EL EJÉRCITO LIBERTADOR DE LOS ANDES: UN PASO HACIA LA LIBERTAD DE AMÉRICA
Jorge Gatica Bórquez Editor Panorama Seguridad y Defensa
Habitualmente se recuerda el cruce del Ejército Libertador de Los Andes como el capítulo previo a la independencia de Chile, la que tras de la victoria en Chacabuco, se consolidaría un año más tarde en la Batalla de Maipú. Sin embargo, mirada en un contexto más amplio, esta trascendental empresa militar tuvo repercusiones de mucha mayor magnitud, siendo decisiva para la independencia del Perú, de Argentina y también para la retirada definitiva de las tropas realistas de América del Sur.
Terminado el sitio de Rancagua, que culminó en un desastre para los patriotas, O´Higgins llegó a Santiago con lo que quedaba de sus tropas el día 3 de octubre de 1814. Ahí se reunió con José Miguel Carrera, quien ya tenía planificado dirigirse con sus fuerzas a Coquimbo para continuar la resistencia desde ese lugar. O´Higgins, sin estar de acuerdo con ese plan, pero también carente de capacidad alguna para resistir a los realistas en Santiago, condujo sus hombres a Mendoza. A la postre Carrera también cruzaría la cordillera, pero sus desavenencias con San Martín y O´Higgins provocarían su arresto y posterior envío a Buenos Aires.
Corría el año 1815 y los españoles habían causado duros reveses en las causas
independentistas americanas. El general San Martín, por su parte, mientras se recuperaba de una
grave enfermedad en Salta, escribía a Nicolás Rodríguez Peña: “La Patria no hará camino por
este lado del norte. Ya le he dicho a usted mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en
Mendoza, para pasar a Chile y acabar allí con los godos…Aliando las fuerzas…pasaremos por mar a tomar Lima…hasta que no estemos sobre Lima, la guerra no se acabará”
1.
En tal sentido, el naciente Ejército de Los Andes no era para San Martín una fuerza que tenía como fin último liberar a Chile, sino solo generar las condiciones para posteriormente ir hacia Lima y el Alto Perú, destruyendo ahí a las tropas realistas y asegurando en consecuencia la independencia de Argentina. Sin embargo, esta concepción estratégica no era compartida por el gobierno en Buenos Aires, por lo que no recibió el apoyo deseado; en consecuencia, la llegada de O´Higgins, quien pensaba por sobre todas las cosas en la independencia de Chile y la necesidad de consolidarla posteriormente con la derrota de los realistas en Lima
2, resultó de mutuo beneficio.
Con tal propósito final, San Martín consiguió ser nombrado gobernador de Cuyo, con lo que en la primavera de 1815 comenzó en El Plumerillo —cerca de Mendoza— la construcción del campamento que albergaría al naciente Ejército de Los Andes. Junto con ello, dio inicio a la búsqueda de informaciones en territorio chileno
3, periodo en el cual se erigió —con ribetes de mito— la figura de Manuel Rodríguez, hombre que contó con la confianza y amistad de San Martín y que fue relevante en la mantención del espíritu revolucionario en Chile, así como en la búsqueda de la información clave para las futuras operaciones del Ejército de Los Andes.
A fines de diciembre de 1816, en El Plumerillo se concentraba un reducido pero muy bien adoctrinado, entrenado y equipado ejército, compuesto por más de 4.000 efectivos, entre oficiales, tropa, baquianos y auxiliares. Un 25% de los oficiales y un 30% de la tropa eran chilenos. El resto en su mayoría argentinos y una minoría de diferentes países, incluyendo esclavos liberados por San Martín bajo la condición de luchar por la causa. Fray Luis Beltrán, quien fuera magistralmente descrito por Claudio Gay como un “…hombre valiente y activo, a
1 Estado Mayor del Ejército de Chile (1997). Historia Militar de Chile, tomo I. Santiago: GENIART Editor. p. 136
2 De hecho, esta idea de ir a derrotar a los colonizadores a Lima ya se había vislumbrado en 1813 por parte de la Junta de Gobierno de Chile de la época, formada por Eyzaguirre, Infante y Pérez.
3 Denominado por algunos autores como la Guerra de Zapa.
quien la naturaleza había hecho guerrero y las circunstancias relijioso (sic)”
4, estuvo a cargo de la provisión de pólvora, munición y otros equipos; las armas y el financiamiento fueron otorgados finalmente por Buenos Aires.
EL CRUCE: HOMBRES Y BESTIAS AL LÍMITE
Listo el Ejército de Los Andes, se organizó el cruce de la cordillera en 6 columnas:
Dos pequeños destacamentos por el norte de Mendoza —con la misión de diversión a las fuerzas realistas— por el paso Come-caballos para conquistar Huasco y Copiapó y el paso Calingasta para ocupar la provincia de Coquimbo.
Dos destacamentos menores por el sur —para fomentar la insurrección y distraer fuerzas al sur de Santiago— por los pasos de Piuquenes y Planchón.
La I División, por el paso de Los Patos, conformó la vanguardia y tuvo como tarea ocupar San Felipe para permitir la progresión del grueso de las fuerzas, integrándose posteriormente a éste para la batalla.
La II División, también por Los Patos, que constituyó el grueso con casi 3.000 hombres al mando de O´Higgins. A su retaguardia marchó San Martín, su Cuartel General y la logística, escoltados por Granaderos y milicianos.
Un destacamento por el paso de Uspallata, con la misión de proteger el flanco sur del grueso durante el cruce, debiendo posteriormente reunirse con éste en territorio chileno.
Los desplazamientos del Ejército de Los Andes se iniciaron el día 9 de enero con la salida del destacamento del teniente coronel Cabot hacia San Juan, el que cruzaría por el paso Calingasta para la ocupación de Coquimbo. El 14 se dirigió al sur la fuerza del Coronel Freire y el
4 GAY, Claudio. (1856). Historia de la Independencia Chilena. París. Recuperado el 28 de febrero de 2017 en http://www.memoriachilena.cl
18, hacia Uspallata, la del coronel Las Heras. Los días 19 y 20 abandonó El Plumerillo la vanguardia al mando del brigadier Soler, y los días 21 y 22 lo hizo la División de O´Higgins.
5A pesar de haberse hecho el cruce en verano, la Cordillera de Los Andes hizo sentir a los expedicionarios los rigores de la naturaleza. Temporales de viento y nieve los golpearon sin piedad y exigieron el máximo de sus fuerzas a los más de 4.000 hombres, 1.200 caballos y 10.000 mulas. Alimentándose de las 600 reses llevadas al arreo y del forraje traído desde Mendoza, las columnas marcharon por enormes alturas y bajo extremas temperaturas, en condiciones pocas veces vistas en empresas militares en la historia del mundo. Como lo relató el propio San Martín en una carta remitida a su aliado político para esta operación y Director Supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, “El tránsito sólo de esta sierra ha sido un triunfo. Dígnese vuestra excelencia figurarse la mole de un Ejército moviéndose con embarazoso bagaje de subsistencia para casi un mes… Por un camino de cien leguas, cruzado por eminencias escarpadas, desfiladeros, travesías, profundas angosturas, cortado por cuatro cordilleras”.
6Habiendo enfrentando con éxito la adversidad, las fuerzas principales convergieron en Santa Rosa de Los Andes y en San Felipe el 8 de febrero, concentrándose en Curimón. Mientras tanto, las columnas que cruzaron por el norte y el sur, cumplían sus tareas de sublevar a los patriotas y ocupar localidades con el objetivo de distraer fuerzas realistas.
DESDE LA BATALLA DE CHACABUCO HASTA LOS LLANOS DE MAIPÚ
La noche del 11 al 12 de febrero llegaron hasta Chacabuco alrededor de 500 hombres al mando del brigadier Maroto, quienes sumados a los poco más de 1.600 realistas que ya se encontraban desplegados para enfrentar al Ejército de Los Andes, ocuparon posiciones defensivas un poco al norte de las Casas de Chacabuco.
5 Op.Cit. (Estado Mayor del Ejército de Chile). p.137. Aunque algunos autores datan el inicio de la travesía en distintas fechas, no hay diferencias significativas.
6 INFOGATE. (2017). 200 años del cruce de Los Andes por el Ejército Libertador. Recuperado el 27 de febrero de 2017 en http://www.infogate.cl
Al amanecer del 12, las divisiones de Soler y O´Higgins marcharon hacia el sur para atacar a las fuerzas realistas, las que luego de duros combates se retiraron hacia el sur. Las pérdidas patriotas fueron 12 muertos y 120 heridos, mientras que el bando contrario sufrió un 30%
de bajas entre fallecidos, heridos y prisioneros.
Maroto con dificultades logró reunir cerca de 700 hombres para dirigirse a Valparaíso y embarcarse hacia Talcahuano, para desde ahí continuar la lucha. Mientras tanto, el Ejército de Los Andes entraba en Santiago recibiendo los vítores de la población y el gobernador Marcó del Pont huía a San Antonio intentando escapar por mar; fracasada esta opción fue capturado días después al sur de Valparaíso.
La victoria de Chacabuco fue uno de los hitos militares de mayor trascendencia no solo para la independencia de Chile sino también, como se verá más adelante, para la emancipación de América. A pesar de los errores tácticos con repercusiones estratégicas cometidos
7, esta batalla permitió el inicio de un nuevo período político conocido como la Patria Nueva, bajo el proyecto del general don Bernardo O´Higgins, elegido por aclamación como Director Supremo. El nuevo gobernante, entre sus acciones inmediatas, formó un ejército nacional de gran valer militar denominado el Ejército de la Patria.
Con esta fuerza se dio inicio a la Campaña al Sur, la que incluyó la expedición de Freire hacia Arauco y el sitio de Talcahuano. En un intento por reconquistar Chile, a fines de 1817 y procedente de Perú llegaría a Talcahuano una fuerza comandada por el brigadier Mariano Osorio, quien desde ahí iniciaría su progresión hacia el norte en procura de Santiago, conocida como la Segunda Campaña de Osorio.
La Batalla de Maipú sellaría la derrota definitiva de las fuerzas realistas y la independencia de Chile.
7 Se critica la falta de persecución sobre las derrotadas tropas realistas que se retiraron desorganizadamente después de Chacabuco hacia Valparaíso, para embarcarse con rumbo a Talcahuano. Algunos autores sostienen que la gran cantidad de hombres, armamento y equipo que lograron salvar los españoles, junto con el retraso patriota en iniciar la denominada Campaña al Sur, les permitió dilatar la decisión final que solo se lograría después de un año en Maipú.