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El arte precolombino de Mesoamérica

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J

ACQUES SOUSTELLE

El arte precolombino

de M esoamérica

Nuestra civilización occidental se ha soltadodelasamarras que la ligabancon la sacralidad .

De

ahíquenosresulte tan difícilcomp render otrascult uras ap ga dasasusistema reli-gioso ya su visión del mundo.Esas iviliza ciones ignoranla noción del "a rte por el arte".Su plástica cumple con una función bien determinada que consiste encomunica r con el mundo de lo sagrado,aportandoal ritual la iconografía, el marco material que éste necesita pa raque se haga nvisibles y pal pables los símbolos propios del len guaje esotér ico. Mas,por importante que sea en esas artes lapartede lo reli-gioso, peculiar atención dedican tamb ién a ciert os temas profanos -bien es verdad queelhom bre,omejordicho,los homb resa los que en esecaso glorificanal igual que a dioses son cas isiempre personajes fuera de serie:guerreros insig-nes,reyes,sacerdotes de rango elevado...

Basta considerar los vestigios del arte precolom bi no de México y de América Central -esdecirde esa"Mesoa rn éri-ca" que fue a lo largo de tres mil añosuno de los focos más espléndidos de la cultura mundial- para que se nos haga evidente de inmediato la coexistencia de esadimensión sa-cra,muy predominante por cierto, yde un"sector profano" estrechamente vinculado con las estru cturassociales y polí-ticas de los Estados autóctonos. Pero,por supuesto,también

cabe subrayar de entrada que sólo conocemosuna parte li-mitada -aunque particularmentevaliosa-de lasartes pre-colom binas,a saber la escultura,yasea en bajoya en alto re-lieve,el cincelado de piedras semipreciosas,la pintura mu-ral,la iluminación de manuscritos ,la decora ciónde telas y deobjeto sde cerámica .En efecto,lasalhaj as de oro de ex-quisitalabor terminaron casitodas en loscrisoles de los con-quistadores;apenassubsisten dos o tresmuestrasde aque -llos mosaicosde plumasmulticolores,obras maestrasper o frág iles debidasal insuperable esmeroyala infinita pacien-cia delosartistasautóctonos;ycasinadasa bemos dela mú-sica india.. .

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Figuramayade terracotaprocedentede Jaina.Campeche.Museo NacionaldeAntropología

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I~sque dependían la fecundidad de las tierras y la abundan-cia de las cosechas.Esas figurillas son especialmente nume-rosas en el Valle de México.

Considerada, pues,en su conjunto, la época "preclásica" viene a ser como una introducción al periodo esencial, el de las altas civilizaciones mesoamericanas. La más antigua de ellas, su iniciadora, fue la civilización olmeca que, a partir del año 1200 a.C,ya lo largo de ocho siglos, iba a lucir con inigualado resplandor desde el golfo de México hasta el Pa-cífico y Guatemala. En ese pueblo cuyo misterio estamos aún lejos de haber penetrado irán asentándose los rasgos ca-racterísticos de Mesoamérica -rasgos que perdurarán in-cluso en los aztecas casi tres mil años después - ,entre otros la capital importancia de los centros ceremoniales, luego del arte sacro, el predominio de la escultura y del cincelado, la abundancia de las estelas en bajo relieve y de los altares mo-nolíticos.Remóntanse asimismo a los olmecas los primeros elementos de una escritura jerogllfica así corno las figuracio-nes del complejo calendario mesoamericano.

Más que nada nos fascina en los olmecas el arte de la pie-dra, y ya destacan en él los dos temas a los que antes nos he-mos referido:el mundo de los dioses y el mundo de los hom-bres. Del primero testimonian entre otros muchos ejemplos los altares de La Venta y de San Lorenzo cuyos bajorrelieves representan a personajes (dioses osacerdotes) que llevan en brazos a un extraño niño, medio humano medio felino;la diosa de la lluvia y de la fecundidad agrícola de Chalcatzin-go; el "bebé jaguar" de Las Limas, estatuilla de jade de asombrosa virtuosidad; los hombres jaguares de la colección Bliss en el Museo de Dumbarton Oaks, en Washington... En cuanto al segundo tema, no menos valiosas son las figu-raciones de hombres de Estado, jefes y embajadores.Las co-losales cabezas características de la cultura olmeca son apa-rentemente retratos de personajes notables.De ello da fe la especificidad propiamente individual de sus facciones;y los glifos esculpidos en los cascos que les cubren indican sin lu-gar a dudas e! nombre o el título del notable retratado.La famosa estela llamada del "Embajador", en La Venta, refie-re un hecho histórico:cuatro signos jeroglíficos explican e! propósito del hombre en marcha, esgrimiendo una bandera, que se ve en ella representado.Más célebre aún es la estela del"T ío Sam" cuyos bajorrelieves evocan el encuentro" ca-ra a caca-ra" entre un olmeca típico con su rostro rotundo y un individuo de angulosas facciones:¿entrevista política entre dos jefes de distinto origen étnico? .

Las artes mesoamericanas aparecen pues definidas,por lo menos en sus aspectos esenciales, desde e! primer milenio antes de nuestra era. Pero esto no significa en absoluto que quedan inmovilizadas o uniformadas durante todo el tiempo que transcurriera entre aquella época y la conquista española. Al contrario, cada civilización, cada provincia supo elaborar su estilo propio. Sin embargo, !lo cabe duda de que existe como un parecido de familia entre todas sus rea -lizaciones. Una estatuilla olmeca, un bajo relieve maya, una pintura de Teotihuacán o una estatua azteca pueden identi-ficarse a primera vista pero, consideradas en su conjunto, re-velan más similitudes entre sí que las obras elaboradas por las civilizaciones andinas desde Chavín hasta Tiahuanaco, desde los mochicas hasta los incas.

En lo que respecta a las artes plásticas,dos fases principa-les destacan en la historia de Mesoamérica después de los 01-mecas:la época clásica, desde el final de! primer milenio an-tes de nuestra era y el principio de la misma hasta el siglo X, y la época postclásica, desde e! año 1000 hasta los iniciosd~1 siglo XVI. Corresponden a la primera fase de! arte de

Teoti-huacán, el de los mayas "clásicos",el deMonte Albán, el de Oaxaca y el de! golfo de México (Veracruz). Propias del se-gundo periodo son las obrasde los "últimos"mayas (Yuca-tán), las artes toltecas;la cultura mixteca de los montes de Oaxaca, la cultura llamada"mixteca-puebla"que predomi-nó entre esos montes y la llanura deCholula y Tlaxcala y, por último, la civilización imperial delosaztecas.

El arte maya clásico,talcomo lovemos representado en ciertas metrópolis (Tikal, Palenque, Yaxchilán y Copán, por ejemplo), y que tuvo su auge entre el sigloVI y el siglo.

VIII,constituye seguramente la cumbre absoluta de la esté-tica autóctona americana. El estilo maya impresiona por·

una inconfundible mezcla de potencia yde finura, de la cual dan fe también los bajorrelieves (buen ejemplo tenemos de ello en Palenque con el bajo relievedelos Esclavos o e! sarcó- .J

fago de! Templo de las Inscripciones),lasestelas de Tikal o de Copán, los dinteles y bajorrelieves de Yaxchilán, sin pa-sar por alto los objetos preciososdescubiertos en lastumbas: alhajas dejade, huesos graba dos,inscrip cionescuyos carac-teres tienen la finura delos arabescos... Entodasesasobras aparecen a menudo figuras de dioses y de sacerdotes, así como escenas mitológicas o ritua les,perotambién se pueden ver en YaxchilányenPied rasN grasadm irables bajorrelie-ves que relatan la historia dinásticadelas ciudades, enco-miando la grandeza de susreyes. En Bonarnpaksubsisten algunos frescosque -cosa excepcional - pudieron resistira la acción corrosivadel clima,yenellosvernos reconstituida la vida de un principado mayadem diana importancia, con sus ceremoniasysus danzas,con us orq uestas y susdamas de alta alcurnia,p ro igualment e con secuasviolentas entre altanerosguerreros alos que pr sta ngran mpaquesus pie-les dejaguar ysuscoronas deplumas.Yasimismonos infor-man de la vidadelos mayasclái os, d su indumentaria y de los adornos con los quese engalana ban,los vasospolicro-mos de lagra népoca, corno elcél br vasodeNebaj (Museo Británico).

Contemporánea de losmaya c1á icos, lacivilización de Teotihuacán , en la Meseta ,mantuvo int nsasrelaciones con ellos, pesea la enor medistancia qu les separaba.Tanto más notable esla extraordinariaoriginalid adde su arte. En éste laescultura tuvo sobre todo un pa pelauxiliar, ponién-dose al servicio de una arquitectura austera y grandiosa, como de ello testimonia en parti cul arelbell ísimoTemplode'

la Serpiente Emp luma da,qu formapartedel descomunal conjunto llamado "La Ciudadela" y que está cubierto de bajos y altos relievesdedicados a los diosesdela lluvia y de la vegetación.Herm osas esculturas adornanigualmente los pilares del"Palacio delaMariposa Emplumada"(Q uetza l-papalotl) que se descubri óhace poco,destacandoentre ellas.

una estatua o, mejor dicho, una losa de dimensiones monu-mentales en la que serepresenta a la diosadel agua (hoy en el Museo de México).

Pero la pintura muraleslo quemás que nada caracteriza el arte de Teotihuacán,arte sacro que,alolargode las pare-des de los edificios de Atetelco yde Tepantit la, rinde home-naje a los dioses,a los sacerdotes,al ritual y,a veces,acier-í , tos hombres de conocida religiosidad oa los bienaventura-dos que en el paralso descansan .El rostrodel dios de la llu-'

.via fecundadora parece ser un motivo casi obsesivono sólo en los murales, sino tambiénen lacerámica que,según una técnica muy peculiar de esta civilizació n, tiene igualmente pinturas al fresco.Y,por último,los artistas de Teotihuacán supieron reavivivar, llevándolaa un extremo grado dep~r~

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humanos,sustitu-yendo las cabezas colosales de sus antecesores con máscaras funerariasde piedradura,esculpidas y pulidas,además de adornadas con incrustaciones de turquesa,jade y nácar.

Esquematizando mucho, podría decirse que el arte de la época clásica se divide en dos grandes sectores: en Monte Albán, Mida,Yagul, Monte Negro y algunos otros solares de Oaxaca se despliegaelestilo zapoteca en el que dominan la cerámica, el barro cocido con figuras de dioseso,aunque más raramente, con seres humanos como en el caso de la be-llísima estatuilla del "Escriba " , y la pintura mural propia de las cámaras funerarias;en la zona costera(actua l Estado de Veracruz) principalimportancia tiene laescultura cuya originalidad impresiona en particular en los bajorrelieves religiososde El Tajln y, sobre todo, en las"palmas" y en los

/

Mont eA~n: Sinf onla da aac.llnata..

"yugos ", esos objetos enigmá ticos de fina ejecuciónygran bell eza plást ica de losquesólo se sabe que serelacionaban co n eljuego de pelota ritual.

Teotih uacánhablade sucu mbir en elsigloV11,ya fuera a

'ra ízde una agresiónexterior, ya aca usa de una convulsión

intes ti na. La arquitectu ra, la escultura y la pint ura fueron extin guiéndose en las ciudades mayas a partir del siglo X.

En otras pala br as, obvios signos de agotamiento podemos

observarenelmundo clásico haciaelfinaldel primer milenio de nuestra era.Y,sinembargo, esa crisis quevemos enton-ces tan genera lizad a perdona, valga la expresión, a unos

cuantos centrosurbanos.Buena prueba deelloes el caso de Xoch icalco , enla vert iente occidental de la Meseta ,consus magn lficosbajorrelievesde acentuado carácter mayay sus inscripciones jerogllficas al estilo de Monte Albán.Otro ejemplo de esos cotos de prosperidad son los frescos que se acabande exhumar en Cacaxtla, al pie de los volca nes, en'la

meset ade Puebla.lJebidasprobablemente auna población oriunda de la zona del Golfo y sometidas a lasinfluencias maya s, estas extraordinarias composiciones pictóricas no

sólo exp resan las concepciones mitológicas de esa etnia, sino que también relata n escenas de batallas,sin dejar de

ensalza r, clar o está, las hazañas realizadas por sus héroes

nacio nales.

Sea como fuere,lo siglos IX,X y XI son para México los

de las grandes migraciones humanas. Cual ininterrumpida marejada,los nómadas y belicosos pueblos de las estepas del norte afluyen a la meseta central, alcanzando incluso algu-nos de ellos el Yucatán y Guatemala.Tula,urbe fundadaen el siglo IX,recuperará en parte la herencia de Teotihuacán,

pero con los del norte se van introduciendo nuevas concep-ciones cosmológicas y ritos inéditos -los sacrificios huma-nos y la doctrina de la guerra cósmica,en particular- que se reflejarán en el arte. Las cariátides que sostienen el tejado del Templo Mayor de Tula son enormes estatuas de tensos guerreros en armas con rígidas coronas de plumas de águila.

En cuanto a los bajorrelieves, representan principalmente procesiones y desliles militares,o bien águilas y jaguares de-corando corazones humanos. Esculturas macabras vienen ahora a decorar lostrompantli(lugares en dondese apilaban las calaveras de las víctimas propiciatorias). La Serpiente Emplumada, considerada poco antes en Teotihuacáncomo benéfica deidadde la abundancia vegetal,pasa a ser en Tula un avatar del Lucero del Alba,el dios-arquero de temibles /lechas ..

Austero e imponente, el arte tolteca es el espejo de unas o-ciedad dedicada al culto de los astros y de la guerra.Al ser tansportado al Yucatán se injerta -por decirlo asi-r en la tradición maya,lo que le permite evolucionar, volverse más

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el dios de la lluvia Cha c co n lasdeidadestoltecas ,para

al-ca n za r su plenitud en la portentosa arquitecturadel Templo

de los Gue rre ros ydelJuegode Pelot a de Ch iché n -It zá.

In-só lito brillo tendrádurantedos siglos este artehíbrido cuya

esp ec ificid a d res al ta no sólo en susbellasesculturasquec

u-bren sus monumentos,sino tamb ién en los murales o en el

cince la d o, en particular el de ciertos discos de oro grabados

con motivos toltecas (escenas de sacrificios humanos, por

ejemplo) pero una vir t uosida d muy propia de los maya s.

En Oaxaca, debido a la presión que ejercían las tribus

mixtecas de la montaña en los habitantes de los va lles, los

zapotecas se vieron obligados ya en el siglo IX a trasladarse

hacia el este , en dirección de Tehuantepec. Tras haberse

adueñado de Monte Albán y de Mitla ,losmixtecas

desple-garon en esa región su arte propio,en el que prevalecían la

orfebrería y la iluminación de manuscritos. Las alhajas de

oro o de turquesa que se han descubierto en lastumbasmix

-tecas son impresio nan tes. Aunq ue su destino era más que nada orna m ent a l,destacaa men udo sucarác ter religio so (J

cosmo lógico, como en un pectoral en que apa re ce n los

sím-bolos de la tierra, del sol y del juego de pelota cósm ico.

Otros dos pectorales dan ejemplo de lo mismo:en uno viene

figurado el dios Xipe Totec; el segundo representa una tabl a

de concorda nc ia entre los ca len da r ios zap ote ca y rnixt eca.

En cua nto a los manuscritos o códices de los rnixt eca s,

va le cons idera rlos, por sus iluminacionespolicroma s y sus

pictogramas, como una auténtica enciclopediailustrada , ya

sea de sus creencias religiosas y de sus ritos,ya de lahistoria

de sus dinastías y de algunos de sus héroes nacionales (como

el legendario "O cho-C ier va-G ar ra de Jaguar" ). El mismo

estiloyla misma paleta,así como el mismosistem a simb

óli-co relacionadocon el calendario ritual, se encuentran a

si-mismo en las pinturas murales,y, debido a las expediciones

de algunos aventureros mixtecas, estas cara cter ísticas se

propagaron mucho más allá aún, hasta Tulum, ciu da d

maya fortificada del Yucatán,a orillas del mar Caribe,e i

n-cluso hasta Corazal, en el sur.

Determinante fue pues la influencia del'estilomixteca en

la evolución art ística de la partecentral de México. La

cul-turallamada "rn ixteca -puebla"se exte ndió desde los

mon-tesdeOaxaca hasta Cholula yco nt rib uy ógra ndemente a la

formación delartedel valle deMéxico.Se sitúan delleno en esa corrien te cultural loscódices religiosos(muchos de ellos de incomparable va lor estético ydeinm en sointer és i deoló-gico , com o el Códice Borgia ),los mura les de Tizatlá n(T la

x-ca la) yla cerámica policroma de Cholu la.

Los aztecas,que llegaron por últimoal Méxicocentra l, se

lanzarona su vez en pos dela hege monía a princi pi os dels

i-glo XV, pero pronto venciero n a sus co mp etidores, em pe

-zando por sus vecinos delameset acent ra l,conq uistan do a

continuaciónla mayor partedel terr ito r iomexicano,de un

océanoal otro,y emprendiendo por fin lareunilica ción de

aquel mosaico de ciudad es y esta dos pequeños o grandes

que se repa r tía nelpaí s, Supropósito era co nvert irlos en una

co nfede rac ió nyencaminarl os por añadidura hacia una s

ín-tesisreligiosay artística , Enefecto,si bien tenía el ar teaz

te-casu principal raíz en la trad ición tolteca ,a la que se au na-ron,por cierto, las influenciasmixtecas y"rnixteca-p ueb la",

los aztecas -como lo mue tra n los descubrimientos que

se han hecho est osúltimosañosen elantiguoTemp lo

Ma-yor deMéxico- conoelan y apreciaban lasobras maestras

delas civilizac ionesanterior s, yno 610lasde losolmecaso la sde Teotih uacá n, sino también lasdelosnatura les delas

ciuda des que ellos hab lan o.upado, Monte Albán entre

otra s,Asípues, uar t por .x- len.ia un arte imperia l,el deun Esta do que fu rzaporabsorb-1'Yreestr uc tura r el pa tr imonio de un inm n oconj u nto el pueblo varios,

Pe e alasde tr u ion ,la ultur a azt'ca nosha dejado innumerablesmu ura d u p rfec.ión ré.ni'a ydesu p

o-ten cia im bó lica. La t marica r li iosaycu.mológicaes en

ella omnip re ntc: t tua rnonurn mal yde conmove dor

imboliim o d la diosa t rrcstr- .oa rliru c: di· ode piedra quef zurala d idad lunar 'o yolxa uhq u i; igantescocale n-da ri o azteca n Iqu vi n a r urn irs rodauna vi ióndel mundo y d 1 ti mpo;Ola'a b ras }' g sricula nresCiute teos,

que on muj er s d ifi adaso d rnon iosd-1 crepúsculo;

be-névolo-Tla lo , dios d la lluvia , yXoch ipill i,diosde la j

u-ventud ydela flor ,., 'í,innurn rabies ron -'asfiguras de dio esde imp abl j u i6n'Ju tant o imprerionaranalos

de rná pueb los, por lo qu lo' contem peran·os de losaz

te-cas solía n decir gu' é tos ran "los hombres más piadosos de la tierra", P ro t, mpuco e'cascan -nese art elostemas profanos. La fama'a "Piedra d Tizoc", con '11' bajorrelie -ves en honor del ernp.ra dor del mismo nom bre, ensalza proeza imaginarias, yaquedich omon a rca,según rezanlas crón icas ,cor res po ndíapoco a laima gendel valeros ogue

rre-ro que su propagand a quería imponer.Abunda n asimismo

las estat uas,sob riasy emocionantes, de losmaceualli(h

om-bre'del pueblo),a í amo la'e'cultura.deplantasy anima

-les (coyotes lan ud os, in ecto s,etc...) Menos flor idoque el ar te maya ymenos rígido que el tolteca,elartequeculmi

na-ba en Tenoc htitlán en ese año fatídico de 1S19en el que

irrumpi eron Cortés y sus compa ñeros de avent ura refleja una.Iarga tra dición a la vez que una intensa sensibilidad creadora .

.Lo aztecas tuvieron tambi én en gra n aprecio las artes

"menores":eltra baj odel oro,elcincela do, lafa bricació n de

alhajas, las labores de pluma s,etc .Pero co mo son

poquísi-mas las muestras quede ello subsiste n en los museos, sólo

podemos imaginar que lo azteca alca nzarían la misma per fecciónen ese sector que en los demás.¿No tenían a su disp osición com o prot ector de los artistas~9-~etzalcoatl,.la ben évolaSerpiente Emplum ada,elhér oe civiliza dor que

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