PERSIGUIENDO LA VIDA
UNA MIRADA A LOS DESAFÍOS HUMANITARIOS PARA AFRONTAR LA VIOLENCIA EN LA JUVENTUD DE RIOHACHA (PACO‐Guajira, Cruz Roja Colombiana)
AUTOR
BERNARDO RESTREPO SÁNCHEZ
TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE COMUNICADOR SOCIAL CON ÉNFASIS EN MEDIOS AUDIOVISUALES
ASESORA
MERY RODRÍGUEZ ARIAS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CONUNICACIÓN SOCIAL Y LENGUAJE
CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
BOGOTÁ
2014
Bogotá, lunes 24 de noviembre de 2014
Profesor, José Vicente Arismendi Decano Académico
Querido profesor Arismendi, le escribo esta carta con motivo de la presentación de mi trabajo de grado titulado “Persiguiendo la Vida. Una mirada a los desafíos humanitarios para afrontar la violencia en la juventud de Riohacha. (PACO Guajira, Cruz Roja Colombiana)”, a la facultad de Comunicación Social y Lenguaje. Espero que sea motivo de alegría y orgullo para toda la facultad y que “se vea en este el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.
Cordial Saludo,
Bernardo Restrepo Sánchez
C.C. 1.015.423.684 de Bogotá
Estudiante de la carrera de Comunicación Social con énfasis en Medios Audiovisuales
ARTÍCULO 23, RESOLUCIÓN #13 DE 1946.
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus trabajos de tesis. Sólo velará porque no se publique nada
contrario al dogma y a la moral católica y porque las tesis no contengan ataques personales contra persona alguna, antes bien se vea en ellas el
anhelo de buscar la verdad y la justicia”
Este trabajo fue posible gracias al financiamiento de la Cruz Roja Alemana y la Cruz Roja Holandesa, con el apoyo de la Cruz Roja Colombiana.
CONTENIDO
1. Introducción
1.1. Problema……….……….7
1.2. Pregunta de Investigación ……….……...……….…………..10
1.3. Justificación………..…….…………..10
1.4. Metodología……….……….………..13
1.5. Objetivo general………...……….………..15
1.6. Objetivos específicos………...….……….…….…..16
1.7. Producto………..………..…….…..16
2. Marco teórico 2.1. Violencia según Johan Galtung………..……….….……..19
2.2. Multytrack Diplomacy……….……..…..21
2.3. Psicología Infantil………...………..24
3. Intervención humanitaria 3.1. PACO………...…………..…..……..27
3.2. Propuesta de articulación……….………..……..29
3.3. Organizaciones presentes………...…..31
4. Análisis de la violencia en Riohacha 4.1. Preámbulo………..………..34
4.2. Conflicto Armado………..………..37
4.2.1. La frontera……...……….…………..37
4.2.2. La extracción de recursos y las guerrilla……….…...…………39
4.2.3. AUC y Bacrim……….………..………..42
5. Condiciones socioeconómicas 5.1. Situación laboral ………...…...………..48
5.2. El barrio…….………..………..69
5.3. Violencia sexual e intrafamiliar………..………..69
5.4. Trabajo infantil………...………..67
5.5. Delincuencia organizada y reclutamiento……….………68
6. Conclusiones 6.1. A propósito de la pregunta problema………...………74
6.3. Un problema generalizado……...………..………..77
6.4. Institucionalidad………..78
7. Bibliografía……….………..80
8. Anexos………...………..83
1. Introducción 1. 1. Problema
Actualmente, dadas las condiciones coyunturales en Colombia, la Cruz Roja Colombiana junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja ‐CICR‐, se ha puesto como objetivo replantear su enfoque a la hora de abordar los temas de violencia, y ha emprendido acciones para suplir las falencias que pueda tener su actual modelo, y poder enfrentar los nuevos retos que proporciona el panorama nacional en materia de violencia. Teniendo en cuenta la alta probabilidad de un escenario de posconflicto, es decir que se firmen acuerdos de paz con las guerrillas, la Cruz Roja se está repensando el panorama social del país, otorgándole gran importancia a las ciudades como centros de cultivo de problemáticas sociales ‐sin dejar de lado el área rural‐. Por esta razón, y dentro de este replanteamiento, se han propuesto nuevas estrategias que busquen entender los problemas e identificar las necesidades, y a través de proyectos piloto, intervenir estas realidades urbanas que están dando nuevos retos a los organismos humanitarios. Dentro de este proceso, algunos proyectos que ya están en marcha y aún mantienen el modelo pasado de la Cruz Roja, están siendo revisados para ser re‐ estructurados y comenzar a probar los nuevos enfoques conceptuales que están siendo propuestos para solventar los obstáculos y falencias que se han presentado.
Es a la luz de estos hechos que el “Proyecto Jóvenes en Acción para la Convivencia y la Paz – PACO‐ Guajira, es ahora entendido bajo la necesidad de cambiar de rumbo y buscar mayores niveles de eficiencia en la comunidad Guajira.
Dicho proyecto, que ha tenido diferentes versiones a lo largo del país durante los últimos diez años, tiene un año de haber sido implementado en el Barrio Dividivi en Riohacha –Guajira‐, y centra sus acciones en la prevención, mitigación y recuperación de los casos de violencia en los jóvenes y niños de esta comunidad. A partir de actividades lúdicas con los beneficiarios en los centros educativos se intenta tratar el tema de la violencia, y posteriormente se hacen visitas a sus lugares de residencia y se hace una valoración con el individuo y sus padres para determinar si necesita de ayuda psicosocial y qué tipo de ayuda necesita. (Marco lógico Proyecto PACO, 2014)
Este, a pesar de ser un proyecto que busca atacar un problema que necesita de urgente solución, es un proceso que no ha tenido mucha evaluación y crecimiento desde que fue implementado en sus primeras versiones. Si bien es una buena iniciativa, a la cual no le faltan buenas intenciones tiene numerosas falencias, y hoy por hoy, no parece haber evolucionado ni haberse actualizado a las nuevas necesidades locales, ni a las nuevas metodologías que podrían superar los baches del pasado a partir de nuevos y propositivos paradigmas humanitarios.
Además de esto, como ya se había dicho antes, resulta ser un esfuerzo que podría quedarse en balde, porque se presenta como un hecho aislado sin ser socializado en toda la comunidad, impidiendo que se consolide como un proceso de cambio cultural generalizado y una política ciudadana que tenga continuidad. De acuerdo con su actual equipo de trabajo, no tiene ningún tipo de articulación con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ni tampoco con las autoridades locales, y esto hace que haya deficiencia de recursos ya que de lo contrario se podrían vincular los esfuerzos y canalizar presupuesto de la ciudad (el que se supone está para ser destinado en procesos de convivencia y de gestión de paz) para solucionar los problemas de la ciudad. Esto entorpece la consolidación de procesos de cambio en toda la comunidad y quema las iniciativas y energía de aquellos que trabajan por aportar.
Por lo anterior, el proyecto PACO Guajira está siendo replanteado. En concordancia con el re‐ enfoque alrededor del tema de la violencia, se propone ampliar los límites del proyecto, y enriquecer sus metodologías. Por un lado, es imperante sacar al proyecto de las aulas, y ponerlo a recorrer las calles y a mezclarse entre la comunidad. De la misma manera en que los niños y jóvenes tienen que salir de las rejas de las instituciones educativas a enfrentarse con una realidad hostil, el proyecto busca comenzar a mezclarse en los espacios donde las relaciones sociales se escapan del control de la institucionalidad académica.
Así, es preciso que las actividades no sólo cambien y superen su etapa lúdica, sino que además de ser interesantes para sus beneficiarios, resulten como acciones transformadoras de sus realidades e imaginarios. De esta manera se busca una confrontación simbólica con estos dentro y fuera de la escuela, para que así la prevención de la violencia amplíe sus fronteras y se tome los parques y las calles de los barrios. De esta manera la no violencia podrá ocupar
diferentes espacios, extendiéndose así a los entornos familiares y laborales. Y por otro lado, es clave que el proyecto PACO, y que en general las acciones de la Cruz Roja, amplíen sus fronteras administrativas e institucionales. Es decir que busque cada vez una mayor articulación y cooperación con otras instituciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajen el tema de la violencia y tengan en su jurisdicción aquellos territorios.
Lo que se busca desde la Cruz Roja es generar alternativas en las cuales, a partir de las actividades y el trabajo planteado se pueda involucrar a la comunidad de manera proactiva para que se empoderen de su realidad y comiencen a proponer soluciones efectivas. Así, junto con la creación de redes instituciones de prevención de violencia se pueden realizar planes comunitarios de no violencia, los cuales salgan desde la comunidad y estén articulados con el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), con las organizaciones no gubernamentales que accionan en la zona, y con el gobierno local, para que dicho plan se constituya como una política ciudadana, se encuentre con los recursos de los contribuyentes, y sea implementado desde varios frentes, de manera organizada y con proyecciones a largo plazo. De esta manera va a haber un acompañamiento continuo y una reevaluación constante que permita que haya un proceso sólido, a largo y mediano plazo. En la medida que se pueda establecer tal articulación, estos planes comunitarios van a ser incluidos dentro de los planes ciudadanos y regionales de prevención de violencia en escenarios de posconflicto, y así podría llegar a establecerse como una política que se extienda por varios territorios.
Ante este panorama, y con estas proyecciones, la Cruz Roja enfrenta grandes retos. Para llevar a cabo este tipo de procesos y alianzas es necesario crear canales de comunicación interinstitucional e intrainstitucional, y hacer una fuertísima labor de diplomacia humanitaria. Se necesitan herramientas para crear esa sensibilización y diálogo institucional, para así convencer a estas de la perentoria necesidad de crear esta red de organismos que trabajen en conjunto. Se necesitan herramientas de sensibilización comunitaria y además herramientas educativas y de creación de imaginarios a nivel interno, para que el voluntariado de la Cruz Roja y sus mismos funcionarios entiendan en una mayor complejidad el problema de la violencia y las relaciones inmanentes a este.
Dicha diplomacia humanitaria debe hacer entender a las instituciones de la necesidad de
organizaciones no gubernamentales para que entiendan las grandes ventajas de trabajar en equipo y unir esfuerzos para poder desarrollar aquellos planes de larga duración. En la medida que se entienden las problemáticas en su complejidad, es posible ver la urgencia que demanda su atención e intervención, y es mucho más sencillo ver las posibles soluciones y trabajar sin desperdiciar esfuerzos
Cuando los problemas se visibilizan salen a la discusión pública y su solución comienza a ser tema de conversación desde la comunidad de base hasta las altas esferas tomadoras de decisiones. Comienza a ser un tema de interés general y las soluciones no se hacen esperar. Hay control político y los procesos toman una alta velocidad y maduración.
1.2. Pregunta de Investigación.
¿De qué manera se ve afectada la niñez del barrio El Dividivi por los fenómenos de violencia, y cómo se pueden fortalecer los procesos humanitarios para reducir dichas afectaciones?
1.3. Justificación
Colombia es un país históricamente violento. Pasando por varias guerras civiles, fenómenos de delincuencia organizada, y por un conflicto armado que se extiende por ya más de medio siglo, nuestra cultura y nuestra realidad cotidiana, se ha visto marcada por la violencia en sus diferentes formas. Como un caso particular en el mundo, enfrentamos un escenario de postconflicto aún antes de haber visto el fin del conflicto mismo. Las desmovilizaciones de grupos insurgentes, y los acuerdos de paz logrados con los grupos paramilitares, han derivado en nuevas dinámicas en las ciudades, y por supuesto, nuevas mutaciones en sus formas de violencia. Las ciudades, ya con estructuras violentas claramente maduradas y extendidas, se convierten en los centros receptores de excombatientes reinsertados, donde junto con los fenómenos de exclusión y pobreza, se convierten en caldos de cultivo para la agudización y mutación de la violencia urbana. Contextos en donde la infancia y la juventud se convierten en los principales y más vulnerables blancos de una epidemia de violencia que amenaza con
Ante la falta de oportunidades, el descuido de los padres y tutores, los entornos violentos, y la posibilidad de obtener dinero fácil y poder (estatus social), la drogadicción, la delincuencia común y la delincuencia organizada se presentan como caminos tentadores para una juventud erosionada y en busca de lo que sea que pueda “mejorar” sus condiciones de vida. Es así como vemos que nuevas generaciones entrar a perpetuar el círculo de violencia que en las últimas décadas sólo se ha atrevido a cambiar en sus nombres y territorios, pero en el cual sus actores siguen siendo los mismos, y los muertos y la víctimas las sigue poniendo la misma sociedad civil.
Ante esta situación, instituciones y organizaciones humanitarias entran a jugar un papel clave a la hora de generar alternativas y buscar soluciones de paz. Y es en este contexto donde la Cruz Roja Colombiana y las sociedades nacionales cooperantes, como organismos humanitarios que tienen por misión salvaguardar la vida de todas las personas, entienden su papel en tanto atención, mitigación y prevención de la violencia que tantas vidas ha cobrado en el país.
La Cruz Roja Colombiana ha venido desarrollando acciones humanitarias en el contexto del conflicto armado desde principios de los años 80s, realizando labores de búsqueda, recogida y atención de heridos, y a partir de ahí ha ampliado sus acciones y ha desarrollado proyectos con énfasis promoción y difusión de Derechos Humanos DDHH y Derecho Internacional Humanitario DIH. También ha llevado a cabo acciones de atención y asistencia, ha desarrollado múltiples programas de asistencia humanitaria de emergencia a las víctimas del conflicto armado, y en los últimos diez años ha fortalecido sus acciones facilitando un trabajo más participativo con las comunidades a través de programas que propenden por acciones de mitigación, prevención y recuperación, más que por simples respuestas ocasionales en momentos de crisis y tragedia. (Cruz Roja Colombia, 2013)
Sin embrago, a pesar de los grandes esfuerzos hechos, la Cruz Roja enfrenta retos a la hora de trabajar por la paz. Existen grandes obstáculos en términos de metodologías y conceptualización, presupuestos reducidos y dispersión en las acciones realizadas. Para Javier González, representante legal para la Cruz Roja Holandesa en Colombia, las intervenciones
pero no siempre trascienden y cumplen los objetivos buscados por falta de nuevas estrategias y por ausencia de conceptualización y el conocimiento adecuado; La buena voluntad de los voluntarios no siempre es suficiente.
Además, según González, la Cruz Roja cuenta con presupuestos limitados que no permiten que se desarrollen programas masivos, sino más bien acciones localizadas que buscan generar efectos en comunidades pequeñas, y si bien logran algunos efectos estos permanecen como acciones aisladas que no son visibilizadas en toda la sociedad como alternativas de cambio y desarrollo. Además de esto, a causa de esta deficiencia presupuestal, los proyectos no pueden ser ambiciosos en términos de recursos, materiales, personal y metodología, haciendo que se refuerce el carácter “lúdico” de las actividades, y que estas no trasciendan por falta de visión a la hora de planearlas y ejecutarlas.
Finalmente, nos encontramos con que existe una dispersión en las acciones de las diferentes instituciones, e incluso la hay en las acciones que lleva a cabo la misma Cruz Roja. Para Nelson Salgado, Coordinador de Proyectos de la Cruz Roja Alemana en Colombia, las labores desarrolladas por la Cruz Roja en ocasiones no presentan una unidad metodológica sino que se hacen de manera aislada según las ideas y conocimientos de los voluntarios locales, cosa que genera que las acciones sean poco contundentes y sus efectos se disipen con facilidad. Son acciones que se quedan en el aire y no se consolidan en un proceso ni en un plan integral de trabajo a largo plazo, siendo un fenómeno que también se presenta a nivel externo entre las diferentes instituciones.
Se presenta un panorama en el cual la falta de articulación institucional hace que no se generen en los territorios intervenciones organizadas, haciendo que las actividades planteadas por diferentes instituciones redunden entre sí, e incluso que se contradigan en algunas ocasiones. De esta manera se fraccionan los esfuerzos y no se logra atacar el problema en términos de proceso ni siquiera a mediano plazo. Así, se pierden recursos en acciones que no se pueden anclar en el marco de una estrategia integral de prevención de la violencia que sea reconocida y en la cual la comunidad se involucre, e involucre a las instituciones responsables en el tema.
De frente a esta realidad, el objeto de estudio del presente trabajo será la realidad violenta de la infancia y adolescencia de Riohacha (Guajira) en contraste con las acciones y proyecciones de la Cruz Roja Colombina. Es decir, se pretende estudiar y lograr alguna compresión del fenómeno de la violencia en este centro urbano, y centrarse en los entornos violentos de los jóvenes, y una vez hecho este mapeo del problema, echar un vistazo las acciones realizadas por la Cruz Roja y de otras organizaciones en la comunidad del barrio Dividivi. Esto se hará con el fin de entender el desarrollo de las labores humanitarias en este territorio, y sus posibles relaciones existentes entre instituciones, así como también las metodologías llevadas a cabo, para realizar un producto audiovisual que dé cuenta del fenómeno y del proceso de intervención, y se consolide como una herramienta de sensibilización y diplomacia humanitaria.
Para lograr esto, se tomará la información proporcionada por la prensa acerca de las situaciones de violencia presentadas en la Guajira, los informes oficiales de entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF‐, DANE, FORENSIS y la Policía Nacional, y los documentos realizados por centros de investigación como el CINEP y el Centro de Memoria Histórica entre otros. Además serán revisados los documentos de la Cruz Roja Colombiana, en los cuales se encuentran informes narrativos de los proyectos, propuestas de lineamientos, e informes técnicos del terreno, y además se harán varias visitas a Riohacha para realizar entrevistas con personas de la comunidad e integrantes de la Cruz Roja Seccional Guajira.
1.4. Metodología
documentos del Departamento de Planeación Nacional y del Banco de la República por un lado, y por otro lado informes y documentos de fundaciones y centros de estudios tales como el Centro de Memoria Histórica, o la Fundación Ideas para la Paz.
Además, para realizar un mapeo general de la situación, y saber hacia dónde indagar y profundizar con cifras, ser hizo una revisión de fuentes secundarias (fundamentalmente de prensa). En aras de obtener dicha radiografía se hizo una selección de la información de prensa relacionada con la violencia y la situación socioeconómica en la ciudad de Riohacha, a través de los principales diarios del país, y del departamento de la Guajira. Esta selección comprendió las principales noticias relacionadas con la temática de los últimos cuatro años, y se consolido como el punto partida de esta investigación.
Por otro lado, siendo esta una investigación que se realiza en el marco de la Cruz Roja Colombia, se hizo una indagación con las personas de esta institución que tienen contacto con el territorio, y además con el proyecto en cuestión. A través de entrevistas, varias de las cuales fueron video grabadas, se buscó un acercamiento a la realidad de este territorio, y además de las acciones ya realizadas por la Cruz Roja. Se entrevistó a los responsables del proyecto, a sus donantes y a las personas que trabajan como voluntarios en este, así como también a los funcionarios de la Dirección de Salud de la Cruz Roja Colombiana, los cuales habían estado haciendo presencia en la zona, a propósito de la crisis de sequías y desnutrición que allí se había presentado. De esta manera fue posible establecer un vínculo con el trabajo realizado, y además lograr una compresión de la visión institucional acerca de la problemática
momento de sacar la cámara y comenzar a grabar estos se sintieran un poco más cómodos, y de esta manera el relato fuera más natural.
Durante la segunda visita al terreno, dado que por tiempo y recursos no era posible hacer más visitas de acercamiento, se comenzó a indagar directamente en la comunidad y a recoger el material audiovisual. Durante la primera visita, en la comunidad ya habían accedido a participar en la investigación y el producto, así que para este punto la visita fue posible comenzar indagar y entrevistar a las personas que querían contar la realidad del barrio y la niñez. De esta manera, fue posible observar las condiciones de vida de estas personas, y capturar con el lente, de alguna manera, su cotidianidad, mientras estos narraban la situación del barrio. Por un lado fue posible conservar de manera activa, y por otro lado se recibieron los testimonios de primera mano, que en ocasiones contrastaban radicalmente con lo observado.
De esta manera fue posible acercarse a una realidad desde varias fuentes para construir panorama complejo que trata de entender sus dinámicas y necesidades para así arriesgarse a sugerir soluciones.
1.5. Objetivo General:
El presente proyecto se propone desarrollar una investigación alrededor de la violencia urbana en el barrio Dividivi, en el municipio de Riohacha, y desde este punto de vista hacer un seguimiento de las acciones humanitarias llevadas por la Cruz Roja, para desarrollar un producto audiovisual de tipo documental que plantee la problemática y la contraste con los esfuerzos de la Cruz Roja Colombiana, de cara a los retos que afronta y las posibles alternativas en términos de articulación interinstitucional y participación comunitaria. En otras palabras, idea Es estudiar el problema de la violencia y su relación con la juventud y la niñez del Barrio Dividivi, para que a partir de un producto audiovisual que usará como recurso la experiencia de la Cruz Roja, se pueda plantear la problemática e insinuar posibles soluciones.
Esta pieza audiovisual se consolidará como una herramienta para visibilizar el problema en la comunidad, sensibilizar a los tomadores de decisiones y como herramienta a nivel interno de
1.6. Objetivos Específicos:
• Hacer una revisión de prensa, de investigaciones y cifras oficiales para hacer
un mapeo general de la situación de la Guajira, especialmente de Riohacha, y de ser posible, del Dividivi.
• Hacer un trabajo de campo que busque contrastar lo anterior. Visitar a la
comunidad y desarrollar un proceso etnográfico que busque aproximarse al problema desde las fuentes primarias, y haciendo un seguimiento de las acciones realizadas por parte de la Cruz Roja, y en el cual se indagará acerca de las posibles relaciones con otras instituciones, y durante el cual se harán todas y registros audiovisuales de manera continua.
• Tomar toda la información y material recogido y consolidar una narración de
carácter documental audiovisual que dé cuenta de lo hecho y se convierta en una herramienta de sensibilización.
1.7. Producto
El punto de llegada de este trabajo es un producto Audiovisual. En primer lugar, cabe aclarar que este trabajo se da en el marco de un proceso llevado a cabo en la Cruz Roja Colombiana. Siento estudiante de último año de Comunicación Social, entré a hacer las prácticas profesionales en la Cruz Roja Holandesa. Una vez finalizadas las prácticas, a partir de los buenos resultados obtenidos en esta, se presentó la posibilidad de continuar como empleado en la institución, así que ante esta oportunidad hice la propuesta de poder desarrollar un proyecto de investigación que diera como resultado final un producto audiovisual del cual estaba necesitado la Cruz Roja, y también yo iba a poder desarrollar como proyecto el grado.
En este sentido, hay que señalar que este trabajo es el primer corte de un proceso que tendrá como resultado final un documental de media hora de duración, que dé cuenta tanto de las problemáticas, como del proceso realizado por la Cruz Roja, así como de las nuevas formas de trabajo en conjunto entre organizaciones humanitarias. Sin embargo, el producto aquí
durante la segunda visita al terreno, y da cuenta de una primera etapa de un proceso que tiene pensado concebir el producto final (documental) para finales del año 2015; momento para el cual el proyecto PACO ya habrá finalizado, y podrá evidenciar sus resultados.
Hecha la claridad, en esta primera etapa se busca lograr pequeñas piezas audiovisuales de carácter documental que den cuenta parcialmente de la situación del barrio, y que además despierten un interés por el tema. Estas serán un abrebocas del producto final, y despertarán inquietudes en quién las vean, para así generar el deseo de conocer más acerca de esa problemática. Serán piezas que encierren historias de vida, o situaciones contadas a un nivel personal, para así lograr un acercamiento al problema desde aquellos que lo viven, pero tan sólo tocarán los temas para dar la opción de profundizar más adelante en ellos.
Aunque sólo se tocarán los temas, este abrebocas debe ser suficiente para establecer supuestos acerca de esta realidad y lograr hacer un boceto mental de lo que será presentado. Estas piezas deberán ser capaces, de plantear de entrada la necesidad de prestar atención al tema, y de destinar esfuerzos y recursos a este.
Cada uno de los fragmentos tendrá un protagonista que trate uno o dos temas centrales en la problemática, de tal manera que, al ver todos los fragmentos en conjunto, será posible completar una imagen mas o menos clara de lo que se va a ver en el documental, y en últimas, en el barrio. Esto fragmentos tendrán un mismo estilo narrativo, pero serán matizados con algunas variaciones en el ritmo, en la música, y en el tono de estos, buscando así una covalencia en con la realidad que presenta matices, y además con el carácter variado de sus protagonistas, que ven la situación desde diversas perspectivas. Así, mientras unas piezas tengan un tono muy solemne, otras serán mucho menos tensionantes, pero siempre apuntarán en la misma dirección.
Tanto las pequeñas piezas, como el documental final tendrán una unidad estética y narrativa que se consolidará como una evidencia más de lo que se presenta en esta realidad particular. Tonos cálidos que insinúan calor abrazador, con predominancia de amarillo en la imagen, y tonos tierra que jueguen con el polvo y la aridez característica del departamento de La Guajira y del barrio en cuestión. Habrán muchos planos generales, casi panorámicos y a ras de piso
movimientos de cámara, pero siempre con la cámara al hombro, para dar sensación de ser un observador lejano del panorama que se presenta.
En medio de este panorama, envolvente y abrazador, se presentan particularidades realidades personales que son las que entran a construir el todo, pero que al ver el panorama global, se pierden en la complejidad del tema. Por esta razón, en contraste con los planos generales, se usaran muchos planos detalle, que muestren en los detalles de este contexto, y las realidades fragmentadas y quebradas por las duras condiciones del contexto. Se presentan vidas y situaciones fracturadas por la violencia. Serán planos cargados de contenido simbólico e ironías, que hasta incomoden con el detalle y contrasten con el tono lento y melancólico de los planos generales.
Todos los planos serán presentados mientras los personajes cuentan el contexto y la situación. No habrá una narración externa más que la que insinúa el montaje audiovisual, que además sugerirá una serie de ironías y contradicciones entre lo que se dice y lo que se muestra. Se busca capturar momentos espontáneos del contexto, echando mano de todo lo que ofrece el panorama, incluyendo animales, objetos y plantas.
De esta manera, se busca consolidar una narración lenta llena de melancolía e ironía, que dé la sensación al espectador de estar pisando territorios áridos y difíciles de transitar, pero repletos de dignidad y valentía de aquellos que a diario los habitan.
2. Marco Teórico
Nos enfrentamos a una problemática social desde un enfoque de violencia. La idea es aproximarnos a una comunidad que se asume tiene cuadros importantes de violencia, en la cual los menores de edad son sus protagonistas, y además necesita intervención humanitaria integral y efectiva. En ese sentido nos apropiamos de lo que es conocido en el campo de la resolución de conflictos o Diplomacia Multinivel, para por un lado buscar una aproximación del problema entendiéndolo como una complejidad y un universo con sus particularidades, y por otro lado, plantear una intervención integral que asocie a todos los actores sociales que pueden contribuir por la resolución de la problemática, apuntándole a cambiar el sistema de relaciones sociales desde un nivel profundo, o por decirlo de otra manera, desde sus raíces.
Además se pretende matizar y complejizar lo que entendemos por violencia, para tratar de ver qué otras áreas, además de las obvias, presentan formas de violencia. Para esto se usará el enfoque de abordaje de violencia de sugiere Johan Galtung, con el cual trata de ampliar el espectro de acciones o fenómenos que se ven recogidos en el término.
Por último se busca echar mano de algunas ideas de la psicología infantil para entender las implicaciones que tienen los entornos problemáticos en los niños y en el desarrollo de fenómenos violentos.
2.1. Violencia según Johan Galtung
Para Johan Galtung el término de violencia suele ser reducido a algunos horrores característicos de la humanidad, pero que limitan la palabra a sólo algunas atrocidades que escapan de la cotidianidad de todos los ciudadanos “normales”. Según él, los gobiernos tienden a entender la palabra paz, o no‐violencia, como un simple opuesto al concepto de guerra. En ese sentido, limitan la violencia a los indicadores de la guerra tales como las muertes o las mutilaciones. Sin embargo, el término abarca un espectro mucho más complejo.
libertad. Esta privación se puede expresar en términos directos, en términos estructurales y en términos culturales. En ese sentido, podemos hablar de violencia directa, estructural y cultural. Así, cuando hablamos de violencia directa (la más obvia) hablamos de muerte por acción u omisión de un tercero (supervivencia); mutilaciones, acoso, sanciones, y miseria provocada (bienestar); socialización, resocialización de culturas ajenas y estatuto de ciudadanía de segunda donde se obliga aceptar que la cultura propia no será tomada en cuenta porque ya hay una hegemónica (Identitarias); y por último, represión, detención y expulsión, categorías relacionadas con la privación de las necesidades de libertad (Galtung, 2003).
Estas expresiones de violencia son ejercidas por un tercero, de manera directa y dejan secuelas visibles en el cuerpo y en el bienestar de las personas. De esta manera se puede asociar fácilmente el estado actual de una persona con la exposición a violencia directa a la cual ha sido expuesta. Sin embargo, también hay formas de violencia que no son ejercidas por una persona puntual, o un actor concreto. Muchas de estas son expresiones culturales lesivas, o prácticas intrínsecas a la estructura en la cual los individuos viven, y por lo general dejan secuelas psicológicas que no siempre son visibles a primera vista, y resulta complejo desentrañar el origen puntual de estas. En esta categoría de violencia estructural entran formas de violencia asociadas con la privaciones de supervivencia y bienestar a partir de prácticas de explotación (laboral, sexual, psicológica, etc.) que son normalizadas y en la mayoría de los casos legales en los lugares donde se presentan. También vemos cómo las identidades se ven socavadas por dinámicas económicas y culturales, y además se presentan privaciones de la libertad por medio de marginación y fragmentación que a fuerza de las condiciones socioeconómicas condenan a las personas sumirse en la miseria de ciudadelas marginales.
Vemos cómo para Galtung, en su texto Violencia Cultural (Galtung, 2003), existen estas dos formas de violencia que se expresan en términos materiales. Agresiones que dejan secuelas en las personas, y aunque una es más visible que otra, ambas se pueden evidenciar en los cuerpos de las víctimas, o en sus condiciones de vida. Una es ejercida de manera directa, por victimario claro y la otra es ejercida por la estructura. Ya sea a través de leyes por medio del estado, o por medio de reformas, fronteras o restricciones inmanentes al sistema. No hay un
formas de violencia se le suma una tercera forma que resulta mucho más sutil. La Violencia Cultural, es un tipo de violencia que no se puede apreciar a simple vista, pero está en todas nuestras prácticas cotidianas, y además resulta como legitimadora de la violencia directa y estructural. Está es inmanente a las prácticas y creencias culturales que genean o justifican los otros tipos de violencia. Así, la religión y el patriarcado por ejemplo, siendo prácticas culturales aparentemente inofensivas, y de las cuales se derivan dinámicas que favorecen a las sociedades, derivan en machismo, y prácticas opresivas para las mujeres e incluso para los hombres, que en últimas se traducen en formas de violencia. Estos aspectos culturales, en este caso, permiten el alimento espiritual y la construcción de identidad, o la organizaciones social en función de la “productividad” por el bien de la sociedad, y en principio podría decirse que son benéficos para la sociedad; el problema es que se transforman en practicas que justifican formas nocivas para ciertos grupos sociales.
De esta manera, esta categoría de violencia cultural entra a completar el triángulo de violencia que hace que los tres tipos de violencia se alimenten entre sí, logrando así un círculo de violencia, en el cual las violencias luchan entre sí y siempre terminan produciendo más expresiones violetas. Para Galtung “la violencia genera más violencia” (Galtung, 2003, p.13), y así, la violencia directa (delincuencia) es utilizada para contrarrestar la violencia estructural (marginación), y la estructura utiliza contra violencia (medidas policivas) para contrarrestar la violencia directa, a la cual se responde con más violencia (delincuencia organizada) perpetuando así el círculo de violencia, mientras las prácticas y nociones inmanentes a la cultura, justifican las otras dos violencias según el caso.
Es por lo anterior, que cuando de temas de violencia se trata, es necesario buscar matizar la realidad, y se muy cuidadoso cuando se busquen lanzar afirmaciones, y en especial, generalizaciones.
2.2 Multitrack Diplomacy
La Diplomacia Multinivel, o Diplomacia en vías múltiples surge durante la década del 90,
interventoría que agrupara a los organismos y actores no gubernamentales para asegurar la cooperación internacional o resolver los conflictos. Por esta razón un segundo nivel de intervención fue reconocido como el canal que agrupara a los actores no oficiales que resultaban tan importantes. Sin embargo, según el texto Multy‐Track Diplomacy: A Systems Approach to Peace (Diamond & McDonald, 1996), para esa década la Doctora Louise Diamond reconoció que un sólo segundo nivel de intermediación no era suficiente para captar la complejidad y profundidad de los diversos factores y actores que interactúan en la diplomacia no oficial. De esta manera sugirió agruparlos en cuatro canales, para finalmente terminar ampliando este grupo a nueve categorías, que recogen a los sectores no oficiales que hacen que sucedan cambios.
Fuente: Institute for Multy‐Track Diplomacy
A pesar de que a la Resolución de Conflictos Multinivel aún le hace falta una teorización sólida (por tratarse de un enfoque joven dentro de una disciplina también joven), encontramos tres conceptos clave para aproximarnos a los fenómenos.
Conflict Transformation: (¿Qué necesita ser cambiado?) De acuerdo con el artículo Building Peace and Transformation Conflict: Multy Track Diplomacy in Practice (Notter & Diamond, 1996), con este término se busca una transformación del conflicto, y no una resolución de este. Aquí es fundamental entender los conflictos y los fenómenos violentos como expresiones de configuraciones sociales que se hallan en un nivel profundo. Los conflictos de larga duración encuentran sus causas a un nivel estructural y cultural, y han creado patrones que han comenzado a hacer parte del sistema de interrelaciones. Para dar soluciones es necesario lograr cambios a un nivel profundo; a nivel sistémico. Por esta razón resolver el conflicto es sólo una parte del cambio que es necesario dar; este cambio es sólo una expresión del verdadero cambio que hay que dar en la sociedad y las formas de relacionarse, logrando así una transformación del conflicto que pasa por encontrar sus causas, dar soluciones a los problemas y satisfacer las necesidades humanas que en ellas en están en juego; y para esto es necesario involucrar y comprometer a las partes.
el conflicto escale por medio de la diplomacia preventiva. Luego se busca la consecución de la paz a partir de llevar a las partes a las negociaciones y evitar que la violencia llegue a instancias de gran escala, y finalmente, se busca el mantenimiento de la paz a partir de una contención de la violencia. Además, dicha construcción de paz se debe buscar a nivel político, estructural y social. Es decir que la consecución del objetivo, que es la paz, debe buscarse por vías políticas a través de la creación de marcos legales para que haya un entendimiento jurídico entre las partes; a través de la creación de las condiciones estructurales, mediante la creación de infraestructura e instituciones gubernamentales y no gubernamentales que movilicen la paz, ofreciendo espacios de construcción y sostenimientos de paz. Y por último por medio de la búsqueda social de la paz. Es decir por medio de programas de diálogo, entrenamiento, y nuevas relaciones sociales fundamentadas en la paz.
Multi‐Track Diplomacy: (¿Quiénes son los actores involucrados?) Así mismo, a resolución de conflictos multinivel busca una aproximación sistémica. Esta entiende a la sociedad y a los fenómenos inherentes a estas como un sistema interrelacionado en el cual todos los actores toman parte, y en el cual todos son igual de importantes. Así, se busca que estos busquen aproximaciones, e intenten estos mismos encontrar las soluciones como sistema (Notter & Diamond, 1996).
2.3. Psicología Infantil
A partir de la psicología infantil es posible indagar acerca del comportamiento de los niños durante todo su desarrollo hasta que se consolidan todas sus habilidades, características y aptitudes. Esto contempla aspectos como sus características físicas, cognitivas, motoras, lingüísticas, perceptivas, sociales y emocionales, y busca analizar las diferencias entre los niños a partir de su comportamiento y desarrollo en relación a sus contextos y estímulos. Se
observan los comportamientos de los niños, para realizar un diagnóstico acerca de sus carencias y deficiencias, a partir de esto, contrastado con una evaluación de su entorno, tomar medidas correctivas a partir de consultas privadas, en escuelas, hospitales y otras instituciones que faciliten el proceso.
características biológicas (como las predisposiciones genéticas) interactúan e influyen en
el comportamiento; y segundo, entender cómo los distintos cambios en el comportamiento se interrelacionan.” (Cuello & Guerra, 2007)
Esta perspectiva resulta clave a la hora de aproximarnos a la realidad del Dividivi, dado que las metodologías usadas por el proyecto PACO se fundamentan en este enfoque. Este permite a partir de las actividades realizadas en el proyecto sea posible observar sus conductas y formas de interactuar, y a partir de ellas se construyan hipótesis acerca de sus problemáticas y necesidades. Con esto es posible realizar terapias más eficientes, y así poder tomar medidas correctivas oportunas.
Además es importante mantener este en foque en mente, para a partir de los resultados obtenidos, lograr comprender mejor la realidad que viven los niños y las niñas de la comunidad. Según la psicología infantil durante el periodo de la primera infancia es cuando se consolidan las bases que van a definir las conductas del menos en los años que siguientes, y además dichas conductas están intrínsecamente relacionadas con sus entornos y condiciones de vida. En ese sentido, si se tiene esto en cuenta, a la hora de cruzar las cifras con la realidad encontrada en Riohacha, se pueden encontrar explicaciones a sus conductas y necesidades.
2.4. Escenario legal y marco institucional
En Colombia existe una amplia legislación alrededor de la niñez y la adolescencia, las cuales se ven cobijados por una serie de medidas protectoras. Si nos fijamos en el papel, tenemos un entorno ideal para que los niños, niñas y adolescentes colombianos tengan un crecimiento y una formación plena. Sin embargo, por la complejidad del contexto Colombiano, nos encontramos con que estos mandatos y leyes no siempre se cumplen a cabalidad.
por encima de los derechos de los demás. Además, según esta ley, dicha priorización de los derechos del niño se debe expresar no sólo en el papel y los proceso legales, sino en todo momento y en todos los escenarios (Ley 12, 1991). Así, el Estado, la sociedad y las familias deben ser protectores y garantes de los derechos de los niños, procurando y garantizándolos, y en caso de ser violados y vulnerados, denunciando, llevando a la justicia a los responsables y restableciendo los derechos tomados según las competencias de cada uno. Todos tienen la obligatoriedad de protegerlos contra abandono, violencia física y moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos enunciados en el listado de trabajos peligrosos para la niñez de la OIT (Organización Internacional del trabajo). Para la OIT el trabajo infantil peligroso es “Todo aquel que debido a su índole o a las características físicas, químicas o biológicas del lugar donde se lleva a cabo, o a la composición de los materiales utilizados, puede afectar la vida, el desarrollo y la salud física y mental de los menores” (OIT, 1998) Según este listado las actividades prohibidas peligrosas son:
1. Minería, cantera y trabajos subterráneos. 2. Trabajos marítimos.
3. Maquinas en movimientos peligrosas 4. Explosivos.
5. Cargas pesadas.
6. Obras de construcción y demolición.
7. Agentes y sustancias nocivas y radioactivas. 8. Metalurgia del plomo o del Zinc.
9. Transportes.
10. Espectáculos, producción y venta de alcohol.
Por otro lado nos encontramos con el código de la infancia y adolescencia, donde en el artículo 29 se establece que los niños son sujetos de todos los derechos reconocidos en los tratados internacionales firmados por Colombia, la Constitución Política y las leyes concernientes a la niñez y adolescencia. En este se deja muy claro que para los menores de edad la atención en salud, una nutrición balanceada, el esquema completo de vacunación, la protección, y la educación inicial son derechos impostergables (Ley 1098, 2006).
Además existe todo un marco legal el cual se encarga de diferenciar y especificar la legislación
incurrido en un delito, y el que haya incurrido en un delito grave y deba ser privado de su libertad para rehabilitación. Todo esto dentro de un sistema legal que contempla, jueces y policía de menores, centros de rehabilitación especializados para menores, y todo un sistema de atención y recuperación liderado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF‐.
Finalmente, para la formulación de las políticas públicas de niñez, adolescencia y juventud, existen lineamientos trazados por el Departamento de Planeación Nacional, en los cuales es establecen y enuncian todas condiciones a tener en cuenta a la hora de formular políticas públicas que beneficien al menor de edad, y en todo caso no sea vulnerado de ninguna manera. Estos documento CONPES son elaborados y actualizados cada cierto tiempo y tienen en cuenta las necesidades de las poblaciones objetivo. A través de mesas de trabajo en las cuales intervienen el estado, organizaciones y sociedad civil, se establece cuáles serán los lineamientos a seguir por Gobernadores y alcaldes a la hora de plantear las políticas públicas departamentales y municipales. En estos documentos es esgrimen argumentos en términos de desarrollo humano, legales, científicos, sociales, culturales, legales, e incluso económicos, que buscan orientar la manera de plantear las políticas públicas respecto a este grupo poblacional.
3. Intervención Humanitaria
3.1. PACO
El Proyecto Prevención de la Violencia ‐PACO Guajira‐, es una iniciativa de la Cruz Roja Colombiana, que se enmarca en el programa Paz Acción y Convivencia que busca trabajar con
población menor vulnerable para prevenir que estos se conviertan en víctimas o victimarios del fenómeno violento. Con una población objetivo de niños entre cinco y 14 años, integra a
los docentes padres y estudiantes del colegio Denzil Escolar, para trabajar de manera integral con cada niño y tomar medidas correctivas en cada uno de los casos.
Este proyecto, que ya tuvo una primera versión, y está comenzado a implementar la segunda, va a hasta finales del año 2015. En primera instancia, el equipo de trabajo, coordinado
que involucran componentes artísticos y que por lo general buscan inculcar los factores de protección de la Cruz Roja Colombiana (serie de medidas y enseñanzas que se le enseña a los menores para construir una cultura de paz). Sin embargo, además de buscar dejar enseñanzas en los niños, el principal objetivo de estas actividades es observar cómo se desenvuelve el niño en un entorno social, y realizar un diagnóstico individual de cada uno de los niños asistentes al proyecto. De esta manera el equipo de trabajo puede determinar, a partir de sus conductas y maneras de actuar, cuáles son las falencias de estos menores y lanzar hipótesis de las posibles causas de estas. Una vez hecho el diagnóstico determinan si necesitan terapias personalizadas, sesiones individuales de atención psicosocial, y se lanzan a hablar con padres y maestros. A los maestro se les dan indicaciones de cómo tratar mejor con los niños, y se les dan recomendaciones para contribuir con la construcción de cultura de paz en ellos, y además ayudarles a sobrellevar y superar las complicaciones que estos tengan.
Por otro lado, a los padres se les hacen visitas periódicas para evaluar el entorno familiar, y ayudarlos a hacer una mejor labor de tutores. Se les dan recomendaciones y se les informa acerca del estado de su hijo, mientras se les dan orientaciones de cómo mejorar el entorno familiar. Así, se busca dar solución al problema desde varios ángulos.
Esa fue la dinámica aplicada durante la primera etapa del proyecto. Par la segunda etapa se busca ampliar el foco también a un nivel comunitario. Se entiende que las condiciones socioeconómicas y la falta de espacios de recreación para los niños y adolescentes son factores clave que potencian el riesgo y la vulnerabilidad. Así que partiendo del hecho de que no sólo colegio y hogares influyen en la formación de los menores se han planteado varios micro proyectos para el mejoramiento de las condiciones de vida en el Barrio. Se está planteando hacer proyectos de emprendimiento con las madres del barrio, para dar alternativas a los problemas de pobreza y también se tiene contemplado construir una cancha de fútbol para que los menores encuentren espacios de recreación y deporte en vez involucrarse con el pandillaje y las drogas.
A pesar de que este componente comunitario y los micro‐proyectos se encuentran aún en etapa de planteamiento, sin duda entrarán a reforzar el trabajo ya hecho por los otros frentes. El objetivo es que se integre al proceso que ya está en marcha y encuentre aliados en el
3.2. Propuesta de articulación
Lo que se propone es trabajo en conjunto por parte de todos los actores de la sociedad y especialmente de las organizaciones aquí presentes. Dado que es un una problemática compleja, se entiende que no hay fórmulas mágicas y que el Proyecto PACO por sí sólo no va a solucionar el problema de manera inmediata, ni tampoco en un largo periodo. Son miles de personas las que viven en condiciones vulnerables aquí, y un proyecto localizado y con beneficiarios limitados no va a arreglar el problema de todos, ni siquiera de muchos.
Para lograr cambios positivos en esta comunidad es necesario realizar un trabajo comprometido y organizado que se piense un proceso a mediano plazo como mínimo. Según el Institute for Multy Track Diplomacy, la intervención en un territorio implica un compromiso que implique presencia ininterrumpida de mínimo cinco años (Notter & Diamond, 1996). Para lograrlo debe haber una articulación entre las instituciones, que al parecer trabajan la misma problemática desde diferentes perspectivas, pero no necesariamente siguen un proceso, dado que para ellas no es muy claro lo que se ha hecho, impidiendo que haya continuidad en los avances logrados, y haciendo que muchas veces las metodologías implementadas, siendo diferentes, se contradigan entre sí y entorpezcan el proceso; Y aunque no siempre entorpezcan el proceso, sí se puede decir que eso hace que no se optimicen los esfuerzos y los recursos invertidos.
En ese sentido, para lograr una suerte de plan conjunto de acción se proponen mesas de trabajo entre las instituciones que aquí hacen presencia. De esta manera se puede lograr un equipo de intervención en el cual las organizaciones, con sus respectivos proyectos puedan dar y recibir apoyo de las otras organizaciones según sus facilidades y recursos (humanos, logísticos, económicos). Así, si por ejemplo Cruz Roja tiene un cuerpo de voluntarios con disponibilidad de trabajar, y la organización equis tiene los recursos económicos para movilizar una intervención, y el ICBF tiene al equipo psicosocial, se puede realizar trabajo u en conjunto que optimice los recursos. Si esto se logra, actividades que a veces resultan ser pequeñas y sin un mayor alcance, o que en ocasiones se hacen sólo por hacerlas y sin ninguna planeación y por fuera de todo tipo de plan pensado, pero que de cualquier manera implican cierta movilización de recursos, pueden ser repensadas y enmarcadas en un plan serio y
Además de realizar acciones coordinadas entre las instituciones, se plantean mesas de trabajo en las cuales estén presentes dichas instituciones gubernamentales y no gubernamentales, junto con la comunidad y la iglesia, para realizar un plan de prevención de la violencia y construcción de cultura de paz. Así, los diferentes proyectos ejecutados por cada institución de manera separada, serán pensados y planeados en dichas mesas de trabajo, en el marco de un plan estructurado y organizado para atender la situación de una forma integral. Estas mesas funcionarían como un espacio de interacción en el cual se pongan sobre la mesa las necesidades que evidencia la situación, y se discutirán las maneras de solventar desde los aportes que pueda dar cada participante. Siempre con el acompañamiento de la comunidad, se van a buscar soluciones a las necesidades más urgentes relacionadas con el tema de la violencia, y se buscará un diálogo que ponga a los interlocutores en los mismos términos. Esto facilitará que los proyectos que planteen las organizaciones estén en armonía metodológica y abarquen todas las áreas necesarias sin redundar en lo que los otros ya estén haciendo.
Por las condiciones coyunturales actuales, y de la manera como está el panorama nacional en materia de paz y conflicto armado, es perentorio que el Estado y la sociedad en general den prioridad al tema de la paz. El llamado posconflicto sin duda tendrá sus efectos, y principalmente las ciudades van a sentir los efectos de varias décadas de la profesionalización en “el arte de la guerra” de miles de milicianos. Por esta razón se hace necesaria la creación de estrategias de mitigación de la violencia urbana. Sin duda las negociaciones de paz contempla la creación de instituciones e infraestructura para atender esta emergencia social que se nos viene cuesta arriba, pero cualquier esfuerzo por parte del estado se quedará corto.
Para Javier González, representante legal de la Cruz Roja Holandesa en Colombia, un experiencia de la Cruz Roja Colombiana y de la nación es que la sociedad no se puede quedar esperando a que el Estado, se quede haciendo todo. A pesar de que este tiene una gran responsabilidad en el tema, las problemáticas sociales son concernencia de todos los actores de la sociedad, y de ellos se demanda un aporte para poder resolverlos. Después de varios desastres naturales, dentro de los más relevantes encontramos la avalancha de Armero y el terremoto de Armenia, el gobierno entendió que el tema de las emergencias humanitarias demandaban de más prevención y mitigación que de atención, y además entendieron que no
las políticas concernientes con el tema y creó un Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo. Con la ley 1523 del 2012 se crea la política nacional para la gestión del riesgo y en esta involucra a toda la sociedad, a los tomadores de decisiones y articula a las organizaciones clave para esta dentro un sistema que se activa cuando la coyuntura lo amerita, pero que también esta trabajando continuamente para prevenir y mitigar los riesgos. Esta ley obliga a alcaldes y gobernadores a tener planes y políticas para la gestión del riesgo, responsabiliza a todos los actores, y además los articula para gestionar soluciones a las necesidades.
De la misma manera como se le prestó la atención suficiente al tema de la gestión del riesgo es que la situación amerita que se tome con seriedad el asunto de la construcción de paz en Colombia. Así como existe un ministerio de defensa, es necesaria la creación de un ministerio de paz, o algo equivalente para organizar a la sociedad y destinar los recursos necesarios para la recuperación del país.
3.3 Organizaciones presentes
Tras indagar con los habitantes de la comunidad y los organismos presentes en esta se encontraron iniciativas de carácter gubernamental y no gubernamental que buscan dar solución a la problemática de violencia y pobreza a través de diferentes estrategias. Es con estas organizaciones que ya están presentes, y con las organizaciones entrantes que se busca hacer dicha articulación institucional.
Fundación Plan: La Fundación Plan, en conjunto con el ICBF le apuestan al fortalecimiento del desarrollo psicoafectivo de la niñez con el proyecto Escuelas Itinerantes de Familia, que contempló a Riohacha dentro de las 26 ciudades escogidas, tomando como población objetiva los niños de la comuna El Dividivi, junto con sus familias y docentes.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Fundación Plan ponen en marcha en 26 ciudades del país, la estrategia Escuelas Itinerantes de Familia que entregará pautas para la convivencia familiar, el fortalecimiento de los vínculos afectivos, los estilos de vida
saludables y los roles de ciudadanía y participación a las familias colombianas.