¿Qué porcentaje de la población de Chile representan las personas adultas mayores?
De acuerdo al Censo del año 2002, estamos en el 11,4% de la población, y por lo tanto a a la fecha deberíamos estar en el 12%.
¿Cuál era la situación de su país en materia de acciones en favor del envejecimiento antes de la Asamblea Mundial de Madrid 2002?
Nosotros venimos trabajando desde el año 96 en esto y hemos avanzado a un ritmo bastante interesante. Es difícil poner un corte en el año 2002, pero ha habido muchos avances.
Por ejemplo, uno de los temas que entonces no estaban en la discusión era el del maltrato, que lo hemos relevado a nivel público y estamos trabajándolo desde el punto de vista jurídico para eliminar ciertos vacíos, como el maltrato por abuso patrimonial de los adultos mayores o el maltrato por abandono o negligencia, que no están tipificados. Ése es un tema que surgió a partir de la Asamblea Mundial.
Seguimos en constante aumento de la organización de los adultos mayores. En el 2002
teníamos entre 4000 y 5000 organizaciones de adultos mayores. Al 2003 aumentaron a más de 7000 y nuestra proyección indica que hemos superado las 8000 en la red comunal (es decir, uniones comunales y clubes de adultos mayores). El PNUD afirma que el grupo etáreo más organizado en Chile es el de los adultos mayores.
Asimismo, la promulgación de la Ley Nacional del Adulto Mayor es posterior a la Asamblea Mundial.
¿Qué efecto tuvo la Asamblea Mundial en la mirada que su país tiene frente a este desafío demográfico?
Los contenidos de la Asamblea y los acuerdos que se publicaron –y que nosotros editamos en Chile por cuenta nuestra- son necesariamente un punto de referencia en todos los seminarios y encuentros que hemos hecho en el tema. Es una carta de navegación, un hito de referencia clarísimo a nivel de nuestra institución, a nivel académico y a nivel de las propias organizaciones de adultos mayores.
¿Qué medidas concretas (políticas públicas, programas, beneficios) se han tomado desde entonces en favor de las personas adultas mayores?
Se eliminaron los copagos para los adultos mayores en todo el sistema de salud pública.
Y este año, desde junio, se incorpora y se garantiza la atención inmediata a muchas de las enfermedades que sufren los adultos mayores, como las cataratas, la artrosis de cadera y otras.
Y si el Estado no puede atender a un adulto mayor en forma inmediata, tiene que pagar al sistema privado para que lo haga.
Estamos avanzando en la prevención de salud. Hay un programa especial del Ministerio de Salud, “Vida Chile”, en el que el tema de los viejos se toca muy fuertemente en coordinación con nosotros; por lo mismo declaramos el 2 de octubre como el día nacional de la actividad física del adulto mayor. El año pasado el Presidente de la República creó el comité de ministros para el adulto mayor, conformado por los ministros de los gabinetes sociales. A partir de ello se aprobó un agregado a la política del adulto mayor en el que el Estado se comprometió a fomentar el funcionamiento de centros diurnos, y esperamos que en el próximo presupuesto se incorporen los recursos para esto.
En transporte tenemos el pasaje rebajado para los adultos mayores en el metro, y la Empresa de Ferrocarriles del Estado ha introducido rebajas importantes a los pasajes para este grupo.
En otro ámbito, este año hicimos por primera vez un catastro de todas las instituciones de larga estadía que están autorizadas por los servicios de salud, para orientar a las familias. El catastro contiene una descripción de las características de cada hogar, número de camas y de
dormitorios, nombres de los dueños, rangos de precios, tipos de adultos mayores que recibe, etc.
En el tema habitacional, se está fomentando que los adultos mayores se organicen para construir grupos de viviendas con subsidios. Se han construido anteriormente condominios de viviendas sociales para mayores, que incluyen una sede comunitaria.
En el tema de las seguridad económica, el año pasado se aumentaron en más de 9% las pensiones mínimas de vejez para los mayores de 75 años. Lo mismo se hizo con las pensiones asistenciales para mayores de 75 años, que aumentaron en casi un 18%. Esto pone en
perspectiva las pensiones diferenciadas, con el fin de proteger más a los más viejos, que tienen gastos mayores.
Una cosa que descubrimos a través del programa social Chile Solidario fue la existencia de muchos adultos mayores que viven solos, especialmente mujeres, y que no tienen pensión. A ellas principalmente se destinaron cerca de 15 mil pensiones asistenciales nuevas para adultos mayores que se crearon el año pasado.
Otra línea importante de trabajo, y muy exitosa, ha sido el turismo con viajes a muy bajos precios. Este año vamos a incluir tres mil becas, de manera que también los sectores de más bajos recursos puedan hacer uso del beneficio.
Tenemos también un proyecto BID en el que estamos haciendo videos y DVD, con sus
respectivos manuales, para capacitar a adultos mayores en temas como liderazgo, comunicación efectiva, formulación de proyectos, trabajo en equipo y otros, y la vez generar monitores que capaciten a sus pares.
¿Existe en su país una legislación sobre las personas adultas mayores?
Se dictó una ley que creó el Servicio Nacional del Adulto Mayor y toca algunos aspectos de la vejez. Pero no hay un cuerpo legal único, sino varias leyes dispersas y con muchos vacíos legales. Por ejemplo, la Ley de Violencia Intrafamiliar sólo hace una mención muy insuficiente a los viejos porque se orientó básicamente a la mujer y los niños víctimas del maltrato. Hay que trabajar en las distintas leyes para incluir a los adultos mayores en ellas.
¿Existe una institucionalidad encargada específicamente de abordar el envejecimiento?
El Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) es un organismo coordinador; no atiende público. Los que atienden son los demás servicios, y nosotros los coordinamos. Pero a las personas les cuesta entender eso. Lo que sí hacemos directamente es otorgar fondos
concursables para proyectos de adultos mayores organizados. El año pasado participaron 3500 proyectos y se financiaron 1100. Este año hay 4200 proyectos presentados por organizaciones distintas, y esperamos financiar 1800. Son actividades propuestas, planificadas y ejecutadas por ellos mismos. Y la gran ventaja o beneficio de fondo es que el adulto mayor se considera tratado en forma muy digna, especialmente en las regiones, donde en general se sienten más
marginados que en la capital.
¿Existe en su país un presupuesto especial asignado para el desarrollo de políticas o programas en favor de las personas adultas mayores?
El Senama tiene su presupuesto propio, otorgado por la Ley de Presupuestos, y en él está incluido el dinero para los fondos concursables. El año pasado fueron 620 millones de pesos, y este año se aumentó a mil millones; creo que es el único programa de Gobierno que aumenta en un porcentaje tan alto.
¿Cuál fue el efecto de la Conferencia Regional Intergubernamental de Santiago 2003 en las medidas nacionales frente al envejecimiento?
Nos ayudó a aterrizar la Asamblea de Madrid y a dar relevancia al trabajo en el campo de la salud y con los viejos que están más desvalidos, que es uno de los mandatos de la Asamblea.
Por eso comenzamos a entregar ayudas técnicas a los adultos mayores que están en hogares de beneficencia, y este año vamos a entregar 150 millones de pesos en sillas de ruedas, bastones, etc.. En los últimos tres años se ha entregado cerca de medio millón de dólares en estas ayudas.
La Conferencia además nos permitió tomar contacto con los encargados del adulto mayor en otros países, y hemos tenido con ellos un intercambio muy positivo.
¿Cuáles son las principales carencias o deficiencias que enfrentan los adultos mayores en Chile?
Creo que un tema deficiente y muy urgente es el de las pensiones. Las máximas autoridades de Gobierno han reconocido públicamente que es necesario hacer una profunda reforma al sistema previsional chileno, y que eso pasa necesariamente por hacer una revisión de los impuestos. El tema ya está puesto; lo que necesitamos es buscar consensos para iniciar una reforma. Y nosotros creemos que es necesario hacerlo con un aporte que incluya el principio de solidaridad.
La otra urgencia es preparar el aparato de salud para enfrentar los problemas de salud mental;
en eso estamos muy atrasados, y tenemos que prepararnos para el aumento de las demencias y las depresiones, que se desarrollan principalmente en los mayores de 80, precisamente el grupo que más crece.
¿Cuáles son los principales desafíos de su país en el mediano plazo en materia de envejecimiento?
Yo diría que la educación para el envejecimiento es muy desafiante. Cómo aprenden a convivir las familias con cuatro generaciones, cómo se desarrolla la empatía entre viejos y jóvenes, porque las carencias en ese aspecto se transforman en maltrato, negligencia o marginación. Eso pasa por las familias, las escuelas, las iglesias, es decir, la educación formal y no formal.
También necesitamos fomentar los cuidados domiciliarios para el adulto mayor, y en eso el Estado tiene que asignar recursos.
¿Existen medidas concretas que se puedan materializar este año?
Una es dejar listo el cuerpo legal relacionado con el maltrato. Y en segundo lugar, la
materialización de la reforma a la salud, que garantizará a los adultos mayores la cobertura y atención inmediata de algunas enfermedades más comunes a esa edad.
Otra cosa muy importante que haremos este año es extender el evento “Vivir la vida” -dedicado a los adultos mayores- a las regiones. Esto como una forma de poner de relieve a los viejos en todo el país, que se muestren las cosas que hacen, que la comunidad conozca de sus actividades y la prensa tenga un motivo para darles espacio.
Este año, además, vamos a constituir el comité consultivo del Senama, estipulado en la ley, que lo conforman siete académicos nombrados por el Presidente de la República, cuatro
representantes de organizaciones sociales de adultos mayores y cuatro representantes de instituciones que trabajan para o con adultos mayores. La idea es que este comité asesore al Senama, y que sea un organismo permanente.
¿Qué pasos ha dado la sociedad civil en este campo en su país? ¿Cómo se ha relacionado ésta con los organismos de Gobierno para plantear sus demandas?
Nosotros hemos invitado a las uniones comunales y clubes de adultos mayores a hacer cabildos para realizar peticiones -basadas en estudios hechos por comisiones conformadas por ellos mismos- para presentárselos a las autoridades. Este es un año de elecciones presidenciales y parlamentarias, y es una forma de que los mismos adultos mayores den a conocer sus
necesidades.
Hemos tenido mucho cuidado en no contaminar políticamente nuestras acciones y hemos tenido éxito en eso. Las organizaciones más reivindicativas miran con más desconfianza a los
organismos del Estado, pero igualmente se han ido abriendo a nosotros. Las organizaciones comunales tienen una actitud mucho más abierta.
Además existe una red de adultos mayores que se maneja muy bien a nivel internacional.
¿Hay interés de los medios de comunicación en su país por abordar los temas relacionados con el envejecimiento?
Yo creo que el aporte de los medios en Chile ha sido grande, especialmente este año. Hemos visto varios programas de televisión en los que se han tratado temas de adultos mayores. Creo que es parte del trabajo que se ha hecho por tratar de generar conciencia, y los periodistas han respondido a eso y han dado cobertura a los temas.
Esto se nota también en que hemos recibido a muchas personas con ideas e interés de desarrollar iniciativas para adultos mayores, unas un poco locas a veces, pero desde café concerts para viejos a ciudades para adultos mayores. Eso significa que hay una mayor sensibilidad, y eso es gracias a los medios.
Los fondos concursables han motivado más de 80 crónicas en diarios regionales, y lo mejor de todo es que tienen un tono positivo.
