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El general W. S. Rosecrans y el ferrocarril de Tuxpan al Pacifico

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I

EL GENERAL

W. S. EOSECffiANS

Y EL

f e r r o c a r r i l

DE TUXPAN AL PACIFICO.

V

ll^í

Y*

l l *

M E X IC O .

iM P IilíK T A D IR IG ID A POK J O S E 1ÍA TIZA ,

C alled e A lf a r o m bn.1 3 .

1870. ■<

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Los cam inos públicos son la m as ex a cta de­

m ostración del caracter y condicion de

la s n acion es.

Está demostrado hasta la evidencia que sin vías rápidas de comunicación que salven las distancias entre el centro y los extremos de un país, no puede, por mas esfuerzos que liaga una nación, crearse un comercio floreciente, ni desarrollar la inteligencia de sus mazas, ni establecer de una manera sólida y estable el orden social, base fundamental do la paz, inteli­ gencia, riqueza y poder de las sociedades.

La política de los antiguos conquistadores romanos do unir el centro con los extremos del país, enlazando la comunidad de intereses con la fuerza física y moral por medio do comu­ nicaciones rápidas y fáciles, ha venido á ser en nuestra época, como lo fue en los tiem pos dorados de liorna, eí sistem a polí­ tico reconocido y aceptado en la práctica, como el mas eficaz en la organización, consolidacion y estabilidad de los go­ biernos.

Roma, desde hace mucho tiempo, nos legó esta política, cu­ ya sabiduría, ha confirmado la historia en la experiencia de muchos siglos, y con ella Roma so hizo llamar señora de mar y tierra, coronándose reina de casi todo el mundo conocido.

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eu donde se hacia obedecer prontam ente y ejecutar con toda exactitud su p otente voluntad.

E sta política de B om a de enlazar con el centro, por medio de buenos caminos, las lejanas provincias que conquistaba, la elevaron al apogeo de esa gloria y grandeza que le sobrevi­ vieron por mucho tiem po despues de su caída y de su ruina. Tam bién fue esta política el medio m as eíicaz para propa­ gar la civilización del imperio, á casi todos los pueblos del m undo basta entonces conocido; y así tam bién los intereses m as vitales de la hum anidad se beneficiaron grandemente con las necesidades políticas y m ilitares de los conquistadores

romanos.

D e esta com unicación del centro con las provincias suje­ tas al imperio, nació, puede deducirse, el primer tráfico mer­ cantil (pie se hacia por los cam inos carreteros que facilitaban la distribución de las mercancías, el roce social y la protec­ ción suficiente para dar im pulso y anim ación al comercio que de dia en dia tom aba nuevo increm ento entre el centro y sus provincias, y aun respecto de estas entre sí.

Rom a no cesaba en sus esfuerzos de enzanchar sus domi­ nios por el derecho ontonces reconocido del fuerte contra el débil. U n dia le llegó al íin el azote terrible que la Providen­ cia tenia preparado á su insaciable ambición de conquista, y Bom a cayó bajo el peso irresistible de las bordas que la

inundaron.

D espues de la caidad del imperio, las nacionalidades que se levantaron sobre las ruinas del imperio romano no solo no siguieron el ejem plo de sus antepasados construyendo nuevos caminos, sino que abandonaron las reparaciones de los ya construidos.

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comercio, como en el cultivo de la inteligencia, lia corrido del Oriente liácia el Poniente, Italia cedió muy pronto la palm a á las ciudades libres que se levantaron sobre las riveras del Báltico y los mares Germánicos, que formaban entonces la alianza ó confederación Hanciática. Estas ciudades fueron despues el centro del comercio, riqueza y libertad que existían en aquella época de rapiña y vandalism o.

En tiempos mas modernos, esta política de unir la genera­ lidad de intereses por medio de comunicaciones rápidas para tener mas fuerza y ayudarse mutuamente, lia sido puesta en práctica por casi todas las naciones civilizadas, dando por re­ sultado el asombroso engrandecimiento aun de aquellas que al principio de su vida política eran consideradas como las mas insignificantes. D esde aquellos tiempos remotos fue adoptado el referido sistem a político como el mas eficaz para asegurar, tanto en las exigencias ó necesidades m ilitares y políticas, como en las del comercio y sociedad, los elem entos principales que constituyen el progreso y bien estar do los pueblos.

Debemos pues, nosotros, poner en práctica esta política, se­ guros de que así realizaremos la solidaridad de la nación, la estabilidad de su gobierno, y el progreso de los

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ial, que lo que pueda afectar al centro, lo recientan los extre­ mos, y viseversa, formándose así un conjunto compacto de fuerza física y moral en toda la República.

Los sacrificios que hoy haga la nación con este fin de tan iisongeras esperanzas para el porvenir del país, pueden apre­ ciarse por un cálculo exacto de guarismos, m ientras que las innumerables ventajas con que estos mismos sacrificios serán indudablem ente recompensados, se sucederán como resultado necesario en numeración progresiva hasta lo infinito.

Xo debemos, pues, retroceder ante la consideración de los sacrificios que, exactam ente calculados, son mas bien peque­ neces, comparados con los benéficos y duraderos resultados que por consecuencia segura debemos con sobrada razón es­

perar.

Pero si al contrario, nos alarmamos á la sola consideración de la fantástica apariencia de esos sacrificios que necesaria­ mente tendremos que hacer para conquistar la verdadera paz y grandeza de nuestra patria,— ese mas allá que ha sido y es hasta hoy el objeto dorado de nuestras mas ardientes aspira­ ciones y entusiastas esperanzas, por cuya realización México ha derramado tauta sangre y sacrificado con profusion las An­

das de sus mas queridos hijos, en las aras del altar de esa di­ vinidad del porvenir, nuestras aspiraciones serán siempre ilu­ sas, y vanas nuestras esperanzas, que serán burladas por esa diosa bufona, hija del temor y mal cálculo político, y nos quedaremos en ese terrible hasta aquí, en ese espantoso

esta-tn quo en (pie hemos estado hasta ahora, desde los dias de

nuestra memorable independencia.

Es pues ya tiempo que nos resolvamos decididamente á entrar en la. vía práctica del progreso moderno, sacrifican­ do lo m enos por lo mas, en favor de vías férreas de comuni­ cación.

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Uiu sumerjidos en la miseria como lo estábamos en aquellos aciagos tiempos; alarmados constantem ente por el continuo desorden social que aum enta con horror los sufrim ientos de nuestro pueblo; expuestos diariamente á la salvaje ferocidad del vandalismo, y amagados á cada instante por esas chispas del fuego consumidor que se escapan de la conflagración ape­ nas sofocada como precursora de nuevas guerras fratricidas que, si se encienden, vendrán á consumar nuestra perpetua ruina.

El remedio para todos estos m ales lo tenem os en nuestras manos, y del Congreso de la U nion depende el aplicarlo opor­ tunamente, ó permitir que la gangrena consuma todo nues­ tro cuerpo social.

Los hechos hablan mas claro que las palabras; y dem asiado persuadidos estamos que de Europa no nos vendrá un solo peso para mejoras materiales, porque de los países Europeos solo nos vienen hilados en cambio de nuestros pesos fuertes. Por esta razón nuestras esperanzas deben fundarse única­ mente en los capitales del Continente Am ericano, y no debe­ mos esperar que los Europeos nos consideren con el respeto y miramientos debidos á una nación generosa, patriota y amante como la mas al progreso y á la ilustración, para con-íiar sus capitales en empresas mexicanas.

Para dar un buen principio á la construcción de vías fér­ reas en el país, bastan los capitales americanos que solo espe­ ran para ser empleados en esta y en otra clase de mejoras, que ofrezcamos á sus dueños suficiente protección, y les pro­ bemos de este modo que somos tan liberales para con ellos como ellos pueden serlo para con nosotros.

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se persuadan de lo contrario los que aun dudan, recordar que desde el año de 1847 el gobierno íTorte-Am ericano no ha seguido otra política respecto de M éxico, que la de demostrar­ nos liasta con los lieclios sus sim patías y deseos por la con­ solidación y prosperidad de nuestro país.

T á mas de que ya no existen aquellas tendencias, el pue­ blo sensato de los E stad os-U n id os tem e hoy mas que nunca cualquiera nueva adquisición de territorio que sea limítrofe con su frontera del Sur y del Oeste, que aun la m ism a guer­ ra civil; porque la experiencia pasada los ha persuadido cou hechos tristísimos, que cualquier amnento de territorio que hagan, es un paso mas que darán hacia la disolución de la U nion.

Se ha dicho en nuestro Congreso que una vez establecida la línea del ferrocarril inter-oceánico, los intereses america­ nos se aum entarán fabulosam ente en nuestro país.

N ada perderíamos cou que esta predicción se realizara, y que no solam ente respecto de los intereses americanos, sino tam­ bién de los ingleses, franceses, chinos ó j'aponeces, pues esto producirá la solidaridad de intereses como resultado se­ guro de numerosas transacciones en todos los ramos del co­ mercio y de la industria, y vendrá á ser para M éxico el fuerte m as formidable contra toda violencia interior ó exterior, co­ mo lo es y lo ha sido para la Suiza y para otras naciones co­ m o esta.

Por qué la Inglaterra y la E spaña mandaron á sus tropas que abandonasen el suelo m exicano tan luego como conocie­ ron á fondo las intenciones de Napoleon? La razón es dema­ siado obvia. La Inglaterra ju gab a en la intervención nada m enos que setenta, y la España catorce ó quince millones de pesos que representan sus créditos contra M éxico. ¿Y poi­ qué Francia se quedó com etiendo los crím enes é infam ias que atañen para siempre su honor? Porque nada arriesgaba sino un crédito falsificado. ¿Por qué A ustria tam bién se entrome­ tió? Porque no tenia ni un centavo que representara el mas

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pequeño Ínteres en la República, y le importaba nada la rui­ na de México, supuesto que nada perdía.

Si Francia y A ustria hubieran tenido en México siquiera la clase de intereses que Inglaterra y España, jam ás habrían pensado en la intervención, porque entonces Napoleon ni se habría atrevido á concebir ese plan con que pretendió encu­

brir su hipocresía.

Queda, pues, demostrado que la diversidad de intereses ex ­ tranjeros radicados en un país, en vez de ser un peligro que amague su autonomía, es incuestionablem ente la mejor ga ­ rantía que puede tener para asegurar y afianzar la amistad y alianza de las naciones que representan esos intereses.

Hemos dicho que la aplicación del remedio á todos los ma­ les que sufre nuestra patria, depende del Congreso de la Union; y para mas corroborar nuestro dicho, publicamos á continuación las cartas del General .'W. S. Rosecrans, todas relativas á sus trabajos ya formalm ente emprendidos en fa­ vor de la construcción de vías férreas en México; como tam ­ bién la memoria que presentó al Congreso y Senado de los Estados-Unidos, pidiendo se haga una m anifestación oficial de la voluntad nacional en favor del desarrollo pacífico de México bajo su propia autonomía.

La oportunidad no puede ser mejor, y es esencialm ente n e­ cesario aprovecharla, pues tenem os de nuestra parte á uno de los mas sinceros am igos de nuestra patria; á uno de los hom ­ bres mas honrados, inteligentes, fieles, y de mayor prestigio é influencia de la Repiíblica vecina.

Pero si perdemos la presente oportunidad por falta do fe, ó de la debida apreciación de los desinteresados trabajos de esto sincero y fiel amigo, quien sabe ¡ay! quién sabe si se nos presentará otra.

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La constancia y desvelos con que vd. se afan a en tra b a ja r in fa ti­ gablem ente por el bien de su país, tocan u n a cuerd a de pro fu n d as sim patías en mi corazon. E n to d as mis c a rta s anterio res, he co m u ­ nicado ¡i vd. mi firme resolución de h ac er cuanto p u e d a p o r México, en el sentido expresado en las c a rta s que escribí á vd. y á o tra s p e r ­ sonas, y sobre las bases indicadas en la c a rta que d irig í al P re s i­ dente.

Tam bién le he com unicado lo m uy diticil que mo h a sido re sistir á las m uchas oportu n id ad es te n ta d o ra s que he tenido de e n tra r en negocios de gran d es com binaciones que se me h an p re sen tad o fre­ cuentem ente, y qne por su m ag n itu d y la ra p id ez con que se re a li­ zan en este p aís to d a clase do negocios en provecho y h o n ra de los empresarios, tienen atra c tiv o s y alicientes poderosos. P ero no es p o ­ sible expresar con p alab ras, cu án com pletam ente ad verso os núes tro pueblo á to d a idea que se tr a te de presen tarle, con objeto de m a­ nifestarle quo México h a e n tra d o en el cam ino del progreso m oderno.

De aquí se v a ¡i S an F ran cisco en seis dias y medio; á A capulco, por la m ism a v ía ó por la de P an am á, en catorce ó quince. Yo viajó cu las últim as tre s sem anas m as de 5000 m illas, sin em bargo de h a ­ berme deteuido veinticinco horas en San Luis, doce en C inciunati, cinco dias en N u e v a-Y o rk , uno y m edio en W a sh in g to n , dos en ín - dianópolis, tre s en C olum bus y alg u n a s horas en otros lu g are s p e ­ queños; m ien tras que se necesitan de v e in te á sese n ta d ias p a r a co­ m unicarse con la capital de ese país.

Xo o b stan te, íiel á mi prom esa, h e com enzado y a á p u lsa r la opi- niou pública y deseo que vd. sepa y m anifieste al P re sid e n te , que los conceptos em itidos en la c a rta que escribí y que él debe re c o r­ dar, los hallo cada d ia aun mas coulirm ados de lo que yo esperaba, en el estado actual de la opinion p ú b lica respecto á México.

Esto, ta l como yo lo com prendí, lo com prenden tam b ién algunos hombres de ilustración y sagacidad, y está sostenido do u n a m an era com pleta é iu tn itiv a por la opinion de la m asa e n te ra de los h om ­ bres de los negocios y los políticos de este país. E sto s m ism os hom ­

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bres e s tá n p ersu a d id o s de que la situ ació n de M éxico es v erd ad era­ m ente tris te , p re c a ria y lle n a de n u b es to rm en to sas, y 110 obstante, desean su pro speridad, pero tem en su ru in a; d esean que sus relacio­ nes com erciales se ensanchen por medio de tra ta d o s prácticos y fra­ tern ales, siu que sufra el m as m ínim o cam bio en su fo rm a d o gobier­ no; pero tem en g ra n d em en te su an exión ó absorciou, como las ún i­ cas a lte rn a tiv a s m enos deseables que su ru in a y desolación. U tili­ zando la ex isten c ia de estos sentim iento s, y los g ra n d es é im p o rtan ­ te s in tere se s á que aludí y enum eré en m i c a rta al Sr. Ju árez, es decir, el au m en to del núm ero de los co n trib u y en tes, de los te n e ­ dores de bonos y de los g ra n d es in tere se s com erciales, parece que no seria difícil conseguir los fondos suficientes p a ra em pren der m e­ jo ra s m ateriales, que cuando m enos b a s ta ría n p a ra d a r el impulso necesario á la corriente de inm igración al país, re v iv ir su ind ustria y la s aspiracio n es de su pueblo. P e ro es a b so lu ta m e n te in d isp en sa­ ble que el P resid en te y los m iem bros del g ab in ete, los hom bres de posicion elev ad a y los d ip u tad o s, h a g a n alg u n a s dem ostraciones en érg icas de su deseo de tra b a ja r en e ste sentido, y dén u n a prueba m as de su s p a trió tic a s asp iracio n es y sinceros deseos de hacer en ­ t r a r á M éxico en la c a rre ra del p rogreso del siglo, conservando su au to n o m ía, y de salv ar al m ismo tiem po á ese g ra n pueblo que se sobrepone ¡i las m ezquindades de la in c u lta n atu ra leza , y aspira á d is fru ta r p rácticam en te de la lib e rta d , ig u a ld a d y fratern id ad de las naciones. E s t a p o lítica es la que nos a tra e an u a lm e n te cerca de un millón seiscientos m il em ig ra u te s de la poblacion m as laboriosa de E u ro p a , p a r a a y u d a rn o s á d esa rro lla r la riq u ez a de nu estro país.

Poco a n te s de m i p a r tid a d e esa ciu d ad in d iq u é dos proyectos de fe rro ca rril, que ofrecen la m ejor o p o rtu n id ad á los m exicanos para m a n ife sta r esto s sentim ien to s, con los cuales in sp ira rá n confianza

aq u í y en E u ro p a .

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capitalis-tas, quienes lian convenido unán im em ente conm igo eu to d as mis ideas, aunque algunos no p artic ip a n de las esperanzas que he ex ­ presado respecto de México.

P o r todos estos m otivos, es de sum a im p o rtan cia que el G obierno de México obre con to d a p ro n titu d y con dem ostraciones fran cas y liberales; y esto es ta n to m as im p o rtan te, cu a n to que aq u í com ienza ya á posesionarse del público u n te rro r form idable de una in esp era­ da pero terrible catástrofe á vuestro país.

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W. S. Bo se o r a n s. N ueva-Y ork, E n ero 12 de 1870.

Mi estim ado amigo: Solo tengo que a g re g a r íí lo que dijo á vd. en la ú ltim a que le dirigí, que cada dia se hace m as m anifiesta la d is ­ posición del esp íritu público, respecto al p o rv e n ir de México.

Los jefes de los gran d es intereses que favorecen el desarrollo p a ­ cífico de México, bajo su propia autonom ía, m e m anifiestan á m e­ nudo con toda franqueza sus deseos; poro exp resan á la vea la p en o ­ sa du d a de que los hom bres de posicion y el pueblo de México com ­ prendan la situación de su país y obren según lo exigen las necesi­ dades de esa sitnacion.

Si el Gobierno de México se m ueve con energía, puede conse­ guirse aun m as de lo que yo esperaba.

W . S. Ro s e c r a n s. W ashington, D. C. —F eb re ro 1° de 1870.

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su país, y están eu la m ejor disposición p a ra recib ir bien á aquellos que v en g a n á M éxico con recursos a b u n d a n te s y b u en a volu ntad p a r a em p re n d er m ejoras m ateriales.

C u alq u iera dem ostración p ú b lic a eu esto sen tido , p ro d u c iría un efecto m uy favorable, lo mismo que la expresión en érg ica y espon­ tá n e a p o r medio de c a rta s de los m iem bros del g ab in e te y de p e r­ sonas de posicion.

Los am igos de México, á qu ien es deseo in te re sa r en el im por­ ta n te asu n to del desarrollo de la B ep ú b lica, bajo su p ro p ia au to n o ­ m ía, son p erson as á quienes vd. conoce: los A s tu s de N u e v a-Y o rk , J a y , Coolc y C “; los Sres. D icxel y C n, D u n can , Slxerman y C", Mr. W . A spim vall y otros como estos, que gozan de reputación cívica y financiera.

Con relación á negocios de ferrocarriles, eu conform idad cou mi prom esa y con lo que b a ste á a se g u ra r la p ro n titu d n ecesaria, p ro ­ p o n d ré el asu n to solam ente á aqu ellas perso n as q u e po r sí solas son capaces y e stán d isp u estas á a d e la n ta r desde luego 100,000 pesos ca d a un a, p a ra d a r principio á la obra.

Pero es d e desearse u n a resolución p ro n ta y decisiva, como la m ejor g a ra n tía del buen éxito.

Q ue se h ag a n esfuerzos p a r a que la concesion de líe n ó M asson y la organización do E d m u n d o S tephenson so ap ru eb en y se conser­ v en viv as. T o d as son ventajosas y p ueden utilizarse.

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W . S. K o s e c r a n s .

W ash in g to n , F e b re ro 15 de 1870.

Mi m uy querido am igo: Yo com prendo fácilm ente los m otivos que im pidieron la aprobación del proyecto de ley re la tiv o al ferrocarril do T u x p an ; pero no sucede lo m ism o con la m ay oría del pueblo do e ste país, p a ra quien viene á. ser esto u n a p ru e b a m as de la im posibi­ lid a d qu e h ay de hacer algo g ra n d e en fa v o r de México. E se país se p erju d ic a m ucho con no ap ro v ech a r ei tiem po en e s ta oportunidad, a sí como con las frecu en tes revoluciones de que es víctim a.

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el cooperar al desarrollo pacífico de ese país, bajo su prop ia au to n o ­ mía, es u n a o b ra m agna de h u m an id ad , m is sim p atías p o r ese p u e­ blo con tin u arán siendo las m ism as que h a s ta aquí, porque así lo dictan la p ru d e n cia y el deber que tenem os todos los unos p ara con los otros.

E n v irtu d de lo que lie m anifestado, yo d ese aría la m as p ro n ta resolución en las próxim as sesiones sobre las dos concesiones que creo p ueden ser a c ep tad as por los ca p ita lista s de F ilad elfia y N u e­ va Y ork.

J a y , Cook y O* se h an encargad o de la p a r te financiera del fe r­ rocarril del N o rte al Pacífico, que p a rtirá de L ago Superior h a s ta

P titp Sound, y se proponen co n stru ir en este año 221 m illas. Keflexione vd. sobre esto.

Tam bién h an resuelto tr a e r de N u eva-E scocia, en el año p ró x i­ mo, cien mil em igrantes.

H a g a vd. p re sen te á sus com patriotas los poderosos alicientes que ofrece en este p aís to d a clase de em presa á los capitalistas, y que estos son los m ismos que pueden tra e r á México el capital n e ­ cesario p a ra ase g u ra r su porvenir.

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W. S. liOSBCEANS. “ W a sh in g to n , F ebrero 15 de 1S70.

‘‘Mi estim ado amigo: T an solo mi buen a y desinteresada v o lu ntad hácia el pueblo de M éxico, m e decidió á ac ep tar la m isión de ser el órgano por cuyo conducto se expresasen las sinceras sim patías de que e stá an im ad a la m ayoría del pueblo de los E sta d o s-U n id o s re s ­ pecto tío México, y por esto, m ientras perm ací en esc país, mis p a ­ labras y m is actos eran guiados por un sentim iento de am istad fra ­ ternal.

“E sto s m ism os sentim ientos m e indujeron á m an ifestar mi opi nion respecto de que el único medio de poner á ese p aís en la c a r­ re ra del progreso m oderno y salvarlo de la ru in a y los d esastres que le am enazan, es el do las m ejoras m ateriales, la inm igración, el e s­ tablecim iento de un buen sistem a de bancos nacionales y la am or­ tización de la deu d a pública.

“ H e abrig ado la m as plena convicción de lo siguiente:

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ten ed o res de bonos en los E sta d o s-U n id o s , el desarrollo de México conserv an d o su autonom ía, y q ue d esean v iv am en te ese desarrollo, p o rq u e sab en que de o tra m an era d ism in u iría m uclio el valor de sus bonos.

“2°' Q ue todo el com ercio de este p aís tien e ig u a l deseo, porque solo así pued e serle provechoso el tráfico m ercan til en esa República.

“3o Q ue todos los que tien en qu e sa tisfa c e r las fu e rtes co ntrib u­ ciones que a q u í se p a g a n desean esa m ism a solucion, porque sin ella la s co n trib u c io n e s se ria n insoportables; y

4? Q ue el m ismo deseo deben te n e r todo s los acreedores de M éxi­ co, p u es es su ú n ic a esp e ran z a del pago de lo que so les adeuda.

“ T eng o tam b ién la couviccion de que si la s p erso nas que re p re­ se n ta n en los E sta d o s-U n id o s esos in tereses, p u d ie ra n persuadirse de quo es posible conseguir la p ro sp e rid a d de M éxico bajo su pro- lú a auto n o m ía, co n trib u irían con g u sto á o b ten er ese resultado. Cou objeto de que esas p erso n as lleguen á te n e r ta l p ersuasión, y á fin de in sp ira rle s la confianza necesaria, es preciso que los actos públicos d e los hom bres p en sa d o res y de elev ad a posicion po lítica y social eu M éxico, v en g a n á d em o strar quo desean alca n zar ta l re su ltad o por el bien de su paí» y eu favor d e los in te re se s am ericanos, del comer­ cio y de los c a p ita listas.

“ P o r e sta s razones, estoy d ispuesto á co n stitu irm e el órgano de estos sen tim ie n to s, p o r el p o rv e n ir de M éxico y eu bien de la hum a­ n id a d y d e la civilización; por esto in v ito á los m exicanos á obrar en ese sen tid o , ofreciéndoles n u ev a m e n te qu e p o r mi p a rte cum pli­ ré con el m ayor g u sto la p rom esa que les h e hecho, efi tan to no se oponga cou o tro s deberes.

“ P e ro no les n e g a r é á vdes. que cu a lq u ie ra dilación y m ezquin­ dad en los ac to s públicos, no pueden p ro d u c ir ja m a s un electo favo­ rable, y p o r lo m ismo, aconsejaría yo u n a determ inación pronta, en é rg ica y a u n lib e ra l en las dos concesiones del ferro carril de Tux- p a n y A n tó n L izardo.”

W . S. Ro s e c r a n s.

“ T elég ram a re m itid o de W a sh in g to n y recibido en N ueva-Y ork el 22 de F e b re ro de 1S70.

E l m ay o r g en eral R osecrans llev a alg u n o s d ias de e sta r en esta

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capital hablan do con v arios senadores, dip u tad o s y o tras personas distinguidas, respecto de los proyectos de ferro carril y m inas que tiene en México y C alifornia. E l general observa con sum a ansiedad el m ovim iento revolucionario en México."

D el Siglo X I X.— Marzo 31 de 1870.

CARTAS DEL GENERAL ROSECRANS, RELATIVAS A MEJORAS MA­ TER IA LES E N MEXICO.

H em os in se rta d ó dias pasados en n u estro periódico u n a c a rta que nos escribió el general B osecrans, y hoy tenem os en n uestro poder alg unas de fecha reciente, que han sido d irig id as á casas re s p e ta ­ bles de México, y au n eutendem os que personas del gobierno puo- den tam b ién h a b e r recibido com unicaciones en el m ismo sentido. Volvemos á re p e tir que creem os anim ado al general B osecrans do los sen tim ientos m as sinceros y m as benévolos h ác ia México; y al mismo tiem po estam os p ersuadid os que sus buenas relaciones y su influjo en ÍJu e v a -Y o rk con banquero s y com erciantes do p robidad y de m ucho crédito y fo rtu n a, deben serv ir p ara que acaso so em ­ prendan en México negocios de B anco, de ferrocarriles, do irrigación y de otros sem ejantes, con capitales efectivos y con el talento do los que de b u en a fé buscan los m edios do tra b a ja r y do au m en ta r por esto medio lícito sus capitales. L a revolución que estalló en México y que n a tu ra lm e n te h a debido ca u sar alarm a en el extranjero, toca á su térm ino, y la ex isten cia constitucional del gobierno es un lio elio que debe influir m ucho en n u e s tra m arch a política y financiera; aun parece que al m ismo tiem po que debe ponerse el m as g rand e empeño en re sta b le cer la seg u rid ad interior, persiguiendo sin des­ canso á los m alhechores, tam b ién es necesario inclin ar nuestro á n i­ mo y fijar n u e stra atención en las m ejoras m ateriales. L a discusión en la C ám ara y en la prensa, de asu n to s de esta clase, m ien tras m as reñida y an im ad a sea, m as u tilid ad p roducirá p a ra los intereses p ú ­ blicos. H ace años que se proyecta el establecim iento de un B anco nacional, y siem pre la revolución y n u e stra s cuestiones in te stin a s y pequeñas, h a n im pedido que se ocupen sèriam ente de esto asunto im p o rtan te los hom bres influentes en la adm inistración. E n esta vez parece que el señor R osecrans cu en ta con la cooperacion de v a ­ rios ca p ita listas, y no seria estraño que si el C ongreso y el

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no se ocupasen con la p referen cia d eb id a de o to rg ar u n a euota, tu ­ viésem os de p ro n to en el p a ís ocho ó diez m illones de pesos, q u e d a ­ ría n u n bu en ré d ito á los accionistas q u e co n trib u iría n á desarrollar el tra b a jo y el b ie n e sta r en to d a s las clases de la sociedad.

E n cu a n to al ferro carril de T ux p an , hem os creído que p a ra la rea­ lización m ism a de la em presa, con venía la en m ien d a de algunos a r­ tículos. Si el señor B osecrans en efecto tie n e b u en as intenciones y es u n hom bre p erfectam ente leal y h on rado, no siem pre ten d rá en el negocio la m ism a influencia q u e hoy, y sobre todo, los hom bres m u eren y esos negocios tie n e n u n larg o c a rá c te r de perm anencia. D e s a rro lla rla s m ejoras m ateria le s en M éxico bajo su propia autono­ m ía, p a r a e v ita r p re te x to s y com plicaciones con av e n tu rero s y espe­

c u la d o re s, s e rá siem pre el te m a de n u estro periódico. E n este sen ­ tid o ten d re m o s acaso que h a c e r alg u n a s observaciones, y a al ferro­ c a rril de T u x p an , y a á los proyectos en qu e encontrem os algún peli­ gro, sin d ejar p o r esto d e ab o g a r porque las concesiones sean am ­ p lia s y francas.

H é a q u í las c a rta s ;í, q u e se hace referencia: D el D iario O ficial—M éxico, A b ril 0 de 1870.

C on g u sto reproducim os hoy dos ed ito riales del Siglo X I X , que co n tien en v a ria s c a rta s del g en eral K osecrans, m inistro que fue de los E sta d o s -U n id o s en M éxico, en la s que ex p resa sus ideas respec­ to de la ju a n e ra que cree m as eficaz de con segu ir el desarrollo m a­ te ria l de M éxico bajo su p ro p ia autonom ía. S abem os que el señor B o secran s so ocupa a c tu a lm e n te de fa c ilita r el desarrollo de sus p lanes, y nos ocupam os de tra d u c ir u n a oxposicion que sobre este a su n to h a d irig id o al C ongreso de los E s ta d o s-U n id o s, q«o d are­ m os ¡i luz próxim am ente.

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está trab a jan d o en organ izar u n a com pañía con el ca p ita l suficien­ te p a ra h acer el camino.

P o r no h ab ern o s considerado en lib ertad de re v e la r a l público es­ te hecho, no lo h abíam os m anifestado a n te s de ahora; pero h a b ie n ­ do recibido por el últim o v ap o r de X u e v a -Y o rk la autorización que acom pañam os del general K osecrans p a ra h a c e r e s ta rectificación, la hacem os desde luego por medio de e sta ca rta , que suplicam os á vd. se sirv a in s e rta r en su acreditado periódico.

Somos de vd. aten to s y seguros serv id o res.— A ntonio I). Richards. Santiago Sm ith.

N ew -Y ork, M arzo 14 de 1870.

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P or este p a q u e te se in fo rm ará vd. de (pie en cum plim iento do mi prom esa, y concediendo to d a la razón posible al Congreso m exica­ no por las causas excepcionales que im pidieron la aprobación final de la concesion, he presentado u n a exposición al congreso de los E stad o s-U n id o s, m anifestándole la necesidad do que so hag a u n a declaración oficial de la v o lu n tad nacional en fav or de prom over y a y u d a r al desarrollo pacífico do M éxico bajo su prop ia autonom ía, anim ando á nuestros ciudadanos en cuanto el G obierno lo apruebe.

T enga vd. p re sen te que es del todo necesario que todos co m pren­ dan que la intervención de vd. en la concesion del ferro carril de T uxpan, no es u n a especulación, sino que vd. la recibo p a ra trasfe- rírm ela, y p a ra que yo h a g a de ella el uso que m as convenga al bien general.

E s preciso que esto se com prenda cou to da la claridad posible, p a ra que n in g u n a d u d a sirv a de obstáculo que demoro la co n stru c­ ción de ferrocarriles en México.

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Memorial del General W. S. Rosecrans.

A l Honorable Stnado y Cámara de diputados de los Estados-U nidos, reunidos en Congreso.

E l que su scrib e m anifiesta re sp etu o sam en te que cuando el E jecu ­ tiv o y el S enado de los E sta d o s-U n id o s lo llam aron espontáneam en­ te á d esem p eñ ar u n a m isión d ip lo m á tic a en M éxico, la aceptó en v irtu d de que á ello lo anim ó la p re n sa p erio d ística y la opinion de su s ju icio sos am igos, y así lo hizo despues de h a b e r sido inform ado p o r n u e stro G obierno, de que como E n v ia d o de los E stad o s-U n id o s, re p re se n ta ría los m ism os sen tim ien to s de am ista d y de b u e n a volun­ ta d h á c ia el pueblo de M éxico, q ue hacia m uchos años a b rig a b a y h a b ia expresado.

P ro fu n d a m e n te a m a n te de su p a ís n a ta l, y deseoso al mismo tiem ­ po de c o n trib u ir al b ie n e sta r de u n v a lie n te pueblo vecino, decaído p o r los erro res y d esg racias de cin cu e n ta años, p a rtió el que suscri­ be p a r a su m isión, sin el propó sito de b u sc a r honores ni sac ar ven­ ta ja s, sino p a r a v e r y h acer lo que p u d ie ra p o r el bien de am bos países.

A sí, pues, con p eligro de ap a rec er egoísta, el que suscribe p asa á expo n er sus observaciones y conclusiones, y cree conveniente agregar q u e h ab ien d o sido ju zg ad o por u n a p a rte de n u e s tra prensa, al ir á d ese m p e ñ ar su misión como el g ra n an ex io n ista, tie n e la satisfacción d e q u e la s sim p a tía s cread a s en M éxico p o r la fran ca y enérgica expresión d e ideas, do acuerdo con las del G obierno y hom bres sen­ sa to s d e todos los p a rtid o s de aq u el país, es u n testim o n io de la rec­ ti tu d de su s m ira s y conclusiones que el que su scrib e p a sa á m ani­ fe s ta r brev em en te, confiado en que la ilu s tra d a in telig e n cia de los h o n o rab les m iem bros del C ongreso de los E s ta d o s -U n id o s , suplirá y am p liará las razones expuestas.

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nos; es u n a tie rra en que la n a tu ra le z a h a derram ado sus bondades, cubriendo su superficie cou cuanto puede ser necesario p a ra las exi­ gencias y el lujo de la hu m an id ad , y llen ando sus m o ntañas de oro, p la ta , estaño, cobre, y otros tesoros m inerales. Con u n a playa de 3,000 m illas, no tien e g ran d es rios n avegables que lleguen h a s ta su s m esetas in teriores, p o r medio de las cuales p u d ieran en co n trar s a li­ da las producciones que tien e en la a c tu a lid a d y las que en lo fu tu ­ ro p u ed a ten er.

Los ferrocarriles—esos rios de hierro construidos por la m ano del hom bre p a ra ab o rd ar á donde q u iera que h ay a un suelo capaz de sostener u n a poblacion—son los únicos que pueden lleg ar á esos d e­ pósitos de riqueza, y conduciendo su contenido á los Océanos, d e r­ ram arlos en la m esa del comercio general.

M ientras eso 110 so haga, n in g u n a poblacion ni ra za alg u n a podrá desarro llar las riquezas que yacen en aquel país.

¿Qué h a ría n n uestros em prendedores ciudadanos ó sus descen­ d ientes p a ra ir h a s ta lo m as rem oto del O riente sin m edios do co­ m unicación ni de trasp o rte s, sino descender d é la a ltu ra do su n u e­ v a condicion y conform arse con producir lo que consumen?

México tien e cerca do ocho m illones de alm as esparcidas en en ex ten sa superficie, ó ag lom eradas en algunos centros com erciales ó mineros. C uando m enos cinco m illones do estos son indios, d escen­ dientes do las ra zas conquistadas, y el resto so compone de eu ro ­ peos y sus descendientes, puros ó mezclados. Los prim eros m uy r a ­ ra vez tom an p a r te en la política, á no ser que se vean obligados á ello, en defensa propia. Los últim os poseen la m ayor p a rte de la i'i- queza, de las propiedades, y de la ilustración, y form an lo principal del cuerpo político.—Como lo d em u estra la experiencia, los háb itos dom ésticos y las ideas dom inantes de las m asas de los pueblos cam ­ bian lentam en te, así es que, con pocas excepciones, los indios conser­ van m uchas de las que les son peculiares y la m ayor p a rte de ellos oponen u n a v erd a d e ra resistencia ¡1 las ideas y costum bres do la ci­ vilización europea, que la poderosa mano de u n a religion fu n d a d a en la fe y que o bra solo por la caridad, ha podido g ra b a r de la m auera que aun hoy se ve en México.

H u m a n ita ria como era la conservación de las razas co nquistadas, los efectos que n a tu ra lm e n te h a causado en la civilización la disolu­ ción de algunos pequeños grupos de europeos en grandes m asas de

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d ich as razas, p u d en com prenderse fácilm ente por los que han obser­ v ad o en n u estro p a ís cómo algunos g rupo s de p erso nas educadas, del E ste , q u e em ig ra n en n u e stra s fro n te ra s y v iv en d u ra n te u n a ó dos generaciones lejos de buenos cam inos y de escuelas, pierden su cu ltiv o é ilu stració n . Si así cede nuestra, enérg ica poblacion A la fu e rza de las circu n stan cias, ¿qué efectos debeu esp erarse de la ac­ ción com binad a de e sta s causas, á las que se a g re g a u n a difusión m ucho m ay o r de la poblacion y la m ezcla de tre s o ctav as p arte s del elem ento civilizado, con cinco de u n a ra z a co n q u istad a que tiene u n a sem i-civilizacion de un tip o c o n tra rio 1?

L a sociedad m exicana se h a v isto o b lig ad a h a s ta ah o ra á desar­ ro llarse bajo esas m alas circu n stan cias, y por ese m otivo la sociedad de to d o s los E s ta d o s sud-am ericanos, cuyo elem ento civilizado ha venido de ese pueblo indom able y em p ren d ed o r que descubrió el co n tin en te occidental, h a estado dom inado por esas circunstancias que hoy com b ate desde X uevo-M éxico h a s ta P a ta g o n ia .

A d iferencia do n u e s tro país que recibe en su seno un rio de vida civilizador, robu stecid o por los arro y o s que á él confluyen, de todos los p aíses civilizados del m undo, á lo que se a g re g a que el estermi- nio d e los indios h a evitado su m ezcla con n u e s tra raza. México y las re p ú b lic as sud-am ericauas recibieron la m ayor p a rte de su ele­ m ento civilizador de la P e n ín su la española, que aun cuando hubiera sido d ec id id a m e n te superior, 110 podia p ro p o rcio n ar sino u n a sum a in sig n ifican te, de ese elem ento, en com paración con la ex ten sa área en que tu v o que d erram arse, y aun ese insignificante elem ento es absorbido por las ra z a s indíjeuas. No seria a v e n tu ra d o decir que si se esp arciese en el N uevo-M um lo la poblacion del A n tigu o, 110 po­ d ría e sp e rarse que la civilización hiciese m as de lo que h a hecho en am bos, y esto es casi lo que h a hecho e n tre las m asas en México, en d onde en contram os la graciosa sencillez, h o sp italid a d y caballerosa c o rte sía de la civilización española del siglo X V I, en estra ñ o con­ tra s te con los a d e la u to s m odernos, bajo los auspicios d e un clima y u n a v id a v aria d o s— los restos de un lujo palaciego trasp o rtad o s á las chozas de A rc ad ia.

E s ta s c irc u n sta n c ia s c a ra c te rístic a s de M éxico, y esos elementos p a r a su fu tu ro desarrollo, deben ser tom ados en consideración por los h o m bres de E stad o .

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circula-«ion eu México, el oro y p la ta acuñados, ex iste en ca n tid a d muy desproporcionada, pues no excede de S á 10 pesos por cabeza, y quo esto es lo que co n stitu y e el p rin cip al producto de exportación del país, porque la poblaciou p ro d u c to ra y consum idora h a b ita p rin c i­ palm ente en la m esa cen tral do donde solam ente los productos m as costosos y de m enos peso pueden co stear los m edios do trasp o rto de que actu alm en te so usa. A sí, pues, ca d a oonducta es como u n a sa n ­ gría aplicada á un enferm o do tifus, que le e x tra e u n a p a rte do lo mejor de su sangre. ¿P o d rá v iv ir el p acien te si no so v a ria de t r a t a ­ miento?

El que suscribe cree, pues, inevitable, quo con sem ejante p o b la­ ción esparcida en su in m en sa superficie; sin buenos cam inos ni mo- dios do tra sp o rte del in te rio r á los Océanos; sin poderlos co n stru ir n i con serv ar por fa lta de poblaciou; sin po der h acer re s p e ta r la ley n i e v ita r las violencias de la g e n te arm a d a de u n a m an era eficaz; sin la p osibilidad de fu n d a r y so sten er escuelas p a ra las m asas; .sin lo necesario p a ra u n ir los elem entos de su sociedad; sin m edios do circulación p a ra celeb rar sus negocios corrientes, M éxico debe te n e r ferrocarriles, u n a em igración in d u strio sa y papel m oneda nacional, ó volver á la b a rb a rie ¡i causa de las v icisitud es de la revolución, de la an a rq u ía y p é rd id a de su in teg rid ad , esperando salv arse do ellas por el auxilio de la vigorosa y activ a civilización que se le v a n ta en su fro n te ra del N orte.

E u la la rg a p e rsp ectiv a de acontecim ientos desastrosos que te n ­ d rían lu g a r a n te s de que México lleg ara á ese extrem o, ¡cuántos c rí­ menes y cuánto s sufrim ientos no ocurrirían! ¡C uántos peligros do males nacionales y particulares! ¡Cuántos sacrificios p a r a el tráfico y el comercio que puede hacerse entro los dos países! M éxico, d es­ pués de todo, n a d a puede ser p a ra sí, ni p a ra los E sta d o s-U n id o s, ni p a r a el inundo, sin los ferrocarriles, el aum ento do trabajo y el papel m oneda que se necesitan p a ra el desarrolla de sus riq u ez as u atu ra les que no tien en lím ites, y que el que suscribe cree q ue p u e ­ de y debe p roporcionarse sin retard o , p a ra e v ita r la p é rd id a del tráfico y com ercio de que h a hecho mención, así com a otros m alos que no p o d rán m enos de com prender los hom bres pensadores. El tráfico y com ercio de u n pueblo de ocho millones, quo a n tes e s tu ­ vo en o tra s m anos, es asunto digno de la atención nacional, esp e­ cialm ente si se considera que sus im portaciones, quo hoy ascienden

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á tre in ta ó c u a re n ta m illones, p o d rían d up licarse fácilm ente en diez años.

L a extinción del elem ento de b arb arism o de nu estro siste m a que hizo ap a re c e r m as q u e despreciable n u e s tra p o lítica ex terio r en el hem isferio occidental; los inm ensos in tere se s que las naciones euro­ p ea s tie n e n e n tre nosotros como p re sta m ista s y consum idores, cu ­ yos in tere se s les im piden to d a intervención arm ad a en el Occidente, y las in d u cen á concedernos la “ d o ctrin a M onroe” y á o cu rrir á no­ so tro s p a r a desem p eñ ar los deberes que como co m prenderán im pone á n u e stro G obierno.—Todo esto h ace que sea el m om ento o po rtu­ no p a r a a y u d a r á M éxico á d esa rro llarse con el auxilio del cap ital y el e sp íritu de em presa am ericanos. A l m ismo tiem po la caldera liir- v ie n te de pasiones, intereses, am biciones, especulaciones, deseos de la g u e rra , anexión, conflagración y despojo que “h ierv e d elan te de n o so tro s como u n a ca ld e ra in fern al,” in d ic a á los e sta d is ta s que d e­ ben e v ita rse m uchos m ales, y que p u ed e ase g u ra rse el bien por me­ dio del violen to desarrollo de México bajo su p ro p ia autonomía.

L leno el quo su scrib e de e sta s convicciones, d u ra n te su co rta p er­ m an en cia en aquel país, se esforzó por in cu lcarlas en el G obierno y en la s clases se n sa ta s de México, y á. tiñes de M ayo últim o escribió u n a c a rta p a rtic u la r al P re s id e n te J u á r e z en que se las m anifestó, indicándole que los g ra n d es in tere se s com erciales, m o netario s y de los co n trib u y e n te s de los E sta d o s-U n id o s, se deb erían in clin ar á fa­ vorecerlas, y diciéndole que si el G obierno y el pueblo m exicano se m anifiestan en fa v o r do los ferro carriles y la inm ig ración in d u strio ­ sa de u n a m a n e ra conveniente, cree el que suscribe q ue los grandes gefes del ca p ita l, el comercio y la a g ric u ltu ra d e n u estro país, so p re s ta ría n g u stosos á ocu rrir con su ca p ital y e sp íritu de em presa al llam ado que con ta l objeto se les hiciese. E l que suscribe prom etió al G obierno m exicano quo si el pueblo y el G obierno d e México h a ­ cían dem ostracio n es razonables de su s deseos y sentim ientos á este respecto, el que su scrib e h a ría cu a n to estu v iese ¡1 su alcance p ara h acer ese llam ado, haciendo p re se n te á sus conciudadanos la situ a ­ ción, necesidades, deseos y m anifestaciones del pueblo de México.

E l que su scrib e recibió del Sr. J u á re z y su g a b in e te la re sp u e sta m as cordial y sa tisfac to ria respecto á su deseo de cooperar á esefiu, y otros m u c h o s personajes de a lta posieion, los uno s m iem bros del

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H a recibido ad e m a s d esd e entonces, c a rta s del P re sid e n te Ju á re z y los m iem bros de su g a b in e te , así como de los del C ongreso y de in ­ dividuos p artic u la res, q u e le h acen creer que el G obierno y hom ­ bres de influencia del pueblo de M éxico n i carecen de, in teligencia para desconocer la im p o rta n c ia d e esta s m edidas p a ra el b ie n e sta r del país, ni del patrio tism o n ecesario p a ra prom overlas. Su le n titu d de acción prov iene de la inex p erien cia, de la tim id ez n a c id a d e la desconfianza que lian criado en el e sp íritu nacional cin cuen ta años de desengaños, e u tre los que se c u e n ta n los proyectos de v ario s es­ peculadores de n u estro país, q u e p a ra conseguir im p o rtan tes fra n ­ quicias, p ro m etían lo que no p o d ían cum plir n i cum plieron.

Bu cum plim iento de esa p ro m esa y sacrificando el que suscribe su ínteres y sus sentim ientos, se a tre v e á d irig irse á eso h onorable cuerpo, y con la conciencia de la m a g n itu d de la obra p ro p u esta, su ­ plica á los re p re se n ta n te s do la nació n que la tom en en co nsidera’ cion; d eclaran do fran ca m e n te su p ro fu n d a convicción do que ex is­ ten todos los elem entos p a r a esa g ra n d e obra. L a tim idez do acción de los m exicanos, cuyo p a sa d o h a sido u n co n stan te desengaño y la vacilación de p arto de n u e stro s ca p ita lista s, que olvidan qu e aun cuando no se em pleo el ca p ita l en México con g ran provecho, siem ­ pre está en teram en te seguro, deben d esa p are cer a n te la m ag nitud do la obra y la ce rtid u m b re del fru to que so o b te n d rá al llev arla á cabo.

E l q u e suscribe cree que la voz de la nación, ex p resad a por con­ ducto do su G obierno, p ro d u c irá este resultado.

E l que su scribe h a b ría deseado que este d eber lo desem peñaran hombres superiores á él, ev itan d o ser él quien ocupase la atención del Congreso; pero n ad ie h a querido to m ar sobre sí la carga. Im p e ­ lido por la convicción de la in m en sa m a g n itu d de los in tere se s n a ­ cionales que se v ersan , sup lica á ese h onorable cuerpo, po r las ra z o ­ nes que se ex p resan y se deducen de este m em orial, se sirv a ap ro ­ bar un decreto p a r a prom over la a m ista d y com ercio e n tre los E s ­ tados-U n id o s y M éxico, del te n o r del que rem ito adjunto.

Como no debe erogarse g asto alguno, n i envu elve n in g u n a com ­ plicación sino que en su sta n c ia es lo mismo que d ecir á n u estro p u e­ blo: “ E l C ongreso cree el rápido desarrollo de M éxico y su pro sp e­ ridad, de ta n ta im po rtan cia, que desea a u to riz a r un esfuerzo o rg a ­ nizado por ciud adanos am ericanos p a ra cooperar á esa obra,” el que

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su scrib e se a tre v e á in d icar que a u m e n ta rá m uy considerablem ente su fu e rza la p ro n titu d y u n a n im id a d con que se apruebe.

Com o esto d eb e rá ser u n a elevada, d espreocup ad a y ex p resa d e­ claración de n u e s tra buen a v o lu n tad , p a ra que sea seg uida de la cooperacion p o sitiv a de n u estro s cradadauos, croo que sus prim eras consecuencias serán a lta m e n te im p o rtan tes.

Y en nom b re do México y su pueblo se a tre v e á p ro m eter que se. rá bendecido como el p re cu rso r de m ejores dias, y correspondido p or u n p ueblo ilu strad o y h o n ra d o .— W . S. Rosecrans.

•26

D E C R E T O p a ra promover el oomercio y la am istad entre el pueblo de los E stados-U nidos y el de México, p a ra anim ar d los ciudadanos de los E stados-U nidos d ayudar á Méxiao en el desarrollo de sus recursos.

P o r cu a n to á que el pueblo de los E s ta d o s-U n id o s desea sin cera­ m e n te el desarrollo rápido y pacífico d e M éxico, bajo su propio Go­ bierno, y la p ro sp e rid ad y felicid ad de su pueblo, lo cual es conve­ n ien te p a ra los in tereses de am bos países, y p a ra el progreso de las in stitu c io n e s lib res; y

P o r cu a n to á que tenem os m otivos de creer que, en un país como México, ta n poco poblado y sin navegación in terio r, sin medio do cam bio suficiente p a ra sus negocios, la inm igración, los ferroscarri- les y la em isión d e papel m oneda nacional, favorecerán de u n a m a­ nera v ig o ro sa y eficaz estos fines; y

P o r c u a n to á que en la creen cia de que el G obierno y el pueblo p en sad o r de M éxico desean sin ceram en te el establecim iento de d i­ cho p ap el m oneda y la construcción de ferrocarriles, y se proponen ofrecer fran q u icias y privilegios p a ra in d u c ir á los ciudadanos y ca­ p ita le s am ericanos á em p rend er e sta s g ra n d es y benéficas obras p ú ­ blicas; y

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Y por últim o, con objeto do d a r u n testim onio del sincero deseo del G obierno y el pueblo de los E sta d o s-U n id o s, por el progreso do una R epública h e rm a n a y por la felicidad y pro sp erid ad dol pueblo de México, y el que tiene de an im ar á n u estro pueblo p ara que con su capital y esp íritu de em presa coopere á ese objeto,

So decreta:

‘‘A lt. 1? Q ue por el p resen te se au to riz a y faculta á W . S. Rose- crans, sus socios, sucesores y ap o d erad o s p a ra o rg an izar u n a socie­ dad con arreglo á las leyes de los E sta d o s-U n id o s, bajo la denom i­ nación de “ B anco nacional de México,” con objeto de re u n ir ca p ital y celebrar cualesquier negocios que no sean contrarios á las leyes de los E sta d o s-U n id o s n i al derecho in ternacional, y que so necesiten ó autoricen por los térm in o s y condiciones do cualquier concesion ó concesiones quo el G obierno de México conceda, y acepto dielia so­ ciedad p a ra negocios de banco, papel m oneda y otros Unes, en M é­ xico.

“A rt. 2? E l referido \Y. S. R osecrans, sus socios, sucesores y ap o ­ derados, q uedan au to rizad o s y facu ltad o s por el presento, p a ra o r­ g an izar u n a sociedad con arreglo á las leyes de los E stado s-U n id o s, bajo la denom inación de “ C om pañía del ferrocarril nacional de Mé­ xico,” con objeto de re u n ir el ca p ita l y celebrar cualesquier negó cios que no e stén en oposicion con las leyes de los E stad o s-U n id o s y el derecho in ternacional, y que sean necesarios ó se autoricen con arreglo á los térm inos y condiciones de cualquier concesion ó conce­ siones que pued a conceder el G obierno mexicano, y acepte la socie­ dad m encionada p a ra co n stru ir ferroscariles, líneas telegráficas y de trasportes, ó con cualquier otro fin, d en tro del territorio de la R e­ pública.

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p rin cip a l de sus negocios en Jos E s ta d o s-U n id o s : que se lia suscrito la q u in ta p a r te del c a p ita l por acciones de d ich a sociedad, y que ha quedado y a depositado en po d er de uno de sus m iem bros el 10 por ciento de dicha suscricion, cuyo ind iv id u o esté autorizado p o r los artíc u lo s de la asociación ó por los re g la m en to s de la com pañía p a ' ra re cib ir dicha sum a: la co m p añ ía m en cio n ad a será, u n a sociedad form ada con arreglo á las leyes d e los E s ta d o s -U n id o s , pudiendo estab le cer to d as la s re g las y reg lam en to s necesarios p a ra la cele­ bración de sus negocios, a lte rá n d o lo s y enm endándolos á su juicio, h a c e r con tratos, d e m a n d a r y se r dem andado, prom over litigios y se g u ir los que co n tra ella se pro m u ev an , y h ac er todo cuauto p u e ­ d a n ecesitarse por la n a tu ra le z a de sus negocios, de conform idad con las prevenciones de e ste decreto y d e las concesiones que do tiem po en tiem po p u e d a aceptar: u n a vez re cib id a e s ta declaración p or el d ep a rtam en to do E sta d o , el sec retario del ram o te n d rá la obligación de certificar esto m ism o en ca d a u n a de las copias referi­ das, conservando u n a p a r a los archivo s del d ep a rtam en to , envián­ dose o tra de las copias certificadas al G obierno do México, y devol­ viendo la re sta n te al secretario de la com pañía p a r a que la a r ­

chive.

“ A rt. -Io C ada u n a de las sociedades que so form en con arreg lo á las p revenciones de e s ta ley, d e b e rá e n v ia r perió dicam ente al d ep a r­ tam en to de E sta d o p a r a que se arch iv e, u n a copia deb id am en te a u ­ to riz a d a de cad a u n a d e las concesiones q ue le h a g a el G obierno do M éxico, y que acep te d ic h a sociedad, y com unicar al C ongreso cu an ­ do lo pida, las n oticias é inform es que se consideren necesarias p ara a se g u ra r al G obierno de que los negocios de d ich a sociedad se h an conducido con arreg lo á las leyes y ;i los g ra n d e s fines nacionales ó in tern a cio n ales á q u e se refiere este d ecreto .

Del D iario Oficial.—M éxico, A b ril S de 1870.

Memorial dirigido al congreso de los E stados-U nidos, por el gtneral

Hr. S. Rosecrans.

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declaración de aquel C ongreso que facilite la inversió n do capital norte-am ericano en em presas que te n g a n p o r objeto d esarrollar los elem entos m ateriales de M éxico. H o y in sertam o s ese m em orial y el

proyecto de ley que lo acom paña.

A re serv a de ocuparnos en artíc u lo s posteriores ta n to del m em o­ rial como del proyecto de decreto, direm os desdo ahora, quo las apreciaciones que en el prim er docum ento se hacen de la situación de México, nos p arecen no solo fu n d a d a s sino filosóficas y ju s ta s p a ra México. C reem os que el gen eral R osecran s es de los pocos es- tran je ro s de elev ada posición que al v is ita r á México lo han com prendido y le hacen ju stic ia . E l Ínteres quo en am bos docum en tos rev ela su a u to r en favor de n u e stra p atria , lo hace acreedor á lu consideración y la g ra titu d de los mexicanos.

E l m em orial dice así:

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Del D iario Oficial.—M éxico, A b ril 9 de 1870

CIIST1ICCII11E M I S El MEXICO.

A R T IC U L O J.

No os posible q ue u n a nación p u ed a p ro g resar si no tiono vías fá ­ ciles, y a por tie rra , y a por agua, quo la pongan en com unicación e n ­ tre sí y con los pueblos extranjero s. La fuerza de e sta v erd ad so lía, ce sen tir m as palp ab lem en te cuando la nación tiono un extenso t e r ­ ritorio escasam ente poblado y con g ra n d es dificultades p a ra la co­

m unicación así in te rio r como exterior.

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que en las co stas y m árg en es de lo s rios n av eg ables, e ra donde se form ab an los g ra n d e s pueblos de la an tig ü e d a d , que pueden con­ sid e ra rse como los fu n d a d o res do la civilización, m ie n tra s que ta m ­ bién casi sin excepción todos los pueblos m ed iterrán eo s quo no te n ía n rios n a v e g ab les, n i fácil acceso á la costa, estab a n sum ergi­ dos en la b a rb a rie .

E s to era m uy n a tu ra l. E l com ercio, e sa poderosa p a la n c a de la civilización, no puede 110 y a desarrollarse, pero ni a u n iniciarse, siti v ía s d e com unicación fáciles y b a ra ta s . L as relaciones e n tre sí y con otros pueblos, que son ta n n ec esaria s p a ra a lca n zar el perfecciona­ m iento y el b ie n e s ta r de lasn ac io u es, no p o d rían conseguirse sin vías d e com unicación. E s ta s son, pues, sin d u d a, los a g e n te s m as pode­ rosos p a r a a lc a n z a r la civilización do la h u m an id ad .

Los rom anos, que m erced á su s sanos principios, au n q u e m ezcla­ dos con la s id eas y p rá c tic a s b á rb a ra s de la época, lleg aro n á ser los du eñ o s del m ando, conocieron bien que 110 po drían e ste n d e r su po­ d e r y su civilización sin te n e r v ía s de com unicación, y no p u diénd o­ la s te n e r p o r a g u a en to d a la extensión del inm enso te rrito rio que poseían, fueron tam b ién los prim eros en coucevir y p la n te a r las o b ra s g ig a n te sc a s de los cam inos carre te ro s. M ien tras se con stru ye, ron estos, la h u m a n id a d ad e la n tó de u n a m an era rápid a: cuaudo loa b á rb aro s del X o rte se sobrepusieron á los rom anos, y cuando las id e a s re lig io sas dom inaron á los g obiernos en la edad m edia, so su s­ p en d ió la construcción do cam inos, y la h u m a n id a d retro cedió varios siglos en la c a rre ra del progreso y b ie n e s ta r au n q u e cediendo á la ley in m u ta b le del perfeccionam iento, ad e la n tó bajo otros aspectos- L a co nstru cción de fe rro ca rriles h a venido á d a r u n a n u ev a faz al m undo, d ifund iendo la civilización de u n a m a n e ra prodigiosa, y lle­ v a n d o p o r to d as p a rte s el b ie n e sta r y el adelanto. P u e d e a s e g u ra r­ se q u e las naciones m as civilizadas que tie n e n m ayo r sum a de b ie n ­ e sta r, y en donde la ilu stració n e s tá m as d ifu n d id a, son precisam en ­ te aq u e lla s que c u e n ta n con m ayor nú m ero de v ía s de com unica­ ción (pie las pongan en contacto, no solo e n tre sí, sino con los p u e­

b lo s ex tra n jero s.

A plicando e sta s id eas al caso especial de México, se ve q ue la n a , tu ra le z a , lejos de se r p ró d ig a en d a r á n u e stra p a tr ia rio s n a v e g a ­ bles que crucen su territo rio , g ra n d e s lagos, bah ías num erosas y se g u ra s, y o tra s v e n ta ja s de este género de que h a do tad o con prodi

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g alid ad á n u estro s vecinos del N orte, lia establecido en la R ep ú b li­ ca b a rre ra s m uy difíciles de vencer, que lian tenido casi en abso lu ­ t a incom unicación á n u e stra s poblaciones, y que h an ocasionado lia sta aquí, que siendo México, sin dud a, la uacion m as rica en ele­ m entos n a tu ra le s de todo género, b a y a sido y sea b a s ta ahora u n a de las m as pobres, en donde la civilización está m enos d ifun dida, y en donde las m asas d isfru tan m enos bienestar.

¿Quién 110 concibe la trasform acion que su friría este país ta n p ri­ vilegiado po r la n a tu ra le z a , el d ia e u que se explotaran sus inm en ­ sos elem entos de prodigiosa riq u eza m aterial? Seria, á no dudarlo, el eden de la tie rra . D esg racia d am en te será im posible e x p lo tar la riqueza do México ta n to m inera como agrícola, sin v ías de com uni­ cación fáciles y b a ra ta s. P a r a que puedau te n e r valor, y un valor alto los p roductos ta n ab u n d a n te s de e sta tie rra de prom isión, que ahora 110 v alen n ad a , es necesario que b a y a cam inos, y cam inos por los que p u ed an ser fácilm ente tra sp o rta d o s y á poco costo.

El deber, pues, de los hom bres públicos y de tod o m exicano que se in tere se por el ad elan to y b ie n e sta r de su p a tria , os cont ribu ir, en cuanto de él dependa, á fa c ilita r la construcción de cam inos y esp e­ cialm ente de cam inos de fierro, que son y a indisp ensab les p a ra la civilización m oderna.

D esgraciadam ente tam b ién los cam inos y m as aún los cam inos de fierro, son m uy costosos y no pueden co nstruirse sino por so cieda­ des do c a p ita listas. E u tre nosotros, por razones conocidas de todos? no h ay ni e sp íritu de em presa, ni esp íritu do asociación, y a u n cuan do h ay a el c a p ita l suficiente p a ra c o n stru ir las v ías férreas de com u­

nicación que se n ecesitan p a ra el progreso del país, no seria fácil ni acaso posible que se h icieran p o r nosotros mismos, á lo m enos con la p ro n titu d que se necesitan. E l ejemplo de lo que h a p asad o con las pequeñas v ía s férreas co n stru id as h a s ta ahora, es la m ejor dem os­ tración que puede p re se n ta rse de e s ta verdad. A dem as, el m ism o valor del dinero e n tre nosotros y el Ín teres con que p u ed e colocarse liace que n ad ie qu e q u ie ra in v ertirlo en algo que lo p ro d u z ca ín te ­ res, lo em plee en estas em presas en que adem as de h a b e r riesgos, el rédito nunca p o d ría ser alto, m as bien q ue ponerlo á ré d ito , d ire c ­ tam ente en la form a que hoy se hace, en cuyo caso sin riesgo n in g u ­ no se puede o b ten er u n alto ínteres. No sucedo lo mismo en las n a ­ ciones ex tra n jeras. E n los E sta d o s U nidos y m as especialm ente en

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E uropa, todos, casi todos los giros y negocios m ercan tiles, e stá n c a ­ si esquilm ados, por lo cnal u n Ín teres de c u a tro á siete p or ciento, es alicien te b a s ta n te p a ra que se in v ie rta n sum as fabu losas que, ó ex isten a c tu a lm e n te d e p o sita d a s sin n in g ú n Ín teres, p o r no ten er en que in v e rtirla s, ó e stá n g an a n d o un ré d ito del dos al tre s y h a s ta el cu a tro por ciento.

E s, pu es, u n a n ecesidad e n tre nosotros, el qu e re c u rra m o s por a h o ra al c a p ita l ex tra n je ro p a ra la co nstrucción de n u e s tra s p rin ci­ pales vías férr*as. M ien tras 110 se d esarro lle e n tre n oso tro s el e sp í­ r itu de em presa, no se v e a n p rá cticam en te la s v e n ta ja s de los fe rro ­ ca rriles y 110 se au m e n te el c a p ita l flo tan te y d isp u esto á in v ertirse eu e sta s em presas, no p o drem os sa lir de la a lte r n a tiv a en que e s ta ­ mos, ó de 110 te n e r los cam inos de fierro q u e n ecesitam o s, ó do h a ­ cerlos con c a p ita l e stra n je ro .

E sto si se quiero es un m al, y acaso u n m al grave; pero u n mal in fin ita m en te m enor de los que so siguen de 110 te n e r v ías férreas. E n los E sta d o s -U n id o s se h a n constru id o v arios de los principales cam inos con c a p ita l ex tra n jero , y las acciones de o tro s m uchos, es tá n en m as ó m enos ca n tid a d , en m anos de estra n ja ro s qu e em plean en ellas su s fondos p a r a a s e g u ra r un ín teres re la tiv a m e n te alto.

Uno de los sín to m as m as fav o rab les de la situ ació n a c tu a l y que h acen concebir esp e ran z as fu n d a d a s en el p o rv e n ir de la R epública, es el m ovim iento que so n o ta en favor de la construcción de ferro­ ca rriles y el em peño que el C ongreso ha m anifestado por au to rizar esas construcciones. D esd e el re stab lecim ien to del G obierno en es­ ta ciu d ad , se h a n expedido dos concesiones en fa v o r de la com pañía do V eracruz; u n a á la co m p añ ía de T u x p a n á M éxico; o tra á la del ferro carril de V e racru z á P u e b la p o r J a la p a ; o tra á la com pañía de T eh u a n tep ec , y o tra á la de G u a y m a s á paso del N o rte. Se h a p re ­ sen tad o d ictám en resp ecto do las com pañías de A n tó n L izardo á M in a titla n , de T ú x p a n al Pacífico y la de la constru cció n de un ca­ n al en T eh u a n tep ec . L a exten sió n del cam ino de C halco h a s ta Tlal- p a n y el proy ecto sobre co nstrucción do fe rro ca rriles del Sr. D. E d ­ m undo S te p h eu so n , m anifiestan el in crem en to q ue to m a n estas em ­ presas.

E s to s favorables disposiciones del C ongreso de la U nion, sosteni­ d as p o rla o p in io n p ú b lica del país, u n id a s a l bu en éxito que ha ob­ ten id o el G obierno n acio n al c o n tra los tra s to rn a d o re s de la paz

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blica, y que 110 p o d rá m enos de in sp ira r confianza en la in s ta b ilid a d de n u e stra s instituciones, son o tras ta n ta s razones que hacen h o y posible el que se piense sèriam ente y con probab ilid ad de b u en é x v to en la construcción do cam inos en tre nosotros.

E n otro artículo acabarem os de exponer n u estra s id eas sobro e s ­ te asunto, que consideram os de v ita l Ínteres pava n u e s tra patria..

A R T IC U L O II .

Si es cierto que por u n a p a rto M éxico necesita p a ra su p ro g re so m aterial de cam inos de fierro, y que estos no pueden con struirse poi- ahora sino con capitales extranjero s, y si tam b ién es cierto quo e3 capital estran jero tie n e alicientes p a ra in v e rtirse en em presas m exi­ canas, y a sean de ferrocarriles ó de otro género, debem os reco no cer al mismo tiem po que h a y inconvenientes, é inconvenientes g ra v e s quo han im pedido que esto se verifique, y quo lo im pedirán aún p o r alg u u as años, si no h u b iera n do cam biar las desfavorables circu n s­ tan cia s que d esgraciadam ente h a n prevalecido en la R epública.

E l obstáculo p rin cip al que se h a p resen tad o contra la inversión de­ capítales estran jero s en em presas m exicanas, h a sido la fa lta do s e ­ guridad. E l capital es siem pre tím ido, y no puede esperarse quo co i ­ r á riesgos m as ó m enos g ra n d es y m as ó m enos fundados. E l c a p ita ­ lista n o rte am ericano ó europeo p referirá que su dinero gano un do*

ó tres p o r ciento do ín te re s an u al con plena seguridad, m as bien qn< ponerlo en u n a negociación quo le dé un v ein te por cionlo do u tili­ dad, si corre el m as lijero peligro, no ya de p erd er el producto do l a u tilid ad , sino el ca p ita l mismo.

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