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El método geométrico en la ética de Spinoza

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Academic year: 2020

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(1)UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO Facultad de Filosofía y Humanidades Departamento de Filosofía. EL MÉTODO GEOMÉTRICO EN LA ÉTICA DE SPINOZA. Tesis para optar al grado académico de Magíster en Filosofía Por: José Ignacio Colombo. Profesores guías: Eduardo Molina C. Juan Vicente Cortés. Santiago, Chile 2018.

(2) TABLA DE CONTENIDOS. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 3 Descripción del método geométrico de la Ética mediante sus aspectos fundamentales..... 7 Diversidad en el debate ....................................................................................................... 7 CAPÍTULO I El aspecto deductivo en el método de Spinoza ................................................................. 15 Los géneros de conocimiento y la idea adecuada ............................................................. 16 El poder causal de las ideas claras y distintas ................................................................... 19 El orden y conexión de las ideas es el mismo orden y conexión de las cosas (E, II P7) .. 22 El aspecto deductivo y las propiedades del Entendimiento .............................................. 24 El aspecto deductivo del método geométrico según Spinoza ........................................... 26 Uso del método geométrico en la Ética: aspecto deductivo ............................................. 27 CAPÍTULO II Axiomas y nociones comunes en el método de Spinoza................................................... 29 Sobre los axiomas en la Ética ........................................................................................... 30 El rol de los axiomas y las nociones comunes según el Tratado teológico-político ........ 33 Sobre las nociones comunes según la Ética ...................................................................... 37 La idea verdadera dada como punto de partida ................................................................ 40 Uso del método geométrico en la Ética: aspecto axiomático ........................................... 43 CAPÍTULO III El rol de las definiciones en el método de Spinoza........................................................... 44 Las definiciones en la Ética .............................................................................................. 45 El uso de definiciones en la formación de ideas verdaderas ............................................. 48 La definición o esencia de las “cosas creadas” no implica existencia .............................. 51 La esencia particular y las cosas singulares ...................................................................... 53 Uso del método geométrico en la Ética: definiciones iniciales ........................................ 55 CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 57 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 61. 2.

(3) INTRODUCCIÓN Cualquiera que abra la Ética de Spinoza notará inmediatamente su estructura bastante inusual en filosofía: definiciones, axiomas, postulados, proposiciones, demostraciones y escolios. Sin embargo, esta estructura no es inusual en tratados de geometría y matemática, donde su referente por excelencia es el texto de geometría clásica: Elementa geometrica de Euclides (300 A.C.). La Ética está conformada por cinco partes: 1) De Dios, 2) De la naturaleza y origen del alma, 3) Del origen y naturaleza de los afectos, 4) De la servidumbre humana, o de la fuerza de los afectos, y 5) Del poder del entendimiento o de la libertad humana. En estas secciones Spinoza, típicamente, parte de unas pocas definiciones, axiomas y postulados, y deduce, a partir de ellos, un gran número de proposiciones concernientes a aspectos ontológicos, psicológicos y éticos. Es importante señalar que el método geométrico empleado por Spinoza se diferencia de métodos más ampliamente utilizados en filosofía, tales como el método dialéctico y la disputación. La estructura inusual de la Ética la ha hecho acreedora tanto de fama como de diversas críticas. Steenbakkers señala que: “It is mainly as an oddity that the Euclidean layout of the Ethics has won fame. … Apparently philosophy, by the mere act of donning the classical costume of the Euclidean geometrical discourse, does not acquire the incontrovertible and scientific aura of its mathematical model. What philosophy, thus formulated, does share with mathematics is the appearance of inaccessibility.” (Steenbakkers 2010, p. 42) Además de la crítica de inaccesibilidad, muchas otras se han formulado respecto del método geométrico y su uso en la filosofía de Spinoza. John Caird, por ejemplo, afirma que este método no puede ser aplicado en filosofía: “… desde la naturaleza misma de la cosa, un método puramente geométrico es inadecuado para el tratamiento de la verdad filosófica.” (Caird 1888, p. 114) Así pues, el método geométrico de la Ética ha dado pie a numerosos planteamientos que buscan explicar por qué Spinoza presenta su Ética mediante dicho método. A modo de ejemplo, algunos filósofos se han planteado como tema principal de investigación las siguientes preguntas: “podemos hacernos la pregunta de exactamente. 3.

(4) por qué él [Spinoza] fue hasta tales esfuerzos con la finalidad de presentar geométricamente su filosofía.” (Steenbakkers 2010, p. 43); o “¿Qué considera Spinoza estar haciendo cuando coloca su filosofía en forma geométrica?” (Curley 1986, p. 151); o “… ¿por qué Spinoza se sintió inclinado a adoptar un método de presentación el cual es inusual para desarrollos filosóficos, y que pudiera parecer, a primera vista, poco adecuado para la elaboración de teorías filosóficas?” (Mark 1975, p. 263). En una interesante reconstrucción histórica y filosófica de la reaparición del método geométrico en el siglo XVI en Europa, Ursula Goldenbaum señala que: “El término [de método geométrico] apareció primero en el siglo XVI en Europa cuando las matemáticas estaban en su apogeo debido a la nueva ciencia de la mecánica” (Goldenbaum 2015, p. 1). Seguidamente, ella vincula la propuesta de Galileo de entender la naturaleza mediante las matemáticas y la continuación de Descartes en esta propuesta. Goldenbaum señala que, a pesar del éxito histórico del uso del método geométrico y las matemáticas en las ciencias modernas, su uso en aspectos filosóficos fue muy criticado. En particular, del trabajo de Goldenbaum, interesa resaltar que, según ella, las principales objeciones al uso del método geométrico en aspectos filosóficos surge debido a un rechazo del determinismo. En palabras de Goldenbaum: “All these thinkers [Descartes, Hobbes and Spinoza] extended the Geometrical Method beyond mathematics, claiming its value for the investigation of realia, of real things instead of mere geometrical figures. Such extension of the Geometrical Method to real things was done with the goal to produce certainty of knowledge, a certainty guaranteed by the necessity of geometrical demonstrations. But if it would indeed lead to necessary demonstrations about nature, politics, and ethics, it would introduce necessitarianism into natural, social, and moral sciences, and space would not be left for miracles and, even worse, for free will. … it was the threat of necessitarianism that was the true source of the lasting protest against the Geometrical Method throughout the 17th and 18th centuries.” (Goldenbaum 2015, p. 12). 4.

(5) Así pues, según Goldenbaum, lo que causó los mayores problemas a la expansión del uso método geométrico a la filosofía en los siglos XVII y XVIII no fue su dificultad, ni su falta de éxito, sino más bien la amenaza al libre albedrío de Dios y de los seres humanos (Goldenbaum 2015, p. 12). No obstante, aunque las principales fuentes de las críticas en los siglos XVII y XVIII hayan estado sesgadas debido a intereses teológicos y religiosos, esto no deslegitima la pregunta por el uso de Spinoza del método geométrico en la Ética. Muy por el contrario, la pregunta parece tener aún más fuerza e importancia, ya que se plantearía ahondar en ella sin sesgos teológicos o religiosos. Respecto de esto, son muy variadas y diversas las respuestas al porqué del método geométrico en la Ética. De forma muy general, todas ellas pueden clasificarse en dos grupos. A saber, un primer grupo que afirma que el método geométrico de la Ética se entiende como algo externo a la filosofía de Spinoza, y que no se explica desde la misma filosofía de Spinoza (Wolfson 1934, I. p. 44; Mark 1975, p. 270); y un segundo grupo que explica el porqué del método geométrico desde la misma filosofía de Spinoza (Curley 1986; Gueroult 1968, 1974, 1977)1. La diversidad y divergencia en las propuestas respecto del cómo entender el método geométrico de la Ética parece revelar lo oscuro y difícil de dar respuesta a dicha pregunta. Esta dificultad puede ser heredada de la falta de vinculación explícita, en la obra de Spinoza, entre el método geométrico y el modo de conocer, o de adquirir ideas verdaderas en el entendimiento. En otras palabras, Spinoza no menciona de forma explícita el porqué de una Ética demostrada según el orden geométrico. Sin embargo, esta ausencia de relación explícita entre el uso del método geométrico y el método de Spinoza para formar ideas verdaderas parece ser consecuencia de un trabajo incompleto entre el método para indagar la verdad y el uso del método geométrico en la Ética. Así pues, no sería de extrañar que el Tratado de la reforma del entendimiento (TIE), tratado donde Spinoza indaga sobre cuál ha de ser el mejor método para adquirir ideas verdaderas, haya quedado inconcluso.. 1. Es importante señalar que, aunque algunos filósofos explícitamente reconocen este debate de los comentaristas (e.g., Steenbakkers 2010; Mark 1975), otros van directamente a dar su planteamiento sin hacer referencia al debate según la clasificación anteriormente mencionada (e.g., Curley 1986; McKeon 1930). No obstante, las propuestas de estos últimos pueden igualmente clasificarse como estando en alguno de los dos grupos del debate.. 5.

(6) No obstante, el presente trabajo pretende explicar plausiblemente el uso del método geométrico en la Ética a partir de tres aspectos fundamentales existentes en la filosofía de Spinoza. Estos aspectos son: 1) el proceder deductivo en la búsqueda de la verdad o la “forma de la verdad” entendida como un proceder deductivo (es decir, el hecho de conocer nuevas verdades a partir de verdades previamente conocidas); 2) los axiomas como verdades innatas en el entendimiento y por ende como puntos de partida para la deducción; y 3) la función o el rol de las definiciones en el proceder deductivo. Más específicamente, cualquiera que abra la Ética, enseguida notará su estructura deductiva, axiomática y el uso de definiciones en cada comienzo de las partes. Es por ello que, para dar cuenta del uso del método geométrico en la Ética, el presente trabajo pretende mostrar que la filosofía misma de Spinoza justifica o explica: 1) un proceder deductivo en el proceso por el cual conocemos nuevas verdades; 2) la presencia de ideas verdaderas ya dadas o innatas en nuestro entendimiento que han de funcionar como axiomas para dar pie a dicho proceso; y 3) el uso de definiciones en este proceder. De forma muy interesante, aunque en un tema distante al del presente trabajo, Peter Markie reconstruye el debate entre racionalistas y empiristas. Según él, “ser un racionalista es adoptar al menos una de tres tesis” (Markie 2015, p. 1). La primera es “La tesis de la intuición/deducción: algunas proposiciones en un área particular S son conocibles por nosotros mediante la sola intuición; mientras que otras son conocidas mediante la deducción a partir de las proposiciones intuidas” (Markie 2015, p. 2). La segunda es “La tesis del conocimiento innato: nosotros poseemos conocimiento de algunas verdades en una área particular S como parte de nuestra naturaleza racional” (Markie 2015, p. 3). Y la tercera es “La tesis del concepto innato: nosotros poseemos algunos conceptos que empleamos en un área particular S como parte de nuestra naturaleza racional” (Markie 2015, p. 3). Así pues, él afirma que un racionalista se compromete, al menos, con un proceder deductivo, o con la presencia de ciertas verdades innatas, o de algunos conceptos innatos en nuestro entendimiento. En consecuencia, resulta plausible buscar en Spinoza sus planteamientos acerca de los tres aspectos anteriormente señalados, y establecer una posible conexión con el método geométrico.. 6.

(7) Descripción del método geométrico de la Ética mediante sus aspectos fundamentales Es importante señalar que, para el desarrollo de este trabajo, entenderé el método geométrico de la Ética a partir de tres aspectos fundamentales. Más específicamente, para el interés de este trabajo, basta con destacar tres aspectos simples y constitutivos del método geométrico utilizado en la Ética. El primero es el uso de definiciones iniciales sin una demostración previa o justificación explícita; el segundo, el uso de axiomas, también iniciales y sin justificación o demostración previa; y el tercero, el proceder deductivo, a partir de las definiciones, axiomas y proposiciones previamente demostradas, para la demostración de nuevas proposiciones. Así pues, del mismo uso que Spinoza hace del método geométrico en la Ética se pueden destacar estas tres características fundamentales. En otras palabras, el método geométrico según el cual la Ética pretende ser demostrada puede describirse mediante tres aspectos constitutivos del mismo, a saber: 1) el uso de definiciones iniciales; 2) el uso de enunciados iniciales presentados como axiomas; y 3) el proceder deductivo en la demostración de proposiciones.. Diversidad en el debate Dentro de cada uno de los grupos anteriormente mencionados hay también una gran variedad de propuestas. Por ejemplo, en el primer grupo del debate –aquellos que afirman que el método geométrico es una mera forma de presentación externa a la filosofía de Spinoza– se encuentran explicaciones psicológicas, pedagógicas, y hasta por el poder lógico del método geométrico. Roth, por ejemplo, señala que: “La razón por la cual él [Spinoza] adoptó la forma de presentación geométrica no fue porque fuera incapaz de una forma de composición ordinaria, sino que, en cierto modo, él estaba temeroso de su uso” (Roth 1929, p. 37). Según Roth, el método geométrico era la mejor forma para mantenerse impersonal, lo cual fue una de las metas de Spinoza. Sin embargo, y tal y como resalta Mark (1975, p. 268), hay otros textos de Spinoza que no fueron escritos según el método geométrico y que fueron muy controversiales en la época de Spinoza (v.gr. el TTP, publicado en vida por el autor, aunque de manera anónima). Adicionalmente, es importante 7.

(8) tener en cuenta que Spinoza incluyó escolios en la Ética, los cuales son explicaciones en forma no geométrica de muchas proposiciones, que exponen de manera controversial los problemas y debates en los que se enmarca su doctrina. Harry Wolfson es uno de los más grandes y reconocidos especialistas de las fuentes antiguas y medievales de Spinoza. Wolfson hace descender el uso del ordo geometricus desde sus inicios griegos, pasando por algunos medievales, y llegando hasta algunos filósofos judíos. Él señala que: “Con respecto a Spinoza,… si pudiéramos cortar en pedazos toda la literatura filosófica disponible para él y colocarla en pedazos de papel, lanzar estos pedazos al aire y permitir que caigan al suelo, a partir de estos trozos de papel dispersos podríamos reconstruir su Ética” (Wolfson 1934, Ch. I, p. 3). Así pues, Wolsfon afirma, entre varias cosas, que el orden geométrico de la Ética no es más que una reconstrucción de planteamientos filosóficos según un orden casual e indiscriminado. Adicionalmente, Wolfson cree que Spinoza adoptó el método geométrico con la finalidad de traer el prestigio de la geometría a la filosofía, así como por razones pedagógicas y literarias (Wolfson 1934, Ch. II, p. 55). Más aún, Wolfson señala que: “… los términos ‘definiciones’, ‘axiomas’, ‘proposiciones’, y sus apariencias son utilizados por Spinoza más o menos indiscriminadamente como etiquetas convencionales para pegarse por acá y por allá con la finalidad de dar a su obra la apariencia externa de una obra de geometría” (Wolfson, 1934, Ch. II, p. 58). En consecuencia, Wolfson es uno de los exponentes más radicales –y quizás el más reconocido– de la interpretación “formalista” del método geométrico de la Ética. Sin embargo, el planteamiento de Wolfson ha sido ampliamente criticado. Mark, por ejemplo, cataloga de poco plausible considerar que el uso del método geométrico sea meramente cosmético, sin atender a ningún orden respecto de lo que se denomina axioma, definición y proposiciones. Más aún, Mark afirma: “que la organización de la obra sea casual como afirma Wolfson, algo adoptado únicamente en favor de la apariencia, es simplemente falso” (Mark 1975, p. 270). Según él, y a mi parecer de forma correcta, la mayor evidencia en contra del planteamiento de Wolfson es la estructura misma de la Ética, ya que es un claro ejemplo de un orden meticuloso y una extraordinaria organización mediante la cual el mismo libro se hace cada vez más claro.. 8.

(9) Respecto de la postura del denominado segundo grupo del debate, a saber, los que afirman que el método geométrico de la Ética puede ser explicado desde la filosofía misma de Spinoza, hay también diversos planteamientos. Steenbakkers, por ejemplo, explica el método geométrico de la Ética como el momento sintético –deductivo– del método de Spinoza. Steenbakkers señala que: “For Spinoza method, as set forth in the Treatise on the Emendation of the Intellect, involves both moments. First, there is an analytical move to establish the unknown true idea that can serve as our starting point, yardstick, and guideline. The most perfect method will start from the idea of a most perfect being. … Once the starting point has been found, the movement will rapidly take another direction; … reasoning goes from what is clear and simple to what is obscure and complex, and this is where the synthetic geometrical order comes in. … Summing up, Spinoza’s method cannot be reduced to either the analytic or the synthetic procedure: he uses the term to cover both moments” (Steenbakkers 2010, p. 48-49) Así pues, Steenbakkers plantea que la Ética, y su orden geométrico, ha de ser entendida como el momento sintético-deductivo según el cual se derivan nuevas verdades a partir de otras verdades ya anteriormente establecidas –definiciones, axiomas y postulados. Es importante notar que este planteamiento discrepa del que entiende el proceder analítico como el camino mediante el cual conocemos e indagamos las verdades, y el proceder sintético como una forma de presentación o demostración de las verdades ya conocidas mediante el proceder analítico2. En otras palabras, Steenbakkers afirma que el proceder analítico es una primera etapa del método de Spinoza mediante la cual se establecen las verdades iniciales o de las cuales se parte –axiomas, postulados y definiciones–, y el método sintético es una segunda etapa en la cual se obtienen verdades más complejas a partir de las verdades establecidas en la primera etapa. Así pues, no estamos obligados a interpretar la distinción entre el método analítico y el sintético como una distinción entre un método para conocer o indagar la verdad y otro para presentar lo previamente conocido.. 2. Para mayor detalle sobre este planteamiento ver Nadler 2006, p. 39.. 9.

(10) Aunque la tesis de Steenbakkers sobre cómo entender el método geométrico de la Ética resulta plausible, la justificación de la misma no es del todo clara. En un punto central de su argumentación, él indica que: “Part One of Spinoza’s Ethics deals with God. His concept of God serves as the foundation for the subsequent deductive construction of the entire philosophical system. This development rests on two essential steps: the first is the identification of God with Nature (IP14 y IP15) and the second the perfect coincidence of the order of things and the order of ideas (2P7). The two arguments are, (…), interwoven: because the one substance – an eternal and infinite being that is called God or Nature – can be considered under the attribute of extension and under the attribute of thought, it follows that their order and connection in both cases must be one and the same. (…) the deduction by means of rational thought of the systematic connection of things from God’s nature is not a merely conceptual construct, but will reflect the state of affairs in reality. Once again, ordo is the keyword. Spinoza states explicitly that the correct philosophical order, (...), must begin with nature of God, ‘because it is prior both in knowledge and in nature (2P10S2). Seen from this perspective, the application of the ordo geometricus finds its ultimate justification in Spinoza’s concept of God. The rational, geometrical form matches the systematic arrangement of nature and is thus its appropriate expository mode.” (Steenbakkers 2010, p. 52-53) De esta forma, Steenbakkers justifica el uso del método geométrico en la Ética indicando que el orden de las cosas (de la substancia única, a saber Dios o la Naturaleza) ha de ser el mismo orden de las ideas. Más aún, afirma que la forma racional y geométrica se corresponde con el arreglo sistemático de la naturaleza. No obstante, esta argumentación resulta, a mi parecer, incompleta. Sin duda que Spinoza afirma que el orden y conexión de las ideas es el mismo orden y conexión de las cosas (2P7), y que una muy buena explicación del uso del método geométrico en la Ética podría dar cuenta de una relación entre el orden geométrico en la Ética y el orden y conexión de las ideas. Además, es claro que Spinoza comienza por el conocimiento de Dios, ya que a partir de él han de ser 10.

(11) deducidas las demás ideas verdaderas. Sin embargo, esto sólo explicaría el porqué de una Parte I dedicada al conocimiento de Dios, mas no daría cuenta del porqué del uso del método geométrico en la Ética. En otras palabras, no quedan claras: ¿por qué es necesario proceder según un orden geométrico? ¿por qué considerar algunas verdades como axiomas y otras como proposiciones derivadas de axiomas o de proposiciones previamente establecidas; porqué comenzar con definiciones? Por último, ¿son estas definiciones reales o nominales? Más aún, se podría pensar otro método, no geométrico, o forma de presentación, en el cual se comenzaría también por una Parte I sobre Dios, y que, además, se dé a conocer el orden y conexión de las ideas, sin recurrir a la estructura de definiciones, axiomas, postulados y proposiciones. Otro planteamiento relevante, entre varios realizados por los comentaristas de Spinoza que explican la Ética y su orden geométrico desde la filosofía misma de Spinoza, es el de Edwin Curley. Él centra su discusión sobre el método geométrico indagando en cómo Spinoza entiende los axiomas, postulados y definiciones. En palabras de Curley: “Propongo abordar el tema desde dos puntos – comenzando con los postulados y axiomas, y dejando el aspecto complicado del estatuto epistémico de las definiciones para el final” (Curley 1986, p. 152). Así pues, siguiendo este camino, Curley señala, de forma muy plausible, el carácter de auto-evidencia de los siete axiomas de la Parte I, y los tres primeros axiomas de la Parte II. No obstante, para los axiomas 4 y 5, y los postulados de la Parte II, él señala que la auto-evidencia estaría justificada en tanto que no es posible una duda razonable debido a la propia experiencia. Más específicamente, respecto de los axiomas 4 y 5, Curley señala que: “… these are propositions which can only imagine to be generalizations about our experience. No doubt Spinoza thought that these truths are sufficiently obvious that no sensible person would seriously deny them. But surely this must be because they are very general empirical propositions, confirmed by experience in a way that could be doubted only by a radical skeptic, not because their truth is guaranteed by the meanings of the terms involve.” (Curley, 1986, p. 154). 11.

(12) Adicionalmente, Curley agrega que: “Pienso que él [Spinoza] consideró que ciertas proposiciones empíricas serían tan fuertemente confirmadas por la experiencia que nadie podría seriamente ponerlas en duda” (Curley 1986, p. 156). Así pues, el planteamiento de Curley presenta el carácter de auto-evidencia, o de no espacio para una duda razonable, de los axiomas y postulados. Finalmente, Curley se remite al final del TIE, donde Spinoza busca la definición del entendimiento para indagar sobre la fuerza y el poder del mismo. Según indica Curley, Spinoza busca una definición a partir de la cual se puedan explicar las propiedades ya conocidas que el entendimiento tiene. En palabras de Curley: “The requirements for a good definition suggest a procedure for discovering good definitions. If a good definition must explain why a thing has the properties it has, then if we are searching for a definition we might proceed by enumerating the known properties of the thing and looking for a causal formula which would suffice for the deduction of those properties. And this is precisely the way Spinoza does proceed at the end of the TIE when he is searching for a definition of the intellect… He is treating the definition as a theory and the known properties of the thing as the phenomena which the theory is supposed to explain. And one of the central criteria of the goodness of a definition is its ability to explain those phenomena.” (Curley 1986, p. 163-164) En otras palabras, Curley afirma que en la búsqueda de una buena definición se deben enunciar las propiedades ya conocidas de la cosa que se desea definir y, posteriormente, buscar una definición a partir de la cual se puedan deducir dichas propiedades. Curley refiere este proceder por parte de Spinoza en el final del TIE. Más aún, Curley sugiere que la definición es como una teoría cuyo fenómeno a explicar son las propiedades ya conocidas de la cosa a definir. Este planteamiento lleva a Curley a afirmar que la Ética, y su método geométrico, es, en cierta forma, un proceder mediante un método hipotéticodeductivo: “Al leer a Spinoza de esta manera, la Ética se convierte en ejercicio dentro de un tipo de método hipotético-deductivo” (Curley 1986, p. 164). El método sería hipotético debido al estatuto de las definiciones, las cuales son propuestas y su validez viene dada por su capacidad de explicar las propiedades conocidas; y deductivo debido a que a partir de las 12.

(13) definiciones deben deducirse las propiedades conocidas de las cosas a definir. No obstante, aunque Curley presenta una excelente discusión sobre la auto-evidencia de los axiomas y sobre si las definiciones en la Ética son reales o nominales, su clave de lectura final sobre cómo entender el uso del método geométrico por parte de Spinoza se fundamenta en, quizás, una de las partes más oscuras e inconclusas de la filosofía de Spinoza, a saber, la definición del entendimiento y sus propiedades (TIE, §106-107). Spinoza señala que: “Ahora bien, como la parte principal de nuestro método consiste en comprender perfectamente las fuerzas del entendimiento y su naturaleza, nos vemos necesariamente forzados (por lo que he dicho en esta segunda parte del método) a deducir éstas de la definición misma del pensamiento y del entendimiento” (TIE, §106). Así pues, Spinoza, para ser consistente con lo planteado anteriormente en el TIE, debe deducir ideas verdaderas a partir de definiciones: “La vía correcta de investigación consiste, pues, en formar los pensamientos a partir de una definición dada” (TIE, §94). Sin embargo, Spinoza se encuentra hacia el final del TIE en una aparente aporía. En palabras de Spinoza: “Hasta ahora, sin embargo, no poseíamos ninguna regla para hallar las definiciones y como, por otra parte, no las podemos dar sin conocer antes la naturaleza o definición del entendimiento y su poder, se sigue que o bien la definición del entendimiento debe ser clara por sí misma o bien no podemos conocer nada.” (TIE, §107) Posteriormente, Spinoza afirma que aunque la definición del entendimiento no es absolutamente clara por sí misma, sí hay algunas propiedades del entendimiento que entendemos clara y distintamente (TIE, §107). Además, indicará que si percibimos clara y distintamente sus propiedades, esto es posible porque, de alguna forma, nos es ya conocida su naturaleza. Así pues, más que un movimiento hipotético-deductivo en estos últimos párrafos del TIE inconcluso, Spinoza parece buscar como punto de partida ideas verdaderas, es decir, ideas claras y distintas, a partir de las cuales formar o esclarecer nuevas ideas claras y distintas, es decir, la definición del entendimiento. Adicionalmente, es importante señalar que la búsqueda de la definición del entendimiento, y su relación con sus propiedades que ya entendemos clara y distintamente sin la definición previa, remite a una particularidad no generalizable del proceder de Spinoza. En efecto, Spinoza adopta este 13.

(14) planteamiento para resolver la aparente aporía en la que se encuentra, muy particular, mas no como su método general. Este aspecto se discutirá en mayor detalle en una sección del siguiente capítulo. Tal y como se ha presentado en este trabajo, las propuestas filosóficas de reconocidos comentaristas de Spinoza sobre la Ética y su método geométrico han sido muy diversas y divergentes entre sí. No obstante, aquellas que han tratado de explicar el método geométrico de la Ética desde la filosofía misma de Spinoza parecen ser más plausibles que aquellas que no. Adicionalmente, esta diversidad y divergencia en los planteamientos parece revelar lo oscuro y problemático del dar cuenta del uso del método geométrico en Spinoza. Sin embargo, en los siguientes capítulos explicaré cómo algunos aspectos de la filosofía de Spinoza (como se dijo: 1) el carácter deductivo de la verdad, 2) la presencia ideas innatas o dadas en el entendimiento, y 3) la función de las definiciones en la adquisición de ideas verdaderas) pueden revelar un mejor entender de la relación entre el pensamiento de Spinoza y el método geométrico utilizado en la Ética. Más específicamente, en el Capítulo I se mostrará que según la filosofía de Spinoza la verdad, o el formar nuevas ideas verdaderas, es un proceso deductivo. Para ello me remitiré, principalmente a tres aspectos: 1) la existencia y la potencia de las ideas simple, que no pueden sino ser ideas claras y distintas, para producir ideas más compuestas que sean claras y distintas, y por ende verdaderas; 2) la adecuación de las ideas como un sistema deductivo debido al orden causal de la Naturaleza; y 3) las propiedades del entendimiento que Spinoza señala hacia el final del TIE. En el Capítulo II vincularé los axiomas con las nociones comunes que Spinoza señala en su teoría del conocimiento, así como con la posibilidad de ideas innatas o ideas ya dadas en el entendimiento. Y, finalmente, en el Capítulo III indagaré sobre el rol o la función de las definiciones en el proceder deductivo, y, para esclarecer si las definiciones en la Ética son nominales o reales, me remitiré a la distinción entre esencia y existencia en la filosofía de Spinoza.. 14.

(15) CAPÍTULO I El aspecto deductivo en el método de Spinoza. En este capítulo, tal y como se mencionó anteriormente, se procederá a realizar un vínculo entre el aspecto deductivo del método propuesto por Spinoza para formar ideas claras y distintas, es decir, verdaderas, y el aspecto deductivo del método geométrico según el cual Spinoza considera haber demostrado su Ética. El prefacio de los Principios de la Filosofía de Descartes, escrito por Lodowijk Meyer y aprobado por Spinoza, señala lo siguiente en su primera oración: “Es opinión unánime de todos aquellos que quieren alcanzar un saber superior al del vulgo que el método empleado por los matemáticos en la investigación y transmisión de las ciencias, es decir, aquel en que las conclusiones se demuestran a partir de definiciones, postulados y axiomas, es el mejor y más seguro para indagar y enseñar la verdad. Y con toda razón. Pues, como todo conocimiento cierto y seguro de una cosa desconocida sólo se puede extraer y derivar de cosas previamente conocidas con certeza, …” (Spinoza 2006, p. 159) Este comienzo es muy revelador. Acá Meyer afirma que el mejor y más seguro método para indagar y enseñar la verdad es el método deductivo a partir de axiomas, postulados y definiciones. Es importante señalar que Meyer no indica que sea solamente un método para presentar o enseñar la verdad, sino un método, también, para indagar la verdad. Adicionalmente, él indica que todo conocimiento cierto y seguro de algo desconocido sólo puede extraerse y derivar de cosas previamente conocidas con certeza, lo cual ratifica aún más la forma deductiva del indagar la verdad. Además, es importante señalar que los especialistas en Spinoza típicamente consideran el prefacio de Meyer como un texto spinocista en sí mismo (e.g., Gueroult 1968, pp. 20, 85; Delahunty 1985, p. 92). Estos indican que Spinoza dio su aprobación al publicarlo como un prefacio a su propio trabajo, y que, adicionalmente, él tuvo la posibilidad de pedir cambios a Meyer. Más aún, Spinoza persuadió a Meyer de cambiar su borrador final debido a algunos aspectos que no eran de su agrado (Carta 15, Spinoza 2007, p. 72). 15.

(16) Este texto de Meyer fue el punto de partida para el planteamiento de Curley (1986). Curley centra su desarrollo en cómo Spinoza entendería los postulados, los axiomas y las definiciones. Él afirma, tal y como se señaló anteriormente, que el método geométrico de la Ética ha de ser entendido como un método hipotético-deductivo. Más específicamente, según Curley, el método sería hipotético por considerar las definiciones iniciales como hipótesis a partir de las cuales se han de deducir propiedades, las cuales serían contrastadas con propiedades ya conocidas, a fin de corroborar o no la verdad de las hipótesis, es decir, de las definiciones. En palabras de Curley, “He [Spinoza] is treating the definition as a theory and the known properties of the thing as the phenomena which the theory is supposed to explain” (Curley 1986, p. 163). Adicionalmente, el método sería deductivo debido a que Spinoza afirma que una buena definición es aquella que permite deducir las propiedades de la cosa definida. Curley se remite, principalmente, a la Carta 60, donde Spinoza especifica que una buena definición requiere de un único principio, a saber, que exprese la causa eficiente. Seguidamente, Spinoza agrega, refiriéndose a una definición correcta de círculo, que: “como esta definición expresa la causa eficiente, sé que puedo deducir de ella todas las propiedades del círculo” (Carta 60, Spinoza 2007, p. 232). Así pues, con base en esta carta, Curley afirma el carácter deductivo del método geométrico de la Ética, en la cual se parte de definiciones y se deducen propiedades. No obstante, el prefacio de Meyer y la Carta 60 no son las únicas referencias que vinculan a Spinoza con un proceder deductivo en la formación de ideas claras y distintas. Más aún, hay otras referencias en el texto mismo de Spinoza que pueden dar cuenta del carácter deductivo del método propuesto por Spinoza. Para entender este aspecto deductivo del método de Spinoza me referiré a la relación entre los planteamientos de Spinoza sobre los conceptos de ideas adecuadas, ideas verdaderas y el poder de las ideas claras y distintas.. Los géneros de conocimiento y la idea adecuada Desde los primeros párrafos del TIE ya Spinoza señala algo importante para nuestro tema. Spinoza analiza los modos de percibir empleados para afirmar o negar algo con certeza, con la finalidad de elegir el mejor y más seguro de todos (TIE, §18). Estos modos de. 16.

(17) percibir son, según Spinoza, los siguientes: 1) de oídas, 2) por experiencia vaga, 3) por deducción de la esencia de una cosa a partir de otra cosa, pero no adecuadamente, es decir, colegir la causa por un efecto o concluir algo a partir de la propiedad de un universal, y 4) por la percepción de una cosa por su sola esencia o por el conocimiento de su causa próxima. Posteriormente, Spinoza afirma que el mejor y más seguro modo de percepción es el cuarto, ya que en los tres modos anteriores no se captan adecuadamente las esencias de las cosas. Esta misma distinción es señalada por Spinoza en la Ética (E, II P40 Esc2). Acá Spinoza refiere al primer y segundo modo de percibir como un «conocimiento de primer género», «opinión» o «imaginación», es decir, un conocimiento por experiencia vaga y sin orden respecto del entendimiento, o por palabras y signos. Adicionalmente, Spinoza refiere como «conocimiento de segundo género», llamado también «razón», al percibir a partir del hecho de que tenemos nociones comunes e ideas adecuadas de las propiedades de las cosas. Y finalmente, señala un tercer género de conocimiento que denomina «ciencia intuitiva», el cual progresa a partir de la idea adecuada de la esencia formal de ciertos atributos de Dios, hacia el conocimiento adecuado de la esencia de las cosas. Adicionalmente, es importante señalar que Spinoza, en la siguiente Proposición (E, II P41), afirma que: “El conocimiento del primer género es la única causa de la falsedad; en cambio, el del segundo y tercero es verdadero necesariamente.” Y su respectiva demostración indica que: “Hemos dicho en el Escolio anterior que al primer género de conocimiento pertenecen todas aquellas ideas que son inadecuadas y confusas, y, de esta suerte, este conocimiento es la única causa de la falsedad. Además, hemos dicho que al conocimiento del segundo y tercer género pertenecen las que son adecuadas; y, de este modo, es verdadero necesariamente.” (E, II P41 D) En estas dos referencias de Spinoza –en el TIE y la Ética–, sobre los modos de percibir o géneros de conocimientos, hay una alusión importante a un deducir adecuado. Para entender este deducir adecuado es importante mostrar el vínculo entre la idea adecuada y la idea verdadera. En la cuarta definición de la Parte II de la Ética, Spinoza señala que: “Entiendo por idea adecuada una idea que, en cuanto considerada en sí misma, sin relación al objeto, posee todas las propiedades o denominaciones intrínsecas de una idea verdadera” 17.

(18) (E, II D4). A esto Spinoza añade una explicación, donde señala que: “Digo intrínseca para excluir algo extrínseco, a saber: la conformidad de la idea con lo ideado por ella”. Así pues, se puede entender que la idea verdadera tiene propiedades o denominaciones intrínsecas, además de la extrínseca, y la idea adecuada es aquella idea que posee todas estas propiedades o denominaciones intrínsecas de la idea verdadera. La propiedad extrínseca es aquella que hace referencia al objeto del cual la idea es idea, mientras que la propiedad intrínseca hace referencia a la idea en sí misma. Más aún, Spinoza afirma que la distinción fundamental entre la idea verdadera y la idea falsa se tiene lugar en las propiedades intrínsecas. En palabras de Spinoza: “En efecto, por lo que respecta a aquello que constituye la forma de la verdad, es cierto que el pensamiento verdadero se distingue del falso, no sólo por una denominación extrínseca, sino, sobre todo, por una denominación intrínseca” (TIE, § 69). Seguidamente, Spinoza añade que: “existe en las ideas algo real por lo que las verdaderas se distinguen de las falsas”, y que “la forma del pensamiento verdadero debe residir en ese mismo pensamiento, […], y no admite como causa suya al objeto, sino que debe depender del mismo poder y naturaleza del entendimiento” (TIE, § 71). En consecuencia a lo anterior, Spinoza plantea que la forma de la verdad, o el pensamiento verdadero, tiene fundamento en las propiedades intrínsecas de las ideas verdaderas. Este aspecto intrínseco de la idea verdadera es definido por Spinoza como la idea adecuada. De esta manera, la forma de la verdad es un sistema donde se relacionan las ideas en tanto ideas adecuadas, es decir, las ideas verdaderas en tanto a una relación interna entre ideas en sí mismas. El aspecto sistemático de la verdad en Spinoza también ha sido señalado por McKeon (1930). McKeon toma como punto de partida la correspondencia entre Tschirnhaus y Spinoza respecto del método para la adquisición de las verdades desconocidas. En esta correspondencia, Tschirnhaus le pregunta a Spinoza, entre varias cosas, por: 1) el método para dirigir rectamente a la razón en la adquisición del conocimiento de las verdades desconocidas; 2) la verdadera definición de la idea adecuada y de la idea verdadera; y 3) cómo saber de cuál idea adecuada partir para deducir aquello que se puede conocer desde aquella idea adecuada (Carta 59, Spinoza 2007, p. 230). A estas preguntas Spinoza respondió:. 18.

(19) “Entre la idea verdadera y la adecuada, no reconozco ninguna otra diferencia sino esta: que el término verdadera tiene en cuenta solamente la concordancia de la idea con su objeto (pensado) y el término adecuada, en cambio, la naturaleza de la idea en sí misma; de modo que, en realidad entre la idea verdadera y la adecuada no hay ninguna diferencia, fuera de esta relación extrínseca.” (Carta 60, Spinoza 2007, p. 232) A partir de esta respuesta de Spinoza, McKeon sostiene que la idea adecuada se diferencia de la idea verdadera únicamente en esta relación extrínseca. Más aún, al enfocarse en las propiedades intrínsecas de la verdad, McKeon afirma que: “But the questions indicate too that recognition of truth does not break up into disintegrated intuitions of individual and unrelated truths. Tschirnhaus propounded questions of the method; whatever the answers to them, it is clear that truth is perceived in a system” (McKeon, 1930, p. 182). En otras palabras, según McKeon, las propiedades intrínsecas de la verdad permiten entender a la misma como un sistema de ideas que se relacionan unas con otras. Así pues, resulta plausible entender la verdad en Spinoza como un sistema de ideas con fundamento en sus propiedades intrínsecas, es decir, en la naturaleza misma de las ideas verdaderas.. El poder causal de las ideas claras y distintas Para entender el planteamiento de Spinoza sobre las ideas adecuadas y el método para formar ideas adecuadas, es decir, ideas verdaderas o ideas claras y distintas, resulta de gran importancia lo mencionado por Spinoza en la Carta 37. En esta carta Spinoza responde algunas preguntas a Juan Bouwmeester. Spinoza escribe: “Paso a su cuestión, formulada así; a saber: ¿Acaso existe o puede existir algún método, por medio del cual podamos proceder sin obstáculo y sin aburrimiento, a la meditación de las cosas más excelsas?; o ¿acaso nuestras almas, como nuestros cuerpos, están también sometidas al azar y nuestros pensamientos están gobernados más bien por la suerte que por el arte? Creo que contestaré satisfactoriamente a estas preguntas si demuestro que necesariamente debe existir un método mediante el cual podamos guiar y 19.

(20) concatenar nuestros conceptos claros y distintos, y que el entendimiento, como el cuerpo, no está sometido al azar. Lo que ciertamente es evidente, solo por esto: porque un concepto claro y distinto o varios juntos pueden ser absolutamente causa de otro concepto claro y distinto. Antes bien, todos los conceptos claros y distintos que formamos, no pueden nacer sino de otros conceptos claros y distintos que se encuentran en nosotros y no reconocen ninguna otra causa fuera de nosotros.” (Carta 37, Spinoza 2007, p. 160) De acá se puede observar que un aspecto importante en las ideas claras y distintas es su capacidad de ser causa de otras ideas claras y distintas. Más aún, Spinoza afirma que el método para formar nuestros pensamientos en el entendimiento consiste en la concatenación de ideas claras y distintas. Esta concatenación es una relación causal, ya que “un concepto claro y distinto o varios juntos pueden ser absolutamente causa de otro concepto claro y distinto”. Adicionalmente, Spinoza afirma que las ideas claras y distintas no pueden surgir sino de otras ideas claras y distintas que ya se encuentran en nosotros. Así pues, esto nos permite afirmar que Spinoza propone que: 1) hay una concatenación causal entre las ideas verdaderas, o sea, claras y distintas; y 2) que ya debe haber en nosotros ideas claras y distintas dadas, a partir de las cuales tendría inicio esta concatenación de ideas claras y distintas, pues, ninguna otra causa puede producir o formar ideas claras y distintas en nosotros. En lo que respecta a la concatenación de las ideas claras y distintas, y su independencia causal respecto de los objetos a los cuales las ideas hacen referencia, Spinoza también señala que: “si suponemos que el entendimiento ha percibido algún nuevo ser, que nunca ha existido, tal y como conciben algunos el entendimiento de Dios antes de haber creado las cosas (sin duda que esa percepción no pudo surgir de objeto alguno), y que de esa percepción deduce legítimamente otras, todos esos pensamientos serían verdaderos y no estarían determinados por ningún objeto externo, sino que dependerían únicamente del poder y de la naturaleza del entendimiento” (TIE, § 71). 20.

(21) En este pasaje de Spinoza se observa, nuevamente, la independencia de las ideas verdaderas respecto de su objeto, ideas que son verdaderas aun cuando este objeto nunca haya existido. Adicionalmente, Spinoza hace referencia a un deducir legítimamente ideas o pensamientos verdaderos. De esta forma, por un camino diferente al sugerido por Curley (1986), se puede entender la concatenación de las ideas claras y distintas como un deducir legítimamente. En otras palabras, las ideas claras y distintas en nosotros tienen el poder causal para formar otras ideas claras y distintas a través de una concatenación, deductiva y legítima, de las ideas claras y distintas. El aspecto deductivo en el método para la formación de ideas claras y distintas puede ser rastreado en diversos y numerosos pasajes en la obra de Spinoza. Como bien indicó Curley (1986), la Carta 60 hace referencia explícita a un deducir las propiedades de una cosa a partir de su definición. Otra referencia importante se realiza en los primeros párrafos del TIE, donde Spinoza señala que: 1) debido a que la idea se comporta exactamente igual que su objeto; 2) y que todas las cosas que existen en la Naturaleza tienen conexión o comunicación con otras cosas, es decir, son producidas o producen otras cosas; entonces 3) las cosas serán entendidas en su conexión unas con otras. Más aún, “de ellas [de las cosas que tienen conexiones unas con otras] serán deducidas otras ideas que tendrán, a su vez, conexión con otras, con lo que aumentarán progresivamente los instrumentos para adelantar en el conocimiento” (TIE, § 41). Adicionalmente, Spinoza señala que, debido a que la idea debe convenir exactamente con su objeto, nuestra mente debe reproducir exactamente el modelo de la Naturaleza. Así pues, “el verdadero método [para investigar la verdad] no consiste en buscar el signo de la verdad después de haber adquirido las ideas, sino en el camino por el cual se buscan, en el debido orden, la verdad misma o las esencias objetivas de las cosas o las ideas (pues todo esto viene a ser lo mismo)” (TIE, § 36). Y este debido orden, ha de ser entendido como un orden que reproduce el orden de la Naturaleza mediante la concatenación deductiva y legítima de ideas claras y distintas. Sobre este orden y conexión de las ideas en correspondencia con el orden y conexión de las cosas trataré un poco más adelante. Otras referencias al aspecto deductivo de las ideas se constatan en el desarrollo del TIE. Al referirse a las ideas ficticias, y su incidencia en la formación de ideas verdaderas, Spinoza 21.

(22) señala que si la mente presta atención a una cosa ficticia o falsa por su naturaleza, a fin de “deducir correctamente de ella lo que se pueda deducir, descubrirá fácilmente su falsedad” (TIE, § 61). Si por el contrario, la cosa fingida es, por su naturaleza, verdadera, cuando la mente “comienza a deducir correctamente de ella las cosas que de ella se derivan, proseguirá felizmente sin interrupción alguna” (TIE, § 61). Más aún, Spinoza concluye que “con tal que la primera idea no sea ficticia y las demás se deduzcan de ella, se desvanecerá poco a poco la precipitación a fingir” (TIE, § 63), ya que, como menciona en párrafos anteriores, mientras más entiende la mente menos poder de fingir tiene (TIE, § 58). Similarmente, al distinguir entre las ideas falsas y las ideas claras y distintas, Spinoza afirma que: “las ideas de las cosas que se conciben clara y distintamente o bien son simplicísimas o bien compuestas de ideas simplicísimas, es decir, deducidas de ideas simplicísimas”, y que toda idea simplicísima no puede ser falsa (TIE, § 68). De esta forma hemos mostrado que Spinoza explícitamente hace mención de la importancia de un deducir correctamente en el método para formar ideas claras y distintas. Así pues, la forma de la verdad o el pensamiento verdadero consiste en un proceder que va de las ideas simplicísimas a otras ideas compuestas y deducidas a partir de las ideas simplicísimas previamente conocidas, es decir que se trata de una forma deductiva de la verdad.. El orden y conexión de las ideas es el mismo orden y conexión de las cosas (E, II P7) Como se mencionó anteriormente, según Spinoza, el orden y conexión de las ideas, además de ser una concatenación deductiva, debe de reproducir exactamente el modelo de la Naturaleza (TIE, § 42). Este punto es señalado explícitamente en la Proposición 7 de la Parte Segunda de la Ética: “El orden y conexión de las ideas es el mismo orden y conexión de las cosas”. Seguidamente, Spinoza señala en el Escolio de esta Proposición que: “[…], ya concibamos la naturaleza desde el atributo de la Extensión, ya desde el atributo del Pensamiento, ya desde otro cualquiera, hallaremos un solo y mismo orden, o sea, una sola y misma conexión de causas, esto es: hallaremos las mismas cosas siguiéndose unas de otras”. Más aún, Spinoza añade que “debemos explicar el orden de la naturaleza entera, o sea, la conexión de las causas” según cada atributo de manera independiente. De esta forma, podemos afirmar que en Spinoza el orden y conexión de la naturaleza es el orden y 22.

(23) conexión de las causas. Así pues, las ideas, en su orden y conexión, deben reproducir el orden y conexión de las causas en la naturaleza. Algunos comentaristas han justificado el aspecto deductivo del método de Spinoza al relacionar el orden y conexión de las ideas con el orden y conexión causal de la naturaleza (e.g., McKeon 1930, Bennett 1984). Bennett, por ejemplo, al ahondar en la célebre Proposición 7 de la Parte II de la Ética, destaca la demostración dada por Spinoza: “Demostración: Es evidente por el Axioma 4 de la Parte I. Pues la idea de cualquier cosa causada depende del conocimiento de la causa cuyo efecto es”. Así pues, en este orden y conexión de las ideas es de suma importancia el Axioma 4 de la Parte I, el cual afirma que: “El conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa, y lo implica”. Mediante la referencia al Axioma 4, Bennett señala que: “If la4 is read in a logical way, it says that if x causes y then there is a conceptual link between them, this being a version or a part of causal rationalism” (Bennett 1984, p. 127). Adicionalmente, Bennett explica que el "Causal rationalism" plantea que "a cause relates to its effect as a premise does to a conclusion which follows from it." (Bennett 1984, pp. 29-30). Así pues, según Bennett, la conexión entre la causa x y su efecto y es una conexión conceptual que permitiría realizar una deducción lógica que va de la causa al efecto. Esta implicación conceptual de la causa y el efecto también es defendida por Margaret Wilson al analizar los Axiomas 4 y 5 de la Parte I de la Ética y su uso en la Proposición 3 de la misma Parte (Wilson 1999, p. 146). El Axioma 5 de la Parte I señala que: “Las cosas que no tienen nada en común una con otra, tampoco pueden entenderse una por otra, esto es, el concepto de una de ellas no implica el concepto de la otra”; y la Proposición 3 afirma que: “No puede una cosa ser causa de otra, si entre sí nada tienen en común. Demostración: Si nada en común tienen una con otra, entonces (por el Axioma 5) no pueden entenderse una por otra, y, por tanto, (por el Axioma 4), una no puede ser causa de la otra.”. De acá es importante destacar que entender las cosas es entender las cosas en su relación unas con otras, en su relación de ser producidas o de producir, y, adicionalmente, este entender se da gracias a la implicación del concepto de una mediante el concepto de otra. En otras palabras, si A es causa de B, entonces entre A y B hay algo en común, a través de lo cual pueden entenderse la una por la otra, es decir, el concepto de una implica el concepto de la 23.

(24) otra. Más aún, la demostración de la Proposición 3 señala una explícita relación entre ser causa una de otra y el entenderse una a través de la otra. Así pues, al volver al Axioma 4, que afirma que el conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa, y lo implica, se puede entender como una implicación y dependencia conceptual. En consecuencia a lo anterior, se puede justificar, adicionalmente, el aspecto deductivo del método de Spinoza mediante una conexión conceptual entre las ideas que reproducen el orden y conexión de causas a efectos. De esta forma, el conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa porque debe ser deducido a partir de ella; y, adicionalmente, el conocimiento del efecto implica el conocimiento de la causa porque conocer el efecto es haberlo derivado o deducido de la causa.. El aspecto deductivo y las propiedades del Entendimiento Hacia el final del TIE, Spinoza centra su atención en el entendimiento humano y sus propiedades. Spinoza indaga en los medios necesarios para llegar al conocimiento de las cosas eternas, y señala que: “Para conseguirlo, hay que recordar lo que antes hemos dicho, a saber, que, cuando la mente atiende a un pensamiento, a fin de examinarlo y deducir correctamente del mismo cuanto legítimamente se puede deducir, si ese pensamiento fuera falso, descubrirá su falsedad; si en cambio, es verdadero, proseguirá felizmente deduciendo, sin interrupción alguna, cosas verdaderas. Esto repito es indispensable para nuestro objetivo, ya que por ningún (otro) fundamento se pueden determinar nuestros pensamientos. Si deseamos, pues, investigar la cosa primera de todas, es necesario que exista un fundamento que dirija ahí nuestros pensamientos. ... ese fundamento que debe dirigir nuestros pensamientos no puede ser otro que el conocimiento de aquello que constituye la forma de la verdad y el conocimiento del entendimiento y de sus propiedades y sus fuerzas.” (Spinoza, 2006, p. 151-152, TIE, § 104-105). 24.

(25) De acá observamos, nuevamente, una referencia al carácter deductivo de las ideas verdaderas a partir de otras ideas verdaderas, y, adicionalmente, al entendimiento y sus propiedades. La importancia respecto del conocimiento del entendimiento y sus propiedades viene dada en Spinoza por la necesidad de esclarecer cómo se dan, y en qué orden, las ideas claras y distintas en nuestra mente (TIE, § 91). Spinoza, siendo consecuente con lo presentado en los párrafos anteriores en el TIE, intenta comprender la naturaleza del entendimiento y sus fuerzas a partir de la definición misma del entendimiento. En palabras de Spinoza: “Ahora bien, como la parte principal de nuestro método consiste en comprender perfectamente las fuerzas del entendimiento y su naturaleza, nos vemos necesariamente forzados (por lo que he dicho en esta segunda parte del método) a deducir éstas de la definición misma del pensamiento y del entendimiento” (Spinoza 2006, p. 152, TIE, §106). No obstante, Spinoza también agrega que, debido a que no podemos dar definiciones sin conocer previamente la naturaleza del entendimiento, y esto a su vez requiere de una definición del entendimiento, hay una especie de aporía aparente. En consecuencia, Spinoza señala que: “o bien la definición del entendimiento debe ser clara por sí misma o bien no podemos entender nada” (Spinoza 2006, p. 152, TIE, § 107). Seguidamente, Spinoza afirma que, aunque la definición del entendimiento no es absolutamente clara por sí misma, al atender a las propiedades del entendimiento que percibimos claras y distintas, la definición del entendimiento nos resultará clara por sí misma. Sobre este punto, McKeon señala que: “The solution of the problem seems to fit the paradox only by restating it. The problem is in the circumstance that we do not know the understanding, and yet if we do not know it, we can know nothing. The resolution of the difficulty is the statement that if we know anything, the knowledge of the understanding is implicit in that knowledge, and therefore to know anything is to know the nature of the understanding. Not that we know the understanding from a knowledge of other things, for then something else would be better known to us than this fundamental truth, but rather the truth of whatever we know depends, in the true method, on some knowledge implicit in it of the understanding itself.” (McKeon 1930, p. 186-187) 25.

(26) Así pues, según Spinoza, la definición del entendimiento, aquella que nos permitirá conocer su naturaleza y sus fuerzas, ha de ser establecida a partir de las propiedades que percibimos, por sí mismas, claras y distintas. Lamentablemente, el TIE queda inconcluso sin darnos la definición del entendimiento. No obstante, Spinoza señala que la segunda propiedad del entendimiento es: “Que percibe algunas cosas o forma ciertas ideas absolutamente, y algunas a partir de otras” (Spinoza 2006, p. 153, TIE § 108). Adicionalmente, Spinoza afirma en la Proposición 34 de la Parte II de la Ética, que: “Toda idea que en nosotros es absoluta, o sea, adecuada y perfecta, es verdadera” (E, II P34). Así pues, para concluir, podemos observar que, debido a esta segunda propiedad, el entendimiento puede percibir o formar algunas ideas adecuadas, es decir, verdaderas, por sí solo, y percibir o formar otras ideas adecuadas a parir de otras. Esto, finalmente, aunque en menor medida que a partir de lo presentado en la sección anterior, también da cuenta de un entendimiento que percibe o forma ideas verdaderas de manera deductiva. Es importante señalar que esta forma deductiva de percibir o formar ideas verdaderas está dada de forma implícita en el entender o conocer mismo.. El aspecto deductivo del método geométrico según Spinoza Hasta el momento, hemos mostrado que el método para formar ideas claras y distintas en nosotros, según Spinoza, es un método con un proceder deductivo. No obstante, es importante destacar el vínculo entre el método de Spinoza y el método geométrico mediante este carácter deductivo. Las referencias explícitas de Spinoza sobre el método geométrico son sumamente escazas. En lo que respecta a nuestro interés, Spinoza se refiere al método geométrico como un método mediante el cual se puede demostrar un razonamiento cierto. En palabras de Spinoza, al argumentar contra aquellos que “prefieren, tocante a los afectos y actos humanos, detestarlos y ridiculizarlos más bien que entenderlos”, él afirma que “les parecerá chocante que yo aborde la cuestión de los vicios y sinrazones humanas al modo de la geometría, y pretenda demostrar, siguiendo un razonamiento cierto, lo que ellos proclaman que repugna a la razón, […]” (E, III Prefacio). De acá podemos observar que Spinoza considera que este modo de la geometría permite demostrar a través de un razonamiento cierto, es decir, entender los afectos y actos 26.

(27) humanos. Así pues, el método geométrico, a través de sus demostraciones según el razonamiento cierto, permite “entender la naturaleza de las cosas, cualesquiera que sean, […]” (E, III Prefacio). Similarmente, en la Parte IV de la Ética, Spinoza alude al orden geométrico como un orden prolijo para llevar a cabo demostraciones respecto de las verdades que él pretende mostrar (E, IV P18 Esc). De lo anterior podemos observar que Spinoza se refiere al método geométrico como un método que permite dar cuenta de un razonamiento correcto de una forma prolija, y que permite, por ende, entender la naturaleza de las cosas, cualesquiera que éstas sean. Más aún, respecto al aspecto deductivo del método geométrico, Spinoza afirma en el Apéndice de la Parte IV de la Ética que: “Lo que en esta Parte he tratado acerca de la recta conducta en la vida, no ha sido ordenado de manera que pueda ser visto con una ojeada de conjunto, sino que lo he demostrado de un modo disperso, según las conveniencias, en cada caso, de la deducción” (E, IV, Apéndice). Así pues, Spinoza considera que este demostrar según el orden geométrico es un proceder mediante la deducción.. Uso del método geométrico en la Ética: aspecto deductivo Con lo presentado hasta el momento, podemos entender el método geométrico en Spinoza como un método para indagar y presentar la verdad. Más aún, la verdad o el pensamiento verdadero han de ser entendidos, en cuanto a su aspecto intrínseco, como un sistema deductivo que parte de unas verdades iniciales, ya conocidas o establecidas, para deducir otras verdades. Adicionalmente, este orden de concatenación deductivo de las ideas reproduce el orden y conexión de las causas en la naturaleza. Tanto el método propuesto por Spinoza para formar ideas claras y distintas, es decir, verdaderas, en nuestra mente, como el método geométrico de la Ética comparten el proceder según la deducción. El mismo Spinoza reconoce explícitamente esta característica o proceder deductivo en ambos métodos. Así pues, el método geométrico, deductivo por excelencia y con su orden prolijo, resulta idóneo para la forma deductiva de la verdad en Spinoza. No obstante, esto no implica que esta forma de proceder geométrica sea la única forma admisible para presentar o indagar la verdad. Lo que sí implica, si se desea presentar 27.

(28) las ideas verdaderas, tal y como éstas son deducidas o derivadas a partir de otras ideas verdaderas previas, es la necesidad de una presentación, así como la búsqueda misma, en forma deductiva. Finalmente, se ha mostrado que la forma de la verdad o el pensamiento verdadero consiste en un proceder que va de las ideas simplicísimas a otras ideas compuestas y deducidas a partir de las ideas simplicísimas previamente conocidas, es decir que se trata de una forma deductiva de la verdad. Además, que las ideas claras y distintas en nosotros no pueden nacer sino de otras ideas claras y distintas ya en nosotros; y que, debido a la segunda propiedad del entendimiento que Spinoza señala en el TIE, una propiedad implícita en todo conocer y todo entender, el percibir o formar ideas verdaderas se da a partir de otras ideas verdaderas. De esta forma, podemos concluir que resulta plausible entender el uso del método geométrico en la Ética desde la forma deductiva de la verdad y del proceder del entendimiento mismo.. 28.

(29) CAPÍTULO II Axiomas y nociones comunes en el método de Spinoza. En el presente capítulo se pretende ahondar en el segundo aspecto fundamental y constitutivo del método geométrico utilizado en la Ética: los axiomas. En la Ética, Spinoza presenta una serie de enunciados que se presumen verdaderos sin demostración o justificación previa. Entender cuál es la naturaleza de los axiomas según Spinoza, y cuál es el rol de éstos en el proceso de formación de ideas claras y distintas nos puede permitir comprender aún más por qué Spinoza demuestra su Ética según el orden geométrico. Para entender el uso de axiomas en la Ética, mostraremos que: 1) Spinoza se refiere a ellos como verdades evidentes en sí mismas, y 2) que tienen el rol de ser fundamentos o puntos de partidas en el proceso deductivo del entendimiento. Estos dos aspectos nos permitirán comparar axiomas y nociones comunes. Además, finalmente, se mostrará que, según Spinoza, el método de formación de ideas claras y distintas requiere de ideas verdaderas dadas para su proceder deductivo, lo cual permitirá entender el uso de verdades que se pretenden axiomáticas. De esta forma, resultará plausible entender el aspecto axiomático del método geométrico utilizado en la Ética mediante la misma filosofía de Spinoza. Nuevamente, el prefacio de los Principios de la Filosofía de Descartes, escrito por Lodowijk Meyer y aprobado por Spinoza, nos presenta un punto de partida. Meyer afirma que: “los postulados y axiomas, o nociones comunes de la mente, son enunciados tan claros y perspicuos, que quienquiera que haya entendido rectamente sus palabras, no podrá negarle su asentimiento.” (Spinoza 2006, p. 160). Así pues, Meyer menciona de forma explícita un vínculo entre los postulados y axiomas con las nociones comunes en la mente. Adicionalmente, es importante señalar que en los Elementa geometrica de Euclides lo que hoy entendemos por axiomas en realidad fueron denominados por Euclides como nociones comunes (koinai ennoiai) (Euclides & Gilbert 1944). No obstante, estas referencias a Meyer y Euclides están lejos de permitir una conexión clara y legítima entre axiomas y nociones comunes en la filosofía de Spinoza. En consecuencia, resulta plausible investigar, directamente en la filosofía de Spinoza, si es posible alguna conexión entre el uso de axiomas en la Ética y las nociones comunes. 29.

(30) Sobre los axiomas en la Ética La estructura misma de la Ética revela el uso de axiomas en su proceder geométrico. Los axiomas se presentan como proposiciones que carecen de una justificación o demostración previa, como es también el caso de los Elementa geometrica. Según Robin Hartshorne, un reconocido matemático especializado en geometría algebraica y euclidiana, las nociones comunes y postulados de la geometría euclidiana, entendidos en su forma clásica, serían verdades autoevidentes que no requerirían demostración alguna. En palabras de Hartshorne: “The postulates and common notions are those facts that will be taken for granted and used as the starting point for the logical deduction of theorems. If you think of Euclid’s geometry in the classical way as being the one true geometry that describes the real world in its ideal form, then you may regard the postulates and common notions as being self-evident truths for which no proof is required.” (Hartshorne 2013, p. 28) Así pues, las nociones comunes o axiomas en Euclides se entienden, desde la concepción clásica, como verdades autoevidentes. En consecuencia, resulta plausible indagar si Spinoza considera sus axiomas, al igual que Euclides, como verdades autoevidentes. El uso de axiomas como verdades autoevidentes se corresponde con lo mencionado por Meyer, pues, según él, sólo basta con entender rectamente sus palabras para brindar asentimiento. Mediante esta afirmación de Meyer, Curley comienza su planteamiento para indagar el carácter de evidencia de los axiomas de la Ética. En palabras de Curley: “Now I think it would be best to begin by grating that many of the propositions Spinoza counts as axioms in the Ethics are ones which it is plausible to think he would have regarded as selfevident” (Curley 1986, p. 152). Según Curley, los siete axiomas de la Parte I y los primeros tres de la Parte II de la Ética parecen proposiciones que Spinoza podría considerar como autoevidentes. Curley analiza únicamente los tres primeros axiomas de la Parte I, y señala que es plausible pensar que Spinoza los consideraría autoevidentes, ya que estos axiomas sólo afirman, grosso modo, que: toda cosa tiene una causa (A1); lo que no se entiende a través de otra cosa debe entenderse por sí mismo (A2); y la causa es condición necesaria y suficiente del efecto (A3) (Curley 1986, p. 153). 30.

Referencias

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