De las
demostraciones
que se hacían á mi cuerpo,unas eran sinceras: éstas me
consolaban
y daban valor parasoportar
mi situación. Otras eran falsas: y éstas meafligían
sobremanera.Contristábanme
también las frases triviales y burlescas de los indiferentes óincrédulos,
que todo lo convierten en mofa yescarnio,
como si estuviesen libres de caer en un estado
semejante....
ó peor... Paraterminar,
porhoy,
diré,
pues, quepresencié
mi entierro en una fosaignorada
hasta de los mismos que llevaron mi cuerpo. Esto nadaimporta
alespíritu,
que no toma en cuenta las condiciones en quequeda
una vestimenta ya inútil.Algo
podrá
valer sólo como un re cuerdo para los que creen que los muertos necesitanuna suntuosa
morada,
para ofrecerles en ella un tributo de cariño...recuerdo
que sirve de consuelo á los vivos y de satisfacción á losespíritus,
cuando en él ven la señal de un verdadero afecto... Peronó,
cuando lavanidad
es el móvil de todoaquello.
Queda,
pues, mi cuerpo, en ellugar
de sudescanso,
yyode
continuar otro día la relación de lo que.siguió,
cuando miespíritu,
libre de lamateria,
con laplena
con ciencia de sulibertad,
pero con laincertidumbre
de suporvenir
en elespacio,
se hallaba todavíaperplejo,
sin darse cuenta de la sacudida que habíaexperimentado
y de la cualtardó
algún tiempo
en reponerse, hasta que,despertando
desuestupor,
vio yoyó
lo que le hacían ver y oir los seressuperiores, encargados
de su dirección ycustodia.
—Adiós.Pernambtjco.
Luz
del
Cielo
princi-pió
científicoproclamado
por los hombres más ilustresde
nuestraépoca.
Producto de una doctrina
fundamental,
como es la filosofía de la moral eterna, se ha difundido en el mundo civilizadocontemporáneo
por lospensadores
más emi nentes. Sin provocar conflictos ni á la razón ni á la con ciencia denadie,
ha ensanchado los horizontes de la fey descubierto un mundo moral infinito á los sublimes ideales de la vida
perdurable.
Sin fanatismos
religiosos,
ásemejanza
delcristianismo,
estimula los sentimientos delicados del amory de la caridad,
en todas lasalmas,
fortaleciendo los corazones parasoportar
lasgrandes
luchas de la vida y del dolor.Desprenderse
de laspreocupaciones
humanas para acercarse al reino de lo inmaterialabsoluto,
es un triunfoglorioso
para elespíritu
quelogre
emanciparse
de las miserias de la vida.En la edad
presente,
el bizantinismo de lascostumbresy del refinamiento de la
cultura,
por elinflujo
de laspasiones
inmoderadas,
por la molicie dellujo
y del dinero, arrastra á la humanidad hacia el estravismo de la incontinencia en los
placeres
y delrelajamiento
de lasideas.
Se marcha sin
brújula
hacia uuporvenir
desconocido,
atropellando
lavirtud
y ladesgracia,
sinpiedad
para el quesufre,
ni estímulo para el que batalla.En esta hora de
angustia
suprema, en que se derrum ba todo anhelo de ternura, todaaspiración
de fraternidad,
toda esperanza deconsuelo,
elespiritismo
se alza como un faro en medio de laborrasca,
alumbrando el camino de la humanidad.Es la luz del cielo que desciende sobre las frentes ilu minadas por el
pensamiento
de la vida eterna, desco rriendo á todas las miradas el velo que oculta el másallá,
para devolver la fe á los que dudan y á los que de sesperan.es el ilustre y sabio León
XIII,
que desde la cátedra de Romadirige
al mundo las encíclicasaltruistas,
que llevan el dulce consuelo de la paz del alma y de latranquilidad
de la conciencia á todas las muchedumbres quepueblan
elglobo
terrestre.Acercándose á las multitudes que
padecen
injusticias
y tienen sed de
libertad,
lespredica
la unión y la fraternidad,
haciéndoles entrever un mundo moral para el espíritu,
en el seno deDios,
donde moran las almas eter namente.El
espiritismo
es una doctrinaproclamada
por sabiosy hombres ilustres cuyo
prestigio
y cuya ciencia es unagarantía
paratodos,
adeptos
yprofanos.
El desinterés absoluto que
predomina
en lapreconiza
ción de la doctrina
espiritista,
es la demostración máspalmaria
de la buena fe con que seprocede
en la propaganda
de una moral científica de consueloimponderable
para la humanidad.En
comprobación,
nos bastará enumerar los nombresuniversales de
Grimard,
autor de la obra titulada Escapada
á loinfinito,
A. Taurent deFaget,
redactor de ElProgreso
Espiritista
deParís,
LeónDenis,
William Crookes,
el eminentequímico
y autor del libro FuerzasPsíquicas,
Alejandro
Aksakof,
elinspirado
pensador
de ArcanosCelestes,
Russell,
el escritor americano esclarecido,
Jorge Heptworth
y elescóptico
JulesBois,
que dominadopor la duda deDescartes,
esparcecon supluma
el
espiritismo
en las esferas más cultas y aristocráticas de París.En Estados
Unidos,
desde1848,
es donde elespiri
tismo ha
conquistado
mayor número deprosélitos,
que suben de 12millones,
alcanzandounprestigio
más seguroy más extenso que el
positivismo
deAugusto
Comte,
en Francia.el
Plata,
Chile,
Perú, Colombia,
CentroAmérica,
Méjico,
California y Cuba.En
Chile,
elespiritismo adquirió amplio
desarrollo en1875,
habiendo sido el eminente filósofo Francisco Bil bao elprimer
apóstol
de esta doctrina en la América delSur,
en 1850.Los hombres más científicos de Chile han sido los
pri
meros defensores y
propagandistas
delespiritismo,
siéndonos
grato
citar,
entre los más culminantes, á los ilustrespensadores
don Eduardo de laBarra,
don GavinoViey-tes,
don Francisco y don JoséBasterrica,
don JacintoChacón,
don RamónPacheco,
don FranciscoMiralles,
doña RosarioOrrego
y el doctor don JuanBruner,
queera un verdadero sabio y unbenefactor de lahumanidad.
Una de las obras más hermosas
publicadas
enChile,
en1876,
sobreespiritismo,
es la titulada Armonía entrela
Ciencia,
la Razón y laRevelación,
escrita en colaboración por los señores José
Basterrica,
GavinoVieytes
y Baldomero de la Cruz.Esta valiosa obra de
polémica
científica yfilosófica,
seatribuyó,
enaquella
ocasión,
al eminentepublicista
y orador don Manuel A. Matta.De los escritores chilenos que más brillante talento han
puesto
al servicio delespiritismo
moderno,
descuella don FranciscoBasterrica,
estilistaadmirable,
escritorilustradísimo,
polemista
hábil y depoderosos
recursos dedialéctica.
La Revista
Espiritista,
que redactó con notablebrillo,
es sumejor
obrafilosófica,
en cuyaspáginas
seencuentran los artículos de refutación que escribió contra
las conferencias del
padre
León,
en SanIgnacio.
Esta
polémica,
llena deerudición,
es solocomparable
á la que don Eduardo de la Barrasostuvoaños más tarde contra el
Obispo
Salas,
sobreprincipios
de doctrinarismoespiritual.
El
Independiente
y El
Estandarte
Católico,
loenaltece
como hábil é
ilustrado
polemista.
El novelistaRamón Pacheco
publicó
también una her mosa novelaespiritualista,
en1876,
con el título deReve
laciones
deUltratumba,
libro encantadorpor los
princi
pios
que difunde.Esta obra alcanzó un éxito
estraordinario
en la sociabilidad
chilena.
El
espiritismo
se hageneralizado
en los centros demayor cultura de nuestra
sociabilidad,
entre los cualesfiguran
hermosas yaristocráticas
mujeres
de fortuna. Una de las escritorasespiritistas
deChile,
quelleva unnombre esclarecido en la historia y en las letras ameri
canas, ha
publicado
un bello libro con el título de laGran
Doctrina, suscripto
con elpseudónimo
deHugo
Polo
Esta doctrina no
disputa
áninguna
otra supreemi
nencia,
ni fundatemplos,
ni levanta ídolos. Sólopropende
alperfeccionamiento
detodos,
por la difusión de la moral
universal,
del bien humano y de la fe en la vidaeterna y
espiritual
de las almas.No
impone
contribuciónalguna,
niexige
sacrificiossupremos.
Busca y anhela la paz de las
conciencias,
la fe en laexistencia
futura yperdurable,
elesparcimiento
de lasvirtudes del amor y de la caridad.
Pedro Pablo Figueroa