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ORIGENES DE LA TELEVISIÓN EN ARGENTINA

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PRÓLOGO:

En 1951 se realizó la primera transmisión pública de Canal 7, más tarde que en EEUU e Inglaterra, pero también que en

México, Brasil y Cuba. La primera se trató de un acto del gobierno peronista y la segunda de un partido de futbol. Esto

produce decepción en el público que tanto había esperado a la televisión en las décadas anteriores.

Entre 1951 y 1969 se produce un pasaje de la tele-visión al televisor. Se trata del pasaje de las utopías de transmisión de imágenes a distancia (con el símbolo en la antena transmisora) al electrodoméstico que aún no tenía un espacio propio en el hogar.

La “tele-visión” formaba parte de un continuum compuesto por el tele-grafo, el tele-fono y la radio lo que permitía

proyectar un futuro de avances técnicos ilimitados que vendrían a solucionar los problemas que presentaban los

precedentes y los problemas que presentaba la humanidad.

El televisor, en cambio, es lo que queda de esas proyecciones maravillosas una vez que se concretan: un electrodoméstico, generalmente comprado en cuotas, en el que se podían ver borrosamente unas pocas horas de programación de dudosa calidad.

La apropiación de la televisión por parte de la sociedad argentina demora casi 20 años e incluye dos etapas bien diferenciadas entre sí:

-los 10 primeros años (1951-1960) constituyen el primer período aislado (fue cortado al medio por la Revolución Libertadora). Podría pensarse como una etapa de “los primitivos” de la televisión, de gran precariedad de

producción y que recibió gran desinterés por parte del gran público. Es el paso de la tele-visión al televisor.

-la segunda década coincide, en cambio, con el pasaje del televisor a la televisión (sin guión medio) y con ello a la existencia de un verdadero medio de comunicación de masas. Se trata de un medio, un espectáculo, una audiencia y un lenguaje. Si el “televisor” suponía el interés técnico por el aparato y un estatus que aportaba a sus propietarios, la “televisión” permite encontrarle una función y una forma social específica. Desde el punto de vista del público se pasa de una recepción ritual, a la ritualidad propia de la vida cotidiana. Antes, se “iba a ver televisión” como una práctica más parecida a ir al cine que escuchar la radio. Cuando la televisión adquiere mayor relevancia social, el acto de ver televisión deja de ser un acontecimiento marcado, para superponerse con las demás rutinas domésticas. La televisión es un flujo permanente de imágenes más asimilable a una corriente eléctrica que a un espectáculo brillante.

Pero la televisión de este período intentó convertirse en un gran espectáculo. Crece la audiencia, se abren canales en el

interior, se apande el horario de transmisión y se transforma la grilla de programación (por acción de la competencia

entre canales). Es entonces cuando se puede hablar de la televisión como medio masivo de comunicación.

DOCUMENTO DE CÁTEDRA

ORIGENES DE LA TELEVISIÓN EN ARGENTINA

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Primera parte

CAPÍTULO 1: Los inicios

En 1951 comienzan las transmisiones regulares en Argentina pero desde hacía 3 décadas que existía esa preocupación entre los radioaficionados y los amantes de las novedades técnicas.

Eran tiempos en los que proliferaban las revistas de divulgación popular que difundían novedades de aplicación

inmediata (a mediados de los 20 ya se hablaba de la transmisión sin hilos, de imágenes a distancia). Sin embargo la modernización “criolla” no dejaba de sumar obstáculos. Lo imaginario no se concretaba por reemplazo de los elementos originales por materiales reciclados o adoptados precariamente. Se trata de un momento en que los sectores populares pueden combinar los saberes provenientes de su propia cultura (saber manual) y lo aprendido en la escuela a la acceden masivamente.

Anticipaciones técnicas

A comienzos de la década del 30 se decía que la televisión era ya un hecho. En Caras y Caretas se habla de la tv con

total naturalidad y como una tecnología que será incorporada a la vida cotidiana, en breve. Las notas describen un

aparato que no es voluminoso ni complicado, y que se ve igual que en el cine (necesidad de asimilar el nuevo invento a los anteriores en una especie de continum fotografía-cine-radio-televisión). Se piensa que será de aplicación inmediata y que las anteriores tecnologías se volverán obsoletas.Caras y Caretas ve a la televisión como un complemento del teléfono. (Más tarde el sistema que será adoptado en otros países será el del broadcasting y no el de la televisión). A pesar de que la tv era mostrada como un invento logrado, había varios factores técnicos que no estaban

resueltos aún, por ejemplo, la pantalla.

En Norteamérica las transmisiones comenzaron en 1938 pero su expansión masiva no se produce hasta después de terminada la 2GM. Se consolida en el 50.

Durante las décadas del 20 y del 30 la circulación de estas publicaciones da cuenta de la existencia de un público

formado por la radio que todavía creía en la posibilidad de repetir un tipo de apropiación similar respecto de la televisión

(aparato casero de emisión-recepción). Sin embargo el modelo pionero que había producido tanta ensoñación en el caso

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El impacto inicial

La primera transmisión pública de Canal 7 se realiza el 17 de octubre de 1951. Yankelevich, director de Radio Belgrano

(vinculada a Canal 7), había viajado a EEUU para comprar los equipos que se usarían para el 1º canal de tv del país. Se

transmitieron los festejos del “Día de la Lealtad”.

La tv tardaría años en desplazar a la radio de la vida cotidiana por más que la transparencia y la objetividad fueran sus ventajas. La tv profundiza los sentidos del Día de la Lealtad porque es el medio más idóneo para la transmisión de la historia en vivo. Es presentado como el medio “más objetivo”, aquel que “deja hablar a los hechos por sí mismos”.

La transmisión televisiva reafirma la idea de que Argentina estaba entre los 1º países del mundo. Para el peronismo la televisión, como artilugio técnico, era ejemplo de los logros alcanzados y, al mismo tiempo, el eslabón de una serie indefinida de progreso que Argentina estaba poniendo en marcha.

Al principio no era tan importante la calidad de lo que se veía en pantalla, como si lo era la visibilidad de los equipos:

grandes, pesados. La antena transmisora condensa las representaciones de la TV como transmisora de imágenes a distancia. Por otra parte, la antena, ha sido construida en la argentina por mano de obra nacional. Max Koelbe, responsable de instalación, había viajado a EEUU acompañando a Yankelevich en la compra de los equipos.

El interés se concentra en las transmisiones mientras que la recepción apenas merece comentarios.

Argentina ya no podía ofrecer el mérito de “estar entre los primeros”, de manera que resultan necesarias las excusas, y

para ello se apela a los más variados argumentos: si bien no somos los primeros eso nos permite contar con el equipo

más avanzado del mundo.

La relación técnica – progreso – nación que había ocupado un lugar importante en nuestra cultura, se resquebraja; y la televisión pasa a ser una prueba de ello. La Argentina llega tarde, debe comprar sus equipos y necesita enviar a sus técnicos a aprender el funcionamiento del medio a otros países. O lo que es peor, traer al país los técnicos que “supervisen” nuestro trabajo.

El contexto latinoamericano

Los países latinoamericanos que realizan sus primeras transmisiones de tv antes que Argentina son México, Cuba y

Brasil, en distintas fechas de 1950. En estos países la tv comienza como una invención privada que ya detentaba el

poder de otros medios.

Los primeros canales de tv surgen como una iniciativa de empresas de medios gráficos y radiales, dispuestos a soportar

la inversión inicial y con estrategias similares de venta simultánea de aparatos receptores.

Tanto la compra de equipos, realizada en todos los casos en EEUU y acompañada por la presencia de técnicos norteamericanos, como las conexiones económicas con empresas de ese mismo origen, definen los modelos televisivos de esta parte del continente.

En este panorama complejo es posible señalar, sin embargo, algunas regularidades: la tv se instala en estos tres países

por la iniciativa privada de empresarios que ya detentaban la propiedad de otros medios de comunicación. Las mismas empresas se ocuparon de la venta de aparatos receptores, ofreciendo facilidades y atendiendo de esta forma a

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La Argentina no instala su primer canal de televisión con un retraso remarcable, y dada la menor cantidad de población,

la cifra de televisores cada mil habitantes llega a ser inclusive superior a la de otros países. Sí es notable el ritmo de

crecimiento de la televisión nacional: un solo canal transmitiendo para una sola ciudad con pocos aparatos receptores.

Sin embargo, también es necesario remarcar el modo en que se instala el sistema de televisión en el contexto

latinoamericano. La inversión estatal, aunque medida por Yankelevich, resulta un dato atípico. Cuando la televisión

privada se instale en el país rompiendo el monopolio de Canal 7 e iniciando una época de expansión, el modelo habrá

cambiado.

CAPÍTULO 2: Recepción y Vida Cotidiana

Las primeras transmisiones significan poco para su probable público: “la televisión estaba ahí, pero nadie la veía”. Los recuerdos sobre la programación de esos años son más que escasos.

La mayoría no recuerda la irrupción de la tv como algo impactante, mientras que la radio continuaría ocupando un lugar

central en la vida cotidiana por un largo tiempo.

Las primeras visiones son descriptas como algo maravilloso: “la voz se convertía en una persona en la pantalla”. Pero el

deslumbramiento no duraba mucho. El avance de la técnica que llegaba al país, los rasgos de modernidad. Pero la

televisión en tanto espectáculo no producía el mismo deslumbramiento.

La distinción

Lo que interesa en el primer momento es el “status” que el televisor llevaba adherido. El problema era no tener televisión, poco significaba no verla. La TV es símbolo de estatus de la familia.

Las revistas publicitaban electrodomésticos y televisores. Aparecían aparatos que combinaban radio, tocadiscos y

televisor. El mueble tenía que armonizar con los “ambientes de jerarquía”. Ya existía la idea de que publicitar por la TV subía las ventas.

Lo público y lo privado

Los electrodomésticos han servido como símbolo del primer peronismo. Se trata de un período en que nuevos sectores sociales se incorporan al consumo y la estabilidad laboral y económica aceleran el acceso a ciertos bienes: “la casa propia”, pero también la heladera, el lavarropas, etc. son símbolos de movilidad social.

Llaman la atención las connotaciones que adquiría en ese momento el ámbito privado, así como el modo en que se ve afectado por la tv: “antes el cine sacaba a la gente de su casa. Ahora hay un retorno a la vida hogareña gracias a la TV”.

Si bien en el discurso peronista el derecho a un espacio doméstico confortable similar al de los ricos sirve como promesa

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La tv ha promovido esquemas de percepción de lo “hogareño” que siempre se han relacionado con las pautas de recepción doméstica del medio. Las comedias familiares y las telenovelas fueron y son aun géneros centrales dentro de la programación. Se trata de matrices que ya estaban presentes en la programación radial previa y que siguieron explotando en la tv con éxito.

Sin embargo, las primeras imágenes transmitidas por la tv argentina fueron, como ya se dijo, los discursos de Perón y

Eva durante un acto multitudinario en Plaza de Mayo.

La segunda transmisión fue un partido de fútbol. Es a propósito de estos acontecimientos que los medios gráficos registran por primera vez el fenómeno del público viendo tv en las calles.

La elección de estos acontecimientos da cuenta de una política del gobiernorespecto de los medios de comunicación donde la relación entre deporte, nación y Estado ha ocupado un lugar central y ha tenido continuidad con las concentraciones políticas de masas. Pero también de un modo de recepción que nada tiene que ver con las

anticipaciones publicitadas.

Si resultaba difícil encontrar algún atractivo para quedarse a “ver cómodamente desde su casa”, fue necesario esperar a

que algo se modificara en la vida cotidiana, en los hábitos respecto de los otros consumos culturales para que la TV se

instalara en la Argentina y la audiencia en el sillón.

La tv no fue vista desde la casa sino por una pequeña minoría y aun en esos casos, convocaba a reuniones más allá del círculo familiar.

Las imágenes publicitarias hablaban de una tv para la familia tipo sentada en el living, mirando atentamente la

pantalla. Los testimonios hablan de una recepción muy distinta. La tv no es algo que obliga a permanecer instalado en el living, sino algo que se va a ver. La gente la veía en vidrieras, bares, confiterías, clubes, unidades básicas, casa del vecino, amigos, parientes, etc. O sea que durante la primera parte de la década la tv se miró siempre fuera del living.

Una mención especial merecen las unidades básicas que eran los lugares a donde se iba a ver televisión como resultado de una planificada recepción masiva que está fuertemente identificada con el peronismo. La TV se presupone

como instrumento de difusión política y pedagógica. En la señal de Canal 7 las imágenes de Perón y Evita se transmitían

a diario en la pantalla.

El primer televisor

La incorporación del televisor a comienzos de los 60, cuando se produce su mayor expansión en Buenos Aires, no

consigue conformar un boom comparable a las maravilladas anticipaciones técnicas de las décadas anteriores. Se trata

de un electrodoméstico comprado en cuotas que no comporta el goce ligado a la construcción de la radio casera. El

gusto popular por la técnica se mantiene vigente, pero el placer ya no surge del saber hacer manual, sino del gusto por el

último consumo de moda de los adelantos.

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Tele audiencias y vida cotidiana

Cuando la tv se integra finalmente a la vida cotidiana, lo hace mediante hábitos que varían significativamente en las décadas siguientes: “Ni a la mañana ni cuando se come hay que mirar tv”. “Las mañanas son de la radio y la noche de la TV”.

Horario y espacio limitados sirvieron como formas de contención a la tendencia expansiva de los medios de

comunicación masivos durante esta primera etapa. El televisor (único) se encontraba en un lugar especial.

Se trata de una televisión que recorta un momento ritual donde el espacio también juega un papel importante. La radio

también se asocia con momentos rituales de la infancia. Pero la diferencia es que se asocia a otras actividades

simultáneas: tomar la leche, hacer deberes, etc. Con la tv no se pueden hacer cosas al mismo tiempo, todos sentados alrededor del aparato receptor exige completa atención.

El pasaje del living a la cocina estará asociado a la facilidad para la dispersión y la simultaneidad con otras tareas, algo recurrente en los testimonios femeninos. Sin embargo el televisor sigue estando más cerca del sillón que de la tabla

de planchar.

La programación de esa época es calificada de “ingenua”, “inocente” y menos “fantasiosa” que la radial, pero a pesar de ello la tv exigía mayor concentración. La imagen “atrapa” y no permite hacer nada mas al mismo tiempo. En consecuencia, ver tv es “perder el tiempo”.

En una nota titulada “la televisión en el hogar” se insiste en la idea de programación como elemento superficial en la tv. “El televisor mantiene unida a la familia. Y el espectáculo en la propia casa significa la vuelta al hogar, el regreso a la abandonada tertulia”.

Los distintos modos de apropiarse de la televisión cuando ésta todavía era un objeto extraño, no son más que diferentes

Referencias

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