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La protesta sindical y sus representaciones en los medios: una mirada sobre tres casos

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Academic year: 2017

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LA PROTESTA SI N D I CAL Y SUS REPRESEN TACI ON ES EN LOS M ED I OS: UN A M I RAD A SOBRE TRES CASOS

Fabián Berem blum y Vanesa Coscia Universidad de Buenos Aires ( Argent ina) vanesa_coscia@yahoo.com .ar

I n t r odu cción

El obj et ivo de est e avance de invest igación es proponer un prim er acercam ient o al m odo en que los principales m edios gráficos nacionales const ruyeron el resurgim ient o de los reclam os grem iales que se produj eron en la Argent ina sobre fines de 2004 y com ienzos del present e año, fenóm eno que se verificó con int ensidad luego de m ás de una década de alet argam ient o del m ovim ient o obrero.

Sost enem os que result a im port ant e nuest ro análisis dado que consideram os que los m edios de com unicación cooperan de m anera t rascendent e en la const rucción de los sent idos de los fenóm enos present es en una sociedad en un m om ent o det erm inado. Los diarios nacionales m ediant e el est ablecim ient o de su agenda t em át ica y la m anera en la que present an las not icias son act ores privilegiados de est e proceso. Por ello, t uvim os en cuent a los diferent es m ecanism os de present ación de las not icias: los géneros ut ilizados, los cint illos, los crit erios de not iciabilidad y las secciones en las que los acont ecim ient os fueron sit uados.

Nuest ra hipót esis principal es que la present ación que los m edios analizados hacen de los conflict os grem iales m anifiest a una disput a por est ablecer práct icas art iculat orias que, a t ravés de sus discursos, rem it en direct am ent e a la lucha por la const rucción del orden hegem ónico. Se t rat a, en definit iva, del int ent o por definir cuáles son los pensam ient os, percepciones y práct icas legít im as y acept adas por la sociedad frent e a los reclam os laborales.

Para dar cuent a de est e fenóm eno, elegim os los diarios La Nación, Clarín y Página 12, ya que son los que t ienen m ayor circulación en el país. Adem ás, sus posiciones frent e a los sucesos analizados son relevant es en t ant o present an diferencias ent re sí que result an significat ivas para nuest ro obj et ivo.

Con t e x t o polít ico de l pe r íodo a n a liza do

Con las j ornadas del 19 y 20 de diciem bre de 2001, que produj eron la caída del gobierno de Fernando De La Rúa, y pocas horas después de la efím era presidencia de Adolfo Rodríguez Saá, se abrió uno de los períodos de crisis inst it ucional, social y económ ica m ás graves del país.

Las sucesivas renuncias presidenciales de aquellos días derivaron en la asunción del ent onces senador just icialist a Eduardo Duhalde quien, en febrero de 2002, im pulsó una im port ant e devaluación de la m oneda nacional ( 1) .

Mient ras t ant o, las prot est as sociales no cesaban. Por un lado, ahorrist as afect ados por el "corralit o financiero" reclam aban por su dinero, at rapado en los bancos. Por el ot ro, los piquet eros pedían puest os de t rabaj o y m ej oras en las condiciones de los planes sociales.

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desencadenó el adelant o de las elecciones presidenciales, que Duhalde propuso para m arzo de 2003.

El proceso eleccionario fue ganado, en prim era vuelt a, por Carlos Menem con el 24,5 % de los vot os frent e al 22,2 % de Nést or Kirchner, una cifra que no le alcanzó para ganar la presidencia. Sin em bargo, su renuncia al balot aj e, posibilit ó que Kirchner, el candidat o apoyado por Duhalde, asum iera la presidencia el 25 de m ayo de 2003.

Desde los prim eros m om ent os, Kirchner se posicionó con un discurso crít ico al m odelo neoliberal desarrollado por el m enem ism o, que había com enzado a im ponerse en el país desde 1976, por la dict adura argent ina ( 2) . Est e gest o, unido a su fuert e vínculo con los organism os de derechos hum anos, com o las Abuelas de Plaza de Mayo, la recuperación del predio de la ESMA y su acercam ient o a algunos sect ores piquet eros ( 3) , perm it ió que el act ual president e obt uviera el apoyo de la franj a de la sociedad ident ificada con posiciones progresist as. Por ot ro lado, es necesario m encionar que el increm ent o del superávit fiscal prim ario, alcanzó, en el prim er sem est re de 2005, un 4,5 % del Product o Brut o int erno ( PBI ) , según dat os oficiales. Y, paralelam ent e, el cost o de vida pasó de 4,9 % anual en el 2004 a 9,6 % en el 2005. En est e cont ext o económ ico, polít ico y social, posdevaluat orio e inflacionario, result a plausible que los reclam os grem iales de los t rabaj adores resuenen en la sociedad y afect en, en part e, la polít ica oficial.

Un m ir a da sobr e t r e s ca sos

Elegim os t res conflict os claves para t rabaj ar la m anera en que los m edios represent aron la prot est a grem ial en el período señalado.

En prim er lugar, nos cent ram os en el conflict o de subt es. Sus t rabaj adores, agrupados en el grem io de la Unión Tranviarios Aut om ot or ( UTA) , iniciaron las m edidas de fuerza en diciem bre de 2004. El pico de represent ación m ediát ica se dio en la prim era quincena de febrero. El reclam o inicial fue por un aum ent o de 53 % en los salarios, m ás un 2 % por ant igüedad. Tam bién seleccionam os el conflict o de t elefónicos cuyos t rabaj adores son agrupados en la Federación de Obreros y Em pleados Telefónicos ( FOETRA) , sindicat o de Buenos Aires. La prot est a se inició en los últ im os días de noviem bre de 2004 y concluyó el 7 del m ism o m es. El reclam o inicial fue por un aum ent o salarial del 25% y una recat egorización de los t rabaj adores. Se acordó una suba del 20% m ás un pago ext raordinario por única vez de $ 500 y el reescalafonam ient o solicit ado.

Finalm ent e, t rabaj am os con la prot est a de los recolect ores de residuos nucleados en el sindicat o de choferes de cam iones, liderado por Hugo Moyano. Est a prot est a se inició a m ediados de diciem bre de 2004 y concluyó en los prim eros días de enero de 2005. El reclam o se realizó para lograr que las em presas concesionarias les pagasen a los 3500 t rabaj adores las dobles indem nizaciones, dado que pasarían a t rabaj ar para ot ras em presas ( cam bio de concesión) , y les garant izasen la cont inuidad laboral.

Los m e dios com o e sce n a r io de los con flict os

A part ir de lo expuest o hast a aquí, result a int eresant e dar cuent a de cóm o se perciben, analizan e int erpret an act ualm ent e los reclam os por disput as salariales.

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problem át ica se encuent ra, sin dudas, en la cobert ura que los m edios realizan sobre est e escenario social. Sucede que, t al com o est ablece Pierre Bourdieu, en las sociedades cont em poráneas los m edios ocupan un rol esencial para definir colect ivam ent e a una huelga com o “ j ust a” , “ razonable” o “ salvaj e” . En principio, afirm am os que exist en casos donde los plant eos son m ás bien velados y ot ros que se exhiben ost ensiblem ent e.

"Prot est a sindical abusiva y alt am ent e dañina… Es un ret orno a los m ét odos de ext orsión sindical m ás virulent os y m ás alej ados de la racionalidad y el espírit u de diálogo" ( 4) .

"Los cam ioneros t ransgredieron una línea sut il" ( 5) .

En est e sent ido, sost enem os que una prim era aproxim ación a la superficie discursiva analizada m uest ra que el resurgim ient o de la prot est a sindical aparece en m uchas ocasiones com o un “ espej o” –posit ivo– frent e a la lucha piquet era:

"El conflict o social venía siendo im pulsado por form aciones inform ales que fueron adscribiendo a posiciones y est rat egias de grupos de izquierda ( …) Hay un reconocim ient o del sindicat o, com o canal para la prot est a” ( 6) .

Sugerim os, pues, que sobre t odo en los com ienzos de cada conflict o, si bien las reivindicaciones grem iales ocupan diferent es espacios en cada uno de los diarios, en t odos ellos son m ost rados exent os de los elem ent os est igm at izadores que sí suelen aparecer en la cobert ura de las prot est as piquet eras.

"Los enem igos del sist em a. Ese sist em a que debem os afianzar para fort alecer la convivencia civilizada".

"La consist encia de nuest ra dem ocracia ot ra vez es puest a a prueba ( …) Ot ra vez las calles desbordan de violencia" ( 7) .

Sin em bargo, const at am os que, a la vez, exist e una operación que en m ayor o m enor grado recorre t odos los m edios analizados y es que en el desarrollo de las not icias t iende a est ar ausent e el cont ext o m acroeconóm ico de la lucha de los t rabaj adores. En est e sent ido, percibim os que en las crónicas -el género periodíst ico predom inant e para cubrir est os sucesos-no se m encionan, por ej em plo, las consecuencias que el proceso devaluat orio t uvo para el ingreso de los asalariados y su nivel de vida.

Por ot ra part e, en La Nación, claram ent e el diario m ás host il hacia los grem ialist as y sus reclam os salariales, aunque t am bién en ciert as ocasiones en los ot ros dos m edios analizados, al lect or le result a ciert am ent e difícil ent erarse rápidam ent e cuál es el núcleo cent ral –y m uy part icular– de cada reclam o, ya no sólo de su hist oria sino de los elem ent os cent rales de las luchas del present e. Tal es el caso de la t apa de La Nación que t it uló: " Teléfonos en riesgo por el conflict o sindical ( …) Negociaciones cort adas y edificios ocupados

( volant a). Convocaron a un paro por 48 horas para el lunes y m art es ( baj ada)" ( 8) . Recién en el t ext o de la not a, pero no en

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superficialm ent e, lo que piden los t rabaj adores.

De est a m anera, siguiendo a Roland Bart hes, podem os afirm ar que los m edios t ienen una efect iva t endencia a evit ar explicar los m ot ivos de las huelgas. Est os son present ados, sobre t odo en Clarín y La Nación, com o incident es aislados, descont ext ualizados y deslocalizados, vaciados de espesor hist órico ( Mart ín Barbero, 2002) :

"Es im posible ent ender est a huelga que por m ás de seis días dej ó a m illones de pasaj eros del subt e varados" ( 9) .

En consecuencia, y cuando las luchas obreras se int ensifican, se prolongan en el t iem po y el espacio –urbano–, com ienza a t om ar fuerza una operación, a veces m ás sut il y ot ras no t ant o, de analogía ent re la figura del t rabaj ador sindicalizado y la del piquet ero, dado que am bos m olest an, pert urban el orden e int ent an reponer la conflict ividad social. Sólo un paso rest a para que allí quede est ablecida la ant inom ia t rabaj ador - usuario, operación que hace ya varios años percibió Bart hes ( 10) .

"En est e laberint o volvió a quedar at rapado el usuario de servicios públicos de t ransport e. Una vez m ás, perdió la gent e" ( 11) .

Est a form a de const rucción de la not icia, que hace ej e en los t est im onios de los usuarios y en el color de la prot est a m ás que en el reclam o en sí m ism o, perm it e analizar la operación de desplazam ient o del conflict o grem ial a los problem as del t ránsit o y del usuario: " Dos paros en los subt es t ornaron caót ica la circulación por la ciudad" ( 12) , " Un infierno para los aut om ovilist as: la calle Corrient es perm aneció varias horas cort adas." ( 13) .

Consideram os así que los m edios cooperan, m ás aun cada vez que los reclam os grem iales se lanzan a las calles e int ercept an el t ránsit o “ norm al” del rest o de la población, en la const rucción de una percepción social que, com o señala Bart hes, ubica a las huelgas com o acciones que burlan una “ legalidad nat ural y no una cívica".

Adem ás, el efect o de sent ido que se produce, en m uchos casos, com o el de la disput a que involucró a los t rabaj adores del subt e o a los t elefónicos, se com plet a con una operación m ediant e la cual se int ent a separar a ést os de los dem ás asalariados, que suelen t ener ingresos m enores a los pret endidos por los t rabaj adores en lucha, dado el est ado act ual de flexibilización laboral, desem pleo y sueldos devaluados: " Mient ras el prom edio del salario privado es de 1130 pesos, el sueldo m edio de los t elefónicos es de 1900 pesos, dij o Pablo Talam oni, el vocero de Telecom .” ( 14) .

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subt es:

"El t it ular de la UTA, Palacios, es un hist órico m ilit ant e del peronism o ort odoxo ( …) En cam bio, ent re los m iem bros que int egran el cuerpo de delegados t ienen ascendencia el Part ido Obrero y el Movim ient o Socialist a de t rabaj adores" ( 15) .

En est e sent ido, podría afirm arse que los m edios est ablecen una diferenciación, a part ir de la cual buscan ahondar en la fract ura del cam po grem ial en lucha, que podría leerse sobre la base del par viej o/ nuevo sindicalism o, y cuyo análisis debería profundizarse, sobre t odo a part ir de las nuevas configuraciones present es en esa esfera polít ica.

Pá gin a / 1 2 : u n ca m bio de fr e n t e

En el caso de Página 12, en principio, es necesario resalt ar que su cont rat o de lect ura ( 16) lo ubica en un m arco de diferencias con los ot ros dos diarios analizados, en el cual la prot est a grem ial no est á const ruida de la m ism a m anera.

"No fue un paro defensivo para evit ar el desbarat am ient o de conquist as com o fueron las luchas de los 90 sino exigiendo m ej oras de sueldos. No ya recuperación, sino m ej oras, algo largam ent e soj uzgado" ( 17) .

En est e sent ido, en el acercam ient o propuest o al conflict o de los subt es el ej e de la crónica est á puest o m ás bien en las alt as ganancias de la em presa en los últ im os años, en la m anera en que a part ir de la devaluación consiguió Met rovías com pensar el aum ent o en sus cost os, en el subsidio est at al que recibe, en los im port ant es sueldos de sus gerent es y en las desinversiones realizadas por la com pañía, desde la privat ización del servicio:

" Según el últ im o inform e de la Audit oría General de la Nación, los cost os de m ant enim ient o baj aron un 45% ( …) Los subt erráneos pasaron de pagar un canon de 22 m illones anuales al Tesoro nacional a cobrar subsidios por 48 m illones" ( 18) .

En consecuencia, est e m edio ut iliza la est rat egia de ubicarse a favor de posiciones m ás progresist as y revela dat os que incom odan a las em presas y dan ciert o grado de legit im idad a la prot est a de los t rabaj adores: " Las ferroviarias son las únicas que, t ras la devaluación, consiguieron com pensar el aum ent o en sus cost os, incluido el salarial" ( 19) .

Sin em bargo, aunque m ás veladam ent e, Página/ 12 dej a t raslucir ciert a idea de preservación del orden social, que en un punt o concuerda con los ot ros diarios analizados. Tal es el caso de los t rabaj adores de base de los grem ios en lucha, frent e a las posiciones sost enidas por los “ viej os” dirigent es.

" No pensaron así las bases de Hugo y Pablo Moyano, cuya agresividad hizo fruncir ceños en el gobierno" ( 20) .

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es decir, al usuario, es una const ant e que no dej a de aparecer en las crónicas, aunque la const rucción de la not icia int ent a "suavizar" las consecuencias que t uvo la m edida de fuerza: " Un día de usuarios resignados y enoj os esporádicos" …" El paro provocó filas int erm inables en las paradas de colect ivos" ( 21) .

En consecuencia, sost enem os que Página 12, en una prim era lect ura, se posiciona de m anera diferent e en cuant o a la const rucción de las not icias sobre conflict os grem iales. Sin em bargo, en la represent ación de los conflict os, est e diario t am poco desat iende las inquiet udes y reclam os de los usuarios “ afect ados” por las m edidas de los t rabaj adores, aunque su apuest a result a m ás m oderada que en los diarios ant eriorm ent e analizados.

Algu n a s r e fle x ion e s fin a le s

Luego de exponer ciert as part icularidades en la present ación de los m encionados conflict os laborales, pret endem os ret om ar, en est a inst ancia, la idea según la cual los m edios j uegan un papel sum am ent e im port ant e en la lucha por la im posición del sent ido: “ El discurso se const it uye com o int ent o por dom inar el cam po de la discursividad, por det ener el fluj o de las diferencias, por const ruir un cent ro” ( 22) , dicen Ernest o Laclau y Chant al Mouffe. Se t rat a, en definit iva del propio juego polít ico que, invariablem ent e, se desarrolla en las sociedades dem ocrát icas y que define a los act ores sociales y a sus int ereses, en función de los discursos circulant es.

A part ir de los casos analizados, podríam os decir que, luego de una década de práct icas polít icas y económ icas m uy consolidadas, ligadas al m odelo neoliberal exacerbado en nuest ro país en la década del 90, la superficie m ediát ica m uest ra que se asist e, durant e el m om ent o analizado, a un fuert e resurgim ient o del “ com bat e” por la resignificación de ciert os concept os y a int ent os de consolidación de la/ s nueva/ s legit im idad/ es de det erm inadas práct icas sociales.

Lo que se visualiza en est e período, y part icularm ent e a t ravés del cont enido de los diarios elegidos y la represent ación que realizan de los conflict os grem iales, es la disput a, en últ im a inst ancia, por est ablecer discursos que perm it an “ anudar” a ciert os significant es flot ant es, re- acent uarlos y art icularlos aut om át icam ent e con ot ros concept os.

Nos referim os concret am ent e a las cadenas asociaciat ivas que int egran palabras com o dem ocracia, orden o prot est a, y que son obj et o de disput as en las represent aciones m ediát icas. El rol de los delegados grem iales, la sit uación que viven los usuarios, la ciudad com o escenario de las m archas son elem ent os que conform an discursos que buscan la fij ación de sent idos.

En est a línea de pensam ient o, t al com o est ablecen Laclau y Mouffe, lo social se const it uye com o orden sim bólico y est e caráct er sim bólico im plica que las relaciones sociales carecen de una lit eralidad últ im a. Es en est e sent ido que podríam os afirm ar, según m uest ran las superficies de los text os analizados, la im posibilidad de que, com o señala Voloshinov, el signo ideológico, la palabra, obt enga un caráct er et erno.

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sindicales y si los cruces de sent ido y las cadenas asociat ivas cont inúan siendo las m ism as o si, por el cont rario, ya m ut aron y se convirt ieron así en nuevas apuest as discursivas.

Por ello, consideram os que est e t rabaj o es sólo un avance de una invest igación que debería com plem ent arse, en principio, con el análisis de lo que fue ocurriendo a lo largo de 2005, año sum am ent e im port ant e en cuant o al aum ent o en el nivel de conflict ividad grem ial.

Por últ im o, consideram os que t am bién sería m uy product ivo profundizar el análisis rast reando cóm o los diarios “ j ugaron” en la cobert ura del t em a Crom añón, ya que, j unt o con las prot est as grem iales, fueron los principales sucesos que, durant e el año 2005, derivaron en perm anent es m archas y m anifest aciones callej eras.

N ot a s

( 1) El dólar em pezó a cot izar, oficialm ent e, a $ 1,40.

( 2) Adherim os a la perspect iva de varios hist oriadores que indican que el at errizaj e del neoliberalism o en Argent ina se produj o durant e la década del set ent a. En part icular, y siguiendo a Jorge Schvarzer, se debe considerar com o punt o de inflexión “ al shock producido en j unio de 1975 ( conocido com o el Rodrigazo) . El m odelo se desarrolló a part ir de las polít icas económ icas desarrolladas durant e el gobierno m ilit ar, desde m arzo de 1976, y sus result ados com enzaron a sent irse, así com o a exhibir su caráct er irreversible, hacia fines de aquella década ( ...) La larga crisis de la década del ochent a m ost ró dificult ades para orient ar en sent ido diferent e una econom ía que ya funcionaba en régim en de elevada inflación baj o el peso de la deuda ext erna, y condicionada por las presiones ext ernas y la crisis product iva, generada por los cam bios ocurridos en el ínt erin” ( 2001: 9 - 10) .

( 3) Quienes ya venían siendo denom inados por los m edios baj o el rót ulo de "blandos", en cont raposición con los "duros" o rebeldes, opuest os al gobierno.

( 4) Conflict o de Telefónicos, La Nación, I nform ación General, 12/ 12/ 04.

( 5) Conflict o de Recolect ores de residuos, Página 12, El País, 26/ 12/ 04.

( 6) Conflict o de Telefónicos, Clarín, Edit orial, 05/ 12/ 04.

( 7) Ver Coscia, Vanesa. "La represent ación de los piquet eros en La Nación". Jornadas ext racurriculares de la carrera de Ciencias de la Com unicación. U.B.A. Sept iem bre 2004.

( 8) Conflict o de Telefónicos, La Nación, I nform ación General, 03/ 12/ 04.

( 9) Conflict o de Subt es, La Nación, Opinión, 11/ 02/ 05.

( 10) Bart hes, Roland, Mit ologías, Siglo XXI , 1994.

( 11) Conflict o de Subt es, Clarín, Ciudad, 07/ 12/ 04.

( 12) Conflict o de Subt es, La Nación. I nform ación General, 07/ 02/ 05.

( 13) Conflict o de Telefónicos, Clarín, El País, 02/ 12/ 04.

( 14) Conflict o de Telefónicos, Clarín, El País, 02/ 12/ 04.

( 15) Conflict o de Subt es, Página 12, El País, 08/ 02/ 05.

( 16) Ent endem os por cont rat o de lect ura a la relación que est ablece cada m edio en part icular con sus audiencias, es decir, la m anera de apelar al lect or: a quién se dirige y cóm o se dirige el diario ( Mart ini, 2000) .

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( 18) Conflict o de Subt es, Página 12, El País 7/ 12/ 04.

( 19) Conflict o de Subt es, Página 12, El País 08/ 02/ 05.

( 20) Conflict o de Recolect ores de residuos, Página12, El País, 26/ 12/ 05.

( 21) Conflict o de Subt es, Página 12, El País, 07/ 12/ 04 y 10/ 02/ 05.

( 22) Laclau, Ernest o y Mouffe, Chant al. “ Más allá de la posit ividad de lo social” , en Hegem onía y est rat egia socialist a, Siglo XXI , 1987.

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