México, JoséVas con ce!os.Tamb ién seescribecontrael mito la muy presididopordon DanielCosío Villegas;el Centro de Estu- auste ra Historia deMéxico,deJosé Bra vo Ugarte. No menos dios de Historiade México de CONDUMEX; e! taller don- obj et iva y globa l fue elMéxico),lacultura,coordinado porJai-de investi gódon Jesús ReyesHeroles el liberalismo rnexica- meTorres Bodet. Vienen ensegu idala apretada suma de Sil-no; los centros provinciales de investigadores que dirigen Is- vio Zavala:Aproximacionesa lahistoriadeMéxico,yla aún más rael Cava zos,JoséFuentesMares, Rafael Montejano,Luis brevede don ArturoArn áizyFreg.En los sesenta hicieron Medina Ascen cio, ypara no hacer e! cuento más largo,sólo historias brevísimas de la nación mexicana Carlos Alvear citaré los recent ísimos colegios estilo Colmex, con sede en Acevedo, Jesú s Silva Herzog,WigbertoJiménez Moreno y Zamora, León, Hermosilloy Guadalajara. Alfonso García Ruiz,Manuel López Gallo, Martín Quirarte Gracias a losestudiosmonográficos de centenares de his- yJosé C.Valadés.En los años setenta se acostumbra hacer toriador esde México, de docenas de eruditos de España y historias generales·de México con e!concurso de numerosos Estados Unidos yde cifras menos grandes de estudiosos de histori adoresde oficio.A esta costumbre obedecen laHi

sto-Francia, Inglat erra yAlemania,se ha hecho posible en los ' ria general deMé:ácoylaHistoriamínimadeMéxico,hechas,en últimos añosuna serie de síntesishistóricas de México ínte- su mayor parte,por gente de dedicación exclusiva del Cole-gra s yverdad era s.Grac ia s, por otra parte,a que e! naciona- gio de México ; laHistoria de México,publicada por Salvat y lismoactua lme nteen boga en la éliteintelectua l y en las ma- con artículos escritos mayoritariamente por investigadores

yorías sociales se muestra francamente simpatizador de la de la UNAM, coordinados por Migue! León Portilla, así verdadyalér gico ala smentiras piadosas, se ha vuelto alta- como la conducida por Pablo González Casanova que lleva mente deseabl e, ade más de posible, una el nombre deLaclaseobrera en la historiadeMéxico.Las últimas novedadesson México,unpuebloen la historia,coordinado por Enrique Semo y que consta de cuatro volúmenes y la síntesis menos extensa de José Fuentes Mares.

A la vista de tanta ytan buena concurrencia reciente de historias globales y seriasde la vida nacional parece inútil hacer nuevasintentonasen el mismo sentido.Sin embargo,

(6)

rrido,poca simpatía,arquitectura pasada de moda, mucho laconismo o excesiva corpulencia. Además las obras grandes y de muchos están muy lejos de conseguir la unidad, son ex-tremadamente fragmentadas y disparejas; en algunos casos, dejan la impresión de ser simple copia de monografías de de-sigual factura y mal hilvanadas entre sí,y en los mejores, de ser historias verdes, apresuradas, centralistas, que ven a

Mé-.xico desde su metrópoli y como cosa aislada del resto del mundo.En cuestión de visiones globales de la vida nacional hay mucho qué hacer, tanto para cubrir la demanda en los niveles básico y medio de la educación como para satisfacer la apetencia de los adultos de percatarse, por fin,de la trayec-toria de la nación a que aman al estilo moderno, con lucidez. Como las cosas del palacio suelen ir despacio, las historias de México de fabricación SEP y para consumo de niños de primaria no han podido emparejar su paso, ponerse a la al-tura de verdad y complejidad de la síntesis para adultos.En el régimen de López Mateas se distribuyeron gratuitamente historizaciones de la vida mexicana hechas por imbuir las virtudes cívicas a través de la vieja versión nacionalista, indi-genista, liberal y revolucionaria de la historia de México. Aunque poco después se asume, por parte de las autoridades

deeducación, una actitud menos reaccionaria y de mayor

apertura y conciliación, todavía el texto gratuito de hoy deja mucho que desear. Ciertamente los textos gratuitos ya se

preocupan más por la verdad y menos de la ejemplaridad;

conceden mayor espacio a los hechos de civilización y de cul-tura,y menor a las batallas y los acaeceres políticos; les per-miten un rincón a los personajes de la serie vencida en la é-poca independiente; procuran dar información de sucesos gordos de provincia, ya no sólo de acaeceres capitalinos. A no dudarlo, la historia nacional que se enseña actualmente en los niveles de primaria supera en veracidad y redondez a la de antes. Con todo, todavía no se sacude del todo los mo-tes de partidista, reverencial, embustera, pragmática,

solem-ne y poco digerible.En los manuales para la educación

me-dia, el proceso de mejoría ha sido más rápido.Libros como

los de Iturribarría,Jiménez Moreno y Miranda dejan poco

que desear.

Como quiera, todavía se echan de menos libros de historia para uso de primarias que observen fielmente el decálogo que manda:1) Impartir el pasado de la nación "desde los tiempos más remotos hasta nuestros días", pero concedién-dole mayor espacio a lo acontecido del siglo XVIII para acá, que se conoce a ciencia cierta y que es lo más recomendable

para el conocimiento de nosotros mismos aquí y ahora.2)

No quedarse solamente en la relación de los hechos políticos y de guerra ni tampoco ofrecer los fenómenos de economía y cultura como simples guarniciones del platillo de la historia política y militar, que sí como componentes esenciales del acaecer histórico. 3) No suprimir el relato de las grandes ha-zañas y'de las acciones efímeras, pero sí dar cabida a sucesos

opacose importantes, así.como a ciertas acciones de vida

media y larga. 4) No prescindir de "la relación de los he-chos", pero-tampoco de la comprensión de los mismos.5) Explicar los acontecimientos por causas eficientes y formales pero sin caer en los monismos etiológicos.6) No expulsar a héroes y mandarines de las historias patrias siempre y cuan-do se tomen muy en cuenta como agentes de cambio las ge-neraciones, las clases sociales, los partidos, los clubes, las empresas, los sindicatos y otros grupos y personas de índole económica y cultural. 7) Dividir el proceso histórico en

épo-ca~, etapas,ciclos;tramos;pese a la dosis de arbitrariedad' det~doslos sistemas periodificadores.8) Regionalizar los

fe-nó~enosmayores: conquista, independencia,reforma, revo-lución. 9) Tender los puentes que sea n necesari osentre la h.isto~ia patri~y lahi~toriauniversal. 10) No olvida rse que la Cle~cla de C110 necesita de las artesnarrativ as yplástica,de la literatura, la televisión, la fotografía y elcine.

La historia de México para pers onasliber ad asdeltambo

escolar puede concebirse como quehacer en un próximo

fu-turo de un Centro de InvestigacióndelaHistoria General de México"q ue aglutine a un grupo deinvestigadores profesio-nales e integre y organice en todoslos aspectoslos cam inos a seguir" en lo que mira métodos,técnicas yperiodos, o como tarea individual que asegure unavisiónunita ria,noun rom-pecabezas, de la historia de México.Quizálo mejo rsea

po-ner en marcha simultáneamente ambos proyectosde

solu-ción.Los objetivosyaccionesdelahistoria nacionalc olecti-va deben emanar de lasasamblea sdelos especialistas que se aboquen a esa historia. Losobjeti vos y accionesdela histo-ria de México cuasiindividua l las veo así. Pienso en un libro que exponga el pasado de tod oslosha bitan tesdelpaí s yno sólo de los capitalinos; que incluya como anteceden tes la vida medieval de Europa yno sólo la prehispánicade Me-soamérica; que noescarnotée,como la gra nmayoría de las existentes,el momento actualyel futuro que se avizora; que se ocupe de fenómenos de lar gaduración yno únicamente de los efímerosyrelampagueant es. Se busca unasíntes is hi stó-rica de la nación mexicanaquede cupoaaccioneseconó mi-cas,políticas y culturales ynoúnicam entealasdesignopo -lítico;que haga interveniradiver sos sectoresdelpuebloyno sólo a héroes y políticosde alt ura;queliguelasacciones pe-culiares de la vida mexicana conel pensami ent oylospr opó-sitos de la sociedad ysus líderes;que relacioneloshechosde cada etapa en unconj untoexplica tivoyque ubique los dis-tintos períodos del desarroll odeMéxico enla trayectori ade

la humanidad. El nacionalismo mexica no de nuestros días

creo que anhela una relaciónquele explicitela verda d desu pasado con vistas a orientar se enelfuturo y no que lo guíe hacia metas sociopolíticasdel gobierno odela oposiciónen turno.El nuevo amor patrio "exige,enpalabrasde Q'G or-man, la comunión indiscriminad a "conelpasado nacional , pide que caigaeltrapo que cubrezonas muyimportantesde la patria; no quiere'oír jaculatorias dirigidasa los héroes . Busca espejos nacionales,espejos de nosot rosmismos. An-hela la verdad viva.Supongo que a loslectoresde la obra planeada les gustaría ver anda r a las esta tuasy aúnver tra-tados a los grandes hombrescon buenhumor ysimpat ía.De hecho, la historia que asuma sin temoresla realidaddel pa-sado de Méxicodebe estar escrita en"elrorn ánpaladino en que se le habla al vecino",en lenguaj ecla ro, coloquialycon humor y no enel"estilo grave"quese supone propiodel ha-bla histórica.Siellibro carece de simpatí a y calor humano se quedará sin lectores, será adornoenalgunassalitas o un volumen más en la tumba de las bibliotecas.Si no tiene en esta época de mirones buenos dibujos,fotografías,gráficas y

mapas, también se quedará intonsa. Quizádebierahacerse

una traducción del libro al lenguaje audiovisualdel cine yla televisión.

En suma, me he permitido proponer laelabo ración de una historia dela patria mexicana sólo comprometid a con la ver-dad y el buen ver, que no pretenda convertirse en dogma ni. tampoco aspire a una modificación instantánea delavida de México. Si por añadidura contribuye,por ser verídicay gra-ta,a la unidad nacional,a la democratización,a la renova-ción moral de los ciudadanos y al desarrollo del país,mejor que mejor:

Referencias

Documento similar

In addition to the requirements set out in Chapter VII MDR, also other MDR requirements should apply to ‘legacy devices’, provided that those requirements

The notified body that issued the AIMDD or MDD certificate may confirm in writing (after having reviewed manufacturer’s description of the (proposed) change) that the

•cero que suplo con arreglo á lo que dice el autor en el Prólogo de su obra impresa: «Ya estaba estendida esta Noticia, año de 1750; y pareció forzo- so detener su impresión

En estos últimos años, he tenido el privilegio, durante varias prolongadas visitas al extranjero, de hacer investigaciones sobre el teatro, y muchas veces he tenido la ocasión

que hasta que llegue el tiempo en que su regia planta ; | pise el hispano suelo... que hasta que el

Para ello, trabajaremos con una colección de cartas redactadas desde allí, impresa en Évora en 1598 y otros documentos jesuitas: el Sumario de las cosas de Japón (1583),

En suma, la búsqueda de la máxima expansión de la libertad de enseñanza y la eliminación del monopolio estatal para convertir a la educación en una función de la

No había pasado un día desde mi solemne entrada cuando, para que el recuerdo me sirviera de advertencia, alguien se encargó de decirme que sobre aquellas losas habían rodado