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Ensayo - La Celestina

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Academic year: 2021

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De Fernando de rojas.

De Fernando de rojas.

Análisis dramático de la obra y puesta en

Análisis dramático de la obra y puesta en

escena.

escena.

Instituto de Artes Instituto de Artes Licenciatura en Arte Dramático Licenciatura en Arte Dramático Catedrático: Lourdes Pérez Cesari Catedrático: Lourdes Pérez Cesari Cátedra: Análisis dramático Cátedra: Análisis dramático Alumno: Carlos Caleb Grageda N. Alumno: Carlos Caleb Grageda N.

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Contenido

Sobre la obra ... 3

El discurso... 3

El juicio deLa Celestina  ... 4

Proyecto La Celestina ... 5

Características de un Texto dramático ... 7

Inverosimilitudes con la realidad. ... 8

Conclusiones ... 8

(3)

Sobre la obra

Fernando de Rojas  (1465-1541) novelista español, nació en Puebla de Montealbán,

Toledo. Su obra, La Celestina  es la más importante del siglo XV en España. La primera

edición que se conoce de este libro es del año 1499 y su titulo era Comedia de Calixto y Melibea. A Fernando de Rojas  se le tiene considerado como el más grande novelista

castellano de su época y se le tiene como fuente de donde más tarde se originaría el teatro español y las obras de Cervantes. Se dice que de no ser por Miguel de Cervantes, la obra de Fernando ocuparía el primer lugar de entre las obras de ficción compuestas en

España.

La Celestina  influenció en sobremanera al teatro en prosa del siglo XVI. Su importancia

radica en el formidable realismo con el que están trazados sus personajes así como el lenguaje picaresco abocado a los bajos estratos sociales de la España de esos tiempos. No solo es una obra de entretenimiento, su composición epicúrea y pesimista responde a una grave representación de la vida, del placer y de la muerte, así como de la risa, el llanto y la pasión mortal. La Celestina presenta una serie de cuadros de costumbres que en su

tiempo eran censuradas públicamente, pero que en la doble moral de la mayoría de la gente, dichas costumbres eran el pan de todos los días. Magistralmente, muestra la intensidad de la pasión amorosa por medio de un lenguaje y una expresión escrita hábilmente trabajadas.1

El discurso.

La esencia de La Celestina, aunque siendo una obra de ficción, está contextualizada a un

acontecer realista de la sociedad de la época. El autor buscó relacionar las diferentes maneras en las que sus contempéranos veían la vida y actuaban en relación a ella.

Cualquiera que leyera o viera la puesta en escena del trabajo de Fernando de Rojas,

estaba predispuesto por sus propias experiencias de vida a verse identificado con la trama que planteaba la obra. Esta forma de concebir y poner en práctica la dramaturgia de La Celestina, no era un truco, mucho menos una estrategia (en cuanto al planteamiento del conflicto) para llamar la atención del espectador o en su caso, del lector, pues el alma de la obra, su aura (Benjamin: 1989. p. 3)2 está precisamente implícita en la forma en que el autor la concibió. Sólo en este caso, la esencia que le da vida y grandeza a La Celestina no

está ni en la tinta ni en el papel en que se escribió, sino en el pensamiento y la manera en

1

 Fernando de Rojas. La Celestina. 1592. Novedades Editores. Joyas de la Literatura. P.127 . Morelos 16. 3er

piso. México, D.F. R. Bastien.

2

 Walter Benjamin. Discursos Interrumpidos, La obra de arte en su época de reproductibilidad técnica. 1989. Taurus. Buenos Aires.

(4)

la que el autor plasmó en esos elementos, la concepción nada alejada de la realidad que tenia del amor, la intriga, la ambición y la pasión.

Hay un contraste abrumador en relación a la época en la que fue escrita La Celestina y en

la manera en la que actualmente se percibe el fenómeno teatral.3  La dramaturgia renacentista ha evolucionado de tal manera que en la actualidad esta ha llegado a una deconstrucción de sus elementos y de la intertextualidad que hay o había en cada uno de ellos. (Del Toro: 1994. p 3)4

Hacer la puesta en escena de esta obra de Fernando de Rojas, debió ser toda una proeza.

El texto en sí, es lo suficientemente amplio como para no ser representado en una sesión de unas cuantas horas. No obstante, han existido intentos por recrear la obra en su totalidad tal cual la escribió el autor. Luis de Tavira ha sido uno de los osados en querer llevar al escenario la obra de Rojas.

El juicio de La Celestina

En términos de teratología posmoderna, La Celestina está fuera de los cánones que se han

ido estableciendo en el teatro contemporáneo, pues lo que este plantea ya no es un teatro tradicional en donde hay un texto, un actor y un espectador que están en dependencia unos de otros, sino que el mismo progreso ha hecho que la articulación de estos tres elementos convivan ahora de manera individual. (Chevallier: 2011, p. 4)5  Sin embargo, en este conjunto, el espectador es el único que permanece inamovible, y con respecto a éste último, su permanencia no hace referencia al lugar físico que ocupa como receptor, sino a la manera en la que desde su interior interactúa con la propuesta que el

“dispositivo” teatral le ofrece.

Por estas y más razones es un tanto difícil, si no es que imposible contextualizar el texto La Celestinacon el teatro contemporáneo. El mecanismo que configuraba y daba forma a las

artes escénicas de hace 500 años es completamente diferente al que las establece y sigue transformando hasta el día de hoy. Por ende, al estudiar el teatro, y en especifico una obra como la de Fernando Rojas, es conveniente tomar al teatro posmoderno sólo como

un referente de apoyo al análisis, pues la divergencia que hay entre época, teoría y dramaturgia impide empatar las propuestas nacidas del mismo artefacto escénico. Ahora,

no es imposible recrear en escena una “Celestina moderna” aún cuando se distorsione o

se adapte el texto original a las convergencias del teatro posmoderno. Incluso no ha

3

 Fueron sustituidas las palabras primeramenteysegundo del borrador original por la frase “ en relación”.

4

 Fernando del Toro. La (s) teatralidades (es) posmoderna (s). 1994. Carleton University.

5

 Jean-Frédéric Chevallier. El teatro hoy: Una tipología posible. 2011. Cuadernos de Ensayo Teatral Paso de gato. Eleuterio Méndez #11, Colonia Churubusco-Coyoacán.

(5)

faltado ni faltará quien se aventure a semejante proeza. El inconveniente, es que en la actualidad estamos al otro extremo de lo que en ese entonces era la dramaturgia renacentista y por tal razón, no cabe más que aceptar que hemos sobrepasado el distanciamiento histórico y contextual de la obra.

Tácticamente o de forma natural, y dado los impulsos internos y personales que tenia,

Fernando de Rojas hace de La Celestina una obra que no profundiza ni en lo abstracto ni

en lo conceptual, sino que es directa y objetiva con respecto al planteamiento circunstancial que el autor ilustra, y así, como las mismas obras de su tiempo y su tipo, estaba diseñada dramatúrgicamente de tal manera que el público en general la pudiera entender. Como ya explique en párrafos anteriores, la intención del autor al escribir el texto estaba justificado con lo que Fernando de Rojas creía que el espectador vivía en su

contexto social.

Proyecto La Celestina

Tomar la obra de Fernando de Rojas para llevarla a escena, no sólo requiere de astucia e

intrepidez humana, sino de un análisis objetivo tanto de la obra como de lo que se pretende realizar con ella. Sin importar cuán principiante o experto en teatro se pueda ser, el análisis de la obra en cuestión es un paso obligado a seguir para su respectiva realización.

A finales del 2012, cuando el Profesor Ronaldo Monreal  sugirió al grupo al que impartía

cátedra de Teatro medieval y renacentista  hacer una puesta en escena de la obra La Celestina de Fernando de Rojas como examen final en su cátedra, supuse que sería una

experiencia enriquecedora en mi formación como actor. Originalmente la idea era hacer una pequeña adaptación que no sobrepasara los 20 minutos (Luis de Tavira tuvo que fragmentar y adaptar la obra para ser presentada en dos días), y aunque parezca arrebatado, la propuesta contemplaba entremezclar la commedia dell’arte  y los elementos que caracterizaban a este estilo teatral italiano con el texto de Rojas. Era una propuesta interesante, y quizás lo hubiera seguido siendo de no ser porque en el transcurso de la adaptación, luego, del montaje, la idea original sufrió una serie de cambios previsibles que no contemplamos desde su concepción como tal.

El problema no fue el trabajo grupal, sino la idea particular que cada uno de los integrantes del grupo tenía sobre la obra, pues mientras algunos leían el texto original, otros leían la adaptación de tal o cual autor. En el peor de los casos, hubo quienes sin saber siquiera de que trataba la obra, actuaban y expresaban lo que suponían era el argumento de la tragicomedia.

(6)

Esto originó un caos “ordenado” de los elementos que teníamos para adaptar la obra en

solo 20 minutos. Dos cosas sobresalieron de esta sopa amorfa de ideas torcidas y sin sentido: La ausencia de un análisis dramático y contextual de la obra y la ligereza en la toma de decisiones para su realización; fuese una puesta en escena o fuera un simple ejercicio de rutina.

Por supuesto que había un toque serio y a veces hasta humorístico, desde la forma y diversas situaciones en las que transcurrió y se solidificó la adaptación del texto, hasta su

representación final frente a público. Pero estos “momentos de lucidez y recompensa creativa” solo fueron distractores de los que el texto teatral implica. (Villegas: Año X, p.

20)6

Ante esta oleada de circunstancias que desafortunadamente, no ayudaron a un mejor entendimiento de La Celestina y a su correspondiente “micro puesta en escena”, hubo

que aceptar que la obra en sí, tuviera un poco de la esencia de cada uno de los actores participantes en ella, así como de su muy particular forma de ver y encarnar los personajes en el ejercicio de examen. Obviamente el resultado fue todo, menos una

Celestina que siquiera asemejara una copia mal hecha de la obra original de Fernando de Rojas. Por lo contrario, nuestro intento por recrear 20 minutos de ésta tragicomedia

terminó en risas y en una descontextualización del texto sin precedentes. Quizás alcanzamos el objetivo planteado por el catedrático de Historia para obtener una calificación en su cátedra, pero en el transcurso del viaje, perdimos la objetividad y la seriedad con la que debimos haber analizado y trabajado la adaptación de un texto como el del dramaturgo y escritor Fernando de Rojas.

Razonar el porqué una puesta en escena o un simple ejercicio actoral como éste, asociado a un completo retraimiento de cada una de sus partes intertextuales, originado desde su misma génesis no funcionó, va más allá de la concepción que como estudiantes de Arte Dramático tenemos sobre el teatro. Hay conceptos y teorías sobre la dramaturgia moderna que por sentido común, solo son aplicables al teatro de hoy, puesto que nacen de las mismas entrañas de laboratorios y dispositivos teatrales que en nada convergen con la solides del teatro del pasado, llámese clásico, medieval, renacentista, etc. No protesto que no pueda ser posible la adaptación de una teatralidad donde convivían

6

 Juan Villegas. Historia multicultural del teatro y las teatralidades en América Latina. ColecciónTeratología. Año X. Galerna. (Texto sin más información adicional, proporcionado en formato PDF por la Catedrática en  Artes escénicas, Lic. Lourdes Pérez Cesari)

Juan Villegas argumenta que el Texto teatral es una práctica escénica que fundada en textos dramáticos o no constituye un espectáculo de acuerdo con códigos estéticos legitimados en el sistema cultural respectivo. También es una forma de discurso y constituye un proceso de comunicación interdisciplinario y utilizador de signos asequibles en su contexto histórico y cultural.

(7)

armoniosamente el texto, el actor y el espectador (en el caso de La Celestina y de otras

tantas obras de esa época, anteriores y posteriores) en base a los sistemas teatrales modernos ya establecidos, porque sencillamente si es posible, aún cuando los signos y la manera de emplearlos por parte del ejecutor teatral sean completamente diferente a la concebida por el autor. Bajo estas circunstancias, poco le importa al espectador la forma en la que le es presentado el signo o la representación del mismo. Él está en el teatro solo por dos razones: o espera ser sorprendido con lo que verá en escena (o espacio escénico) o está allí para divertirse. Subjetivamente en cualquiera de los dos casos, en el del espectador o del ejecutor teatral, hay una correlación social en la que ineludiblemente, está implícito un minucioso análisis y un posterior trabajo por parte del artefacto teatral sobre un Texto teatral  que da pauta a lo que se pretende representar.

Características de un Texto dramático

La pregunta ahora es: ¿cómo se hace el análisis de un Texto teatral  y cómo se plantea o

formula una línea de trabajo en base a éste planteamiento? La respuesta es un tanto difícil más no tanto como la tramposa complejidad que aparentemente plantea ésta pregunta. Simplemente necesitamos conocer  los elementos significativos del texto dramático,7 y

aunque no sea del todo posible explicar y desmenuzar en este ensayo, cada uno de estos elementos, intentaré hacer una aproximación teórica hacia los mismos.

a) Un texto dramático tiene un cuerpo en relación a la forma en la que está escrito lo suficientemente claro como para diferenciarlo de una obra narrativa. Después de los títulos, están los nombres de los personajes que aparecen en la historia. Otra característica relacionada con los nombres de los personajes, es que generalmente están ordenados con disposición jerárquica, y cada personaje contiene una breve descripción del rol que desempeña en la obra.

b) Seguidamente y de forma paralela, el texto está básicamente constituido por dos partes: el diálogo y las notas explicativas llamadas acotaciones. En este desglose de

elementos, la palabra es la que corresponde al elemento “diálogo”. De esta manera todos los demás “códigos” se señalan en el texto por medio de las

acotaciones.

c) Las acotaciones son una especie de notas explicativas de las que se vale el autor dramático para darnos la visión completa que él tiene sobre el mundo que le da vida a su obra. Esto en el entendido de que si solo nos valiéramos del diálogo

7

 Norma Román Calvo.Para leer un texto dramático. 2003. Editorial Paz México, librería Carlos Cesarman.

S.A. de C.V. p. 13.

Román Calvo alude que el Texto dramático es a primera vista un texto diferente a los demás. Su contenido y la forma en la que está escrito son fundamentos suficientes para diferenciarlo de otros textos literarios.

(8)

escueto, sería un tanto difícil interpretar esa visión. Por lo regular, las acotaciones están escritas en cursivas y sin paréntesis.8

Inverosimilitudes con la realidad.

Aun en estas condiciones, no es posible explicar porque había tanta disociación en la forma en la que entendimos y llevamos a cabo el ejercicio de La Celestina. Quiero

enfatizar que no hago referencia a la falta de comprensión (actoralmente hablando) del texto o a la conducta grupal a la hora de plantear y armar las escenas de la obra, sino a la manera en que debimos analizar el texto de tal forma que pudiéramos tener una idea objetiva y clara de lo que queríamos hacer.

Sin lugar a dudas, es posible entender el teatro posmoderno así como los fenómenos teatrales actuales con fundamento en las herramientas que se nos han dado durante el transcurso del semestre. Textos como Historia multicultural del teatro y las teatralidades en América Latina, Por una teatralidad menor e incluso , una tipología posible de Jean-Frédéric Chevallier nos ayudan a analizar y comprender el teatro desde una perspectiva

contemporánea en nuestro aquí y ahora, sin embargo, en la realidad es, si no imposible, sí difícil empatar la teoría actual con las practicas escénicas del pasado. Por lo tanto, no hay objeción alguna cuando de adaptarse se trata, el mismo teatro no es inmune a las consecuencias fortuitas o negativas de éste tipo de razonamiento. Pero la idea entonces, no sería forzar la unión de dos entes que han evolucionado y tomado forma en sus respectivos tiempos, sino ligar a cada uno de ellos con lo que así, según su naturaleza les corresponde.

Conclusiones

Pude haber elegido otro tema para este ensayo, en especial, un tema al que competiera el teatro actual. Contrario a esto, mi elección estuvo condicionada a un problema de análisis que individualmente no pude o no supe resolver. Quizás en el vasto mundo de los ensayos, éste sea el primero que plantea una pregunta en vez de ser generoso ofreciendo una respuesta. Creo que es aquí en donde la razón vence a la ignorancia. Querer saber más siempre será sinónimo de carecer de una razón, carecer de esa singular razón es aceptar que se está en condiciones de aceptar una verdad. Y lo que aún deseo y quiero saber con respecto a la obra de Fernando de Rojas, La Celestina, es: ¿Cómo hacer su

análisis dramático? No creo estar lejos de conocer la respuesta y tal vez la encuentre en

mi proceso formativo como actor, y en el futuro… como escritor y dramaturgo.

8

 A, B y C son fragmentos adaptados del texto: Características de un texto dramático, extraído del libro: Para leer un texto dramático. (Ver bibliografía)

(9)

Bibliografía

Fernando de Rojas. La Celestina. 1592. Novedades Editores. Joyas de la Literatura. P.127 

Morelos 16. 3er piso. México, D.F. R. Bastien.

Walter Benjamin. Discursos Interrumpidos, La obra de arte en su época de reproductibilidad técnica. 1989. Taurus. Buenos Aires.

Fernando del Toro. La (s) teatralidades (es) posmoderna (s). 1994. Carleton University.

Jean-Frédéric Chevallier. El teatro hoy: Una tipología posible. 2011. Cuadernos de Ensayo

Teatral Paso de gato. Eleuterio Méndez #11, Colonia Churubusco-Coyoacán.

Juan Villegas. Historia multicultural del teatro y las teatralidades en América Latina.

Colección Teratología. Año X. Galerna. (Texto sin más información adicional,  proporcionado en formato PDF por la Catedrática en Artes escénicas, Lic. Lourdes Pérez

Cesari)

Norma Román Calvo. Para leer un texto dramático. 2003. Editorial Paz México, librería

Referencias

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