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Alfonso L. Herrera y la teoria de la plasmogenia : un ejemplo de historia social de la ciencia

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Academic year: 2017

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(1)U N IVERSID A D N A CIO N A L A U TO N O M A D E M EX ICO. FA CU LTA D D E ESTU D IO S SU PERIO RES IZTA CA LA. A LFO N SO L. H ERRERA Y LA TEO RIA D E LA PLA SM O GEN IA : U N EJEM PLO D E H ISTO RIA SO CIA L D E LA CIEN CIA .. T. E. Q UE. PA RA. B. I. P. R. LILIA N A. S O BTEN ER. O E. I EL. L S. A D ELA. TITU LO. O E. S. N. GU TIERREZ. D E:. G. O. T. A:. LEA L. D IRECTO R D E TESIS:D R.ISM A EL LED ESM A M A TEO S. CA M PU S IZ TA CA LA D E LA U N A M. 2004..

(2) UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor..

(3) Por tu ser tan herm oso y sublim e y por ser m im ás grande am or te dedico éste trabajo querido hijo Paolo Emiliano. Por haberm e perm itido vivir y darm e grandes lecciones de vida y am or dedico este trabajo a m is padres Cristina y Ernesto;y a m is herm anos por ser m is com plices y m is am igos:Diana Claudia, Sonia Celia, Jesús Fernando y Ernesto César. Este trabajo tam bién lo dedico a m is sobrinas Alejandra, Diana, Jocelyn y. Natasha,esperando que algún día lo conozcan y les aliente a seguir adelante.Tam bién dedico este trabajo a m is prim os Lulú y Roberto;a m is tías Lulú y Lupita. Por perm itirm e crecer junto con ustedes y por darm e todo lo que una am istad puede involucrar,y sobre todo por darm e un sin fin de sonrisas,dedico este trabajo a m is am igos Alicia Torres, Sue Urrieta, Fanny Salazar, Karla Salazar, Mónica Rico,. Mónica Franco, Mary Méndez, Caro y Gabo, Erick Villamil, Sahjid Roldan, Nobuko Kamiyaco, Cynthia Aguilar, Claudia López, Ceci Gallegos, Alberto Peña, Gaby Maldonado, Coral Díaz, Alan Ayala, Elia, Brenda Contreras, Mónica Núñez, Anahí González, Gaby Padilla, Diana López, Fabiola Elizalde, Perla Areli, Angélica, Fernando Salazar, Carlos, Angel, Rita, Bety, Margarita, Juanita y Juan Carlos. Su partida m e ha llenado de lecciones y valores,por eso tam bién le dedico este trabajo a m is queridos m uertos:m iabuelita Teresa Aguilar,m iquerido tío Jaime. Nogues,y m iam igo Luis Ricardo. Por últim o quiero dedicar este trabajo a m is profesores,porque su enseñanza m e abrió un universo de cam inos,que hasta hoy sigo recorriendo:José Pichardo, Elsa. Casas, Jorge Martínez, Dolores Hurtado, Gilberto González, Fabricio González, Lourdes Culloc y por supuesto m itutor Ismael Ledesma. Finalm ente dedico este trabajo a todos aquellos que han sido mis alumnos y han creído en m í.. A Ricardo Valdes, por ser mi amor..

(4) IN D ICE Introducción. 1. A ntecedentes y objetivos. 4. Capítulo I. M arco Teórico. 6. Proceso de traducción. 9. O peraciones de convicción. 11. Elm odelo de la rosácea. 16. Capítulo II. A lfonso L. H errera: vida y obra Sus orígenes. 20. La vida académ ica. 22. H errera y la prim era cátedra de biología. 25. Trayectoria institucionalde H errera La Com isión de Parasitología A grícola. 31. La D irección de Estudios Biológicos. 32. Elproyecto científico de la D EB. 36. H errera y la Biología en la U niversidad N acional. 37. Capítulo III. La plasm ogenia Los laboratorios de Plasm ogenia. 43. H istoria de la Plasm ogenia. 47. Capítulo IV. La Plasm ogenia com o ejem plo de historia social de la ciencia M ovilización delm undo. 62. A utonom ización. 63. A lianzas. 64. Representación Pública. 67. Vínculos y elem entos vinculantes. 68. Capítulo V. Conclusiones. 72. Bibliografía. 76.

(5) Introducción El tem a de esta tesis es el análisis de la teoría de la Plasm ogenia de A lfonso Luis H errera López desde la perspectiva de la historia social de la ciencias. Esta investigación no solo pretende analizar una de las teorías m ás originales y vanguardistas de principios delsiglo X X ,sino tam bién pretende escribir una parte de la historia de la biología en M éxico, considerando los personajes, las instituciones, la situación social por la cual atravesaba el país en esa época, las ideas predom inantes, los grupos de poder, etc. Todo eso que en conjunto son los actores hum anos y no hum anos.1 Se trata de explicar com o se llevaron a cabo las operaciones de traducción en el caso de una ciencia en la historia2, considerando a su vez las operaciones de convicción3 y las controversias planteadas, plenam ente identificables en el caso de A lfonso L.H errera y su teoría de la Plasm ogenia.D e esta form a es posible hacer una historia de la ciencia y no sólo una historia de los científicos. Lo que aquí se estudia fue un proceso com plejo en el que se articularon distintos elem entos que van desde diferencias en la concepción de la biología im perante entre los personajes de la época, hasta los conflictos derivados de los grupos que nos interesó estudiar y su vinculación con las circunstancias políticas de la época en el contexto de un M éxico pre-revolucionario, inicialm ente, y de com o las situaciones cam biaron radicalm ente en un segundo periodo,post-revolucionario. Com o en toda investigación, es necesario definir el m arco teórico, a partir del cual sea posible realizar el análisis y la com prensión del periodo y los procesos a estudiar.A síelobjeto fundam entalde nuestra investigación se ubica en las relaciones entre la ciencia, el poder, y com o la sociedad tiene un cam po de intervención en la práctica científica.A dem ás,esta investigación tiene com o punto de partida la línea de. 1. Latour,Bruno.“Joliot:I’histoire et la physique m elés”.1989.En Serres,M ichel.Pp 493-513 Ledesm a-M ateos,Ism ael.“La introducción de los paradigm a de la biología en M éxico y la obra de A lfonso L.H errera”.H istoria M exicana,LII:1,2002.P 205. 3 Latour,Bruno.O p.cit.pp 493-513 2.

(6) pensam iento inaugurada por M ichel Foucault4 y que tiene m ucho en com ún con la caracterización de la estructura socialde las ciencias propuesta por Thom as S.Kuhn.5 Elm arco teórico de la presente investigación incluye concepciones de distintos pensadores e historiadores de la ciencia, com o son T. S. Kuhn, M . Foucault, I. Ledesm a-M ateos y B. Latour, teniendo com o idea principal las operaciones de traducción que ocurren en las ciencias en un contexto histórico determ inado. U n enfoque principales reconocer que la ciencia es elproducto de una com unidad,que por lo tanto es un fenóm eno social, que posee una estructura conceptual, que sus estructuras lingüísticas y retóricas van a constituir las operaciones de convicción que son determ inantes para eldesarrollo de una ciencia en particular.6 Elprincipalinterés que tuve para realizar una investigación de esta naturaleza, deriva de la consideración de que la Biología es una ciencia con características particulares, toda vez que posee una gran trascendencia social, esto, debido a que toca aspectos que tienen una relación directa con la vida delhom bre,su alim entación, su salud, su relación con su entorno físico y biológico, así com o la com prensión de sí m ism o y,de su origen y evolución.En este contexto se m anifiesta con gran claridad la articulación que existe entre ciencia y sociedad y que nos ayuda a percatarnos de cóm o la historia de la ciencia no es una historia rom ántica, ni suave com o se piensa com únm ente. D e esta consideración se deriva el origen de esta investigación. Por un lado, parte de una preocupación que surgió en m i al cursar la licenciatura, al plantearm e la pregunta ¿por qué la obra de un científico con las características de A lfonso L. H errera, no logró trascender a lo largo de la historia de la biología en M éxico?, ¿porque su teoría del origen de la vida no logró la aceptación entre sus contem poráneos?,¿porqué H errera es un personaje casiolvidado a nivelnacional?.Las. 4. Foucault,M ichel.Las palabras y las cosas.Siglo X X I Editores.M éxico.1970 Kuhn, Thom as S. La estructura de la revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económ ica, M éxico,1971.P 13. 6 Latour,B.O p.cit.pp 493-513 5.

(7) respuestas a estas preguntas las he buscado en elprincipio delsiglo X X ,en los inicios de la biología en M éxico, cuando H errera expone su teoría de la Plasm ogenia, en el contexto científico y social de este personaje, que para m i a sido fascinante, ingenioso,controversialy com bativo. Espero que esta tesis sea una m odesta contribución al conocim iento de la historia social de la biología en M éxico; adem ás de exponer una m anera distinta a la convencionalde hacer historia de la ciencia.Tam bién pretendo dar una explicación de la situación por la cual la teoría de la Plasm ogenia de A lfonso L. H errera no tuvo la aceptación necesaria en M éxico, considerando el contexto socio-político propio de los periodos Pre-revolucionario y pos-revolucionario, así com o el contexto científico que im peraba en esa época. La tesis consta de cinco capítulos;elcapítulo 1,pretende introducir allector en los fundam entos teóricos que sirvieron de base y orientación para el desarrollo de esta investigación y llegar a form ular los planteam ientos que se derivan de ella; el capítulo 2, se trata de aspectos de la vida de A lfonso L.H errera y su obra, poniendo énfasis en su desarrollo en los ám bitos académ ico, institucional y científico, esto servirá m ás adelante com o fundam ento para la com prensión del desarrollo de sus investigaciones plasm ogénicas; en el capítulo 3, expongo el origen y desarrollo de la teoría que H errera denom inó Plasm ogenia y que consideró una nueva ciencia; en el capítulo 4, abordo todos los suceso ocurridos entorno de dicha teoría por m edio del m odelo de la rosácea de Bruno Latour, para explicar el proceso de traducción en las ciencias, en este m ism o capítulo explicaré las operaciones de convicción utilizadas en este proceso histórico, m ediante el análisis de las controversias, para establecer la prim era orbita del m odelo de Latour, que corresponde a la m ovilización del m undo; explicaré el proceso de A utonom ización, que corresponde a la segunda orbita de la rosácea; el establecim iento de alianzas será analizado en el tercera orbita, y el análisis de las representaciones públicas,que entra en la cuarto orbita;finalm ente,en la quinto circulo será para establecer los vínculos y elem entos vinculantes de todas las.

(8) orbitas anteriores para com pletar,de esta form a,la rosácea en elcaso de la teoría de la Plasm ogenia.Por últim o,en elcapítulo V,expondré una breve recapitulación de esta investigación a m anera de discusión.. A ntecedentes El papel de A lfonso Luis H errera y el conflicto con Isaac O choterena en la Institucionalización de la Biología en M éxico ha sido estudiado con rigor y m inuciosidad7. D e igual form a existen im portantes trabajos acerca de la vida y obra de A lfonso L.H errera8 y su papel en la introducción de los paradigm as de la biología en M éxico9.Estos son los antecedentes de historia social de la ciencia, pero tam bién hay trabajos que consisten en la descripción histórica de algunos pasajes de la vida de D on A lfonso H errera y A lfonso L.H errera y la practica científica de A lfonso H errera Fernández.10. O bjetivos La presente investigación tiene com o objetivo aplicar el m odelo de la rosácea de Bruno Latour com o un elem ento fundam ental para hacer una historia social de la ciencia, utilizando en este caso, el ejem plo de la teoría del origen de la vida que plantea A lfonso L.H errera (la teoría de la Plasm ogenia).. 7. Ledesm a-M ateos, Ism ael. “El conflicto entre A lfonso Luis H errera e Isaac O choterena y la institucionalización de la Biología en M éxico”, Tesis de doctorado en Ciencias. Facultad de Ciencias. M éxico: U niversidad N acional A utónom a de M éxico, 1999 Ledesm a-M ateos y A na Barahona “A lfonso Luis H errera e Isaac O choterena: La Institucionalización de la biología en M éxico”, en H istoria M exicana. X LVIII:3(191). . Enero-M arzo, 1999. Pp 635-674; Ledesm aM ateos y A na Barahona “The institutionalization of biology in M exico in the early 20th century. The conflict between A lfonso Luis H errera (1868-1942) and Isaac O choterena (1885-1950), Journalof the H istory of Biology,36:285-307,2003. 8 Beltrán, Enrique. ”A lfonso L. H errera (1868-1942). Prim era figura de la biología m exicana”. Revista de la Sociedad M exicana de H istoria N atural, X X IX , pp. 37-91; Ledesm a-M ateos, El sabio de ciprés.FES-I U N A M .M éxico.2002. 9 Ledesm a-M ateos, Ism ael. “La introducción de los paradigm as a M éxico y la obra de A lfonso Luis H errera”,en H istoria M exicana..LII:1(205).Julio-Septiem bre 2002. 10 Guevara Fefer, Rafael. Los últim os años de la historia natural y los prim eros días de la biología en M éxico: La práctica científica de A lfonso H errera, M anuel M aría Villada y M ariano Bárcena.Cuadernos 35.IB-U N A M .M éxico D .F.2002.Pp 48-90..

(9) Para ello será necesario analizar las contribuciones de este notable científico, las características de su teoría, las controversias que generó, su proceso de “A utonom ización”,las alianzas establecidas,su representación pública o escenificación y por últim o, unificar todos los elem entos anteriores identificando los vínculos y los elem entos vinculantes..

(10) Capítulo I: M arco teórico Thom as S.Kuhn en su obra La estructura de las revoluciones científicas expuso que el conocim iento científico avanza por rupturas y que sus conceptos y m odelos teóricos están determ inados por una com unidad científica en un m om ento particular. La ciencia es un fenóm eno social,y com o consecuencia de ello,la aceptación o rechazo de determ inados conceptos o conjuntos de conceptos no depende de su objetividad,si no de la m anera com o sean recibidos por una com unidad científica en un m om ento histórico determ inado.11 Por ello, para poder estudiar la historia de la ciencia correspondiente a una época determ inada es necesario que la atención sea enfocada a las prem isas fundam entales supuestas por los partidarios de diferentes concepciones del m undo que surgen dentro de dicha época. U n paradigm a, explica Kuhn, “es una realización científica universalm ente reconocida que durante cierto tiem po proporciona m odelos de problem as y soluciones a una com unidad científica”. U n paradigm a establece la m anera en com o la com unidad científica concebía el m undo y los fenóm enos asociados a este, pero cuando un paradigm a reem plaza a otro nuevo: “los científicos ven cosas nuevas y diferentes”,hacen que su m undo de investigación ,que les es propio se vea de m anera distinta. Y com o dice el m ism o Kuhn, “es com o si la com unidad profesional se transportara repentinam ente a otro planeta,donde los objetos fam iliares se ven bajo una luz diferente y,adem ás,se les une a otros objetos desconocidos”.12 Partiendo de esta afirm ación de Kuhn, resulta por dem ás interesante estudiar eldesarrollo de esta ciencia incorporando otras visiones teóricas que consideran a la ciencia com o un fenóm eno grupal, que está determ inada por la historia, la cual nos puede dar una explicación al respecto de la situación actual de la biología en M éxico. En otras palabras sería hacer una historia distinta a la historia tradicional, pues de acuerdo con Foucault: 11. Kuhn, Thom as S. La estructura de la revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económ ica, M éxico,1971.P 13. 12 Kuhn,Thom as,S.O p.cit.p 149. 1.

(11) “La historia en su form a tradicional, se dedicaba a m em orizar los m onum entos del pasado, a transform arlos en docum entos y a hacer hablar a esos rastros que, por si m ism os, no son verbales a m enudo, o bien dicen en silencio algo distinto a lo que en realidad dicen.En nuestros días, la historia es lo que transform a los docum entos en m onum entos, y que, allí donde se trataba de reconocer por su vaciado lo que había sido, despliega una m asa de elem entos que hay que aislar, agrupar, hacer pertinentes,disponer en relaciones,constituir en conjuntos”.13 D e acuerdo con lo anterior,elestudio de un periodo concreto deldesarrollo de la biología en nuestro país,sus docum entos,sus textos,y las huellas que dejaron en los hom bres los actos y las ideas de otros hom bres, nos perm itirán hacer una historia viva. D ado que la historia de la ciencia en M éxico resulta indispensable para com prender y explicar una parte fundam ental de la realidad contem poránea, tam bién se debe considerar que la reflexión histórica acerca de la ciencia nacionalnos perm ite am pliar las explicaciones y rastrear el origen de la situación en la que se encuentran las ciencias actualm ente. N o hay que olvidar que la historia de la ciencia es una disciplina delsiglo pasado que,de acuerdo con Kuhn,no ha term inado de surgir de una larga y poco uniform e prehistoria.Los científicos,sociólogos,filósofos e historiadores que la han practicado han visto en ella una fuente de inform ación de gran riqueza para abordar los problem as y la m etodología de sus propias disciplinas.D e ahíque elinterés en elestudio deldevenir de las ciencias haya crecido rápidam ente dejando de ser una herram ienta de los intelectuales para convertirse en el objeto de estudio de los historiadores de la ciencia.14 A unque la im portancia de la práctica científica en el desarrollo de la cultura occidental ha sido reconocida por los historiadores y resulta innegable, para m uchos de ellos el pasado científico constituye un terreno desconocido. N o obstante, el. 13 14. Foucault,M ichel.La arqueología delsaber.Siglo X X I editores,M éxico.1970.P 10-11. Guevara,F.Rafael.O p.cit.P 13. 2.

(12) estudio de ciertos aspectos de la realidad social ha perm itido que algunos historiadores tengan conocim iento deldesarrollo científico de la época que estudian. Por lo tanto, es pertinente considerar que existen ciertos principio que determ inan el curso histórico que va a tom ar una ciencia determ inada. Pues las ciencias pasan por un proceso com plejo m ediante el cual llegan a constituirse plenam ente com o tales. La consolidación de una ciencia está determ inada por la form ulación de paradigm as aceptados por la com unidad científica de una época,la cual posee un carácter internacional, aunque no puede dejar de considerarse que la generación de ciertas ideas y concepciones tiene su origen en localidades específicas, y esto genera particularidades en la dinám ica de su difusión,introducción y aceptación en ám bitos científicos y académ icos de diferentes lugares del m undo. En las etapas m ás tem pranas del desarrollo de una ciencia, los procesos de difusión e introducción de los paradigm as están sujetos a procesos m ás com plejos, polém icos y controvertidos. El problem a de la introducción, establecim iento (o asim ilación), e institucionalización de una disciplina en un país dado es un aspecto de gran interés para el estudio de la historia de las ciencias. La utilización de diversos térm inos o categorías en relación a ésta problem ática am erita ser clarificada para evitar confusiones.15 En este sentido,para conocer la historia de la ciencia es im portante considerar dos aspectos fundam entales, por un lado es necesario hacer un listado que contenga los personajes que actúan sobre política, derecho, econom ía, las instituciones y las pasiones,esto es lo que Latour denom ina actores hum anos; otro listado sería elde las ideas,principios,conocim ientos o procedim ientos,los que Latour considera actores no. 15. Ledesm a-M ateos,I.“La introducción de los paradigm as de la Biología en M éxico y la obra de A lfonso L. H errera”. H istoria M exicana, LII: 2002. P 203. Ledesm a-M ateos, Ism ael. “El conflicto entre A lfonso Luis H errera e Isaac O choterena y la institucionalización de la Biología en M éxico”, Tesis de doctorado en ciencias (biología). Facultad de Ciencias. M éxico, U niversidad N acional A utónom a de M éxico. 1999; Ledesm a-M ateos y A na Barahona “A lfonso Luis H errera e Isaac O choterena: La Institucionalización de la biología en M éxico”,en H istoria M exicana.X LVIII:3(191)..Enero-M arzo.1999.Pp 635-674; 3.

(13) hum anos.D entro de este grupo se incluyen: los artículos, las patentes, las cartas, los discursos.Para analizar todo lo anterior,Latour expresa que: A m bas colum nas no pueden ser analizadas de m anera separada si es que se desea hacer una historia socialde las ciencias,en lugar de seguir dos rutas paralelas, la historia social de las ciencias pretende form ar dos brigadas que abran un túnel, acom etiendo el problem a por extrem os opuestos, con la esperanza de encontrarse a m edio cam ino. Esta serie entram ada de hilos debe ser seguida por elrazonam iento delhistoriador libre de prejuicios.16 En otras palabras, el proyecto de la historia social no consiste en afirm ar a priorila existencia de un vinculo entre la ciencia y la sociedad,dado que la existencia o no de dicho vínculo depende de las iniciativas de los actores para establecerlo o no. La historia socialse lim ita a aportar los m edios necesarios para rastrear éste vínculo cuando existe. El proceso de traducción D ecir que los innum erables vínculos entre la ciencia y la política form an una m adeja harto enm arañada no es suficiente. Rechazar toda división a priori entre la lista de actores hum anos o políticos y la de ideas o procedim ientos científicos no es m ás que una prim era etapa com pletam ente negativa.A este nivel es im portante notar que en un proceso histórico, el vocabulario de partida es distinto del vocabulario de llegada. Se ha llevado a cabo una traducción de los térm inos políticos en térm inos científicos. N o se trata de una sim ple difusión, sino por el contrario, de una serie de fenóm enos m ás com plicados que involucran otro tipo de operaciones, esto es de ajustes, adecuaciones, alianzas,. 16. Latour,Bruno.“Joliot:I’histoire et la physyque m eles”,En Serres M ichel,1989.pp 493-513 4.

(14) fusión de intereses,incluso contradictorios,que perm itan la com posición de una nueva m ezcla.17 Elanálisis de estas operaciones de traducción constituyen la parte fundam ental de la historia socialde las ciencias.La noción de traducción proporciona alhistoriador elsistem a de alineam iento y de control,que otorga a su em presa la probabilidad de un encuentro a m edio cam ino.18 Es aunar dos intereses,es la conciliación de intereses que parecerían dispersos y traduce los intereses de uno en los intereses del otro y viceversa. M ichel Callon m enciona que este m arco analítico,que eldenom ina “sociología de la traducción”,es el apropiado para el estudio del papel que juegan la ciencia y la tecnología en la estructuración de las relaciones de poder.A lrespecto m enciona la existencia de tres dificultades im portantes que deben considerarse alanalizar un proceso de traducción; la prim era de estas dificultades es una cuestión de estilo,pues elobservador tiende a censurar selectivam ente a los actores cuando hablan de sim ism os,de sus aliados,sus adversarios o de sus raíces sociales, los escasos textos en los cuales no se ha puesto esta censura producen un efecto m uy distinto debido a que los actores pueden ser apreciados com pletos. La segunda dificultad es de naturaleza teórica, pues desde el m om ento en que se acepta que tanto las ciencias sociales com o las naturales, igualm ente inciertas, am biguas y discutibles deja de ser posible hacerlas jugar distintos papeles en el análisis, porque la sociedad no es m ás obvia ni m enos controvertible que la naturaleza. La tercera dificultad im plica la elaboración de la identidad y la im portancia respectiva de los actores que se establecen en curso de las controversias, los actores desarrollan argum entos y puntos de vista contradictorios que les llevan a proponer diferentes versiones delm undo socialy natural.19. 17. Ledesm a-M ateos, Ism ael. “La introducción de los paradigm as de la biología y la obra de A lfonso L.H errera”.H istoria M exicana,LII:1,2002.P 204 18 Latour,Bruno.“Joliot:I’histoire et la physyque m eles”,En Serres M ichel,1989.pp 493-513 19 Callon, M ichel. A lgunos elem entos para una sociología de la traducción: la dom esticación de las vieiras y los pescadores de la bahía de St.Brieuc.In Iranzo,J.M .,Blanco,J.R.,Fe,T.-G.d. 5.

(15) Para evitar estas tres dificultades, Callon propone seguir fielm ente tres principios m etodológicos: elprim er principio consiste en que elobservador adem ás de ser im parcialpara los argum entos científicos y técnicos que em plean los protagonistas de las controversias, tam bién deben abstenerse de censurar a los actores cuando hablan de sim ism os o de su entorno social;elsegundo principio consiste en considerar que el objetivo no es solo explicar los puntos de vista y argum entos enfrentados en una controversia científica, para esto se requiere que el observador use un m ism o repertorio cuando las describa,porque elvocabulario elegido para las descripciones y explicaciones puede dejarse a la discreción del observador. El tercer principio propone que el observador debe abandonar la distinción a priori entre sucesos naturales y sociales,tam bién debe considerar que elrepertorio de categorías que usa, las entidades que m oviliza y las relaciones entre estas son todos tem as de las discusiones de los actores, el observador sigue a los actores para identificar com o estos definen y asocian los diversos elem entos m ediante los que constituyen y explican elm undo,ya sea naturalo social.20 O peraciones de convicción Frente a la im agen m etódica de la actividad científica que desde dentro del laboratorio se transm ite al exterior, lo prim ero que se percibe cuando algún extraño accede a este tipo de recintos es el fuerte desorden, el aspecto caótico y la im portante indeterm inación que presentan las prácticas científicas. A lgo que los científicos intentan contrarrestar de form a activa, tratando de im poner orden (de construir objetos de conocim iento) m ediante la introducción de varias estrategias que perm itan elim inar o reducir el ruido de fondo y oponerle una señal con apariencia de coherente.21. l., Torres, C. et Cotillo, A ., (ed.), Sociología de la ciencia y de la tecnología, M adrid : Consejo superior de investigaciones científicas.p 259-281 20 Callon,M ichel.O p.cit.p 262. 21 Latour,Bruno..“Joliot:I’histoire et la physyque m eles”,En Serres M ichel,1989.pp 493-513 6.

(16) Latour y W oolgar22 señalan que la principal actividad del laboratorio es producir hechos que posteriorm ente serán transm itidos al exterior m ediante la publicación de inform es o artículos.A sí,elproceso de investigación im plica una cadena de operaciones escritas, con el consiguiente recurso a dispositivos de inscripción que transform an las m aterias en docum entos escritos,es decir,en inscripciones literarias. Con éstas sus autores intentan persuadir a otros de que lo que cuentan es verdad, tiene im portancia,m erece ser apoyado. Para com prender esto hay que definir un instrum ento. (o m ejor dicho un. m ecanism o de dispositivo de inscripción),que de acuerdo con Latour debe cum plir con las siguientes características: D ebe ser una estructura previam ente construida que facilita una im agen o figura (gráficos, m uestras, tablas, etc.), para trasform a los trozos de m ateria desordenada en un texto científico organizado y se convierte en el últim o argum ento con el que justificar su creencia. D e esta form a, detrás de un texto científico están las inscripciones y éstas se obtienen sobre la base de los instrum entos previam ente establecidos.23 Para poder considerar algo com o un hecho científico,es necesario construirlo a través de operaciones que buscan elim inar unas m odalidades, y agregar otras, de tal m anera que se cualifique una afirm ación científica dada.Para éstos cam bios no solo se usan instrum entos,sino que tam bién se recurre allenguaje,borrando sus afirm aciones m ás particulares y contextuales y tratando de hacerlo objetivo y externo. Esto nos lleva a considerar éste proceso com o un m ovim iento m ediante el cual una inscripción literaria obtiene elstatus de verdad desde una frase inicialen la que los científicos la consideran sólo com o una conjetura.24. 22. Latour, Bruno,. Y S. W oolgar. La vida en el laboratorio. La construcción de los hechos científicos.A lianza U niversidad.Ed.Cast:A lianza Editorial.M adrid,1995.P 50. 23. Latour,Bruno,.Y Steve W oolgar.O p.Cit.p 60. 24. Latour,Bruno.Joliot:I’histoire et la physique m elés.1989.Serres.Pp 493-513 7.

(17) En este proceso de cristalización de las inscripciones literarias desde la especulación inicial, Latour y W oolgar25, distinguen cinco tipos de posibles afirm aciones, que se corresponden con otras tantas frases por las que atraviesa el trabajo científico en su em peño de ordenar en enunciados, el caos fragm entario que inicialm ente presenta la m ateria. D e estos cinco tipos de declaraciones existen sus correspondientes faces.Las m ás im portantes,las de tipo cinco,son las que se aceptan sin discusión, ni m ayores com entarios. Se trata de referencias que no requieren m ás explicación excepto para los neófitos o los legos. Las sentencias del tipo cuatro son las que aparecen en los libros de texto,y se tom an com o un prototipo de razonam iento científico, ya que, en contraste con las anteriores, el razonam iento se hace explícito. La m ayor parte del trabajo de los científicos intenta obtener estos dos niveles desde los estadios previos que a continuación señalare. Las declaraciones del tipo tres son las que afirm an <<A tiene una cierta relación con B>>, es decir, im plican una m odalización, pero se acom pañan con expresiones que indican que no se sabe m ás al respecto.Las deltipo dos son de la m ism a form a pero todavía m ucho m ás genéricas o escasas de inform ación.Resultan sobre todo de sugestiones tentativas deltipo <<sería razonable pensar que...>>, que orientan hacia futuras investigaciones. Por últim o, las del tipo uno son sim ples conjeturas o especulaciones sin m ayor base argum entaly que aparecen típicam ente alfinalde los papeles o las discusiones privadas.26 Los hechos científicos se construyen a través de estas operaciones, que en conjunto Latour las denom ina operaciones de traducción y operaciones de convicción,y alrespecto m enciona lo siguiente: “las narraciones serían m ás directas,sirefiriéndose a la evolución de las sociedades unos pudieran prescindir totalm ente de las técnicas y de las ciencias, o sí, refiriéndose a la evolución de las ciencias, pudieran. 25 26. Latour,Bruno,.Y S.W oolgar.O p.Cit.P 69 Latour,Bruno.Joliot:I’histoire et la physique m elés.1989.Serres,M ichel.Pp 493-513. 8.

(18) prescindir de todo el resto. Para com prender esto es necesario considerar la operación de convicción”27. Estas operaciones de convicción cuentan con una parte fundam ental: la explicación lingüística de un hecho científico. Esta explicación se constituye de dos partes: “La prim era de ellas es el enunciado y una parte que difiere considerablem ente de este, com puesta por un conjunto de situaciones, de personas, de opiniones, que es denom inada la m odalidad. Si el operador de m odalidad se elim ina,elenunciado es un hecho científico.La consecuencia y, en ocasiones,elobjetivo de la controversia científica es precisam ente elim inar estas m odalidades,. suprim ir y borrar sus. consecuencias. Si un enunciado cada vez que es m encionado los colegas utilizan las m odalidades de su afirm ación con frases com o “Es ridículo creer que...(enunciado)”, “Es im posible pensar que...”, “Es peligroso im aginar que...”,“Es contrario a la teoría pretender que...”.Es im portante notar que el científico se queda desarm ado, por si sólo no puede trasform ar el enunciado en un hecho científico aceptado por los dem ás; por definición, necesita a otros personajes para llevar a cabo esta transform ación”.28 Por tanto, el transito desde las afirm aciones o fases de tipo uno a las de tipo cinco en la que se acepta un hecho científico im plica un proceso de m odalización del lenguaje, es decir, una estrategia para persuadir retóricam ente a los colegas del laboratorio y a la m ás am plia audiencia externa. Pero dicha línea de actuación se prolonga del ám bito retórico al ám bito social, en este nivel, aspectos tales com o la capacidad para financiar una determ inada línea de investigación, las posibilidad de adquirir determ inados equipos, el prestigio de la revista en que se publican los. 27 28. Latour,Bruno.Ibidem . Latour,Bruno..Joliot:I’histoire et la physique m elés.1989.Serres,M ichel.Pp 493-513 9.

(19) resultados obtenidos, la centralidad del auditorio en el que se anuncian los hallazgos, etc., son m uy relevantes en la tram a para convencer a los dem ás de que las afirm aciones sustentadas tienen las m áxim as garantías posibles de rigor,coherencia y veracidad. D e esta m anera, lo que constituye un hecho científico es un m ixto de m ecanism os de una lado de índole técnica y de otro de condición retórica o social,que aparecen indisolublem ente ligados en contextos y situaciones locales y contingentes. Es de sum a im portancia considerar todo lo relacionado a la construcción de un hecho científico, los factores intracientíficos y extracientíficos. N o hay que dejar de lado que en el proceso de construcción de la ciencia hay operaciones de traducción y en esas operaciones de traducción que transform an por ejem plo las cuestiones políticas en cuestiones técnicas y viceversa.la com prensión delproceso de construcción29. Por eso,los científicos actúan m ediante cálculos racionales continuos en los que com binan indistintam ente lo cognitivo y lo social. A sí, estos agentes sociales m ezclan de form a indisoluble y perm anente cosas tales com o el desarrollo de técnicas de investigación, el aum ento de los datos em píricos y las proposiciones teóricas, las carreras profesionales, el dinero para la investigación, la autoridad y el prestigio científico, la capacidad de influir en las decisiones adm inistrativo-financieras de la política científica, etc. Este conjunto de elem entos estrecham ente ligados en el quehacer científico, es el que perm ite entender que la vida científica se estructure bajo un ciclo de credibilidad por el cual se invierte en el presente capital sim bólico obtenido en el pasado con el fin de m axim izarlo en el futuro, es decir, con la previsión de obtener posteriorm ente m ayores cuotas de este m ism o capital30.. 29. Latour, Bruno. La esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia.Gedisa.Barcelona.2001.p 120 30. Latour,Bruno,.Y S.W oolgar.Latour,Bruno,.Y Steve W oolgar.La vida en el laboratorio:la construcción de los hechos científicos.Edición en Castellano: A lianza Editorial.M adrid.1995.pp 326 10.

(20) A ctualm ente, un nuevo m étodo utilizado para convencer es el de disciplinar a los hom bres m ovilizando las cosas, m ovilizar las cosas disciplinando a los hom bres, denom inado a veces investigación científica31. En concreto,las operaciones de traducción transform an cuestiones políticas en cuestiones técnicas y viceversa; las operaciones de convicción m ovilizan, en la m ism a controversia, a un grupo de actores hum anos y no hum anos.Elresultado de estas dos operaciones nos lleva a definir una especie de <<derecho de seguim iento>>:no existiría historia general com prensible si el historiador no acepta seguir todos los contenidos científicos y técnicos que se han convertido en indispensables para el desarrollo de una historia; no existiría historia de las ciencias si el historiador no descubre la m ultiplicidad de actores,de recursos y de desafíos que en ella interviene32. M odelo de la rosácea Para poder identificar los procesos anteriorm ente m encionados y hacer una historia social de las ciencias es im portante com prender cada uno de los elem entos que interactúan para form ar lo que Latour llam a m odelo de la rosácea,que de acuerdo con el,cualquier punto de partida es válido,siem pre y cuando se com plete elrecorrido. Esta rosácea consta de cinco círculos,cada uno se com pone de elem entos particulares, los cuatro prim eros se disponen cual si fueran los pétalos de la rosácea y el quinto círculo es el centro que va a. vincular. a. los. cuatro. círculos33.. 31. Latour, Bruno. 1989. Joliot: I’histoire et la physique m elés. 1989. Serres, M ichel. Pp 493513 32 Latour,Bruno.“Joliot:I’histoire…p 504-513 y Latour,Bruno.La esperanza de …pp 120-136. 33 Latour,Bruno.“Joliot:I’histoire… pp 504-513. 11.

(21) El prim er cam po de acción de la historia social de las ciencias se refiere a la m ovilización del m undo y a su puesta en contacto con las controversias. Esta es la prim era orbita, tam bién denom inado del desplazam iento. Se trata de desplazarse hacia el m undo, de dotarlo de m ovilidad, de encauzarlo hacia los puntos controvertidos,de protegerlo y adaptarlo a un uso retórico.En lugar de girar entorno a los objetos delm undo,elsabio los hace girar a su alrededor. Elhistoriador de esta prim era orbita debe ocuparse de las expediciones,de las inspecciones, de los instrum entos y de los grandes equipos, pero tam bién de los lugares que reúnen y m antienen unidos todos los objetos del m undo que le interesan. Poseer datos es indispensable para convencer, pero para ello, debem os contar con alguien a quien convencer. El objetivo de los historiadores de la segunda orbita consiste en dem ostrar cóm o un investigador se rodea de colegas.Latour llam ó a ésta orbita de la autonom ía, pues la autonom ización atañe al esfuerzo por el cual una disciplina, profesión, una cam arilla o un colegio invisible se independizan, crean sus propios criterios de evaluación y de aptitud.A dem ás de la historia de las profesiones y de las disciplinas, ésta segunda orbita engloba la historia de las instituciones científicas,cada una con sus m edios,norm atividad y estatutos destinados a m antener unida esa m ultitud de colegas. Estas instituciones son de gran im portancia porque en ellas se efectuaran y resolverán las controversias.34 Es im portante resaltar que ningún desarrollo de instrum entos, ningún proceso de autonom ización, ninguna creación de instituciones puede llevarse a cabo sin el tercer circulo, denom inado de las alianzas. Sin esta labor de incitación no es posible continuar,pues no habría colegas,institutos y ningún m edio en generalpara continuar la labor del científico. En este circulo entran com plejos procesos de traducción que pueden abarcar la connivencia, traición, contratos, entusiasm o, etc. Estas alianzas 34. Latour,Bruno.La esperanza de Pandora...p 128 12.

(22) adoptan innum erables form as de acuerdo a las circunstancias, pero las alianzas m ás productivas y que abarcan la m ayor parte de la historia de las ciencias son:las alianzas con elestado,con elejercito,con la industria y con elsistem a de enseñanza;de todas estas las alianzas m ás im portantes y prácticam ente indisociables son las establecidas con el ejercito y con la industria, sin ellos no hay ciencia.La alianza con la enseñanza es la m enos espectacular pero es igual de im portante que las otras para la reproducción y la expansión de los dem ás círculos.35 A unque todos los instrum entos estuvieran disponibles, los colegas form ados y disciplinados, las instituciones estuvieran bien equipadas y existieran alianzas con el Estado, el ejército, la industria y la enseñanza, y en conjunto apoyaran de m odo prosélito a las ciencias,aun sería insuficiente.Todas las controversias surgidas llegan a trastocar las creencias y surgen intercam bios de opiniones, los m ism os científicos que tuvieron que m ovilizar elm undo para convencer a sus colegas y establecer alianzas estratégicas, ahora deben norm alizar sus relaciones con el público.Esto es el objeto de estudio de la historia de la cuarta orbita, llam ado de la Representación Pública o escenificación. En el encontram os la historia de las representaciones que las sociedades se han creado,sucesivam ente,de certezas científicas,de su epistem ología espontánea. ¿qué confianza hay en la ciencia, com o se m ide esta confianza?, esta es una interrogante im portante, pero una interrogante aún intacta, concierne a la resistencia de m illones de personal ante la expansión, los privilegios, las pretensiones de las disciplinas científicas. Esto im plica un intenso trabajo necesario para difundir los conocim ientos generados por los científicos,pero nunca se contem pla la idea de la resistencia que pueden poner las m ultitudes al respecto. Por eso la historia de las ciencias, desde el punto de vista de aquellos que rechazan activam ente, todavía no se ha escrito,aunque por definición form e parte delsistem a de investigación.36. 35. Latour, Bruno. La esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia.Gedisa.Barcelona.2001. 36 Latour,Bruno.“Joliot:I’histoire… pp 493-513 13.

(23) Com o señala Latour, hasta el m om ento se han explicado las cuatro prim eras orbitas, pero cada uno cuenta con elem entos particulares que lo diferencian de los dem ás,a este niveles necesario dar consistencia a las historias tratadas en cada una de las orbitas anteriores. La quinta orbita, u orbita de los vínculos y elem entos vinculantes consiste en m antener todos los recursos m ovilizados en los otro cuatro círculos, pero a la vez, fungir com o am algam a de esa heterogeneidad.En este círculo la historia social no sólo es m ás fuerte que las historias a las que pretende sustituir, une con m ás firm eza la inteligencia y el trabajo, es m ás razonable, y lo m ás im portante, es capaz de com prender los acontecim ientos que las provocan y las 37. razones de ello.Esta es la form a de dar unicidad a la historia socialde las ciencias.. 37. Latour,Bruno.Ibidem . 14.

(24) 15.

(25) Capítulo 2. A lfonso L. H errera: vida y obra. Sus orígenes N o se puede negar que en el cam ino científico de A lfonso L. H errera fue definitivo elque fuese hijo delprom inente naturalista A lfonso H errera Fernández.38 A lfonso H errera Fernández (1838-1901) nació en la Ciudad de M éxico el 7 de febrero de 1838. En 1858 obtuvo el título de Farm acéutico, en 1866 ingresó a la Escuela N acional de M edicina con una plaza de profesor adjunto para cátedra de farm acia.A dem ás H errera Fernández desem peño diversas ocupaciones: fue profesor de botánica y zoología de la Escuela N acional de A gricultura a partir de agosto de 1867, prim er adjunto del Consejo de Salubridad desde el 7 de febrero de 1872, profesor de H istoria N atural en la Escuela Preparatoria a partir de febrero 1878 y director propietario desde diciem bre de 1880. Tam bién participó en la Com isión de Vigilancia de las escuelas superiores en julio 26 de 1882, fue jefe de la Com isión Científica M exicana que daría origen al Instituto M édico N acional a partir del 23 de agosto de 1883 y profesor de H istoria N atural en la Escuela N orm alpara Profesores desde 188739.A dem ás de su labor docente, A lfonso H errera Fernández se distinguió por su actividad en las num erosas sociedades científicas a las que perteneció.A lgunas de ellas fueron: la A cadem ia M édica de M éxico, A cadem ia de M edicina de Guadalajara, Sociedad de H istoria N atural, Com pañía Lancasteriana de M éxico, Sociedad M édica de San Luis Potosí, Sociedad M édico-Farm acéutica, Gran Confederación de A m igos de la Enseñanza en la República M exicana,Sociedad M édicoFarm acéutica de Puebla, Sociedad M édico-Farm acéutica de Yucatán, Sociedad M édico-Farm acéutica de Toluca, Sociedad. 38. Farm acéutica Fraternal, Sociedad. Ledesm a-M ateos, Ism ael. A lfonso L. H errera. El sabio de ciprés. U N A M -Facultad de Estudios Superiores Iztacala,M éxico.2002. 39 Guevara Fefer, Rafael. “Los últim os años de la H istoria N atural y los prim ero años de la Biología en M éxico: La práctica científica de A lfonso H errera, M anuel M aría Villada y M ariano Bárcena”.Cuadernos 35.Instituto de Biología.U N A M .2002.P 58..

(26) A grícola-Veterinaria Ignacio A lvarado, A cadem ia M exicana, Colegio de Farm acia de Filadelfia,A cadem ia de Ciencias N aturales de D avenport,Iowa,Sociedad A grícola Veterinaria Ignacio Com onfort,Sociedad Ignacio Ram írez,Colegio de Farm acia de N ueva York, A teneo M exicano de Ciencias y A rtes, Sociedad de Farm acia, A cadem ia M exicana de Ciencias Exactas,Físicas y N aturales correspondiente a la Real de M adrid, Torrey Botanical Club, Colum bia College de N ueva York, A sociación Científica M exicana “Leopoldo Río de la Loza”40. La lista anterior es una m uestra de que A lfonso H errera Fernández fue una de las m ás destacadas personalidades de la ciencia m exicana en la segunda m itad delsiglo X IX , y esta condición fue determ inante en el cam ino que em prendería m ás tarde su hijo A lfonso Luis. A lfonso Luis H errera López (1868-1942) nació en la ciudad de M éxico el 3 de julio de 1868,siendo su m adre la señora A dela López.Com o su padre tenía una enorm e pasión por la Escuela N acional Preparatoria, de la cual fue designado director en diciem bre de 1880,instaló a su fam ilia en una pequeña habitación en eledificio de San Ildefonso,que incluía,en aquelentonces,la “Casa de las fieras” (un zoológico m ontado en el interior de la preparatoria); ahí creció A lfonso Luis, quién desde pequeño fue m otivado alestudio de la naturaleza,a colectar y coleccionar anim ales vivos.41 En 1882, a los 14 años de edad, inició sus estudios en la Escuela N acional Preparatoria, cuando su padre aun era eldirector.El2 de enero de 1886 se inscribió en la Escuela N acional de M edicina para cursar la carrera de Farm acia, pero con inscripción pendiente hasta la acreditación de tres m aterias que quedaron pendientes de la preparatoria, m ism as que cursaría en el Instituto Científico y Tecnológico del Estado de M éxico.Esta situación genero un conflicto que tuvo que ser resuelto por el Secretario de Justicia e Instrucción Pública, Joaquín Baranda, quien resalto que tal. 40. Guevara F.,Rafael.O p.cit.p 59-60. Ledesm a-M ateos, Ism ael. A lfonso L. H errera. El sabio de ciprés. U N A M -Facultad de Estudios Superiores Iztacala.M éxico.2002.P 5. 41.

(27) disposición fue acordada por el presidente Porfirio D íaz, esto da m uestra de una cercanía que m antenía D on A lfonso H errera Fernández con elpoder presidencial.42 En la preparatoria tanto él com o su herm ano Carlos –quién se recibiría com o arquitecto en 1893-,fueron aprobados por aclam ación en elexam en de quím ica,aunque su carácter de alum no irregular y eltiem po de duración de sus estudios no fue rápido, indican que era un hom bre m ás preocupado por sus propios intereses intelectuales y su vocación científica que por ser un alum no aplicado o un joven ejem plar.Prueba de ello es que en 1885, a los 17 años de edad y antes de concluir la preparatoria, publico su prim er artículo: “A puntes para el estudio de la Lim nadia filom ática”, que apareció en La N aturaleza; en 1886, recién inscrito en la licenciatura escribió: “Sobre las costum bres de una horm iga que vive en el fruto del zapote prieto (D iospyros obstufolia)”, publicado en La Sociedad Filom ática; en 1887 tres artículos m ás: “A plicaciones del m icroscopio a la clasificación de los vertebrados”, “N ota relativa a las causas que producen la atrofia de los pelos” y “D atos para la zoología de Chiapas”, publicados en A nales del M useo N acional; y en 1888 escribió “A puntes de ornitología: la m igración en el valle de M éxico. A puntes para el catálogo de aves inm igrantes y sedentarias del Valle de M éxico”, tam bién publicado en La N aturaleza; todos estos trabajos los publicó antes de titularse.43. La vida académ ica. En 1889 obtuvo el grado de farm acéutico, con su tesis titulada “D iálisis quím ica. A plicaciones del sulfato de cal”. Poco después de recibirse fue nom brado catedrático de zoología y botánica en la Escuela N orm al para Profesores y tam bién ayudante de naturalista en el M useo N acional, donde nuevam ente encontram os la influencia de su padre, quien lo acercó con su viejo am igo Gum esindo M endoza, perm itiéndole trabajar en un espacio idóneo para un hom bre interesado en el estudio 42. Beltran, Enrique. “A lfonso L. H errera (1868-1942). Prim era figura de la Biología m exicana”. Revista de la Sociedad M exicana de H istoria N atural,X X IX :38,1968. 43 Ledesm a-M ateos, Ism ael. A lfonso L. H errera. El sabio de ciprés. U N A M -Facultad de Estudios Superiores Iztacala.M éxico.2002.P 12..

(28) de los seres vivientes,pues ahíexistían las principales colecciones de historia natural delpaís,adem ás de las posibilidades de interaccionar con algunos de los hom bres m ás sabios de la época,com o lo fueron U rbina,Villada,Sánchez y elpropio M endoza.44 D e m anera sim ultánea,alreestructurarse elInstituto M édico N acionalen junio de 1890, H errera fue nom brado ayudante de la sección de historia natural. Su jefe era elem inente naturalista José Ram írez,m ism o que le dirigió las siguentes palabras: Elinstituto,fundado por eldoctor Fernando A ltam irano con apoyo del secretario de Fom ento, Carlos Pacheco, se había enfocado originalm ente al estudio de las plantas y sus propiedades, con especial énfasis en las m edicinales, pero con su reestructuración se pretendía ponerlo en condiciones de cubrir las distintas facetas del estudio de la naturaleza, y nadie m ejor que el joven H errera para contribuir con toda su vitalidad a esta labor.45 Los tres ám bitos de actividad. académ ica y científica de H errera,. representaban lo m ás avanzado del conocim iento de su época, de form a que lo colocaron en una situación privilegiada para dar cauce a sus inquietudes científicas.A este respecto el gran naturalista A lfredo D ugés, originario de Francia y radicado en Guanajuato — gran am igo de su padre y por extensión suyo— ,quien tom ó elpapelde su m entor a distancia,le escribió el31 de octubre de 1889: Eres m uy feliz, y te lo envidio, de poderte dedicar enteram ente a la zoología...yo necesito prim ero ganar m ipan y poco tiem po m e queda para dedicarm e a una ciencia que adoro.46 D ugés tuvo una intensa relación epistolar con A lfonso L.H errera entre 1888 y 1893, periodo en el cual le escribió 122 com unicaciones en carta o tarjeta postal, las. 44. Beltran,E.O p.cit.p 39. Ledesm a-M ateos, Ism ael. A lfonso L. H errera. El sabio de ciprés. U N A M -Facultad de Estudios Superiores Iztacala.M éxico.2002.P 13-14. 46 Beltrán,Enrique.O p.cit.pp 40-41. 45.

(29) cuales perm iten conocer algunos aspectos de una prim era etapa de su vida intelectual. D e estos textos se desprende una im agen de la personalidad de A lfonso Luis com o un individuo con una insaciable avidez por el conocim iento, m otivo por el cual hacía innum erables preguntas a D ugés, gran experto en zoología y quien podía aclarar sus dudas acerca de la identificación correcta de algún anim al, confirm ar alguna observación anatóm ica o discutir puntos de vista teóricos derivados de sus estudios. En la correspondencia con D ugés, se encuentra un interesante intercam bio de ideas acerca de la evolución, teoría ante la cual el sabio zoólogo m antenía una posición de escepticism o,por lo que H errera acum ulaba elem entos para convencerlo,en tanto que D ugés m antenía una sim patía por el espiritism o, al que H errera, m aterialista desde aquellos años,refutaba duram ente.47 Cuando se abrió la posibilidad de que viajara a Francia,de inm ediato lo com entó a D ugés,refiriéndose a ello com o “locas y ridículas esperanzas”,aunque cuando elviaje parecía concretarse,pidió consejos y cartas de presentación a su m aestro y am igo. Ese viaje, sin em bargo, no se llevó a cabo y consistió en uno de los prim eros tropiezos relacionados con su vida institucional,pues anhelaba hacerlo para saber m ás y am pliar sus conocim ientos, con la idea de que ello beneficiaría a M éxico. Independiente de ello, el dato es útil para enfatizar que D ugés jugó un papel determ inante en la orientación de una etapa de la vida de H errera y cuando éste se enteró, en diciem bre de 1892, de la supresión de la Escuela de M edicina de Guanajuato en la que elsabio francom exicano im partía clases,hecho que lo dejó en una situación precaria, se apresuró a enviarle la nada despreciable cantidad de cien pesos.48 En 1890 y 1891 A lfonso L.H errera fue secretario de la Sociedad M exicana de H istoria N atural, y en 1893 publicó dos artículos,“Sur le m ouvem ent de m anege chez les insectes” y “Les zoologists actuels”, en una revista extranjera, el Bulletin de la 47. Beltrán,Enrique.O p.cit.p72.En Ledesm a-M ateos,Ism ael.“Elsabio de ciprés.U N A M ;FESI.2002. 48 Beltrán,Enrique.O p.cit.p 72..

(30) Societé Z oologique de France.49 Sem ejantes logros, antes de haber cum plido los veinticinco años, consolidaron la orientación científica que se había incubado en él desde la infancia.. H errera y la prim era cátedra de biología A lfonso H errera Fernández había ingresado com o profesor de Z oología y Botánica en la Escuela N acional de M aestros, pero tuvo que dejar esa actividad por problem as de salud. Fue así que el 11 de agosto de 1897 A lfonso Luis H errera López fue nom brado profesor interino de Elem entos de H istoria N atural y Lecciones de Cosas, en sustitución de su padre, y el 26 de abril de 1898 y se le asignó un sueldo anual de m il 200 pesos con 85 centavos, distinción que agradece al presidente diciendo: “N o soy, sin duda, digno de ella, pero haré todo lo que sea posible para cum plir con m ideber”50 El 30 de junio de 1902,Enrique Rebsam en (director de la N orm al),de acuerdo alplanteam iento delpropio H errera de transform ar la cátedra de H istoria N aturalen Biología, propone designarlo profesor de esa nueva m ateria, siendo nom brado por el presidente el 1 de julio de 1902; posición que ocupó hasta el 6 de febrero de 1906, cuando pidió una licencia por 15 días;después la cátedra desapareció alelim inar elaño escolar en que se im partía porque era considerada peligrosa para la juventud y las creencias.51 Para la enseñanza de la biología,en 1904 H errera escribió ellibro N ociones de Biología, publicado en M éxico52. Este prim er libro de biología general, fue com plem entado y traducido al francés y editado en Berlín dos años m ás tarde, con el 49. Beltrán,Enrique.O p.cit.p 72,80. A rchivo histórico de la SEP (A H SEP), expediente de A lfonso Luis H errera López, foja 11. Tom a de protesta el 24 de m ayo de 1898 (foja 12). En Ledesm a-M ateos, Ism ael. “El sabio de ciprés”.U N A M ,FES-I.2002. 51 H errera, A lfonso L.“La biología en M éxico durante un siglo”, M éxico, El D em ocrata.2-7, 21 de septiem bre de 1921.Reproducido en: H errera,A lfonso L.“Biología y Plasm ogenia”.Editorial H errero herm anos.,M éxico.1924,p 497. 52 H errera, A lfonso.L.N ociones de biología.Escuela N orm al para Profesores.M éxico.1904.P 251. 50.

(31) título N otion Générales de Biologie et de Plasm ogénie Com parées,hecho que revela las intenciones de H errera de enlazar a la biología que pretendía establecer en M éxico con el avance de ésta ciencia en el viejo continente. Es en esta obra donde H errera com ienza a desarrollar su propia teoría acerca del origen de la vida: la plasm ogenia, que posteriorm ente será el centro de sus investigaciones. En este libro, tam bién queda claram ente asentada su posición evolucionista y bien puede ser catalogado com o un m om ento fundam entalen la introducción deldarwinism o en elpaís.53 Las iniciativas tom adas por H errera en el m arco de la cátedra que im partía en la N orm al fueron m otivo de fuertes ataques, pues tanto el contenido del curso com o las ideas plasm adas en el libro chocaban con num erosos prejuicios acendrados entre am plios sectores con influencia social, por lo que en 1906 la cátedra fue suprim ida.54 Su elim inación se suscitó en elcontexto de una reorganización de la enseñanza norm al, lo que sugiere una salida disim ulada a las críticas de las que había sido objeto. El m ism o H errera da cuenta de ello en 1921,cuando dice: “elgobierno suprim ió elaño escolar en que se enseñaban biología y otras m aterias que parecieron peligrosas para la juventud y las creencias,y se m e com pensó la pérdida de m i clase, enviándom e con m ayor sueldo, a otra institución, en la cual no se hicieran estudios de biología general, sino de sus aplicaciones a pequeños problem as”.55 El 29 de noviem bre de 1907 presentó a la D irección General de Enseñanza N orm al una iniciativa que a su vez fue som etida por A . Correa a la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas A rtes, donde solicita se le autorice dedicarse de tiem po com pleto a la realización de estudios de biología, incluyendo la preparación de una. 53. Ledesm a-M ateos, Ism ael. A lfonso L. H errera. El sabio de ciprés. U N A M -Facultad de Estudios Superiores Iztacala.M éxico.2002.P 24-25. 54 Beltrán Enrique. “A lfonso L. H errera: un pionero m exicano en el cam po de la biopoyesis” en Lazcano-A raujo A .,y A .Barrera.Elorigen de la vida.Sym pósium conm em orativo en hom enaje a A lexander Ivanovich O parin,M éxico,U N A M ,1978,p.51 55 H errera A lfonso. L. “La biología en M éxico durante un siglo”, M éxico, El D em ocrata 2-7, 21 de septiem bre 1921.Reproducido en:H errera,A lfonso.L.”Biología y Plasm ogenia.1924.P 497..

(32) nueva versión de su libro. Para ello pide que se le perm ita separarse del cargo com o jefe de la Com isión de Parasitología A grícola y que su sueldo sea com pensado a lo equivalente que percibe en la citada jefatura.A sí,escribe: En las condiciones en las que m e encuentro m e sería im posible redactar el texto m encionado sin perjuicio de trabajos preferentes.La edición se haría sin pretensiones de lucro y quedaría a beneficio de la Escuela. O tra de las ventajas de m i dedicación exclusiva a la Biología sería la de preparar con m ás m inuciosidad que hoy las clases y conferencias en la Escuela N orm al y poder proseguir algunos estudios que han sido considerados con alta atención en el extranjero, aunque naturalm ente, reconozco m i pequeñez ante los grandes problem as de la Biología y no puedo ni debo com prom eterm e a realizar descubrim ientos sensacionales, que están reservados a los sabios com petentes y dedicados del extranjero. A un en el caso de que tales descubrim ientos se publicasen m uy pronto, m e ocuparía de estudiarlos para com unicarlos oportunam ente a m is alum nos. Tal vez el m odesto laboratorio de que dispongo y que está instalado ahora en m ihabitación,pueda com pletarse lentam ente y form ar parte m ás adelante del Instituto de A ltos Estudios, que proyecta la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas A rtes.A dición:M ensualm ente presentaría,com o lo he hecho siem pre,un inform e de m is trabajos,con los docum entos com probantes necesarios.56 El 8 de enero de 1908, el director A . Correa se dirige al secretario presentando la propuesta en los siguientes térm inos: “A l tener la honra de com unicarlo a usted, creo debido m anifestarle que la D irección a m icargo apoya la iniciativa indicada,pues cree que al accederse a lo propuesto por el Sr. Prof. H errera, se daría. 56. A H SEP,expediente de A lfonso Luis H errera,foja 23.1908..

(33) uno de los prim eros pasos en la organización de lo que m ás tarde sería la proyectada Escuela de A ltos Estudios.57 En la respuesta oficial em itida el 18 de febrero de 1908, se nota una continuación delrechazo a las posiciones de H errera,pues dice que: “Esta Secretaría ha considerado con toda atención la propuesta respectiva y cree que en caso de utilizar los servicios delSr.H errera en la esfera de estudios que ha em prendido en lo que a la Biología respecta, no será en la Escuela N orm al para Profesores, sino en algún otro establecim iento,dependiente de esta Secretaría”.58 En abril de 1909, siendo Leopoldo Kiel el director de la Escuela N orm al para M aestros, H errera nuevam ente insiste en m antener su vínculo con el plantel y envía una carta donde inform a que al darse la desaparición de la cátedra de biología, organizó un pequeño laboratorio en su propia casa (8a.de Carpio 175) y rem ite elinventario delm aterialrespectivo.Expresa que: “...desearía tener en depósito y bajo m i responsabilidad los objetos de este Laboratorio, para no interrum pir m is estudios de Biología y en vista de que m i clase fue suprim ida y no serían útiles aquellos objetos en las otras clases de la Escuela N orm al(...) Elálbum de m icrofotografías. de. preparaciones. m icroscópicas, de. hidrogeles. organoides, sólo tiene interés para m í y deseo conservarle, porque. 57. A H SEP, expediente de A lfonso Luis H errera, foja 23. 1908, Reproducido en Ledesm aM ateos, Ism ael, El conflicto entre A lfonso L. H errera e Isaac O choterena y la Institucionalización de la Biología en M éxico. Tesis de doctorado en Biología. Facultas de Ciencias.M éxico:U N A M . 58 A H SEP, Expediente de A lfonso Luis H errera, foja 24. 1908. Reproducido en Ledesm aM ateos, Ism ael, El conflicto entre A lfonso L. H errera e Isaac O choterena y la Institucionalización de la Biología en M éxico. Tesis de doctorado en Biología. Facultad de ciencias.M éxico:U N A M ..

(34) representa el trabajo de m uchos años, m etódicam ente continuado y es m uy útily aun indispensable para m is consultas...59 Kielm anifestó alsecretario su anuencia para autorizar la petición,por lo que se le autorizó que conservara en depósito los m ateriales de dicho laboratorio de biología.60 En plena efervescencia revolucionaria, instaurado elnuevo gobierno provisional de Francisco León de la Barra el 26 de m ayo de 1911, con seguridad ocurrieron cam bios en la organización del sector educativo. En esa coyuntura H errera es nom brado encargado del M useo Escolar de Escuela N orm al para M aestros el 28 de julio de 1911 y el 17 de agosto del m ism o año fue nom brado profesor de botánica práctica,cultivo de plantas y elem entos de zoología en elm encionado plantel.61 Ya en el gobierno m aderista, el 23 de enero de 1912 por oficio firm ado por el rector de la U niversidad N acional de M éxico, H errera fue nom brado profesor de zoología,anatom ía y fisiología hum anas en la Escuela N acionalPreparatoria,lo que fue ratificado en enero de 1913, a propuesta realizada por el Consejo U niversitario al presidente de la república.62 Para el 14 de junio de 1913 se revalidó el nom bram iento de H errera com o profesor de la Escuela N acional Preparatoria. El 28 de m ayo de 1914, él solicitó licencia de dos m eses, sin goce de suelo, com o profesor y director delM useo Escolar de la N orm al, argum entando enferm edad.63 A inicios de agosto de ese año se reincorporó a sus labores, pero el 11 de septiem bre siguiente solicitó licencia 59. A H SEP, expediente de A lfonso Luis H errera, fojas 28-30, 1909.Reproducido en: Ledesm aM ateos,Ism ael,“Elsabio de Ciprés”,U N A M ,FES-I.2002. 60 A H SEP,O p.cit.fojas 28-30.Reproducido en:Ledesm a-M ateos,Ism ael,“Elsabio de Ciprés”, U N A M ,FES-I.2002. 61 A H SEP, O p. cit., fojas 31-41, 1909. Reproducido en: Ledesm a-M ateos, Ism ael, “El sabio de Ciprés”,U N A M ,FES-I.2002. 62 A H SEP,O p.cit.fojas 43-45.Reproducido en:Ledesm a-M ateos,Ism ael,“Elsabio de Ciprés”, U N A M ,FES-I.2002. 63. A H SEP, O p. cit. foja 39, reproducido en: Ledesm a-M ateos, Ism ael, “El sabio de Ciprés”, U N A M ,FES-I.2002..

(35) indefinida, pues fue nom brado director del M useo N acional de H istoria N atural,64 siendo Venustiano Carranza el presidente de la república. El nom bram iento representaba un cargo m odesto, com o el del M useo Escolar, pero el gesto acrecentó su sim patía con elnuevo régim en. En un oficio del7 de abrilde 1915 Roque González Garza,a la sazón presidente de la Soberana Convención Revolucionaria, encargada del poder ejecutivo de los Estados U nidos M exicanos, declara insubsistente el nom bram iento de H errera com o profesor de la Escuela N orm al. El docum ento es firm ado por Joaquín Ram os Roa, secretario de Estado y del D espacho de Instrucción Pública y Bellas A rtes,65 aunque en pocos m eses,en septiem bre de 1915,elgobierno de Venustiano Carranza nom bra a H errera director de Estudios Biológicos de la Secretaría de Fom ento.66 Elgobierno de Carranza reside en Veracruz hasta octubre de 1915. Resulta interesante que a pesar de que en la N orm al se im partió por prim era vez una cátedra de biología,para 1934 los alum nos de la — entonces— Escuela N acional de M aestros continuaran estudiando las m aterias: botánica, zoología y anatom ía, fisiología e higiene, de m anera aislada, sin recibir noción alguna acerca de los fenóm enos biológicos fundam entales. Fue hasta 1935, cuando se revisaron los program as educativos para ajustarlos a una reform a alartículo tercero constitucional, a iniciativa de Enrique Beltrán — discípulo de H errera— , que se incluyó un curso llam ado “biología pedagógica”,tanto para educadoras y m aestros,para con ello — según se desprende de un com entario delpropio Beltrán— “contribuir a destruir prejuicios y supersticiones,que suelen obscurecer la m ente de los niños.67. 64. A H SEP, O p. cit. fojas 60-65, reproducido en: Ledesm a-M ateos, Ism ael, “El sabio de Ciprés”,U N A M ,FES-I.2002. 65 A H SEP, O p.cit.fojas 70-71,reproducido en: Ledesm a-M ateos,Ism ael,“Elsabio de Ciprés”, U N A M ,FES-I.2002. 66 A H SEP, O p. cit. foja 72, reproducido en: Ledesm a-M ateos, Ism ael, “El sabio de Ciprés”, U N A M ,FES-I.2002. 67 Beltrán, Enrique. “A .L. H errera (1868-1968) prim era figura de la Biología m exicana.Revista de la Sociedad M exicana de H istoria N atural,X X IX :38,1968.p.55..

(36) Trayectoria institucional de H errera La Com isión de Parasitología A grícola Cuando joven, H errera se interesó por los problem as relacionados con la entom ología agrícola, tem ática sobre la cual realizaba consultas a el gran naturalista A lfredo D ugès,originario de Francia y radicado en Guanajuato,gran am igo de su padre y suyo tam bién. D ugès le recom endó establecer contacto con el jefe de entom ología delM useo N acionalde W ashington,elD r.Ridley,o con su ayudante elD r.H oward.68 U na idea obsesionaba al joven H errera: establecer en nuestro país un organism o que pudiera proteger a la agricultura de las devastadoras plagas.Talidea la dio a conocer al ingeniero José A ndrade en 1896, quien a su vez la expuso a la Sociedad A grícola M exicana. Este proceso condujo a que el 8 de enero de 1900, H errera, con el respaldo de dicha sociedad, propusiera la creación de un “Instituto experim ental destinado al estudio de las plagas de la agricultura y los m edios para exterm inarlas”,lo que m ás adelante se define com o “D epartam ento de parasitología”69. El esfuerzo fructificó y el 9 de julio de 1900 quedó form alm ente instalada la Com isión de Parasitología A grícola, que com enzó a trabajar em peñosam ente, ocupándose del estudio de daños causados por insectos, hongos y bacterias en los cultivos.En 1904 em prendió el com bate de los roedores,preparando elllam ado “virus D anysz”, así com o una vacuna anticarbunco.A sim ism o, se abocó a solucionar los daños agrícolas debidos al gusano de la naranja. En la com isión trabajaron Gabriel Blanco, Silvino J.Bonansea,Leopoldo de la Barrera,Guillerm o Gándara,Eutim io López Vallejo, Carlos M acías, A nselm o M eraz, A m ado F. Rangel, Julio Riquelm e Inda y O liverio Téllez,entre otros.70 Lam entablem ente un am biente de intrigas com enzó a m erm ar los trabajos de la com isión y aunque la intención original de H errera era convertirla en un Instituto de 68. Ledesm a-M ateos,Ism ael. “Elsabio de Ciprés”,U N A M ,FES-I.2002.P 15. Beltrán, Enrique. “A lfonso L. H errera (1868-1942). Prim era figura de la Biología m exicana”. Revista de la Sociedad M exicana de H istoria N atural,X X IX :38,1968. 70 Beltrán,Enrique.O p.cit.pp 61. 69.

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