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Fronteras, territorios y mercados en el contexto de los procesos de integración económica regional

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FRONTERAS, TERRITORIOS Y MERCADOS EN EL

CONTEXTO DE LOS PROCESOS DE INTEGRA CION

ECONOMICA REGIONAL

PABW JOSE CICCOLEILA

SUMARIO: 1. Consideraciones Generales. 2. Reterritorializaci6n post-re-estrucluraci6n. 3. Reestrucluraci6n Capitalista, Integraci6n y Resignificaci6n de las .Areas de Frontera. 4. Conclusiones.

1. Considcraciones generales

Luego de las grandes transfonnaciones experimentadas por los pafses centrales durante los aiios setenta, las economfas latinoa-mericanas iniciaron o consolidaron en Ia decada siguieme un proce-so que (con pocas excepciones, como el caproce-so chilena) podriamos denominar de reestructuraci6n pasiva, caracterizado por un prolon-gado estancamiento, sfntomas contradictorios de sus economfas y agudizaci6n de sus problematicas sociales. Los afios noventa, en cam-bio parecen estar constituyendo el escenario de un acelerado proceso de reestructuraci6n activa, en el marco del cual se estan efectivizando las refonnas econ6micas, ya ensayadas por los parses centrales: re-ducci6n del deficit fiscal, estabilizaci6n monetaria, apertura de Ia economfa, redisefio del sistem a tributario, programas de privatizaciones de empresas publicas, modernizaci6n de los siste-mas de gesti6n estatal y privados, etc. Mientras tanto, objetivos tales como el desarrollo, Ia equidad, la superaci6n de las desigualdades regionales, Ia justicia social, etc.; fueron reemplazados por otros ta-les como eficiencia, desregulaci6n, competitividad, flexibilidad,

modemizaci6n y fluidez. ·

.EI imperative del mercado y Ia dn1stica reducci6n de los me-canismos de regulaci6n y compensaci6n de los efectos indeseados de Ia "libre competencia", ha sido uno de los rasgos esenciales de Ia refonna del Estado llevada a cabo durante las dos ultimas decadas en los pafses de America Latina. En los distintos niveles de Gobiemo !nacionaJ, regional, provincial y local) se h.a llevado a cabo una

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rrea poHtica de ajuste ecoo6mico, lo que signific6 racionalizaci6n del gas to publico, disminuci6n del numero de organismos publicos, despidos masivos, reorganizaci6n de la estructura burocratica, etc.

Otro de los aspectos mas relevantes de Ia refonna estructu-ral fue Ia apertura de Ia ecooornia, es decir Ia necesidad de moder-nizar, adaptar, reconvertir y bacer competitivos y eficientes a los sectores productivos para revertir Ia tendencia mercadointernista, orientando las economfas nacionales bacia Ia exportaci6n, como nueva estrategia de desarrollo. Dentro de es ta postura se desarro-llaron los discursos y realidades que han conducido bacia los pro-cesos de integraci6n econ6mica subregional, pero tambien bacia sus interrogantes y contradicciones.

Siguiendo esta posici6n, en el caso de los paises avanza-dos, los procesos de integraci6n econ6mica subregional parecen ser funcionales a Ia consolidaci6n, legitimaci6n y expansion del nuevo regimen de acumulaci6n y del nuevo modo de regulaci6n. En tanto, para un selecto grupo de paises emergentes (Chile, Vene-zuela, Mexico, Brasil, Argentina) aparece como el vehiculo de in-troducci6n e instalaci6n de los mismos, pero tambien como un ins-trumento de legitimaci6n de un modelo salvaje de ajuste neoliberal, junto a un proceso de modernizaci6n acelerado y a una nueva olea-da de penetraci6n del capital transnacional. Por ultimo, para Ia mayorfa de los pafses de America Latina, Asia, Africa y quiza al-gunos pafses o regiones de Europa Oriental, parece significar la inviabilidad, Ia marginaci6n y Ia exclusi6n.

En

definitiva, en las dos Ultirnas decadas del siglo que esta terminando, los procesos de integraci6n econ6rnica aparecen tanto entre los parses avanzados como entre los perifericos, como una es-trategia decisiva o indispensable para Ia reinserci6n de sus econo-mfas en el contexto del capitalismo avanzado.

Pero son posiblemente, las nuevas condiciones tecnol6gicas

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grandes unidades econ6micas supranaciooales solidarias en su inte-rior y competitivas bacia afuera.

Este proceso de constituci6n de grandes bloques econ6mi-cos multiestatales es, a Ia vez, paralelo y funcional con Ia tendencia a Ia mundializaci6n o globalizaci6n de la economfa, Ia ideologia, Ia politica y la cultura1

En este sentido, puede decirse que Ia integraci6n constitu-ye una forma particular o un primer paso, un paso intermedio, ba-cia Ia completa globalizaci6n de las formaciones soba-ciales naciona-les. En todo caso, resulta sumamente dif(ci! estudiar un proceso (Ia integraci6n eco n6mica regional) aisladamen te del otro (Ia globalizaci6n o mundializaci6n). Ambos fueron viabi lizados por el sal to cuali-cuantitativo establecido porIa transformaci6n del para-digma tecnol6gico hacia principios de la decada de los setenta en los pafses avanzados, acelerado porIa crisis econ6mica que experi-mentaban las economfas lfderes de occidente y potenciados en su expansi6n horizontal o universalizaci6n por los mas recientes su-cesos de las formaciones sociales en transici6n al socialismo (hoy en transici6n al capitalismo), ya sea mediante Ia apertura prematu-ra de importantes segmentos de su economfa al capitalismo (via china) ode Ia implosi6o-fragmentaci6n y reconversi6o total y vio-lenta al mercado (vfa esteuropea).

En el contexto de La tendencia globalizante y tras las trans-formaciones aceleradas por Ia crisis de principios de los setenta y Ia aceleraci6n de Jas mutaciones tecool6gicas y productivas, los

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procesos de integraci6n estan poniendo de relieve los aspectos mas crudamente territoriales del proceso de cambio estructural. El rela-jamiento de las fronteras, Ia ampliaci6n de mercados, Ia redefinici6n del uso de l suelo agricola, Ia refuncionalizaci6n del espacio urba-na, el rediseiio de las redes de transporte, comunicaciones y ener-gfa, etc. son algunos de los mas potentes factores de reestructura-ci6n territorial a que estamos asistiendo en los ultimos aiios de este siglo e induda blemente vinculados a los procesos de integraci6o econ6mica, aunque estos esten definidos previamente en lo politi-co o se verifiqueo politi-como una politi-consecuencia (o en oportunidad) de Ia declinaci6n del Estado-Naci6n.

Los discursos ideol6gicos y culturales dominantes han contribufdo a modificar sustancialmente Ia percepci6n colectiva de las relaciones entre conflictos, dernandas y territorio. Asimismo, han promovido Ia busqueda de satisfacciones inmediatas e individuales que tienden a priorizar el espacio vivencial y cotidiano. Se observa una fragmentaci6n de los conflictos y de las contradicciones, que abora tienden a organizarse y expresarse desde unidades territoriales acotadas (barrio, 」ゥ オ、 。セ@ regi6n o provincia). Los movimientos so-ciales, aunque se organicen sectorialmente, tienden a partir de un

fragmento territorial subnacional definidoz.

Las transforrnaciones globales recientes parecen tender a difundirse de manera diferenciada hacia Ia periferia, donde Ia natu-raleza de los sistemas polfticos y econ6micos locales ofrecen mayor o menor resistencia seg1ln el caso, deterrninando distintas velocida-des o intensidad de los procesos de cambio. Por ejernplo, mientras en Ia Argentina e l resquebrajamiento definitivo del modelo sustitutivo o mercadointemista demor6 mas de quince aiios, en Chile los logros de las reforrnas polfticas y econ6micas comenzaron a evidenciarse desde principios de los aiios ochenta. Es decir que, por un !ado, la transformaci6n del escenario mundial gener6 condiciones para Ia

1 En este contexlo es interesonte observllf In terri lorinlidad de conflictos o estnllidos socillles

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difusi6n de las transformaciones y, por otro !ado, Ia situaci6n politi-ca, social y econ6mica de cada sociedad nacional parece ir determi-nando los tiempos de dichas transformaciones.

El proceso de reinserci6n internacional de Ia economfa ar-gentina, potenciado por Ia constituci6n del MERCOSUR, esta mos-trando un doble aspecto que explica el incipiente pero acelerado y potente proceso de globalizaci6n y reestructuraci6n socioterritorial que se registra en el pafs: por un Jado se verifica un proceso de reconversion productiva y de reorganizaci6n empresarial que estci dando como resultado la triplicaci6n del comercio exterior en pocos aiios; por otro !ado, se ha registrado una significativa afluencia de inversiones extranjeras, especial mente en el sector serviciosJ.

Paralelamente, si bien los nuevos sistemas de producci6n y circulaci6n han disminuido las ataduras espaciales, las nuevas y sofisticadas formas de competitividad intenerritorial, han revitalizado las ventajas comparativas de las grandes regiones metropolitanas.

Los acelerados procesos de integraci6n econ6mica y mundializaci6n-modernizaci6n que se estcin desarrollando en vastas cireas del planeta, se desenvuelven a panir de 16gicas y formas de arti-culaci6n territorial fundamemalmeme privadas. La refuncionalizaci6n neocapitalista del espacio constituye entonces un proceso fundameu-talmente controlado por las estrategias empresariales y su sesgo es tendencialmente privatizador.

Precisamente, junto con Ia crisis del Estado Keynesiano y del Estado-Naci6o, desde mediados de los afios setenta entran en crisis las po!Iticas territoriales, ya sean de caraci.Cr regional o urba-na, encamadas en los planes, programas de desarrollo regional o ur-bano; o aquellas mas bien vinculadas ala regulaci6n y ordenamiento del crecimiento urbano o regionaL

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El estado de situaci6n parece ser el siguiente: cuando mas fuerte estan siendo las transformaciones territoriales, mas debit que nunca ha sido Ia regulaci6n del Estado Nacional sobre los procesos territoriales en marcha y me.nos claras que nunca (y sin rumbo expiJ-cito) sus polfticas territoriales. Nunca como antes, con menos atadu-ras que nunca, el. capital contruye a su voluntad "su" territorio, que no es el t.erritorio de Las necesidades de Ia gente.

En el presente trabajo se intent a presentar una visi6n general de las transformaciones y tendencias territoriales, como producto de los cambios en Ia organizaci6n del capitalismo global, tomando en particular los efectos de uno de sus procesos derivados -integraci6n econ6mica subregional-y en especial en las areas de frontera.

2. Reterritorializaci6n post-reestructuraci6n

E l nuevo paradigma tecnol6gico productive ha tendido a ducir una redistribuci6n territorial considerable de los medios de pro-ducci6n, induciendo por lo tanto a Ia redistribuci6n de las fuerzas productivas en su con junto. Ha generado un nuevo modelo selective de incorporaci6nlexclusi6n de areas, deterrninando Ia declinaci6n de unas y el ascenso de otras (Benko y Lipietz, 1992, Albuquerque y Curbelo, 199 1 y Ciccolella, 1992 y 1993). Ha desencadenado una dura puja entre regiones, entre ciudades, todas contra todas a nivel mundial, por Ia radicaci6n de inversiones, dando Iugar a lo que po-drfa denomi narse competencia entre territories, y at desarrollo de

nuevos factores y condiciones de competitividad sumamente dife-renciados entre cada fragmento territorial en una economfa suma-mente globalizada.

En Ia escala de analisis global, las innovaciones tecnol6gi-cas de este per(odo han transformado como decfamos Ia variable es-pacio-tiempo de las transacciones, virtualmeote han "achicado" el planeta, pero parad6jicamente han agrandado una vez mas el merca-do. No en sentido de mas consumidores, sino de comsumidores que COnsumen mas productos y renuevan mas rapido SU StoCk de bienes de con sumo durable, su indumentaria y sus accesorios profesionales.

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Durante el mismo lapso, tambien se verificaron transfor-maciones poHticas que es!An produciendo a su vez notables cam-bios en Ia concepcion del territorio yen Ia propia realidad territo-ri al. La cterrito-risis del Estado-Naci6n y las tendencias bacia Ia globalizaci6n y Ia integraci6n han impactado directamente sobre el referente territorial inmediato de las mismas y particularmente esto se advierte en las areas de frontera que han tendido a conver-tirse en espacios de transici6n o interfase, doode prima Ia coope-raci6n y las estrategias transfronterizas y Ia construcci6n de un espacio vivencial de bibridaci6n cultural, luego de haber sido durante decadas zonas de tajante diferenciaci6n, tension y con-trol cultural, econ6mico y militar. Asimismo, frente al debilita-miento del Estado-Naci6n, las regiones o unidades territoriales subnacionales han ganado importantes espacios de poder, vfa des-centralizaci6n de funciones administrativas y tienden a vincular-se e invincular-sertarvincular-se en Ia nueva divisi6n territorial global del trabajo de una manera mas directa, con menos mediaciones de parte del Estado Nacional.

Como ya se sugiri6, luego del proceso de reestructura-ci6n econ6mica, cambio tecnol6gico-productivo y refonna del Estado experimentado por las economfas desarro!Jadas durante los aiios setenta, comienzan a incrementarse y potenciarse hacia fines de los ochenta, los esfuerzos de integraci6n econ6mica, que estan derivando en Ia formaci6n de un capi talismo de blo-ques econ6micos supraestatales en distintas areas del denomi-n ado "primer mudenomi-ndo".

Mientras tanto, los parses del sur, entraroo en un proceso de ajuste estructural, privatizaci6n y reforma del Estado, en medio de un largo periodo de estancamiento y/o declinaci6n econ6mica, sin haber siquiera comenzado una profunda y ッイァセョゥ」。@ transformaci6n productiva, social y tecnol6gica, como Ia acontecida en los aiios se-tenta en Europa Occidental. Pero tambien se han lanzado a fortalecer los vinculos de cooperaci6n y asociaci6n regional en Ia segunda mi-tad de los aiios ochenta, aparentemente, como una estrategia imitativa

ylo defensiva respecto del norte desarrollado.

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El factor tecno16gico, especialmente en el campo de Ia infor-ml\tica, el transporte y las telecomunicaciones; los recursos de la pro-ducci6n flexible; el afianzarniento de un discurso ideol6gico neoliberaJ predominante; y el ascenso de un paradigma sociocultural fragmentador, hedonista y deconstructivista, confluyeron en el sur-gimiento de un nllevo modelo socioecon6mico y de nue vos escena-rios multiescalares viabilizados por el denominado proceso de Globalizaci6n o Mundializaci6n. La modernizaci6n y aceleraci6n, tanto de las condiciones de producci6n como las de Ia vida cotidiana, Ia densificaci6n e intensificaci6n de los contenidos terri tori ales y de los flujos que los vinculan (Santos, 1993), constituirfan el vehiculo material del proceso destacado.

Dicho de otra manera, sobre el te rritorio estan interactuando de manera imbricada, superpuesta, interfuncional y solidaria los pro-cesos de integraci6n, mundializaci6n y modemizaci6n bajo condi-ciones de aceleraci6n, flexibilidad y adaptabilidad local-regional, determinando una nueva organizaci6n del espacio a diferentes esca-las (global, supranacional, nacional, reg·ional y local). Esto estarfa produciendo un nuevo tipo de fragmentaci6n territorial y detenni-nando nuevas situaciones de competitividad o inviabitidad econ6mi-ca (y a veces sociopolftica) de los lugares, de los circuitos producti-vos, de los mercados, asi como determinando el afianzamiento de los sectores sociales hegem6nicos y desplazando, excluyendo o neutra-lizando a los restantes sectores4.

En lo referente a Ia Argentina, el proceso de integraci6n con Brasil y posteriormente con el MERCOSUR, pareciera ser en Ia ac-tualidad el principal vehfculo de reestructuraci6n productiva, social y territorial, aunque teniendo como contexto y condici6n previa Ia

• Vnle acotarquc, porejemplo, en el caso de Ia Uni6n &ropea. seglin un estlldio de Albuquerque y Curtlelo,l:is cinco regiooes mas dcs:lrroUadas cle Europa (Oarii'lSUdl, Obetbayem. Stutt&M. H:unburgo e Ue cle fエセセセセ」・I@ quiniUplican en prodllCirvidad y coodiciones de vida a las .egio-nes menos clesarrolladas (Basilica!a, Calabria. Andnluda, Exttem:JdUill y Canarias). Algo

!!4reeido acontece con el coste saJarinl enue Alemanin. en un extremo y Portugal en el otra (Albuquerque y Culbelo, 1991}.

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estabilidad monetaria, el desmantelamiento del aparato productivo y de servicios del Estado (privatizaciones) y el vuelco general de Ia economfa (sobre todo inputs, en el caso de Ia Argentina) hacia afue-ra. Asf, el desarrollo de competitividad extema y Ia reinserci6n en un nuevo orden econ6mico mundializado, parecen ser los principales objetivos o metas a lograr por el programa econ6mico vigente, mien-teas que Ia integraci6n (MERCOSUR, NAFTA, Acuerdo Bilateral Argentina-Chile) y Ia modemizaci6n serfan los instrumentos que darfan viabilidad tecnica a aquellos.

Sin embargo, este proceso de transformaci6n acelerada

Hァャッ「。ャゥコセ」ゥVョMュッ、・イョゥコ。 」 ゥVョ@ vfa integraci6n) noes homoge-neo, sino que estarfa produc iendo una nueva fragmentaci6n social-territorial, donde aparecen regiones, sectores sociales y secto res productivos que se modemizan, que se incorporan a l sistema mundializado de re lac iones econ6micas y culturales, que en terminos reales se integran con economfas vecinas; y regiones, sectores sociales y productivos que quedan exclui-dos de este proceso (Ciccolella, 1993)5

• Tam bien se dan s

itua-ciones intermedias donde el factor clave es el tiempo. Los tiem-pos de Ia transformaci6n son mas lentos, y por lo tanto, mas riesgosos, traumiiticos e inciertos, sobre todo desde el punto de vista social6.

El capitalismo avanzado y los cambios productivos, tec-nol6gicos, comunicacionales, organizacionales y politicos que estan marcando nuestra epoca, no han abolido ni anulado el espa-cio sino que, por el contrario le han dado un nuevo significado, una nueva dimension y una nueva estructura. Incluso, para

algu-' En Argentina pueden observarse procesos ncelerados de modemizaci6n en el interior de Ia Regi611 Metropolitana de Buenos Aires (y preferentemeote en proyectos de renovaci6n y rccicll\ie urbono en Ia Capital Federol) y de Ia ciudades de Cordoba y Mendoza.

• La rccicntc crisis monetllrin y finlUiciera ュ・クゥ」。イオセNN@ que a su vez deton6 siruaciones J)I'CQl·

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nos autores, lo que el nuevo perfodo cientffico-tecnico (Santos, M . 1988) esta cuestionando noes en realidad el espacio, s ino Ia distancia y el tiempo7• Asf, preferimos hablar de procesos de reterritorializaci6n, de nuevas fronteras, de nueva territoriali-dad de los fen6menos antes que de desterritorializaci6n o extra-territorialidad.

Sin embargo, las transformaciones de las que estamos ha-blando estan Iejos de ser definiti vas, estables o duraderas. En estos ultimos aiios se ha ido transitando de Ia organi zaci6n taylorista-fordista del proceso de trabaj o a las nuevas formas flexibles de producci6n, del consumo masivo a Ia segmentaci6n y elitizaci6n cad a vez mayor de los mercados, del Estado de Bienestar ai Estado de malestar, del suefio de Ia revoluci6n a la pesadilla del Fin de Ia Historia, de Ia j usticia social y Ia solidaridad a Ia sacrafu.aci6n del dinero, de los valores aglutinan tes de Ia modernidad al posmodernismo obsenamente individualista, de las fronteras rfgi-das y militarizarfgi-das al desdibujamiento de Las mismas y a La integra-cion y cooperaci6n transfronteriza, y de las estructuras terri tori ales concentradas a cierta dispersion territorial de Ia fuerza de trabajo y de los medios de producci6n, sin que ello afecte Ia 16gica hipercentralizadora de Ia acumulaci6n capitalista.

3. Reestructurac.i6n capitalista, integraci6n y r esignificaci6n de

las

areas

de frontera

MM

alia de las diferencias etnicas, culturales, lingiifstica y religiosas, cuando se sale de un pafs y se penetra en otro se experi-menta un cambio del sistema de poder, del sistema monetario y del sistema de precios. El "espacio fronteri zo" hasta no hace mucho tiem-po se lirnitaba a unos tiem-pocos ki16metros a cada !ado de Ia frontera y

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actualmente esa franja se ha ensanchado notablemente, midiendose en decenas de kilometres, conformando verdaderas areas de Frontera o espacios regionales fronterizos de caracterfsticas muy particulares. Esto se ha debido fundamentalmente a! incremento de las relaciones comerciales y culturales, a Ia expansion e intensificaci6n de los me-dics de transporte y sobre todo a1 rol jugado por los mass media y por las altemativas electr6nicoinfonnaticas de comunicaci6n.

Asl, Ia noci6n de Frontera ha ido mutando notablemente en el contexto y contradictoriedad del proceso de globalizaci6n y lo que hoy se conoce como espacio fronterizo serfa el resultado de las ten-siones y contradicciones multiescales existentes entre Ia propia rea-lidad local-regional y el ejercicio de Ia soberanfa de los estados na-cionales, profundamente permeadas por el sistema econ6mico y las redes cientffico-tecnicas e informaticas. De este modo, a partir de una concepci6n de zona de cheque, fuertemente militarizada o de diferenciaci6n tajante entre dos sistemas polfticos, militares, econ6-micos y de soberania; se ha ido evolucionando hacia la configura-cion de areas de transici6n o interfase entre los mismos.

En terminos econ6micos, Ia integraci6n puede ser compren-dida como Ia sumatoria o unificaci6n de iniciativas que afectaran positivamente o negativamente diferentes circuitos productivos re-gionales fronterizos o dos o varias economlas nacionales, o bien como el incremento o intensificaci6n de las relaciones productivas y

co-merciales preexistentes. Pero Ia integraci6n cobra diferentes signifi-cados segun el grado de interpenetraci6n de las economfas naciona-les o regionanaciona-les puestas en juego. Es decir, que en sus resultados y significaci6n, juega un rol muy importante el tipo y grado de politi-cas de integraci6n. De este modo, estas poseen una significaci6n di-ferente seglln se den estrictamente en el plano econ6mico o si se avanza en otros campos somo el social o el de Ia integraci6n ffsica y el desarrollo regional, por ejemplo.

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en las areas de frontera, sino tambien del contenido y significaci6n del propio termino frontera.

En estas areas tan singulares el dinamismo politico (y aun polftiC<l-militar), ha sido rapidamente substituido por el dinamismo econ6mico como protagonista y factor de configuraci6n territorial y producci6n del espacio, como ya auguraban para el caso europeo Guichonnet y Raffestin (Guichonnet,P. y Raffesti!1, C., 1974)

Siguiendo a estos autores, en virtud de Ia fuerza y el dina-mismo de Ia economfa y Ia produccion, tienden a perderse los anti-guos significados "naciooalistas" y militaristas de frontera. Se po-drfa

afim1ar,

de acuerdo con Guichonnet y Raffestin, que se verifica una suerte de actualizacion de las viejas ideas ratzeliana de fronteras m6viles o fluctuantes, aunque en un marco en el cual las

areas

de fronteras dejan de ser zonas de tension para convertirse en zonas de contacto y articulaci6n.

En Ia real idad actual del proceso de integraci6n econo-mica subregional del ME RCOSUR, podemos encontrar diferen-tes situaciones y tendencias en materia de transfonnaci6o de las areas de frontera.

Por un I ado se ha ido configurando o fortaleciendo Ia forma-cion de areas de frontera-corredor, caracterizadas por su condici6n de areas semivacias y en vfas de vaciamiento en terminos de pobla-cion y actividades economicas, con excepci6n de los servicios de paso. Tal serfa el caso del denominado Corrector Andino, entre las ciudades de Mendoza (Argentina) y Santiago (Chile) a traves de una compleja y extensa region coordillerana (Ciccolella, P. y Laurelli, E., 1993), Casi todo el resto de Ia region coordillerana puede ser caracterizada como este tipo de espacio fronterizo. Algo parecido puede suceder coo las despobladas regiones fronterizas del Chaco, entre Paraguay, Brasil y Bolivia.

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pro-ductiva, donde, por un lado Ia preexistenc1a de ciudades gemelas a ambos I ados de Ia frontera y de actividades econ6micas sirnilares, va dando Iugar, luego del cese de las tensiones fronterizas hist6ricas a Ia formaci6n de una estructura regional binacional o ttinacional de evi-dente articulaci6n productiva y en fuerte proceso de transformaci6n territorial. En este caso Ia regi6n arrocera en formaci6n entre el esta-do .brasilefio de Rfo Grande esta-do Sui y Ia provincia argentina de Co-rrientes, con el rio Uruguay de por medio, constituye un caso ilustra-tivo d e cooperaci6n y articulaci6n productiva, que impulsa inclusive varios proyectos de puentes para mejorar las condiciones de circula-c i6n de bienes y personas.

En tercer Iugar, puede observarse Ia formaci6n de nuevas mas de frontera o Ia toma de con ciencia acerca de la existencia de regiones fronterizas ign oradas como tales hasta hace poco. Un pri-mer nivel de situaci6n podrfa ser el caso del Rfo de Ia Plata, revalori-zado como area de frontera a partir de Ia discusi6n de Ia construcci6n d el puente Buenos Aires-Colonia y su impacto sobre e l reordenamiento territorial de ambas ciudades y especialmente sobre Ia redefinici6n de los roles que juegan los complejos portuarios de Buenos Aires y Montevideo. Este caso particular de regi6n fronteri-za podrfa llegar con el tiempo a constituir una variedad de las "regio-nes fronterizas de cooperaci6n y articulaci6n productiva".

Otro nivel de analisis y nuevos debates a prop6sito de los impactos territotiales de los procesos de integraci6n econ6mica subregional, esta representado por Ia definici6n de nuevas fronteras multiestales o de bloques econ6micos, respecto de terceros pa.i'ses, como es el caso de Ia definici6n de fronteras econ6micas comunes del MERCOSUR, respecto de los pafses sudamericanos vecinos no miembros, por ejemplo.

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"institucionalmente", y que configuran una nueva malla de solidari-dades, en contraposici6n con las solidaridades interregiooales y de integraci6n nacional creadas a partir de Ia construcci6n del Estado-Na-ci6n, especial mente bajo estrategjas de desarrollo econ6mico semicerrado o men::adointernistas, como es el caso de paises como Argentina, Brasil, Chile o Mexico, desde Ia posguerra hasta mediados de los aiios setenta. Esas viejas solidaridades parecen ser neutralizadas y superadas por Ia integraci6n funcional entre las regiones

mas

avanzadas del bloque eco-n6rnico multiestatal al que pertertecen, y a.Un con las

mas

avanzadas de otros bloques econ6micos. Es decir, que las antiguas desigualdades re-gionales a nivel de cada formaci6n territorial e ウエ。エ。 ャ Mn。」ゥッ ョ 。セ@

mas

o menos denunciadas y

mas

o menos as istidas entre los aiios sesenta y hasta mediados de los ochenta, por instrumentos tales como programas de desarrollo regional o de promoci6n industrial a nivel regional, han dejado de constituir una preocupaci6n real (o hip6crita) de los Gobier-nos Nacionales frente a las nuevas exigencias del capital hegem6nico y de sus instrumentos actuales (por ejemplo, programas de ajuste y libera-l izaci6n mas o rnenos indiscriminada de Ia economfa) que privilibera-legian Ia

eficiencia productiva, Ia competitividad y Ia fluidez de Ia circulaci6n de capital (ya sea en flujos monetarios ode mercaderias). Resultado: cada regi6n esta librada a su propia suerte y "capacidad competitiva" y hbra una batalla por la conquista de inversiones frente a otras regiones del propio pais o del pais socio, sin mayor asistencia por parte de "su" Esta-do Nacional, como ya se dijo.

En ッ エ イ。セ@ palabras, y en lo referente a las areas fronterizas,

si-guiendo el concepto braudeliano de tiempos sociales, manejado por Guichonnet y Raffestin en relaci6n al concepto de frontera, entendidas estas como demarcadoras de "tiempos desiguales" o diferenciales en-tre dos o mas formaciones territoriales Estatai-Nacionales, en funci6n de rumbas, estrategias y ritmos diferentes de organizaci6n social, polf-tica, econ6mica y por supuesto, territorial (Guichonnet y Raffestin,

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deri-vadas de los procesos de integraci6n, en particular, se estarfan produ-ciendo simultaneamente dos nuevos fen6menos:

Porun !ado un proceso de homogeneizaci6n y armonizaci6n de los tiempos sociales entre las regiones fronterizas de cooperaci6n y articolaci6n productiva, Jo que, obviamente tam bien le sucede

a

las regiones mas avanzadas e "integradas" a Ia "red" de regiones privile-giadas, sean fronterizas o no.

Por otro !ado, se estarfa produciendo una diferenciaci6n

in-tema creciente, de los "tiempos sociales" al interior de las formacio-nes territoriales Estatal-Nacionales o simplemente, de los "mercados nacionales", sin mecanismos relevantes de compensaci6n frente al fen6meno descripto en el parrafo anterior.

4. Conclusiones

Los procesos de integraci6n poseen una gran potencialidad y capacidad de transformaci6n y reorganizac i6 n econ6mica y socioterritorial, tanto a escala nacional como supranacional o conti-nental. Sin embargo, resulta previsible que no todos las

areas

o terri-tories supuestamente involucrados en la integraci6n de economfas nacionales, participaran con protagonismo semejante en el proceso integrador. AI go similar sucedera sectorialmente y socialmente. De modo que integraci6n, tambien supone fragmentaci6n, segregaci6n y exclusion de territori es, economfas regionales, sectores producti-vos y sect ores sociales, asf como el desmantelarniento de ciertos rubros de Ia producci6n y de Ia infraestructura en algunas regiones.

El debilitamiento del Estado y el surgimiento de una legali-dad supraestatal o multiestatal lleva a replant.aerse el propio sistema de relaciones polftico-territoriales, hacia arriba (formaci6n de auto-ridades y mercados ampliados de escala continental o subcontinental), y hacia abajo (localismo, regionalismo, municipalismo). El capita-lismo actual en su conju nto posee un elevado nivel de globalidad y regionalidad, dando Iugar a lo que puede denominarse nueva trama organizacional y relacional entre ambos ni veles escalares.

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El Estado constituye un notorio ausente en e l proceso de in-legraci6n. Este proceso esLaria fundamentalmente apropiado por gran-des agentes privados, por lo que el signo de los acruales procesos de integraci6n en el Cono Sur estan tefiidos de un fuerte sesgo privado y pri vatizador, permi tiendo e l a vance del capital セッ「イ・@ e l territorio con menos mediaciones de parte del Estado que·en las ultimas decadas.

En efecto, el Estado ha perdido o disminufdo sus roles en materia de producci6n, poHtica social, regulaci6n econ6mica y orde-namiento territorial. Paralelamente, ha incrementado su significaci on como responsable de Ia penetraci6n y gesti6n tecnol6gica, creaci6n de nuevas y mejores condiciones para Ia captaci6n de inversiones extranjeras, desarrollo de competitividad externa, mistificador de Ia "modemizaci6n", "integraci6n", "reconversion" y otros tantos fetiches ideo16gicos para justificar el proceso de ajuste neoliberal.

La desmilitarizaci6n de las fronteras y Ia desmitificaci6n y dacadencia de Ia ideologfa de la soberania nacion al; Ia declinaci6n de las polfticas de desarrollo regional, poblamiento e integraci6n in-terna a ultranza de los territorios nacionales; la relocalizaci6n de los factores de producci6n y la redefinici6n de las relaciones espaciales por medio de las nuevas altemativas tecnol6gicas de producci6n, cir-culaci6n y comunicaci6n; est!1n dando testimonio de que ha vencido toda una forma de "concebir" Ia gesti6n territorial y aun mas que eso, han cambiado los actores, los libretos, los objetos y los sujetos de esa gesti6n.

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Siguiendo estas reflexiones, estos fen6menos se pueden de-finir como procesos de reterritorializaci6n, refuncionalizaci6n terri-torial, nuevas fronteras o nueva territorialidad, inducida por el nuevo orden capitalista, antes que hablar de desterritorializaci6n o extrate-rritorialidad. Se insiste en que Ia dimension territorial y las particula-ridades de cada territorio han ganado en riqueza y en intensidad de contenidos, mientras que lo que sf se ha reducido a una mfnima ex-presion es Ia distancia o Ia dimension espacio-temporal.

Las realidades y tendenc.ias seiialadas II evan a visualizar la aparici6n de nuevos conflictos y situaciones antin6micas ya seiiala-das por autores tales como Lipietz, Benko, Storper, Santos, Daher y otros: regiones modemas/regiones atrasadas, zonas brillantes/zonas opacas/zonas oscuras, regiones que ganan/regiones que pierden, re-giones privadas/rere-giones estatales y podrfamos agregar regiones ren-tables/regiones no rentables ... Estos pares antieticos se defmen y sa-bre todo se potencian a partir de Ia ruptura de Ia membrana del Esta-do-Naci6n, es decir de las supuestas solidaridades interregionales que se derivaban del Esta.do Benefactor. Bajo el Esta.do Neoliberal prima Ia competitividad interterritorial teniendo el mismo status en Ia puja una region del mismo pafs que una region de un pais ajeno. Desgraciadamente, las experiencias de integracion tales como el NAFfA o MERCOSUR, tienden no solo a ignorar esta situaci6n, sino a potenciar Ia competitividad intertetritorial.

Referencias

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