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Un universo más cercano

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de

universo Un

cercano más

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Por Pedro Antonio Navarro

L

a última gran predicción de Al- bert Einstein sobre el universo se confirmaba un siglo después:

las ondas gravitacionales existen, algo que se ha comprobado mediante un ex- perimento en Estados Unidos que las ha de- tectado por primera vez.

Según la Teoría General de la Relativi- dad hay objetos que convierten parte de su masa en energía y la desprenden en forma de ondas que viajan a la velocidad de la luz y deforman a su paso el espacio y el tiem- po. La fuente de ondas gravitacionales es la fusión de dos agujeros negros supermasivos, uno de los eventos más violentos que han existido después del Big Bang. El físico ale- mán las predijo en 1916, pero también ad- virtió de que, si realmente hay fusiones de este tipo, suceden tan lejos que sus vibra- ciones serían indetectables desde la Tierra.

Los responsables del Observatorio de In-

terferometría Láser de Ondas Gravitaciona- les (LIGO, por sus siglas en inglés), en Esta- dos Unidos, anunciaban que habían capta- do las ondas producidas por el choque de dos agujeros negros, la primera detección directa que confirma la teoría de Einstein.

Los resultados científicos han sido acepta- dos para su publicación en una de las más prestigiosas revistas científica, Physical Re- view Letters.

La primera señal se captó el 14 de sep- tiembre en los dos detectores idénticos de este experimento, situados uno a 3.000 ki- lómetros del otro. La señal venía de una fu- sión que sucedió hace 1.300 millones de años y consistió en el violento abrazo de dos agujeros negros cuya masa es entre 29 y 36 veces mayor a la del Sol. Los dos agujeros se fundieron en uno liberando una energía equivalente a tres masas solares, que salió despedida en forma de ondas gravitaciona- les en una fracción de segundo. Y todo este proceso de masa transformándose en ener-

gía en fracciones de segundo lo describe a la perfección la ecuación más famosa del mundo E=mc2 –la energía es igual a la ma- sa por la velocidad de la luz al cuadrado–.

El hallazgo abre un nuevo camino en as- tronomía. Hasta el momento ésta se había centrado para sus investigaciones en la luz en todas sus variantes conocidas, pero estas ondas son comparables al sonido y permi- ten estudiar objetos que eran totalmente in- visibles hasta ahora, especialmente los agu- jeros negros. Es un descubrimiento históri- co, que abre una nueva era en la compren- sión del cosmos. Las ondas gravitacionales permitirán estudiar cómo se forman los agu- jeros negros, cuántos hay y también cono- cer en más detalle el ciclo vital de las estre- llas y del universo.

Este gran acontecimiento científico viene precedido de diversos estudios y experi- mentos en este campo. En 1978, Rusell Hul- se y Joseph Taylor demostraron que un púl- sar binario (dos estrellas orbitando juntas, 32

Las ondas gravitacionales suponen el último hito de la investigación

La ciencia

se acerca al cosmos

La comprobación de la existencia de las ondas gravitacionales, predichas hace un siglo por Albert Einstein, ha supuesto una revolución en el campo de la física teórica, y se erigen en una herramienta vital para el conocimiento del cosmos.

Junto a esto, otros recientes descubrimientos están impulsando el avance

científico, mientras que, en nuestro país, por contraste, los recortes han dejado en situación muy precaria a la investigación, sin apenas medios y con el preocupante problema de la fuga de cerebros.

La fusión de dos agujeros negros supermasivos daría lugar a la formación de

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una de ellas un púlsar) estaban cambiando ligeramente su órbita debido a la liberación de energía en forma de ondas gravitaciona- les en una cantidad idéntica a la que prede- cía la relatividad. Ambos ganaron el Nobel de Física en 1993.

Las ondas gravitacionales son vibraciones en el espacio-tiempo. Son comparables a las ondas que se mueven en la superficie de un estanque o el sonido en el aire. Las fre- cuencias de algunas ondas coinciden con las del sonido, por lo que pueden traducir- se para ser escuchadas en forma de leves pi- tidos. Las explosiones estelares en superno- vas, las parejas de estrellas de neutrones y otros eventos producen ondas gravitaciona- les que tienen más energía que billones y bi- llones de bombas atómicas.

Este descubrimiento abre una nueva era en el conocimiento del universo. Hasta aho- ra toda la información que tenemos del cos- mos –sólo se conoce aproximadamente el 5 por ciento–es por la luz en sus diferentes

longitudes de onda: visible, infrarroja, on- das de radio, rayos X. Las ondas gravita- cionales aportan un sentido más y permiten saber qué está pasando allí donde hasta aho- ra no veíamos nada, por ejemplo, en un agu- jero negro.

La intensidad y la frecuencia de las ondas permitirá reconstruir qué sucedió en el pun- to de origen, si las causó una estrella o un agujero negro, qué propiedades tienen esos cuerpos.

La Teoría General de la Relatividad predi- jo que la aceleración de grandes masas en el universo libera energía en forma de ondas que curvan el espacio-tiempo. Estas ondas moverían todos los objetos que encuentran a su paso como si fuesen boyas en el mar.

El ‘gran telescopio’. Quien ha hecho posible este histórico hallazgo es el citado LIGO. Se trata de un gran instrumento óptico de pre- cisión desarrollado por los institutos tecno- lógicos de California (Caltech) y Massachu-

investigadores de 15 países, incluida España.

La instalación consta de dos detectores láser con forma de “L”. Cada brazo de esa “L” tie- ne cuatro kilómetros y hay dos detectores idénticos, uno en Luisiana y otro a 3.000 ki- lómetros en el estado de Washington.

Estos detectores llevan buscando ondas gravitacionales desde el año 2002. En sep- tiembre de 2015 comenzó a funcionar el LI- GO avanzado, una versión mejorada del de- tector que multiplica por diez la sensibilidad de los brazos láser y por tanto la distancia a la que pueden captar ondas gravitacionales.

En la actualidad son capaces de identificar diferencias en la longitud de los brazos lá- ser equivalentes a una diezmilésima parte del diámetro de un átomo, la medición más precisa jamás lograda por un instrumento científico. LIGO puede captar movimientos a una distancia de unos 1.000 millones de años luz de la Tierra.

En otoño de este año se espera que co- mience a funcionar una versión mejorada de Virgo, el detector europeo que debería cap- tar señales idénticas a LIGO, y la Agencia Espacial Europea lanzaba el pasado mes de diciembre la misión LISA Pathfinder, un ob- servatorio espacial de ondas gravitacionales.

El artefacto lleva en su interior una cámara de vacío con dos cubos de oro y platino de casi dos kilos cada uno. Están situados exac- tamente a 38 centímetros uno de otro y en- tre ellos circula un haz de luz láser. Si una onda gravitacional atravesase la cámara, el sistema captaría un leve cambio de la dis- tancia relativa entre ambos.

El ‘bosón’ ya no está solo

C

on anterioridad a este gran avan- ce para el conocimiento del cos- mos, la ciencia había dado otro gran salto cualitativo en 2012 con la confirmación de la existencia del bo- són de Higgs. El bosón de Higgs es un tipo de partícula elemental que se cree tiene un papel fundamental en el mecanismo por el que se origina la masa de las partículas ele- mentales. Para explicar por qué unas partí- 33 ón de ondas gravitacionales. Una teoría que ha sido confirmada con su captación en laboratorio por vez primera. CALTECH/MIT/LIGO

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culas tienen masa y otras no, varios físicos, entre ellos el británico Peter Higgs, postula- ron en los años 60 del siglo XX un mecanis- mo que se conoce como el campo de Higgs.

Al igual que el fotón es el componente fun- damental de la luz, el campo de Higgs re- quiere la existencia de una partícula que lo componga, que los físicos han dado en de- nominar bosón de Higgs.

El campo de Higgs sería una especie de continuo que se extiende por todo el espa- cio, formado por un incontable número de bosones de Higgs. La masa de las partículas estaría causada por una fricción con el cam- po de Higgs, por lo que las partículas que tienen una mayor fricción con este campo tienen una masa mayor.

Se llama bosón porque este es el nombre de las partículas que portan fuerzas o inte- racciones, como lo son el fotón (fuerza elec- tromagnética) o el gluón (fuerza nuclear fuer- te). El otro tipo de partículas subatómicas se denominan fermión, que son las que com- ponen la materia que vemos (electrones, pro- tones y neutrones).

La confirmación o refutación de la exis- tencia del bosón de Higgs era uno de los objetivos del Gran Colisionador de Hadro- nes (LHC, por sus siglas en inglés), el ma- yor y más potente acelerador de partículas del mundo que opera la Organización Eu- ropea para la Investigación Nuclear (CERN) en la frontera franco suiza, cerca de Gine- bra (Suiza).

El bosón de Higgs no se podía detectar di- rectamente, ya que una vez que se produce se desintegra casi instantáneamente dando lugar a otras partículas elementales más ha- bituales. Lo que se pueden ver son sus hue- llas, esas otras partículas que sí podrán ser detectadas en el LHC. La búsqueda del bo- són de Higgs se había iniciado hace déca- das en aceleradores de partículas como el LEP del CERN o Tevatron de Fermilab (Esta- dos Unidos).

El 4 de julio de 2012, cuando las colabo- raciones ATLAS y CMS –dos grupos amplios de científicos que trabajaron coordinada, pe-

ro separadamente–presentaron nuevos re- sultados sobre la búsqueda del bosón de Higgs en el LHC con datos obtenidos en 2011 y 2012. Mostraron por separado los re- sultados de la observación de una nueva par- tícula en el rango de masas entre 125 y 126 GeV (gigaelectronvoltios), unas 134 veces la masa de un protón. Esta nueva partícula se- ría un bosón, el más pesado observado has- ta la fecha.

Las partículas que forman la materia tie- nen masa. Las partículas que transmiten al- gunas fuerzas nucleares también tienen ma- sa, pero otros portadores de fuerza, como los fotones, no. ¿Por qué entonces algunas partículas tienen masa y otras no? En los años 60 el físico teórico inglés Peter Higgs postu- ló la existencia de un nuevo campo que, co- mo el resto, permearía todo el espacio. Este campo provocaría que el vacío fuera perci- bido de manera diferente por los fotones y por las partículas portadoras de fuerzas que tienen masa, originando así la propia masa de estas últimas. La masa de las partículas estaría causada por algo parecido a una fric- ción de éstas con el campo de Higgs.

Para poder ‘encontrar’ el bosón, la co- munidad científica creaba el mayor instru- mento científico concebido hasta la fecha, una gran máquina circular que acelera pro- tones en direcciones opuestas, y los hace chocar en cuatro puntos de colisión. Si la teoría de Higgs es correcta, en una ínfima fracción de las colisiones se produciría la nueva partícula.

Los físicos teóricos sostienen que las par- tículas de los tipos que conocemos sólo cons- tituyen el 4 por ciento del contenido del Uni- verso. El 96 restante lo componen las deno- minadas materia y energía oscuras. Las par- tículas subatómicas se dividen en dos tipos:

fermiones y bosones. Los fermiones son par- tículas que componen la materia, y los bo- sones portan las fuerzas o interacciones. Los componentes del átomo (electrones, proto- nes y neutrones) son fermiones, mientras que el fotón, el gluón y los bosones W y Z, res- ponsables respectivamente de las fuerzas electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil, son bosones.

La gran máquina. La confirmación o refuta- ción de la existencia del bosón de Higgs era uno de los objetivos del Gran Colisionador

Albert Einstein desarrolló en su Teoría de la Relatividad lo que la ciencia ha conseguido confirmar ahora.

Peter Higgs formuló en los años 60 la teoría del ‘bosón’.

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culas del mundo que opera el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) en la frontera franco suiza, cerca de Ginebra.

El LHC genera unos 300 millones de coli- siones por segundo, por lo que la cantidad de datos a analizar es ingente.

Estos experimentos llegaron a desatar el temor de que la ‘contundencia’ con la que actúa el acelerador de partículas pudiera lle- gar a ‘fabricar’ un peligroso agujero negro.

El pasado otoño, la directora general del La- boratorio Europeo de Física de Partículas, la física italiana Fabiola Gianotti, trataba de tranquilizar a los temerosos asegurando que ningún acelerador de partículas de la Tie- rra puede alcanzar la energía, intensidad y los procesos catastróficos asociados a los agujeros negros del espacio. Eso sí, no des- cartaba la posibilidad de que aparecieran

“microagujeros negros cuánticosen el LHC, pero totalmente inocuos e inocentes, algo que no representaría ningún peligro para nuestro planeta”. Y para ella, si alguna vez aparecen estos diminutos agujeros negros

“sería muy importante desde el punto de vis- ta científico, porque indicarían que nuestro mundo tiene más dimensiones espacialesque las tres que conocemos”.

Un acelerador de partículas es un dispo- sitivo que utiliza campos electromagnéticos para acelerar partículas cargadas hasta altas velocidades, y así, colisionarlas con otras partículas. De esta manera, se generan mul- titud de nuevas partículas que son muy ines- tables y duran menos de un segundo. Para comprender el concepto, por ejemplo, un tubo de rayos catódicos de los antiguos te- levisores es una forma simple de acelerador de partículas.

El Gran Colisionador de Hadrones, GCH (en inglés Large Hadron Collider, LHC) es un acelerador y colisionador departícu- las ubicado en la Organización Europea pa- ra la Investigación Nuclear (CERN, sigla que corresponde a su antiguo nombre en fran- cés: Conseil Européen pour la Recherche Nu- cléaire). Fue diseñado para colisionar haces de hadrones, más exactamente de protones.

Dentro del colisionador dos haces de pro- tones son acelerados en sentidos opuestos hasta alcanzar el 99,99 por ciento de la ve- locidad de la luz, y se los hace chocar entre

sí produciendo altísimas energías (aunque a escalas subatómicas) que permitirían simu- lar algunos eventos ocurridos inmediata- mente después del big bang.

El LHC es el acelerador de partículas más grande y energético del mundo. Usa un tú- nel de 27 kilómetros de circunferencia. En el proyecto participan más de 2.000 físi- cos de 34 países y cientos de universida- des y laboratorios han participado en su construcción.

Junto al bosón de Higgs también podrían producirse otras nuevas partículas cuya exis- tencia se ha predicho teóricamente, y para las que se ha planificado su búsqueda, co- mo los strangelets, los microagujeros ne- gros, el monopolo magnético o las partícu- las supersimétricas.

La tecnología desarrollada en los acelera- dores de partículas tiene beneficios indirec- tos para la medicina, la informática, la in- dustria o el medio ambiente. Los imanes su- perconductores que se usan para acelerar las partículas han sido fundamentales para de- sarrollar técnicas de diagnóstico por imagen como la resonancia magnética. Los detec- tores usados para identificar las partículas son la base de los PET, la tomografía por emi- sión de positrones (antipartícula del elec- trón). Y cada vez más centros médicos utili- zan haces de partículas como terapia contra el cáncer. La World Wide Web (WWW), el

‘lenguaje’ en el que se basa Internet, fue crea - do en el CERN por Tim Berners-Lee para

compartir información entre científicos ubi- cados alrededor del mundo, y las grandes cantidades de datos que producen los ace- leradores de partículas motivan el desarro- llo de una red de computación global dis- tribuida llamada GRID. Los haces de partí- culas producidos en aceleradores tipo sin- crotrón o las fuentes de espalación de neu- trones, instrumentos creados por los físicos para comprobar la naturaleza de la materia, tienen aplicaciones industriales en la deter- minación de las propiedades de nuevos ma- teriales, así como para caracterizar estruc- turas biológicas o nuevos fármacos. Otras aplicaciones de la Física de Partículas son la fabricación de paneles solares, esterilización de recipientes para alimentos o reutilización de residuos nucleares, entre otros muchos campos.

El papel español. España es miembro del CERN desde 1983. La aportación española es proporcional a su PIB, y se sitúa detrás de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. Ade- más de esta contribución fija, se aportan otros fondos para financiar la actividad de los gru- pos de investigación españoles que partici- pan en los cuatro experimentos principales del LHC: ATLAS, CMS, LHCb y ALICE. En la plantilla del CERN hay un centenar de es- pañoles, a los que se suma otra serie de per- sonal en las categorías de investigadores, es- tudiantes técnicos y de doctorado, investi- gadores colaboradores en experimentos del 35 Sede de LIGO en Hanford (Washington, EE UU), donde se ha producido el hallazgo de las ondas gravitacionales.CALTECH/MIT/LIGO

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LHC y otros del CERN. En total, 900 cientí- ficos e ingenieros españoles participan acti- vamente en el CERN.

El experimento ATLAS está formado por 3.000 científicos de 174 instituciones pro- cedentes de 38 países, incluyendo la parti- cipación de investigadores del Instituto de Física Corpuscular (IFIC), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Cientí- ficas (CSIC) y la Universitat de València; el Institut de Fisica d’Altes Energies (IFAE), con- sorcio entre la Generalitat de Catalunya y la Universitat Autònoma de Barcelona; el Ins- tituto de Microelectrónica de Barcelona (CNM IMB CSIC); y la Universidad Autó- noma de Madrid (UAM). El IFIC, en colabo- ración con el CNM IMB CSIC, ha contri- buido al diseño del detector de trazas del ex- perimento ATLAS, su electrónica y sensores, y ha construido 280 módulos de silicio com- pletamente equipados. IFAE, junto con el IFIC, jugó un papel principal en el diseño y construcción del calorímetro hadrónico de ATLAS y se responsabilizó de la construc- ción de una de las tres secciones centrales del calorímetro formada por 64 módulos de 11 toneladas cada uno. El IFIC ha diseñado y producido la totalidad de la electrónica de lectura y adquisición de datos, mientras que el IFAE desarrolló una parte significativa de la electrónica de calibración y contribuyó a la arquitectura del sistema de Trigger de pre- selección y adquisición en tiempo real de los datos.

La UAM participó en la construcción del calorímetro electromagnético, otro de los de- tectores de ATLAS, haciéndose cargo de la construcción de una cuarta parte. Desde la puesta en marcha del detector ATLAS, los miembros de las diferentes instituciones es- pañolas participan activamente en la opera- ción y mantenimiento de los detectores, con una fuerte presencia en las actividades de alineamiento, calibración y selección de da- tos online. Dentro del amplio programa de investigación del LHC, los grupos españoles en ATLAS participan en un gran número de líneas de investigación en el análisis de los datos, que cubren muchos de los temas a priori más interesantes del programa del LHC.

En CMS, donde participan 3.275 científi- cos de 179 institutos en 41 países, están pre- sentes los grupos experimentales del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioam- 36

La física teórica no ha sido el único campo en el que la ciencia ha alcanzado avances espectaculares en los últimos tiempos. La exploración es- pacial marcó un punto de in- flexión histórico con el aterri- zaje de la nave Philae sobre el cometa 67P. Igualmente, en el verano del año pasado vi- mos por primera vez el verda- dero rostro de Plutón, que quedaba definitivamente ‘ex- pulsado’ del ‘club de los pla- netas’. Fue gracias a la misión

‘New Horizons’ de la NASA, una sonda ‘hibernada’ cuan- do se encontraba a 261 mi- llones de kilómetros de Plu- tón. Su viaje comenzó en 2006, con el objetivo de ex- plorar el que era considerado como último planeta del Sis- tema Solar.

Hemos asistido a esperan- zadores avances para lograr retrasar en lo posible el en- vejecimiento manteniendo una buena calidad de vida. La búsqueda en nuestros genes del factor del envejecimiento se ha realizado principalmen- te a través del estudio de las telomerasas. Hace solo unos

meses se conocían resultados muy halagüeños. En unos ex- perimentos, la sangre de ra- tones podía frenar su enveje- cimiento y evitar problemas relacionados con las funcio- nes cognitivas y la plasticidad sináptica. En el futuro casi in- mediato se preparan ensayos clínicos en seres humanos pa- ra comprobar la eficacia de- mostrada en roedores.

En el campo de la genética el salto se ha producido con la lectura de la secuenciación masiva del genoma (NGS). Le- er la información genética que contiene nuestro ADN puede ser una herramienta funda- mental para detectar enfer- medades de una manera más rápida y eficaz. La aplicación de esta técnica en medicina nos permite diferenciar, por ejemplo, un tumor de origen hereditario y en el futuro, los expertos apuestan por esta tecnología para saber cómo responderán los pacientes on- cológicos a las terapias e in- cluso estimar su superviven- cia.

Los datos conseguidos me- diante estas investigaciones

pueden ser aplicados también en el tratamiento de enfer- medades infecciosas. Por ejemplo, si nos ha atacado una bacteria multirresistente a antibióticos, los médicos po- drían analizar su genoma y ver en cuestión de horas qué te- rapias deben elegir para aca- bar con la infección. La llega- da de la ‘medicina personali- zada’ va a suponer una revo- lución en el campo de la sa- lud.

En 2015 también se produ- cía un salto cualitativo deci- sivo en la bioimpresión 3D.

Tras múltiples avances y es- peranzadores resultados, los tejidos y órganos a la carta están cada vez más cerca. La impresión 3D en medicina tie- ne ante sí retos importantes que resolver, como por ejem- plo evitar que las células se estresen y lograr una correc- ta estructura tridimensional.

Permitirá un avance más rá- pido en la fabricación de ór- ganos en el laboratorio, en un momento en el que los pri- meros tejidos bioimpresos ya se usan en el desarrollo de fármacos.

Otros hitos recientes

La nave ‘Philae’ ha marcado otro hito en la exploración espacial al posarse en el cometa 67P.

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CSIC-Universidad de Cantabria, la Univer- sidad de Oviedo (UO) y la Universidad Au- tónoma de Madrid (UAM).

El CIEMAT ha participado en el desarrollo de prototipos de pequeños imanes super- conductores para el acelerador, así como en el diseño y construcción de 70 cámaras de muones y en la fabricación de la electróni- ca de lectura de estas cámaras.

Al igual que en el caso de ATLAS, la par- ticipación de los grupos españoles en acti- vidades de análisis en CMS está muy diver- sificada y cubre un amplio abanico de los procesos de interés del programa de física del LHC. Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), de la Uni- versitat de Barcelona (UB) y de la Universi- tat Ramon Llull (URL) tienen importantes res- ponsabilidades tanto en la operación del ex- perimento como en el análisis de los datos que recolecta.

La participación de España en el CERN, y en concreto en el LHC y sus experimentos, ha representado una oportunidad única de adquisición de tecnología para las empresas españolas, que han desarrollado ‘know-how’

en diversas áreas, como criogenia, técnicas de vacío ultra-alto, superconductividad, con- trol industrial o electrónica de potencia.

En relación con el LHC, España se sitúa como el quinto país con mejor retorno in-

dustrial de los participantes, alcanzando las adjudicaciones a empresas españolas el 6,3 por ciento del total, lo que supone unos 160,6 millones de euros.

En la construcción y mantenimiento del LHC participan 50 empresas españolas en ingeniería civil (Empresarios Agrupados, Dra- gados, IDOM); ingeniería eléctrica (JEMA, ANTEC); ingeniería mecánica (Felguera Con- trucciones Mecánicas, Asturfeito, Norteme- cánica, Elay, EADS CASA); tecnologías de vacío y baja temperatura (Telstar, Vacuum projects), electrónica (GTD, CRISA, INSYTE,

Esta colaboración ha dado lugar a exito- sos casos de transferencia de las tecnologí- as otros sectores como las energías renova- bles, la salud o las tecnologías de la infor- mación.

Pobre ciencia nacional

P

ese a la evidencia de los benefi- cios de la inversión en ciencia e investigación, como ha podido comprobarse con el caso del ace- lerador de hadrones, los recortes han afec- tado muy negativamente al I+D español.

Faltas de recursos económicos estatales y autonómicos, las universidades han optado por competir por fondos europeos para fi- nanciar sus proyectos de investigación. De hecho, el origen de los fondos competitivos era, en un 53,3 por ciento de procedencia europea en 2013. Esta cifra suponía un in- cremento del 35 por ciento con respecto al año anterior. Además, los fondos no com- petitivos de las universidades y entes vincu- lados caían un 53 por ciento entre 2009 y 2013. 

A finales de 2015, los directores de algu- nos centros de excelencia Severo Ochoa del

37 El túnel del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), donde el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) demostró la exitencia del ‘bosón de Higgs’ en 2012.

Tim Berners-Lee, crador de la World Wide Web.

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Consejo Superior de Investigaciones Cientí- ficas (CSIC), denunciaban la alarmante si- tuación que vive este Organismo Público de Investigación (OPI), en lo tocante a la ges- tión y ponían de manifiesto que la I+D se es- tá quedando estrangulada.

El CSIC es el OPI más grande que hay en España, pero no es el único y los problemas que sus directores han manifestado se dan también en otros OPIs, como el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Instituto Nacio- nal de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Centro de Investiga- ciones Energéticas, Medioambientales y Tec- nológicas (CIEMAT) y el Instituto Geológi- co y Minero de España (IGME). En ellos es- ta problemática se agrava porque los inves- tigadores de estos organismos, pese a ser miembros de las mismas Escalas de investi- gadores que los del CSIC, no tienen reco- nocidos sus mismos derechos laborales que la ley les otorga.

La COSCE (Confederación de Sociedades Científicas de España) hacía público un in- forme con unas conclusiones devastadoras:

los investigadores jóvenes con talento se van, las empresas prefieren no invertir en un sis- tema obsoleto y la media de edad de los in- vestigadores sigue subiendo sin parar.

En 2013, el colectivo de investigadores en España representaba a 123.224 personas con jornada completa, 11.429 menos que en 2010 –una caída del 8,5 por ciento-, cuan- do el sector de Investigación y Desarrollo (I+D) alcanzó el techo en cuanto a gasto y personal dedicado a estas actividades.

La cifra se sitúa a niveles de 2007, cuan- do en España había 122.625 investigadores a tiempo completo. Posteriormente, el co- lectivo ascendió a 130.966 en 2008, 133.803 en 2009 y 134.653 en 2010, para iniciar en- tonces una progresiva caída: 130.235 en 2011, 126.777 en 2012 y 123.224 en 2013.

En 2013 –el año de mayor incidencia de los recortes, tras el que cada Presupuesto del Estado ha ido incrementando muy ligera- mente esta partida-, el gasto total en I+ as- cendió a 13.012 millones de euros, lo que supuso un descenso del 2,8 por ciento res- pecto a los 13.392 millones del año anterior y la cifra más baja desde 2006. El gasto es- pañol en I+D llegó a su mejor año en 2010 (14.588 millones), después de aumentar pau-

latinamente desde los 11.815 de 2006, los 13.342 de 2007, los 14.701 de 2008 y los 14.582 de 2009. A partir de entonces, se ha producido un lento descenso: 14.184 mi- llones en 2011, 13.392 en 2012 y 13.012 en 2013.

El gasto de 2013 representó el 1,24 por ciento del PIB, frente al 1,30 de 2012 y el 1,39 de 2010. La media de la Unión Euro- pea está en el 2 por ciento, y los planes de futuro de la Comisión plantean elevarla has- ta el 3 por ciento.

El sector de las empresas representó el ma- yor porcentaje de gasto total en I+D, con un 53,1 por ciento (lo que significó el 0,66 por ciento del PIB), seguido de la enseñanza su- perior, con un 28 por ciento del gasto total (0,35 del PIB); la administración pública,

con un 18,7 (0,23 del PIB), y las institucio- nes privadas sin fines de lucro, con un 0,2 por ciento.

En 2013, las actividades de I+D se finan- ciaron, principalmente, por las empresas (46,3 por ciento y las administraciones pú- blicas (41,6 por ciento). Los fondos proce- dentes del extranjero (7,4 por ciento), de las universidades (4,1) y de las instituciones pri- vadas sin fines de lucro (0,6 por ciento) com- pletaron la financiación.

A finales de 2014, la plantilla del Conse- jo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se había reducido un 14,6 por cien- to desde 2011. El número de empleados ha-

bía descendido en 1.892 personas en dos años y medio, pasando de las 12.928 del co- mienzo de la legislatura a los 11.036 traba- jadores que el organismo tenía en nómina a 30 de junio. Además, según la OCDE, Ma- drid se convertía en la región europea con la mayor reducción presupuestaria en I+D de toda la Unión Europea.

En 2015, los Presupuestos siguieron con- gelados, aunque la tasa de reposición de in- vestigadores, que era del 10 por ciento -pe- ro no se cubría-, se establecía en el 50 por ciento. De los 180 centros del CSIC, tan so- lo 41 han aumentado o mantenido intacta su plantilla.

Otros datos también resultan alarmantes.

Por ejemplo, la ejecución del presupuesto de I+D en 2012 fue de solo el 45,3 por cien- to, en una escalada creciente de porcentaje de no ejecución cada año superior al ante- rior (en 2007 se quedó sin gastar el solo 8,7 por ciento).

Y, ante esta situación, a finales del año pa- sado, el ministro de Educación, Íñigo Mén- dez de Vigo, opinaba que hay “demasiados universitarios y pocos alumnos de Forma- ción Profesional” en nuestro país. Ante es- tas declaraciones, la Conferencia de Recto- res de las Universidades Españolas (CRUE) salía ante la opinión pública a señalar que

“las cifras no indican que sobran universita- rios”. “Si se comparan los datos de universi- tarios y de alumnos de FP de España con la OCDE no es exactamente cierto lo que ha dicho el ministro”, replicaba el vocal del Co- mité Permanente de la CRUE y rector de la Universidad Ramon Llull, Josep Garrell.

En un informe del Ministerio de Educación titulado ‘Panorama de la Educación. Indica- dores de la OCDE’ están los datos que con- tradicen las palabras del ministro. España, con algo menos de un millón y medio de univer- sitarios, tiene un 52 por ciento de tasa de ac- ceso a la universidad, un porcentaje que la coloca por debajo de la media frente a un 56 por ciento de la Unión Europea y un 58 por ciento de la Organización para la Coopera- ción y Desarrollo Económicos (OCDE).

Además, en nuestro país hay casi 785.000 alumnos de Formación Profesional. En el ca- so de la FP superior, la tasa de titulación de España es del 20 por ciento, frente al 10 por ciento de la OCDE y el 8 por ciento de la media europea. l

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El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. EUROPA PRESS

Referencias

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