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DISGURSO INAUGURAL
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EN LA SOLEMNE APERTURA
DE LA
UNIVERSIDAD LITERARIA DE VALLADOLID
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EL
DR. D.
JUAN HERNANDO
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Üatedrático
propietario
de Teología
de la misma
EL 1.° DE OCTUBRE DE 1847.
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EN LA SOLEMNE APERTURA
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DE VALLADOLlD
POR
EL
DR.
D. JUAN HERNANDO HIGUEL,
Catedrático
propietario
de Teología
de la misma
EL L° DE OCTUBRE DE 1847,
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han prouunciarlo en esta Cátedra. Embarazado pOI' lo mismo
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Dr"nllel' vuestra dclie:Hkza ;lf:o~!tln¡jw;¡d;J (ansolo
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á
los mas altos dogios. Este, S(·-ñores , es el sentimiento
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ígio
s
o
que debe presidir i.l la OIl-sciianza , Si, ese germen fecundo
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,
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su
nnturnlczu se halla siempre dispuestoá
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en todas partes,(PW
comunica Sil calor
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todo cuanto toca, ¡[lit' presta su ;I[loyoá
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s
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s
as,
(
lu
e
e
s
elalrua
y
la vidad
I
)
lasCiencias. de la Legislacion , de las Loírus , de las Artes y de
todo cuunto
hay
de mas grandey
mas apreciable sobro la tierra,Hoy
hace dos altos
justos que un distinguido Profeso!' deesta Escuela dijo en ocasión i;;ual en la Capital de la Mo
nar-quía. 'l/te la erlucacion es la mejor garantía del porvenir y el
ancora de
l
o
s Estados:
máxima tan sublime corno cierta; ellaes indudablemente una de 135 primeras necesidades del
hom-bre , siu la edueaeion no es posible que
adqu
i
e
r
a
una ideaexacta de su propia dignidad.
ni
d conocimiento de las vi •.-tudes (lile han de sostcnerla , la erlucacion es un poder as om-broso (fue nace y vive con la sociedad; un poder cuyo influjoestá obrando
incesantementes
obr
e
la índole
ycondi
c
i
o
n
d
e
los individuos,
y
sobre
lasu
e
rt
e
buenaú
mala de los puc-blos , la educaciou,
en
fin. es la mas aproposito para fOI'·mar las costumbres, pnra arraigar la virtud, genernlízar la ilustraciou , y aíiuuear
sobre
bases sólidas la verdadera lel ici-dad pública, De ahí los esfuerzos 'lile se hiciernn en todasépocas
á finde
darla el impulsoqu
e s
u
alta irnportnncinr
e
-clamara. Empero no
hay
quelam
e
nta!'
tanto la falta absoluta (le este elemento poderoso. cuanto el I1S0 perjudicial que S\I(,-l
e
hacerse de él , ya abandonándole al arbitrio de cada IIno,é
ya sornetíéndole al de una direccion poco conforme con lasverdaderas
n
e
cesidades.
con los intereses verdaderos delhombr
e
.
Sabido
e
s
.
que en la infancia de las sociedades era laM
o
ral
y la Heligion el objeto privilegiado sino exclusivo de!!!!l!!
,
-!)-la enseñanza , mas el tiempo. que así corta con segur des-v'nclora el hilo de la. existencia humana, como el robusto poder de las naciones, ayudado de la inmoralidad y de los
vicios,
s
e
pultó
despuése
ntr
e
lasruinas d
e
lasv
irtudes
e
l
es-plendor y la glol'ia de aquellos pueblos que dejaron consig na-.Ia en la historia Sil auste •.idud proverbial corno
E
s
p
a
rta ,
Ó sug~'nio hclicoso y conquistador como la Italia. Una .~poea de obscuridad y de degradacion sucediera al brillante apogeo de
Grecia )' Roma; como sucede la noche al dia , como en
p
ó
s
d
e
la vida llegala mu
e
rt
e
.
En las sociedades modernas ha seguido un curso muy se-mejante la historla de la educaciou : triunfante el génio
su-blime y divino del Cristianismo, de la Idolan-ia
y
d" lairrup-ciou de los hárburos , la Iteligion Católica emprendió de nue-vo
la
reforma gradual de las costumbres, el lento cultivo de la 1.'U7.0fl,y
la grandc , dificily
nunca acallada tarea de la ilustrncion de los puoblos , sin que por eso las Artes , las Leír asy
las Ciencias quedasen olvidadas, antes hien marc ha-han de acuerdoy
en maravillosa armonía;y
de seguroqu
e
hubieran proporcionado al hombre.aqu
c
l
grado de pel'-Ieccioná
que puede aspirar en la tierru , sin necesidad de recurrir á esos terribles .sncudimicutosIIuO
tan hondamentehan conmovido las crecnci.rs y la pública tranquilidad en los
últimos siglos. Mas para desgracia de la
humauidurl
existieronal~ullos hombres que, en momentos de C1TI'!IWO vértigo, pretendieron en mal llora entablar divorcio cutre las ciencias
y
la Religion , como si {'sta se opusiera ó retardara el[lro-¡!;I'ü$O intelectual;
y
ved con esto , abierta ya la profunda sima demalos sin cuento (lue tanto deploran los hombres pensadores,
y que exije
un
pronto y oíicazremedio. -
El
Gobierno Su-premo de la Nacían asi In ha comprendído , corno era deesperar en su vasta penetracion : por eso en los Planes y
Re-glamcntos de estudios recientemente publicados vemos horma-nadas las Letras y las Cíencias , sirviendo
á
todas (le base los~
I
-6-principios
de una moral
ilustrada ,
yde In
Rdi
g
ion en toda
~1I pUI'CZIl.-Sí,
el estudio d
e
la moral
y
de la Beli
g
ion dehe
entrar
en todos los conocimi
e
nto
s
en que estamos encargados
de impregnar
a
la Juventud
lozana que puebla este r
ec
into: sus
santos preceptos
envuelven Ia r-ec
í
itud
y]a justicia,
(liler,
':
"
plan-decer d
e
hieru en todos los homhrcs ;
l){,I'Omas singulurm
o
nto
en los que un dia
dcscmpeiiarán
las elevadas
funcion
e
s
d
e
l
Sa
c
erdoeio , de la Magistratura,
de la Instrucción
de los pu
e
-blos, Oh! si la moral
augnsta
de esa Bcligion sncrosanta ,
ci-vilizadora del
01'1)(',fues
e
gl'llhndlle
n sus corazon
e
s , apr
e
nde-rian á ser fuertes
en la desgracia,
t
e
mplados
en la pro
s
p
e
-ridad,
sensibles
siempre
á las dulces
influencias
d
e
la
cari-dad,
ul má
g
ico entusiasmo
d
e
la
defensa
é inter
é
s
d
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su
P
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tria : risue
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o
ytranquilo
porv
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nir
a
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nardul'ia
ála
s
g
e
n
e
-raciones
nacientes,
si compr
e
ndiesen
tan
importaut
e
s
verda-des. si ll
e
nasen los d
e
beres para con Dios. para con
s
i
g
o mi
s
-mos
ypara con sus sem
e
jant
e
s
;
bu
e
nos ciudadanos
,
bu
e
no
s
funcionarios
públicos harien
entonc
e
s
amable la soci
c
dad ,
yno s
e
verían de hoy ma
s
,
es
a
s
tr
á
g
ica
s
e
sc
enas que tantas
ve-ces han escandalizado
al mundo.
Embriagada
en este
instan-te mi Imaglnuclon
con
ton gratas
emociones.
ypagando un
tributo
de justicia al doble ministerio
con
(IUCme honro,
be
querido
aprovechar
esta favorable
ocasion para
dar
ú
cono-cer
á
la Juventud
que me escucha
;
la influencia
Ijuela
Rdi-gi01l
Católica ha tenido en la Literatura
y
en. las Ciencias,
úfin
de que conciban
háciu ella
e
l amor que por est
e
e
sp
e
cial
ymuy
poderoso
motivo se la debe.
Grande
'i
elevada es por ci
e
rto
esta importante
mat
e
ria
y
muy digna de la atenci
ó
n
del hombre pensador
:
mas
s
in
e
m-bar
g
o,
abri
g
o la consoladora
esperanza de que aun
s
in l
'
n
¡
:
;
o
di-1..,
,..
-1-11eilcomprender
el poderoso
ascendiente,
el benéfico influjo
que sobre
todos los ramos
del saber
humano
debió
ejercer
una Beligíon que cambió la foz
de la Sociedad,
ó
que para
hablar con toda propiedad
penetró hasta sus mas íntimos
fun-damentos.
Sabido es que antes de ella hubo en el mundo mil
y
mil creeneins ridículas
que
á
su vez se contentaran
con
mu-dar los objetos de su adoracion ; pero la Itcligion Católica no
solo introdujo
entre los hombres
el culto debido al verdadero
Dios, sino que además
predicó nuevas
doctrinas,
inspiró
nue-vos sentimientos
Iinfluyó en las instituciones
de los pueblos,
y
no satisfecha todavía con haber mudado cuanto
estaba sujeto
al imperio
de los sentidos.
pasó mas adelante
y
extendió
su
influencia divina adonde no alcanzara el poder de
los
Legislado-res, hasta el fondo del corazon
humano.
Cuando uno se traslada
con la imaginacion
á
la época en
que apareció
sobre
la tierra
el Cristianismo,
encuentra en la
historia desacreditadas
ya
las s~..clas filosóficas que tanto ruido
metieran
en el Pórtico
yel Liceo.
Sujeta Roma al duro
im-perio de los Césares
Ise vcia abandonar
á muchos la
doctri-na de Epicuro
para buscar en la gravedad de los Estoicos
81-gun refugio
yamparo contra las desgracius de la adversidad;
mas ah! preciso era convencerse
de que ninguna
de las dos
Escuelas encerraba en su fondo el remedio
que se habia
me-ucster ,
ypor lo mismo me será licito deducir
que el exceso
mismo del mal pudo contribuir
tal vez á que
volviesen el
ánimo
y
el corazon
háeiu
el único punto
en que se
vislum-brára
un rayo de esperanza.
La Religinn entonces, severamente
proscripta ,
reclamaba
con
rnzon
la tolerancia,
perseguida,
invocaba aunque en vano la justicia,
víctimade la mas feroz
tiranía.
ahogaba, pero sin grande resultado todavía, en favor de
la libertad. La sangre preciosa
de los i\fal'tires puso
un sello
augusto
á
su divina mision ,
yfueron necesarios
mas de tres
siglos de combates , de continuas luchas
yde una constancia
heróíea
en sus prcdicaciones , para que la sociedad
decrépita
-8-Y eorrompida como estaba se
ompapase
en una doctrina que hnbia de hacer su felicidad; entonces sela
vio salir de lasen-tncuruhas
y marchar en trlunfo á sentarse en el Capitolio: aquípuede decirse que empieza su vida pública, y preciso es se-guida para admirar sus grandiosos resultados.
Ninguno de vosotros, sáhios Profesores,
d
e
ber
á
extraúarI}lH' los principios de nuestra Rcliglon se aviniesen mejor con
In doctrina
de Platon que
(',00 cuantashabian
pr
e
valecido
enGI'eeia
y
en el Lácio , así era menester que sucediese; la Es-cuela de quien supo merecer el renombre de divillo reconocía como base Iuudameutal la espiritualidady
la Inmortalidad del alma j y se acercaba tanto á la unidad de Dios, q!lC algunoshan dudado fuera compatible con el ciego Politeismo : y ved ya, como la Itcligion Católica tUHI (111('influir por necesidad, pero muy poderosamente, en el dominio y en la enseñanza de
la
Filosofía, áíln de ponerla
en armonía con sus doctrinas.Su influjo
en la Literutura
:::n pr
ese
nta
Inrlnviamas
palpíl-hle y al alcance de cuantos han saludado Iigcramente la I¡i~-toria : todos saben sin mas <{UC consultar la experiencia, que
la corrupeion de costumbres envuelve entre sus ruinas la de-cadencia lamentable del buen gusto, Ni aun vestigios quedaban
ya de la antigua
y
justamente ponderada Elocuencia : las tri-lmnas tan celebradas dn Atenas ydt
~
Roma se veian con p;)\' o-roso asombro arrojadas pOI' el suelo,y
lueru en vano pensarque en los
ominosos
reinados de losCnli
g
lll
as
,
Neroncs ysucesores hubiese podido resonar el majestuoso acento dé Ci-ceron y deüemóstenes.v-Mas pOI' fortuna fuera entonces
preci-sumente cuando se abrió con el evangelio un OIWVO campo
ú
la elocuencia que, oxtraiiadadd
Foro, encontró en aquel unoh-jeto digno, sublime, glorioso, y mas Í! propósito si!'W quiere
para
que ostentase
la gallarda lozaníade
sus mejores dias , seanunciubau las recompensas de la otra vida
ú
pueblos pulcros sumidos en la desgracia y en la opresion , S(~ le docin ales-clavo que era igual
il
su propio soúor : sele
daba 5 conocer Silt~
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s-Sill
_
-9-dignidad, su elevación: se le hacia miembro do una gran fa -milia Ilarnada
;i
participar de los mismos dcrechos , dei~lw-les premios, sin otra diferencia culminante que la virtud y el mérito; doctrina tan grata y tan popular, no se le enseñaba solo con la palabra
s
ino con
el ejemplo , con la práctica del lieroismo , y aun á veces en medio de los crueles tormentosen que
a
c
aháran
su vida aquellos verdaderos Ap,:,stoks delgenero humano. Por eso sus pensamientos fueron siempre 1'
0-bnstos , sus sentimientos nobles, Sil expresión vigorosa,
cíi
c
á
z,
ardiente: por eso
no
debecau
s
amos
extrañeza verá
las bá r-baras hordas del Septentrión paradas como atónitas en lo mas fogoso de la earrrera ante la presencia de estoshombres
ex-traordinarlos,y
que dócilesá
su voz se despojasen pocoa
poco de susIerinus
costumbrespara
vestirse con la aurea ymajos-tuo
s
a
sencillezdel
evangelio:ve
d aqni el
inmensofruto qu
e
con la Elocuencia
~¡
¡
g
r
<
lda
arrojara el Cristianismo sobre el vas-to campo de la Literatura,(,Qui
é
n,
Señores,s
e
rá tan insensato
ó tan
superficialqu
e
no derrame una
l
ág
rima
,
pero de dulce consuelo, de CUl-hriagadora alegria, al pasar la vista por los escritos apologéticos
de un Lactancío , de
un Justino, de un Tertuliano, de unOrí-genes? Por las inmortales obras de los Geronimos, Arnhrosios, Basilios , Grrgorios , Crisóstoruos , Agustinos
y
L~OIlf'S? Con la Elocuencia sagrada que en ellas resplandece, brillan también las riquezns de la Literatura pagana, de la Ciencia antigua , del estilo Clásico, campeando sobre todo los profundosconocimien-tos filosóf
i
co
s
de qu
e
t
a
n buen
u
s
o
s
upieran
hacer
para
triun-fal' poderosamente de los rudos ataques de sus adversarios. 1\0 cxtraiio por tanto que un ponderado Literato de nuestros días pagando un justo tributo (k ndrniracion hacia las céle -bres obras de los Padres de Oriente
y
Occidente, dijese no ha mucho en un Atenéo de Madrid , que ellas solas llena-ron IlIUl inmensa laguu« en aquellos siglos de tinieblasy
de ignorancia.-10-Empero
todavía sube mas de punto lo que la Religion
Ca-tólíca hiciera entonces
en favor de las Letras humanas,
adul-teradas en su mayo)' parte por las calamidades
de los tiempos.
No era ya en verdad la lengua de los Tulios
y
Virgilios la que
se hablaba en Europa despues de la Invasión de los pueblos del
Norte;
mas de seguro habria desaparecido
enteramente
si la
Iglesia no la hubiera
ofrecido
un asilo generoso,
Cuando
el
estruendo
de las armas
rugía por todas partes,
se v.ió
a
los
apreciables
restos de la Literatura
antigua buscar asustados
am-paro en la mansion pacifica de los Cenobitas.
Sí, libros,
mo-numentos,
letras
y ciencias
se conservaron
casi
milagrosa-mente
IÍla sombra tutelar de la Cruz;
y
DOsabemos que
ha-bria sucedido de la eivilizacion del mundo,
sino hubiera
existi-do en el seno de las naciones un principio
de vida tan fecundo
como el que supo desarrollar
el cristianismo.
Por eso cuando
la Historia
profana
apenas nos ofrece un hombre científico en
aquellos tiempos, la Iglesia poseía, pero en abundancia,
hombres
eminentes
y tan versados
en la ciencia humana como en la
di-vina ,
en sus Escuelas brillahan
entre otros
los Alcuinos,
los
Lantlraucos
, los Anselmos,
los Bernardos , los Pedros
Lorn-burdos
y
Tomases de Aqnino , en cuyas obras se encuentra
re-cogido cuanto se sabia
en Filosofia , en la Historia
natural,
en la Profana,
en Literntura , en Jurisprudeucia,
en las
cien-cias todas.
Estos hombres
esclarecidos
se elevaron
soln-osu
siglo
éindicaron
el camino que debía seguirse pura
el
verda-dero adelanto;
ellos dieron
el ejemplo
de lo
¡[Iledebía
ha
cerse si se quería progresar
en las ciencias;
ejemplo que
aun-que poco imitado
por algun
tiempo,
hubo
al fin de
adop-tarse en los siglos posteriores,
habiendo marchado
las eicncius
en la misma
forma
que se fué
poniendo
en
planta,
esto
es, ordenando: el estudio de In antigüedad. -
Desgraciadamente
la humanidad
parece condenada,
como dice un célebre
Pu-hlicista ,
á
no encontrar
el verdadero
camino sino despues de
a-
Il-He indicado, Hlmo.
Scñor ,casi sin advertirlo
el orígen del
Escolasticismo,
esa arma del raciocinio
tan mal califlcada por
algunos que nunca le conocieran,
pero que en opinion de
sa-hios escritores, ayudó
poderosamente
ápromover la civilizacion
de Europa.
Sumergida ésta en la ignorancia
durante
la larga
noche de la edad media, ocupada en su último periodo
en sus
guerras
ycruzadas,
el escolasticismo
despertó
álas naciones
del letargo en que yacían
tranquilamente
adormecidas,
inspi-r
á
udolas
aficion al estudio de los SS. Padres
de la Filosofía
yde la Literatura,
pudiendo
asegurarse sin exageracion que
á
él
Iué deudora la Europa del restahlecimíento
de las ciencias.
Sp
IS.
-11-la
direccion
peor
se
fu
é
en pos de las
sutilezas
ycavilacio-nes,
y
abandonó
el
sendero
trazado
por
la
razón
y
el
buen sentido.
A principios
del siglo XII se hallaba
tan
ade-lantado
el mal, que no era pequeña
empresa
tratar
de
re-mediarle , y
no es fácil atinar
á
quéextremo
habríanllegado
las cosas que en diferentes sentidos hubieran
sobrevenido
si la
Providencia
que no descuida
jamás del órden
físico
ymora)
del Universo,
no hubiera hecho nacer
un
génio extraordinario
(santo Tomás de Aquino)
que levantándose
ti
una altura
in-mensa sobre los hombres de su epoca, desembrollase
aquel caos,
y cercenando,
añadiendo ,ilustrando,
clasificando,
sacase de
aquella indigesta
mole un cuerpo de verdadera
ciencia.
¿En
qué estado se encontraba
la Filosofía en tiempo del Angel de
las escuelas? A dónde hubieran ido
á
parar la Dialéctica,
la
Me-tafísica
y
la Moral en medio de la torpe
mezcla de filosofía
Griega,
de filosofía Arahe é ideas cristianas
en que se
halla-han envueltas?
Mas afortunadamente
se presentó
este grande
Hombre, de un solo empuje hizo avanzar la ciencia en dos
ótres siglos,
y yaque no pudo evitar el mal, al menos lo
re-medió,
porque alcanzando
una superioridad
indisputable,
hizo
prevalecer por todas partes su método
y
su doctrina;
halló
las
Escuelas en la mas completa anarquía,
yél los ordenó.
-12-redujo
á
método Ja Filosofiay
la
sublime doctrina de losteologes y apologistes de la Beligion i la Jurisprudencia Canó-nica sin orden ni aun enlace en
las
materias,
casi no Iormabauna
ciencia
dístinkl de la Teologia : los Códigos de los ltoruanoss('guian.
enterr-ados
entreel polvo de
las
Bibliotecas, y apenasrecordaba
nadie el
nombrede la celebro
Atenas,patria
de
tantos géníos eminentes en las bellas letras y en las artes, Tal era la suerte de las Ciencias en Occidente cuando nació el Escolustieismo ; con él se introdujo la disputa, el riguroso aná-lisis, se diú un fuerte impulso literario al entendimiento
hu-mano.
se
bÚ8e8I'OlbCOna.~~dezJ()8documentos históricos,
y lasobras
de
la antigüedad que los l\longeshablan
salvado del nau-Iragio universal, y que conserváran con aprecio cual precio-so depósito. Con esto, con la vuelta de los Cruzados e nri-quecidos con las noticias íruidas de Oriente, con el
estahloci-miento de las famosas Universidades de Italiu , con
I
'
l
feliz hallazgo de los Códigos, con el lI50 del papel y otros sucesos demas
ó
menos importancia, pero todos favorablesá
la ilustracion '[cultura, la Europa sufrió una saludabley
bcnética revolución literaria, que produjo los mejores Irutos en beneficio de la ci-villzacion y de.Ia humanidad, hasta que por fin laInvcucion
de la Imprenta
dió
cima y coronó la obru , y henos ya en el Siglo de Oro de la Literaíurn , en la época del renacimientode las
Ciencias.Oh!
r
(1'-)(; campo
tan vasto comoagriHlahk
se ofrece aquiá
la Imaginaeíon del hombre pensado!', del Espaiiol
amantede
sus ~lol'ias literarias
y
religiosas! Si, bien puede asegurarse quenuestra
ilustreNacion
se elevó entonces al grado de cultura éilustración á que apenas llegara ninguna otra de
Eu't'o11:1.
La lengua Castellana luvo un desarrollo fuerte. lozano,vi.
i
oroso
,
enriquecida con los vocablos Árabes, recobró todo el luillo de su juventud ; en los reinados de Jos Reyes Católicos
é
ínllledia-tosv
Ilorecioran losgramat
í
cos
Arias Montano y Nehrija , loslos
inó-iaba
lDOS ellas Ide
Tal
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30á-
bu-I las
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nri-
lcei-feliz
s de don don Iei-eion
Del eDto-15-:tyala
'f
Zurita ;!O1'
clásicos eseritore,Grauada,
801ís,
Cenan-tes ,ATila,
Teresa deJesús,
Uendoza y Fajardo: los poetasCris-tóbal del
Castillo,Fr.
Luis de
Leon,Garcilúso
de la Vcga.
Falso, Ialsisimo es que la Beligion Católica apadrine el despo-tismo ni la lgnoraneia , ella fué por el contrario para el mun-do entero serial de libertad y de ilustracion.
¿,
Quiéncontribu-yOl'a
mas poderosamente que ella á fundar,y
auná
dotarnues-tras Universidades, estas lumbreras, estos íanales luminosos de donde salieran los Sotos, los Villalpaudos , los Salmerones , los Yazquez , los Canos y otros mil tan profundos Teólogos como
hábiles Humanistas,
tan
versadosen Iaacieaeíes
·sagradas00-mo en las profanas? Precisamente nuestra España preservada provldencialmente de los errores que á la sazon inundáran en
sangre la Alemania, presentaba en la Literatura, en la Filo-sofía, en ambos Derechos, en la Teologia, en In Oratoria, en la
Poesia,
en laHistoriu,
en las }fakmátieas. en la Arqui-tectura, en la Pintura .... en todos los ramosdI'
la lnteligenciahumana,
hombres
eminentes
que
asorr-brnroncon
su
inmensaerudición
a
los sabiosy
á las naciones, cabiéudouos la gloria de habernos adelantadoá
losdcrnus
pueblos en la hermosacar-1'('1'[1 del saber
y
de la civilizacion ,r
de haherla introducidocon la Ileligion en los nuevos mundos que descubrieran
r
con-quist
á
ran
nuestros
intr
é
pidos
marinos , nuestros
esforzados
gucl'l'cl'os.
Verdad es que desde esta época vemos tÍ. la Filosoña ernan-cipadn de la lteligion y trabajando por su cuenLa, pero ¿se
puso
acaso
enpugna con ésta?
Las verdades del Crlstiauismo'f las verdades de la Filosofía se destruyen recíprocamente? No, nada de eso; marchando al parecer pOI' distinto camino los Teólogos
y
Filósofos, vienen á parar á un mismo punto,y
ca-minando mas "<ida adelante vuelven
á
encontrarse nuevamen-te. Asi lo han dcmostrndo los últimosy
repetidos ensayos he-chos por los mascélebres
Naturalistas,Ge
ó
grafos
y
A
!'qU¡>ÚlO~05('TI los templos
,le
la India y <I,'} Egipto ;á
v¡"la de losponde-3i[ui
~ de
que
faé
. La
OSO; :>de
-dia-.
los
-H-rados Zodiacos de Esné
y
de Denderat, abriendo los Snrcótagos,y desenrollando los anales gerogliflcos de sus misteriosos sub-terráneos : habiendo encontrado la Relígion en el imparcia 1
"
Y
científico trabajode
hombres tan distinguidos comoD
c
luc,
Laplnce, Lagranje
y
otros, el mas firmey
eñeaz apoyo de 5\15doctrinas.
Facil
será ácualquiera
que se tomeel
ligerocuida-do de examinar la Historia, observar en ella que desde
e
l
sabio Canciller de Inglaterra ( Bacon) hasta fines
del
siglo diezy siete, los Filósofos sin otra guín que su razon, marchaban en todo conformes con las doctrinas religiosas, siendo estas como
la
"Filosofíael
"Verdaderoespejo en qu
e
se refleja
e
l id
e
ali
s
mo
y
el espirltu religioso de aquel tiempo.En los siglos
XVIlI
y
XIX han subidoá
la escena literaria,y
sehan lJuer'ido apoderar de la enseñanza, las escuelas Sell~lla\is -ta y Racionalista, tan contrarias á la Relígion como a la Sucie
-dad; empero
¿ 'lUt
~
especie de felicidad es laqu
e
SUl';;:\! 11('. la doctrina de los sensualistus?
Qué pueden prometerse los pue-blos? Ya se dejn conOCC1' cual será, no habiendo de contar con el espíritu como parte constituyente de nuestra existencia, y cor-tando casi del lodo las relaciones entre las criaturas y el Crin-dor de ellas. En este caso la felicidad de los sensnnlistns no puede menos de ser egoista, individual y concretadati
los goces materiales , arrastrado el hombre pOI' sus sentidos kiein latierra , no le dan lugar siquiera
á
las sublimesínspiru
c
iones,
ni
á
las dulces esperanzas, ni illas emociones tiernasy
dclica-das del corazón, niá
nada U(' cuanto es grandey
elevado en la vida" humana: no es esto lo poor. el sensualismo de estos Fi-lósofos ha dejado;i
la Sociedad envuelta en el tenebroso caos de los instintos, el menos fuerte ha sido victima del .,\1(, maspudo; y las conquistas de su civilizaciou no se hi(·i(~r(}n sino
il
expensas de los padecimientos de las masas. ?!las si el re ina-do estrepitoso de esta Filosofia bastarda, no ha podido ser de larga durecion , el de la escuela racionalista será todavin mas breve, porque sus secuaces tienen menos juicio que los,.
1
-t5-filósofos de otro tiempo. Con oportunidad,
pues, ha observado
IIn ilustre
yrespetable Prelado
cspa
ñ
ol , que desde que la
na-turaleza abriendo
sus cntraíias
al gran Cuvier ,
y
la
antigüe-dad rasgando
el velo que la ocultaba
á
nuestros
antepasados,
reveló en Calcula sus monumentos
irrecusnbles
álos sabios,
y
se formó la generacion
estudiosa,
fuerte
yemprendera
de
este siglo, que arrojándose
sobre el babel de los
Enciclopedis-tas , echó abajo su ignominioso
edificio,
todas las
declama-ciones de los an tiguos sofistas contra la Religion, se han
que-dado á cien leguas de distancia de la ilustracion
del Siglo. La
incredulidad
que ayer era de moda, está hoy en completa
der-rota;
los hombres que seducidos por ella,
yconducidos por la
duda han atravesado
todas las regiones de la inteligencia,
se
han encontrado
con la nada;
su alma espantada
yconfusa
ála simple
vista de tan terrible
porvenir para un corazou
lle-no de esperanzas,
ha cejado,
yvuelve
á
pedir se la ponga en
el camino de la luz. Sí, en medio de la anarquía
intelectual
en que hoy está envuelta la Europa,
al considerar
el flujo
yreflujo de teorías
yde encontrados
sistemas, al contemplar
que
á
pesar del gran progreso intelectual, del asombroso
movimien-to científico,
no se forma un pensamiento
general sobre
pun-tos capitales
yde interés
procomunal,
los hombres
reflexivos
no han podido menos de volver la vista hácia
la Jtcligion para
admirar
en ella la fuerza extraordinaria
yencantadora
que en sí
lleva,
yque á penas se encuentra
en ningun otro poder de la
tierra.
Por eso la ciencia humana vuelve
ábuscar
el eslabon
de oro,
el error
vá
perdiendo sus ilusiones para los
enten-dimientos
ilustrados,
y
la Iteligion colocándose
ála altura
del
siglo,
aplaude
y aplaudirá
siempre
los adelantos
hechos en
muchos ramos del saber, añadiendo por su parte á todos ellos
el brillo de la virtud que ella sola puede dados;
la ciencia
antigua
se une con la
cícnciomoderna,
para hacer la guerra
al error
yá
la impostura ,
yprepara
de este modo á las
-16-Dijo pues bien el Excmo. Señor Don Lorenzo Arrazol» al terminar su discurso de apertura en el año ·Ml: que la índole
del presente siglo es socialista
y
moralizadora , que laensciuui-za
y
la administracion tienen q/U: personificar la irulole de la(poca, aceptando providamente la tendencia
y
las (armas de eseimpulso general que á lodo imprime Sil carácter, que
arraigan-do en la sociedad el gérmeTl de los buenos principios,
inflaman-do el orgullo naeional , inspirando el sentimiento salvador de
confraternidai]
y
de concordia, rolntstezca al pro/JIu tiempo el prin-:cipio de nacio/lalidad!l de costumbres, elementos cardinales de
una sólida
y
duradera regeneracion : ved en las palabras deeste hombre público, muy respetable por cierto
á
esta Uni-versidad que le cuenta entro sus hijos; ved, digo, en ellas desenvuelta la altaé
imperiosa necesidad (llH~ deben compre n-der los Profesores y cuantos se dedican al estudio de lasCiencias. Sí, el objeto principal de la onsciianzn no es ni pue -de ser tan solo el proporcionar ú la juvcnlud
no
c
ione
s
de Aritrnética , de Cálculo, de Gcomcu-ia , de Ilistorin , de Ge o-grafía, de Física, de Literatura, de Economíaó
de Le gisla-cion. Cuando la enseñanza no sale de esta esfera, solo se consigue poner en manos del hombre recursos poderosos {Iue él puede emplea!' despucs, asi en beneficio de sus semejantes, en utilidad propia y en obsequio de su Pútriu , como en per· juicio <le aquellos y de ésta. El joven que salo de la Univcr-sidud con los conocimientos elementales de dichos ramos, y-17-donde rodeado de pernicioso.'! elementos, se halla sin poder consultar su razon , porque 1'11 razon nada le dicc , porque su alma no ha recibido otras impresiones, porque no habiendo adquirido idea de la verdad, cree que la verdad es todo lo que le cerca : este joven ha adelantado bien poco con educa-cion tan incompleta, y la sociedad acaba de recibir con él
UD nuevo elemento mas bien de destrucción y de ruina, que de prosperidad y de riqueza. En vista de estos hechos. de estas ligeras observaciones, aparecerá comprobada hasta la evi-dencia la necesidad de que el
sentimiento religioso
presidaá
la enseñanza.
Señores,
la
gloriadel saber
no tiene semejante; tranquilay apacible en su origen, lo es tumbien en los
medíos de
ad-quirida: es una gloria que nunca se marehita , que jamás se pierde,r
que tan lejos de consumirse ni amenguarse con el traseursodel
tiempo, conIasvlcisitndes
r
revoluciones, por el contrario eleva y engrandece, acompañando siempre al que la posee hasta mas allá del sepulcro , porque Sil nombreque-dará grabado
enel mármol
yen el bronce ,
y sobretodo
vi-virá
en la memoria dc los hombres probos, Muy general es la idea de aborrecer laignorancia;
pues bien, ahora se nos presenta la favorable y ventajosa ocasión de ilustrar el en-tendimiento conla apertura
de
esta eólehr« Univcrsidad , quetan
grancatálogo
de Sabios
ha encerrado y encierra todavíaen su
seno,
cuyamemor-ia
recordn mos con profundorespe-to , y cuyos' nombres ha llevado la fuma voladora hasta mas allá de los mares. Ni se crea que con solo abrir la
enseñan-za
pública hemos hecho cuantohay
que hacer, no; menester es adernas que por parte de Profesoresy
Discípulos se quieraeficazmente
que
produzca
abundantes
frutos, y en nuestracornnn
y
asidua nplieaeion encontraremos el sezuro medio de conseguido. El Supremo Gobierno de la Nación-f8-d
e
espl
e
ndor
qu
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imperio
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reclamanla
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están desde hoy y enriquecidos con unaabund
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F
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de l\kcunica
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HistoriaNnturnl ,
deque
tantas ventajas han de reportar111s
artes; en cllos se admirarán lasmar
a
vill
as
dn la naturaleza y el poderío asomhroso del hombre cientifico, reconociendo al propio tiempo lamallo
dn una Providenciasúhin, de una causa eterna, de una inteligencia
suprr
-
ru
a.
.
..
d
e
Dios' Ved aquí el fin grandiosoá
que todos debemosea-rninur . no
coutent
á
ndonos
con ilustrar losentendimi
e
nto
s
,
sinoprocurando
tambien
mejorar la enseñanza moraly
religiosa.J
óve
n
es
Escolares,p
e
rmitid me que os
aconsejee
n e
s
t
e
acto tan solemne, que recibáis con docilidad en vuestros c o-razones las preciosas semillas de la ciencia y de la virtud , y
un dí
a
rc
c
oj
e
r
e
is
el fruto:
nin
g
ún
placer
igualaráal
v
u
es
tro
~i
empleando útilmente en el estudio los pocos ¡liúlS de lacnrrcrn , vuestra
apli
cac
ion
y vuestroc
onduct
a
ll
e
n
as
e
n
las('~llI'raD7::lS
(
It>
las Iamilius , de los pneblos , de la Pa Iría,do
:
!
Gobierno, de nuestro
d
i
g
n
is
i
r
u
o
y
celoso Seúor Hedor,y e
J
e
los ilustrados y beneméritos
Prof
es
or
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s
quet
c
n
e
i
s
á l
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ab
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-zn
,
yqu
e
o
s
han de conducir
e
n el curso
que h
oy s
e
in
a
u
-gura. - He dicho,