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El periodo barroco en el arte del Cinca Medio

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Academic year: 2021

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El periodo barroco

en el arte del Cinca Medio

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Arquitectura religiosa

El estilo barroco supuso un periodo artístico muy impor-tante en la comarca del Cinca Medio, sobre todo en lo que respecta a la arquitectura religiosa. La mayoría de sus iglesias barrocas presentan unas características físicas similares. Nos encontramos ante edificios de planta rec-tangular, orientados al este, que poseen cabeceras pla-nas y se encuentran divididos interiormente en tres na-ves paralelas de igual altura, subdivididas a su vez en tres o cinco tramos mediante pilares cruciformes en cu-yos frentes se adosan pilastras rematadas con capiteles. Estas iglesias cuentan con cruceros cubiertos por cúpula hemisférica, revestida interiormente en yeso con relieves en forma gallonada en Albalate de Cinca; o con pechinas y

cimborrio octogonal que sobresale al exterior y en cuyo tambor se abren vanos de iluminación en las parro-quiales de Albalate de Cinca, Alcolea de Cinca y Pueyo de Santa Cruz. El sistema de cubierta más utilizado en estas iglesias barrocas es el de bó-vedas de medio cañón con lunetos, como en las parroquiales de Albalate de Cinca, Alcolea de Cinca y Almunia de San Juan. En esta última destaca la ausencia de crucero, al ser la nave central de mayor tamaño que las la-terales y presentar bóvedas de lune-tos con refuerzo de arcos fajones pa-reados y enlucidas con estucos, mientras que en las naves laterales se dispusieron bóvedas estrelladas de estilo gótico tardío.

SILVIAARILLANAVARRO

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El coro, cuando existe, se sitúa a los pies de la nave central, tal como ocu-rre en las iglesias parroquiales de Al-munia de San Juan, Pueyo de Santa Cruz y Santalecina. En lo que respec-ta a las sacristías, se ubican junto a la cabecera, flanqueándola en el caso de Albalate de Cinca y adosada al noreste en el de Binaced.

Las portadas se abren generalmente en el lado oeste de la nave, aunque también las encontramos en el lado meridional como ocurre en Almunia de San Juan, que también cuenta con un pórtico que protege la entrada, al igual que en las parroquiales de Esti-che y de Santalecina. En la iglesia de Almunia de San Juan una escalinata salva el desnivel entre la calle (plaza Agonac) y el pórtico de acceso, abierto en arco de medio punto flan-queado por pilastras adosadas y co-ronado por frontón triangular cubier-to por faldón de triple caída.

Como material constructivo predomi-nante se empleó el ladrillo cara vista, sin decoración, generando amplias superficies lisas en fachadas y alza-dos de paredes, aunque en las parro-quiales de Albalate de Cinca, Alcolea de Cinca, Alfántega, Almunia de San Juan, Binaced y Pueyo de Santa Cruz se asentó sobre zócalo de piedra. Predo-mina la austeridad ornamental, con ausencia de elementos que rompan la des-nudez de los muros a excepción de los vanos, los contrafuertes intermedios que sobresalen de las naves laterales o los óculos que se abren tanto en fachadas co-mo en paramentos laterales.

Un elemento característico del periodo barroco en esta región son las torres-campanario. Se sitúan generalmente en el ángulo noroccidental de las iglesias, a los pies, donde se abre la puerta.

En Albalate de Cinca la torre destaca en planta y se compone de cuatro cuerpos separados por líneas de impostas. Está construida en ladrillo a partir de un zó-calo de sillería, que pudo ser el original de una torre románica, y está coronada

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por un cuerpo octogonal cubierto por cúpula precedida de corredor y pretil de protección. El remate final es un chapitel de estructura metálica colocado en fe-chas recientes.

En Alcolea de Cinca la torre, por el contrario, se encuentra escasamente acusa-da en planta. Es cuadraacusa-da y está compuesta por tres cuerpos separados por im-postas más el remate, que alcanzan los 43 m de altura. En el primero de ellos se abren dos pequeños vanos adintelados; en el segundo, decorado con pilastras, se dispuso un reloj en la cara occidental, y en el tercero se disponen cuatro ven-tanales de arco de medio punto muy rasgados y enmarcados por pilastras don-de se alojan las campanas. El remate don-de la torre consiste en una cúpula bulbosa formada por un chapitel de cinc.

En Almunia de San Juan, sobre la cabecera semicircular del templo, vestigio de la fábrica románica en piedra sillar hoy recubierta de hormigón, se edificó en época barroca una torre de ladrillo compuesta por tres cuerpos más el remate piramidal que corona el conjunto. El primer cuerpo forma la base de planta rectangular so-bre la que se asientan los otros dos pisos, separados mediante línea de imposta formada por ladrillos aplantillados. Ambos presentan sus esquinas achaflanadas y cuentan con un vano en arco de medio punto en cada uno de sus cuatro lados, que sirve para albergar las campanas, enmarcados todos ellos por pilastras. En Binaced la torre, situada en el

án-gulo sureste de la cabecera, es de planta cuadrangular compuesta por cinco cuerpos, el primero construido en piedra sillar perfectamente escua-drada y los otros levantados en ladri-llo cara vista con sus esquinas acha-flanadas. En el segundo piso se abrieron pequeños vanos de forma circular mientras que en el tercero y cuarto los vanos son en arco de me-dio punto rebajado para albergar las campanas. El conjunto se remata con un chapitel piramidal.

En Pueyo de Santa Cruz la torre no está acusada en planta y consta de tres cuerpos más su remate en cúpu-la. El primero, de forma cuadrangu-lar, está construido en piedra sillar perfectamente escuadrada, mientras que el segundo y el tercero son de ladrillo. El segundo cuerpo presenta

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lastras adosadas flanqueando los ojos donde se colocan las campanas. El terce-ro, de planta octogonal, presenta aberturas en todos sus frentes y sobre él se co-loca una cupulita de forma bulbosa.

Una vez formuladas unas características comunes de las iglesias de época barro-ca de la comarbarro-ca del Cinbarro-ca Medio, podemos hacer una división de ellas aten-diendo a tres elementos diferenciadores: construcciones de nueva planta, de tres naves y con crucero cubierto por cúpula; construcciones que aprovecharon edi-ficios anteriores de época románica o gótica; y las iglesias de una sola nave.

Iglesias barrocas de nueva planta

La iglesia parroquial de San Juan Bautista de Alcolea de Cinca se encuentra ubi-cada en el centro de la villa, en la plaza Mayor, y su portada abre a la calle de Mosén Ramón Salas. Es una obra barroca del siglo XVIII, con tendencias neo-clasicistas, cuya fábrica actual fue proyectada en el año 1766 bajo la dirección del arquitecto Domingo Beltrán, siendo inaugurada en 1783.

La fachada, de gusto neoclásico, se encuentra dividida horizontalmente en dos cuerpos por medio de una línea de impostas y verticalmente a través de cuatro pilastras adosadas que la recorren completamente. El conjunto se corona con un frontón triangular provisto de óculo de iluminación en la parte central. En el pri-mer cuerpo, dispuesta en posición axial, se abre la puerta de acceso adintelada, sobre la cual se dispone un arco ciego de medio punto a modo de tímpano en-marcado por un alfiz. En el interior de dicho tímpano se colocó el escudo de la villa y sobre todo el conjunto se abrió un ventanal semicircular.

La iglesia parroquial de San Marcos de Binaced se levanta en la denominada plaza de la Iglesia. Su construcción se inicia en el año 1740 por el arquitecto Jo-sé Burría, si bien, al haberse demolido durante la guerra civil de 1936, la fábrica actual es fruto en buena parte de una reconstrucción posterior. Su fachada es de ladrillo cara vista, dividida verticalmente en tres sectores. En el paño central se abre la portada en arco de medio punto y sobre una imposta en voladizo se dis-pone una hornacina con la imagen de San Marcos. Sobre esta capilla se abre un óculo encuadrado por un relieve de molduras mixtilíneas sobre el que se dispu-so otro de dimensiones más reducidas, rematándose todo ello por un tímpano semicircular. En los paños situados a ambos lados de la fachada únicamente se abrieron dos óculos encuadrados por una decoración a modo de roseta. La iglesia parroquial de Pueyo de Santa Cruz es un edificio construido entre los años 1746 y 1757. La fachada se levanta en ladrillo cara vista sobre zócalo de pie-dra. En el centro se abre la portada de acceso en arco de medio punto en piedra con dovelas en resalte y moldura también resaltada enmarcando el arco. Sobre la clave se abrió una hornacina que cobija una cruz latina y en su parte superior se

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colocó un pequeño vano. El interior del templo está totalmente reformado, ya que sufrió abundantes destrozos durante la guerra civil de 1936.

Iglesias barrocas con modificación de edificios preexistentes

La iglesia parroquial de San Martín de Albalate de Cinca se ubica en la plaza de la Iglesia. Aunque la fábrica actual es, en suma, una obra barroca del siglo XVIII (1767-1785), los restos evidencian su origen románico tardío, del siglo XIII, y una reforma parcial del siglo XVI. Fue nuevamente restaurada a mediados del siglo XX tras los destrozos sufridos durante la guerra civil de 1936. La existencia de una iglesia romá-nica en el mismo lugar que la actual queda demostrada por la portada oeste, que es la original de la primitiva iglesia, y por la fábrica de sillería que forma el zócalo del edificio y el cuerpo inferior de la torre. La portada se fabricó en piedra sillar y está compuesta por cinco arquivoltas concéntricas de medio punto, con fina decoración en su borde libre, que se disponen sobre una moldura corrida en zigzag que rema-ta una serie de columnas de fuste cilíndrico con capiteles decorados a base de mo-tivos vegetales palmiformes combinados con incisiones muy finas.

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Almunia de San Juan, que se abre a la plaza Agonac, es una obra barroca del siglo XVIII sobre iglesia anterior de estilo románico del siglo XII. De la primitiva iglesia templaria, que se cita en documentos de los siglos XII y XIII, solamente se conserva el ábside semicircular que asoma a la calle Mayor y que en la actualidad está cubierto por un re-vestimiento de hormigón. Las colum-nas pareadas colocadas a ambos la-dos de la entrada del ábside por el interior y la orientación litúrgica de su planta, nos hacen pensar en una iglesia de planta rectangular, de una sola nave, con ábside semicircular.

Iglesias barrocas de una sola nave

La iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Alfántega se ubica en la parte más alta de la población, con entrada por la calle Monzón en su unión con la ca-lle Alta. Se construyó en ladrillo, con algunas partes en tapial revocado, sobre

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mer cuerpo de piedra sillar bien escuadrada, sobresaliendo al sur del conjunto una capilla que probablemente fue un añadido de un momento posterior a su construcción. A la iglesia se accede mediante una escalinata, reconstruida recien-temente, que salva el desnivel existente entre la calle y el pórtico de acceso. Tan-to este como la portada se abren en arcos de medio punTan-to construidos en ladrillo. La torre-campanario tiene planta cuadrada y se encuentra dividida en tres cuer-pos separados mediante doble línea de imcuer-posta. Su fábrica es totalmente de la-drillo. El segundo cuerpo estuvo abierto en sus cuatro lados con arcos de medio punto, en la actualidad totalmente tabicados. Las campanas se sitúan en el tercer cuerpo, abierto en sus cuatro lados mediante vanos en arco de medio punto. La torre se corona con un pequeño tejadillo piramidal.

La ermita de Santa María Magdalena en Almunia de San Juan es una capilla si-tuada en la calle Alta Palacio, de planta rectangular, construida en el siglo XVIII reaprovechando el zócalo de piedra sillar de una antigua torre del castillo. La fa-chada principal se encuentra coronada por un frontón triangular, abierto para colocar la pequeña espadaña cubierta por tejadillo a doble vertiente.

En las proximidades del núcleo urbano de Almunia de San Juan se encuentra la ermita de la Piedad. El edificio es de planta rectangular con cabecera en ábside semicircular realizado en piedra sillar, al que se adosó una construcción poste-rior, y fachada construida en ladrillo provista de entrada con arco de medio pun-to. En el lateral sur son visibles unos contrafuertes colocados para reforzar el muro, levantados en piedra pero revocados en fechas recientes. Por el norte se adosó al templo un edificio de dos plantas cuya función era la de vivienda del ermitaño y lugar de reunión de la cofradía.

En el interior, las cubiertas se realizaron con bóvedas de lunetos organizadas en cuatro tramos divididos por arcos fajones en el caso de la nave y con bóveda de cuarto de esfera en el caso de la cabecera. Los muros laterales se decoran con entablamentos corridos y ménsulas culminadas en capiteles toscanos, todo ello realizado en estuco. En el año 1982, con motivo de unas obras de remodelación del interior del santuario, aparecieron unas pinturas murales en el camarín de la Virgen, en los lunetos, en las paredes laterales y en el muro de los pies, así co-mo en la parte superior del coro y entre los espacios de arranque de la bóveda, realizadas todas ellas mediante la técnica del temple magro.

La iglesia parroquial de Nuestra Señora del Romeral de Selgua, ubicada en la plaza de la Iglesia, tiene un origen gótico y conserva en el lado norte una torre-pórtico del siglo XIV. Es un edificio de una sola nave, con capillas laterales a ambos lados, cabecera recta y torre, escasamente destacada en planta en su la-do oeste. La iglesia primitiva se proyectó en estilo gótico y fue construida en piedra sillar, pero se reformó posteriormente, variando su orientación, que cam-bió hacia el oeste, a la vez que se adaptaba a nuevos estilos, especialmente al barroco. Las nuevas obras se realizaron en fábrica de ladrillo, como refleja la

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fa-chada, cuya parte inferior está construida en piedra sillar mientras que el resto se levanta en ladrillo. En esta fachada sobresalen la orla de la puerta, en curva y contracurva, y el remate del hastial con dos pináculos; en el eje se abren, a di-ferentes alturas, dos óculos circulares. Corona la fachada un frontón triangular, con óculo en el tímpano y culminado en su vértice por un arco apuntado sobre dos columnas de cronología muy reciente.

La iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Conchel es un edificio de plan-ta recplan-tangular con cabecera plana construido en piedra sillar, plan-tapial y ladrillo. En los muros laterales se colocaron varios contrafuertes de piedra, entre los que se dispu-sieron capillas y se abrieron varios óculos de iluminación. Los orígenes de esta igle-sia se remontan a finales del siglo XII. En la actualidad, la obra que observamos da-ta en su mayor parte del siglo XVIII, ya que da-tanto el interior como el exterior se reformaron en el año 1702. Aún quedan algunos vestigios de la fábrica románica original de piedra sillar, al menos en la parte inferior del muro de los pies. Concre-tamente, en la fachada, la fábrica primitiva de piedra alcanza hasta media altura, mientras que el resto es de ladrillo y tapial. La portada es en arco de medio punto en ladrillo, mientras que remata con un piñón triangular, forma generada por el te-jado a doble vertiente, donde se abren dos pequeñas ventanas en arco de medio punto. La iglesia no posee torre-campanario propiamente dicha, aunque en uno de los laterales se levantó una espadaña para albergar campanas compuesta por dos cuerpos, uno inferior con dos vanos y otro superior con un único ojo.

La iglesia parroquial de San Miguel de Estiche, situada en la plaza Mayor, es un edificio barroco del siglo XVII reformado durante los siglos XVIII y XIX. Es de

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planta rectangular, con cabecera plana, torre situada en el lateral derecho de la portada y contrafuertes laterales. Todo el conjunto se edificó en piedra sillar con reformas posteriores en ladrillo.

Tiene también pórtico de acceso, cerrado hasta media altura por una reja, tras el que se abre la puerta en arco de medio punto, construido en piedra sillar y con las dovelas enmarcadas por una moldura en resalte; en la clave hay un motivo decorativo en relieve consistente en un rombo inscrito en un círculo.

En unos recientes trabajos de restauración aparecieron dos arcos en uno de los laterales de la iglesia, entre dos contrafuertes; formarían parte de una primitiva lonja adosada al templo que fue tabicada en un momento impreciso. El arco de entrada a este antiguo recinto está formado por dovelas muy rasgadas y es de escasa luz, mientras que el otro arco de medio punto, en lo poco que se con-serva, está formado por dovelas cuadrangulares y su luz sería más amplia. La cronología de esta estructura, anterior a la construcción de la iglesia actual, po-dría situarse en los siglos XIII o XIV.

La torre de la iglesia se compone de dos cuerpos construidos en piedra sillar. El primero tiene planta cuadrangular y no presenta ningún vano. El segundo, con las esquinas achaflanadas y separado del primero por línea de imposta, tiene planta octogonal y presenta en sus caras vanos en arco de medio punto que al-bergan las campanas, enmarcados por pilastras toscanas.

Arquitectura civil

La tipología establecida en el siglo XVI en las viviendas nobles del Cinca Medio se prolongó durante la mayor parte de los siglos XVII y XVIII: fachadas sobrias provistas de alero y galería, portadas sencillas, y lonjas en algunas de las casas consistoriales de esta época. Los materiales constructivos también siguen siendo los mismos que durante el Renacimiento, con predominio del ladrillo y utiliza-ción de la piedra casi exclusivamente en las portadas, acusándose en estos edi-ficios una simplificación en las formas y una gran austeridad ornamental. El palacio ducal de Solferino o de los marqueses de Ayerbe, en Albalate de Cin-ca, situado en la plaza Mayor y adosado al torreón de los Espés, es una vivien-da de carácter señorial. Su amplia fachavivien-da está dispuesta en tres alturas, edifica-da en ladrillo sobre zócalo de piedra sillar que se alza hasta la línea de imposta del arco de la portada. Esta, la principal de acceso al edificio, se halla en la plan-ta baja, en el lateral derecho de la fachada, construida en sillería y en forma de arco de medio punto con moldura perimetral y dovelas encintadas mediante una acanaladura de sección rectangular, que asienta sobre pilastras con idéntica decoración encintada, apoyadas a su vez sobre recio pedestal. La clave del arco se decora con un angelote tallado en piedra.

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En la misma plaza Mayor de Albalate de Cinca se encuentra la actual Casa consis-torial, que cuenta con una lonja en su cuerpo inferior abierta al exterior por me-dio de tres arcos carpaneles soportados por pilares de piedra de sección cuadran-gular con decoración incisa al exterior. Se trataría esta de una pervivencia de las antiguas lonjas renacentistas de las casas de los concejos. El acceso al edificio se realiza mediante una puerta emplazada en el lateral derecho, abierta en arco re-bajado sobre pilastras adosadas y con decoración de molduras en bajorrelieve. En Estiche la actual Casa de Cultura se abre al exterior a través de una arquería, a modo de lonja, formada por tres arcos de medio punto apoyados en pilares de sección cuadrada en piedra sillar. En su origen el edificio estuvo abierto por dos frentes aunque en la actualidad el arco que daba a la calle Mayor está tabicado. En la calle Horno Grande de la localidad de Albalate de Cinca encontramos un edificio de vivienda de «estilo barroco aragonés». Está construido en ladrillo so-bre zócalo de piedra y en la fachada se disponen motivos decorativos caracte-rísticos de este periodo, varias molduras curvas realizadas en ladrillo que reco-rren toda la fachada.

En Alcolea de Cinca un ejemplo de casa solariega barroca es la torre Pitarque, situa-da en la plaza de igual nombre. Sobre

la clave del arco de entrada se conser-va grabada una cruz de Malta; en la planta noble se dispone el escudo no-biliario de la familia Pitarque y en el úl-timo piso se sustituye la típica galería abierta por un rafe o alero cóncavo en el que se abren pequeños vanos. A lo largo de la calle Mayor se disponen al-gunas casas de esta época, como casa Nogueras que, a pesar de estar bastan-te restaurada, conserva elementos que mezclan el estilo renacentista, como puede ser la galería abierta en su piso superior, con otros elementos barrocos característicos de esta zona.

En Binaced encontramos dos casas de estilo barroco popular: casa Fantova, en cuyo tercer piso se dispuso un ale-ro en voladizo realizado en madera y con ménsulas de las que cuelgan ele-mentos pinjantes, actualmente derrui-da; y casa Madre, cuya portada se abre en arco de medio punto con dovelas

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rre su contorno y clave provista de una inscripción con el año de construcción, 1740, y una serie de símbolos religiosos: la cruz de Malta y el corazón de Jesús. En la plaza Mayor de Fonz, de-clarada Conjunto Histórico-Ar-tístico en 1976, se ubica casa Guilleuma, obra fechada en el año 1695. En la fachada, de piedra sillar en la planta baja y de obra revocada en el resto, se aprecia una mayor riqueza ornamental que en edificios de épocas precedentes. Se divide horizontalmente en tres plantas me-diante impostas corridas que imitan entablamentos, pero también lo hace verti-calmente con la colocación de tres órdenes sucesivos de pilastras toscanas que compartimentan el espacio ocupado por los vanos.

En el primer cuerpo, desplazada en el lateral derecho, se abre la puerta de ac-ceso coronada por un arco adintelado y enmarcada por una moldura en resalte que alberga en su interior el escudo de la familia Guilleuma. A ambos lados de la portada se abrieron grandes ventanas. El piso intermedio presenta tres balco-nes y una ventana sobre el vano de la puerta del piso inferior: estos balcobalco-nes, de escaso vuelo –el constituido por el breve saliente de la moldura en forma de entablamento que separa ambos pisos–, aparecen enmarcados por una moldura que combina curvas y rectas. Su barandilla, hecha en madera, presenta en sus esquinas dos pomos o bolas a modo de decoración. El tercer piso presenta rafe cóncavo de mortero y pequeños balcones con barandilla de madera coronados por arcos conopiales abiertos en el alero.

En la calle Mina de Fonz se encuentra casa Gil, casa solariega de la que solo se mantiene en pie el primer cuerpo de la fachada original. En el primer piso y en la parte más baja de la pendiente de la calle se abrieron dos puertas de acceso, una de ellas en arco rebajado enmarcado por moldura en resalte sobre el que se dispuso el escudo de armas de la familia Gil, y el otro en arco de medio punto igualmente encuadrado por una moldura.

En Monzón, durante el siglo XVIII, tras la finalización de la guerra de Sucesión, comenzó un periodo de expansión económica que conllevó una recuperación de la actividad constructiva en la ciudad. Los nuevos infanzones pertenecientes a las familias ilustres montisonenses edifican sus casas a lo largo de las actuales calles Blas Sorribas, Miguel Servet (casa Benedentes), San Antonio (palacio Lampérez y Salvatierra, casa Pano, casa Zazurca), Joaquín Costa y Joaquín Pano.

De entre las más destacadas de Monzón podemos citar el palacio de los Fortón situado en la calle Blas Sorribas. Es un edificio barroco con pervivencias rena-centistas en su galería de arcos y en el alero de madera con decoración.

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La fachada principal se articula en tres plantas horizontales construidas en ladrillo cara vista. En el primer cuerpo, en posición central, se abre la puerta de acceso, adintelada y enmarcada por moldura en piedra formada por dovelas encintadas por una acanaladura de sección rectangular, sobre la que se encuentra el escudo nobi-liario de la familia Fortón. A ambos lados de la portada se abrieron dos grandes ven-tanas adinteladas protegidas con rejas de hierro forjado y bajo ellas otros dos pe-queños vanos que servirían como ventilación de las bodegas o sótano. En el segundo piso, o planta noble, separada de la primera mediante doble línea de im-posta, se abrieron tres grandes balcones adintelados en saledizo con barandillas de hierro forjado y coronados por un dosel en madera moldurada que tendría la fun-ción de sostener cortinajes a modo de parasol. En el tercer piso, separado mediante doble línea de imposta de ladrillo de la segunda planta, se dispone la galería com-puesta por nueve arcos de medio punto de doble rosca unidos por dos impostas, una al finalizar los pretiles o antepechos y la otra situada a la altura del arranque de los arcos. Varios de estos arcos se encuentran en la actualidad tabicados. El edificio se encuentra coronado por un alero en saledizo tallado en madera, del que sobre-salen diez ménsulas –colocadas entre arco y arco– labradas con motivos vegetales. Por último, otras obras civiles barrocas conservadas en la comarca del Cinca Medio que merecen ser nombradas son: casa Febas en Almunia de San Juan, casa Mata en Pomar de Cinca, y casa Buisán y casa Forniés en Selgua.

Bibliografía

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