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(1)

DOS

LECCIONES

La obrade LuisVilloroes vastay cono-ciday nos da. o almenos. me da.dos lecciones básicas. Paso a razonarlas.

Sobre los que nos dedicamo sala Filo-sofía.y en general.sobre cualquier inte-lectual de América Latina. pesan tres peligros. Al primero lo podríamos lla-marel fervor sucursalero:se conoce en la juventud un autor o varios.o una co -rriente de pensamiento.para continuar el resto dela vida repiti endo ciertas fór-mulashasta volverlasmantequilla ran-cia;entonces. lo que se escribe.siuno escribe. son trabajos polvorientos en unajerga quenadie entiendey que. con un falsosentidode la piedad.publican las editorialesuniversitarias.El segun -do peligroreacciona cont rael primero: hay que airear la casa.como se dice. hay que estaral día.Quien entre noso-tros nohaya sido tentadoporel afán de novedades.que arroje la primera pie-dra. Si tenemos gusto francés. en los cincuentahabremos jurado por el Diablo y por Sartre. en los setenta por la ciencia (que más que ciencia era ciencia-f icción)y elestructuralismo.en los setenta por Althusser y un Leniñ convert ido en Talmud. para entrar en los ochenta ya enérgicamente partida-rios de la"deconstrucción". Sisomos. en cambio.devotos de los anglosa jo-nes. la actitudnocambi a. sólolosnom -bres: enlos cincuenta .es probable. se habrán carnapianamente deshechado las brumas metafísicas para convertirse en los sesenta a Oxford y la ordinary 1anguage philosophy, en los setenta sintet izarlotodo con Quine y preparar-s~~-,-~.(Ilodp.par~J~!!...nuevas de-claraciones de fe esencialista de los ochenta. Contra estos dos peligros.'se nos apela a dejar demirar tanto afuera y observarnos un poco pordentro. Lás-tima que esta sensata invitación muy

.. Luis Villoro:Creer. seber. conocer.Siglo XXI Editores.México.1982.

~SEÑAS

pronto degenereen la algarabíadel en-tusiasmo naciona lista y sus efectos másvisibles: regresos a los aztecas.a la mala gramát ica.a don Porfirio.y el orgullo de -en cada libro.encada hora de clase.en cadacong reso- desparra-mar patet ismo.confusiónconcep tua ly. sobretodo, aburrim iento.

La primera lecciónque entrega Luis Villoroanuestra argumentación. lo que llamaré su lección formal. es haberse enfren tado a menudo conlos tres peli-gros y.prudentemente . haberlos evita-do. Se me objetará:sinduda.Villorono fue presa del fervorsucursalero y no se quedó.por ejemplo.nienel existen cia-lista francésnien el fenomenól ogo.de losque alguna vez est uvocerca; yaun-que dos de sus libros. Los grandes te-mas del indigenism o en México ' yEl proceso ideológico de la revolu ción de

lndependenc

ie'

,

tratan específ icamen-te de icamen-temas nuestr os. elentus iasmo na-cionalista nuncalo cegó.Pero¿y elafán de novedades?¿Qué decirde un pensa-dorque pasa de preocuparse porel in-digen ismoy laideología de la indep en-dencia mexicana.a la experiencia del silenc io.a un Descarte s leído conunno sé qué heideggeriano . a Husserl. al marxismo. de ahí a la filosofíadela his-toria y a problemas políticos concretos . luego a Wittgenstein y. finalmente. y por ahora.a una teoríadel conocimien-to en la mejor tradición analít ica? Mi respuest a essimple. Quienrecorre un camino intelect ual. o mejor : quienpor las circunstancias académicas e histór i-cas de su medioes obligado a recorrer un camino intelect uallleno de curvasy rodeos lo puede hacer.en general.con una de las sigu ientes actitudes: la pri-mera consiste en sucumbira uno o va-rios de los tres peligros anotados. Un ejemplodela segunda actitudlo enco n-tramos.en cambio.en aquelKant que. enfrentado a varias tradicionesy a dife-rentes pensadores -pietismo. raciona-lismo .empirismo.escolástica wolfiano-leibniziana. Hume. Rousseau- y. a la vez. hondamente preocupado por los acontecimientos socialesde su época, supo ir extrayendode loslugares más diversos los materialesque su reflexión necesitaba. La distinc ión que trazo no es.por supuesto.nidetalento ni de

sig-1 La casachata.México.1978 (1era.ed;El ColegiodeMéxico.19 50).

2 U.N.A.M..México. 198 111era.ed.UNAM.

1953).

38

nificación histórica -si alguien ignora queun frívolo.como lo son nuestros ai-readores profesionales.puede ser infi-nitamente inteligente.ahíestá la pala-bra inglesa elever para recordárselo -sino.repito.de algomás relevante. de actitud. La pregunta es.pues: ¿en qué consist e esta actitud que. pese a los constantes cambios de su obra. aleja definit ivame nte a Villoro de cualquier afán de novedades?Nadie queconozca a Villoro dejará de afirmar que es un hombre cauteloso- y ahí está el co-mienzode mirespuesta.La lección for-mal que entregaVilloro está dada por sus cautelas:apasiona rsepor lo que se está haciendo pero nuncaperder la cal-ma;ello le ha perm it ido no alejarse de las cienc ias nide la polít icapero tam-poco convertirlas en fet ichesa losque es necesario ofrecer la capacidad de pensamiento propio. Además. esta mezcla de pasión y distanciainfunde a su obra una compleja unidad. Su libro más reciente.Creer, saber, conoceres. nosólo.su mejor libro sino también.en este sentido.ejemplar:aunquela pers-pectiva desde donde se argume ntaes preponderantement e analítica. en nin-gún momento Villoro olvidasus viejas preocupaciones.

En primer lugar. el libro se ubica como el fragmento de un trabajo más ampliodonde se estudien las relaciones entreel pensamiento y las formas de dominación. Las preocupaciones políti-cas. pues. ni abandonan ni asfixian la argumentación. En segundo lugar. el análisis del conocimiento no se reduce al análisis del conocim iento científico. por másimport anciaque sele dé a este últi mo. En tercer lugar. aunque. com o señalábamos.la perspect iva es analíti-ca.Villor o nuncaolvida otras perspecti -vas que leinteresan oalguna vez le han interesado:el marxismoy la fenome no-logía.3Encuart olugar.hacia el final del libro.reaparecen algun as delas obse-siones tal vezmás hondamente arraiga-dasen Villo ro:la experiencia dela sabi-duría.Como serecordará.su libro Pági-nas filosóficas4 "explora en diversos sentidos" (como él mismo dice) esta experienc ia.

3 Cf sus Estu dios sobre Husserl. U.N.A.M..

México.1975.

(2)

Luis Villoro

Lalecciónform alque entrega Villoro a nuest ra argumentación es.pues. una leccióndeequilibrio :no apresurarse. no dejarse engatuzarpero tampoco desen-gaña rse; cautela. Sacarde cada situa -ción lo mejo r que ésta pueda ofrece r. No preocuparse nidemasiadonidema -siado pocodeserfiel asímism o: viv ir-se en rodeo s.

11

Impart ir una lección for mal. viv iren una actitud valiosa.basta para levantar un monument o públ ico.No construyen.en cambio.un pensador. Para ello se exige que est é presente lo que llam aré una

lecc

n ma

terial

:

planteas y argumen -taciones relevantes sobre problemas relevantes. La palabra "relevant e" en este caso sign if ica:plant eas de proble -mas y argum enta cionesque considera -mos que est án bieno malen algún sen-tido que

n

os

con cierne. planteas de problemas yargume nt aciones que. por

alguna razón.

nue

stros

argumentos

perciban como necesario retomarpara defendero.sobre todo.para atacar. Es necesario distingu ir.entonces.entre la lección form al y la lección material: ambas suelen. incl uso. ent rar en con -flicto. Una act it ud valiosa se recoge atendiéndo la;pero la manerade aten-der argumentos es ponerlos a prueba. discutirlos.eventualmente.negarlos.La crítica perjud ica un monumento públ

i-ca; la única recepcion mortal para un pensador es.sin embargo. que los jóve-nes no lo discutan.Me interesa razonar cinco problemas en relación a

Creer,

saber

,

conocer.

El primerproblema es el método que Villorousa.o cree usar.en su argumen-tación. El segundo. tercero y cuarto problemas atañen al tem a central de su trabajo: la definición tradicional de sa -ber como creencia verdadera y justifi -cada y la discusión del concepto de creencia y de las bases que justifican nuestras creencias. Como quinto pro-blema discuto las relaciones entre los dos tipos idealesde saber: la cienciay la sabiduría.

1

.

Método

.

Villoro dist ingue entre conceptos y hechos y. correlativamen-te.entre filosofía y ciencia:

"

El aná

lisis

de lo

s

conceptos ep

istémicos

es tarea

de la f

Uosofía,

la explicac

ión

de los

he-chos

rfp

conocimiento

,

asunto de la

ciencie" (p. 12). Villoro agrega:

"Todo

esto no quiere decir que los

plantea-mientas 'filosóficos

y

científicos sobre el

conocim

iento

no se requ

ieran

mutua

-mente

.

Pero sólo si no se confunden, s

i

permanecen separados sus preguntas

y

sus métodos

,

pueden ser de utilidad

re-c

íproca"

(p. 13). Este planteo del pro -blema del método puede entenderse como el resultado de poner en obra sus conocidas cautelas: tener la actividad científica presente ante la reflexión pero no olvidarse de poner distancia .in

-cluso de aquello que más se estima .La dificultadsurge porque no queda claro en Villoroel carácter nide la distinción ni de la relación entre conceptos y he -chos o entre filosofía y ciencia. Pode -mos pensar en distincionesy relaciones rígidaso en distinciones yrelaciones no rígidas. Distinciones y relaciones rígi -das entre conceptos y hechos o entre f i-losofía y ciencia son. por ejemplo. las que se establecenen la

Crít

ica

de la

ra-zón pura

o en la obra de Husserl. El d is-curso filosóficose basa. en parte al me -nos. en una reflexiónacerca de la cien-cia pero se trata de un discurso pura -mente conceptua1. a

priori

.

construído con argumentos muy especiales . los ar -gumentos trascendentales.Las relacio-nes entrefilosofía y cienc ia son tam -bién.desde esta perspectiva .relaciones rígidas: relaciones de fundamentación de la filosofíaa la cienc ia.Sólo si acep -tamos una dist inc ión rígida habrá una distinc iónepistemológicaradical -una

distinción de preguntas y

métodos-entre conceptos y hechos. y métodos-entre filo-sofía y ciencia.

Distinciones no rígidas entre con-ceptos y hechos son. en cambio.pura -mente metodológicas. incluso podría decirse puramente tácticas. Tomemos como defin ición de agua H2

0

.

H2

0

constituyeun concepto de agua ¿cómo lo obtenemos?Apartirde ciertopropó -sito .mediante reglas que

fueron

enun-ciados empíricos.Una vez en posesión de ese concepto.se recogen muestras de agua.No obstante. podría darse el caso de que un análisis más cuidadoso de esas muestras llevase a cambiarla definición.Entre la definicióno concep-to de agua y las muestras empíricasde agua no hay.pues.subordinación sino reciprocidad: estamos frente a d istin-ciones yrelaciones no rígidas .Si supo-nemos a este respecto que todos los

conceptos funcionan más o menos

como el concepto de agua. entonces no tiene sentido un "análisis conceptual" independientede la discusiónsobre los hechos a que alude un concepto.

Villoro oscila entre ambas pos icio-nes y no quedaclaro cuálquier e-ebra-zar.Porunlado.rechaza cualqu ierten -tativa de otorga rle cierta autonomía a los conceptos.Por ejemplo.polemizan -do contrael sujeto kantiano. observa:

"

.

. Pero los su

jetos

epistémicos son

i

(3)

-co

no es un sujeto "trsscendentel" fue-ra de la historia,sino la persona real.. ." (p.147). Pero.por otro lado.tampoco Quiere "naturalizar" la epistemología. más todavía. llama a esos intentos de naturalización. confusiones: " piscolo-gismo':

"sociotoaismo"

(p. 12). Si en -tre conceptos y hechos. y en-tre filosofía y ciencia no se aceptan ni las distincio-nes y relaciodistincio-nes rígidas nilas no rígidas. es necesario proponer. entonces. una

combinaciónde ambas u otras

relacio-nes. pero ¿cuáles?

2. La definición de saber.Villoro parte de la definición tradicional de saber:

Un sujeto S sabe la proposiciónpsi y sólo si (1) es verdad Quep. (2) S cree Que p y (3) S está completamente justificado en creer Que p.

Contra esta definición se han introduci-do los llamaintroduci-dos ejemplos de GettierS según los cuales:la proposición p está justificada para el sujeto S pero es fal-sa.la proposición q se infiere de p. y por ello está también justificada para S y es. además.verdadera. pero no por las razones Que la justifican para S. Un ejemplo de Gettier es: un profesor tiene buenas razones para creer que uno de sus estudiantes. Edgar.lee latín.De la premisa de que Edgar lee latín concluye que.al menos.un estudiante en su ola -se lee latín.Edgar. en realidad.no lee latín pero la conclusión es verdadera porque otro estudiante suyo sí lee latín. Nuestro profesor tiene una creencia verdadera y justificada cuando cree que al menos uno de sus estudiantes lee la-tín. pero ese profesor ¿sabe que esa conclusión es verdadera? El profesor parece cumplir con las tres condiciones de la definición tradicional y. sin embar-go. está en lo cierto por casualidad. Por lo tanto. la definición tradicional es in-completa o incorrecta.

Aceptando la segunda posibilidad. Villoro funde la primera condición -p es verdadera- con la tercera -S está completamente justificado en creer que

p -y propone la siguiente definición:

S cree que p si y sólo si(1)S cree que

p y (2) S esté objetivamente justifi -cado en creer quep.

• Edmund Gettier. "Is Justified True Belief Knowledge7" Analysis,XXIII (1963).

Villoro piensa que la ventaja de su defi-nición radica en la eliminación de la mención expresa de la verdad de p cuya exigencia vuelve inaplicable cualquier definición: nunca nadie podría estar se-guro de saber ya que nunca se puede estar seguro de que cierto enunciado es verdadero (a menos que se acepten los enunciados analíticos). Por otra parte. con el requisito de que las razones para creer sean objetivamente suficientes y no sólo suficientes para quien cree.se le quita subjetividad a esta condición. Con esta modificación Villoro cree lo-grar un concepto de saber que es apli-cable sin perder la especificidad de este concepto -sin convertirlo.por ejemplo,

en"creencia razonable"- ni caer en el

relativismo. Pero Villoro. tal vez. no re-conoce totalmente lo que está hacien-do. En primer lugar. en su definición de saber -tal como él entiende la cond i-ción (2)- "saber".contra lo que Villoro explícitamente declara.se identifica a "creencia razonable". Leamos el si -guiente pasaje:

"¿Sabían los físicos del siglo

XVII

que la luz tenía siempre una trayec

-toria rectilínea? ¿Sabían los mate-máticos antiguos que por un punto exterior a una recta sólo podía tra-zarse una paralela a esa recta? Aho-ra nosotros sabemos que ellos sólo creían saberlo, porque ahora tene -mos razones que nos muestran que esas dos proposiciones no son ver

-daderas.Sin emba;go,pese a ser fal-so lo que creían, ellos, para juzgar que sabían, tenían la misma garantía que ahora tenemos nosotros para juzgar que sabemos otras proposi-ciones de la ciencia contemporánea,

las cuales más tarde, a la luz de razo

-nes que ahora nos son inaccesibles, podrían mostrarse equivocadas. En efecto, en ambos casos, juzgar que se sabe sólo implica aseverar que a partir de las razones disponibles, se puede inferir que no hay otras razo

-nes accesibles a nuestra comunidad epistémica, susceptibles de revocar nuestro saber, pero no implica que no pudiera haber otras razones, ac-cesibles aotras comunidades episté-micas, capaces de revocarlo." (p.

193).

La razonabilidad de una creencia tiene grados y podemos llamar "saber" al

40

grado lím ite de razonabilidad in tersub-jetiva.pero.en este caso.saber

y

creen-cia razonablenoson conceptos c ualita-tivamentediferentes.A lo más. "saber" se distingue de "creencia razonable" como la racionalidad subjet iva se dis-tingue de laracion alidad intersubjetiva; de esta manera.hablar de "saber fali-ble",esto es.de saber que tal vez no sea saber. es hablar de grados de creencia razonable. Poreso. sospecho que Villoro no es u.irealista.desde el momento enque defiendeuna versión.

, debilísima . concedamos. pero versión

alfin.de verificac ionismo:a Villoro no le interesanconceptos que trascienden sus cond iciones específicas.concretas de aplicabilidad.

En segundo lugar.Villoro esun r

ela-tivista.No esta mos,sin embargo. frente

a un relat ivismoindivi duali sta yo

ntoló-gico.Villoro pone de manifiestoel

ca-rácter socia l de surelativismo cuando afirma:"Losenunciados'S sabe quep' y'pesfalso'soninconsiste nt es a seve-radospor la misma personaen elm is-momome nto,peronolo son,afirmados por person as que pertenecen adif eren-tes comunida desepistémices"(p.194) Más adelant e.Villoro concluye : "La re-lativización de la noción deobjetividad a condicion es históri cas ysociales es., , laúnica alternativ a real frente al e scep-ticismo." (p. 195)

Su relat ivismo es. además, ep iste-mológico , ya Que como Kant. Villoro propone un concepto deverdad a bsolu-ta en bsolu-tanto idea regulativa:

"La existencia deuna realidad i

nde-pendiente de los sujetos. a la que puedan adecuarse sus juicios, es la única explicación recionet.tanto de la coincidencia delasjustificaciones objetivas de una pluralidad de suje-tos, como delprogreso delsaber. La verdad absoluta no es plenamente

alcanzable porsujetoshistóricos; su acceso a ella siempreserá parcial y estará limitado por condiciones fác-ticas." (p. 195)

(4)

Conrespect oa laprimera condición -p es verdadera - Villoro mismo afir

-ma que esnecesario retene rla verdad como unaidea regulat iva; por lo tanto, no es eliminable lacondició n de verdad de la definición desaber. Los ejemplos de Gettierhanmostrad o que la tercera

condic ión es, al menos, incompleta.

Paravolverla inmuneaestos ejemplos,

es necesario sustitui r el sujeto particu-lar"S"por el sujetogeneral "cualquie- .

ra", Con"S"se entiende unsujetopar

-ticular. ya sea individual o colectivo,

esto es, un sujeto empírico concreto.

Con "cualquiera ", en cambi o, se alude

a una const rucción teóric a:literalmente hablamosdecualquiersujet o posible.O sise quiere usar el vocabulario kant ia-no. con "cualquiera" nos referi mos al

"suj et o trascendental": a un posible

cualquieracompetenteparajuzgar

tan-to en el present e comoenel pasado o el futuro .

De esta manera tenemos:

Un sujet o S sabe la proposiciónp si y sólo si (' )pes verdadera,(2)Scree que p y (3) cualquier sujeto está complet ament e justi fi cado en creer p.

Dos perspectivas para juzgar una def nición son su completez y su aplicabil i-dad. Conrespecto a la complet ez,la an-terio rdefiniciónde saber es,considero,

satisfac toria. Sus posibles criterios de

aplicac ión presentan, en cam bio,

algu-nas dif icultades. Lasegundacondición

-S cree p- no presenta, en general.

problemas de apli cación (aunque de caso en caso puedaresultar comp lica-do decid ir si S efect ivamente creeo só-lo aparent a creer); la dejaré de lado.

La aplicab ilidad general dela prime-ra condición es,en cambio,muy dudo -sa. ¿Cómo en re lación auna propos i

-ción podemosestar seguros de que es

verdadera?No hay manera.La primera

condición expresa una exigencia a al

-canzardelaque nuncasepuede estar cierto de que fácticament e se cumple . Hablaré, por eso, en est e sentido de una condición contrafáctic a o regul ati -va.

La tercera condición es la que pre

-senta mayor es problema s. La única manera de inmunizar esta cond ición a

los ejemplos de Gettieres int roducirla

como:

~SEÑAS

(C) Cualquiersujeto está completa-mente justificado en creerp.

Formulada de esta manera se trata de una condición contrafácticao regulati-va. Cuando busco aplicarla se me pre-senta,en cambio, la dificultad de que, en última inst ancia sólo puedo enten-derla como la condición:

(F)Sestá completamentejust ifi cado en creer p.

¿Cuál es la relación entre los sentidos

(C) y (F) de la tercera condición? Para

responder int roduciré como conjetura

la sigu iente regla de realización de una

condición cuyo sentido es puramente

contrafáctico:

C-F: Para cualquier condición con-trafáctica hay, por lo menos. una

condic iónfácticaque suele realizarla

aunque esa realización no conlleve

necesariamente a cumplir con la

condición contrafáctica.

Si aplicamos la regla C-F a la tercera condic ión de la definic iónde saber, te-nemos:

1. La realizaciónfácticade (3) o (F) es la única manerade realizar con-trafacticamente (3) o (C) aunque la prime ra realización no conlleve ne-cesariamente a la segunda.

En la aplicación' de la regla C-Fpode -mos sustituir"realizaciones fáct icasde (3) o (F)" por "creencia razonable" y "realización contrafácticade (3) o (C)" por "saber" y obtenemos la siguiente

aplicación de la regla C-F:

, a. La únicamanera de producir sa-ber es producir creencia razonable

aunque la primera producción no

conlleve necesariamente a la segun-da.

Regresemos a la primera condición,

también su aplicación siguela regla C-F; sólo que esta vez, la regla fáctica a realizares el sentidofácticode la terce-ra condición:

2. La única manera de producir

ver-dad reconocible racionalmente es

producir creencia razonable aunque

la primeracondiciónno conlleva

ne-cesariamentea la segunda.

Las aplicaciones ,-, a de la regla C-F

son directas ,la aplicación 2de la regla

C-F es indirect a. A conceptos que, como elde saber, poseen:

(' ) por lo menos una condición con

sentido contrafáctico.y

(2) la aplicación de esa condición se lleva a cabo directa o indirectamente a través dela regla'C-F,los llamarécon

-ceptos lemas

o

conceptos consignas

o

más explícitamente.conceptos que

fun-cionan en tanto un lema o una

con-signa.La definicióntradicionalde saber

no debe ser,pues.modificada,sino re-cuperada en tanto concepto lema.

3. Creer. Frente a la pregunta"¿qu~es

creer?", Villoro atiende dosrespuest as tradicionales.Por un lado.se discute la creenciacomo el resultado de una cua-lidadpecul iar,esto es,la creenciacomo

"ocurrencia mental". Por otro lado, se analiza el conductisrno. la creencia como dispos ición. Villoro'se inclina - aunque no sin críticas- por la

segun-da respuest a, ya que la primera es

"ment alista"e"idealista" pueslos con-ceptos que usa se refierena " ...

cuali-dades subjetivas. privadas"(p.27).No

(5)

que atribuirlea ciertos objetos para ex

-plicar su comportamiento.Dice Villoro:

"...La solubilidad de la sal me explica que le suceda desaparecer en el agua, la fragilidad del vidrio,que se rompa por un golpe ligero, la timidez de mi amigo me sirve para comprender su compor-tamiento retraídoysilencioso..."(pp. 3 1-32 ). En los dos primeros ejemplos hablaré de "disposiciones determina-das".en el último.de"di sposicióni nde-terminada". Las disposiciones se ex-presan con un conjunto de enunciados contrafácticos de manera tal que:

(1) S tiene la disposición d

implica una serie de enunciados como:

(2) Si X está en la situación s,. se comportará como c,

Con respecto a las disposiciones deter-minadas. efectivamente se tiene un conjunto de enunciados de la clase (2); por ejemplo.la solubilidad de la salo la fragilidad del vidrio admiten esta clase de enunciados. De ahí tambiénque los enunciados disposicionales determina-dos se sustituyensin demasiada d ificul-tad por enunciadoscasuales. El lengua-je disposic ional es. por eso. en este contexto sólo una manera de hablar.La dificultad surge porque este no es el caso con los enunciados disposiciona-les indeterminados.No se necesita te-ner demasiada perspicacia psicológica para aceptar que por timidez una perso-na puede comportarse de maneras ra-dicalmentediferentes. Por timidez. por ejemplo.un hombre puede huirde las mujeres o puede exhibirse estruendo-samente ante ellas o puede aparecer como indiferente u hostil o protector o intolerante o generoso o malvado o s i-lenciosoo charlatán: de caso en caso.

un comportamiento tiene. pues. que ser interpretado como actualización de cierto motivo.Y lo mismopuede decir-se de cualquier motivo psicológico:or -gullo. ambición. temor.osadía. vanidad. envidia. De esta manera. si se quiere hablar de disposiciones psicológicasse tendrá que ofreceruna teoría indepen-diente de una posible teoría sobre las disposiciones determinadas. Hasta en-tonces."disposición" escasiotra pa la-bra para "motivo".

Se me objetará:"disposición" es lo que podríamos llamar un "

concepto-puente".su valor no radica en su poder explicativo sino en su capacidad de reenviamos a otros conceptos con po-der explicativo propio como.por ejem

-plo.el de actitud (suponiendo que este concepto sí tenga poder explicativo propio). Bien. pero si esta es la única función del concepto de disposición.

hay que aclararla.Enla argumentación es de la mayor relevancia distingu ir lo que en realidad tenemos•.de lo que creemos tener.

4. Las bases de una creencia.A la pre-gunta ¿por qué cierta persona cree al-go? es posible responder. por lo menos. de tres maneras. Como señala Villoro (p. 74):por losantecedentesque colo -caron a una persona en situación de creer, por losmotivosquela llevaron a determinada creencia. por las razones

que tiene para justificarsus creencias.

Con respecto a.las dos primeras r es-puestas es conveniente pensar los" an-tecedentes" como "antecedentes so-ciales" y los"mot ivos" como "mot ivos psicológicos". distinguiendo así clara-mente dos niveles de análisis.En el pr i-mer nivel. se remite a cierta estructura social y.a través de ella. a un fragmento de historia; cuarido realizamos estas explicaciones podemos decir que esta

-mos reconstruyendo el supuesto social de un conocimiento. En el segundo ni -vel. el análisis concierne un trozo de

biografía y en estos casos. podemos

hablar de reconstruir el supuesto antro -pológico de un conocimiento.

Considero que estas tres clases de explicación no sólo atañen nuestras creencias sino también nuestras accio-nes.Para generalizar las observaciones de Villorome referiréa la explicación de una acción.

Cualquier persona actúa por razones aunque en la mayoría de los casos és -tas permanezcan implícit as. Por ejem-plo. supongamos que alguien arries-gando su propia vida salva a su esposa que se está ahogando. y a la pregunta ¿por qué lo ha hecho? responde:

(1) Porque la quiero.

Tal vez algunos de nosotros considere -mos que (1) alude a una razón válida y suficiente parajusti fi car la acción real i-zada. Pero. variemos el ejemplo y su-pongamos esta vez que alguien deja morir a su esposa. y a la pregunta ¿por qué lo ha hecho?,responde:

42

(2) No ocult aré mis razones: ella andabacon otro hombre.

Quizásalgunos de nosotrosbusque co-rregir (2) señalando:

(2') Tus celos serán tus motivos paraactuar.tuideologí a.pero no tus razones.

Con la respuesta (2') se vuelve claro que. por lo pronto. ladistinción entre razones y motivos establece práct ica-mente una diferencia de normati vidad. Admitir un enunciado como una razón paraactua r es.en parteal menos. acep-tarlo. Encam bio. considerarlo sólo un motivo es. por lo menos.distanciarse deél. cuando no.abiert amentecriti car-lo(si lo consideramos un moti voideol ó-gico). Por supuesto. la respuesta (2' ) podría desarrollarse. explicitarse:

(2") Tus celos te arrastran aactuar porqu e entuinfanciase te negó ca ri-ño.y porlotanto.est ásmuy insegu-ro de tu valer.

De estamanera.a partir dealguna teo -ría psicológica, desarrollaríamos una explicación de la acción. Esta ex plica-ción podría, además, continuarse con una explicación que aluda a la estr uctu-ra socia l:

(3) Lainseguridaddetuvalerse ar

-ticula en unaconducta de celos des -de el momentoen que vives en una sociedad donde la insti tución de la propiedad privada determinadirecta oindirect amenteel resto de las rela-ciones sociales.

Lo dicho respect oa lasrelacionesentre razones. motivos y ant ecedentes de una acción se aplica,creo.sin mayores problemas a las relacion es entr er azo-nes, motivos y anteceden tes de una creencia.Se trata.pues.detres pos ibili-dades generales de explicar tanto creencias como acciones.

(6)

-nes condenables. Villoro parecec onfir-mar esta conjeturacuando señala:

"Todo hombre cree por razones. Cuando éstasson sufic ientes.bastan para explicar la creenci a.Sólo quien juzgainsuficientes tiene que acudir a otras causas para exp licarla " . (p.

123).

Este suele ser. sin duda. el caso desde el punto de vista de un agente.A quien actúa. la introducción de razones que considera válidas le basta como expl i-caciónde unaaccióno un conocimien

-to.Sólo cuando sesospecha que"algo marc ha mal" con est asrazones.se

co-rnienza.en la práctica. a buscar expl ica-ciones psicológicas y sociales.

Pero desde el punto de vist a de un observador el planteo es otro.Un histo -riador o un sociólogo pueden aceptar ciertas razones sin que ello dism inuya el interés en descubrir a partir de qué condiciones sociales y psico lógicas se lasha adoptado,Por ejemplo.podemos acept ar la mecánica de Newton como una teoría verdadera (o al menos. par-cialme nte verdadera) y almismo tiem -po.est ar interesados en su contexto de producción.Por eso. explicar los ante-cedent es sociales olos motivos psico-lógico s de adopción de una creenciao de la realizació n de una acción .

no

consti tuye teóricamente (contra lo que suele pensarse) unaforma del discurso de la sospecha. En este sentido. muy adecuadamenteVilloro corrige esta po-sib le confusión:

" .. .Lasexplicaci ones por anteceden-tes y motivosy las explicacionespor razones no pueden excluirseporque resp onden a dos intereses teóricos dife rentes.Las primerasresponden al interé s en las creenciascomo

hechos

psíqu icosysociales;la última.alint e-rés por su

verdad

.

"

(p. 124)

5. Diferentes

tipos de conocimiento

.

Aunque mucho de lo que Villoro dice acercade las relaciones entre la ciencia y la sabid uría es admirable. tengo la sospecha.sinembargo.de que algunos pasajes podrían malentenderse:

"A lhombre sabiono lo naninst ruido tratados científicos sino la observa-ción personal.el trato frecuente con otros hombres.el sufrimientoy la lu-cha.el contacto con la naturaleza. la

vivencia int ensa de la cultura". (p.

226)

y más adelante Villoroseñala:

"...el sabio no ha sidoinstruido por escuelas.ni ha seguido una doctrina compartida. La ilum inación no es formulación de una teoría explicati-va." (p. 228)

Hay. sin duda. diferentes maneras de ser sabio. Pero es un error pensar que la sabiduría

no

se puede aprender. Veinte años de aprendizaje en la Academia convierten a Aristóteles en uno de los mayores sabios de la tradición.Tal vez. entre todas las formas de lucha y de aventura. ninguna más difícil. insólita . peligrosa que la aventura de la razón.Y

esto Villoro lo sabe. Me inquieta. sin embargo.que el lector pueda caer en la tentación positivista por cierta perversa "divisiónde trabajo" muy común: de un .lado. se ubica la argumentación racio-nal cuyo paradigma son las ciencias na-turales y cuya reflexión filosófica es la teoría de la ciencia. Acerca de la "vida". ambas no dicen nada.Del otro lado. se arrumban los gustos personales. los placeres arbitrarios. la irracionalidad. Por eso. en nuestra época. junto a la cienc ia más desarrollada. como su complemento y cómplice. no es raro to -parse con terapias regresivas. i deoló-gías burdas.sectas autoritarias. esto es. con la esquizofrenia institucionalizada:

de nueve a seis representamos. en el trabajo. a personas racionales. y el res-to del tiempo. la "vida" nos transforma en patanes incapaces de entender cual-quier experiencia que no sea un lugar común. La"lecci ón material"de un i n-dividuo no tiene ya conexiones con su "lección formal".Positivismoen la teo-ría. irracionalidad en la práctica:así nos va.

La sabiduría no está desligada de la argumentación de una época: el culto de la ignorancia nunca ha sido un cami-no para llegar a ella.Más todavía. sos-pecho que

cada época admite sólo

al-gunas formas de sabiduría en relación

con el resto de sus teorías

y

prácticas.

Por eso.en

nuestra

época.la sabiduría se encuentra -:sise quieren citar algu-nos nombres conocidos- en Einstein y en Proust. en Schoenberg y en Freud, en Wittgensteiny en Sorges. no en los

gurus.

ni en los masajes mágicos. Re

-•

cordar estas verdades es una tarea de la Filosofía- cuando ésta no busca sui -cidarse en la mera acrobacia intelec-tual.

Carlos Pereda

LA REALIDAD Y

CADENAS

Ellenguaje es un dios y los dioses un lenguaje: no hay salida

Para Rafael Cadenas es lamentable el uso del lenguaje vaciado. el auge cultu -ral y social del lenguaje y sobre todo su vaciado en lo que más le int eresa: la poesía. El

vaciado

del lenguaje es más dramático que su vaciedad. más barro-co. Esta realidad del lenguaje. su pérd i-da de valor comunicativo. su incapac i-dad referencial cada vez más patente en una época de serias analogías con el Siglo de Oro donde el lenguaje era de plata (ahí están las llagas de Góngora según García larca) coincide con su auge en la preocupación de los teóricos de la literatura. La literatura es lengua -je. se dice.La poesía es lenguaje calif i-cado estéticamente. también se dice.

La poesía tiene que cargar con una rea -lidad que pone los pelos de punta:unir. de una buena vez por todas.la palabra y la cosa. Porque la filosofía ya sabe que ambos elementos se alejan como al apagar un televisor: la disminución fu -gaz de una estrella. Para no perder la'

larga tradición analógica de unidad en-tre palabra y cosa es necesaria la poe-sía.Si cumple con este cometido corn -pletamente filosófico pero también ab-solutamente social. ya está bien. Nietszche acusó al hombre por su con-fianza en el lenguaje. Actualmente se sabe que tenía razón. Porque por más fascinación que se pueda sentir por la denuncia o por la forma de denuncia que adquiere la escritura actual (denun-cia de una situación so(denun-cial: la

separa-ción de la palabra y las cosas eso no su-pone olvidarse que pese a la belleza de las palabras. al fin y al cabo las que que-dan son las cosas.O Tao: "las palabras hermosas no son verdaderas".Es decir. al caer la máscara todo queda desnudo,

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