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Procedimientos de urgencia en un canino con shock cardiogénico por efusión pericárdica

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Academic year: 2020

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Facultad de Ciencias Veterinarias

-UNCPBA-

Procedimientos de urgencia en un canino con

shock

cardiogénico por efusión pericárdica.

Mantello, Cecilia Victoria; Mouly, Javier Roberto; Escuer, Grisel Elin

Diciembre 2016

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Procedimientos de urgencia en un canino con shock cardiogénico por

efusión pericárdica.

Tesina de la Orientación Sanidad Animal, presentada como parte de los requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Mantello, Cecilia Victoria.

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Agradecimientos

- A Mouly Javier, por permitirme realizar la residencia en la Clínica Veterinaria "Del Sol", destacando su paciencia y dedicación. Haciéndolo extensivo a Ibargoyen José, Magallanes Víctor, Guillermo Álvarez y todo el grupo de profesionales y ayudantes que también supieron guiarme en la práctica diaria.

- A mi directora Escuer Grisel y a mi evaluadora Verónica Cavilla por saber guiarme pacientemente en la corrección y realización de mi tesina.

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Resumen

La efusión pericárdica es la acumulación anormal de líquido en el espacio pericárdico, que puede conducir a un shock cardiogénico por taponamiento cardíaco. El shock cardiogénico, es un estado de inestabilidad hemodinámica, en el cual las demandas celulares de oxígeno y energía son insuficientes para cubrir las demandas celulares. De no ser corregido urgentemente, puede desencadenar la muerte del animal. Así, el shock cardiogénico por efusión pericárdica constituye una urgencia en caninos. El objetivo de la presente tesina es resaltar la importancia de la exploración ecográfica rápida de tórax y, la técnica de pericardiocentesis, como procedimientos de urgencia en un canino con shock cardiogénico por efusión pericárdica. En el presente trabajo se describe el caso de un canino macho entero mestizo de 12 años que se presentó al servicio de urgencias porque su propietario observó que se le hinchó repentinamente el abdomen, estaba débil y con respiración agitada. Durante el examen físico se observó ascitis severa, mala condición corporal, disnea, debilidad, mucosas pálidas y un tiempo de llenado capilar aumentado. El pulso arterial era débil, el choque precordial junto con los ruidos cardíacos y pulmonares se encontraban apagados. Ante la presencia de estos signos se sospechó de shock cardiogénico por efusión pericárdica y a través de una ecografía T-FAST se confirmó el diagnóstico clínico. Se realizó una pericardiocentesis eco-guiada para la estabilización hemodinámica del paciente. Así, los hallazgos reportados en esta tesina permiten concluir que la efusión pericárdica puede ser causa de urgencias en caninos ya que suele originar shock cardiogénico; en los cuadros originados por efusión pericárdica crónica, suelen prevalecer los signos de falla cardíaca derecha; la ecografía T-FAST es una herramienta valiosa para confirmar la existencia de efusión pericárdica y guiar la pericardiocentesis y; la pericardiocentesis constituye el tratamiento de elección a implementar inmediatamente para estabilizar al paciente.

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Índice:

Páginas

Introducción... 1

1. Efusión pericárdica y sus causas... 2

2. Fisiopatología del shock cardiogénico por efusión pericárdica.. 4

3. Presentación clínica del paciente en shock cardiogénico por efusión pericárdica... 5

4. Diagnóstico del shock cardiogénico por efusión pericárdica en la sala de urgencias... 6

a. Ecografía... 6

Técnica de ecografía FAST... 7

b. Radiografías torácicas... 7

c. Electrocardiografía... 8

d. Estudios bioquímicos y hemograma completo... 9

5. Medidas terapéuticas en el paciente en shock cardiogénico por efusión pericárdica... 9

Pericardiocentesis... 9

Descripción del caso clínico... 13

Discusión... 21

Conclusión... 23

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1 Introducción

Los trastornos pericárdicos corresponden aproximadamente al 1% de las cardiopatías en pequeños animales, siendo el más frecuente la efusión pericárdica (EP) (Yepes et al., 2007; Perez y Orozco, 2010). La EP es el acúmulo anormal de líquido en el saco pericárdico. Cuando la EP origina un incremento de la presión intrapericárdica que supera, a aquella presente en las cámaras cardíacas en diástole, se produce el colapso de las mismas originando el síndrome de taponamiento cardiaco (TC) y el paciente entra en shock cardiogénico. El shock cardiogénico, es un estado de inestabilidad hemodinámica, durante el cual, el gasto cardíaco resulta inadecuado para satisfacer las demandas celulares de oxígeno y energía y, de no ser corregido de manera urgente, puede desencadenar la muerte del animal (Schaer, 2006; Perez y Orozco, 2010; Mazzaferro, 2012; Ware 2015).

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1. Efusión pericárdica y sus causas

En condiciones de enfermedad, puede acumularse una cantidad anormal de líquido pericárdico, situación conocida como EP (Sisson, 2005; Yepes et al., 2007; Perez y Orozco, 2010; Ware, 2015). La mayoría de las EP, en caninos, son de características serosanguinolentas o sanguinolentas. El fluido extraído no coagula a menos que la hemorragia sea reciente. Las características físico-químicas de las EP se describen en la Tabla 1.

Tabla 1. Descripción de las características físico-químicas de las efusiones (Couto, 2000; Belerenian et al., 2007; Ware, 2015).

Parámetros Hemorragia Transudado

(T)

T. modificado Exudado

Densidad 1.015 < 1.008 1.015 a 1.030 > 1.015 Proteínas 3 a 6 g/dl < 1 g/dl 2 a 5 g/dl > 3 g/dl Apariencia Roja oscura

Sanguinolen- ta, serosan- guinolenta

Transparente, clara y serosa.

Ligeramente turbia o teñida

de rosa

(serosangui-nolenta)

Turbia a opaca o serofibrinosa a serosanguino- lenta. Recuento celular (Cel/µl)

> 5000 < 2500 Entre 2500 – 5000

> 5.000

Citología Principalmen-te Eritrocitos. Células mesoteliales reactivas, neoplásicas y de otros tipos. Macrófagos, células mesoteliales Macrófagos, Células mesoteliales, neutrófilos y ocacionalmen-te eritrocitos.

Variable. Mayormente leucocitos.

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3 sanguinolentas o serosanguinolentas. Dentro de las causas neoplásicas, el

hemangiosarcoma (HSA) es la más frecuente seguido por el quimodectoma y, con muy poca frecuencia, el mesotelioma. Otros tumores que raramente se han descripto incluyen el linfosarcoma, carcinoma ectópico de la tiroides y paratiroides (Couto, 2000; Schaer, 2006; Ware 2015). Es normal encontrar algunas células mesoteliales, sin que este hallazgo sea indicativo de una neoplasia, debido a que el pericardio está recubierto de mesotelio (Yepes et al., 2007). En líneas generales, en los ejemplares de razas medianas y grandes, de edad media (varía entre 1-14 años con una media de 6 años) la EP suele deberse con más frecuencia a un DPIB. Es más frecuente en los machos y la incidencia es mayor en las razas San Bernardo, Golden Retriever, Gran Danes y Pastor Alemán. La secuela puede ser la fibrosis pericárdica y epicárdica. Por otro lado, los perros de razas medianas a chicas, mayores de 7 años, son más susceptibles a las efusiones hemorrágicas de origen neoplásico. El Pastor Alemán suele ser más predispuesto al HSA y, el Boxer, Bulldog, y Boston Terrier a los tumores de base del corazón. Estas etiologías suelen originar el acúmulo progresivo de pequeños volúmenes de líquido pericárdico dando origen a un taponamiento cardíaco crónico. Otras causas de efusión pericárdica hemorrágica que se presentan con menor frecuencia incluyen: la rotura de la aurícula izquierda (por enfermedad valvular crónica o trauma), coagulopatía (por ej. ingestión de warfarínicos) y, traumatismos penetrantes. Estas etiologías generalmente reúnen grandes volúmenes de líquido pericárdico en corto tiempo, provocando un taponamiento cardíaco agudo (Couto, 2000; Schaer, 2006; Ware 2015).

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2. Fisiopatología del shock cardiogénico por efusión pericárdica

En la EP, la gravedad del ascenso de la presión intrapericárdica depende del volumen absoluto del derrame, la rapidez en la acumulación del líquido, las características físicas del pericardio y el volumen de sangre circulante. Mientras la presión intrapericárdica sea reducida, el lleno cardíaco y el volumen minuto se mantienen dentro de los rangos normales. Cuando una EP es lo suficientemente grave como para elevar la presión intrapericárdica a niveles iguales o superiores a las presiones de llenado del corazón en diástole, generan su colapso. Dicho evento hemodinámico, conocido como TC, constituye un estado de shock cardiogénico que pone en riesgo la vida del paciente. Dado que las cámaras cardiacas derechas tienen paredes más delgadas y presiones más bajas suelen ser las primeras en afectarse. El TC puede ser agudo o crónico, así, el primero se produce al acumularse rápidamente grandes volúmenes de líquido, a diferencia del TC crónico en el cual la colecta se produce lentamente, lo que permite al pericardio ajustarse al incremento de volumen (Couto, 2000; Schaer, 2006; Belerenian et al., 2007; Yepes et al., 2007; Mazzaferro, 2012; Ware, 2015).

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5 energía en las células (Couto, 2000; Schaer, 2006; Belerenian et al., 2007;

Yepes et al., 2007; Mazzaferro, 2012; Ware, 2015).

3. Presentación clínica del paciente en shock cardiogénico por

efusión pericárdica

El paciente en shock cardiogénico por EP suele ingresar a la clínica con signos de mala perfusión periférica y falla cardiocirculatoria. Los hallazgos clínicos suelen incluir intolerancia al esfuerzo, debilidad muscular notoria, obnubilación mental, extremidades frías, taquipnea, disnea y, en ocasiones, síncope. El tono simpático elevado causa taquicardia, membranas mucosas pálidas o cianóticas y, prolongación del tiempo de relleno capilar (Couto, 2000; Schaer, 2006; Mazzaferro, 2012; Ware, 2015).

El examen físico con frecuencia revela la triada de Beck, ampliamente sugestiva de shock cardiogénico por EP: ruidos cardiacos apagados a la auscultación y palpación, pulso arterial débil y distensión o pulso yugular. La presión venosa central se encuentra aumentada (10 a 12mmHg). En los cuadros crónicos suele existir una significativa pérdida de la masa corporal magra y signos de falla cardíaca derecha como ascitis, efusión pleural, hepato-esplenomegalia y disnea por efusión pleural. En los pacientes con efusión pleural también se apagan los sonidos pulmonares (Couto, 2000; Schaer, 2006; Mazzaferro, 2012; Ware, 2015). Por otro lado, en un derrame desarrollado con rapidez suelen predominar los signos de bajo gasto cardiaco con debilidad, palidez y colapso. La presencia de un soplo puede ser sugestiva de ruptura atrial debida a un proceso degenerativo preexistente de la válvula mitral (Belerenian et al., 2007).

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4. Diagnóstico del shock cardiogénico por efusión pericárdica en la

sala de urgencias

Al arribar un paciente en shock cardiogénico por EP, se deben implementar técnicas de diagnóstico complementario prácticas que permitan confirmar rápidamente la sospecha clínica de su existencia e implementar inmediatamente procedimientos de urgencia para estabilizar al paciente. En orden de importancia y especificidad podemos mencionar:

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Figura 1. Compresión diastólica de la pared atrial derecha (flecha). AI, Atrio Izquierdo; VI, Ventrículo Izquierdo; EP, Efusión Pericárdica; AD, Atrio Derecho; VD, Ventrículo Derecho (Couto, 2000).

Existe una modalidad de ecografía de gran utilidad en la sala de urgencias denominada:

- Técnica de ecografía FAST (acrónimo de Focused Assessment with

Sonography in Trauma): Este procedimiento hace referencia a la aplicación de la ultrasonografía como herramienta diagnóstica en pacientes con trauma y ha demostrado ser útil para la detección de sangrado y líquido libre en el tórax y abdomen. La técnica FAST aplicada a tórax (T-FAST), permite la evaluación de neumotórax, pulmones secos y húmedos, la presencia de líquido pleural-pericárdico y, la realización de toraco y pericardiocentesis ecoguiadas (Boysen et al, 2004; Catán, 2011).

Otras pruebas diagnósticas complementarias que pueden brindar información en casos de sospecha de EP incluyen la radiografía torácica, el electrocardiograma y estudios bioquímicos. Sin embargo, dichas técnicas pueden arrojar resultados normales y/o poco específicos.

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agrandada. Con menor frecuencia, se identifican las opacidades compatibles con edema y distensión venosa pulmonares (Figura 2) (Couto, 2000; Schaer, 2006; Mazzaferro, 2012; Ford y Mazzaferro, 2013; Ware, 2015).

Figura 2. Radiografía latero-lateral (A) y dorso-ventral (B) que muestran EP voluminosa en un Retriever dorado de 9 años. La silueta cardíaca exhibe agrandamiento generalizado con pérdida de los contornos normales y la vena cava caudal prominente (Ware, 2015).

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Figura 3. Electrocardiograma de un Gran Danés de 8 años que presenta alternantes eléctricos con EP voluminosa. (derivada II; 50mm/seg; 1cm = 1mV) (Ware, 2015).

d. Estudios bioquímicos y hemograma completo: En general los hallazgos son inespecíficos, pudiendo sugerir la presencia de inflamación o infección. El HSA puede acompañarse con anemia regenerativa, incremento del número de eritrocitos nucleados, esquistocitos y, trombocitopenia. La hipoproteinemia leve se observa en algunos casos de EP. Las elevaciones ligeras de las actividades enzimáticas hepáticas y azotemia prerrenal (asociado con una alta densidad urinaria: > 1.025 en perros) o azotemia renal primaria (asociada con daño por hipoxia o isquemia renal), pueden ser secundarias al deterioro de la perfusión hepática y renal (Couto, 2000; Mazzaferro, 2012; Ford y Mazzaferro, 2013). La concentración normal de lactato en perros adultos es inferior a 2,5mmol/L; niveles superiores a 7mmol/L son indicativos de hipoxia tisular grave (Mazzaferro, 2012; Ford y Mazaferro, 2013).

5. Medidas terapéuticas en el paciente en shock cardiogénico por

efusión pericárdica

Pericardiocentesis

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diagnóstico etiológico de la colecta, dado que se pueden obtener muestras del fluido para caracterizar el tipo de efusión presente. Por ello, es importante el análisis del líquido, su evaluación citológica y un posible cultivo bacteriano o fúngico. Con este objetivo, debe conservarse el líquido inicial en tubos con EDTA y tubos de coagulación estériles. Cabe resaltar que, para las neoplasias, la pericardiocentesis, no es suficiente para determinar los diagnósticos etiológicos definitivos, debido a la alta ocurrencia de falsos positivos y negativos (Couto, 2000; Belerenian et al., 2007; Perez y Orozco, 2010; Ware 2015).

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guía ecográfica, dado que el contacto accidental de la aguja con el corazón puede inducir arritmias ventriculares, que desaparecen al retirar la aguja (Belerenian et al., 2007; Ware, 2015).

Figura 4. A. Paciente en decúbito lateral izquierdo, en el que se realiza una pericardiocentesis guiada por ecografía. B. Líquido serosanguinolento que fue extraído durante la pericardiocentesis, cuya citología reveló características de origen inflamatorio (Yepes et al, 2007).

Es importante distinguir la causa primaria que origina la EP para instaurar el tratamiento específico. En casos de DPIB se sugiere administrar corticosteroides, pero aún no hay datos definitivos en relación a su utilidad para prevenir la recurrencia en caninos. En los casos de origen neoplásico, el tratamiento a instaurar dependerá del tipo de tumor presente. Cuando la causa es infecciosa deben ser tratados con terapia antibiótica de amplio espectro y por un tiempo prolongado (1-2 semanas). Independientemente de la causa de base que origine la EP, la pericardiocentesis es la técnica de primera elección para estabilizar a los pacientes que arriban en shock cardiogénico por EP. Esta maniobra permite estabilizar al paciente y realizar posteriormente estudios complementarios con el objetivo de conocer el origen etiológico de la efusión.

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histopatología para la obtención del diagnóstico definitivo. Cuando la realización de pericardiocentesis, en casos de DPIB, son numerosas y periódicas (más de 2 o 3 pericardiocentesis consecutivas), se recomienda la pericardiectomía, parcial o total, para aliviar los signos, evitar la recidiva de la EP y la pericarditis constrictiva. La implementación de dicha técnica quirúrgica en los casos de origen neoplásico dependerá del tipo de tumor, su tamaño y localización. Couto (2000) y Ware (2015) describen que la pericardiectomía parcial puede prolongar la sobrevida cuando el origen es neoplásico, pero una de las complicaciones de la técnica es que puede facilitar la diseminación intratorácica de ciertas neoplasias tales como el HSA y el mesotelioma.

El pronóstico es bueno si el causante de la EP es un DPIB. Contrariamente, el pronóstico en general es de reservado a malo en perros con HSA o mesotelioma. Los tumores de la base (por ej., quimiodectomas) tienden a ser de crecimiento lento, localmente invasores y con reducido potencial metastásico. En los casos causados por pericarditis infecciosa el pronóstico es reservado, incluso con la erradicación satisfactoria de la infección, dado que los depósitos fibrinosos en el epicardio y pericardio pueden generar una pericarditis constrictiva (Couto 2000; Schaer 2006; Belerenian et al., 2007; Ford y Mazzaferro, 2013; Ware, 2015).

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Descripción del caso clínico

† Datos demográficos:

Veterinaria "Del Sol"; Calle 24 N° 1709; La Plata; Buenos Aires.

† Reseña:

Canino macho entero mestizo de 12 años, de nombre "Rocco".

† Motivo de consulta:

El dueño comentó que a Rocco se le "hinchó" repentinamente el abdomen. Además, lo nota menos activo, con respiración agitada, al llamarlo no responde como siempre, hace pasos cortos y con dificultad.

Foto 1: Paciente con mala condición corporal (2/5), adoptando una posición ortopneica.

† Antecedentes relevantes y tratamientos previos del problema actual: No presenta.

† Evaluación clínica:

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Inspección particular: Las mucosas se observaron pálidas y, el tiempo de llenado capilar aumentado (mayor a 3 segundos). A la sucusión abdominal se apreciaron ruidos de chapoteo, sugestivos de ascitis.

Palpación: El pulso arterial era débil y el choque precordial estaba atenuado.

Auscultación torácica: Los ruidos cardíacos y pulmonares se

encontraban apagados. El paciente presentaba jadeo. Por estos hallazgos, la frecuencia cardíaca no pudo ser determinada.

Foto 2: Imagen del paciente con marcada caquexia que se aprecia en la línea media dorsal. También puede observarse la distensión abdominal.

Ante la existencia de pulso femoral débil, choque precordial atenuado y la auscultación de sonidos cardíacos apagados, junto a los signos de disnea, debilidad, mucosas pálidas y tiempo de llenado capilar aumentado, se sospechó que el animal presentaba un shock cardiogénico por efusión pericárdica (EP). Para su confirmación se recurrió a la evaluación del paciente utilizando el procedimiento de exploración ecográfica de urgencia conocido como Técnica de ecografía FAST, que se describe a continuación:

† Técnica de ecografía FAST (acrónimo de “The Focused Assessment with Sonography in Trauma”):

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15 paciente en shock y valorar la necesidad de una posible cirugía de urgencia o

técnica inmediata.

- Ecografía FAST Torácica: Al evaluar el tórax, se observó una región circular hipoecoica rodeando al corazón, delimitada por una línea hiperecoica (el pericardio) compatible con EP (Foto 3). A su vez, se apreció colapso del atrio derecho en la diástole temprana, signo ecocardiográfico indicativo de taponamiento cardíaco (TC). No se evidenciaron masas cardíacas ni pericárdicas. Además, por encima del pericardio, se observó un espacio hipoecoico, compatible con efusión pleural.

- Ecografía FAST Abdominal: Se evidenció efusión abdominal severa (ascitis).

Foto 3. Efusión Pericárdica. EPle, Efusión Pleural; EP, Efusión Pericárdica; P, Pericardio; C, Corazón.

A través de la técnica de Ecografía T-FAST se confirmó el diagnóstico de shock cardiogénico por EP y se procedió a la estabilización hemodinámica del paciente.

† Estabilización hemodinámica:

Pericardiocentesis: Se efectuó este procedimiento con la finalidad de drenar la EP y estabilizar hemodinámicamente al paciente.

Con este objetivo, se posicionó al paciente en decúbito esternal y se preparó asépticamente una ventana de piel en el hemitórax derecho, desde el cuarto al sexto espacio intercostal, a la altura de la unión costocondral. Posteriormente, se procedió a la punción, con guía ecográfica, en el quinto espacio intercostal utilizando una aguja hipodérmica 21 G unida, mediante una guía de suero (a la que se le cortó el conector al sachet) y una llave de tres vías, a una jeringa de 10 ml. A continuación, se ejerció presión negativa con el

EPl

EP

P

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émbolo de la jeringa, observándose un líquido seroso ligeramente rosado, proveniente de la efusión pleural que fue descartado en un recipiente de acero inoxidable (Foto 4). Con ayuda ecográfica se reacomodó la aguja, evidenciando su presencia en el espacio pericárdico y se drenó un litro de líquido serosanguinolento que no coagulaba (Foto 5). Así, la técnica de pericardiocentesis no solo permitió estabilizar al paciente sino también conocer las características del fluido obtenido orientando sobre el posible origen de la EP. Al confirmar por ultrasonografía que se había extraído completamente la EP, se retiró la aguja (Foto 6).

Foto 4. Líquido seroso ligeramente rojizo obtenido al comienzo de la pericardio-centesis, proveniente de la efusión pleural.

Foto 5. Efusión pericárdica serosanguino-lenta extraída por pericardiocentesis.

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17 Luego de la estabilización hemodinámica del paciente por

pericardiocentesis, se realizó el drenaje de la cavidad pleural y abdominal por toracocentesis (Foto 7) y abdominocentesis (Foto 8), con el objetivo de mejorar la ventilación del paciente. Los fluidos obtenidos presentaron características de transudados modificados. Al finalizar las maniobras terapéuticas mencionadas con anterioridad se administró ceftiofur (2,2mg/kg vía subcutánea) cada 24 h y tramadol (75mg totales) cada 12 h.

Foto 7. a. Realización de toracocentesis y b. fluido obtenido por dicha técnica.

Foto 8. a. y b. Realización de abdominocentesis. c. Fluido resultante del drenaje de la efusión abdominal.

En el control efectuado a las 24h, el paciente continuaba estable y el propietario mencionó que Rocco había comido alimento y estaba más animado. Durante el control ecográfico no se evidenció recidiva de la EP ni masas torácicas. Sin embargo, se sugirió al propietario continuar con controles ecográficos periódicos para descartar la posible existencia de masas pequeñas aún no visibles y la etiología de la EP.

c. b.

a.

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Con el objetivo de evaluar el medio interno del paciente se realizaron un análisis de orina, un análisis de bioquímica sérica y un hemograma completo. Los resultados obtenidos se detallan a continuación:

Análisis de Orina:

Muestra: Chorro medio Color: Rojizo

Aspecto: Turbio Densidad: 1022 pH: 9

Sangre: ++++ Proteínas: +++

Sedimento urinario: Células Epiteliales, Leucocitos y Hematíes abundantes.

Hematología:

Hematíes: 5.124Mxmm3 (5.7 a 7Mxmm3)

Hematocrito: 32% (41 a 51%) V.C.M.: 62fl (53 a 75fl)

Leucocitos: 7.300xmm3 (6.800 a 13.300xmm3)

Neutrófilos cayados: 7% (511xmm3)

Neutrófilos segmentados: 74% (5402xmm3)

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19 Observación: Anemia normocítica (Leve)

Bioquímica sérica:

Urea: 36mg/dl (hasta 45mg/dl)

Creatinina: 1,91mg/dl (0,7 a 1,7mg/dl) Proteínas totales: 6,3g/dl (6,5 a 7,8g/dl) Albúmina: 2,4g/dl (2,6 a 4g/dl)

Globulinas: 3.9g/dl (3 a 3,5g/dl) G.O.T.: 38UI/L (14 a 42UI/L) G.P.T.: 42UI/L (15 a 52UI/L) F.A.S.: 222UI/L (hasta 250UI/L)

Los resultados del análisis de orina sugirieron la existencia de una infección urinaria y los valores elevados de creatinina podrían atribuirse al estrés miocárdico e hipoxia tisular producida por el estado de shock del paciente.

† Evolución y seguimiento:

A los 35 días el paciente fue traído a consulta con los mismos signos de descompensación que presentó en la consulta inicial. A través de la técnica de ecografía FAST se evidenció la existencia de EP y abdominal. Se estabilizó hemodinámicante al paciente por medio de pericardiocentesis utilizando la técnica descripta con anterioridad.

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El paciente fue dado de alta y, ante la sospecha de que la EP podría ser de origen neoplásico, se recomendó a los propietarios el seguimiento ecográfico cada 20 días.

Cumplido este plazo, se llevó a cabo el control ecocardiográfíco, en el que se halló una masa en el mediastino craneal que podría ser la causante de las efusiones, por lo que se sugirió a los propietarios realizar una interconsulta con un oncólogo.

† Pronóstico:

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21 Discusión

En la presente tesina se describe el caso clínico de Rocco, un canino macho que ingresa a consulta por presentar pulso femoral débil, choque precordial atenuado y la auscultación de sonidos cardíacos apagados, junto a signos de mala perfusión (debilidad, disnea, mucosas pálidas y tiempo de llenado capilar aumentado). Ante estos hallazgos se sospechó de un shock cardiogénico producto de una efusión pericárdica (EP). Estas observaciones concuerdan con lo mencionado por algunos autores como ser Couto (2000), Schaer (2006), Mazzaferro (2012) y Ware (2015). Así, las EP pueden originar un shock cardiogénico por taponamiento cardíaco y ser causantes de urgencias en caninos. En el paciente del presente caso clínico se observó un predominio de signos de insuficiencia cardíaca derecha, como efusión pleural y ascitis. Numerosos autores han reportado que ello se debe a la pared delgada y presiones reducidas en el lado derecha del corazón que hace a dichas cámaras más susceptibles al colapso (Couto, 2000; Schaer, 2006; Perez y Orozco, 2010; Mazzaferro, 2012; Ware 2015).

Como describen Couto (2000) y Schaer (2006), la ecocardiografía es el método no invasivo más sensible y específico para confirmar rápidamente la presencia de una EP, incluso con volúmenes despreciables de líquido pericárdico. Boysen et al. (2004) y Catán et al. (2011) describen la aplicación de la ultrasonografía como herramienta diagnostica en la sala de urgencias. Este procedimiento denominado ecografía T-FAST (Thoracic Focused Assessment with Sonography in Trauma) permite evaluar rápidamente la presencia de líquido pleural-pericárdico y la realización de toracocentesis o pericardiocentesis eco-guiada. En concordancia con lo mencionado, la presente tesina resalta la importancia de la implementación de la ecografía T-FAST en la sala de urgencia, al permitir confirmar la presencia de EP en nuestro paciente y resulto decisiva para guiar la pericardiocentesis.

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electrocardiograma para el seguimiento cardíaco dado que se realizó bajo guía ecográfica. Finalmente, en nuestro paciente, como tubuladura de extensión se implementó una guía de suero modificada para tal fin.

El líquido obtenido en el paciente de la presente tesis fue serosanguinolento. Esto concuerda con lo reportado por diferentes autores que describen que la mayoría de las EP caninas son hemorrágicas (Couto, 2000; Schaer, 2006; Belerenian et al., 2007; Ware, 2015).

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23 Conclusión

La efusión pericárdica suele ser causa de urgencias en caninos, ya que puede originar shock cardiogénico. .

En los casos de shock cardiogénico por efusión pericárdica crónica, suelen prevalecer signos de falla cardíaca derecha.

La ecografía T-FAS es una herramienta sumamente valiosa en la sala de urgencias para confirmar la existencia de shock cardiogénico por efusión pericárdica y guiar la pericardiocentesis.

La pericardiocentesis es una técnica relativamente sencilla de realizar y constituye el tratamiento de elección que debe implementarse en los pacientes en shock cardiogénico por efusión pericárdica para su estabilización inmediata.

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