Hacia
una política
de
educación
por el el arte
Prof. Ernesto Livacic G.
Es
impresionante
la
paradojade
que elArte
—la más personalde
las
creacio neshumanas—tenga tan
escasa acogiday
gravitación en el procesode
formación de
la
personahumana,
enla Educación.
En
efecto,
los
curriculade los
sistemasescolares
de
nuestros paísesle
asignan una presencia eimportancia
muy
relativas,
hecho
que,
como veremos más adelante,
no sólo constituye un errorconcep
tual
en síy
unadeficiente
estrategia en eljuego
de
fines y
medios,
sino que configura
undivorcio
entre una postura"educativa"
oficial
y
unadisposición
natural
muy
proclive alArte
enla idiosin
crasiade
nuestros pueblos.A. Algunas
notasfrente
ala
realidadHemos
sintetizado en ocasión reciente1ciertas características
del
sistema educa cional —a vecesconscientes,
a vecestác
ticas— que confirman nuestras aseveraciones
iniciales.
Por de
pronto,
salta ala
vista quela
orientación prioritaria
de
éste
sehalla
en1
Cfr.
nuestraponencia al
Symposium In
ternacional
"Arte,
Educación
y
Sociedad",
octubre
de
1972.
la
línea de lo
intelectual
y
quela
traduc
ción
"pedagógica"
de
la
misma seha
proyectado en un
énfasis de lo informativo.
A
resultasde
ambascomponentes,
hay
en sus curricula algúnlugar
para elArte
—paradeterminadas
artes—,
enla
medida en que se entienda que ello es parte o contenidode
un"humanismo",
ora clásico,
ora abierto a una comprensiónde lo
tecnológico
(en
cuyo caso suele surgir enel plan
de
estudios una zona eufemística-mentedenominada
"técnico-artística").
Pero,
ental evento,
Literatura,
Música
oArtes
Plásticas
se enfocanmuy
marcadamente como
historia
y
comotécnica
—que en alguna medidainstruyen
y
en ciertaforma
enseñan ahacer—,
conlo
que suvalor
formativo,
principalmente en el orden de la
creación,
esbastante
precario,
cuando no
ilusorio
y
aun contraprodu cente.De
otraparte,
nuestra educación oficial,
acogiendola
creciente necesidadde
especialización que presiona sobre
los di
ferentes
camposde la
cultura,
ha
inicia
do,
hace
algunosaños,
un procesode
diferenciación
endeterminados
niveles.Vuelve
aquí a ponersede
relievela
des
medrada situación
de la
educación artística.
En
efecto,
en elintento
de
combi nar una continuaciónde
la llamada
"for-mación
general"
con una atención más
di
recta a un cierto grupode disciplinas
que entiende como particularmente significativas,
el sistemaofrece, corrientemente,
las
modalidadesde diferenciación
enCien
ciasExactas,
enCiencias
Naturales,
enCiencias
Sociales,
enTecnología,
etc.La
modalidad
artística,
encambio,
de hecho
falta
o,
cuandomejor,
quedamuy
teóri
camente expresada2.
B.
Reflexiones
sobrelas
notasDebemos
comenzar con una afirmación
bastante
rotunda: ala luz de las
ob servaciones arribarecogidas,
parece cla ro que nuestros sistemas educacionales nohan
captado una realidad evidente.Esa
realidad es que el ser
humano,
sujetode
la
Educación,
es una entidadmuy rica y
compleja,
que no puede seccionarse enforma
tal
quelleve
a sudesintegración.
En
esesentido,
la
preponderanciade
un
determinado
campo —sea elintelec
tual
u otro—en el procesoeducativo,
puede
resultarfácilmente
—y
gravemente—anti-vital,
anti-humano.Si
fuere éste
ellu
gar parahacerlo,
resultaría cautivador ejemplificar aquílas
vinculaciones existentes
entrela
orientaciónde
nuestros sistemas
educativosy
muchos problemas existencialesdel hombre
contemporáneo,
que surgende
sudistorsionando desarro
llo
personal.A
la brevedad
posible,
ha de
tomarse
conciencia
de
que raudamente vieneper-2
En
Chile,
unaEducación Media
oficial mentediferenciada
ofrece,
entre casi1.500
establecimientos,
menosde 5 de
modalidad artística.A
mayorabundamiento,
y como con algunatimidez,
sonllamados
"experi
mentales",
lo
queinvoluntariamente
se con vierte para ellos en un nuevo rótulode
pre caria calificación.diendo
vigor un modelode
culturabasa
do
en ellibro,
mientrasirrumpen
unanueva cultura
y
aun un nuevolenguaje
centrados enla
imagen. De
allí,
elpasoló
gicohabría de
ser acogertales
realidades comobasamentos de
una orientación másintegradora
del
procesoformativo,
en quese reivindique
la
presencia eimportan
ciade lo
artístico,
debidamente herma
nado conlas
otras grandesáreas
del
quehacer
espiritual.Desde
otroángulo,
los
educadores advierten
también
—y
ellodesbarata
cual quierintento
de dar
por satisfecha porla
mera víade la
"información"
la
incor
poración
del Arte
alos
curricula— que no es posibleformar,
paratiempos
y
so ciedades cuyatónica
es el cambio másy
más profundoy
acelerado,
mediante una pedagogía que emplea sus mejores esfuerzos
enla
transmisión
de
conocimientos.
Hoy
tiene
ya caüdadde
axioma el asertode
quela disfuncionalidad de
una pedagogía conservadorafrente
a unmundo dinámico ha
hecho
crisis.En
cuanto ala
discriminación
con quese
ha
operadola diferenciación
del
pro cesolectivo
enla Enseñanza
Media,
cabe
acotar quesi,
comoparece,
la dife
renciación
del
curriculum apuntahacia
un mejor encauzamientode
recursoshu
manos para eldesempeño
de funciones
sociales"productivas",
seha
utilizado una perspectivabastante
miope.Países
sub-desarrollados,
comolos
nuestros,
debie
rantener
ala
vistaque,
enlos
sistemas escolaresdiferenciados de
naciones másavanzadas,
elArte
ocupa unlugar
que no cede enimportancia
alde
las demás
áreas
de
la
cultura.Allá
seha
entendidocabalmente el aporte
insustituible
de
la
formación
artística a una asimilacióny
vivenciade
valores comola
iniciativa,
la
creatividad,
la
audacia,
sinlos
cualesdi
fícilmente
sedescubre
el camino para sacaeren
la
cuentade
que alrelegarelAr
te
estamoslimitando
nuestras potencialidades
de
liberación3.
C)
Afirmación
de
nuevo criteriobásico
¿Qué postulamos,
frente
ala
situaciónanalizada?
—Estamos convencidos
de
quela
salida
es una educaciónliberadora,
atra
vés
de la
cual cadahombre
sea el sujetoreal,
protagónico,de
su propiodesarro
llo4.
3
Otro
fenómeno de
interésen relación conlo
que venimos analizando, seda
enChile
enel pasode
la
Enseñanza
Media
ala
Uni
versidad(la
que,
quiérase ono,
sigue siendo la
cúspidede
nuestro sistema escolary
la
meta virtualmenteúnica de los
estudian tesde!
nivel medio).Al
no orientarla
Enseñanza
Media
a susalumnos en el campo artístico, si
éstos
de
seaningresar
a carreras universitarias comoArquitectura,
Bellas
Artes, Diseño,
etc.,
de
ben
rendirunaPrueba Especial
de
Aptitud.
Es
decir,
para elloshay
un requisito más.Tal
requisito no establece por sí un criteriodefinitivo
de
selección,
sino que se pondera con el resultado
de
los demás
(los
que,huelga
decirlo,
están enla
tónicade
la
orientación general
del
sistema).Ante
estasituación,
nuestraUniversidad
Católica
de
Chile
ha
reservado,
en algunasde las
mencionadas carreras, cupos especiales
para estudiantes provenientesde
los Co
legios
Artísticos
experimentales,
como manera
de hacer
más aprovechable suforma
ción y más efectivas sus oportunidades
de
realización. 4
Ello
nosignifica,
porcierto,
excluir almaestro,
sinodiferenciar
su roldel
quehoy
pueden muchas veces cumplirlas
máquinas,
aun mejor queél
mismo.El
maestro
tiene
sulugar
insustituible
enla
comunión espiritual con el
discípulo,
quedé
aéste
el ambiente preciso para educarse enel espíritu
crítico,
enla
creatividad, enla
Arte
y
Educación Liberadora
sondos
conceptos que se
interpenetran
y
mutuamenterefuerzan en su esencia —la expre sión
y
desarrollo
integrales
de
la
persona—
y
en sus secuelasformativas
—tanto per sonales cuanto sociales.Ello
nos permiteabrigar —no como unautopía,
sino como una serena esperánzala
convicciónde
que,
a no muchoandar,
el
Arte
pueda adquirir en nuestros sistemas
educativosla
fuerza
necesaria para que
él
constituya unode los
mediosmás eficaces para contribuir a que nues
tros
discípulos,
que seránlos
responsablesde
enfrentar eldesafío de
un sigloXXI
que ya asoma en el
horizonte,
cultivenlas dotes
de imaginación,
de
creacióny
de
equilibrio entre el mundointerior
y
el
exterior,
que ciertamente seráninelu
dibles
para sortear conbuen
éxito
tal
apasionante
desafío.
Frente
ala
actual postergacióndel
Ar
te
comoinstrumento
educativooficial,
no
postulamos,
pues,
el reemplazode
un exclusivismo por otro —en una actitud
que,
más querevanchista,
seríatorpe
eigualmente
disfuncional
en su esencia quela
quehemos
venidocriticando—,
sinouna visión globalizada
del
hombre
comobase de
una orientación consecuentede
nuestros sistemas educacionales.
Antes
afirmamos que parece claro quenuestros sistemas educativos no
han cap
tado
una realidad evidente.Ahora
agregamos que sólo podrán reaccionar ade
cuadamente
frente
aella,
enla
medidaen que sepan reajustar sustancialmente
los
perfilesde
su políticay
traducir
enrealidad operativa
las
afirmaciones queconceptualmente
fluyan
como consecuentes.
solidaridad
y,
comoéstos,
en otros valores quela
Educación
Artística
puedemuy
señaladamente
contribuir a promover.D)
Dos
anomalías que sondos
esperanzasQue
ello no esilusorio,
que el nuevoplanteamiento que esbozamos
tiene
mucho
de
factible,
parecen confirmarlodos
hechos
que,
ciertamente,
están al margen
de las líneas
gruesas antesdescritas
de
nuestrarealidad,
y,
porlo
mismo,
alientan
la
esperanza.Uno
esla
nuevadimensión dada
recientemente al
Arte
enlos
programas escolares
de
algunos países5.
El
otro,
la
apetencia comunitaria poruna
Educación Artística
6.
E)
Algunos
intentos
de
proposiciones generalesLas
consideracionesformuladas
ofrecen,
a nuestro modode
entender,
algunasbases
para una acción educativa coherente.
5
Afortunadamente,
entre estos países sehalla Chile.
Véase,
alrespecto,
la
colaboración
del Prof.
Sergio
Montero,
en este mismo
número,
sobre"Presente
y
perspectivade
los
programasde
Artes
Plásticas",
queconstituye una adecuada
ilustración
sobreel particular,
6
En
efecto,
esmuy
curiosoque,
mientrasoficialmente ocurre en el sistema escolar
lo
que
hemos
descrito
enla
secciónA
de
esteartículo,
hasta
enlas
más pequeñas ciudades del
paísy
en cada unode los barrios
de
las
grandes ciudades proliferan escuelas
permanentes ode
temporada
parala
enseñanza
del
Arte,
sostenidas porMunici
pios, particulares, sindicatos
de
trabajado-es,
organizacionesculturales,
etc.Se
da
así el que, en un"juicio de
hecho",
!a
realidad proclamela
ineficiencia
y equivocada orientación
del
sistemallamado
aatender
los
intereses
formativos,
yla
paradoja
de
que quienestienen
inclinación
porel
Arte
deban
satisfacerla al margende
sueducación sistemática.
Por
de
pronto,
estimamos claro que nose
trata
de
insertar
mecánicamente elin
grediente educativo-artístico
dentro
de
un sistema cuya crisis es más general
y
honda,
razónúltima
de
la
preterición a que reiteradamente venimos aludiendo.Se
impone,
encambio, que,
si admitimos que
la
educación es unafunción
social que se sirve en el contexto
de
unacultura
dinámica,
hagamos de
ella unarealidad vitalmente auténtica
dentro de
nuestracultura
y de
nuestro quehacer social.
Tal
planteamientoinvolucra
una revisión
globalizada,
integral,
sólodentro
del
cual cabe aguardar una solución radical
al problema en análisis.Con
todo,
entendemos nítidamente quelos
cambios no sehacen de
una sola vezy
simultáneamente,
y
que no podemosdespreciar
la
oportunidadde dar
un paso cada
día
enla
engañosa esperade
un"plan
taumatúrgico,
porque,
acaso,
por ese caminola
solucióndemo
rará
indefinidamente,
si es quellega
7.
Sobre
la base de las
tres
consideraciones
precedentes,
pensamos posibley
adecuado señalar algunas
tareas
a medianoplazo,
tendientes
a proyectar enlo
educativo el
Arte
como unade
nuestrasmás propias
y
originales realizacionesy
potencialidades culturales.
Empleamos
aquí
la
expresión"lo
en unaTan
fuerte
esla
realidad anotadaque,
enel antes mencionado
Symposium,
María Isa
bel
Solari
centró toda sullamativa
ponenciaen el afán
de
reivindicar parala
escuela elliderato
de la
educación artística, por ser,debido
a suextensión,
la
única
instituciónpotencialmente capaz
de
dar
satisfacciónmasiva a una apetencia masiva.
7
Recordemos
la
comparación
de
Mann-heim,
el padrede la
Planificación,
segúnla
cual
la
tarea
de
ésta
es como arreglarlas
ruedas
de
un tren en marcha: mientras si gue avanzando.acepción que
trasciende
alo
puramenteescolar
y busca
encauzarse através
de
las
múltiples agencias educacionalesde
la
sociedad.1.
El Arte
requiere una presencia mássignificativa en nuestros curricula escola
res.
Si
quisiéramos ser másexactos,
acaso
habríamos de decir
que nuestros cu rricula escolares requieren contener unapresencia más significa
del Arte.
Porque
si eséste
elausente,
sonla Educación
y
elHombre
ala
cual elladebe
servir quienes sufren su carencia.En
lo
operativo,
setiende
aidentificar
el principio expuesto con su
traducción
en
forma de
creaciónde
nuevasdiscipli
nas o en aumentode horario de
algunasde
ellasdentro
de
los
planesde
estudio.Cada
paísdebe
establecerloasí,
si ellocorresponde en razón
de
su propia realidad.
Pero
el problema no quedaría resuelto
con sólotal
medida,
y
podríaincluso
darse
el contrasentidode
presentar poresa vía un "Arte"
desvinculado
de
unacultura
integrada.
Con
o sin aquellos ajustesde
plan,
esla
vitalizaciónfuncional
del Arte
en elconjunto
de los
contenidos educativoslo
que
verdaderamente
interesa.
Por
ejemplo,
un estudiode
nuestrahistoria
—tanto
nacional como regional—debiera
atender algo menos a nuestras querellas
políticas
y
mucho más a nuestro queha cerespiritual;
basarse,
más que en eldo
cumento
frío,
enla
obra artísticaque,
desafiando
altiempo,
nos renuevala
pre senciadel
pasadoy
nos sugiere sinduda
algo para elporvenir;
mostrarnos más elcamino aún por
hacer,
en que alArte
cabejugar
como un poderosofactor de
cohesión,
quelas
contingencias queeven-tualmente
noshayan
separado.Ello involucra
compromisostan
concretos
cuantojustificados
como elde
entregar
alas Escuelas
algunos mediosdi
dácticos
al serviciode
tal
finalidad,
llá
mense reproducciones
de
obrasde
artesignificativas
(miniaturas,
filminas,
diapo
sitivas, etc.),
ejemplaresde
sonesy dan
zasfolklóricos
otípicos
(discos,
partituras,
etc.),
catálogosdel
patrimonio cultural
nacionaly
americano...Los
ejemplospodrían centuplicarse.
Sin
duda,
sufuerza
como estímulosería
notable,
no sólo miradadesde
elángulo
—necesariamente parcelario—de
lo
específicamenteartístico,
sino comofactor de
promociónde
nuevas mentalidades.
Todos
sabemos cómo cualquierniño conoce
"Disneylandia"
y
cómo esa "ciudad"matiza su cosmovisión. ¿Por qué
no
facilitarles
el conocerMachu Picchu
y
en general nuestras más peculiares crea cionesartísticas,
lo
que sería no menosinteresante
y
probablemente mucho máspositivo?
2.
Por
cierto,
esto noslleva de inmedia
to
a plantear quela
Educación Artística
no puede ofrecerse a
través
de la
solaEscuela.
A
la
radiotelefonía,
al cinematógrafo,
ala televisión,
ala
prensa —ato
dos
los
mediosde
comunicaciónsocial—,
les
cabe prestar un gran aporte en elsentido
indicado.
Hoy
sedispone,
afortunadamente,
de
mediostecnológicos
aptos para"envasar"
programas
y
generalizar sudifusión,
de
modotal
quela
tarea
no es ni ciclópea ni
forzosamente
onerosa.
Este
segundo rubrode
nuestras proposiciones,
tiene,
a másde
su obvia efi cacia con relación al primeramente presentado,
otrosdos
alcancesimportantes,
porlo
menos:a)
conlleva el poner enjuego,
al ser viciode
unaEducación
Artística,
a agen cias educativas progresivamente másin
fluyentes
enla
psiquisinfantil
quela
b)
proyecta a nuestrotema
el princi piode
la Educación
Permanente,
bene
ficiando
con sus contenidos atoda
la
población,
cualesquiera sean su edady
su ocupación.3.
Ciertamente,
extender el conocimiento
del Arte
y hacer
surgir nuevos artistas sondos
cosasmuy
diversas. Acaso
comoen
pocos,
en este campo esinmensa
la
brecha
entrela
información
y la
creación.No
estamos pidiendo alos
curricula escolares ni a
los
mediosde
comunicaciónsocial el milagro
de
prohijar artistas.Sim
plemente,
propugnamos que ellosden la
oportunidadde despertar
muchas virtualidades
desconocidas
odormidas,
queellas sean —como en el poema
becque-riano—la
manode
nieve que sepa arrancar
las
notasinéditas
del
arpa silenciosay
cubiertade
polvo en elángulo
oscurodel
salón,
que ellos seanla
voz quehaga
levantarse
y
andar al geniolatente
en elfondo del
alma.Cuando de Arte
sehabla,
nuestros estudiantes
y
nuestro pueblohan de
entenderlo
como unpatrimonio,
en el sentidode
que no esúnicamente
algo con québeneficiarse
en propioprovecho,
sino,
almismo
tiempo,
algo quehay
que enriquecer
colectivamente,
mediante el aportede la
actividad personalde
cadacual,
cadavez queésta
tenga
algún grado normal
de
posibilidad.Por
lo
mismo,
nos parecedel
caso precisar que unos
y
otroshan
de
ofreceroportunidades
muy
realesde
participa ción creadora alescolar,
alradioescucha,
al
televidente
o allector
(creación
que,
valga el paréntesis para el plano
escolar,
no
ha de
teñirse
de la
manchade la
obli gaciónimpuesta
per se).4.
Pueden
sermuy
útiles,
en elámbito
escolar como en el
extraescolar,
las
for
mas extraordinarias
de
difusión
y
promoción
artísticas,
tales
comoexposiciones,
festivales,
concursosy
otras.Desde
luego,
ellas permitirán conocerel extenso como para muchos
insospe
chado arsenal
folklórico
de infinitas
pe queñas comunidades —danzas,cantos,
ri
tos,
narración,
poesía— o el acervode
artes
y
artesanías popularesde
nuestrospaíses,
rico a pesarde
su casitotal
orfandad de
apoyooficial,
y,
porla
víade
su
conocimiento,
suscitar múltiples estudios
multidisciplinarios sobre ellosy
las
realidadeshumanas
subyacentes(estudios
que
dejan
de
nacer no porfalta de
capacidad,
sinode
materiaprima),
variadas posibilidadesde
apoyo a sus anónimoscultores,
emulación entanto
que por sucontemplación vengan a
descubrir
su propia vetainexplorada
y,
porende,
in-explotada.
Pero
comoforma de
promoción ala
creación,
insistimos,
más que eldescan
sar en estos eventosextraordinarios,
ha
de
enfatizarse el orientar ordinariamenteen
tal
sentidolos
programasde
Educa
ciónArtística.
5.
Paralelamente,
han de
ir
acopiándosemateriales para
la
construcción más afinada de
una política educacional en el campo artístico.
Ella
tampoco
estarea
quehoy
pueda entenderse a espaldasde
un procesode
participación.Un
buen
pasoen este sentido estribaría en
Encuentros
—Nacionales o Regionales—
de
educadores
artísticos,
para avanzarhacia
una planificación consistente
y hacia
un cierto nivelde
detalle
enla
programación.De
nuevo
aquí,
por"educadores"
estamos en
tendiendo
no sólo alos
de
aula,
sino alos
responsablesde la
acción educadoraen
las
diferentes
agencias através
de
las
cuales ella se
ejerce,
entre otrasmuy
señaladamente los
mediosde
comunicaciónLas
experiencias así comolas
dificul
tades
y
aunlas frustraciones
de
unosy
otros,
tejerán,
através
de
suintercambio,.
una urdimbre
de
vitalriqueza,
de la
queninguna política educativa sensata podría
prescindir.
6.
No
menos necesarias sonlas
oportunidades
de
perfeccionamientoy
reactualización
paralos
educadores artísticos.En
parte por razones
de
suformación,
en parte por obrade
la
rutinaprofesional,
en parte por eltradicional
menoscabode
estecampo,
muchosde
ellos no estánhoy
preparados a
la
alturade
su verdaderacapacidad para cumplir su rol a un nivel
de
pleno rendimiento.Los
progresosde
estosúltimos
lustros
nos
dicen
muchas cosas nuevas quetocan
a nuestro
tema, desde
profundosfunda
mentos sicológicosde la
actividad artística,
hasta
nuevos criteriosde
apreciación,
formas
(que hasta hace
pocohubiesen
resultado
insólitas)
de
aplicaciónde la
Tecnología
alArte y
ala
Educación,
ins
trumentos
modernosde
difusión,
etc.Parece
difícil
pensar que alguna vez sepueda avanzar
hacia la
consolidaciónde
la
empresade
unaEducación Artística
sino se abre al
educador,
por medios como el quesugerimos,
la
oportunidadde
ser vir mejor sufunción.
En
Educación,
como en
toda empresa,
el germendel
éxi
to
odel fracaso lo llevan
en sílos hom
bres
quela
mueven.7.
El
perfeccionamientodel
educadorartístico
habrá de
alcanzar unade
sus másbeneficiosas
concreciones,
presumimos,
enla búsqueda y hallazgo de
nue vas rutas metodológicas en su campode
actividad.
No
resulta aventurado soste nerque,
a másde
su marginalidadcu-rricular, la Educación Artística
vive enla
pobreza a efectosde
una presentaciónpoco
atractiva,
rutinaria unasveces,
cargadamente
discursiva
enotras,
apoyadacon
frecuencia
en artificiales raseros antipsicológicos
y
antipedagógicos(que la
hacen
frivola
entretención paralos
"do
tados"
y
amarga pesadilla para quienes se consideran a sí mismos"no
dotados"
y
lo
son además por quienes nolos
orientaron)
o,
lo
que espeor,
vestida con ropajes ajenos —normalmentede
intelec-tualización,
traicionando
su esencia— porquienes no
han hallado
mejor caminode
ponerla atono
con otrasáreas
más prestigiadas
socialmentedentro del
quehacereducacional.
Mientras
elArte
no se presente consu sello
diferente y
su propiafuerza libe
radora,
el sistemay la
tradición
le
seguirán cerrando vías
de despliegue
enelám
bito
educacional,
y
no siempre podrá responder conun
"yo
ala
incompren
siónde los demás 8.
F.
Una
palabrade
síntesisHemos
pintado a gruesosbrochazos
una gran
misión,
y
entonos
pálidos —encortos rasgos— unos
pocos,
delgados,
senderos
que pudieran ayudarnos a avanzarhacia
su conquista.Estamos
conscientesde
la despropor
ción manifiesta entre
la
magnitudde la
primera
y
la
precariedadde los
segundos,
perohemos
querido estar entre quienesden,
aunquemodestos,
los
primeros pa sos.8
Afortunadamente,
en otra secciónde
es te mismo númerode
Aisthesis, diversos
especialistas analizan
la
problemáticade
nuestra
actualEducación
Artística
y
adelantanautorizadas opiniones
én
torno
a su superación.
Fuera
de
absolvernosde
una mayorinci
dencia
en elpunto,
que no seríamos capaces
de
tratar con parecidapropiedad,
elloNuestras
motivacioneshan
sidolas
in-La
experiencia quehemos
vivido enquietudes
del
educador que se esfuerza pesadas estructurasadministrativas,
nos por entenderla
globalidadde
su misión.inducen
a pensarque,
muchasveces,
las
Nuestra
esperanza es que másclaros,
voces que surgendesde
las bases del
más
firmes
y
más raudos pasos seanda-
propio quehacer educativo son másricas
dos
con mayor propiedad porotros,
pory
máscerteras,
más cordialy
vitalmentemuchos otros: