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Movimientos sociales y democracia - caracterización del movimiento social a favor del aborto

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Academic year: 2020

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(1)87. MO VIMIENTO S SO CIALES Y DEMOC RACIA: C ARAC TERIZAC IÓ N DEL MO VIMIENTO SOC IAL A FAVO R DEL ABO RTO. DAVID MARTÍNEZ NAVARRO. UNIVERSIDAD DE LO S ANDES FACULTAD DE C IENCIAS SOC IALES DEPARTAMENTO DE C IENCIA PO LÍTICA BO GO TÁ, JUNIO DE 2007.

(2) 88. MO VIMIENTO S SO CIALES Y DEMOC RACIA: C ARAC TERIZAC IÓ N DEL MO VIMIENTO SOC IAL A FAVO R DEL ABO RTO. DAVID MARTÍNEZ NAVARRO. Monografía para optar para el título de politólogo. Director: GABRIEL MURILLO. UNIVERSIDAD DE LO S ANDES FACULTAD DE C IENCIAS SOC IALES DEPARTAMENTO DE C IENCIA PO LÍTICA BO GO TÁ, JUNIO DE 2007.

(3) 89. Q uiero agradecer a todas las personas que de alguna u otra forma contribuyeron para la realización de esta m onografía degrado. Especial reconocim iento a mi director, asesor y m aestro, Gabriel Murillo, por sus consejos, su paciencia y entrega. A mis padres por ser ejemplo de vida y entrega a la comunidad, a mis herm anos por ser mis amigos, a mis amigos por ser mis hermanos y a todos aquellos que han contribuido en mi vida de forma positiva. M ención especial para M ario Fina, un amigo único y hombre excepcional. “m ucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alam edas por donde pase el hombre librepara construir una sociedad m ejor” Salvador Allende11 de sept. 1973.

(4) 90.

(5) 1. I.. Introducción. Justificación En el momento actual, el est udio so bre los fenómenos de acción colectiva se con stituye en uno de lo s campos de estudio m ás importantes dentro de las ciencias sociales. Lo anterior en razón al descentramiento político, económico y cultur al que enfr entan las sociedades modernas, debido en parte al desp lazamiento de los centros de po der y la emer gencia de estr ucturas sociales com o resultado de la glo balización, la inciden cia de las nuevas tecno lo gías de la información y la mo dernización del estado. Existe po co acuerdo dentro del desarrollo teórico conceptual de las diferentes áreas de las ciencias sociales, en torno al significado de lo s movim ientos sociales. El térm ino ha sido abor dado desde dif erentes disciplinas, e incluso de manera interdisciplinaria, sin que exista hasta el m om ento un signif icado que lo gr e abarcar de maner a exp licativa, todos los fenómenos relacionados. A pesar de la vaguedad con ceptual del tem a, la im portancia y el impacto que se le atribuye a este tipo de fenóm eno, no solamente es ampliam ente recono cida sino comúnm ente aceptada en el ám bito teórico especializado. A pesar de su natur aleza defensiva, las limitaciones con el entorno y sus relaciones con el estado, los movim ientos sociales son importantes agentes de transformación social y catalizadores de nuevas visiones. El alcance total, en térm inos de efectos, parecen escapar todavía a la com presión y al est udio del fenóm eno; sin em bar go, es posible adv ertir que entre las razones atribuibles a su importancia está el papel que desem peña cuando o cupa lo s vacíos que el estado y otras instituciones sociales y culturales dejan, al ser incapaces de respon der a las necesidades y lo s intereses de sus m iem bro s. Es m ás, los movim ientos sociales lo gran entrar en espacio s don de no existen instituciones o cuando “éstas no promueven o van en.

(6) 2 contra de lo s intereses de la gente. A menudo lo s m ovimientos sociales se avent uran a ir a sitios don de ni lo s án geles se atreven a ir”. 1 A pesar de la complejidad que representa aproximarse a la conceptualización de los m ovimientos sociales, hacerlo a través del est udio empírico de un movim iento en particular resulta no só lo enriquecedor sino provecho so par a el estudio de las ciencias sociales, en tanto logra acotar el campo de la acción colectiva y poner a prueba el desarrollo teórico existente hasta el m om ento. Por lo anterior, que la presente investigación busque adentrarse en el estudio de caso del Movimiento So cial a Favor del Aborto en Colom bia. 2 Desde el primer lustro de los año s ochenta, el concepto de la participación lo gró hacer eco dentro la reflexión po lítica y so cial colom bian a. Durante las décadas anteriores, el debate so bre las relaciones entre la sociedad civ il y el estado, giraba alrededor del car ácter restrin gido y excluyente del régim en político. La im portancia de la participación y la injerencia de la esfera civil no eran recono cidas, hasta el punto de concebirla como un vacío institucional y no como una pr áctica social con con diciones inm ediatas de v iabilidad. 3 Refun dido en la dicotomía entre la reform a y la revolución, el tema de la participación quedó disper so dentro del estudio del sistem a electoral, las reivin dicaciones pop ular es, la protesta social y otros estudios so bre la acción colectiva. En ese m om ento, la transformación radical de la sociedad exigía una polarización, mientras que absorbía la m ayor p arte del desarrollo teórico, haciendo innecesario el estudio de la articulación entre estado, sociedad civil y m ovimientos popular es o contestatarios. Las definiciones del común so bre la esfer a p ública se limitaban al sistem a político formal: elecciones y partido s. La transform ación social se le atribuía a la guerra o a la revolución. El estado er a el centro y la estrategia para la toma del poder, era el eje de la discusión. En ese. 1. G under Frank, A ndré y Fuentes Marta, N ueve Tesis A cerca de los Movimientos Sociales. Editorial Nueva Sociedad, Caracas, septiembre 1988. p. 44 2 Movimiento Social a Favor del Aborto (MSFA) será el nombre con el que se reconocerá, para efectos de la presente investigación, el fenómeno de acción colectiva que apoya la iniciativa de despenalizar lapráctica en Colombia. 3 Munera Leopoldo, La Reflexión sobre la Participación en Colombia: Análisis y perspectivas. septiembre de 1998. p. 1.

(7) 3 sentido, incluso los actores corporativos tradicionales eran mirados según su capacidad de incidencia en el esp acio po lítico estatal.. 4. Los demás actores, aquello s que no representaban una am enaza al poder concentrado del ente estatal, eran mirados como débiles y sus demandas depr eciadas. Pero la centralidad del estado y la matriz que le daba f un damento se quebró en un contexto de rupt ura y crisis debido a m últiples y complejos procesos: la caída del m uro de Berlín que debilitaría la dicotomía radical entre reform a y revolución, el cambio de una so ciedad industrial hacia sociedades posindustrializadas inm ersas en el intercam bio glo bal y la glo balización económ ica y cultural.. 5. En resumen, la incidencia dir ecta de los actores sociales en las decision es p úblicas, la estructura estatal o el sistem a político, era un aspecto que se en contraba lejos de ser considerado. 6 En este n uevo contexto, los actores sociales y los m ovimientos se convirtieron en sistemas colectivo s de reconocim iento social, que expresaban identidades con contenidos culturales y simbó lico s. Sum ado a lo anterior, se transformaron en articuladores políticos no partidar ios, que enlazaban demandas sur gidas desde el núcleo de la sociedad civil y las vinculaban con los aparatos institucionales del estado. El interés que suscita la inv estigación, está determ inado por la necesidad de lo grar un a mayor comprensión so bre lo s aspectos más significativos en la configur ación y caracterización de los m arcos de acción co lectiva. La relevancia que suscita el tema, radica en que Colom bia se encuentra sumida en una profun da crisis política que ha lo grado acotar los can ales de representación que unen a la so ciedad civil con el estado. 7 El agotam iento del modelo de sistema político y la limitación de la esf era pública, sumado a los elev ados ín dices de desconf ianza por p arte de la po blación hacia las in stituciones 4 Mún era L eopoldo, La Reflexión sob re la Participación en Colo mbia: An álisis y perspectivas. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá s eptiembre de 1998 p . 3 5 Ibidem., p . 4 6 Ibidem., p . 4 7 Gabriel , Murillo. "Anotaciones sobre la crisis de representación política de América Latina: En Carlota Jackish (Compiladora). Representación política y demo crática. Buenos Aires , CIEDL A, 1998. p. 71.

(8) 4 tradicionales de la política – partido s, líder es, con gr eso, mecanismos- ha pro ducido una desvaloración de lo político y ha propiciado el estancam iento del desarrollo de la dem ocracia en Colom bia. 8 El advenimiento de una de matriz sociocéntrica que prom uev a la consolidación de un nuevo p atrón de politización en el que la so ciedad civil juegue un pap el esen cial, se h ace im perante.9 En síntesis, la prof unda cr isis de repr esentación política presente en la sociedad Colombiana, potencializa el surgimiento de m arcos de acción colectiva, entre ello s los movim ientos sociales, que desbor dan los canales in stitucionales y lo gran reivin dicaciones de diferente ín dole, prom oviendo al mismo tiempo la democratización. En Palabras de Marco Palacio, “la Colom bia de los últimos cin cuenta año s se caracteriza por lo s m últiples conflictos pro ducidos por el divor cio entre las deman das de una sociedad dinámica, pero violenta, y un a política y arreglos institucionales fosilizados que no h a podido darle resp uestas”. 10. Aunque resulta cuestionable su afirmación so bre n uestra naturaleza violenta, Palacios describe con detalle el quiebre ex istente entre las dos esfer as de la política: la p ública y la so cial. En complem ento de lo anterior, Álv aro Camacho con sidera que “en Colom bia, desde h ace décadas, prim a la carencia de m ecanismos sociales y legales de tram itación y concertación de contradiccion es y p ugnacidades que permitan la resolución de los conflictos, y que los contendores p uedan convertirse en competidores.”11 La ausencia de estas mediaciones es la fuente explicativa para entender el cúm ulo tan variado de acciones colectivas y por qué éstos tienden a desbor dar lo s límites específicos de la institucionalidad y lo gran expresarse de m aneras “cr uentas y f uera de control”. 12. 8 Ana Maria, Bej arano . "¿Crisis de la política o crisis de la represent ación política? " En Carlota Jackish (Compiladora). Representación política y demo crática. Buenos Aires , CIEDL A, 1998. Pp. 93 -120 9 Cavarozzi Marcelo en: Ricardo, D elgado . Análisis de los Marcos de Acción Colectiva en Organizaciones Sociales de Mujeres, jóvenes y Trabaj adores. Univ ersidad de Manizales, 2005. p 9 . 10 Marco Palacios. Entre la l egiti midad y la violencia Colombia 1875-1994, Editorial Norma, Bogotá. 1995. p . 50 11 Alvaro , Camacho . In formalidad política, movimientos so ciales y violen cia”, Nu eva Sociedad , No. 106 mayo junio de 1997. pg. 27 12 Ibidem, pg. 28.

(9) 5 Bajo este contexto, el objeto de la presente inv estigación se centra en adquirir un a mayor comprensión. acer ca del Movimiento So cial a Favor del Aborto, y de esta manera poder. entender el im pacto que ha lo grado tener en la sociedad bo gotana, como fenóm eno democratizador. La pregunta de investigación, alrededor de la cual, se forjó el siguiente proyecto es: ¿De qué m anera, el Movimiento Social a Favor del Aborto, afecta la percepción acerca de la política de lo s in dividuo s que lo integran? Y ¿Bajo qué tipo de movim iento se enmarca el Movimiento So cial a Favor del Aborto?. Com o quiera que la presente investigación requiere de datos cuantitativos y cualitativos, el análisis contará con un m étodo conjunto, además de un a r evisión de la literat ura r eferente a la teoría de la acción colectiva, movim ientos sociales y revisión de archivos de prensa. Las encuestas se dirigieron a los integrantes del Movim iento Social a Favor del Aborto en Bo gotá con el fin de identificar ciertas características tales com o: sexo, edad, motivaciones, organización, identidades y recurso s. El acceso a los integrantes del Movimiento se logró contactando a las organizaciones en las que m ilitan y que hacen parte de las redes que apoyan el proceso. El perfil que se escogió, fue el de individuos entre 25 y 35 años, pertenecientes a las organizaciones a favor del aborto, que hubieran estado vinculados por más de 2 años a la institución. Lo que se buscó fue lograr individualizar una muestra de individuos que hubieran pertenecido al Movim iento, el tiempo suficiente como para que su percepción sobre la política lograra alterarse. De esta m anera sería posible comparar su percepción y la m anera en que efectuaban política, antes y después de su ingreso en el Movim iento. De m anera complem entaria, y conciente de los problemas de validez y la falta de exactitud que implican las encuestas, se llevaron a cabo entrevistas a dos perfiles diferentes de individuos. El prim ero de ellos estuvo dirigido a m ujeres dirigentes de las or ganizaciones que integran el m ovimiento. Se esco gieron mujeres dirigentes del M SFA, porque era importante lograr identificar si el fenómeno cuenta con redes de apoyo, estrategias, recurso s y objetivos entre otros. Las.

(10) 6 dirigentes del Movimiento son las personas mas aptas para proporcionar esos datos. A ellas también se les cuestionó acerca del cambio propiciado por el Movimiento en relación con su percepción hacia la política. Sospecho que f ueron ellas las que iniciaron las organizaciones, lo que implica que son ellas las que por primera vez se sintieron m otivadas hacia la acción. El segundo perfil estuvo dirigido a integrantes del Movimiento - hombres o m ujeres- a quienes se les cuestionó acerca de su percepción política, las m otivaciones para participar y los beneficios que obtienen. Lograr medir si existió un cambio en el percepción, propiciado por el MSFA, es vital para el desarrollo de la investigación.. La presente investigación se iniciará con una breve contextualización teórica sobre m ovimientos sociales, desde los planteam ientos teóricos más tradicionales como la teoría estructural funcionalista de Smelser, hasta los avances doctrinarios logrados en el campo académico latinoam ericano. En segundo lugar se analizará el MSFA haciendo uso de varias de las teorías m ás importantes sobre el tema, com enzando por la teoría estructural- funcionalista propuesta por Smelser , pasando por la de la elección racional y la estructura de oportunidades políticas. Finalmente se hará una caracterización del Movimiento según la tipología planteada por los teóricos de los Nuevos Movimientos Sociales (NMS). Para term inar se dará respuesta a la pregunta objeto de estudio, acerca del im pacto del MSFA so bre la percepción que tienen sus integrantes acerca de la política. 2. CO NTEXTO 2.1 C ontexto Teórico C onceptual La ref lexión teórica so br e los movimientos sociales en la actualidad, es caracterizada por un desarrollo in cipiente en com paración con la m ultiplicidad de n uevas form as de acción co lectiva que se presentan en las sociedades contem poráneas. 13 Entre las per spectivas más tradicionales. 13 Melucci , Alb erto. "A cción colectiva, vid a cotidiana y democracia" México, El Colegio d e México, 2002. Capítulo 1, Pp. 25-54..

(11) 7 para el análisis de lo s m ovimientos sociales se encuentra la teoría del comportamiento colectivo, desarrollada por el teórico Norteam ericano Neil Smelser. Los f un dam entos de la teoría funcionalista encuentran una aplicación sistem ática al tema del comportamiento colectivo, que surge en respuesta a f actores de dist ur bio ( strain), que se enfrentan con un componente de la acción social – v alores, norm as, facilidades situacionales-. En otras p alabras, se da un a tensión en uno de lo s componentes de la acción, que conform an el sistem a de reglas que traducen lo s valor es en comportamientos – la capacidad de m otivar a lo s in dividuo s a asum ir conductas-. Según la perspectiva teórica del com portam iento colectivo, debido a la incertidumbr e y el desequilibrio, resultado de div ersas dinám icas que enfrenta una so ciedad, se desencaden a la disfunción de ciertas creen cias – son cin co tipos de creen cias y se refieren a los distintos componentes de la acción- que se ubican en lo s im aginarios colectivos y que incitan a la gente a particip ar a través de la acción, y de esa m aner a lograr el restablecimiento del or den pertur bado. Cada tensión desor ganiza los com ponentes jerárquicamente inferiores causando confusión e incertidumbre, por ejemplo, en el caso de los r ecursos la tensión se manif iesta como una in certidum bre so bre los medios disponibles por utilizar frente a ciertos o bjetivo s -se pone en duda si los medios para utilizar, son eficaces fr ente a ciertos objetivos-. El comportamiento colectivo fun ciona com o un f enómeno que reestruct ura el com ponente pertur bado por la tensión, a través de una creencia gener alizada que m oviliza la acción hacía los componentes gen erales. Como complemento esencial de la teoría, Sm elser presenta una serie de determinantes del com portam iento colectivo que operan según el esquem a del valor agregado 14, según el cual, cada determ inante es condición necesaria, aun que no suf iciente, para que se verifique un episodio de comportamiento colectivo15. La conductividad estructural es uno de lo s determinantes del comportamiento colectivo, se trata de una am enaza o disr upción. 14 15. Neil J, Smelser. Theory o f Collective Behavior, New Cork , Th e Free Press, 1962, pp. 12 -13 Melluci ,Op.cit., p.31.

(12) 8 de un or den que se concreta en algo y afecta una estruct ura social. La tensión estructural, h ace referencia a la existencia de am bigüedades dentro del componente social, de m anera tal, que parte de la población se sienta afectada. El crecimiento de creencia generalizada es el tercer determinante del comportamiento, e im plica la necesidad de que lo s in div iduos comiencen a creer en una per cepción colectiva – una amenaza creíble-. Los f actores pr ecip itantes facilitan que las creencias generalizas tengan un sustento – le dan f uerza a la creen cia-. Fin alm ente la m ovilización por acción, im plica que los in dividuo s cr een elem entos que movilicen y que m aterialicen la acción.16 El trabajo de Sm elser establece por primera v ez, una categoría analítica común par a diversas form as de comportamiento colectivo. No obstante lo anterior, el com portam iento colectivo queda, a pesar de su constr ucción sistem ática, com o una categor ía única desde la que se pueden explicar fenómenos colectivos de distinta nat uraleza, desde un a revo lución a una m oda. 17 A lo anterior. se le sum a el hecho de que este enfoque fue criticado, por considerar la acción. colectiva com o el resultado de motivaciones pocos racionales, producto de la desor ganización social y cultural, al m ism o tiem po que descono cía los factores estruct urales y los conflictos que condicion an su n acim iento. En respuesta a esta deficiencia analítica de la teoría del comportamiento colectivo, sur gió la de la elección r acion al y la movilización de r ecur sos form ulada por los escr itos de Mancur Olson. Según el modelo planteado, los in dividuo s no participan en acciones colectivas, cuando no encuentran en ellas, beneficios superiores a lo s co stos inherentes a su particip ación. Se trata por lo tanto de una teoría basada en la razón in strumental y montada so bre la prem isa del costo-beneficio. La aparición de n uevo s m ovimientos sociales en la década de lo s años sesenta y setenta, pusieron en duda sus post ulados, que explicaban la participación colectiva como una decisión exclusivam ente racion al y dir igida a la obtención de beneficios económ icos. Estos. 16 17. Smelser, Op.cit., p. 17 Melu cci, Op.cit., p. 32.

(13) 9 nuevo s movimientos reivindicaban bien es so ciales y colectivo s. no m ateriales, que. cuestionaban la lógica del interés propio. Si bien la teoría de la decisión racional in corporó ese elemento racional a análisis del fenómeno, se quedó corto para com prender las acciones orientadas hacia la coop eración y la solidaridad, basadas en valores difer entes a la racionalidad instrumental en don de el in dividuo r ara vez lo gra v entajas per sonales. Otra veta de investigación lo conforma la teoría de la movilización de recur so s, cuyos representantes m ás destacados con McCarthy, Zald, Coleman. Desde su perspectiva, los m ovimientos sociales se en cuentran enfocado s a la con secución de unos o bjetivo s, y por lo tanto, la organización, liderazgo y las decisiones estratégicas son piezas f un dam entales que sean alcan zados. El éxito del m ovimiento esta restrin gido a los recurso s interno s del m ism o y su capacidad con establecer redes de cooperación con otros grupos. Esta corriente teórica centra su análisis en el estudio de f actores in strumentales que posibilitan el éxito de la m ovilización social, desvirt uan do la concepción tradicional según la cual, los m ovimientos sociales son meras protestas o acciones desor denadas. De ahí la im portancia de la estructura organ izativa del movim iento, y en especial las r edes conectivas de movilización que en m uchos caso s preceden al liderazgo del m ovimiento social, pero que son esenciales para su surgimiento. En palabr as de Mellucci “esta per spectiva de an álisis perm ite un a desagregación puntual de la estr uctur a interna de un m ovimiento social, m ucho m as allá de la imagen unificador a de la ideolo gía. Lo s procesos de cambio internos y las relaciones con el ambiente hacen del m ovimiento una r ealidad articulada y comp uesta, tejida de m últiples r edes de pertenencia . 18” En la act ualidad, el estudio de los movimientos sociales exalta la im portancia de la capacidad organ izativa y estructural de un movimiento social, como con dición sin equan um para la consolidación, difusión y eficacia de lo s m ovimientos sociales. Sin embar go, algunos teóricos han llam ado la atención so br e el carácter apolítico que caracteriza a esta per spectiva, que 18. Ibidem p . 34 - 35.

(14) 10 ignor a el contenido político, social e ideoló gico que an im a la acción colectiva. Para el prof esor Char les Tilly la movilización de recur sos es indifer ente frente a las variaciones estructurales que se dan en el sistem a político, descono ciendo el impacto de las m ismas en las form as y m odos de ejer cer la acción colectiva.19 La propuesta de Tilly so bre el impacto de los cam bios estruct urales en los sistemas político s y su in ciden cia en la generación de la acción colectiva, conforma una de las per spectivas más innovadoras en el estudio de lo s m ovimientos sociales, conocida con el nombr e de estructura de oportunidad política. Tilly asegura que la violencia colectiva es un fenómeno que se presenta cuan do gr upos sociales, entran o salen del sistema político. Las var iables a través de las cuales es posible evidenciar una relación entre estructur a del sistema político y los m ovimientos sociales son: en prim er lugar, el gr ado de apertura relativa del sistema político institucionalizado, el cual tien e que v er con lo s m ecanism os de acceso reales al sistema político, el acceso al sistem a de partido s, y el grado de apert ura de la com unidad política. 20 Se evidencia de lo anterior que la apertur a parcial de los sistemas políticos, es un f actor signif icativo que potencializa el sur gim iento de la acción colectiva y los movimientos so ciales. Si bien es cierto que la doctrina en gen eral ha aceptado la im portancia que tienen las variables que configuran la estruct ura de oportun idades, algunos autores com o Melucci señalan que es necesario orientar el estudio hacia el conocimiento del por qué lo s actores le atribuyen signif icado a su vin culación y participación en movimientos sociales. 21. .El o bjetivo de este. enfoque es centrar la atención del estudio de la acción colectiva en la interacción so cial, se perfila entonces una nueva visión que r ecuper a la dim ensión cultural como asp ecto esencial en el estudio de la acción colectiva. Desde este enfo que nace la posibilidad de estudiar los m ovimientos sociales como focos generado s de signif icados colectivos, los cuales desempeñan. 19. Delgado , Op.cit., p. 16-17 McAdam, Doug , Tarrow Sydney y Tilly Charles. Dyn ami cs o f Cont ention.Cambridge University Press. 2001. 21 Alberto Melucci, Acción Col ectiva, vida cotidiana y d emocracia. El Colegio de México, 1999 . p. 11 20.

(15) 11 desde su cap acidad reflex iva e interpretativa, un papel relevante en la construcción de las sociedades . En concordancia con lo anterior, se encuentran los aportes teóricos realizados por autores que siguen esta corriente como lo son, Alain Tourain e, Sy dney Tarro w, Jur gen Haberm as, quienes consideran que sin la po sibilidad de establecer un m arco interpretativo, resulta im posible que las p erson as se m ovilicen aunque m edie para ellos con diciones ideales. Con el nombre Nuevos Movim ientos Sociales, teórico s europ eos de lo s año s setenta, basaron su análisis en un acer cam iento estr uctur al sistémico que atribuía a las nuevas formas de conflicto y a la form ación de nuevos actores, los cambios en el capitalism o pos- industrial. El trabajo de Alain Tourr aine , An Introdu ction to the study of So cial Movem ents, es una de las aproximaciones tradicionales al estudio de lo s n uevos m ovimientos sociales. Su prop uesta se centra en el estudio de los aspectos característicos de las n uevas form as de m ovilización que se desarrollaron en Europa durante los años sesenta. Irr umpe por lo tanto con el paradigma “clásico” so bre movim ientos sociales, y propone una n ueva tipología de los m ovimientos sociales. Desde su persp ectiva, el concepto de movim iento social no h ace referencia a un concepto descr iptivo, sino que se trata de un f enómeno de construcción social. El fenómeno, por lo tanto, debe entender se a partir de conflictos sociales o con diciones pro blemáticas, que tienen como resultado la movilización. Para Touraine, existen en la sociedad conflictos por la búsqueda de intereses colectivos, reconstrucción de identidades y f uerzas políticas. El primero de éstos hace r eferencia a individuos o gr upos que buscan m aximizar sus ventajas en el mercado, el segun do tiene que ver con actores que se definen com o una com unidad cuya identidad se ve amenazada y cuyo oponente es defin ido com o un foráneo, el tercero con siste en movim ientos de expresión co lectiva que buscan modificar las reglas de juego-. Desde su per spectiva, los m ovimientos sociales se dan por el control social de los par ámetros culturales, que no son m ás que los patrones a través de los cuales n uestras relaciones con el.

(16) 12 ambiente normalmente se organizan. Dicho s patrones cult urales, a p artir de los cuales se compone la sociedad, son de tres tipo s a saber: 1. Modo de conocim iento, a través del cual se distin gue a la sociedad m oderna de la tradicion al y se ref iere a la maner a en que se adquiere el conocimiento – com o se domina el mun do exterior-. 2. Pautas de inversión, que hace r eferen cia a com o produce esa sociedad. 3. Principio s Ético s que determ inan que lo se debe o no se debe hacer. Se tiene entonces que, en toda sociedad siempre existe un conflicto alrededor de lo s patrones culturales –componentes- ; cuando se presenta una lucha entre actores sociales por alguno de éstos com ponentes, se produce entonces el m ovimiento colectivo. De form a complem entaria, Touraine con sidera que para que un movim iento colectivo se convierta en un m ovimiento social, además de la lucha entre actores por el apoderam iento de uno de los componentes, es necesario que entren a jugar las identidades, de m anera que se presente un enfrentamiento que busque cambiar una totalidad. Finalmente, Alain Tourrain e presenta una diferenciación entre do s tipos de m ovimientos sociales; de recurso s y de identidades. Lo s movim ientos por recursos son aquellos que buscan un cambio so cial que im plica un a lucha por recur sos. Los movim ientos por identidades – como el del aborto, el ambientalista, el f eminista- buscan la reconstr ucción de un a identidad social, cultural o política lesion ada o n unca recono cida.. Para Haberm as existe una pen etración al sistem a del mun do vital, en el que se tien de a convertir a las personas en ciudadanos, clientes, entre otros, coartan do la vida privada por m edio de la n uev a tecnología. Los movimientos so ciales tien des a desplazar se de la esf era de la producción a la de la repro ducción ( de lo socioeconómico a lo cult ural), de la repro ducción m aterial a la no material. Cuando se da la inv asión al m undo de la vida, se tiene es una infiltración de lo p úblico a lo privado, y en consecuen cia de ello, sur gen los m ovimientos.

(17) 13 sociales que buscan fren ar esa pen etración; hacer que lo privado pen etre lo p úblico a través de la acción com unicativa. En esta m ism a línea an alítica, es preciso nom brar el trabajo de Klaus Offe quien an aliza la Alem ania de la po sguerra, e intenta desdibujar e identificar elementos que expliquen el surgimiento con stante de eventos de acción colectiva. Se trata desde luego, de uno de los primeros intentos con ceptuales par a def inir y entender el fenómeno de los n uevos m ovimientos sociales. 22 Inicia con una caracterización de la Alemania de la po sguerra, en donde observ a un proceso de desdibujam iento entre el estado y la so ciedad civil, un estado m uy f uerte, un m odelo de “bienestar” con fisur as que se expr esan por la aparición de nuevas formas de expresión y un excepcion al desarro llo económ ico – plan m ar shall-. Desde su per spectiva teórica, Offe sugiere que toda so ciedad prior iza ciertos tem as, frente a los que mide el éxito o el fracaso del proceso político. Tradicionalmente se entendía que el crecim iento económ ico y el sistema político, entre otros, eran in dicador es certeros del éxito de la im plem entación de las políticas públicas. No o bstante lo anterior, Offe observa que en la Alem ania de la posguerra, por ejem plo, el cr ecim iento económico ha alcan zado un estado de suma positiva y su aumento es constante. Se considera entonces, que no existe un enfrentam iento entre actores so ciales inmerso s en las dinám icas capitalistas, de maner a que, llegan a ser tolerables para el capital las fuertes posiciones de las or ganizaciones sin dicales – lo s sindicatos y dem ás actores sociales se v uelven leales al sistem a-. Con r especto al sistema político, Alem ania desarrolla una dem ocracia representativa, m ediatizada por la com petencia entre los partidos políticos, que no gozan de una aceptación positiva por parte de la población civil. Lo anterior, según Offe, limita el alcan ce de los conflicto s sociales desde la esfera de la sociedad civil hasta el campo de la. 22 Klaus, O ffe. Los nuevos Movi mientos so ciales cuestionan los límites de la política institucional en Partidos Políticos y nuevos movi mientos sociales, Madrid, Editorial Sistema, 1988, pp. 163-164.

(18) 14 política, especialmente cuan do se presenta la disy untiva entre actores colectivos portador es de intereses sociales y partidos político s interesado s únicamente en con seguir votos. Partiendo del contexto anterior, y teniendo en cuenta que existía en el momento sólo un paradigm a explicativo sobr e los f enóm enos de lo s m ovimientos sociales que privilegiaba la m ovilización por recur so s, Offe entra analizar los marcos de acción colectiva que se presentan en ese m om ento en Alemania. Con sidera que no todo movimiento social es un movimiento político, se trata de una colectividad que busca constr uir una form a de vida, sin pr etensión que la sociedad se transform e con sus reiv indicacion es. Observa que las condicion es de vida que propugna el Estado de Bienestar, hace que la po blación r equier a de otras r eivin dicaciones no asociadas con el aspecto so cio-económ ico, que complejizan la sociedad. Sugiere entones que, los Nuevos Movimientos Sociales quiebran la forma tradicional de la política, logrando que la sociedad civil se exprese por si misma. Sumado a lo anterior, politizan tem as que se encontraban por fuera de la esfer a de la política y no expresan intereses particulares de una clase social – tal y como lo exponía el paradigma tradicional desde la visión marxista-. 23 Finaliza su prop uesta teórica hacien do una com paración entre lo s movim ientos sociales y otras formas de m ovilización co lectiva. En relación con en el n eopop ulismo, Offe considera que el populism o busca borrar las difer encias que se presentan en el seno de la sociedad. A diferen cia de éstos, los movim ientos sociales no r eivindican intereses de un p ueblo, sino que def ien den intereses de la totalidad de los individuos, que se ven am enazados. Con sidera que los nuevos m ovimientos sociales comparten con el socialism o, la p ercepción nociva de los efectos del capitalism o. Se diferencia por que el so cialism o es un a prop uesta pur amente económ ica m ientras que lo s nuevos m ovimientos desbor dan ese tema, y dirigen su propuesta a otros aspectos. Finalm ente, Offe considera que lo s n uevo s movimientos sociales se encuentran enfrentados a la idea de progreso – modern idad lineal-.Propone una “altermodernidad”, no es que no quieran progr eso, sino que buscan una visión alterna a través de la cual se p ueda lo grar 23. Ibidem., p. 165.

(19) 15 un desarrollo don de los individuos puedan vivir m ejor, donde se suprim an los costos sociales, se reconozcan las deman das sociales y se alcan ce una sociedad m as igualitaria.. Mc.Adam , Tarrow y Tilly en una propuesta innov adora decidieron identificar ciertas características inherentes a todos los procesos de contestación. Desde su p ersp ectiva, los dif erentes procesos de contestación, desde las r evoluciones hasta las protestas espontáneas, comparten elem entos o mecanism os causales que se rep iten. Consideran que las dif erentes aproximaciones académ icas han descartado el trabajo de las disciplinas paralelas. En p alabras de lo s autores, la antropología h a documentado el estudio p aralelo de las marchas y el despliegue visual desde los parámetros dictado s en la teoría de Ulster, pero ignoran desarrollos análo gos dictado s por la ciencia política, la sociolo gía o la historia. Su prop uesta es la de realizar un an álisis com parativo de diferentes episodio s de contestación ( Revolución Fr ancesa, Revo lución Americana, Movim ientos en África del Sur), para lo grar determ inar los elementos causales que se rep iten. La política contestataria se define como aquella interacción p ública y episó dica entre r eclamantes o alguien que in siste en un derecho y los objetos de su reclamo cuan do: 1. El estado es el objeto del reclamo o es el reclamante y 2. Si se logr a el reclam o se afectarían los intereses de unas de las p artes. Para los autores el proceso so cial consiste en una ser ie de secuencia y com bin aciones de m ecanism os causales. Para enten der la política contencio sa es necesario identificar los m ecanism os causales, la manera en que se combin an, en que secuencia se repiten, y porque la combinación y secuencia de estos m ecanismos, p artien do de p untos dif erentes, logran producir efectos diferentes a gran escala.24 Par a ef ectos de su p lanteam iento teórico distinguen entre do s clases de contestación, la contenida y la transgresiva. La prim era de éstas h ace refer encia a los m ecanism os legítimos o can ales formales de participación. La segun da es usada por actores sociales excluido s que no logr an acceder a lo político por medio de la contestación contenida. 24. McAdam, Tarrow y Tilly, Op.cit., p. 35.

(20) 16 Analizan las dinámicas sur gidas alrededor de la contestación transgresiva, e identifican tres variables a saber : mecanism os, proceso s y episodio s. Los mecanismos son una clase delimitada de suceso s que alteran las relaciones entre categorías esp ecíf icas de elementos de manera idéntica o p arecida en un a var iedad de situaciones, y se dividen en tres: am bientales, cogno scitivos y relacionales. Los procesos son cadenas causales, secuencias y com bin aciones de esos mecanismos que se repiten con cierta frecuencia en diferentes contextos. La consecuencia del proceso es transform ar elem entos de manera similar. Los episodio s a su vez, son corrientes contin uas de contención que influyen en reclam os colectivos. Visto como un todo, episodios de contestación como la Revo lución Francesa y el movimiento por los derechos civ iles am ericano s, por citar un ejem plo, observado s de m anera separada contienen elementos disím iles. Sin embargo, analizados como en conjunto ev idencian un número com ún de m ecanism os que im pulsan el conflicto y lo transform an. Estos m ecanismos confluyen en procesos más complejos tales como la radicalización y la polarización del conflicto, la creación de nuevo s balan ces de po der o el realin eam iento de lo político en nuevas tendencias.25. Los estudios so bre m ovimientos sociales. pertenecientes a las escuelas Europeas o. Norteamericanas, desarrollan sus consideraciones en relación a características socio-políticas e históricas propias de sus contextos, en el que puede asegurar se que las democracias liberales han sido el trasfon do a partir del cual han sur gido este tipo de fenóm enos. El proceso democratizador en América Latina, contiene aspectos particulares y muy dif erentes a aquellos venidos de lo s países centrales.. El trabajo de Susan Eckstein es una aproxim ación teórica al estudio de los fenómenos de protesta social en América Latina. La autora busca identificar lo s elementos distintivos de los 25. McAdam, Tarro w y Tilly Op.cit., p. 35.

(21) 17 fenóm enos contestatarios de la r egión, y aun que reivin dica el paradigma tradicional – m ovilización por recur sos- acepta la injerencia de otros aspectos en el proceso de conformación de las acciones colectivas. La im portancia de sus ar gumentos radica en que Eckstein, acepta que la mayoría de los proceso s de m ovilización que se presentan en la región respon den a conflictos por intereses económicos. Sin em bar go, con sider a que sin otro tipo de factores – culturales, identitario s o valor ativos- eso s m ovimientos no podr ían desarro llar se. El planteamiento teórico que Eck stein propone en su trabajo, p uede entender se como un camino alternativo p ara el estudio de los m ovimientos so ciales. Para la autora, la gr an mayoría de las movilizaciones de protesta en la región respon den a luchas dirigidas a la o btención de recursos. Desde su perspectiva, los estado s latinoamericanos no han logrado saldar las brechas existentes entre clases sociales, las dif erencias socio-económ icas son excesivas y el común de la po blación se siente insatisf echa fr ente a la totalidad de obligaciones que en prin cipio el estado deber ía proporcionar. Los aspectos estr ucturales, por lo tanto, ocupan la gr an mayoría de las agendas de lo s movim ientos sociales en la r egión. No o bstante lo anterior, par a Eckstein los aspectos estructurales no lo gran explicar en su totalidad el f enómeno. A diferencia de las teorías clásicas, Susan Eckstein considera que la estructura no es determ inante para la formación de movim ientos contestatarios, y propon e una teorización más compleja que incluya elementos históricos, contextuales y cultur ales. Si bien es cierto que la causa principal del conflicto social tien e sus bases en la economía, la estrategia del m ovimiento está dada por el contexto -relacion es de género, étnicas y comunitarias-. Su aporte final p uede resum irse en lo que ella llam a, “las bases so ciales del desafío”; se trata de un intento de car acterización de los m ovim ientos presentes en la región y se divide en cuatro tipos a saber: 1. Relaciones de pro ducción, se entien den com o aquellas en don de la estructura toma gran importancia como potencializadora de conf lictos sociales –v isión clásica-. 2. Relaciones de Mer cado, hace r eferencia a los conflictos que se dan, ya no por recurso s, sino.

(22) 18 que se presentan en las dinámicas típicas de m ercado entre productores y consumidores.3. Base Política, con siste en un desacuerdo frente al sistema político vigente que se p uede manifestar de do s m aneras: m ediante el silencio (abstinencia electoral) o a través de la violencia. 4. Étnico: A partir de una identidad e im aginario s colectivos ex istentes en una sociedad, sur gen contestaciones que rechazan la marginación de gr upos étnicos que en su m ayoría son m inoritarios. El trabajo de Art uro Esco bar, Sonia E. Álv ares y Evelina Dagn ino, es una aproximación teórica al estudio de los movim ientos sociales en Am érica Latina. Inician haciendo un a crítica a los estudios culturales, en especial, a la estrechez teórica de sus planteam ientos. Consideran que se trata de una subdisciplina cerrada y dem asiado apegada a la lectur a textual de los docum entos que producen difer entes actores sociales. Desde su perspectiva, to dos los m ovimientos sociales reivin dican una política cultural que produce variacion es en la cultura política, sin importar si en sus agendas, el tema de lo cultural sea o no prepon derante. En palabras de los autores “es im portante hacer énfasis en el hecho de que en América Latina actual todos los movimientos so ciales ponen en m archa una política cultural (….) Par a todos los movimientos sociales, entonces, las identidades y estrategias colectivas están inevitablemente atadas a la cult ura”. 26 La política cult ural es defin ida com o la lucha disp ersa por signif icados y reivin dicaciones, por parte de grupos sociales. Se presenta cuan do entran en conflicto gr upos sociales que al mismo tiempo que, encarn an sign ificados y prácticas cultur ales, se encuentran influencias por ellas m ism as. La cultura política, a su vez, es defin ida com o la construcción social de todo aquello que debe ser considerado político. Se trata del ám bito de prácticas e instituciones conform adas a partir de la totalidad de la realidad so cial que históricam ente llegan a ser con sideradas como. 26. Arturo Escob ar, Soni a E. Álv arez y Evelina Dagnino (eds.) 2001. Política Cultural & Cultura Política: Una nueva mirada sobre los movi mientos sociales latinoamericanos. Bogotá: ICAHN, Tauro. 2-4.

(23) 19 políticas. El movim iento social por lo tanto, es el ámbito perfecto para m odificar la cultura política. Manuel Antonio Garr etón en su est udio propone una aproxim ación al estudio de los m ovimientos sociales, en especial, aquello s fenómenos sur gido s en el cono sur. 27 Busca la redefinición del paradigma tradicional en el estudio de los m ovimientos sociales, cuyo centro de análisis son los aspectos estruct urales com o definidores de la acción colectiva. Considera que América Latina ha sufrido un cambio prop iciado por las dinámicas in dustralizadoras que la han convertido en una sociedad post-industrial. Desde su per spectiva, la matriz tradicional centraba su estudio en lo estruct ural de tal manera que, todo s lo s m ovim ientos sociales tenían un fin específico, m odificar la estruct ura. Lo s nuevos fenómeno s se unen cada vez a sus m undos de la vida y defien den cosas m ás sociales y cultur ales. Propone una clasificación de los m ovimientos sociales en la región en la que se destacan aquellos surgidos por la pelea por la democracia política en países con r egímenes dem ocrático s. Con la fractura de los regímenes autoritario s surgen m ovimientos sociales de r espuesta como lo es el de der echo s humanos. La democratización social es otro tipo de m ovimiento que busca la redefin ición de aspectos sociales tales com o la ciudadanía, educación y el m edio am biente. El tercer tipo de movimiento es el que dirige su accionar hacia el ám bito exclusiv amente económ ico; se trata de una crítica al modelo de desarrollo implantado en lo s países latinoamericanos desp ués de la reevaluación del m odelo que privilegiaba las econom ías cerr adas y el cr ecim iento interno (Modelo de Sustitución de Im portaciones).Por último, se presentan lo s m ovimientos so ciales en contra de la modern idad, en especial aquella tendiente a la visión lineal. Entre los estudios m as r ecientes so br e el tem a de lo s m ovimientos sociales en Co lom bia, se destaca el estudio de Mauricio Arch ila quien presenta un balance so bre la protesta social. Para Archila ex iste una diferencia sustancial en el análisis de lo s m ovimientos sur gidos en Colom bia. 27 Manuel Garretón . Cambios soci ales, actores y acción colectiva en América Latina en: Políticas Sociales No . 56. Santiago d e Chile. CEPAL. 2001. cap. 1-2.

(24) 20 y la teoría Europea, debido a que m ientras allá se reiv indican movim ientos guiados por valores post-materiales, priman en Am érica Latina aquellos dir igidos a la obtención de ben eficios m ateriales. Lo anterior sin perjuicio de que existan en la región, importantes m ovimientos que deman dan. elementos cultur ales e identitario s, en la búsqueda de n uev as formas de. organ ización so cial y política. Par a Ar chila, el “desgaste de la política tradicional, desde la reforma de lo s año s ochenta, algunos actores so ciales decidieron repr esentarse directam ente (…) a pesar de que si bien las con diciones económicas y políticas del país no son las mejores para alentar la acción social colectiva en Colom bia, n uestros actores distan de caer arrodillados”.. 28. Los m ovimientos sociales contem poráneos rech azan las in justicias y en. especial las desigualdades. Se opon en veh em entemente al conflicto arm ado. Se oponen a los efectos negativo s de la globalización. Reivin dican el carácter ciudadano, pero en una dimen sión integral de lo s derecho hum anos. Buscan ante todo incur sion ar en lo político para romper el aislam iento en el que se había h undido la sociedad civil, constr uyen do nuevas identidades para enfrentar los n uevo s contextos. Con todo ello r eivin dican form as de vivir y de hacer presencia pública que son aspectos esenciales para construir y fortalecer nuestro débil sistem a democrático. 29 En resum en, el desarrollo teórico que ha caracterizado el f enóm eno de los m ovimientos sociales, abar ca un cam po de estudio amplio y no poco com plejo. El concepto de movimiento como tal no ha lo gr ado adquirir un a def inición única alrededor de la cual teórico s e investigador es lo gren poner se de acuer do. Las difer entes vetas de cono cim iento y de estudio del fenóm eno, tienden a centrar su análisis en asp ectos diferentes, dejando de lado otros que desde otro punto de v ista r esultan relev antes. Los intentos por alcanzar p untos de conver gen cia en donde se ex alten las virtudes teóricas de cada planteam iento com ienzan. a dar se, y es. 28 Archila, Mauricio . "D esafíos y perspectivas d e los movi mi entos sociales en Colo mbi a"En: Migu el Eduardo Cárdenas Rivera, Coordin ador, La Reforma Política del Estado en Colombia. Bogotá, CEREC-FESCOL, 2005. p . 72. 29 Ibidem., p.165.

(25) 21 posible identificar po stur as teóricas que lo gren un a interacción con otras. El pr esente estudio buscar á aplicar las herr amientas an alíticas de algunas de las teorías existentes, buscan do ante todo, la caracterización más am plia so br e el f enóm eno a favor del aborto.. Habiendo realizado una rev isión so bre el estado del arte de lo s f enóm enos de acción co lectiva, es necesario conocer el contexto empírico del aborto en Colom bia, el desarrollo legislativo alrededor del tem a, y el impacto que ha lo grado tener en las so ciedad Colom biana.. 2.2. C ontexto Empírico: El Aborto en C olombia La historia de la r eglamentación legal del aborto, se in ició en 1973 con la ponencia del senador del Movimiento Cristiano, Fernando Men doza Ar dila, quien presentó un proyecto de ley cuyo propósito era el de tipificar com o conducta punitiva a las madres que le quitaran la vida de su hijo en estado de gestación. Así lo ratifica el texto de la ponencia de la ley, de cuya lectura puede in ducirse que sería castigada con 16 a 30 años de prisión “la m adre que quite la v ida a su hijo f uturo, fr uto de acceso carn al violento o de in sem inación artificial no consentida”. 30 Desde la pr esentación de este proyecto hasta el presente, se h an radicado en el Con gr eso de la República alrededor de ocho prop uestas y se han presentado cuatro demandas de inconstitucionalidad relacionadas con el tema del aborto, además de do s intentos de r eforma del Código Penal. Dejando de lado el proyecto de ley de 1973, en donde se proponía una legislación en la que con la pen alización absoluta del aborto se criminalizaban, com o m enciona la Corte Constitucional, “conductas no exigibles de una persona, entre ellas las de continuar un embarazo que es pro ducto de una v iolación. Condiciones, en la que es difícil entender o aceptar. 30 Ana Cristina Vel ez. L a Situación d el Aborto en Colo mbia: entre la ilegalidad y l a realidad . Ministerio d e Protección Social. Bogotá. p . 23.

(26) 22 el hecho de que la mujer que aborta sea con siderada una delincuente, los otros proyectos ofrecían posiciones mas mo deradas frente al tema31 La m ayoría de lo s proy ectos pr esentados contenían avances que buscaban la despenalización del aborto en circun stancias excepcion ales, como el peligro a la vida de la madre, los casos de abuso sexual violento y malform aciones, entre otras. Todas incluían requerim ientos que contrariaban la autonom ía abso luta en el campo de la reproducción de la m ujer. Fue así como se requería de la autorización del p adre, o la com probación vía sentencia judicial del acceso carnal violento, so p ena de que se incurr iera en el tipo pen al p unitivo. Para An a Cristina Vélez, se trataba de la reafirmación que, las m ujeres en el tema de las decisiones repro ductivas y el dominio de su propio cuerpo en la legislación colombiana, no son concebidas com o personas y sujetos pleno s de derechos. So lo dos de los proyectos m encionados con anterioridad, proponían que se p ermitiera el aborto tam bién en casos en donde ex istieran condiciones socioeconómicas que hicier an imposible, para la m adre, la sostenibilidad digna del f uturo infante. Los esfuerzos p ara transformar la norm atividad que penaliza, sin ningún tipo de ex cepción el aborto, han sido inútiles por la vía legislativa. Lo s av ances que sobre la materia han alcanzado los in dividuo s que apoyan la prop uesta, se han dado en el seno del juez con stitucional que se ha visto env uelto en la lucha jurídica por el recono cim iento de un a serie de v alores y derechos. No obstante lo anterior, no es posible afirmar que las posibilidades de cambio alcanzadas a través de la v ía judicial hayan sido bien r ecibidas desde un comienzo, y a que por m uchos años perduró en el núcleo del pen sam iento jurídico nacional, la concep ción tradicional según la cual, debía protegerse a toda costa el fr uto de la concepción, en calidad de ser sujeto de derechos, por encim a de lo s der echos de la vida, dignidad y autonom ía de la madre. 32. 31. Co rte Constitucional. Aclaración de Voto Sentencia C-647 de 2001 .M.P. Al fredo Beltrán Sierra. Despen alización d el Aborto en Colo mbia; l a emancipación de las muj eres por vía constitucional En http:// www.actualidad colo mbiana.o rg/boeltin.sht ml? 32.

(27) 23 En el año 1994, por prim era vez, la Corte Con stitucion al revisó el tem a del aborto, optando por su ex equibilidad, ar gum entando el derecho del feto como indepen diente de los de la madr e. En el 2000, se demandó el artículo 124 del Có digo Penal, que establecía atenuantes a la pena del aborto, con el ar gum ento de que allí se desconocía el derecho fun dam ental a la vida. En el 2001, después de un controvertido an álisis, la Corte lo declaró exequible. En el año 2002, la deman da centró sus pretension es en aspectos form ales y de trám ite que fueron desechados por la Corte. Frente a este panorama, en el año 2005 Women’s Link Worldwide 33, presentó la primera de do s dem andas de inconstitucionalidad, que buscaban atacar el tipo penal del aborto en Colom bia. La demanda hizo énf asis en el descono cim iento de normas de derecho internacional de los der echos h um anos aceptadas por Colom bia y que observ aban el carácter restrin gido de la legislación Co lom biana en m ateria de aborto. 34Una segun da dem anda, interp uesta en el año 2005 por un gr upo de m ujeres pertenecientes a Women’s Link W orlwide, encabezadas por Mónica Roa y Katherin e Rom ero, lo gró por pr imera vez el reconocimiento de situaciones excepcionales, en donde la mujer po día decidir poner fin a la gestación. La sentencia C-355 de 2006 despenalizó el aborto parcialm ente cuan do el em bar azo fuese producto de una violación, cuan do hay m alform aciones o cuan do está en riesgo la vida y la salud de la m ujer.35 Vale la pena resaltar, que aun que la Corte se pronun ció en contra de la exequibilidad de la norm a y consagró ciertas ex cepciones a su ap licación, para algunas de las m ujeres pertenecientes al m ovim iento, la sentencia continúa desconociendo derechos y valor es que deben ser revaluado s.. Para Man uela Villa, abogada de la Univer sidad de lo s Andes y. seguidor a del m ovimiento, “si bien la sentencia levantó am pollas dentro de la sociedad colom biana, lo cierto es que este desarrollo jurispr udencial no resolv ió de fondo el tem a de la. 33 Women’s Link W orldw ide es una organización de mujeres, que luchan alrededor del mundo por la protección y la garantía de los derechos de las mujeres. D e origen Norteamericano han logrado influencia en un número importante de países. Se especializan en el litigio de alto impacto.. 34 35. Carlos Sandoval Jaramillo , Despenalización del Aborto en Nota Uniandina , Quinta Edición. 2006 Sentencia Corte Constitucional, C-355 d e 2006 M.P. Jai me Araujo Renteria y Cl ara Inés Varg as H ernández..

(28) 24 desigualdad y desproporción de la mujer co lom biana que sigue o bligada a sufrir, en atención a la prohibición legislativa de abortar.” Sostiene la doctora Villa que “en primer lugar, la sentencia sólo se r efirió a unos eventos extremos en los cuales la m ujer podía decidir si continuar o no con el em barazo. Para los demás casos, siguió pesando la prohibición penal. De lo anterior entonces, que la sentencia no reconociera la posibilidad de abortar como un derecho en sí mismo de la m ujer, sino m ás bien como un m ecanism o para proteger en ciertos caso s m uy excepcionales, lo s derechos fundamentales inherentes al ser humano. Sin embargo, es pertinente anotar com o en este caso, la interpretación de la Corte so bre derecho s f undamentales como el de la igualdad, y el libre desarrollo de la p ersonalidad de la mujer no r epro ductora, fue clar am ente restrictivo, en aras de proteger el derecho a la vida del feto en su vientre. Lo anterior se corrobora al o bservar la aclaración de voto del magistrado Jaime Araújo Rentaría, quien a lo lar go de su ar gum entación se en car gó de demostrar como el análisis que hace la Corte de estos derecho s es limitado, en cuanto no los est udia en su dim ensión real. De haberlo hecho así, se h ubiera despen alizado com pletam ente el aborto.”36 Se o bserva, por lo tanto, el carácter restrin gido de la reforma, y podría decir se que la tensión está lejo s de acabar se.. En síntesis, la historia del aborto en m ateria norm ativa en Colom bia ha sido caracterizada por la prohibición y pen alización de su pr áctica. El debate se ha desarrollado con altibajos por más de veinte años, y so lo hasta el año 2006 se alcanzaron lo gros importantes. El aborto además de ser una pr áctica ilegal, es un pro blema de salud pública que ataca a un porcentaje im portante de m ujeres, adolescentes y adultas. Se estima, según cálculo s del Ministerio de Protección Social, que en Colombia se pr actican entre 300.000 y 400.000 abortos ilegales. Las cifras del ente. 36 Manuela Villa González, Análisis de G énero en el tratamiento de la violen cia intrafamiliar y en l a sent encia C355 de 2006 . Universidad de los And es. Publicaciones .2006. p. 40.

(29) 25 estatal son tan precar ias, que h asta el momento no se tiene un estim ado creíble acerca de las m uertes causadas por esta práctica. La desp enalización no ha tenido el im pacto que se esper aba, o por lo m enos así lo hizo v er el propio Ministerio, quien dijo que sus bon dades se evidenciarán a mediano plazo.. 37. La luch a continúa en el seno de las organizacion es pro-. abortistas quien es consideran que la dem anda lo gra satisfacer parte de sus reivin dicacion es, pero en el fondo desconoce el valor trascendental de la mujer, su capacidad decisiva y su rol social.. Habiendo realizado un análisis preciso sobre la teoría y el contexto empírico alr ededor del cual se for jó el fenóm eno de acción colectiva que gira entorno al tema del aborto, se hace necesario iniciar la car acterización del mismo, de maner a que se puedan observ ar aspectos car acterísticos de su esen cia.. Análisis y Caracterización del Movimiento Social a Favor del Aborto. Comos se observó con anterioridad, no existe dentro de la do ctrina teórica especializada en el análisis de lo s fenóm enos de la acción colectiva, un camino analítico único a través del cual se logr e identificar e individualizar los aspectos m ás significativos de este tipo de fenóm eno social. La caracterización y el análisis correspon diente, ha estado con dicionada a la po stura teórica e ideoló gica que asuma el investigador so cial, que de acuer do a un a u otra, descarta elementos que desde otra propuesta puede ser de gran sign ificancia. Conciente de lo anterior, la presente Mono grafía busca explor ar alternativas eclécticas que rom pan con las posturas tradicionales que resaltaban la aplicación determinista de un a sola teoría, tal como lo hicieron las teorías estruct uralistas m arxistas, que criticaban con desprecio las p ersp ectivas anterior es, contrarias o antagón icas. 37. Un año después , aborto sigue siendo un probl ema. El tiempo , domingo 6 de mayo d e 2007.

(30) 26 No se trata, desde luego, de una prop uesta innovador a, sino mas bien de la aplicación de una tendencia en el estudio de este tipo de fenómeno, de encontrar vetas de investigación que logren entrelazar aspectos significativos de las dif erentes posturas teóricas so br e el tema. El desarrollo do ctrinario de lo s años setenta hizo posible la r eso lución de los dilem as teóricos, que en principio im pedían la conjetura de enfoques disímiles que centraban sus esfuerzo s en entender ciertos asp ectos del fenóm eno en gen eral. Es así como lo reconoce Alberto Melucci en su libro, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, quien considera que la heren cia que dejó el desarrollo teórico de los año s setenta, “fue el de la cr eación de un paradigma escéptico so bre movim ientos sociales, cuyo o bjetivo de análisis centra su atención ya no en percibir el fenóm eno como una “cosa” o en valorizar enteram ente lo que lo s m ovimientos dicen de si m ism os, si no que se trata de descubr ir el sistema de relaciones internas y externas que constituy en la acción.”. 38. El legado de la filo sofía de la historia fue reconocido con cierto dualismo. Una prim era dualidad f ue formulada en térm inos de aislam iento/solidaridad. La primera representada por teorías de la acción colectiva y el com portam iento de masas, consideraban el fenómeno como producto de un estado de crisis estructur al, com o contradicciones, y por el otro, como una expresión de cr eencias y orientaciones compartidas. De esta m anera, la per spectiva funcionalista con sideraba la acción colectiva como el resultado de crisis económicas o de desintegración social.39 La segunda con sideraba lo s m ovimientos sociales como expresiones de intereses com partido s dentro de una situación estructur al común, como por ejemplo la clase social. 40 Las teorías del aislam iento ignoraron la dim en sión del conflicto dentro de la acción colectiva, y la redujeron a la reacción patoló gica y a la margin alidad, sien do incapaces de explicar el paso 38 39 40. Melu cci, Op.cit. , ( 1999 ) p. 10 Ibidem., p. 10 Ibidem., p.10.

(31) 27 de condiciones sociales a la acción colectiva. En eso radica la dificultad teórica del legado m arxista, la transición de con dición de clase a conciencia de clase, incógnita que sigue irresuelta hasta el día de hoy y a la que no es posible darle respuesta sin con siderar de qué m anera se forma y se mantiene el actor colectivo.. 41. La reevaluación del paradigma tradicional que hicieron las teorías de los años setenta abrieron la sen da par a que lo s movimientos so ciales f ueran est udiados com o sistemas de acción, en donde el fenóm eno f uera concebido en sí mismo y pudiera otorgar, casi directamente, explicaciones suficientes so bre sus orígen es, sus f ines y su orientación. 42 Se trata por lo tanto de un actor que lo gra incidir políticamente en un escenar io histórico, como una unidad de conciencia y acción. De esta m anera, se entien de que el movimiento invierte gran parte de sus recursos ( dinero, tiempo) buscando mantener la unidad y conseguir cierta homogeneidad en el campo social 43 Se pone en duda el sup uesto teórico según el cual, la acción colectiva p uede ser reducida a un dato o a una unidad. Para Melucci, “el entendim iento m ás dif undido sobre lo s m ovimientos sociales los con sidera com o actores empíricos unificados, dan do por sentado sus valor es, intensiones y fines; así, la ideo logía de los líderes o lo s atributos que les pone el observ ador se convierten en la ver dadera realidad del movimiento.”44 Cualquier intento de análisis o de compresión de un actor colectivo, debe tener en cuenta la perplejidad de su propia nat uraleza, su composición, la plur alidad de proceso s sociales y actores que lo componen. Por lo tanto reducirlo a un simple proceso de respuesta a disf unciones sistem áticas, es desconocer los procesos de cohesión, identidad y repro ducción que conver gen en su interior.. 41. Ibidem., p. 9 Ibidem., p. 14 43 Ibidem., p. 10 44 Ibidem., p. 10 42.

(32) 28 La propuesta que se form ula en la presente Monografía, es la de aproximarse al fenóm eno del Movimiento So cial a Favor del Aborto, desde diferentes prop uestas teóricas, con el f in de evitar las deficiencias que contienen unas u otras. La acción co lectiva sería considerada como resultado de intencion es, recurso s y lím ites, con una orientación construida a través de relaciones so ciales, dentro de un sistem a de oportunidades y restricciones.45 Por lo tanto, no podría ser con siderado únicam ente com o efecto o consecuen cia de una variedad de precon dicion es estr uctur ales, de expresion es de valores y creencias; por el contrario, lo s in dividuo s racionalm ente constr uyen la acción de m anera organizada, y procuran de la misma manera la unidad de la acción. Lo anterior, sin perjuicio de que se consideren las condicion es estr uctur ales como elementos sign ificativos en el an álisis del fenóm eno. Centrar el an álisis del fenóm eno en el estudio sim ple de las características contextuales en que se for ja, tal y com o presuponían las teorías tradicionales, r espon de a la voluntad del investigador de preguntarse exclusivam ente por el “cóm o”. Si el objetivo es el de conocer los procesos a partir de los cuales los individuos confier en sentido a su acción, los datos sobre el contexto en el que surgen lo s m ovimientos o la información sobre lo s aspectos estructurales o funcionales que motivaron su sur gim iento, no logr an aportar inform ación suf iciente para entender por qué las per sonas participan en ello s.. 46. Por lo anterior, que se inicie esta investigación con la aplicación de la teoría funcion alista de la acción colectiva prop uesta por Sm elser. De maner a complem entaria, y buscando la caracterización del fenómeno bajo est udio, se hará uso de las herram ientas metodológicas propuestas por la teoría de la acción racion al, al igual que aquellas expuestas por la teoría de la estructura de oport unidades de po líticas de Charles Tilly. De igual forma, se usar án las herramientas metodo ló gicas propuestas por este mismo autor para la car acterización de un. 45 46. Ibidem p . 15 Enrique Laraña. La Construcción de los Movimi entos So ciales . Madrid Alianza Editorial, 1999. p. 74..

(33) 29 m ovimiento. Finalm ente, se buscará analizar el fenómeno según la tipolo gía propuesta por Alain Touraine , sobre m ovimientos tradicionales y n uevo s m ovimientos sociales.. Teoría Estructural Funcionalista C om ponentes de la Acción Los f undamentos de la teoría f uncionalista encuentran una aplicación sistém ica al tema del comportamiento colectivo, que sur ge en resp uesta a factores de dist urbio que lo gr an poner en tensión (strain) alguno de lo s componentes de la acción social. En otras palabras, se presenta una tensión en uno de los componentes de la acción social que conform an el sistem a de reglas m ediante el cual se traducen lo s valores en com portam ientos. Son cinco los com ponentes de la acción que propone la teoría funcionalista de Smelser, en don de, debido a la incertidum bre y el desequilibrio pro ducto de la diver sidad de pro cesos presentes en una so ciedad, se desencadena una disfun ción de ciertas creen cias que se ubican en el im aginario colectivo e in citan a la gente a participar a través de la acción, buscan do ante todo, la restauración del orden. El comportamiento colectivo funciona como un fenóm eno que reestr uctura el com ponente pertur bado por la tensión, a través de una creencia gener alizada que m oviliza la acción hacia los componentes.. Son cuatro los com ponente de la acción a saber: 1. Valores 2. Norm as 3. Movilización de conducta 4. Facilidades sit uacionales. Cada tipo de acción se encuentra orientada hacia uno de estos com ponentes, o lo que es lo mismo, cualquier acción que tenga un im pacto social se encuentra guiada por uno de estos. Conv iene entonces, para efectos de la presente investigación, identificar cada uno de estos componentes de la acción en el contexto social en el que se desarro lla en Movimiento Social Favor del Aborto..

(34) 30 La im portancia de los valores – primer componente- radica en que le im primen legitim idad a la acción y provo can aceptación entre los demás in dividuo s participantes. Se trata de consideraciones valorativas que com parten los individuo s, que finalm ente pueden ser conducido s hacia la acción. Par a Smelser, son declar aciones generales de los fines legítimos, que guían la acción social. Involucran, además, concepciones generalizadas y organ izadas que influencian el comportamiento, sobre la nat uraleza, el rol del ser h um ano en ella, las relaciones entre hum anos, así com o lo deseable y no deseable en tanto su interacción con el hom bre y el ambiente y las interrelaciones entre ello s m ism os. 47 En el caso del Movim iento Social a Favor del Aborto es po sible afirm ar que los valores compartidos de quienes conforman el Movimiento giran en torno a la reivin dicación de los derechos de las mujeres y especialmente, a la libre opción so br e el cuerpo, com o un ejercicio de su autonomía y libertad. Lo anterior encuentra un sustento empírico, cuan do se analiza el contenido del discur so y la propaganda dif un dida por el Movim iento, en la que es fácilm ente reconocible que las per sonas que hacen parte de él, buscan luchar contra concepciones m oralistas de tipo religioso, según las cuales, la práctica del aborto es inaceptable, y que han sido interior izadas como valores reguladores de las relaciones interper sonales. Consign as como “personas libres Estados laico s”,. “m i cuerpo es m ío, yo decido ”, “la libertad es sin gular. siempre que exista la libertad plur al”, “yo tam bién aborté” buscan desafiar los valores sociales característico s de com unidades tradicionales, de gran arraigo r eligioso. Respecto a ese tipo de discur so, la directora de la organización Católicas por el Der echo a Decidir, San dra Mazzo, so stiene que lo que busca el M SFA es una redefinición de la concepción tradicional de la mujer. Sostien e que “lo que se busca es la autonom ía de la m ujer, que se respete su derecho a decidir, frente a su maternidad, a su cuerpo y a su v ida. En gen eral lo que busca es r eivindicar la dignidad de las mujeres, que se deje de v er a la mujer como un objeto, como un recipiente cuyo único f in en el m undo es ser m adr e. Que se cam bie esa 47. Kluckhohn en Neil, Smelser. Theo ry o f Collective Behavior, N ew York , Th e Free Press, 192. p. 25–26..

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